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Published by Karen Solares, 2018-11-15 12:17:02

Libro v1 (baja)

Libro v1 (baja)

ASCENSO DEL “VOLCÁN (CERRO) DEL MONO”

(22 y 23 de septiembre del 2001)

Después de un frustrado primer intento por escalar preparé mi cena, y como había quedado con Don
este cerro, por habérmelo impedido las pésimas Ovidio de salir a las 6:00 horas me acosté como a las
condiciones del camino a la marmolera de San 21:00 horas cuando empezaba a llover, y una hora
Lorenzo Mármol tan solo 45 días antes, decidí más tarde ya era un aguacero impresionante con
una nueva incursión saliendo el sábado 23 a las mucha tempestad, lluvia que no amainó sino hasta
4:35 horas y llegando a las canteras a 1740 ms.n.m. las 5:00 horas; de hecho dormí muy poco pensando
hasta las 11:00 horas, porque el camino aún estaba en cómo estaría el camino al día siguiente para
en malas condiciones, ya que en varios trechos iba salir en el carro, pues alrededor de la escuela era un
literalmente a vuelta de rueda y maltratando mi barrial que me costó salvar para poderme estacionar
Patrol. Mi amigo Don Ovidio Chacón encargado cerca. Me levanté a las seis, y tal como lo pensé el
de la cantera, me contó que había estado lloviendo camino era un gran lodazal, por lo que pensando
mucho en los últimos días y que el camino de en que podría llover durante el día, decidí llevar mi
acercamiento al cerro estaba “muy malo”, y que él vehículo a una parte alta y en mejores condiciones
creía que llovería este día, por lo que me sugería salir para asegurarme la salida a casa al regresar de la
hasta el siguiente muy temprano, para asegurarnos montaña.
por lo menos buena parte del día sin lluvia y que él
me acompañaría. Finalmente Don Ovidio no me pudo acompañar,
yendo en su lugar su lugarteniente en la marmolera,
Siendo ya las 12:45 horas acepté la sugerencia y Don Julio, con quien salimos siendo las 7:30 horas
aproveché para que Don Ovidio me diera un“tour” con un día despejado y con una temperatura
por las instalaciones de la marmolera, el cual fue agradable. Se inicia la caminata por un camino de
altamente educativo, experiencia que no se puede penetración en buenas condiciones entre frondoso
obtener de otra manera, especialmente en lo relativo bosque de pino, camino que desciende hasta un
a la técnica usada para cortar y extraer los grandes collado como a 800 m, para iniciar de allí una
bloques de mármol de la montaña y llevarlos al empinada cuesta que es la ladera del primero de
lugar de subsiguientes cortes y pulido, etc. Fue una cuatro cerros que Don Ovidio me había dicho que
enseñanza muy gratificante. Regresamos como a teníamos que subir para llegar al del Mono. Aquí
las 14:45 horas y decidí ir a conocer el río Frío, el el pinal se mezclaba con encinal y el aire colándose
cual mostraba los grandes estragos causados por el entre el bosque producía ese ulular tan característico,
huracán Mitch en su cauce y en los bosques de sus que de otro modo en otro lugar no puede oírse, ni
laderas unos tres años atrás, fue impresionante ver mucho menos olerse. Más adelante pasando por una
los enormes árboles arrancados de raíz y las grandes horqueta se lograba ver por el cañón y al final del
rocas que habían sido arrastrados por la correntada. mismo, parte de la aldea Santa Rosalía Mármol. Más
adelante aún, logré ver a lo lejos los cerros Palomas y
Regresé a la marmolera donde Don Ovidio me tenía Santo Toribio de los cuales me separaba una enorme
preparada la escuela para que pasara allí la noche. cañada, lo que me trajo a la memoria la preciosa
Descansé un rato y luego como a las 19:00 horas expedición a la trilogía junto al cerro El Imposible.

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Saliendo del tercer cerro escalado, vimos por vez Cumbre del cerro del Mono.
primera con gran emoción El Volcán del Mono,
y nos dimos cuenta que aún nos faltaba mucho
por caminar. Después de 3 h de andar llegamos a
la base del cerro y luego de bordearlo por unos 20
minutos, subimos directamente hacia la cumbre
entre bosque virgen muy húmedo, sin vereda, y
con una inclinación de 40°-45°, teniendo que ir
haciendo brecha ambos con su respectivo machete.
Siendo las 12:10 horas llegamos a una meseta muy
boscosa como de 40 m2 sin ninguna vista alrededor.
Estábamos a 2240 ms.n.m. donde había un mojón
cuadrado de cemento como de 30x30 cm y 50 cm de
alto, indicando que esta era la cumbre del cerro Del
Mono (los lugareños lo conocen como el Volcán del
Mono). Habíamos andado 4:40 h y recorrido unos
5.5 km. El descenso de la cumbre lo hicimos por
otra ruta que según Don Julio nos ahorraría tiempo
y distancia, lo cual fue un error porque caminamos
más y con riesgo de caer en peligrosas hondonadas
rocosas. Finalmente llegamos a la marmolera a las
15:00 horas, yo muy contento y satisfecho por haber
realizado una bonita caminata de 7:30 horas y 11
km de recorrido.

Vista de la cumbre del cerro del Mono.

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ASCENSO AL CERRO
“EL PORTEZUELO DE MORÁN”

(23, 24 y 25 de octubre del 2005)

Teníamos planificada con mucho tiempo de de unos 30 m de altura, torre de tubos de hierro muy
antelación la expedición para ir a buscar una catarata bien construida, con una caseta en la parte alta a la
que según Don Ovidio Agustín, nuestro amigo en cual Luis y dos de los muchachos subieron. Cuando
la aldea Morán, jurisdicción de río Hondo, Zacapa, llegamos a la cumbre vi una serpiente como de
se encontraba en lo más recóndito de la sierra y 1.5 m de largo gruesa, hermosa, de color café, que
que nadie -ni él mismo ni ningún otro lugareño-, rápidamente huyó sin darme tiempo a identificarla,
la conocía. Con ese propósito tan significativo y a aunque me pareció que era una cascabel, pero
pesar de la época lluviosa en que nos encontrábamos, extrañándome el no haber oído su “chin chin”.
decidimos hacer el viaje el domingo 23 a las 5:00 Comimos y bebimos algo, dejamos nuestro reporte
horas hasta el kilómetro 153 de la carretera CA9 de cumbre en una de las “patas” de la torre y
norte y de allí por un camino de tierra en buenas siendo las 14:04 horas empezamos a desandar para
condiciones, caminar unos 15 km hasta la pequeña atravesar el río Morán, luego la serie de ascensos
aldea Morán a casa de Don Ovidio y su señora Doña y descensos, donde por cierto vimos otra pequeña
Elda, que tomaríamos como nuestro campamento culebra, y finalmente arribar a Morán a las 17:25
base. Llegamos a las 9:15 horas, un poco tarde ya horas, después de 6:43 h de caminata efectiva y
para agarrar camino hacia la catarata, por lo que unos 12 km de recorrido.
decidimos ir ese día a un cerro cercano: El Portezuelo
de Morán, y dejar para el otro día la búsqueda de la Cumbre del cerro El Portezuelo.
catarata. Acompañados de un primo de Don Ovidio
y dos muchachos más, salimos a las 10:30 horas por
el camino que nosotros ya conocíamos hacia el lugar
llamado El Naranjo, en donde desviándonos un poco
de nuestro rumbo, aprovechamos para ir a conocer
unas cascadas formadas por el río Morán y luego
regresamos a la vereda que nos llevaría a un collado
donde se separan las veredas, una que sigue y llega
finalmente hasta la aldea Jones como a 12-15 km de
distancia y otra que desviándose a la izquierda (hacia
el sur), sigue por un filón de unos 500 m de largo,
asciende una ladera poco inclinada sin vereda y llega
hasta la cumbre del cerro El Portezuelo de Morán
a 1480 ms.n.m. Eran las 13:52 horas (3:22 h desde
Morán). Dicha cumbre es una amplia meseta como
de 250 m2, en cuyo centro la Fundación Defensores
de la Naturaleza construyó una torre de observación

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ASCENSO AL CERRO
“EL CUCHILLO Y MEDIO”

(23, 24 y 25 de octubre del 2005)

Con ocasión del ascenso al cerro El Picudo con mi Dormimos hasta las 7:30 horas ya sin lluvia pero
buen amigo Luis De La Vega en junio del 2002, aún muy nublado. Decidimos para aprovechar el
vimos en el trayecto un pintoresco cerro de forma día, que hoy era la oportunidad para subir el cerro
muy peculiar, pues tenía en su cima una especie de Cuchillo y Medio, el que mencionamos al principio.
“copete” boscoso y una ruta de acercamiento que Mincho nos decía que podían ser unas dos y media
nos parecía interesante, y desde esa vez se nos clavó a tres horas de actividad… Salimos a las 9:15 horas
la espinita por subirlo en algún momento, y ese por una vereda lodosa entre un precioso pinal, en
momento llegó… una de las laderas que flanquean el cañón por donde
discurre el río Mojanales, el que ahora arrastraba un
Cuando regresamos del anterior cerro El Portezuelo, gran caudal haciendo un ruido muy sonoro por el
Doña Elda nos tenía preparado el acostumbrado efecto eco del cañón. Hacía un friíto muy agradable
menú de lujo con el mejor caldo de gallina del mundo para caminar. Después de 1:15 h de andar dejamos
y sus alrededores, incluyendo las más recientes la vereda que iba a El Picudo, para tomar la que nos
galaxias descubiertas, además un enorme plato de acercaría a nuestro objetivo, el cual aún no veíamos.
verduras y las originales tortillas “sapitos” recién A las 2:15 h vimos de pronto el cerro al otro lado
saltando del comal de barro (como tiene que ser), de una profunda cañada y cuando nos acercamos un
y para terminar un café de la cosecha de los palitos poco más, se podía observar que no había vereda
de atrás de la casa. Todo “made in home”. Nosotros para su ascenso y que las ⅔ partes del cerro estaban
solo pusimos la magdalena que habíamos llevado de cubiertas de un zacatal de 1.6 m de altura y un poco
la capital. de guatal con zarzales incluidos, y solo el ⅓ del mero
copetillo era de un frondoso pinal.
Al terminar de cenar platicamos y quedamos con
Mincho y Co. en levantarnos a las 5:00 horas para Cerro Cuchillo y Medio.
salir hacia la catarata que seguía siendo el objetivo
original de este viaje. Como a media noche empezó
a llover y al poco tiempo era una tormenta como
muy pocas veces he visto, eran literalmente chorros
que a veces por el viento caían en forma de ráfagas,
que hacían pensar que levantarían el techo de lámina
que tronaba en forma horrísona. La lluvia duró hasta
las 5:00 horas, y por supuesto nuestros planes se
vinieron abajo pues no podríamos caminar por esas
veredas después de semejante diluvio. Mincho llegó
solo para confirmar que no podíamos salir y que
nuevamente dejábamos el intento para el siguiente
día, dependiendo de cómo siguiera el tiempo…

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Mincho nos sugirió un camino que él conocía, pero Ahora teníamos que pensar en el regreso pues si
que había que subir primero casi a la cumbre de la tomábamos la misma ruta, teníamos que “subir” el
sierra donde empieza la vertiente hacia el valle del filón por el que habíamos “bajado” a la cumbre…,
Polochic, y de allí descender al filón cuyo extremo ruta sin vereda que si había sido difícil bajando,
hacia abajo era el Cuchillo y Medio. Esa “vueltecita” lo sería mucho más en subida, luego habían dos
nos llevaría como 3:30 h, por lo que estuve a punto opciones más, descender directamente de la cumbre
de decir que nos regresáramos, pero Luis me por la cara oriental del cerro o hacerlo por su cara
convenció diciéndome que ya que habíamos llegado occidental, los muchachos sugerían la occidental y
hasta allí y sin tener la seguridad de poder ir a la yo viendo ambas desde lo alto, pensaba que era más
catarata, que aprovecháramos intentar lograr esa factible por la oriental. Decidimos por la última
cumbre. Seguimos subiendo con la preocupación muy a pesar de los muchachos, y a las 14:04 horas
de que como pensamos que sería una caminata empezamos a bajar sin vereda y con zacatonal alto;
mucho más corta, habíamos llevado poca agua y pero lo peor era la cantidad de zarza y que como
eso para mí era un gran problema, pero la decisión dije antes, los muchachos solo iban apartando las
estaba tomada y después de algún tiempo estábamos ramas con sus machetes sin cortarlas y a nosotros
situados en el filón atrás y arriba del cerro, cuyo nos estaba llevando… Judas atrás, pues las ramas
extremo que es en sí la cumbre, no se podía ver por nos reviraban en la cara. Finalmente llegamos a
lo tupido del bosque que aquí es del tipo húmedo, la base del cerro entroncando con la vereda que
mixto, con pino, encino, bromelias, hongos, muchos viene de El Picudo. Desde ese punto se pudo ver
troncos podridos y agujeros en el suelo y ramazón que si hubiéramos bajado por la cara occidental,
que dificulta el paso; y es que para ajustar, Mincho nos hubiéramos encontrado con unos grandes
y Miguel no iban haciendo muy buena brecha, sino roquedales y escarpadas pendientes que nos
solo apartando las ramas con el machete y nosotros hubieran obligado a subir de nuevo y tomar otra
no lo llevábamos. Bajábamos y bajábamos llegando a ruta. En fin, ya abajo caminamos hasta entroncar
pensar que no íbamos por el camino correcto, pues, con el sendero que tomamos a la ida. El clima frío
¿cómo llegaríamos a una cumbre si solo bajábamos? y nublado. Cuando eran las 17:45 después de largas
Afortunadamente poco más adelante vimos al fin la 3:41 h desde la cumbre, llegamos a Morán cansados,
cumbre teniendo que pasar primero una horqueta con hambre y mucha sed pues no habíamos llevado
con grandes rocas, estábamos en la cima del Cuchillo suficiente de nada: ni energías, ni comida, ni agua
y Medio, a 1540 ms.n.m. siendo las 13:20 horas. para una actividad que creímos más fácil… Doña Elda
Habíamos caminado 4:05 h. Estábamos solo 310 -como siempre-, nos tenía preparada una exquisita
ms.n.m. más altos que Morán, habiendo caminado cena con frijoles, huevos revueltos con chorizo,
como 10 km. En la cumbre hacía mucho frío porque queso, tortillas calientes, delicioso café, pan dulce de
el viento soplaba con ráfagas que calculamos de unos pueblo y unas galletas que nosotros agregamos; de
80-100 km/h, que por momentos nos dificultaba el manera que aquella cena fue un verdadero banquete
mantenernos en pie sobre las rocas, los pinos más para nuestros maltrechos cuerpos. Al día siguiente
delgados se doblaban y todas las ramas altas parecían salimos para casa, y aunque no habíamos logrado
peinadas hacia el lado del viento. Luis me prestó un el objetivo original de ir a buscar la desconocida
chaleco que llevaba extra con el que pude capear catarata, las caminatas habían sido muy bonitas,
el ventarrón. Hubo fotos, abrazos, felicitaciones y aunque como nos ha sucedido otras veces, pensamos
bebimos un poquito de lo que aún nos quedaba de que serían muy fáciles y resultaron no tanto... En
líquido. esta última habíamos caminado por 7:46 horas,

recorriendo como 16 km.

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ASCENSO A LOS CERROS
“EL PALMAR” Y “EL CALDERO”

(11 y 12 de enero del 2003)

Después de haber efectuado dos intentos fallidos diagonal para bordearla, tratando de llegar casi a
por alcanzar la cumbre del cerro El Palmar, uno en la cara opuesta a la que subíamos y empezar a ver
diciembre de 1998 y otro en enero de 1999, porque desde allí el cerro El Palmar, del cual nos separaba
lo tratamos de subir por rutas equivocadas; decidí una cañada como de 300 m de profundidad. El cerro
llevar a cabo el que deseaba fuera el definitivo, lo veíamos cerca, sin embargo no solo el descenso
ahora accediéndolo por la misma aldea Morán que a la cañada era imposible por lo inextricable del
conocimos en los relatos anteriores. Salí en solitario bosque, sino que si así lo hiciéramos llegaríamos
el sábado 11 de enero a las 5:00 horas y llegué a a una cara del cerro imposible de escalar por lo
la aldea a las 9:30 horas, donde me esperaban Don escarpada, con una ladera de 65°-70°de inclinación y
Ovidio Agustín y su linda familia; de hecho me más; de manera que teníamos que bordear la cañada,
acompañarían en la expedición: Don Ovidio, su lo cual nos representaba como 3 km de caminata
primo Arnoldo y su hijo Kelvin. De acuerdo con mi que nos llevaría hasta la estribación que conduce a
plan ascenderíamos primero el Palmar, pues otro la cumbre, una ruta más accesible aunque con una
cerro: El Caldero, era más pequeño y estaba en la serie de columpios con sube y bajas constantes muy
misma ruta por lo que lo ascenderíamos al regresar. desgastantes. La vereda estaba bien marcada sin
riesgo de extraviarse; se pasan dos o tres riachuelos
Salimos a las 9:27 horas con toda clase de bártulos y como a las 4 h de andar encontramos un precioso
y suficiente bastimento para pasar la noche en venero de agua cristalina y muy helada, que salía de
la montaña, llevando una mula de carga con los un paredón en un lugar sombreado que parecía un
tanates para que nos acercara con ellos al cerro, oasis para los cansados y sudorosos viandantes. Solo
llevando nosotros solo lo necesario para la caminata. unos 20 minutos más tarde se llega a una meseta con
Al nomás salir de la aldea iniciamos el descenso monte bajo y algo de lodo, lugar hasta donde podía
al cañón del río Las Pavas (nace cerca del cerro llegar la bestia con los bultos, pues más adelante
El Picudo con el nombre de Mojanales), precioso empezaba una parte inclinada como de 45°-55° ya
río de aguas color esmeralda que se encontraba sin vereda y muy enmontada. Esta subida lleva a una
crecido por las recientes lluvias y que al descender especie de pequeño collado entre un cerro de baja
va formando pozas y preciosas pequeñas cascadas. altura por un lado y por el otro el inicio del filón
Para cruzar el río Don Ovidio lazó un caballo que hacia la cumbre de El Palmar, el cual es una serie de
andaba cerca y montándolo a pelo lo usamos para columpios y crestas, siendo el primero el más difícil,
pasar sin tenernos que quitar las botas. El día estaba pues para entonces yo ya iba cansado y solo deseaba
nublado pero con un calor húmedo que lo hace a uno llegar pronto a un lugar para acampar.
transpirar mucho. Desde el río empieza ahora una
inclinada ladera que no es sino la falda occidental del Eran las 16:50 horas y la sensación térmica fría era
cerro El Caldero, la cual subimos zigzagueándola, y muy intensa agravada por el fuerte viento sobre
como 100 m antes de la cumbre nos desviamos en el filón. Seguía nublado y la oscurana se acercaba.

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El frío era muy intenso, al extremo que a mí las manos
me dolían y las sentía congeladas. Hicimos una fogata
para preparar algo de comida especialmente para los
demás, pues yo solo deseaba acostarme, pero quería
estar cerca de la fogata un rato para contrarrestar
ese malvado frío. No tenía hambre pero sí sed, por
lo que tomé abundantes líquidos. Estábamos a 1640
ms.n.m. ya muy cerca de la cumbre, eran las 17:30
horas y habíamos caminado 8:03 h desde Morán.

Cresta en el filón del cerro el Palmar. Como el clima no ayudaba como para estar mucho
tiempo platicando afuera, cuando eran las 20:10
Caminábamos por el estrecho filón pedregoso que horas me acosté, aunque Don Ovidio y Arnoldo se
aquí tenía solo unos 4-6 m de ancho, con laderas muy quedaron platicando un tiempo más y tomándose
inclinadas a ambos lados. Subíamos un columpio un par de “tequilitas” (licor de maíz hecho
como de 25-30 ms.n.m. para volver a bajarlo y de clandestinamente en la aldea). Habíamos quedado
nuevo otro columpio más, algunos de ellos muy en levantarnos a las 6:30 o 7:00 horas para el asalto
desprotegidos de las ráfagas de viento fuerte que por la cumbre.
momentos nos azotaban. No pudiendo encontrar
un lugar adecuado donde colocar una carpa por A pesar de la incomodidad y el frío yo dormí bien,
lo irregular de terreno y ya con escasa luz de día, despertando como nuevo a las 6:30 horas. Nos
no tuvimos más que acomodarnos sobre la misma levantamos, desayunamos café con pan, huevos
ladera del filón improvisando un incómodo refugio. duros y cereal, y luego salimos para la cumbre siendo
las 8:27 horas dejando el campamento armado. No
Mi champa en el Palmar. sé si por estar descansado, ser de día e ir solo con la
mochila de asalto; pero yo sentí esta parte “sabrosa”,
además de ser muy pintoresca. Se sube desde el lugar
donde acampamos y por el mismo filón se inicia
otro ascenso sobre un roquerío muy angosto con
grandes declives a ambos lados, muy peligroso si
uno pierde la concentración de dónde va poniendo
los pies en cada paso. Hay mucho musgo y cientos
o miles de orquídeas forrando literalmente los
árboles y las rocas. La escalada de este día rompía la
rutina de la caminata por lo agradable, era un paisaje
agreste pero de una incomparable belleza natural.
Subimos y bajamos otros dos columpios rocosos y
luego un portezuelo más ancho donde encontramos
la laguneta de la que tanto me había hablado Don
Ovidio y que era una motivación especial para este
viaje. Decidimos llegar primero a la cumbre ya a
poca distancia y la cual es una meseta plana como
de 60-70 m de largo por 10-20 de ancho, cubierta

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una parte por bosque frondoso de pinos y encinos y eran más peligrosos, hasta que finalmente llegamos
una parte limpia donde hay un mojón formado por al campamento a las 10:35 horas para levantarlo,
un promontorio de piedras. Estábamos en la cumbre arreglar mochilas y emprender el largo descenso
de El Palmar a 1695 ms.n.m., siendo las 9:11 horas de regreso siendo las 11:45 horas; pasando primero
y con un ambiente neblinoso que le daba al lugar por el lugar donde estaba la mula, a donde llegamos
un aspecto muy especial, con las nubes moviéndose en solo 40 minutos. Dejé mi mochila grande y
entre el bosque como fantasmas. Momento de caminamos rumbo a nuestro segundo objetivo: El
felicitaciones, abrazos, fotos de cumbre y… de comer Caldero. Ahora podíamos ir gozando del paisaje y
algo. como siempre al ver hacia atrás y darse cuenta de
lo que se ha caminado, uno piensa que si lo hubiera
sabido de antemano, lo más probable hubiera sido
que no lo habría intentado, pero luego también se
piensa en el privilegio que tenemos de poder andar
por esos hermosos parajes, llegando a la conclusión
de que todo esfuerzo, sacrificio, incomodidades,
riesgos etc., se compensan con creces con las bellezas
que tenemos frente a nosotros.

En la cumbre de El Palmar. Lentamente vamos bajando por unos columpios
más hasta llegar al cerro El Caldero, a cuya cumbre
Luego a las 9:20 horas descendimos para pasar a ver no subimos a la ida. En un punto estratégico antes
la laguneta bajando solo 65 ms.n.m. en unos 150- de iniciar el descenso del cañón del río Las Pavas,
175 m de distancia, la cual es más una poza como dejamos nuestras mochilas y empezamos el ascenso
de 30x40 m, en algunas partes el agua está limpia en con una inclinación de 40°-45° y a veces más, hasta
otras hay gran cantidad de ramas, hojarasca, troncos alcanzar una preciosa cumbre con bosque de pinos y
gruesos semi podridos y algunas plantas acuáticas bellas vistas alrededor: se ve El Palmar con su serie
emergiendo del fangoso fondo, que no está muy de columpios o falsas cumbres y la hondonada de
profundo, quizás unos 50-60 cm. Aunque no es una la laguneta, se ve la aldea Morán y atrás de ella los
laguneta en el sentido estricto, su existencia adquiere cerros San Jacinto y El Portezuelo, y en dirección a El
una gran importancia porque hasta hoy (conociendo Picudo -el que no se lograba ver-, una serie de cerros
ya unos 245 cerros, no volcanes, en el territorio de entre ellos probablemente el cerro De Los Siete. En
Guatemala), es el segundo cerro con un cuerpo de esa bonita cima aprovechamos para comentar, beber
agua que no es una simple “aguada” de invierno, y comer alguna golosina. Estábamos a 1280 ms.n.m.
sino agua que nace aquí mismo y está en la cumbre
(el otro es un cerro sin nombre en la comunidad En la cumbre del Caldero.
Nueva Chicabná en Cobán A.V.), por esta razón
su hallazgo me emocionó tomándole fotos que
sabía que no serían espectaculares por el entorno,
pero sí muy significativas. Desde allí bajamos por la
serie de columpios rocosos que ahora descendiendo

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El descenso de la ladera tal como lo describimos en la casi arrastrando los pies llegué a casa de Don Ovidio
subida, era muy empinado (40°-45°), con mucha hoja siendo las 16:45 horas, después de una caminata
de pino resbalosa al principio y mucha rocalla suelta de 6:59 horas este día, que junto a las 8:03 del
más abajo. Finalmente llegamos al río a 920 ms.n.m. primer día hacían un total de 15:02 horas de
y ahora nos faltaba lo más duro: volver a ascender caminata efectiva y un recorrido aproximado
310 ms.n.m. para alcanzar los 1230 que es la altitud de 12 km. Una preciosa actividad montaraz más
de Morán. Todos mis músculos estaban agotados para nuestra bitácora montañista.
por ese constante y brusco sube y baja, por lo que

Vista del cerro San Jacinto desde el Caldero.

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ASCENSO AL CERRO “EL TIPÓN”

(1 y 2 de junio del 2002)

Yendo en algunas ocasiones al río Dulce y a la sierra pequeñas tiendas y a las 19:00 horas estábamos
Del Mico, me llamaba la atención ver un cerro con instalados, y acto seguido preparamos la cena:
apariencia de una gran meseta como una enorme yo con mi inseparable menú de pollo rostizado,
cama, localizado cerca de Los Amates, Izabal, y unos pastelillos y té frío; Luis me convidó a un
siempre me dije que algún día intentaría ascenderlo. poquito de deliciosos frijoles con chorizo que ellos
La oportunidad se presentó cuando recién tuve prepararon, además de otras delicatessen que llevaban
el privilegio de conocer al hoy mi muy estimado en su alacena. Nos acostamos como a las 20:00
amigo Luis De La Vega, con quien planificamos horas. Yo pensé que con semejante comilona y el
la que sería la primera de una muy larga serie de cansancio del viaje mi sueño sería lo reparador que
caminatas, exploraciones y ascensos por la Sierra de necesitaba para encarar la jornada del día siguiente,
Las Minas, así como algunas excursiones “turísticas” y para asegurarlo aún más me tomé una cápsula de
por algunos otros lugares de Guatemala, una bonita pasiflora y valeriana para entrar, según yo, en una
relación de amistad que llevamos por más de 17 años especie de hibernación tipo oso polar; sin embargo
ya. no pude dormir ni un minuto, sin exagerar, pues
oí cada hora dada por mi reloj desde las 21:00 a las
Planificamos el viaje con Luis y una amiga suya 5:00 horas, de modo que aunque habíamos quedado
Walda, saliendo el sábado 1 a las 15:00 horas rumbo en levantarnos a las 5:30 horas, yo lo hice a las 5:15
al kilómetro 195 de la carretera CA9 Norte, entrada a horas, pues ya no podía seguir acostado sin poder
la finca Los Manacales que era el punto más cercano dormir. Me levanté justo a tiempo para fotografiar
para acceder al cerro. En la finca se encontraba su la salida del sol que nos quedaba exactamente frente
dueño el lic. Jorge Zamora quien amablemente nos a nuestras carpas. Poco después se levantaron Luis
permitió entrar hasta un punto como a unos 2.5 y Walda y juntos nos maravillamos viendo casi en
km de la casa patronal, en donde encontramos dos toda su extensión las sierras Del Merendón y Del
pequeñas elevaciones montañosas: Los Cerritos Espíritu Santo, los cerros El Burro y El Chino, y más
o Los Cerros Chinos, hasta donde llegamos en allá las montañas Azules con su emblemático cerro
nuestra Patrol a 240 ms.n.m. siendo las 18:15 horas. Azul ya en territorio hondureño, el cual pensamos
En uno de esos mogotes escogimos un lugar para con Luis algún día ascender (deseo que cinco años
acampar, que era un pajonal como de 25-30 cm de más tarde se nos cumplió).
alto, que aplastándolo formaba un mullido colchón
con solo eliminar unas pocas piedras escondidas en Preparamos algo ligero para desayunar y luego
el fondo; además en ese cerrito había una torre con levantamos el campamento para dejarlo todo
antenas del sistema telefónico nacional y de una dentro del carro mientras estubiéramos subiendo.
entidad bancaria, y en la caseta contigua instalado Arreglamos nuestras mochilas de asalto y antes de
un reflector que sin alumbrarnos directamente, si salir diseñamos desde abajo la ruta a seguir. Siendo
nos brindaba luz suficiente para estar más cómodos las 7:08 horas y a 240 ms.n.m. iniciamos la caminata,
en nuestro campamento, además de tener nuestro teniendo primero que descender como 250 m por el
vehículo “casi a la puerta de la casa”. Armamos dos camino para luego tomar una vereda visible que nos

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llevaría hasta las ⅔ partes del ascenso. Empezamos quien le contamos nuestras intenciones de llegar
con una inclinación moderada de unos 25° y solo a a la cumbre por la ruta escogida, diciéndonos que
unos 50 m más era ya una encaramada de 35°-40°. era mejor por otro lado, que partía precisamente
El día era despejado y el calor aún no tan fuerte. Yo del punto donde nos encontrábamos, pero en
tomé la punta caminando despacio y con mucha otra dirección a la que íbamos a tomar nosotros.
precaución, pues tan solo unas tres semanas atrás Preguntándole a Don Esteban si nos acompañaría,
ascendiendo el cerro La Virgen, en Guastatoya, El rápida y espontáneamente accedió, lo cual nos
Progreso, había sufrido un esguince grado II muy agradó porque yendo él se nos facilitaría la parte
doloroso, del cual aún estaba convaleciendo y todavía final de la ascensión. Así llegamos al borde de la
me sentía inestable, inseguro y temeroso. Como a los meseta de la montaña y a partir de allí literalmente
30 minutos de subida inclinada yo me sentía cansado nos “metimos” en un bosque húmedo no muy alto,
y sin aire, no en las condiciones que usualmente me con varias especies de palmáceas, árboles cargados
encuentro, atrasando a mis acompañantes quienes de epífitas entre ellas gran cantidad de orquídeas, y
no aceptaron irse adelante. Seguíamos los puntos de en el piso mucha hojarasca, troncos podridos y gran
referencia que previamente habíamos visto desde el cantidad de rocas, algunas tan grandes que teníamos
campamento. El paisaje era el típico de boca costa: que bordearlas, y otras sueltas como de 50 y 100 lb
palmeras de baja altura, chaparrales, muchas piedras de las cuales una yendo Luis de segundo en la fila la
algunas muy grandes y extensos pajonales que daban desprendió, y Walda y yo que íbamos atrás la pudimos
el aspecto de una gigantesca alfombra que las cubría esquivar milagrosamente. Seguimos subiendo desde
parcialmente; por otro lado había un área cultivada la horqueta esta parte de la montaña que tiene como
con maíz y frijol. Un aspecto variopinto muy bonito. 400 m de largo, y son unos 200 ms.n.m.; lo cual era
suficientemente inclinado como para irse agarrando
En un momento nos dimos cuenta que nos de los árboles, rocas, raíces y ramas para avanzar.
habíamos desviado de la ruta, lo cual representó A estas alturas inexplicablemente mi condición
retomar la vereda por una parte muy inclinada. física había mejorado enormemente, me sentía
Finalmente llegamos a una cumbre desde donde bien. Cuando habíamos caminado 2:45 h desde el
según nosotros, ya se verían las Bocas del Polochic collado llegamos al fin a la cumbre, eran las 11:53
y el Lago de Izabal..., sin embargo no era así, pues horas (4:45 h de caminata desde el campamento).
más allá existía una gran hondonada y luego otra Estábamos a 835 ms.n.m. y habíamos subido 595
montaña no muy alta en la misma dirección de la ms.n.m. La cumbre tal como se ve desde la carretera
meseta de El Tipón de noroccidente a suroriente, CA9 es una gran meseta casi plana como de 300 m
al otro lado de la que sí se debería encontrar ya el de largo y 50, a veces 80 m de ancho, con bosque
lago. Seguimos avanzando por una especie de filón muy tupido de árboles y arbustos de 3-4 m de alto,
hasta llegar a una horqueta, desde donde finalmente que impiden toda visibilidad más allá de los 20-25
vimos el extremo suroriental de El Tipón, que es m de distancia, además de la gran cantidad de rocas
la parte más alta o cumbre el cerro. Descansamos de todos los tamaños. Acercándonos a la orilla de
comiendo y bebiendo algo y planificamos el asalto la meseta se podía ver hacia el norte una cañada
final a la cumbre, no pudiéndose ver vereda alguna grande y más o menos profunda que nos separaba
en un bosque alto y muy cerrado. Con lógica del otro brazo de montaña que miraría hacia el lago,
de montañistas “experimentados” diseñamos la pudiéndose divisar un camino ancho que la subía y
ruta tratando de llegar a otra horqueta o collado, que según Don Esteban venía de una aldea llamada
cuando providencialmente apareció un señor El Paraíso, a la que se llega desde Los Amates y que
montando una yegua tordilla; Don Esteban, a era un camino bien balastado.

361

Comimos, bebimos, descansamos y tomamos comparada con las 4:45 que hicimos de subida,
algunas fotos no muy bonitas por cierto, y yo escribí debido a la diferente ruta que habíamos seguimos
el reporte que en esta ocasión no enterramos sino lo al descender. Descansamos un rato, bebimos y
dejamos colgado para su fácil hallazgo..., por si algún comimos algo, preparamos nuestros tepalcates, nos
otro loco montañista llegara algún día por esos subimos a la Nissan y nos dirigimos satisfechos a casa
apartados lugares. Después de un rato decidimos después de una bonita caminata de 5:45 horas
empezar a bajar siendo las 12:05 horas Don Esteban efectivas y un recorrido aproximado de 8 km.
nos sugirió descender zigzagueando por otra ruta
para evitar el peligro de ir derrumbando rocas, que Campamento en los cerros Chinos.
al ir en fila india pudieran golpear a los que iban más
abajo; además que por allí acortaríamos un buen Vista de la cumbre de El Tipón.
trecho de camino. Así lo hicimos. En un momento
Luis que venía de último fue el único que pudo ver Como un mero dato estadístico anotamos que el
una serpiente en la base del tronco de un árbol, la ascenso de los anteriores nueve cerros representaron
cual según dijo era de color marrón con dibujos 70:52 horas de caminata efectiva y un recorrido
romboidales en el dorso, muy robusta y con cabeza total de 83 km.
triangular característica de las víboras venenosas, y
aunque no le vio la cola, lo más probable era que
se tratara de una cascabel, aunque cabía también la
posibilidad de que fuera una Barba Amarilla, pues el
área es también el hábitat de esa especie altamente
peligrosa.

Seguimos bajando lentamente, pues para entonces
mi pie empezaba a resentirse y yo trataba de no
apoyarme con todo mi peso sobre él. Al salir del
bosque encontramos a unos cazadores furtivos que
andaban tras un venado que su jauría de perros
había olfateado; los saludamos y nos despedimos
deseando que no lo encontraran. Cuando llegamos
al punto donde Don Esteban había dejado su
caballo, nos despedimos de él agradeciéndole su
valiosa compañía y retribuyéndole económicamente
aunque él no quería. Seguimos esta vez por la ruta
correcta, pues en la ida nos habíamos desviado. En
la parte final volvimos a percibir como en la ida,
pero en tres puntos distintos, ese olor sui géneris del
almizcle de zorrillo; y de nuevo admiramos ahora
“con el sol del occidente” que les daba de frente, las
sierras Del Merendón, Del Espíritu Santo y más.

Finalmente arribamos a nuestro Cerrito Chino a
las 13:05 horas, en tan solo una hora de descenso,

362

Además de todos los cerros en la bella Sierra Mi champa en el cerro de las Pulgas.
de Las Minas que hemos descrito en este libro,
algunos en forma breve, hubo otros más que sin
ser muy “importantes”, ascenderlos, nos dejaron
experiencias montañistas siempre muy gratificantes,
que como los más “grandes” cerros, fueron vivencias
enriquecedoras inolvidables, por lo que no
podíamos dejar de enumerarlos, entre ellos están:
C. De La Vista, C. El Zollate. C. del Río Colorado,
C. El Tablero, C. El Cerrón, C. De Mansilla, C. Tu
Miguel, C. De Comaja. C. De La Muerte, C. Canxul
y algunos más aún…

Rumbo al cerro la Vista.

Cumbre del cerro del río Colorado. Nacimiento del río Cahabón en el cerro Canxul.

363

Ruta al cerro San Jacinto.

Cumbre del cerro de Comaja.

364

CAMINATAS

“La gran victoria que hoy parece fácil, es el resultado de pequeñas victorias
que pasaron desapercibidas”
Paulo Coelho

Todo lo narrado hasta ahora, corresponde a las para ascender específicamente cerros, la Naturaleza
expediciones que tuvieron por objeto ascender nos exigió y nos puso a prueba, pero también nos
específicamente algún cerro en alguna parte de esta prodigó, nos enseñó y muchas veces nos protegió,
magnífica Sierra de Las Minas; sin embargo hubo pero sobre todo, siempre fueron experiencias muy
muchas preciosas caminatas largas y muchas veces gratificantes que harán que pervivan en nosotros
extenuantes, que hicimos con el único propósito como memorias viejas, para viejas memorias…
de ir a conocer arcanos parajes, muchos de ellos
tan remotos, que no habían sido visitados jamás Ya que fueron muchas las caminatas, no vamos
ni por los propios lugareños, y que aun cuando a narrarlas todas porque eso sería motivo para
en el camino teníamos que subir muchos cerros un libro aparte, pero los invitamos para que nos
innominados, que ni siquiera aparecen en el mapa acompañen a solo dos de ellas, para que compartan
oficial, tampoco los contabilizamos en nuestra con nosotros esas vivencias que tanto nos motivan
lista. En estas andadas como en las que hicimos y enorgullecen.

Inicio del cañón del Manguito.

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CAMINATA AL NACIMIENTO
DEL RÍO “EL REPOLLAL”

(15, 16 y 17 de agosto del 2014)

Participantes: Guía: Porteador:
Carlos Beteta y Luis Luján Arnoldo Marroquín Rigoberto Chacón

Desde agosto del 2009 cuando se nos frustró en ese lugar el último desayuno “formal” hasta que
el intento para escalar el cerro Santo Toribio, regresáramos del viaje. Salimos de Teculután a las
queriéndolo acceder por la vertiente del río Polochic ocho de la mañana tomando ese angosto, peligroso
y ser detenidos por una turba de campesinos que y empinado pero pintoresco camino a Chalía (como
bajo amenazas nos impidieron iniciar el asalto a llaman los lugareños a la aldea), pasando por el
dicha cumbre, tratamos de encontrar otra ruta que cerro El Chifle, y llegando a las 8:45 horas, donde
nos permitiera cumplir nuestro deseo. Habiendo ya con todo listo nos esperaba Arnoldo incluyendo
ascendido en una ocasión el cerro Mármol desde una mula de carga que llevaría la caterva de avíos
Santa Rosalía Mármol, me di cuenta que si uno en sendos tanates, llevando nosotros solo nuestras
pudiera subir un poco más al occidente de dicho mochilas de asalto con líquidos y algo de comer en
cerro, se acercaría más al Santo Toribio y quizás el camino.
podría ascenderse por allí. En otra oportunidad
yendo al cerro Mojón de Joya de Bueyes con el señor Salimos de Chalía a las 9:13 horas atravesando la
Arnoldo Marroquín -quien hoy nos acompañará-, aldea para llegar primero al río El Portón, el que fue
pude ver una muy larga y empinada ladera que un tanto difícil de pasar porque el caudal que llevaba
precisamente quedaba al occidente del Mármol, y el no permitía saltar por las rocas que usualmente usan
mismo Arnoldo me comentó que él tenía una vega los lugareños para tal propósito, por lo que tuvimos
por ese rumbo, por lo que platicando con mi amigo que recorrer su ribera hasta hallar el lugar adecuado.
Luis Luján planificamos llevar a cabo una andada Ya del otro lado se llega a las amplias llanuras en
por allí, para ver la posibilidad de acceder al Santo la base del cerro El Cerrón. A estas horas el sol
Toribio en una expedición posterior. ya era fuerte y en ese trayecto de más o menos un
kilómetro hay poca sombra, hasta llegar a la entrada
Salimos el domingo 15 a las 5:15 horas hacia Teculután al cañón de la quebrada El Manguito, donde ya hay
para recoger a Rigoberto Chacón, guardabosques un bosque de encinos y un ambiente muy agradable.
de la Fundación Defensores de la Naturaleza quien Se camina por la ribera occidental de la quebrada que
sería nuestro porteador, y para recoger también el es la ladera de la cara oriental del cerro El Cerrón,
permiso de paso por el camino que lleva a la aldea donde se encuentra una pequeña caverna llamada la
Santa Rosalía Mármol, que tenía que expedírnoslo Cueva Del Gallo. Luego de 4-5 km de caminata se
el médico veterinario Hugo Castañeda, por ser atraviesa la quebrada hacia su ribera oriental, una
dueño de parte de los terrenos por los que pasa ladera muy agreste con una serie de farallones y
dicho camino; además aprovecharíamos para tomar rocas monumentales, una de las cuales es conocida

366

como la Peña Pelada. Más adelante se empieza a
ascender por una vereda con mucha agua por todas
partes, lodo y piedras. Estamos en el inicio del
pequeño cañón donde una serie de veneros afluyen
precisamente a la quebrada El Manguito.

Empezamos a trepar por una ladera empinada por Vista lejana del cerro Peña Rajada.
unos 2.5-3 km hasta llegar al filón o cumbre lineal
de la montaña que en el pasado tomáramos para ir al
cerro Mármol, pasando a poca distancia de la Piedra
Redonda, bautizada por nosotros como la Piedra del
Elefante por su apariencia zoomorfa. Hoy solamente
alcanzaríamos ese filón y lo atravesaríamos, para
empezar a descender inmediatamente por el lado
opuesto por una pendiente entre agradable bosque
de pino, por aproximadamente 3 km de distancia,
desde donde en algún momento se podían divisar
los cerros: Peña Rajada, El Siglo, Bandera Perdida,
La Ventana con su cantera de jade y el inicio del
Cañón de Teculután.

Al final de la cañada se pasa un riachuelo del agua Vista lejana del filón del El Siglo - El Pinalón.
de montaña más cristalina que se puede encontrar
y un poco más adelante se llega al río El Repollal
que corre en dirección al cerro Peña Rajada y de
allí a Santa Rosalía para formar la serie de bellas
cascadas cercanas a la aldea. Después del río viene
un ascenso entre bosque pedregoso, y luego un
nuevo descenso hacia otro río que es afluente del
Repollal, el cual se recorre unos 150 m por su cauce,
y partir de allí se empieza a subir por un terreno que
se nota ha sido chapeado recientemente en un área
aproximada de unas 9-10 hectáreas y que limita en
la parte alta con montaña que forma la cumbre de la
Sierra de Las Minas, desde donde ya comienza hacia
abajo la vertiente del río Polochic. Esta parcela de
tierra era precisamente la vega de Arnoldo y según
mis cálculos estábamos al suroccidente del cerro
Mármol, teniendo el cerro Santo Toribio al norte,
el que por supuesto no se podía ver.

En esta vega Arnoldo tenía una choza
estratégicamente localizada entre dos pequeños Riachuelo en la ruta.

367

riachuelos (afluentes también del Repollal); de hecho después llegó un sobrino de Arnoldo quien había
la parte baja del terreno era un poco chaguitosa. La salido después que nosotros de Chalía y tenía labores
choza era una cabaña vieja, mal construida, sucia, de campo que hacer en la vega. Como a las siete de la
obscura y ennegrecida por el humo, abandonada; noche preparamos la cena con sopa, frijoles blancos
donde se guardaban en completo desorden algunos y negros con chorizo, tortillas, pan y café; y luego
aperos de labranza, envases vacíos de herbicidas de un rato de amena charla nos acostamos pasando
y más, un poyo, una vieja olla despeltrada y otros una noche tranquila, con clima agradable y un cielo
tiestos. No había cama sino un montón de costales espectacularmente despejado en el que se podían ver
vacíos; en fin, el lugar no era para nada acogedor, sin hasta lejanas nebulosas.
embargo alrededor habían árboles frutales: varios
durazneros, un anonal, dos aguacatales, muchas Nos levantamos a las seis de la mañana para
matas de chilacayotes y güisquilares. Un sobrino desayunar algo ligero: yo solo tomé un jugo de
de Arnoldo estaba construyendo una nueva cabaña vegetales y unas galletas, y a las 7:15 horas salimos
cerca, la cual se veía formal pero como que no le con la intención de subir tal vez hasta alcanzar la
ponía mucho interés y constancia a la construcción. cumbre de la sierra, es decir hasta el filón que es el
rompeaguas entre las dos vertientes: la del Motagua
La choza de Arnoldo. y la del Polochic, con la esperanza de poder ver
desde allí el cerro Santo Toribio, y planificar para
Llegamos cansados al rancho después de caminar una futura caminata el ascenderlo por esta ruta.
8:02 horas (eran las 17:15 horas), y una distancia Entusiasmados y llenos de energía empezamos por
aproximada de 13.7 km, una jornada larga para pasar un trecho pantanoso cercano a la choza y a
este vetusto modelito 1935, de hecho como cosa los pocos metros atravesarun riachuelo, y como
rara, durante el viaje se me formó una ampolla en unos 10 minutos más adelante un río pequeño, que
el segundo dedo del pie derecho que me molestaba naciendo de la parte más alta de la montaña, muy
un poco, la cual solo me la vacié con un gancho y cerca ya del filón que mencionamos antes, desciende
me puse una curita apretada para que no se llenara para recibir la afluencia de riachuelos y otros ríos
de nuevo. pequeños e ir a parar como afluente también del
Repollal, el cual convertido muchos kilómetros
Luis y yo colocamos nuestras carpitas bajo los abajo en el Pasabíen, desemboca finalmente como
durazneros como a 12 m de la choza. Poco tiempo afluente del Motagua, y este a su vez desaguar en
la bahía de Omoa en el Océano Atlántico. De haber
nacido este río solo unos pocos metros más arriba,
pero ya al otro lado del filón sobre la vertiente del
Polochic hubiera desaguado en el Lago de Izabal y de
allí por el río Dulce llegado a la Bahía de Amatique,
lejos de su destino real.

Después de ese río cerca de la choza y siendo las
nueve de la mañana, empieza a ascenderse una larga e
inclinada ladera hasta alcanzar un filón, desde donde
se podía ver a lo lejos el otro filón que comunica los
cerros El Siglo con El Pinalón.

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La choza de Arnoldo.

Nos encaramamos como 2-2.5 km tratando de ver alcanzaron para llegar juntos a la cabaña siendo las
más hacia el norte, lográndose divisar parte del 12:50 horas, después de una caminada de 5:35 horas
cerro La Chiche Occidental y un poco más lejos lo y un recorrido aproximado de unos 6-7 km. Ahora
que quizás fuera el mero copetillo del Santo Toribio. teníamos toda la tarde para descansar y matar el
Aun cuando todavía se podían seguir subiendo unos tiempo caminando por las cercanías. Como a las
2 km sobre el mismo filón, era entre bosque un tanto seis de la tarde entrando la oscurana, preparamos
tupido y se podían ver una falsa cumbre primero y la última cena comiendo nuestro clásico menú en
luego otra cumbre más que impedirían ver hacia la montaña, agregando ahora choricitos, postre
dónde estaría el Santo Toribio; estábamos a 2220 de plátanitos fritos y café. Entre plática y plática,
ms.n.m. Yo desistí de seguir subiendo, pensando el sobrino de Arnoldo despedazó con machete un
que no llegaríamos a ver más de lo que veíamos gran chilacayote que coció con rapadura para que lo
en ese momento, y además porque empezaba a probáramos, pero no salió como se esperaba…
nublarse. Luis y los muchachos decidieron ascender
un poco más llegando hasta los 2400 ms.n.m., pero Nos acostamos temprano pues eran solo las 7:30
efectivamente no pudieron ver más, por lo que horas, porque deseábamos descansar y no salir tarde
después 30 minutos decidieron bajar. Yo mientras por la mañana. La noche transcurrió tranquila,
tanto empecé a descender solitario hasta el río que dormimos bien y nos levantamos a las seis de la
está antes de subir a la choza, donde Luis y Co. me mañana para levantar campamento, arreglar bultos

369

y tomar algo como desayuno. A las 8:08 horas “Chicharrones: Don Carlos”, porque aún habíamos
estábamos listos para salir y yo esperaba que la dejado un huequito en el estómago para las ricas
ampolla de mi dedo ya no me molestara. La caminata viandas que no podíamos dejar de degustar en ese ya
de regreso la hicimos a un buen paso, subiendo hasta emblemático lugar. Y ahora sí, con las barrigas como
el filón donde entroncamos con la vereda que viene globos, salimos para casa a donde llegamos felices
del cerro Mármol en solo 2:30 horas, para iniciar una vez más, y satisfechos por haber realizado una
el largo descenso al nacimiento de la quebrada El bonita caminata y regresado completitos, con solo
Manguito y luego llegar al río El Portón, el que de una ampolla en el dedo del pie y la ropa y cuerpo
regreso era más difícil de pasar por la posición de muy sucios, pero el espíritu inmaculado y rebosante
las piedras sobre las cuales había saltado en la ida, de alegría.
por lo que opté por meterme al río con todo y botas
solo remangándome el pantalón, y así, estilando Esta caminata nos sirvió para confirmar que esta
agua y dejando un reguero atravesé parte de la aldea ruta no era la más viable para acceder al cerro
y llegué a la casa de Arnoldo siendo las 14:15 horas Santo Toribio, porque al llegar a la cumbre de la
después de andar los 13.7 km en 6:07 horas (1:55 sierra aún quedaba una distancia larga y sumamente
horas menos que lo que hicimos de ida). En total agreste para llegar al cerro; por lo que sigue siendo
habíamos caminado en esta enmontañada: 36.4 la ruta más aconsejable la que se continuaría desde
el cerro Mármol después de acampar en su cumbre,
km, en 19:44 horas efectivas. Nos cambiamos de y luego descender hasta el Santo Toribio habiéndose
ropa y calzado y ya despidiéndonos, la esposa de abastecer previamente de agua en el riachuelo que
Arnoldo nos sorprendió, pues nos había preparado se encuentra poco antes de la cumbre del Mármol,
almuerzo con caldo de gallina con arroz, tortillas una expedición de cuatro o cinco días. Por supuesto
calientes y mucha limonada, de manera que lo la ruta más directa y fácil sería la que sube por la
aceptamos con mucho agradecimiento. vertiente del río Polochic y que nos fue negada en
nuestro primer intento por los lugareños de la aldea
Peñas Blancas, en jurisdicción de Telemán, Alta
Verapaz...

Bajando al Valle del Motagua.

Finalmente agradecimos a Arnoldo sus servicios
arreglando cuentas con él y con su señora, y
salimos cómodamente transportados rumbo a
Teculután a dejar a Rigo y de allí al restaurante de

370

TRAVESÍA “CHILASCÓ” - “VEGA LARGA” -
“CABAÑAS DEL PINALÓN”

Cerros Vega Larga y El Portillo

(26, 27 y 28 de febrero del 2016)

“Prepárate para caminar un kilómetro más. El recorrido hasta la cima de la montaña es siempre
mayor de lo que pensabas. No te engañes, ha de llegar el momento en que aquello que parecía cercano,

está aún muy lejos, pero como estás dispuesto a llegar hasta allí, eso no ha de ser un problema”
Paulo Coelho

Participantes: Guía: Porteador:
Carlos Beteta y Luis Luján Oscar Hernández Marcos Cacao

En esta ocasión mi colega y amigo montañista Luis Con el entusiasmo que aún tengo acepté con gusto
Luján me invitó para llevar a cabo una caminata la invitación, saliendo el viernes 26 rumbo a San
la cual él había realizado hacía poco tiempo junto Agustín Acasaguastlán en el kilómetro 190 de la
a un grupo de amigos; a este desafío iríamos solo carretera CA9 NORTE. Cuando empezábamos el
los dos como montañistas, acompañados de un descenso de Guastatoya al Rancho se podía ver la
experimentado guía guardarecursos de la Fundación cumbre de la Sierra de Las Minas despejada, por lo
Defensores De La Naturaleza, y un porteador para que podíamos augurar que nos haría buen tiempo
mis telenques. La travesía significaba atravesar la para la caminata. En San Agustín dejaríamos el pick
Sierra de Las Minas de NOR-ORIENTE a SUR- up de Luis para retomarlo cuando regresáramos
OCCIDENTE desde la carretera CA14 ruta a por la montaña tres días más tarde, y desde allí nos
Cobán, accediendo por el kilómetro 144 hacia la irían a dejar a Chilascó en otro vehículo, para iniciar
aldea Chilascó y desde allí caminar para llegar al desde ese punto la caminata; en otras palabras, una
campamento situado cerca de la cumbre del cerro vez iniciada la caminata desde Chilascó no había
Pinalón, pasando sobre el rompeaguas que separa la marcha atrás, teníamos que llegar a nuestro destino
vertiente del valle del Motagua en el departamento aproximadamente 40 km adelante por una ruta de lo
de Zacapa, de la del valle de Salamá en Baja Verapaz; más agreste que hayamos intentado.
un desafío realmente ambicioso y exigente, difícil de
predecir por mí en cuanto a su grado de dificultad, Cuando llegamos a Chilascó ya nos esperaba Don
pues aun cuando yo había llevado a cabo una Oscar Hernández, un experimentado guardarecursos
caminata por la región hacía ya 22 años, me parecía de Defensores, conocedor de la región y quien sería
que esta incursión podría ser más demandante para nuestro guía. Al ser presentados le referí a Don Oscar
mí ya apolillada humanidad, pues en la primera que hacía 22 años yo había efectuado una caminata
expedición yo tenía solo 59 vivarachos añitos, es por la ruta conocida como la de Lousiana, una ruta
decir, en pleno potencial montañista… que al principio es cercana a la de Vega Larga que

371

tomaríamos esta vez, y que en esa ocasión me había ya me fue familiar, aunque siempre muy cambiado,
acompañado un señor llamado Esteban Hernández; pero existiendo aún los preciosos bosques de
Don Oscar me interrumpió diciéndome que el que liquidámbares con sus distintos tonos de verde y
me había acompañado esa vez era su padre (quien llevando siempre el río Concepción a la derecha de
había muerto hacía tres años), y que recordaba lo nosotros (nororiente), y que precisamente nace solo
que le había contado de esa caminata conmigo. Me unos tres o cuatro kilómetros más allá de la Finca
dio mucho gusto y nostalgia, lamentando no haber Miranda, río que a partir de la aldea Chilascó toma
podido ver de nuevo a Don Esteban porque fue el nombre de río Chilascó. Llegamos más adelante
una agradable experiencia montaraz. Don Oscar a lo que quedaba de la casa patronal de la finca,
había contactado a un muchacho llamado Marcos recordando allí los grandes árboles de manzanilla
Cacao para que fuera mi porteador, un hombre muy y muchos morales, donde comimos las moras más
callado, en parte porque no entendía ni hablaba grandes que yo he visto y saboreado. Al solo pasar
muy bien el castellano, pues era de la etnia k´ekchí la finca la vereda se bifurca: la que sigue recto es la
de Purulhá. de Lousiana, que tomara la vez anterior, y la de la
izquierda (hacia el suroccidente), la de Vega Larga,
Debo decir que desde que llegamos a la cumbre de que nos esperaba con su caja de sorpresas…
Santa Elena para entrar a la vertiente del valle de
Salamá, el clima era totalmente diferente, pues el Hasta ahora habíamos caminado prácticamente
cielo estaba nublado completamente y por momentos sobre terreno plano pues solo habíamos ascendido
caía una sutil briza, o como se le conoce en la región 10 ms.n.m., desde la aldea, habiendo recorrido
un “chipi chipi”. Cuando llegamos a Chilascó Don como 10 km; ahora empezaríamos a meternos a
Oscar nos contó que había estado lloviendo mucho una montaña de pinal reforestado de unos 10 años
en los últimos días y que muy probablemente nos de edad, caminando por una vereda bien marcada
llovería durante la travesía; de hecho la salida por con poca inclinación donde nos sorprendió una
las calles de la aldea es entre zanjas y lodazales, y pertinaz llovizna. Luego de una hora y media
más adelante se toma por un camino entre bosque entramos al bosque natural ya con pinos grandes y
de cipreses y algunas granjas, pasando riachuelos y sotobosque más tupido, mucha humedad y algo de
atascaderos de lodo hasta un punto donde nos dejó lodo. Llegamos al primer río: San Antonio, el cual
el vehículo que nos traía desde San Agustín. Preparé fue mi primer obstáculo pues las piedras estaban
el tanate con mis bártulos, los cuales cagaría Marcos cubiertas de musgo resbaloso y temiendo una caída
a miches con mecapal, llevando yo mi mochila de preferí meterme al río con las botas puestas, de
asalto con solo lo indispensable para la caminata manera que al otro lado iba dejando el reguero de
del día y mi bolsa con la cámara fotográfica. Luis agua y haciendo el característico “choploc choploc”
también acomodó su mochila y ya con todo listo y en cada paso. A partir del río empezaba el ascenso
siendo las 9:05 horas iniciamos la que sería una muy al cerro Vega Larga, una empinada -y haciendo
larga caminata de tres días, con dos campamentos honor a su nombre- muy larga cuesta dentro de
en la montaña. Aunque yo había caminado por esos bosque húmedo, muy tupido, obscuro, con el suelo
lugares hacía 22 años, hoy no reconocía ni el pueblo, lodoso y yendo siempre bajo una tenue llovizna,
ni el camino; ya que caminábamos por uno que iba por lo que el frío era intenso y la transpiración
paralelo al que yo había andado, pasando potreros, profusa. Se empiezan a encontrar grandes árboles
fincas y riachuelos que no conocía, pero que por caídos por efecto del viento y/o por su edad, que
cierto era un camino más pintoresco. Después de interrumpiendo la vereda tenemos que bordearlos
unos 4 km se entronca con el camino viejo el cual o tratar de pasar encima de ellos, lo cual es muy

372

difícil y peligroso por lo resbaloso de la ramazón cerro hasta llegar a la cumbre a 2050 ms.n.m., cumbre
mojada y por los grandes hoyos que quedan entre que no tiene vista hacia ningún lado, simplemente
ella. Cuando hemos caminado como tres horas, la se sabe que es la cumbre porque de aquí en adelante
inclinación es de unos 50°-55°, y aquí el ir de tercero empieza uno a descender, y entonces los resbalones
en la fila implica un mayor grado de dificultad para son más frecuentes y peligrosos, porque uno podría
avanzar, porque el primero tiene la ventaja de ir caer y rodar por la ladera por varios metros antes
escogiendo el lugar exacto dónde poner la bota para de parar hecho una bola amorfa de masa lodosa,
no resbalar, que usualmente es donde hay hojarasca con uno o varios huesos rotos. Yo en particular voy
o tierra, que aunque está húmeda, siendo el primero despacio para minimizar los riesgos, teniendo en
que la pisa puede impulsarse para dar el paso y mente siempre que este modelito “1935” tiene que
seguir avanzando. El que va de segundo puede ser cuidarse más que los modernos modelos que me
que ponga el pie en el mismo lugar en el que lo puso acompañaban… Además en esta parte me empezaban
el primero y que resbale un poco y que al impulsarse a amenazar calambres en el muslo derecho, los que
“remangue” la hojarasca hacia abajo, dejando una finalmente se presentaron más adelante teniéndome
huella lineal de lodo imposible de volverse a “usar”, que detener por unos instantes para que me pasaran,
si lo quisiera hacer el que va de tercero, de manera y así en dos o tres ocasiones hasta que ya no me
que este último tiene que ir viendo dónde hay un molestaron más.
“nuevo” lugar donde dar los pasos, los cuales son más
largos, anchos o que arriesgándose a ponerlos en la Son las 14:00 horas y el refugio que Defensores
misma huella de sus antecesores, se resbale a veces recientemente construyó por este rumbo aún está
por 30, 50, 70 cm o hasta 1 m y más, quedándose lejos, de manera que no hay tiempo para descansar.
en las posiciones más grotescas y ridículas, o Poco a poco con la imprescindible compañía de
metiéndose los más dolorosos cachimbazos al caer mi bordón (esta vez de cafeto, no de liquidámbar),
de frente o de nalgas, con la gran dificultad que el voy bajando, cuando a pesar de la hora del día en
incorporarse significa; además del enorme esfuerzo la montaña imperceptiblemente la oscuridad se va
físico que representa cuando se camina por esos haciendo cada vez más evidente y por eso la caminata
prístinos parajes de la China Hilaria… también requiere de más atención, no puede uno
darse el lujo de perder ni momentáneamente la
Con mucha dificultad seguimos escalando el concentración. La deshidratación es mucha y
interminable cerro Vega Larga, encontrando requiere de ir tomando líquidos, lo cual, igual que
enormes y espectaculares robles centenarios de 50- los alimentos yo no he aprendido a consumir a pesar
60 y más metros de altura, con sus ramas cubiertas de la enorme demanda, y ahí voy jadeando con la
de toda clase de espectaculares epífitas y sus enormes boca y garganta secas, esperando oír pronto que
troncos de dos y más metros de diámetro, forrados de llegamos al refugio; sin embargo la bajada se hace
grandes “matapalos”, que dan la impresión como si interminable sin que cambien las condiciones del
les formaran una cubierta perfectamente entretejida terreno, excepto que la inclinación es mayor en esta
a la medida. Además vemos también gigantescos parte. Cuando ya eran como las 15:30 horas, Don
pinabetes frondosos casi solo en sus copas, Oscar señaló una desviación camuflada con algunas
semejando grandes plumeros. Por supuesto hay ramas, era la que conducía al esperado refugio y que
grandes pinos y un sotobosque de una biodiversidad lo hacían así para evitar que eventuales caminantes
incalculable, todo dentro de un ubérrimo ecosistema usaran ese refugio, cuyo propósito era para el uso
con humedad, oscuridad y fertilidad únicos. En este exclusivo de los guardarecursos de Defensores.
ambiente paradisíaco fuimos encaramándonos al Empezamos a descender por la desviación la cual era

373

solo una sutil brecha casi imperceptible, con un alto Por momentos la lluvia arreciaba y yo estaba
grado de dificultad de avanzar por ella al tener que ir preocupado por el día siguiente, pues sabía que sería
dando grandes pasos para salvar obstáculos, lo cual el más exigente y si amanecía lloviendo la caminata
supuse que sería el detonante para que los calambres sería muy, pero muy difícil… Como a las 19:30 horas
se presentaran de nuevo, pero afortunadamente no dispusimos acostarnos teniendo que quitarnos
fue así. Después de la desviación yo pensé que el tal pantalón y camisa mojados, así como aquellas botas
refugio estaría a unos cuantos metros, sin embrago enlodadas, y por supuesto las medias empapadas.
caminamos 30 minutos para llegar a él, y 30 minutos Yo tenía ropa de cambio pero no tenía otro par de
en esa montaña es mucho tiempo. Escondido en lo medias, porque las había dejado olvidadas en el carro
más recóndito de la selva finalmente estaba el ansiado a la hora de arreglar mis bártulos, por lo que me quedé
refugio; una estructura de madera recién construida descalzo dentro de la bolsa con un frío congelante en
con tablas aserradas in situ. La construcción es un los pies a pesar de cubrirme también con una sábana
cuartón como de 8x6 m con techo de lámina y piso térmica, que por cierto se me resbalaba a cada rato.
de tierra, sin ninguna otra facilidad. Como los muchachos no tienen un nivel para saber
si el camastrón queda completamente horizontal,
Cuando llegamos seguía lloviznando. Eran las cuando nos acostamos nos percatamos que había un
16:00 horas. Estábamos mojados no solo por la declive hacia los pies, por lo que durante la noche
lluvia sino por lo mojado del bosque que uno pasa nos resbalábamos a cada rato hacía abajo y eso hizo
rozando constantemente, por lo que después de que yo en lo personal no durmiera casi nada, además
parar un rato el frío se sentía muy intenso. Yo estaba del frío que era mucho, de manera que oí la lluvia
moderadamente cansado pues aunque habíamos toda la noche, lo que aumentó mi preocupación para
caminado aproximadamente 15 km en siete horas, la la jornada del día siguiente.
exigencia de la andada no había sido tan alta. Al llegar
Oscar y Marcos improvisaron un camastrón con Nos levantamos a las 6:00 horas teniéndonos que
unas tablas que no habían sido usadas aún, poniendo volver a poner la ropa mojada del día anterior
como colchón un montón de hojas secas de palma incluyendo las medias, lo cual es de lo más
que estaban dentro del refugio, luego encendieron desagradable que a uno le puede pasar siendo difícil
una fogata dentro del cerrado habitáculo y en poco adaptarse a esa incómoda sensación. Queríamos salir
tiempo el ambiente estaba totalmente lleno de humo, lo más pronto posible, sin embargo entre el desayuno
siendo imposible respirar dentro, por lo que tuvimos y el arreglo de tanto chunche y especialmente porque
que salir del refugio por momentos y procurar sacar uno piensa y repiensa la salida, fuimos arrancando
los tizones que por lo húmedos hacían más humo. hasta a las 7:38 horas, bastante tarde para lo que
Uno tenía que estar cambiando de lugar en el nos esperaba. Cuando salimos aún caía una tenue
cuartón para evitar el humo que parecía seguirlo a llovizna, pero el monte y la ramazón de la brecha
uno con especial dedicatoria. Con esta dificultad se estaban completamente mojados, y el suelo con
procedió a preparar una sopa, frijoles, café y pan. He mucho lodo; aun así teníamos que caminar, no había
de decir que yo aún no me había comido un delicioso otra opción. Ahora teníamos que salir para entroncar
sándwich de chile relleno de los que magistralmente con la vereda que habíamos dejado al desviarnos
elabora mi “chef” Antonieta, y que era la tercera vez hacía el refugio, lo que conseguimos tan solo unos
que incluía en el repetitivo menú para la montaña 10 minutos después, pero caminando entre un
que he venido consumiendo durante décadas. Era varejonal que nos puyaba el cuerpo por todos lados.
algo para celebrar. A poca distancia llegamos a una especie de valle sin
árboles grandes pero muy enmontado, donde Oscar

374

nos refirió que en la década de 1988 al 98 existió mismo lugar después de percatarse de la presencia
un asentamiento de unas 40 familias K´ekchíes que de los intrusos seres humanos.
formaron la comunidad de Vega Larga, dedicadas
a labores agropecuarias llegando a tener 16 reses Después de la cumbre que es una pequeña planicie,
y cultivar maíz, frijol y algunas hortalizas; además de nuevo venía un largo descenso entre bosque
de dedicarse a elaborar artesanalmente canastos de primitivo nuboso y frío con aún acompañamiento
cañita que vendían en Chilascó para poder comprar de lluvia ligera, pero lluvia al fin que seguía
algunas provisiones. Construyeron escuela, iglesia mojándonos. Yendo por aquí pudimos ver otros
y salón comunal, existiendo en el lugar aún restos enormes robles además de grandes pinos, nogales
de esa iglesia, y en el pequeño cementerio aún de montaña, pinabetes y un árbol muy especial:
permanecen a la fecha 18 personas enterradas. Este el cacahuate, árbol grande cuyos frutos de forma
hecho es algo insólito y muy interesante tomando ovalada como de 3 cm de largo, con una semilla
en cuenta lo recóndito del lugar. En 1998 empezó un grande “forrada” de una delgada capa de fruto
movimiento para desalojar esa comunidad lo cual se comestible, son los preferidos por los Quetzales,
concretó en 1999, quedando abandonado el sitio de hecho vimos varios tocones que evidenciaban la
desde entonces. existencia de esta magnífica ave en el área.

Pasando ese lugar se llega al río Vega Larga, el Terminando el descenso llegamos al río Marcedonio,
cual era un poco más ancho que el San Antonio donde otra vez los punteros vieron Quetzales.
y de nuevo para evitar brincar sobre las piedras Volvimos a subir una ladera inclinada pero más
resbalosas, lo crucé metiéndome al agua con las corta, para caer al otro lado al río El Cedral, otro río
botas puestas para evitar tenérmelas que quitar de aguas cristalinas y muy frías, donde vimos por
y poner de nuevo y perder en eso valioso tiempo. primera vez huellas frescas de tapir, pero sin haber
Ahora venía la trepada del cerro El Portillo, una podido ver al animal, y a poca distancia habían
muy empinada ladera en donde de nuevo tuve que también varias huellas de coche de monte en un
afrontar el hecho de ser el tercero en la fila y resbalar lugar donde habían estado joceando entre el lodo.
muchas veces y una que otra caída..., además por A partir del río ahora teníamos que encumbrar una
alguna razón sufrí más espinadas en las manos de muy larga ladera montañosa entre nubes, con mucho
las que recuerdo en una caminata, de manera que frío, muy inclinada, con mucho lodo y muchos
por “desconocimiento tuve que ir improvisando” árboles grandes caídos que dificultaban a cada paso
algunos términos inapropiados para castos oídos la marcha, poniendo en peligro nuestra integridad
y así liberar mi enojo… Así fuimos avanzando física al correr el riesgo de caer por los hoyos que
siempre con Luis y Oscar a la cabeza, quienes a veces quedaban entre la ramazón. Esta ladera era la del
se adelantaban un largo trecho y cuando finalmente cerro Trozo de Ocote o del Campamento Quemado y
los volvíamos a alcanzar, ellos emprendían de nuevo aquí de nuevo solo Luis y Oscar tuvieron la suerte de
la marcha después de haber descansado un rato, ver un pavo de cacho con su característico bodoque
pero yo solo seguía caminando sin detenerme sino amarillo sobre el pico. Nosotros con Marcos nos
tan solo unos instantes, lo cual de alguna manera era quedamos con los deseos de verlo también.
más desgastante para mí. Llegamos finalmente a la
cumbre de El Portillo a 2200 ms.n.m. Por cierto que En esta ascensión y después de aproximadamente
en esa escalada Oscar y Luis vieron varios hermosos siete horas de caminata desde el refugio, el cansancio
Quetzales, los que nosotros con Marcos no pudimos, empezaba a pasar factura a mi deteriorada y vetusta
pues es difícil que permanezcan un tiempo en el humanidad, situación agravada por la deshidratación

375

debida al calor húmedo y la transpiración excesiva; que seguir y llegar, pues era totalmente imposible
además de un consumo extremadamente alto de quedarnos vivaqueando por ahí por el real peligro
agua por el esfuerzo agravado por la falta de ingesta, de sufrir de hipotermia. Eran como las 16:30 horas
pues solo había bebido unos pocos sorbos de agua, y en la montaña ya se percibía la inminente llegada
y tampoco había comido casi nada. Esto no era de la penumbra, lo que significaba que la noche nos
nada nuevo en mí, son los pésimos hábitos que sorprendería aún en plena caminata. Estábamos
no he podido modificar a pesar de tantos años de cerca del lugar conocido como El campamento
montañismo. Haciendo un cálculo somero sobre el Quemado, donde por cierto volvimos a ver huellas
gasto calórico del que hablamos, pensamos que en muy frescas de tapir.
una jornada de siete horas de una actividad como la
de hoy, fácilmente podríamos gastar un promedio Yo caminaba muy despacio y parando muchas
de 8 a 10000 calorías, las cuales obviamente no se veces para descansar por unos instantes, afectando
reponen ni en un 10%, lo que explica la pérdida de directamente a Marcos quien venía con la carga a
peso corporal que se experimenta después de una de tuto atrás de mí en todo el camino, teniendo que
estas expediciones. ir a mi lento paso y por ello cansándose más. Seguí
bajando, dándome cuenta que llegábamos a otro río:
Encaramándome por esta inclinada ladera me caí El Cuje, y por lo tanto también tenía que subir una
en dos ocasiones más, una de ellas muy fuertemente ladera para la que ya no me quedaban fuerzas. Luis y
aunque sin consecuencias, yo las atribuí en parte al Oscar me alentaban para que sacara fuerzas de donde
agotamiento que tenía como efecto una pérdida de ya no las tenía; era tal mi agotamiento que sentía una
la coordinación y fuerza muscular. necesidad imperiosa y urgente de comer algo dulce,
como si la hipoglicemia fuera inminente; le pedí a
Oscar me había consolado al decirme que después Luis algo dulce dándome un gel energético usado
de llegar a la cumbre, de allí en adelante solo sería por los ciclistas, el que sentí como un resucitador,
descenso…, pues bien, no llegamos a una cumbre inundando mi organismo de nuevas energías que
sino a un filón; aquí descansamos un rato (aunque aproveché para continuar cresteando por un rato
los de la punta habían llegado como 15 minutos más, para luego volver a sentirme completamente
antes que yo), y mi decepción fue darme cuenta esmorecido. Cuando eran como las 17:30 horas fue
que en lugar de bajar seguiríamos el filón hacia necesario sacar nuestras lámparas de cabeza por la
arriba, esto tuvo un efecto psicológico devastador oscuridad imperante dentro de la montaña y entonces
en mí, sintiendo que desde ese punto mis fuerzas se dificultó aún más la marcha, íbamos resbalando a
y estado anímico disminuyeron notoriamente. cada poco, pasando por debajo de grandes árboles
Seguíamos subiendo y aunque la inclinación era caídos, a veces solo agazapándonos un poco,
menor que en la ladera del cerro propiamente, yo otras arrastrándonos como lagartijas y otras más
la sentía difícil. Subíamos y subíamos y el filón no caminando sobre ellos como puentes por 3-4 y hasta
terminaba, aunque la caminata en sí no era difícil 6 m de largo con peligro de caer por un lado hacia la
pero el cansancio era mucho. Cuando finalmente ladera. La marcha se hace lenta, veo a Luis también
nos reunimos con los delanteros, Oscar nos confesó cansado, pues aunque él ya había efectuado esta
que al paso que íbamos nos tomaría como 5 h llegar travesía en una ocasión, él mismo refería que había
a Las Cabañas, nuestro destino final. Esta noticia menospreciado la distancia a caminar y su real grado
terminó por demostrarme que el sacrificio estaba de dificultad, de manera que ambos deseábamos
muy lejos de terminar, pero estaba plenamente llegar pronto a nuestro destino. Hubo que subir otra
consciente de que aunque fuera arrastrándome tenía cumbre pequeña, que aun así fue la gota que rebalsó

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el vaso y por un momento me sentía al borde del untarme como mantequilla en la cama hasta el día
colapso, manteniéndome en pie solo pensando que siguiente. Así lo hice, me cambié la ropa por una
con cada paso que daba me acercaba unos 70 cm al seca, me volé las mojadas medias poniéndome unas
destino final, y que bajo ninguna circunstancia podía deliciosas secas, saqué una Pepsi que atraganté con
claudicar quedándome en el camino. Llegamos a una asombrosa avidez y me atoré un pan encanelado que
parte donde la marcha se hace sobre terreno plano, me supo a gloria. Así recuperé la conciencia para
y ahí iba yo trastrabillando y arrastrando a veces mi dimensionar lo que había ocurrido en esas 14:52
bordón, pues hasta él me pesaba ya. Luis me dio un horas anteriores, sin olvidar que tenía que seguir
pedazo de chocolate que igual que el gel anterior me con la agenda, pues quedaba pendiente el acostarme.
revivió temporalmente. Mientras tanto Luis, Oscar y Marcos se fueron a otra
cabaña para dejarme solo y tranquilo, y ellos para
Cuando eran como las 21:50 horas entroncamos con cenar y comentar. Yo salí de la cabaña queriendo
el camino que va de la casa de Don Carlos Méndez orinar antes de acostarme, logrando solo unas pocas
a las cabañas nuevas de Defensores y yo recuperé gotas de una especie de jarabe, era la segunda vez
el optimismo pensando que sería cosa de minutos desde que salí del campamento por la mañana y
para llegar a ellas; sin embargo empezamos a subir como dije no había tomado casi nada de líquidos.
y subir curva tras curva, luego una recta y otra recta Saqué mi bolsa de dormir, la tendí sobre la cama,
más y otra curva; en un camino que era una gruesa me puse mi rompevientos y mi chuyo peruano, me
alfombra de espeso lodo y zanjas llenas de agua que cubrí con mi sábana térmica y me enrollé como un
nos obligaban a meternos entre la maleza de ambos capullo, y creo que me morí por varias horas, pues
lados. Luis y Oscar se habían adelantado bastante, no desperté sino hasta las 6:45 horas completamente
tanto que pensando que por ser de noche me había recuperado física y mentalmente, sabiendo que ya
pasado de las cabañas, opté por gritarles y chiflarles no teníamos prisa, pues estábamos a solo poco mas
sin obtener respuesta, hasta que en un segundo de dos horas y “solo bajando”, a la casa de Don Carlos
intento oí que me decían que ya estaba a poca Méndez donde nos recogerían para llevarnos a San
distancia del final, tanto que Oscar como si se tratara Agustín. Con toda la choya nos levantamos con
de la final de una maratón, me salió al encuentro y Luis. Yo empecé a acomodar los avíos para hacer el
me decía: “Dele doctor, ya faltan solo unos metros último bulto que cargaría Marcos, no sin antes sacar
para llegar a su cama”. Efectivamente siendo las el consabido desayuno: jugo de vegetales, galletas,
22:30 horas hice mi entrada triunfal al campamento unos choricitos, pan encanelado y refresco. Al poco
después de larguísimas 14:52 horas de extenuante rato estaba casi listo para iniciar el último tramo de
caminata de aproximadamente 20 kilómetros. la caminata. Luis había salido un poco antes pues
quería ir a ver la Peña Del Ángel desviándose un
Recuerdo que subir las ocho o diez gradas para llegar poco del camino principal, para luego reunirnos
al segundo piso de la cabaña fue el summum de mi de nuevo; yo no intenté acompañarlo pues ya la
tortura, y al llegar al cuarto vi con verdadero placer conocía y porque además el clima no era el ideal para
que había una cama con colchón esperando por tener una buena vista de ella y fotografiarla y porque
mí desvencijado cuerpo y dentro de un ambiente sinceramente no tenía ganas de caminar más. Puse
cerrado, alejado de la cruel intemperie que me unas golosinas, dos latas de refresco y galletas en mi
había venido rodeando durante tanto tiempo. Hacía mochila de asalto y ahora sí estaba listo para caminar
mucho frío. Estábamos a 2820 ms.n.m. Me urgía la última etapa de esta sufrida travesía. Siendo como
quitarme la ropa mojada, comer y beber algo de lo las nueve de una mañana fría y parcialmente nublada
que traía en el bulto que traía Marcos y finalmente pero sin lluvia, salí acompañado de Oscar y Marco

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rumbo a la casa de Don Carlos por el mismo camino de la travesía, la dificultad para llevar la cámara en las
lodoso de la noche anterior y poco a poco y sin prisa manos ya que las necesitaba para irme agarrando de
bajábamos oyendo varios grupos de zaraguates en cualquier cosa que me ayudara a avanzar, lo que me
los grandes pinos muy cerca del camino, con ese obligaba a llevarla dentro de la mochila; todo esto y
característico y amenazante rugido que inunda el más, no me permitía pensar siquiera en detenerme
bosque en forma horrísona. Oscar se quedó en la para sacar la bendita cámara y “perder el tiempo” en
entrada de la desviación a la Peña para esperar a Luis tomar una foto, ante la prioridad de caminar unos
y alcanzarnos después a Marcos y a mí. Poco antes de pasos más. Solo puedo decir que aun con fotos es
la casa de Don Carlos, y siendo las 11:15 horas Israel imposible narrar la magnificencia, el summum de la
quien nos había llevado a Chilascó, nos esperaba belleza de esas paradisíacas montañas ante las cuales
en el pick up para bajarnos finalmente a la casa de uno se queda maravillado.
Don Carlos, donde paramos para saludarlo y para
degustar un abundante y delicioso desayuno que su Como colofón de esta actividad debo decir que
esposa amablemente nos ofreció a todos, después además de lo gratificante, también ha sido sumamente
del cual nos despedimos y enfilamos hacia San exigente y me ha servido para replantearme la
Agustín por unos 25 km de camino de terracería en planificación de futuras expediciones, al estar
buen estado pero sin mucho paisaje, llegando a casa consciente de que los años no pasan sin dejar su
de Israel en esa población como a las 14:00 horas, y huella indeleble sobre nuestros cuerpos y cuando
de allí como aún nos faltaba la celebración oficial de estos ya tienen muchos años de uso... como el mío,
la caminata, pasamos a comer algo..., y por supuesto se empiezan a correr riesgos que pueden ser de
para tomar un par de cervezas bien frías con unas consecuencias diferentes a las de cuando uno tiene
sabrosas boquitas de chicharrón. Finalmente nos 20, 30, 40 o 50 años por decir algo; pues cuando se
dirigimos a casa satisfechos, y con un cargamento tienen casi 81 las cosas son muy distintas y uno tiene
muy grande de recuerdos y anécdotas, para rellenar que pensar que para un ya vetusto modelo 1935 ya
esa gran mochila que llevaremos orgullosos hasta el no hay repuestos. Además, de alguna manera uno
último día… pone en riesgo a los compañeros de montaña o
cuando menos, los obliga a caminar a un paso más
En esta expedición habíamos recorrido un total lento de lo que su capacidad les permite, lo cual los
de 40 km en 24:02 horas de caminata efectiva; hace perder tiempo y ha de molestarles aunque por
una de las más largas que hayamos efectuado amabilidad y discreción no lo digan…
en este tipo de selva. Calculando la velocidad
de marcha en esta caminata obtenemos un
promedio de 36.0 min/km, el cual no refleja la
velocidad real, pues la marcha fue muy mucho
más rápida el primer día: 27.0 min/km; que el
segundo: 35 min/km, lo que refleja la mayor
dificultad de la marcha en ese segundo día.

Lo único que lamento es el no haber podido
documentar esta gratificante caminata con algunas
fotografías, pero esto se debió a lo agreste del terreno,
el cansancio, la deficiente claridad de la selva, la
pertinaz lluvia que nos acompañó en la mayor parte

378

OTRAS CAMINATAS

Así como la anterior actividad montaraz, el
Grupo de Montañismo Tzuul Tak´a realizó
unas 19 más de diferente duración en días y
en tiempo efectivo de caminata, así como en
grados de dificultad, las cuales representan
un total de 356.4 km de caminata, un tiempo
efectivo total de 232:37 horas, e instalación
de 23 campamentos de montaña en 53 días de
duración.

Entre esas caminatas queremos mencionar unas
pocas que deseamos queden en la mente de nuestros
lectores, especialmente entre los amantes de este
bello, único y gratificante “deporte”, para que las
anoten en la agenda pendiente por realizar algún
día:

• Caminata por las Montañas del Licenciado, Poza del Riñón, río Repollal.

en Jones, Río Hondo Zacapa.

• Caminata por las Montañas de Cabrera y

de Cordón, también en Jones.

• Caminata entre las aldeas Jones y Morán.
• Caminata entre la Marmolera San Lorenzo

y la Finca Alejandría.

• Caminata por las cascadas de Santa Rosalía

Mármol, Teculután.

• Caminatas a muchos de los destinos

partiendo de la aldea Morán, Río Hondo.

• Caminatas a la cumbre de la sierra por

Morán, Río Hondo.

Queremos hacer énfasis en que estas caminatas Cascada Cola de Caballo.
no tenían por objeto ascender ningún cerro en
particular, por lo que son diferentes a aquellas en
las cuales sí se escaló alguno de ellos, y que fueron
motivo de su relato en anteriores páginas de este
libro.

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Campamento en río Agua Fría. Catarata en río Agua Fría.

Bosque nublado.

380

Ruta a San Lorenzo Mármol

Cascada bonita, río Agua Fría. Campamento, río Agua Fría.

381

Ruta San Lorenzo - Alejandría. Campamento en río Colorado.

Río Colorado.

382

Para dar por terminado este libro y como amante de
las estadísticas, quisiera dar a conocer los números
finales de este largo periplo por los rincones más
íntimos de la hermosa SIERRA DE LAS MINAS,
que ella me permitió conocer en el curso de los 25
años más maravillosos de mi vida. Este ir y venir
a pata por sus dominios, representado en fríos
números es como sigue:

Total de kilómetros recorridos
sobre caminos de tierra: 2703.5 km.

Total de kilómetros recorridos
sobre carretera asfaltada: 22020 km.

Total de días ocupados en las
expediciones: 195 días.

Total de kilómetros recorridos a
pie: 1373 km.

Tiempo total de caminata efectiva:
919:14 horas= 38 días 7 hrs 14 min.

Total de campamentos armados: 105
campamentos.

Catarata del río Jones.

383

ANECDOTARIO TZUUL TAK´A

“El ser amigo no se puede definir, simplemente sé es”
Carlos Beteta

En mis más de 61 años de andar por montañas, otros; además en la finca se mataban reses, marranos,
ríos, cuevas, volcanes, montañas, cataratas, rocas, cabras, y por supuesto gallinas. Es decir, para mí la
etc. en Guatemala y en algunos otros países, como cacería era algo natural, como lo era matar animales
fiel amante de la naturaleza en sus más hermosas y domésticos para consumo. Cuando a los 23 años (año
espectaculares expresiones; he vivido innumerables 1958), se me presentó la primera “oportunidad” de ir
anécdotas entre simpáticas, insólitas, increíbles, a una cacería formal de animales “grandes”, para mí
peligrosas, frustrantes, tristes, bellas, gratificantes, fue una aventura “placentera”. Era una época cuando
educativas etc., que pervivirán imborrables en por ninguna parte se hablaba de conservación de las
mi memoria, como fiel testimonio de mi vida de especies o de especies en peligro de extinción, o de
andarín, trotacerros, viandante, subirmontes o cuidar el ambiente; la palabra ecología y hábitats
montañista; como usted quiera llamarme. quizás las usaban los biólogos pues no sé si ya
existían los ecologistas.
Antes de entrar a narrarles algunas de esas
anécdotas, debo de hacer una confesión que me Era una época en la que había tal abundancia de fauna
descargue de un sentimiento de culpa que he venido en todas partes, que la cacería era practicada casi
teniendo desde hace muchos años, y es que si no indiscriminadamente por muchas personas. Unos
la hiciera previamente; al leer algunas de esas iban a “tirar” patos, palomas y gallaretas a la laguna
anécdotas encontrarían grandes contradicciones, de Retana (ya desaparecida), otros a “lucear” conejos
incongruencias, incoherencias entre lo que confieso o cazar iguanas a la costa, o preparaban sus jaurías
y la forma vehemente cómo defiendo algunas de perros sabuesos para las emocionantes cacerías
situaciones en mis anécdotas y lo primero que se de venado tanto en la costa, como en muchas otras
podría inferir de ello, sería que no tengo la calidad regiones del país. Pues bien, nosotros aspirábamos
moral para hacer esa defensa, y yo deseo que me a más, y así capitaneados por mi recordado gran
otorguen la oportunidad de ser oído y juzgado, y amigo y en ese tiempo compañero de promoción
después, si así lo consideran acepten mí justificado en la Facultad de Medicina de la Universidad de San
y genuino arrepentimiento. Carlos, Dr. Mario Castejón García-Prendes -a la
sazón ya experto cazador-, y mis también queridos
En mi infancia crecí en ambiente de campo en amigos: Drs., Manuel Ramírez Lassepas, Carlos
una finca de mis padres, luego entre los siete y Vassaux, Rodolfo Bonilla Sandoval, el Ing. René
los catorce años de edad pasaba mis vacaciones Estrada, Lic. Rafael Castejón García-Prendes y el Sr.
también allí, y durante ese tiempo acompañaba a Mario Aguilar, y como guías Don Ramón Rodríguez
mi padre y al personal de la ranchería a eventuales y su hijo, y algunos más; efectuamos en los años
cacería de venados, conejos, armadillos, palomas, 1958, 59 y 60 tres expediciones de cacería por 20 y
patos, zarigüellas (tacuacines), ardillas, iguanas, hasta 30 días de duración cada una, por las regiones
cangrejos, ranas etc., veía cómo mataban animales delrío Sebol en Alta Verapaz, y de los hermosos
“perjudiciales” como coyotes, taltuzas, gavilanes, y entonces grandes ríos Pasión, Salinas y Usumacinta

384

con sus múltiples pequeños afluentes y selvas en UNA NOCHE TRISTE
el departamento de Petén; expediciones que por sí
solas podrían ser motivo de varios capítulos aparte. En agosto de 1996 en agradable compañía de
Pues bien, durante esas incursiones vimos mis amigos Mario Da Silva y Margarita López,
cinco jaguares matando a tres de ellos, cazamos decidimos efectuar la caminata de la “Trilogía de
muchos jabalíes, tepezcuintles, algunos lagartos y los cerros Palomas, Santo Toribio y El Imposible”
mazacuatas de más de 2.75 m de largo, pescamos en la Sierra de Las Minas (SM), en jurisdicción de
mucho y por supuesto vimos una enorme diversidad río Hondo en el departamento de Zacapa, una de
de fauna (tapires, mapaches, pizotes, iguanas, las más difíciles que podemos recordar, (26:25 h de
quebrantahuesos, guacamayas y loros, garzas azules caminata efectiva en tres días). Habíamos llegado a
y blancas, etc.), que no eran el “objetivo” de nuestras la Finca Alejandría la tarde anterior desde la aldea
cacerías. Por favor no tomen esta descripción Jones tras una caminata de 6 h. La mañana siguiente
de especies como una forma de presunción para después de ascender primero el cerro Palomas en
vanagloriarnos, de ninguna manera, es solamente 4:15 h, bajamos de nuevo a la finca para dirigirnos
para hacer énfasis en lo fácil que era tener encuentros al segundo cerro, el Santo Toribio, en compañía de
cercanos con esa biodiversidad. nuestro guía conocedor de la prístina región Don
Julio García, eran como las 15:30 horas, empezaba
¿A dónde quiero llegar con lo dicho?..., bueno, es que a lloviznar y presagiaba fuerte lluvia más tarde, aun
hoy que la mayoría de esas especies mencionadas, así decidimos ganar camino porque al siguiente
desgraciadamente casi han desaparecido, se nos día teníamos que descender del Santo Toribio,
puede señalar con justicia o no, de haber contribuido dirigirnos a El Imposible y bajar de nuevo hasta la
a su desaparición, y aunque no encontramos una aldea Jones, jornada que suponía más de 13 horas
respuesta que pueda satisfacer a los hoy defensores de extenuante caminata. Pues bien, en la etapa de la
de los animales, en nombre de todos los amigos que finca Alejandría al Santo Toribio, con mochilas de
participamos (porque estoy absolutamente seguro unos 65 libras de peso, bajo la lluvia, y luego de 3:30
que comparten el mismo sentimiento que yo), h de caminar, entró la noche y no encontrábamos
quiero decirles que nos arrepentimos de corazón y dónde hacer campamento, íbamos en una ladera
pedimos perdón a la Madre Naturaleza por el agravio de montaña virgen moderadamente inclinada, con
de que fue objeto de parte nuestra, “justificando” mucho, pero mucho lodo, abundante broza revuelta
nuestro proceder (si esto es valedero), solamente con el lodo, sin vereda sino haciendo brecha con
por esa abundancia de animales, y la ausencia machete en mano. Estando ya obscuro, muy cansados,
en ese tiempo de información al respecto de su con hambre y totalmente empapados, ropa interior
conservación, ignorando el peligro de la extinción incluida; en esos momentos lo único que queríamos
de las especies. Hoy no hay uno sólo de nosotros que era parar, armar nuestra carpa y “descansar”. No
no sea un acérrimo enemigo de la cacería irracional habiendo ningún lugar mejor en la inclinada ladera,
o indiscriminada, y algunos como yo, inclusive de hicimos un lugarcito por ahí “limpiando” de arbustos,
la llamada “cacería deportiva”. Por todo lo expuesto, ramas y piedras, y como pudimos colocamos nuestra
cuando más adelante lean mis comentarios en tienda, nos quitamos la ropa literalmente estilando
relación con la muerte de algún animal, quiero que agua para podernos ropa seca y meternos a nuestras
sepan que mis sentimientos son legítimos, sinceros, bolsas de dormir, y nos amontonamos como tanates
honestos; no es una doble moral, se los puedo jurar. dentro de la inclinada carpa. Llovía torrencialmente
con tormenta eléctrica de ganancia; sin embargo
fue tan grande el agotamiento después de 7:40 h

385

de extenuante caminata en esas condiciones, que dicha piedra y con contra otra que estaba en el fondo,
ninguno supimos en qué momento nos dormimos. quedando el vehículo inmovilizado totalmente en el
Yo fui el primero en despertar como a las 6:00 horas, río. Sin poderlo mover, se juntaron varios hombres y
y fue la más extraña sensación al vernos acostados entre todos logramos sacar parcialmente el vehículo
sobre la puerta de la carpa; habíamos rodado sobre de la posita, y ya con la fuerza del motor logramos
la tienda debido al lodo que había debajo de ella y lo pasar el río. Al salir a la orilla me percaté que salía
inclinado del terreno, por lo que ahora estábamos una pequeña cantidad de aceite de la caja de cambios,
amontonados junto a unos arbustos abajo de donde lo cual me preocupó mucho porque podía significar
habíamos armado la tienda la noche anterior; no que ya no pudiera mover el carro sin hacerle
recuerdo exactamente cómo salimos de ese “capullo”, previamente la reparación in situ, afortunadamente
lo que sí recordamos todos es que nos teníamos que la fuga era mínima y la pude chapucear con “jabón
volver a poner la misma ropa totalmente mojada y de coche” que los mismos aldeanos me consiguieron.
maloliente, incluyendo por supuesto las medias y las Estacionamos en un lugar sombreado (estábamos
botas. Esta fue una experiencia muy desagradable a 38.5°C), y ya un poco más tranquilos fuimos a
que recordaremos siempre, y más porque como una estacionar el carro, decidiendo cumplir con nuestro
ironía, el lugar donde ocurrió este memorable pasaje objetivo inicial que era el de subir el cerro, lo que nos
montañista, nos dijo Don Julio que era conocido llevó como 4 h pues era pequeño, pero la dificultad la
como: LA NOCHE TRISTE… determinaba el sofocante calor, el terreno arenoso y
seco y la alta inclinación de la relativa corta distancia
UN PUENTE…PERO QUÉ PUENTE a recorrer de apenas unos 5 km ida y vuelta.
Regresamos muy cansados y sedientos y luego de
Yendo con mi amigo Miguel Suárez a un viaje hacia un pequeño descanso yo quería volver pronto a
la frontera con Honduras, entrando por El Rico, Los casa por la avería del vehículo, y no queriendo -si
Amates, Izabal, con el objeto de ascender el cerro era posible-, regresar y atravesar de nuevo el río,
de los Nacimientos; a poca distancia de la última pregunté si no había otra ruta de salida de la aldea,
aldea Canaan, y literalmente a pocos metros de refiriéndome que a cierta distancia río abajo había
dicha frontera; nos encontrábamos ya para llegar un puente pero que no lo pasaban carros tan grandes
a la aldea a sólo unos 200 m de la misma, teniendo como el mío; decidimos ir a verlo y efectivamente,
antes que atravesar un río que tenía como 15 m de aquí el mismo río ya tenía como 35-40 metros de
ancho con regular caudal, donde habían algunos ancho, pero más profundo, y para el cruce peatonal,
“pasos” que parecían fáciles, de sólo unos 30-40 cm de bestias de carga y caballería, los aldeanos usaban
de profundidad aunque con muchas piedras algunas un puente colgante como de 55 metros de largo y
muy grandes, otras aplanadas, afiladas y resbalosas. más o menos a 4 m de altura, sostenido por cuatro
En el lugar se encontraban unos lugareños, uno de gruesos cables de acero de más o menos 5 cm de
los cuales me dijo que me indicaría desde la orilla grosor, fijos a varios parales de hierro en el trayecto
opuesta la ruta que debía seguir en la atravesada, del puente, y a gruesos segmentos de rieles de línea
para no caer en pozas ni chocar con piedras grandes. férrea parcialmente enterrados como a 7 m de los
Como a 10 m de haber empezado a atravesar, hacia extremos. El puente en cuestión con una especie de
el lado del copiloto había una de esas pozas de solo pequeños marcos de madera a amanera de puertas
unos 50 cm de profundidad donde apenas sobresalía de entrada, puente de solo 1.80 m de ancho (tan sólo
la punta de una piedra y que nuestro “experto guía” unos pocos centímetros más ancho que mi querida
guía no me advirtió de su existencia; el carro resbaló Nissan Patrol), con carrileras de tablas de madera a
hacia la poza golpeando fuertemente de lado contra cada lado como de 25 cm de ancho, apenas 3 cm más

386

anchas que las llantas; carrileras colocadas sobre una Vista del “puente”.
cama de tablas horizontales angostas y en no muy Saliendo del “puente”…
buen estado, pues se podía ver el río a través de
muchos de los espacios que quedaban entra ellas.
Nos miramos con Miguel quedándonos callados
cada uno pensando lo mismo: ¿cabría el carro en
ese “puente”?, ¿soportaría su peso? Pasaron unos
momentos y finalmente después de sopesar los pros
y contras decidimos optar por pasar. Nos subimos
al vehículo y entramos al pequeño puente, el que
parecía un callejoncito estrecho el cual se mecía un
poco a pesar de ir literalmente a vuelta de rueda.
Tuve que replegar ambos espejos retrovisores
para poder caber, porque si no estos topaban con
los parales y los cables de acero por lo estrecho,
quedando sin visión hacia los lados y atrás. Cuando
había recorrido como 15 m supe que ya no podría
regresar, porque primero no podía ver hacia atrás
y luego porque con la más mínima desviación del
timón me saldría de las rodadas, con el inminente
riesgo de caer sobre los maltrechos travesaños y de
allí posiblemente al río… Por un momento durante
esos primeros metros pensé que hubiera sido una
buena idea que Miguel pasara adelante para guiarme
y para tomar fotos..., pero ahora era tarde pues no
podía abrir la puerta, ni salirse por la ventanilla,
porque eso implicaría dejar las piernas colgando al
vacío mientras se aferraba al cable para llegar delante
del carro. Esto no lo haría Miguel, lástima, porque
esas fotos serían hoy una prueba incontrovertible
de semejante odisea. Finalmente pasamos el puente
un tanto sorprendidos por haberlo logrado y en “tan
solo 12 minutos”…, y sin sufrir un infarto. Tomamos
fotos del puente, hicimos los obligados comentarios
y nos dirigimos raudos y veloces a la capital a casi 400
km de distancia y reparar mi carro…, lo cual no fue
barato por cierto. Por todo lo ocurrido, fue un viaje
para no olvidar. Unos años más tarde regresé por el
mismo camino rumbo a la frontera para efectuar en
ascenso del cerro Azul, ya en territorio hondureño,
pero el precioso puente ya no estaba, sentí mucha
nostalgia…

387

SILENTE AMENAZA NOCTURNA de temores tomando en cuenta lo que le puede
pasar a cualquier persona extraña que se aventura a
En diciembre de 1993 un grupo de amigos caminar de noche por esas recónditas regiones. Cada
montañistas decidimos llevar a cabo el ascenso de uno de nosotros les dimos las buenas noches varias
los volcanes: Tacaná, Tajumulco y San Antonio en veces sin obtener respuesta alguna, hubo unos dos
el departamento de San Marcos; nos dividimos en minutos de silencio que parecieron horas, durante
dos grupos, uno iría al Tajumulco porque ya había los cuales nadie emitió el más mínimo ruido, excepto
subido el Tacaná y el otro al Tacaná porque ya había que cada uno de nosotros podíamos oír y sentir
ascendido el Tajumulco, luego nos reuniríamos para nuestros propios latidos cardíacos aumentados al
ascender juntos el volcán San Antonio. El grupo máximo. La situación no podía continuar en ese
que iría al Tacaná éramos: Oliverio Guerrero, Issa tenso impase, optando por identificarnos como
Quintana y el suscrito; iniciamos el ascenso desde simples montañistas que nos dirigíamos a la
la aldea Sibinal por la ruta del Caracol siendo ya las “Laguna Seca” en la cumbre, para dormir allí, y que
17:00 horas, quedaba poco tiempo de luz de día para si querían llegar a tomarse un “cafecito” más tarde
avanzar. Subimos por la Haciendita, llegamos a La los esperaríamos. Luego nos despedimos pareciendo
Pila Seca y luego al lugar conocido como Los Papales un trío de idiotas hablando solos desde hacía un rato,
ya de noche, percatándonos aquí que más o menos acto seguido empezamos a caminar en fila india
a 1 km de distancia venía un grupo de personas, muy, muy lentamente; Oliverio adelante, Issa en
que por la cantidad de luces de las linternas que medio y yo al final. Conforme nos íbamos alejando
traían calculamos que eran como 15; nos extrañó los primeros metros, especialmente yo que iba de
al principio pero pensamos que era otro grupo de último, sentía que en cualquier instante sonarían
montañistas, pero llamaba la atención lo rápido que disparos contra nosotros y allí terminaría todo, esto
caminaban; Oliverio sugirió que nos quedáramos afortunadamente no ocurrió… y por eso lo puedo
sentados, quietos y callados por un rato, al cabo del relatar hoy. Así nos alejamos y no recordando cómo
cual nos pareció que el grupo se había quedado en caminamos la última parte de la vereda pasando por
alguna parte, porque ya no los volvimos a ver; nos el Bosque de las Ardillas y llegando a la Laguna Seca,
tranquilizamos y decidimos acelerar el paso para tramo que usualmente se hace en 1:30 h, pero que
llegar hasta una talanquera más arriba, donde según lo habíamos hecho en 2 h, debido al estado anímico,
nosotros nos sentiríamos más seguros. Llegamos emocional y desgaste físico de la jornada.
muy cansados por el esfuerzo y la tensión, y cuando
apenas habíamos pasado como 60 m de la puerta, Después de 9 horas de caminata (eran las 4:00
oímos ruidos extraños, y al dirigir nuestra luz hacia horas), ya en la Laguna Seca y sin ánimos para armar
el lado de dónde provenían los ruidos, allí estaban campamento, decidimos pernoctar en la cueva de
varios hombres que nos alumbraban apuntándonos una gran roca donde acondicionamos hoja de pino,
en la obscuridad con rifles y escopetas, a los que y luego de tomar solo una taza de sopa y comer pan
apenas podíamos vislumbrar por la oscuridad y con café, extendimos nuestras bolsas de dormir
por estar encandilados por sus linternas; no nos y pasara lo que pasara, nos dormimos hasta el día
explicábamos cómo se nos habían adelantado sin siguiente, cuando completamos nuestra actividad
que nos diéramos cuenta, pero claro, ellos conocían montañista al escalar hasta la cumbre, comentando
perfectamente el terreno aun en la noche. En ese más tranquilos nuestra muy desagradable experiencia
momento nuestro estado emocional había llegado a de la noche anterior.
su clímax, pasando por nuestras mentes toda clase
Aunque como dije antes no pudimos identificar a

388

las personas que nos detuvieron, creemos que lo más probable fue que se haya tratado de miembros de las
llamadas Patrullas de Autodefensa Civil -PAC-, más que de la guerrilla o del ejército, que en ese tiempo
andaban por esas montañas librando encuentros, y aunque desconocemos el propósito de la acción, no nos
explicamos por qué no nos hicieron nada, puesto que les hubiera sido muy fácil dadas las circunstancias.

Vista del volcán Tajumulco ascendiendo el volcán Tacana. Montañistas acampando en “La Talanquera”.

En la cumbre del volcán Tacana.

389

Vista de la laguna seca. ATISBANDO EL INFIERNO
Cráter del volcán Tacana y el “bosque muerto”.
Sería allá por el año 1966 o por ahí, cuando sucedió
lo que voy a relatarles. Después del colapso parcial del
cráter “original o viejo” del volcán Pacaya, se podía
ascender hasta lo que había quedado de ese cono y
su cráter, y observar desde allí arriba en el fondo, el
nacimiento y subsecuente desarrollo del nuevo cono
con justicia llamado Cono MacKenney, en honor
a uno de los pioneros del montañismo y único
investigador de dicho volcán, mi querido amigo y
colega el Dr. Alfredo Mackenney F. Dicho nuevo
cono nació precisamente en el fondo del colapsado
cono anterior, a cuyo nacimiento junto a Alfredo y
Luis Lara, tuve el privilegio de poder asistir no por
ser pediatra..., sino como montañista, y estar en el
lugar y el momento preciso, pues cuando llegamos
el “conito recién nacido” tenía sólo unos 2 m de alto
y aún no se parecía en nada a su papá y empezaba
a tirarse sus primeros peditos premiados con lava.
Con los años el conito fue creciendo y creciendo con
las repetidas erupciones, hasta llegar a tener su borde
en el momento de la anécdota a relatar, unos 10-12
m menos que la altura del borde del resto del cráter
viejo; quedando entre ambos bordes una pequeña
hondonada como de unos 8-10 m de profundidad.
Uno parado en el borde viejo veía hacia abajo las
explosiones del cono nuevo, y la salida de ceniza
y piedras de lava incandescentes como a 30 m de
distancia. Observando tan espectacular fenómeno
nos dimos cuenta que las erupciones ocurrían con
una regularidad cronológica bien definida, a tal grado
que podían ser predichas con un margen de error en
tiempo muy pequeño, lo que inspiró al “intrépido”
Alfredo (para decirlo en forma eufemística),
para tener la “genial” (también eufemísticamente
hablando), idea de que en el lapso de inactividad
que seguía a una erupción (que era sólo de unos
tres a cuatro minutos), bajáramos la hondonada,
subiéramos la inclinada (más o menos 50°) pared
del “conito” y nos asomáramos a su borde a ver el
fondo de su cráter por unos instantes, que serían
de sólo unos tres a cuatro segundos, bajar de nuevo

390

dicha pared y subir la otra también muy inclinada UNA NOCHE MAS TRISTE…Y OLOROSA…
hacia el borde del cráter viejo de donde habíamos
partido; todo esto tan rápidamente como nuestras Algunos miembros del Grupo habíamos llevado a
capacidades físicas nos lo permitieran, para estar cabo desde mayo de 1997 cuatro intentos fallidos
allí antes de la siguiente erupción y ahí terminaba por ser los primeros en conquistar la tercera cumbre
la “preciosa” experiencia. No recuerdo si al regresar más alta de la Sierra de Las Minas: La Cucaracha
traíamos los pantalones mojados o “sucios”… Los (2950 ms.n.m.), esto debido a factores como el
inteligentes participantes en esa única ocasión difícil acceso en vehículo hasta el campo base, lo
fuimos Alfredo y el que escribe, porque Rolando agreste del terreno y la ausencia de agua en toda la
Ortiz, más conocido como “Chilillo”, quien también travesía, que nos obligaba a tener que cargar con 40
iba y fue el único sensato del grupo, no quiso litros del vital líquido además de comida y equipo
participar. Nunca se me podrá borrar de la mente completo de montaña. A pesar de esos antecedentes
el aspecto infernal (porque si existe el infierno debe decidí efectuar el 5° intento en cuatro días; del 29 de
ser así), de ese gran agujero tan obscuro, y en el marzo al 1 de abril del 2000, junto a dos porteadores
fondo apenas visible por el humo, la imagen de la lugareños: Pablo Vásquez de 33 años y Marco
lava preparándose a salir en la próxima erupción, Tulio Rodríguez de 31, habitantes de El Chico,
además de ese sui géneris penetrante, desagradable y última aldea que se encuentra en el trayecto del
diábolico olor a azufre… acercamiento al campamento base, quienes tampoco
conocían esa montaña. La logística de la expedición
Juzgue el lector si a esto se le puede llamar osadía, consistía en llevar a cabo tres campamentos de
temeridad o valor…, para mí y a posteriori, sólo montaña, dos de ascenso y uno al descender. El
fue una monstruosa, superlativa e irresponsable primero lo alcanzamos en 3:41 h ascendiendo una
ESTUPIDEZ. ¡Ah! y que conste que ya éramos colina sumamente empinada (55°), con una carga de
ADULTOS Y CON FAMILIAS… más o menos 90 lb para los muchachos y 70 para mí,
habiendo ascendido “sólo” 390 ms.n.m.(promedio
Vista del volcán Pacaya desde el cerro de las Cabras. de 100 m por cada 56.6 minutos). El lugar era un
filón angosto pero que nos permitía montar un
campamento. Yo instalé una pequeña carpa, los
muchachos prefirieron quedarse vivaqueando
pues la temperatura era agradable (26.4° a las 17:41
horas). Ya durante esta primera etapa me percaté
que Marco Tulio emanaba un fétido olor, que no
era el del sudor de una persona que no se ha bañado,
era algo mucho más desagradable, eran sus pies;
con el olor sui géneris de quien padece de hongos,
debido en parte al uso continuo de botas de hule,
las que proporcionan el calor, la obscuridad y la
humedad que constituyen el hábitat perfecto para el
desarrollo de esta micosis. La estela de mal olor que
iba dejando era tan fuerte, que con mucha discreción
yo le pedía que se fuera atrás de mí, o bien dejaba
que se adelantara, una distancia lo suficientemente
prudencial para no sentir el “tufo”.

391

Al otro día partimos para la segunda etapa hasta los El problema principal venía ahora, pues el espacio
2515 ms.n.m., ascendiendo 905 ms.n.m. en 5 h. No disponible para dormir no era suficiente ni para una
habían lugares adecuados para armar campamento, sola persona en posición completamente horizontal,
por lo que nos conformamos con un pequeño sólo podíamos colocarnos en forma inclinada a 8° o
espacio semicircular que pudimos medio limpiar 10°, además a la altitud en que nos encontrábamos el
de troncos y pequeños arbustos, pero dejando viento sopla más fuerte y por lo tanto la sensación
un grueso colchón de hojarasca aunque un poco térmica es muy alta, y en ausencia de carpa debíamos
húmeda; este sitio no era plano, sino ligeramente dormir juntos, ellos con sus chamarras y yo en mi
cóncavo como un plato hondo, de unos 3x3 m. bolsa, y los tres cubiertos con una pieza común de
Almorzamos y luego descansamos un poco, y más plástico. Las botas de Marco Tulio se habían colgado
tarde nos preparamos una suculenta cena: sopa de lejos junto con la serie de objetos “ahuyentadores
pollo con verduras mezclada con crema de rabo de de tigres”, con la seguridad de que sería el más
res, (se cocinan juntos en la misma olla y sale una efectivo disuasivo; mejor aún hubiese sido dejarlo
sopa muy sabrosa y diferente), Pollo Campero, frijoles colgado a él, porque la fuente del nauseabundo
volteados, pan, café, galletas y frutas secas. olor eran sus pies, ja, ja, ja. Pero no era sólo ese el
problema, pues debido a la suculenta cena, a la cual
Además del poco espacio, a esta hora empezaba ellos no están acostumbrados, en el mismo Marco
otra dificultad: los mosquitos, los que poco a poco Tulio tuvo un efecto catastrófico, ya que debido a
eran más y más, afortunadamente experiencias los procesos metabólicos de la digestión intestinal,
anteriores me habían enseñado a llevar conmigo estos le produjeron fermentaciones anormales con
una pieza de velo (del que usan las novias al casarse), la consiguiente acumulación de gran cantidad de
que envolviéndomelo en la cabeza impide las productos catabólicos como índoles y escatoles,
picaduras, aunque uno debe de acostumbrarse a metano, butano, ácido sulfhídrico, mercaptanos y
oír muy cerca de la cara el zumbido de los insectos, otros, gases que en forma de flatos eran eyectados
sin preocuparse porque no lo pueden picar. Los frecuentemente en forma violenta y sonora, con
muchachos por su parte tenían otra preocupación, una fetidez de cadáver putrefacto, que literalmente
pues corrían rumores de que un tigre andaba por inflaban el plástico que nos cubría. Era tan densa
esas montañas, y que hacía como dos meses había la nube de emanaciones que creo que se hubiera
atacado a un cazador, por esta razón querían podido cortar con cuchillo para hacer una ventana
que para ahuyentar al tigre se hiciera una fogata que le permitiera a uno salir a respirar aire puro.
dejándola encendida toda la noche, sin embargo esto Imagine por un momento apreciado lector, lo qué
no sería conveniente porque la maleza estaba muy podía dar por resultado la fórmula: pies con falta
seca y existía el riesgo de provocar un incendio que de baño + hongos + ropa sudada + flatulencias
no pudiéramos controlar, era posible, de hecho que pútridas; ambos componentes en cantidades
para preparar nuestra comida lo hicimos sólo con exageradas encerradas dentro de un espacio casi
estufa de gas y tomando las máximas precauciones. hermético. Yo trataba de sacar la cabeza de aquella
Por todo esto optamos sólo por circular el área especie de bolsa de plástico que me asfixiaba, pues
con cuerdas, de las cuales colgamos las mochilas de aguantaba la respiración como si nadara bajo el
asalto, tambos vacíos, costales, bolsas de plástico, agua. No recuerdo cuánto tiempo pasó, pero si
etc., etc. y todo lo que pudiera verse o hacer ruido al puedo asegurar que fue la noche más desagradable
tocarlo, para así “espantar” al famoso tigre... de mi vida, entre olores nauseabundos, zancudos en
cantidades desesperantes, ahullidos ó mejor dicho
rugidos de monos zaraguates en todas direcciones

392

y “sedimentado” por la fuerza de la gravedad en lo ENCUENTROS CERCANOS…
profundo de un pequeño sitio escogido para dormir; Y OTRA NOCHE MUY TRISTE…
la famosa “Noche Triste” referida en una anécdota
anterior, fue una “noche cinco estrellas” comparada Lo que sigue más que una anécdota, es una narración
con esta. de experiencias agradables que nos han ocurrido en
el largo “ir y venir por ahí, entre ninguna parte y el
No sé cómo al día siguiente pude continuar la paraíso pero muy cerca del cielo”, que son los más
actividad, pues faltaba lo más difícil incluyendo el arcanos o prístinos rincones montaraces de nuestra
regreso, pero lo cierto es que la completé logrando bella Guatemala.
la tan ansiada cumbre jamás escalada por persona
alguna, después de una muy sufrida caminata efectiva La primera vez que tuve la inenarrable emoción que
de 23:49 h, un triunfo personal que me enorgullece se siente al ver a nuestra ave símbolo en su hábitat,
pues tenía entonces sólo 65 vivarachos añitos… libre como sólo así debe ser el Quetzal; fue en el
bien nombrado parque: El Biotopo del Quetzal, en
PD. El único lugar donde tuvimos el privilegio de Purulhá, B.V., donde habíamos acampado con mi
ver en cinco oportunidades al jaguar en su propio familia. Levantándonos a las 5:00 horas y yendo a
hábitat, fue en montañas rivereñas de los ríos un pequeño rancho cercano, vimos en un árbol de
Sebol, en Alta Verapaz, y los ríos Pasión, Salinas aguacatillo a no más de 5-6 m de alto en lo que era el
y Usumacinta en el departamento del Petén, entre patio de la vivienda, una pareja de esa hermosísima
los años 1958, 59 y 60. Jamás en los más de 25 ave en toda su excelsa magnificencia, que lo deja
años de andar a lo largo y ancho de la Sierra de Las a uno anonadado, incrédulo ante tanta belleza
Minas, hemos visto un jaguar, pero últimamente producto de la Madre Naturaleza. Luego volví
Defensores de la Naturaleza han obtenido evidencias a verla años después en ruta al cerro Chimucán,
fotográficas que demuestran su existencia; sin cercano a Cobán, A.V., pero en esta ocasión era un
embargo sí hemos oído repetidamente en muchas macho y dos hembras. Posteriormente el encuentro
comunidades innumerables historias de grandes más hermoso ocurrió cuando llegamos a una
gatos que han devorado reses, perros, pelibueyes, pequeña hondonada en la base de La Cucaracha;
etc., y en tres oportunidades han llegado a contarnos oímos primero un ruido extraño como un sutil
de gentes que han sido heridas por el “tigre”. Lo zumbido y luego un suave silbido y al volver a ver
que sí es cierto es que hemos encontrado en dos hacia arriba en unos caulotales a no más de 5-6 m
diferentes regiones en lo más recóndito de esa de alto, una “parvada” de quetzales, porque eran 10
extensa montaña, heces fecales de un tamaño que no en total: cuatro machos y seis hembras, y que como
podrían ser de un animal pequeño, pues contenían muy probablemente jamás habían visto un ser
falanges completas y garras de 1.7 cm de largo de humano por esos arcanos lugares, no se inmutaron
mamíferos devorados, y abundantes pelos de color mayor cosa y sólo nos veían con extrañeza , pero sin
grisáceo; asumimos que dichas heces sí podrían ser temor, de manera que pudimos atónitos solazarnos
de ocelotes o efectivamente de jaguar. No hemos observándolos por unos minutos; las colas de los
sido lo acuciosos que debiéramos ser, tratando de machos podían medir hasta un metro de largo; eran
identificar esos restos con la ayuda de un biólogo, unos ejemplares realmente bellos, y por si fuera
ya que poseemos dichos restos y fotografías de las poco, junto a ellos, pero más en lo alto, habían
heces. también tres grandes pavos de cacho, aves también
de espectacular belleza. En fin, aquel grupo de aves
me proporcionaron una experiencia muy emotiva,

393

tanto como la primera vez que los vi. Una cuarta oyera pero sí mis compañeros; al llegar al punto sentí
vez fue en una pequeña comunidad llamada Nueva deseos incontrolables de llorar mientras no hallaba
Chicapná, siempre en Alta Verapaz, donde entre qué hacer con el cuerpo ya inerte de aquel hermoso
los meses de marzo, abril y mayo, es muy fácil ver animal, cuyo pecado fue dejarse ver por el asesino de
casi durante todo el día a los quetzales machos volar Wilson. Era la primera vez que tenía un encuentro
de un lado a otro de unas amplias hondonadas, con con esta especie en forma salvaje, el cual pudo haber
su característico, cadencioso y ondulante vuelo. sido pacífico, agradable, maravilloso para ella y para
Además se pueden ver tocones con nidos, a donde nosotros; pero bueno, no era la primera vez que
llevan los padres alimento a sus pichones. En otra me tocaba presenciar tan acerbo, tan abominable
ocasión vimos una hembra de quetzal en Piedras espectáculo de asesinar a un inocente animal.
Negras, cerca del río Usumacinta en el Petén, y otra Maldita sea…
más en la misma Sierra Lacandona pero cerca de El
Ceibo, frontera con el estado de Tabasco, México.

Igualmente a lo largo esos “61.com” años de
excursiones montaraces, de caminar, encumbrar
y encaramarnos por aquí y por allá, nos hemos
encontrado con innumerables serpientes, quizás
unas 200 o más; de ellas sólo 10 eran venenosas: una
barba amarilla, icbolay o nahuyaca en Petén, seis
víboras o cantiles en la SM, y las otras tres de cuyo
encuentro me ocuparé en seguida.

En ocasión de una caminata entre las canteras de La coral asesinada.
San Lorenzo Mármol y la finca Alejandría, siempre
en la SM, recién habíamos salido de las canteras
bajando hasta la quebrada El Bejucal y empezábamos
a subir la primera ladera en la acostumbrada fila
india de andarines: el que escribe, luego Luis Luján
y como 40 m más atrás Danilo Castillo, y al final
Wilson nuestro guía. Cuando apenas habíamos
caminado como 60 m Wilson gritó: ¡una culebra!,
los tres volvimos a ver e instantáneamente yo grité:
¡NO LA MATE!, momento en que Wilson blandía
su filoso machete calabozo dejándolo caer sobre la
indefensa serpiente, una hermosa coral verdadera
como de 1.25 m de largo, el corte la había partido
parcialmente como a 15 cm de la cabeza, y el pobre
reptil se retorcía en sus últimos estertores de vida.
Pocas veces hasta entonces me había sentido tan
lleno de rabia y tristeza al mismo tiempo, al punto
de bañar al tal Wilson con todas las palabras del
silabario m…,c…,p…,hdp…,y más; sin que él me

394

Durante uno de los intentos fallidos por ascender a más que quiso acompañarnos, Lázaro; además
la cumbre de La Cucaracha, del 27 al 30 de mayo de llevaríamos una mula para llevar todos los avíos. En
1998, el cual finalmente y sin haberlo sospechado, ese trayecto de nuevo iba yo como 75 m adelante
nos llevó inexplicablemente al cerro Raxón, con Alberto y Bernardino, y Lázaro viniendo atrás
caminábamos Roberto de León, Margarita López, en un momento nos gritó: ¡una culebra! (palabras
Don Toño Alonso, su sobrino César Alonso y el que no quisiera volver a escuchar jamás, pues solo
suscrito. Cuando andábamos por los 2650 ms.n.m., me anuncian una desgracia), acto seguido vuelvo
yendo un servidor adelante, oí el característico a verlo e instintivamente yo le grito también:
sonido del “chin chín” de una serpiente de cascabel, ¡NO LA VAYA A MATAR!, al mismo tiempo
y tuvieron que transcurrir unos instantes para que veo enarbolando tremendo machete corvo
que finalmente pudiera identificar a la serpiente y descargando el filazo sobre el indefenso pobre
perfectamente mimetizada entre la hojarasca de animal; regreso corriendo y esta vez sin inhibirme
pino, de encino y la tierra arenosa. No sentí miedo le vocifero una ensarta de improperios cargados de
en contra de lo que se puede pensar, porque siempre la más ponzoñosa rabia y odio. No lograré entender
tuve presente que esa especie avisa de su presencia nunca cuál es la mentalidad de esa gente, de matar
para que el intruso no traspase su territorio, con sólo por matar a cualquier animal que se les cruza en
eso en mente y como a 1.75 m de distancia del el camino, simplemente no lo entiendo. Ojalá y les
réptil, tranquilamente grité a Margarita que venía sirviera de alimento para que existiera una razonable
más o menos a 75 m de mí para que llegara a ver justificación. En este caso se trataba también de un
tan precioso espécimen y luego también llegaron bellísimo ejemplar de serpiente cascabel de 1.62
Roberto y César. Mientras tanto el hermoso animal m de largo, 6 cm de diámetro y un cascabel de 12
de colorido café/amarillento y cuerpo diamantado, segmentos, un tamaño más grande que el promedio
como de 1.60 m de largo y 6 cm de diámetro, con un para esta especie, era un bello, muy bello animal
cascabel de unos 10 segmentos, permanecía inmóvil que se veía tan sano, tan robusto…, el filazo le cortó
excepto que uno intentara acercarse un poco más, la cabeza y 17 cm del cuerpo. De nuevo tuve que
momento en el que inmediatamente hacía sonar su presenciar el desgarrador espectáculo de la muerte
“sonaja” como indicando que ya estábamos abusando “de los dos segmentos” del réptil, contorsionándose
de su tolerancia. Le tomamos fotos desde todos los hasta quedar finalmente inertes, de nuevo no pude
ángulos, nos dio tiempo de comentar y finalmente evitar derramar lágrimas de rabia y tristeza, tomé
nos despedimos de ella, no sabiendo para quien fue el cuerpo y lo metí en una bolsa de plástico para
más agradable aquel pacífico encuentro, si para la llevármelo, pues quería conservar la piel y lo haría
serpiente o para nosotros, no sin antes mencionar cuando llegáramos al lugar donde acampáramos;
que César por supuesto era de la opinión de matarla, la cabeza con la parte de cuerpo tuve temor de
y hubo que darle toda una conferencia magistral llevarla, porque esa parte estaba “contaminada”
ecológica sobre la conservación de las especies para con el veneno de la serpiente y no deseaba correr
convencerlo de su equivocada idea. Como este debió riesgo alguno, de manera que con una rama la
de ser el encuentro de la narración anterior con la lancé a un lado de la vereda, aunque en el fondo sí
serpiente coral, pero… quería conservar la culebra completa. Sin terminar
de echar maldiciones tuve que seguir caminando
Otro encuentro con serpiente venenosa ocurrió pues empezaba a lloviznar y el agua estaba “puesta”
durante la caminata al Salto del río Las Margaritas para dentro de poco tiempo, y eran apenas las 12:30
en Pasaco, Jutiapa, en octubre del 2010 acompañado horas.
de dos guías: Alberto y Bernardino, y un muchacho

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Voy a aprovechar aquí para referirme a otra mula y se fueron. Nos quedamos solos con Alberto,
anécdota que ocurrió en este mismo viaje, antes de no habíamos almorzado todavía y no era posible
terminar con la triste historia de la serpiente, y es hacer una fogata, ni siquiera usar la estufa por la
que al llegar a la catarata El Salto de Las Margaritas, precaria situación en que nos encontrábamos; nos
a las 15:15 h que era mi objetivo, ya estaba lloviendo conformamos con sacar algo de ropa del costal
en forma torrencial, al extremo que ni siquiera bajo que venía en la mula, sin embargo también estaba
los grandes árboles era posible guarecernos de la mojada, igual que la bolsa de dormir. Como no
lluvia y en cuestión de pocos minutos estábamos pudimos armar adecuadamente la carpa, quedaron
completamente empapados, nunca me había sentido arrugas en el techo y en el piso y el agua empezó a
tan agredido y al mismo tiempo tan desprotegido por entrar volviéndose aquello un charco de agua lodosa
la naturaleza; parecíamos zanates empapados con las no quedando espacio alguno para poder acostarnos,
alas gachas y estilando agua por el “pico”, era una por lo que permanecimos sentados y temblando del
situación calamitosa, ni siquiera tenía objeto tratar frío. Así pasaron las horas y cuando eran las 20:40 h
de descargar la mula para sacar alguna cosa para (5:25 horas de haber llegado), y por fin había dejado
taparnos, además yo no había llevado capa porque de llover sorprendidos y un tanto temerosos porque
durante las dos semanas anteriores no había llovido estábamos en un lugar solitario, vimos la luz de una
por esa zona y estábamos a 25 de octubre, por lo linterna que se acercaba al “campamento”, y poco
que las probabilidades de lluvia eran escasas. Todo después oimos la voz de Lázaro quien preocupado
estaba consumado. Cuando amainó la tormenta -o con cargo de conciencia-, decidió regresar con
descargamos nuestro semoviente y como se oía el todo y mula para que nos fuéramos todos a un
característico estruendoso ruido de la catarata como pequeño caserío (Los Amates), que está como 2 km
a 60 m de donde estábamos, decidí que fuéramos a más adelante, donde por lo menos nos quedaríamos
verla tomando una pequeña veredita convertida en en el corredor de una escuelita. Yo no sabía qué
quebradita por la intensa lluvia, cuando llegamos al hacer, no me quería mover, estaba empapado y la
borde del cañón fue un espectáculo impresionante ida implicaba levantarlo todo y acomodarlo como se
ver nueve enormes chorros de agua, despeñarse pudiera pues estaba mojado; finalmente aceptamos
estrepitosamente por una pared en forma de la sugerencia. Acomodamos como se pudo aquel
media luna, de más o menos 85 m de largo y 20 montón de tepalcates y empezamos a caminar con
de alto, el ruido era realmente ensordecedor, no luz de lámparas de mano entre el lodo resbaloso y
podíamos oírnos al hablar. Eran sólo las 16:45 horas mucha piedra, que nos ponían en riesgo de caídas
y ya estaba obscureciendo especialmente en ese y/o fracturas. Amenazaba de nuevo lluvia y aunque
boscoso lugar, de manera que regresamos donde ya no nos podíamos mojar más, lo que menos
estaban nuestra “sopa de bártulos”, para tratar de deseábamos era que nos siguiera cayendo agua;
encontrar un lugar en medio de todo ese terreno en 40 minutos de sufrida caminata entre el lodo y
enlodado para “armar campamento”. En medio de atravesando riachuelos crecidos llegamos al caserío,
aquel pantanal hicimos un colchón de ramas y hojas la gente ya estaba durmiendo y sólo el ladrido de
-mojadas por supuesto-, para poner encima una muchos chuchos hacía pensar que habíamos llegado
carpa y estar por lo menos bajo techo, porque aún a un lugar habitado, pues la noche era “obscura
seguía lloviendo. En esos momentos (17:30 horas), como boca de lobo”. Llegamos a la escuelita la cual
Lázaro -de no gratos recuerdos-, y Bernardino por supuesto se encontraba cerrada; como pudimos
dijeron que no se quedarían, que se regresarían a extendimos unas piezas de plástico en el corredor.
una casa que estaba como a una hora de allí porque Lázaro llevaba ropa seca que le había llevado Alberto,
no soportaban el frío y la ropa mojada, tomaron la además de un par de chamarras, yo no tenía nada,

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pero sí compartí mis piezas de plástico con ellos para experiencias en mi vida de aventurero andariego;
colocarlas de piso, quedándome SOLAMENTE incluida una “noche triste más”, por lo que ya no
con mi rompevientos y mi ropa mojada. Eran sé cuál fue en realidad la más triste de todas, pues
como las 23:30 horas, la noche era muy fría y yo habiendo ocurrido muchas más no las narraré todas
estaba temblando agitadamente de cuerpo entero, para no abusar de la paciencia del lector.
titiritando dientes y resoplando entre las manos para
calentármelas un poquito; mi situación era crítica y Puente colgante sobre el río Margaritas.
la hipotermia grave era inminente; como a la 1:30
horas me di cuenta que los muchachos dormían El salto del río Margaritas o Niagarita.
como angelitos, muy juntitos... en una sola de las
piezas de nylon que les había dado, dejando la otra Encuentro amistoso con una cascabel.
sin usar, la tomé de inmediato y me la eché encima
cubriéndome, y esa fue mi salvación, sentí tan, pero
tan agradable que aunque todavía tenía muchísimo
frío, era menos, inclusive lo que no había podido
lograr lo logré: dormir un poco. Ya como a las
4:00 de la mañana sin embargo, como me sucede
siempre, los muchachos despiertan a las 5:00 horas,
y empiezan a hablar en voz alta sin la más mínima
consideración para el maltratado doctorcito, aun
cuando les hice discretamente el ¡Shshshsh… por
favor muchá! A las 6:30 horas ya no fue posible
quedarme más en “la cama” y me levanté con mucha
hambre, comí todo lo que pude y luego ya con varios
lugareños al rededor que me observaban extrañados
y quienes me proporcionaron una hoja de rasurar,
procedí a quitarle la piel a la culebra, lo cual fue
difícil, pero yo quería conservarla como evidencia
de la maldad de la gente. A las 9:30 horas después
de dejar olvidado mi teléfono celular en una de las
ventanas de la escuelita, salimos de nuevo para El
Salto, porque al irse Bernardino, la tarde anterior
nos había ofrecido llegar a recogernos a ese mismo
punto al día siguiente y yo quería todavía tomar
fotos de la cascada que era el objetivo principal del
viaje lo cual finalmente logré a plena satisfacción.
Bernardino llegó, y así iniciamos el camino de
regreso con un día calurosamente esplendoroso,
llegando al punto donde el día anterior había dejado
la cabeza de la cascabel y sacándola de entre el guatal,
improvisé un empaque con hojas y me la llevé para
disecarla y así poder tener la piel completa. Este viaje
ejemplifica una de las más tristes y muy sufridas

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Cantil Tamagás en Sierra Lacanzona Cantil Tamagás en Sierra de La Minas.

PERDERÍAMOS POR “DE FABOL”… de más o menos 35° de inclinación y que como a
los 100 m ya son 45°. El tiempo medio nublado con
Con mis amigos montañistas: Luis de la Vega, Issa sol y humedad muy alta que hace que uno transpire
Quintana, el niño José Andrés Quintana, nuestros copiosamente, el terreno muy pedregoso tanto con
guías Lauro y Fermín y el suscrito; decidimos rocas grandes como rocallas o guijarros y arena
escalar el cerro San Mateo (nombre oficial), suelta que lo hacen resbaloso, y por la inclinación
en Alta Verapaz, más conocido como cerro La muy peligroso. Vegetación compuesta por arbustos
Campana, localizado muy cerca de la presa de la espinosos, palmáceas bajas y algunos pinos altos,
hidroeléctrica Chixoy, en el cual habíamos tenido de manera que hay muy poca sombra. Cuando
un intento fallido 15 días antes al encontrar el río habíamos ascendido como 200 ms.n.m. se llega a
Chixoy tan crecido por las lluvias, que nos impidió una pequeña meseta y allí como a 70 m, logramos
cruzarlo para iniciar la ascensión. En esta ocasión ver Fermín y yo un pequeño venado que huyó
había dejado de llover y el ascenso era factible. El raudo y veloz sin dar oportunidad de ser visto por
cerro tiene una altura de 1845 ms.n.m., la base es todos los demás, una agradable experiencia para
la margen noroccidental del río a 750 ms.n.m., es recordar. Desde ese punto la inclinación es de 45°
decir “sólo” 1095 ms.n.m. de ascenso efectivo, que y ya no hay vereda visible, se sube a discreción por
habíamos calculado realizar en aproximadamente 4 entre más abundantes palmáceas, pinos y encinos
h de ascenso y 2 h de descenso y así, empezando a las de baja altura y de ramas deformes por efecto del
9:00 horas iríamos bajando como a las 15:00 horas… viento que a esta altitud sopla con fuerza. Habíamos
Iniciamos la caminata salvando el primer obstáculo: ascendido ya 700 ms.n.m. en 4:20 h y apenas unos
atravesar el río con gran dificultad pues aún tenía 1400 m en línea recta; estábamos cansados por
fuerte caudal, debiendo saltar sobre grandes piedras el esfuerzo y la cumbre aún se veía lejos como un
con el inminente riesgo de caer al agua. Ya en tierra roquerío difícil de escalar, porque para acercarnos a
se empieza inmediatamente el ascenso de la ladera él no había vereda y se tenía que ir haciendo brecha

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entre el guatal machete en mano. Llegamos a la y como a los 30 minutos tuvimos la más increíble
base de las rocas y literalmente pegándonos a ellas, e insólita sorpresa al encontrar un ¡¡CAMPO DE
encontramos una chimenea de aproximadamente FOOT BALL!!, en una pequeña joyita en lo más
8 m de altura y 60° de inclinación entre dos alto y recóndito de la montaña. Nos quedamos
paredes que escalamos con dificultad y gran riesgo, perplejos, atónitos, y al preguntar a nuestros guías
saliendo a la cima extenuados por el esfuerzo y la nos dijeron que siguiendo una insignificante vereda
tensión pero muy felices. La vista era espectacular, que estaba un poco más adelante, se llegaba a un
especialmente hacia la presa Chixoy y hacia la caserío llamado precisamente: La Campana, pero
larga e inclinada ladera que acabábamos se subir, quedaba completamente al lado opuesto del que
habíamos caminado 6:15 h. Como a 40 m de donde debíamos tomar para bajar. Si hubiésemos tenido
llegamos, encontramos la torre de triangulación del que jugar un partido en las condiciones en que nos
Instituto Geodésico Internacional con su respectiva encontrábamos, mejor hubiera sido “PERDER POR
plaqueta de bronce, con el nombre oficial del cerro: DE FABOL”.
San Mateo, y la altitud: 1845 ms.n.m., plaqueta que
se instalaba sólo en los más importantes cumbres El descenso fue sumamente difícil por la lluvia y
hace muchos años, y que sirvieron como puntos porque nos entró la noche y como “experimentados”
de referencia para trazar el mapa geográfico de montañistas tampoco llevábamos lámparas, excepto
la República de Guatemala. Para este momento el Luis quien portaba una muy pequeña y con baterías
tiempo había cambiado, y empezó a llover, y como en no muy buenas condiciones. En 1:30 h sólo
“experimentados” montañistas no habíamos llevado habíamos descendido 200 ms.n.m., y ya eran las
capa. Como tratar de descender por la misma ruta 17:10 horas, llegando finalmente a la base a las 19:34
era muy difícil y peligroso por la inclinación, Fermín horas después de 10:07 h de muy dura caminata
y Lauro dijeron que bajaríamos por otra parte. efectiva. ¿No que serían solo seis horas?...
Eran las 15:40 horas cuando iniciamos el descenso,

Vista del cerro La Campana. Represa Chixoy desde la cumbre de La Campana.

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PESCANDO CON NUESTROS
ANTEPASADOS…

En una de las expediciones de cacería en el Petén
allá por el año 1959, entre todos nuestros bártulos
llevábamos una dotación regular de alimentos, sin
embargo completábamos nuestros menús con las
carnes producto de la cacería, asi podíamos tener
entre otras: de jabalí, tepezcuintle, lagarto, etc.;
sin embargo el pescado también formaba parte
importante de nuestra dieta. El método utilizado
para pescar consistía en amarrar en el espejo del
cayuco (es el extremo posterior o “popa” del cayuco,
la parte plana donde se fija el motor fuera de borda),
una parte que no se aprovechara del cuerpo de algún
animal cazado (jaguar, jabalí, tepescuintle u otro), y
dejarla colgando dentro del río. A los pocos segundos
se veían llegar los primeros peces, e instantes después
más y más, de todos los tamaños y especies, tratando
de morder la carne de los restos del animal. En una
ocasión puse como carnada la cabeza de un jabalí, y
en un momento se acercaron tal cantidad de peces
que era un impresionante frenesí carnívoro, luego,
tomando un trozo de rama a manera de garrote, no
tenía más que descargar unos cuantos “macanazos”
y recoger atontados la cantidad de pescados que
necesitábamos, podíamos pescar variedad de peces,
como jolotes, blancos, bagres, mojarras y otros, pero
los más apetecidos eran los sábalos que los habían
hasta de 20-25 lb de peso, nosotros logramos de 6-8
libras y 40-50 cm de largo.

Las fotografías nos siguen impresionando. Era una
pesca muy emocionante, rápida, fácil y altamente
productiva; ¡Ah!, y CON LA TÉCNICA MÁS
PRIMITIVA...: LA DEL GARROTAZO, ja, ja. ja.

Pesca con “Garrote”.

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