The words you are searching are inside this book. To get more targeted content, please make full-text search by clicking here.
Discover the best professional documents and content resources in AnyFlip Document Base.
Search
Published by Karen Solares, 2018-11-15 12:17:02

Libro v1 (baja)

Libro v1 (baja)

propiamente a la población, nos detuvimos en el amigos que le ayudaran. Así lo hicieron turnándosela
camino para tomar algo a manera de desayuno y por tramos, y apenas a 1:30 h de caminata nos dijo
satisfacer alguna necesidad fisiológica menor para que ya no quería seguir; nosotros le hicimos ver
llegar listos a casa de Evanely. “educadamente” el compromiso y la responsabilidad
que había adquirido, pero al ver su actitud negativa
Evanely es la hija menor de nuestro apreciado amigo nos molestó y nuestro reclamo subió de tono. Así
en el pequeño caserío Morán, en la SM Don Ovidio este imberbe adolescente decidió seguir con cara
Agustín, a quien conocimos en nuestro viaje para de perro bull dog, y solo 10 minutos más adelante
ascender el cerro El Palmar y el Caldero en el 2003; se quitó la mochila y la dejó en el suelo y junto a
entonces nos impresionó la belleza natural de esta sus “amiguitos” simplemente nos abandonó en plena
niña que entonces tenía solo 12 años, augurándole montaña... Eran las 11:55 horas y apenas íbamos
una espectacular belleza futura, y así fue. Ahora subiendo por la parte menos inclinada de la ladera.
Evanely estaba casada con Arnoldo, un muchacho
oriundo de Jones quien se sacó el premio mayor… Vista de la cumbre desde el lugar donde nos abandonaron.
Pues bien, llegamos a su casa recibiéndonos con
sentido cariño, permitiéndome dejar mi Patrol en Por unos momentos nos quedamos callados con
su patio y orientándome cómo podíamos encontrar Luis, incrédulos ante la situación y sin saber qué
un patojo chispudo para que nos sirviera de hacer, pues en principio no nos quedaba otra
porteador, pues Luis no necesitaba uno y tampoco opción que abortar la actividad y para eso yo
necesitábamos de guía, pues desde la aldea podíamos tendría que echarme a miches mi mochila grande y
diseñar la estrategia de la ruta que seguiríamos la de asalto, bajándolas con el riesgo de somatarme
confiando en nuestra experiencia de tantas andadas. o simplemente fregarme la columna vertebral,
Fue así como encontramos a un patojo como de 17 o mejor dicho los residuos de columna que me
años que aceptó acompañarnos y que pulseando la quedan después de dos operaciones en ella. Con
mochila que tenía que cargar, (la mía), dijo que sí la una mezcla de sentimientos de frustración, tristeza,
podía llevar. Nosotros solo queríamos que nos fuera desconsuelo y rabia, yo estaba preocupado por el
a dejar a la cumbre y que regresara por nosotros al descenso, mientras Luis..., yo no sabía qué pensaba
otro día, pues deseábamos acampar en la cima ya que Luis. Mientras ordenábamos ideas, bebimos y nos
parecía que haría muy buen tiempo. Calculábamos comimos un tentempié para aplacar no solo el
que la escalada nos llevaría unas 3:30-4 horas. Al hambre, sino la rabia, pues no fueron suficientes la
patojo (cuyo nombre ya olvidé…), se le unieron ensarta de palabrotas y los sapos y culebras que
otros dos adolescentes más, que por embelequeros
decidieron acompañar a su amigo pareciéndoles una
oportunidad para matar el tiempo.

Siendo las 10:15 horas, salimos de casa de Evanely
rumbo a la entrada del pueblo y por ahí una vereda
que lleva al cementerio, desde donde abruptamente
se empieza a ascender por una ladera inclinada con
gradas entre piedras y raíces por bosque de pinos y
guatales. Hace mucho calor. Pronto nos dimos cuenta
con Luis que el patojo no podía muy bien con la
mochila y empezaba a ir de “malas”, pidiéndole a sus

301

salieron de nuestras bocas…, bueno, solo de la mía, los cuales nos podíamos agarrar para ayudarnos a
pues en los ocho años que llevo de andar con Luis subir. Hasta aquí habíamos escalado la mayor parte
por las montañas, jamás lo he oído decir una sola en “cuatro patas”. A partir de este punto empezaban
palabra disonante, es muy educado y tranquilo aun a aparecer algunos encinos desperdigados que
en situaciones estresantes como esta. daban algo de sombra, haciéndonos la subida más
agradable pues ya se sentía mucho calor aun cuando
Desde donde estábamos se veía como a 300 m de a esta altura ya soplaba un viento muy sabroso. La
distancia en línea recta, una pared completamente escalada la hacíamos muy despacio y zigzagueando
vertical como de 10-15 m de alto, y en su base una la ruta para minimizar el esfuerzo. Como yo solo
repisa o cornisa que no podíamos saber el ancho que llevaba mi mochilita y mi estuche con la cámara,
tendría, pero sí su largo, el cual calculábamos como me pude adelantar unos metros e ir viendo cual era
de unos 7 m. De repente Luis me dijo: Carlos, ¿qué el mejor camino y con menor riesgo, para írselo
tal si hacemos lo siguiente: subimos a esa cornisa, indicando a Luis quien venía con su ropero a tuto…
usted con su mochila de asalto y yo con la mía,
usted se queda arriba y yo bajo por su mochila y A mí me tomó 1:30 h llegar a la cornisa y a Luis
subo con ella, y vivaqueamos allí? ¿qué le parece? Yo solo unos minutos más. Los 300 m que habíamos
no sabía si era en serio lo que me decía; pero era calculado en línea recta se habían convertido en 700
muy en serio, y yo le dije: Luis, esa es una locura, por la encaramada en zigzag. Al nomás llegar a la
¿no ve cómo es el terreno?, y me contestó: Carlos, cornisa Luis dejó su mochila y bajó de nuevo por la
ya estamos aquí y no podemos darle el gusto a estos mía. Yo me quedé sentado en el borde de la saliente
patojos de vernos fracasar solo porque ellos no nos esperando que apareciera de nuevo entre las rocas,
ayudaron, podemos vivaquear y lograr la cumbre admirando la capacidad física y la determinación
mañana y luego veremos. Yo lo deseaba más que de mi amigo, quien con calma y seguridad subía
él, pero no comprendía como se atrevía a intentar de nuevo aquella empinada y peligrosa ladera.
semejante osadía. Después de 1:55 h regresó Luis, eran las 16:45 horas
y así estábamos juntos en esa elevada repisa. Dicha
En fin, lo platicamos, decidimos hacerlo y afinamos saliente o cornisa era una superficie más o menos
los detalles estratégicos de la subida. Eran las plana en la base de una gran pared rocosa como de
13:15 horas. Primero tuvimos que atravesar 12 m de alto, que era parte de una enorme pared
horizontalmente un trecho como de 70 m de largo de más de 70-80 m de ancho. La corniza tenía
con rocas grandes y piedras sueltas, que era peligroso como 2.5 m en la parte más ancha por unos 6 m de
por una caída o más aún una posible fractura;
luego llegamos a una canaleta como de 1.75 m de Vista de la Cornisa.
ancho de unos 45° de inclinación, cuyas paredes
estaban formadas por enormes rocas. Esta canaleta
está esculpida en las rocas de la montaña por las
correntadas de agua pluvial y rocas. El ascenso por
ella es de mucho riesgo porque se pueden despeñar
las piedras que están sueltas en la parte alta y caerle
a uno sin mucho espacio para esquivarlas. Después
de recorrer como 70 m en la canaleta, salimos de
ella para seguir escalando entre rocas y piedras en
terreno arenoso, con algunos matochos de zacate de

302

largo, era plana pero con muchas irregularidades Estando a solo unos 15 m de la cumbre de la montaña,
de la misma roca, para que se pudieran colocar dos pero que eran los más difíciles, empezamos a pensar
personas cómodamente acostadas; tendríamos que ¿Qué haríamos mañana? Yo llevaba conmigo el
adaptarnos a esos bodoques a la hora de tratar de número telefónico de un lugareño de Jones, quien nos
hacerlo. había acompañado tiempo atrás a las Montañas Del
Licenciado, llamado Jeremías Salguero; lo llamamos
Conisa en la base de la pared. aprovechando la tecnología celular teniendo la
suerte de localizarlo y al proponerle que llegara por
nosotros al día siguiente y contándole lo ocurrido
con los patojos, lo aceptó, quedando en llegar a las
10 de la mañana. Le indicamos más o menos el lugar
donde nos encontrábamos, el cual creyó ubicar; le
dijimos además que cuando se acercara la hora de
su llegada, haríamos una fogata y pondríamos ramas
verdes en ella para que produjeran bastante humo y
así le fuera fácil localizarnos. Ya con nuestro principal
problema resuelto nos tranquilizamos y procedimos
a limpiar la repisa de hojas, ramas, y piedras, algunas
de estas eran de las que habían caído de la cumbre…
También escogimos los lugares más… apropiados
para colocar más tarde nuestras tujas para dormir:
una bolsa y un delgado colchón de hule y nada más,
pues no se podía colocar una champa, tendríamos
por techo el cielo y por lecho la dura roca. Después
nos dedicamos a recoger leña por los alrededores
para la fogata, pues ya eran las 17:45 horas y pronto
empezaría a llegar la oscurana y con ella el frío se
haría más intenso. El día había sido esplendoroso
y las vistas desde donde nos encontrábamos eran
preciosas: teníamos enfrente las Montañas Del
Licenciado de las cuales nos separaba el cañón del
río Las Cañas, por cuya vertiente sur acabábamos de
subir, se veía también una catarata pequeña formada
por el río El Montillo. El bosque de encinos que se
extendía hacia el nororiente solo nos permitía ver
una pequeña parte de la aldea.

Luis saliendo de la canaleta en su segundo viaje. A las 18:30 horas ya con la fogata encendida, fuimos

sacando las diferentes viandas que degustaríamos

en la cena: sopa de pollo con arroz y sopa de res

con verduras, que se preparan juntas, deliciosas;

además ambos teníamos sándwiches del almuerzo y
yo llevaba Pollo Campero (a Luis no le gusta mucho,

303

pero lo come a veces), teníamos además frijoles me tomé un jugo V8 de verduras y comí dos barras
volteados con pan, café para Luis y té frío para mí, de cereal y estaba listo. Después platicamos tratando
y de postre unas galletas rellenas. Cenamos mucho, de diseñar la estrategia para alcanzar la cima de la
de modo que era imprescindible una larga plática pared, llegando a la conclusión que sería por una
postprandial para que todo bajara un poco y poder especie de chimenea que veíamos en el extremo
dormir bien, por supuesto no podíamos dejar de oriental de la cornisa. Cuando eran como las 9:00
retomar el comentar sobre aquellos patojos…, y horas recogimos más leña y cortamos unas ramas
volver a bañarlos de palabras con el silabario más verdes de encino para ponerlas en la fogata, logrando
ofensivo que pude hallar en mi reducido… procaz así una columna de humo negro que sobrepasaba las
repertorio. copas de los árboles, por lo que estábamos seguros
de que Jeremías la podría ver al ir subiendo por
Como Jeremías llegaría hasta las 10:00 horas no la misma ruta que nosotros habíamos seguido;
teníamos que levantarnos muy temprano, por lo que además, cuando eran como las 9:30 horas, pegamos
tampoco corría prisa por acostarnos. Cuando eran unos cuantos gritos, que modestia aparte lo sabemos
como las 20:45 horas decidimos retirarnos a nuestros hacer muy bien, para ver si obteníamos respuesta de
“aposentos” acomodándonos como pudimos en esa Jeremías, pero nada, y así 15 y 20 minutos después;
superficie dura e irregular de “mullida” roca sólida. pero a las 10:15 horas finalmente nos contestó y
A mí en particular me llevó tiempo el poder cerrar nos tranquilizó pues empezábamos a pensar que
los ojos, pues pasé pensando mucho tiempo en la quizás también él nos quedaría mal..., unos minutos
posibilidad de que pudieran caernos desde la cumbre después lo vimos aparecer entre los encinos un
ramas, basura y peor aún rocas o “piedritas” que por poco más al sur de nuestra ruta, acompañado de dos
pequeñas que fueran, cayendo libremente desde patojos quienes quisieron participar en el “rescate”.
15 m de altura nos podrían hacer mucho daño. No Ya todos juntos y luego de un corto descanso, a las
teniendo alternativa alguna a la de pasar la noche 10:40 horas tomamos nuestras cosas y salimos hacia
expuestos en esa pequeña cornisa, finalmente me la chimenea que vimos con Luis, la cual era muy
encomendé al dios del valle y del cerro Tzuul Tak´a, inclinada (como de 50°), aunque ofrecía salientes
para que nos protegiera, y me dormí. de las cuales nos podíamos asir para escalar los 15-
20 m que faltaban para llegar a la cumbre del filón,
La noche transcurrió sin novedad, excepto por la la que finalmente alcanzamos 20 minutos después.
“obligada” levantada nocturna medio dormido, que Siendo las 11:00 horas estábamos sobre el mero
no dejó de ser un tanto peligrosa porque el borde de filón gozando del viento que pasaba sobre nuestras
la cornisa donde nos parábamos daba prácticamente cabezas ululando entre los encinos. En este punto el
al vacío. En fin, despertamos a las 6:15 horas y filón tenía solo unos 4 m de ancho y más o menos
estábamos vivos y sin un rasguño, no habían caído plano, con algunos encinos con pocas hojas por la
objetos desde las alturas. acción de las ráfagas de viento, y algunos pequeños
matochos de zacate. Se podía ver hacia arriba
Teniendo más de 3 h antes de que llegara Jeremías, (noroccidente), la cumbre del cerro Tabla de Mesa
todo lo que teníamos que hacer lo podíamos hacer (parte de la misma montaña), la que impedía ver
con toda tranquilidad. Nos levantamos y empezamos más allá, hacia el extremo noroccidental de la sierra.
a arreglar y ordenar todos nuestros chunches para Hacia el suroriente sobre el mismo filón, se podía ver
que estuvieran listos para cuando llegara, y luego como a 70 m una parte ligeramente más alta y ancha
Luis preparó su cafecito matutino y alguna cosita hacia la que caminamos, era el final de la sierra y la
más de desayuno, mientras yo fiel a mi costumbre cumbre III del Cerro Chimili, nuestro objetivo de

304

montaña, eran las 11:05 de la mañana y estábamos Luis, a quien le debo el haber logrado esta cumbre.
a 1210 ms.n.m., solo 715 ms.n.m. más alto que la Nos dimos el tradicional abrazo de cumbre y
aldea, y nos había tomado 4:55 h de tiempo efectivo nuestras exageradas demostraciones de alegría no
el ascenderlos. El día era esplendoroso y las vistas podían ser comprendidas por los acompañantes,
magníficas: teníamos la aldea completa a nuestros pues no podían entender lo que significaba para
pies, todo el cañón del río Las Cañas, las montañas nosotros no solo haberle ganado a la montaña,
Del Licenciado, los cerros La Vista y Colorado, las sino también les estábamos demostrando a aquellos
dos cataratas: Los Achiotes y la del cerro Colorado patojos…#%$&, que habíamos podido resolver sin
o De Jones, parte de las Montañas de Cabrera y de su ayuda el problema en que nos dejaron.
las De Cordón; y hacia el sur la carretera que sale a la
CA9 Norte y las faldas de la sierra donde estábamos, Después del jolgorio y de tomar algunos sorbos de
desvaneciéndose por el gran Valle del Motagua. líquido, venía lo más difícil: ¿por dónde bajaríamos?,
Tomamos las obligadas fotos. pues definitivamente no lo haríamos por la misma
ruta por la que habíamos ascendido, porque si había
Vista al Valle del Motagua. sido peligrosa de subida lo sería mucho más de
bajada, de manera que teníamos dos opciones: una
Jones desde la cumbre del Cerro Chimili. era bajar por la ladera sur sugerida por Jeremías, la
cual no solo era muy inclinada sino que nos haría
El momento era de emoción y satisfacción porque caminar unos 2 km más. Otra era bajar por una ruta
habíamos estado muy cerca de abortar la caminata, paralela a la que habíamos tomado para ascender,
solo salvada por la determinación y el esfuerzo de como a 80 m de distancia, pero con la ventaja de que
había algo de bosque de encino en la parte alta y pinar
más abajo, lo que nos permitiría irnos agarrando en
el descenso. Nuestra experiencia nos indicaba que
esta última era la más segura, por lo que siendo las
11:25 horas iniciamos el descenso entre el encinal
con una inclinación de más de 50° al principio, que
nos obligaba a irnos guindando de las ramas como
monos para no somatarnos y para irnos deslizando
de un árbol a otro para avanzar, solo lamentando
no tener una cola prensil para mayor seguridad…
Así fuimos bajando por 1:40 h hasta llegar al
pinal donde la inclinación era menor, y la tensión
también. En poco tiempo llegamos a la parte plana
donde entroncamos con la vereda donde nos habían
abandonado aquellos $%#&…, y de allí caminamos al
cementerio para caer finalmente cerca del puente en
la entrada del pueblo y caminar por sus calles hasta
la casa de Evanely, a donde arribamos siendo las
14:55 horas, 3:30 h de desde la cumbre. Evanely nos
recibió con la amabilidad de siempre, ofreciéndonos
un gran pichel de fresca limonada que bebimos
como náufragos recién rescatados. Acto seguido

305

arreglamos cuentas con Jeremías agradeciéndole Con hambre de más de ocho horas de ayuno y
su buena disposición para irnos a traer, y quedando sed, salimos de Jones a las 15:30 horas rumbo al
formalmente comprometidos para que a muy corto aquel restaurant que les he contado, donde nos
plazo nos acompañara a realizar la caminata de atragantamos una… y después otra cervecita bien
toda la sierra, pero ésta vez subiendo por el camino fría, un gran plato de chicharrones calientes, y otras
que va a la Finca Alejandría y en el collado del cositas, lo que era ya un banquete de reyes. Ya con
cerro El Zollate regresar por el cerro De La Cruz las barrigas de sapos enojados, enfilamos a la capital
ya en la Montaña Monte Verde, que es el extremo a donde llegamos al filo de las 20:25 horas totalmente
noroccidental de dicha sierra, y desde allí recorrerla satisfechos, comentando las vicisitudes del viaje y
hasta el mismo cerro Chimili para bajar de nuevo aceptando ya como parte del quehacer montañista
a Jones. Quedamos en estar en comunicación para todo lo ocurrido, de lo cual ahora ya nos reíamos
ultimar detalles de fecha y demás, y nos despedimos y formaba parte de nuestro anecdotario. Habíamos
de él y sus acompañantes. Le dimos las gracias a completado una caminata de aproximadamente 9.7
Evanely por el hospedaje de mi camioneta y por la km en un tiempo efectivo de 8:25 horas, lo que
limonada, sin aceptar remuneración alguna a pesar evidencia lo lento de la caminata por lo agreste del
de nuestra insistencia. Con un sentido abrazo nos terreno.
despedimos de ella con la seguridad de llegar de
nuevo muy pronto.

306

CERROS DE LA MONTAÑA “MONTE VERDE”

Cerros de La Cruz, Cerro Tabla de Mesa y Cerro Chimili

Segunda Parte
(17 y 18 de junio del 2010)

“El montañista de corazón no necesita escalar el Everest para merecer tal título, porque no
son las alturas las que le otorgan ese mérito; es su actitud honesta, de amor, admiración y

respeto a las montañas, y su conducta y comportamiento en y lejos de ellas”
Carlos Beteta

Participantes: Guías y porteadores:
Carlos Beteta, Luis Luján Jeremías Salguero

y Renard Sans

Habiendo mantenido la ilusión por completar la ineludibles contraídos previamente. Raudo y veloz
travesía de la Montaña “Monte Verde”, de la que el pick up de Luis devoró los 147 km que hay hasta
solo habíamos ascendido uno de los tres cerros que la Jones, aunque como siempre “pasamos a desayunar
componen en la caminata que llevamos a cabo hacía en el camino” como a 1 km antes de la entrada al
apenas 45 días, estábamos listos para llevar a cabo pueblo, sacando de nuestras mochilas un jugo y
la segunda incursión. Tal como habíamos quedado, alguna otra cosita, llegando después como ya era
nos comunicamos con nuestro porteador Jeremías costumbre a casa de Evanely a las 8:20 horas. Después
Salguero para formalizar los detalles del viaje, de saludarla cariñosamente junto a su hijito Kevin,
decidiéndolo para el 17 de junio. Ahora la logística le entregamos las fotos que les habíamos tomado la
y la estrategia que implementaríamos tendrían que última vez, las cuales le agradaron mucho. Luis fue
ser completamente diferentes, pues la caminata a estacionar el pick up con tan mala fortuna que le
sería mucho más larga y el grado de dificultad mayor dio un golpe contra un pequeño muro, por lo que
que el de la vez pasada; además, el período de lluvias profirió unos cuantos #&$%... de la cólera. En la casa
se había instalado formalmente por lo que teníamos ya nos esperaba Jeremías por lo que rápidamente
que calcular aprovechar al máximo las mañanas, arreglamos nuestros bártulos, especialmente los
pues por las tardes era muy posible que lloviera y míos que eran los que cargaría a miches, llevando yo
para entonces deberíamos estar ya debidamente solo mi mochila de asalto y mi bolsa con la cámara.
acampados.
Cuando eran las 8:55 horas salimos con paso lento
Con esto en mente salimos el sábado 17 a las 5:00 como si no estuviéramos muy convencidos de
horas Luis Luján, un amigo, Renard Sans y el querer hacerlo, atravesamos el pueblo, en donde
suscrito, lamentando muchísimo el que mi buen de muchas de las casas salían escuálidos chuchos
amigo y compañero de montaña Luis De La Vega ladrándonos, con evidentes deseos de satisfacer su
no pudiera venir con nosotros, por compromisos apetito con los “apetitosos” manjares que pasaban

307

ante ellos. En el trayecto aprovechamos para pasar Más adelante llegamos al río más importante de
saludando a nuestro recordado amigo Don Cruz, la ruta: el río Cañas, como de 4 m de ancho, este
hombre de 70 años ya, de gratos recuerdos por su llevaba un impresionante caudal de agua aún
valiosa ayuda al alquilarnos una mula para llevar de color achocolatado por la lluvia de la noche
nuestros aperos cuando fuimos a Alejandría en 1996 anterior, acompañado de un atemorizante ruido; el
y cuando nos atendió en su cabaña en las Montañas atravesarlo para pasar a la ribera sur era un tanto
Del Licenciado en febrero de este 2010. La salida del peligroso aun con dos bastones, por lo que optamos
pueblo es por el mismo camino que se toma para ir por hacer una cadena humana para evitar que la
a la finca Alejandría y las Montañas Del Licenciado. corriente nos arrastrara entre las rocas y pequeñas
El día estaba medio nublado y la temperatura cascadas, con las impredecibles consecuencias del
agradable para caminar; pero no solo el camino ha caso. Hasta aquí habíamos caminado 3:10 h y ya se
sido siempre malo, sino que ahora estaba en pésimo empezaba a sentir el esfuerzo realizado. El tiempo
estado, con grandes zanjas y mucho lodo como seguía nublándose especialmente en las cumbres,
consecuencia de las fuertes lluvias de los últimos las cuales para nuestro desconsuelo aparecían y
días, que provocaron correntadas que arrastraron desaparecían en la lejanía conforme avanzábamos
gran cantidad de piedras de todos tamaños, por lo en la zigzagueante vereda, pues tendríamos que
que la fila india de viandantes iba salvándolas de alcanzarlas en algún momento y el avistarlas tan
brinco en brinco como si fuéramos sapos. Pasamos lejos nos hacía calcular que aún nos faltaba mucho
por un primer riachuelo, el que hoy llevaba mucha por trepar para lograrlo. Habiendo caminado ya
más agua que en febrero pasado y como a las dos 3:30 h, en un recodo del sendero había un vertedero
horas de camino llegamos al río El Montillo, el cual proveniente de un venero en la parte alta, que
usualmente es fácil de atravesar, sin embargo hoy escurría por el paredón formando chorritos en los
llevaba un importante caudal que hizo necesario el que aprovechamos para abrevar con el agua fresca del
uso de dos bordones para mayor seguridad. Hasta más sabroso “sabor insípido”, el más hermoso “color
este punto llegaba lo que tenía la apariencia de cristalino” y el más delicioso “olor inodoro” que se
“camino”, porque al otro lado del río iniciaba una sutil puede encontrar. Después de descansar un rato en
vereda sobre los vestigios de un camino maderero este lugar continuamos caminando, encontrando
abandonado hace más de 40-50 años, encontrando adelante una puerta de golpe cerrada con una cadena
a cada poco vertederos cuya corriente seguía por la la cual afortunadamente pudimos quitar para poder
“vereda” formando continuos lodazales y chaguitales seguir, porque de otro modo hubiéramos tenido que
que debemos ir pasando y chapoteando. traspasar un cerco muy difícil. Tanto la puerta como
el cerco no estaban en febrero pasado, parecía como
si esta parte fuera hoy de propiedad privada.

Al ir ascendiendo vamos dejando de oír poco a poco
el ruido del río despeñándose en el fondo del cañón,
el que nos ha venido acompañado por mucho tiempo.
Este cañón lo forman por su lado norte las faldas de
las Montañas Del Licenciado y del cerro El Zollate
y por su lado sur, las laderas de la Montaña Monte
Verde, nuestro destino final. En este impresionante
ambiente montaraz, se ve, se oye, se huele, se palpa

Antigua brecha maderera abandonada.

308

Llegando a la cumbre del cerro de La Cruz.

Abrevando en un venero. Monte Verde y que marca el extremo noroccidental
de esta pequeña sierra, la que ahora teníamos que
y se siente la Naturaleza en sus más exquisitas y recorrer hacia su extremo suroriental. Por cierto
exuberantes manifestaciones. que a partir de esta meseta y como a 1:30 h más hacia
el occidente se entronca con el camino que viene de
Seguimos encumbrando y la amenaza de lluvia se río Hondo y va a la Finca Alejandría. Pues bien, al
hace cada vez más probable, ya que de vez en cuando llegar a la meseta cansados, solo nos quitamos las
pringuea por un momento pero afortunadamente mochilas y nos tiramos al suelo cubierto por una
no continúa. Se ve aún lejos otra cumbre, yo tengo alfombra de grama y hierba de anís silvestre. El
la esperanza de que no tendremos que llegar a su viento soplaba fuerte por lo que se sentía mucho frío.
cima para desviarnos hacia la montaña a la que Aprovechamos el momento para comer y beber algo
vamos, sin embargo al seguir subiendo por 1 h más de las alacenas particulares de los subirmontes. Aquí
me doy cuenta que sí hay que culminar el ascenso, y nos dimos cuenta que Jeremías no había llevado
después de 5:35 horas (son las 14:30 horas), de ardua nada de bastimento, y por supuesto con toda el agua
caminata de solo un poco más de legua y media y disponible en el camino tampoco llevaba siquiera un
un ascenso de apenas 955 ms.n.m., algunos llegamos envase vacío para transportarla. Creo que sabiendo
jadeando a una muy bonita meseta que no era sino que nosotros llevamos siempre suficientes avíos para
la cumbre del cerro De La Cruz a 1500 ms.n.m., que nosotros, asumió que los teníamos que compartir y
precisamente es el más alto de los tres de la montaña no llevó frijoles ni tortillas que siempre ha llevado,
inclusive para intercambiar por pollo, salchichas,
galletas, pan, etc. Hoy dependía solo de nuestras
provisiones, lo cual significaba limitarnos de alguna
manera. Fue una premeditada aviesa acción de su
parte.

La lluvia era inminente y aún faltaba caminar un
buen trecho ya sobre la propia montaña Monte

309

Empezando el filón de Monte Verde. Vereda sobre el filón.

Verde para buscar el lugar adecuado para acampar, Seguimos avanzando por el sinuoso filón casi
por lo que después de un corto descanso decidimos plano y por una vereda bien marcada, flanqueada a
reiniciar la caminata por el filón. Al solo empezar ambos lados por laderas de 45°-65° de inclinación, la
por un suave descenso se nota un cambio total del mayor parte de ellas con bosque de pino, mezclado
paisaje, pues hay un bosque de encinos y de pinos en algunas áreas con encino y sotobosque ralo de
que forman una preciosa calzada natural que corre guatal. Las partes más inclinadas de las laderas eran
sinuosa por el filón, dibujando un pintoresco paredes de roca granítica, acantilados que terminan
paisaje al quedar todo incluido dentro de una densa en roquedales en el fondo del cañón por donde
neblina que se mueve como danzando al ritmo discurre el río Cañas, que seguimos llevando a la
del viento. Además, una gran cantidad de pashte izquierda, pero ahora yendo en dirección río abajo.
pénsil (Tillandsia Usneoides), que en forma de Conforme avanzamos vamos hallando más mesetas
enormes cortinajes cuelga de los árboles casi hasta de una hermosa a otra más bella, todas cubiertas
tocar el suelo, dando a ese paisaje un aspecto entre de verde grama con variedad de hongos, y en los
tenebroso, hermoso, impresionante o intimidante, árboles abundante pashte e infinidad de otras
pero espectacular. epífitas y siempre con el marco de la espesa neblina
y el vaho que se elevaba del suelo, y ambos bailando
Árbol con Pashte. al ritmo del viento que pasaba silbando entre los
árboles. El paisaje era irreal, de fantasía, pocas veces
visto en nuestras largas andadas campiranas. El frío
aumenta y la lluvia amenaza cuando llevamos 1 h
desde la cumbre. Noto a Luis cansado lo cual es muy
raro en él y a cada poco me dice: ¡Carlitos!, ¿por qué
no paramos en esta meseta que está muy bonita?...,
sin embargo yo pienso que debemos avanzar más
para acercarnos al cerro Tabla de Mesa, para que
la jornada del día siguiente sea más corta y fácil, ya
que el descenso final a Jones es muy difícil y más
aún si nos llegara a llover. Luis me sigue sugiriendo

310

detenernos; ¡¡a la chucha Carlitos!!, lo oigo decir, para poderse meter en él por el otro. Jeremías por
mientras yo voy bien y Renard igual, quien por cierto su parte construyó muy rápidamente una champa
ha hablado muy poco durante todo el recorrido. entre dos pinos, que parecía muy bien hecha y sin
Cuando hemos andado 2:05 h de pronto tenemos duda así sería confiando en la experiencia que como
enfrente la cumbre I del cerro Tabla de Mesa y una avezado campirano tenía.
preciosa meseta en la base como para armar nuestro
campamento. Son las 16:45 horas, hemos caminado Con mucha dificultad se hizo una gran fogata pues
7:50 h desde Jones y todos estamos cansados. Luis aun cuando había mucha leña disponible, estaba
se tira al suelo con aspecto agotado al borde del toda húmeda, teniendo que recurrir al uso de unas
desfallecimiento, pero feliz de parar al fin, yo hago mechas de tela humedecidas con gas kerosene y ocote
lo mismo pero solo por unos minutos, pues ahora la que siempre llevamos; cuando finalmente estuvo
lluvia es inminente y todavía tenemos que armar el encendida el espectáculo era hermoso, digno de un
campamento. real campamento de montaña. Todo estaba listo
y empezaban a aparecer una tras otra delicatessen
Listos para acampar. culinaria hurgando dentro de las respectivas
“alacenas” de los alegres trotacerros. Mientras tanto
Procedemos unos a chapear y limpiar el área, otros a el cielo seguía encapotándose más cada minuto,
recoger leña para la fogata y otros a armar la champa hasta que siendo las 17:30 horas sin previa llovizna
colocando una cuerda y amarrándola a dos palos para alertadora, se inició un tremendo chubasco que nos
poner encima la pieza de nylon en forma de dos aguas, hizo carrerear a resguardarnos a nuestras respectivas
liando las puntas del nylon a las zampas enterradas champas. Pocas veces en mi experiencia de viejo
en las esquinas. Metimos nuestros colchones, bolsas subirmontes (por viejo y por subirmontes), había
para dormir y demás chunches, excepto mi bote con oído el ruido que producía el torrencial diluvio al
la comida; con la idea de pasar una plácida noche caer sobre la champa, cuyo techo me quedaba a solo
en ese recóndito lugar. Vale recordar que cuando unos 30 cm de la cara. Era realmente impresionante
nos reunimos para planificar este viaje sugerimos e intimidante. Por la puerta de la champa se podía
a Renard -quien venía por primera vez-, que ver que todo estaba oscuro y solo se podía ver caer
comprara una pieza de nylon para llevar en lugar de una tupida cortina de agua; además, el horrísono
carpa; ya en el campamento nos percatamos que lo estrépito de los constantes truenos, y los rayos que
que había comprado era un tubo cerrado de plástico parecían caer a pocos metros de nosotros, le ponían
delgado de 1,5 x 2,5 m, el cual introdujo dentro las guindas al pastel de los precarios momentos
de nuestra champa, cerrando uno de sus extremos que vivíamos, sin embargo aún faltaba mucho…
Para continuar con esta situación que de lúdica ya
no tenía nada, a los 20 minutos de lluvia el agua
empezó a entrar por la puerta de la champa y por el
suelo, y la fuerte briza entraba y mojaba el colchón
y la bolsa de dormir; aquello era un caos. Con Luis
empezamos a hacer los chapuces que podíamos
para minimizar los estragos; pero luego..., a este
pastel le faltaba decoración, pues como a la hora
de estar lloviendo, en medio del tronar de rayos y
truenos oímos la voz húmeda de Jeremías que nos
decía que él se iría de regreso a Jones, pues se le

311

entraba el agua a su champa, que se estaba mojando esas emanaciones. Esta situación la ilustra el hecho
y que ya no soportaba más y que prefería irse… Nos de que al volver a entrar a la champa después de salir
sorprendió pues en primer lugar estaba lloviendo obligadamente a “fertilizar” con un poco de urea
torrencialmente y segundo porque debía estar el bosque, teníamos que hacer como si nadáramos
consciente del compromiso adquirido con nosotros bajo el agua: hacer una inspiración profunda que
como porteador, especialmente conmigo, pues sabía nos permitiera no respirar en el trayecto entre los
que si me abandonaba yo no podría cargar con mi pies de Jeremías y el momento de meter la cabeza
tanate de equipo, ropa, comida y demás. Haciéndole en nuestra bolsa. Está demás decir que yo no pude
ver esa responsabilidad le dijimos que no se podía dormir prácticamente nada, mientras oía incrédulo
ir y que se acomodara en nuestra champa mientras cómo mis tres compañeros formaban un sonoro
pasaba la tormenta y después veríamos que hacer. coro de roncadores, que agregaban a la olorosa
Así fue como se “incrustó” entre Luis y yo, quedando champa la semejanza de una guarida de leones
apretadamente jateados y arrinconándonos a Luis y durante una frenética lucha por alimentarse. Yo no
a mí hacia ambas orillas de la champa de dos aguas, solo no dormí, sino que tenía el hambre del león
en ese ángulo agudo que forma el techo de nylon con que no alcanzó a comer, pero no podía sacar ningún
el suelo, de manera que ahora el techo hacía contacto alimento pues mi bote de comida estaba afuera de la
con nuestra bolsa de dormir, mojándola aún más champa.
por efecto de la condensación. Jeremías quedó en
el centro que era la parte más alta, más ”cómodo” Las horas se hacían eternas y la lluvia no amainaba,
que nosotros, pues en nuestros espacios no había sino solo por unos cuantos minutos para volver a
lugar para movilizarse, sino solo para cambiar hacer tronar la champa. Hacía mucho frío y el tener
de las posiciones de dorsal a ventral y laterales que salir obligadamente por “órdenes superiores”,
exclusivamente, no se podían ni siquiera flexionar lo trataba de retrasar hasta el último momento por
las extremidades inferiores para no importunar al toda la logística que implicaba. Como a las cuatro
vecino y no mojarnos con el nylon del techo. de la madrugada aproveché un momento de calma
de la lluvia para salir unos minutos, logrando ver
Además de la incomodidad que nos causó el tal hacia el oriente, hacia el valle del Motagua, las luces
Jeremías, lo verdaderamente desagradable fue la de las poblaciones a lo largo de él a la altura de río
pestilencia pútrida de sus pies al sacarlos de las botas Hondo. La lluvia se calmó como a las 5:00 horas
de hule que usa todo el tiempo y el hedor entre cuando felizmente Jeremías se levantó, llevándose
almizclero y mofetoso de las secreciones sudoríparas consigo cual cometa su cola de tufo. En ese
acumuladas en su sucio cuerpo y ropas, y por si todo momento pude al fin descansar un poco, moverme
esto fuera poco, también ocurrieron algunos escapes y respirar profundamente; muy tarde ya pues al
concentrados de estrioles y escatoles eyectados poco tiempo Luis y Renard después de un reparador
con sonora violencia, productos catabólicos de los sueño también se levantaron, mientras yo me resistí
procesos fermentativos que ocurrían en su intestino, por unos 30 minutos más, mientras todos trataban
por los alimentos extraños a sus hábitos que había infructuosamente de encender de nuevo la fogata
ingerido recientemente. Imagínese por un instante removiendo el rescoldo, para preparar algo para
estimado lector, estar en ese espacio cerrado de 2x2 el desayuno. Me tuve que levantar para empezar
m durante más de 12 horas que fue lo que duró el a acomodar mis avíos y a deshacer la champa,
suplicio -mucho más cruel que el del chino…,- estoy doblar el nylon, ordenar todas las pitas para que no
seguro que si hubiera sido de día se hubiera podido se pierdan y luego meterlo todo en el costal que
ver la densa nube formada por la mezcla de todas cargaría Jeremías con un mecapal. Por cierto que al

312

preguntarle a Jeremías si en verdad estaba dispuesto lados por grandes y viejos encinos con troncos
a abandonarnos la noche anterior, nos lo confirmó de caprichosas formas, y literalmente cargados
sin inmutarse, agregando además que tampoco nos de pashte, musgo, helechos, bellas orquídeas de
hubiera ido a a recoger este día; una vez más le color morado, bromelias, líquenes y otras epífitas
hicimos ver lo irresponsable de su intención, que era que les daban el aspecto de haber sido adornados
aún peor que lo que habían hecho aquellos patojos a propósito, era como estar viendo a través de un
en el ascenso al Chimili apenas un mes y medio atrás, caleidoscopio. Era una vista fantástica.
a los cuales él mismo criticó. No insistimos más en el
tema pues yo ya tenía un concepto bien definido de la Se sigue descendiendo casi imperceptiblemente por
clase de persona que era: un perfecto zaíno, falsario, el interminable filón teniendo cada vez más vistas
lenguaraz y aprovechado; que ponía en entredicho a de cumbres, apareciendo también hacia el norte
la gente buena de Jones, pues con él ya eran cuatro una primera cascada: Los Chaguites, formada por la
de su misma calaña los que conocíamos en esa aldea, quebrada El Montillo y más al nororiente se logra
pero que no opacaban para nada la imagen de Don ver casi toda la aldea.
Cruz que es clase aparte, él es un señor Don, quizás
por ser un hombre viejo de la generación de los
hombres de una sola palabra: la palabra de hombre...

Pues bien, después de tomar mi consabido jugo, Cañón del río Cañas.
comer pollo frito frío, unas galletas y unos platanitos Jones desde el campamento.
fritos, también fríos; preparé mi dotación de bebidas
y algo más para llevar en mi mochila, y cuando
eran las 7:15 horas iniciamos la jornada final de
nuestra andada que terminaría hasta Jones. El día
era espectacular, despejado, el clima agradable y
preciosas vistas: hacia el oriente el valle del Motagua
y al occidente las Montañas Del Licenciado y el
cañón del río Cañas, el cual se podía oír discurrir en
el fondo desde las alturas donde estábamos. Frente
a nosotros a solo unos 100 m empezaba la ladera del
cerro Tabla de Mesa, la cual iniciamos ascendiendo
muy lentamente para “calentar” los músculos;
el ascenso era de solo unos 70 ms.n.m. con una
inclinación de 30°-40°. Estamos a 1415 ms.n.m. Esta
cumbre es una pequeña meseta llena de ramas y
troncos sin mayor atractivo, pero significativa por
ser la cumbre de un bonito cerro en medio de una
sierra. Bajando al lado opuesto la misma distancia, el
filón continúa encontrando otras mesetas parecidas
a la que escogimos para acampar pero más pequeñas;
luego viene un trecho de filón de tan solo unos 3.5-
4.0 m de ancho con un roquedal muy llamativo, es
una especie de estrecha calzada flanqueada a ambos

313

Después de varios columpios, horquetas y cortas Seguimos bajando, acercándonos a la parte alta de
planicies subimos algunos pequeños altosanos y la gran pared donde en una pequeña cornisa unos
seguimos por el filón con grandes declives a ambos 12-15 m abajo, vivaqueamos con Luis De La Vega
lados, pues a veces caminamos por crestas rocosas cuando ascendimos al Chimili hacía solo 45 días;
teniendo a los flancos grandes desfiladeros. Así hoy pasábamos encima de ese punto, y unos metros
vamos llegando a la primera cumbre (cumbre I), más adelante por el lugar donde entroncan las dos
del cerro Chimili a 1320 ms.n.m., que está separada veredas (por la que salimos del vivaque, y por la
de la segunda cumbre a 1250 ms.n.m. (cumbre II), que caminábamos hoy). Finalmente estábamos en
por un portezuelo más o menos largo. Esta cima la cumbre III del Chimili a 1210 ms.n.m. de donde
igualmente es una pequeña meseta rocosa con debíamos descender a Jones.
laderas con poco bosque al noroccidente y más
boscosas al oriente y suroriente. Hemos caminado Desde aquí la vista era espectacular pues nos quedaba
1:48 h desde el campamento andando prácticamente enfrente la hermosa catarata de Jones formada por el
sobre el puro lomo de la sierra. Son las 9:03 horas. río Colorado, la cual se veía como un enorme chorro
El día es despejado y caluroso pero caminamos casi plateado por efecto de la luz del sol, colocado sobre el
todo el tiempo bajo la sombra de pinos y encinos, fondo verde de la montaña. Jamás la había visto con
más el frescor del viento que cruza ululando el semejante caudal, hasta se podía oír a la distancia el
filón. En un tramo de descenso brusco de unos 60- ruido del chorro al caer estrepitosamente sobre el
70 m encontramos una gran roca como de 3x4 m, roquerío gracias al efecto eco que producía el cañón.
literalmente cubierta de una alfombra de cientos Igualmente el río Cañas se podía oír en el fondo
de pequeñas pero bellas orquídeas de color verde del cañón como si estuviera cerca, y adivinándose
y unos cuantos líquenes, pequeñas bromelias por el ruido, que bajaba arrastrando un gran caudal
y varios pequeños cactus que sobresalen de la como consecuencia de las torrenciales lluvias de las
alfombra; parecía que esa roca había sido adornada últimas 12 horas.
especialmente para una exposición, que de hecho lo
era: una exposición de la Naturaleza que nos dejó Ahora teníamos que decidir por dónde bajar, pues la
atónitos, con la boca abierta. Este lugar fue de lo más vez pasada no nos había ido muy bien que digamos,
hermoso del viaje. por lo que debíamos tomar una ruta mejor y más
segura. Jeremías nos quería hacer bajar por un
Continúa el Filón. larguísimo filón que desciende por el lado oriental y
que a lo lejos parecía llegar a la carretera que viene de
la CA9 hacia Jones, pero como a 4-5 km del pueblo;
aduciendo que él lo conocía muy bien. Nosotros
nos opusimos esgrimiendo argumentos de sentido
común producto de nuestra propia experiencia
y sentido de orientación, no sin antes abominar
con todas las palabrotas del diccionario de la “real
academia de la lengua del mercado La Terminal”…
por la insistencia de Jeremías. Finalmente optamos
por bajar por una vereda muy inclinada por la cual
la vez pasada no quisimos hacerlo, porque el mismo
Jeremías quería desviarse muy a la izquierda, yendo
hacia peligrosos acantilados; hoy nos desviaríamos

314

hubiéramos bajado por donde Jeremías lo proponía,
pues a nuestra derecha y separados por un profundo
zanjón de paredes verticales, se veía el filón que
sugería Jeremías como a 500 m de distancia y cada
vez más separándose de nosotros divergentemente.

Vista desde el cerro Chimili. Ya llegando a la base del cerro, la vereda se va
haciendo plana, hay unos pequeños columpios,
más a la derecha casi en forma directa, donde se pasa una quebrada y ahora vamos bordeando el
existían vestigios muy sutiles de una vereda muy cerro por la base, para llegar a su cara norte por un
poco trillada, con mucha rocalla suelta que hacía sendero que va paralelo a la carretera que viene de
predecir inminentes resbalones y somatones, la CA9, como a 150 m de ella. Aquí este sendero
especialmente en algunos trechos de chirivisqueros está bien marcado pero lleno de tramos chaguitosos,
quemados por viejos incendios de rozas, los que pues el agua brota y corre por la empinada ladera
afortunadamente solo nos dejaron la ropa tiznada y de la montaña, por lo que literalmente se camina
uno que otro puyón en diferentes partes del cuerpo por un pequeño riachuelo chapoteando agua sin
por los varejones. Poco a poco fuimos bajando, opción y esquivando mucha piedra resbalosa. A
especialmente yo que en estos lugares lo hago con estas alturas yo me he quedado muy atrás, creo que
pasmosa lentitud y cuidado, que percibo aburre mis compañeros ya se aburrieron de esperarme y
a mis amigos trotacerros; pues literalmente voy no los culpo, sin embargo aunque podría acuciar
calculando con precisión milimétrica cada paso que el paso, ya aprendí a controlar impulsos en aras de
doy y con visión fotográfica satelital examinando prevenir hasta donde es posible una seria lesión
cada superficie en la que debo colocar los pies, para que probablemente sería el final de mi vida como
asegurarme de no resbalar y meterme un cachimbazo montañista; de manera que ahí voy como un anda
que termine con los vestigios de columna vertebral solo y poco a poco voy oyendo cada vez más cerca
que me quedan. Por esa razón bajo tan despacio. las voces y chiflidos de mis amigos que ya están
Yo les agradezco a mis amigos por su paciencia de esperándome en la carretera asfaltada, Ya reunidos
monjes tibetanos que me demuestran esperándome y siendo las 13:15 horas, empezamos el difícil
a cada poco, y también les pido disculpas. acercamiento a la entrada del pueblo distante como
1 km. Providencialmente vimos venir un pick up
Seguimos descendiendo entre pastizales y charrales hacia la aldea y al acercarse disminuyó la velocidad,
con mucha zarza que nos lacera los antebrazos y nos quizás porque a sus ocupantes les llamó la atención
rasga la ropa. Vemos un gavilán planeando cerca ver aquel grupo de cuatro caminantes obviamente
de los farallones intentando satisfacer su instinto cansados. El piloto, un hombre de edad madura
depredador o quizás solo disfrutando al ver desde con acento extranjero, dirigiéndose a nosotros nos
las alturas las penurias de nuestro descenso, el preguntó qué andábamos haciendo por ahí, y al
cual se nos hace muy largo, pero no tanto como si responderle que regresábamos de una excursión
pedestre de 48 h de duración por las montañas; nos
felicitó, pues él era también amante de ese tipo de
actividades. Resultó ser un cura italiano a cargo de
la parroquia de la aldea Estanzuela en Zacapa; quien
en seguida nos ofreció “jalón” al pueblo, el cual
aceptamos con mucho gusto pues había llegado en

315

el mejor momento. Al “viejito” del grupo lo invitó Bebimos, comimos y hablamos poco…, no teníamos
a sentarse en la cabina, incomodando a dos de los tiempo para ello; pero luego nos congratulamos
cuatro jóvenes que lo acompañaban; mis amigos mutuamente por haber llevado a feliz término una
andarines tuvieron que conformarse con subirse a la actividad montaraz muy gratificante, pues ahora
palangana. El señor cura no se imaginó la ayuda que esa desagradable experiencia pluvial no era sino un
significaba el acercarnos al pueblo, y no solo eso, sino momento anecdótico más, para ser guardado en
que nos fue a dejar a 40 m de la casa de Evanely, por el cofre de los gratos recuerdos, pues tal como se
lo que le expresamos nuestro agradecimiento y nos puede leer en la presente narrativa, lo que nos queda
despedimos sin saber su nombre y él los nuestros. en la memoria son precisamente esas experiencias
chuscas, tristes o alegres, agradables unas otras
Evanely nos recibió con su habitual cara sonriente, no tanto, espectaculares, dolorosas y olorosas,
ofreciéndonos algo de tomar que aceptamos frustrantes, agotadoras, peligrosas, visuales,
gustosos. De inmediato arreglé cuentas con olfativas, auditivas, gustativas, táctiles, etc., etc., y un
Jeremías, contra quien yo tenía un sentimiento cachimbazal de etcéteras más, que forman ese gran
de encono o animadversión porque finalmente todo del quehacer montañista que nos apasiona..., a
me había hecho cambiar el concepto que tenía algunos.
de él y pasaba a ser uno más de los que habían
traicionado nuestra confianza. Así lo siento yo. A
continuación nos cambiamos de ropa, acomodamos
nuestros tepalcates ya sin mucho orden ni cuidado
no importando que se amontonaran o apacharan.
Terminábamos una caminata de aproximadamente
15 km, en un tiempo efectivo de 13:50 horas.

Nos despedimos de Evanely con sentimientos de
tristeza y nostalgia, pues como siempre uno no sabe
-especialmente yo por la ley de las probabilidades-,
si podrá volver algún día. Siendo las 14:30 horas
salimos de Jones con cansancio, calor, hambre y
sed de cerveza, todos los requisitos para recorrer
en tiempo record los 60 km que nos separaban de
“aquel restaurante”..., pues desde este momento
ya percibíamos en el aire las primeras sensaciones
olfativas de chicharrones, tortillas saliendo del
comal, y por supuesto una…, quizás dos cervecitas
bien frías; sensaciones que se van haciendo
cada vez más fuertes a medida que nos vamos
acercando. Finalmente llegamos, apresurándonos
a hacer el pedido, esperando que fueran las
cervecitas las primeras en aparecer. Mientras tanto
aprovechamos para responder con comodidad a
la solicitud de nuestras vejigas..., y a lavarnos las
manos por primera vez en las últimas 36 horas.

316

CERRO MULULJÁ

Primer Intento
(15, 16 y 17 de septiembre del 2000)

“Pueden haber muchos deportistas extremos, pero no montañistas extremos; los primeros
tienen esa calidad en todos los músculos de su cuerpo, excepto en su corazón; los segundos

principalmente en su corazón y en muchos más…”
Carlos Beteta

Participantes: Guías y porteadores:
Carlos Beteta y Roberto Ranero Pablo Alonso

Después de haber logrado escalar la cumbre de un amigo que gusta de este tipo de actividades
la montaña La Cucaracha en abril pasado, nos y que me había acompañado en una caminata
invadió el interés por intentar subir a la cumbre anterior por el área de Santa Rosalía Mármol, se
del cerro Mululjá, precisamente al noroccidente apuntó entusiasmado para esta nueva experiencia
de La Cucaracha sobre el mismo ramal de la Sierra montaraz, y fue así como decidimos salir un viernes
de Las Minas -SM-, una cumbre jamás pisada por 15 de septiembre a las 4:30 horas rumbo a El Jute
persona alguna, por lo que constituía un verdadero en jurisdicción de Usumatlán, en el departamento
reto como los que hemos enfrentado siempre con el de Zacapa a 115 km de la capital, donde recogimos a
grupo. Hasta donde sabíamos esta montaña era muy Pablo Alonso con quien previamente nos habíamos
difícil de acceder, porque no había ninguna ruta de apalabrado y arreglado los detalles de la expedición.
acercamiento solo por tierra, sino que tenía que Lo primero que nos dijo fue que había estado
hacerse recorriendo el río Santa Clara hasta muy lloviendo mucho en la región en los días anteriores,
cerca de su origen, en lo profundo de esas arcanas e por lo que esperábamos que los ríos estuvieran
inextricables montañas nunca exploradas por nadie. “llenos” y difíciles de cruzar, por otro lado tampoco
Era un desafío muy atractivo. había seguridad de que el camino que llega a la Finca
Santa Clara, hasta donde suponíamos ir en nuestra
Por razones de fuerza mayor ninguno de Patrol, estuviera en condiciones de poder pasarlo.
los miembros del Grupo Tzuul Tak´a podía Por esta razón ya estábamos planeando una actividad
acompañarme en las únicas fechas en que estaba alternativa o plan B que sería el ascenso a los cerros
disponible el guía y porteador Pablo Alonso, un El Siglo, La Bandera Perdida y La Ventana, cuyo
lugareño de la aldea El Jute ya conocido nuestro, por acercamiento se hace desde un punto en el camino
habernos acompañado a los ascensos de La Cucaracha mucho antes de llegar a la Finca Santa Clara.
y al Raxón entre otras expediciones pedestres; por
esta razón tuve que decidir casi obligadamente el Pasamos primero por finca La Constancia, y
viaje aun con el riesgo muy factible de que la lluvia Pablo me había dicho que un poco adelante de
pudiera ser un factor determinante para el éxito la casa patronal en la curva conocida como la
de la empresa. Afortunadamente Roberto Ranero, “S”; de malos recuerdos para mí porque en una

317

ocasión me había quedado atascado con mi Nissan; expedición. En eso estábamos cuando vimos que
teniéndome que sacar jalado un tractor de la finca atrás de nosotros venía un pick up de un señor Paíz,
para poder continuar precisamente al Raxón; había dueño de la Finca Las Vegas que está en el valle
un tramo en mal estado, sin embargo personal de al fondo del cañón que íbamos bajando, quien al
la finca nos informó que el camino a pesar de las vernos y observar que su pick up era más angosto
lluvias se encontraba en condiciones de paso para que la Patrol, decidió pasar con nuestra ayuda al irlo
nuestro vehículo 4x4, porque habían “raspado” el dirigiendo para que no derrapara hacia ningún lado,
barrial con un tractor, echado balastro y quitado las logrando su objetivo. En ese momento debí decir
rocas grandes en la “S”, por lo que efectivamente la que nos regresáramos, sin embargo herido en mi
pasamos con cierta facilidad. Después de unos 4-5 amor propio -y el de la Patrol-, al ver que el pick up
km adelante se llega a la cumbre de cuatro caminos había pasado, y animado por todos, decidí intentar
a 2300 ms.n.m., que es el collado entre los cerros la osadía corriendo el gran riesgo de caer para
El Siglo y La Bandera Perdida, aquí paramos para cualquier lado, lo cual sería un problema irresoluble
tomar la decisión definitiva entre las dos opciones: a corto plazo, tomando en cuenta el remoto lugar
quedarnos en ese lugar para ir a los tres cerros del donde nos encontrábamos que supondría unos tres
plan B, o arriesgarnos siguiendo a Santa Clara sin días para que algún tipo de auxilio llegara hasta allí, e
saber cómo estaría el camino. La decisión era muy iniciara el rescate de mi vehículo, amén de los daños
difícil en verdad, pero quizás al ver la determinación al carro y probablemente a mí, y lo que en términos
y optimismo de Pablo tomé la decisión de seguir, económicos representaría todo eso. Con temor, por
pensando también en el “compromiso” con Roberto no decir terror, empecé a rodar lentamente el carro
a quien lo había invitado para ir al Mululjá, siendo y en un momento me gritaron que la llanta trasera
además su primera incursión seria en la SM. Con derecha estaba en el aire, tuve que parar mientras los
estas justificaciones empezamos el largo descenso demás rellenaban con tierra y piedras el hoyo, luego
por el cañón del río Teculután, encontrando el terminé de pasar pensando en el momento en que
camino en buenas condiciones a pesar de la época. me chisparía hacia el barranco. Fueron momentos
El día estaba más o menos despejado pudiendo tener de alta tensión. Ya del otro lado la preocupación
las siempre impresionantes vistas del Raxón y La aumentó, pues ahora pensaba en el regreso dentro
Cucaracha, que pensé lo serían más para Roberto de dos días, cuando el “puente” se habría hundido
por ser la primera vez que los tenía enfrente; sin totalmente debido a las lluvias, que sería lo más
embargo no fue como yo esperaba, pues no hizo probable, y nosotros nos quedaríamos del otro lado
mayores comentarios, por no decir ninguno. Como esperando quien sabe cuánto tiempo para salir de
a los 25 minutos de descenso nos encontramos con allí, quizás una semana, o más…
un serio problema: un puente rústico de unos 6-7
m de largo, hecho de gruesos troncos de ciprés de Lo cierto era que ya estábamos del otro lado y no
50-60 cm de diámetro había colapsado, dejando nos quedaba más que seguir adelante con el plan de
apenas un pequeño espacio de paso del ancho exacto bajar hacia la finca Santa Clara. Pasamos dos o tres
de nuestro vehículo; estrecho paso que por un lado vertederos que bajaban de la montaña que solo en
daba hacia el socavamiento del terreno que se había invierno ocurren, que sobrepasaban la capacidad de
“tragado” varios de los troncos, y por el otro lado las cunetas convirtiendo el camino en verdaderos
había una ancha cuneta de 1 m de ancho por 0.80 m de arroyos hasta de 10-20 cm de profundidad, en
profundidad, con paredes a 80° y desmoronándose. otros tramos las aguas eran canalizadas hacia el
Paré y nos bajamos para ver cómo estaba la situación barranco por medio de rústicos pero funcionales
con la casi seguridad de que aquí se terminaría la cortos puentecitos de troncos. Llegamos a la Finca

318

Santa Rosa, donde estaba hasta hace poco tiempo Paramos e iniciamos el “ritual” de arreglar nuestras
el campamento El Aguacate de la empresa Maderas mochilas y el costal con la caterva de chunches
El Alto, hoy prácticamente abandonado. Aquí Don que tenía que cargar a miches Pablo. Estábamos
Edgar, el único habitante del campamento, nos a 1800 ms.n.m. y eran las 11:30 horas. Como
confirmó que había estado lloviendo mucho y que el en otras ocasiones la mochila se siente muy
camino poco antes de llegar a Santa Clara no estaba pesada especialmente por el agua que llevamos,
“muy bien”, porque había un barrial muy resbaloso, y diciéndonos Pablo que para qué lo hacíamos si
que él nos aconsejaba dejar el carro en “La Vueltona”, siempre andaríamos en o cerca del río y además lo
como a 2 km de la finca para asegurarnos el regreso. más seguro era que nos llovería; sin embargo yo
prefería cargarla para tomar agua limpia y evitar
Con más preocupación aún, seguimos camino a consecuencias. Empezamos el descenso a la finca
Santa Clara encontrando varios pasos “malos” por teniendo la primera sorpresa agradable al ver un
grandes lodazales, donde el carro se hundía hasta la pizote grande atravesar el camino a pocos metros
panza. Una catarata como de 20 m que está como de nosotros, al que por cierto Roberto no alcanzó
a 3 km de El Aguacate escondida entre frondoso ver. La caminata se hace en parte por el camino y
bosque de ciprés, tenía un caudal impresionante, se en parte por un extravío entre el húmedo bosque
veía hermosa. Más adelante encontramos un río de de grandes encinos, pinos y cipreses, para volver
unos 4 m de ancho en cuya orilla estaba asentado de nuevo al camino como 30 minutos después. Al
un enjambre de abejas, y al bajarnos para ver las poco tiempo encontramos el primer río como de 4
condiciones para pasar el río, las abejas se alborotaron m de ancho y unos 60 cm de profundidad que nos
obligándonos a meternos rápidamente al carro; el llegaba a las rodillas y que obligadamente teníamos
enjambre estaba casi en el centro del camino por lo que pasar mojándonos los pantalones. Nos quitamos
que pudimos dejarlo en medio de la rodada cuando por primera vez las botas y medias con mucha
partimos, lo cual fue un tanto difícil porque una incomodidad, pues no había donde sentarse, luego
orilla era una grada alta, que pensamos sería más nos remangamos el pantalón y pasamos entre las
difícil al ir subiendo de regreso. Antes de llegar a “La piedras que a mí en particular me cuesta mucho,
Vueltona”, se desciende una pendiente como de 150 porque me duelen las plantas de los pies haciéndome
m y 20° de inclinación, que por efecto de las lluvias perder el equilibrio, con riesgo de caer al agua con
tenía varias zanjas más o menos profundas que la pesada mochila. Al pasar el río venía lo más
quedaban en medio del estrecho camino, dejando a incómodo y tardado: esperar que medio se secaran
los lados solamente las rodadas por las que tenía que los pies para ponernos las medias y botas con toda la
pasar con mucho cuidado, pues el barro resbaloso “liturgia” del caso. Finalmente llegamos a la ansiada
nos podía hacer caer en las zanjas; cuando llegué al finca Santa Clara, de la cual solo quedaban los restos
final de la pendiente mi preocupación aumentó al de tres ranchos de varas y lepa, con techos de lámina
100%, pues si seguía lloviendo este sería el primer y uno de palma, todo en completo abandono, muy
gran obstáculo que encontraríamos de regreso. En enmontado. Aquí recordé cuando vine por primera
total habíamos encontrado como cinco pasos malos vez en mayo de 1997 con mi buen amigo Mario Da
en la ida, los cuales serían potencialmente muy malos Silva, excelente amigo y compañero de montaña;
como para frustrar nuestro regreso. Llegamos a “La cuando ingenuamente tratamos de llegar a la cumbre
Vueltona” teniendo la precaución de dejar el carro de La Cucaracha entrando por aquí…, pudiendo
en dirección de retorno, pues había mucho lodo y alcanzar solo el cerro 1911.
podría ser imposible darle vuelta al regreso.

319

Llegamos al río Santa Clara a 1700 ms.n.m., (el cual para volverlo a pasar, lo cual ya era muy molesto
unos pocos kilómetros río abajo cambia al nombre porque no avanzábamos casi nada y ya nos teníamos
de río Teculután), que como era de esperarse estaba que quitar nuevamente las botas, era desagradable,
crecido, teniendo como 9 m de ancho y unos 60- incómodo y frustrante; pero teníamos que hacerlo,
70 cm de profundidad en el centro. El puente que no había otra opción. Nos quitamos las medias y
yo conocí construido de gruesos troncos de ciprés, botas para atravesar por 4a vez el río. Al otro lado
ya no existía, ya que durante el huracán Mitch en seguimos los vestigios de vereda que encontramos,
octubre de 1998 “se lo llevó el río”. Pablo nos dijo que nos indicaba que nadie había pasado por allí en
que esté río lo tendríamos que atravesar una cinco mucho tiempo. Yendo por aquí se hacen una serie
o seis veces... durante la caminata hasta donde él de pequeños ascensos por la vertiente norte del río,
conocía, y tal vez más veces siguiendo por el rumbo una ladera lodosa y empinada; hasta aquí habíamos
que habíamos decidido tomar. Empezamos por caminado 2:55 h desde la finca y ya bajábamos de
quitarnos las botas y remangarnos los pantalones nuevo a la ribera del río para cruzarlo por 5a vez
para pasar la primera vez el río (aunque ya habíamos siendo las 15:10 horas. Ahora encontramos del otro
pasado uno antes de llegar a la finca), con la ayuda de lado grandes rocas que formaban el cauce del río y
dos bordones. Yo pasé con dificultad por el dolor de limitaban pozas grandes y profundas que teníamos
pies por las piedras y Roberto con mayor dificultad que salvar escalando esas rocas con cuidado pues
porque no aceptó los dos bordones sino solo uno, y estaban cubiertas de musgo resbaloso que nos podía
aquí se convenció que era mucho más seguro y fácil hacer caer directamente a las pozas; en otras partes
con dos. Pablo con sus botas altas de hule no tenía tuvimos que hacer brecha entre guatales con mucha
problema alguno, además de la destreza campirana, zarza y terreno pantanoso; al fin y al cabo las botas
que le daba seguridad y confianza al andar en su a estas alturas ya iban bien mojadas. Más adelante
“hábitat”. Eran las 12:15 horas cuando iniciamos la bajamos una ladera muy inclinada y resbalosa que
caminata del otro lado del río, siendo el cerro 1911 se detenía en el borde mismo de una pared que daba
lo primero que avisté a lo lejos, el que tanto nos al río, teniendo que pasar por un estrecha pestaña
había costado ascender con Mario Da Silva estando de la misma roca de solo unos 12-15 cm de ancho
esa vez a 41°C la temperatura a la sombra. Ahora por unos 2.5 m de largo, la que pasamos apoyando
el sol apenas salía tímido entre las nubes, pero todo el cuerpo contra la pared. De pronto estábamos por
hacía pensar que llovería por la tarde. cruzar de nuevo el río por ¡6a vez!, y para entonces
ya lanzábamos toda clase de improperios, por lo que
La corta fila de caminantes iniciamos la marcha Pablo nos sugirió que probáramos caminar descalzos
sobre terreno plano entre zacatales, zarzales y el trecho siguiente, pues era corto y entre bosque
lodazales, cuando de pronto nos encontramos con de pinos con el suelo cubierto de sus hojas; así lo
el tercer cruce obligado de río, y de nuevo el ritual hicimos, solo que no contábamos con que también
de quitarse las botas y la consecuente pérdida de había mucho zacatal en la primera parte, zacate alto
tiempo. Pasamos al otro lado para seguir caminando que nos hacía trastrabillar e impedía ver el suelo
por terreno plano, donde encontramos con sorpresa húmedo, y aunque no dolían tanto los pies, ahora
un área cultivada de cafetales muy enmontados, nos preocupaba que pudieran haber serpientes…,
pero estando las plantas en buenas condiciones, afortunadamente pronto dejamos el zacatonal y
llamándonos la atención que la sombra era de caminamos solo entre el pinal que era más seguro,
cipresales, lo cual no es usual. Apenas llevábamos más seco y fácil, porque las mochilas no se iban
como 10 minutos de caminar cuando de nuevo trabando en nada. Caminamos como 400 m para caer
entre terreno lodoso nos acercamos de nuevo al río de nuevo al río y cruzarlo por ¡7a vez!, con mucho

320

dolor en los pies y riesgo de ser arrastrados por la tronaba aborrascado y amenazaba lluvia, y nosotros
corriente. Nos calzamos las botas para encontrar seguíamos por ese cañón estrecho con inclinadas
al otro lado o ladera sur una subida muy inclinada laderas, en algunas partes casi verticales que
y enmontada, teniendo que ir haciendo brecha impedían la entrada de luz del día, pues los árboles
entre inextricable matorral que a cada poco nos terminan de cubrir parte del ancho del río. La
puyaba las costillas, el abdomen, los ojos, las piernas caminata se había hecho muy lenta por lo difícil de
y otras partes más sensibles de nuestra vetusta avanzar por la orilla del río y la poca luz, a pesar de
humanidad…, íbamos encaramándonos en grandes ser solo las 17:30 horas. En un momento tuvimos
peñascos con gran dificultad, hasta que finalmente que atravesar por ¡10a vez¡ $%#&… y la lluvia era
volvimos a bajar llegando a un punto donde nos inminente. Ahora estábamos sobre la ribera derecha
encontramos en la confluencia de dos ríos, punto del río y decidimos buscar un lugar apropiado para
que coincidía con el que en el mapa aparecía con el acampar y tomar decisiones. Encontrar ese lugar
nombre de La Cochera, donde el brazo izquierdo o “apropiado” fue sumamente difícil, teniendo que
sur era el río Blanco, un afluente proveniente de la regresar como 75 m, pues los únicos lugares eran
ladera norte del cerro El Pinalón y el brazo derecho pequeños playones a la orilla del río, pero casi todos
o norte con mayor caudal, seguía siendo el mismo a menos de 2 m de ella, y yo temía que pudiera haber
río Santa Clara que veníamos recorriendo. El río una crecida por la noche y nos “llevara el río”… Eran
Blanco de apenas unos 3 m de ancho pero con un las 17:45 horas y empezaba la oscurana. Estábamos
importante caudal se nos dificultó mucho cruzarlo, a 1950 ms.n.m. y habíamos caminado 6:15 sufridas
pues había un solo lugar como de 1.25 m de ancho horas desde que dejamos el carro. Buscando un
por donde hacerlo, pero saltando de una roca a otra mejor lugar encontré una pequeña mesetita arriba
del otro lado, lugar donde el caudal se concentraba de un paredón como a 2 m de altura del nivel del río,
como en un embudo con mucha fuerza, suficiente y como a 7 m de su orilla. Acarreamos la retahíla de
para arrastrarnos río abajo, por lo que pedimos bultos hasta allí y armamos nuestro campamento
a Pablo que pasara él primero con las mochilas y aunque no en las mejores condiciones, pues había
luego nosotros brincaríamos sin ellas, por eso ésta mucho chirivisquero y un grueso colchón de
atravesada no la tomamos en cuenta, porque aquí no hojarasca mojada, además de una superficie no
nos habíamos quitado las botas ¡que felicidad! Ahora completamente plana, pero en fin era lo único
estábamos entre los dos ríos como en la horqueta disponible. Armando el campamento nos dimos
de una “Y”, y teníamos que seguir por la margen cuenta que había una colmena cerca y muchas
izquierda del río Santa Clara con mucha dificultad abejas revoloteaban alrededor, algunas se paraban
para avanzar. Tan solo a unos 100 m de La Cochera en nuestras ropas y el abejeo era intimidante,
teníamos que cruzarlo de nuevo por ¡8a vez!, y optamos por ignorarlas sin estarlas espantando para
aunque era menos ancho que antes de recibir al río que no nos picaran, lo cual afortunadamente dio
Blanco, aún tenía la fuerza suficiente para llevarnos. buen resultado, ya que de otro modo hubiéramos
Una vez más el ritual de las botas, pero como lo tenido que salir corriendo dejando nuestras tujas y
venía haciendo desde la 5a vez, me dejaba puestas demás enseres y… ¿hacia dónde?, si no había lugar;
las medias para minimizar el dolor por las piedras. o bien meternos en las carpas, ¿por cuánto tiempo?
Avanzamos con mucha dificultad por la ribera Pacientemente y con gran dificultad porque todo
derecha o norte, y después de unos 30 minutos, estaba mojado, Pablo logró encender una fogata
¿adivinen qué?, acertaron, travesar por ¡9a vez! el río con un gran manojo de ocote y poniendo grandes
para quedar de nuevo sobre la margen izquierda. troncos húmedos y ramas que poco a poco fueron
A esta hora el tiempo había cambiado, el cielo quemándose. Preparamos una rica sopa caliente que

321

nos cayó de perlas porque ahora sufríamos de frío, para tratar de que el agua corriera y no se depositara
comimos sándwiches y bebimos mucho, pues casi en las dos grandes arrugas de los lados. Amontoné
no lo habíamos hecho en todo el trayecto por venir todos mis bártulos en el centro de la tienda conmigo
caminando en terreno difícil y atravesando tantas en el medio con las rodillas flexionadas y seguí
veces el #$%& río... sacando agua y más agua…. Así pasaron las horas,
pudiéndome dar cuenta al sacar la cabeza de la carpa
Roberto armó una carpa pequeña en el espacio que que el río había crecido, el ruido era impresionante,
pudo encontrar. Pablo hizo una champa de dos adivinándose que la corriente era muy fuerte aunque
aguas con ramas, una pieza de nylon y hojas grandes no podía ver nada por la oscuridad, pero si oía como
de una especie de palmácea, poniendo de piso otro iba arrastrando piedras. Ahora me felicitaba por la
pedazo de plástico. Yo instalé mi tienda en el único decisión de no armar el campamento a la orilla del
otro lugar que aparentemente quedaba en toda la río, pues como veremos hubiera sido una situación
montaña. Después de tantas vicisitudes estábamos muy peligrosa. Cuando eran como las 5:00 horas
muy cansados y friolentos, por lo que siendo apenas cesó la lluvia un poco, permitiéndome salir para
las 19:45 horas decidimos acostarnos. A mí me tratar de arreglar algo mi carpa para que no se
costó dormirme lográndolo hasta como a las 22:30 siguiera entrando el agua, lo cual logré en buena
horas, pero a la 1:20 horas me despertó la lluvia. parte aunque el daño ya estaba hecho. Me metí a
Yo había colocado una pieza de nylon por debajo la carpa de nuevo, logrando finalmente estirar las
de mi carpa para evitar la humedad del suelo, pero piernas que había mantenido encogidas por más
pensando que al llover el agua que bajaría por las de 3 h y pudiéndome dormir un poco, pero no por
paredes de la tienda se iría directamente bajo el piso, mucho tiempo, pues a las 6:30 horas oí que hablaban
decidí salir para quitar el nylon y ponerlo encima de Roberto y Pablo comentando que al primero
la carpa para que el agua de lluvia cayera un poco también se le había entrado el agua. Al final fue
más lejos. Como yo había metido todos mis avíos Pablo el que la pasó mejor, pues amaneció seco. Al
a la carpa (mochila, comida, cámara, botas, agua; levantarme fue muy impresionante ver lo que había
además del colchón y bolsa de dormir, etc.), ese peso crecido el río, pues había avanzado los 6 m sobre
dificultaba el poder retirar el nylon de abajo. En la el playón, sobre el que originalmente Pablo quería
oscuridad y bajo la lluvia jalé fuertemente el plástico armar el campamento, por lo que nos congratulamos
sin darme cuenta que al hacerlo deformé los lados mutuamente de no haberlo hecho. Nuestras carpas
de la carpa quedando asimétricas las paredes, me estaban a los mismos 6 m de la orilla del río sobre el
volví a meter para tratar de dormir, pero como a paredón. El ruido era intimidante y la corriente más
las 2:30 horas me desperté dándome cuenta que mi aún, con agua achocolatada evidenciando la cantidad
tienda estaba completamente anegada y todas mis de sedimentos arrastrados desde las montañas
cosas empapadas; el agua se había entrado a partir cercanas. El día estaba aún completamente nublado.
de las “pocitas” formadas en la parte baja de los lados Eran las 6:15 horas cuando nos levantamos (yo
de la carpa deformada. Aquello era un verdadero apenas había dormido tan solo una hora), y ante
caos. Empecé a sacar agua con un pañuelo grande tales circunstancias llegamos a la conclusión de que
mojándolo en las pozas que se habían formado lo más sensato era abortar la expedición.
adentro y exprimiéndolo luego fuera de la carpa,
acción que repetí dos millones de veces… quizás Según el mapa nos faltaban por ascender como 100
tres, pues la lluvia era fuerte y no daba tiempo para ms.n.m. para llegar a un punto donde teóricamente
sacarla toda. Salí bajo la lluvia para hacer en el suelo encontraríamos una ladera y una joyita, desde donde
una especie de canaleta a ambos lados de la carpa, se vería el Mululjá ascendiendo otros 640 más; sin

322

habíamos caminado 5:30 horas desde la finca Santa
Clara, tiempo que esperábamos acortar de regreso
porque ya conocíamos la ruta, y porque ya no nos
quitaríamos las botas para a atravesar otras 10 veces
el río; sin embargo ahora el riesgo de ser arrastrados
por la corriente era mucho mayor.

Jones desde el campamento. Empezamos por cruzar la primera vez el río con
mucha dificultad, precaución y temor; y no era para
embargo esos primeros 100 ms.n.m. implicarían una menos, pues la fuerza de la corriente aun buscando
hora y media más de caminata por la ribera del río o el lugar más conveniente y los dos bordones, nos
yendo paralelamente a ella por las peligrosas laderas, desestabilizaba con riesgo de caer. Avanzábamos
lo cual sería mucho más difícil y peligroso ahora con lentitud y mucho cuidado para no ser
que el día anterior, por la crecida; luego vendría el arrastrados, pues ahora el agua nos llegaba a veces
ascenso final a la cumbre que serían otras cuatro o a la cintura yendo completamente mojados, pues
cinco horas o más… Además todo hacía pensar que hasta la mochila se hundía en el río. Llegamos a La
la lluvia continuaría. Yo me preocupaba porque no Cochera donde teníamos que cruzar el río Blanco,
podía saber si podríamos regresar o no, pues ahora que ahora era una catarata que bajaba de la montaña
el río constituía un riesgo real, y pensaba por cuánto con gran caudal, la cual era imposible de cruzar y la
tiempo (horas o días), podríamos quedar atrapados pena de caer y parecer uno como una simple rama
en esos arcanos rincones por las condiciones del arrastrada por su corriente y estrellarse contra las
tiempo. Después de todas esas consideraciones no rocas. Logramos pasar haciendo una cadena humana
cabía otra decisión: daríamos marcha atrás en nuestro dentro del río para mayor estabilidad, evitando el
intento, y aún más, tomaríamos la precaución de peligroso salto por la roca cuando pasamos en la ida
consumir en forma restringida los alimentos y el y que ahora estaba bajo el agua. Luego avanzamos
agua para beber que nos quedaban, pues sabíamos adelante de la confluencia de los dos ríos (Blanco
que hasta donde nos encontrábamos no nos podrían y Santa Clara), tratando de pasar de nuevo a la
ir a buscar, porque hasta allí nadie había llegado ribera norte para encontrar la vereda y caminar más
nunca, tampoco podíamos pedir auxilio porque rápido; sin embargo ahora el río llevaba el caudal de
allí no hay señal para teléfono celular. La situación ambos ríos, pero por otra parte habían lugares más
podría ser potencialmente muy crítica. anchos y de menor profundidad por donde se podía
intentar pasarlo. Por fin lo logramos encontrando la
Desayunamos algo ligero y procedimos a levantar “vereda” la cual estaba con mucho lodo, y en algunos
campamento lo más rápido posible, e iniciamos el tramos completamente anegada, inclusive a veces
desandar a las 8:10 horas con mucho temor al río. con corriente paralela a la del río; a pesar de ello
Decidimos ya no quitarnos las botas para nada avanzábamos con rapidez, pues la brecha abierta el
y caminar lo más posible a la orilla del río para día anterior lo facilitaba; además lo que realmente
no perder tiempo, además de seguir usando dos nos hacía ir de prisa era el deseo de avanzar para
bordones de apoyo para mayor estabilidad. De ida asegurarnos el regreso a Santa Clara y así evitar
que el río nos dejara aislados, porque cada hora que
pasaba hacía más probable la lluvia y me invadía el
temor de no poder salir de la finca por esa pendiente
resbalosa donde había dejado el carro, además de

323

los otros “puntos difíciles” que habíamos visto en 13:15 horas, habíamos “caminado” casi solo entre el
el camino, que pudieran estar peor aún debido a las río 5:05 horas de regreso (1:10 menos que de ida). La
fuertes lluvias de las últimas horas. lluvia era inminente sintiéndose ese característico
vientecito frío y una sutil briza que la presagiaban.
Cuando eran las 12:15 horas y después de atravesar Habiendo dejado ropa y calzado para recambio en
varias veces aún el río Blanco, llegamos a la finca el carro, nos quitamos aquella sucia, empapada y
Santa Clara a 1700 ms.n.m., lo cual fue un gran mal oliente que traíamos y las botas poco menos
alivio porque realmente la travesía por el río había hediondas, todo de dos días de “edad”. Acomodamos
sido una “rompida” potencialmente peligrosa. En la caterva de telenques y estábamos listos para iniciar
lo personal en dos ocasiones al ir a medio río sentí la segunda parte del viaje, con el temor de quedarnos
perder totalmente el equilibrio y en fracción de atascados en alguna parte del camino, especialmente
segundo pensé que la corriente me arrastraba y ya en la primera cuesta estrecha, empinada y resbalosa
me veía dándome tremendo cachimbazo contra las que teníamos enfrente, la cual después de algunos
rocas, hundiéndome, perdiendo el conocimiento sustos al resbalar hacia el profundo barranco
y perdiéndome río abajo; todo pasó como en logramos treparla, salvando así el primer obstáculo.
una película. Creo que corrimos gran peligro Seguimos hacia el río donde estaba la colmena y la
y yo me sentía responsable de Roberto, quien grada, la que pasamos de un salto y seguimos de
afortunadamente también estaba sano y salvo. largo sin detenernos, encontrando varios lodazales
En cuanto a Pablo no creo que se haya inquietado que no estaban en la ida y que nos inquietaron,
mucho. En fin, allí estábamos bien mojados y aún pero que pasamos sin mayor problema; finalmente
nos faltaba pasar el último río afluente del Blanco llegamos al campamento El Aguacate donde me
que encontraríamos en la caminata al carro. Sin sentí mucho más tranquilo pues estábamos cada
detenernos a descansar siquiera porque el agua se vez más cerca de la “civilización”. El campamento
estaba “poniendo” y empezaba a pringuear, seguimos estaba desolado; después de gritar y chiflar para
hacia “La Vueltona” donde nos estaría esperando muy avisarle a Don Edgar que regresábamos para que no
preocupada mi Patrol. Iniciamos el ascenso pasando se preocupara, no obtuvimos respuesta, y no fue
por el agradable, frondoso y húmedo bosque mixto. sino hasta que ya continuábamos la marcha cuando
Como a los 25 minutos habiéndose adelantado apareció, diciéndonos que estaba durmiendo por lo
Roberto, le chiflamos y gritamos pero no obtuvimos que no nos oía.
respuesta; Pablo y yo nos detuvimos para beber y
comer algo porque no habíamos probado bocado Ahora solo nos faltaba el último pero más peligroso
en las últimas casi 18 horas, pues antes de salir solo obstáculo: el puente casi colapsado por las lluvias. El
habíamos tomado algo de líquido. Ya más tranquilos camino dejaba ver los estragos causados por el agua
comentamos que lo peor que nos podría pasar era al encontrar muchas zanjas y vertientes bajando de
que no pudiéramos salir de la cuesta en carro y que las laderas. Cada vez con más preocupación por lo
tuviéramos que caminar hasta El Aguacate unas 4 que le habría pasado al puente finalmente llegamos
h para pedir ayuda, aunque fuera para la próxima a él, notando que el tal puente no había sufrido
semana (era día sábado). Después de todo lo que mayores daños que los que le habíamos visto a la ida;
habíamos pasado y lo que nos hubiera podido nos bajamos para confirmarlo y decidí pasarlo, no
pasar..., yo estaba tranquilo y seguro. Continuamos sin antes rellenar la cuneta del paredón con piedras,
el ascenso hasta llegar al carro donde ya se encontraba ramas y pedazos de troncos que encontramos cerca,
Roberto preocupado por nuestra dilación. Eran las para tener unos centímetros más de espacio; al final

324

fue más fácil el paso que en la ida. Ahora sí habíamos en que nos acompañó a La Cucaracha; no sentía
salvado el último obstáculo y casi podíamos hacia él la afección de las otras veces. De todas
olvidarnos de las malas experiencias pluviales y maneras quedamos en platicarnos para planear una
fluviales que habíamos sufrido. El tiempo había visita más a la Sierra de Las Minas, probablemente
mejorado y por momentos el astro rey aparecía al mismo Mululjá que nos había vencido en este
tímidamente entre las nubes. Eran las 15:15 horas primer intento.
cuando llegamos al portezuelo de El Siglo antes
del descenso final. Aquí les dije a mis compañeros Siendo cerca de las 17:00 horas nos dirigimos a la
andarines que si les quedaban ganas de acompañarme capital, no sin antes hacer la parada reglamentaria
al cerro La Bandera Perdida, cuya cumbre estaba en El Rancho para darnos el premio de una cerveza
como a 2-3 km de distancia pero sobre una brecha bien fría y degustar las famosas tortillas con pacayas
ancha y con agradable sombra de pinal, esto para envueltas en huevo o con chiles rellenos, aunque
hacer aunque fuera un “cerrito” en el viaje y no Roberto las prefierió con chicharrón. Después
regresar con las manos vacías. Mis amigos no tenían enfilamos a casa a donde llegamos a las 20:30
muchos deseos de hacerlo, pero al proponerles me horas, habiendo terminado una sufrida y arriesgada
esperaran mientras yo iba, finalmente aceptaron actividad de montaña de 11:20 horas de caminata
no de muy buena gana, al punto que empezamos a efectiva de 15 km, la mayor parte entre el río, el
caminar y ellos se quedaron atrás. Yo iba rápido pues cual habíamos atravesado ¡¡20 veces!!
el terreno solo tenía una inclinación de unos 25°-30°
y unos cuantos pequeños reventones. Caminamos Como colofón a esta expedición quiero decir
como 45 minutos hasta llegar a la cumbre que es una lo que he repetido siempre, y es que cualquier
meseta amplia a 2200 ms.n.m., con bosque de pino actividad montañista, aun aquellas que se repiten o
sin vista alguna, pues el tiempo estaba neblinoso aún. aquellos intentos fallidos, tienen algo de novedoso,
Al llegar grité a Roberto y Pablo para que llegaran agradable y siempre dejan muchas enseñanzas y
y se ganaran también su “cumbre de consolación”, mucho de positivo desde el mismo momento de
finalmente nos juntamos y después de unos minutos su planificación; sin embargo en esta oportunidad
regresábamos bien sudados al carro, por lo que quiero hacer énfasis en que desde el comienzo hubo
tuvimos que colocar unos plásticos a los asientos una serie de “avisos” de alarma que debí de detectar
para no mojarlos. Habíamos caminado 1:45 h y 3 km con un poco de perspicacia para tomar las mejores
de distancia, pues el regreso fue más tardado porque decisiones: para empezar la época no era la mejor
ahora íbamos subiendo, porque el cerro quedaba para ir a la sierra, pues sabíamos que se acercaban
100 ms.n.m. abajo del collado de El Siglo. Iniciamos dos huracanes por el norte y este del Petén, luego
el descenso a la finca La Constancia pasando sin encontrar el puente casi destruido y la carretera en
problema la curva “S”, más adelante divisamos la tan mal estado y a pesar de ello seguir con el plan,
cumbre de La Bandera Perdida que acabábamos de no fue lo más sensato, encontrar tanta dificultad al
subir, pasamos el lodazal grande del deslave con tener que cruzar tantas veces los ríos y correr los
alguna dificultad y a partir de allí ya no nos detendría riesgos del regreso fue un riesgo innecesario, el
nada. Llegamos al Jute para dejar a Pablo, pagarle hecho de encontrarnos tan remotamente aislados
por su valiosa ayuda y agradecerle su compañía, en esos ignotos parajes, sin posibilidad alguna de un
aunque he de decir que en esta ocasión no lo sentí eventual rescate pues nadie sabía con certeza hasta
tan motivado, entusiasmado, solícito, platicador, dónde habíamos ido, ni el podernos comunicar
alegre, etc., como en las otras dos oportunidades por teléfono, fue correr un gran riesgo, además

325

de la mala disposición de Pablo que no me ofrecía Lamento por otra parte el no poder documentar con
confianza ni seguridad y la inexperiencia de Roberto más fotografías este viaje, debido principalmente al
en este tipo de aventura que de alguna manera era hecho de lo sumamente incómodo de la caminata al
mi responsabilidad. Todo esto debí de tomarlo en tener que ir casi siempre entre el río o atravesarlo
cuenta para desistir del viaje y planificarlo para quitándome y volviéndome a poner las botas tantas
un mejor futuro. Por eso el regresar sin tener veces, ir casi siempre mojado, con mucho frío y
que lamentar ningún incidente, me debe de hacer apresurado por la amenaza del mal tiempo etc., etc.,
reflexionar para las próximas actividades campiranas y varias etcéteras más; por lo que el solo pensar en
para no cometer los mismos errores…, ni otros. sacar la cámara en esas condiciones hubiera sido una
verdadera odisea. Es la primera vez que me pasa,
pues la cámara la cargué solo para llevarla a pasear...

Segundo Intento
(6, 7 y 8 de febrero del 2015)

“Haz una promesa. Aprovecha que has descubierto una fuerza que ni siquiera conocías, y dite a ti
mismo que a partir de ahora y durante el resto de tus días la vas a utilizar, y si es posible, promete

también descubrir otra montaña y parte en busca de una nueva aventura”
Paulo Coelho

Participantes: Guías y porteadores:
Carlos Beteta, Luis De La Vega Estuardo Alonso, Roberto Jacinto

y Diego Gálvez y Marco Tulio Rodríguez

Tuvieron que pasar largos 14 años 5 meses para esta nueva aventura. Para mí tenía una doble
reponernos de la derrota y retomar la revancha a significación este nuevo intento, ya que por una
este esquivo cerro, pues fue un 15 de septiembre parte era el tratar de lograr la cima de este ignoto
del año 2000 cuando fallamos en nuestro primer cerro, que por el hecho de no haber sido ascendido
intento por lograr alcanzar su cumbre, debido a por nadie hasta la fecha era el principal atractivo,
una serie de errores de planificación, exceso de como lo ha sido en 10 de las 247 cumbres ascendidas
confianza e inexperiencia, que facilitaron a la Madre por nuestro Grupo Tzuul Tak´a, a lo largo de más
Naturaleza demostrarnos las debilidades de las que de 25 años de fundado, en las cuales fuimos los
adolecíamos. Los avatares sufridos en ese viaje los primeros en poner pie en ellas. La otra significación
narramos con todo detalle en el capítulo anterior y tenía que ver con el hecho de que en esta ocasión
no los queremos recordar ahora… nos acompañaría Diego, el mayor de mis nietos
de solo 28 añitos de edad, quien anteriormente ya
Aunque durante todos esos años mantuvimos se había apuntado en un par de andadas siempre por
la estaca del fracaso clavada en nuestro espíritu la espectacular Sierra de Las Minas, y esta sería su
montañista; con la experiencia que solo el tiempo prueba de graduación como “montañista” del grupo.
nos da, hoy decidimos que estábamos listos para

326

Después del fallido intento anterior, me propuse especial amigo y porteador de tantas batallas
investigar en el mapa de la región los más finos pedestres: Herlindo Gutiérrez, quien en principio
detalles de la ruta más viable a seguir, anotando nos acompañaría, pero como le ha pasado en otras
los puntos de referencia más importantes con ocasiones, hoy tampoco podría ir por problemas de
sus respectivas coordenadas y las características trabajo de última hora que no podía eludir, pero que
del terreno, así como calcular los tiempos de las en su lugar nos acompañaría un conocido suyo de
diferentes etapas de la caminata, basados en al grado nombre Estuardo Alonso (sobrino también de Don
de dificultad deducido de las curvas de nivel; además Toño), que según él, conocía “por ahí por donde
de todos los detalles de logística y estrategia que iríamos”; además iría también un viejo conocido
involucra este tipo de expediciones. nuestro: Roberto Jacinto, quien nos ha acompañado
en varias incursiones por la sierra, y de quien tengo
Hoy teníamos a favor el hecho de que las lluvias de la la mejor impresión por su capacidad y por su
época no eran tan copiosas y según nuestros expertos paciencia para ir conmigo cuando me voy quedando
campiranos conocedores del comportamiento del atrás de todos. Iría también otro ya conocido
clima en esos parajes, era factible planear el viaje, aun nuestro: Marco Tulio Rodríguez, un buen porteador,
cuando existía la posibilidad de ser sorprendidos por callado y muy capaz. Ya conformado el sexteto de
lluvia en cualquier momento, pues es bien sabido lo trotacerros nos despedimos de Herlindo e iniciamos
atípico que puede ser el clima en esa bendita Sierra la marcha pasando primero por lo que era la finca La
de Las Minas. Constancia de Maderas El Alto S.A. -MEASA-, y
que desconocíamos quién sería el propietario actual,
Habíamos estado hablando con nuestros amigos pero que sin mayor problema nos dejaron pasar
guías y porteadores para definir los detalles de la informándonos que aunque había llovido en varias
caminata, decidiéndola para la segunda quincena de oportunidades recientemente, el camino estaba en
septiembre, fechas en que ellos estaban disponibles buenas condiciones para vehículos 4x4, de manera
antes de dedicarse de lleno a sus propias faenas que empezamos el ascenso pasando sin ningún
campesinas. Fue así que lamentando la ausencia de problema por la recordada curva la “S” y de allí hasta
nuestro amigo Luis Luján debido a compromisos la cumbre del portezuelo de El Siglo - La Bandera
ineludibles previamente contraídos, quien es un Perdida, donde encontramos la primera puerta
entusiasta miembro de nuestras salidas montaraces, doble de golpe que antes no existía. Desde aquí
quedando listos para la aventura: Luis De La Vega empezábamos ahora el descenso hacia el antiguo
Tabarini, Diego Gálvez Beteta y el suscrito. campamento El Aguacate, trayecto donde hacían
más de 14 años encontramos aquel “puente” que
Con todos los avíos y demás bártulos debidamente mencionáramos en el capítulo anterior y que hoy
distribuidos en sendas mochilas y otros tanates, aunque aún es un rústico puente de troncos, este se
salimos el viernes 6 de febrero del 2015 a las 4:30 encontraba en buenas condiciones, así como el
horas por el rumbo tantas veces recorrido hacia El camino en general, pues según nuestros
Jute; donde debíamos de pasar a recoger a casa de acompañantes recibían mantenimiento por parte de
Don José Alonso (hermano de Don Toño), la llave las comunidades de los nuevos habitantes… de las
de un candado colocado en una puerta de golpe que tierras que antes eran de MEASA, las cuales habían
encontraríamos después de pasar El Aguacate. sido cedidas en propiedad a una especie de
Desde El Jute dejaríamos el cómodo y agradable cooperativa de los antiguos trabajadores de la
asfalto para subir por el sinuoso camino de terracería empresa, como parte de sus prestaciones laborales...,
hasta La Montañita, lugar donde vive nuestro existiendo otras versiones un tanto controversiales

327

del origen de estos nuevos propietarios, que los camino para mí, el que sin llegar a la antigua finca
consideran una especie de invasores de esas tierras, Santa Clara se dirigía a una vega en el lugar conocido
llevados allí por pseudolíderes con sus propios como La Cochera sobre el mismo río Santa Clara,
aviesos intereses. Lo cierto es que nos llamaba la lugar que yo recordaba con una especie de
atención el encontrar en el camino muchas casas resentimiento por lo difícil que fue llegar hasta él a
recién construidas con gruesas tablas de madera de través del río desde la finca, en ese mal recordado
los pinos talados indiscriminadamente en los primer intento… Pronto encontramos dicho desvío,
alrededores, y que obviamente carecerían de las tomando ahora hacia el noroccidente. Ese camino sí
licencias respectivas, es más, encontramos múltiples se encontraba en malas condiciones, en algunos
áreas de rozas de hasta cuatro o seis manzanas cerca tramos en pésimas. Era muy estrecho, enmontado y
de las casas. En algunas de estas casas se notaba que con algunas pendientes muy pronunciadas, siendo
habían sido habitadas por algún tiempo y luego lo que más me preocupó el que hubiera mucho barro
abandonadas prácticamente nuevas, ¿por qué?, tal espeso y resbaloso, y grandes zanjas precisamente en
vez porque a los nuevos habitantes no les pareció el algunas de las pendientes; de hecho el pick up bajaba
lugar que les tocó..., o porque no eran precisamente bailando de un lado a otro con riesgo de chisparse a
campesinos los nuevos “propietarios” y pronto las zanjas. Mi pensamiento volaba pensando en el
vendieron sus parcelas; en fin, pueden haber varias regreso, pues si llovía estaba seguro de que no
razones, lo cierto es que era muy triste para mí que podríamos salir por ese camino, de manera que solo
habiendo conocido esos lugares cuando eran pedía a las “Autoridades Superiores” que no
hermosos bosques, hoy se veían por todas partes autorizaran lluvia alguna durante el tiempo que
parches de bosque quemados, algunos humeantes nosotros estuviéramos en la montaña. Por cierto
aún a pesar de las recientes lluvias, y tierra calcinada, que yendo por este tramo del camino se nos presentó
y por supuesto, donde no podría verse ningún la vista de una curva flanqueada de hermoso bosque
animal, ni siquiera un insecto. Era muy triste en y unos charcos en el suelo que reflejaban algunos de
verdad. En fin, seguimos bajando hasta llegar a El los árboles, imagen que se me antojó captar con mi
Aguacate, donde apenas se veían un par de ranchos cámara, pero cuando la saqué me sorprendió que no
posiblemente habitados, pero sin lograr ver a nadie. podía tomar la foto, percatándome entonces de que
Enfilamos de allí hacia la finca Santa Clara, y tan mi cámara no tenía la tarjeta de memoria, me había
solo a 1 km encontramos una casa y junto a ella la olvidado colocarla después de cargarle la batería;
puerta con cadena y candado cuya llave habíamos con gran desilusión y frustración pensé que se
recogido en El Jute, nos bajamos a abrirla sin que repetía el no tener fotos de esta nueva incursión al
nadie, excepto un esquelético chucho intentando Mululjá, tal como me sucedió en el primer intento,
ladrar, saliera siquiera a ver de quien se trataba; la aunque por diferente razón; al parecer dicho cerro o
volvimos a cerrar y continuamos por el camino que era muy tímido o no deseaba dar a conocer en fotos
aun cuando estaba en peores condiciones que antes la ruta para ser conquistado. Lo cierto era que una
de llegar a El Aguacate, era bueno para el potente vez más llevaba la cámara solo a pasear (Añoro mi
Isuzu Dmax de Diego. Al ir recorriendo este camino vieja Nikon f2 de 3 ½ lb. de peso). Por esta razón,
no podía dejar de recordar con nostalgia las veces todas las fotografías que ilustran la presente
que antes lo pasamos cuando fuimos al cerro 1911, expedición, son la valiosa cortesía de mi buen amigo
la travesía El Siglo - Pinalón y precisamente al Luis De La Vega, a quien le estoy grandemente
primer intento al Mululjá, el que hoy nuevamente agradecido por tan significativo complemento para
trataríamos de ascender. Estuardo Alonso, nuestro este trabajo. Con mucha precaución y pericia Diego
guía; nos había mencionado conocer un nuevo fue devorando la distancia y después de unos 5 km

328

desde El Aguacate, llegamos a un pequeño río como de la vega había una casa amplia de unos 14x7 m,
de 3-4 m de ancho y no muy profundo, pero sí con construida de anchas y gruesas tablas de madera de
piedras más o menos grandes que hubo que ir pino y techo de lámina, tenía muebles formales en el
salvando con cuidado. Por un momento me pareció comedor, cocina y dormitorio, además contaba con
que este río podía ser el río Blanco, pues venía del un teléfono satelital y luz eléctrica proveniente de
lado sur precisamente de las laderas del cerro El energía fotovoltaica de paneles solares en el techo.
Pinalón, pero desconocía totalmente el lugar, pues Contaba con abundante agua de un venero en lo alto
de ser ese, estaríamos cerca de La Cochera, y el río de la ladera atrás de la casa. Había también una buena
Santa Clara estaría muy cerca del lado derecho cantidad de reglas de madera de pino secándose en el
nuestro o lado norte; lo cierto era que no reconocía patio. La vega estaba cultivada de verduras (tomate,
el lugar después de más de 14 años de haber pasado zanahoria, rábano, coliflor, remolacha, güisquil,
por allí. Seguimos caminando en terreno plano y y más), árboles frutales como: aguacate, durazno,
solo a unos 600 m adelante, sorpresivamente naranja y otros; además tenían gallinas, chompipes,
encontramos una parte ancha que era el final del patos, marranos, pelibueyes y unas cuantas reses,
camino y allí estacionado un pick up negro y por supuesto cinco chuchos con actitud no muy
cuidadosamente cubierto con un plástico. Un amigable. Todo este detallado inventario es para
hallazgo insólito. Cuando estacionamos Estuardo ilustrar y justificar nuestro asombro al encontrar
nos dijo que poco más adelante vivía Don Chava semejante granja en ese arcano lugar; era lo último
con su señora, administrando una vega de un señor que hubiéramos pensado encontrar por ahí, pero
de Zacapa..., nos pareció increíble que alguien allí estaba, era real...
pudiera ser dueño de terrenos en una región tan,
pero tan recóndita como en la que nos
encontrábamos, ya que estábamos como a 7-8 km de
El Aguacate, que yo creía era ya parte de la zona
núcleo de la SM, donde “teóricamente” no pueden
haber propiedades privadas por ser un área protegida
por el estado.

Eran las 10:55 horas. Bajamos nuestros bártulos, se Llegada a La Vega.
arreglaron las mochilas y se prepararon los bultos
que tenían que llevar a miches los porteadores, Don Chava y su esposa nos recibieron con
luego cada uno fue tomando lo suyo y empezamos amabilidad, ofreciéndonos de inmediato una
a caminar hacia la vega, teniendo que pasar primero refrescante limonada bien cargada y tortillas calientes
un pequeño riachuelo el cual a solo unos 100 m de con sal, aprovechando nosotros para comer algo
distancia confluía con el río Santa Clara. Pasando más de nuestras propias alacenas como almuerzo,
el riachuelo nos encontramos al otro lado con una para iniciar la caminata ya sin retrasos. Siendo
pequeña joyita, como de una y media manzana de exactamente las 11:34 horas se formó la cadena de
extensión de forma geométricamente cuadrangular, viandantes para empezar lentamente la tan esperada
totalmente plana y deforestada, colindando con un
impresionante bosque primitivo de pino, donde se
veían árboles de 20 - 25 m de altura y un sotobosque
tupido de guatal. La joya parecía haberse hecho
con un sacabocado en pleno bosque. En un lado

329

expedición, con la ilusión de lograr nuestra ansiada las botas en más de 12 ocasiones y otras tantas
cumbre. Cuando salimos, en la periferia de la vega con ellas puestas, cuando vine desde la finca Santa
vimos un aserradero artesanal y gran cantidad de Clara hasta quizás 1 km después del punto donde
madera de pino aserrada en gruesas tablas de 2.5 nos encontrábamos en ese momento. Tomé mi
pulgadas y 3,4 y hasta 6 m de largo, apiladas formando inseparable bordón de liquidámbar y crucé el puente
conos altos semejando las chozas de los indios pieles aunque con algo de temor, por lo que a partir de ese
rojas de Norte América. Esto nos confirmaba la tala primer paso opté por usar dos bordones para mayor
inmoderada e ilegal que se estaba haciendo en el estabilidad.
lugar, a donde jamás llegaría una autoridad que la
sancionara. Sin decir palabra seguimos caminando Como dije al principio, nosotros llevábamos una
y como a los 10 minutos estábamos acercándonos al sección del mapa de la región donde habíamos
río Santa Clara, diciéndonos Estuardo que a esa vega anotado cuidadosamente los puntos de referencia
se le conocía también como La Cochera que era el más importantes con sus respectivas coordenadas,
lugar de confluencia de los ríos Santa Clara y Blanco. que eran los puntos por donde debíamos seguir para
Estaba todo tan extrañamente cambiado, que me era alcanzar nuestra cumbre, y por donde habíamos
imposible reconocer el lugar por el que hacía 14 calculado el tiempo aproximado que nos llevaría
años había pasado, cuando eso era una selva virgen, lograrla. Cuando le mencionamos a Estuardo el plan,
así mismo el río Santa Clara no era igual, ahora tenía nos dijo que efectivamente él conocía por dónde “le
unos 6-7 m de ancho y no muy profundo, aunque entraríamos para llegar”, por lo que inocentemente
sí arrastraba un caudal importante, suficiente para nos sentimos confiados y seguros...
que el cruzarlo fuera un tanto dificultoso, aunque
nada comparable con lo riesgoso que fue cuando Después de atravesar por 1a vez el río, caminamos
lo cruzamos en esa ocasión. Nuestros porteadores por su ribera norte un trecho y yo seguía sin
empezaron a demostrar sus habilidades al improvisar reconocer absolutamente nada del paisaje, era
en solo unos minutos un puente con un largo tronco como si jamás hubiera andado por ahí antes. Al
para que no nos tuviéramos que descalzar, cosa que poco rato nos metimos al bosque siguiendo una casi
les agradecimos, especialmente yo que había tenido imperceptible vereda, pero vereda al fin, que nos
la desagradable experiencia durante el primer indicaba que alguien había pasado por allí alguna
intento a este mismo cerro, de cruzarlo quitándome vez, y seguramente había sido Estuardo. Subimos

Saliendo de La Vega a la Montaña. Primer paso del río.

330

una pequeña ladera y muy pronto la bajamos por que nos encontrábamos a solo ¡2 ms.n.m.!, más alto
el lado opuesto para caer de nuevo al río, y otra que en La Cochera, de donde habíamos partido y
vez más los muchachos con una destreza y rapidez caminado como 1 km…, la cumbre seguía estando a
impresionantes, construyeron otro puente con casi 600 ms.n.m. de nosotros, y al paso que íbamos
troncos medio podridos que encontraron en la no sabíamos a qué hora nos empezaríamos a acercar
orilla, pero que sabían que se podían usar con realmente a ella.
seguridad, y la tropa de caminantes pasó por ¡2a vez!
el río. Inmediatamente nos encaramamos el paredón Seguimos caminando y en unas seis oportunidades
del otro lado y nos internamos en la intrincada más cruzando el mismo río..., el cual por momentos
montaña, encontrando de nuevo la sutil vereda que era menos ancho, pero el caudal que llevaba era
nos indicaba que Estuardo sabía por dónde íbamos. más fuerte y era más riesgoso pasarlo por los
Subimos de nueva una ladera un poco más larga improvisados puentes, lo cual lográbamos con la
que la anterior, y nuevamente oímos el murmullo ayuda de sendos bordones y mucha precaución.
del río, al cual bajamos para cruzarlo por ¡3a vez!, ¡¡Habíamos cruzado el río en 10 ocasiones ya!!,
solo que ahora remangándonos el pantalón lo y aún no estábamos subiendo prácticamente nada,
hicimos brincando sobre grandes piedras, pudiendo realmente.
al otro lado caminar por un largo playón de arena
amarillenta, porque no habían paredes ni rocas Otro cruce de río.
grandes en la cuenca. Luego de unos 15 minutos
nos metimos a una selva inextricable con una gran Eran las 13:04 horas. Hemos caminado 1:30 horas
variedad de árboles, arbustos, guamilar y algo desde la vega y continuábamos la marcha por la
de piedra que no habíamos encontrado antes. La misma orilla del río pero solo por cortas distancias,
pendiente era más pronunciada, húmeda y resbalosa, porque luego Estuardo se metía a la montaña por
y ahí trepábamos gateando dando tres pasos para esa casi inexistente vereda, para ascender una nueva
adelante y dos para atrás, y al llegar a lo que parecía ladera por unos 15-20 minutos y volver de nuevo
un filón bajamos por él y de nuevo estábamos en al río por el lado opuesto. En una de esas pequeñas
el río, y a pasarlo por ¡4a vez! Para entonces nos cumbres de las laderas, paramos para descansar un
preguntábamos si realmente era el mismo río el que poco y comentar entre otras cosas el hecho de que
estábamos cruzando repetidamente; y si era así, por al revisar el croquis que llevábamos, donde estaban
qué no seguíamos por su cauce en lugar de ir subiendo anotados los puntos de referencia con las respectivas
y bajando por la montaña. Estuardo nos decía -con coordenadas, nos percatamos que estábamos “ya en
razón-, que si siguiéramos por el río caminaríamos
mucho más, porque tenía muchas curvas y que yendo
por la montaña acortábamos el camino; además en
el río habían lugares con paredones altos a ambos
lados, grandes rocas y pozas que impedían el paso.
Nos quedamos satisfechos con la explicación, pero
dudando mucho que él hubiera explorado alguna
vez todo el trayecto del río; en fin, confiábamos en
que íbamos por la ruta correcta. Apenas habíamos
caminado como 40 minutos y subido tres laderas más
que también habíamos bajado así, los 100 ms.n.m.
que subíamos los bajábamos de nuevo; razón por la

331

línea” con el punto por donde deberíamos abandonar aquí Estuardo nos dijo que era la última cruzada,
el río y empezar a subir directamente por el filón increíble, era la ¡¡N° 17!! Ahora andaríamos solo por la
que nos llevaría a la cumbre del Mululjá. Cuando montaña. Eran las 15:05 horas, habíamos caminado
tratamos de ver por encima de los árboles tratando 3:31 horas desde la vega y estábamos a 2000 ms.n.m.
de hallar una cumbre, no se veía nada en dirección Aunque aparentemente el esfuerzo realizado sin
norte, en parte porque estaba algo nublado y por la escalar grandes alturas no parecía extenuante, el
alta maleza. Por su parte Estuardo nos aseguraba constante subir y bajar si era desgastante y por lo
que debíamos seguir aún más hacia el occidente, menos en mí, si empezaba a pasarme su factura e
por donde él nos aseguraba que igualmente igualmente en los porteadores, aun cuando Luis
llegaríamos a la cima. Como veremos después, y Diego iban muy bien. Descansamos un rato
este fue un momento crucial en la caminata, pues cerca del río, tomamos y nos comimos algo como
en lugar de imponer nuestra decisión de seguir las almuerzo: sándwiches, el infaltable “pollo”, refresco
indicaciones del GPS para lograr la cumbre, nos y alguna golosina. Por cierto que aquí Estuardo
dejamos convencer por Estuardo para seguir por la nos sorprendió al decirnos que él era dueño de
ruta que él conocía..., a pesar de habernos confesado ¡40 caballerías! en esa área y que de hecho en ese
que propiamente la cima del cerro no la conocía. Él momento caminábamos en su propiedad..., eso nos
esgrimía el argumento de que el seguir directamente dejó pensando mucho, pues era imposible por la vía
hacia el norte era sumamente difícil porque habría legal obtener tierra en esa región, y mucho menos de
que ir haciendo brecha y eso nos llevaría mucho esa dimensión, calculando lo que dicha tierra podría
tiempo, el cual “ganaríamos” al caminar por donde él costar económicamente hablando. No entramos
nos decía. Sin embargo, nuestros cálculos tomaban en detalles de cómo la obtuvo para no entrar en
en cuenta por supuesto el ir abriendo brecha, toda preguntas y respuestas embarazosas. El tiempo
vez que se trataba de un cerro al que nadie había ido. seguía nublado aunque por ahí se asomaba de vez
En fin, lo cierto fue que inocentemente seguimos a en cuando tímidamente el astro rey. Aunque en este
Estuardo y allí íbamos subiendo y bajando “laderas” momento no amenazaba lluvia, tampoco se podía
y atravesando el río por ¡¡6 veces más!!, hasta que se descartar, ya que bien sabemos lo impredecible que
fue haciendo menos y menos ancho conforme nos es la SM en cuanto a lo cambiante del clima en tan
íbamos acercando a sus orígenes en varios riachuelos solo cuestión de minutos se refiere.
y veneros en esas arcanas montañas. Después de
atravesar ¡¡16 veces!! el río, podría pensarse que el
paisaje era monótono y aburrido; sin embargo,
para quienes gustamos de este tipo de actividad,
encontramos en cada recodo, en cada poza y en cada
paso por esos puentes hechizos y el caminar por
esos primitivas selvas; el placer por lo que hacemos,
sin embargo no podíamos dejar de lamentar el que
no fuéramos por la ruta que tan cuidadosamente
habíamos diseñado, y estábamos caminando mucho
más sin saber exactamente hacia dónde...

Después de caminar varios trechos por la montaña ¡¡¡Cruce N° 17!!!
bajamos una vez más al río, el cual ahora tenía solo
como 2 m de ancho con un caudal importante;

332

Literalmente nos introdujimos en la espesa montaña mano y otras de cabeza a cuales más sofisticadas.
y a pesar de la hora del día el ambiente era umbrío. Ahora era imperioso hacer una fogata, para lo cual
Estaba el suelo muy húmedo y algo resbaloso, de los muchachos recogieron gran cantidad de troncos
hecho en muchas ocasiones subíamos gateando o y ramas, y nosotros aportamos el ocote que siempre
guindándonos de ramas, troncos o arbustos como llevamos. Además se cortaron decenas de hojas de
monos araña para no caer. Esta montaña es un palma para ponerlas de colchón sobre el húmedo
tanto diferente a otras pues aunque hay pinal un suelo del bosque. Habiendo terminado la champa,
tanto ralo, hay abundante sotobosque a veces muy metimos nuestras tujas y demás chunches, y
tupido, con zarzales y matorrales, aunque aún algunos aprovecharon para estrenarla de inmediato,
vamos encontrando los vestigios de la vereda que mientras otros junto a la hoguera empezaban a sacar
Estuardo conocía. Era interesante ver que íbamos algunas delicatessen de sus surtidas alacenas y otros
caminando por un ancho filón en dirección norte, más ya preparaban una gran olla de sopa de gallina
lo que nos hacía pensar que al oriente y paralelo a con verduras, una sartén con frijoles fritos y un bote
este filón, iría el que habíamos anotado en nuestro vacío de los de cinco libras de leche en polvo, para
mapa, aproximadamente a unos dos kilómetros de hervir agua y preparar el infaltable café; además
distancia; sin embargo no podíamos avistar a lo lejos habrían pan, tortillas calentadas en las brasas y más…
con claridad por lo tupido del bosque y porque poco
a poco la oscurana se iba haciendo presente, sin
embargo si se lograba identificar que efectivamente
había un filón paralelo al que recorríamos en ese
momento.

El cansancio era cada vez más evidente y Armando nuestro campamento de montaña.
empezábamos a ir viendo posibles lugares para
acampar, pero el terreno era inclinado y muy Después de la suculenta cena se instaló el tradicional
boscoso, por lo que encontrarlo se hacía cada vez conversatorio abordando una gran diversidad
más difícil. Finalmente siendo las 17:10 horas, a de temas, además de los que no pueden faltar en
2300 ms.n.m. y después de caminar 5:36 horas la agenda como: las creencias de los porteadores
desde la granja de Chava, encontramos el ansiado sobre los legendarios personajes de miedo, siempre
sitio para el campamento y aunque no era el ideal, misteriosos y escurridizos como El Sisimite, La
pues había que chapear muchos arbustos y limpiar Llorona, El Cadejo, La Mujer sin Cabeza; pláticas
de basura, ramas y algunas piedras; era una área lo en las cuales uno siempre encuentra una versión
suficientemente amplia para armar una champa tan diferente según la región donde se escucha. Por
grande como para que cupiéramos jateados dentro supuesto no podía faltar de mencionarse al “león”
los seis trotacerros. Al llegar, cada uno fue tirando que sigue a los que se internan en la montaña, y
al suelo su carga y dándose un corto tiempo para a nuestro amigo el Coyote minusválido porque
descansar, pues había que armar el campamento cojea..., y tiene las caderas pintas…
antes de que la oscurana lo dificultara. En cuestión
de unos 20 minutos logramos entre todos tener listo
nuestro “hotel cinco estrellas”. La noche empezaba a
enfriarse por lo que fueron saliendo rompevientos,
chumpas, sweaters, gorras, y por ahí también algún
par de guantes, así como las obligadas linternas de

333

Abordamos seriamente el tema de la ruta a seguir Siendo las 7:25 horas del segundo día, salimos del
hacia la cumbre, insistiendo Estuardo en que campamento dejándolo armado para venir por la
íbamos por el camino correcto, aun cuando yo tarde para quedarnos allí nuevamente, teniendo
pensaba que nos habíamos desviado mucho hacia el la precaución de dejar algunos tanates colgados
occidente, dando una gran vuelta que nos obligaría de árboles, por aquello de los curiosos animales
a caminar de nuevo al nororiente para llegar a la rastreros que pudieran hacer de las suyas… y de las
cumbre, pero no sabía a qué altura tendríamos que de otros.
desviarnos. En fin, yo no estaba seguro de hacia
dónde nos dirigíamos realmente y solo podía confiar Rumbo a la cumbre.
plenamente en el GPS de Luis, que efectivamente
nos colocaba a poco más de 4 km de la cima, lo La mañana estaba fría, un poco neblinosa y la
cual parecía relativamente poco… para el siguiente vegetación estaba mojada por una tenue llovizna
día que sería el más importante. Habiendo agotado nocturna que es frecuente a estas alturas en la
los temas y deseando descansar para enfrentar con montaña, por lo que al empezar a caminar es
nuevos brillos el asalto final de mañana, nos dimos desagradable mojarse la ropa. Se formó de nuevo
las buenas noches y jateados como una marimba la cordada de viandantes con Estuardo siempre
humana nos acostamos siendo las 20:30 horas. La a la cabeza, quien aún seguía esa casi inexistente
noche pasó sin novedad excepto por uno que otro vereda, que hoy más que nunca estaba seguro que
zaraguate que rugió a lo lejos, un triste tecolote por él la había hecho en algún momento, pero estaba
ahí y el ulular del viento entre los árboles que no seguro también que esa vereda no llegaba a la
dejaba de inquietarnos por aquello de una posible cumbre del Mululjá, porque no me parecía lógico
lluvia; sin embargo afortunadamente eso no ocurrió que un campirano como él, tuviera especial interés
y dormimos como los angelitos que éramos… en alcanzar la cima de ese cerro, ¿para qué?, ¿con qué
objeto? En fin, no me quedaba más que permitirle el
Como ellos acostumbran, los muchachos se beneficio de la duda..., y caminar hacia arriba con la
levantaron como a las 5:00 horas, cuando esperanza de lograr nuestro objetivo.
nosotros aún deseábamos dormir sin que nos
interrumpieran, lo cual ya no pudimos hacer, y El terreno era con una pendiente moderada al
aunque no nos levantamos a esa hora ya no nos principio, pero como a los 30 minutos se volvió muy
pudimos dormir, porque ellos hablaban como si empinada, resbalosa, con muchas gradas incómodas
fueran las 10 de la mañana, mientras reavivaban los de subir, muchas raíces y arbustos espinosos;
tizones en el rescoldo de la fogata para preparar el
cafecito matutino. Entre las 6 y las 6:30 nos fuimos
levantando todos, unos nos dedicamos a preparar
las mochilas de asalto con bebidas y alimentos para
la jornada, mientras otros preparaban el desayuno
con tortillas, frijoles, pan y café. Luis y Diego
sacaban sendos manjares de sus mochilas: latitas,
bolsitas, paquetitos, postres, y un catizumbal de
otras deliciosas etcéteras. Ya “con la barriga llena y el
corazón contento”, estábamos listos para un nuevo
desafío montaraz.

334

caminábamos a veces encaramándonos en pequeños precisamente al nororiente, hacia donde había una
paredones apoyando el pecho las rodillas, los codos, profunda hondonada que nos separaba del filón
las orejas, el hígado, la pituitaria y por supuesto el paralelo al que íbamos recorriendo, y en el que se
cólon “ascendente”… encontraba la ansiada cumbre, era el filón que vimos
al empezar a subir desde el río. Platicamos para
El paisaje era impresionante con bosque de altos tomar decisiones pensando que por lo visto nos
árboles de muy variadas especies que yo era incapaz faltarían como tres o cuatro horas más para llegar
de identificar, pero que admiraba por la gran a la cumbre a 165 ms.n.m. más arriba, decidiendo
cantidad de epífitas que albergaban en sus ramas: finalmente que continuaríamos con el plan. En este
musgos, tillandsias, muchas orquídeas, preciosas punto yo ya estaba preocupado por el tiempo que
bromelias, y más, que daban al bosque un aspecto habíamos tardado en subir hasta donde estábamos,
irreal muy especial, como lo hemos visto en otras lo cual, se debía más a lo lento como yo caminaba
montañas de esta misma sierra. El clima era frío, (solo 225 ms.n.m. en 4:25 horas), estaba cansado y
seguía nublado y la caminata era más lenta y difícil empezaban a presentarse calambres en mi muslo
por muchos obstáculos en el sendero -si se le podía derecho, a los que les temo de verdad. A pesar de
llamar así-. las expectativas decidí seguir, empezando a bajar la
hondonada, lo cual fue tremendamente difícil porque
Así fuimos encumbrando hasta los 2400 ms.n.m., la inclinación era mucha, ya no había vereda, estaba
avanzando por lo que parecía un ancho filón todo muy resbaloso, con mucha ramazón y bejucal
flanqueado a ambos lados por hondonadas boscosas, que obstaculizaban el paso, y yendo para abajo era
cuyos fondos era imposible divisar, pero sí asumir un constante trastrabillar y saltar de troncos con
que eran profundos. Yo como siempre me quedaba riesgo de romperme una pierna. Aunque ya no me
de último caminando despacio, pero bajo la estrecha volvió a dar otro calambre y llegaba ya a una especie
vigilancia de Diego y de Luis, quienes a veces se iban de collado entre los dos filones, yo pensé que a la
atrás de mí. A ellos se les podían leer las excelentes velocidad que avanzaba, caminaría más de 3 h para
condiciones con solo verlos, tenían la enorme la cumbre y unas siete de regreso al campamento,
ventaja de sus juveniles edades, de manera que este y siendo las 12:45 horas la noche me sorprendería
modelito 1935 los envidiaba sanamente. cuando aún me faltaran unas tres o cuatro horas para
llegar a él, esto si los calambres no me molestaran
Seguimos cresteando cada vez con mayor dificultad más; además yo no llevé lámpara y Diego tampoco,
por la inclinación y el exceso de humedad, pues y no sabía si los demás la llevarían, en caso contrario
los árboles cubiertos de musgo estilaban agua al el descenso sería sumamente peligroso. Tomando
agarrarse de ellos y todo estaba mojado y resbaloso. en cuenta todas estas razones, opte por la triste pero
La marcha era lenta y la respiración jadeante. necesaria y atinada decisión de regresarme desde
Cuando eran las 11:50 horas llegamos apenas a los donde estaba. Como todos -excepto Roberto-,
4525 ms.n.m., dándonos cuenta que a partir de allí se habían adelantado unos 100 m, les chiflé y les
ya no había más vereda, confesándonos Estuardo grité que yo me regresaba y que ellos siguieran a
que hasta allí conocía él. El filón seguía hacia arriba la cumbre; Diego regresó de inmediato porque no
desviándose un poco al noroccidente, precisamente quería seguir si yo no iba también. Yo le expliqué
hacia otro cerro que según nuestras observaciones que nos había costado muchas ilusiones, sueños y
podría ser el Guaxabajá y nosotros teníamos que gastos el intento, y que mi mayor recompensa sería
ir hacia el nororiente. El GPS de Luis indicaba que que alguno de los miembros del Grupo Tzuul Tak´a
estábamos aún a 2 km de la cumbre desviándonos llegara a cumbre, y mejor aún si él fuera uno de

335

ellos, que el que yo llegara no era importante, que dejaba de pensar en que el resto de expedicionarios
ellos estaban en excelentes condiciones y lo podían ya habrían llegado o estarían por llegar a la cumbre,
lograr en mucho menos tiempo sin mí, para que y me emocionaba el solo imaginar cómo sería ésta
aprovecharan lo más posible la luz del día. Si yo me y lo felices que estarían, pero a la vez empezaba a
regresaba desde aquí no correría ningún riesgo, de preocuparme por ellos, pues eran las 15:30 horas
otro modo les impediría lograr la cumbre a todos lo y apenas estarían empezando a descender, lo que
cual sería muy injusto. Me costó mucho convencerlo quería decir que les entraría la noche antes de llegar
pero finalmente lo aceptó, al decirle que Roberto al campamento que era precisamente la principal
me acompañaría hacia abajo llevando unas cuantas razón por la que yo no me decidí acompañarlos, pues
cosas para el camino. yo camino más despacio que ellos. Seguí bajando y
por ahí volví a ver el filón que deberíamos haber
Nos despedimos deseándonos suerte mutuamente subido si hubiéramos seguido la ruta original que
y empezamos a caminar en sentidos opuestos… habíamos diseñado y ahora más que nunca pensaba
Habiéndome quitado la presión, empezamos a que si así hubiera sido, muy probablemente yo
desandar con Roberto, y para empezar teníamos que también hubiera conseguido la cumbre, porque el
subir esa parte difícil de la hondonada hasta llegar a tiempo habría sido suficiente aun yendo a mi paso,
la cumbre del filón, allí nos sentamos un momento ya que la distancia a caminar hubiera sido mucho
para descansar, beber y comer algo. Siendo las 13:30 menor..., pero eso era solo para ponerme más triste
horas inicié el descenso final al campamento con un y frustrado porque todo estaba consumado. En fin,
sentimiento de tristeza y frustración porque era “la tan solo unos minutos más y siendo las 15:50 horas
primera vez en toda mi carrera de montañista” que llegamos al campamento, y por cierto que no estaba
no podía llegar a la cumbre de una montaña junto a tan cansado como me lo hubiera esperado y además,
mis compañeros, ante todo tratándose de un cerro irónicamente no había sufrido ni un solo calambre
que ya se me había escapado en una ocasión y que lo más. Habíamos caminado 8:20 horas ese día, y unos
consideraba como uno de los más difíciles desafíos 5.5 km de distancia.
de toda la Sierra de Las Minas. Solo me quedaba
el consuelo y satisfacción de que algo de mi ADN Con Roberto teníamos mucho tiempo para
estaría presente en esa cima a través de mi nieto, descansar, preparar una reconfortante cena y
cosa que me enorgullecía. arreglar el campamento para que cuando ellos
llegaran posiblemente muy cansados y hambrientos,
Con más dificultad que al ir subiendo fuimos bajando, solo llegaran a comer y a acostarse, y si les quedaban
pues aquellos paredoncitos que subimos, ahora eran fuerzas comentar las peripecias sufridas desde que
más peligrosos porque el suelo y la hojarasca estando nos separamos. Como a las 17:00 horas entraba
resbalosos lo hacen a uno patinar, y yendo en bajada la oscurana y empezó a enfriar el clima, por lo
eso significaba darse unos buenos sentones. Yo que con los tizones reavivamos una gran fogata
tomo la punta y Roberto me sigue con una actitud que de inmediato nos irradió un calorcito muy
casi “paternal”, preocupándose de que no me vaya a sabroso, además yo me puse mi chuyo peruano y un
caer o golpear, actitud que le agradecía mucho pero rompevientos, de manera que estaba agradablemente
que a veces me llegaba a molestar un tanto, porque cómodo; Roberto por su parte se enfundó en una
me hacía sentir como si yo jamás hubiera caminado gruesa chumpa y se echó encima una de sus tujas, y
por montañas. Así fuimos avanzando y ahora con así nos sentamos junto al fuego a platicar de muchos
tranquilidad gozando de nuestro selvático entorno. temas mientras pasaba el tiempo para que los osados
Cuando ya llevaba como dos horas de descenso, no montañeros regresaran.

336

Según mis cálculos, ellos habrían caminado una hora oído mis sugerencias estando en esos momentos
y media más hacía la cumbre desde el punto donde construyendo su vivaque y evitando los riesgos de
nos separamos y unas cinco horas de regreso hasta un peligroso descenso. Ya un poco más tranquilos,
el campamento, por lo que la noche les agarraría decidimos con Roberto preparar la cena que sería
cuando les faltaran como dos horas y media antes de también para los hambrientos viandantes, sí aún
llegar (en la montaña se obscurece más temprano), llegaran: sopa de fideos, frijoles volteados, abrimos
y esto sería como a las seis de la tarde y estarían una latita de salchichas, tortillas, pan y café, y había
llegando como a la ocho de la noche. A mí me también Pollo Campero. Nosotros nos adelantamos
preocupaba que si no todos llevaban lámparas, el a cenar y luego entablamos el obligado diálogo
caminar en la selva sería muy difícil, pues de noche postprandial comentando sobre la rompida que
la montaña tupida como esta es una “boca de lobo”, nuestros amigos estarían llevando y sobre temas
es como intentar caminar dentro de una caverna. que usualmente no se tocan en grupo, como son
Si para subir había sido difícil, para bajar y en la los relativos a la familia, escuela de los hijos, las
oscuridad lo sería más y muy peligroso; por eso yo oportunidades de trabajo, y unas cuantas etcéteras.
llegué a pensar que probablemente ellos tomarían En eso estábamos, cuando siendo las 19:56 horas
le sensata decisión de quedarse a vivaquear en un vimos unos reflejos entre la montaña, y ¡¡allí estaban
refugio improvisado, y aun cuando no llevaban ropa ellos!!, se veían tres luces, eran tres lámparas. La
para protegerse, sí podrían evitar el grave riesgo emoción fue superlativa al verlos llegar ilesos, eso sí,
de la hipotermia que a esas alturas les amenazaría sumamente cansados físicamente y emocionalmente
(más de 2400 ms.n.m. por donde les sorprendería la también debido en gran parte a la tensión de caminar
noche); confiaba en que sabían cómo hacer un buen de noche por la selva. Uno a uno fueron llegando y
refugio y que eso sería lo mejor, antes que correr tirando sus mochilas de asalto al suelo y sus agotados
el riesgo de que por lo agreste del terreno alguien cuerpos adentro de la champa. A los pocos momentos
sufriera lesiones graves que le imposibilitaran yo estaba emocionado preguntándoles los detalles de
regresar hasta la vega, lo cual sí complicaría mucho la llegada a la cumbre y de las peripecias del descenso.
la situación de todos. Habían caminado largas 12:31 horas y apenas unos 9
km de distancia (¡1:23 hora/ km!).
Conforme pasaban los minutos mi preocupación
crecía, imaginándome cosa y media de mis
compañeros. Como a las 6:30 horas pegué unos
cuantos gritos de los que sé pegar, con la esperanza
de que me oyeran y me respondieran, pero todo fue
en vano, no hubo respuesta; Roberto me dijo que
era probable que Estuardo hubiera llevado lámpara,
cosa que me alegraba mucho porque si así fuera
tendrían luz si no para bajar, por lo menos para
hacer el refugio. Como a las siete y luego unos 15
minutos más tarde volví a gritar y a dar de luzazos
hacia la parte alta de la montaña esperando respuesta
para cualquiera de las dos señales, sin embargo nada.

A esta hora yo estaba casi seguro de que los
intrépidos montañistas ya no regresarían y habían Cumbre del Mululjá.

337

Empezaron contándonos que desde la especie Después de agotar por el momento la narrativa
de collado donde yo me había quedado hasta la de la sufrida odisea, todos, pero especialmente los
cumbre, el terreno seguía igual de difícil, con mucha recién llegados queríamos acostarnos, por lo que
humedad, selva tupida que dificultaba ir haciendo la siendo las 21:10 horas nos metimos a nuestros
brecha, muchos agujeros en el suelo, muy inclinado respectivas bolsas y demás tujas y nos dispusimos
y con túneles entre el tupido guamilar donde se a dormir para recuperar fuerzas para el último día
tenían que agazapar mucho; en pocas palabras de caminata, el cual esperábamos sería menos duro.
caminata muy cansada. Por otro lado me decía Luis, Como no teníamos necesariamente que levantarnos
que no había ningún punto de referencia a cumbre tan temprano, habíamos decidido hacerlo como a
alguna, que no se veía la característica “claridad de las siete; sin embargo habiendo tenido siempre la
cumbre” que esperaban ver, y que si no hubieran experiencia de que los muchachos se levantan de
llevado las coordenadas que indicaban hacia dónde madrugada haciendo mucha bulla, hablando en voz
dirigirse a ella, no habría sido posible encontrarla, alta, carcajeándose, cortando leña para el fuego y
y que cualquier osado montañista que buscara esa más; esta vez les suplicamos con algo de autoridad
cima sin dichas coordenadas, hubiera abortado que si se levantaban temprano, que tuvieran la
el intento. Como a una hora de la cima pasaron consideración de no hacer mucho ruido para que
un riachuelo como de un metro de ancho de agua nosotros pudiéramos dormir un “ratito más”. Aunque
color rojizo que bajaba hacia la vertiente por la que yo sabía que eso no lo iban a cumplir, por lo menos
ellos subían. Finalmente llegaron a un lugar en el lo intentamos. La noche pasó sin mayor novedad,
que ya no había más por subir y aunque no había excepto que como siempre estuvo amenizada por el
vista alguna a ningún lado, el punto coincidía con las concierto gutural de Diego, en quien el cansancio
coordenadas que en el mapa indicaban: ¡¡La cumbre le sirvió de soporífero pues muy pronto él y todos
del Cerro Mululjá!! Estaban en la ansiada y sufrida los demás estábamos profundamente dormidos.
cima a 2690 ms.n.m, siendo la 15:25 horas después de Esa noche hubo mucho más frío y viento que la
ocho agotadoras horas de caminata. Hubo toda clase noche anterior y además cayó una leve llovizna. Por
de expresiones de alegría, abrazos de felicitación y momentos me sentí tieso del frío.
las obligadas fotos de cumbre para inmortalizar el
momento; luego volvieron a la triste realidad de Creo que serían como las 4:30 de la madrugada
tener que emprender el viaje de regreso, y tan solo cuando: ¿qué creen? ¡exacto!, los muchachos nos
después de 10 minutos de estar en la cima y bajo despertaron, aunque no hablando en voz muy alta
un cielo nublado, empezaron a desandar la brecha pero aún así el murmullo, el ruido del agua al caer
y tal como se esperaba, el descenso fue más difícil dentro del bote para hacer el café, el cortar leña aún
que la encaramada y efectivamente la oscuridad en la a cierta distancia, etc., hacen que uno -por lo menos
montaña les sorprendió cuando estaban apenas por yo-, ya no pueda volverse a dormir profundamente.
llegar al filón donde nos habíamos despedido, que era En fin, no nos quedaba otra que resignarnos y
como tres horas antes de llegar al campamento; sin quedarnos acostados “tratando” de dormitar un rato
embargo no todo fue tan malo como se anticipaba, más. Como a las 6:45 horas uno a uno nos fuimos
pues al final Luis llevaba dos lámparas: una de cabeza levantando sin quererlo hacer, pero habían órdenes
que le dio a Diego, Estuardo y Marco Tulio llevaban superiores de parte de nuestra fisiología que nos
una más cada uno, de manera que esa fue la razón que obligaban sin poder postergarlo: los muchachos para
les permitió hacer el descenso hasta el campamento, desagraviar a los “patrones” ya tenían preparado café
que aún con lámparas fue muy arriesgado. caliente y en una ollita tenían frijoles y preguntaban
quién quería tortillas calentadas a las brasas. En fin,

338

la mañana se fue poniendo amena y bulliciosa, pues de los “puentes” estaban aún colocados, lo cual nos
todos hablaban y comían. Recordemos que en estos evitaba perder una significativa cantidad de tiempo
“nuestros viajes”, no hay lavada de cara o manos por y además, nos daba la oportunidad de apreciar el
la mañana y solo cuando tenemos suficiente agua paisaje del entorno del río que en la ida no pudimos,
algunos se lavan los dientes; de manera que uno se por la presión del tiempo disponible para llegar al
levanta y al poco rato está comiendo, así es esto, es la campamento de montaña. Así sin sentirlo cuando
verdad, la higiene “casi” no existe. Después en cámara eran las 13:56 horas estábamos en La Cochera, es
lenta nos dispusimos a levantar el campamento que decir en la vega de Chava (1:40 h menos que lo que
es lo más aburrido, pesado y nostálgico a la vez, por hicimos desde aquí al campamento en la ida). Cuando
dejar un lugar donde también se deja un fragmento llegamos estaba solo Chava, pues su esposa se había
de la propia vida, una vivencia; llevándonos eso sí, ido a Teculután precisamente manejando el pick up
gratas anécdotas y gratos recuerdos... que habíamos visto al estacionar el nuestro, pues
según él mismo nos refirió, ella manejaba mejor que
Cuando eran las 9:16 horas, empezamos a descender él en esos difíciles caminos… Pues bien, Chava nos
con destino final la “granja de Chava” (era la vez convidó a una deliciosa limonada y huevos revueltos
que más tarde salíamos de un campamento), con con frijoles, y nosotros completamos el almuerzo
un día despejado, sin olvidar que el tiempo podía con algo de pollo de tres días de edad, pero aún
cambiar en cualquier momento, nuestra mayor “cumpliendo con los requerimientos de la FDA”.
preocupación era la salida en el pick up por aquella
cuesta resbaladiza que bajáramos antes de llegar a la Siendo las 14:25 horas nos despedimos de Chava
vega. Pues bien, iniciamos la bajada del largo trecho agradeciéndole sus atenciones y luego caminamos los
de montaña hasta caer al primer paso de río, es decir 300 m que nos separaban de nuestro potente Isuzu.
el primero de las 17 veces que teníamos que cruzarlo Nos cambiamos de ropa y nos quitamos aquellas
de regreso. Todos íbamos muy relajados y contentos botas enlodadas para no ensuciar la reluciente cabina
pero con la idea de llegar lo más pronto posible a y asientos de cuero del carro, aunque la mugre y
la vega para asegurarnos la salida en carro por ese el tufo de los pasajeros persistirían, pues lo que
tramo de camino que nos inquietaba. El descenso era realmente necesitábamos igual que el carro era ir a
más fácil pues la brecha era más visible no solo por un “car wash”; recordemos que en casi todos nuestros
lo trillado, sino por la luz a la hora del día a la que viajes de montaña ni siquiera nos podemos lavar las
íbamos bajando. Con paso tranquilo pero sostenido manos en tres y hasta cinco días, menos bañarnos; la
fuimos descendiendo y cuando eran apenas las 10:47 higiene lamentablemente no la podemos practicar.
horas estábamos en el río (34 minutos menos que Pues bien, nos acomodamos en el pick up (los
lo que hicimos en este mismo trecho durante la muchachos se fueron “ventilando” en la palangana),
subida). Por cierto que yo no estaba seguro de si era e iniciamos la parte cómoda del regreso pasando por
el mismo río Santa Clara el que teníamos que cruzar el río número 18 que está poco antes de llegar a la
17 veces, o eran afluentes de él, que descendiendo por vega (solo que en carro y por eso no lo echamos a la
las estribaciones de la montaña sobre su vertiente cuenta), y luego dirigirnos a la temida cuesta llena
sur, iban a juntársele en el cañón, incluyendo el río de barro que esperábamos estuviera oreada por el
que los que llegaron a la cumbre encontraron poco sol, porque afortunadamente en los últimos tres
antes de llegar a ella. En fin, no había alternativa, días no había llovido. Efectivamente encontramos el
había que cruzarlos fueran los que fueran. No voy barro parcialmente seco y aunque el carro patinaba
a aburrirlos relatando los 17 cruces, solo diré que un poco, la pericia de Diego evitó que cayéramos
ahora era más fácil y rápido hacerlo porque muchos a las zanjas y así logramos avanzar sin novedad.

339

Después de esta cuesta venía un trecho en mejores a donde llegamos como a las 20:30 horas después de
condiciones, hasta el punto que con el teléfono de un viaje de tres días, 18:02 horas de caminata
última generación de Diego, veníamos oyendo el efectiva y más o menos 18 km de distancia
juego de foot ball que nuestro equipo Barcelona le recorrida para los que alcanzaron la cumbre,
ganaba al Athetic de Bilbao por un contundente mientras yo caminé aproximadamente 15 km
cinco a dos; los dos gritábamos como locos, mientras en 14:01 horas, debido a que no llegué a la cima.
a Luis le importaba un soberano bledo el Barca y Por otro lado se debe enfatizar el hecho de
todos los equipos de foot del mundo. haber atravesado ¡¡34 veces!! el río ida y vuelta.
Aquí vale la pena anotar que como recordarán,
A las 15:05 horas estábamos en el cruce con el en la travesía durante el primer intento, a
camino que sigue a la antigua Finca Santa Clara. mí me tocó atravesar el río Santa Clara en 20
Por cierto que les cuento que cuando planeamos oportunidades (ida y vuelta), llegando solo
esta expedición, pensamos que siguiendo la ruta que un poco más allá de La Cochera, lo que quiere
originalmente habíamos decidido, sería factible que decir que en mi caso, tomando en cuenta los
al regreso yendo por este punto nos dirigiéramos a dos intentos, atravesé ¡¡54!! veces el río, todo
la finca para escalar el cerro 1911, el cual yo había un increíble record pluvial montañista, ¿no lo
subido en ocasión de mi primer intento al Mululjá. creen?
Hoy por supuesto no queríamos saber de subir una
grada más, menos un cerro, de manera que ni siquiera Como colofón a esta actividad de montaña puedo
mencioné el referido cruce y seguimos hacia El decir, que aunque personalmente no pude tener la
Aguacate pasando por la serie de casas abandonadas satisfacción de alcanzar la cumbre, si me llena de
y las áreas de bosque quemadas, que una vez más orgullo el que tanto mi apreciado amigo Luis De
nos hizo vociferar con palabras disonantes contra La Vega como mi nieto Diego, sí lo hayan logrado,
los irresponsables hijos de…la noche que la están pues lo importante es que como representantes del
depredando. Seguimos hasta el collado de El Siglo Grupo Tzuul Tak´a, se haya sumado un lauro más
y luego bajamos a La Constancia y finalmente a casa en su historia, especialmente porque se trata de un
de Herlindo, a donde llegamos a las 16:10 horas cerro que jamás había sido escalado por nadie, el 10°
para dejar allí a los muchachos y arreglar cuentas que obtiene el grupo. En cuanto a Diego, yo no sé
por sus valiosos servicios, los cuales nunca serán exactamente cuánto significa para él como joven
reconocidos en su real dimensión, ya que sin ellos montañista haber escalado el Mululjá, pero para mí,
nuestros logros campiranos simplemente no serían me hace sentir muy orgulloso de él.
posibles. Herlindo y su señora nos esperaban con una
deliciosa sorpresa: un Bocatto di cardinale (aunque el Por otro lado este viaje nos ha enseñado que
término no existe en italiano), nada menos que un confiando en nuestra larga experiencia, no debemos
suculento caldo de gallina de patio, una palangana dejar que personas ajenas al grupo nos alteren tan
de verduras, arroz, tortillas saliditas del comal y drásticamente la estrategia y la logística diseñadas
un enorme pichel de limonada; un almuerzo que por nosotros, que pueden, como en esta ocasión,
después de estar comiendo un repetitivo menú en dar por resultado un recorrido innecesariamente
la montaña nos sabía a gloria culinaria. Totalmente desgastante, y la posibilidad de que alguno de
satisfechos y con barrigas practicantes de sumo, nosotros -en este caso yo-, no tuviera la posibilidad
nos despedimos de nuestros queridos amigos y nos de lograr la ansiada cumbre. ¡¡Pan p´a tu matate
dirigimos al Jute, luego al cruce con la carretera CA9 mi´jo!!
y de allí siendo ya las 17:20 horas enfilamos a casa,

340

OTROS CERROS

“El paisaje cambia constantemente, así que aprovéchalo. Claro que hay que tener un objetivo en mente: llegar
a lo alto, y a medida que se va subiendo se pueden ver más cosas y no cuesta nada detenerse de vez en cuando y
disfrutar un poco del panorama alrededor. A cada metro conquistado puedes ver un poco más lejos, aprovecha

eso para descubrir cosas de las que hasta ahora no te habías dado cuenta que existían”
Paulo Coelho

En el mapa oficial de la majestuosa Sierra de mencionaremos unos cuantos más que sin ser de
Las Minas, se pueden identificar unos 51 cerros los más altos, ni localizados en regiones remotas
importantes, de los cuales el Grupo de Montañismo de la sierra; tienen para nosotros una significación
Tzuul Tak´a ha ascendido 49, de algunos de especial por diferentes razones, por lo que se ganan
ellos hemos narrado las peripecias de su ascenso el derecho de ser incluidas en un capítulo aparte,
en los capítulos anteriores y a continuación aunque sea en una versión abreviada.

341

ASCENSO DEL “CERRO VERDE”

(20 Y 21 DE MAYO DE 1995)

Este es un cerro muy interesante para el Grupo, cerro cercano el Cerro Mocohán en un fin de
porque está localizado muy cerca de la aldea Unión semana. Por eso dispusimos llevarlo a cabo saliendo
Barrios, jurisdicción de Puruhá departamento el sábado 20 de mayo de 1995 a las 5:00 horas
de Baja Verapaz, en el kilómetro 162 sobre la para poder bajar lo más pronto posible, descansar
carretera CA14 hacia Cobán, un cerro que llama y escalar el Mocohán al día siguiente. Cuando
la atención porque visto desde cierto punto tiene llegamos a la aldea nos contaron que un grupo de
una forma piramidal casi perfecta y una exuberante montañistas de Cobán había intentado subirlo hacía
montaña virgen, y además porque según nuestras poco tiempo, pero que no habían podido llegar a la
averiguaciones nadie lo había subido hasta nuestro cumbre porque se habían extraviado y encontrado
intento. Entre los años 1992 y 1995 a los miembros con grandes paredes rocosas que se los impidieron;
del Grupo Tzuul Tak´a nos atraía como una bonita de manera que eso le puso un toque de mayor desafío
experiencia el poder ascenderlo, pensando que era a nuestro intento.
algo que podíamos hacer junto al ascenso de otro

Cerro Verde desde el cerro El Pitón.

342

Considerando que no necesitábamos un guía todo el día y solo nos metimos en nuestras bolsas y
porque no había nadie que conociera hasta la nos dispusimos a dormir siendo poco menos de las
cima y porque habíamos diseñado la estrategia de 18:00 horas.
la escalada desde la misma aldea por su cercanía,
iniciamos la caminata desde un punto como a 1 km Después de estar amenazando lluvia, esta finalmente
de la base del cerro a las 7:10 horas con mochilas llegó como un diluvio, una verdadera tormenta
completas, pues pensábamos acampar con todas las con granizada y gran cantidad de truenos y rayos
comodidades y dábamos por hecho que sería una incluidos. Para los que nos quedamos vivaqueando,
escalada corta y relativamente fácil, y así fue por el agua nos entró por todos lados mojándolo
los primeros 40 minutos, pero luego avanzamos absolutamente todo y por si fuera poco un enjambre
con mucha dificultad por una intrincada selva de mosquitos nos asedió constantemente. Durante
virgen, obscura y muy húmeda, con grandes árboles la madrugada llevamos tremendo susto cuando
muchos de ellos ya caídos y semipodridos, cubiertos un enorme árbol en las cercanías cayó con gran
de musgo resbaloso y una gruesa capa de hojarasca estruendo. Hubo muchos rayos y truenos y una
en el suelo, que a veces cubría grandes hoyos que correntada de agua, lodo, hojas y ramas pasó a
hacían muy riesgosa la caminata. Yendo por aquí escasos metros de nuestro “campamento”; todo esto
tres del grupo fueron picados por abejas “guitarrón” para hacer de esa noche una noche para olvidarse.
lo cual les fue muy doloroso. Cuando llevábamos Nos levantamos a las 6:00 horas, desayunamos algo
como 3:45 h y habiendo perdido la vereda que frío pues no se podía hacer fuego, y platicamos para
traíamos, el tiempo empezó a nublarse, con muchos decidir si nos bajábamos de allí o intentábamos
relámpagos, truenos y rayos como preámbulo de buscar la cumbre que suponíamos ya estaría
una posible lluvia. Muy cansados por el esfuerzo cerca; decidimos hacer lo último y después de 30
de casi 7:30 horas de andar sin vereda y abriendo minutos sin lograrla, bajamos de nuevo al lugar
brecha, finalmente encontramos un vestigio donde dormimos para levantar nuestro “cuchitril”
muy antiguo de lo que en algún momento fue un y descender; sin embargo, ese sentimiento de
sendero; a pesar del agotamiento decidimos seguir frustración por no haber llegado a la cima, hizo que
subiendo por un tiempo razonable, con la esperanza retomáramos la idea de ir a buscarla otra vez, idea
de encontrar pronto la cumbre o un lugar adecuado que cuajó solo en dos de los trotacerros para quienes
donde acampar. El “sendero” pronto dejó de existir la palabra volver no existía en su vocabulario, por lo
y nos encontrábamos perdidos y aunque no lo que decidimos abrir brecha por otra ruta y después
manifestáramos abiertamente, todos estábamos de unos 40 minutos llegamos a lo que parecía ser el
preocupados por no encontrar ese lugar para filón de la montaña y con la esperanza de encontrar
acampar y descansar, y ya con la mente clara tomar la ansiada cumbre decidimos caminar 15 minutos
decisiones al día siguiente. Siendo las 16:40 horas y más hacia el nororiente con grandes laderas a ambos
después de 9:30 largas y sufridas horas de caminar, lados, por donde era peligroso caminar por muchos
decidimos parar aun cuando el lugar no era el ideal troncos podridos que nos hacían trastrabillar con
para acampar, pues tres de nosotros tuvimos que riesgo de caer por los precipicios. En esta parte vimos
quedarnos en una pequeña carpa mal armada por lo una orquídea de un hermoso color azul. Se agotaron
irregular del terreno, y dos más vivaqueando en un los 15 minutos y ya casi sin esperanzas decidimos
pequeño terraplén como de 1.5x2 m que cubrimos seguir “otro poquito” y sin darnos cuenta de pronto
con una pieza de plástico y otra más que colocamos a estábamos sobre un pequeño promontorio rocoso
manera de techo. Estábamos tan cansados que nadie de unos 8 m2 de superficie, cubierto por ese arbusto
quiso cenar a pesar de no haber comido nada en parecido a la hiedra que encontramos siempre en las

343

cumbres de muchas de nuestras montañas. Desde este bajar lo cual fue siempre difícil y peligroso, hasta
punto la vista era libre hacia todos lados, estábamos llegar a una planicie como a 15 minutos de donde
en la cima del cerro Verde a 2855 ms.n.m., habíamos teníamos la famosa allende las fronteras Patrol y allí
“gateado” 1:55 h desde el campamento para lograrla. almorzamos. Poco después caminamos hasta el carro
Con gran emoción festejamos la escalada y dejamos llegando a las 15:45 horas; finalizando así una de las
colgando de una rama un reporte escrito dentro de más sufridas actividades de montaña, solo justificada
un envase vacío de película fotográfica. Iniciamos por la satisfacción de haber logrado una cumbre
el descenso perdiendo la ruta en los primeros 10 la cual no había sido pisada por ningún mortal,
minutos de recorrido, teniendo que volver a subir incluyendo a los lugareños quienes estando tan
un poco para retomarla, y como a los 25 minutos de cerca jamás ninguno tuvo el interés de llegar a ella,
ir bajando gritamos y chiflamos a los compañeros pues realmente no tenía para ellos ningún objeto, ya
que habían quedado abajo para orientarnos. En ese que siendo una montaña primitiva y agreste no era
punto estábamos en línea recta con ellos, bajando no apta para sus propósitos campiranos. Ya en nuestro
por donde habíamos subido y encontrando por ahí carro nos dirigirnos a Purulhá solo para ver de lejos
una brecha que no era sino la que habíamos perdido el cerro Mocohán, el cual sería objeto de una nueva
el día anterior. Finalmente nos juntamos todos para expedición, pues ahora no estábamos en condiciones
celebrar no solo el haber logrado la cumbre, sino el de llevarla a cabo como era nuestra intención...,
haber encontrado la brecha que nos daba mucha después de una caminata efectiva de 16:35 horas
tranquilidad para el descenso final. Habíamos
caminado 3:05 h para alcanzar la esquiva cumbre. y un recorrido aproximado de 12 km, que por

ahora eran suficientes.

Desayunamos pues los compañeros nos esperaban Este es un ejemplo de cómo algunas veces
con un “banquete”, luego levantamos nuestros menospreciamos una montaña, sin tener en mente
chunches y siendo las 11:45 horas empezamos a que ella siempre tiene la última palabra.

344

ASCENSO DEL CERRO “MOCOHÁN” Y
CAMINATA A LA “CATARATA DE CHILASCÓ”

(3 y 4 de octubre de 1998)

Tuvieron que pasar tres años y meses para que pueblo, por lo que el plan estratégico de la escalada
finalmente se nos cumpliera el deseo de ascender se diseñó desde la carretera CA14 que va a Cobán y
este cerro, el cual originalmente estaba planificado que pasa por la misma población.
escalarse junto al cerro Verde en un solo fin de
semana, pensando ingenuamente en que eso sería Iniciamos el ascenso a las 9:10 horas, a 1500 ms.n.m.
posible sin contar con los designios de la Madre en el extremo suroccidental del cerro y de nuevo
Naturaleza... creímos que no era necesario un guía que nos
acompañara. La inclinación es al comenzar de unos
De nuevo varios miembros del Grupo salimos el 25°-30° la cual se va haciendo más conforme se
sábado 3 a las 5:30 horas rumbo a Purulhá, B.V., sube, además no hay vereda y debemos ir haciendo
en el kilómetro 174 de la carretera CA14, a donde brecha con machete en mano, lo cual es muy
llegamos a las 7:45 horas. El cerro con forma de cansado pues llevábamos uno solo. Como a la 1:30
una larga y estrecha meseta se encuentra “contiguo” h se encuentra un roquedal con rocas grandes, que
a este municipio, tan así que parte de su ladera debemos escalar con alguna dificultad a través de
noroccidental llega hasta el camino perimetral del chimeneas de 60° de inclinación, estando estas rocas

Cerro Mocohán.

345

a solo 1.5 m de la orilla de un despeñadero, con el Descansamos un rato y luego continuamos
riesgo de que ocurriera un derrumbe que hubiera pensando en recorrer toda la meseta de la cumbre y
sido catastrófico. Aun turnándonos la hechura de bajar por su extremo nororiental, sin embargo nos
la brecha con Roberto De León, el ascenso se hacía fue imposible encontrar una vereda, un sendero que
lento. Cuando llevábamos 3 h, el ascenso se hacía continuara por el último tercio del cerro, pues estaba
aún más difícil pues la inclinación era como de 60°, completamente cerrado por inextricable matorral,
con paredes rocosas y canaletas con pocos puntos de en algunas partes formado por chirivisqueros restos
agarre, y de nuevo pasos horizontales de solo unos de antiguos incendios; pensar en abrirnos brecha
70 cm de ancho sobre el borde del despeñadero que a lo largo de todo eso sería cosa de 2-3 h de duro
traíamos desde el inicio, además de encontrar rocas trabajo. Caminando por aquí nos acercamos a la
y pedruscos flojos debido a las recientes lluvias. En orilla de la meseta para tener unas preciosas vistas
un momento Margarita López se llevó tremendo de la población y de la carretera desde la cima.
susto que la dejó paralizada, cuando una gran roca
como de 80 o más libras de peso se desprendió de lo Desviándonos hacia la ladera suroriental del cerro
alto y le pasó muy cerca cuando trataba de atravesar encontramos una sutil vereda que bajaba en esa
una de esas estrechas repisas, lográndo asirse de dirección, lo que quería decir que si descendíamos
una saliente que providencialmente estaba cerca, yo por allí, tendríamos que bordear el extremo norte
que también me encontraba cerca pude compartir de la montaña para regresar a donde teníamos
el difícil momento. Para entonces llevábamos como el carro. No teniendo alternativa empezamos a
4 h de continuo ascenso. El ambiente era con calor descender, y al poco tiempo amenazaba lluvia e
moderado pero con tensión muy alta. Yo venía irónicamente nosotros ya teníamos poca agua para
abriendo brecha durante las últimas 2 h, cuando beber. La bajada era inclinada y resbalosa, de manera
la inclinación súbitamente pasó de 50° a solo unos que íbamos avanzando lentamente. No sabiendo
25°, y Roberto pasó a comandar la punta; ahora la cuánto tiempo nos llevaría descender hasta un
subida se hizo más fácil pero había más maleza con camino que se veía a lo lejos y si encontraríamos
zarzales y acacias. Ya se veía claridad de cumbre a transporte para regresar al pueblo, me preocupaba
corta distancia. A unos 150 m de lo que parecía una que la caminata se pudiera prolongar por más de 6-7
meseta, encontramos una cueva con una entrada horas. Como los demás no sabían exactamente por
de 1.5x1.75 m, y unos 5-6 m de profundidad hasta dónde andábamos, no se les notaba preocupados,
donde se podía ver por lo obscuro. Ascendimos los de manera que yo era el único preocupado. Como
últimos metros hasta llegar finalmente a la cumbre, a las 2:30 h desde la cumbre llegamos a la base de la
la cual es una larga y casi plana meseta de nos 500 montaña sobre su cara oriente, encontrándonos con
m de largo por unos 60 y hasta 70 m de ancho; esta un camino ancho por el que seguimos avanzando
meseta abarca las ⅔ partes de la extensión de esta rumbo a la población y a poca distancia encontramos
alargada montaña. Aquí encontramos rastros de una un camión parado esperando que subieran unos
vereda la que seguimos por unos 10 minutos hasta la aldeanos, aprovechando nosotros para pedir jalón
que parecía ser la parte más elevada y que tomamos hasta Purulhá. De no ser por esa suerte hubiéramos
como la cumbre; estábamos a 2020 ms.n.m. y tenido que caminar como 3 horas más. La actividad
habíamos caminado 5:10 horas (eran las 14:20 nos había llevado 7:40 horas de caminata
horas). Estábamos muy satisfechos pues el esfuerzo efectiva y solo unos 6 km de recorrido. Eran las
había sido agotador, hubo abrazos, felicitaciones y 17:40 horas cuando nos bajamos del camión, y ahora
fotos de cumbre. teníamos el problema de a dónde iríamos a dormir,
pues en principio habíamos pensado acampar en un

346

parque nacional cercano: El Biotopo del Quetzal, y luego de tomar un café caliente nos dirigimos a
pero al llegar ya no había lugar, entonces decidimos comer algo a la cumbre de Santa Elena, y a las 17:00
seguir hasta la aldea Santa Bárbara (cerca del cerro horas estábamos saliendo finalmente para la capital
Verde), donde conocíamos al señor Vicente (Don después de una actividad de dos días, 11:10 horas
Chente) Lemus, quien amablemente nos permitió de caminata efectiva y 14 km de recorrido total.
dormir en una habitación muy acogedora en su casa.
Ya instalados preparamos la cena y Don Chente nos
obsequió delicioso pan dulce. Después de platicar
comentando las vicisitudes en el Mocohán y siendo
las 22:00 horas nos acostamos cuando empezaba a
llover copiosamente, sirviéndonos el ruido sobre
la lámina como música de cuna para dormir hasta
las 6:30 horas, cuando nos levantamos arreglamos
nuestros tanates y nos despedimos de Don Chente
con nuestros agradecimientos, y nos dirigimos a
Chilascó para ir a la catarata del mismo nombre. En
el camino de acercamiento nos impresionó mucho
la gran deforestación que se ve por todos lados con
millares de pinos talados a ras. Lo que hacía cinco
años era un frondoso bosque, hoy era un cementerio
con miles de troncos como lápidas.

Como a las 9:30 horas llegamos a Chilascó y yendo Catarata Chilascó I.
por un camino nuevo nos acercamos como a 1.5
km del sendero que lleva a la cascada. El día estaba
nublado y de hecho nos llovió al comienzo de la
caminata, encontrado la vereda con mucho lodo y
las pendientes muy resbalosas, por lo que nuestros
bordones tuvieron mucho trabajo. Como a los
45 minutos hallamos una nueva ruta para bajar
que estaba mejor que la antigua, aunque siempre
lodosa y con piedras. Pasamos una primera cascada
pequeña pero muy bonita y luego bajamos a la
grande, y aunque seguía nublado el espectáculo
era impresionante, especialmente para Roberto De
León y Pedro Samayoa que no la conocían. Bebimos
y comimos un tentempié y luego emprendimos el
cansado y empinado ascenso lloviéndonos cuando
llegamos a la parte alta donde nos enfundamos
en sendas capas y a pesar de eso después de 3:30
h de caminata y unos 8 km de distancia, llegamos
a Chilascó muy mojados y enlodados, por lo que
nos cambiamos de ropa para no ensuciar la Patrol

347

Catarata Chilascó II.

348

ASCENSO DEL CERRO
“EL PITÓN” O “NIÑO PERDIDO”

(15 y 16 de noviembre del 2003)

Este es otro de los cerros que se encuentran húmedo, con grandes árboles llenos de epífitas de
prácticamente sobre la carretera CA14 o sea la que muchas especies y por supuesto cientos de orquídeas
lleva a Cobán A.V., específicamente en el kilómetro en floración de diferentes colores y formas. El suelo
150. No encontrando compañía para llevar a cabo cubierto de una gruesa alfombra de humus con gran
esta actividad que me parecía fácil para un fin de cantidad de hojarasca un tanto resbalosa. Seguimos
semana, salí en solitario el sábado 15 hacia la aldea caminando subiendo y bajando suaves columpios
Niño Perdido, donde debía contactar al señor hasta llegar al extremo de la brecha/mojón, la cual
Antonio Reyes dueño de terrenos en la región, parecía un boquete abierto con habilidad quirúrgica,
para que me orientara por dónde ascender el cerro donde había un montículo de piedras y una plancha
Niño Perdido, más conocido por los lugareños redonda de cemento con algunas inscripciones poco
como El Pitón. Don Tono le pidió a su hijo Axel legibles, aparentemente hechas en abril de 1999.
de 16 años que me acompañara en la andada, quien Esta era la cumbre oficial de El Pitón a 2086 ms.n.m.
amablemente aceptó. Iniciamos la marcha las 8:34 Tomo las consabidas fotos, son las 10:45 horas y
horas desde la misma aldea que está a la orilla de hemos caminamos solo 2:11 h. Satisfecho por haber
la carretera a 1490 ms.n.m. Con un día despejado conocido tan bonita cumbre en tan amena compañía
y caluroso empezamos subiendo una ladera de de Axel, empezamos a bajar llegando a la aldea a
moderada inclinación, desde donde se podía ver el las 13:00 horas. Una actividad de 4:26 horas de
cerro Verde que comentamos anteriormente, unas caminata efectiva y un recorrido aproximado
vistas por cierto muy bonitas que no se pueden de 6 km.
tener desde otro punto. Sobre el lado opuesto de
la carretera se veían también dos cerros muy cerca Como habíamos regresado temprano, le pedí a Axel
uno del otro que Axel me informó se llamaban De que fuéramos a ascender los otros dos cerros que
La Laguna Seca y El Repollal, aunque todos conocen estaban del otro lado de la carretera: El Repollal II o
al complejo de los dos cerros como El Repollal. Me De La Laguna Seca de 1970 ms.n.m. que lo subimos
llamaron la atención como para tratar de ascenderlos el mismo día en 4:14 horas y 9 km de recorrido, y al
cuando bajáramos de El Pitón; sin embargo lo siguiente día el Repollal I de 1860 ms.n.m. en 2:05
primero era subir este último. La caminata era de lo horas, un recorrido de 6 km. Estos dos cerros están
más agradable con un rico vientecillo entre maizales, situados en el lado norte de la carretera CA14, que
papales y vertientes de agua de montaña por todas geográficamente ya no pertenece a la Sierra de Las
partes. Se pasan dos falsas cumbres antes de divisar Minas, sino a la Sierra de Chamá por poco menos de
la verdadera, y al llegar a esta es una amplia meseta 8 m de distancia, que es el ancho de dicha carretera.
muy boscosa en forma de una gran herradura, Por esta razón ya no los describo con detalles ni
donde han abierto una brecha muy limpia como contabilizo los tiempos y distancias, ya que en
de dos metros de ancho que es el mojón o límite este libro solo incluyo montañas pertenecientes
jurisdiccional entre las aldeas de Niño Perdido y estrictamente a la Sierra de Las Minas.
Chilascó. El bosque es un frondoso bosque tropical

349

Cerro el Pitón desde el cerro el Repollal.

350


Click to View FlipBook Version