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Published by Karen Solares, 2018-11-15 12:17:02

Libro v1 (baja)

Libro v1 (baja)

con el que sea bien conocido en la región, creemos Desde aquí empezaríamos solos la larga bajada hasta
que el de Mojón de Morán es el más apropiado para los Chagüites, casi a la misma calurosa hora que de
efectos de identificación nuestra. Estábamos a 1788 ida. En esta bajada las rodillas sufren mucho por
ms.n.m. siendo las 10:25 horas, después de 4:05 h tanto ir frenando y con el riesgo de somatarse por lo
de caminata y una exigente escalada de 548 ms.n.m. resbaloso de la arena suelta y lo inclinado del terreno.
desde El Naranjo a 1240 ms.n.m.. Abrazos de todos Finalmente llegamos a la finca, pero ahora pasamos
y para todos, fotos también de todos, y luego un sin detenernos pues con todos lo que habíamos oído
buen descanso y un buen desayuno: Pollo Campero de en Morán de ese lugar, no queríamos que nadie
3 días, refresco y galletas. Don Rigo lucía cansado, se enterara que habíamos estado ni siquiera cerca;
pero en ningún momento dio muestras de franco por esa razón fuimos a parar más adelante, a la
agotamiento, aun cuando si le costó un poco el orilla de aquel riachuelo no tan limpio como el río
ascenso a la cumbre, el cual a nosotros también, Morán, por lo que no era opción para beber de su
pues lo hicimos casi gateando, pensando entonces: agua, de manera que consumimos casi toda la que
cómo quisiéramos poder llegar a hacer lo mismo nosotros llevábamos, también comimos algo para
que él cuando lleguemos a los 84 años... si llegamos. mitigar nuestras necesidades energéticas. Salimos
hacia la cuesta que llega hasta el cruce del camino
Cumbre del cerro Mojón de Morán. ancho, que eran como 3 km, sintiendo cada vez más
pesada la caminata por el intenso calor; pasamos
Ahora nos tocaba bajar por el lado opuesto al 2 falsas cumbres antes de llegar al verdadera lomo
que subimos, para llegar al collado que separa El del filón, donde está ese camino ancho que va a los
Mojón de Morán del Portezuelo, bajada que se Planes de Margot. Al solo cruzarlo empezamos ya el
hace a discreción porque no hay sendero alguno, larguísimo descenso hasta Jones. Yo tenía el temor
pero siempre con la sabia orientación de Don de que pudiéramos desviarnos de la vereda, pues
Rigo pues de otro modo correríamos el riesgo de cuando la subimos veníamos guiados por Arnoldo,
desviarnos hacia el norte en ese descenso, e ir a y por eso uno no va poniendo mucha atención
parar al nororiente de la finca Los Chagüites, lo en los puntos importantes de referencia para el
que hubiera sido catastrófico. Pues bien, siendo las regreso, sin embargo fuimos bajando sin problemas
11:25 horas llegamos a la horqueta a 1250 ms.n.m., excepto el insoportable calor, sin encontrar el más
punto en el que nos teníamos que despedir de Don pequeño matorral que nos diera un poquito de
Rigo y de Kelvin, nuestros expertos guías de quienes sombra, agravado por el hecho de no llevar ningún
estaremos muy agradecidos por siempre. líquido para beber y por si fuera poco, ya íbamos
muy cansados, teniendo como único aliciente el ir
viendo allá abajo cada vez más cerca..., el pueblo de
Jones. En la parte final, donde ya es casi plano, ni
Luis ni yo recordábamos bien por dónde íbamos,
y yo en particular no quería desviarme y tener que
caminar un solo centímetro más, pues solo contaba
estrictamente con las energías suficientes para
llegar a casa de Evanely. Nos fuimos tranquilizando
al ver las primeras casas, pero se nos hizo extraño
pasar dos riachuelos que no recordábamos, hasta
que finalmente llegamos al desvío que pasa por el
callejoncito entre dos casas para llegar finalmente al

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camino principal de La Espinilla, encontrando tres Santiago para recoger allí nuestras mochilas que
tiendecitas donde preguntamos por una cerveza habían llegado de Morán por la mañana. De allí
sin encontrarla, siendo la razón el hecho de que regresamos a la misma entrada a Jones de nuevo,
el mayor porcentaje de la población de Jones es para hablar con un señor de nombre Julio Vargas,
evangélica y por eso en las tiendas no venden nada quien era el dueño de Los Planes de Margot, para
con alcohol; no fue sino en la 4ª tienda donde sí la pedirle permiso para una posible futura excursión
encontramos, y aunque no bien fría, la tomamos a esas montañas, sin embargo al abordarlo aunque
con ansias desesperadas y descansamos un rato. amable, no nos pareció que estuviera tan interesado
Llegamos finalmente al puente colgante sobre el río en nuestra visita, no sabemos por qué...
Jones y uno pasos más adelante estábamos en casa de
Evanely y Arnoldo siendo las 16:30 horas. Habíamos Enfilamos hacia la capital, pero esta vez no
caminado 10:10 h desde Morán, y un recorrido pasaríamos al restaurante Don Carlos a comer
de regreso de aproximadamente 15 km, para un chicharrones, porque calculábamos que ya estaría
total de 28 km de recorrido ida y vuelta y 18:30 cerrado por la hora que era, sin embargo sí
h de tiempo efectivo empleado, a una velocidad pasamos al Rancho a comer tortillas con pacayas
promedio de 39.6 min/km. Evanely amablemente y con chiles rellenos, y por supuesto una cervecita
nos ofreció deliciosa limonada, descansamos y bien fría. Llegamos a casa a las 23:15 horas con la
platicamos un rato trayéndole noticias frescas de la satisfacción una vez más de haber logrado hacer una
familia y conociendo a su hijito de casi 3 años. Nos caminata muy exigente -por lo menos para mí ya
despedimos esperando vernos pronto y abordamos muy maltratada humanidad-, y de alguna manera
nuestro vehículo, dirigiéndonos a la carretera CA9 mantener así mi autoestima y el entusiasmo por
y de allí rumbo al km 153 para entrar a la aldea llevar a cabo la siguiente…

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Décima Primera Etapa:
Desde la aldea Morán, a la Cumbre del Cerro “El Picudo”

(22 y 23 de junio de 2002)

“Actualmente se habla solo del medio ambiente, ¿será porque ya destruimos la otra mitad?”
Anónimo

En diciembre de 1998 con muy poca y finalmente Al empezar a planificar el viaje, revisamos mapas y
equivocada información sobre este cerro, calculamos que de Morán a la base del cerro habrían
intentamos su ascenso, sin embargo en esa ocasión como 8 km y unos 2-3 más hasta la cumbre, que
acababa de pasar el huracán Mitch (octubre), dejando no había vereda indicada en dicho mapa y que las
incontables daños en todo el territorio nacional, pero curvas de nivel indicaban que la inclinación en el
especialmente en la región nororiental: El Progreso, tercio final del ascenso era muy marcada.
Zacapa, Chiquimula y otros; aun así intentamos
ascender El Picudo entrando por el km 153 por la Ya con la logística y el diseño estratégico de la
aldea Santiago (260 ms.n.m.), y de allí subir a la escalada teóricamente concebidos, decidí hacer el
aldea Morán a 15 km, donde dejaríamos nuestro bucólico viaje invitando a mi amigo Luis De La Vega,
vehículo; sin embargo el camino prácticamente no un joven montañista muy fuerte, decidido, serio,
existía por efecto del huracán, intentando subir por tranquilo y reservado, quizás un poco introvertido
lo que parecía más un cauce de río seco, con huellas y poco expresivo, pero que según él lo confiesa: así
de viejas correntadas de piedras y troncos. Logramos es él; pero que este tipo de montañismo le llamaba
subir solo como 5 km y 340 ms.n.m., dando por mucho la atención, pues lo veía totalmente diferente
terminado nuestro intento. Sin embargo la inquietud al de solo subir volcanes, donde las rutas ya son
se mantuvo por casi 4 años en nuestras mentes conocidas y casi todo lo que ocurre en la ascensión
como una espinita montañista, dándonos a la tarea es bastante predecible incluyendo el tiempo que
de indagar sobre quién podría ayudarnos para lograr toman los recorridos. En esta otra modalidad de
nuestro deseo, hasta que conseguimos el teléfono hacer montaña no es así, pues usualmente a donde
de un habitante de Morán, el Sr. Ovidio Agustín, vamos no hay veredas, teniendo que abrir brechas a
a quien de inmediato llamamos, ofreciéndonos su puro machete, el terreno es totalmente desconocido,
ayuda cuando llegáramos e informándonos que el y el tipo de bosque, los paisajes, etc., son nuevos
camino se encontraba en buenas condiciones para para todos. En el caso particular de El Picudo, ni los
un vehículo 4x4 como el nuestro. Nos refirió que él propios guías habían llegado nunca a la cumbre, lo
no conocía la cumbre de El Picudo, pero sí la ruta cual también era un incentivo para ellos.
para el acercamiento. Debo decir que este hombre
me habló con una amabilidad y entusiasmo por Acomodamos todos los telenques en la Nissan
ayudarnos, que nos sirvió de estímulo para planear modelo 90, incluyendo un lote grande de medicinas
seriamente la expedición, y por si no fuera suficiente, que le había ofrecido a Evanely para que las usara
su esposa Doña Elda y sus hijas Evanely y Wendy en personas que las necesitaran, ya que ella tenía
con quienes también hablamos por teléfono, fueron algún conocimiento para ello. Salimos con Luis el
muy amables y simpáticas, haciéndonos sentir que sábado 22 de junio de 2002 a las 5:00 horas, rumbo
seríamos bien recibidos cuando llegáramos. al km 153 de la carretera CA9, solo unos 150-200m

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adelante del puente El Tempisque, donde está la Salvavidas”. Preparamos mochila para Don Ovidio y
entrada a la aldea Santiago (estamos a 260 ms.n.m.), para Arnoldo, agregándoles “un poquito más” para
que se encuentra como 2 km adentro; de aquí en alivianar las nuestras y aún así, la mía la sentía muy
adelante empieza el inclinado camino de terracería, pesada, con aproximadamente 60 lb, y la de Luis por
angosto pero en buenas condiciones y flanqueado supuesto mucho más pesada. A veces llevamos cosas
por un cañón como de 350 m de profundidad, por que de antemano sabemos que no vamos a usar,
donde discurre precisamente el río Santiago (de pero que se van “por aquello de las moscas”. Doña
malos recuerdos asociados a los destrozos que causó Elda nos ofreció chuchitos de carne de marrano,
durante el paso del huracán Mitch en 1998). Luego café y pan como desayuno y así ya estábamos listos.
de muchas cerradas e inclinadas curvas y ganchos,
llegamos primero a un caserío pequeño, El Tabacal y Siendo las 9:30 horas salimos de la casa el grupo
de allí por una cuesta muy empinada como de 3 km, de cuatro osados trotacerros y cinco chuchos sin
súbitamente se llega a una especie de cumbre donde “pedigree” alguno, pero si con muchas pulgas; ellos
está asentada la aldea Morán (1240 ms.n.m.), y tal sabían que algo de comer podrían lograr y eso era
como me lo había prometido, frente a la escuelita, un excelente incentivo. Cuando pulsé mi mochila
allí estaba esperándonos Don Ovidio para guiarnos supe lo que llevaría a miches. Subiendo una lomita
hasta su casa, que quedaba como 200 m más arriba, como a 100 m atrás de la casa de Don Ovidio, se
accediéndose a ella por un estrecho y muy inclinado tiene la primera vista lejana de la sierra donde está
camino, que más parecía una brecha, la cual se había el emblemático El Picudo, se ve tan lejos que uno
tomado la molestia de arreglar rellenando algunos no realiza en ese momento lo qué deberá caminar y
hoyos y recortando la maleza de las orillas para que mucho menos tiene idea del tipo de terreno que le
pasáramos con más facilidad hasta el mero patio de espera. Después de estos 100 m el sendero se aplana
su casa, ¡qué gente!, ¡qué gente! y unos 300 m adelante se empieza a bajar un largo
trecho entre bosque de pino. La inclinación de unos
Aunque solo nos conocíamos de voz por teléfono, al 35° y la carga que llevamos a cuestas, hacen que la
vernos creo que ambos tuvimos la sensación de que marcha sea lenta y con mucho cuidado porque hay
ya nos conocíamos desde hacía mucho tiempo, que arena y pedruscos sueltos que pueden hacernos
era un vínculo más antiguo. Su amabilidad sincera y resbalar y darnos un sentón de consecuencias
espontánea, igual que la de Doña Elda y Evanely nos potencialmente serias.
hicieron sentir como en nuestra propia casa; risas,
bromas y simpatía por doquier, hacían de nuestra Después se llega a vereda plana bordeando la parte
llegada todo un acontecimiento. Su casa humilde alta del cerro, quedándonos a un lado la orilla de un
pero bonita, limpia y con mucho calor humano y profundo cañón en cuyo fondo vemos correr por
acogedora, muy acogedora. Después de los saludos, primera vez el río Mojanales, no es muy grande,
Don Ovidio nos confirmó que iría con nosotros pero sí muy pintoresco, pues está flanqueado por
a la caminata, acompañado de un primo suyo de desfiladeros de enormes rocas en ambas riveras, sus
nombre Arnoldo Agustín de 36 años, quien también aguas se ven limpias formando pozas y una serie
conocía la región y estaba igualmente entusiasmado de pequeñas cascadas. Este cuadro de lejos es digno
por hacer el viaje. De inmediato nos pusimos a de una postal. Poco más adelante y acercándonos
arreglar nuestras mochilas completas y aunque nos al fondo del cañón, se yerguen grandes amates y
habían dicho que en el trayecto encontraríamos encinos literalmente cubiertos de pashte (Tillandsia
agua, decidimos cargar con 1 galón de “Agua Usneoides), que con el paso de los haces de luz del sol

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a través de el a esa hora de la mañana, se producían
unos efectos de luz fantásticos que nos apresuramos
a captar con nuestra cámara.

Río Mojanales cerca de su nacimiento.

Río Mojanales cerca de Morán. la velocidad de mi marcha mejoró mucho y
avanzamos más rápido. En uno de los recodos del
En las siguientes 3 horas, la caminata nos lleva arroyo descansamos un rato y al tomar agua de una
recorriendo terreno con hondonadas que llegan pequeña poza, vi una preciosa rana literalmente
hasta el mismo río y que luego la vereda vuelve a pegada a la pared, de un encendido color verde
subir una y otra vez, esto por 5-6 veces; de ellas, mostaza, con puntos negros en el dorso y la frente
dos eran descensos de hasta 90 ms.n.m. Esta serie blanca y con pequeñas ventosas en las puntas de
de columpios son muy agotadores, realmente los dedos; me impresionó mucho, pero no le pude
desgastantes y lo único que lo compensa es la vista tomar fotos porque aunque parecía ser arborícola,
de los paisajes de las laderas y cerros a ambos lados se sumergió en la poza y desapareció. Precioso
de la cañada donde vamos caminando. Uno de estos encuentro cercano.
cerros llamado simpáticamente El Cuchillo y Medio,
es muy interesante y de hecho le echamos el ojo
para una próxima aventura. El río Mojanales que
hemos venido siguiendo río arriba, se va dividiendo
finalmente en tres vertientes que son realmente
hontanares que bajan de la montaña trayendo agua
de la más limpia. Bebimos de esa agua y Don Ovidio
nos decía con bastante de verdad, que era mejor que
el agua que nosotros llevábamos envasada…

Mi condición física no era en estos momentos la Pocita de la rana “bonita”.
mejor, y la mochila la sentía muy pesada, aceptando
con mucho gusto el espontáneo y oportuno
ofrecimiento de Don Ovidio, de que cambiaramos
mochilas, pues al final la de él resultó ser menos
pesada que la mía. Con esta providencial maniobra

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Seguimos adelante pasando al borde de varios por aquí solo el aguzado sentido de orientación de
deslaves, cicatrices aún evidentes de los estragos del nuestros campiranos guías sería capaz de llevarnos
huracán Mitch, que formaban planicies donde antes por la ruta que ellos mismos habían planeado. De
eran laderas, algo impresionante. Finalmente a las inmediato salieron a relucir los machetes, los cuales
15:15 horas (5:45 h de andar), llegamos al inicio del Don Ovidio y Arnoldo blandían con gran destreza,
cañón que seguíamos prácticamente desde Morán, cortando ramas hasta de 2.5 pulgadas de grueso
este punto era una amplia joya donde había una como si fueran de gelatina, gracias al filo de navaja
champa de varejones amarrados con bejucos como de afeitar que tenían sus herramientas; eran tan
paredes y techo de hojas de una especie de palmácea, hábiles que iban dejando una brecha tan bien hecha,
habían dos tapescos como camas y un rudimentario que yo yendo atrás ya poco tenía que hacer con mi
poyo para cocinar, con rescoldo de ceniza y tizones machete, además por aquí la inclinación era ya de
viejos, un tecomate, dos toles sembradores, una unos 50° y a veces unos 55°, por lo que lo envainé,
deteriorada jáquima, envases vacíos de refrescos porque necesitaba los cuatro miembros para gatear
y otros chalchiguites colgados en las paredes; y encaramarme entre el hojarascal húmedo, ramas,
esta champa -según me dijo Don Ovidio-, la usan troncos y tierra suelta. Entre ayes uno se va dando
los labriegos como refugio hasta por 2 semanas, de puyones por todas partes del cuerpo con las
mientras dura la siembra o la tapisca de maíz o frijol ramas cortadas y dejando muchas veces trabado el
que por ahí cultivan. sombrero entre el inextricable guatal. La sudoración
es profusa y el ascenso es muy lento. La selva tropical
En este refugio paramos para descansar, beber y húmeda en esta parte no es muy alta, encontrándose
comer algo, pero especialmente para platicar y desperdigados pocos árboles de 40 m o más, siendo
decidir la ruta a seguir para alcanzar la cumbre de El el sotobosque mixto tupido, con palmáceas, tocones
Picudo que aún se veía lejos, y aunque en principio semipodridos, espineros y bejucales lo que dificulta
habíamos pensado hacer una escalada directa como el avanzar.
de 1.5 km, Don Ovidio y Arnoldo decidieron que
era mejor tomar una ruta que aunque era más larga Los cinco esqueléticos pero hiperactivos perros,
(3.5-4 km), sería más segura y menos inclinada y por se dispersaban perdiéndose hasta por largos ratos,
tanto un poco más fácil, y porque además, porque la oyéndoseles a veces ladrar a lo lejos cuando perseguían
primera opción era posible encontrar una profunda alguna presa, no sabiendo si finalmente le daban
y empinada barranca. Después de descansar tratando alcance y se la comían; por cierto que estos pobres
de acostarnos en los tapescos sin lograrlo porque perros estaban bastante desnutridos, no entendiendo
apenas medían como 1.60 m de largo, continuamos como se podían “apuntar” para acompañarnos y
caminando hasta la orilla del terreno cultivado de cansarse por gusto, porque la esperanza de lograr
frijol donde empezaba ya la montaña y desde aquí algún bocado era incierta; lo hacían por la más
dejaríamos de andar en terreno abierto. A pesar del leal fidelidad a sus amos; todos tenían garrapatas,
tiempo ligeramente nublado, el sol y el calor húmedo “garraorejas”, “garracabezas”, “garradetodo”, uno de
eran agotadores. Desde el refugio la inclinación ellos inclusive tenía un colmoyote enterrado en el
ahora era mayor, como de unos 35°, estábamos rabo que lo desesperaba por momentos, haciéndolo
entrando como a través de una puerta hacia la literalmente “llorar” en forma lastimera. Cuando
montaña umbría, solo en algunas partes se podía habíamos caminado como 45 minutos entre la
ver un haz de sol que se metía tímidamente entre la montaña y 6:30 h en total desde Morán, el cansancio
tupida selva, era húmeda y sin el más sutil rastro de ya era muy obvio para mí, había bebido 3½ litros de
vereda alguna, por allí no había pasado nadie antes, líquidos y aún estaba deshidratado y sudaba como si

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me hubieran dejado caer un balde de agua encima. cantidad para sentarnos en el suelo húmedo después
Don Ovidio sugirió que descansáramos un buen de tirar por un lado las mochilas. Descansamos un
rato y aunque Luis venía muy bien a pesar de llevar rato comentando la fregada que habíamos llevado.
su mochila “extra large” que pesaba mucho, también Eran las 16:15 horas habíamos caminado 6:45 h y
acepto parar. Nos sentamos como pudimos, pues la nos encontrábamos a 1830 ms.n.m.
inclinación era mucha. Don Ovidio y Arnoldo no
se sentaron, diciéndonos que dejarían sus mochilas En los últimos cuarenta minutos había caído
y que seguirían un poco para adelantarse haciendo una tenue llovizna, el cielo se había aborrascado,
la brecha, para que cuando nosotros siguiéramos amenazaba lluvia más fuerte y la oscurana avanzaba,
fuéramos más rápido, y que harían la brecha no de manera que nos apresuramos a armar nuestras
en forma directa, sino en diagonal para alcanzar tiendas para que no nos sorprendiera la lluvia. Luis
el filón de la montaña en forma más descansada y y yo quitamos piedras, ramas y basura del suelo, para
que tratarían de encontrar un lugar adecuado para luego colocar un buen colchón de hojas de bromelia
instalar el campamento. y encima nuestras carpas donde metimos nuestras
tujas y demás. Los guías construyeron una hermosa
Nosotros nos sentamos, pero como cinco minutos champa como de 3.5x3.5 m con una pieza grande
más tarde nos tuvimos que levantar porque la “nube” de nylon; era práctica, resistente, funcional, y muy
de zancudos que pululaban a nuestro alrededor nos amplia, dejando pasar por los lados el viento del
desesperaban, decidiendo que era menor el asedio filón, lo que hace que los zancudos molesten menos.
al estar en movimiento, excepto para los tábanos a
quienes no les importa que uno vaya caminando. Luis empezando a armar el campamento.
A pesar de la buena brecha abierta por nuestros
expertos, lo tupido de la selva y la oscuridad hacían Don Ovidio encendió una reconfortante fogata y
que a veces fuera difícil seguirla y nos extraviábamos Arnoldo entretanto fue a cortar como 25 palmitos
por unos instantes, teniéndola que retomar de que luego los puso a asar y los fuimos comiendo
inmediato. Caminamos como 30 minutos, hasta que uno a uno después. Yo en lo personal casi no había
intercambiando gritos y chiflidos los guías vinieron comido nada, solo bebido; de manera que me comí
a nuestro encuentro, indicándonos que ya habían una porción de mi inseparable Pollo Campero, un
llegado al filón y encontrado un buen sitio para sándwich de jamón, una sopa de “vasito” y como
acampar. 6-7 palmitos con limón y sal, deliciosos. Luis no se
quedó atrás, pues lo vi comiendo varias cosas; los
Caminamos un poquito más viendo ya muy “muchachos” llevaban un “muñeco” de memelas
cerca entre los árboles la “claridad de cumbre”; de frijoles y delicioso café con rapadura; de hecho
para entonces Don Ovidio y Arnoldo habían
regresado por sus mochilas y subido nuevamente,
alcanzándonos otra vez y volver a pasarnos; después
de unos 15 minutos llegamos al ansiado filón y
unos metros más adelante estaban ellos en medio
de dicho filón en una suave hondonada de unos
60x100 m, cubierta de árboles y arbustos de varias
especies, gran cantidad de palmas parecidas a la
pacaya y grandes bromelias hasta de 1.5 m de largo
por 0.75 m de ancho; de las que cortamos en gran

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llevaban tantas memelas que le dieron una a cada sigue caminando por todo el filón de la montaña
perro, que adentellaron con voracidad; detalle de con una serie de columpios, subiendo y bajando
sus amos que nos agradó mucho. Por cierto que ya con mucha dificultad porque la vegetación es muy
con el campamento armado apareció un sexto perro tupida, hay mucho bejuco delgadito (cañita), que
que no había salido de la casa con nosotros, ni lo enreda manos y pies. En algunas partes el filón tiene
habíamos visto en el camino, lo que quería decir apenas solo uno 30-45 cm de ancho, casi no hay
que había salido mucho después, siguiendo solo tierra como suelo, viéndose a través de los arbustos
nuestro rastro hasta encontrarnos para andar con que uno va pisando, grandes agujeros que se pierden
sus congéneres y sus amos, maravilloso detalle de en lo profundo de empinadas laderas de cientos de
fidelidad y gregarismo animal. Cuando eran como metros a ambos lados; uno, o está parado sobre los
las 19:00 horas empezó a pringuear y a las 20:00 arbustos apoyándose con las manos sobre las raíces,
horas llovió, y aunque no muy fuerte si nos obligó a o asiéndose de las pequeñas plantas de la orilla y
meternos en las carpas y tratar de dormir. Estando siempre caminando muy despacio, pues aunque
cansado y bien comido, creí que me quedaría como sería difícil caer por tanta vegetación alrededor, lo
un tronco, sin embargo empezó el problema que me cierto es que uno va en el mero filo de dos grandes
temía: el agua de lluvia empezó a entrar por dos o cañadas.
tres puntos de la carpa, donde las paredes no habían
quedado bien estiradas formándose arrugas debido En algunas partes el bosque permitía ver lo que
a que el terreno no era perfectamente plano. Yo parecía ser una cumbre y caminando con dificultad
solo veía cómo empezaba a humedecerse parte de unos 100-200m más, nos dábamos cuenta que solo
mi bolsa de dormir, la almohada y el colchón en la se trataba de una falsa cumbre, y que teníamos que
parte de los pies, de modo que no pude dormir como seguir subiendo pero muy lentamente, al extremo
yo hubiera deseado, pensando en el momento que que en 30 minutos solo habíamos avanzado
la lluvia arreciara y tuviera que ir a pedirle “posada” como 150 m (5m/min). Adelante viene una parte
a los muchachos, quienes la pasaron de maravilla de montaña más húmeda, con grandes árboles
en su champa “5 estrellas”. A Luis le pasó lo mismo literalmente forrados de un musgo tan grueso,
que a mí, pero afortunadamente no pasó de ser una que calculamos tenía como 10 cm de grosor, que
pertinaz llovizna y así trascurrió la noche. cuando uno se apoyaba en esos troncos, escurría
gran cantidad de agua retenida en ese musgo. En
Habíamos quedado en despertarnos a las 5:30 horas
para salir a las 6:00 horas, pero despertamos a las Musgos, orquídeas, helechos, hongos y bromelia.
5:00 horas, porque Don Ovidio y Arnoldo fieles
a su costumbre hablaban en voz alta mientras
encendían el fuego para hacer café. Por no haber
dormido bien nos levantamos de mala gana, el día
estaba nublado, con mucho viento y frío, lo cual no
era del todo malo para intentar el asalto a la cumbre.
Comimos huevos duros, pan y tomamos café y
luego sin levantar campamento porque lo haríamos
al regresar de la cumbre, arreglamos nuestras
mochilas de asalto y siendo las 7:00 horas salimos
sin poderse ver más que tupida selva hacia adelante,
sin saber cómo sería lo que faltaba por ascender. Se

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Orquídea en la ruta a El Picudo. Orquídea en la ruta a El Picudo.

otras partes encontramos grandes paredes de roca En este tipo de montaña se debe de tener cuidado,
también completamente cubiertas de musgo, bellas porque a veces uno va caminando sobre las raíces
orquídeas, hongos, tillandsias, bromelias, líquenes y salientes de los árboles grandes cubiertas de musgo
gran variedad de otras epífitas. En un momento al y por lo tanto muy resbaladizas, sin percatarse de
mover una rama en lo alto, se volteó una enorme que por debajo de esa maraña de raíces quedan
bromelia (gallo), dejando caer justo sobre mi cabeza grandes oquedades de más de 1 m de alto; de manera
literalmente un balde de agua muy helada, en otra que se corre el riesgo de resbalar y caer, o que se le
parte de la montaña volvimos a encontrar placas introduzca una pierna en un agujero de estos con
de musgo que podíamos desprender en grandes riesgo de fracturarse o zamparse un pencazo de
colgajos, como para cubrirse a semejanza de un pronóstico reservado; en otras partes uno va por
gabán (me tomé una foto con un colgajo a manera debajo de esas raíces, en los huecos que decíamos,
de una larga peluca). que son verdaderos túneles húmedos y obscuros.
En fin esta parte me hizo recordar el cerro Verde,
cuando uno ya va llegando a la cumbre.

Orquídea en la ruta a El Picudo. Después de esta parte un tanto peligrosa y difícil,
llegamos a otra muy inclinada, donde de nuevo
se necesitaban las cuatro extremidades para subir
entre ramas, troncos podridos y el mal recordado
bejuquillo o cañita, que por momentos nos amarraba
de pies, manos, cabeza, mochila y de todo aquel
apéndice… que podía encontrar. Cuando hemos
caminado 1:40 h desde el campamento, vemos lo
que sí parecía ser la cumbre, pero era una parte
muy inclinada y como a 150-200 m de distancia.
El paso se hace muy difícil por lo impenetrable de
la vegetación. Estamos cansados y Don Ovidio y
Arnoldo nos dejan entrever que probablemente

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no podamos llegar a ese punto, yo me adelanto a cumbre, abrazos de felicitación, obligadas fotos,
decirles que caminemos 15 minutos más y que si comer algo y beber abundante, y por supuesto el
sigue tan cerrado que nos regresemos; esto lo dije merecido descanso. Escribí el tradicional reporte de
de viva voz, pero en el fondo de mi corazón no era cumbre, mientras Don Ovidio y Arnoldo quienes
sino la forma de decirles que de ellos dependía que también estaban visiblemente emocionados por ser
lográramos lo que tanto deseábamos, y que faltando parte de las primeras cuatro personas que llegaban a
por ascender solo como 60 ms.n.m., valía la pena esta ignota cumbre, bajaron como 10 m para cortar
hacer un último esfuerzo y que nosotros estábamos unas ramas largas, para colocar en esa cima una
dispuestos a llegar. Cuando habíamos avanzado especie de bandera hecha con un pedazo de nylon,
como 100 m volvimos a ver lo que parecía ser una que aunque de color blanco, si se podría ver hondear
cumbre, pues se notaba poca vegetación y más de lejos al contrastar con el azul del cielo; en otra
claridad. Ya habíamos caminado 20 minutos desde rama amarramos el reporte protegido con una bolsa
que dijimos que lo haríamos solo por 15, sin embargo de plástico. Las ramas se sembraron con mucha
ya aquí los muchachos también se entusiasmaron fuerza en el suelo que estaba como a 70 cm bajo esta
y seguimos. Estábamos a 1950 ms.n.m. y según el espacie de hiedra que lo cubría. Por cierto la pequeña
mapa ya deberíamos estar muy cerca de la cumbre, cima solo tenía como 3x3 m y de forma muy “picuda”.
los últimos 25 m son verdaderamente inclinados y Estuvimos en la cumbre como 50 minutos, luego
en los finales 10-13, de pronto ya no hay árboles, empezó a nublarse y decidimos apresurarnos porque
solo un tipo de arbusto parecido a la hiedra (como el regreso sería muy, pero muy largo hasta Morán.
la que hemos encontrado en El Palomas y en el
Santo Toribio), muy gruesa, tupida, dura, ríspida, Iniciando el largo descenso desde la cumbre el Cañón del Mojanales.
como de 70-80 cm de alto (más alta que las otras),
que dificultaba el caminar, siendo más fácil avanzar Cuando eran las 10:30 horas empezamos a desandar
yendo sobre ella. Finalmente vemos el cielo sobre con mucho cuidado, pues como se sabe el descenso
nosotros sin que se interponga nada entre él y es más peligroso que la subida especialmente en este
nuestras cabezas, el corazón palpita muy fuerte y tipo de montaña, porque es más difícil controlar el
finalmente a gatas llegamos a la anhelada cumbre del peso del cuerpo yendo hacia abajo, los resbalones
cerro El Picudo (W 89°28´61´´-N 15°11´42.80´´), a son más frecuentes y enredarse en los bejucos tiene
las 9:35 horas, a 1988 ms.n.m., después de unas muy peores consecuencias. Se avanza lentamente, solo
sufridas 2:35h desde el campamento. El momento es que ahora compensa el hecho de que la brecha ya
de una felicidad indescriptible, no hay palabras, son está abierta y casi no nos detenemos. Lo que nos
solo sentimientos de gran satisfacción. Hay vista a costó 2:35 h en el ascenso lo hicimos en 1:10 hasta el
los 360°, aunque hacia el norte está nublado y no se campamento, ¿qué fácil verdad? Llegamos cansados.
puede ver el Polochic, hacia el suroccidente se ven a
lo lejos el final del cañón del Mojanales, las primeras
casas de Morán, y más cerca, el filón de montaña por
dónde veníamos en forma de una gran herradura
muy abierta, se ve muy cerca allá abajo, pero solo
nosotros sabemos cuánto sudor costó esa escalada;
al suroriente se aprecian a lo lejos las montañas de
Honduras, El Merendón y Del Espíritu Santo.

Estábamos en el momento de la celebración de feliz

160

Eran las 11:40 horas y ahora venía lo más pesado: para documentar esta maravillosa expedición, pero
levantar el campamento y arreglar las mochilas; solo aun así, el calor, la sed y el hambre, hacen que uno se
la enorme satisfacción de haber logrado la cumbre le sienta y se vea agotado, y aún faltaba mucho…
da fuerzas al montañista para deshacer lo que tanto
le costó hacer. Debo contar que Don Ovidio y Arnoldo llevaban
sendos rifles calibre 22, dizque por si se presentaba
Después de 1 hora y siendo las 12:40 horas salimos algo para tirar… Desde el principio les hicimos ver
del campamento rumbo a Morán. La parte que que nosotros no matábamos a ningún animal de
venía igual que la del campamento a la cumbre es monte, como tampoco dejábamos absolutamente
muy inclinada, húmeda, obscura y aunque ya no nada de basura que no fuera susceptible de deshacerse
tiene muchas raíces que formen grandes huecos, si completamente porque era orgánica (dándoles
es muy resbaladiza y peligrosa. A esta hora el clima ejemplos), de manera que ambos entendieron que
era húmedo pero muy caluroso, aunque no se podía las armas no eran de nuestro agrado. Por cierto que
ver mucho de cielo dentro de la montaña, parecía en la etapa del campamento a la cumbre, dejaron
que sería un día despejado. Con mucho cuidado las armas a la vera de la brecha, pues no solo era
fuimos bajando, agarrándonos de cualquier ramita muy incómodo llevarlas sino que, ¿para qué?... Pues
que aunque no nos podría sostener, si nos pudiera bien, cuando nos faltaba como una tercera parte
dar por lo menos estabilidad al ir descendiendo. A del camino de regreso, Don Ovidio y Arnoldo que
pesar de lo lento de la marcha pero con la brecha ya iban como 50 m adelante, vi cómo se detenían
abierta, lo que nos había tomado como 2:30 h para y apuntaban con sus rifles a la orilla del sendero
ascenderlo lo bajamos en 1:35 h, llegando hasta la y al acercarme me dijeron que se trataba de una
parte donde empieza la joya cultivada de frijol. Aun serpiente cantil tamagás o cantil verde como ellos
cuando tratamos de caminar entre el frijolar con también la llaman, y que la iban a matar. Les dije:
mucho cuidado para no dañar las plantas y por el ¡no! ¡no! ¡déjenla que se vaya!; convenciéndolos al
mismo surco por el que habíamos subido, las matas fin y explicándoles que las culebras jamás tomarían
estaban sembradas a una distancia de tan solo unos la iniciativa de atacarlos, a menos que ellos las
15 cm una de la otra y siendo muy frondosas, no molestaran o invadieran su territorio y aun así,
se podían ver los tallos por lo que fue imposible ellas siempre tratarían de pasar desapercibidas o de
no pisar muchas de ellas, pudiéndose ver muchas alejarse. Espero que hayan recibido el mensaje. Fue
matas aplastadas y cantidad de ejote en el suelo, lo mi buena obra del día.
sentimos mucho pero no se podía evitar. Pasamos
frente al refugio de los camastrones y seguimos para Continuó el suplicio con dos o tres paradas más para
llegar al inicio del cañón del Mojanales, donde a uno descansar y beber algo, ya para entonces lloviznaba
le cuesta pensar y más aún aceptar que todavía nos y estaba tronando feo, y sobre la cumbre de la
faltaban como 4-5 h de caminata, pues aun cuando en montaña de la que recién habíamos bajado, se veía
línea recta solo podían ser unos 6-7 km de distancia, caer la lluvia como una enorme cortina de agua
el bordear hondonadas, subir y bajar columpios, sobre ella. Llegábamos al fin a los últimos 300 m del
seguir el cauce de vertientes, más la infinita cantidad viaje, justo antes de llegar a la casa, los cuales con
de curvas por lo sinuoso de la vereda, hacen que el cansancio que uno trae se sienten interminables
esta distancia sea dos o tres veces más de eso. Sin y difíciles, cada paso parece que es el último que
embargo, ya sin la presión de tener que llegar a uno puede dar; en este punto solo compensó la
determinada hora, uno va más relajado gozando el presencia de un hermoso arco iris con los colores
paisaje y tomando las fotos de los mejores lugares más vivos que jamás había visto y tan cerca, pues

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parecía que uno de sus extremos se hundía en despedimos con un abrazo a todos y cada uno de los
el fondo de la hondonada que íbamos subiendo, miembros de la familia y tomamos nuestro vehículo
tan solo a unos 150 m de nosotros, fue algo muy siendo las 18:55 horas para enfilar a la capital con un
hermoso. Finalmente cuando eran las 17:15 horas poco de pena, porque pronto entraría la noche y aún
(4:35 h desde el campamento), entramos triunfantes teníamos que recorrer cerca de 25 km de peligrosa
a Morán, llegamos a casa de Don Ovidio, a nuestra terracería que nos faltaban para llegar a la carretera
casa. Habíamos concluido una caminata de asfaltada CA9; afortunadamente había plenilunio y
aproximadamente 31 km y un tiempo de la claridad ayudaba mucho.

caminata efectiva de 15:05 horas. Yo solo deseaba Llegamos al Rancho, donde Luis para no romper la
en esos momentos tirarme al suelo y descansar. La tradición, pasó a comerse una tortillas con pacaya
familia Agustín nos recibió con muestras de alegría y yo me tomé una cerveza. No faltando nada por
e inmediatamente nos ofrecieron un pichel de hacer nos dirigimos directamente a la capital a
deliciosa naranjada y Doña Elda nos tenía preparado donde llegamos a las 10:45 horas (4.40 h desde
un suculento, exquisito y reparador almuerzo: una Morán), después de recorrer 346 km en nuestra
gran escudilla de “aquel” caldo de gallina de patio, querida Patrol. Esta etapa tuvo aspectos diferentes
arroz, verduras, tortillas “sapitos” recién saltaditas y muy significativos que merecen mencionarse:
del comal y mucha, mucha naranjada. Terminada Primero: porque habíamos logrado una cumbre
la comilona y quedando como montañistas que pretendimos por más de cuatro años, durante
embarazados, agradecimos mucho a la familia, los cuales tuvimos dos intentos fallidos por haber
platicamos un rato y luego hablé con Evanely dándole tomado rutas equivocadas basadas en información
indicaciones sobre el uso del lote de muestras de errónea. Segundo: porque era la cumbre número cinco
medicinas que le habíamos llevado. Nos cambiamos en dificultad de las que habíamos ascendido hasta ese
de ropa y vino entonces la emotiva despedida con momento (148). Tercero: porque era la 8a cumbre a la
los siempre insuficientes agradecimientos, pues cual éramos las primeras personas en llegar. Cuarto:
uno se siente muy comprometido ante tantas porque el haber conocido en esta ocasión a la familia
espontáneas y desinteresadas muestras de sincero Agustín en pleno, fue un verdadero privilegio del
aprecio. Quedamos en regresar por estos lares el cual pudimos seguir gozando en las muchas visitas
próximo mes de agosto con ocasión de la canícula, que hicimos posteriormente, llegando a esa que
para ir a conocer una cascada formada por el río consideramos nuestra propia casa y nuestra propia
Morán que está como a hora y media de la aldea, familia, ya completamente aquerenciados.
en rumbo opuesto al que seguimos esta vez. Nos

Descendiendo de regreso al valle del Motagua. COMENTARIO FINAL A LA TRAVESÍA:

La concepción de aquel utópico proyecto de llevar
a cabo la “Travesía Sobre la Sierra de Las Mina”,
finalmente se convirtió en una realidad al completar
las 11 etapas de las que constaba la ambiciosa
aventura, que iniciáramos un lejano 31 de agosto de
1994 y finalizamos el 14 de diciembre del 2008 (14
años 4 meses), siendo una gran cadena de grandes
andadas por cierto, aun cuando dichas etapas no
se llevaron a cabo en forma continua tal como lo
hemos explicado al principio de la narrativa. El total

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de la travesía en cuestión representada en números, resultados significan, que uno camina 3 veces más
significó una caminata de 309.3 km en 37 días, con la distancia real que existe entre esos dos puntos,
un tiempo efectivo de caminata de 179:16 horas debido a lo accidentado de la topografía del terreno.
y la instalación de 19 campamentos de montaña
a lo largo de estas 11 etapas (la segunda formada Aún más, si en lugar de hacer la comparación entre
de tres tramos equivalentes a tres etapas). la distancia entre los dos extremos de la travesía
medidos en línea recta (49.91 km), y la distancia
En relación con estos datos es necesario hacer caminada (309.3 km), tal como se ha hecho, se hace
una aclaración, y es que si bien estos datos son la comparación contra una medida tomada siempre
fidedignos y comprobables, se debe de enfatizar sobre el mismo mapa, pero tratando de seguir la
que es absolutamente imposible que esta travesía la ruta de cada etapa tomando en cuenta los detalles
hubiéramos podido llevar a cabo en forma continua, de la misma, es decir siguiendo las curvas y rectas
es decir sin interrupción desde la primera hasta la que se indican en dicho mapa (aunque por supuesto
última etapa, debido a la ausencia de información con este método tan simplista, no se pueden tomar
en relación con algunas etapas o tramos, por ser en cuenta los declives tanto hacia arriba como hacia
algunas de ellas totalmente desconocidas hasta abajo, ni las desviaciones hacia un lado y otro que
nuestra llegada, y luego porque no se podía planificar no las indican las curvas de desnivel), se tiene una
una estrategia y logística para poderla realizar así medida “un poco más” fiel de la distancia “caminada”.
en forma continua, porque lógicamente existía la Estos datos ya corregidos y en un solo sentido
imperiosa necesidad de tenerse que reabastecer son: 129 km (25.7 km menos) de caminata, que
regresando después de cada tramo o etapa a una representan 1.95 veces la distancia que existe
especie de campamento base, que no era otra cosa por carretera, entre la proyección de los dos
que nuestras propias casas en la capital, de tal manera puntos extremos de la sierra, sobre dicha
que los 309.3 km de caminata, y que representan carretera, y 2.58 veces cuando se comparan con
4.69 veces la distancia existente por la carretera CA9 los 49.91 km entre esos dos puntos. En cualquier
(66 km), entre los dos puntos que coinciden con los caso, lo cierto es que se puede decir con autoridad
extremos de la distancia en línea recta medida sobre que la distancia recorrida sobre la sierra, fue como
la sierra (49.91 km); los 309.3 km es un recorrido mínimo tres veces la distancia recorrida sobre un
DUPLICADO, pues cada etapa fue caminada de ida tramo paralelo de la carretera CA9, esto debido por
y vuelta, mientras que la distancia por carretera está supuesto a la infinidad de accidentes topográficos
tomada solo en una dirección, por este motivo, si que uno encuentra durante la caminata.
a estos datos les hacemos las correcciones del caso,
puede entonces decirse que “La Travesía Sobre la Cosa similar se puede decir con relación al tiempo
Sierra de Las Minas” en una sola dirección, fue la utilizado en la caminata, sin embargo aquí ocurre
mitad de los 309.3 km (154.7 km), que representan que a veces es más lenta y difícil la ida y otras lo
2.34 veces la distancia por carretera que es de 66 es el regreso, por lo que la corrección de tomar en
km. Otros resultados son los obtenidos cuando cuenta el tiempo efectivo en un solo sentido, es casi
comparamos la distancia caminada (309.3 km), imposible.
con la distancia exacta en línea recta entre las
dos coordenadas geográficas de los extremos de Vale la pena hacer notar la semejanza, entre
la travesía (49.91 km); siendo estos resultados: la distancia que separa los dos extremos de
6.2 veces, y cuando se hace la corrección con la travesía, medida en línea recta entre sus
solo la mitad de la caminata son: 3.1 veces. Estos respectivas coordenadas geográficas (49.91 km), y

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la distancia por carretera que separa los dos puntos esfuerzo por protegerla será como un grano de arena
correspondientes a esas cumbres en proyección en una playa, es decir siempre será insuficiente, pero
meridiana sobre dicha carretera, que es de 66 km; lo debe de hacerse…
que comprueba la similitud de la dirección paralela
de ambos recorridos, con solo 16 km de diferencia, Finalmente quiero referirme a la significación
ya que hay que tomar en cuenta que la carretera que tiene para nosotros, el tener el privilegio de
también presenta elevaciones, curvas y depresiones descubrir en el corazón de las montañas algunos
que “alargan su extensión”. cerros importantes por su altura, que jamás habían
sido ascendidos por persona alguna antes de nuestra
Un aspecto que probablemente le llamará la llegada; algunos de ellos están registrados con
atención al amable lector, es el hecho de no nombre oficial en el mapa geográfico de Guatemala,
mencionar a lo largo de esta muy larga caminata, pero no habían sido escalados jamás (El Pinalón y
dentro de los más recónditos rincones de las selvas El Picudo), otros o no aparecen en el mapa, o solo
y bosques vírgenes, el avistar una mayor variedad aparecen con las alturas en metros sobre el nivel
de fauna, reduciéndose nuestros encuentros a del mar, en estos últimos casos, nos abrogamos el
unas 18 serpientes (8 venenosas), 3 pavos de derecho de bautizarlos con nombres, cuyas letras
cacho y una cojolita, correcaminos, unas cuantas identifican las iniciales de los nombres de las personas
palomas y un reducido número de otros pájaros, que participaron en su “conquista”. En esta travesía
monos zaraguates, pizotes, y 2-3 halcones, una descubrimos dos de estos cerros (Capi y Carlupeh),
rana arborícola, unas cuantas ardillas y evidencias de lo que nos sentimos muy orgullosos, porque no
de la existencia de jaguar, venado, armadillo, y fue nada fácil llegar a ellos y sí muy gratificante al
probablemente ocelote. Esto nos parece que es una darnos cuenta que éramos los primeros en pisar sus
fauna muy limitada, tomando en cuenta la gran cumbres; muchos montañistas jamás tienen este
extensión de montañas que fue explorada. Es cierto privilegio, el cual nosotros atesoramos en toda su
también que nuestro grupo no camina en silencio valía.
como para sorprender a los animales de la selva, por
lo que especialmente el avistamiento de aves es poco
factible, y en cuanto a mamíferos, queremos pensar
que también tienen tiempo de huir al paso de los
andarines, esto en contra de la otra posibilidad, la de
que realmente dicha fauna esté significativamente
diezmada por el avance de las poblaciones que se
acercan más y más a los territorios salvajes, con
las consecuencias devastadoras sobre los múltiples
hábitats de los animales, más los animales mismos
que son muertos sin ninguna razón, ya que muchas
veces ni siquiera son aprovechados como alimento
por sus victimarios. De cualquier manera pensamos
que la biodiversidad en fauna y por supuesto en flora
de la SM, es menor a la que existe, por ejemplo,
en la Sierra Lacandona (sin duda la de mayor
biodiversidad de Guatemala), allá en el noroccidente
del departamento de Petén, por lo que cualquier

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ASCENSO A LA CUMBRE DE LA MONTAÑA
“LA CUCARACHA”

Primer intento
(1, 2 y 3 de mayo de 1997)

“Una montaña, un buen amigo, un poco de agua, un bastón y un perro cualquiera que me
acompañe, ¡ah! y por supuesto, un poco de vida..., yo pongo la ilusión. Lo tengo todo”
Carlos Beteta

A lo largo de sus 165 km y 40 km de ancho, la y convertirnos así en las primeras personas en
emblemática Sierra de las Minas -SM- en el conseguirlo.
nororiente de la República de Guatemala, alberga
una gran cantidad de cumbres hasta los 3015 ms.n.m., Llevamos a cabo varias pláticas entre nosotros
depresiones de 2080 m de profundidad, pintorescos discutiendo sobre la factibilidad de concretar
valles, hermosos ríos, impresionantes acantilados, nuestro propósito, decidiendo finalmente llevar
bellas cataratas y ubérrimas e ignotas montañas de a cabo lo que sería el primer intento por escalar la
selvas y bosques vírgenes de una gran biodiversidad. enigmática Cucaracha en la SM, en jurisdicción del
En este maravilloso escenario los miembros del municipio de Teculután, departamento de Zacapa.
Grupo de Montañismo Tzuul Tak´a, hemos estado Después de tomar en cuenta la disponibilidad de
llevando a cabo una serie de expediciones desde el tiempo para tan osada empresa por parte de cada
año 1994, andando por valles y escalando muchas uno de los potenciales participantes, concluimos
cumbres, entre ellas el mítico y casi mágico cerro en que necesitábamos como mínimo cuatro días
Raxón en cinco oportunidades, y siempre nos para la expedición y estos serían del 1 al 4 de mayo
había llamado poderosamente la atención como de 1997. Por razones válidas de fuerza mayor, la
subirmontes, la montaña que está localizada al mayoría de los miembros del Grupo finalmente no
noroccidente de dicho cerro: La Cucaracha, pues pudieron participar, quedando solo Mario Da Silva
sin ser un espectacular pico, si es una impresionante y el suscrito como solitarios andarines dispuestos a
alta meseta a 2986 ms.n.m. (solo 29 ms.n.m., más la aventurada caminata, y que para “no desperdiciar”
baja que el Raxón), con características de ser un tan preciosos cuatro días ya inventariados, decidimos
verdadero reto para nuestro grupo. Ya con el aprovecharlos para efectuar el tan deseado intento.
virus de la “montañitis crónica” infectando a todos Después de revisar y analizar los mapas de la región,
los miembros del grupo, nos propusimos indagar habíamos diseñado como estrategia, el acceder a la
sobre la famosa Cucaracha, consultando mapas y montaña tratando se encaramarnos al filón que llega
preguntando entre los lugareños para encontrar a la cumbre por su extremo noroccidental, es decir
a alguien que conociera y nos pudiera servir de por el opuesto al que esta montaña se continúa con
guía en una eventual incursión, sin embargo nadie el macizo del Raxón, pues haciéndolo por allí parecía
nos daba información alguna, coincidiendo todos ser una ruta menos empinada que si tratáramos
en que a esa montaña nadie había llegado; esta de hacer un ascenso directo, aun cuando esta ruta
aseveración le puso el ingrediente de ignota que le significaba una mayor distancia a caminar, pero con
faltaba, para acrecentar nuestro deseo de ascenderla menos esfuerzo. Este proyecto calculábamos nos

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tomaría entre 9 y 11 horas de caminata… queda del casco de la finca en un sombreado lugar
con grandes árboles de calague y amate, además
Salimos el jueves 1 de mayo rumbo al nororiente, de dos gigantescas macollas de una especie de
llegando al km 111.5 de la carretera CA9 para bambú de hasta 15 o más centímetros de diámetro
desviarnos hacia la aldea El Jute y de allí iniciar el y 10-15 m de altura. De lo que fuera la casa de la
camino de terracería que nos llevaría a pasar también finca solo quedaban restos de cimientos, paredes,
por la aldea El Chico, para llegar finalmente a la finca techos, marcos de puertas cundidos de termitas,
La Constancia, propiedad de la empresa Maderas y desperdigados por todos lados latas, ruedas de
El Alto, S.A. -MEASA-, donde se debía presentar hierro oxidadas y más chatarra; todo cubierto de
el respectivo permiso de paso que previamente hojarasca y basura. Esta descripción no refleja la de
habíamos tramitado. Desde aquí por un camino un lugar muy acogedor, sin embargo el ver ese río
en malas condiciones, empinado y lodoso, se llega con agua tan transparente y fresca en medio de tan
al portezuelo a 2300 ms.n.m. entre los cerros El arcano paraje, con la agradable sombra y un rico
Siglo y el Bandera Perdida y desde aquí empezar viento fresco; hacen de aquel sitio un oasis en medio
a descender hacia el campamento El Aguacate, de un desierto, pues a pleno sol estábamos a 41°C
teniendo en este trayecto la impresionante vista del siendo apenas las 9:45 horas, un clima realmente
Raxón y la de nuestro objetivo: La Cucaracha; de los muy caliente y sofocante.
que nos separaba el gran cañón de Teculután, que
tiene desde aquí como 1400 m de profundidad hasta Estando en este punto y mirando hacia la cumbre
el fondo, donde discurre el río del mismo nombre, de la sierra, no se podía ver nada parecido a la
y 8 km de ancho en línea recta desde donde nos imagen que teníamos de La Cucaracha, caminamos
encontrábamos hasta dichas cumbres en el lado un poco por los alrededores para tener una mejor
opuesto del cañón. La montaña se ve intimidante vista panorámica, pudiendo asumir que el cerro
cuando la vemos como objetivo de caminata y nos que teníamos enfrente era el que aparecía en el
produce emociones encontradas de temor, desafío, mapa con el irrefutable nombre de “Cerro 1911”,
duda, utopía y otras que por un momento nos hacen que está indicando su altitud sobre el nivel del mar.
pensar en que quizás sería mejor abortar el intento; Decidimos atravesar el río por un endeble, rústico
sin embargo puede más la vehemente ilusión de y muy antiguo puente de madera, hecho con dos
trotacerros por alcanzar la anhelada cumbre, por gruesos troncos roísos de pino como de 6 m de
lo que viéndola ya solo como un desafío, seguimos largo y unos 0.8 m de diámetro, y cama tablones de
descendiendo y después de unos 6 km de terracería 0.8 m de ancho, de los cuales solo quedaban restos
siempre en mal estado, llegamos al campamento que desafiando al tiempo aún se encontraban en
maderero El Aguacate siendo como las 9:00 horas, bastantes buenas condiciones. Ya en la margen norte
para continuar de allí hacia otra finca de MEASA, del río caminamos hacia la base del cerro y dejando
como a 7 km más abajo: Santa Clara, un lugar muy el equipo completo decidimos ascenderlo para tener
bonito pues por allí pasa el río del mismo nombre una mejor vista de todo el complejo montañoso de la
que nace en un hontanar unos kilómetros arriba, región, calculando que nos llevaría como 1½ h el ir y
por un remoto lugar conocido como La Cochera regresar. El cerro en cuestión es muy inclinado (45°-
en las laderas del cerro Mululjá, y que apenas unos 50°), y la ruta que tomamos estaba cubierta por una
3 km corriente abajo cambia ese nombre por el de gruesa capa de hojarasca de pino y encino abrasada
río Blanco. Allí en Santa Clara el río tiene unos 4 m por el inclemente sol y el calor imperante; esta
de ancho, con el agua que hace honor a su nombre: crujiente tostada hojarasca servía como resbaladero,
absolutamente clara, y que pasa justo junto a lo que evitando que las botas “se agarraran”, provocando

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que uno resbalara como si fuera patinando sobre 2986 ms.n.m. (1075 ms.n.m. más arriba de dónde
hielo, de manera que la única forma de lograr habíamos llegado esta vez).
avanzar era ir “punteando” con las botas, haciendo
hoyos en el suelo a manera de escalones hasta hacer Con la desagradable sensación de la deshidratación
contacto con el terreno arenoso, trabajo que hizo por el intenso calor y la sudoración profusa, después
que el tiempo que ocupábamos para la caminata de 2½ horas regresamos a la finca. Descansamos a la
fuera mucho más del calculado. Avanzando por una orilla del río, bebimos como náufragos y comimos
especie de filón llegamos al fin a la pequeña cumbre, como si hubieran pasado ocho días desde la última
donde lo primero que hicimos fue hurgar entre la vez que lo hiciéramos, y aunque no había sido tanto
hojarasca en busca de la plaqueta de bronce, que el el ayuno, si era cierto que no habíamos desayunado y
Instituto Geográfico Nacional colocaba años atrás ya eran las 12:00 horas. Con una frustrante sensación
en las principales cumbres del territorio nacional que ambos tratamos de disimular sin conseguirlo,
y que servían como referencia para las medidas por no haber logrado nuestro objetivo ni mucho
por triangulación para la elaboración del mapa de menos…, decidimos echar marcha atrás, pues ahora
la República, y cuya existencia se indicaba en el teníamos la duda de si esta ruta era la más factible
mapa que nosotros consultamos. Escarbando con para alcanzar la cumbre y en todo caso, tal como
las manos y limpiando con el machete por todos se veían las cosas, no creíamos que en esta ocasión
lados no podíamos encontrar la tal placa yo desistí, la pudiéramos lograr, pues la ruta que habíamos
pero Mario con su espíritu perseverante finalmente visualizado tentativamente desde la cima del cerro
la halló. Era una placa de bronce circular como de 1911, no sería de ninguna manera fácil sin ayuda de
6-7 cm de diámetro, con la inscripción ya un poco porteadores que nos ayudaran a ir abriendo brecha
borrosa que decía: “Instituto Geográfico Nacional. y cargar con el equipo y los insumos necesarios.
Guatemala. Prohibido Maltratar. Cerro 1911 Con esto en mente comentamos que durante
Diciembre 1961”. Luego del hallazgo (no pudiendo la recolección de información, el estudio de los
dejar reporte porque subimos sin equipo), tratamos mapas y la planificación de la expedición, en algún
de ver hacia el norte y el nororiente, con la esperanza momento tuvimos la información -no confirmada-,
de distinguir alguna montaña que nos sugiriera fuera de que existía la posibilidad de que a La Cucaracha
La Cucaracha, dándonos cuenta tristemente que se le podía llegar por una ruta que partía de algún
viendo en dirección a La Cucaracha, solo se podían punto sobre la vertiente occidental del río Polochic.
distinguir unas montañas que quedaban por delante
de ella, como a los 2500 ms.n.m. y que para llegar a Habiendo perdido toda la mañana y realizado
ellas necesitaríamos descender de nuevo hasta el río, un esfuerzo en vano en el frustrado intento, aun
e iniciar más adelante el ascenso por una ladera más teníamos tres días y medio para aprovecharlos;
empinada, para así tratar de alcanzar el filón y de allí decidimos entonces para tratar de comprobar la
acceder a nuestro objetivo... posibilidad partiendo de la cuenca del Polochic, ir
allá para planificar in situ y en definitiva, por dónde
El descenso fue más difícil que el ascenso pero sería la ruta a seguir en un futuro segundo intento.
mucho más rápido..., porque lo hicimos en partes Pues bien, tomamos nuestra Patrol y enfilamos
esquiando y en otras de nalgas por lo resbaloso. Al con los migajas de entusiasmo que nos quedaban,
final, lo importante de haber subido al cerro 1911 iniciando el largo viaje hacia las Verapaces para
fue que desde su cima, pudimos trazar la posible entrar por San Julián en Tactíc y caminar de allí
ruta de ascenso para efectuar un segundo intento hacia algún lugar ya sobre la cuenca del Polochic,
por alcanzar nuestra esquiva cumbre, que está a por donde buscaríamos a las personas que nos

167

pudieran dar información fidedigna y útil para habíamos oído que tal vez por las fincas cercanas
nuestro propósito. Serían como 229 km de carretera Sibilia o Monte Blanco se podía acceder a la montaña,
que no habían sido “inventariados” en el plan preguntamos por ellas, diciéndonos que allí no se
original. Tan rápido como el camino lo permitía podía llegar en carro porque no había puente para
pues no podíamos perder más tiempo, salimos a la vehículos sobre el río Matanzas, solo uno colgante
carretera CA9, llegamos al Rancho y de allí al cruce peatonal, debiendo dejar el carro a cuatro horas a pie
de San Julián donde indagamos sobre el estado del de la finca Monte Blanco y de allí buscar le manera
camino por el Polochíc que debíamos seguir, el que de subir a La Cucaracha, pero que nadie conocía
generalmente se encuentra en condiciones entre esa montaña. Total, era una opción imposible de
regulares y malas, recibiendo información nada llevarse a cabo, porque primero el carro no se podía
alentadora aunque poco confiable; por lo que siendo quedar abandonado a su suerte durante tres o cuatro
ya las 15:40 horas, con buen criterio tomamos la días, en un lugar solitario donde no había una sola
decisión de quedarnos a pernoctar en algún lugar en casa a kilómetros de distancia, y segundo, porque
la población de Tactíc, para continuar nuestro viaje nadie nos podía asegurar que encontraríamos a
al día siguiente. En Tactíc nos quedamos en el Hotel alguien que conociera esa montaña para tener alguna
Villa Hermosa (Q35.00 c/u), nos instalamos y luego posibilidad de lograr nuestro objetivo; de manera
fuimos a buscar algo de comer, lo cual fue muy difícil que en ese momento una frustración más hizo presa
porque no había un lugar en el que nos ofrecieran ni de nosotros, pues nos quedábamos sin opción por el
ese “algo”, hasta que caminando cerca de la iglesia momento y aún con tres días de tiempo disponible.
encontramos una de esas carretillas ambulantes Estando en Tucurú nos informaron de la existencia
donde nos comimos un par de hamburguesas y una de una catarata en las montañas de Yalijux,
cerveza cada uno y así tranquilizamos a nuestra pertenecientes ya al sistema de la Sierra de Santa
hambrienta “fauna intestinal” que ya estaba por Cruz sobre la vertiente nororiental del Polochic y
perforarnos las vísceras. Nos quedamos un rato que estaba solo como a 3-4 leguas de Tucurú, por
socializando con la familia propietaria de la caseta, lo que decidimos buscar a alguien que nos pudiera
teniendo inclusive la oportunidad de darles algunas acompañar, encontrando a Marco Antonio, un
indicaciones para el manejo de un niño que padecía patojo chispudo aborigen del municipio, de unos
de Síndrome Convulsivo. Cuando eran como las 14 años de edad, que nos daría la oportunidad de
19:00 horas nos fuimos al hotel y a poco de haber conocer esta cascada como premio de consolación
llegado se fue la luz eléctrica, por lo que tuve (Mario en esta reiterada cadena de frustraciones.
aún lo hizo con luz), que bañarme a oscuras y luego
en una cama “deliciosamente dura” me dormí como Eran las 7:30 horas cuando iniciamos la salida del
un angelito hasta el otro día. Nos levantamos a poblado hacia el norte, pasando precisamente por
las 5:00 horas para aprovechar el tiempo, y sin un puente sobre el Polochic, e inmediatamente
desayunar nos dirigimos al cruce de San Julián y de empezamos una empinada pendiente para
allí al pueblo de Tamahú, encontrando el camino adentrarnos en la Sierra de Santa Cruz propiamente
un tanto angosto pero en excelentes condiciones dicha. El camino era muy estrecho con algunos
aunque con algunos baches grandes, contrario tramos en muy mal estado, pero muy pintoresco,
a la información que nos dieran el día anterior. pues conforme se va ascendiendo se va teniendo
Llegamos después a la siguiente población: Tucurú, una bonita vista del pueblo de Tucurú allá abajo,
para desayunar algo y aprovechar para empezar y frente a nosotros, separada por el Polochic, la
a preguntar sobre la montaña La Cucaracha…, y parte más nororiental de la SM, donde por cierto
nadie había oído hablar de ella. Como nosotros sí no vemos nada que se parezca a La Cucaracha,

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pues esta queda -según nosotros- mucho más podía “tolerar” más el calor, intentamos pasar a
hacia el sur, posiblemente a la altura de La Tinta pie llegando como a 5 m del fuego, pues el calor
como a 70 km de Tucurú. Seguimos ascendiendo nos quemaba la cara y los brazos; sin embargo
pasando por algunos pequeños caseríos indígenas calculamos que sí era factible pasar raudos y veloces
como: Chicaban, Cucanjá y Sepacay y la finca Los en el carro. Con la ayuda de algunos de los presentes
Remedios. Poco más adelante tuvimos la preciosa armados de largos palos, con gran esfuerzo y riesgo
y única oportunidad (pues estoy seguro que no la se logró apartar algunos trozos de madera ardientes
volveremos a ver), de presenciar la ampliación de para que no pasarles encima con el carro, y Mario
un punto del estrecho camino por la existencia de por otro lado yendo adelante y a distancia, me iría
enormes rocas de más de 10 m de alto, en una curva indicando el lugar exacto por donde debían pasar
de unos 30 m de largo, por medio de la técnica más las llantas para no embarrancarme por un lado y
ancestral y rudimentaria que se conoce, como es la para no quemarme por el otro. Procedí a pasar con
de calentar la roca continuamente durante varios doble tracción y lo más rápido que las circunstancias
días, manteniendo encendidos promontorios de lo permitían por el estrecho espacio que quedaba
troncos y leña en la base de la piedra, provocando libre, teniendo la precaución de cerrar los vidrios,
así enormes llamaradas y gran cúmulo de brasas, así temeraria osadía que me paró el pelo del miedo,
como grandes columnas de humo que se pueden ver pues a pesar de llevar los vidrios cerrados sentí el
desde varios kilómetros de distancia. El objeto de “golpe de calor” al pasar por el incendio, y ya del otro
esta arcaica técnica es calentar la roca a temperaturas lado cuando me bajé y toqué el carro, este estaba
muy altas, para luego en el momento que el que dirige muy caliente pensando que podría haberse dañado
la operación da la orden, se procede literalmente a la pintura, lo cual afortunadamente no sucedió. Con
“bañar” súbitamente la roca con grandes cantidades esto quedó demostrado que era más poderoso el
de agua, para que la roca se enfríe súbitamente y vehemente deseo de llegar a nuestro objetivo, que
estalle o reviente, facilitando la remoción de los los riesgos que corríamos. Realmente fue una doble
fragmentos más pequeños resultantes, logrando así experiencia altamente significativa: por una parte,
ampliar el camino que de otro modo sería imposible el haber podido ser testigo ocular de este artesanal
en lugares donde no hay espacio para hacer una vía método de ingeniería primitiva para abrir caminos
alterna, ni se tiene la maquinaria, explosivos, ni se y por la otra, el vivir una situación tan estresante y
conoce otra metodología para ampliar los caminos. un tanto peligrosa.

Pues bien, cuando llegamos cerca del punto de la Después de semejante experiencia seguimos por el
acción, tuvimos que dejar el carro como a 70 m mismo estrecho camino y cuando habíamos recorrido
del fuego, pues en el lugar apenas quedaba libre como unos 12 km desde Tucurú, llegamos a una
como 1.75 m de camino, porque casi todo estaba parte donde nuestro guía nos dijo que estábamos en
ocupado por los grandes promontorios de maderas terrenos de la finca El Salto, que teníamos que dejar
quemándose, la enorme peña a un lado y una el carro y seguir a pie un trechito como de 2 km
inclinada barranca como de 300 m de profundidad para legar al Salto de Tucurú, como se le conoce a la
al otro. El calor que emanaba de aquel infiernillo cascada. Caminamos por una vereda bien marcada
era insoportable, especialmente cuando el viento entre maizales, hasta un punto donde como a 400 m
soplaba hacia la gran cantidad de lugareños que se de distancia estaba frente a nosotros una maravillosa
habían aglomerado en el lugar, unos trabajando catarata, enclavada en medio de la montaña con un
y otros de embelequeros solo mirando. En un precioso verdor de selva, pero teniendo también
momento en que iban a echar más leña y que se como marco una mole de pared caliza a cada

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lado de la cascada. Conforme nos acercábamos Mario Da Silva en El Salto de Tucurú.
empezamos a oír el característico ruido del chorro
estrellándose estrepitosamente contra las rocas, camino hasta llegar al punto de la “ampliación”,
el cual se va haciendo cada vez más fuerte. Luego donde ahora había un gran promontorio de trozos
nos metemos de nuevo entre el bosque perdiéndola y troncos de todos tamaños que estrechaban aún
de vista por un rato, pero caminando por la orilla más el camino, con riesgo de chisparnos hacia el
del río que forma la cascada, yendo a veces por el barranco, por lo que de nuevo con la ayuda de los
borde de una especie de estrecho canal, esculpido en lugareños procedimos a apartarlos a un lado para
la roca por el mismo río que discurre a unos 8-10 poder pasar en la misma forma que a la ida, con el
m de profundidad. Finalmente estamos como a 75 fuego siempre intimidante. Lamentablemente no
m de la cascada y se empieza a sentir la brisa y el pudimos quedarnos para esperar el momento en
ruido es impresionante. El chorro se despeña en que se bañarían a las piedras -que ya se veían rojas
caída libre desde una altura aproximada de 60 m de calientes-, y poder ver cómo les echan el agua y
hasta la base, que está formada por un roquerío de revientan en mil pedazos debido al enfriamiento
grandes piedras sobrepuestas de 3, 4 y 6 m de alto, brusco. Según nos dijeron el agua la traían de un
entre las que se pierde el chorro para salir debajo de venero o nacimiento que está en la parte alta del
ellas formando 3-4 brazos de río. Cuando llegamos cerro y por medio de unos canales improvisados,
el cielo estaba nublado y con la brisa el ambiente
era frío pero agradable. Caminamos por el lugar
que era de una belleza natural indescriptible. Uno
permanece boquiabierto, extasiado. Nos quedamos
un rato gozando del espectáculo y tomando fotos con
alguna dificultad, no solo por la brisa, sino porque
ya cerca de la cascada todo el entorno está cubierto
de musgo muy resbaladizo, igual que las rocas. Al
poco tiempo apareció el astro rey y entonces el
aspecto de la catarata cambió totalmente, dándome
rienda suelta con la fotografía. Ya completamente
satisfechos tomamos el camino de regreso esta
vez por otra ruta, siguiendo una toma de agua que
viene de la misma catarata y que surte regadillos y
algunos ranchos más abajo. Pasamos por cultivos
de cardamomo y rastrojos, donde aún encontramos
mazorcas solo un poco talishtes que por alguna
razón sus dueños no las habían pepenado, pues
aún estaban muy buenas como para alimentar aves
de corral y marranos. Finalmente salimos a la
carretera de nuevo, solo que como 300 m más arriba
de donde empezamos la caminata. La experiencia
fue tan agradable que compensó en parte nuestra
frustración por no haber logrado ni siquiera el
intento de ascenso a La Cucaracha… Tomamos
nuestro fotingo y empezamos a bajar por el mismo

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hechos de la corteza cóncava de la planta palmácea tenía el grado de dificultad para ascenderlo que
conocida como maicena, muy parecida a la del nosotros andábamos buscando. Con el tiempo
banano; la llevan hasta el punto indicado y la dejan que aún teníamos disponible, decidimos bajar
caer sobre las rocas incandescentes en el momento de la cumbre donde estábamos tan rápido como
preciso en que “los expertos” lo indican. Fue una aquel “caminito” nos lo permitía, llegando abajo
verdadera lástima no poder ver el proceso completo asustados y cansados por la tensión, dirigiéndonos
del cual solo teníamos referencias, en mi caso, inmediatamente al camino de acceso al cerro que
porque recuerdo que mi padre ya me relataba esta habíamos visto desde arriba, y que finalmente
primitiva tecnología. llegaba a una finca lechera en la base del mismo
cerro. El dueño de nombre José Luis Leal no se
Llegamos a Tucurú, dejamos a nuestro excelente y encontraba en ese momento allí, sino en Tactíc, a
chispudo guía, y nos dirigimos de regreso a San Julián donde fuimos a buscarlo para pedirle permiso para
siendo ya las 11:15 horas. Planeando qué podíamos subir al cerro. Preguntando y preguntando dimos
hacer con el tiempo que aun teníamos, que eran 2 ½ al fin con su casa, sin embargo él se encontraba
días; cuando llegamos a Tactíc decidimos esa misma “haciendo la siesta” y no nos podía atender sino
tarde subir en carro el cerro que queda precisamente una media hora más tarde… Como no habíamos
enfrente del pueblo hacia el sureste, donde se veía comido nada en todo el día, decidimos en una calle
un camino hasta su cumbre, muy inclinado por cualquiera que nos ofrecía un poco de sombra,
cierto, pero que me parecía un desafío para terminar sentarnos en la acera y como típicos “indigentes”
la tarde. Después de haberlo hecho me pareció una sacamos nuestro consabido Pollo Campero, refresco
imprudencia temeraria, pues el camino en cuestión y demás, y allí almorzamos ante la mirada extrañada
no era para vehículos de cuatro ruedas y tenía una de los transeúntes que no atinaban qué pensar de
inclinación de más o menos 35°. Iniciamos la subida la escena. Al poco rato fuimos de nuevo a casa de
por una vereda de unos escasos 3 m de ancho, Don José Luis, quien nos atendió amablemente
por donde las llantas pasaban a solo unos pocos y al conocer nuestro deseo de escalar el cerro que
centímetros de la orilla de la ladera. Subimos usando está en su propiedad, accedió gustoso a darnos su
no solo la doble tracción, sino con la retranca, que permiso sugiriéndonos también la ruta a seguir.
por cierto era la segunda vez que la usaba en mi Nos despedimos agradeciéndole sus atenciones y
Patrol, que era un tractor con motor de 4100 c.c. de nos dirigimos de nuevo a la finca donde buscamos
cilindrada disfrazado de camioneta, con ella solo se un lugar donde estacionar el carro, lo cual fue un
recurre a la retranca en los casos en que el paso se problema, porque un caporal decía en un lugar y
hace verdaderamente difícil; nuestro “carrito” subió otra persona en otro, perdiendo valioso tiempo
despacio pero sin inmutarse, con fuerza de sobra. que nos haría falta más tarde. Luego preparamos
Llegamos a la cumbre donde terminaba el “camino” nuestras mochilas repletas de enseres, y siendo
en una escuelita, y la gente que allí se encontraba cerca de las 16:00 horas iniciamos el ascenso al cerro
huyó de nosotros asustada, pues según nos dijeron Jayac o Chiallli, como posteriormente supimos se
después, jamás habían visto a un par de advenedizos le llamaba. Desde el principio la inclinación era
subir en un carro hasta allí. como de 35°, de manera que para adaptarnos y no
“quemarnos”, empezamos la marcha muy despacio
Desde la cima nos maravillamos con las preciosas por una ladera con grama muy agradable, luego se
vistas de Tactíc y sus alrededores, llamándonos la entra a un bosque de pinos que es el inicio de un filón
atención especialmente un precioso cerro que está que conforme se va ascendiendo, la inclinación va
al oeste-noroeste de la población, y aparentemente siendo mayor y la maleza más tupida, perdiéndose la

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vereda en varias ocasiones. La mochila completa era prácticamente la luz del día nos abandonaba,
pesada e incómoda porque hay gradas altas (como decidimos con buen criterio acampar, aunque sin
de 1 m), que cuesta subirlas porque no hay de donde tener siquiera la posibilidad de escoger un buen
asirse, teniendo que ayudarse con rodillas, pies, lugar, de manera que solo chapeamos lo mejor que
hombros, manos, brazos, riñones, hígado, dientes, pudimos una pequeña área en medio del bosque y
páncreas, ojos, etc., etc., para poder escalarlas; hay ya sin luz armamos nuestra carpa y como a las 18:30
mucha zarza y en un punto como a una hora del horas estábamos instalados. Hicimos una fogata
ascenso, nos encontramos con una enorme roca y nos dispusimos a preparar la cena. Habíamos
imposible de escalar y que nos fue difícil de bordear caminado como 2½ horas bien caminadas y sudadas.
porque el guatal era inextricable. Por cierto que por Estábamos cansados. La cena fue un bálsamo para
aquí me ensarté en el dedo índice izquierdo un shute nuestro sufrimiento: pollo, sopa caliente, Pan
de un arbusto espinoso parecido al subín (Acacia Pavaillier y mucho té frío para rehidratarnos. Luego la
Erioloba), que me molestó mucho y que finalmente siempre agradable plática como sobremesa, durante
se me enconó y me lo extirpé con otra espina, la cual abordamos temas de profunda meditación y
cumpliendo aquella máxima que reza: “un clavo saca reflexión que fue muy interesante dada la profunda
otro clavo”… Yendo por aquí nos encontramos con espiritualidad de Mario. Por supuesto no podían
una hermosa serpiente arbórea. faltar los obligados comentarios sobre la “rompida”
que habíamos llevado hasta donde estábamos y
aún nos faltaba pues todavía no habíamos llegado
a la cumbre, lo cual pensábamos hacer la mañana
siguiente.

Una larga serpiente arborícola. Como a las 21:00 horas decidimos acostarnos.
Habían pasado solo unos 40 minutos cuando ya
La luz del día se iba apagando y la oscurana estaba dentro de la carpa, nos sorprendió un destello
cerca, eran las 17:30 horas cuando llegamos por fin o reflejo muy intenso aparentemente cerca de
a una falsa cumbre, plana pero muy enmontada por nosotros, que asumiendo en principio que provenía
chirivisqueros, zacatonales, zarzales y mozotales en de una lámpara de mano, luego otro y otro más que
un tramo como de 80 m, que fueron muy difíciles de ya nos inquietaron mucho, pasándonos por la mente
pasar aun con machete en mano. una serie de elucubraciones de lo más diversas y esa
sensación escalofriante de inminente riesgo. En
Seguimos encumbrando hacia la que creíamos aquel silencio absoluto, refundidos en lo profundo
era la verdadera cima, pero no encontrábamos un de la montaña y sentaditos dentro de nuestra tienda
sendero marcado o confiable para seguirlo, así que como ratoncitos asustados, solo esperábamos oír el
decidimos seguir en línea recta hacia arriba. Cuando chasquido de la hojarasca y ramas quebradas, para
estar seguros que estábamos siendo visitados por
alguien... Sin embargo por más que agudizábamos
los sentidos no percibíamos nada más, lo que nos
tranquilizaba, pues era absolutamente imposible que
alguien pudiera acercarse sin luz y aun con ella, sin
pisar hojas y ramitas que al romperse harían ruido,
pues como dije antes, estábamos en medio del bosque
y no había vereda por ningún lado para que algo o

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alguien se acercara sin ser detectado. Después de Decidimos iniciar el descenso, pero ahora siguiendo
algunos minutos de silencio e inmovilidad total, casi la misma vereda que traíamos desde la cumbre y que
sin respirar siquiera; sin oír nada y sin haber visto seguía más hacia el noreste; llegó un momento en
otro “destello” más, nos acostamos y finalmente nos que nos sentimos extraviados. Inexplicablemente
dormimos. He de decir que aquellos momentos si nos encontramos con el sendero por el que
nos produjeron inquietud, temor y una desagradable habíamos subido: estábamos caminando en círculo
sensación de inseguridad e impotencia muy pocas sin darnos cuenta. Retomamos la marcha, pero
veces experimentadas en la soberana tranquilidad pronto estábamos extraviados de nuevo. Aunque
de las montañas. el rumbo si lo teníamos ubicado, porque se oía a lo
lejos el ruido del motor de los buses que pasaban
La noche pasó sin novedad, solo con un par de por la carretera cerca de Tactíc, no lográbamos
tecolotes que la amenizaron con su melancólico y salir del bosque y encontrar un sendero que nos
repetitivo canto. Despertamos como a las 6:00 horas, llevara a la finca. Hallamos una vereda que yendo
nos levantamos y decidimos recoger el campamento, en sentido horizontal, la recorrimos 2 o 3 veces
pues lo más seguro sería -como así fue-, que no por unos 150 m, sin poder encontrar por dónde
regresaríamos por la misma ruta después de alcanzar descender en forma perpendicular a ella, a pesar de
la cumbre. No desayunamos porque colegimos que haberlo intentado en tres ocasiones, ya que siempre
pronto llegaríamos a la cima y allí lo haríamos, sin nos topamos con guatales y matorrales tan cerrados,
embargo no fue tan fácil pues no había sendero que era prácticamente imposible atravesarlos, pero
alguno, teniendo que seguir abriendo la brecha a teníamos que hacerlo para avanzar, pensando que
puro machete para poder avanzar casi en línea recta. debía de existir otra ruta para salir a un punto donde
Como a los 40 minutos hallamos una sutil vereda, poder orientarnos mejor. Finalmente llegamos a un
pero vereda al fin, que nos llevó finalmente a la cima claro del bosque con la sorpresa de que si seguíamos
a los 2200 ms.n.m., desde la que se podían ver a lo en determinada dirección, llegaríamos “atrás de la
lejos muchas cumbres más, algunas más altas que en iglesia del Calvario de Tactíc”, esto era más o menos
la que estábamos, que pensamos se localizaban ya en a 2 km de donde deberíamos de bajar… ¿Qué les
el departamento de Quiché. Descansamos un rato y pasaba a los experimentados trotacerros? A esta
comimos algo a manera de desayuno: cereal, leche, hora el calor era realmente intenso y ya teníamos
plátanos cocidos, galletas y algo más. Luego Mario poca agua, esto último a mí en particular y como
procedió a llevar a cabo su tradicional ritual de la siempre, me inquietaba. Decidimos caminar en
quema de incienso chino que siempre lleva consigo sentido contrario al que veníamos y retomar el
a la montaña, y que tenía para él una significación rumbo hacia la finca. Así lo hicimos aunque con
muy especial y que yo observaba con profundo gran esfuerzo físico agravado por el hecho de
respeto y admiración. contar con un solo machete, que en esa ocasión fue
determinante para lograr el objetivo, finalmente
Por ahí cerca oímos el hachar de un leñador, llegamos a un punto conocido durante el ascenso,
decidimos ir a investigar encontrándolo en cercano a la primera falsa cumbre, de donde ya nos
plena labor de furtiva tala de un enorme pino; lo fue “fácil” bajar y seguir la ruta de descenso. Para
abordamos a manera de saludo y nos despedimos entonces ya se nos había terminado el agua y el
de él y no lo volvimos a oír más. Obviamente se calor era insoportable. Llegamos a la parte de las
había ido al sentir temor pensando que podíamos laderas engramadas, donde el continuo frenar hace
denunciarlo y que algo le podría pasar sabiendo que impacto en las rodillas y los muslos duelen mucho
estaba haciendo algo ilegal.

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después del esfuerzo realizado durante más de una de las más gratificantes que hayamos llevado a
cuatro horas de descenso. Finalmente muy cansados cabo, porque escalamos el cerro 1911, tuvimos el
y deshidratados llegamos a la finca cerca del medio privilegio de presenciar la ancestral técnica de abrir
día, y lo primero que hicimos fue ingerir cantidades caminos vecinales por medio de hacer reventar las
navegables de líquidos de los que habíamos dejado rocas con calor y agua, conocimos una hermosa
en el carro. Habiendo una piscina en la finca, nos catarata, tuvimos la experiencia de subir en carro por
quedamos en paños menores y nos lanzamos. Por una “vereda no apta para cardíacos”, y ascendimos el
cierto el agua estaba irónicamente muy fría, casi bonito y demandante cerro Chialli o Jayac. Y cada
congelante, pero dadas las condiciones de calor en una de estas actividades con sus propias vicisitudes
que nos encontrábamos fue muy reconfortante, que las hacen inolvidables, y toda esta no planificada
dejándonos como nuevos; frescos, limpios y por experiencia, compartida con mi querido AMIGO
supuesto oliendo muy diferente… y COMPAÑERO, así con mayúsculas: Mario Da
Silva, a quien agradezco su amable compañía, su
Ya descansados y con la facilidad de un cobertizo amena y siempre interesante charla, su disposición
sombreado, fresco, lleno de macetas de preciosas espontánea de compartir, y en esta especial ocasión
“colas de Quetzal” y otras plantas, y un gran poyo por los momentos de meditación y reflexión sobre
con su churrasquera. Decidimos preparar nuestro algunos temas delicados, que en mi caso no había
suculento almuerzo donde hubo de todo; de aquel abordado con nadie. Le agradezco también a Mario
pollo que les conté “de tres días de edad” pero su sincero y desinteresado deseo de introducirme por
delicioso aún, atún con limón, sopa de pollo con el camino de la religiosidad, y le consta mi amplitud
fideos, pan francés un poco apachurrado por los de criterio para dejar abierta la posibilidad de una
avatares del viaje, y como postre unos panecillos identificación en ese sentido; sin embargo, cada vez
encanelados, y hasta unas gaseosas que se habían estoy más cerca de considerarme como un agnóstico
escapado de ser ingeridas antes. En fin, “un señor y quizás un nihilista, lo que hace muy difícil o poco
almuerzo” que nos dejó completamente satisfechos. probable que se llegue a operar un cambio radical
en mi manera de pensar y de conducirme por la
Descansamos un rato y luego tomamos la decisión de vida. De una cosa si puede estar seguro Mario, y es
que aunque contábamos con parte de la tarde y todo que tal como me conoció así seré siempre y que si
el día domingo siguiente, ya no teníamos ningún he de creer en algo es en la AMISTAD casi como
otro objetivo montañista a la vista por esos rumbos una religión; mis múltiples defectos y una que
para llevarlo a cabo en ese tiempo, por lo que era otra cualidad me acompañarán hasta mi muerte.
mejor enfilar hacia la capital y dar por terminado Gracias por tu amistad Mario, donde quiera que te
este bucólico periplo, para tener todo el domingo encuentres.
de descanso en casa. Así lo hicimos, no sin antes
pasar al Rancho como ya era costumbre, a comernos
unas tortillas con pacayas envueltas en huevo y una
cerveza bien fría; después de lo cual finalmente nos
dirigimos a la capital a donde llegamos como a las
21:00 horas.

Como colofón podemos decir, que aunque no se logró
el objetivo original de la excursión que era intentar
ascender La Cucaracha, la actividad montañista fue

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Segundo intento
(27, 28 y 30 de junio de 1998)

“Cuando hayamos cortado el último árbol, contaminado el último río, pescado el último pez y cazado el
último animal sobre la tierra, hasta entonces nos daremos cuenta que el dinero no se puede comer”
Anónimo

Después del viaje anterior que aunque fue muy identificar específicamente La Cucaracha, y yo, aun
gratificante desde el punto de vista montañista, no conociendo varias montañas cercanas por haberlas
llenó nuestras expectativas en cuanto al objetivo andado, tampoco pude identificarla porque es muy
original de alcanzar, o cuando menos acercarnos a la difícil para alguien sin experiencia, interpretar las
montaña La Cucaracha, seguimos con la inquietud imágenes de las montañas que se observan desde
de escalarla algún día, para lo cual nos dedicamos a las alturas; de cualquier manera esos vuelos me
obtener información fidedigna que nos ayudara a fueron muy gratificantes. A los miembros del
tener éxito en nuestro propósito; sin embargo nos grupo nos quedaba solamente insistir en analizar
encontramos siempre con el principal obstáculo con más cuidado los mapas al 1/50000 del Instituto
que era el que nadie conocía dicha montaña, ni Geográfico Nacional -IGN-, para afinar nuestra
siquiera una idea concreta de cómo efectuar un información y llevar a cabo un nuevo intento.
acercamiento real y efectivo a ella, ya que ningún
lugareño se había aventurado por esa ignota región Así las cosas, y confiando precisamente en nuestra
por lo aislada, agreste y carente de veredas; además, experiencia por haber andado por las montañas
lo impredecible de la existencia de agua en esa parte vecinas a La Cucaracha, específicamente el de haber
de la montaña, agregaba una eventualidad de riesgo escalado en dos oportunidades a su vecino el cerro
en una posible expedición, ya que según cálculos Raxón, decidimos viajar dos veces al Jute para
a priori, las necesidades mínimas del vital líquido contactar a dos o tres lugareños que se “atrevieran“
yendo cuatro personas, a 2.5 litros diarios cada a acompañarnos, y que fueran nuestros porteadores
una durante cuatro días, representaban 40 litros para transportar la carga que estimábamos sería
con un peso aproximado de 88 lb, ¡solo de agua!, pesada. Nuestro contacto en El Jute era como
más el cachimbazal de etcéteras con el que siempre siempre Don Toño Alonso, quien nos refirió que no
andamos. Para ese tipo de actividad en montaña era había podido aún hallar a nadie dispuesto, aunque
mucho peso a cargar. Todos estos agravantes en él sí aceptó acompañarnos “si no a toda la caminata,
lugar de acobardarnos, hacían crecer nuestra ilusión aunque fuera un trecho”, a pesar de su conocida
por llevar a cabo algún día la deseada aventura claudicación de su miembro inferior derecho y a la
pedestre a La Cucaracha. sazón sus 77 muy sufridas primaveras.

En ese ir y venir investigando sobre la esquiva Con todo arreglado quedamos como intrépidos
montaña, se me presentó la oportunidad gracias a subirmontes: Margarita López, Roberto de León y el
la gentileza de mis amigos: el Sr. Fernando Arriaza suscrito. Salimos el sábado 27 de junio de 1998, a las
y el General José Campos, de sobrevolar la zona en 4:30 horas rumbo a Usumatlán, Zacapa; a la planta
avioneta y helicóptero respectivamente, y aunque de MEASA para recoger el correspondiente permiso
ellos conocían la región desde el aire, no podían de paso por las fincas La Constancia y El Jabalí. En la

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planta nos dijeron que los encargados de la puerta ya una inclinación de unos 22°; veíamos atentos como
habían sido notificados de nuestra visita vía radio. el cacharrito lo iba logrando con cierta dificultad
Enfilamos al Jute para pasar por Don Toño y tratar pero sin detenerse, aunque bailando entre el lodo.
de encontrar “porteadores” sin conseguirlo. No fue Luego le tocaba a mi Patrol, y para mi sorpresa,
sino en la última aldea El Chico, que más bien es desilusión y vergüenza; las llantas no respondieron
un pequeño villorrio, donde finalmente -y era la porque su profunda rodada nueva se llenó de aquel
última oportunidad-, encontramos al señor César barro pegajoso, convirtiéndolas en unos rodos que
Alonso oriundo de allí (sobrino de Don Toño), giraban sin avanzar, zigzagueando de un lado a otro
quien accedió hacer el viaje con nosotros. Así el como bailando zamba, con riesgo de estrellarnos de
grupo lo conformábamos en ese momento cinco lado contra las grandes rocas que había arrastrado el
personas. Cuando llegamos a La Constancia, para tractor. Humillado por el pick up, tuve que recurrir
nuestra sorpresa el personal no tenía conocimiento a un cable de acero que siempre llevo conmigo y
de nuestra llegada, de manera que perdimos como que de hecho nunca había usado antes, para que
40 minutos porque en ese momento no había el tractor me diera “un jaloncito”; así lo hice y
comunicación por radio, de modo que tratamos aún así no fue tan fácil pasar ese resbaladero. Ese
de convencer a los guardias de que éramos buenas tractor que providencialmente se encontraba en
personas, que habíamos llegado ya varias veces por ese paraje recóndito y solitario, fue el que permitió
ahí y que era un error de la empresa no haberlos que pudiéramos continuar el viaje; de otro modo
enterado previamente. Finalmente nos dejaron nuestro retorno hubiera sido obligado. Dando
pasar, indicándonos además que como había estado infinitas gracias al “práctico” que manejaba el tractor,
lloviendo mucho recientemente, el camino de allí en seguimos el camino ya conocido hacia El Aguacate.
adelante estaba malo y que de hecho había ocurrido Al llegar poquito más abajo del portezuelo de El
un derrumbe como a 20 minutos de camino, donde se Siglo, pudimos avistar que toda la parte de la SM
encontraba un tractor de la finca despejando el paso. donde está La Cucaracha y El Raxón se encontraba
A todo esto eran ya las 9:15 horas. Efectivamente el cubierta de nubes negras que presagiaban lluvia más
camino mostraba los efectos de las lluvias, pero con tarde. Llegamos a El Aguacate a las 10:45 horas,
nuestro vehículo íbamos seguros pues apenas solo empezando rápidamente con los preparativos de
tres días atrás yo le había colocado llantas nuevas la caminata acondicionando nuestras mochilas
traseras, de manera que nada lo podría detener… completas y el tanate que llevaría César a tuto con
mecapal. Cuando eran las 11:25 horas iniciamos el
Delante de nosotros iba un “pickupito” Toyota un descenso al valle de Las Vegas, sintiendo nuestras
tanto desvencijado ya, de 1.5 toneladas, 4x4, con mochilas muy pesadas; la mía en particular pesaba
llantas de tamaño convencional pero a las que casi unas 65-70 lb, ya que aunque siete litros de mi agua
se les podía ver el aire. Como a los 30 minutos los llevaba César, yo transportaba seis litros más de
llegamos al punto del derrumbe; el pick up ya se líquidos entre nueve gaseosas, 1.5 litros de té frío, un
encontraba allí esperando que el tractor hiciera su litro de naranjada y un litro de agua pura, más todo
trabajo, ayudando nosotros a mover piedras que lo demás entre bastimento, equipo... y por supuesto
se encontraban en medio del camino llenándonos un jaracatal de etcéteras que también pesaban.
de lodo hasta las orejas. Finalmente la ruta quedó
más o menos despejada, pero con mucho barro En aproximadamente una hora llegamos al primer
rojo, espeso y muy resbaloso. El pickupito estando cruce de río el cual pasamos sin problemas, luego
adelante fue el primero en intentar pasar. Eran solo en el segundo Margarita sufrió un fuerte golpe en
unos 50-60 m de mal paso en una curva abierta, con una rodilla, que después se hizo evidente por una

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gran equimosis; luego vino el tercer cruce, el del río conmigo a la cabeza, el ascenso del temido reventón
Blanco, donde si tuve la necesidad de quitarme las del Caracol, haciéndolo muy despacio tratando de
botas poniéndome unos tenis que llevo para estas encontrar la sutil vereda que en forma de espiral
ocasiones, remangándome el pantalón y cruzando sube zigzagueante. Atrás de mí venían en su orden:
apoyado en dos bordones para mejor estabilidad, Margarita, Roberto, Don Toño y César con su
porque el caudal de agua era grande y no quería bulto de toda clase de chunches a tuto. Como a las
meterme un cachimbazo entre las piedras. Ya del dos horas de caminata esta se me hacía muy difícil,
otro lado todos descansamos un rato, para luego Roberto y César me alcanzaron y me pasaron, y yo
iniciar la atravesada del pequeño valle de Las veía con envidia de la sana, la excelente condición
Vegas, pasando por la única casa que hay por ahí, física que como siempre mantenía Roberto; atrás de
la del Sr. Efraín Marroquín (quien llega muy rara mí venían Don Toño con su paso lento y su cojera,
vez a ver algo del ganado que tiene en ese lugar). pero con espíritu de ganador; finalmente como
Este valle es una franja de terreno en forma de joya solitaria anda sola, quedaba Margarita quien de lejos
alargada de unos 500 x 200 m, que queda entre la parecía no venir en muy buenas condiciones, por lo
ribera occidental del río Teculután y el inicio de las que la distancia entre nosotros se hacía cada vez más
estribaciones o filones que bajan de la cumbre de la grande. Don Toño me alcanzó también, y también me
sierra. Hasta aquí habíamos caminado solo 1:40 h pasó, perdí de vista a Margarita y sintiéndome como
desde El Aguacate. Después se llega a la entrada del olvidado caminante y muy cansado, solo deseaba
río Don Domingo que nace precisamente cerca de llegar a la primera falsa cumbre como a media hora
la cumbre de La Cucaracha y que forma cerca del de distancia y allí parar. Habíamos caminado hasta
valle una hermosa catarata, la cual describiremos aquí tres horas. Habiendo perdido de vista a los tres
más adelante. Cerca de la orilla de este río dejé punteros, incluyendo a Don Toño, en un momento
escondidos mis zapatos tenis para recogerlos dentro oí gritar a lo lejos a Margarita sin entender lo que
de cuatro días... decía, pero intuyendo que algo andaba mal le respondí
también con gritos que tampoco entendería, pero al
Aquí descansamos y comimos algo para reiniciar a menos sabría que alguien la había escuchado. Con
las 13:30 horas el acercamiento al inclinado reventón cada paso que daba, solo pensaba que era uno menos
que marca el inicio del filón, el que finalmente llega hacia la ansiada meseta para armar campamento y
a la cumbre de la sierra. Según la estrategia que esperar que llegara Margarita. Después de 3:35 h de
habíamos diseñado ascenderíamos por el mismo sufrido ascenso llegué a la meseta, a 1545 ms.n.m.
filón que se toma para escalar El Raxón, y que al (empezamos a 1105 ms.n.m.), habíamos subido 440
llegar a la cumbre de la sierra, y antes de desviarnos ms.n.m. y eran las 17:35 horas. Cansado como estaba
hacia el suroccidente rumbo al mogote rocoso me puse a armar el campamento pues empezaba la
que forma el cono de ese cerro, tomaríamos hacia penumbra, se había nublado el cielo y empezaba
el lado opuesto, al noreste, pensando que por ahí a pringuear, y lo que quería era tener todo listo
“deberíamos de encontrar obligadamente” la ruta a para cuando Margarita llegara y pudiera descansar.
la montaña vecina a ese cerro, que lógicamente era Estaba por terminar cuando vi venir de arriba a
La Cucaracha. Esta había sido la sabia conclusión a Don Toño que llegaba en nuestra ayuda; los otros
la que habíamos llegado después de todas nuestras (Roberto y César), también habían decidido armar
averiguaciones y minuciosos análisis de mapas, etc. campamento en una meseta como a 20 minutos
etc... arriba de nosotros. Don Toño siguió bajando para
ir al encuentro de Margarita y unos minutos más
En fila india empezamos los cinco viandantes, tarde lo hacía yo también, encontrándolos como 200

177

m abajo. Don Toño traía la mochila de Margarita, rasgaban la ropa y la piel de manos y brazos en forma
pues ella se encontraba muy mal: esmorecida, a inmisericorde.
punto de sucumbir y caer con un vahído, con fuerte
dolor de cabeza, vomitando, mareada, el cuadro Más adelante el bosque es más agradable y uno va
típico del mal de montaña, aunque poco usual a caminando tranquilo por un estrecho vestigio de
una altura tan baja..., pero no encontrábamos otra vereda, en una parte más limpia y poco inclinada y
posible causa. Al llegar al campamento descansó, sin hacer demasiado esfuerzo. Yendo por allí uno
y al rato pudo comer y beber algo y poco a poco tiene el tiempo para pensar si al fin logrará o no el
se fue sintiendo mejor aunque abominando por objetivo, si aguantará físicamente lo que queda por
lo que le había pasado. Don Toño subió de nuevo andar, si alcanzará el agua, etc., etc. Por ahí íbamos
al campamento superior para unirse a Roberto como a la hora y media desde el campamento,
y César para decirles que se quedaran allí, que caminando yo en la punta y Margarita como a 75
nosotros estábamos cansados pero bien y que los m atrás; cuando tuve una de las experiencias más
alcanzaríamos temprano por la mañana. Después maravillosas e impresionantes de montaña, de
de cenar nos tomamos una pastilla de pasiflora para hecho la primera de este tipo. Al ir caminando por
dormir mejor y así fue, pues quedamos fondeados la vereda cubierta de hoja de pino, seca, de color café
hasta las 6:00 horas cuando despertamos con la claro; en un momento oí el inconfundible sonido
grata sorpresa de que Margarita había amanecido en del cascabel de una serpiente del mismo nombre;
excelentes condiciones. Nos levantamos, comimos aunque yo jamás había visto una en su hábitat
algo ligero, levantamos campamento, y a las 7:00 natural, ese sonido lo hemos oído todos muchas
horas iniciamos el ascenso para reunirnos con el veces a través de la televisión en muchos programas
resto de montañistas que estaban a 1650 ms.n.m. de la vida salvaje, de manera que en forma instintiva,
(105 más alto que nosotros), después de 30 minutos instantánea y automática sabiendo de qué se trataba,
de escalada. Este campamento estaba cerca de donde me detuve para ver de dónde provenía el ruido,
armamos el primero en la segunda ascensión al siéndome un tanto difícil por unos momentos,
Raxón en 1996. Nuestros amigos ya estaban listos, localizar al animal por su perfecto mimetismo entre
de manera que en pocos minutos el grupo se había la hojarasca especialmente de pino seco. Finalmente
integrado de nuevo y retomaba la marcha para seguir me di cuenta que allí como a 2 m de mí estaba la
cresteando con mucho entusiasmo y todos en muy culebra hecha un yagual, de donde sobresalía su
buenas condiciones físicas. Durante las siguientes “chínchín” con aproximadamente 10-12 segmentos,
dos horas seguimos ascendiendo por el mismo filón un robusto cuerpo de algo así como 1.50 m de largo
que traíamos desde el río, entre bosque de pinos, (si yo fuera pescador diría que medía 4 m...), y unos
encinos, zarzales y palmitos comestibles que solo 5-6 cm de diámetro, maravillosamente decorado con
crecen a estas alturas (entre 1500-2000 ms.n.m.). las más hermosas y simétricas figuras geométricas
El clima templado pero agradable, la vereda por solo dignas del más hábil de los diseñadores, de
momentos desaparecía pero la retomábamos por un encendido color amarillo marrón, pero con su
consenso entre Roberto y yo. En una amplia zona largo abdomen delicadamente rosado, con la cabeza
de esta parte de la montaña habían evidencias de erguida, inmóvil, excepto su ágil lengua bífida, y
incendio forestal de no más de un año de ocurrido mirándome fijamente en posición de alerta pero
y en este momento empezaba a crecer el nuevo tranquila, pues no sé quién de los dos estaba más
sotobosque, sin faltar por supuesto la gran cantidad sorprendido de nuestro fortuito encuentro. Aunque
de zarzales medio chamuscados y secos con las lo más natural hubiese sido que al oír el sonido yo
espinas tan duras como si fueran de metal, que nos hubiera pegado tremendo salto, confieso que no

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fue así, porque no tuve miedo; en realidad cuando a escapar. Estaba nublado y amenazaba lluvia por
ando en la montaña siempre voy consciente de que lo que decidimos seguir un poco más y quedarnos
las serpientes en principio nunca toman la iniciativa acampando más arriba. Hubo un momento en que
de atacar, excepto que uno invada su territorio o las me sentí desorientado, inseguro de si en realidad
moleste de alguna manera. En este caso la serpiente caminábamos hacia el Raxón, pues me parecía
tuvo la “cortesía” de avisarme anticipadamente que que subíamos demasiado; creo que mí yo interno
ahí estaba ella y que ese era su territorio, el cual si se resistía a darse por vencido y trataba de querer
yo lo respetaba, ella me respetaría a mí. Sin tratar ver que quizás si podíamos ir hacia La Cucaracha;
de huir me dio todo el tiempo para admirarla. Roberto por el contrario estaba muy seguro de ir
Pude llamar a Margarita y a los demás (recordemos hacia el Raxón, a pesar de solo encontrar sutiles
que las serpientes no tienes sentido del oído, son vestigios de vereda que costaba seguirlos. Yo
sordas), para que también pudieran ver tan precioso continué insistiendo que no íbamos al Raxón y
ejemplar, el cual para su especie era de un tamaño Roberto lo contrario, hasta llegamos a apostar
grande. Nos reunimos todos y ella como si supiera Q10.00 que hasta el momento no le he pagado, pero
que podía estar segura porque no le haríamos daño, que algúnnnn… día lo haré.
posó para que la admiráramos; sin embargo cuando
alguien daba un paso más allá de lo que nos lo Empezó a caer una tenue llovizna, y llevando ya 6½
permitía, ella sonaba su “chínchín” de prevención h de caminata pues ya era la 13:30 horas, decidimos
oportunamente. Le tomamos fotos desde todos los instalar nuestro segundo campamento aunque sin
ángulos y finalmente la bordeamos respetando su encontrar un lugar ideal porque no había nada
territorio para seguir nuestro camino. Creo que plano. Limpiamos un área y allí a 2600 ms.n.m.
ella y nosotros gozamos mucho este encuentro colocamos nuestras tiendas. Como era temprano
dejándonos para el recuerdo una agradable aún, decidimos salir a caminar un poco por los
experiencia. César nuestro porteador -por supuesto-, alrededores para “matar tiempo”. En una hora
era partidario de matarla a machetazos, sin embargo estábamos efectivamente en la meseta que queda
se dio cuenta de nuestra absoluta oposición, dándole frente al macizo del Raxón; y siendo solo las 15:30
las respectivas razones “ecológicas” que esperamos horas Roberto tenía ganas de escalarlo y lograr la
las haya entendido, para hacerlo cambiar de idea cumbre de una vez, pero yo no lo creí prudente, pues
en relación con las culebras. Me olvidaba contar calculé que eso nos llevaría como mínimo dos horas
que Don Toño nos acompañó hasta poco antes del en ir y venir hasta donde estábamos, y para entonces
encuentro con “nuestra amiga”, porque le empezó la oscurana nos ganaría; además, no llevábamos
a doler su pierna, razón por la que él no tuvo el agua, comida ni lámparas, porque no habíamos
gusto de verla, porque ya había empezado a bajar. planificado una caminata tan larga. Por todo esto,
Seguimos subiendo siempre por el mismo filón y pensamos que era mejor regresarnos y volver al día
después de 2½ h más, me di cuenta con sorpresa que siguiente para escalar hasta la cima.
no había ninguna posibilidad de desviarnos hacia la
izquierda para acceder a otro filón, o encontrar una Regresamos al campamento para preparar una
posible ruta hacia La Cucaracha como lo habíamos buena cena. Por cierto que se me olvidó contarles
pensado y que indefectiblemente si seguíamos que durante todo el trayecto de ascenso desde el
adelante solo llegaríamos al Raxón y solo a él ¡qué primer campamento, fuimos encontrando muchos
frustración! Paramos y platicamos para comentar hongos de varias especies, diferentes colores y
y tomar decisiones. Estábamos desilusionados y formas, entre los que según César habían algunos
tristes al ver cómo nuestro objetivo se nos volvía comestibles los cuales fuimos recogiendo. Pues

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Hongos en ruta hacia La Cucaracha.

bien, cuando dispusimos hacer la cena, lo hicimos agua que no tuvimos necesidad de utilizar porque
pensando en ellos, empezando por cocerlos en solo lo hicimos para confirmar su existencia en caso
el agua que luego nos serviría para hacer la sopa de futuras emergencias. En la segunda ocasión al
de fideos con pollo; ya cocidos los sacamos para mismo cerro en 1996, tuvimos información de que
freírlos en sartén, pero como no teníamos aceite, en la base, antes de iniciar la escalada del macizo del
despellejamos dos piezas de Pollo Campero, pensando cono y bajando unos cuantos metros del filón hacia
que desprenderían suficiente grasa, pero no fue la izquierda, había un pequeño venero el que no era
así, de modo que siendo imposible freírlos solo los sino el nacimiento del río Don Domingo, extremo
asamos un poco para deshidratarlos y les pusimos que no confirmamos porque tampoco tuvimos
sal. La cena se completó con frijoles, pollo, café, necesidad, pero que hoy sí la teníamos y deseábamos
pan y algunos pishtones que aún tenía César y que comprobarlo, para que de ser cierto, la próxima
calentamos en las brasas, todo lo cual fue suficiente vez que viniéramos no tendríamos que cargar con
para acallar nuestro casi insoportable hambre, pues tanta agua. Con esto y más en mente nos acostamos
recordemos que desde el “ligero” desayuno a las 6:00 a las 20:15 horas. Durante la noche igual que en el
horas no habíamos comido nada y ya eran las 18:15 campamento anterior, oímos llegar algún roedor
horas (12:15 h de ayuno y exigente actividad física). y hurgar entre nuestra basura, posiblemente un
mapache, tacuacín, armadillo u otro, al cual espanté
Después de cenar platicamos comentando nuestra encendiendo mi lámpara de mano y gritando tal
frustración, al ver cómo La Cucaracha, tal como como lo hice en el primer campamento, donde
sucede con dicho animal, se nos había escapado una
vez más. Pero estoica y positivamente pensamos
que esto solo era una batalla perdida..., pero no la
guerra; pues ya estábamos pensando en la próxima
intentona.

Como ya teníamos el plan para el siguiente día, En la cumbre de El Raxón con Oliverio.
decidimos salir temprano hacia la cumbre con la
esperanza de encontrar agua, donde en la primera
oportunidad cuando llegamos con Oliverio Guerrero
a esa cima en 1995, logramos ya subiendo el cono a
pocos metros antes del mero copetillo, encontrarla
en un “casi agua”, donde pudimos recolectar como
125 ml del preciado líquido en unos 45 minutos,

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asusté más a Margarita que al supuesto intruso de plástico vacíos, dejados irresponsablemente por
animal. Ya como a las 5:00 horas -como es usual en uno de los otros dos grupos de “montañistas” que
estas montañas-, oímos por las cercanías un grupo hasta ahora ha llegado al Raxón...
de bulliciosos zaraguates, cuyos terríficos rugidos
se magnifican por el efecto eco de la montaña. Nos En este momento estábamos listos para el asalto
levantamos a las 6:00 horas, desayunamos cereal, final a la cumbre; Roberto y yo fuimos a hacer un
huevos revueltos, café y pan, y luego preparamos reconocimiento del sendero y a reabrir la brecha
dos mochilas de asalto: una con envases vacíos machete en mano, lo cual no nos fue tan difícil
para traer agua..., y otra con algo de comer y beber. porque teníamos puntos de referencia conocidos
Salimos a las 6:45 horas para volver a ascender lo como rocas, túneles de cañita y troncos que aún
que habíamos subido la tarde anterior hasta la base mostraban las marcas de machete que yo dejé en 1996
del cono, pudiendo ahora ver en el trayecto hacia el como señalización; Roberto por su parte venía ahora
lado derecho, es decir al suroriente, separándonos dejando tirados fragmentos de papel de los bordes
de él un profundo cañón que llega hasta el río perforados de facturas y otro documentos, que son
Teculután, y como a 4-5 km en línea recta, un ramal apropiados para este fin, y que son biodegradables.
de montaña formada por tres picos de forma cónica Por esta parte de la ruta encontramos una bonita
casi perfecta y cubiertos de exuberante bosque, y serpiente no venenosa como de 70 cm de largo,
que formando una gran herradura aparentemente conocida irónicamente como “sabanera”, pues
eran la continuación del mismo Raxón siguiendo no sabíamos qué andaba haciendo a más de 2600
de la cumbre por el filón hacia donde están los ms.n.m....
restos del avionazo del 24 de mayo de 1956, el cual
describiremos con más detalle en un capítulo aparte. El cielo se aborrascó y la lluvia que amenazaba desde
que salimos del campamento finalmente se presentó,
Hacia el lado opuesto, hacia el noroccidente del complicando aún más el ascenso, especialmente
camellón sobre el que caminábamos, en lo que porque aquí como en casi todas las cumbres arriba
parecía ser la continuación del mismo Raxón, se de los 2000 ms.n.m., se encuentra esa especie de
veía como a 3 km en línea recta una impresionante arbusto parecido a la hiedra, el cual aquí cierra casi
montaña con algunas elevaciones importantes que completamente la vereda porque es tan alto como 80
pensamos podría ser La Cucaracha, de la que nos cm, muy duro y difícil de cortar con el machete, el
separaba una profunda hondonada de ubérrimo que muchas veces revira al dar el golpe. El trayecto
bosque, que calculamos nos llevaría uno o dos días se hace desagradable por la lluvia que aunque no era
en atravesarla brechándola obligadamente, porque fuerte ya nos había mojado. Finalmente llegamos al
obviamente no había vereda. La vimos con nostalgia lugar del “casi agua”, que era una pequeña área como
y seguimos caminando. Teniendo la intención de de 4 m cuadrados con un ligero declive cóncavo
buscar a un bordón hacia la izquierda antes de iniciar donde se acumulaba la humedad. El suelo se sentía
la escalada del cono, decidimos hacerlo al descender frío. Hicimos un hoyo como de 20 cm de diámetro
del mismo. Yendo por aquí tuvimos como premio por otros tantos de profundidad, hasta donde
de consolación la oportunidad de ver una hembra encontramos la tierra más húmeda aún, y lo dejamos
de Quetzal que se posó en un árbol como a 30 m de allí para ver si al regreso se había recolectado algo
nosotros. Aunque por supuesto menos espectacular de agua. Desde este punto hasta la cumbre viene
que el macho, siempre es una experiencia una parte muy inclinada, con abundantes arbustos,
emocionante. Siguiendo nuestro camino pasamos raíces y la famosa hiedra de hasta 80 cm de alto que
la meseta donde hay una gran cantidad de envases enmarañan el paso. Finalmente ante nosotros estaba

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la mítica cumbre del Raxón a 3015 ms.n.m., eran de nuestro grave error, chorreando agua desde la
las 10:45 horas. Habíamos caminado 4 h desde el cabeza; yo veía cómo caía por mis lentes siendo a
campamento. La emoción era muy grande aunque veces muy difícil ver por dónde iba caminando,
no como la primera vez que uno la alcanza. Vinieron y pensaba que ya deberían fabricar anteojos con
luego las felicitaciones de cumbre y los abrazos para parabrisas ¿no creen? El terreno estaba chaguitoso,
Roberto y Margarita por ser su segunda ascensión, había mucho lodo y estaba muy resbaloso, todos
la primera para César y la tercera para mí. El tiempo sin excepción nos zampamos sendos cachimbazos
estaba nublado como lo estuvo en las anteriores y nuestra ropa por supuesto era una asquerosidad.
oportunidades cuando estuvimos allí, por lo que Fue un descenso reamente muy desagradable;
nunca pudimos disfrutar de una buena vista desde por cierto que el hoyo que hicimos al subir estaba
esta cumbre. Las nubes se ven pasar sobre nuestras lleno… pero de agua de lluvia por supuesto, sin
cabezas y apenas si nos permitieron tomarnos la haber podido comprobar si ciertamente es posible
foto de cumbre a Margarita y a mí, no así a Roberto, obtener suficiente agua de ese “casi agua” en caso de
quien se había ido a explorar un poco hacia el lado una emergencia. Cuando llegamos a la base del cono
opuesto al que llegamos y cuando él regresó el clima la lluvia amainó siendo más fácil seguir bajando
estaba totalmente cerrado. hacia el campamento, aunque ahora el viento que
soplaba como chiflón y llevando la ropa mojada nos
La cumbre estaba llena de basura: envases de aumentaba la sensación térmica y nos hacía titiritar;
plástico, latas vacías y bolsas de plástico que personas aun así tuve la osadía de tomar algunas fotos de
totalmente irresponsables habían dejado allí. unas bellas especies de hongos que encontré en el
sendero. Después de 2 h de descenso (de 11:45-13:45
Encontramos dentro de la misma botellita de horas), llegamos al campamento y entonces vino el
champán que dejáramos con el reporte en nuestra problema que significaba el cambiarnos de ropa,
anterior expedición en 1996, los reportes del grupo porque estábamos temblando y tiesos del intenso
de Roberto y compañeros dejado el 28-IV-97 y el del frío y porque había empezado a lloviznar de nuevo.
grupo de Cobán del 3-V-97; recogimos tan valiosos Procedimos a la difícil tarea de cambiarnos la ropa
documentos y dejamos el nuestro en el mismo haciéndolo dentro de las carpas por el intenso frío.
envase, guindándolo de la rama de un pino para
que fuera fácilmente encontrado. Descansamos, Ya más tranquilos comentamos lo acertado de la
comimos y bebimos algo. Yo había llevado solo dos decisión de no haber intentado el ascenso a la cumbre
litros de líquido entre Pepsi y agua pura, y ya no me la tarde anterior, ya que no hubiéramos llegado con
quedaba más que medio vaso para el regreso, lo cual luz de día y el regreso hubiera sido muy peligroso.
como siempre me inquietaba un poco. Platicamos sobre el hecho de que siendo aún solo
las 14:00 horas, el pensar en levantar campamento
La lluvia empezó a arreciar por lo que siendo la y seguir bajando no era lo más sensato, pues aunque
11:45 horas y después de una hora de permanecer en la lluvia había disminuido, el descender con mochila
la cumbre, apuramos el descenso bajo un torrencial completa sería muy difícil y peligroso, y seguramente
aguacero que en pocos minutos nos había empapado nos tocaría de todos modos armar campamento más
completamente, oyéndose el clásico “choploc” dentro abajo ya sin luz y posiblemente con lluvia, lo cual
de las botas. Vale decir que ninguno habíamos sería muy incómodo y desagradable. Por todo esto y
llevado capa, porque en la mañana cuando salimos no con solo 6 h de actividad este día, pero muy sufridas,
parecía que fuera a llover durante toda la mañana; de decidimos quedarnos esa tarde en el mismo lugar
manera que allí íbamos sufriendo las consecuencias para descansar bien, secar ropa -si fuera posible-, y

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efectuar el descenso completo al día siguiente. Por caminata no significan mucho en el papel, lo sufrido
otro lado teníamos el problema de carecer de agua por la lluvia, el frío, el lodo, la ropa mojada y demás,
para beber y cocinar, y para solucionarlo tendimos si nos hicieron sentir cansados como para dormir
amarrado un plástico entre las dos tiendas a manera como troncos, no siendo sino hasta la madrugada
de toldo, para protegernos y para recolectar el agua cuando unos zaraguates muy cerca del campamento
de lluvia que recogeríamos en un envase de doble nos despertaron por momentos con sus horrísonos
litro de Pepsi, obteniendo así como ocho litros del rugidos. Como a las 6:00 horas me desperté y poco
indispensable líquido, lo que nos dio tranquilidad después los demás, y al rato estábamos todos en pie
-especialmente a mí-, porque ya teníamos suficiente empezando a acomodar nuestros bártulos y luego
agua para el regreso. desayunar algo.

Con mucha incomodidad y dificultad logramos Siendo las 8:45 horas levantamos campamento e
encender el fuego porque el ocote y la leña estaban iniciamos el larguísimo descenso que terminaría
mojados, luego preparamos la cena: sopa, frijoles, hasta Las Vegas. En el descenso fuimos viendo
pollo, salchichas, pan y café. Después de comer más hongos, entre ellos los anacastes que son
tuvimos mucho tiempo para la tertulia postprandial, comestibles. Como a la hora y media de ir bajando
durante la cual tuvimos la agradable visita de una perdimos la ruta y nos extraviamos siguiendo un
familia de bellos tucanes (cinco en total), que filón equivocado hacia la izquierda, todo porque
se posaron en los árboles cercanos viéndonos nos tomamos una foto en un lugar que nos pareció
con mucha curiosidad. Con este último suceso muy bonito, donde había una piedra completamente
coincidimos en que esta actividad campestre había plana de más o menos 1.5 x 0.80 m colocada sobre
sido una de las más fructíferas en experiencias de otras a manera de mesa, y otra enorme roca a un
flora y fauna. Específicamente habíamos tenido la lado. Cuando terminamos de tomarnos la foto solo
oportunidad de ver una gran variedad de hongos, salimos caminando hacia abajo por la izquierda
desde unos muy pequeños hasta otros de 25-30 del roquedal, sin poner atención en que debimos
cm de diámetro de las más variadas formas y vivos de hacerlo por la derecha, en un punto donde
colores, a veces entremezclados: rojo sangre con convergen casi imperceptiblemente los dos filones.
blanco níveo, café obscuro con amarillo huevo, Si no nos hubiésemos detenido para las fotos no nos
plateados con apariencia metálica, azulados, cafés, hubiéramos extraviado. Del error solo nos dimos
grises, algunos con aspecto pétreo; en fin, fue una cuenta como a los 15 minutos al desconocer el
verdadera “ensalada de hongos”. En cuanto a fauna entorno; de manera que fue “muy pesado” volver a
vimos a la reina: la serpiente de cascabel y otras subir para retomar le vereda por el filón correcto.
culebras, tucanes, quetzal hembra y zaraguates. Seguimos bajando y yendo yo en la punta como a
Todas estas experiencias de la rica biodiversidad de 100 m del resto, me volví a desviar a la derecha del
la montaña, que de ninguna otra manera pueden sendero; cuando me di cuenta estaba entre un gran
vivirse si no es yendo a ella, compensan con creces promontorio de grandes rocas de 4-6 m de altura,
el gran esfuerzo realizado y las penurias sufridas en percatándome de que estas no las habíamos pasado
una actividad como esta. al subir. Una vez más tuve que ascender de nuevo
como 50 m para retomar la ruta y reunirme con
Después de agotar la plática terminamos de el grupo. Aunque parecen poco 50 m, cuando uno
recolectar el agua, lavar los trastos y ordenarlo todo ya va descendiendo no quiere volver a ascender ni
para acomodar parte adentro de las carpas y parte un solo centímetro más que no sea estrictamente
afuera protegido de la lluvia. Aunque las 6 h de necesario, menos debido a un tonto descuido. Por

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esta parte de la montaña existe una gran roca con la y yo como 300 m a Margarita y César que venían
forma de una enorme cabeza de serpiente, con ojos, más atrás. Todos bajamos muy despacio y con las
boca abierta y sus fosetas loreales; esta se encuentra mayores precauciones por la zigzagueante vereda.
cerca de donde Don Toño descubrió un manantial Cuando llegué al río, Roberto ya se encontraba
que facilitó enormemente ulteriores caminatas por metido en una linda poza, y aunque en ese momento
estos lares, manantial que no es más que el pequeño lo envidié, preferí seguir avanzando porque temía
arroyo que cañada abajo se convierte en el río que pudiera llover y aún nos encontrábamos lejos de
Negro, el que también llega como afluente del río la casa de Efraín, ya en pleno valle. Mientras tanto
Teculután. aún en lo alto de la ladera se veían Margarita y César
bajando con cuidado. Poco más adelante llegué
Más adelante fue Roberto el que se desvió del al punto donde había dejado mis tenis cuatro días
sendero tomando otro filón, pero los que veníamos antes, solo que esta vez crucé el río brincando por
atrás nos dimos cuenta pronto y le chiflamos y las piedras con la ayuda de dos bordones sin tener
gritamos. Ocurre que cuando uno va subiendo no que quitarme las botas. Seguí avanzando en solitario
piensa que al bajar puede desviarse con facilidad, y muy rápido pues ya veía venir el agua. En este
porque el punto de vista hacia abajo es diferente, momento ya estaba cansado, con los pies adoloridos
el paisaje cambia; por lo que al ir subiendo siempre y con sed, pues aunque me quedaba como medio
hay que ir poniendo mucha atención en puntos de litro de agua esta me tenía que alcanzar para llegar
referencia importantes e ir viendo hacia atrás con hasta el campamento El Aguacate. A las 14:15 horas
alguna frecuencia, para ir fijando en la memoria llegué a la casa de Efraín pero no había nadie en ella,
la imagen del paisaje a diferentes alturas. Por otro poco después llegó César cuando recién empezó
lado existen las opciones de ir haciendo marcas con a llover. Al poco rato llegó El Sr. Pablo Alonso
machete en los troncos de los árboles en sitios que (sobrino de Don Toño), quien trabajaba con Efraín
se consideran clave para el regreso, o de ir dejando como encargado de la pequeña finca y del ganado, y
tirados pedacitos de papel biodegradable durante quien amablemente nos ofreció un delicioso mango,
la caminata. Solo cuando uno ha experimentado ofreciéndonos también proporcionarnos una mula
la sensación de haberse extraviado por un tiempo para llevar las mochilas hasta El Aguacate. Después
prolongado y no saber por dónde seguir, es cuando de unos 40 minutos llegaron Roberto y Margarita
valora cuan tranquilizante es el encontrar una señal un poco mojados por la lluvia, aunque esta ya había
que le indica que ha retomado la ruta correcta. cesado solo unos minutos antes, y entonces la idea
original de quedarnos esa noche en Las Vegas
Como a las 4 h de camino (eran las 12:45 horas), para salir a la mañana siguiente hasta el carro,
llegamos al fin a la parte alta del Caracol de la base se cambió por la de seguir hasta el campamento
del filón, donde empezamos la escalada junto al aprovechando que podíamos utilizar la mula para
río Don Domingo, siendo la vista desde aquí muy nuestros telenques. Siendo las 15:00 horas salimos
bonita, con ese verdor variopinto del valle. La para el campamento pasando ahora los ríos por las
inclinación de esta ladera es a veces mayor de 50° piedras, pues ya sin la mochila a miches era más fácil.
y en esta época no tiene los matochos de pajonales Lentamente, cansados y con los pies adoloridos,
que encontramos en otras ocasiones, ahora solo fuimos subiendo formándose la fila con Roberto
estaba cubierta de una escasa hierba, que sugería en la punta, luego César, Margarita y atrás íbamos
el riesgo de caer rodando sin parar por tanto como Pablo y yo platicando, contándome de las grandes
unos 300 m colina abajo. Roberto se fue a la cabeza dificultades que tienen en esos recónditos lugares,
en el descenso, sacándome como 150 m de ventaja especialmente cuando se enferman, porque no hay

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ayuda de ningún tipo. El hombre me simpatizó DE MONTAÑA (así con mayúsculas), a quien le
estableciendo con él una buena relación; le prometí tenemos una especial afección y admiración, es
prepararle un lote de medicinas que él pudiera de esas personas a quienes se les transparenta la
manejar en caso de necesitarlas y que se lo daría en bonhomía en la piel. Lo triste es que en cualquier
la primera oportunidad que él tuviera de llegar a la momento podemos dejar de verlo por su precaria
capital. situación económica, su avanzada edad y su muy
vulnerable condición de salud. Nos despedimos de
Cuando eran las 16:45 horas (1:45 h desde Las él reconociéndole su espontánea disposición para
Vegas, y 8:00 h desde el último campamento en la acompañarnos, aunque no fuera durante todo el
montaña), llegamos a El Aguacate; por cierto que los trayecto, pero su imagen sí anduvo con nosotros
demás habían llegado como 20 minutos antes. Don siempre.
Toño estaba allí esperándonos desde hacía tres días
tan amable y sonriente como siempre. Salimos a la “ruta” (recordemos que así le llaman los
lugareños a la carretera CA9), llegando al Rancho
La familia de Don Carlos, “el encargado del donde era obligada la parada para engullir una
campamento El Aguacate”, nos ofreció un delicioso deliciosa tortilla con pacaya envuelta en huevo y
plato de frijoles parados con chile y exquisitas otra con chile relleno, y por supuesto acompañadas
tortillas “acabaditas de salir del comal”, de las que no de una cervecita bien fría, como justo premio al
se pueden comer en cualquier parte; además café y esfuerzo realizado. De allí partimos a la capital a
pan dulce. Al terminar de comer todos nos dimos donde llegamos a las 23:15 horas sin novedad.
un reparador baño con agua fría, que traen entubada
desde un nacimiento en las laderas del cerro El El comentario que merece este segundo intento, se
Siglo, y ya con otra ropa y sin “aquel olor de cuatro refiere a que si bien es cierto no pudimos una vez
días de edad”, acomodamos nuestros tepalcates, más lograr la cumbre de la escurridiza La Cucaracha,
agradecimos a Don Carlos su hospitalidad y siendo no por eso dejó de ser una preciosa, gratificante y
las 18:45 horas enfilamos hacia nuestras casas con la exigente actividad montañista, ya que fueron tres
doble sensación: por una parte de frustración por no noches y cuatro maravillosos días, abundantes en
haber logrado una vez más la cima de La Cucaracha, experiencias únicas en una emblemática sierra.
pero por otra la satisfacción de haber efectuado una Además, y lo más importante, nos sirvió para
actividad montaras llena de agradables experiencias. mantener viva la ilusión por alcanzar en un futuro la
¿Qué montañista no desearía escalar El Raxón cumbre de la esquiva La Cucaracha, porque pudimos
como nosotros lo habíamos hecho, y sin haberlo conocer puntos de referencia muy importantes y la
planificarlo? Es un privilegio solo para unos pocos. orientación exacta, que nos servirán para planificar
De regreso pasamos sin dificultad por “el derrumbe de una vez por todas la incursión final para lograr
de la vergüenza” y ya de noche pasamos por la puerta esta cumbre, y además pudimos establecer contactos
de la Constancia y más adelante por El Chico, donde con las personas que nos podrían ayudar como
se quedó César previa remuneración por su valiosa porteadores en ese futuro intento.
ayuda, aunque no nos impresionó mucho por su
choyuda pasividad, poca iniciativa y en fin con
poca participación más allá de su papel como buen
porteador. Pues bien, seguimos camino al Jute donde
dejaríamos a Don Toño; él sí es otra cosa, un hombre
admirable, UN BUEN AMIGO Y COMPAÑERO

185

Tercer intento
(29, 30 y 31 de enero del 2000)

“Que triste que hayan quienes cruzan el bosque y solo ven en el, leña para el fugo”
Leon Tolstoi

Teniendo siempre presente los dos fallidos intentos una mala logística en el caso de un eventual nuevo
anteriores por poner pie en la cima de La Cucaracha, fracaso, salí el sábado 29 de enero a las 4:00 horas
logro que ya se había convertido en un reto casi para una aventurada enmontañada de tres días, con
personal entre la montaña y yo, llevé a cabo la suficiente agua, bastimento, el equipo básico para
“convocatoria” entre los miembros del grupo para acampar y una enorme mochila llena de ilusión y
un tercer asalto, como si se tratara de una pelea de determinación. Ninguno por supuesto conocíamos
box, con la firme convicción de que esta vez sí saldría la cumbre en cuestión, pero Pablo conocía la región
vencedor; sin embargo por diferentes razones por haber vivido en Las Vegas (donde lo conocí hacía
ninguno de los amigos se pudo “apuntar” esta vez, ya dos años cuando efectuamos el segundo intento),
por lo que ya con toda la logística y la estrategia y yo había estado tres veces en el vecino Raxón, en
minuciosamente planificadas, decidí hacer el viaje el cerro 1911, en El Siglo, y en fin, por toda el área
solo yo, acompañado de dos porteadores: uno de de la sierra donde está La Cucaracha. Pues bien, pasé
la aldea El Jute: Pablo Vásquez Alonso (sobrino de por el permiso a MEASA, luego por Pablo al Jute y
Don Toño), y el otro de la pequeña aldea El Chico: por Rigoberto al Chico y enfilamos hacia las fincas
Rigoberto Sagastume. Para el caso había viajado el Jabalí y La Constancia. Finalmente nos dirigimos
ocho días antes al Jute para hacer los arreglos al campamento El Aguacate por un camino en malas
necesarios tanto con estas personas, como con la condiciones, por zanjas y hundimientos que lo
empresa MEASA para obtener el permiso de paso estrechaban justamente al ancho de nuestra Nissan
por sus fincas. y que nos ponían en peligro de embarrancarnos.
En el tramo de El Siglo a El Aguacate tuvimos
En esta ocasión recibí la triste y frustrante noticia las magníficas vistas del Raxón y La Cucaracha,
de que el grupo de Cobán, el que también ha desde donde “escogimos” el posible filón que
incursionado por El Raxón y sus alrededores, debíamos seguir durante el ascenso, evaluando las
ya había subido a La Cucaracha, noticia que me hondonadas y los deslaves que serían buenos puntos
entristeció al pensar que todo el esfuerzo realizado de referencia al ir ya sobre él. El entusiasmo creció y
por nosotros para ascenderla como primeros en solo pensábamos en acuciar la marcha en carro para
dos intentos anteriores, no había sido suficiente y iniciar la caminata lo más pronto posible.
teníamos que conformarnos con ser “los segundos”.
Por esa medalla de plata seguimos con el proyecto. Llegamos a El Aguacate a las 11:00 horas e
Sin embargo había algo que me inquietaba, y era inmediatamente nos pusimos a acomodar y distribuir
el hecho de que se dijera que ellos habían logrado en nuestras mochilas toda clase de chunches, avíos
la cumbre en un solo día..., cosa que conociendo agua, equipo y todos los etcéteras que se puedan
la región me parecía casi imposible, pero bueno… imaginar, tratando yo de salir favorecido con la que
Ya con toda planificación a manera de una telaraña fuera menos pesada, la que aun así la sentía como
perfectamente tejida, que no diera lugar a esgrimir un ropero. Iniciamos el descenso a Las Vegas a las

186

12:00 horas como siempre (esta era la cuarta vez que bajan de la montaña en invierno como afluentes
salíamos a esta hora), siendo este tramo un tanto del río, y que escalamos con mucha dificultad
pesado, ya que es un gasto inútil de energías en por el riesgo inminente de caer, debido a la gran
solo el acercamiento al inicio del filón de ascenso, cantidad de grandes y pequeñas piedras dispuestas
pues hay que descender como 515 ms.n.m., hay que muy inestablemente en la inclinada pendiente,
atravesar tres ríos y en el último se tiene uno que agravado por el peso de la mochila completa y más
quitar las botas porque irremediablemente debe aún por el tamaño, pues el movimiento del bulto
meterse al agua y luego de pasar, secarse los pies al ir caminando obliga hacer un gran esfuerzo para
y ponerse de nuevo las botas; y todo esto bajo un mantener la vertical en esas condiciones, esfuerzo
sol ardiente y temperatura de 39°. Luego de 1:30 que se siente directamente en la columna vertebral,
h de descenso llegamos al valle de Las Vegas, un y la mía no es precisamente la de un adolecente, por
terreno árido polvoriento y lleno de matorrales lo que debía de tener doble cuidado al ir subiendo,
y zacatonales secos y lacerantes, y mucho mozote pues aun cuando lo hacíamos en forma zigzagueante
de uno tan grande, que costaba desprenderlo de la para minimizar el esfuerzo, de todos modos era muy
ropa especialmente de las medias donde provocaba inclinado. Además, a esta hora el calor era abrasador
molesto escozor. y el terreno muy seco aun yendo bajo un umbroso
encinal. Después de 1:30 h se llega a una parte más
Llegamos a los escombros de lo que fuera la casa inclinada aún, como unos 200 m antes de alcanzar el
de la finca donde vivió Pablo, quien con evidente filón, tramo donde si uno llegara a caer podría llegar
nostalgia nos la mostraba, porque inclusive hasta el fondo de la misma canaleta. Finalmente
halló zapatos viejos de sus hijos, una jarrilla toda alcanzamos el ansiado filón el que seguiríamos
despeltrada, otros tiestos de aluminio abollados, por varias horas más aunque con mucha menor
pedazos de toles y tecomates, y otros trebejos. inclinación, y donde ya empieza el bosque de
Rápidamente nos dirigimos a la base del filón que pinos y sopla el viento que pasa por aquí como un
teníamos que subir, el que está precisamente atrás refrescante chiflón. El cansancio por el esfuerzo de
de la casa, sobre la margen derecha (suroriente), esta primera parte era evidente en el grupo, por lo
del río Don Po, que aquí tiene unos 4 m de ancho, que descansamos un rato y bebimos algo. Eran las
pero que según las señas que se podían ver, su 15:45 horas y nos encontrábamos a 1595 ms.n.m.;
cauce fue rebasado durante el huracán Mitch en habíamos ascendido 460 ms.n.m. en 2:15 h. Después
más de 50 m. Siguiendo esta ribera por unos 500 del reparador descanso seguimos subiendo por la
m se llega al punto donde se deja el río, teniendo vereda natural que forma el mero lomo del filón,
frente a nosotros una ladera con una inclinación de llevando a ambos lados las dos vertientes inclinadas.
aproximadamente 45°, que da acceso como a los 500 Acompañados por la malvada zarza que rasgaba los
m de subida, precisamente al inicio de la estribación brazos haciéndolos sangrar en forma espectacular,
que ha de terminar muy arriba después de una larga llegamos a los 1875 ms.n.m. a las 16:45 horas,
serie de mesetas y filones secundarios, en la cumbre subiendo 280 ms.n.m. en solo 1 h, favorecidos por
de La Cucaracha. Como lo referimos en el intento la menor inclinación del terreno. A estas alturas
anterior, este filón en su parte más alta queda a la me sentía muy agotado. Habíamos caminado 4.45
izquierda (al noroccidente), del que tomamos para h desde El aguacate, descendiendo 515 ms.n.m. en
llegar al Raxón, perfectamente paralelo a él en todo 1:30 h y ascendiendo 740 ms.n.m en 3:15 h más.
su trayecto, pero totalmente separado de él por el Fue muy rápido, y allí estábamos gozando de las
cañón del río Don Po. Al inicio tomamos por una lindas vistas del Raxón y de su respectivo filón que
especie de canaleta formada por las correntadas que nos quedaba al suroriente, y que era el mismo que

187

equivocadamente tomamos en el intento anterior. un huevo duro; ellos frijoles, huevos duros, pan y
Aunque era temprano aún, decidimos acampar café endulzado con rapadura.
para aprovechar la luz del día y descansar bien para
encarar el segundo día que esperábamos sería muy Dejando el campamento armado porque
duro. Así lo hicimos, Pablo y Rigo fueron a traer suponíamos que podríamos regresar el mismo día
un tercio de leña para encender la fogata y unos después de lograr nuestro objetivo, preparamos
palmitos para comerlos asaditos a las brasas; yo armé solo dos mochilas de asalto llevando bastimento y
mi tienda y seleccioné algo entre el bastimento para líquidos para un día, iniciando el ascenso a las 7:00
la cena, compartiendo con ellos unos sándwiches, horas muy lentamente, pues la inclinación a partir
sopa, café y pan dulce, y por su parte ellos conmigo del campamento era más marcada. A los 1960
unas ricas memelas con frijol que llevaban. Después ms.n.m. encontramos una meseta como de 30x15
de la cena como a las siete y pico, platicamos un m donde había una gran cantidad de leña y era
rato, notando en ellos el entusiasmo que tenían por un buen sitio para hacer campamento la siguiente
alcanzar la cumbre, lo cual alimentaba grandemente ocasión que viniéramos por estos lares, ya que de
el mío. Durante un buen rato nos tendimos boca aquí en adelante ya no hay otro lugar como este. Se
arriba en el suelo en la más absoluta tranquilidad, sigue el ascenso por el interminable filón, al cual
con el suave arrullo del viento, el delicioso olor a se le van uniendo otros filones más pequeños que
pino y admirando un cielo totalmente despejado confluyen en dirección ascendente, y que pasan más
como pocas veces se tiene oportunidad de ver; con o menos desapercibidos yendo hacia arriba, pero
millones de estrellas y galaxias que con la cúpula que ya bajando si no se pone atención uno puede
formada por el dosel del bosque, daba la impresión tomar alguno de ellos desviándose del filón correcto
de estar dentro de una fantástica burbuja llena de pudiendo ir a parar en lo profundo de uno de los dos
luces, algo verdaderamente hermoso. Después de cañones laterales. Con esto en mente yo iba dejando
meditar sobre el privilegio que teníamos de gozar de mis acostumbradas señas en los árboles, aunque por
tanta belleza, nos comimos unos deliciosos y tiernos supuesto Pablo por su experiencia campirana las
palmitos asados en las brasas, condimentados con consideraba innecesarias. En esta parte del ascenso
limón y sal que fue el plato exquisito de la noche, Pablo y Rigo vieron un pizote que se lanzó de un
parecían mantequilla deshaciéndose en la boca. árbol desde unos 5 m de altura para perderse raudo
Los muchachos se comprometieron al regreso, y veloz por el bosque de pino y encino, yo vi una
enseñarme cómo se sacan estos palmitos, pues yo preciosa serpiente sabanera que se me pasó entre los
pensaba que todo se reducía a cortarlos de un par de pies, causándome tremendo susto. Yendo por aquí
machetazos, asarlos y comerlos...

Finalmente nos dimos por vencidos y nos acostamos, Serpiente “sabanera” a 2100 ms.n.m....
ellos vivaqueando a la intemperie solo con sus tujas
-envidiándoles-, yo dentro de mi carpa, pues una
nube de mosquitos me hacían la vida imposible y
curiosamente a ellos no. Eran las 20:25 horas. La
noche transcurrió con toda tranquilidad pudiendo
dormir muy bien. Desperté a las 5:45 horas cuando
los muchachos “empezaron a juntar el fuego”
haciendo ruidos y platicando. Me levante descansado
y entusiasmado, comí yogurt con panecillos dulces y

188

vimos también pinos que se yerguen 30-40 m de
alto, de 1 m de diámetro realmente hermosos, uno
de ellos caído probablemente por efecto del fuerte
viento, porque estaba en perfectas condiciones,
antojándose poder aprovecharlo y poder obtener
hermosas tablas de por lo menos 33 pulgadas de
ancho.

Llegando aproximadamente a los 2300 ms.n.m., el Flora en ruta a La Cucaracha.
terreno se hace más inclinado y el bosque cambia
completamente; el sotobosque se vuelve más Pablo y yo pensamos que estábamos llegando a
cerrado, hay más humedad, el suelo está cubierto de la cumbre, el corazón se aceleró emocionado y
mucha hojarasca semipodrida que forma un colchón la plática que había estado ausente de pronto se
grueso, los árboles están literalmente forrados de hizo nerviosamente presente. En el fondo de mi
musgo, hay gran variedad de epífitas: líquenes, pensamiento -sin expresarlo-, tenía la duda, pues
bromelias, tillandsias, helechos y hongos, pero lo en el mapa la cumbre se encuentra a 2986 ms.n.m.
más impresionante son los miles de orquídeas de y nosotros nos encontrábamos a solo 2400, sin
muchas formas, tamaños y colores como nunca embargo el lugar lucía como cumbre, con laderas
antes las había encontrado y menos en semejante por todos lados; aunque estaba muy cerrado por la
cantidad. neblina como para asegurarlo. Apoyando aún más la
posibilidad de cumbre, por ahí en un lugar de unos 5
Variedad de epífitas. m cuadrados, húmedo y cubierto de árboles, encontré
tres sobres de sopa vacíos, lo que me indicaba que el
grupo de Cobán también había llegado allí a 2460
ms.n.m., pues por los alrededores no había ni el
más mínimo vestigio de rastro humano reciente, ni
antiguo. Con este escenario tratamos de seguir “un
poquito más”, chapeando con dificultad para hacer
una brecha hasta llegar a los 2475 ms.n.m.; luego
notamos que empezábamos lentamente a bajar,
por lo que unos metros adelante, sobre una maraña
alta de arbustos y raíces, decidimos tomarnos “¡la
foto de cumbre!”, porque asumimos que era la
parte más alta, por lo que obligadamente tenía
que ser la cumbre de La Cucaracha…, avanzamos

189

como 20 m más y de pronto una fuerte ráfaga de Pablo estaba muy triste a su manera, pues aunque lo
viento arrastró la neblina, dejando ver para nuestra logrado hasta el momento le significada un estatus
tristeza y frustración; una especie de filoncito en especial entre los miembros de su comunidad,
suave descenso como de unos 250 m de longitud, pues nadie en el Jute había llegado hasta aquí, sería
que llegaba finalmente a la base de la montaña, cuya muy diferente si hubiéramos alcanzado la cumbre.
cima estaba a unos 400-500 m más alto que donde Cabizbajos y cogitabundos regresamos al punto
nos encontrábamos. El altímetro y el mapa no nos donde encontramos las bolsas vacías de sopa, que
mentían, esa era la verdadera cumbre, la que aún era el punto hasta donde el grupo de Cobán había
nos faltaba por escalar… llegado; allí escribí mi reporte donde indicaba los
detalles de nuestro intento, dejando constancia de
Eran solo la 11:35 horas y Pablo estaba muy que no habíamos llegado a la cima, pero sí estado
entusiasmado y quería seguir para llegar a la a pocos metros de la base de la montaña. Dejé muy
cumbre, Rigo aunque no con la misma convicción, claro que estábamos completamente seguros de que
decía que él haría lo que nosotros decidiéramos y a nadie había subido a esa cumbre, pero que el grupo
mí me tacaba tomar esa decisión. Me encontraba de Cobán y el nuestro eran los únicos que lo habían
triste y frustrado; el desgaste había sido mucho pero intentado. Protegiendo el reporte con una bolsa de
me sentía físicamente bien, pero me di cuenta que plástico lo dejé colgado en una rama a la vista, para que
solo nos quedaba agua suficiente para regresar de fuera hallado fácilmente por cualquiera que llegara
donde estábamos, no teníamos comida suficiente y después de nosotros. Tomamos algo, comimos pollo
no sabíamos lo que podríamos encontrar en lo que y salchichas, y después de platicar y descansar un
nos faltaría por escalar, lo cual no era precisamente rato y siendo las 12:00 horas en punto, iniciamos el
un filón, sino la ladera de una empinada montaña. descenso por la “carretera” de brecha que habíamos
Un cálculo a priori me indicaba unas 6-7 h más de abierto al subir, de manera que fue muy fácil seguir
dura caminata, sin tomar en cuenta los posibles la ruta. En el descenso Pablo se encontró con una
imponderables que pudieran presentarse y que gama (así se le llama a los becerros o cervatillos de
podrían prolongar más ese tiempo, y por si fuera poco venado en la jerga montaña), algo que le envidié
amenazaba lluvia, y para aumentar los agravantes, mucho, porque yo no la había visto. Hubo amenaza
si tuviéramos que pernoctar por estos ignotos e de lluvia por momentos, pero afortunadamente esta
intimidantes parajes, carecíamos del equipo mínimo no llegó. En algún lugar más adelante también vimos
para pasar la noche, porque habíamos subido solo el Raxón por su cara norte, llegando a distinguir en el
con mochilas de asalto. collado del cono, el gran pino seco y solitario donde
le tomé la foto al águila en mi primera ascensión a
Tomando en cuenta todas estas razones tomé la más ese cerro en 1995, separados de ese callado por una
sensata decisión: abortar el intento y bajar. Echar enorme hondonada como de 3 km de distancia. En
marcha atrás después de todo el esfuerzo físico y solo 2:45 h estábamos en el campamento (7:45 h de
mental realizado, viendo el objetivo de la expedición actividad ese día), y aunque por lo temprano de la
a solo 400-500 m de distancia es algo muy difícil de tarde hubiera sido factible levantar el campamento
hacer, cuando se tiene tanta ilusión de alcanzar una y bajar quizás hasta Las Vegas, preferimos no
cumbre tan deseada. En ese momento vino a mi hacerlo por lo peligroso de la inclinación que hay
mente lo que me sucedió en el intento fallido a la para descender a la canaleta. Decidimos descansar
cumbre del pico Aconcagua en Argentina, donde tranquilamente, hacer una buena fogata, ir a sacar
me quedé a 400 ms.n.m. de la cumbre; aunque aquí unos palmitos y preparar la “cena de despedida”
fue por otras razones que algún día serán revelados... con frijoles colorados con chorizo, sopa, café, pan y

190

totopostes que los muchachos habían guardado para árboles y si uno llegara a caer, podría rodar por
el final de la caminata, y por supuesto los deliciosos decenas o centenas de metros sin detenerse, porque a
palmitos chalambriados cerca de las brasas, que ambos lados del filón existían precipicios profundos.
fueron la exquisitez de la cena. Platicamos mucho El ancho del filón antes de llegar a la parte inclinada,
comentando todo lo sucedido y planificando desde varía entre 5-8 m, siendo las vistas a ambos lados
ya para un futuro cercano, la incursión final que nos muy bellas por los enormes farallones y acantilados,
llevará a la cumbre, solo que esa vez dispondríamos y las vistas de los ríos en el fondo de cada cañón. El
de tres días para subir y dos para bajar, con dos cielo totalmente despejado y un sol calcinante.
campamentos intermedios y doble cantidad de agua;
porque ahora ya sabíamos que en esta montaña -por Con extrema precaución fuimos bajando y aún
lo menos en esta época-, no la había, tal como lo así en un momento tuve un resbalón, pero
habíamos supuesto. providencialmente junto a un pequeño encino
como de 5 cm de diámetro del cual instintivamente
A las 21:00 horas dispusimos acostarnos; yo no me aferré, pero quedando con la cabeza hacia
tenía ganas de armar mi carpa, por lo que esta vez abajo y las piernas hacia arriba de la ladera y con el
construimos una preciosa champa con hojas de una encino entre las piernas. Pablo corrió rápidamente
especie de manaca para quedarnos jateados los tres. colocándose abajo de mí por si acaso seguía cayendo.
Por momentos caía una tenue llovizna y la noche era Aunque el incidente sí fue potencialmente peligroso
más fría que la anterior. yo me mantuve tranquilo, tal vez porque me sentí
seguro con el arbolito en la mano, de no haber sido
Despertamos el lunes 31 de enero a las 6:30 horas así, no sé qué hubiera pasado; bueno, son cosas
dispuestos a bajar lo más pronto posible, pues ya no del montañismo que ocurren sin consecuencias y
teníamos mucho qué comer, excepto algo para el quedan solo como anécdotas para ser contadas.
desayuno y poco menos para comer en el camino.
Levantamos campamento que es la parte triste y Durante el descenso tomé fotos que demuestran lo
un tanto desagradable, porque se hace cuando uno inclinado y escarpado del terreno y lo bello de las
ya está cansado, y además significa el adiós a un vistas hacia Las Vegas con el río Blanco serpenteando
hermoso lugar en la montaña donde vivimos una por el valle. Seguimos bajando hasta entroncar justo
preciosa experiencia. con la vereda que llega a la vieja casa de Pablo, a
donde llegamos a las 10:40 horas después de 3:05 h
A las 7:35 horas empezamos a bajar el último tramo desde el campamento. Sin detenernos continuamos
de nuestra caminata por el mismo filón de ascenso, hasta el río donde nos teníamos que quitar las botas.
sin embargo como a la hora de camino Pablo sugirió El calor era sofocante y la sed enorme, por lo que los
que bajáramos por otro filón que él conocía, que tenía muchachos tomaron agua del río y yo un poquito
la ventaja de acortarnos distancia, es decir tiempo, de gaseosa que aún me quedaba. Decidimos tomar
aunque la parte final era más inclinada y peligrosa; un baño en ese río con una agua tan fría, que no
dándome a elegir opté por el camino corto. Pablo la soporté por mucho tiempo, pues sentí los pies
iba preocupado por mí, nervioso me preguntaba a congelados a los cinco minutos y me costó decidir
cada poco cómo me sentía. En realidad muchas veces a meter el resto del cuerpo, y no era solo yo, lo
hemos descendido por laderas parecidas, además yo mismo le pasaba a Pablo y a Rigo; dejé que ellos
me siento muy tranquilo y seguro bajando, aunque a tomaran la iniciativa y luego me sumergí, siendo
decir verdad esta ladera sí era muy inclinada -más o esta experiencia fluvial un verdadero trauma físico
menos 50°-55°-, además en algunas partes no habían y psicológico..., después me salí yerto de frío y me

191

cambié esa ropa que tenía dos días y medio de edad, y para obtener lo comible. Para demostrármelo él sacó
por lo tanto con un “sutil” tufito sui géneris… Tengo tres y yo uno con gran esfuerzo, trayéndomelos a
que reconocer que el baño me reanimó. Comimos casa junto con un tercio de leña que me regaló en su
de lo poco que nos quedaba y luego emprendimos casa, para asarlos al puro estilo de montaña. Luego
el largo ascenso a El Aguacate tranquilos, despacio de dejar a Rigo en su casa seguimos al Jute para
y descansando. Eran las 12:00 horas y el sol en su dejar a Pablo, agradeciéndole como siempre su gran
zenit nos quemaba inmisericorde. A los 45 minutos ayuda y quedando formalmente comprometidos
de caminar el cansancio era mucho haciéndose la para llevar a cabo no un intento más, sino el acenso
marcha lenta, con cada paso se levantaba un polvo definitivo a la famosa Cucaracha en el próximo
fino de la vereda que entraba por boca y nariz y que mes de mayo, para evitar las lluvias del invierno y
con el calor aquello era muy desagradable. La subida el excesivo calor del verano. Me dirigí a la capital
se vuelve eterna y finalmente después de 2:45 h desde a donde llegué siempre con una doble sensación:
el río y 5:50 h desde el campamento (eran las 13:25 triste por no haber conseguido la cumbre, y muy
horas), llegamos a El Aguacate donde nos esperaba optimista porque ahora si tenía muy bien definida
nuestra querida Patrol “con las llantas abiertas”… la ruta a seguir para lograr el éxito, y la logística
dirigida especialmente al tema de llevar más agua,
Procedimos a acomodar la retahíla de tiliches bastimento y hacer la caminata en cinco días. Lo que
rápidamente y en el tramo de camino entre este más elevaba mi ego de subirmontes, era el hecho de
campamento y la horqueta del Siglo, Rigoberto , tal estar seguro de que NADIE AÚN había alcanzado
como me lo había prometido me enseñó el tamaño esa enigmática, mítica y escurridiza cima, por lo que
que debían tener las plantas de palmos (palmito), todavía teníamos la preciosa oportunidad de ser los
para que fueran “buenos para comer”, cuánto de tallo primeros...
se descubre del suelo, y hasta dónde se debía de cortar

Sacando un palmito.

192

Cuarto intento
(23 de febrero del 2000)

“Es increíble que la naturaleza pida ayuda a gritos, pero más increíble es que nadie la escuche”
Anónimo

Habiendo efectuado el tercer intento hacia tan solo vehículo dejándolo listo la noche del 22. El miércoles
23 días -del 29 al 31 de enero recién pasado-, me 23 desperté a las 4:30 horas pero no sintiéndome
propuse prepararme para lo que sería la última y nada bien ni física ni anímicamente, no me pude
definitiva ascensión a la montaña La Cucaracha en levantar sino hasta las 5:30 horas totalmente débil
la Sierra de Las Minas, para lo cual me había puesto y sin deseos de nada, mucho menos de intentar un
de acuerdo con Pablo, quien me acompañaría junto esfuerzo físico como el que estaba por hacer, sin
a otros dos compañeros que estarían por definirse. embargo tenía que cumplirles a los muchachos, y
Me alimenté bien, descansé y me ejercité con salí. Durante las dos horas que duró el viaje hasta El
disciplina para sentirme en las mejores condiciones Jute en Zacapa, tomé la sensata decisión definitiva
físicas y anímicas; estaba realmente entusiasmado, de no efectuar el intento, por el alto riesgo para mí
ilusionado, motivado y absolutamente seguro y la gran responsabilidad para Pablo y compañeros
de que esta vez sí alcanzaría el anhelado objetivo. si yo me agravara durante el viaje, deshidratándome
Preparé también mi camioneta, que esta vez iría severamente y ameritando tratamiento médico de
recién revisada, conseguí con antelación el permiso urgencia.
de paso en la empresa MEASA, tenía el agua y los
alimentos milimétricamente calculados, así como la Llegué a casa de Pablo con más de una hora de
caterva de etcéteras que componen el equipo. retraso, donde me esperaba con los otros muchachos,
viéndole a él la cara de alegría al ver acercarse
Aunque en principio habíamos decidido con Pablo el carro. Luego vino el momento triste, difícil y
que llegaría el miércoles 16 de febrero, lo llamé por frustrante, pues al explicarles toda la situación,
teléfono para decirle que sería hasta el próximo Pablo la entendió y comprendió bien, pero percibí
miércoles 23 por compromisos profesionales que las otras dos personas contratadas no, y como
ineludibles. Con toda la infraestructura ya lista, no me conocían podían pensar que todo era una
súbitamente empecé a padecer de problemas farsa adrede para no cumplir el compromiso. Por un
gastrointestinales el sábado 19, que creí los superaría momento y por la ilusión que me producía el estar
en dos o tres días; sin embargo no fue así y por el “cerca” del objetivo, sentí la duda de si no podría
contrario me fui deteriorando progresivamente. en efecto intentar la osadía; sin embargo jamás me
El martes 22 tenía que decidir, tomando en cuenta arrepentiré, y es más, siempre me congratularé de
que Pablo y las otras personas apalabradas estarían haber mantenido la decisión y no haber cedido a
listas para acompañarme. Así las cosas decidí hacer mis más vehementes deseos de subir La Cucaracha,
el viaje aun cuando no me sentía muy bien, pues arriesgando seriamente mi salud. Pagué lo pactado
tenía que cumplir mi palabra porque ellos tal vez a los porteadores y a Pablo quien no lo quería
habían dejado de hacer otra cosa por cumplir recibir, pidiéndoles disculpas y asegurándoles que el
conmigo. Todo para que siguieran confiando en mí proyectado viaje estaba formalmente en pie para en
para futuras expediciones. Preparé todo y cargué mi cuanto yo estuviera completamente bien de salud,

193

y que me comunicaría de inmediato con Pablo para montaña en esos momentos. Para acortar este relato
ultimar los detalles. solo diré como colofón, que finalmente consulté
a un estimado colega porque me deshidraté tanto,
Me despedí y tomé el camino de regreso dejando que tuve que ingerir seis litros de suero oral, llevar
a todos mis bártulos con “los colochos hechos”. una dieta especial y tomar un agresivo tratamiento
Durante el trayecto igual que en la ida, me fui antibiótico combinado, para combatir una doble
pensando en lo ingrato que había sido conmigo el infección/infestación por salmonella y amoeba,
“destino”, al negarme en forma reiterada realizar uno que me mantuvo postrado en cama por cuatro días.
de mis más anhelados deseos como montañista, o A partir de mi frustrado viaje y luego de mi total
quizás Tzuul Tak´a me estaba poniendo una prueba recuperación, empecé los arreglos para el siguiente
de buen raciocinio. En cualquier caso, a manera intento, el cual planifiqué para finales de marzo,
de una justificada razón, fue precisamente durante pues no quería que se me “enfriara” la ilusión, ni se
el regreso cuando me fui sintiendo cada vez peor borrara la buena brecha que habíamos abierto en
y al llegar a casa, solo di gracias por no estar en la enero.

Quinto intento
(29, 30 y 31 de marzo y 1 de abril del 2002)

“No es el hecho que solo yo sepa que estaré vivo cuando muera, sino que todos sepan que morí
después de haber vivido”
Carlos Beteta

Tan pronto como me recuperé de la zarandeada allá, en los cerros y montañas dónde El Señor Tzuul
que me pegó la enfermedad gastrointestinal, retomé Tak´a me ha dado su permiso para endar. Este bello
el interés de volver a intentar la conquista de La deporte, hobby, afición, pasatiempo o como usted
Cucaracha; aunque debo de confesar que siempre quiera llamarlo, es el que me ha permitido entrar en
con algo de temor porque uno jamás puede asegurar el más íntimo contacto con la Naturaleza en todas
el éxito en actividades de montaña, porque se está sus expresiones y a la vez, tener las más maravillosas
enfrentando nada menos que a la misma Naturaleza vivencias y poder demostrarme a mí mismo de mis
y los imponderables son muchos. Sin embargo, capacidades, debilidades y limitaciones; dándome
en mí yo interno existía el sentimiento del reto también la oportunidad de valorar la amistad, la
conmigo mismo, el desafío por lograr lo que en lealtad y la disposición de compartir con reciprocidad
cuatro ocasiones se me había negado, y para lo cual con mis compañeros de andadas.
estaba plenamente consciente de que se trataba
de una de las más difíciles expediciones que había Por todo esto me sentía comprometido a lograr
intentado en mi vida como trotacerros y que además el objetivo: ESCALAR LA CUMBRE DE LA
podría ser la última, uno nunca sabe... Por otro lado CUCARACHA.
mi interés ahora tenía otro ingrediente, y es que
deseaba que este ascenso fuera mi propio regalo de Físicamente me encontraba en muy buenas
cumpleaños número 65 y el premio a mis más de 43 condiciones, psicológicamente un tantito temeroso,
años (a la fecha) de andar hurgando por ahí y por y mentalmente consciente de que podrían ocurrir

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imponderables que me podrían volver a negar mi modos sentía mi mochila muy pesada. Llevábamos
anhelado propósito. en total 39.5 litros de agua (equivalentes a 13 L por
persona o 3.25 L por día), de los cuales Marco Tulio
Previa comunicación con Pablo para definir los cargó 25 durante la mitad del recorrido, Pablo 9 y yo
detalles del viaje, salí de mi casa el miércoles 19 7.5 litros; pero en cambio Pablo y yo llevábamos la
de marzo siendo las 6:16 horas. Tuve la suerte de comida y nuestros propios bártulos.
transitar por la carretera con toda tranquilidad
pensando y repensando, haciendo cálculos de tiempos Por teléfono Pablo me había dicho que el camino
de ascenso, porciones de alimentos y especialmente de El Aguacate a Las Vegas lo habían empezado a
del agua disponible y otro gran número de etcéteras. arreglar pero que aún no habían llegado al primer
Llegué a Usumatlán (kilómetro 111.5 de la carretera río, por lo que por seguridad opté por dejar mi
CA9), a las 8:26 horas, a una altitud de 350 ms.n.m. vehículo en El Aguacate y siendo las 12:00 horas
y 27.1°C a la sombra; me dirigí al Jute 4 km adelante (una vez más a las 12…), iniciamos el descenso a pie.
ya a 390 ms.n.m. y 28°C. Recogí a Pablo quien me Habíamos caminado como 1 km dándome cuenta
esperaba entusiasmado, pero con la mala noticia de que el camino estaba en muy buenas condiciones
que Gilberto (el otro porteador apalabrado), no iría como para haber venido en el carro, aunque lo
con nosotros por compromisos de trabajo de última tuviéramos que dejar poco antes del río pues sería
hora, por lo que solo nos acompañaría Marco Tulio una opción que nos ahorraría como una legua de
Rodríguez quien ya nos esperaba en El Chico, a camino, equivalente a 1 ½ hora de caminata al venir
donde pasamos a recogerlo a las 9:21 horas, a 1085 de regreso, cansados y subiendo. Aun sabiendo
ms.n.m. y 29°C para continuar a La Constancia ya que el vehículo se quedaría allí solitario durante
a 1690 ms.n.m. y temperatura ligeramente más cuatro días, pero seguros de que por ahí no pasaría
agradable (28°C), porque empezábamos a meternos nadie en ese tiempo, y en todo caso se lo podíamos
al bosque de pino. Desde aquí se veían los cerros La recomendar al administrador de El Aguacate para
Bandera Perdida y La Ventana, los cuales ya estaban que estuviera atento por si alguien pasaba por el
en la agenda montañista para un futuro. Subiendo campamento en esa dirección, decidí regresar por
y subiendo por camino en regulares condiciones mi fotingo, lo cual fue la más atinada decisión, pues
pero con doble tracción, llegamos al collado del el camino estaba en buen estado, habiendo liberado
cerro El Siglo a 2300 ms.n.m. a las 10:11 horas y con el paso donde habían ocurrido tres deslaves y dos
29.9°C. Como lo referimos en anteriores relatos, derrumbes grandes durante el invierno pasado.
aquí empieza el descenso hacia El Aguacate, en
cuyo trayecto se tienen las espectaculares vistas del Llegamos al primer riachuelo que es uno de los
Raxón y La Cucaracha en toda su magnificencia. afluentes del río Santa Clara a las 13:00 horas,
Non detuvimos para tomar fotos y para diseñar estacionamos nuestra Nissan en una buena sombra
como en un enorme mapa, la ruta sobre el filón cerca de una hermosa poza, donde ya teníamos
que seguiríamos en el ascenso, poniendo atención pensado darnos un reconfortante baño al regreso.
en los principales puntos de referencia que también Comimos algo a manera de almuerzo y luego
pudiéramos identificar cuando fuéramos subiendo. tomamos nuestras respectivas cargas, iniciando la
Llegamos a El Aguacate a las 11:10 horas, a 1720 marcha a las 14:00 horas a 1245 ms.n.m. y 35.5°C.
ms.n.m.. Arreglamos nuestras mochilas y los Unos 300 m adelante se cruza el río Santa Clara
bultos con los aperos, avíos y demás telenques, que es el más grande, donde una vez más tuve que
distribuyendo la carga con mayor peso para los quitarme las botas lo cual me revienta, porque
muchachos y menos para mí, aunque de todos volver a ponérmelas del otro lado es muy incómodo

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pues es a pleno sol, sentado en piedras calientes como 100 m para llegar al lomo del filón decidimos
esperando que se me sequen los pies y que no me usar una cuerda para ayudarnos, Pablo se adelantó
quede nada de arena entre los dedos, para que no para irla amarrando a los árboles para que después
me causen llagas durante la caminata. Caminando nosotros fuéramos subiendo agarrándonos de ella;
ya por el valle platicamos con Pablo de la ventaja que esta técnica nos ayudó mucho, dándonos mayor
tendría no subir al filón por la canaleta de las grandes seguridad principalmente a Marco Tulio, pues si él
piedras, por donde lo habíamos hecho la última llegara a caerse y el tambo de plástico cinco galones
vez, sino tratar de alcanzarlo mucho antes, es decir, de agua que traía se rompiera, allí mismo terminaría
a poca distancia de lo que fuera precisamente la la expedición.
casa de Pablo, pues en esa forma al “montarnos” más
rápido al filón nos ahorraríamos valiosas energías. Después de 3:41 h alcanzamos el ansiado filón a
Así lo hicimos, y al poco tiempo nos dimos cuenta 1635 ms.n.m., eran las 5:41 horas, habíamos subido
que no era tan fácil, pues aunque la distancia para 390 ms.n.m., más o menos 100 ms.n.m. por hora,
llegar a alcanzar el filón era solo de unos 250-300 lo cual era muy lento. En el filón ya soplaba un
m, la inclinación era muy marcada (de unos 55°), agradable viento estando a solo 26.2°C. Estábamos
sobre terreno con arena suelta, rocallas y pedruscos muy cansados por las condiciones del ascenso y la
inestables, teniendo que ir poniendo los pies de lado pesada carga, doliéndonos las piernas y sedientos
y asegurando cada paso, ya que una caída por ahí sería por el esfuerzo realizado, pues hubiera sido
de consecuencias catastróficas, pudiendo uno llegar imposible parar para tomar agua y descansar. Ya en
a parar hasta el fondo de la canaleta porque habían el filón había una nube de zancudos que nos hacía
pocos encinos de dónde agarrarse. Agravando la la vida insoportable. Decidimos que por la hora
situación en ese tramo había mucha zarza la mayoría era conveniente armar campamento para lograr la
ya seca, con espinas duras como de metal, al punto luz de día que quedaba y descansar muy bien para
que yo llevando mangas largas de todos modos me seguir el día siguiente. Así lo hicimos, pero como
herí los brazos sangrando espectacularmente, pues no teníamos ánimos de hacer cena, yo solo me comí
habían lugares en que uno se quedaba enganchado los sándwiches que siempre llevo para el primer del
en las espinas, pero las condiciones del momento día, pan dulce y refresco; pero ellos hicieron una
impedían a veces poder retirar el brazo hacia fogata para calentar memelas con frijol y café; sin
atrás, teniendo que seguir avanzando y agravando embargo por las condiciones de calor, la hojarasca
las heridas. Realmente fue muy sufrido. Faltando seca y el viento que allí soplaba, me dio temor que

Subiendo desde el valle por el Caracol. Subiendo desde el valle por el Caracol.

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pudiéramos provocar un incendio forestal, que sotobosque, ahora entrábamos a un bosque tropical
en esas condiciones podría alcanzar dimensiones multifoliado, con sotobosque tupido, impenetrable,
impredecibles como catástrofe ecológica, de manera en medio de grandes árboles de pino hasta de 1 m de
que después de explicarles esos potenciales peligros, diámetro. Más abajo encontramos algunos de estos
les indiqué que apagáramos muy bien el fuego y grandes árboles caídos probablemente por fuertes
que solo usaríamos mi estufa de gas, y aunque creo ráfagas de viento que son frecuentes en los filones,
que no les agradó mucho la decisión, finalmente algunos de ellos estaban en perfectas condiciones
esperaba que la comprendieran. como para ser aprovechados, pero obviamente en
esos recónditos parajes esto es imposible, por lo que
A las 19:30 horas dispusimos acostarnos, yo en mi siguen la evolución de reciclaje natural de la selva
pequeña tienda y ellos a la intemperie. La noche virgen, pudriéndose para continuar el ciclo vital de
transcurrió con agradable temperatura y viento la flora autóctona.
suave, aunque en la madrugada soplaba con más
fuerza, se nubló un poco y así amaneció. Solo
los impresionantes gritos de los zaraguates en
diferentes lugares de la montaña interrumpieron la
tranquilidad de la noche.

Despertamos a las 6:00 horas a 15°C, los muchachos Tronco perforado por pájaro carpintero para almacenar bellotas.
hicieron su cafecito hervido con rapadura y yo tomé
un jugo, me comí un huevo duro y un pan dulce.
A las 6:55 horas del jueves 30 salimos para iniciar
nuestro segundo día de ascenso. Estaba nublado,
lo que favorecía la caminata pero impedía ver las
bonitas vistas ultramontanas. Siempre por el mismo
filón con el agradable viento que allí sopla, fuimos
avanzando en terreno inclinado de más o menos 30°-
35°, con algunos reventones de hasta 45°; el bosque
predominantemente de encinos pero viendo cada vez
más pinos y como siempre bastante zarza. Pasamos
por el lugar donde entroncamos con el otro filón en
enero pasado, siendo fácil de aquí en adelante seguir
la vereda por la señalización que yo había dejado
en los árboles, aunque Pablo la ignoraba. A las 8:33
horas llegamos al sitio del primer campamento
anterior a 1875 ms.n.m., habíamos ascendido 240
ms.n.m. en 1:38 h, más o menos a 145 ms.n.m./
hora. Se sigue el ascenso ahora solo entre bosque
de pino, pasando a la par del Raxón teniéndolo
a la derecha. Para entonces el tiempo se despejó
bastante y entrábamos a la parte donde el bosque
cambia completamente, porque después de venir
caminando entre un bosque de pinos con escaso

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A diferencia de enero cuando pasamos por este la cumbre de La Cucaracha!, donde empezaba la
mismo lugar, cuando todo estaba muy húmedo con verdadera escalada. El Reconocimiento nos sirvió
miles de orquídeas en floración, helechos, musgos, para tranquilizarnos, al convencernos de que la
hongos etc., hoy todo se estaba secando por el hondonada que había entre esa base y el punto hasta
calor; los bulbos de las orquídeas empezaban a donde habíamos llegado la vez pasada y que creíamos
arrugarse por la deshidratación, la vegetación baja, que podía ser muy profunda y difícil de pasar, no
especialmente la zarza se secaba y era más “agresiva” lo era tanto, pues era solo una pequeña canaleta,
con los caminantes, en fin, el paisaje no era tan aluvión cicatricial de una antigua correntada que bajó
agradable como hacía tan poco como un mes. A las de la cumbre de La Cucaracha. La tal “caminadita”
12:30 horas llegamos al lugar hasta donde subimos en de exploración fue un trabajo arduo a lo largo de
enero y que creemos fue hasta donde llegó también aproximadamente 300 m de distancia durante
el grupo de Cobán; estábamos a 2515 ms.n.m. y a 2:40 h y que nos llevó hasta unos 75 m ya sobre la
25.6 °C; habíamos ascendido 580 ms.n.s.m. en 5:35 verdadera ladera de La Cucaracha. Estábamos muy
h, a razón aproximada de 104 ms.n.s.m./h, que era contentos y satisfechos por el descubrimiento y por
una buena velocidad de paso en una distancia de más haber avanzado tanto, porque eso nos facilitaría la
o menos 3 km. No habiendo un lugar más adecuado marcha al día siguiente. Regresamos al campamento
para armar un campamento “decente”, nos tuvimos a las 16:10 horas para preparar la cena y descansar
que conformar con limpiar de arbustos y troncos una para el asalto final. Preparamos una suculenta
pequeña área, cuidando de dejar un grueso colchón cena, con una deliciosa sopa de pollo con verduras
de hojarasca aunque un poco húmeda. Era un mezclada con sopa de rabo de res que se cocinan
espacio semicircular como de 2x2 m pero no plano, en la misma olla, resultando una sopa muy sabrosa
sino de forma ligeramente cóncava -como un plato y diferente; además el inseparable Pollo Campero,
hondo-, con una inclinación de más o menos 8°o 10°. frijoles volteados, pan dulce, café y frutas secas.
Aquí paramos, nos rehidratamos, comimos pollo y Después de cenar platicamos, siendo acompañados
descansamos sintiéndonos muy bien. Teníamos de una ardilla que seguía nuestros movimientos
suficiente comida y agua, inclusive habíamos dejado con inquietud. Durante la plática los muchachos me
un galón en el primer campamento, para asegurar confesaron su temor por los rumores de que por esas
el vital líquido al descenso. Nos acostamos un montañas rondaba un tigre, que según decían había
rato aunque no totalmente estirados, pues el área atacado a un cazador hacía unos dos meses, y que
disponible como he dicho era muy reducida. ellos pensaban que la forma de ahuyentarlo era con
una fogata encendida durante toda la noche, lo cual
Después de 1 h y siendo las 13:30 horas, decidimos como dijimos antes no era posible hacerla, por los
hacer una pequeña caminata de reconocimiento riesgos que ello implicaba; de manera que optamos
al tramo de brecha que habíamos abierto la vez por “circular el área”, tal como lo hace la policía
pasada, que eran como 200 m más adelante de para preservar de contaminación las evidencias
donde estábamos. Por cierto que aquí estaba nuestro en el lugar de un crimen. Colocamos lazos, pitas y
reporte aún colgado de la rama y el envoltorio de cuerdas para colgar de ellas las mochilas de asalto,
plástico parcialmente comido por algún roedor los costales, bolsas de plástico, envases, y todo
probablemente ardilla, pues más tarde al regresar, aquello que pudiera verse o hacer ruido al tocarlo,
anduvo una muy cerca de nosotros viéndonos con para “espantar” al famoso tigre por si llegara... A
curiosidad. Después de dos horas y cuarenta minutos esta hora empezaba otro problema: los zancudos,
de caminata, mejorando y abriendo la brecha en que poco a poco eran más y más; afortunadamente
algunos tramos, llegamos a un punto: ¡la base de experiencias anteriores me habían enseñado a

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llevar conmigo un pedazo de velo de novia, él que pies, despedían la pestilencia sui géneris de la micosis
envolviéndomelo en la cabeza impide la picadura de superficial de pies, enfermedad favorecida por el
los insectos, aunque uno tiene que acostumbrarse a uso constante de las botas de hule que condicionan
oír su zumbidito muy cerca de la cara, pero seguro el calor, la humedad y la oscuridad; requisitos sine
de que no lo pueden picar. Es una excelente opción qua non para el desarrollo de los hongos. El pútrido
para vivaquear. “vaho” que se desprendía del pobre Marco Tulio al
ir caminando era tan maloliente, que con mucha
Había otro problema: cómo y dónde dormiríamos, discreción yo le conminaba a que se fuera atrás de
porque no había espacio ni para una sola persona en mí, o bien le dejaba que se adelantara una distancia
posición completamente horizontal, solo podíamos suficiente, para que según la dirección del viento
colocarnos en posición ligeramente inclinada por este disipara la nauseabunda estela que saturaba toda
la forma del espacio y jateados de a tres. Además la montaña. Es por eso que esta condición agravó
por la altitud a la que nos encontrábamos, el viento mucho más nuestra situación cuando se acostó y
soplaba más fuerte y también hacía más frío, y en se quitó las botas, pues nuestro pequeño hábitat
ausencia de carpa teníamos que dormir juntos, ellos donde nos acostamos, se saturó de tal hedentina.
con sus tujas y yo metido en mi bolsa, y los tres Era realmente ofensivo e intolerable respirar
cubiertos con una pieza de plástico. Por si no fuera aquella pestilencia a “cadáver muerto” y muerto de
suficiente, finalmente se presentó el summun de los hacía ya mucho tiempo… Se le sugirió que fuera a
problemas, pues debido a la suculenta cena, a la cual poner las botas junto con los objetos colgados en los
los muchachos no están acostumbrados, en Marco lazos, porque estábamos seguros que su “tufo” sería
Tulio tuvo un efecto catastrófico, ya que debido a el mejor disuasivo para ahuyentar al pobre tigre,
los procesos metabólicos de la digestión intestinal, león, hiena o cualquier otra fiera que osare tan solo
esta le produjo fermentaciones anormales con la acercarse a nuestro campamento…
consiguiente acumulación de una gran cantidad
de productos catabólicos como índol, escatol y No recuerdo cuánto tiempo pasó para que el sueño
derivados sulfhídricos; gases que en forma de flatos pudiera vencer semejante situación, pero sí puedo
los eyectaba frecuentemente en forma violenta y asegurar que fue la noche más desagradable de mi vida,
sonora, con una hedentina a cadáver putrefacto entre olores nauseabundos, zancudos en cantidades
jamás reportada en los anales de la gastroenterología desesperantes, aullidos o mejor dicho terríficos
mundial, estos gases literalmente inflaban el plástico rugidos de monos zaraguates, y sedimentado a
que nos cubría, siendo tan densas las emanaciones que cada rato por la gravedad en lo profundo de aquel
creo que se hubieran podido cortar con un cuchillo pequeño “plato hondo” escogido para dormir; lo cual
para hacer una especie de ventana que le permitiera conseguí solo por períodos cortos, porque además,
a uno “salir” a respirar aire puro. Yo trataba de sacar me acosté con la incertidumbre de si lograríamos o
la cabeza de aquella especie de bolsa de plástico que no nuestro ansiado objetivo esta vez.
me asfixiaba, pues aguantaba la respiración como
si nadara bajo el agua. Para ponerle la guinda al Despertamos el viernes 31 a las 6:30 horas y
“pastelito”, Marco Tulio padecía de micosis en los decidimos no desayunar formalmente para salir lo
pies, de lo cual ya nos habíamos percatado durante más pronto posible hacia la cumbre, solo tomamos
el ascenso porque el pobre Marco Tulio emanaba un tentempié. El día era realmente esplendoroso,
un fétido olor, que no era simplemente el del sudor totalmente despejado, 21 °C de temperatura y a
de una persona que no se ha bañado en mucho 2515 ms.n.m.; era un día ideal para que fuera el
tiempo, era algo mucho más desagradable: eran sus “marco del triunfo”. Arreglamos nuestras mochilas

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de asalto con suficientes líquidos, comida, cámara encaramados unas ramas más arriba, andaban
y los indispensables machetes, y por supuesto la brincando de rama en rama tres grandes pavos de
imprescindible “serpentina de la ancha” por aquello montaña o pavos de cacho, con su característico y
de las necesidades fisiológicas mayores. Dejamos vistoso chipuste amarillo sobre el pico, los cuales
armado nuestro campamento y a las 7:00 horas en también creo que han sido los más grandes que he
punto salimos rebosantes de entusiasmo dispuestos visto. Fue una bellísima experiencia de avistamiento
a conseguir a toda costa la cima que tantas veces de la avifauna autóctona de la SM.
se nos había negado. En los primeros 150 m se va
viendo la cumbre imponente, majestuosa y como Después de reponerme de tan grata experiencia,
retándonos; esta parte que habíamos transitado atravesamos la canaleta y empezamos finalmente
ya en cuatro oportunidades, era una “carretera”, a poner los pies en la verdadera ladera de La
luego venía la parte que habíamos abierto el Cucaracha; aquí pensé para mí solito: “Si por alguna
día anterior, con unos tramos de terreno flojo, razón no llego a la cumbre, por lo menos ya puse los
trastrabillando con frecuencia, pisando por orillas pies en esta enigmática y recóndita montaña”. Era
estrechas que daban hacia la profunda hondonada, algo que anticipadamente me satisfacía y consolaba.
la que hacia arriba termina precisamente en la
base de La Cucaracha, donde ocurrió un deslave Desde el día anterior me di cuenta que mi fiel bordón
durante el huracán Mitch pero más allá de este de liquidámbar que me ha acompañado siempre,
derrumbe era un lugar muy hermoso, húmedo y en esta especial ocasión no lo podía llevar, pues el
con grandes árboles; muy agradable en verdad. En ascenso era muy inclinado y para subir necesitaba
este lugar la Madre Naturaleza me tenía reservada de los cuatro miembros, pues me iba encaramando
una inimaginable sorpresa que pervivirá conmigo por algunos tramos en “cuatro patas” o agarrándome
para siempre: oímos primero una especie de de lo que pudiera para avanzar, por lo que tuve que
suaves silbidos y de pronto aparecieron entre unos dejarlo cerca de donde vimos los quetzales. Pues bien,
caulotales una “parvada” de quetzales, porque eran iniciamos el ascenso como con 50°-55° de inclinación
10 en total. Yo había tenido el privilegio de ver en sobre terreno húmedo, con un grueso colchón de
cuatro oportunidades anteriores esta bellísima y hojarasca, selva tropical primitiva multifoliada,
emblemática ave, pero tan grandes y en ese número con muchas lianas, raíces y oquedades en el suelo
jamás; eran seis hembras y cuatro machos cuyas por lo que caminábamos con cuidado. Por lo difícil
espectaculares colas medían probablemente 1 m del ascenso la brecha la íbamos haciendo entre los
de largo con sus vivos colores como de postal y su tres: Pablo adelante medio abriendo, yo en medio
incomparable, majestuoso y elegante vuelo. Fue un mejorándola y dejando señales, y atrás Marco Tulio
momento muy emotivo, único, que hubiera querido terminando el trabajo. Tratábamos de encontrar los
compartir con mis hijos y amigos. Se posaron en un puntos de referencia que habíamos divisado desde
árbol que estaba cerca de nosotros, pudiéndolos ver el descenso a la canaleta de los quetzales, como eran
como a 5-6 m de distancia. Nos quedamos quietos y aquellos árboles que sobresalían por su tamaño
a pesar de que hablábamos -aunque muy quedito-, para dirigirnos hacia ellos. Seguimos escalando con
los quetzales no se asustaron; yo en cambio quise dificultad y mucho esfuerzo, viendo lejos aún la
filmarlos, pero el nerviosismo del momento, las claridad y el cielo azul en el borde de la montaña,
condiciones de luz ambiente y la vegetación que que era lo que nos indicaba que allí era la cumbre; la
interfería para localizarlos a través del lente de la emoción, el entusiasmo y la alegría se desbordaban
cámara me le impidieron; por lo que opté solo por con comentarios optimistas y hacían que el cansancio
observarlos embelesado. Muy cerca de los quetzales, se olvidara por momentos, pero en mi interior solo

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