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Published by Karen Solares, 2018-11-15 12:17:02

Libro v1 (baja)

Libro v1 (baja)

decía: ¡A la chucha, si todavía falta!... Después de de musgo blanco, el cual en invierno es como una
3:30 h de ascenso vimos muy cerca ya el final, siendo esponja embebida con agua del rocío y la lluvia,
los últimos 75 m los más emocionantes y difíciles, pero que hoy estaba completamente tostado por
pues había un tipo de maleza tupida y de baja altura el calor y se quebraba al irlo pisando, haciendo un
que obligaba agazaparse pasando por túneles que ruido muy característico. Al salir al final de la ladera
abríamos a puro machete. Finamente salimos a una a 2940 ms.n.m., aún nos quedaba hacia el nororiente
parte completamente diferente, menos inclinada, un altosano como de 40-50 ms.n.m. y a unos 250-
sin bosque alto, solo pinos enanos (juníperos), o 300 m de distancia, y en el trayecto unos cuantos
pinos de cumbre y la famosa especie de hiedra de pinos no muy altos que sobresalían entre el verde
cumbre como de 50-60 cm de alto muy difícil de claro de aquella alfombra de “hiedra”. Iniciamos el
cortar con el machete, que dificulta mucho avanzar, ascenso final de esa lomita con mucha dificultad
porque hay que ir como marchando, elevando las debido al famoso arbusto tantas veces mencionado y
rodillas al caminar para poder pasar por encima de la después de unos 45 minutos, siendo las 11:10 horas
maraña de ramazón, y esto es muy cansado. En una estábamos a 2986 ms.n.m. y 26.9°C de temperatura;
parte más descubierta hay en el suelo una especie era la ¡Cumbre de La Cucaracha!

Llegada a la Cumbre y vista del cerro El Siglo al fondo.

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La segunda más alta de la SM después del Raxón. complica significativamente cualquier intento sin
Mi emoción era tal que no podía hablar, estaba una perfecta planificación basada en el conocimiento
sofocado, jadeando y respirando profundamente, de la región. Por otra parte esta cima no tiene interés
con el corazón “taquicárdico”, tratando de gritar sin alguno para nadie que no fuera un loco aventurero
conseguirlo y “sin querer queriendo” dejé escapar montaras y obsesivo como nosotros.
unas cuantas tímidas lágrimas furtivas, y lo único que
hice fue darle un efusivo abrazo a Pablo volándole
la cachucha y otro a Marco Tulio, y me dediqué
a gozar uno de los momentos más maravillosos,
emotivos, significativos y gratificantes de mi vida
como viandante. Era la realización de una aventura
onírica que había tenido durante varios años.

La Cucaracha no es un cerro o un pico como el Vista del Raxón.
Raxón, El Picudo o El Siglo; es una cumbre aplanada
como de 450-500 m de largo y unos 150-200 m de Sierra de Santa Cruz al fondo.
ancho, de forma más o menos ovalada y suavemente
cóncava como una ensaladera; tiene varios altosanos Me sentía un conquistador muy satisfecho conmigo
en su superficie no mayores de unos 40-50 m de mismo, porque yo solo había diseñado la logística
altura y dos un poco más altos Es importante decir y la estrategia que me habían permitido el éxito
que esta montaña es un ancho filón rompeaguas que obtenido, no necesitaba lúdico lauro alguno, era
divide exactamente las dos vertientes: al nororiente solo eso: haber logrado lo que al principio era una
la de la cuenca del río Polochic y al suroccidente la utopía. Estaba feliz por la significación que tenía esta
del valle del Motagua. Las vistas desde esta cima son
así: al sur el valle del Motagua, hacia el norte el cañón
del Polochic y la Sierra de Santa Cruz, al oriente el
cerro Raxón y al occidente el cañón de Teculután
y el cerro El Siglo; pudiéndose ver muchos cerros
más que traté de identificar como el Palomas, el
Santo Toribio, El Mululjá, el Xucaneb y otros;
aquello era toda una experiencia fantástica y allí
estaba yo, al fin en la cumbre de la misteriosa, ignota
y esquiva Cucaracha, con la absoluta seguridad de
que éramos los primeros seres humanos en pisar
esa cima. Nadie antes que nosotros había visto lo
que nosotros estábamos viendo en esos momentos,
porque por 8 o 9 km a la redonda no había habido
jamás, ni había en estos momentos ni una alma
en pena, ni con, ni sin su respectivo cuerpo; solo
estábamos nosotros con nuestras propias almas.
Esto lo asegurábamos basándonos en dos hechos: en
el grado de dificultad del ascenso, y el que no haya
disponibilidad de agua en todo el trayecto; lo que

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ascensión a mis 65 vivarachos añitos y que por tanto (nos había tomado 3:40 h para escalar ese tramo),
la consideraba como mi mejor regalo de cumpleaños. donde nos reencontramos con mi querido bordón.
Tomé fotos, me senté a escribir el reporte que ahora Luego venía el ascenso de la parte entre esta base y
tenía una significación muy especial y lo dejé muy el campamento, la cual estaba ya muy bien trillada.
bien envuelto en cinco capas de plástico y colgado A las 14:29 horas llegamos al campamento después
en la rama de un pino que sobresalía en el borde de 2:09 h desde la cumbre(nos había llevado 4:10 h
de la parte noroccidental de la cumbre. Luego ya para subir desde aquí), y como ya teníamos todo más
tranquilo, aunque sin realizar en su total dimensión o menos ordenado, solo recogimos y distribuimos
lo que para mí era esa hazaña, comí sándwiches y la carga decidiendo aprovechar la tarde para bajar
bebí refresco con los muchachos para reponer algo lo más que pudiéramos, pues ninguno de los tres
de energías, en medio de los consabidos comentarios queríamos pasar otra “nochecita” como la anterior.
satíricos sobre la rompida que habíamos llevado para
conseguir este logro. Después de 1:10 h de estar en la Continuamos el descenso solo 11 minutos después
cumbre (eran las 12:20 horas), iniciamos el descenso de haber llegado (14:40 horas). Con la euforia que
que es cuando nuestro mencionado y “querido” aún me producía el triunfo logrado y sintiéndome
arbusto dificulta más la marcha, pues con facilidad en muy buenas condiciones bajamos a un buen paso
uno se cae hacia adelante al irse trabando entre la y en solo 2:05 h estábamos llegando al campamento
ramazón, además de darse sendos puyones con las que hiciéramos en enero a 1920 ms.n.m. Eran
ramas que habíamos ido cortando con el machete las 16:45 horas y creímos conveniente y muy
y tronchando con las manos a la subida. Más abajo justo, que después de una matada efectiva de 8:24
encontramos la “carretera” que habíamos hecho al h de caminata acampáramos en ese lugar donde
subir, dándonos cuenta de lo inclinado del terreno podríamos dormir “cómodamente”. Ahora si armé
y lo peligroso por la cantidad de raíces y hoyos en el mi carpa a una distancia prudencial de Marco Tulio
suelo, apenas cubiertos con hojarasca y tierra floja, y al rato estábamos cenando tamales, otra sopita,
pero que afortunadamente no estaba resbaloso, “solo que más sencillita” para que no le cayera
permitiéndonos irnos agarrando de ramas y raíces mal a Marco Tulio, frijoles volteados con algunos
para descender. Aquí iba añorando a mi fiel bordón totopostes que aún tenían los muchachos, pan dulce
de liquidámbar, ayudándome solo con un varejón y café, ¡ah! y como postre, “gomitas” de gelatina ya
improvisado. En 1:25 h llegamos a la canaleta de todas apachadas por el ajetreo del viaje. Fue toda una
los quetzales, es decir a la base de La Cucaracha celebración. Los muchachos se acostaron por ahí
envolviéndose en sus tujas y tapándose con la pieza
Descendiendo de la cumbre a “la canaleta de los Quetzales” de nylon que nos había servido la noche anterior,
la que por cierto quedó impregnada del “tufo” de
Marco Tulio y sus emanaciones. Ya durante la cena
habían empezado a molestar bastante las hordas de
zancudos, pudiéndolos más o menos controlar con
el repelente, sin embargo cuando nos acostamos,
yo en mi carpa y con “mi velo de novia” no tuve
problema, pero para los muchachos sí fue una noche
muy desagradable, pues entre ayes, a cada rato oía
que sacudían el nylon, se pegaban en la cara con las
manos, se levantaban y echaban mil maldiciones;
porque según me dijeron al día siguiente, verdaderas

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nubes de zancudos los atacaron durante toda la inclinación de las rocas al revés de cuando uno va
noche, hasta que empezó a clarear y soplar más hacia arriba, permite con seguridad dar los brincos
viento y se fueron calmando. Yo por mi parte hubiera necesarios. Nos faltaban solo como 250 m para llegar
descansado bien, pero entre los monos aulladores y a donde estaba nuestro vehículo y yo no terminaba
los muchachos me desperté muchas veces. El clima de congratularme por la sabia decisión de haberlo
por lo demás muy agradable, pues no tuve necesidad regresado a traer a El Aguacate para dejarlo hasta
ni de meterme en mi bolsa. Despertamos a las 6:00 aquí abajo; pues esto significó como 1 ½ h menos
horas a 1880 ms.n.m. y con 22:5°C, desayunamos de caminata cuando más lo necesitamos. Yendo bajo
algo ligero y levantamos campamento haciendo el ardiente sol, cansado como estaba y ya sin agua
ahora una distribución más equitativa de la carga, pues había consumido el último traguito de gaseosa
pues al final resulté cargando más que los muchachos al pasar el río, caminé los últimos metros hasta el
en el tramo anterior. El agua era solo la necesaria riachuelo y allí estaba mi Patrol esperándonos como
para lo que nos faltaba. Afortunadamente en ese siempre “con las llantas abiertas” como diciéndonos:
lugar atinadamente habíamos dejado un galón de ¡Ay! Pobrecitos…
reserva, además yo tenía por ahí escondiditas dos
gaseosas que me vendrían de maravilla para lo que En una bonita poza con agua muy fría pero
nos faltaba. A las 6:50 horas estábamos listos para absolutamente limpia, nos dimos un reparador baño
empezar a caminar. El final del descenso no lo y yo me cambié de ropa porque la que traía ya tenía
haríamos por donde bajamos en enero, sino por una cuatro días de añejamiento y aún tenía impregnado
canaleta formada por la correntada de agua que baja el “almizcle” de Marco Tulio. Después nos comimos
de la montaña durante el invierno; pero antes de una lata de sardinas y una de salchichas con tortillas
llegar a ella se tiene que descender una ladera con frías y mohosas que aún nos quedaban, lo que
45°-50° de inclinación por una vereda zigzagueante acompañamos con agua del río. Ya frescos y bien
que llega hasta dicha canaleta, y de allí entre piedras comidos, procedimos a arreglar nuestros telenques
y enormes rocas, llegamos finalmente atrás de lo y acomodarlos en el carro para iniciar el ascenso,
que fue la casa de Pablo. Si bien el descenso entre ahora siendo transportados cómodamente sentados.
las piedras es peligroso porque un mal paso puede Después de 23:49 h de caminata efectiva durante
resultar en un esguince o inclusive en una fractura, cuatro días (excluyendo los descansos), fuimos
también es cierto que fue mucho más rápido que subiendo hacia el collado de El Siglo, parando en dos
por la ladera. Atravesamos la planicie del valle de o tres oportunidades para admirar incrédulos desde
Las Vegas con calor de 28.7 C°, aunque yo sentía el el lado opuesto, lo que habíamos escalado en los
sol mucho más quemante, quizás porque no soplaba días anteriores. Llegamos al portezuelo de El Siglo
viento. a las 12:00 horas y luego descendimos para pasar
dejando a Marco Tulio a El Chico y luego al Jute a
A estas alturas los tres estábamos cansados, pues donde llegamos a la 13:30 horas y con calor de 33°C.
la bajada con tanto venir “frenando” y bajo tensión Pablo aún tuvo la cortesía de acompañarme como
agota mucho, además, se nos había acumulado todo el 2 km en dirección a Usumatlán, para ir a cortar
cansancio de los cuatro días de andar enmontañados mangos verdes de unos árboles que están a la orilla
y ahora que estábamos a punto de terminar el cuerpo del mismo río Jones; donde por cierto cortamos
nos pasaba su factura. Llegamos al río a las 9:45 como 200. Luego regresé para dejar a Pablo en su
horas (2:55 h de descenso), era un excelente tiempo, casa y salir a la carretera CA9 para pasar todavía a
mucho menos que lo que esperábamos. Pude pasar comprar fruta cerca de Teculután y almorzar algo
el río sin quitarme las botas, pues de regreso la por ahí para dirigirme después a la capital con toda

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calma, empezando a saborear y digerir ya en frío el genuino deseo de compartir los bellos momentos
éxito de la expedición, llegando finalmente a casa a para pervivirlos, pero ante todo con amor y respeto
las 20:40 horas. a la Madre Naturaleza.

COMENTARIO FINAL: El sentirme realizado en ese momento, no era
una velada despedida, “no estaba colgando las
Probablemente por la mal recordada y desagradable botas y tirando la mochila”, porque esperaba
experiencia vivida en el Pico Aconcagua en 1995, seguir practicando el deporte de mis amores
por no haber tenido un compañero de expedición conforme y agradecido, por el privilegio que la
como los he tenido en todo el resto de mis vida me ha concedido, al permitirme compartir
experiencias montaraces, ese intento no representa tan estrechamente con la Naturaleza todo lo que he
para mí un grato recuerdo, e inconscientemente hecho, y en el momento en que por cualquier motivo
mi mente bloquea todo lo relacionado con él sin ya no pueda seguirlo haciendo, me resignaré con la
que tenga culpa alguna la montaña. Por esto quizás satisfacción de haberme cumplido a mí mismo mis
-no lo sé con certeza-, he tratado de encontrar más caros anhelos.
retos substitutos, y así he ido acumulando una
serie de logros de montaña de variada índole, que Hoy al escribir la presente narrativa, ratifico que
me llenan de orgullo y satisfacción porque he sido después de haber logrado el ascenso a La Cucaracha,
el primero de los montañistas en llevarlas a cabo, he podido seguir caminando, encumbrando y
tales como: las caminatas de las calderas de los lagos recorriendo montañas, con la misma perseverancia
de Atitlán y Ayarza, la circunvalación del cráter del y esfuerzo que mis tiernos 83 años de edad me lo
volcán Siete Orejas, la Trilogía de la Sierra de Las permiten, pero con la misma ilusión de hace ya 58
Minas, la cimas de los cerros Verde, Capi, De los años cuando empecé como trotacerros. Toda una
Siete, Carlú, Carcel, Carlupeh, Pinalón, las cinco vida, y hasta no sé cuándo..., porque quizás seguiré
cumbres del complejo volcánico Pacaya en una sola también en la otra...
jornada, 11 cumbres más altas de los 13 sistemas
montañosos más importantes de Guatemala, y
otros más. Sin embargo, hacía más de dos años que
tenía en la mente el poder escalar La Cucaracha y
ser también el primero en lograrlo. Después de
cuatro intentos fallidos y alcanzarlo finalmente en
este quinto, es una satisfacción que no se puede
escribir tan simplemente para expresarlo en su real
dimensión. Es la satisfacción de un sueño realizado
con mucha perseverancia, ilusión, sacrificio en
tiempo, e insumiendo significativa cantidad de
dinero; pero ante todo porque tuve siempre la firme
convicción de que a mis 65 años lo podía lograr.
En este momento me siento realizado después
de 43 años de hacer montañismo y del bueno; no
simplemente el senderismo de ocasión. Es el que
se hace con sacrificio, con lealtad y el más sincero
sentimiento de compañerismo y amistad, con el más

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ASCENSO AL “CERRO MÁRMOL”

(17 DE MARZO DEL 2006)

“Para el montañista, las montañas son lugares donde con su ensordecedor silencio se distrae
y con su silencioso bullicio medita, y de donde regresa asquerosamente sucio del cuerpo, pero

inmaculadamente limpio de la mente y del alma”
Carlos Beteta

Participante: Guía: Porteador:
Carlos Beteta (71) Abraham Ramírez (35) César Augusto Cruz (32)

Año y medio atrás mi amigo montañista Oliverio compañeros del Grupo de Montañismo Tzuul Tak´a
Guerrero me contó que junto a un amigo suyo me podían acompañar en las únicas fechas en que
habían intentado ascender un cerro en la Sierra de Abraham lo podía hacer; de manera que en contra de
Las Minas, accediéndolo por Santa Rosalía Mármol, lo propugnado por nosotros, el de no ir solos a una
y que él tenía la impresión de que era más alto que El expedición, tuve que hacer todos los arreglos para
Raxón; aseveración que me sorprendió, porque por efectuar el viaje solo el día 17 de marzo hacia Santa
siempre hemos sabido que El Raxón es el cerro más Rosalía y pernoctar allí para salir de madrugada
elevado de toda la Sierra de Las Minas. Por cierto me el 18. Previamente había hecho los contactos con
dijo que en ese primer intento no pudieron llegar Abraham quien sería mi guía, pues era el único que
a la cima porque iban sin guía, y lo desconocido conocía la ruta, y con una apreciada familia de Don
de la región y lo difícil del acercamiento se los David Perdomo y su señora Doña Etelvina, para que
impidieron, no siendo sino en un segundo viaje como en otras oportunidades me permitieran llegar
cuando yendo acompañado de un lugareño de Santa a hospedarme en su casa.
Rosalía Mármol de nombre Abraham Ramírez,
pudieron alcanzar la cumbre y aunque no me dio el Saliendo el día 17 de marzo del 2006 de la capital
dato de la altitud, seguía pensando que era más alto como a las 8:30 horas, pasé primero a Teculután a
que El Raxón. Esta reiterada aseveración por sí sola casa del Dr. Hugo Castañeda (veterinario), quien
era una obligada y suficiente razón para planear una me extendería el derecho de paso para transitar por
expedición a ese cerro, el cual por cierto no tenía el camino de terracería de 12 km, que atravesando
nombre conocido y aun así se había convertido en primero terrenos de su propiedad, llega después
una obsesión onírica. a la aldea Santa Rosalía Mármol destino donde
empezaría mi aventura montaraz. Llegué alrededor
Después de obtener de Oliverio todos los datos del medio día a Chalía (así llaman los lugareños a su
necesarios para diseñar la logística del viaje, me aldea), me dirigí a casa de la familia Perdomo, porque
comuniqué con el Sr. Ramírez para planificar la como dije, con motivo de anteriores caminatas por
estrategia de la expedición durante el mes de marzo, la región me habían invitado a quedarme en su casa.
en el que según los pronósticos no llovería. Por Como de costumbre la pareja me recibió con la
una serie de justificadas razones ninguno de los amabilidad de siempre y al conocer de mis planes de

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inmediato me ofrecieron albergue y acto seguido un esperando no hubieran muchos zancudos. Aunque
delicioso almuerzo, nada menos que un suculento Oliverio me había dicho que en el trayecto habían
caldo de gallina de patio, con ese sabor único tres lugares donde nos podíamos proveer de agua,
que le da Doña Etelvina con una serie de hierbas yo llevaba 1½ litros de té frío, 2½ litros de agua
“secretas”, esas ricas yemitas de todos tamaños, pura y una gaseosa en lata dentro de mi mochila,
muchas verduras cocidas recién cosechadas, tortillas además de dos litros de agua pura que irían en una
acabaditas de sacar del comal, una rica salsita de de las mochilas grandes “por si las moscas”. Llevaba
chile chiltepe con cebolla y tomate, y por supuesto varias latas de comida, sopas, ropa de cambio,
un pichel grande de limonada bien cargada. Pero bolsa de dormir y un pequeño colchoncito de hule;
sobre todo, lo que abundaba en ese momento era la además de lámparas, navaja, machete, mi inseparable
sensación de la sincera amistad y cariño que esa pareja bordón de liquidámbar y un tanate de etcéteras. Los
me prodigaba a manos llenas, por lo que era dueña muchachos por su parte llevaban su bastimento, sus
de toda mi afección. Durante una larga sobremesa tujas para dormir, un plástico para hacer su propia
platicamos de todo y arreglamos el mundo a nuestro champa y su respectivo machete bien afilado, con su
antojo. Más tarde me indicaron la habitación que respectiva lima para irlo “reafilando” cuando fuera
con especiales detalles habían preparado para mí, necesario.
y me horizontalicé en la cama para descansar un
buen rato. Ya casi con la oscurana, Don David Me acosté como a las 20:00 horas pudiendo dormir
me acompañó atravesando toda la aldea a ultimar bastante bien. Don David me despertó a las 4:30
detalles del viaje a casa de Abraham, con quien horas, preparé todos los telenques y a las 5:05 horas
decidimos que en vista de lo difícil que pintaba la llegaron los muchachos para salir a las 5:15 horas
expedición, era mejor contratar a otra persona más cuando empezaba a clarear, no siendo ya necesarias
como porteador para cargar todo aquel catizumbal las lámparas para caminar. El día presagiaba ser
de bártulos que formaban nuestra carga, tomando despejado y soleado y con mucho calor según los
en cuenta que yo sólo podía llevar una mochila de muchachos. Los comentarios de ellos a la salida
asalto y mi equipo de fotografía. Abraham contactó eran que el cerro estaba muy lejos y que la caminata
a un amigo suyo llamado César Augusto Marroquín sería muy larga y difícil, aunque “no trataban de
quien aceptó el desafío. asustarme”.

Quedamos en salir a las 5:00 horas del día 18, Salimos el trío de trotacerros de Chalía a 960
de manera que al regresar a la casa procedí de ms.n.m. hacia el noreste, pasando primero el
inmediato a distribuir y acomodar las vituallas, el río El Portón brincando entre grandes piedras y
equipo, el agua y un montón de etcéteras dentro como 200 m adelante la quebrada El Manguito,
de las mochilas y luego tratar de ir a apachurrar las ambos finalmente se juntan para unirse así al río El
orejas y dormir lo mejor que pudiera para estar en Repollal y formar los tres el río Pasabién; después
las mejores condiciones de enfrentar el reto que me de pasar la quebrada El Manguito se camina por
esperaba a partir del día siguiente. Las dos mochilas una ladera de poca inclinación cubierta de grama
grandes pesaban más o menos 65 lb cada una, lo cual y bosque de pino, se siente viento fresco que hace
por cierto no es fácil de llevar a miches; la mía solo la caminata muy agradable mientras uno se va
pesaba unas 22 lb, más la bolsa de la cámara y demás adaptando y agarrando su propio ritmo de marcha.
avíos de fotografía. En esta ocasión traté de llevar Los muchachos caminan más rápido pero yo trato
solo lo indispensable; no llevaba carpa sino una de tomar mi propio paso para no “quemarme”. Poco
pieza grande de nylon para hacer una buena champa, a poco nos vamos metiendo en una cañada yendo

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sobre la margen occidental de la quebrada; cañada mí me llamó la atención uno de más o menos 1.80
que por el lado oriental la flanquea una montaña m de diámetro y unos 50 m de altura, un hermoso,
como de unos 200 m de altura, en una de cuyas majestuoso centenario “Señor Pino”. Encontramos
laderas tiene unas enormes formaciones rocosas también muchos pinos botados por acción del
como si fueran cascadas de piedra de unos 100 m de viento y por haber llegado en forma natural al final
altura, que se ven como grandes cornisas al vacío muy de su vida. Continuamos caminando ascendiendo y
impresionantes, estas formaciones son conocidas con descendiendo tres o cuatro columpios que desgastan
el nombre de La Peña Pelada, un lugar Ad Hoc para físicamente y como a las 3 h de haber alcanzado el
aquellos osados amantes del escalamiento de roca y filón, llegamos al punto de referencia importante
el rappel. Como a la hora de caminata se encuentran conocido como La Piedra Redonda a 2380 ms.n.m., el
unas hermosas pozas de agua cristalina de la misma cual no solo es el segundo lugar para abastecimiento
quebrada y aunque se siente el friíto de la mañana de agua (después de El Manguito), sino el último
dan ganas de meterse, pero solo ganas. Poco más lugar donde se puede acampar cómodamente,
adelante atravesamos la quebrada para caminar por pues es una enorme roca de más o menos 10-12 m
su margen oriental. El lado occidental del pequeño de altura y 20-25 m de base, en la cual existe una
cañón lo forma la cara noreste del cerro El Cerrón, especie de cueva donde pueden caber unas cinco
que prolongándose en forma de herradura al final de personas cómodamente jateadas, además de un
dicho cañón, se junta con el filón de la montaña que espacio como para hacer una fogata. Es de hacer
va hacia la Peña Pelada hacia donde nos dirigíamos. notar que la mencionada roca tenía la forma de un
Hemos caminado solo 55 minutos y desde el fondo elefante rechoncho con su respectiva trompa. Le
del cañón tratamos ahora de alcanzar el filón como tomamos foto. Habíamos caminado 6:35 h y yo ya
a 400 m de distancia, haciendo una trepada muy estaba cansado, pero como eran solo las 11:50 horas.
inclinada sobre terreno arenoso dentro de bosque Abraham sugirió que siguiéramos para avanzar un
de encino, con mucha hojarasca tostada por el sol, poco más y que al día siguiente pudiéramos asaltar la
seca y resbalosa. La frescura de la mañana hace el cumbre con menos esfuerzo; ¡sí, dijo Juan Baboso! y
ascenso agradable. Yo camino lento y los muchachos yo acepté, sin pensar cuánto sería “ese poco más”. Ya
se adelantan por momentos, pero no me apresuro. habíamos consumido bastante agua pues el calor era
La vereda más o menos marcada no ofrece dificultad intenso y transpirábamos profusamente, de manera
para seguirla, aunque si hay varias bifurcaciones que aprovechamos para abastecernos de agua allí
que si no se tiene experiencia y buen sentido de en la Piedra Redonda, teniendo que ir Abraham a
orientación con facilidad puede uno extraviarse. traerla a un manantial como a 200 m de distancia.
Seguimos cresteando por el centro de la herradura
al final del cañón, donde en la parte alta hacia Piedra Redonda o Piedra del Elefante.
donde nos dirigimos se juntan las dos montañas; sin
embargo antes hay que pasar dos o tres mesetas a
manera de falsas cumbres de no más de 70-100 m
de largo, que retardan el poder alcanzar la ansiada
primera cumbre. Después de 3:35 h de caminata
y haber ascendido 470 ms.n.m. (estábamos a 1430
ms.n.m.), finalmente llegamos al filón, descansamos
unos momentos y seguimos hacia el norte por una
vereda menos inclinada y caminando ahora entre
bosque de pino con árboles de todos los grosores; a

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Ruta al campamento. en el momento y el lugar más crítico de la marcha.
La caminata se hace lenta pareciendo que no
A partir de aquí caminamos por un filón ancho, avanzamos, vamos literalmente bañados en sudor
desde donde se ven a ambos lados montañas de pino y el agotamiento en mí va llegando al extremo.
y de selvas mixtas. Seguimos avanzando por bosque Hemos caminado ya 4 h desde la Piedra Redonda,
de pino por 2:30 horas más para entrar luego a selva que para “el poco más” que habíamos pactado ya
mixta alta y húmeda, inextricable por lo cerrado era suficiente. Al principio empecé muy sutilmente
del sotobosque donde se pierde la vereda; nadie ha a sugerirle a Abraham que fuéramos tratando de
pasado por allí desde que en el 2004 viniera Oliverio encontrar un sitio para acampar. César Augusto
y el mismo Abraham. La marcha se hace difícil y también estaba cansado mencionando a cada rato las
lenta, pasando largos túneles de guatal, verdaderos horas que llevábamos caminando. Cuando habían
paredones de raíces y arbustos de hasta 3 m de pasado 5 h yo ya no daba más, le dije a Abraham
alto, paredones difíciles de subir trepándolos con que en el primer lugar más o menos apropiado
manos, rodillas, codos, pies, dientes, uñas, hígado,
páncreas y más..., para luego caminar sobre techos Ruta al campamento.
de raíces y troncos que dejan por abajo verdaderas
cavernas, oquedades grandes y oscuras hasta de 2 m
de altura. En varias ocasiones uno se hunde en esos
techos quedando a horcajadas sobre un tronco o un
molote de raíces con las piernas al aire (poniendo
en alto riesgo la integridad de “las perlas de la
familia”…), siendo muy difícil sacarlas para volver
a incorporarse, porque no hay dónde apoyarse
firmemente. Otras veces era la bolsa de la cámara, la
mochila o el machete lo que se me quedaba trabado,
y otras docenas de veces era un tipo de liana o bejuco
sumamente fuerte y difícil de reventar o de cortar, lo
que terminaba por “amarrarme” inmovilizándome

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que viéramos, allí nos quedáramos; sin embargo porque el riesgo de que se extendiera era posible con
en esa selva virgen tan tupida no aparecía sitio las potenciales catastróficas consecuencias, por lo
alguno como para que tres cuerpos pudieran caber que solo encendí mi pequeña estufa de gas, y en ella
acostados. Casi sin poder dar un paso más por la pude preparar una reparadora sopa mixta de pollo
“rompida” que había llevado después de 12:07 horas con arroz, res y fideos, y por supuesto el obligado
de caminata desde Santa Rosalía, y siendo las 17:22 cafecito con rapadura que llevaban los muchachos.
horas y a 2530 ms.n.m., encontramos lo que parecía He de decir que yo solo había tomado un jugo y
ser el único lugar disponible en toda la Sierra de Las comido una galleta en el desayuno y una naranja
Minas para detenernos. Estábamos en medio de la en el camino, bebiendo además como 3½ litros de
nada y ya estaba oscuro. El lugar era una especie de líquidos; pero no había comido nada más y tenía
enorme bóveda o cúpula formada por el alto dosel un hambre descomunal y mi organismo me exigía
de grandes árboles, y suelo formado por una muy además algo salado. Había orinado solo antes de
gruesa capa de humus. Lo único que hicimos de salir de Chalía (hacían ya 18 horas). Nos tomamos
inmediato fue dejarnos caer al suelo en calidad de la sopa acompañada con pan francés, Abraham me
bultos para descansar un rato, mientras pensábamos obsequió una memela con frijol, tomé agua y té
en incorporarnos de nuevo para armar nuestro frío y luego solo deseaba dormir por lo que preparé
campamento de montaña. mi lugarcito dentro de la champa. Quiero decir
que durante la caminata los zancudos y mosquitos
Durante todo el trayecto nos extrañaba no haber fueron una molestia extrema a pesar de untarnos con
visto ni oído ningún animal, sin embargo solo habían aceite de citronela como repelente, de manera que
pasado unos minutos después de nuestra llagada, al acostarme me envolví la cabeza con una pieza de
cuando un grupo de más o menos 10 zaraguates “velo de novia” que me funcionó muy bien, tratando
(tres machos grandes), se hicieron notar como a 50 de mentalizarme a aceptar oír el “zumbidito” cerca
m de nosotros con gran alboroto, muy inquietos y de la cara sin inmutarme y así poder dormir… La
con gran curiosidad; creo que si hubiéramos seguido noche era muy fría, de modo que aunque yo me metí
caminando ellos se hubieran quedado callados al dentro de la bolsa de dormir poniéndome también
ver que no éramos amenaza alguna; sin embargo mi rompevientos, me acurruqué y me cubrí con una
al detenernos, no sabían por qué lo hacíamos de esas sábanas térmicas de material platinado para
precisamente en su territorio. Su curiosidad fue tal, emergencias, dándoles una también a los muchachos.
que se colocaron en árboles justo arriba de nosotros
saltando de rama en rama, subiendo, bajando, Siendo las 19:45 horas nos acostamos o mejor
lanzándonos ramas y gritando con una actitud dicho “nos morimos” para tratar de resucitar a las
amenazadora que por momentos nos inquietaba. 6:00 horas. Yo esperaba una noche de reparador
Después de unos 30 minutos y ante nuestra descanso, porque realmente estaba agotado
indiferencia por su presencia, se convencieron después de 12 horas y siete minutos de una muy
que no éramos una amenaza para ellos y se fueron exigente caminata, que era mucho para mis ya 71
alejando lentamente hasta desaparecer ya casi en maltratados años; sin embargo entre los zancudos
la oscuridad. Procedimos a construir una rústica que aunque por el velo no me podían llegar a picar,
champa de “dos aguas” con el nylon y hojas de una pero el zumbido de cuatro a seis de ellos volando
especie de manaca. Tratamos de encontrar un lugar simultáneamente frente a mi cara y posándose por
para hacer una fogata, sin embargo el suelo era un aquí y por allá sobre el velo si me molestaba, unido
verdadero colchón de broza muy grueso y muy seco, al hecho de que el pedazo de suelo que me tocó para
de manera que era muy peligroso encender fuego dormir tenía cierto declive hacia los pies, durante

210

la noche poco a poco me resbalaba hacia abajo -de hecho era la segunda vez-, dejar mi inseparable
teniéndome que subir a cada rato; hicieron que mi bordón porque tratando de avanzar con él en esta
descanso no fuera lo reparador que había deseado. espesura solo me servía de estorbo, pues necesitaba
Además, durante la noche ocurrió un hecho que usar ambas manos para asirme de lo que pudiera
solo muy ocasionalmente se tiene la “suerte” de estar para poder encaramarme; lo dejé “prometiéndole”
cerca de donde sucede (yo solo lo he vivido en tres que pronto lo pasaría a recoger al regreso… Cuando
oportunidades), y fue la caída de un enorme árbol habíamos caminado como hora y media alcanzamos
debido en parte a su edad y en parte al viento en una cumbre -era un estrecho y largo filón-,un tanto
las altas montañas, esto sucedió quizá a unos 75 m pelón pues no habían árboles grandes pero sí habían
de donde estábamos, pero el horrísono estruendo se matorrales y chirivisqueros tupidos de más o menos
escuchó muy cerca como un rayo que resquebrajaba la 1.6 m de alto por donde era difícil abrirse paso,
montaña, porque el ruido se prolongaba por el crujir porque en la parte baja había ramazón ya seca donde
de los otros árboles que el gigante iba rompiendo en uno se iba golpeando las espinillas y puyándose todo
su caída. Este extraño e intimidante ruido nos hizo el cuerpo a cada poco. He de hacer notar que los
incorporarnos asustados sin saber al principio qué muchachos no eran muy buenos brechando -como
ocurría; después de unos segundos todo volvió al más otros porteadores que hemos conocido-, pues con
“ensordecedor silencio”, no se oyó absolutamente solo pasar ellos con dificultad, que viera yo cómo
nada, ni grillos, ni monos, ni aves nocturnas, nada, pasaba yendo atrás, no formábamos un equipo
absolutamente nada. Transcurrió la noche sin como cuando caminamos con Misael y Don Ovidio
ningún otro sobresalto, pero sí el también horrísono en Morán, cuando hacíamos verdaderas ”carreteras”
e intimidante rugido de los zaraguates que no se como brechas.
habían alejado mucho y que como a las 5:00 horas
empezaron a entablar su particular conversatorio. Yendo por este filón tuve otra oportunidad que cada
Despertamos a las 6:00 horas, decidiendo arreglar vez es más rara de observar: ver la migración de
una sola mochila para el asalto final a la cumbre los azacuanes4. En esta oportunidad me transporté
en la que llevaríamos algo de bastimento y agua; hasta cuando era yo un patojo como de seis u ocho
además, machetes, mi cámara, y por supuesto mi años y viviendo en la finca con mis padres, vi varias
inseparable bordón de liquidámbar. Desayunamos veces este fenómeno migratorio que los rancheros
galletas, jugo y pan, y luego a las 7:00 horas en punto asociaban con el advenimiento de las primeras
iniciamos la marcha rumbo a la ansiada cumbre. lluvias del invierno. El espectáculo esta vez era único,
Yo pensaba que con lo que habíamos avanzado el pues se veían unos 800-1000 ejemplares volando en
día anterior, lo que faltaría sería poco, quizás solo círculos a unos 400 m de altura, jugueteando y dando
unas 2-2:30 horas más de caminata. El paso es lento giros entre ellos como haciendo un remolino sin
pues la selva es muy tupida e inclinada y una muy desplazarse mucho, sino más bien manteniéndose
gruesa capa de broza floja cubre el suelo, de modo suspendidos en un espacio reducido como formando
que cuando uno va caminando ese suelo tiembla, una pequeña nube móvil. La luz del sol iluminaba su
mi bordón se hunde a veces en toda su longitud
sin tocar fondo, otras veces son los pies y la piernas 4 (Nombre científico: Buteo Swainsoni), ave rapaz migratoria boreal, de
los que se hunden y de nuevo se ponen en peligro distribución universal, que pasando el verano en el hemisferio boreal, vuelan
“las joyas de la corona...” al quedar uno a horcajadas entre 10-12000 km para invernar en el austral pasando por las zonas mon-
en ramas y nudos de bejucos. Se encuentran otros tañosas tropicales en grandes parvadas, formadas por varios cientos, miles
verdaderos paredones de inexpugnables matorrales y aun millones de ejemplares. Aves semejantes a un halcón de poco menos de
que se escalan con dificultad, al extremo que decidí dos libras de peso y color variable que depende de la edad y de la especie, yendo
del gris obscuro al pardo obscuro con el abdomen blaquecino.

211

plumaje, el que al hacer los giros la reflejaba como resbaladizas que tomábamos caminando a discreción
si fueran espejos, fue un momento espectacular y o deslizándonos rapidamente de nalgas. Como unos
emotivo a la vez. 150 m antes de llegar al fondo del cañón hay bosque
de nuevo, alto, húmedo y tupido hasta llegar a una
Desde esta montaña se ven a lo lejos una serie de angosta horqueta o collado por donde discurre un
cumbres, pero al preguntar a Abraham si alguna pequeño riachuelo, el último lugar donde se puede
de ellas era nuestro objetivo, me dice: ¡qué va´ser!, obtener agua (tal como me lo había dicho Oliverio),
todavía no la podemos ver. Después de caminar de manera que llené mis envases y aproveché para
en terreno más o menos plano, volvemos a bajar abrevar sin medida, “llevándome puesta” una buena
metiéndonos de nuevo a la umbría selva, hasta llegar cantidad del vital líquido proveniente de la más
a una horqueta para volver a encumbrar una ladera fresca, pura y sabrosa agua de montaña.
más y luego otra, hasta llegar a una cumbre a 2230
ms.n.m., a la que bautizamos con el nombre de Cerro Ahora estábamos a 2540 ms.n.m. faltándonos según
CAC (Carlos, Abraham, César), por no ser conocida nuestros cálculos de acuerdo con el mapa consultado,
con nombre alguno según los muchachos. Desde solo unos 450-460 ms.n.m., era el asalto final a la
aquí se veía una cumbre más alta que todas las demás cumbre y ya estando aquí me volvió la ilusión y
que para alcanzarla teníamos que bajar primero una el entusiasmo. Empezamos a subir la empinada
inclinada ladera; ¡esa era nuestra cumbre!; habíamos ladera con mucho matorral, maleza de todo tipo,
caminado 3:15 h y calculé en silencio que podrían ser algo de zarza y mucho bejuco, y abrasados por un
unas tres horas más, pues eran unos 500 m de una inclemente sol. El calor era intenso, encontrando
inclinada bajada hasta el fondo de la cañada y unos solo uno que otro pino no muy grande que daba
600 m de escarpado ascenso a la cumbre. Yo estaba alguna tenue sombra. Sofocado, cansado y jadeando
cansado y más que nada desilusionado por lo lejos pero con el vehemente deseo de alcanzar la cumbre,
que había resultado estar la cumbre, al extremo que seguí escalando hasta ver unos juníperos como a 100
por un momento llegué a pensar que no caminaría m de distancia, que sobre el fondo azul del cielo nos
más desde donde estábamos; sin embargo no lo indicaban que estábamos en el borde de la cima, luego
podía hacer, tenía que alcanzar la cima y determinar empezamos a sentir el característico y agradable
fehacientemente su altitud para afirmar que era “chiflón” de cumbre y dando solo unos pocos
o no más alta que El Raxón. Además no me podía pasos más, estábamos finalmente en la cima a 2935
defraudar a mí mismo y a mis amigos que me habían ms.n.m. ¡NO ERA MÁS ALTO QUE EL RAXÓN!,
apoyado y deseado éxito. César Augusto estaba tan este seguía siendo el rey con sus 3015 ms.n.m. Eran
cansado que hubiera parado con gusto si tan siquiera las 12:00 horas en punto, habíamos caminado 5 h
se lo hubiera sugerido y Abraham también hubiera desde el campamento y 17:07 h de caminata efectiva
apoyado la decisión, aunque no se le notaba cansado, desde Santa Rosalía para llegar aquí. Estamos en
pero al fin y al cabo no era importante para él llegar un paraje en lo más recóndito, arcano e ignoto de
o no, de manera que podía dar por terminado allí la Sierra de Las Minas y yo me encuentro, feliz de
mismo el intento. Yo ni siquiera voltee a verlos. obtener otro logro de cumbre más, que a mis 71
La ladera hacia abajo era bastante inclinada, sin vivarachos añitos lo valoro mucho. Para mí era el
bosque alto, solo unos cuantos pinos desperdigados summun de esta aventura pedestre. No descansé de
y cubierta en mayor parte por un tipo de arbusto inmediato pues pudo más la euforia que me invadía,
de solo unos 50 cm de altura en forma de matochos y solo tiré por ahí mi mochila y agarré mi cámara
o macollas, dejando entre ellas un laberinto de para tomar las fotos de aquel impresionante paisaje
estrechas y zigzagueantes veredas arenosas y que tenía ante mí, no fuera que el tiempo cambiara

212

de pronto y perdiera la oportunidad, aunque el día está a la “entrada” y que uno pasa rozando al nomás
era bastante despejado. Desde allí se podía ver la poner pie en la cumbre. Después de esto si me senté
cadena de cerros La Cucaracha, Caquipec y El Raxón a descansar, comer y beber algo con los muchachos.
al noroccidente, al norte y hacia abajo una serie de Yo seguía extasiado con las maravillosas vistas, y
cerros pequeños, llamando la atención el mayor de como me ha sucedido muchas veces, reflexiono
ellos de forma cónica casi perfecta, con laderas de sobre lo inmensamente privilegiado que soy al tener
más de 45° de inclinación, incrustado entre unos la oportunidad de vivir estos momentos en lugares
macizos montañosos al oriente de El Raxón; pico que están reservados exclusivamente para unos
muy impresionante que yo había visto en una pocos; de hecho yo era en este momento la tercera
ocasión cuando sobrevolé la sierra en helicóptero, persona y segundo montañista en pisar esa cumbre.
sin haberlo podido identificar ni localizar siquiera. Un verdadero honor.
Hasta donde se puede ver este pico es un verdadero
reto montañista para el futuro, por lo que al Estuvimos una hora exacta en la cima y siendo las
regresar empezaría a indagar sobre su localización 13:00 horas iniciamos el descenso por la escarpada
y posibles rutas de acercamiento. Pensé también pendiente, lo cual ahora fue por supuesto más “fácil”
en la posibilidad de accederlo desde donde nos porque la brecha ya estaba abierta. Los muchachos
encontrábamos caminando hacia abajo, calculando se fueron adelante, a César lo volví a ver hasta
que serían unas seis horas más y una legua y media que llegué al riachuelo donde me esperaba; allí
de distancia entre montaña jamás explorada, sin aproveché para volver a llenar mis envases y tomar
árboles grandes y muy probablemente sin existir agua como camello, pues el calor era insoportable
agua, pero la tendríamos en el arroyo que recién y sudaba como caballo después de ganar un “derby”.
habíamos pasado. Además de este pico, la vista Luego ascendimos la inclinada ladera de los
ultramontana nos permite ver hacia el occidente los matochos a veces resbalando y descendiendo unos
volcanes Agua, Fuego y Acatenango; sin embargo pasos. En algún punto me detuve para ver en la
cuando tratamos de ver hacia el suroriente, algunas lejanía el complejo de las canteras de San Lorenzo
nubes bajas nos impidieron ver algo del valle del Mármol y los cerros: Volcán Del Mono, Volcán
Polochic, El Estor, el Lago de Izabal y más, que sin Palomas y el Santo Toribio5, hermosas vistas por
ellas hubiera sido posible. El reporte que Oliverio me cierto. Llegamos al filón y luego descendimos para
dijo había dejado colgado en un pequeño junípero meternos a la selva alta, donde me reuní con mi
al nomás llegar a la cumbre hacía dos años, no querido bordón que tanta falta me hizo en el descenso
estaba, pues el sol había “tostado” y roto la envoltura a la quebrada, ascenso a la cumbre y el regreso hasta
de plástico que contenía un envase de película aquí. Caminamos entre la húmeda y oscura selva, y
fotográfica de 35 mm con dicho reporte adentro, siendo las 16:45 horas llegamos al campamento (5 h
cayendo dicho envase al suelo entre la maraña de para subir y 3:45 h para bajar).
arbustos. Aunque buscamos afanosamente entre los
tres, solo hallamos fragmentos de la envoltura, pero 5 En el año 1996 cuando hicimos la Trilogía de los cerros: Palomas-El Impo-
no el envase. Lo que si encontramos fue un cráneo de sible-Santo Toribio, pudimos ver a lo lejos este mismo cerro de forma pira-
un roedor que identifiqué como de armadillo, el que midal muy inclinada, el cual más tarde pudimos identificar plenamente de
según Abraham ya estaba allí cuando llegaron con acuerdo con sus coordenadas geográficas como el verdadero Cerro Santo
Oliverio..., de manera que lo tomé para guardarlo Toribio; por lo que creemos que hay 2 cerros en la misma zona con el mismo
como trofeo. Escribí mi propio reporte dejándolo nombre , pero que el que vimos hoy desde la cumbre es sin duda el verdadero
dentro de un envase de plástico en el suelo, dentro Cerro Santo Toribio, el mismo que se puede ver desde La Tinta sobre la cuen-
de una pequeña cuevita en la base de un junípero que ca del río Polochic.

213

Vista de los cerros El Raxón y Santo Toribio desde el Cerro Mármol. comprobar que tanto César como Abraham solo
tenían un “corrosivo” sentido del humor, al proferir
Abraham me sugirió que por la hora que era a cada rato solo una ensarta de palabrotas sin
siguiéramos hasta La Piedra Redonda para pernoctar sentido; no podía entablar plática alguna. Cuando
allí; pero yo estaba cansado y además no teníamos eran como las 19:30 horas mejor nos acostamos, con
prisa alguna por regresar, de manera que lo la idea de levantarnos a las seis de la mañana para
convencí para que nos quedáramos aquí. Teníamos enfrentar el largo regreso hasta Santa Rosalía. La
de nuevo un problema, pues tal como sucedió a noche transcurrió sin ninguna novedad y realmente
la ida, quisimos hacer una fogata escarbando en fue una noche reparadora, mucho mejor que la
la broza seca tratando de llegar a tierra firme sin anterior, excepto el rugido cercano de los zaraguates
lograrlo, a pesar de hacer un hoyo de más de 30 cm como a las 5:00 horas, por lo que nos levantamos al
de profundidad, de modo que no “juntamos fuego” alba como soldados, a las 5:30 horas. Luego venía la
por el riesgo de provocar un incendio forestal que parte siempre desagradable y un tanto nostálgica de
no pudiéramos controlar, poniéndonos nosotros este tipo de expediciones: levantar el campamento.
también en peligro. Arreglamos las mochilas con la retahíla de chunches,
nos comimos una ensalada de frutas, unas barras de
Por otro lado, los muchachos por no querer llevar cereal y nada más. Empezamos a desandar la vereda
todos los envases para recoger agua, esta se nos había como a las 7:00 horas. Los muchachos como siempre
escaseado, teniendo solo la necesaria para llegar a La se fueron adelante a pesar de que ahora teníamos
Piedra Redonda -donde estaba el otro venero-, de todo el tiempo para irnos tranquilos y con toda la
manera que no podíamos hacer sopa ni café; por lo choya, sin prisa. Los dos o tres columpios que hay
que tuvimos que comer frijoles enlatados que ni los en este tramo los sentí hasta agradables, sabrosos. La
calentamos, pan, galletas y salchichas, y de postre selva la podía ir observando en toda su exuberancia
unas “gomitas” de gelatina. y belleza, y admirando lo ubérrima que es en esta
sierra. Aunque como dije antes el avistamiento de
Después de la “cena” vino el acostumbrado animales fue muy escaso, especialmente de avifauna;
coloquio de sobremesa, el que no era ameno como tuve la suerte de ver un pavo salvaje de cacho amarillo
cuando hemos ido con otros guías y porteadores, como a 7 m de nosotros, tan manso que me parecía
pues aunque yo trataba de contar uno que otro que estaba extrañado de ver “semejantes animales”
chascarrillo para amenizar el momento, solo logré caminando en su hábitat, por lo que se sintió tan
confiado que ni se movió mientras pasábamos. Los
muchachos por supuesto tenían ganas de matarlo
pero yo intervine para que ni siquiera lo intentaran,
aunque a decir verdad tampoco tenían con qué.
Yendo por esta parte se veían montañas cercanas
y lejanas de un aspecto variopinto impresionante
y de ubérrimos bosques vírgenes, que se extendían
hasta donde se perdía la vista sin ver la más mínima
evidencia de presencia humana: no habían cultivos,
ni champas de labriegos, “rozas “, veredas o caminos,
eran hermosas montañas, más montañas y solo
montañas...

214

Vista de los cerros Las Chiches, Raxón y Santo Toribio desde el Montañas al nororiente del cerro Mojón de Joya de Bueyes.
Cerro Mármol.

Al año siguiente al de la presente caminata (2007), por el que era posible, pidiéndole a Abraham que
efectuamos otra desde Santa Rosalía al Cañón del río me tomara una foto estando arriba y tomándoles a
Teculután y desde uno de los cerros ascendidos, El ellos una en el mismo lugar. Aunque no estábamos
Mojón de Joya De Bueyes, se veían estas montañas cansados el lugar invitaba para acostarse en el suelo
por las que hoy andábamos, y pensamos en esa un rato, beber y comer algún tentempié. Después
oportunidad -con lógica orientación montañista-, de un tiempo reiniciamos la marcha por el filón,
que por aquí podríamos hallar una ruta para poder y para variar los muchachos se fueron adelante,
acceder al verdadero Cerro Santo Toribio, sin tener aunque al rato César me estaba esperando para
que intentarlo desde la vertiente del Polochic que seguir juntos. En el punto donde entroncan el filón
es una ruta utópica por lo agreste, escarpada y con que sube del cañón de El Manguito con el que viene
poblaciones poco amigables. del Cerrón, sin darnos cuenta seguimos hacia este
último, afortunadamente Abraham quien se nos
Pues bien, al seguir caminando por la vereda rumbo había adelantado y había seguido la vereda correcta,
a la Piedra Redonda se ven decenas de árboles de nos oyó hablar a lo lejos cuando caminábamos por
pinos tirados en el suelo, unos por acción de los el sendero equivocado y nos chifló y gritó para que
fuertes vientos y otros porque han llegado al final retomáramos el camino correcto; yo me molesté
de su vida; muchos de esos pinos se ven aún en conmigo mismo por el error, porque de no habernos
buenas condiciones como para ser aprovechados, oído hubiéramos caminado mucho más. Al nomás
sin embargo es imposible su transporte desde aquí, y tomar la vereda correcta César se fue adelante
al final pensé que era mejor que la Naturaleza realice sabiendo que de aquí en adelante ya no habría riesgo
su sabio autocontrol de la flora sin la intervención de extraviarse. Yo me quedé como señero anda solo,
del hombre, y así nos pueda seguir prodigando el yéndome despacio y tranquilo pues tenía el tiempo
aire puro que se respiraba aquí, así como permitir suficiente. Descendí a la quebrada de El Manguito
la perpetuidad de la ya escasa fauna silvestre que y caminé por su margen izquierdo admirando más
aún existe. Entre pensamiento y pensamiento, detenidamente las preciosas pozas que vi al subir, las
trastrabillando por aquí y por allá y zampándome que se veían con agua de color ocre absolutamente
uno que otro pencazo contra los troncos, llegamos transparente y fresca, que ahora con el calor que
a la Piedra Redonda que como dije antes tiene el hacía y el cansancio que llevaba, me daban ganas de
aspecto zoomorfo de un elefante. Ahora la podía meterme en ellas, sentarme de espalda en una de las
admirar sin prisa, inclusive la escalé por un lado pequeñas cascaditas que se formaban, y chapotear

215

como niño un rato. Además de bañarme también sido posible llevar a cabo la expedición. Arreglé
podía beber de esa agua, pues estaba seguro que mi caterva de chunches acomodándolos en mi
no se había contaminado por el poco recorrido camioneta y luego me di un refrescante baño bajo
que tenía desde su nacimiento; finalmente todo se un gran chorro, caudal que ya quisiera tener en
quedó nuevamente en solo el deseo. Más abajo junto mi casa con esa presión. Doña Etelvina me había
a los muchachos de nuevo, cruzamos la quebrada y preparado un almuerzo de despedida: otro suculento
luego el río el Portón, para luego subir la cuestecita y exquisito caldo de gallina criolla con todo y su
hacia la aldea y llegar finalmente a casa de la familia molleja y cotonino, arroz, verduras y las infaltables
Perdomo. Eran las 13:08 horas, habíamos caminado tortillitas recién salidas del comal, de las cuales de
6:08 horas desde el campamento de descenso; lo que entrada me comí dos con sal, la que mi maltratado
nos había tomado 12:07 para subir. Increíble. cuerpo me exigía a gritos. Era la primera comida
caliente y formal que ingería en tres días. Deliciosa.
Don David me salió a recibir con un vaso de fresca Sabía que había perdido peso durante la caminata y
limonada en la mano. Yo estaba mortalmente estaba bastante deshidratado (solo había orinado una
cansado, de manera que solo arregle cuentas con especie de jarabe una vez desde la noche anterior),
los muchachos dándoles las gracias por su “amena” por lo que le pegué una entrada al pichel de limonada
compañía y su valiosa ayuda, sin la cual no hubiera de dos vasos iniciales y otros más después.

Cerro Mojón de Joya de Bueyes desde la Piedra del Elefante.

216

Después del almuerzo arreglé cuentas con Doña Abraham y César anduvieron conmigo, hicieron
Etelvina, pues Don David no quería que le solamente eso: “anduvieron”, lo hicieron solo por
pagara nada. Ahora venía el momento más difícil: el compromiso contractual que habían contraído
la despedida, pues independientemente de la conmigo, pero no compartieron sentimentalmente
retribución con algún dinero, la forma como estas lo que para mí significan los avatares que se viven en
lindas personas me tratan siempre que llego, no estos viajes. Muy diferente es cuando no solo vamos
tiene precio. Con un fuerte y sentido abrazo y el dos o tres amigos trotacerros sintiendo lo mismo
ofrecimiento de volvernos a ver en un “futuro por las montañas y compartiéndolo absolutamente
cercano”, me metí a mi Patrol para iniciar el regreso todo, sino aún más, cuando los guías y porteadores
a casa. Salí a la carretera CA9 y me pasé a tomar también comparten y forman parte del equipo en
una cerveza de barril bien merecida al “Dorado”, el sentido “montañista” de la palabra. Por eso mi
un bonito restaurante en Teculután, allí sentado alegría no era completa.
solitario y meditabundo pensaba en lo que había
hecho, sintiéndome muy satisfecho de poder llevar Por otro lado he de decir que siempre he considerado
a cabo todavía este tipo de actividades, ésta en inconveniente llevar a cabo este tipo de actividades
particular porque fue bastante demandante para yendo uno solo de nuestro Grupo, porque no solo
mis ya 71 años, ya que se trató de una caminata es una irresponsabilidad consigo mismo, sino
de 27 horas efectivas y unos 30-32 km de también es el delegar una gran responsabilidad a los
porteadores, quienes no tienen los conocimientos, la
distancia total en tres días, (54-51 minutos/ capacidad, ni los insumos para resolver una eventual
emergencia en lugares tan recónditos, donde el solo
km respectivamente), lo cual no suena muy difícil acercamiento y eventual rescate, pondrían
difícil, pero cuando se habla de montañas vírgenes en riesgo inminente de complicaciones, inclusive
y especialmente para quienes las conocen, entonces de muerte, a cualquier osado montañista que se
si se sabrá del grado de dificultad que implica una aventurara por estos parajes de la China Hilaria…
expedición como esta; sin embargo debo de decir que
esta misma actividad podría reducirse en tres o más
horas, para montañistas como mis amigos Oliverio
Guerrero, Luis De La Vega y Luis Luján, que son
“modelos” mucho más recientes “con motores
inyectados y con 24 válvulas a la cabeza”, que no se
pueden comparar con un lento motorcito modelo
1935, para el que ya no se encuentran repuestos,
ni siquiera usados. Pero en fin, la satisfacción para
mí era muy grande y con muchos deseos de seguir
encaramándome a algunas montañas más… si mi
desvencijado cuerpo aún me lo permite. Después de
la cervecita abordé mi fiel cacharrito y me dirigí a
la capital. Durante el viaje de regreso tuve tiempo
para meditar, aflorando una serie de sentimientos
encontrados: por un lado el de una gran satisfacción
por el logro alcanzado, y por otro el de una alegría
incompleta, casi tristeza; porque no había tenido
compañía con quien compartir, comentar y gozar
realmente todas las vicisitudes del viaje; pues si bien

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DESCUBRIMIENTO DE LA CATARATA
“TZUUL TAK´A”

Primera Expedición: El Descubrimiento
(28 de noviembre al 2 de diciembre del 2005)

“Si piensas que la aventura es peligrosa, prueba la rutina, esa es mortal”
Paulo Coelho

Participantes: Guías:
Carlos Beteta, Luis De La Vega, Erwin Misael Aldana y Henry Orellana
José A. Quintana y Kelvin Agustín

TIEMPOS Y DISTANCIAS RECORRIDOS: IDA

Punto de Partida Hora de Partida Punto de Llegada Hora de Llegada Tiempo de Km Recorridos
06:15 horas 11:45 horas Caminata 8.0
Aldea Morán 11:50 horas Cumbre de la Sierra
(1230 ms.n.m.) 9:01 horas (1750 ms.n.m.) 5:30 h
10:30 horas
Cumbre de la Sierra Campamento (1500 14:07 horas 2:17 h 2.5
(1750 ms.n.m) ms.n.m.)
10:16 horas 1:15 h 1.5
Campamento (1500 Borde de Catarata
ms.n.m) (1405 ms.n.m.) 12:04 horas 1:34 h 1.5

Borde de Catarata Base de Catarata
(1405 ms.n.m) (1280 ms.n.m.)

Total de kilómetros recorridos de ida 13.5 km
Tiempo de caminata de ida 10:36 h
47.0 min/Km
Promedio de velocidad de marcha de ida

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TIEMPOS Y DISTANCIAS RECORRIDOS: REGRESO

Punto de Partida Hora de Partida Punto de Llegada Hora de Llegada Tiempo de Km Recorridos
Caminata
Base de Catarata 13:50 horas Campamento 3.0
Campamento 8:41 horas Cumbre de la Sierra 15:24 horas 1:05 h 2.5
11:10 horas 11:06 horas 2:25 h 8.0
Cumbre de la Sierra Aldea Morán 15:52 horas 4:42 h 13.5

Total de Km recorridos de regreso

Tiempo de caminata de regreso 8:12 h

Promedio de velocidad de marcha de regreso 36:4 min/Km
TOTAL DE TIEMPO DE CAMINATA DE IDA Y DE VUELTA 18:40 h

DISTANCIA TOTAL DE RECORRIDO 27.0 Km

PROMEDIO DE VELOCIDAD DE MARCHA IDA Y REGRESO 41.8 min/ Km

Los antecedentes al descubrimiento de la catarata chascarrillos y las clásicas anécdotas como la del
TzuulTak´a se remontan a tres años cinco meses tigre que todos dicen merodea por las cercanías
atrás (junio del 2002), cuando después de varios pero que nadie ha visto, y la del coyote minuválido...
años de planear el ascenso del emblemático (porque era cojo), entre muchas más, nos contó que
cerro El Picudo en la Sierra de Las Minas con mi en una de sus largas incursiones de cacería furtiva
excelente amigo y montañista Luis De La Vega, nos por las regiones más recónditas y secretas de la
dirigimos a la aldea Morán, pequeña comunidad sierra, había visto a cierta distancia un arroyo que
de evidente pobreza ancestral en jurisdicción de súbitamente desaparecía en lo que él describió como
río Hondo, Zacapa; a 15 km de la carretera CA9 un gran barranco, pero sin tener la curiosidad de
por camino de terracería. Esta comunidad es ir a ver realmente cómo y dónde caía la quebrada,
habitada por aproximadamente 350-400 personas porque no era el propósito de su viaje. Desde ese
que viven en más o menos 70 viviendas ubicadas mismo momento creo que todos empezamos a hacer
desordenadamente en lo alto de una pintoresca mentalmente nuestras respectivos tanates para ir a
colina. Fue aquí donde tuvimos la agradable buscar lo que obviamente era una catarata, sin tener
oportunidad de conocer a Don Ovidio Agustín y su idea alguna de cuán grande podría ser; lo cierto es
linda familia. Don Ovidio es un hombre de campo que la inquietud como si hubiese sido una semilla
a la sazón de 45 años, conocedor de los secretos de ya estaba sembrada entre el grupo, un terreno por
las montañas y poseedor de sabias experiencias que demás fértil por cierto.
comparte con su humilde personalidad y expresadas
en ese simpático lenguaje coloquial campirano, Después de varias comunicaciones telefónicas con
condimentado con el característico acento de los dos sobrinos de Don Ovidio (él se había ido a los
habitantes del nororiente de Guatemala, y cuya EEUU hacía un par de años), para saber cómo se
bonhomía se notaba al solo entrecruzar con él estaban comportando las lluvias al final del invierno
las primeras palabras. Pues bien, entre jocosos allá por la sierra y poder tener la oportunidad

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de una “ventana” de buen clima e intentar dar cosas, no podía explicarse cómo cabría en mí ya
con tan misteriosa cascada y documentarla con vetusta y mal tratada Nissan Patrol, pero cabía. La
algunas “buenas fotos”. Finalmente la noche del salida no fue como de costumbre tan temprano, sino
22 de octubre del 2005 nos confirmaron que había a las 6:30 horas, pues según la logística y estrategia
dejado de llover los tres días anteriores y que tal vez diseñadas, dormiríamos la primera noche en Morán
podríamos probar suerte. Decidimos viajar al día para iniciar la caminata al otro día, y ahora sí de
siguiente 23, con tan mala suerte que precisamente madrugada, emprender la osada aventura pedestre.
el día escogido llovió mucho y el cielo estaba
nublado, “feo”. Ya en Morán y ante la triste realidad Después de recorrer los 153 km sobre la carretera
de que todo intento a la catarata sería imposible de CA9 de la capital a la entrada a la aldea Santiago,
acuerdo con nuestros guías, decidimos como premio se toma un angosto camino de aproximadamente
de consolación efectuar ese fin de semana ascensos 15 km terracería, muy empinado y pedregoso,
a los cerros El Portezuelo y el Cuchillo y Medio, flanqueado por un intimidante cañón como de 300
además como ribete, ir a conocer la cascada del río m de profundidad por el que discurre precisamente
Morán, objetivos logrados con éxito que de ninguna el río Santiago (mal recordado por los destrozos
manera nos quitaba la sensación frustrante que que causó durante el paso del devastador huracán
sentíamos al regreso, por no haber logrado lo que Mitch en octubre de 1998), curvas muy cerradas
tanto deseábamos: intentar encontrar la catarata. y ganchos en inclinadas pendientes donde las
llantas “patinaban” con riesgo de que mi vehículo
Después de este fallido intento mantuvimos se chispara hacia el abismo. Poco a poco vamos
comunicación frecuente con la familia de Don avanzando por ese “caminito” lleno de zanjas,
Ovidio, para que nos avisaran cuándo podríamos producto de las correntadas por las recientes lluvias,
viajar de nuevo, y que con la venia del dios Zeus hasta pasar por el único caserío que se encuentra:
cerrando el grifo de las lluvias nos permitiera llevar El Tabacal, desde donde se sube una cuesta muy
a cabo la tan ansiada lúdica expedición. Finalmente inclinada como de 3 km hasta llegar súbitamente a
recibimos la llamada de Erwin Misael (uno de los un clarito donde se encuentra Morán. Lo primero
guías ya apalabrados), quien nos dijo que desde hacía que vemos es una pequeña escuelita y enfrente la
dos días no llovía y que pareciera tratarse de una única parte plana como de 20x30 m que existe, pues
pequeña “canícula” que podría durar unos días más, el villorrio se encuentra asentado en las meras faldas
pues la cumbre se veía despejada... de la montaña, viéndose por ahí y por allá unas
cuantas casas desperdigadas.
1° DÍA:
Subiendo por una estrecha y muy inclinada
Decidimos salir el lunes 28 de noviembre del brecha como de 200 m, llegamos a la casa de la
2005 Luis De La Vega, José Andrés Quintana y familia Agustín -nuestra familia adoptiva en la
el que firma. Nuestro cargamento como siempre montaña-, quien nos recibió con sus tradicionales
era una retahíla de tanates con mudadas de ropa muestras de amabilidad y sentido cariño, lo cual
de recambio, estufa, ocote, trastes, cubiertos, nos comprometerá por siempre. En casa estaban
una tienda, cuerdas, mochilas, bordones, botas, Doña Elda, la mera jefa del clan en ausencia de
machete; sólo para mencionar unas cuantas de una Don Ovidio, Wendy la hija mayor, Evanely la que
interminable lista de etcéteras, y por supuesto algo le sigue una muchacha muy bonita, y Benjamín,
muy importante, lo concerniente al bastimento o el más pequeño de los hijos de la pareja. Después
vituallas. Cuando uno veía semejante caterva de de la algarabía del reencuentro haciéndoles sentir

220

Parte de la familia de Don Ovidio. Ahora venía la parte más difícil de los preparativos:
seleccionar y distribuir todo aquel jaracatal de
nuestra recíproca afección; por supuesto tenía que pequeños y medianos tanates, cajas, bolsas, trastes,
sernos ofrecido el delicioso desayuno de bienvenida: ropa, bastimento y mil cosas más, en cada una de
frijolitos volteados, huevos revueltos con tomatillo las mochilas para poderlas llevar hasta nuestro
cereza y cebolla, queso, crema, y sin poder faltar las destino final. Yo por mi parte con mis 70 vivarachas
tortillas “recién saliditas del comal”, de aquellas que primaveras encima y reconociendo mis limitaciones
salen infladitas como sapos, de esas meras; además, porque ya conocía la tercera parte del camino (que
café del que cosechan de unos cuantos arbolitos que no era de lo más fácil), iría con mochila de asalto y mi
tienen sembrados abajito de la casa. En fin, para inseparable bolsa de los aperos de fotografía, y sería
que les cuento mis amigos, ¿qué más podían pedir Erwin Misael quien llevaría mi “costal” de bártulos
unos simples mortales como nosotros recibiendo con un mecapal improvisado. Además iría conmigo
tan inmerecidas atenciones? Sin olvidar el estar en mi fiel bastón de liquidámbar quien es el responsable
un lugar paradisíaco, pues la casa está incrustada en de ayudar a mantenerme en la vertical y conservar la
una ladera de montaña, en la parte alta del límite integridad de mí ya desvencijada anatomía. El grupo
del pequeño villorrio, desde donde se podían ver en lo completaban por supuesto mi amigo Luis con sus
ese momento los cerros: El Palmar, El Portezuelo, apenas 31 añitos, en plena flor de la vida, cuando
El Caldero, El Cuchillo y Medio, El famoso Picudo, ningún reto le es imposible empezando por la carga
El Volcán (cerro) San Jacinto, y en la lejanía el valle que llevaba a cuestas de la cual ya hablaremos más
del Motagua, las Montañas Del Espíritu Santo y adelante; venían también Henry Orellana, que igual
las del Merendón y más allá las montañas ya en la que Misael tenía 19 años y Kelvin Ariel Agustín de
República de Honduras. 12 años de edad, pero cuya capacidad no se ponía
en duda sabiendo que estaba acostumbrado a largas
Después del “Sr. Desayuno”, ahora venía el jornadas campiranas propias de su ambiente, todos
momento del relajamiento, de la plática sabrosa, ellos oriundos de Morán. Finalmente estaba José
alegre, del interés de saber cómo nos iba a cada uno, Andrés de sólo 11 años, de quien sabíamos de su
cómo estaba de chibada la situación, etc., etc., para capacidad de subirmontes al habernos acompañado
llegar finalmente a comentar de los planes y últimos anteriormente en varias actividades de montaña.
arreglos para la andada del día siguiente, quiénes
nos acompañarían, etc., etc. y por supuesto el deseo Si el desayuno fue delicioso, pueden imaginarse cómo
unánime de que amaneciera un esplendoroso día fue el almuerzo: el ya famoso allende las fronteras
como el que estábamos gozando en esos momentos. “caldo de gallina criolla” (yemas, molleja y cotonino
incluidos), de Doña Elda, servido en una gran
escudilla con verduras frescas y las hierbas secretas
de Doña Elda, y por supuesto las consabidas tortillas
“sapitos” (porque salen infladitas), recién saltando del
comal, y una pichelada de exquisita naranjada, y de
postre, aunque obviamente desentonaban: duraznos
enlatados en almíbar que habíamos llevado para
la familia; para qué más. Por la tarde relajamiento
total, una caminadita por las cercanías de la casa
hacia el norte rumbo a la salida que tomaríamos al
día siguiente, y desde donde se veía la cumbre de la

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sierra que mostraba un inocente “gorrito” de nubes en la espalda; Erwin Misael con mi mochila y sus
que no queríamos interpretar como premonitorio propias pertenencias, las cuales por cierto no
de futura lluvia, ya que es usual que dicha cumbre eran muchas; Henry llevaba lo propio, la carpa,
mantenga este aspecto, aun cuando el resto del estufa, avíos y algo de agua (aunque sabíamos que
cielo esté despejado. Descansamos y temprano por encontraríamos veneros o manantiales a lo largo de
la noche una ligera cena con frijolitos con crema la larga caminata), José Andrés y Kelvin llevaban
y queso, para luego un café con una rebanada de sus propias mochilas de asalto y yo la mía, la más
magdalena que también llevábamos, para terminar pesada, con mis cámaras, algo para beber y para ir
otra agradable sobremesa de jocosos cuentecillos y comiendo en el camino y 70 pesados años, y para
simpáticas anécdotas, para finalmente despedirnos sostener todo eso: los restos de mi desvencijada
de nuestros anfitriones, no sin antes hacerles columna vertebral y mi fiel bordón de liquidámbar.
patente nuestros agradecimientos por sus amables Siendo las 6:15 h y a 1230 ms.n.m. iniciamos la
atenciones y disponernos a ir a dormir en los lugares caminata rumbo al nororiente con paso muy lento
que nos habían preparado, para levantarnos con en lo que íbamos calentando motores, pasando
todas las fuerzas disponibles para encarar el difícil primero por una talanquera que está arribita de la
reto de los siguientes días. casa de los Agustín, siguiendo desde allí por una
vereda bien marcada que corre por la parte alta de
2° DÍA: un profundo cañón de más o menos 200 m, en cuya
inclinada ladera de enfrente que corresponde a las
Despertamos a las 5:30 horas, una mañana con un faldas del cerro El Caldero, se yerguen inhiestos los
vientecillo frío, pero que presagiaba aparentemente grandes pinos y encinos sobre un manto de verdes
un día sin lluvia. Nos dispusimos hacer los últimos zacatales, con pinceladas de pintorescas palmáceas
arreglos para tomar nuestros respectivos bártulos: y magueyes; además, algunas paredes rocosas
Luis con su ya tradicional mochila tamaño ropero de verticales y peñascos salientes al vacío y en el fondo
tres cuerpos, que uno no logra entender cómo logra de dicho cañón serpenteando entre grandes rocas
mantener el equilibrio con semejante almatroste va corriendo el río Mojanales formando pequeñas

Descendiendo por el cañón del río Mojanales.

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cascadas a cada poco de su recorrido, las que debido de Caballo y donde descansamos por primera vez.
a la acústica del cañón mismo producen el agradable Misael fue a cortar unas deliciosas naranjas de dos
ruido característico, que junto al canto canoro árboles cercanos al sendero, que crecieron gracias a
de variedad de aves ponían el fondo musical al que alguien sin pensarlo tiró algunas semillas, que
paisaje. Este río Mojanales nace precisamente en la luego dieron lugar a esos “naranjales silvestres”, y que
vertiente noroccidental del cerro El Picudo, a unos hoy nos estaban deleitando en el mejor momento.
12-15 km de distancia en línea recta. Vale decir Después del descanso pasamos el río brincando
que este río es el mismo que tomando el nombre entre las piedras, reiniciando la caminata al otro
de río Santiago, baja a la carretera CA9 a la altura
del kilómetro 154 convertido ya en un río muy Vista del cerro “Cuchillo y Medio”.
grande. Pues bien, teniendo por marco ese precioso
paisaje descrito, avanzamos por el angosto sendero Vista del cerro “La Cumbre”.
el que poco a poco va descendiendo dibujando una
especie de serpiente que sinuosa va bordeando
cada estribación de la montaña, encontrando en
el trayecto pequeñas vertientes de la más limpia y
fresca agua de montaña, así como algunas pequeñas
cavernas en los recodos del sendero con rocas muy
bonitas de diferentes colores, algunas áreas con
bosques de liquidámbares, otras con grandes y
frondosos amates de 20-25 m de altura literalmente
cubiertos de gran variedad de hongos, orquídeas,
helechos, musgos y bromelias, así como gran
cantidad de la epífita conocida comúnmente como
“pashte” (Tillandsia Eusenoides), cuyos colgajos de
unos 10-15 m. de largo llegan a sólo unos 2 m del
suelo. Por la incidencia de los rayos del sol a esa hora
del día al filtrarse por entre las masas de pashte, se
producían unos efectos luminosos verdaderamente
espectaculares, los cuales pudimos captar con
nuestra cámara.

A sólo unos 50 m del fondo del cañón, la vereda Vista del cerro “La Cumbre”.
después de zigzaguear durante un trecho de más o
menos media legua, empieza a subir de nuevo por
entre columpios, descensos, pequeñas escaladas de
bordos, etc., hasta llegar a una pequeña joyita donde
se bifurca la vereda que hacia el oriente se dirige a
El Picudo y hacia el norte la tomaríamos nosotros,
ruta común que lleva al Cuchillo y Medio y al cerro
La Cumbre de la Sierra, pasando primero por varios
rastrojos y zacatales y bajando luego hacia un río sin
nombre que es el mismo que forma la catarata Cola

223

lado por una pendiente muy inclinada, resbalosa y interdepartamental entre Zacapa al sur y Alta
muy cerrada por guatales, chirivisqueros y zarzales. Verapaz al norte..., al extremo que poniendo un pie
Entrábamos ahora a una parte poco frecuentada por al sur y el otro al norte en ese collado o portezuelo,
los lugareños, pues la vereda se reduce a una sutil y estaríamos poniéndolos simultáneamente en Zacapa
casi imperceptible línea de hojas de zacate alto que y Alta Verapaz respectivamente...
quedan ligeramente dobladas por los viandantes
que van adelante, y que sólo la experiencia de Posteriormente cuando localizamos los puntos más
montañistas nos permite identificar su existencia importantes de la travesía por medio del GPS, nos
para seguir la ruta correcta. Más adelante se pasa por dimos cuenta que no era en Alta Verapaz, sino en el
una parte poco inclinada por donde “escurre” agua departamento de Izabal donde teníamos puesto el pie
de la parte más alta de la montaña, formando tres en el lado norte. Pues bien, en este simbólico punto
o cuatro pequeños riachuelos y una zona chaguitosa descansamos un buen rato comentando lo difícil
ó pantanosa, donde se hunden las botas casi de lo andado hasta ese momento, acompañando la
totalmente, haciendo la marcha lenta y cansada. El plática con un tentempié que nos cayó muy bien.
cielo para entonces ya tomaba un aspecto borrascoso, Este punto es además muy interesante porque
con intimidante tronar de rayos, viento muy frío y marca la diferencia entre dos tipos muy distintos
amenazando con una inminente lluvia. Habíamos de montañas: la del lado sur de dónde veníamos,
caminado sólo 3:30 h y de pronto empezó a llover predominantemente de bosque de pinos, encinos y
arreciando poco a poco; nuestros porteadores y guías sotobosque de guatal y abundantes e inextricables
se nos habían adelantado un poco, pero después de matorrales, que reciben el fuerte viento sur
algunos estridentes gritos y chiflidos nos juntamos, proveniente del valle del Motagua y la luz directa
sólo para que nos sugirieran no continuar el viaje del sol. En la vertiente norte por el contrario, existe
porque no valía la pena con el tiempo como estaba y la ubérrima selva tropical nubosa, multifoliada, muy
cómo se esperaba que continuara. húmeda y obscura apenas siendo las 13:00 horas;
con gran cantidad de lianas y sotobosque menos
Platicamos con Luis, llegando a la conclusión de cerrado, donde la dificultad para caminar estriba
que siendo este el segundo intento que hacíamos precisamente en lo obscuro, la gran humedad, el
por llegar a la cascada, y habiendo caminado ya un lodo y varios pequeños veneros de montaña que
buen trecho debíamos seguir, pues no sabíamos si hacen peligroso el descenso entre resbaladizas rocas,
esta sería la última oportunidad para lograr nuestro además de los innumerables huecos que quedan en la
objetivo. Los muchachos aceptaron de más o menos gruesa capa de hojarasca con troncos semi podridos
buena gana, con tan buena suerte que como 2 h de todos tamaños, así como ramas y troncos que
después la lluvia amainó y eso nos tranquilizó a forman verdaderas marañas difíciles de apartar o
todos y nos devolvió el optimismo y la alegría, cortar con el machete, todo lo cual hace imposible
pues la última hora había sido de una encaramada escaparse de trastrabillar y pegarse unos buenos
muy difícil por la lluvia, lo inclinado y lo resbaloso cachimbazos contra el suelo, los árboles, las piedras
del terreno; teniendo que escalar a cuatro patas o los troncos..., o contra todos ellos a la vez.
en algunos trechos. Se trataba del ascenso por la
ladera del cerro la Cumbre de la Sierra. Cuando Este descenso era lo más difícil hasta el momento
habíamos caminado 5:30 h llegamos a dicha cumbre porque aquí ya no había vereda, bajando a discreción
a 1750 ms.n.m. (habíamos subido 500 ms.n.m. haciendo brecha por donde era más factible; además,
desde Morán), eran las 11:45 horas. Este punto el clima era muy frío y totalmente nublado a partir
marcaba -según nosotros-, la línea imaginaria exactamente de la cumbre, lo que me hizo recordar

224

Vista desde La Cumbre hacia la vertiente del Polochic. a 75 m de distancia, siempre muy enmontado pero
“más planito y extenso”. Estábamos a 1500 ms.n.m.,
lo que se experimenta en el filón del cerro Paquisis habíamos caminado 7:47 h “bien caminadas” y yo
en Sololá, donde al norte está despejado y al sur estaba muy agotado, pues las exigencias habían
completamente nublado a partir exactamente de sido grandes y sólo deseaba con las pocas fuerzan
dicho filón, donde la fuerza del viento del norte que me quedaban, limpiar un poco el suelo, armar
no deja que las nubes pasen de esa imaginaria línea mi carpa y acostarme lo más pronto posible, pues
divisoria, en forma tan bien definida que pareciera oscurecía y amenazaba con llover más fuerte. Eran
trazada con una regla. sólo las 14:00 horas y no habíamos comido mucho
en el camino, pero yo no quería cocinar. Luis quien
Habiendo pasado tres o cuatro pequeños riachuelos como siempre no se notaba muy cansado, preparó
y descendiendo ya en territorio del municipio una sopa y café que nos cayeron de perlas. En mi
de El Estor, Izabal, 1:45 h después de la cumbre tienda nos quedaríamos José Andrés y yo, Luis armó
inesperadamente Henry y Misael dijeron que nos su pequeña carpa pegadito a la mía, pues no había
desviáramos en dirección perpendicular a la que mucho espacio disponible, Misael, Henry y Kelvin
llevábamos, esto era hacia el suroriente, para buscar armaron una champa de más o menos 2.25 m de
la quebrada de la que hablaba Don Ovidio, y así ancho por 4 m de largo y 1.5 m de alto, poniendo
abriendo una estrecha brecha íbamos buscando como paredes ramas que cubrieron con hojas de
también un lugar “apropiado” para armar nuestro pacaya y como techo una pieza grande de nylon que
campamento, pues aunque eran sólo las 13:30 horas yo siempre llevo, y en el piso colocaron mucha hoja
estaba todo muy obscuro y empezaba de nuevo a de pacaya la cual sí abundaba en el lugar; inclusive
lloviznar y no queríamos que arreciara la lluvia antes se dieron el lujo de hacer una “cocina” contigua, de
de armar nuestro campamento. Encontramos un más o menos 1.5 m x 1.5 m x 1.5 m de alto, y en
primer sitio que no era ni plano ni lo suficientemente medio una gran fogata; aquello era una mansión
grande y estaba muy enmontado. Por lo visto comparada con nuestras tiendas, de las cuales Luis
era difícil encontrar uno mejor, sin embargo los
muchachos insistieron y dieron con otro lugar como

225

y yo estábamos seguros que no nos protegerían de porque como a las 24:00 horas empezó a llover hasta
una fuerte lluvia, como sí lo haría la champa de los convertirse en una catástrofe pluvial, acompañada
muchachos, la cual se veía espectacular y construida de horrísona tormenta eléctrica, y ambas hicieron
en tan sólo unos 40 minutos. que nos sintiéramos como amedrentados ratoncitos
arrinconados en nuestras tiendas. Cuando la carpa
Construyendo el refugio. no está en buenas condiciones o no se puede armar
correctamente por alguna razón, ya sea porque no
Selva en la vertiente del Polochic. se sabe hacerlo o por lo irregular del terreno, se
forman pliegues o arrugas en la tela que permiten
Finalmente preparamos la cena con frijolitos filtraciones al interior de la carpa, que fue lo que nos
volteados, y tortillas recalentadas que había llevado pasó en esta ocasión y desde las 00:30 horas empezó
Misael, y panes “de manteca” que habíamos llevado nuestro calvario al tener que estar sacando agua del
nosotros para completar la cena, aunque todos interior de la tienda convertida en la más miserable
apachados por lo ajetreado del transporte. Luego y húmeda yacija, empapando pañuelos en una poza
un rato de plática, comentarios y planes para la que se había formado adentro para exprimirlos
jornada del día siguiente. Metimos cada una de afuera, esto se repitió por no sé cuántos cientos de
las mochilas en una bolsa grande de plástico para veces sin poder impedir que se mojara el colchón, el
protegerlas de la lluvia, y siendo como las 19:00 sleeping y la mudada que traíamos puesta. La noche
horas nos acostamos cansados y preocupados fue un suplicio el que unido al desvelo y al cansancio
porque el tiempo presagiaba lluvia. En efecto, de la jornada anterior, minaron las pocas fuerzas
como a la 22:00 horas empezó a lloviznar y la físicas y anímicas que me quedaban. A las 6:00 horas
preocupación se volvió temor y luego horror nos dimos cuenta del “desastre” en nuestra tienda
que era el mismo que en la de Luis, sólo que él sufrió
todo en solitario. A esta hora todavía sacamos agua
del interior donde todo estaba mojado, y afuera…
aquelloera un lodazal, un cuchitrilquehacíadifíciltan
sólo el ponerse las botas. ¿Y los muchachos?..., ellos
muy bien gracias, porque su mansión no permitió
que les cayera ni una gota de agua y estaban tas secos
como una duna del desierto. Uno podría pensar que
hubiera sido mejor llevar sólo una pieza grande de
plástico, colchón, bolsa de dormir y ya; sin embargo
el problema está en que uno nunca sabe cómo será
el terreno donde se armará el campamento. En este
caso había pacaya en abundancia, árboles para cortar
rectos postes y travesaños, así como gran cantidad
de lianas o bejucos de todo grosor, y el terreno fácil
para cavar hoyos, en fin todo para construir un
apartamiento de lujo; pero cuando no se tienen estas
facilidades y hace buen tiempo, lo ideal es la carpa;
en esta ocasión nos tocó hacer el más grande de los
ridículos… y punto. Desayunamos en la “cocina” de
los muchachos. Frijolitos con tortillas, jugo y galletas,

226

y acto seguido preparamos nuestras mochilas de infinidad de vertederos, nacimientos y veneros
asalto para salir en busca de la ansiada catarata, que que se encuentran en su vertiginoso descenso.
según los muchachos debía estar cerca... Pues bien, al llegar al riachuelo a la derecha está la
“cataratita”, y a la izquierda, como a 60 m se ve cómo
3°DÍA: abruptamente la quebrada desaparece, yéndose a un
profundo precipicio sin poder acercarnos siquiera al
A las 9:00 horas salimos con tiempo nublado, lo borde, porque precisamente los últimos 8-10 m del
cual yo lamentaba mucho porque no era lo mejor río, están flanqueados por grandes rocas verticales
para poder tomar buenas fotos. El descenso era en de unos 4-5 m de alto imposibles de escalar, que
línea recta por una pendiente húmeda, resbaladiza e forman parte del paredón del precipicio mismo y
inclinada a veces más de 60° sin vereda alguna, por porque además en este punto se forma una poza
lo que la bajada se hacía a veces con la ayuda de las más grande y profunda, y el rebalse de la misma es
cuatro extremidades y “la cola”, la que quizás era la una especie de embudo con corriente más fuerte
que más participaba y la más adolorida porque las que se despeña inmediatamente al vacío. Cuando
caídas eran obligadas. Después de 1:15 h llegamos al uno ve a lo lejos por los lados del precipicio, estos
fondo de la cañada donde corre una quebrada de tan son laderas casi verticales con bosque tupido
sólo unos 3 m de ancho, la que más tarde al revisar inextricable, “bañado” por una nube de vaho o
los mapas pudimos identificar como la quebrada del neblina que se supone se desprende de la cascada en
Picudo. Como a 40 m corriente arriba del punto su frenética caída. La primera impresión es que no
donde llegamos se forma una preciosa cascada de se podría intentar descenso alguno. Nuestros guías/
unos 5-6 m de altura, a la cual no le pusimos la porteadores al ver el “panorama” sugirieron que en
atención que se merecía a pesar de su belleza, porque este punto diéramos por concluida la expedición,
nuestro pensamiento estaba puesto en ese momento porque era hasta aquí donde había llegado Don
en la catarata “grande”, aunque sí le tomamos Ovidio que era el único que “conocía”, pero que no
algunas fotos. El caudal de agua de la quebrada no había visto “el chorro” porque no había bajado al
es muy grande a pesar de las lluvias y la razón radica fondo del barranco. Tuvimos que convencerlos de
en que ésta quebrada nace apenas unos 2 km arriba, que no era el momento para amilanarse dejándose
en las faldas del cerro El Picudo hacia el suroriente, amedrentar por la situación, que el sacrificio hecho
recogiendo el agua de lluvia de las laderas y la de hasta aquí había sido muy grande como para que no
buscáramos una posible ruta para descender y lograr
el objetivo final de la expedición. En mi pensamiento
estaba parafraseando a Graham Bell cuando dice:
“No camines sólo por el camino andado, porque él sólo te
conducirá a donde otros han llegado”.

“La cataratita” Afortunadamente Henry se entusiasmó con la
oportunidad de poder ver la catarata desde abajo, lo
cual fue el mejor acicate para que Misael también
se decidiera. Empezamos por buscar una posible
ruta por el lado derecho de la “caída del choro”,
pues por el izquierdo era obvio que no se podría.
Bordeamos la enorme roca hasta llegar a la parte
alta del barranco, pero la exuberante selva virgen

227

Borde de la “Catarata Tzuul Tak´a” hacia arriba uno lleva el eje del cuerpo y la base de
sustentación hacia adelante, es decir pegados a la
impedía ver el fondo. Una maraña de ramazón, montaña, con total control del peso del cuerpo que
bejucos, palmáceas espinosas y caminando entre la misma gravedad lo hace irse hacia adelante; al ir
roquedales con grietas y hoyos medio mimetizados bajando es lo opuesto, el eje corporal y la base de
por la gruesa capa de humus en el suelo, hacían sustentación se inclinan hacia adelante, dificultando
muy lento y peligroso el ir chapeando para hacer el control del peso del cuerpo al cual la gravedad tiende
una brecha por donde avanzar, era realmente muy hacerlo caer hacia el vacío. Pues bien, empezamos a
difícil; amén del inminente riesgo de caer por la descender con mucha precaución, y después de una
ladera con una inclinación de más de 60°-70°, porque hora de caminata empezamos a oír el característico e
había lodo con hojarasca que hacían el terreno inconfundible ruido del chorro de agua al despeñarse
muy resbaladizo, y además uno iba desprendiendo por el acantilado y el corazón se acelera cada vez
rocallas y pedruscos con riesgo para los que iban más, queriéndose salir de los taquipnéicos pulmones
un poco más abajo; todo esto condimentado con de la emoción. Seguimos bajando “a cuatro patas”
miríadas de mosquitos que pululaban alrededor de otro poco, tronchando ramas y agarrándonos de
la cara y los desnudos brazos, para darse el festín donde se pudiera aunque aquello tuviera espinas
de su vida sin que uno pudiera defenderse por no -porque no había tiempo de escoger de dónde-, a
tener una extremidad libre para hacerlo. Después veces hasta de troncos medio podridos y frágiles
de caminar en dirección casi horizontal por unos 75 que lo hacían a uno perder momentáneamente el
m por entre la intrincada selva, calculamos que ya equilibrio, con el riesgo de recibir en cualquier parte
teníamos que descender en dirección perpendicular de la anatomía un puyón con alguna rama quebrada,
hacia el fondo, lo cual fue más difícil aún, pues hay o un buen sentón con mucho dolor en esa parte bien
que recordar que los accidentes en la montaña son
mucho más frecuentes al ir descendiendo, porque

228

definida de la anatomía. Unos metros más abajo, “Catarata Tzuul Tak´a” (115 m)
cuando poco a poco se iba enrareciendo la selva
acercándonos más y más al fondo, empezamos a El entorno del lugar es paradisíaco, primero hay
ver entre el verdor de las ramas fragmentos blancos que decir que la cascada es un chorro en caída libre,
del chorro de agua de la cascada y las nubes de vaho que según la diferencia de lectura del altímetro en el
que se desprendían del mismo; en este momento la borde superior y la del fondo, era de 125 m de altura
emoción era incontrolable dando sonoros gritos, (1405 y 1280 ms.n.m respectivamente), restando
siendo imposible evitar una que otra lágrima furtiva los 7-10 m de alto de la roca en la parte alta donde
que sin recato se escapaba. Siendo las 12:04 horas tomamos le lectura (porque como dije antes no se
llegamos al lecho del río, estábamos como a 60 podía uno acercar exactamente al borde superior),
m de frente a la que para nosotros era una bella, podíamos asumir -hasta no contar con un medio
espectacular, maravillosa, magnífica; el summun de de medición más exacto-, que la catarata tenía 115-
las cataratas que conocíamos en nuestro país, el ruido 118 m de altura real, lo que la convertía en la más
era impresionante, así como ver el chorro cayendo y alta de las cascadas conocidas en Guatemala, y nos
formando en su caída por efecto de ráfagas de viento, enorgullecía a todos y a mí en particular con mis 70
una especie de rizos o copos que se desviaban hacia años a la fecha pues me hacía sentir como el mismo
un lado y otro, era algo indescriptible; el placer rayaba médico y explorador David Livigstone cuando
en la fruición, jamás había experimentado semejante
sensación en nuestras montañas. Todos estábamos
atónitos, absortos, eufóricos, felices, gritando a todo
pulmón y felicitándonos mutuamente; habíamos
descubierto una catarata que había permanecido
ignota hasta ahora para todo ser humano, protegida
por el paraje más arcano, más secreto de nuestras
montañas, quizás porque la sabia Madre Naturaleza
sabe lo que le pasa a estos “sus tesoros” cuando son
descubiertos y más tarde destruidos por el hombre.
Por eso a veces tenemos sentimientos encontrados
cuando estamos en lugares tan hermosos, porque
por un lado quisiéramos que todo mundo los
conociera y luego pensamos que mejor no, porque
pronto perderían su milenaria belleza.

En esos momentos el agotamiento físico no era
nada comparado con la felicidad en el corazón, y
aquí probablemente radica una de las diferencias
con los sentimientos -con todo respeto- de los
deportistas “extremos”, que hacen más alarde del
primero y substituyen el segundo por un vanidoso
protagonismo mediático. Teníamos el cansancio
que no se quita descansando, sino interiorizando el
logro alcanzado.

229

descubrió las Cataratas Victoria. El chorro de agua Nos remangamos los pantalones para meternos al
al caer choca violentamente contra un roquerío río y acercarnos a la poza, lo cual fue muy difícil
que está como a 10 m de la base, donde forma una porque la densa neblina y la fuerte briza impedían
preciosa poza como de 8 m de diámetro y todo abrir los ojos para ver hacia arriba del chorro y
dentro de una especie de gigantesco medio cilindro o por supuesto tomar fotos desde ahí no era posible,
medio canal de 115 m de alto y unos 60-70 de ancho, y como dijimos al inicio de la caminata de hoy, el
con paredes de roca cubiertas en su mayor parte de tiempo seguía nublado, totalmente gris y yo en
una gran variedad de musgos, líquenes, bromelias, particular lo lamentaba mucho porque era una
helechos, algunos árboles y dejando algunas peñas ocasión muy especial que deseaba documentar
limpias de roca calcárea blanca, que se ven preciosas lo mejor posible con fotografías. Después de
al hacer contraste con el verdor circundante. Todo embelesarnos por un largo rato admirando nuestro
el lugar constituye un ecosistema único, con su muy descubrimiento, nos sentamos a comer algo a la
particular microclima. orilla del río, apresurándonos un tanto porque
empeoraba el clima lloviznando por momentos y

Al borde de la poza en la base de la catarata.

Roquerío de 10 m, en la base de la catarata. (Se ven los guías) Vista lejana del entorno de la catarata.

230

con inminente amenaza de arreciar muy pronto. Es la encumbrada de la inclinada pendiente, aunque
en este momento y hasta entonces, cuando uno toma ahora para arriba y de acuerdo con lo dicho
conciencia de hasta dónde se encuentra -como dijera anteriormente en relación con el riesgo de caer, se
mi amigo Chava- son los dominios de La China sentía menos peligrosa y más “fácil” con la brecha
Hilaria..., donde realmente no se encuentra ni una ya abierta, y ahí íbamos a veces en dos y a veces en
alma, por lo menos una enfundada en su respectivo cuatro patas guindándonos como micos de donde
cuerpo, “son esos lugares por ahí, entre ninguna pudiéramos, así fuera una rama o planta con espinas
parte y el paraíso, solo un poco más allá, pero muy para evitar caer, aunque el precio fuera quedarnos
cerca del cielo”… En este momento en silencio, sin con algunos shutes en las manos como recuerdo.
hacer ningún comentario pensaba con temor y más La brecha ahora ya “asfaltada” nos permitía avanzar
aún, con terror; en la eventualidad de sufrir en esos mucho más rápido que de bajada, a pesar de que el
recónditos parajes un accidente, y específicamente lodo nos hacía retroceder parte de cada paso que
una fractura grave expuesta, porque no habría dábamos. Realmente estábamos sorprendidos de la
manera de salir de ese lugar en menos de tres o forma cómo íbamos encaramando aquella inclinada
cuatro días, pues primero se debía buscar ayuda en pendiente, especialmente los patojos, quizás porque
Morán para poder sacar a un herido entre no menos ahora la euforia o como se dice hoy, “la adrenalina”
de ocho o diez personas y llevarlo a la aldea, pues no ya no estaba tan alborotada y todos estábamos
sólo no hay señal de telefonía celular en esa parte de relajados y felices, pensando en ese subjetivo lauro
la sierra, sino que pensar en rescate por helicóptero obtenido que para cada uno es tan diferente, porque
es imposible por lo extremadamente agreste de la para algunos sólo significaba haber satisfecho
montaña y el implacable clima que prevalece casi la curiosidad de conocer el lugar, para mí en lo
constantemente allí. En fin, traté mejor de no pensar personal era realizar un sueño que tenía que ver con
más y seguir gozando del momento. enfrentar y vencer un desafío que no estaba afuera,
sino dentro de mí, dentro de este cacaxte de 70 años
Es interesante comentar aquí que ésta quebrada de de antigüedad tratando de hacer lo que aún me
El Picudo que forma NUESTRA cascada, recibe apasiona...
más hacia abajo como afluentes y aún en medio de
montaña virgen, al río Caguá, y poco más allá al Pues bien, por fin llegamos al borde de la catarata,
río Zarco (sólo indicado en los mapas geográficos, comentamos, de paso un tentempié, un descansito
porque hasta estas altitudes aún no llega gente), y ahora sí unos momentos más para apreciar la
y juntos reciben a los ríos Nim y al Tze, para belleza propia de la cataratita de la quebrada que
desembocar finalmente ya en el valle kilómetros habíamos visto con indiferencia en la ida y que
abajo y cerca de Panzós, con el nombre conocido allí ahora nuevamente posaba para nosotros. Nos
de río Zarco Grande (porque no muy lejos está el quedaba únicamente subir la parte final hacia el
río Zarquito), como uno de los tres afluentes más campamento, y estábamos muy contentos porque
importantes del gran río Polochic. ahora ya no parecía que fuera a llover más, aunque
permanecía el cielo nublado y dentro de la selva
Completamente satisfechos después de deleitarnos estaba obscuro. Lo que nos había tomado 2:49 h en
con semejante espectáculo ante nosotros, venía el llegar desde el campamento al fondo de la cascada, lo
momento de volver a la realidad y pensar en salir habíamos hecho en 1:05 h de regreso, muy rápido;
de ese enorme pozo. Para entonces ya empezaba creo que el factor más importante fue encontrar la
una tenue llovizna con todas las probabilidades de brecha ya abierta, y todo lo demás que hemos venido
arreciar. Eran las 13:50 horas cuando iniciamos comentando. Eran sólo las 15:24 horas.

231

Ya absolutamente tranquilos y bien descansados, llegó se podían ver pedazos de cielo que eran cruzados
la hora de la charla donde se abordaron diferentes sólo ocasionalmente por alguna tenue nube, por
temas, y entre otras cosas el hecho de que como donde también se asomaban tímidamente una que
éramos los primeros en llegar a la base de la catarata otra estrella, presagiando una linda y fresca noche,
teníamos el derecho de bautizarla; Luis propuso que parafraseando de nuevo a mi amigo Chava en
que llevara mi nombre, lo cual no consideré justo una de sus jocosas y contradictorias sentencias decía:
para los otros cinco miembros del grupo, tampoco “estamos a cero grados, ni frío ni calor”.
podíamos llamarla catarata de Morán (Zacapa) como
hubiéramos querido, porque estaba localizada muy Esta noche esperábamos que compensara la mal
lejos de la aldea, y en otro departamento (Izabal), recordada noche anterior. Habiendo secado el
se me ocurrió que habiendo en la región un cerro interior de la carpa la comodidad era absoluta y el
con el singular nombre de Cuchillo y Medio, por cansancio acumulado y la tranquilidad por el éxito
qué no podía existir una catarata llamada catarata logrado hasta ahora, hacían sentir el suelo sólo
de Los Seis, en honor a todos sus descubridores, y cubierto por el piso de la carpa, el delgado colchón de
así se decidió que la daríamos a conocer. Entre otros hule y la húmeda bolsa de dormir, como un mullido
temas abordados en la charla platicamos del control colchón de plumas de ganso. La noche transcurrió
de la natalidad con dedicatoria a los patojos que nos con sólo la interrupción de un micoleón que se
acompañaban, la conservación del medio ambiente, acercó gruñendo al campamento y la pestilencia del
especialmente con referencia a evitar incendios y almizcle de un zorrillo que alrededor de la media
no dejar basura inorgánica en la montaña, enviando noche pasó raudo dejando su inconfundible tufo.
el mensaje: “que nosotros siempre sepamos que Sin embargo nada nos impidió pernoctar como unos
venimos a la montaña, pero que la montaña no se angelitos, hasta que el canto lastimero de un tecolote
entere, dejémosla como la encontramos”. Otro tema nos despertó como a las 6:00 horas.
importante fue el de no matar especies animales sólo
por el morboso hecho de matar, haciéndoles tomar 4° DIA:
consciencia de que cada vez vemos menos y menos
animales de todas las especies, que los que veíamos Teníamos la intención de salir lo más pronto
hace 40 años. Mientras todo esto se desarrollaba, posible para Morán, sin embargo ordenar aquel
nuestro chef Luis preparaba la cena de celebración desbarahuste de bártulos a la pesada hora de levantar
en la estufa y los muchachos hacían lo propio en la el campamento, siempre es una terea no muy
fogata: sopa mixta de pollo, res, verduras y fideos; agradable, y en este caso porque había que guardar
toda una esquisitez culinaria especialidad de la casa; muchas cosas mojadas: carpa, plásticos, colchones,
además frijoles con chorizo, tortillas calentadas a costales, ropa, etc., etc. Los muchachos como
las brasas como totopostes, pan dulce apachurrado siempre muy solícitos para conseguir toda clase de
por efecto del accidentado transporte, pero que en pitas y mecates para liar los tanates. Después de
esos parajes de Tzuul Tak´a sabe como recién salido sudar un poco desayunamos “algo ligero”, y cuando
del horno. Con todo servido llegó el momento de eran las 8:41horas salimos para desandar la última
engullirlo para reponer las energías consumidas por etapa de nuestra aventura.
el esfuerzo. Ya con los abdómenes como anacondas
después de tragarse sendos pecaríes, se acercaba la De nuevo con la “impresión” de que caminar por
hora de acostarnos siendo como a las 19:30 horas, terreno ya conocido es más fácil y se recorre más
con la tranquilidad de que no llovería, pues entre el rápido, iniciamos el ascenso por la montaña para
dosel formado por las copas de los grandes árboles, darnos cuenta que en esta parte de la travesía la

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obscuridad en pleno día, el abundante lodo espeso, puertas de golpe y de trancas y yo abominando con
la inclinación, la hojarasca, los troncos podridos, las todo el silabario desde la m… a l p… c… p… y otras,
grandes rocas y el paso de tres o cuatro pequeñas por el enjambre de mosquitos que por momentos
quebradas, eran factores de mucha dificultad, me acompañan y me hacen abofetearme a mí
además de lo intrincado del sotobosque que obligaba mismo, sin lograr asentarle ni una sola vez a uno
a agazaparnos constantemente con riesgo de perder de ellos. Por cierto que en relación con el silabario
la concentración y el equilibrio, y sufrir una caída y de malas palabras, voy a parafrasear a mi dilecto
lesionarnos, lo que todos temíamos. Por todo esto amigo/hermano el neurólogo Dr. Manuel Ramírez
lo que nos llevó 2:17 h en bajar desde la cumbre al Lassepas, quien dice algo asi como: “No existen las
campamento, nos tomó también 2:25 h en subirlo. malas palabras, todo depende de la acepción y de la
En esta parte del viaje no ocurrió lo que en la subida intención que las personas les quieran asignar, pues
de la catarata al campamento, donde por ser vereda todas las palabras… son buenas palabras”.
ya conocida avanzamos mucho más rápido. A las
11:06 horas estábamos en la cumbre de la sierra Llegamos a la última bifurcación de la vereda, desde
sintiendo el chiflón del valle del Motagua en la cara. donde se ve muy cerca el Cuchillo y Medio como
En lo personal ya sentía el cansancio acumulado de un impresionante mogote con su copete de pinal
los cuatro días de montaña, de manera que aproveché muy chistoso en su cima. Yendo atrás de todos sólo
para acostarme un buen rato del “lado zacapaneco”, acompañado de mi fiel guardián Misael, nos falta
comer algunas gomitas y tomar un poco de refresco sólo la última legua por caminar y vamos avistando
de guanábana. Ahora venía el largo descenso que ya la primera casa de Morán en el bordo de la
termina hasta llegar a Morán. Muchos resbalones, cañada, mientras tanto yo me siento a la sombra de
sentones, las medias llenas de mozote del redondo un matocho para descansar y abrevar los últimos
y del largo ambos produciendo muchos piquetes; sorbos de refresco sintiéndome desfallecer al pensar:
pero ahora más tranquilos sin la “adrenalina” ¡Ah la chucha!, si aún me falta pasar la vereda
de la ida; de manera que podíamos ir viendo las sinuosa de los árboles con pashte. Afortunadamente
flores, las rocallas en la vereda, los tepocates en los esta es sombreada, fresca y agradable. Luego empecé
riachuelos, las sharas con sus chirridos como canto, la trepada de la última parte de la ladera del río
los chejes esculpiendo sus nidos, los cutetes que se Mojanales para llegar finalmente casi gateando a la
desaparecían velozmente a nuestro paso, ver una que casa de nuestra familia en Morán después de 4:42
otra coloreada escolopendra de mil pies, escuchar el h desde la cumbre y 8:40 h desde el campamento,
canto triste de una paloma calentura llamando a su y la sumatoria de tres sufridos días de montaña.
pareja, admirar en toda su belleza las límpidas pozas El resto de los viandantes habían llegado como 40
del río que provocan el deseo de zambullirse con minutos antes que Misael y yo. A las 15:52 horas
todo y ropa, pero siendo siempre más fuerte el deseo somos recibidos como héroes, ofreciéndonos de
de llegar pronto a casa que el de deshacerse de un inmediato un gran pichel de deliciosa naranjada
poco de mugre y contaminar semejante belleza. Así para sosegar la sed, antes de que tiráramos nuestras
vamos avanzando y yo como señero trotacerros me cargas al suelo, y acto seguido yo también me dejo
voy quedando atrás, entre pastizales y rastrojos llenos caer cuan largo soy al fresco piso de ladrillo de barro
de tazol y una que otra mazorca pilishte y argeñada de la casa, tratando de relajar hasta el último de los
que intencionalmente sus dueños ya no quisieron músculos de mi maltratada anatomía para descansar
pepenar al tapiscar, pero que ahora son los zanates, y empezar a tener plena consciencia de lo realizado.
los clarineros y los torditos los que se aprovechan Habíamos efectuado un periplo montaraz que
para rellenar sus buches. Vamos pasando las últimas pervivirá por el resto de nuestras vidas, aun cuando

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sufríamos las consecuencias, pues hablando por mí, revueltos con tomatillo y cebolla, queso de Zacapa,
me sentía hecho papilla, para decirlo en una forma las infaltables tortillitas calientes y café hervido bien
eufemística. caliente. Hicimos una sobremesa más larga que de
costumbre agradeciendo el banquete, y más aún el
Después de un buen descanso era obligado un buen cariño con el que nos lo ofrecían.
baño con guacaladas de una agua tan fría, que era
imposible dejar de hacer un gran suspiro y pegar Seguimos con la difícil tarea de ordenar aquel
un disimulado grito para que no nos oyeran, por la montón de cajas, mochilas, botas, bordones y ahora
desagradable y al mismo tiempo agradable sensación; además con el obsequio de la familia Agustín: un
después ya con otra vestimenta y especialmente otro costal con más de 150 deliciosas naranjas, y como
olor, vino el consabido almuerzo de gala: caldo de “guinda” de aquella carga, tres bolsas de nauseabunda
gallina, una montaña de verduras, arroz, “sapitos” ropa sucia de cuatro días de edad… Ya con todo en
recién saltados del comal, chile y mucha naranjada su lugar venía lo más triste: la despedida. Es difícil
que se consumía por picheladas. Ya con los de imaginarse el tener que decir adiós a aquella linda
abdómenes como embarazados de ocho meses nos familia, una de mis familias de montaña, tal vez mi
sentamos en el pequeño corredor de la casa para los preferida por muchas razones. Como sucede con
comentarios de rigor y reírnos de las anécdotas que la montaña, uno deja algo de si con esa familia y se
ahora nos parecían chuscas, y de todas las vicisitudes trae consigo una parte de ella para siempre, es un
de la aventura. Así fue llegando la oscurana y Wendy momento de sentida nostalgia porque cuando se
encendió los tres focos que funcionan gracias a un tiene la edad que yo tengo, allá en el fondo de mi
pequeño panel solar de los que fueron donados por corazón no puedo dejar de pensar en que quizás no
el gobierno de Japón unos años atrás y que hacen volveré a verlos, y eso se traduce en que los abrazos
una gran diferencia en la calidad de vida en algunas se dan con mucha fuerza y emoción, sin poder
familias de esa pequeña comunidad. evitar el escape disimulado de una que otra lágrima
furtiva. Así fuimos “apachurrando” a cada uno de los
Cuando eran como las 20:30 horas, tiempo nublado miembros de le familia, haciéndonos falta palabras
y frío, y con amenaza de lluvia; nos metimos en para agradecerles todo lo que nos brindaron y
nuestras“capullos”dedormir decididosaentregarnos “asegurándoles” que pronto... regresaríamos.
en brazos de la noche. No sé cuánto tiempo tuvo que
pasar para que todos nos durmiéramos, pero no fue 5° DÍA:
mucho, y al poco rato sólo se oían los grillos y por
ahí adentro de la casa los ronquidos de Doña Elda. Finalmente nos fuimos acomodando en la Patrol y
Cerca de la media noche empezó a llover y como el salimos del sombreado estacionamiento de la casa
techo era de lámina, aquella casa tronaba al punto siendo las 11:10 horas para iniciar el inclinado
de dar una extraña sensación de injustificado temor. descenso hasta la escuelita y de allí seguir hasta el
Nos despertamos a las 5:30 horas pues Doña Elda río Morán (que se une unos metros más abajo al
empezaba a hacer “ruiditos” juntando el fuego en el río Mojanales y al río Las Pavas para formar juntos
gran poyo de su cocina, y se disponía a preparar el el río Santiago con cuyo nombre desemboca como
desayuno. Nos levantamos a las 6:00 horas y en lo afluente del gran río Motagua), y de allí desandar el
que estaba listo el desayuno empezamos a ordenar camino cojitabundos y en el más absoluto silencio,
todo aquel jaracatal de chalchiguites que ahora era con pensamientos encontrados de tristeza por el
más difícil de acomodar, luego fuimos llamados al emocionante momento recién pasado y de inmensa
desayuno de despedida: frijolitos volteados, huevos alegría por haber logrado el objetivo primordial

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de la expedición. Lentamente fuimos avanzando personas del campo tan especiales como los Agustín,
salvando baches, piedras y paredones; pues el que nos han brindado su incondicional amistad y
camino tiene partes muy angostas que al pasar nos sincero cariño, abriéndonos de par en par las puertas
dejan entre un roquedal a un lado y un inclinado y de sus humildes casas, de sus exquisitas cocinas, de
profundo abismo de más de 300 m por el otro, que sus agradables aposentos, de conocer sus penas y
no permiten ni un instante de desconcentración por alegrías; en una palabra nos han dejado entrar en la
el riesgo inminente de caer para quedar literalmente intimidad de sus vidas sin ningún otro interés, más
untados en la ladera. Después de más o menos una que el de hacer hasta lo imposible por agradarnos.
hora llegamos a la aldea Santiago, donde oí a mi No hay dinero en el mundo que pueda pagar esta
camioneta que daba las gracias porque finalmente entrega total sin condiciones y al final nuestro
rodaba sobre carretera asfaltada. Raudos y veloces limitado vocabulario solo nos permite decir desde lo
enfilamos directamente a El Rancho, donde más profundo de nuestro ser: MUCHAS GRACIAS.
automáticamente nuestro vehículo se detuvo frente
al restaurant “Chicharrones Don Carlos” para que Por otro lado, a mis 70 años de edad, esta aventura
sus ocupantes bajaran no sé si a celebrar, a saciar la de montaña ha sido hasta el momento de las más
sed o la adicción de tomarnos una o dos cervecitas difíciles, pero la que me ha brindado una de las más
a punto de congelación, seguidas de un rebosante grandes satisfacciones como lo es la de descubrir
plato de chicharrones calientes, yuca, aguacate, la hasta ahora ignota bellísima catarata en nuestro
rábano, chile y tortillas calientes (no “sapitos”, pero país, la cual de acuerdo con la cosmogonía Maya
sí recién saliditas del comal). Para este momento ya K´ekchí, fue el dios Tzuul Tak´a su creador, como
habíamos recobrado el espíritu jocoso, eufórico y lo es de todo lo existente sobre la tierra. Habiendo
parlanchín, y empezábamos a hacer una recopilación pasado sin ser conocida por persona alguna hasta
de las primeras anécdotas del viaje. su descubrimiento por nosotros, por derecho
adquirido teníamos el privilegio de poderla
Plenamente satisfechos de nuestras necesidades bautizar con el nombre que hasta este momento
de sed, hambre y otras…, y siendo las 14:35 horas, no habíamos decidido definitivamente. Existe
tomamos la carretera para recorrer los últimos además la expectativa de comprobar la casi segura
calurosos 84 km de regreso a la capital, a donde sin posibilidad de que esta cascada sea la más alta no
ningún contratiempo llegamos a las 16:20 horas sólo de Guatemala, sino de Centro América, por lo
dando por concluida nuestra épica aventura. que haremos las investigaciones al respecto, amén
de que como ésta, puedan existir otras aún más altas
COMENTARIO: todavía que permanecen también sin descubrir en
nuestra bella Guatemala.
Lo anterior aunque no es precisamente género
poético, sí es una fiel narrativa de una bucólica Deseo agradecer a mi amigo, compañero de montaña
aventura que forma parte de mi un tanto polifacética y miembro adoptivo del Grupo Tzuul Tak´a Luis De
existencia, donde el montañismo -practicado a La Vega su amistad, apoyo y paciencia al caminar
mi manera-, por mucho ha sido la actividad de conmigo, reconociéndole su calidad de montañista
mis amores, porque es la que me ha dado las más que una vez más pudimos aprovechar en esta
gratificantes, placenteras y felices satisfacciones; aventura, porque sin su participación hubiera sido
brindándome el privilegio de conocer y compartir muy difícil tomar la feliz decisión de llevarla a
con incomparables amigos y excelentes compañeros cabo. Finalmente, aunque contáramos con nuestro
de montaña, y sobre todo, de conocer humildes vehemente deseo, entusiasmo, capacidad, equipo,

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logística y estrategia y todo lo necesario; esta épica importante, fue la compañía de Kelvin, pequeño de
e histórica expedición no hubiera sido posible sin sólo 12 años de edad pero poseedor ya del título de
la incondicional participación de nuestros amigos, experto subirmontes, dominador de las destrezas y
guías y porteadores Erwin y Henry, porque con su capacidades de los mayores, quien también fue un
valiosa experiencia campirana son innatos duchos ejemplo para los que como nosotros montañistas in
en todo los quehaceres del monte, y especialmente fieri, andábamos por sus dominios.
en ese inigualable sentido de orientación, en la
capacidad de hallar siempre el mejor y más fácil Lo único que impedía que me sintiera total y
camino para salvar obstáculos, en el diestro uso del absolutamente realizado y satisfecho, era que por
machete para ir haciendo las mejores brechas, en la razón del tiempo que imperó durante el periplo,
aparente facilidad para construir una champa, en la las fotos que pude obtener no fueron las mejores,
forma de escalar, en la capacidad de cargar y una larga teniendo esa espinita clavada que sólo me la podría
lista de etcéteras. Por todo esto, para lograr el éxito sacar yendo otra vez, lo cual me servía de inspiración
de esta empresa su participación fue indispensable. para mantener viva la idea de volver a la cascada aún
El último de los participantes más no por eso menos sin nombre definitivo…

Segunda Expedición
(23, 24, 25 y 26 de febrero de 2006)

“No culpes a las montañas de tus vicisitudes porque ellas jamás te harán ningún daño, pero cuando
oses entrar a sus dominios, respétalas, y resuelve con responsabilidad y sentido común los obstáculos

que ellas pondrán en tu camino”
Carlos Beteta

Participantes: Guías:
Carlos Beteta y Luis De La Vega Erwin Misael Aldana, Henry Orellana y

Benjamín Agustín

TIEMPOS Y DISTANCIAS RECORRIDOS: IDA

Punto de Partida Hora de Punto de Llegada Hora de Llegada Tiempo de Km
Partida Caminata Recorridos
Aldea Morán 09:35 horas
(1230 ms.n.m.) Cumbre de la Sierra 14:15 horas 4:40 h 8.0
Cumbre de la Sierra 14:15 horas (1750 ms.n.m.)
(1750 ms.n.m.) 2.5
Campamento 08:08 horas Campamento 17:05 horas 2:50 h
(1500 ms.n.m.) (1500 ms.n.m.) 3.0
13.5 km
Fondo de la Catarata 10:15 horas 2:07 h 9:37 h
(1405 ms.n.m.) 42.7 min/km

Total de kilómetros recorridos

Tiempo de caminata de ida

Promedio de velocidad de marcha de ida

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TIEMPOS Y DISTANCIAS RECORRIDOS: REGRESO

Punto de Partida Hora de Punto de Llegada Hora de Tiempo de Km
Partida Llegada Caminata Recorridos
Fondo de la Catarata 12:52 horas Campamento
Campamento 8:55 horas Cumbre de la Sierra 14:30 horas 1:38 h 3.0
12:00 horas 2.5
Cumbre de la Sierra Aldea Morán 11:50 horas 2:55 h 8.0
13.5
16:30 horas 4:30 h
8:12 h
Total de kilómetros recorridos 36.44 min/km

Tiempo de caminata de Regreso 18:40 h
27.0 km
Promedio de velocidad de marcha de regreso 41.5 min/ Km
TOTAL DE TIEMPO DE CAMINATA DE IDA Y DE VUELTA

DISTANCIA TOTAL DE RECORRIDO

PROMEDIO DE VELOCIDAD DE MARCHA IDA Y REGRESO

Tal como lo describimos en la primera parte, el ocasiones las noticias no eran alentadoras: sigue
descubrimiento de esta hermosa catarata fue el lloviendo mucho. Sin embargo nosotros sabíamos
30 de novivembre del 2005 y aunque fue motivo que el comportamiento del clima en esas montañas
de gran satisfacción y alegría, a mí me quedó un es totalmente impredecible, atípico de cómo ocurre
objetivo insatisfecho que me sirvió de estímulo para en otras montañas, pues en cuestión de minutos -no
mantener viva la ilusión de regresar, y todo debido de horas-, puede cambiar de un tiempo lluvioso y
a que en esa ocasión tuvimos la mala suerte de que nublado a un día caluroso y despejado en la vertiente
el clima que predominó durante prácticamente toda del Motagua, mientras en la vertiente del Polochic
la expedición, fue malo por lo lluvioso y nublado, (donde se localiza la catarata), cae una torrencial
lo que condicionó que la travesía fuera muy lenta, lluvia, o al revés; de manera que la información que
difícil y peligrosa y que una de las noches de recibiríamos sólo nos serviría para decidir el viaje,
campamento fuera de las más desastrosa y digna de a sabiendas de que de todos modos era un riesgo de
olvidarse; pero lo más importante fue que debido lotería el que pudiéramos tener el buen tiempo que
a esas condiciones climatéricas, las fotos que pude tanto deseábamos allá en la sierra.
obtener de la cascada no fueran lo suficientemente
buenas como para documentar tan significativo El miércoles 22 de febrero llamé a Wendy quien me
acontecimiento, lo cual lamenté mucho porque contó que no había llovido en los últimos dos días y
la fotografía es la afición que complementa mi que estaba haciendo buen tiempo. Platiqué con mi
placer por el montañismo. Teniendo en cuenta lo amigo Luis De La Vega quien igual que yo estaba
anterior, mantuve el interés de efectuar un nuevo muy entusiasmado con la idea de volver a ir, y por
viaje con mejores condiciones de clima para tomar supuesto aceptó, de manera que sin pensarlo mucho
las fotos que quería y aprovechar para hacer nuevas decidimos salir al siguiente día jueves 23, sólo que
mediciones de la cascada para confirmar su altura ahora la logística cambiaría, pues saldríamos de
real, para que no quedara duda alguna. Mantuve madrugada para no descansar en Morán, sino sólo
comunicación constante con Doña Elda y Wendy parar allí y empezar a caminar el mismo día de la
para monitorear el clima en la sierra y decidir el llegada, sin imaginar las consecuencias que esta
momento propicio para hacer el intento. En varias decisión tendría.

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1° DÍA: caracteriza, especialmente a Luis, me esperaban a
cada rato. Como a una hora de la cumbre (habíamos
Salimos de Guatemala a las 4:20 horas hacia Morán, caminado apenas 3:30 h), sentía que no podía dar un
encontrando a esa hora muy poco tráfico por lo paso más, estaba como a un milímetro de desfallecer,
que a las 8:15 horas estábamos allá. Como siempre el ascenso se me hacía eterno, el agotamiento era
el recibimiento por parte de la familia Agustín fue extremo, tenía sueño y sólo quería detenerme para
cariñoso y amable y después de un breve protocolo, horizontalizarme y quedarme un largo rato sin
empezamos a preparar bártulos, aperos y vituallas. mover un solo músculo; creo que si me hubieran
El grupo lo conformaríamos además de Luis y el preguntado, voluntariamente no hubiera querido
suscrito, nuestro ya conocido Erwin Misael Aldana mover ni el músculo cardíaco siquiera. El aire que
y ahora en sustitución de Henry Orellana un nuevo inspiraba estaba muy caliente y al espirar parecía un
acompañante, Benjamín Agustín, cariñosamente dragón chino, era fuego lo que me salía de la boca
llamado Mincho. Estábamos listos y siendo las 9:35 y tenía la lengua seca como de loro. Confirmando
horas y con un día esplendoroso pero muy caluroso, lo rápidamente cambiante que es el clima en la
emprendimos la caminata. En mi caso como casi sierra, ocurrió tan sólo 30 minutos antes de llegar a
siempre me sucede, la noche anterior a la salida no la cumbre, cuando empezó a nublarse y a correr un
había dormido nada, levantándome a las 3:00 horas vientecillo fresco, y solo 25 minutos después -que
aun antes de que el despertador sonara, para partir se hicieron interminables- se sintió el característico
y pasar por Luis saliendo puntuales a las cuatro chiflón de la cumbre; eran las 14:15 horas y yo
como lo habíamos planeado, para luego conducir llegaba con mucho frío y totalmente extenuado;
durante más o menos 4 h. El no haber dormido y me senté a horcajadas con una pierna en Zacapa
la manejada que de alguna manera me significaba y la otra en Izabal y casi me dormí. El pensar que
cansancio y tensión, condicionaron que el sólo aún nos faltaban como 2:30 h de descenso hasta
comenzar a caminar fuera motivo de gran esfuerzo, el campamento me hacía sentir peor, lo cual se
y ahí cerquita, antes de pasar por los árboles llenos reafirmó al ir bajando y pasando la serie de obstáculos
de pashte, me sintiera débil y somnoliento sin la descritos en la primera expedición, aunque no
energía habitual, pero decidido a llevar a cabo la recordaba una serie de inclinados ascensos, muy
expedición a como diera lugar. La caminata era muy cortos por cierto, pero muy desgastantes para mí ya
pesada por el calor imperante, que contrastaba con deteriorada condición, al punto que a pesar de que
el frío, lo nublado y la lluvia del viaje de hacía tan era una brecha ya conocida, el trayecto se me hacía
sólo 2 meses 25 días. La sudoración era profusa y muy largo, la selva muy obscura y fría, con más lodo,
la sed muy grande. Después de 2:30 h de caminata más troncos caídos que la vez pasada y con aquellas
llegamos al río de las naranjas silvestres (sólo que grandes rocas cubiertas de musgo muy resbalosas.
esta vez no fuimos a traerlas para degustarlas), para Literalmente cada paso lo daba con el mayor cuidado
iniciar desde allí el verdadero ascenso a la cumbre de y precaución, para no trastrabillar y meterme un
la sierra, pasando cerca del mogote del cerro Cuchillo cachimbazo de consecuencias impredecibles; la
y Medio. En ese tramo de la travesía yo ya iba muy subida de un paredón o el descenso colgado de una
cansado, paraba bajo los escasos arbustos que podían rama representaba un esfuerzo muy grande para mí
darme la más mínima sombra, y literalmente me cada vez más minimizada condición física, y no sé
quedaba dormido por unos instantes para luego si sólo para hacerme sentir mejor, Luis me confesó
seguir con paso muy lento, retrasando mucho al que él también se sentía cansado; claro que él llevaba
grupo cuyos miembros con la paciencia que los a cuestas su ya famoso closet de tres cuerpos como

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mochila y yo sólo una pequeña de asalto que la la vez anterior por las lamentables condiciones
sentía como la de Luis. La deshidratación era grande prevalecientes entonces no las disfrutamos, pero
por lo que iba abrevando constantemente tanto del que ahora pudiendo hacer una hermosa fogata las
refresco que llevaba en mi “bote plástico de alcohol”, podíamos degustar asaditas a las brasas con sal.
como del agua de los manantiales que se encontraban Como de costumbre hubo sopa, frijoles con chorizo,
en el camino; en cuanto al hambre este no era tortillas recalentadas sobre los tizones, rico pan dulce
mucho, a pesar de que sólo había comido un doble con café hervido, y como postre para esta ocasión
francés con jamón y queso y unas galletas. Cuando Antonieta, mi querida chef de casa, encargada de la
estaba por pedir al grupo que paráramos para un parte dietética de mi preparación montañista, me
descanso prolongado, llegamos al punto donde había puesto dentro de mi bastimento una dotación
debíamos de desviarnos para recorrer los últimos de exquisitos platanitos fritos que para la ocasión
250 metros rumbo al anterior campamento, al que fueron un verdadero manjar. Vino el acostumbrado
llegué casi arrastrándome, eran las 17:05 horas, momento de la sobremesa para los comentarios
habíamos caminado 7:30 h desde Morán. Al llegar y anécdotas de la jornada, sin faltar uno que otro
sólo tiré mi mochila al suelo y lo mismo hice con chistorete más o menos subido de tono para
mi desvencijada humanidad, acostándome exhausto condimentar el momento.
sobre el colchón de hojas de pacaya del campamento
anterior y quedándome así por un rato y luego junto Cuando eran como las 20:30 horas me dispuse a
al grupo, ponernos a limpiar y arreglar el sitio para cerrar mis hermosos ojos azules, los cuales por
armar el campamento. la acción del cambio climático y demás noxas
ambientales, se han decolorado a un popular color
Con la triste experiencia del viaje anterior, al pasar café, ja, ja. Fue en este preciso momento cuando yo
una de las noches de campamento más desagradables me di cuenta que en el espacio que había quedado
de nuestra historia montañista, habíamos decidido para mí dentro de la champa, se encontraba una
con Luis no llevar en esta ocasión carpa, porque piedra grande semienterrada, como si fuera un
había quedado demostrado que una champa con iceberg, la que a pesar de la cantidad de hojas de
mucha hoja de pacaya en las paredes y una pieza pacaya no se pudo cubrir suficientemente, tampoco
grande de plástico por techo, era mucho más la podía quitar, ni podía mover toda la champa; de
eficiente y segura; los muchachos cortaron una gran manera que lo único que me quedaba era ponerme
cantidad de hojas de pacaya para hacer -ahora sí-, de lado como abrazándola, posición muy incómoda
un mullido colchón sobre el que tendimos nuestras pues no podía moverme hacia un lado porque allí
bolsas de dormir, poniendo de almohadas las bolsas estaba Luis, quien también tenía su respectiva
con la ropa de recambio que cada uno llevaba, y así piedrita, aunque más pequeña pero que también lo
nuestros “cómodos” aposentos quedaron listos para incomodaba, tampoco me podía mover para el otro
recibir nuestros maltratados cuerpos, o lo que en mi lado porque allí era el límite de la champa, de modo
caso quedaba de él. que me tenía que quedar tieso casi sin respirar.
De todos modos el cansancio era tal que mis 208
Luis como siempre solícito y muy espontáneo huesos y uno que otro supernumerario, mis 650
empezó a preparar la merecida cena, en esta ocasión músculos estriados (corazón incluido), más los lisos,
tanto los muchachos como nosotros llevábamos mis 42 órganos internos, y todo esto metido entre
abundante comida, y por si fuera poco habían los aproximadamente 1.8 metros cuadrados de mí
muchas pacayas tiernas y deliciosos palmitos, que arrugado pellejo convertido en un tanate viviente; se

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quedaron finalmente amontonados en ese incómodo dimensión y su entorno, aunque como dije antes,
rincón profundamente dormidos, hasta las 6:30 horas el caudal que se despeñaba parecía menor. Pudimos
cuando desperté física y mentalmente recuperado. corroborar su altura de 115 m (diferencia entre
No había llovido. Preparamos un desayuno ligero 1365 ms.n.m. arriba y 1250 abajo), y establecer su
para luego alistar nuestras mochilitas de asalto, y en localización geográfica: N 15° 11’ 54.1” Y W 89°
mi caso además, mis cámaras (en esta ocasión llevaba 29’ 8.1” con dirección 25° al NNO, a 1250 ms.n.m.,
también una cámara digital para empezar a usar esta en jurisdicción de El Estor, departamento de Izabal.
nueva tecnología), por su parte Luis había llevado Eran las 10:15 horas, y habíamos caminado 2:07 h
un aparato más sofisticado con altímetro más exacto desde el campamento.
y GPS, con el objeto de corroborar o rectificar los
datos de la altura de la cascada, así como identificar Aunque el clima era mejor que la primera vez, estaba
las coordenadas geográficas para su localización nublado con el cielo menos gris, ocasionalmente
exacta. aparecía por ahí un pedacito de cielo azul y yo me
quedé por algún tiempo “velando” ese momento
2 ° DÍA: para que coincidiera lo azul del cielo con la parte
alta de la catarata para obtener un bonito contraste,
El día amaneció más o menos claro teniendo la y en un momento en que esto ocurrió, en lo que
esperanza que se despejara en las siguientes horas. A enfoqué y encuadré la imagen, el pedacito de cielo
las 8:08 h y a 1365 ms.n.m., iniciamos el descenso a azul desapareció, de manera que no pude obtener
la quebrada de El Picudo, que como habíamos dicho la foto que yo quería; aun así tomé muchas otras,
en la primera parte era muy inclinado, llegando algunas con luz de sol que aparecía tímido por ahí,
a ella en 27 min; la mayoría del trayecto se hace algunas también de la poza que forma la cascada y
“de nalgas y a cuatro patas”. Le volvimos a tomar de los muchachos subidos en una repisa rocosa por
fotos a la cataratita teniendo ahora la impresión de detrás del chorro, que sirve como referencia para
que el caudal de la quebrada era menor que la vez calcular a simple vista la altura de la catarata; en
anterior. Empezamos por encaramarnos bordeando fin, logré uno de los objetivos principales del viaje
la peña que forma el embudo de la caída, para luego como era el de obtener mejores fotos que la primera
caminar la parte horizontal del trayecto y después vez. Comimos y bebimos algo en lo que seguíamos
iniciar el peligroso descenso en línea recta hacia el esperando por el cielo azul que nunca llegó y por
fondo del cañón, siguiendo la sutil brecha que en tan el contrario empezó a tronar amenazando lluvia.
sólo 2 meses 25 días ya se había borrado bastante. A Habiendo permanecido por 2:37 h en el lugar
diferencia de la vez pasada ahora mientras íbamos y siendo ya las 12:52 horas decidimos partir de
bajando, podíamos ver entre la selva fragmentos de regreso. El ascenso ahora lo sentimos más fácil
la cascada mucho antes de llegar al fondo, porque pues había menos lodo que la vez pasada y sólo eso
no estaba tan nublado. Algo muy notorio durante hacía una gran diferencia, de modo que avanzamos
el descenso y al momento de llegar al río fue el rápido llegando en 1:38 h al campamento; eran sólo
hecho de que la algarabía, la euforia, los gritos, las las 14:30 horas, muy temprano por cierto, teniendo
lágrimas y la felicidad reinantes la primera vez, no toda la tarde para descansar y salir muy temprano al
eran iguales, precisamente porque ya era “la segunda día siguiente.
vez”, y ahora éramos menos expresivos aunque
no menos satisfechos y contentos. Ya en el fondo Después de un rato comentando la jornada, cortamos
del cañón ahora podíamos ver con toda claridad una gran cantidad de hojas de pacaya para cubrir
la magnificente belleza de la cascada en toda su muy bien las piedras del suelo de la champa para

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dormir mejor esa noche. Tuvimos mucho tiempo cansado; los muchachos hubieran querido irse
para platicar y adelantar arreglando el jaracatal de corriendo para llegar muy pronto a casa, Luis podía
chunches, bolsas, botes, cajas, comida, costales, también irse mucho más rápido; sin embargo fiel a
lazos y el montón de etcéteras; para que al día su costumbre venía siempre atrás de mí o muy cerca
siguiente la salida fuera más fácil y rápida, aunque adelante como cuidando al viejito, cosa que yo le
no necesariamente tan temprano. Decidimos salir agradezco siempre.
a las 9:00 horas. Caía una tenue llovizna cuando
nos acostamos y ya adentro de la champa nos Cuando pasamos por los rastrojos y pastizales vimos
percatamos que a pesar de la gran cantidad de hojas una yegua barcina y dos vacas, una prieta y otra overa,
que habíamos colocado, las piedras aún se sentían que casualmente después supimos que se le habían
lo suficiente como para incomodarnos; además, en extraviado a un vecino de Don Ovidio. Pasamos
las partes cóncavas del nylon que pusimos por techo, espantando primero una parvada de cachaginas,
se formaban “pocitas” y habiendo allí pequeños palomas muy apreciadas por los cazadores, y luego
agujeritos, se convirtieron en unas goteras que fuimos encontrando muchas tortolitas que dejaban
cuando la lluvia arreció, tuvimos que arreglar acercarnos bastante, para luego salir volando
elevando las pocitas para vaciarlas, tratando de que rápidamente y asustarnos a nosotros. Nos llamó la
los agujeritos quedaran elevados. Estos chapuces atención encontrar menos animales esta vez que
los hicimos varias veces durante buena parte de la la anterior, aun así pudimos ver chiltotes con sus
noche, de modo que entre las piedras y las goteras no parejas de chorchas y un clís clís atisbando desde
pudimos dormir ni siquiera como la noche anterior. las alturas en los rastrojos por algún ratón o taltuza
De cualquier manara la noche pasó. desprevenidos, que anduviera comiendo de las
mazorcas talishtes dejadas por los tapiscadores. Poco
3° DÍA: a poco fui desandando la vereda, abrevando en los
veneros y riachuelos, descansando a la sombra de
Nos levantamos a las 6:45 horas.., desayunamos, los matochos o frondosos árboles, tomando algunas
terminamos de arreglar los bártulos, y mochilas fotos y oyendo el canto melancólico de una espumuy,
al hombro salimos a las 8:55 horas con un día pero sobre todo meditando y reflexionando sobre lo
despejado como se podía ver a través del dosel de inmensamente dichoso que era al tener la suficiente
la selva. Con la lluvia de la noche anterior el suelo condición física y la ilusión a mi edad, para poder
estaba otra vez espantoso de lodo, muy resbaloso hacer estos viajes y tener el privilegio de ver, sentir,
y peligroso, por lo que el ascenso a la cumbre me oler, oír y degustar todo lo maravilloso que la
pareció muy largo y difícil, haciéndolo muy despacio naturaleza me brindaba, y compartir con los amigos
sabiendo que teníamos todo el día para llegar. Ya y con la buena gente del campo. Al mismo tiempo
en el borde de la cumbre siendo las 12:00 horas y no podía dejar de pensar cómo me iba a sentir el día
con otro clima, pudimos tener bonitas vistas tanto que todo esto ya no lo pudiera hacer…
hacia el valle del Motagua, como por primera vez
hacia el valle del Polochic que no habíamos tenido Misael y Mincho se habían adelantado un poco y
en la expedición anterior, aunque lo que se veía era mientras los seguíamos oímos un disparo (me olvidé
la inmensa montaña virgen que se perdía inclinada decir que Mincho había llevado consigo un rifle 22
hasta el valle. Después de descansar un buen rato en contra de nuestra sugerencia de no hacerlo),
iniciamos el largo descenso a Morán, cuyas casitas y cuando nos juntamos nos mostró un pavo de
se veían a casi dos leguas de distancia y a 4:30 h de monte que había matado cuando estaba en lo alto
tiempo. Yo iba muy despacio, tranquilo y menos de un caulotal y que lo llevaría para comerlo. En la

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última legua del recorrido los muchachos y Luis se tiempo, sentir de nuevo nostalgia al pensar si alguna
adelantaron, pues yo en parte por el cansancio y en vez nos volveríamos a ver…
parte intencionalmente me quedé atrás como señero
y pensativo andarín, por lo que llegué a casa de los Sacamos como siempre con gran dificultad el
Agustín como 35 minutos después de Luis, eran las vehículo del estrecho “estacionamiento” frente
16:30 horas, después de 7:25 h de caminata desde el a la casa, y enfilamos pendiente abajo hacia “la
campamento. ruta”(como le llaman a la carretera CA9 en la región),
para dirigirnos luego a Jones, pues le habíamos
Luego de saludar a Doña Elda, Wendy y los ofrecido a Doña Elda pasar a visitar a Evanely, la
patojos, descansamos un rato, luego nos bañamos hija menor de la pareja, una muchacha muy bonita a
y para seguir con la tradición, Doña Elda nos tenía quien conocimos en junio del 2002 cuando llegamos
preparado el tradicional caldo de gallina de patio y las por primera vez a escalar El Picudo, y de quien
tortillitas “sapitos” que llegaban “saltando” a la mesa hablamos en la primera expedición, y que ahora
para ser consumidas con avidez por los hambrientos con tan solo 16 años ya estaba casada y vivía con
comensales, simplemente con sal que tanta falta su esposo en ese municipio, pues él era oriundo de
nos hacía, o acompañando al delicioso caldo; había allí. La visita fue muy agradable pues yo veía a esa
refrescante limonada, pan traído de Santiago y café patoja como si fuera una hija por haberla conocido
del de la casa, todo un banquete como siempre. muy pequeña.

En esta ocasión la familia ya contaba con un pequeño Después de cumplir con estos “compromisos
generador de electricidad a gasolina, que le permitía sociales”, salimos rumbo al Rancho para la parada
tener luz el tiempo que quisiera, sin las limitaciones de ley en el restaurante “Chicharrones Don Carlos”,
que le imponía la energía obtenida por medio de para la obligada cervecita Dorada Ice bien fría, con
paneles solares fotovoltaicos que poseía antes, por lo la respectiva platada de chicharones, carnitas, yuca,
que esta vez abusamos, y no fue sino hasta las 21:00 picado de rábano y aguacate, todo simplemente
horas cuando nos despedimos con los obligados delicioso. Salimos del restaurante rumbo a la
agradecimientos por TODO, y nos acostamos. capital totalmente satisfechos de cuerpo, alma y
Ahora sentíamos el piso deliciosamente mullido mente, después de cuatro inolvidables días de andar
comparado con el suelo y las piedras de la montaña. enmontañados como nos gusta.
Dormimos como bebés levantándonos a las 6:25
horas para reacomodar los tepalcates en la Nissan COMENTARIO:
y luego pasar a desayunar, nada menos que el pavo
de montaña que había cazado Mincho, cocinado en Esta fue una actividad complementaria a le efectuada
una especie de pulique que aun de desayuno era una 2 meses 25 días antes cuando descubrimos la catarata
delicadeza culinaria. Ya bien descansados y comidos, que en un principio bautizamos con el nombre de
venía la parte siempre triste de la despedida con Catarata De Los Seis, pero que luego de platicarlo
fuertes y sentidos abrazos y sin poder evitar que con Luis decidimos cambiarlo por el de Catarata
los ojos se “humedezcan” un poco, disimulando con Tzuul Tak´a, en honor a la divinidad de la teogonía
una “triste” sonrisa. Cuando no existe forma alguna Maya K´ekchí, Dueño y Señor del Cerro y del Valle.
de expresar el profundo agradecimiento por las Además, Tzuul Tak´a es el nombre de nuestro
múltiples atenciones que esta querida familia nos Grupo de Montañismo a la fecha con más de 25 años
prodigaba, el silencio absoluto y una mirada que de fundado.
habla es lo único que a veces se nos ocurre; al mismo

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En esta segunda expedición cometimos el error de descubierto esta cascada que permaneció ignota en
hacer el viaje directo desde Guatemala hasta el primer pleno corazón de la Sierra de Las Minas, en un país
campamento sin haber dormido bien y sin descansar, de sólo 108,889 kilómetros cuadrados de extensión,
lo cual fue un abuso, extenuante y contraproducente donde pareciera que un accidente geográfico como
para mí. El ahorrarse un día (cuatro en lugar de este sería difícil que permaneciera desconocido;
cinco en total), no compensa el cansancio extremo sin embargo, conociendo la gran extensión de la
que a mi edad tiene consecuencias funestas, a pesar sierra aún inexplorada, es muy probable que existan
de caminar despacio y no cargar mochila completa. otras bellezas geográficas todavía sin descubrir.
Ojalá y aún pudiera yo tener el tiempo y las fuerzas
Como colofón, de cualquier modo quiero reafirmar para descubrir alguna de ellas..., y mientras tanto,
la gran satisfacción personal que me produce el haber mis agradecimientos para mis AMIGOS DE
MONTAÑA.

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EXPEDICIÓN RAXÓN “AVIONAZO”

Primera Intento
(23, 24, 25 y 26 de octubre del 2009)

“El montañismo es una conducta, un comportamiento, una religión, en donde en cada bosque, en
cada cascada o río, en cada cumbre o cenote, en cada orquídea o animal salvaje, hay una iglesia;

donde puedes entrar en comunión con tu Dios, El de él o El de ella, o El de todos”
Carlos Beteta

Participantes: Guías:
Carlos Beteta, Luis De La Vega, Roberto Jacinto, Rolando Herrarte

Luis Luján y Mario Fuentes y Armando Jacinto

EXPEDICIÓN RAXÓN “AVIONAZO” 2,009
PRIMER INTENTO

ASCENSO

Salidas y Llegadas Tiempo Altitud Distancia
Kilómetros
Salida de Ciudad de Guatemala Horas Ms.n.m.
Llegada al Jute Del carro al Río
Día 1 Llegada al río Santa Clara 04:40 1,502 Río- Base del Caracol 0.5
Día 2 Llegada a la base del Caracol 07:40 520 Base-Cumbre del Caracol 3.5
Llegada a la cumbre del Caracol 11:30 1,070 Cumbre del Caracol- 1a meseta 1.2
Llegada a la primera meseta 12:15 940 1ª meseta- 2a meseta 0.7
Llegada a la segunda meseta campamento 1 16:00 1,440 0.1
Salida del campamento 1 16:30 1,520 Campamento 1 - Piedra de la
Llegada a la Piedra de La Culebra Manantial 17:00 1,620 Culebra 0.15
C´anti pek´há 07:30 1,620 Piedra de la Culebra- Cumbre del
Filón 1.0
Llegada a la cumbre del Filón 08:10 1,735 Cumbre del Filón- Base Raxón
2.3
Llegada a la base del Raxón Venero Chabilhá 12:20 2,000
campamento 2
Tiempo total de campamento 14:40 2,600
Ms.n.m. ascendidos
Distancia total recorrida 12:40 h
Velocidad de marcha 1530

9.35 km
81.3 min/km

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DESCENSO

Salidas y Llegadas Tiempo Altitud Distancia 5.35
Horas Ms.n.m. Kilómetros 4.0
Día 3 Salida del campamento 2 08:00
Llegada al río Santo Domingo 2,600 Campamento 2 - río Santo
14:00 domingo
1,235
Día 4 Salida del río Santo Domingo 11:40 Río Santo Domingo - Carro
1,100
Llegada al carro 13:30 1,215

Tiempo total de la caminata 07:50 h

Ms.n.m. descendidos 1530

* Distancia total recorrida 10.35 km

Velocidad de marcha 45.41 min/km

* Se caminó 1 km para ir a la cascada del río Santo Domingo

ASCENSO Y DESCENSO

Tiempo total de caminata efectiva 20:30 h
Distancia total recorrida 19.80 km
Promedio de velocidad de marcha 62.12 min/km

*Metros sobre el nivel del mar.

Para mí, la significación de escalar el enigmático cerro río Santo Domingo, pues ahora usaría una cámara
Raxón obviamente fue más importante la primera digital con la que podría obtener imágenes de una
vez en 1995, cuando logré la cumbre acompañado mejor definición de tan hermosa catarata. Además,
de mi amigo Oliverio Guerrero, posteriormente se había planeado en esta oportunidad intentar llegar
en 1996 también fue importante por haber ido al sitio donde están los restos del avionazo del 24 de
acompañado de otros miembros del Grupo Tzuul mayo de 1956 en la cara oriental del cerro, lo cual si
Tak´a, y finalmente en 1998 cuando intentando era un incentivo más para llevar a cabo la expedición.
llegar a la cumbre de la montaña La Cucaracha, Luis Luján se ha identificado con nuestra forma de
perdimos la ruta y nos dirigimos al mismo Raxón practicar montañismo en el Grupo Tzuul Tak´a, tal
y para no “desperdiciar” el viaje escalamos una vez como lo hacemos desde hace 16 años, cuando después
más la cima del emblemático cerro. de escalar los 38 volcanes oficiales de Guatemala,
decidimos dedicar toda nuestra energía y entusiasmo
En esta nueva ocasión, desde hacía algunos meses a subir innumerables cerros y recorrer las montañas
atrás, tácitamente me había comprometido con mi más importantes del territorio nacional. Pues bien,
amigo Luis Luján para llevarlo algún día al mítico aun cuando Luis es miembro activo del Club Andino
cerro Raxón después de hablar de él en muchas Guatemalteco, institución pionera del montañismo
ocasiones, lo que le despertaba cada vez más su ilusión nacional donde cuenta con muy buenos amigos y
y entusiasmo. En lo personal mi interés no era tanto con el cual se identifica plenamente y mantiene una
alcanzar una vez más esa cumbre, sino aprovechar leal afiliación, ha venido caminando con nosotros
la oportunidad para tomar nuevas fotografías de esa desde el 15 de septiembre del 2007. En lo personal
bonita actividad y especialmente de la cascada del le agradezco su compañía, pues no es fácil encontrar

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a una persona con el entusiasmo, capacidad y calidad Aunque sé que mi tiempo de montañista está
de compañero de montaña como él, con quien me llegando a su fin (por lo menos para proyectos
siento agradablemente identificado caminando, que demanden mucho esfuerzo físico), y no tanto
esperando que para Luis sea igualmente agradable, por los 74 y piquito… de años de edad (soy modelo
gratificante y satisfactorio caminar conmigo, pues 1935), sino por lo deteriorado de mi anatomía,
debo reconocerle que teniendo la capacidad física especialmente desde el punto de vista neurológico,
que posee, debe de hacer un gran esfuerzo y tener que me convierte en un tratado viviente de patología
una paciencia de santo para caminar a mi lento de esa disciplina con un tanate de achaques y
paso y esperarme a cada rato, aun cuando jamás minusvalencias; sigo presumiendo de trotacerros y
me ha demostrado molestia alguna por esto, antes encumbrando las más recónditas, arcanas e ignotas
bien, es siempre jovial, alegre, amable y dispuesto. montañas que pueda encontrar, mientras aún pueda
Pues bien, a Luis, respetando como he dicho su leal seguir haciéndolo…
afiliación al Club Andino, no le impide demostrar
su interés por saber qué nuevo proyecto bucólico Aun cuando la primera ascensión al emblemático
estamos preparando apenas después de regresar de cerro Raxón en junio de 1995 tuvo como dije
uno, notándosele el espíritu montaraz que lo inspira ante una significación muy especial para mí, y
y que comparte durante los viajes con nosotros. Es Oliverio Guerrero el amigo que me llevó fue un
más, en dos o tres oportunidades me ha expresado gran “compañero” de montaña, a quien siempre le
que le gusta mucho el profundo mensaje subliminal estaré muy agradecido por una serie de razones;
que encierra la Oración de Cumbre al dios Tzuul preferí escoger este cuarto intento de ascensión a
Tak´a, que nuestro Grupo adoptó como propia y la mi querido Raxón para objeto de esta narración,
cual leemos al alcanzar cada cumbre. porque quería que mis amigos “los Luises”, pudieran
contar con esta anecdótica narrativa para releerla
Por otro lado un excelente montañista y especial más adelante…
amigo Luis De La Vega, quien ha caminado con
nosotros desde hace más de 17 años (2 junio 2002), Después de este extenso prólogo, paso a narrar lo que
a pesar de lo cual no se siente tan identificado con fue este viaje al emblemático, mítico y casi mágico
nuestro grupo (según él mismo lo expresara durante cerro Raxón. Originalmente se había conjuntado
una excursión pedestre, que hiciéramos al río Agua un quinteto de aventureros andarines; sin embargo
Fría en San Lorenzo Mármol en 2008), y yo así lo por fuerza mayor mi muy estimado amigo y médico
percibo, lo intuyo y de alguna manera lo lamento, traumatólogo personal Dr. Carlos Hacohen, quien
porque desearía considerarlo como un legítimo ha cuidado de todo lo concerniente a mi apolillado
miembro del Grupo. Sin embargo el caminar en esqueleto con sus respectivas articulaciones,
compañía de Luis De La Vega es siempre una tendones, ligamentos y demás accesorios, ya no
muy agradable experiencia por su don de gente, pudo hacer el viaje; de manera que finalmente se
amable, respetuoso, muy servicial, acomedido y organizó un cuarteto con Luis Luján, Luis De La
especialmente atento conmigo, y con una paciencia Vega, un amigo suyo Mario Fuentes y el suscrito.
de ángel de mi guarda, quien siempre se queda
esperándome al final de la fila de caminantes, a pesar DIA 1:
de que él pudiera irse adelante por su gran condición
física y experiencia montañista; estas actitudes se las Salimos el viernes 23 de octubre a las 4:40 horas
reconozco con gratitud, admiración y respeto. (por primera vez en 17 años me pasaron a recoger
a la puerta de mi casa), rumbo al noroeste por la

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carretera a Puerto Barrios la cual nos esperaba con siempre tengo el deseo de abrazarlo cuando paso
un congestionado tráfico pesado, lo que nos obligaba por El Jute y confirmar que aún vive, a pesar de
a transitar a una lenta velocidad, aunado al hecho las mil y una vicisitudes vividas que hacen de su
de que Mario quien nos transportaba en su pick up, sobrevivencia un verdadero milagro. Me da mucho
conducía despacio y temeroso por esta pista, que nos gusto verlo y ahora en especial porque queríamos
confesó no conocía bien. Por fin llegamos al Jute que nos diera algunos datos sobre la ruta a seguir
en jurisdicción de Usumatlán en el departamento para tratar de llegar al sitio, donde el 24 de mayo
de Zacapa a las 7:40 horas a 520 ms.n.m., aquí de 1956 ocurrió el accidente de aviación que dejó el
nos detuvimos para visitar por unos momentos a saldo fatídico de 26 muertos y solo un sobreviviente,
mi querido amigo Don Antonio (Toño) Alonso; precisamente en el cerro Raxón; ocasión en que
hombre a la sazón de 89 años, quien nos acompañara Don Toño como único conocedor de esa parte de la
en las tres ocasiones anteriores al famoso Raxón, la sierra, fue el guía del grupo de rescatistas formado
última de estas cuando tenía 77 años, y a pesar de por miembros del ejército, policía, y civiles. En esa
una secuela de herida de bala en la cadera derecha ocasión Don Toño permaneció en el sitio por casi
que lo hacía renquear un poco, lo cual no le impide un mes. Platicando con Don Toño nos sorprendió
a su espíritu indomable de campirano y genuino como siempre, cuando con una claridad de mente
subirmontes enmontañarse con nosotros. Por esto y una memoria fotográfica privilegiada, nos relató
con detalles “milimétricos”, además de los nombres
de varios de los fallecidos, situaciones vividas,
anécdotas y algunas narraciones un tanto crudas o
espeluznantes en relación con el hallazgo y el manejo
de los cadáveres, que nos dejó atónitos, pues eran
datos que jamás se dieron a conocer. Después de
escuchar el relato de sus experiencias, nos tomamos
fotos con el legendario Don Toño y le entregamos
algunos víveres y ropa que siempre aprovechamos
llevarle cuando lo visitamos.

En casa de Don Toño. En El Jute dejamos la suavidad del asfalto, para
iniciar el recorrido en camino de terracería, lo que
en mi caso lo hacía por décimasexta vez: el ascenso
a la Sierra de Las Minas por esa ruta, para llegar a
los diferentes destinos en esas arcanas montañas,
que aún cuentan con ignotos rincones que son
precisamente el motivo e inspiración para nuestras
aventuras de a pie. El camino estaba en excelentes
condiciones con un balastro como asfalto, aunque
siempre muy angosto y bordeando profundos
barrancos de 300 m de profundidad y 60°-70° de
inclinación, que sugieren “muy sutilmente” conducir
con extrema concentración, pues se puede uno
encontrar -como de hecho ocurrió- con vehículos
que en sentido contrario bajan a mayor velocidad y

247

que son un verdadero peligro. Pasamos más adelante rebotando como en el tambor de una mezcladora
por la aldea El Chico, y un poco más arriba dejamos el de cemento y nuestros porteadores en la palangana
excelente balastro para tomar la primera desviación saltando como poporopos; aún así, estas condiciones
a la derecha (al nororiente), camino que ya no es tan son incomparables con las que encontráramos hace
bueno y solo apropiado para nuestro 4x4. Así muy 14 años, cuando venimos la primera vez, cuando
lentamente nos fuimos acercando a La Montañita, existían barriales con profundas zanjas hechas por
donde se encuentra una puerta de golpe al lado de la los camiones, desvencijados puentes de troncos
casa de nuestro conocido porteador y amigo Enildo a punto de colapsar que “sutilmente invitaban” a
Gutiérrez -a quien todos llaman Herlindo- quien al algunos de los ocupantes a bajarse del vehículo,
vernos llegar salió a recibirnos como siempre con dejando a su suerte solo al piloto; claro que no lo
su característica sonrisa de norte a sur como saludo, hacían por miedo, sino solo por “pura precaución”…
que denotaba la alegría de vernos. Con él estaban ya Pues bien, ahora no era esa la situación, pero aún se
listos -como lo habíamos acordado con antelación- tenía que ir avanzando muy lentamente. Pasamos
sus cuñados: Rolando Herrarte y Roberto Jacinto, precisamente por un punto donde en 1996 -y fue la
también conocidos nuestros porque en el pasado única vez-, mi recordada Nissan Patrol que siempre
nos acompañaron junto con “Herlindo”, a dos de las extrañaré, no pudo subir ni con llantas Michelin
tres etapas de la travesía “El Siglo-Pinalón” siempre nuevas por una curva muy empinada, estrecha, llena
por este mismo rumbo. También estaba Armando de barro espeso como melcocha, muy resbaloso y
Jacinto, joven de 24 años, nuevo miembro del grupo flanqueada por un lado por paredón y una enorme
de porteadores, quien nos acompañaría en esta roca por el otro. En esa oportunidad mi Patrol tuvo
ocasión en lugar de Herlindo, quien por compromiso que ser remolcada como unos 30 m por un tractor
previo de trabajo no lo podía hacer esta vez, aunque que providencialmente se encontraba haciendo
como nos lo dijo, deseaba mucho acompañarnos trabajos de mantenimiento precisamente en ese
aun sin remuneración alguna, porque tenía muchos punto; pero lo peor no fue eso, sino el hecho de
deseos de conocer el Raxón. Saludamos a su esposa que adelante de mí, un pick up no precisamente
e hijos y bajamos unas bolsas de ropa usada -pero del año, por no decir un fotingo, con llantas
en excelentes condiciones-, que repartiríamos al convencionales a las cuales casi se les veía el aire,
regreso entre sus familiares y vecinos de la pequeña sí logró vencer el obstáculo aunque con dificultad.
comunidad. Luego de acondicionar los avíos, ropa, A la fecha todavía me pregunto: ¿Cómo lo hizo?...
machetes, agua, etc., de los muchachos, junto mis vastos conocimientos en mecánica automotriz y
a nuestro montón de tanates, bolsas, mochilas, mi experiencia en manejo por brechas intransitables
bordones y un jaracatal de chunches; nos despedimos aún no me dan la respuesta. En fin, ya perdoné a mi
de Herlindo y nos encaramamos al pick up Mazda de fiel camioneta porque por otro lado, en infinidad de
Mario, enfilando rumbo al siguiente paso: la finca ocasiones me subió y me bajó por lugares sin camino,
La Constancia de Maderas El Alto S.A. -MEASA-, donde ese pick up “tal por cual”, no lo hubiera podido
donde hicimos precisamente el alto, obligados por hacer, de eso estoy seguro.
el guardián armado con senda escopeta cuache 12,
quien nos requería el respectivo permiso extendido Llegamos al paso del collado entre el cerro El Siglo
por la empresa para poder transitar por su propiedad. y el Bandera Perdida a 2300 ms.n.m., un cruce de
Este punto marca el verdadero inicio del ascenso cuatro brechas y tres grandes puertas de golpe de
a la Sierra de Las Minas, a unos 12 km de El Jute. doble ala. Al occidente la brecha -muy limpia por
A partir de aquí el camino es más inclinado y en cierto-, hacia la cumbre de El Siglo; al oriente, hacia
peores condiciones, de modo que en la cabina vamos el cerro Bandera Perdida; hacia el sur, hacia El Jute

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Vista del Caquipec y El Raxón

de dónde veníamos, y al norte, ahora hacia abajo, un camino en general en buenas condiciones, y
hacia El Aguacate, a donde nos dirigíamos. Esa parte después de unos 45 minutos desde las tres puertas
del camino para el que lo pasa por primera vez -y llegamos al cruce donde a la izquierda y a unos 150
aún para mí-, produce una extraña, inexplicable, m está lo que hace 11 años fuera el campamento
mágica y entre agradable e intimidante sensación, El Aguacate a 1635 ms.n.m., a este lugar eran
el encontrarse de pronto frente al majestuoso e trasportados todos los lunes desde la planta de
impresionante cerro Raxón, solo separado de él por MEASA en el km 111.5 de la carretera CA9, gran
el no menos impresionante cañón del río Teculután número de trabajadores de la finca, los que luego
de más de 800 m de profundidad desde el lado donde eran llevados de regreso los sábados. Con nostalgia
íbamos y 2081 m del lado del cerro. Esta vivencia vemos ahora los restos de las galeras y la casa de
solo se puede experimentar en este remoto camino la administración donde en varias oportunidades
por las maravillosas vistas de una extensa parte paramos en ruta a cerros como el mismo Raxón, La
de la sierra, en donde se pueden identificar varias Cucaracha, el Mululjá, el Siglo, el 1911 y otros. Es
cumbres como: La Cucaracha, los cerros Caquipec, muy triste ver como todo va muriendo o cambiando
El Cenagal, y El Raxón con todo su filón de ascenso y para mal aun en estos remotos rincones. A la derecha
cómo el filón de descenso por su cara oriental, llega del cruce, el camino sigue hacia abajo buscando el
al sitio del avionazo de 1956. Se ven también los fondo del cañón, solo que a partir de aquí lo que
dos mogotes de Las Chiches o Gemelas, la “puntita” era un camino, hoy convertido en brecha, no recibe
del cerro Santo Toribio, y los cerros Mojón de ningún tipo de mantenimiento, está completamente
Joya de Bueyes, Peña Rajada y una docena más de abandonado, enmontado. El vehículo avanza
crestas y montañas que no podemos identificar. Con doblando y apartando matorrales a ambos lados,
esa imagen que se queda gravada en la retina para los que a veces reviran y nos chicotean por entre las
siempre, aflora simultáneamente una sensación de ventanillas, y por el suelo aplastando zacate, zarzales,
temor e incertidumbre ante el reto de no saber con ramas y chiriviscos. No se pueden ver las orillas del
certeza lo que nos depara el intento de conquistar camino porque la brecha es muy estrecha, dejando
semejante coloso: El Raxón. Seguimos bajando por a veces solo unos 25-40 cm de margen fuera de la

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rodada, que en ocasiones a la derecha y a veces a la del total del peso a cargar. Después de acomodar
izquierda sabemos que llevamos la inclinada ladera todo aquel titipuchal de tepalcates, estábamos
que llega hasta el fondo del cañón, con el riesgo listos para iniciar la caminata de acercamiento a
inminente de una derrapada porque el terreno no es la base del filón que nos llevaría a la cumbre. Eran
muy compacto. Lentamente y con mucho cuidado las 11:30 horas y estábamos a 1070 ms.n.m. Con el
Mario toma el descenso, percatándonos de que no entusiasmo que inspiraba aquel momento se formó
tiene mucha experiencia en conducir en este tipo la tradicional fila india de siete bucólicos viandantes,
de brechas, que en realidad están hechas para ser los primeros pasos se dan en un camino sombreado
recorridas solo por patachos de acémilas -como es muy agradable, porque no se sentía el calor del
efecto encontramos uno-, y no para vehículos de fuerte sol; como a los 10 minutos (11:40 horas a
cuatro ruedas. Bajando más y a veces apeándonos 1060 ms.n.m.), llegamos al río Blanco (que es el
del carro, para ir retirando ramas y piedras (en mismo Santa Clara que ha cambiado de nombre un
una de ellas se escondía un alacrán), encontramos poco más arriba y solo unos 2 km más abajo toma el
dos o tres pasos muy estrechos, uno de ellos por el nombre de río Teculután). Aquí este río tiene unos
derrumbe de una ladera de piedras flojas de laja muy 6 m de ancho y apenas empieza su lucha contra la
inestables, que tuvimos que acomodar para hacer contaminación, aparentando tener aún limpio su
posible el paso del pick up, no sin antes preocuparnos caudal, con ese color ámbar que caracteriza a todas
por el inminente peligro de una volcadura por la las vertientes fluviales provenientes de la Sierra de
forma cómo se inclinaba el carro, por lo que nos Las Minas.
vimos obligados a apeamos una vez más solo por
pura precaución…, dejando solo al volante al pobre Me acercaba a la orilla del río cuando Luis
e inexperto piloto. Luján, quien había pasado primero, me previno
diciéndome: Cuidado Carlitos que aquí está muy
Finalmente llegamos al punto donde el camino resbaloso; llegué al lugar, apoyé la punta de mi
termina, ahora encontramos aquí solo dos o tres fiel bordón de liquidámbar en una piedra y dando
rústicos ranchos, habitados por gente extraña que un pequeño brinco, me di tremendo cachimbazo
ha poblado esa parte en forma de improvisados cayendo de bruces sobre la piedra con mi maltrecha
asentamientos, en lo que antes eran terrenos de la finca humanidad; Luis se asustó, preguntándome:
Santa Clara de MEASA, y que, según nos dijeron, los ¿¡Carlitos, no se golpeó!? Le respondí que no, aun
han obtenido como compensación de prestaciones cuando no lo sabía ciertamente. Mi fiel bordón
laborales. Estas gentes viven en condiciones me había traicionado resbalando en una especie
paupérrimas y por supuesto contaminando con de musgo que cubría la piedra y que parecía seco;
toda clase de inmundicias lo que antes era un lugar afortunadamente la caída aunque aparatosa no tuvo
virgen, especialmente un riachuelo afluente del río consecuencias, pues de otro modo hubiera sido
Santa Clara. Presenciar ese deterioro, ahondó aún para mí el final al principio del periplo. Después de
más en mí ese triste sentimiento de ver morir esos abominar con toda una ensarta de palabrotas del
otrora bellos lugares. Buscamos un lugar ad hoc para silabario m, alp, alch. y más, llegamos al río donde
dejar el carro bajo la sombra de árboles cerca de “ese ahora existe un rústico y endeble puente -antes nos
riachuelo“, y procedimos a descargar aquel volcán teníamos que descalzar para atravesarlo-, formado
de mochilas, costales, tanates, bolsas, y toda clase de por tres largos troncos de unos 12 m de largo y unos
envases de todos colores, tamaños y formas llenos 25 cm de diámetro, colocados de lado a lado pero
del líquido de la vida, para hacer un promedio de 15 a tres diferentes niveles de altura, lo que facilita
litros por shola, que por sí solos hacían el 40-50% el paso pues aunque se balancean un poco, uno se

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