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Published by Karen Solares, 2018-11-15 12:17:02

Libro v1 (baja)

Libro v1 (baja)

Caseta de El Siglo en construcción. Campamento en ruta a El Siglo. Ruta a El Siglo.

tener el privilegio de gozar de estos incomparables to, desayunamos algo y fuimos a dejar al carro la ma-
momentos, y finalmente nos dispusimos a conciliar yoría de los bártulos y mochilas grandes, para iniciar
el sueño siendo como las 20:30 horas. el ascenso del cerro a las 7:45 horas. Caminamos
por una brecha ancha bien marcada, que en reali-
Creo que sería como la una o dos de la madrugada dad era una brecha usada para bajar madera jalada
cuando un horrísono rugido me despertó con yuntas de bueyes, abandonada desde hace unos
sobresaltado, lo oí como 3-4 veces, le hablé a 30-40 años, sirviendo después como ronda de se-
Mario pero él dormía profundamente, luego no guridad para evitar la propagación de los incendios
volví a escuchar más que el canto lastimero de un forestales. Avanzando divisamos como 2-3 cumbres
tecolote. Estoy seguro que el rugido fue el de un hacia el norte, por lo que abandonamos la brecha
jaguar, pues aunque algunos pueden confundirlo para ascender a la más alta de ellas, teniendo que ir
con el de los monos aulladores o zaraguates, el de haciendo brecha con machete en mano entre el so-
estos es característicamente repetitivo, aumentativo tobosque de un pinal muy bonito. Después de solo
y usualmente es seguido de la respuesta de otros 1:45 h llegamos a la cumbre mayor a 2826 ms.n.m.,
machos en los alrededores, es difícil que rujan unas siendo las 9:30 horas; ésta sí era la del cerro El Siglo
2-3 veces nada más; además, casi siempre lo hacen (W 89°50´49.18´´ - N 15°4´38.41´´).
entre las 5-6 horas. Por todo esto creo que fue un
jaguar en una zona donde sí es muy probable que Hacia el occidente se podían ver otras dos cumbres
exista, no así monos aulladores, los cuales sí los más bajas. No veíamos la cumbre de las antenas del
hay acercándonos al Pinalón y al otro lado del gran día anterior, aun cuando esa era solo ligeramente
cañón de Teculután en la montaña La Cucaracha y más baja (2810 ms.n.m.), pues para entonces había
el cerro Raxón, donde los hemos encontrado varias mucha neblina en esas alturas.
veces.
Caminamos por los alrededores tomando fotos y
Nos levantamos a las 6:30 horas con un día claro, admirando los grandes y viejos pinos, sintiendo y
con unas bellas vistas de las montañas mencionadas oyendo el característico viento de cumbre que por
que nos quedaban precisamente enfrente, tomamos momentos hacía presagiar posible lluvia, por lo que
algunas fotos y luego preparamos mochilas de asal- decidimos empezar a bajar. En el trayecto vimos

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En la cumbre de El Siglo. una serpiente venenosa de las llamadas timbo o
cantil y unos hongos de hermosos y poco comunes
colores y formas. Llegamos al campamento donde
terminamos de levantar lo que quedaba, incluyendo
la carpa que habíamos dejado armada para que se
secara. Finalmente llegamos a nuestra Patrol a las
13:30 horas después de 5:45 h de una agradable
y fructífera caminata de aproximadamente 7
km, con promedio de 49.2 min/km. Iniciamos
la bajada por ese camino que ahora -después del
que habíamos pasado el día anterior-, nos parecía
asfaltado. Llegamos al Jute, donde en una piedra cerca
del río del mismo nombre que atraviesa el pueblo y
que obligadamente teníamos que pasar, nos esperaba
Don Toño Alonso, nuestro apreciado guía al Raxón,
pues se había enterado que habíamos pasado para
arriba el día anterior. Con su sencillez y humildad
nos tenía un obsequio a Mario y a mí, consistente
en una pequeña placa de mármol blanco de unos
6x12 cm, diciéndonos que tenía 4, una se la regaló a
un licenciado que le salvó la vida porque el ejército
lo quería matar..., otra la guardaba como recuerdo
de cuando su hijo trabajaba en La Marmolera de
San Lorenzo, y las dos últimas nos las regalaba
“porque éramos sus amigos”. Estos son los detalles
de las gentes de campo que entregan su amistad
sincera e incondicional; realmente esa demostración
nos produjo una sentida emoción agradeciéndole
muy sinceramente el especial obsequio. Uno debe
de valorar en su real dimensión la sinceridad y
espontaneidad de esta demostraciones, que solo las
tienen personas de la altura humana de Don Toño,
hombres a quienes se les puede leer su bonhomía en
la piel. Quiero dejar constancia de nuestro sincero
cariño, respeto y admiración hacia él, y que lo
recordaremos por siempre. Finalmente enfilamos
hacia El Rancho, donde paramos para degustar una
cerveza muy fría, una tortilla con carne adobada y
otra con pacayas envueltas en huevo, todo delicioso
después de estar dos días enmontañados. Ya con “la
barriga llena y el corazón contento”, nos dirigimos a
la capital a donde llegamos a las 17:30 horas después
de una muy agradable actividad montaraz.

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Cuarta Etapa:
Desde el collado del Cerro “El Siglo”,

al campamento “El Aguacate”
(9, 10 y 11 de junio de 1995)

“Cuando vayas a la montaña, no olvides que llegar a la cima es solo la mitad del camino”
Edd Visteurs

Esta etapa es muy especial, porque es un obligado siempre hacia el sur oriente; es decir, es una etapa
tramo de camino para dirigirse a muchos destinos tomada en cuenta solo porque sirve estrictamente
en esa región de la SM, de hecho lo hemos transitado como uno de los eslabones de esta cadena que es la
en unas 18 ocasiones a lo largo de más de 25 años de travesía. Dicho lo anterior, desde el punto de vista
andar por los dominios de la sierra; por otro lado estadístico esta etapa no contribuye a la travesía
es un tramo de solo 6 km de distancia que se hace con distancia de caminata, ni tiempo caminando;
siempre en carro, porque solo nos lleva a un punto sino solamente con los kilómetros de recorrido en
que sirve como base para de allí dirigirse a pata a esos nuestro vehículo, tanto en asfalto como en terracería
muchos destinos que existen por ahí. La narración de para llevarla a cabo.
esta etapa corresponde simbólicamente a la primera
vez que la pasamos, cuando nos dirigimos al primer En esta ocasión habíamos planificado el ascenso
ascenso al emblemático y mítico cerro Raxón, al Raxón en compañía de mi estimado amigo y
haciendo la aclaración que realmente es una etapa excelente montañista cobanero Oliverio Guerrero,
que solo sirve para dar continuidad a la travesía que quien amablemente aceptó acompañarme para mi
nos ocupa, para seguir luego con la siguiente etapa primera escalada al cerro que tanto deseaba. Para tal

Vista de la montaña La Cucaracha y cerros Raxón y Mármol.

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propósito salimos el día 9 de junio de 1995 a las 12:15 con solo el obstáculo de unos cuantos árboles que
horas un horario inusual, porque habíamos quedado encontraríamos en el camino. Salvado el puente,
de reunirnos en el cruce del Rancho, con un grupo, se sigue por camino “apropiado” para nuestros 4x4,
de montañistas de Cobán, amigos de Oliverio. no sin las protestas del caso por parte de mi Patrol,
Este grupo subiría el cerro por segunda vez, pues quien me amenazó con presentarme su renuncia
fueron los primeros en hacerlo en 1992. Ya el grupo irrevocable de persistir con semejantes abusos…
reunido nos dirigimos al Jute y de allí seguimos el Finalmente después de dos horas y media desde el
camino que pasa por El Chico, La Montañita y la collado y habiendo recorrido solo 6 km, llegamos al
Finca Constancia y de allí por la brecha en pésimas campamento El Aguacate en la finca El Jabalí. Por
condiciones, llegar con mucha dificultad al collado o cierto que en esta única ocasión se pudo continuar
portezuelo de los cuatro destinos: al cerro El Siglo, en los carros hasta el valle de Las Vegas, que son
al cerro Bandera Perdida, a la finca Constancia o poco más de 5 km de ir bajando por una pésima y
seguir hacia la finca El Jabalí y el campamento El muy peligrosa brecha, con obligado paso de tres
Aguacate que era nuestro objetivo. Este último ríos sin puente, y que una vez iniciado el descenso,
tramo de camino era muy estrecho y se encontraba había que llegar hasta el final porque no se podía
en pésimas condiciones, pues ya era pleno invierno dar vuelta en ninguna parte para tratar de regresar;
y en la sierra cuando llueve es en serio, además, después de esta vez, en las siguientes que pasamos
los camiones madereros destruyen los caminos, por este mismo tramo lo hicimos a pie, dejando
pues ellos de cualquier modo pasan dejando dos los vehículos en El Aguacate o cerca del primer río
profundas zanjas y el famoso camellón central que cuando el estado de la brecha lo permitía.
a ellos no les afecta, pero a vehículos más pequeños
sí, pues por momentos mi pobre Patrol se quedaba Pasamos tres días andando por la montaña, pero “al
prácticamente en decúbito ventral, con tres de mero copetillo del Raxón” solo llegamos Oliverio
sus extremidades volando; por otro lado en este y yo, porque el grupo de Cobán desistió al decidir
mismo tramo existían tres rudimentarios puentes regresarse poco antes de alcanzar la cumbre, pues
de 4-6 m de largo, hechos con gruesos troncos de ellos habían calculado no tener que pasar la noche
pino de hasta 22 pulgadas de diámetro, los tres se en la montaña y no habían llevado ni el equipo,
encontraban parcialmente destruidos, pero uno ni el bastimento necesarios para el caso, con el
de ellos en particular se encontraba en inminente agravante de que en la mañana del ascenso nos
situación de colapsar, pues estaba en un recodo llovió torrencialmente y ellos no llevaban con qué
del camino donde por una canaleta bajaba una protegerse.
correntada desde lo alto de las faldas de El Siglo, que
lo había casi destruido por completo. El regreso por esos 6 km desde El Aguacate fue
menos difícil, pues la patrulla encargada del
Las cuadrillas encargadas del mantenimiento mantenimiento del camino había hecho su trabajo,
no llegarían todavía, de manera que entre todos de manera que lo que nos llevó 2:30 h de ida solo
tuvimos que proceder a hacer los chapuces nos tomó 25 minutos de regreso. Esta es la escueta
necesarios con ramas, troncos y piedras para poder narración de esos 12 km, de terracería que forman
pasar. Fueron momentos de mucha tensión pues parte de la larga travesía de la SM. No nos detenemos
la correntada se había “comido” casi la mitad del aquí a relatar detalladamente la simbólica ascensión
camino, siendo inminente el riesgo de “chisparnos” al Raxón, porque ella no forma parte de la dirección
hacia el barranco, que era un verdadero desfiladero que siguió esta travesía, sino que será descrita en
de más de 400 m, que llegaba hasta el río Teculután, capítulo aparte.

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Quinta Etapa:
Desde el campamento “El Aguacate”, al valle de Las Vegas

(16, 17 y 18 de febrero de 1996)

“Envejecer es como escalar una montaña: mientras se sube las fuerzas disminuyen,
pero el espíritu se hace más libre y la mirada más amplia y serena”
Ingmar Bergman

En esta oportunidad describiremos exclusivamente con su claudicar de miembro inferior derecho.
la caminata de este tramo, sin relatar toda la En silencio y poco a poco llegamos como en una
expedición que constituyó en estas fechas el objetivo hora a un pequeño riachuelo, luego a un pequeño
principal del viaje, que fue una vez más el ascenso río de aguas cristalinas: era el río Don Chico; aquí
del cerro Raxón, pero que como dijimos antes, encontramos a un joven de unos 18 años: José
llegar a su cima no forma parte del trayecto de la Alonso, quien resultó ser nieto de Don Toño, que
travesía de la SM, pero sí es objeto de una narrativa al saber de nuestro propósito de subir el Raxón sin
especial. Por ahora nos situaremos de una vez en el más ni más accedió acompañarnos, pues según dijo
Campamento El Aguacate, desde donde empieza la que habiendo oído hablar tanto a su abuelo de ese
caminata solo al Valle de Las Vegas, que es el motivo cerro, deseaba mucho subirlo; además nos ayudaría
de este relato. Salimos el viernes 16 de febrero de con algo de la pesada carga.
1996 cuatro miembros del Grupo Tzuul Tak´a
acompañados en esta ocasión nada menos que por Luego de la incorporación del nuevo miembro al
el pionero de las ascensiones al Raxón: Don Toño grupo y caminar un poco más, llegamos a un río más
Alonso con el objeto de escalar el mítico cerro, para grande de aguas color ámbar, irónicamente llamado
lo cual llegamos al Campamento El Aguacate a 1600 río Blanco, el cual pasamos; los demás descalzos, yo
ms.n.m., por el tantas veces recorrido camino de cambiándome las botas por unos tenis que llevaba
terracería desde El Jute. Dejamos allí mi Nissan pues para tal propósito, y al otro lado bajo la sombra de
la gente del campamento nos confirmó que por lo un árbol me sequé los pies y me calcé de nuevo mis
torrencial del invierno pasado, el camino de allí en botas, para seguir la caminata por el valle unos 35
adelante se había destruido en varios puntos, por minutos más siempre bajo un sol abrasador, hasta
lo que teníamos que caminar hasta Las Vegas que llegar a otro río: el Don Domingo, aquí dejamos
eran un poco más de 5 km. Siendo las 11:15 horas escondidos los tenis y el primer envase de agua que
y con un calor sofocante nos pusimos a acomodar habíamos consumido en esta primera parte del viaje.
nuestro cachimbazal de cosas, dándonos cuenta Desde aquí iniciaríamos el verdadero ascenso al
que las mochilas habían quedado muy pesadas. cerro, eran las 13:00 horas, habíamos caminado 1:45
Todos llevábamos mochilas completas para tres días h desde el campamento y estábamos a 935 ms.n.m.
de aventura montañista, esto era suficiente para
desilusionar a cualquiera y hacerlo desistir de la En este punto se unió otro miembro más al grupo:
empresa, pero no a nosotros. Don Oscar Alonso, quien era el padre de José; de
manera que en ese momento éramos acompañados
Empezamos a descender formando una larga “fila por miembros de tres generaciones distintas de una
india” de montañistas separados por largos tramos; misma familia, todo un lujo genealógico...
adelante iba Don Toño, caminando lentamente

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La secuencia de ríos que se pasan en este tramo, 8 m de diámetro, cuyo rebalse forma una segunda
primero el Don Chico y luego El Blanco al que se cascada como de 20 m de altura, que cae finalmente
le une el Don Domingo, y unos 300 m más delante formando una segunda poza en la base como de 6 m
de donde nos encontrábamos, se une también el río de diámetro, es de veras una muy hermosa cascada.
Negro; forman finalmente el río Teculután, nombre Después de gozar de este maravilloso espectáculo
con el que baja hasta el municipio del mismo venía la parte más difícil: desandar la última parte
nombre, llegando a desaguar como afluente del gran de la caminata de regreso hasta el campamento El
río Motagua. Aguacate, pasando por los ríos y unos reventones
muy inclinados; en dos horas estábamos arriba muy
Dos días más tarde después de lograr la cima del cansados. Bebimos mucha agua, descansamos y
Raxón, regresamos al mismo río Don Domingo, tomamos un reconfortante baño en un gran chorro
aprovechando entonces para ir a la cascada El de agua proveniente de un precioso nacimiento que
Chorrón formada por el mismo río, una hermosa la habían entubado hasta el campamento. Luego
catarata de aproximadamente 75 m de alto, enfilamos en nuestro vehículo con rumbo a casa.
dividida en dos segmentos, el superior como de En esta etapa caminamos 10.5 km en 3:45 h, a
55 m de alto que cae a una primera poza como de
una velocidad de marcha de 21.4 min/km.

Puente sobre el río Blanco.

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Sexta Etapa:
Desde “El Valle de Las Vegas”,
a la Aldea Santa Rosalía Mármol

(9, 10 y 11 de marzo de 2007)

“Nunca andes sólo por el camino ya trazado,
porque este sólo te conducirá hasta donde los otros han llegado”

Graham Bell

Esta etapa tiene su propia significación, porque
después de haber estado subiendo cerros, efectuando
caminatas por diferentes lugares, conociendo
cascadas, ríos, etc.; a lo largo y ancho de la SM en
los últimos 13 años (hablando en el 2007), cuando
planifiqué en el mapa esta expedición, me di cuenta
que solo me faltarían tres tramos de la misma sierra,
para completar una travesía ininterrumpida de
aproximadamente 50 km en línea recta caminando
sobre sus cumbres, medidos sobre el mapa a escala
1/50000; era la distancia entre el cerro El Pinalón,
El Progreso y el cerro El Picudo en el límite
interdepartamental entre Zacapa e Izabal. Esta
observación me inspiró y estimuló para llevar a
cabo la presente caminata y las dos que vendrían
después, las cuales planificadas así en el papel
parecían relativamente fáciles de efectuarse..., y así
completar la que llamaría “Travesía Sobre la Sierra
de Las Minas”

Para esta etapa por cuestiones de disponibilidad Catarata del río.
de tiempo, desafortunadamente no me pudo
acompañar ninguno de mis amigos del grupo, por lo
que aprovechando la oportunidad de que había una
persona que sí me podía servir de guía/porteador en
esta única fecha allá en Santa Rosalía Mármol, tuve
que tomar la decisión de hacer el viaje solo con él,
cosa que en montañismo no es recomendable, pero
que como en esta ocasión, lo he tenido que hacer en
otras porque si no se pierde la oportunidad de llevar
a cabo una caminata importante.

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Salí el viernes 9 de marzo de 2007 a las 5:15 había subido serpenteando la ladera del profundo
horas hacia Teculután, Zacapa; esperando llegar cañón, que era impresionante. A partir de aquí se
aproximadamente a las 7:30; sin embargo dos sigue por camino siempre estrecho aunque menos
accidentes de tránsito ocurridos en los kilómetro 32 inclinado, pero muy peligroso, pues está flanqueado
y 101 de la carretera CA9, me retrasaron, llegando a lo largo del lado oriental por el profundo cañón del
a las 9:15 horas a la casa del Dr. Hugo Castañeda en río Pasabién de más de 350 m de profundidad, con
Teculután, para recoger el permiso de paso que él laderas “pelonas”, sin bosque, con una inclinación de
da para transitar por el camino que atravesando su más de 45°, en cuyo fondo se puede ver discurrir el
propiedad, llega a la aldea Santa Rosalía Mármol. río Pasabién (formado por la confluencia de los ríos
Repollal, El Portón y la quebrada El Manguito, que
Saliendo por la aldea Llano Grande por un camino se unen más arriba cerca de la aldea Santa Rosalía
con mucha piedra, se llega a la Cuesta del Chifle, Mármol).
una pendiente de 3 km de largo con una inclinación
de unos 30° más o menos, y de no más de 3.5 m Recorridos como 12 km desde Llano Grande, se
de ancho, muy estrecha en realidad; que me hacía encuentra ya bosque de pino, el clima aunque muy
pensar que si en ese tramo me encontrara con otro caluroso aún, aquí ya se siente viento de montaña
automotor en vía contraria, no sabría cómo hacer que lo hace más agradable. Quince minutos más
para resolver el problema, ya que por un lado está adelante se llega finalmente a la aldea Santa Rosalía
el paredón de la montaña y por el otro un profundo Mármol a 964 ms.n.m., pequeño poblado asentado
cañón de más de 300 m que llega hasta el valle de en un precioso valle rodeado de verdes montañas,
Teculután. Esta cuesta termina en una pequeña bosques de coníferas e irrigado por límpidas fuentes
meseta en la base del cerro El Chifle, lugar a donde de agua: la quebrada El Manguito y los ríos El Portón
había llegado en 1995, cuando junto a miembros y El Repollal. Este último forma en su estrepitoso
de la Asociación de Andinismo del departamento descenso cuatro espectaculares cataratas en fila, de
de Guatemala caminamos desde Llano Grande a 12, 10, 7 y 6 m de altura a lo largo de su estrepitoso
Santa Rosalía, ascendiendo en directo dicho cerro; descenso desde el collado del cerro El Cerrón, en
sin embargo no lo escalamos hasta su cumbre, por una distancia de más o menos 2-3 km; este paisaje
lo que ahora aproveché para subir el roquerío que parece una pintura producto de la creatividad de un
lleva a sus dos cimas (la mayor a 1215 ms.n.m.), artista de la plástica y aún así, la realidad supera a
desde donde se tiene una hermosa vista de todo el cualquier ficción. El lugar es simplemente precioso.
valle del Motagua y del inclinado camino que recién

Cuesta del Chifle. Cañón del río Pasabién.

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Llegando al pueblo me dirigí a la casa de Don Ya con todo listo y la bestia cargada, tomé mi mochila
Arnoldo Marroquín, con quien previamente por de asalto y mi bolsa con mis aperos de fotografía y
vía telefónica había hecho los arreglos para que me siendo las 12:16 horas y a 964 ms.n.m. iniciamos la
acompañara en esta caminata. Muy atinadamente marcha, encontrando el primer obstáculo a tan solo
Don Arnoldo decidió llevar una mula para unos 250 m de la casa de Arnoldo, al intentar pasar
ayudarnos llevando la carga hasta cierto punto de la el río El Portón, pues el pequeño y endeble puente
ruta para, ya que el trayecto sería muy largo. Con colgante de solo 4-5 m de largo que existía para
esta gran ayuda podríamos llevar hasta una pequeña salvarlo, el mismo río lo había arrastrado solo unos
carpa y la estufa (que yo había decidido no hacerlo días antes, cuando hubo una gran llenada debido
para no cargarlas); por otro lado no llevaríamos más a las fuertes lluvias ocurridas montaña arriba, de
agua que la necesaria para irla consumiendo en el manera que tuve que vadear el río por el lugar
camino, porque la habría disponible suficientemente más seguro, pues su caudal todavía llevaba mucha
en el trayecto, así también, Arnoldo me convenció fuerza como para arrastrarme a mí también. Ya del
de llevar un solo machete, el mío, que por cierto lo otro lado se alcanza una gran explanada en la base
tenía muy bien “despalmadito” y afilado, por lo que del cerro El Cerrón, sobre la que caminando como
dejó el suyo; gravísimo error que lo lamentaríamos 600 m se llega a la base del filón que seguiríamos
después… para encaramarnos a la montaña. Se inicia con
una inclinación de unos 30° en terreno pedregoso
y arenoso que lo hace resbaloso y por lo tanto muy
peligroso, ¡vaya rima!, ¡aunque poeta no nací y mis
versos nada valen!… Después de unos 40 minutos
de ascenso se pasan dos pequeñas mesetas, la más
grande conocida como el Plan del Cushusho y como
2.5 km más arriba se llega finamente a un portezuelo
u horqueta, que queda entre la cumbre del Cerrón
por el oriente, y un bordo al poniente, un roquedal
que queda un poco más alto que la primera catarata
de las cuatro que mencionamos antes. Hemos
caminado aproximadamente 4 km en 2:04 h (31.0
min/km), estamos a 1520 ms.n.m. (ascendimos solo
556 ms.n.m.) La inclinada subida y el inclemente sol
me han hecho transpirar profusamente y consumir
mucha agua; descansé unos minutos, tomé algunas
fotos de la aldea que se ve allá abajo, otras de las pozas
del río y de las grandes rocas que sobresalen al vacío
formando grandes repisas que invitan a tomarse una
foto “precisamente allí”, pues están como a 60-70 m
del suelo y las vistas son impresionantes.

Tres de las Cascadas de Santa Rosalía Mármol. Desde este punto la vereda sigue hacia abajo por
una pendiente suave, buscando encontrarse con el
río Repollal antes de caer al vacío para formar las
cataratas; al nomás iniciar el descenso se ve a lo lejos

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entre las montañas al final del cañón, un cerro de Rocas en el Collado del Cerrón.
forma cónica casi perfecta, es la primera vista que se
tiene del cerro Mojón de Joya de Bueyes, el mismo Arnoldo, estos pueden ser accesibles por una vereda
cerro que me había llamado la atención cuando lo vi que se toma siguiendo por la margen izquierda del
por primera vez, desde el camino que de Santa Rosalía río Repollal que acabábamos de pasar, y unos 2-3
conduce a San Lorenzo Mármol y del cual nadie me días de dura caminata. “Pan pa´tu matate, acaso pa´
había podido dar ni el nombre, ni la localización, ni otra ocasión…”
por dónde se le podía acercar; hoy Arnoldo me decía
que era conocido como El volcán de Joya de Bueyes A estas alturas aun cuando habíamos tomado agua
o El Mojón de Joya de Bueyes, y para mi agradable en el río, no teníamos recipientes a la mano para
sorpresa la vereda que llevábamos pasaría a su lado, llevar más y había sido la última oportunidad para
noticia que me entusiasmó pensando en que quizás obtenerla si decidiéramos intentar llegar hasta el río
habría la oportunidad de ascenderlo, consciente Teculután en el Valle de Las Vegas; de otro modo,
de que el primer objetivo de esta caminata era nos tendríamos que quedar en un punto poco más
otro, pero que tal vez no habría otra oportunidad adelante de donde estábamos, donde existe un
de volver por estos lugares sólo para subirlo. Con pequeño riachuelo a poca distancia del sendero.
esto en mente seguimos caminando hasta llegar al Yo como siempre empezaba a inquietarme, porque
río Repollal a 1435 ms.n.m., lugar donde en una tenía que compartir mi dotación de refrescos y demás
ocasión acampamos yendo con mi amigo el Dr. líquidos los cuales iban “fría y milimétricamente
Arnoldo MacDonald, recuerdo que fue una noche calculados” para no pasar penas, y ahora tenía que
con fogata, buena cena, quesitos, vino incluido, y
un ameno, sincero y franco diálogo, con reflexiones
filosóficas de los más variados temas, que con locuaz
verborrea fue permitiendo que la noche avanzara,
hasta que aquel par de somnolientos senescentes
de la tercera edad (¿o será ya la 4a?), quedáramos
dormidos fuera de la carpa en los brazos de Morfeo
(ambos hubiésemos preferido que fuera Morfea,
pero sería inaudito trastocar la mitología griega).
Fue una noche para pervivirla. Pues bien, siguiendo
con nuestra caminata después de pasar con alguna
dificultad al otro lado del río, la vereda seguía,
empezando inmediatamente a encaramarnos por
momentos a cuatro patas, por una ladera muy
empinada (40°-45°), zigzagueante, polvorienta y
resbalosa, que es la cara sur oriental del cerro El
Tablero o Revolcadero, la que después de las 4h
que llevábamos de andar se me hacía muy difícil. En
esta parte del trayecto viendo hacia el nororiente
y como a unos 5 km de distancia, se ve la parte
más alta de la cordillera de la SM, y en ella varios
cerros que yo creía eran el Santo Toribio y quizás
el cerro Mármol en el extremo derecho. Según Don

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limitarme cuando tenía sed. Por esta situación yo
iba un tanto molesto, porque Don Arnoldo debió de
prever sus necesidades de agua y traer por lo menos
envases para ir abasteciéndose en el camino. Con
todo esto, cuando eran las 17:00 horas (4:44 h de
caminata), me sorprendió encontrarme súbitamente
al borde de un profundo desfiladero de más de 1000
m de profundidad, en cuyo fondo se veía correr
un río; era el impresionante Cañón de Teculután
y el río del mismo nombre; pero no solo era esa la
grata sorpresa, sino que me encontraba también en
medio de dos preciosos cerros separados por corta
distancia; a mi izquierda un mogote rocoso: el cerro
Peña Rajada (que alguna vez vi desde el descenso al
campamento El Aguacate, al otro lado del cañón), y
a mi derecha un precioso cerro boscoso: El Mojón de
Joya de Bueyes, el que tantas veces vi desde muy lejos
pensando que su acercamiento sería muy difícil. Esta
grata sorpresa y el saber que existía la posibilidad
“fácil” de lograr ambas cumbres al regreso -como me
lo prometía Don Arnoldo-, me hicieron olvidar por
un momento la preocupación por la escases de agua.

Solo unos minutos más adelante, Don Arnoldo Gran Cañón de Teculután.
se desvió del sendero tomando hacia abajo y a la Cerro Peña Rajada.
derecha como unos cinco minutos, hasta llegar a un
pequeño riachuelo, descenso que se dificultó porque
a la mula le costaba dar paso por una sutil vereda
cerrada por el guatal, ya que la carga se trababa entre
la ramazón. Llegamos al riachuelo de agua cristalina
de no más de 1 m de ancho, que nace precisamente
en un hontanar muy cercano en las laderas del cerro
El Cenagal. En el riachuelo había una pequeña
posita donde la mula también podía saciar su
sed. Había también un reducido espacio donde
justamente cabía la pequeña carpa para los dos,
además, providencialmente encontramos un envase
de plástico de tres litros en perfecto estado, que solo
lavamos y que nos serviría para llevarlo lleno al día
siguiente y dejarlo en el lugar donde se quedaría
la mula, para asegurar el vital líquido al regreso.
Este campamento tenía el objeto de descansar y
encarar al siguiente día la parte más difícil del viaje:

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el largo descenso del cañón de más de 1000 m de a las 3:00 horas, y otra como a las 5:00 horas solo para
profundidad. Eran las 17:30 horas y estábamos a preguntarme qué hora era…#$&%. Nos levantamos
1640 ms.n.m., habíamos caminado solo 5:14 h y como a las 8:00 horas, Arnoldo hizo café y yo levanté
ascendido solo 676 ms.n.m. desde Santa Rosalía. La el campamento; acto seguido seleccioné y acomodé
oscurana llegaba, por lo que después de descargar la los bártulos pensando que muy pronto dejaríamos
mula procedimos a encender una fogata y limpiar el la mayor cantidad de ellos y la mula, pues bajaríamos
lugar donde colocaríamos la carpa; luego preparé lo el cañón llevando solo lo estrictamente necesario en
que íbamos a cenar: una combinación de rica sopa dos mochilas. Llenamos nuestros envases con agua
de res, pollo y fideos con crema de rabo que quedó y dejamos que la mula tomara toda la que quisiera;
deliciosa, además habían sandwiches de jamón, café y siendo las 9:19 horas iniciamos la subida por el
y pan dulce, pudiendo además beber toda el agua que sendero cerrado, para llegar a retomar la vereda que
quisiéramos. Por cierto que yo solo había orinado nos llevaría 1:20 h más tarde al sitio donde dejaríamos
una vez durante el viaje, a las 8:30 horas en el Chifle nuestra acémila. El lugar era una pequeña meseta a
y aún no lo deseaba, pues me había deshidratado 1775 ms.n.m. (840 ms.n.m. desde el río El Repollal),
mucho en el trayecto y mi cuerpo no se podía dar el donde Arnoldo dejó la mula amarrada a un árbol,
lujo de desperdiciar ni una gota del preciado líquido. ya sin aparejo solo con la jáquima, y un lazo largo
que le permitiría desplazarse con libertad, pudiendo
La noche totalmente despejada con un cielo de los también alimentarse con un montón de bromelias
que solo se pueden ver estando en esos lugares, (conocidos como gallos), que Arnoldo había regado
aun cuando metido allá en un pequeño barranco, por el suelo además de otro montón de hojas de una
el campo visual no era lo amplio que yo hubiera especie de palmera que crece en esos lugares, pues
deseado para ver miríadas de estrellas. Arnoldo ahora la mulita se quedaría sola por las siguientes 24
viendo pasar un avión en lo alto del cielo me dijo: h o más. Para prevenir la posibilidad de que algún
“Ese es el primero que pasa, son como las 20:00 animal silvestre rastrero tratara de dañar las cosas
horas, el segundo pasa como 20 minutos más tarde, que no llevaríamos, las dejamos dentro de costales
creo que van para México”. Efectivamente pasó el y estos los guindamos con mecates en lo alto de
segundo a los 20 minutos, pero lo que no puedo un árbol. Cargamos con nuestras mochilas, la más
afirmar, es si efectivamente iba a Mexico, ¡ ja, ja ! grande por supuesto la llevaría Arnoldo y yo una de
asalto y mi cámara fotográfica. Caminamos un rato
Después de cenar, nos enfrascamos en una plática por vereda limpia, luego Arnoldo con muy buena
-aunque el tema no me gusta-, sobre cuestiones de intención decidió que en lugar de ascender por una
religión; Arnoldo es evangélico (como el 90% de los inclinada ladera y un par de mesetas que finalmente
habitantes de Santa Rosalía), y yo podrá decirse que llevan a la cumbre del cerro El Cenagal; tomáramos
soy agnóstico, por lo que sería imposible que nos una vereda que él conocía, y que recorría en diagonal
tratáramos de convencer mutuamente, sin embargo la base del mismo cerro, hasta alcanzar así el filón que
fue una charla amigable, respetuosa, decorada con descendía de la cumbre y bajar directamente hasta el
algunos chascarrillos que finalmente disfrutamos río; aduciendo que esta opción nos ahorraría no solo
ambos. distancia a recorrer, sino esfuerzo físico al no tener
que ascender a la cumbre del cerro. Lo que no tomó
Cuando era las 21:30 horas nos acostamos y me en cuenta Arnoldo fue que la última vez que pasó
dormí como un tronco, pero Arnoldo no, pues ya por esa vereda hacía ya 17 años…
me había comentado que él siempre tenía dificultad
para dormir, por lo que esta vez me despertó una vez Desde el propio inicio se notó lo cerrado de la vereda,

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era un chirivisquero impenetrable, abundante zarza, mejor ruta que debimos tomar y que nos hubiera
guatal variado y mucho bejuco imposible de romper ahorrado como 2 h de tiempo y miles de calorías
con las manos o con los pies, aquí fue donde se hizo de esfuerzo y sobre todo, con menos riesgo. En fin,
obvia la necesidad de otro machete. Para los que ya estábamos en la ruta correcta y ahora solo nos
somos diestros, a Arnoldo se le veía raro manejando quedaba bajar, bajar y bajar… El río lo veíamos todo
el machete porque era ñurdo, notándosele la el tiempo muy lejos allá en el fondo del cañón. El
dificultad con la que iba avanzando. Era mero descenso era muy inclinado, entre 35° y 45° en casi
chambón. Cuando llevábamos 1:30h aquello era todo el trayecto, yendo sobre terreno variable: a
insoportable, pues pasábamos túneles dentro de veces bosque ralo de pino, a veces pequeñas mesetas
inextricables guatales y zarzales que literalmente con abundante zarza y zacatal alto, otras veces
nos rasgaban la piel de los brazos. Ante la opción encontramos promontorios rocosos que había que
de regresar, Arnoldo decía que era lo mismo que bordearlos, y en otras partes arena suelta y hojarasca;
seguir adelante, ante esta disyuntiva seguimos. Yo en estas últimas por lo resbaladizo, me di un par de
me somaté como 6 veces y en una de ellos me resbalé cachimbazos allá donde usted está pensando…, que
como 4 m hacia el profundo cañón en un declive aún me duele, ¡ ja, ja !
de más de 50°; solo recuerdo que en el trayecto iba
pensando que ya no me detendría, Arnoldo no iba Las vistas durante el descenso son muy bonitas, pues
cerca por lo que no pudo oír mis gritos, lo cierto fue se aprecia por un lado el curso total del río desde
que me detuve siendo muy difícil subir para retomar antes de llegar al valle de Las Vegas donde aún se
“la vereda”, pues no tenía de dónde agarrarme porque le llama río Blanco, hasta perderse en el extremo
solo había una especie de zacatal apenas aferrado a la oriental del cañón por el otro, donde recibe el
tierra; providencialmente encontré un pinito como nombre de río Teculután; además se pueden ver
de 4 cm de diámetro, del que me pude asir para subir enfrente el cerro El Siglo, el camino que del collado
y así poder llegar nuevamente a la “vereda”... En otra va al Aguacate en la finca El Jabalí tantas veces
ocasión hubo un momento en que tenía enredados recorrido por nosotros, la parte occidental de la SM
bejucos en ambos brazos, cabeza, cara, riñones, donde está el cerro Mululjá y parte de la misma sierra
pulmones, tiroides, hipófisis, piernas, vesícula biliar, donde está la Cucaracha. Así fuimos bajando hasta
mochila y unos etcéteras más; no me podía mover, que empezamos a oír el ruido del río como 450 m
me encontraba totalmente impotente, similar a antes de llegar; para entonces el sol ya no se veía en
lo que debe de sentir una mosca cuando se queda el fondo del cañón y a mí me daba pena bajar sin luz
atrapada en una tela de araña o un papel matamoscas. de día. Viendo y oyendo cada vez más cerca el río,
Ahora añoraba a mi fiel machete que en ocasiones finalmente llegamos a él siendo las 17:35 horas y a
parecidas me ayudaba a liberarme fácilmente; no 935 ms.n.m. Estábamos en el río Teculután después
me quedaba más que abominar con todo aquel de 8:16 h desde la cumbre y 13:30 h de tiempo
vocabulario específico para estos casos -y por cierto efectivo desde Santa Rosalía, habiendo caminado
permitido por la RAE-…, como catarsis para aliviar 19.1 km hasta aquí.
mi frustración, enojo y reclamo para Arnoldo por
no traer su machete y por haber tomado semejante El momento de la llegada al río fue para mí muy
ruta. Cuando habíamos caminado 4:59h estábamos emocionante no pudiendo compartirlo con Arnoldo,
apenas a 1695 ms.n.m. Sólo habíamos descendido porque para él no tenía el mismo significado que
¡80 ms.n.m.!, eran las 14:18 horas cuando finalmente tienen para nosotros como montañistas estos
llegamos al filón que desciende directamente de la momentos, además para mí, con este tramo estaba
cumbre del Cenagal y que sin duda hubiera sido la a la mitad de completar la penúltima etapa de la

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travesía sobre la SM, faltándome “solamente” la Se caminan como 100 m más o menos planos desde
etapa comprendida entre el cerro El Pinalón y el la playa, para luego iniciar bruscamente el inclinado
cerro El Siglo. Queriendo celebrar ese momento y ascenso de la montaña, íbamos muy despacio
a manera de bautizo, me quité las botas y la ropa, porque aun con mi lámpara de cabeza y la de
y en un arranque que pocas veces tengo tratándose mano de Arnoldo, la sutil vereda se nos perdía por
de agua, me lancé a una poza del río en contra de la momentos, teniéndola que retomar varias veces.
anuencia de Arnoldo, quien me decía que me haría Afortunadamente pronto amaneció y la caminata fue
mal, porque estaba sudando y “caliente”. Después más fácil por la claridad, más no por la inclinación
de 10-15 minutos de reconfortante baño me salí. pues teníamos que avanzar zigzagueando por la ladera
Luego procedimos ya en penumbra a armar nuestro para minimizar el esfuerzo. Hubo un momento en el
refugio (porque hasta aquí no trajimos la carpa), para que oí el inconfundible abejeo que me indicaba que
pasar la noche, el cual hicimos “de una sola agua” con muy cerca habría un panal, y efectivamente como a
parales y travesaños, y cubriéndolo con una pieza de 3m había un enjambre de avispas negras y grandes
plástico, quedándonos muy amplio. Como el piso que estaban por asentarse y construir su panal en la
era de arena fina de la playa, pues estábamos como rama de un árbol, yo me quedé quieto por un instante
a 4 m de la orilla del río, solo lo cubrimos con otra y sin hacer movimientos bruscos fui retrocediendo
pieza de plástico y sobre ella pusimos las chamarras para alejarme y cambiar la ruta; las abejas son los
de Arnoldo y mi bolsa de dormir. Acarreamos únicos animales en la selva que sí pueden tomar la
sendos tercios de leña que la había en abundancia y iniciativa de atacar, bueno, sin olvidar a los zancudos
Arnoldo hizo una fogata grande, luego preparamos y la hormigas por supuesto. Así poco a poco fuimos
la cena: tamales en lata, salchichas, sardinas, pan y avanzando hasta llegar al punto donde entroncamos
café; un menú que en principio no apetece, pero que con la mal recordada vereda de las caídas y los
en estas circunstancias es digno de un hotel cinco zarzales que ahora no deseaba tomar, ahora
estrellas. En esta ocasión la plática postprandial seguiríamos hacia arriba escalando propiamente el
fue muy corta, porque ambos estábamos cansados cerro El Cenagal, un ascenso muy inclinado entre
y queríamos dormir. Nos acostamos cuando vimos bosque de pino con piso muy resbaloso por la misma
pasar “el avión de las ocho”, aunque ya no vimos el hoja de esa conífera tostada por el sol; después de
siguiente… Una noche despejada, el canto de los dos sentones, dos raspones y dos falsas cumbres
grillos, un melancólico tecolote allá a lo lejos y el pequeñas, llegamos finalmente a una meseta poco
arrullo del río, eran el marco para que me durmiera más amplia, que es el verdadero copetillo del cerro
profundamente; sin embargo como en la noche El Cenagal a 1945 ms.n.m., desde aquí el cañón tiene
anterior, Arnoldo me habló en la madrugada pero 1010 ms.n.m. hasta el río, que fue lo que subimos en
yo no le contesté, haciéndolo una vez más horas difícil caminata de 5:42 h. Eran las 10:57 horas.
después siempre para preguntarme, qué hora era,
esta vez sí le dije que no me molestara, pues yo estaba Hacia el suroriente de la meseta se desprende un
profundamente dormido cuando me despertó. filón muy inclinado, luego una pequeña meseta en
su descenso, un par de columpios, y finalmente una
Habíamos decidido salir a las 5:00 horas, por lo que amplia meseta al terminar el cerro y donde de repente
nos levantamos a las cuatro aún en plena oscuridad, nos encontramos con nuestra mula. Estábamos de
arreglamos nuestras mochilas, comimos algo a nuevo a 1775 ms.n.m., en 1:05 h desde la cumbre
manera de desayuno y siendo exactamente las 5:15 (eran las 12:02 horas). La mula se había comido casi
horas iniciamos el largo y difícil regreso, que ahora todos los gallos, pero a mí me preocupaba el que
para arriba esperábamos sería un poco más fácil… no había tomado agua durante más de 28 h, pero a

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Arnoldo no. Habíamos caminado desde el río 7:13 distancia. A estas alturas el cansancio ya era evidente
h (nos había tomado 6:55 h de bajada), y ascendido y las rodillas empezaban a protestar. Faltaba ahora
1010 ms.n.m. el largo descenso al río Repollal que yo lo hacía muy
despacio, la mula se había adelantado y la alcanzamos
Después de tomar agua del envase que habíamos precisamente en la talanquera que está antes de
dejado preventivamente a la ida, recuperamos todas pasar el río. De aquí venía la subida al portezuelo
las cosas que habíamos dejado colgadas de un árbol del Cerrón para iniciar desde allí el descenso final
(carpa, estufa, ropa, colchón inflable, comida y unas hasta la aldea. Si para subir esta cuesta descansado
cuantas etcéteras más), y una vez más procedimos a fue difícil, para abajo, cansado y deshidratado lo
distribuir y acomodar nuestros telenques dentro de fue mucho más, siendo peligroso por lo inclinado
los costales y redes, y estas en el aparejo de la mulita. y porque el terreno es arenoso y con mucha hoja de
Así iniciamos la continuación del regreso, pasando pino tostada por el sol, lo que la hace muy resbalosa;
por el desvío al riachuelo del campamento anterior y de manera que este último tramo lo descendí muy
poco después teníamos frente de nosotros el primer despacio por el temor a una caída. Tenía hambre,
cerro: El Mojón de Joya de Bueyes, aquí se me sed y me dolían las rodillas, entre ayes en lo único
olvidó el cansancio de la subida del río, decidiendo que pensaba era en llegar a Chalía (como llaman los
ascenderlo, ascenso que se hizo más largo por haber lugareños a Santa Rosalía).
tomado una ruta que no era la mejor; en todo caso
alcanzamos la cumbre que es un roquedal y una La noche se nos había echado encima, pues para
pequeña meseta de 6x10 m con 360° de visibilidad: cuando llegamos a la base del filón ya casi no se veía,
al sur occidente y a nuestros pies en el fondo del y aún faltaba atravesar el río, lo cual hicimos por un
acantilado, el impresionante cañón de Teculután, el lugar diferente al de la ida y además con 2 bordones,
trayecto del río, los cerros El Siglo y El Raxón y el pues hasta mi fiel bordón de liquidámbar necesitaba
Valle de Las Vegas; al nororiente el cerro Mármol y una ayuda..., de esta forma la estabilidad a la hora de
dos cerros más que no podía identificar, que podrían pasar el río fue mayor y así menos peligroso, pues
tratarse de las Chiches que están al oriente del con lo cansado que estaba creo que el caudal que
Raxón. Este cerro Mojón de Joya de Bueyes así como llevaba me hubiera podido arrastrar. Sin embargo
La Peña Rajada, se ven desde el camino al Aguacate, ese desvío para pasar por otro lado el río tenía un
especialmente por lo notorio de esa enorme pared alto precio, pues significaba llegar a la aldea también
de roca del último de ellos que da hacia el cañón. por otro lado recorriendo más distancia, la que en
Eran las 14:10 horas y estábamos a 1910 ms.n.m., las condiciones que iba aunque hubieran sido solo 3
tomé las obligadas fotos y luego descendimos a la cm más, era un esfuerzo que mi vetusta humanidad
vereda principal, y poco tiempo después estábamos resentía enormemente. Siendo las 19:15 horas y
en la base del cerro Peña Rajada, el otro objetivo literalmente arrastrando los pies y mi inseparable
en mi agenda de montaña. Desviándonos poco bordón (el otro lo abandoné al nomás pasar el río),
del sendero iniciamos el ascenso suave, para luego finalmente llegamos a casa de Arnoldo, tan solo
encarar una empinada ladera hasta la cumbre, que unos 10 segundos antes de desfallecer de cansancio,
es una meseta alargada con menos vista que el cerro habíamos caminado este día durante 14 horas exactas
anterior. Estábamos en la cumbre del cerro Peña y 19.9 km recorridos, lo que para un modelo 1935
Rajada a 1787 ms.n.m. y eran ya las 15:34 horas. como yo, era un abuso de lesa humanidad. Me tomé
Tomé las consabidas fotos y ahora siguiendo otra dos cervezas al tiempo con mucha sal para reponer
ruta de descenso llegaríamos más adelante a alcanzar las pérdidas por la profusa transpiración, y luego un
de nuevo la vereda principal, ganando tiempo y refrescante baño y después fui invitado a degustar

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una deliciosa cena caliente: frijolitos volteados con satisfecho por haber logrado la caminata y las tres
chorizo, huevos revueltos, tortillas saliditas del cumbres de los cerros que subí.
comal, café y pan dulce “de pueblo”.
Fueron 27:30 horas de caminata efectiva y 39.1
Después de una corta sobremesa agradecí a la familia km recorridos a una velocidad de marcha
de Arnoldo la deliciosa cena y a él su valiosa ayuda promedio de 42.2 min/km. Las ironías de la
(excepto la “pasadita de las caídas” y el no haber vida nos presentan casos muy ilustrativos. Hoy en
llevado su machete), ya que sin ella esta caminata las postrimerías de mi vida tanto física como de
no hubiera sido posible llevarla a cabo; agradecí montañista, estoy llevando a cabo los logros más
también a la mulita por su “espontánea” compañía difíciles e importantes de esa vida “deportiva”. Años
e invaluable ayuda. Luego de medio acomodar todo atrás una caminata de 10 horas era una hazaña, en
el jaracatal de telenque en mi Patrol, así cansado estos últimos años las he hecho de 10, 13 y más de
como estaba, tomé camino para recorrer los 139 14 horas, es algo que simplemente no entiendo. Lo
km que me separaban de mi cama en la capital, no único que lamento es que cada vez es más difícil
sin antes sufrir varias crisis de dolorosos calambres compartir estas hermosas experiencias con algunos
en los miembros inferiores durante el trayecto, de mis amigos montañistas, quizás porque yo cada
que por momentos casi me impedían conducir. vez camino más despacio, y requiere de paciencia y
Cuando finalmente llegué a casa, estaba sumamente tolerancia para los jóvenes adaptarse a este ritmo de
andar.

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Séptima Etapa:
Desde La Aldea Santa Rosalía Mármol,

a la marmolera San Lorenzo
(12, 13 y 14 de marzo de 1997)

“Habiendo tantos falsos montañistas, debiera exigirse una prueba de ADN
para identificarlos y entonces se comprobaría que son muy pocos los verdaderos”

Carlos Beteta

Yo ya había ido varias veces a Santa Rosalía tanto siendo como las 11:15 horas llegamos y de inmediato
con La Asociación de Andinismo como con mi hijo la pareja de esposos nos recibieron amablemente.
Carlos, así como con compañeros del Grupo Tzzul Después de una larga y amena plática nos invitaron
Tak´a, porque de allí se parte a diferentes destinos en a almorzar, nada menos que un delicioso caldo de
la montaña, y siempre el lugar me impresiona porque gallina de patio con las respectivas yemas incluidas,
es verdaderamente hermoso, por lo pintoresco de la verduras cocidas y algunas hojas que no pude
aldea y por las cuatro espectaculares cascadas que identificar; era una gran escudilla, que más parecía
forma el río El Repollal en su estrepitoso despeño una pequeña palangana, no pudiendo faltar por
desde el cerro El Cerrón, así como por sus hermosas supuesto las tortillas acabaditas de salir del comal,
pozas de agua color ámbar que invitan a tomar un además del obligado pichel de fresca limonada bien
refrescante baño. Por todo ese entorno del lugar y cargada.
por la calidez de su gente, todo aquel que conoce
Santa Rosalía Mármol queda invitado a volver. Aunque como dije los esposos Perdomo nos ofrecían
amablemente darnos albergue en su casa, nosotros les
Por estas razones decidí hacer este otro viaje, contamos que esta vez teníamos el deseo de acampar
llevando esta vez a mi esposa Hanelore para que al otro lado del río, como a 2 km de donde estábamos;
compartiéramos estos bellos lugares. Salimos ellos al principio no lo creyeron y luego insistieron
el miércoles 12 de marzo a las 7:00 horas hacia para que nos quedáramos pero la decisión estaba
Teculután, para luego en al kilómetro 125 desviarnos tomada porque los dos queríamos quedarnos en el
al norte para llegar a Llano Grande y de allí iniciar la monte, aprovechando la cercanía de la aldea que nos
empinada cuesta hasta la base del Chifle, bajo un sol ofrecía mucha seguridad, que en este caso yo buscaba
abrasador, y luego seguir por el caminito estrecho pensando en mi esposa. Pues bien, siendo apenas
con el impresionante cañón del río Pasabién a un las 13:45 horas quisimos aprovechar el tiempo para
lado, entrar a un refrescante tramo sombreado por ir a buscar el sitio adecuado para instalar nuestro
bosque de pino con el agradable olor característico campamento, para lo cual dejaríamos mi camioneta
de esta conífera, y luego a solo unos pocos kilómetros en casa de los Perdomo y con dos patojones que
más adelante llegar a la aldea, dirigiéndonos Don David me consiguió para que nos ayudaran
directamente a la casa de Don David Perdomo y su con el montón de tanates, cajas, bolsas, envases,
Sra. Doña Etelvina, a quienes había conocido en carpa y los demás etcéteras; caminamos como
mis anteriores viajes, siempre me prodigaron toda 300 m por la aldea y luego nos acercamos al río El
clase de amables atenciones y que en esta ocasión Chorrón (el que solo unos 500 m más adelante se
me habían ofrecido recibirme en su casa. Pues bien, une al Repollal para formar el Pasabién, que es el

117

que pasa cerca de Teculután y llega finalmente como y muy triste de ver y de aceptar la siguiente vez que
afluente del Motagua), hermoso río que desciende visité Santa Rosalía.
por una cañada al nororiente de la aldea y cuyas
riveras que limitan su cauce, están formadas por Después de este obligado paréntesis sigo con mi
dos hileras interminables de frondosos árboles de relato, contando que ya al otro lado del río se llega
manzanarosa, los que precisamente en esta época a una extensa planicie engramada en la base de la
estaban cargados de deliciosa fruta; pero lo más la dera sur del cerro El Cerrón, que tiene como
agradable era la refrescante sombra que prodigaban 150x500m, con algunos zanjones poco profundos
en este caluroso lugar, especialmente en esta tórrida abiertos por las correntadas de agua pluvial que
época de verano, pues estábamos como a 38°-39°C, descienden del cerro. Caminando hacia el occidente
muy caliente de verdad cuando se camina a plena luz nos vamos acercando al filón del cerro por donde
del sol. Pues bien, el lecho pedregoso del río tenía se inicia la subida al portezuelo que tantas veces
como unos 12 m de ancho y el río propiamente mencionamos en la etapa anterior, y muy cerca de
dicho como 6 m, con un caudal moderado de este punto encontramos un buen lugar para armar
agua y regular corriente entre gran cantidad de nuestro campamento, porque quedábamos cerca de
piedras, enormes rocas y pozas de todo tamaño. la última catarata de las 4 que forma el río Repollal,
Los lugareños han tendido un muy rústico puente la cual deseábamos visitar. Siendo poco más de las
colgante con cables de acero y una tarima de palos 15:00 horas y sabiendo que el sol le estaría dando “de
roísos transversales muy irregularmente colocados, frente” a la catarata a esta hora por su localización,
que dejan espacios desde 10, 15, 20 y hasta 30 cm antes de armar el campamento decidimos ir de una vez
de ancho, por donde se podía ver correr el río bajo a verla para aprovechar tomar unas “buenas” fotos,
los pies; Hane, mi esposa, no quiso pasar por ese dejando las cosas al cuidado de uno de los patojos.
puente, prefiriendo atravesar el río a pie por el lugar Así lo hicimos, empezando a caminar bordeando la
más estrecho que encontró; yo más por curiosidad base del cerro por una vereda a la par de un cerco y
que por necesidad quise pasar por el “puente”, lo ligeramente inclinada hacia arriba. Caminando unos
cual fue entre novedoso, divertido y peligroso, pues 300 m empezamos a oír el característico ruido de
el amaqueo del puente si uno no se agarra con fuerza la caída del chorro y poco más adelante estábamos
de los cables que sirven de pasamanos, con facilidad frente a una hermosa cascada de unos 10 m de altura
lo hace perder el equilibrio y caer desde una altura y unos 6 m de ancho de la “cortina” de agua; formado
aproximada de unos 4 m. una preciosa poza como de 15x8 m y de unos 3.5 m
de profundidad, según nuestro acompañante; demás,
Quiero insistir en lo pintoresco del cauce del río el entorno del lugar la hace realmente hermosa por
flanqueado a ambos lados por esos cientos de lo variopinto de la vegetación y el color ocre pero
árboles de manzanarosa, porque el solo verlo da una transparente del agua, característico de todas las
sensación de refrescante oasis en medio del desierto; vertientes de la Sierra de Las Minas. En síntesis,
paisaje que solo un año ocho meses después, fue un lugar paradisíaco, agradable, pues la brisa de
literalmente borrado por el efecto devastador del la cascada a manera de sutil chiflón, lo hace muy
huracán Mitch en noviembre de 1998, no dejando ni fresco. Descansamos admirando aquel paisaje digno
siquiera los restos de uno solo de esos bellos árboles de plasmarse en el lienzo de un pintor, comimos un
que fueron arrancados de raíz, ampliando el cauce tentempié, tomé las fotos que quise y luego a desandar
del río en más de 70 m, habiendo arrastrado enormes el camino para llegar a armar nuestro campamento
troncos de hasta 60-70 cm de diámetro y 4.6 m de siendo cerca de las 17:00 horas, cuando el patojo
largo, algo que fue verdaderamente impresionante que se había quedado cuidando también se fue a su

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Cascada y poza de Santa Rosalía Mármol.

casa. Armamos la carpa y encendimos una hermosa como las 7:00 horas nos levantamos, desayunamos
fogata, porque lo que más abundaba allí era leña de algo y arreglamos una mochila pequeña con algunos
pino. Cuando eran como las 19:00 horas hicimos alimentos, frutas, golosinas y aguas gaseosas, pues
la cena con frijolitos volteados, huevos revueltos, los muchachos habían quedado de venir las 9:00
plátanos fritos, café y panecillos dulces: suficiente. horas para que uno de ellos se quedara cuidando el
La noche refrescada con el vientecillo con aroma campamento durante el día, mientras el otro nos
de pino, totalmente despejada con miríadas de acompañaría a las canteras de mármol San Lorenzo.
estrellas, el murmullo del río en la cercanía, a lo lejos Caminamos por la vereda que recorrimos al venir,
las tenues y titilantes luces de los candiles y candelas atravesamos el río de la misma forma y llegamos
en las casas de la aldea (porque no hay electricidad), a casa de Don David para tomar nuestro carro y
y unos cuantos perros por aquí y por allá entablando dirigirnos a la marmolera. El camino es el mismo que
plática; era el marco que teníamos para nuestra noche atravesando la pequeña aldea sigue hacia el oriente
de campamento. Después de un rato comentando hasta el inicio de una inclinada cuesta, aquí deja
sobre la suerte que teníamos de poder llevar a cabo de ser un camino para convertirse en una estrecha
todavía este tipo de actividades campestres, con la brecha exclusiva para el paso de un camión que la
tranquilidad y seguridad con la que la estábamos recorre los lunes y los viernes, llevando y trayendo
haciendo ahora; solo lamentábamos que nuestras de vuelta respectivamente a los lugareños que
hijas no estuvieran con nosotros en esta ocasión trabajan en las canteras, por eso el camino no está en
para compartirla. Cuando eran como las 20:45 horas las condiciones óptimas ni aun para vehículos como
decidimos acostarnos para pasar nuestra primera el mío, pues hay muchos pedruscos sueltos de todo
noche de campo. Dormimos como no lo podemos tamaño, que por lo inclinado la tracción las llantas
hacer muchas veces estando en casa, de un solo tirón, van tirando por todos lados al ir subiendo; se derrapa
sin interrupción alguna hasta las 6:30 horas. Siendo con facilidad corriendo el riesgo de irse al barranco

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o chocar contra el paredón rocoso; además había espectacularidad por ser un día de trabajo porque
una curva tan cerrada, que hubo que retroceder era jueves.
un poco en plena subida para retomarla y poder
seguir subiendo. Así vamos ascendiendo en forma Después del interesante recorrido por la planta era
de zigzag hasta recorrer como 6 km de pendiente, hora de salir de regreso a Santa Rosalía, siendo como
luego se sale a una parte más plana y finalmente se las 14:30 horas y siempre bajo un sol abrasador. Yo
llega a un lugar conocido como El Naranjo, donde tenía un poco de preocupación por la bajada de
entroncamos con el camino que del kilómetro 128 de ese “camino” que habíamos subido. De hecho fue
la carretera CA9 viene directamente a la marmolera, mucho más difícil y peligroso, porque para abajo no
este camino es ancho y en buen estado, porque se se tiene total control del vehículo aun enfrenado,
mantiene en buenas condiciones para el paso de los pues derrapaba sobre la piedra suelta, a veces hacia
camiones que transportan el mármol a la capital. el barranco otras hacia el paredón, además de
Caminando unos 5 km por este camino llegamos encontrar la misma curva cerrada donde ahora había
finalmente a la marmolera, que es una especie de que retroceder hacia arriba para poder salvarla, toda
campamento donde existen tres edificios de madera una prueba de manejo en mal camino solo para
que albergan la administración, dormitorios y expertos, ¡que modestia! Por cierto que desde este
comedor del personal de la empresa, una escuela, camino se tiene la única vista lejana de los cerros:
unas 10 o 12 pequeñas casas de los habitantes El Cerrón, Mojón de Joya de Bueyes y Peña Rajada.
permanentes del lugar y las instalaciones operativas Después de aproximadamente 1 hora estábamos
propias de la marmolera, es decir las galeras de corte en casa de Don David y Doña Etelvina, quienes
y pulido del mármol, cargaderos de los camiones y nos esperaban con almuerzo, esta vez con carne de
las canteras de donde extraen los grandes bloques res, arroz, frijoles volteados, crema, queso, tortillas
que se cortan in situ por medio de tecnología que calientes y refrescante naranjada. Nos quedamos
para nosotros era increíble, pues básicamente es por platicando un rato y siendo las 17:00 horas salimos
medio de un pequeño cable de acero de unos 3-4 mm para nuestro campamento, pues sabíamos que el
de diámetro con incrustaciones de diamante, el cual patojo que se había quedado cuidándolo estaría ya
se hace correr a través de largos orificios verticales aburrido. Llegamos y todo sin novedad, los patojos
y horizontales de 5 cm de diámetro, hechos en las se regresaron quedándonos de nuevo solos. Ya no
paredes de mármol de la montaña, agujeros que se tendríamos que hacer cena muy completa, pues
hacen coincidir entre sí por medio de mediciones habíamos almorzado hacia muy poco, de modo que
exactas con teodolito (hoy se hacen con GPS), teníamos mucho tiempo para descansar y caminar
formando bloques cúbicos de 3-4m por lado, el cable un poco por los alrededores, hacer nuestra fogata y
se jala por medio de poleas movidas por potentes tomar algo antes de acostarnos.
motores Diesel, hasta cortar esos grandes bloques de
más de 10 toneladas de peso, que a su vez se cortan Siendo solo las 19:35 horas decidimos acostarnos
en unos más pequeños, para ser transportados en los con el mismo marco de la noche anterior y el
camiones a la capital para su comercialización final. mismo reparador descanso sin interrupción alguna,
Todo este complejo proceso nos fue mostrado por excepto que ahora escuchamos el canto triste de una
Don Augusto Perdomo (por cierto hermano de Don lechuza poco antes dormirnos. Nos levantamos a
David Perdomo de Santa Rosalía), administrador las 6:30 horas, los muchachos quedaron de llegar a
de la cantera, y Don Ovidio Chacón el encargado; las 8:30; por lo que tomando solo algo ligero como
complejo proceso que pudimos observar en toda su desayuno levantamos campamento y arreglamos las

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cosas para que los muchachos las encontraran listas. insistimos porque era lo menos que podíamos
Llegaron puntualmente saliendo poco después hacer. Con nostalgia nos despedimos de esa linda
para casa de Don David, a donde llegamos a las gente y emprendimos el viaje final de retorno a
9:45 horas y por supuesto, los Perdomo no podían casa, desandando el pintoresco camino por el Pinal,
dejar de ofrecernos desayuno con huevos revueltos, el Chifle, Llano Grande hasta la CA9 y de allí a la
frijolitos, café y pan. Luego venía la triste despedida, capital sin contratiempo alguno, a donde llegamos
dándoles las gracias por sus atenciones y aunque no con la satisfacción de haber gozado de un viaje lleno
querían retribución económica alguna, nosotros de inolvidables experiencias.

Vista de los cerros: El Siglo, Mojón de Joya de Bueyes, Peña Rajada y El Cerrón.

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Octava Etapa:
Desde La marmolera San Lorenzo, a la Finca Alejandría

(12, 13 y 14 de diciembre de 2008)

“He vivido luchando contra la muerte desde el preciso instante en que nací, hace ya más de 83 años, casi me
gana en tres ocasiones, quizá cuatro o cinco..., pero yo le he ganado más. Ya nos conocemos bien y no nos
tenemos. Por eso, cuando finalmente venga por mí, ella no me llevará... yo me iré con ella”
Carlos Beteta

En noviembre de 2008 yendo con Carlos Hacohen y posibles viandantes para que nos acompañaran, sin
dos amigos suyos Jaime y Roltz, vivimos la preciosa embargo solo se nos unió Danilo Castillo, miembro
experiencia de acampar a la orilla del río Agua Fría, -como Luis-, del Club Andino quien se mostró muy
cerca de la marmolera San Lorenzo: ocasión en la entusiasmado. Se hicieron los arreglos con la gente
que obtuve la información que necesitaba para ir a de San Lorenzo para obtener los servicios de un guía
la finca Alejandría, pasando por el lugar conocido que conociera la catarata y la ruta por Veguitas, así
como Veguitas, ruta en la que también podría como la posibilidad de llevar una bestia de carga
conocer una cascada formada por el río Colorado para transportar nuestros aperos, comida, etc., etc.
pero muy arriba en la montaña, dos objetivos que
eran una ilusión para mí. Ya en el año 1997 tuve la Ya con toda la telaraña estratégica debidamente
oportunidad de hacer un primer intento por llegar de entretejida, salimos el viernes 12 de diciembre de
la marmolera de San Lorenzo a la aldea Jones por una 2008 a las 4:30 horas los tres decididos andarines a
ruta muy difícil, que incluía el paso del río Colorado bordo del Mazda de Luis, con rumbo al kilómetro
antes de bajar a la aldea Panaluya; sin embargo en 128 de la carretera CA9, lugar conocido como Ojo
esa ocasión solo llegué al aserradero El Talisguite, de Agua, donde desviándonos hacia el norte se inicia
que estaba como a unos 3 km antes del entronque el acercamiento a la SM. Como a los 2 km pasamos
con el camino de Jones a Alejandría, ya que desde por una puerta de hierro resguardada por personal
ese punto tuve que regresar a la marmolera, por lo armado, donde previa identificación llamaron
tanto no podía decir que ya tenía ese tramo para por teléfono a la marmolera para confirmar la
que formara parte de la travesía que estoy narrando; autorización de paso a las canteras, pues estas son de
además, esa ruta no iba por lo más alto de la sierra propiedad privada con estrictas restricciones. Poco
como yo lo deseaba para propósito de esta travesía, después del portón se comienza el ascenso de un
sino más bien por abajo; por esas razones mantuve inclinado y muy largo trayecto de aproximadamente
siempre la ilusión y el interés de hacer ese tramo 18 km hasta la marmolera; trayecto en regulares
por otra ruta, sin haber llegado a saber cómo y por condiciones, pues como en otros caminos de la
dónde podría hacerla realidad algún día, por lo que sierra, el paso de los camiones con cargas tan pesadas
la información recabada ahora era muy importante -como el mármol en este caso-, forman camellones
para mí. en el centro del camino que dificultan el paso con
vehículos más pequeños, que obviamente son más
Antes de emprender esta caminata nos reunimos angostos y bajos. Además se encuentran evidentes e
con Luis Luján para planificar la logística y diseñar impresionantes cicatrices de los derrumbes, lahares
la estrategia para llevarla a cabo, invitando a otros y deslaves ocasionados por las torrenciales lluvias

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del último invierno. Después de unos 10-11 km latas, refrescos, una buena dotación de muestras
de ascenso se entra al bosque de pino, donde por de medicinas, etc.), y para Don Augusto Perdomo
la altura (más o menos 1550 ms.n.m.), se siente el (administrador de la planta), una botella de whisky
chiflón del viento de cumbre con el delicioso olor a que nos había encargado. El día coincidió con el que
esa conífera, olor a ocote, se llega al lugar conocido la administración había escogido para la entrega de
como El Naranjo, que es un lugar localizado en presentes navideños a todo el personal, consistentes
medio de la nada, en pleno camino, sin casa alguna, en canastas con víveres, golosinas y demás, por lo
y lo único que tiene de particular es que es la única que nos sentimos totalmente opacados con nuestros
parte plana del camino como de 100 m de largo, humildes regalos, decidiendo entonces entregar solo
donde entronca el camino que describimos en la la magdalena, la macarela, las medicinas y el whisky,
etapa anterior que viene de Santa Rosalía Mármol dejando lo demás para llevarlo a Alejandría, donde
y el lugar donde por costumbre siempre paramos no serían tan afortunados de recibir esas canastas.
a tomar algo a manera de desayuno y a satisfacer
alguna necesidad fisiológica “menor”. Nos habíamos apalabrado por teléfono con un señor
llamado Wilson para que nos guiara, al conocerlo
Solo unos metros adelante encontramos una cuadrilla confirmamos la impresión que teníamos de él
de hombres acondicionando el camino con piedras, después de esa comunicación: un hombre de unos 38
donde tuvimos que esperar como 20 minutos hasta años de edad, personaje un tanto zaíno, cojitabundo
que pudieron mover su camión para darnos paso. y obviamente padeciendo de bradipsiquia o lentitud
Como 2-3 km adelante se empiezan a ver a ambos mental, aunque por un momento llegamos a
lados del camino, las grandes paredes de mármol de pensar que estaba medio zocado. El conocerlo me
6-10 m de alto en la montaña y poco más adelante produjo una sensación desagradable de inseguridad
a la vera del camino, algunos bloques ya cortados de y desconfianza, que jamás había experimentado con
unos 2x1x1 m listos para ser cargados y transportados nuestros porteadores y guías. Aunque le habíamos
en los camiones. Finalmente después de unos 18 km avisado que llegaríamos como a las 9:00 horas para
de camino desde Ojo de Agua y siendo las 10:00 que tuviera lista la bestia que llevaría la carga, cuando
horas, llegamos a la Marmolera San Lorenzo, llegamos aún la tenía que ir a traer al potrero; le
lugar que describiéramos en la etapa anterior y que dijimos entonces que nos adelantaríamos en el carro
siendo viernes estaba en plena operación, por lo hasta un punto cerca de la quebrada El Bejucal, donde
que encontramos aún a todo el personal incluyendo lo tendríamos que dejar, y que él acuciara el paso para
a Rosario, la persona que amablemente contesta alcanzarnos y no perder mucho tiempo. Iniciamos
nuestras llamadas por teléfono y que impresiona por así el descenso al río Agua Fría, una bajada como de
su porte de mujer, quien a sus cuarentitantos años 800 m en mal estado, donde en una ocasión anterior
(por supuesto no le preguntamos), conserva esa tuvimos que talar un viejo pino para ensanchar la
belleza natural, sin artificios, con los ojos claros de brecha y no caer en una profunda zanja por un lado
la mujer de oriente, 1.70 m de altura, galana, sonrisa o el barranco por el otro. Cuando llegamos a este
franca y espontánea, de hablar sencillo y coloquial, y punto como a los 600 m de descenso, Danilo y yo
con ese acento característico de la gente zacapaneca. nos bajamos del pick up, manteniendo verticales
Nos dio mucho gusto conocerla, pues siempre nos dos varejones a manera de portería, para indicarle
había atendido solo por teléfono. En esta ocasión le a Luis la dirección exacta por donde lentamente
llevamos unos presentes para ella y para Don Ovidio debía seguir para pasar el mal trecho. Pocos metros
(encargado de la planta), para patentizarles nuestros más abajo había otra profunda zanja que tuvimos
agradecimientos (golosinas, una magdalena, algunas que rellenar con piedras para poderla salvar, luego

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llegamos a un primer arroyo: El Picacho, con un expedición atravesando una quebrada de solo unos
tercio menos de caudal del que tenía apenas hacía un 2.5 m de ancho, para iniciar al otro lado la caminata
mes cuando anduvimos por esa zona, lo atravesamos siguiendo una vereda bien marcada por una planicie
sin problema y caminamos por la rivera opuesta solo ligeramente inclinada y cubierta de grama.
como 150 m hasta donde dicho arroyo se junta con Yo pasé adelante, luego Luis, Danilo y hasta atrás
la quebrada El Bejucal (así los dos, se unen solo Wilson y su caballo. Cuando apenas habíamos
unos 100 m más adelante al río Agua Fría, el que caminado como 75 m, Wilson gritó: ¡una culebra!,
a su vez termina finalmente como afluente del río los tres nos volvimos hacia él y yo le grité: ¡no la vaya
Colorado unos 12-14 km más abajo), aquí hay una a matar!, viendo que ya blandía su machete calabozo,
pequeña joyita engramada y rodeada de guayabales sin embargo mi orden llegó tarde, porque el arma
donde estacionamos el carro y procedimos a bajar, “serpenticida” cayó sobre la indefensa culebra. Se
distribuir y acomodar todo aquella caterva de tanates trataba de una coral verdadera como de 1.25 m de
entre vituallas, avíos, equipo y demás, los cuales se largo, el calabozo la había partido parcialmente
redujeron a dos bultos metidos en sendos costales como a 15 cm de la cabeza y el pobre animal se
y estos en sus respectivas redes, que se colocarían retorcía en sus últimos estertores de vida. Pocas
en el aparejo sobre el lomo de la bestia que traería veces me he sentido tan rabioso y profundamente
Wilson. Nosotros llevaríamos nuestras respectivas triste al mismo tiempo, al punto de bañar a Wilson
mochilas. Mientras esto hacíamos esperábamos que con toda una catarata de palabras del vocabulario de
pronto apareciera Wilson, sin embargo hubo de las series: h…d…p…, m…, c…, c…, etc., etc.; sin que
pasar más de 1 h para que finalmente con toda la me oyera, pero sí mis compañeros que estaban cerca.
choya llegara, no trayendo precisamente una mula, Simultáneamente sentí deseos de llorar, mientras no
sino un caballo alazán que nos llamó la atención por hallaba qué hacer con el cuerpo del pobre coral, era
lo bien cuidado que estaba, lo cual nos agradó, pues la primera vez que tenía un encuentro cercano con
sabíamos que si sería capaz de soportar la jornada, esta bella especie. Hubiera sido maravilloso para ella
porque el peso total a cargar era de aproximadamente y para nosotros tener un encuentro pacífico; pero
150 lb. Wilson procedió a colocar y liar con sendas bueno, no era la primera vez que me tocaba ver tan
riatas los bultos al aparejo. En ese momento el caballo abominable, tan acerbo espectáculo de asesinar a
quiso corcovear y pensamos que no colaboraría, sin un indefenso animal silvestre, solo por el simple y
embargo poco después se calmó y se dejó cargar. estúpido gusto de matarlo. Maldeciré siempre ese
Ya con todo listo alzamos nuestras mochilas para aciago momento.
empezar la andada.

He de mencionar que desde que me bajé en el lugar El atroz asesinato de una serpiente coral.
donde la cuadrilla estaba arreglando el camino,
tuve la sensación de que mis pies no “andarían”
muy bien. Después de cinco meses de operado de
los juanetes (hallux valgus), mis pies aún no estaban
completamente bien, pues todavía me dolían las
regiones plantares después de algunas horas de
caminata (metatarsalgia), por lo que me sentía
desconfiado en esta ocasión, sabiendo que sería una
jornada muy larga y muy exigente. Pues bien, siendo
las 11:40 horas y a 1550 ms.n.m., comenzamos la

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Después de caminar como 80 m más por una casi algunos huesos de un pizote que fuera presa de
imperceptible vereda en una llanura, de pronto se algún depredador, posiblemente un ocelote, un
encuentra una ancha brecha como de 3 m de ancho tigrillo, o un coyote (pero no el minusválido...), y
que se dirige hacia arriba del cerro, angostándose un más adelante hallamos la cornamenta de un pequeño
poco más adelante pero con todas las características venado, presa también de algún depredador salvaje,
de una brecha maderera abandonada tal vez por descartando en principio a un cazador furtivo, pues
decenas de años, épocas cuando el hacha arboricida este generalmente se lleva toda la pieza sin dejar la
depredó sin ningún control miles de hectáreas de cabeza, como en este caso.
bosques primitivos especialmente de pino, a lo largo
de toda la SM; esto se puede deducir de los cientos El largo descenso continúa a veces con inclinación
de kilómetros de este tipo de brechas madereras que de hasta 35° o más, hasta llegar al fondo de la cañada
hemos encontrado por diferentes regiones de esta donde corre el bello y espectacular río Colorado,
sierra. que haciendo honor a su nombre es de un color
ocre casi rojo, mucho más fuerte que el del resto de
Seguimos el ascenso del cerro situado en la margen vertientes hídricas que descienden de la cara sur de
norte del río Agua Fría, lo cual hacemos a buen la SM. Este color es debido a materia en suspención
paso pues la inclinación es moderada. Encontramos y especialmente a su contenido de taninos, que son
varios veneros o chorreaderos que bajaban de la metabólitos secundarios de muchas plantas como
montaña atravesando el sendero y refrescando el pino, el roble y el encino que los acumulan en
el caluroso ambiente, aun cuando el día estaba un la corteza y en las hojas especialmente liberados
poco nublado. Conforme vamos ascendiendo se va durante el proceso de descomposición. Pues bien,
sintiendo el característico chifloncito de cumbre, con este río tiene aquí como 12-15 m de ancho con gran
olor a pino y con 100% de oxígeno... La vereda cada caudal y fuerte corriente, y una profundidad máxima
vez se va haciendo más estrecha hasta llegar a ser de unos 70 cm que hace obligado el quitarse las botas
una vereda “de una sola vía”. En 1:45 h llegamos a la y remangarse el pantalón para vadearlo con cuidado
primera cumbre a 1750 ms.n.m., que es el punto que para no ser arrastrado; aunque existe otra forma
alcancé en mi último viaje, cuando subí hasta aquí en de cruzarlo empleado por los lugareños, y consiste
dirección perpendicular desde nuestro campamento en pasarlo dentro de un rústico y endeble asiento o
a la orilla del río Agua Fría. Exactamente en este columpio suspendido a ruginosos cables de acero a
punto encontré en esa oportunidad a Doña Aura argolla, la cual corre por el cable, elevado a unos 4 m
Leticia Chacón quien venía de Veguitas y que fue de altura y de unos 40 m de largo, que llega hasta la
la que me dio la información sobre la ruta de unas 5 parte alta de ambas orillas del río; el osado usuario
leguas hasta Alejandría -según ella-, que hizo posible se sienta en el columpio y se va jalando del cable
la planificación de la presente caminata. A partir con las manos hasta llegar al otro lado. Wilson nos
de esta cumbre se inicia un largo descenso a veces hizo la demostración utilizando el arcaico teleférico;
muy inclinado, siempre entre agradable pinal, con mientras nosotros..., pasamos por el río con la
muy bonitas vistas del discurrir del río Agua Fría ayuda de dos bordones para mayor estabilidad, pues
por un cañón que lo lleva a unirse al río Colorado el agua nos llegaba arriba de las rodillas. Nos llamó
y por el otro lado, una sucesión interminable de mucho la atención la existencia de este método
ubérrimas montañas en lo ultramontano de la alternativo para pasar el río en tan recóndito paraje,
sierra, con infinidad de cerros que esconden sus por donde pasan muy pocas personas en semanas o
más preciados tesoros. En esta parte de la andada meses, pero que cuando crece el río es la forma más
encontramos a la vera del sendero, el pelaje y segura de cruzarlo.

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Poza el río Colorado. y escalar peligrosas rocas, para finalmente bajar
de nuevo a un recodo del río donde asumíamos
En este lugar aproveché para tomar preciosas fotos estaba la catarata grande, que ni se podía ver, solo
de las pozas del río y de los “intrépidos” andarines oír. Para todo esto teníamos que caminar como
pasándolo a duras penas entre las movedizas piedras. 400 m más. En este momento yo transpiraba rabia
Los pies que ya me empezaban a pasar su dolorosa porque me di cuenta que el tal Wilson no conocía
factura, tuvieron un bálsamo al meterlos en el agua el lugar donde nos había metido, ni menos cómo
fría del río, aunque muy pronto tuve que calzarme llegar a la cascada; opté por tratar de encontrar
de nuevo las botas para iniciar el ascenso de una una ruta entre la espesura de los matorrales para
empinada ladera, que nos llevaría a un punto donde tratar de ir a ver el chorro aunque fuera de lejos y
Wilson nos dijo que por allí nos desviaríamos para del otro lado del río. Después de caminar por 30
conocer la catarata de la que nos habían hablado. A minutos por la muy inclinada ladera con inminente
mí me dolían los pies y el ascenso me había cansado, riesgo de despeñarnos, nos dimos por vencidos de
pero podía más el vehemente deseo de conocer la no poder ver la tan deseada cascada. Mientras esto
cascada, más cuando se oía a lo lejos el característico pasaba Wilson ni siquiera nos acompañó, es más,
ruido del chorro al chocar contra las rocas. ni nos contestaba los gritos y chiflidos para que
nos orientara, pues nos habíamos desviado mucho
Empezamos a bajar hasta que pudimos ver entre de la ruta de descenso, por lo que solo gracias a
la espesura del bosque, en la ladera de enfrente y nuestro “aguzado” sentido de orientación, pudimos
muy lejos aún, una serie de cascadas pequeñas, que retomar el camino de regreso hasta la vereda donde
obviamente no eran las que producían el ruido, por estaba el caballo y nuestras mochilas. Ante este
lo que nuestro interés aumentó queriendo llegar a panorama nada halagador, agotados por el vano
la “grande”. Habíamos bajado como 400 m desde esfuerzo realizado al caminar como 1.5 km en más
la vereda, con mucha dificultad por lo inclinado o menos 1:15 h, y pensando en que aún nos faltaba
del terreno de 45°-50°, y cuando llegamos al fondo mucho por caminar para llegar a Veguitas donde
del cañón nos dimos cuenta que tendríamos que queríamos acampar para pernoctar, decidimos
descender una pared casi vertical de unos 4 m de seguir caminando cansados y frustrados por no
alto y que al llegar al río tendríamos que meternos a haber podido lograr uno de los objetivos principales
el y vadearlo por algunas profundas pozas y grandes del viaje siendo ya las 15:00 horas. He de decir que el
rocas, y después de pasar al otro lado, encaramarnos antipático de Wilson durante todo el recorrido no
por una ladera muy inclinada de más de 50° entre nos acompañaba, él se iba adelante con la bestia, y
guatales, matorrales y chirivisqueros intrincados, solo lo vimos en la primera cumbre, en el río, y en
el lugar donde nos desviamos a buscar la cascada; no
compartía la caminata a pesar de habérselo pedido
para evitar el que pudiéramos extraviarnos de la
ruta correcta. Pareciera como que en ocasiones no
comprendiera lo que se le decía, no escuchara o lo
hiciera adrede. Haciendo de tripas corazón y con
mucho dolor en los pies, la caminata continuó
pasando cerca de una vega de frijol y maíz conocida
como El Chauchal, luego una serie de horquetas
entre pequeñas cumbres pero siempre con tendencia
a ir descendiendo, hasta que finalmente llegamos a

126

Veguitas siendo las 16:30 horas, habíamos caminado ceniza y tizones viejos, algunos tiestos tiznados, una
como 8 km desde San Lorenzo en más o menos 4:50 jarrilla de peltre de las de pescuezo de ganso ya rota,
h. residuos de bolsas, cajas y envases de plástico, etc.
Como a 12 m fuera de la “cabaña”, había un pozo
El lugar es una amplia joya de pastizales, bordeada de agua limpia en medio del zacatal, como de 1 m
por el río Colorado y en un extremo de la planicie, de diámetro y a unos 25 cm del nivel del suelo, que
la reminiscencia de lo que fuera una choza hace ya se veía era profundo; pozo del que acarreamos agua
varios años, ahora reducida a un abitaque o cuartón para nuestros menesteres. Esta es la descripción de
casi en ruinas como de 12x4 m con techo de ruginosas lo que sería nuestro albergue por las siguientes 16
láminas, y cuatro “paredes”, dos de ellas construidas horas.
con ramas clavadas horizontalmente sobre otras
como parales, pero dejando entre sí rendijas hasta Yo estaba bastante cansado y adolorido de los pies,
de 12 cm de ancho, lo que las hacía parecer más bien y solo deseaba acomodar mis cosas lo más pronto
como cercas o jaulas por donde pasaba el viento sin posible en el lugar escogido para dormir y acallar mi
obstáculo alguno; las otras paredes era de bajareque, fatiga. Mientras tanto fuimos encendiendo el fuego,
es decir, ramas más juntas entre sí, pero rellenados pues pronto se prepararía el almuerzo/cena. Yo por
los espacios con lodo, quedando así “una pared” mi parte solo deseaba tomar mucho líquido pues me
como de unos 10-12 cm de espesor toda agrietada sentía deshidratado y con necesidad de comer algo
y con grandes agujeros donde el lodo ya se había dulce. La tarde avanzaba y el frío se hacía sentir cada
caído, los que estaban medio tapados con pedazos de vez con mayor intensidad, de hecho eran las 18:00
plástico y lepa de pino. Se podían observar señales horas y estábamos a 11°C. Quiero hacer un obligado
de que este cuartón había sido usado, una parte paréntesis para referirme al Muñeco, este era un
como de 8x4 m como refugio y como troja de frijol, viejo perro de Wilson, fiel como todos los perros,
pues habían dos tapescos de troncos y ramas en que sin saber a dónde se dirigiría su amo en este viaje
forma de rústicas literas, cubiertas con matas secas decidió no dejarlo ir solo y se vino con el grupo. Este
de frijol a manera de colchón y en el suelo otros perro como de 12-14 años de edad (equivalentes a
“nidos” del mismo material también para dormir. 64-72 en los humanos respectivamente), con unas
El resto del cuartón de 4x4 m era “la cocina”, con cuantas características de raza Collie pero chaparro y
un poyo bien construido con hornilla de barro y con la cola tunca, con andar lento y casi cruzando las
un comal de lámina encima; habían rescoldos de patas traseras por el movimiento tambaleante de sus
caderas; no era el típico perro como los que a veces
Vista de la choza en la Joya de Veguitas. nos han acompañado en algunas de nuestras andadas
montaraces, aquellos que a veces se adelantan o
se quedan atrás por varios minutos y de repente
aparecen súbitamente corriendo y olfateando un
falso rastro o uno verdadero de una potencial presa
de monte; el Muñeco no, él va atrás de su amo y
lo sigue siempre, aunque cuando bajamos en busca
de la cascada inteligentemente se quedó junto al
caballo, intuyendo que sería un gasto innecesario
de energías y que tendríamos obligadamente que
regresar a ese punto. Por otro lado si pasó nadando
el río Colorado. He dedicado este largo párrafo al

127

Muñeco, porque por razones etarias obvias, me
siento identificado física y emocionalmente con él,
con quien establecí un vínculo casi espiritual.

Regresando a la cocina donde el Muñeco se Campamento en la choza de Veguitas.
acomodó en un rincón; empezó el movimiento de
los chefs Luján y Castillo preparando sus respectivas nuestras bolsas como verdaderas crisálidas dentro
delicatessen: sopa, frijolitos colorados, atún, pan, de sus capullos y solo pensando en el momento en
tortillas (que llevaba Wilson), café y algo más por que tendríamos que salir obligadamente a altas horas
ahí. La oscurana nos envolvía con su manto nublado de la madrugada para atender el llamado imperativo
y muy frío, no dejando ver sino por momentos de la Naturaleza, tal como fue en mi caso a las 4:00
a Selene, que precisamente esta noche estaba de horas, cuando por fin logré ver la luna en su total y
plenilunio, pero que nos coqueteaba y tímidamente magnificente esplendor.
solo nos mostraba parte de su belleza. Eran las 19:30
horas. Aprovechando un ratito más de horizontalización,
pues habíamos quedado de levantarnos a las
En la sobremesa se entabló el conversatorio, 6:00 horas, nos despertamos a las 6:00 horas,
comentando las peripecias del día y criticando pero nos levantamos a las 6:20 horas como si
las actitudes de Wilson, y como siempre al final, hubiéramos escuchado la corneta en un cuartel.
coincidiendo en lo privilegiados que éramos por Arreglamos nuestros telenques, desayunamos algo
tener la suerte de poder embelesarnos con las y como esperábamos que el tramo que nos faltaba
oníricas escenas y paisajes, así como de vivir las hasta Alejandría sería el más fácil, porque así lo
experiencias de nuestro viaje el que deseábamos interpretamos al revisar el mapa, calculando que
compartir con más amigos. Para Danilo que era su serían solo unos 3.2 km; no nos apresuramos mucho
primera incursión por la SM, la caminata le había y por eso salimos hacia Alejandría siendo las 8:40
encantado. Avanzada la noche decidimos irnos a horas. Como a 100 m del refugio debíamos atravesar
dormir, previa preventiva última salida de la choza el río, que no era otro que el mismo Colorado, solo
por los alrededores..., el vaho que salía de nuestras que más cerca de su nacimiento, y aunque el caudal
bocas evidenciaba el frío que ya alcanzaba los 8°C era menor que el que llevaba cuando lo pasamos allá
y descendiendo. Entramos para ocupar nuestros donde estaba el “teleférico”, no era posible pasarlo
respectivos lugares: Luis y Danilo pusieron un sin quitarnos las botas que nos acabábamos de calzar;
plástico sobre la basura de frijol en el suelo y sobre él yo propuse que lo pasáramos montados en nuestro
sus bolsas de dormir, yo me subí a una de las tarimas jamelgo uno por uno, pero cuando quisimos hacerlo
o tapescos, puse basura de frijol como colchón y con nos dimos cuenta que Wilson -como siempre-, ya
mi bolsa de dormir hice mi mullida cama, aunque
con un gran agujero en la pared que me permitía ver
una buena parte del potrero y por supuesto, también
permitía el paso del frío chiflón. Wilson por su parte
se quedó en el otro camastrón, que por cierto era el
más protegido.

Cuando eran las 21:20 horas decidimos finalmente
apachar las orejas y dormirnos, metiéndonos en

128

se había ido adelante, teniendo entonces que buscar meditar acercándose a la familia, a los amigos y a
por dónde cruzarlo, incluyendo al pobre Muñeco; Ese Algo Creador, que existe o no, llámese como se
afortunadamente encontramos un enorme árbol de llame y que en mi caso podría ser Tzuul Tak´a. Lo
pino como de 1.25 m de diámetro que había caído cierto es que se entra en estrecha comunión con esa
sobre el río con todo y raíces, y con alguna dificultad belleza de órdago que lo deja a uno atónito, absorto,
nos subimos al tronco y caminamos sobre el como estupefacto, algo que hay que vivirlo para tratar
7-8 m, yo cargué al Muñeco que como sabiendo de encontrarle algún calificativo. En fin, esta es la
que era lo que tenía que hacer, colaboró dejándose razón del quehacer nuestro. Seguimos caminando,
agarrar, yo se lo subí a Danilo y él lo puso sobre el dándonos cuenta que nuestras expectativas sobre el
gran tronco atravesándolo sin problema y dándonos tramo que vamos caminando estaban equivocadas,
las gracias con su tunquito… Ya del otro lado costó pues llevamos ya 2:30 h desde Veguitas y aún no
pasar entre un tupido cañital, pues no teníamos se veía por dónde podía estar Alejandría, pues
machete y Wilson no contestaba a nuestros gritos. subíamos una ladera más. Llegamos a la cumbre y
La caminata siguió siendo difícil por lo cerrado de empezamos a bajar, luego un columpio y hermosas
la maleza, y no fue sino después de algunos minutos vistas hacia las Montañas del Merendón y las de
cuando finalmente nos juntamos con Wilson, quien Honduras. Entramos a un bosque de inhiestos
sacó a relucir sus limitados dotes campiranos con enormes cipreses y desde donde empieza una ancha
el machete, ya que por cierto no evidenciaba una brecha y uno se siente ya muy cerca del objetivo;
habilidad sorprendente por su lentitud y la mala encontramos el chasís herrumbroso de un Jepp... de
calidad de la brecha que iba abriendo. Bajo un sol la segunda guerra mundial y pensando entonces que
abrasador la caminata se hacía lenta, pues la ruta estaríamos a solo unos pasos de la finca, la misma
era hacia arriba con una inclinación considerable que yo conocí hacían ya 12 años 4 meses. En este
y porque todo parecía indicar que por allí no había momento mis pies están a punto de pedirme su
pasado nadie en mucho tiempo, porque al parecer renuncia irrevocable y dejarme sentado en medio
todos llegaban hasta el albergue de Veguitas y se de la nada. Estoy muy cansado, deshidratado y
regresaban a San Lorenzo. En la siguiente hora de frustrado, pues esperaba que este tramo sería mucho
camino se ascienden dos cumbres desde donde se más corto y fácil y no ha sido así, de hecho ha sido
tiene la vista de una gran parte de la SM con sus cerros: el más difícil y cansado. Finalmente se ven allá abajo
La Cucaracha y El Raxón con sus impresionantes las dos casas de Alejandría y siendo las 12:30 horas
acantilados de su cara sur oriental, ahora iluminados Finalmente llegamos a la finca, hemos caminado
por el sol de la mañana. Poco más adelante se tiene la como 7 km en 3:50 h y estamos a 2020 ms.n.m. Me
vista no menos impresionante del mogote del volcán invade mucha tristeza y nostalgia al ver lo que queda
(cerro) Palomas. Todos se ven tan cerca que se tiene de la casa patronal que yo conocí, la que ahora está
la sensación de que se encuentran a solo unos pocos
kilómetros de nosotros. Se ven también a lo lejos Con Luis en la Finca Alejandría.
las canteras de San Lorenzo Mármol hacia el sur.
Se sigue cresteando por un buen trecho más, luego
unos columpios y “otra subidita y otra bajadita”, hasta
encontrarnos en los más apartados dominios de la
China Hilaria..., como lo hemos estado en muchas
ocasiones en nuestras incursiones pedestres por las
más recónditas montañas. Uno está tan lejos de la
gente y tan cerca de la Naturaleza, que es obligado

129

completamente abandonada, casi en ruinas. Don Julio Marroquín, Doña Esther su esposa y
Encontramos en la finca a un grupo de 9 jóvenes de sus dos hijitos (quienes ahora viven unos días en
río Hondo que habían subido el Palomas y estaban Jones y otros en Alejandría, pero hoy estaban en
regresando en esos precisos momentos. En la casa Jones), 4 chuchos bravos, cabras, peligueyes, vacas,
se encontraba Don Irene Chacón (por ahí le dicen chompipes, gallinas, gansos, muchos duraznales,
Irenio, quizás para que se oiga más masculino...), que etc.; hoy la finca estaba vacía, abandonada, solo
por cierto era tío de Wilson, una persona sencilla, unas viejas sillas, una hamaca inmóvil, un tol y un
humilde, que deja ver su bonhomía al hablar, quien tecomate llenos de telarañas colgados de un gancho
rápidamente nos ofrece agua y una banca para en la pared, un machete calabozo en un rincón,
descansar. una piel ya acecinada de pizote, una lúgubre cocina
ennegrecida por el hollín y aunque había fuego
De acuerdo con el plan original habíamos pensado en el poyo, no se sentía vida en ninguna parte. En
ascender el Palomas después del almuerzo, sin fin, para mí fue un regreso y estancia con mucha
embargo Don Irene nos aconseja no intentarlo, nostalgia. Nos preparamos una rica sopa mixta,
pues no nos daría tiempo para regresar antes frijolitos volteados a los que aprovechando unos
del anochecer, porque según habían contado los tallos de cebolla y aceite que nos dio Don Irene,
muchachos que bajaron el sendero estaba muy quedaron deliciosos, y por supuesto aún quedaban
cerrado, habiendo unos pasos muy difíciles por gran cantidad de ricos y tiernos güisquiles.
la caída de unos enormes pinabetes de más de
60 m sobre él y que la gran cantidad de ramazón Tuve la oportunidad de confirmar con Don Irene
obstaculizaba mucho el paso. Con buen juicio la existencia de un pequeño mamífero que vi en mi
Luis y Danilo decidieron no ascenderlo, tampoco primer viaje hacía 12 años; un animal parecido a
al día siguiente pues sería muy agotador tomando una ardilla, color café con el pecho amarillento, de
en cuenta que el mismo día también nos tocaría el movimientos muy rápidos, cuerpo cilíndrico, pelo
regreso hasta San Lorenzo. Con todo decidido nos corto, de cabeza pequeña, de 15-20 cm de largo, con
dedicamos solo a descansar. Don Irene quien tenía cola de otros 10-15; los lugareños lo llaman lince
planeado bajar a Jones este día, decidió quedarse pero obviamente no lo es, yo creo que es una espacie
para acompañarnos. Los muchachos montañistas de hurón pues no es comadreja ni gato de monte.
se fueron quedándonos solo nosotros. Don Irene Don Irene nos decía que ellos los matan porque se
nos ofreció café y un canasto de grandes güisquiles come los pollitos. Ese animal yo lo vi en esa ocasión
recién cortados ya cocidos, deliciosos, nunca había y no pude indagar más sobre él, pero sigo sin saber
comido unas “lenguas” de güisquil tan grandes. de qué animal se trata realmente.

Luis y Danilo decidieron armar una carpa en un Como a las 21:00 horas decidimos acostarnos para
llanito cerca de la casa y yo por mi parte tendí un levantarnos a las 6:00 horas y salir a las 7:00 horas para
plástico, colchón y bolsa de dormir en un corredor San Lorenzo. La noche transcurrió sin mucho frío y
de la misma. El tiempo estaba fresco, pero no tan tranquila, excepto por los gallos que empezaron a
frío como la noche anterior en Veguitas. cantar a las 3:00 horas en unos árboles que quedaban
muy cerca del corredor donde yo dormía, luego de
Ya tranquilos nos sentamos con Don Irene quien nos nuevo cantaron a las 4:15 horas y finalmente a las
entretuvo con sus chascarrillos, cuentos de gente de 5:00 horas; creo que su reloj biológico necesitaba un
campo, anécdotas sobre animales, etc. Yo no dejaba ajuste para que no cantaran a horas tan inoportunas.
de añorar la vez que conocí la finca, cuando estaba Luis, Danilo y yo nos levantamos a las 6:00 horas

130

Al nomás levantarme mis pies me dolían mucho verdadero "suplicio chino"..., y poco a poco me iba
presagiando un sufrido regreso, sentía la parte quedando más retrasado, en tanto que Luis y Danilo
anterior de ambas plantas como unas almohadillas modelos 66 y 61 respectivamente, con motores
hinchadas, tiesas y sensibles; solo de pensar que ese turbo y excelentes llantas, veían cómo este modelo
día tendría que caminar como 13-14 km me hacía 35, casi sin gasolina ni llantas, tenía que arrancar
sentir muy temeroso y pensativo. con cigüeña o empujado... Así fui avanzando hasta
llegar muy atrasado al río Colorado donde está el
A las 7:40 horas nos despedimos de Don Irene, él teleférico, aprovechando para hacerme hidroterapia
tomaría para Jones y nosotros para San Lorenzo. de pies con esa agua fría. Todos me esperaban
Iniciamos muy lentamente el triste regreso con un desde hacía buen rato, notando yo -aunque hacían
día que pintaba despejado y caluroso. Yo sabía que esfuerzos para disimularlo-, un tanto su desagrado,
las primeras 2:30 h serían muy duras porque era lo cual era justificado y comprensible. Iniciamos de
una interminable subida con uno que otro columpio nuevo la marcha, yo de último, y tan solo unos 75
hasta llegar a la cumbre, para luego empezar a bajar m adelante me paré de nuevo, pues me percaté que
hacia Veguitas, así fue, y aun con mucho dolor logré bajando de nuevo uno metros hacia el río, podía
mantener un buen ritmo de paso; Wilson para variar tomar una bonitas fotos. Bajé mi mochila y pudiendo
se fue adelante y no le vimos ni el polvo a pesar de más el deseo de tomar las fotos que el dolor de pies,
habérselo hecho ver, pareciera que lo hacía adrede. descendí encontrando una gran poza color rojo
ocre de una diafanidad casi de fantasía, con unos
El calor era intenso y la transpiración profusa, efectos de luz del sol que hicieron olvidar mi dolor.
teniendo que tomar agua con frecuencia. Esta sesión fotográfica me tomo como 12 minutos
Empezamos la bajada a Veguitas, teniendo ahora mientras Luis y Danilo no se explicaban por qué me
mejores vistas del Raxón y en la lejanía también de había quedado tan atrás tan pronto y por supuesto
los volcanes Acatenango, Fuego y Agua. El Palomas no solo se preocuparon, sino que se molestaron aún
se veía precioso, cuya conquista se pospondría más. En esos 12 minutos ellos avanzaron mucho
por un tiempo para Luis y Danilo. Llegamos al río y cuando les grité para saber hasta dónde iban,
Colorado cerca de Veguitas y de nuevo Wilson no les pareció que yo me había extraviado, lo mismo
estaba para pasarlo montados por lo que tuvimos que pensé yo de ellos cuando me respondieron, de
que encaramarnos al tronco de nuevo. Ya en la manera que nos seguimos acercando gritándonos,
choza donde finalmente nos juntamos todos, pues Danilo regresó a mi encuentro, dándonos
yo despotricaba contra Wilson, arremetiéndole cuenta que ambos íbamos por la vereda correcta.
con una fuerte reprimenda aunque él no parecía Esta parte que es en efecto la última montaña por
inmutarse; ya a solas con Danilo y Luis, dejé salir mi ascenderse, es muy inclinada y mis pies yendo para
rabia vociferando una retahíla de calificativos nada arriba cuando hay que ir “punteando” me dolían
respetuosos para nuestro loquinario acompañante. más; para acabar de agravar mi sufrimiento, sin
Llegamos a Veguitas a las 10:15 horas, es decir en darme cuenta me paré sobre una pequeña bellota de
2:35 h lo que nos había tomado 3:50 h de ida ¡1:15 pino más pequeña que una pelota de golf, quedando
h menos! exactamente bajo mi chipuste del pie izquierdo,
sentí un dolor tan intenso como si me hubieran
Retomamos la caminata a las 10:20 horas. Para atravesado el pie con un clavo de línea férrea, a
entonces sentía en la parte anterior de las plantas tal punto que lloré allá en medio del bosque y en
de los pies, una chibola tensa y dolorosa sobre la completa soledad. Con gran dificultad encumbré
que me iba parando a cada paso, lo cual era ya un renqueando lo último que me faltaba, para iniciar de

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allí el largo descenso al río Agua Fría donde estaba el En las canteras de mármol con el Vólcan (cerro) al fondo.
carro, descenso que inexplicablemente lo hice muy
rápido llegando prácticamente al mismo tiempo que tuvimos tiempo de atender unas cuantas consultas
mis amigos, claro que después de todas las esperadas médicas, que siempre “aparecen” entre los habitantes
que me habían hecho. Eran las 14:10 horas, 3:50 h de la marmolera.
desde Veguitas (ida 4:50), y 6:30 h desde Alejandría
a pesar de mi minusvalía. Ya no aguantaba los pies, Finalmente abordamos el pick up siendo las 15:45
sentía que me pulsaban y que estallarían. Llegando al horas y nos dirigimos directamente al restaurante
carro me quité las botas, saliendo mis pies eyectados “Chicharrones Don Carlos” para tomarnos
de ellas, poniéndome mis tenis y sintiéndolos otra cerveza pero bien fía y engullir ½ lb de
deliciosos. chicharrones, ½ de carnitas, frijoles volteados con
crema, picado de rábano, yuca cocida, aguacate y un
Después de descargar nuestro útil rocín, Wilson tambache de tortillas calientitas. Comimos con tanta
se fue adelante -¿qué raro, no?-, seguido por su fiel hambre que hubo de pasar algún tiempo para que
Muñeco con su tambaleante cadera; yo lo vi alejarse y intercambiáramos plática, al extremo que olvidamos
me quedé pensando cómo en 72 horas había llegado el tradicional brindis por el logro de la caminata.
a querer tanto a ese noble animal y seguro de que Luego del “asalto” a la chicharronera, Luis y yo la
lo recordaría siempre. Acomodamos telenques, nos culminamos con un par de sendos helados cada uno.
encaramamos al potente BT50 y enfilamos de regreso,
teniendo las mismas precauciones para pasar por los Finalmente todos nos subimos al carro para enfilar
dos puntos peligrosos de la cuesta. Llegamos a la hacia la capital, a donde llegamos como a las 21:00
casa de Wilson, donde se me pasó el encono contra horas sin novedad y muy satisfechos después de 3
él arreglando cuentas. Yo me despedí especialmente días de destierro montañista, ricos en gratificantes
del Muñeco, pues estaba casi seguro que no nos experiencias que después de concluidos, se olvidan
volveríamos a ver, porque cualquiera de los dos los aspectos negativos que pudieron vivirse. Era la
nos adelantaríamos al viaje sin retorno... Al pasar última actividad del 2008 y con deseos de programar
por la marmolera tuve por fin el gusto de conocer las del 2009. Habíamos caminado 29.5 km en
a Don Augusto Perdomo el administrador, a quien 15:05 h efectivas, a una velocidad promedio de
solo lo había molestado muchas veces por teléfono 30.6 min/km (ida 15.5 km, promedio 33.5 min/
durante 12 años, para pedirle el permiso para llegar km y regreso 14 km, promedio 27.7 min/km).
a San Lorenzo, sin haber tenido la oportunidad de
conocerlo y agradecerle personalmente; él también
se mostró muy complacido, por lo que me pidió
nos tomáramos una foto abrazados sobre un gran
bloque de mármol suspendido por medio de cables
por una grúa, luego nos invitó a pasar a la casa,
nos tomamos una cerveza y nos obsequió sendas
ebúrneas estalactitas de las canteras de mármol de
bonitas y curiosas formas. Rosario me regaló una
gallina. Don Augusto nos hizo la invitación para
una parrillada de peliguey con nuestras respectivas
familias en una próxima oportunidad, quedando
en avisarnos con tiempo. Luego Luis y yo todavía

132

Novena Etapa:
Desde la “Finca Alejandría”, a la aldea Jones

(9, 10 y 11 de agosto de 1996)

“Cuando estés en la cima, tus amigos sabrán quién eres tú,
cuando estés abajo, tú sabrás quienes son ellos”.
Anónimo

Esta etapa da continuación a la travesía objeto de la Imposible, todos en lo alto de la SM; proyecto que
presente narrativa, con el segmento de la distancia exigiría de quienes lo intentáramos, el máximo
que separa la aldea Jones municipio de río Hondo, esfuerzo y la mejor condición física. Al hacerlo del
de la Finca Alejandría; destino final esta última de conocimiento del Grupo, solo quedamos como
la anterior 8ª etapa. La narración corresponde a osados candidatos: Margarita López, Mario Da Silva
la expedición que se llevó a cabo con el objeto de y el que les escribe.
lograr la ascensión de los cerros: volcán (cerro)
Palomas, Santo Toribio y El Imposible; para la Salimos el viernes 9 de agosto del mismo 1996 a las
cual se tenía que recorrer dicha distancia, para 4:10 horas rumbo al nororiente, y con una carretera
llegar precisamente a la finca, que sería nuestro sin mayor tráfico en tan solo 1:45 h estábamos en
campamento base para la expedición. El 20 y 21 de el km 138 de la ruta CA9 donde está el cruce para
julio de 1996 efectué una primera incursión pedestre Jones, y de allí recorrer los 12 km de terracería en
desde Jones hacia las Montañas de Cabrera y la buenas condiciones, pues aparentemente no había
Catarata del río Colorado (diferente al río Colorado llovido mucho en los últimos días tal como nos
de la 8ª etapa), en compañía de mis buenos amigos lo confirmaron después los lugareños, cosa que
montañistas: Mario Da Silva y Pedro Samayoa, nos alegró y tranquilizó mucho. La pequeña villa
miembros del Grupo de Montañismo Tzuul Tak´a, de Jones es un pintoresco pueblito a 495 m.n.m.,
muy agradable andada que nos llevó a ascender los enclavado en un pequeño valle entre dos sierras con
cerros La Vista y del río Colorado. Como quedamos desafiantes cerros: Las Montañas Monte Verde al
invitados por lo agradable de esa primera experiencia suroccidente, con sus imponentes cerros: Chimilli,
pastoril, decidimos los mismos trotacerros intentar Tabla de mesa y De la Cruz, los cuales escalaríamos
ir a escalar el volcán (cerro) Palomas los días 27 y muchos años después en junio de 2010; las Montañas
28 del mismo mes de julio, sin embargo esta resultó del Licenciado al norte y las de Cabrera y del río
ser una experiencia sumamente agotadora, pues Colorado al nororiente. Desde el camino que viene
el esfuerzo físico y mental fue muy extenuante, de la carretera CA9 unos kilómetros antes de llegar
teniendo que abortar el intento después de 8:30 al pueblo se tiene una bella vista del río Colorado,
h de caminata y solo haber recorrido la mitad del que bajando precisamente de las montañas del
camino debido en parte al mal tiempo, teniéndonos mismo nombre, va formando una serie de cataratas
que conformar con el ascenso solamente del cerro El que iluminadas por el sol, parecen un río de plata
Zollate. Sin embargo fue precisamente esta última derretida que baja de la montaña.
excursión la que nos llevó a recabar información y
planificar el proyecto más ambicioso y de antemano Los habitantes de Jones son gente amable, simpática
difícil, del triple ascenso en una sola jornada de los y servicial, de descendencia española; siendo sus
cerros: volcán (cerro) Palomas, Santo Toribio y El mujeres de rasgos finos, canches y de hermosos ojos

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claros. Pues bien, al llegar a Jones nos dirigimos a meterse un cachimbazo contra una roca a la hora de
casa del señor Ernesto Recinos, quien por teléfono ser arrastrado por la corriente. Hasta este río llega
nos había ofrecido acompañarnos, pues decía lo que tenía apariencia de “camino”, luego del otro
conocer muy bien nuestros objetivos de montaña, lado empieza una vereda sobre los vestigios de un
sin embargo cuando llegamos él no estaba en casa camino maderero abandonado, como los que hemos
pero había dejado dicho que nos fuéramos adelante y descrito tantas veces anteriormente, de cuyos
que nos alcanzaría más tarde en Alejandría; el mismo paredones bajan muchos vertederos desde lo alto
Don Ernesto nos había contactado a otro señor de de la montaña, que corriendo por la vereda forman
nombre Don Cruz Sosa, quien nos proporcionaría lodazales y chaguitales a cada poco. Más adelante se
una mula para llevar nuestros bártulos, ya que llega al río más importante del trayecto: el río Cañas,
gracias a la experiencia previa pensamos que no cuyo caudal hacía muy riesgoso el atravesarlo aun
tenía ningún sentido gastar tanta energía caminando con dos bastones, pues la fuerza de la corriente nos
durante 7-8 h con mochila completa a miches, podía arrastrar entre las rocas y pequeñas cascadas,
cuando el objetivo era efectuar la trilogía de los por lo que lo pasamos agarrándonos mutuamente
cerros; no así cuando la intención fuera solo escalar los tres para mantener mejor el equilibrio. Hasta
el Palomas, donde la sufrida caminata formaría aquí habíamos caminado 3 h haciéndose sentir ya
parte de la actividad. El acercamiento a Alejandría el esfuerzo realizado. El tiempo siempre nublado
es realmente difícil, ya que son aproximadamente 15 especialmente en las cumbres, las que aparecían y
km de inclinada subida, que sin mochila completa se se desaparecían en la lejanía entre la niebla, como
caminan en unas 6 h, tiempo que aumenta a 8-9 h si si no quisieran dejarse alcanzar por nosotros. El
se hacen con equipo completo. Por esa razón con la calor húmedo nos hacía transpirar profusamente
valiosa ayuda de una acémila, aunque sea solo para teniendo que abrevar nuestra sed en varios de los
la ida, se tienen mayores posibilidades de éxito de veneros de la vereda, con el agua del más delicioso
la expedición. Estando ya con todo listo procedimos sabor de agua pura de montaña, ese “sabor insípido”
a cargar a la mulita con las tres mochilas grandes, y ese “transparente color cristalino”, que no tiene
llevando nosotros solo las de asalto, excepto yo que ni la más cara de las aguas envasadas que se toman
como siempre tengo además que andar con mi bolsa en cualquier hotel 5 estrellas. Siguiendo la vereda
de aperos de fotografía. se pasa una puerta de golpe y al ir ascendiendo se
va dejando de oír cada vez más el murmullo del
Eran las 8:30 horas cuando iniciamos la marcha río Cañas en el fondo del profundo cañón. Así es
acompañados también por El Negro, el fiel perro de el incomparable ambiente donde se ve, se oye, se
Don Cruz, pero bastante arisco con nosotros. Apenas palpa, se siente y se huele la naturaleza en sus más
saliendo del pueblo empieza ya el mal camino, pues las exquisitas expresiones. Seguimos encumbrando y la
correntadas de agua de las lluvias propias de la época lluvia amenazaba en forma inminente. Llegamos a
habían formado muchas zanjas y arrastrado muchas la base del cerro El Zollate a 1605 ms.n.m., hemos
piedras que hacían lenta la caminata, de manera que ascendido 1110 ms.n.m. (dejando atrás la vereda
la fila india de viandantes iba de brinco en brinco que unos kilómetros adelante lleva al aserradero El
salvando piedras. Se pasa un primer riachuelo que Talisguite, que mencionamos en la etapa anterior),
ahora llevaba más agua que la de unos días antes. A llegando luego al Milagro (donde acampáramos con
las 2 h llegamos al río El Montillo, el que usualmente Mario la primera vez en estas montañas), y a partir
es fácil de atravesar, pero que ahora llevaba también de aquí se encuentran una serie de columpios con
un mayor caudal, que hizo necesario el uso de dos ascensos cortos. Hemos caminado como 9-10 km.
bordones para pasarlo con mayor estabilidad y no

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En un pequeño riachuelo paramos para descansar y le agradecimos mucho.
y comer algo; siendo a partir de aquí cuando
empezó a llover teniéndonos que poner las capas El casco de la finca se localiza como dije antes en la
y cubrir la carga con una pieza de nylon que Don mitad de la colina, en una especie de joya con una
Cruz llevaba para el efecto. Después de caminar un ligera inclinación, en una gran extensión engramada
rato más, finalmente a lo lejos se logra ver entre que la rodea, que ahora con tanta lluvia tenía un color
los árboles enclavada en lo alto de una montaña la verde intenso que parecía una enorme alfombra.
Finca Alejandría, es una revitalizadora vista para Allí estaban aún los enormes y muy antiguos
nuestros maltratados cuerpos. El trayecto ahora cipreses que siempre he recordado, algunos árboles
es más pintoresco pues se camina por una vereda frutales: De naranja, durazno, melocotón; algunos
entre un exuberante bosque muy húmedo de pino animales: Cabras con sus preciosos becerros, vacas,
y encino, que sigue por la orilla de un pequeño río, dos caballos, dos mulas, algunos patos y gansos,
el que va formando pozas y una pequeña cascada muchas gallinas, y por supuesto 6 perros bravos,
como de 4-5 m de alto, este paisaje a pesar de una pero obedientes a las órdenes de Doña Esther para
pertinaz lluvia hace la caminata muy agradable. Más que no nos comieran vivos. La única vista desde
adelante el pequeño río se una a otro más grande la finca domina el extremo sur-oriental del valle
que viene de la montaña antes de subir a la finca, del Motagua, las montañas del Merendón y las de
es el río Colorado, el mismo que mencionamos en Honduras; pero por los demás lados está rodeada de
la etapa anterior. El paso del río tuvo su dificultad montañas como en un hoyo. Tiene como atractivo
porque también tenía aumentado su caudal por las cercano el río Colorado con hermosas pozas, que
lluvias. Ya del otro lado se inicia una muy empinada nace apenas unos pocos kilómetros arriba en las
subida como de unos 250 m. Cuando habíamos laderas del cerro El Imposible. La casa patronal de la
caminado como 75 m, Don Cruz dejó amarrado a finca es una antigua construcción de madera sobre
un palo al pobre Negro, pues si llegaba con él a la pilotes hechos de gruesos troncos, como las casas
finca los perros bravos de allí lo atacarían sin piedad, de costa; tiene dos habitaciones amplias igual que
no teniendo ninguna oportunidad de defenderse; a la cocina, un corredor lateral y al frente un espacio
mí me dio lástima dejarlo allí solo, por el temor de cuadrado como de 6x5 m donde tienen unos bancos
que de todos modos los otros perros lo encontraran rústicos y dos hamacas colgadas a la pared, el techo
y lo atacaran, con menos posibilidades aún de alto de lámina y el piso es de tierra donde las gallinas
defenderse o de huir. Como intuyendo de qué se lo mantienen lleno de caca. La casa se surte de agua
trataba todo, allí se quedó acurrucado el pobre pura y confiable de un hontanar cercano que baja
Negro con la cola entre las patas. Seguimos para entubada y se distribuye para la cocina y a un chorro
caminar los últimos metros hasta llagar a la finca, cerca del corredor. No hay inodoro, sino una mal
donde nos salió a encontrar Doña Esther (esposa construida letrina. La casa está muy descuidada.
de Don Julio Marroquín, administrador de la finca,
quien no se encontraba en ese momento), quien nos Después del amable recibimiento por Doña Esther,
atendió con mucha amabilidad. Eran las 14:30 horas descansamos un rato platicando con ella y luego
y estábamos a 2020 ms.n.m., habíamos caminado salimos para conocer los alrededores, cortar algunos
como 16 km durante 6 agotadoras horas y ascendido duraznos y “familiarizarnos con los perros”. Después
1525 ms.n.m. Nos sentamos un rato para descansar de un rato llegó Don Julio (esposo de Doña Esther),
y luego Don Cruz se despidió para regresarse a hombre de 56 años, típico agricultor campirano,
Jones después de habernos prestado un muy valioso conocedor de los secretos de las montañas, de poco
servicio, por el que le retribuimos monetariamente hablar pero amable. Como a las 16:15 horas llegó

135

Don Ernesto desde Jones, quien nos sorprendió porque uno debe agazaparse mucho y las coyunturas
pues no creímos que cumpliera su palabra de de los vestigios de mi columna vertebral ya no están
alcanzarnos. Don Julio nos ofreció un lugar en el para tales menesteres. También hay grandes pinos y
corredor para “armar nuestro campamento”; así lo pinabetes ya caídos por haber llegado a su senectud
hicimos, quedando instalada nuestra carpa como a vegetal, que había que treparlos y caer al otro lado a
las 17:30 horas Decidimos preparar la cena con sopa veces en grandes hoyos. Llegamos así a una primera
mixta de pollo con verduras, carne de res y fideos, falsa cumbre y poco más adelante se ve pero aún lejos
además llevábamos Pollo Campero, Pan Pavailler y el volcán Palomas. Seguimos siempre entre bosque
rico café que nos dio Doña Esther. húmedo con pinabetes hasta de 50 m de altura y 1.5
m de diámetro verdaderamente impresionantes, así
Terminada la cena venía el coloquio postprandial, como otros grandes árboles con unos hongos muy
momento en el que llegó un Sr. llamado Irene raros en sus troncos.
Chacón, quien vivía con su esposa en una casita
cercana, siendo las únicas dos familias que vivían en Hongo en tronco.
esa recóndita finca; platicamos un rato, quejándose
de lo chibada que estaba la situación económica Otro bonito hongo en tronco.
para ellos y algunos temas más. Pasado un tiempo
fuimo a arreglar nuestras mochilas de asalto Pasamos también varios veneros o nacimientos de
porque queríamos salir muy temprano al siguiente cristalina y confiable agua para beber. Realmente es
día rumbo a nuestro primer objetivo: el volcán un trayecto hermoso. Se pasan tramos planos y dos
Palomas. Nos tomamos una cápsula de pasiflora
para inducirnos el sueño y nos acostamos a las 19:00
horas. Serían como las 2:00 horas cuando cayó un
torrencial aguacero como pocas veces se ven y muy
pocas veces se oyen especialmente bajo un techo
de lámina, pues tronaba en forma impresionante.
Pensamos que el día siguiente seguiría lluvioso o por
lo menos nublado. Nos levantamos el sábado a las
5:30 horas y para nuestra sorpresa el día era claro, con
pocas nubes en las montañas. Desayunamos: Cereal
con leche, huevos duros y café con pan. Don Julio
después de rogarlo un poco aceptó acompañarnos
al Palomas. Tomamos nuestras mochilas de asalto y
siendo las 6:45 horas salimos los 5 trotacerros por
una vereda que inicia atrás de la casa. La primera
parte de la caminata se hace por un terreno muy
inclinado y resbaloso, y aunque la vereda está bien
marcada, es necesario usar machete para ir cortando
el zacatón alto y los zarzales para dejarla despejada.
Como a los 30 minutos se entra ya a un bosque
húmedo muy agradable y como a la hora la marcha
se hace más difícil porque árboles, arbustos y guatal
mixto forman túneles que son difíciles de atravesar

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falsas cumbres más, hasta salir a una planicie donde actitudes y comentarios. Estábamos a 2655 ms.n.m.,
ya se ve El Palomas muy cerca, se atraviesa la planicie habiendo ascendido 635 ms.n.m. en 2:30 h, un
y se llega a la base del cono la cual es una especie de buen tiempo. Nos tomamos las merecidas fotos de
aguada donde se hunden las botas entre el lodo. Al cumbre, pero desafortunadamente el tiempo había
final de este tramo se inicia el verdadero ascenso del cambiado y estando en la cima estaba muy cerrado
cono entre arbustos del tipo que encontramos en “la por la neblina que no permitía ver casi nada; muy
cicuta” del volcán Santiaguito, son matochos de baja lamentable, pues al decir de Don Julio con tiempo
altura pues solo nos llegaban a la cintura, pero muy despejado se pueden ver: parte del río del Polochic
difíciles de cortar con el machete. La inclinación de y su valle, del lago de Izabal, del valle de Zacapa,
la subida es marcada, como de 50°, uno asciende a la marmolera de San Lorenzo, el Raxón, la cadena
gatas viendo siempre la cumbre hacia arriba, lo cual volcánica del Acatenango, Fuego y Agua y más;
es reconfortante y estimula a echar mano de lo que aun así, despejándose por momentos pudimos ver
queda de energía para alcanzarla pronto. Se llega a algo entre las nubes que nos quedaban abajo. He
una última falsa pequeña cumbre y unos 75 m más de anotar que en la cumbre del cerro existe lo que
adelante estamos en la cima del volcán Palomas. aún queda de un pequeño helipuerto como de 6-7
La felicidad es muy grande porque nuestro primer m de diámetro, que según nuestros acompañantes
objetivo lo habíamos logrado. Juntos los tres nos sirvió unos años atrás para llevar personal que
dimos el acostumbrado abrazo de ¡feliz cumbre¡, del tenía el proyecto de construir una caseta y torre
cual hicimos partícipes a Don Julio y a Don Ernesto, repetidora de radio, las cuales finalmente ya no
quienes nos observaban extrañados al ver nuestras se implementaron, quedando solo la plaqueta del
Instituto Geográfico Nacional que identifica al
Palomas como una importante cumbre que sirvió
para la triangulación del territorio nacional, y la
elaboración del mapa geográfico de Guatemala. Nos
comimos un tentempié y bebimos algo.

En la Cumbre del Vólcan Palomas. Ya con la satisfacción del éxito reflejada en nuestros
sucios y sudorosos rostros y habiendo pasado como
1 hora en la cima, dejamos nuestro reporte de
cumbre e iniciamos el descenso el cual lo gozamos
y lo hicimos muy rápido, ya que en tan solo 1:40 h
estábamos en la finca. Eran las 12:00 horas y teníamos
que planificar qué hacer. El tiempo amenazaba
con lluvia por la tarde. Don Ernesto no mostraba
entusiasmo por el acercamiento al proyectado
ascenso del Santo Toribio este mismo día y Don
Julio no estaba muy decidido a acompañarnos. Aquí
fue donde nos empezamos a dar cuenta que Don
Ernesto no conocía bien la ruta al Santo Toribio.
Ante nuestra insistencia accedió a salir 1 hora más
tarde para acercarnos a nuestro segundo objetivo,
tratando sin embargo de pintarnos un panorama de
lo más pesimista; no obstante nosotros estábamos

137

decididos. Levantamos el “campamento” dentro de una fractura, pues para agravar la situación íbamos
de la casa, comimos algo y cargamos con nuestras bajo una constante lluvia que hacía la marcha muy
mochilas completas con promedio de 60-65 lb de lenta, difícil y cansada. Las mochilas se quedaban
peso que llevaríamos a tuto por varias horas. Nos trabadas a cada rato entre el tupido chirivisquero
despedimos de Doña Esther y ante la sospecha de que y los pasos estrechos o muy bajos eran frecuentes.
yendo solo Don Ernesto no nos llevaría por la ruta Don Julio seguía el sendero que por momentos solo
correcta, por las preguntas que le hacía a Don Julio; se adivinaba, lo que nos confirmaba que sabía muy
decidí casi rogar a Don Julio para que él también bien por dónde iba. El consumo de agua era muy
nos acompañara. Después de pensarlo y negarse alto por el calor húmedo de la selva, asegurándonos
por momentos porque tenía que aporrear frijol, Don Julio que encontraríamos un nacimiento más
finalmente para nuestra suerte y la de Don Ernesto, adelante.
aceptó, con la anuencia y los buenos oficios de Doña
Esther que creo fueron los que definitivamente lo Cuando habíamos caminado 3:30 h, y nos
convencieron. Preparó su bastimento, sus tujas encontrábamos cansados y empapados, Don Julio
para dormir, su nylon para la lluvia y su machete decidió que “acamparíamos”; era el lugar conocido
calabozo, y siendo las 12:30 horas iniciamos la con el nada optimista nombre de “La Noche Triste”,
segunda caminata del día por una vereda bien donde pernoctaríamos para subir al Santo Toribio
marcada por el nororiente de la casa, la que tomando al día siguiente. Eran las 16:00 horas apenas. La
hacia abajo nos lleva a pasar un riachuelo con alguna espesura de la selva, lo nublado del cielo y la tenue
dificultad, al extremo que a Margarita la tuvo que lluvia hacían que el lugar fuera obscuro. Realmente
pasar cargada Don Ernesto..., para que no se mojara, no había un lugar aceptable para poner la carpa.
pues los pasos que teníamos que dar para pasar por Con el machete logramos chapear para “limpiar”
unas piedras eran muy largos. una pequeña área quitando arbustos, raíces, troncos
semipodridos y aplanando un poco el terreno,
Habíamos caminado solo como 20 minutos cuando aunque no lo suficiente, pues la carpa quedó con
empezó a llover. Desde el riachuelo empezamos alguna inclinación. La incomodidad por el lodo, el
a subir siempre por la vereda bien marcada pero estar completamente mojados hasta las prendas más
inclinada; unos 10 minutos más tarde, súbitamente íntimas y lo agotador de la jornada, hacían de aquel
y sin que existiera la más sutil señal de sendero, momento una situación nada envidiable, ni siquiera
Don Julio “abrió un boquete” entre los arbustos del para el más recalcitrante y estoico aventurero. En
lado izquierdo de la vereda y se introdujo abriendo ese momento solo pensábamos en introducirnos a
brecha; esta sabia desviación no la hubiera tomado la carpa y dormirnos hasta la catatonia. Mario aún
Don Ernesto si hubiera ido solo como guía y tuvo las energías para prepararnos una revitalizante
habría sido la diferencia entre lograr y no lograr sopa y café, pues no habíamos comido nada por
nuestro objetivo, ya que de seguir por la vereda la subir rápido desde Alejandría, de manera que solo
diferencia -al decir de Don Julio-, hubiera sido de teníamos entre pecho y espalda lo que habíamos
unas 6 horas más de caminata. Seguimos a Don Julio tomado en el desayuno (hacían ya casi 10 horas).
haciendo la brecha machete en mano por una ruta Después de la “cena” cubrimos las mochilas con
muy húmeda, muy empinada, con gran cantidad de plásticos, guardamos la ropa mojada y las botas en
bejucos y árboles caídos, raíces que dejaban grandes bolsas del mismo material, pudiéndose imaginar
huecos en el suelo donde en varias ocasiones se nos ustedes “el tufo” que como un “vaho” emanaba de
“enterraban” las piernas hasta los muslos, debiendo esos tanates. Con ropa de recambio nos metimos a la
por eso que andar con mucho cuidado por el peligro carpa como a las 17:30 horas, nos tomamos nuestra

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pasiflora y nos despedimos de Don Julio y Don separados del nivel del suelo por un espacio de hasta
Ernesto, quienes se quedaron en una champa hecha 1.5-2 m de altura y en otros casos sin darse cuenta,
con nylon unos metros más abajo. Pasó la noche con uno va caminando por ese espacio entre el suelo y
una pertinaz llovizna que nos arrulló con su suave el techo de raíces y troncos. Se pasan dos pequeños
murmullo. riachuelos en la montaña que rompen la monotonía
del machete, la marcha y el jadeo de los caminantes.
Despertamos el domingo a las 6:00 horas dándonos Se pasan también tres pequeñas mesetas hasta llegar
cuenta que la carpa había “rodado”, ya que la puerta a una joya más grande, plana y sin mucho montarral,
que nos había quedado en los pies cuando nos desde donde se divisa el cono del Santo Toribio.
acostamos, se encontraba casi debajo de nosotros; Avanzando unos 20 minutos más se llega al borde
la inclinación y nuestros movimientos la habían de la maleza alta que forma el rodete del cono, no
hecho rodar sobre el suelo enlodado. Aquello era hay evidencia de vereda alguna para ascender y el
un verdadero aluvión. La noche pasó casi sin darnos monte está compuesto principalmente por un zacate
cuenta, aunque en mí caso no había dormido bien de más de 2 m de alto de hojas cortantes, espineros
a pesar de “las comodidades”. Cuando decidimos y arbustos que tupen el paso en forma inextricable,
levantarnos vino lo peor, pues nos teníamos que por lo que Don Julio y principalmente Don Ernesto
poner la misma ropa empapada del día anterior, nos sugieren: “Para qué vamos a subir este cerro,
sucia y mal oliente, lo que incluía además las medias mejor agarramos a la derecha y vamos a subir aquel
y las botas enlodadas. Realmente este ha sido uno de otro”, señalándonos otro como a unos 400 m que
los momentos más desagradables en la montaña que se veía más accesible; les explicamos las razones
hay que vivirlos para saber cómo son en realidad, que “nosotros” teníamos para intentar el ascenso
no basta solo con imaginárselos. Tomamos un poco del Santo Toribio y solo ese, y aunque no creímos
de cereal con leche y huevos duros, y dejando el que lo llegaron a entender en su real dimensión,
“campamento” a las 7:15 horas cargamos nuestras accedieron a seguir - aunque no de muy buena
mochilas de asalto y en mi caso el machete y mi gana -, iniciando la cruenta batalla contra la maleza
cámara y reiniciamos el ascenso al Santo Toribio. El que hace la marcha lenta y difícil; yo que iba de
día era realmente esplendoroso, el cielo azul se dejaba último en la fila, esperaba que de un momento a otro
atisbar entre el dosel de la selva, de manera que nuestros guías nos dijeran que no seguían más.
esperábamos tener bellas vistas desde la cumbre. El
ascenso difícil por lo empinado y porque al principio No solo la maleza era tupida y espinosa, sino que su
había mucha ramazón en el suelo, mucho lodo y altura nos impedía visualizar una ruta bien definida
estaba muy resbaloso. Era necesario seguir haciendo y por si fuera poco, de nuevo nos encontramos con
brecha ya que solo existían vestigios muy sutiles de el problema de grandes hoyos en el suelo por donde
lo que alguna vez fuera una vereda que no había se nos metían los pies, piernas y a veces hasta los
sido trillada en más de 10 años, como lo confirmó muslos y vecindades, por lo que era mejor irse por
Don Julio que era el único capaz de seguirla; algunos sobre la ramazón y no resbalar. Aquí fue donde -en
de nosotros nos consideramos -modestia aparte-, mí caso-, mi fiel bordón de liquidámbar que jamás me
“buenos” en rastrear senderos casi borrados, pero abandona, hizo la diferencia con mis compañeros,
en este caso creo que se nos hubiera hecho muy pues me sirvió como un tercer miembro inferior
difícil. La selva virgen es a veces tan inexpugnable más largo que me daba mayor estabilidad.
que en ocasiones se pasa sobre unas enmarañadas
ramazones, raíces y troncos, que hacen que uno vaya El cono tenía como 300 m de largo en línea recta
caminando por sobre verdaderos sótanos que están hasta la cima, y de ellos unos 225 eran con las

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características mencionadas, yendo a ciegas para se desborda con expresiones de inmensa alegría, se
arriba y solo cuando se veía algún pino que sobresalía sacan fuerzas vaya uno a saber de dónde, se acelera
adelante nos dirigíamos hacia el con la esperanza el paso y también el corazón. Por si se cerraba el
de que el tipo de monte cambiara, pero no era así, tiempo al llegar a la cima, me apresuro a tomar
pues cuando llegábamos era para darnos cuenta fotos desde este punto. Así finalmente después de
que el pino estaba rodeado del mismo inextricable subir los últimos 300 m en 40 minutos, estamos en
matorral, de modo que con la imagen que teníamos la cumbre del cerro Santo Toribio a 2545 ms.n.m.,
de la vista del cono desde su base como la única 525 ms.n.m. desde Alejandría. Son las 10:50 horas,
referencia, solo nos quedaba seguir hacia arriba y en hay abrazos de cumbre y mutuas felicitaciones. Han
algún momento tendríamos que llegar a la cumbre, pasado 2:30 h desde el campamento en la “Noche
y así fue, pues cuando faltaban como 75 m para la Triste”. Damos rienda suelta a los ojos y a la cámara:
cima, termina la mal...vada maleza y se entra a una hacia el occidente los volcanes Acatenango, Fuego y
área despejada, excepto por la presencia de arbustos Agua, así como una pequeña parte del Raxón. Hacia
de 50-60 cm de alto similares a los que encontramos el sur vemos también la marmolera de San Lorenzo
en El Palomas. A diferencia del tiempo que tuvimos y hacia el suroccidente se ve El Palomas a solo unos
en El Palomas este día era casi completamente 2-3 km, muy cerca; pero al preguntarle a Don Julio
despejado, teniendo vista hacia el nororiente por por qué no se puede uno venir de cumbre a cumbe
donde vimos con más claridad parte del Valle del directamente de uno a otro cerro, nos dice que eso
río Polochic y sus bocas (su delta), parte del Lago llevaría como 2-3 días, pues la ruta es en su totalidad
de Izabal y algunas montañas de la “colita de la como los primeros 225 m del ascenso al cono que
Sierra de Las Minas”, que termina precisamente acabamos de subir, por lo que ya no hacemos ningún
en la parte sur del litoral del lago. Como siempre comentario más. ¿Sería cierto?
cuando falta poco para llegar a la cumbre, la euforia

Bocas del Polochic y Lago de Izabal desde el cerro Santo Toribio.

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Los momentos que pasamos en la cumbre son conocía la ruta y tenía temor de perderse, lo cual sí
inolvidables, por la satisfacción de obtener el premio nos inquietaba mucho porque tampoco podíamos
al esfuerzo realizado a pesar de las adversidades. Allí correr el riesgo de extraviarnos y andar caminando
estábamos una vez más extrañando a los compañeros más de lo que nuestras fuerzas nos lo permitirían.
del Grupo por no compartir con nosotros tan Don Julio había sido muy categórico al decir que él
gratificante experiencia. Escribimos emocionados si se regresaría a la finca, pues si descendía más se le
nuestro reporte, dejándolo “oculto para que fuera haría muy tarde, y además tenía mucho qué hacer.
encontrado con cierta facilidad”. Aunque el cerro Después de bajar del campamento llegamos al cruce
El Imposible no se ve desde El Santo Toribio, si se con la vereda que viene de la finca y solo un poco más
pudo visualizar la ruta a seguir, que nos serviría de abajo Don Julio le dijo a Don Ernesto que desde allí
referencia al momento de andar buscándola por ahí tenía que seguir ya solo, desviándose súbitamente a la
abajo. izquierda sin la más mínima señal de vereda alguna,
dándole además una serie de indicaciones finales para
La nota negativa del agradable momento la puso seguir la ruta. En ese momento la intranquilidad, la
Don Ernesto, cuando en mala hora decidió hacer desconfianza y la duda se apoderaron de nosotros
un disparo en plena cumbre con su vieja escopeta y lo único que se me ocurrió fue rogarle una vez
y pretender dejar el cartucho vacío junto a nuestro más a Don Julio que por favor nos acompañara un
reporte de montaña, solo nos cruzamos miradas con poco más abajo, accediendo a mi rogativa al vernos
Mario quien recogió el cartucho y lo guardó (días las caras de preocupación; sin embargo fue solo un
más tarde se lo obsequió simbólicamente a Margarita alegrón momentáneo, pues tan solo unos 5 minutos
como mal recuerdo). Después de aproximadamente más abajo se despedía definitivamente dejándonos
40 minutos de estar en la cumbre, decidimos a merced de nuestro inepto guía. Le agradecimos
descender con la satisfacción de haber logrado el su valiosa ayuda, arreglamos cuentas y le dio las
segundo objetivo de nuestro viaje, eran las 11:30 últimas directrices a Don Ernesto, indicándole que
horas y aunque la bajada también era difícil, fue más desde ese punto solo camináramos hacia abajo y que
rápida; además estábamos conscientes de que apenas únicamente encontraríamos una subida después
iniciábamos un larguísimo descenso que terminaría de cruzar un río, ya para alcanzar la cumbre del
hasta Jones, una exigente jornada de más de 10 horas Imposible. Nos despedimos y desde ese momento
de caminata. En 1:45 h estábamos en el campamento empezó nuestra zozobra, pues no era para menos,
de La Noche Triste (45 minutos menos que de nos hallábamos en el corazón de una recóndita selva
subida), el que levantamos rápidamente lo cual virgen, “donde no se encuentra ni un alma, por
siempre es “pesado”. Estábamos listos para caminar lo menos una refundida en su respectivo cuerpo”.
rumbo al Imposible, nuestro último objetivo. Eran Iniciamos a ciegas el descenso y poco después ya
las 13:15 horas. Platicando con Don Ernesto y Don estábamos perdidos, tratamos de seguir solo hacia
Julio antes de iniciar este descenso, notamos que abajo abriendo brecha machete en mano porque
no habían muchos deseos por parte del primero, no había sendero alguno; tropezando con troncos,
para acompañarnos al Imposible, sugiriéndonos ramas, espineros, cayendo en agujeros, con mucho
que regresáramos directamente a la finca para dar lodo, etc., y lo peor, en dos o tres ocasiones nos
por terminado nuestro viaje. En ese momento no vimos obligados a subir, en contra de lo dicho por
sabía lo que Mario y Margarita pensaban, pero por Don Julio, quien dijo que lo haríamos solo una
mi parte yo si deseaba culminar nuestro proyecto vez. No habíamos encontrado vereda alguna. La
inicial yendo al Imposible y así se lo hice saber a inquietud y el temor a lo desconocido y sobre todo
Don Ernesto. Lo obvio era que Don Ernesto no el estar perdiendo valioso tiempo por una ruta

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equivocada y gastando energías que seguramente seguíamos extraviados, le pregunté a Don Ernesto
nos harían falta más adelante, así como contar dónde habíamos dejado El Imposible y para nuestra
ya con escasa agua, etc., etc., nos hizo entrar en agradable sorpresa me contestó: ¡este es El Imposible!
un estado anímico y psicológico negativo. Yo iba Según él no teníamos que llegar a la cima, sin embargo
maldiciendo y recriminando a Don Ernesto, y en le hicimos ver que para nosotros solo era válido el
varias oportunidades le hice ver nuestro descontento ascenso si llegábamos al mero copetillo del cerro,
y desconfianza como guía, porque era obvio que no a lo que él respondió: “¡A la chucha, yo ya no subo
sabía por dónde íbamos, por el montón de patrañas más...!” y acto seguido tiró al suelo su improvisada
que nos decía. El trataba de infundirnos seguridad mochila (era un tanate hecho con un costal de
pero no lo lograba. Como a las 3 h de camino plástico con las cuatro puntas amarradas formando
providencialmente vimos un arbusto como de 2 cm una especie de tirantes para los hombros). Cuando
de diámetro, que mostraba la huella inconfundible le pregunté a Mario si deseaba subir a la cumbre no
de corte antiguo con machete; en ese momento lo noté muy entusiasmado, porque aún venía muy
sabíamos que por lo menos alguien había pasado molesto por todo el tiempo que anduvimos perdidos
por allí unos meses antes, lo que nos hizo recuperar en el descenso; en cuanto a Margarita ella sí quería
esperanzas. Seguimos bajando encontrando otras subir, pues estábamos muy cerca y teníamos que
ramitas cortadas. Oímos el murmullo del agua lograr la cumbre. Dejamos las pesadas mochilas y
cayendo por una vertiente y luego llegamos a un machete en mano planeamos cómo ascender. A
precioso riachuelo como de 2 m de ancho, una poza último momento no sé por qué se nos unió Don
de fría y cristalina agua con sabor a montaña -no Ernesto. Yo sugerí volver a entrar al bosque que
sé exactamente que sabor sea este, pero solo en la circundaba la parte cultivada, e irnos por la orilla,
montaña sabe así y creo que la puedo identificar si ya que en la parte ya sin bosque crecía una especie
la saboreo-. Llegando a esta quebrada recuperamos de zacatón muy alto, tupido y de hojas cortantes que
la seguridad de que habíamos encontrado el nos haría el paso muy difícil y nos llevaría mucho
sendero. Aplacamos nuestra sed bebiendo toda el tiempo alcanzar la cima. Tratamos de regresar al
agua que deseábamos, comimos algo, incluyendo bosque y con mucha dificultad logramos ir abriendo
pan dulce todo apachurrado que en un intento la brecha y acercarnos a la cumbre, salimos de nuevo
de reconciliación nos ofreció Don Ernesto y que al zacatón de la orilla y vimos un árbol seco como de
nosotros le aceptamos remojándolo con el agua del unos 4.5 m de alto, aproximadamente a 125 m de
río para poderlo deglutir. distancia, diciéndole a Don Ernesto que debíamos
llegar hasta él y de mala gana siguió ayudando a abrir
Ya con el ánimo y el entusiasmo completamente camino, hasta que finalmente llegamos a la cima del
recuperados empezamos el ascenso de un tramo cerro. No había nada más alto que ese punto en las
empinado, con varios pasos que ofrecían alguna cercanías, sino inclinadas laderas montañosas por
dificultad y peligro por los árboles caídos y paredes todos lados, Las vistas eran muy bonitas desde allí,
de cara al riachuelo que teníamos que rodear, así parecidas a las que tuvimos desde el Santo Toribio
como angostos pasos por la orilla de pequeños hacia el valle del Polochic, pero además se veían
barrancos, pero siempre siguiendo un sendero algunas poblaciones en el Valle del Motagua, así
más o menos marcado o factible de retomar con como el imponente volcán Palomas; pero no se veía
experiencia montañistas. Después de unos 40 El Santo Toribio. Estábamos a 2435 ms.n.m. en
minutos desde el río, salimos a una loma limpia muy la cumbre del cerro El Imposible, nuestro tercer y
inclinada recién sembrada de maíz, y en lo alto una último objetivo del viaje, habíamos logrado lo que
pequeña cumbre como a 300 m. Pensando que aún llamamos: “LA TRILOGÍA SOBRE LA SIERRA

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DE LAS MINAS”. Abrazos y mutuas felicitaciones, Después de dejar colgado nuestro reporte en el palo
fotos, comentarios, etc., ya que habíamos logrado seco, y viendo, oyendo y sintiendo ese enjambre
algo que por momentos pareció una utopía por las de zancudos alrededor nuestro, a las 15:30 horas
razones que hemos comentado. iniciamos -ahora sí-, el verdadero descenso final
Estando en la cumbre ocurrió un hecho anecdótico hasta el punto de partida: Jones. En nuestro interior
que nos sorprendió, pues aunque en casi todas las -porque creo que era el sentimiento de los tres-,
actividades de montaña los insectos especialmente en este momento empezábamos realmente a gozar
los zancudos, mosquitos, jejenes, avispas, abejas, el fruto de nuestro gran esfuerzo, imponiendo un
hormigas, etc., etc., pueden llegar a ser un problema, record montañista, pues estábamos seguros que
uno va acostumbrándose y los va tolerando con sería muy difícil que otros montañistas lo repitieran,
estoica resignación, porque no hay para dónde; sin debido no solo a la necesidad de un buen estado
embargo estando en esa cumbre la plaga de zancudos físico para intentarlo, sino por todos los aspectos
era realmente increíble, era tan densa como un estratégicos, de logística y de contactos que implica la
gran enjambre que lo seguía a uno todo el tiempo, ejecución del proyecto. Con esta agradable sensación
teniendo que espantárnoslos constantemente con recuperamos fuerzas quien sabe de dónde, pues aún
las manos o el sombrero, y en el instante en que nos faltaba un largo trecho de aproximadamente 5 h
dejábamos de hacerlo, la “nube” se posaba encima de caminata. Bajando más rápidamente de la cumbre
de nosotros y de una solo palmada en el antebrazo de lo que la subimos, aun cuando tuvimos que entrar
podíamos matar 5-10 mosquitos y ver parados sobre y salir de la montaña dos veces para evitar el cortante
nuestras medias 30-40 insectos a la vez. La toma zacatal, pasamos recogiendo nuestras mochilas e
de las fotos de cumbre fue sumamente incómoda iniciamos el descenso de la muy inclinada ladera del
y difícil, pues el corto tiempo que tenía que pasar Imposible que se encuentra cultivada de milpa, no
inmóvil para enfocar mi cámara, las huestes de explicándonos cómo hacen para sembrar retando a
zancudos me picaron en la cara, especialmente en los la gravedad en tan inclinado terreno de entre 50°-
pabellones auriculares, los cuales se me enrojecieron 60°. Llegando a la parte más baja del área cultivada,
e hincharon como orejas de boxeador y con gran se inicia la parte alta de una larga, pero muy larga
picazón. Fue increíble. estribación o filón. En este punto encontramos
tres pequeños ranchitos que sirven como refugio y
como trojas para acopio de maíz y tazol, ranchitos
que resultaron ser propiedad del padre y hermanos
de Don Ernesto, quien amablemente nos los ofreció
por si en un futuro deseábamos usarlos…

Descendiendo por el filón del cerro El Imposible. El mencionado filón se extiende hacia abajo
flanqueado por ambos lados por las laderas de
dos montañas, es decir, dejando a cada lado del
filón un profundo cañón de más de 300-350 m de
profundidad por donde corren dos ríos, uno de
los cuales era el mismo que encontramos donde
comimos pan con agua y que creo es El Montillo y
el otro, el más grande, era el río Cañas en su parte
montañosa. El descenso se hace por el mero filón,
con espectaculares vistas de los farallones y paredes

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de ambos lados y perdiéndose la vista hacia el fondo Montillo para seguir por su margen derecha y como
de los cañones entre el variopinto colorido de la 150 m más adelante se vuelve a cruzar para quedar
montaña. de nuevo del lado izquierdo, 400 m más adelante
finalmente entroncamos con el camino grande
Don Ernesto quería que apresuráramos la marcha, que tomamos cuando subimos de Jones, habíamos
porque deseaba que pasáramos dos puntos peligrosos cerrado la circunvalación, lo cual nos hacía sentir
del sendero antes de que oscureciera, de manera que muy tranquilos pues empezaba la penumbra y aún
bajábamos un poco más rápido de lo que queríamos, nos restaba por recorrer sobre esta vieja carretera
sin embargo si fue una buena sugerencia, pues en abandonada como 1:30 h más.
dichos puntos el filón se hace tan estrecho como
de solo 1.5 m de ancho, con inclinados desfiladeros A estas alturas de la caminata la marcha ya no era
a ambos lados de más de 300 m de profundidad, firme, segura, ni mucho menos elegante como
donde si por alguna razón uno llegara a resbalar, su cuando íbamos para arriba, las mochilas aunque
cuerpo se despeñaría varias decenas de metros sin menos pesadas nos aplastaban como enormes
detenerse; sin embargo las vista en esos puntos eran bloques de roca, los pies dolían y pulsaban, las rodillas
verdaderamente impresionantes. A lo largo de este tronaban de tanto frenar; estábamos diezmados
filón existen también una serie de pequeñas mesetas físicamente. La oscurana nos hacía dar pasos en
como de 12-15 m de ancho con bosque de pinos, que falso y el riesgo de un esguince era inminente, el
al paso del viento que aquí sopla como un chiflón, hambre y la sed apretaban; en fin, esta última parte
producen un ruido muy singular y por supuesto era la más estresante. En lo personal me sentía
saturándose el ambiente con el característico y deshidratado y de hecho lo estaba; ya que desde que
agradable olor de sus hojas. Estas mesetas invitan a nos despertamos a las 6:00 horas (eran las 18:00
bajar las mochilas y armar campamento, para gozar horas), solo había orinado una vez -al levantarme-,
de lo que sería a no dudarlo una noche de montaña esto como respuesta fisiológica del organismo a la
muy agradable. Aunque hicimos el comentario, no escasa ingesta de líquidos, agravada por las grandes
había otra opción que seguir bajando. En una de pérdidas por sudoración y la evaporación por boca
estas mesetitas paramos a descansar y comer algo y nariz.
(aun teníamos Pollo Campero “de tres días de edad”
en perfecto estado, aunque no lo crean...). Cuando Sacamos nuestras lámparas y resignados sin tener
llevábamos como 3 h de descenso, encontramos otra opción, seguimos caminando pasando dos
una bonita catarata llamada El Milagro formada pequeños riachuelos y lodazales. Finalmente se
por el río del mismo nombre, afluente del Montillo; empiezan a ver las primeras luces de Jones, sin
lamentablemente caminábamos contra el tiempo y embargo sabíamos que a partir de aquí aún faltaban
la luz existente ya no era apropiada para tomarle como 40 minutos de martirio. La fila de caminantes
fotos. La fila india de trotacerros se alargó: Don se alarga, Don Ernesto y Mario siguen adelante, yo
Ernesto y Mario adelante, yo en medio y Margarita en medio y Margarita atrás. Finalmente hicimos
atrás, alternándonos con ella este último lugar. En nuestra entrada triunfal a Jones, eran las 20:00
todo este trayecto no hablamos casi nada, cada uno horas, habíamos estado caminando durante 12:45
iba admirando el paisaje y meditando sobre miles h en esta última jornada. Llegamos a casa de Don
de cosas que nos pasaban por la mente, era como Ernesto que era una tienda, invitándonos a una Pepsi.
si deseáramos ir realmente solos con nuestros Nos quitamos las botas percatándonos entonces
pensamientos. Después de aproximadamente 3:20 h del hedor que emanaba de ellas y de todo nuestros
desde El Imposible, se tiene que atravesar el río El asquerosos cuerpos; baste recordar que llevábamos

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3 días sin bañarnos... Nos fuimos a cambiar de ropa esta única ocasión no podríamos pasar al Rancho
-sin bañarnos-, a casa de un vecino de Don Ernesto, a cervecitas y tortillitas con chile relleno o con
luego acomodamos nuestros tepalcates en la Patrol, pacaya, pues estábamos “quebrados”; por primera
para luego arreglar cuentas con Don Ernesto. vez una actividad de montaña había terminado
Cuando tratamos de reunir el dinero, nos dimos con nuestros peculios: aproximadamente Q400.00
cuenta que entre los tres solo teníamos Q125.00 y (combustible: Q100.00, Don Julio: Q100.00, Don
pensamos -solo lo pensamos, sin que nos lo hubiera Ernesto: Q125.00 y Don Cruz: Q75.00), de manera
dicho-, que probablemente nos cobraría Q125.00, que cuando pasamos por El Rancho, dirigimos las
por lo que lo único que podíamos hacer era darle los miradas hacia otro lado para no ver las ventas de
Q125.00 sin contárselos, solo como un rollito, y así comida. Finalmente llegamos a la capital a las 24:00
lo hicimos, agradeciéndole su “valiosa” ayuda a pesar h, Después de una caminata de 66 km y 26:25 h
de los malos momentos que nos había hecho pasar, de tiempo efectivo y una velocidad de marcha
pero que ya estando aquí todo se lo perdonamos.
Nos despedimos y enfilamos hacia la capital, y en promedio de 24 min/km.

Décima Etapa:
Desde la aldea Jones, a la aldea Morán

(7, 8 y 9 de febrero de 2007)

“Que nosotros siempre sepamos que venimos a la montaña,
pero que la montaña jamás se entere”.
Carlos Beteta

Ya con la inquietud de continuar con la “TRAVESÍA hacer realdad la idea que había estado revoloteando
SOBRE LA SIERA DE LAS MINAS”, habíamos en nuestras inquietas mentes de subirmontes.
recabado información sobre la posibilidad de Después de hacer la “convocatoria” para saber quién
efectuar la caminata desde la aldea Jones a la aldea se apuntaba para la aventura, por diversas razones
Morán, ambas en jurisdicción del municipio de río solo Luis de La Vega, quien siempre está dispuesto,
Hondo en el departamento de Zacapa. Nos habían aceptó mi invitación con mucho entusiasmo.
dicho que algunos lugareños hacían el viaje ida y
vuelta en aproximadamente 8 horas, por lo que Salimos el miércoles 7 de febrero de 2007 a las 5:15
consideramos el proyecto altamente factible. horas rumbo al nororiente, después de una noche en
la que por razones ajenas a la montaña, literalmente
En junio de 2002 llegamos por primera vez a Morán, yo no había podido dormir nada. Tuvimos la mala
cuando tuvimos el privilegio de conocer a la familia suerte de encontrar en varios puntos de la carretera
de Don Ovidio Agustín, ya en esa oportunidad CA9 cuadrillas de hombres haciendo trabajo de
oímos hablar de la ruta que algunos tomaban desde ampliación con maquinaria pesada, por lo que el
allí a Jones, por lo que desde entonces se nos sembró tráfico era muy lento, llegando al km 145 hasta las
la semilla de la ilusión por llevarla a cabo alguna vez; 7:25 horas, para iniciar desde allí la subida a Jones
hoy la semilla germinaba y estábamos listos para por un camino de terracería muy inclinado, angosto

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y en malas condiciones aun para nuestra inseparable se hace lenta. Al ir ascendiendo se va teniendo una
Nissan Patrol, tomándonos otros 55 minutos para vista muy bonita de la aldea, de los cerros Colorado,
recorrer los 12 km hasta dicha la aldea. Eran las La Vista, El Zollate y el De La Cruz (que ya hemos
8:20 de la mañana. Habíamos platicado previamente escalado), y dos más: El Chimilli y El Tabla de Mesa
por teléfono con Evanely Agustín, la hija menor de que están en el macizo de las Montañas Verdes que
Don Ovidio y Doña Elda, los de Morán; para que no subiríamos sino hasta el 2010. Ya en esta parte de
llegáramos a su casa en Jones (ahora ya estaba casada la caminata empezamos a notar que se nos prendían
y radicaba allí con su esposo Arnoldo), y poder dejar garrapatas, y “garracualquier” otra parte del cuerpo,
nuestro vehículo allí mientras regresábamos del tanto de las pequeñitas conocidas como mostacillas,
viaje. como de las más grandes; nos llamó la atención
porque no se veía ganado en las cercanías, por lo
Recibimos la información necesaria sobre la ruta a cual pensamos que las pobrecitas solo sobrevivían
seguir y afortunadamente Arnoldo se ofreció muy de los pequeños animales salvajes como roedores:
amable y espontáneamente acompañarnos una parte conejos, taltuzas, ratas, etc. y estaban deseosas de
del camino, e inclusive ayudarme con mi mochila en probar sangre humana; muchos de estos molestos
ese trayecto, lo cual yo agradecí en toda su valía, pues ectoparásitos nos acompañarían hasta nuestro
era un bálsamo para este modelito 1935, a la sazón retorno a casa, donde en mi caso, las encontraría
con sus 72 vivarachas primaveras encima de su ya indiscretamente prendidas en los más íntimos
deteriorada carrocería; aun cuando la tal mochila no rincones de mi cuerpo…, ya de un tamaño de hasta
era tan pasada, pues no estaba proyectado acampar, 5-6 mm y rebosantes de mi aristocrática... sangre
por lo que el equipo no iba completo, pero aún así azul tipo O, Rh positivo.
eran como unas 30 lb de peso, más 4 lb de mi bolsa
de aperos fotográficos. El día era extremadamente Después de unas 3 h de andar trastrabillando entre
caluroso, era pleno verano y a solo 495 ms.n.m., y las piedras, encontramos en el filón en lo alto de la
además sabíamos que no habría agua en 2/3 partes montaña, un ancho camino para vehículos de 4 ruedas
del camino de ida, pues era terreno árido hasta en muy buenas condiciones de mantenimiento, que
entrar a la parte alta de la montaña. Eran las 9:20 según Arnoldo venía desde La Espinilla y llegaba
horas cuando salimos de la aldea por un puente a la cumbre de la sierra a un lugar conocido como
colgante a la orilla del pueblo, que pasa sobre el río Los Planes de Margot, terrenos al norte de Morán
Jones (resultante de la confluencia solo unas decenas
de metros antes, de los ríos Blanco y Cañas, este Vista de la aldea Jones desde la ruta a Morán.
último que mencionáramos en la etapa anterior).
El camino sigue después hacia La Espinilla, un
pequeño villorrio cercano. Poco después dejamos
el camino principal y Arnoldo inesperadamente se
desvió al norte por un pequeño pasillo entre dos
casas, por donde uno jamás pensaría tomar. Desde
aquí ya se empiezan a ver la gran cantidad de piedras
y rocas grandes que encontraríamos a lo largo de la
tercera parte de este largo ascenso. Al inicio se pasa
todavía la quebrada El Canté, tramo sombreado aún,
pues de aquí en adelante el inclemente sol caería
sobre nosotros con toda su intensidad. La marcha

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en dirección proyectiva a Cahaboncito, esto ya El Portezuelo y El Mojón de Morán, no sin antes
del lado de la vertiente del río Polochic; al parecer decepcionarnos porque la que creíamos era dicho
estos terrenos son una reserva privada, “vigilada collado, resultó ser solo una falsa cumbre viéndose
muy celosamente” por gente fuertemente armada, otra aún más lejos, sin embargo se entra pronto a
que no permite el paso sin previa autorización de un bosque ralo de pino y encino, donde sopla ya un
su propietario… Hasta este punto nos acompañó refrescante vientecillo. Llegamos a la cumbre y…
Arnoldo, dándonos las respectivas indicaciones otra decepción, otra falsa cumbre y aún faltaba por
para continuar solos y por supuesto ya me tocaría subir; cuando habíamos caminado 3 h desde la finca,
cargar con mi mochila grande, apiadándose Luis y yo jadeando y deteniéndome casi cada 10 minutos
de mí al ayudarme con la bolsa de mi cámara. Nos en los últimos 40 para recuperar fuerzas, llegamos
despedimos de Arnoldo con los agradecimientos del finalmente al ansiado portezuelo o collado, una
caso y empezamos una bajada al otro lado del filón parte más boscosa y húmeda. Como uno 75 m más
caminando por una brecha ancha ya entre bosque de adelante estaba el cruce de veredas, la que iba a la
pino y con algo de agradable sombra. Despuésde unos cumbre del cerro El Portezuelo hacia la derecha y la
3 km pasando un pequeño río y luego un riachuelo que seguía para Morán hacia la izquierda.
que no se veían muy limpios, se llega a una joyita
donde está la finca Los Chagüites, una propiedad Hasta este punto ya conocíamos, porque El
bien cercada, con una casa de construcción formal Portezuelo ya lo habíamos ascendido viniendo
de dos pisos, amplios jardines, corrales, una pequeña de Morán en octubre de 2005. Habíamos cerrado
laguneta artificial, unas cuantas reses rumiando bajo oficialmente la caminata entre Jones y Morán, pero
la sombra de los árboles de la orilla del cerco y un teníamos que seguir hasta la aldea para pernoctar.
helipuerto: INSTALACIONES TOTALMENTE A partir de ahora vendría un descenso hasta el río
ABANDONADAS. Después supimos en Morán que Morán, un descenso muy inclinado y peligroso
esta casa también se encuentra totalmente equipada, porque hay mucha arena y pedruscos sueltos que
amueblada, alfombrada etc., etc., pero que nadie favorecen los resbalones y las caídas, por lo que
había llegado allí desde hacía mucho tiempo. Por vamos despacio especialmente Luis pues su mochila
más que uno no quiera ser mal pensado, termina si pesaba mucho. Poco a poco llegamos al río, el que
siéndolo aun sin pruebas… afortunadamente pudimos atravesar brincando de
piedra en piedra. Ya del otro lado escondimos las
Llegamos hasta aquí cansados y con mucho calor, mochilas para ir a ver la Catarata del río Morán, la
parando fuera de la cerca y tirando las mochilas al cual habíamos conocido anteriormente, pero que
suelo para tomar y comer algo, y descansar un rato. esta vez parecía tener mayor caudal; así lo hicimos
Eran las 13:00 horas, habíamos caminado 3:40 h y con gran dificultad yendo entre el río pasando
desde Jones. Desde aquí iniciaríamos una parte pozas, subiendo rocas y troncos caídos, llegamos
más o menos plana entre potreros de zacate alto y a un punto desde donde tomé un par de fotos,
zarzales que cierran la vereda, hay mucha piedra y que no compensaban todo el esfuerzo realizado,
se camina bajo el sol más inclemente que hayamos desgaste que en mi caso me afectó tremendamente
tenido que soportar en mucho tiempo, luego se tomando en cuenta que ya venía cansado y aún nos
comienza un muy largo ascenso por una empinada faltaban como 2:30 h de andar y con dos ascensos
y pedregosa cuesta que se sube zigzagueándola empinados. Saliendo con dificultad de nuevo a la
para más facilidad; hay mucha arena suelta que nos vereda, providencialmente pasaban por allí dos
hace resbalar al dar pasos en falso. Esta cuesta nos muchachos que se asombraron al vernos salir de
llevaría finalmente hasta la horqueta entre los cerros entre los matorrales; al preguntarles hacia dónde se

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dirigían, respondieron que a Morán y al pedirles su bolsa de mi cámara y dejarme caer al fresco piso de
ayuda para que me llevaran la mochila, aceptaron ladrillo para descansar un rato. Platicando con la
previo acuerdo económico, Luis solo pasó algo de familia, entre otras cosas Doña Elda nos contó que
peso a mi mochila y siguió con su “ropero” a tuto. Don Ovidio se había ido “de mojado” a los Estados
Unidos en el 2003 y no sabían cuándo regresaría.
Llegando al Portezuelo. Entre otras cosas me comentó que tenía “un shute”
ya enconado ensartado en una rodilla, realmente
Este fue un momento clave para mí, pues de no era un pequeño absceso que procedí a drenárselo
haber encontrado esta ayuda, la conclusión de mi y curárselo. Como a las 19:30 horas cenamos:
viaje se hubiera retrasado mucho, pues aun la bolsa frijolitos parados, huevos revueltos, queso, tortillas
con mi cámara y demás me pasaban mucho. Desde saliditas del comal, café y pan de pueblo. Después
el río viene el ascenso al lugar conocido como El platicamos otro rato, nos prepararon un espacio
Naranjo, donde viven unas tres familias (una de ellas para que durmiéramos en la cocina, mientras ellas
es la del padre de Don Ovidio), ascenso que hicimos verían su telenovela en el cuarto contiguo. Está
a paso muy lento, luego venía el cruce del río de La demás decir que caímos como troncos hasta las 5:00
Presa que viene de la catarata del mismo nombre. horas, pues ellas se levantan a esa hora y lo primero
El último ascenso nos lleva a pasar un gran portón que usan es precisamente la cocina, teniéndonos
de golpe, que da paso por una casa deshabitada, y que levantar también. Desayunamos como a las
solo unos 2 km más de descenso suave estábamos 7:30 horas y de nuevo platicamos un buen rato y
en Morán, precisamente llegando por la parte decidimos ir a dar una vuelta por la aldea, lo cual
de atrás de la casa de Don Ovidio. Eran las 17:40 jamás en las anteriores 8 veces que habíamos estado
horas, habíamos caminado 8:20 h desde Jones en allí habíamos hecho, porque siempre teníamos el
una extenuante caminata de aproximadamente 13 tiempo milimétricamente calculado para cumplir
km. En la casa estaban Doña Elda y los hermanos de con los planes de las diferentes expediciones, pero
Evanely: Kevin y Wendy, y los hijos de esta: Kelvin ahora teníamos la oportunidad de conocerla más.
y Kimberly, todos muy felices de vernos y nosotros Morán es una pequeña comunidad, con evidentes
más felices aún de estar allí con ellos. Son una linda testimonios de una pobreza ancestral, donde
familia de la cual nos sentimos privilegiados de residen unos 350 habitantes en unas 70 casas
haberla conocido. Con la amabilidad de siempre de desordenadamente distribuidas en la ladera bastante
inmediato nos ofrecieron sendos vasos de deliciosa inclinada de una montaña, desde donde discurren
naranjada. Yo solo deseaba tirar por un lado la hasta confluir, dos vertientes: la quebrada La Pavas
por el oriente y el río Morán por el occidente, los
que al juntarse cerca de la aldea forman corriente
abajo el río Santiago que baja hasta el valle de
Zacapa y desemboca finalmente en el río Motagua.
La gente de Morán, como la mayoría del oriente de
nuestro país, es de descendencia directa europea,
pero especialmente la de Morán, pues tiene rasgos
mezclados entre ibéricos y nórdicos, lo cual se
evidencia más en las mujeres con sus grandes ojos
azules o verdes, tez blanca y cabello rubio. De hecho
Evanely con estos rasgos, cuando la conocimos en
el año 2002, a la sazón con 14 años de edad, era una

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patoja preciosa, sencillamente preciosa, y aún ahora tamalitos de maíz y plátanos asados en las brasas,
ya casada con un hijo y a los 19 años sigue siendo todo muy rico. Al día siguiente habíamos decidido
muy bonita. ascender en el camino de regreso el cerro El Mojón
de Morán, pero no sabíamos si lo debíamos hacer
El día fue pasando casi sin sentir y se nos ocurrió desde El Naranjo o partiendo del collado del cerro
que para no regresar con las mochilas a cuestas por El Portezuelo.
la difícil ruta por la que llegamos, las podríamos
mandar en un pick up que bajaría al día siguiente -el A la mañana siguiente nos levantamos a las 4:40
mismo día que nosotros regresaríamos a Jones-, a horas, la familia Agustín se levantó en pleno para
Santiago (aldea que está en la salida del camino a la despedirnos no sin antes ofrecernos desayuno con
carretera CA9, en el km 153), donde la recogeríamos frijolitos volteados, café y pan; además recibimos la
después de llegar a Jones y salir a la carretera en agradable sorpresa de que el hombre más pequeño
el km 145 de la misma CA9. Hablamos con Don de la casa: Kevin de 9 años , nos acompañaría parte
Héctor -el dueño del pick up-, quien nos confirmó del camino de regreso. Fuimos a dejar las mochilas
que iría a Santiago, arreglando así los detalles del grandes a casa de Don Héctor y luego siendo las 6:20
envío de nuestras mochilas, las cuales le teníamos horas iniciamos la caminata saliendo de la aldea por
que entregar debidamente empacadas a las 6:00 una vereda que no conocíamos, pues subiendo por
horas del día siguiente. una cuesta muy empinada uno llega directamente
a aquella puerta de hierro que mencionamos
Este segundo día de estancia en Morán, Doña cuando íbamos llegando a Morán en la venida, es
Elda nos tenía preparado para el almuerzo nada un camino más corto pero más cansado; a partir de
menos que la especialidad de la casa: el ya famoso allí empezamos el descenso al Naranjo, desde donde
allende las fronteras caldo de gallina de patio con se veían muy bien bajo los efectos de la luz solar de
verduras, hierbas, hojas y otros condimentos que la mañana, el volcán (cerro) San Jacinto y nuestro
solo ella sabe y que guarda celosamente como el próximo objetivo: el cerro Mojón de Morán.
secreto mejor guardado. Es un plato simplemente
delicioso, especialmente si uno tiene la suerte de que
le toquen una cuantas ricas yemas de todos tamaños,
la molleja, el corazón y el cotonino, y si además le
pone a esa gran escudilla un tantito de salsa de chile
chiltepe bien preparada, y acompañado todo con
tortillitas recién salidas del comal, de aquellas que
salen infladitas como sapitos enojados, deliciosas; le
aseguro que si usted prueba este plato, se chupa los
10 dedos de las manos.

Por la tarde preparamos mochilas de asalto para el Vista del cerro Mojón de Morán desde El Naranjo.
regreso con solo lo estrictamente necesario, porque
el resto se iría en las mochilas para Santiago; por En El Naranjo pasamos a hablar con Don Rigoberto
cierto que pedimos a Wendy que nos prestara una Agustín (padre de Don Ovidio), para que nos
mochila pequeña, porque nosotros no habíamos aconsejara la ruta más apropiada para ascender el
llevado más que las grandes y estas se irían en el cerro, y para empezar nos dijo que dicho cerro era
pick up. Cenamos frijolitos con crema y queso, conocido con varios nombres: como cerro de los

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Olivos o cerro El Portezuelón en contraposición al remangar y quitar las botas, porque era ancho y
Portezuelito que está más al occidente, y que era el con mucha corriente; aquí descansamos y comimos
que ya conocíamos. Otra agradable sorpresa fue que un bocadito para luego retomar la marcha hacia
Don Rigo nos ofreció acompañarnos para guiarnos arriba por la empinada colina. Habían varias falsas
al cerro, lo cual le agradecimos, pues lo hizo de una cumbres que escondían el filón a donde teníamos
forma muy espontánea y con evidente gusto, a pesar que llegar. Finalmente como a unos 200m antes de
de ser ya un súper hombre (iba a escribir anciano llegar a la cumbre, nos desviamos en diagonal entre
pero no se lo merece), de 84 años y ya con alguna mucha zarza para alcanzar una primera cumbre a
dificultad para caminar. Iniciamos el ascenso por 1460 ms.n.m., precioso filón con hermosas vistas del
la vereda de los olivos (así le llaman a esta ruta), bosque al ser atravesado por las nubes arrastradas
que está casi enfrente de su casa y que comienza por el viento, una imagen que obligaba tomarle
entre potreros, y luego sigue por una vereda no fotos.
bien marcada entre pinal y zarzales, que de haber
ido solos nos hubiera sido muy difícil seguirla. Se
asciende por una ladera muy empinada, donde en
la parte alta hay que atravesar el río Morán -mucho
más arriba de la catarata- para lo cual me tuve que

Cascada del río Morán. Brecha maderera abandonada en el ascenso al Mojón de Morán.

Se baja de nuevo por una muy inclinada ladera
hasta los 1415 ms.n.m., a una preciosa meseta en
forma de pequeño collado desde donde se ve la
verdadera cumbre, ascendiendo por una ladera
de 45° de inclinación por un roquedal y piedra
suelta. Como a la mitad del ascenso se encuentran
cercos de piedras un tanto difíciles de atravesar
y que según Don Rigo son naturales, yo creo que
han sido hechos por la mano del hombre, aunque
no les encuentro el propósito a esas alturas...; la
verdad es que son formaciones con características
que no hemos encontrado en ninguna otra parte.
Finalmente se llega a otra pequeña cumbre como de
6x4 m con un pequeño montículo de piedras, y a un
lado un mojón de cemento como de 30 cm de alto;
estábamos en la cumbre del cerro Mojón de Morán.
Como el cerro no tiene un nombre oficial o uno

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