FABIANA BARREDA
imagen perdida, lo que constituye la obra. Estos textos construidos con
pintura fluorescente sólo existen en la oscuridad, hasta que desaparecen
por completo como un olvido o una amnesia pasajera. Esta obra nos relan-
za a preguntas de otros artistas: Sophie Calle, Proust, Rohmer o Auster, a
aquellos que configuran una forma espectral del recuerdo.
La obra de Graciela Sacco se emparenta con la de esta artista. En sus tra-
bajos inventa un sistema de impresión heliográfica que genera una imagen
brumosa en potencial desaparición. Su proceso de obra fue atravesando
diferentes etapas, desde las construcciones mas íntimas de maletas cubier-
tas de fragmentos corporales hasta la apropiación de imágenes documenta-
les y mediáticas, como una foto alegórica al mayo francés del 68. Estos ico·
nos del pasado son cristalizados, detenidos en el instante en que un grupo
de jóvenes insurrectos se mueven en una revuelta. Las imágenes van hacién-
dose lentamente cada vez más inmateriales y la luz va penetrando en ellas,
hasta hacerlas transparentes para pasar luego a su sola proyección.
Las fotografías de Milagros de la Torre son las crónicas románticas y pie·
torialistas de acontecimientos pasionales que se desencadenan trágicamen-
te hasta el delito. En su serie Los pasos perdidos, realizada en 1gg6, fue foto·
grafiando bajo una aparente mirada forense los objetos incriminatorios de
los condenados. Estas evidencias extraídas del Palacio de Justicia de Lima
ponen en tensión nuevamente las nociones de verdad, pasión y visibilidad.
Fotos te"atrales, posadas, como las fotos clásicas del siglo XIX, con mínimos
intervalos de negro y un foco evanescente, nos remiten a un pasado eter-
no, como si regresáramos al lugar del asesinato para poder reconstruirlo.
Y allí sólo un rastro ilógico y fatal, como una carta de amor de una prosti-
tuta incriminando, a su amante.
En la serie de trabajos de Andrea Ostera, en particular en su obra La
colección, a través de la técnica del fotograma, la luz atraviesa los cuerpos y
queda atrapada en el papel. Esta artista realiza un diario privado paralelo,
una taxonomía perfecta. En las imágenes van revelándose: una cassette, un
trébol, la silueta de un blister de pastillas anticonceptivas vacío, un boleto
de subte, y así la enumeración al infinito de rastros que rodean la vida de
un sujeto. El lado fantasmal de los objetos es capturado. Al no utilizar la
cámara, el objeto es retratado por la luz que refracta. Estas siluetas blan·
cas, casi una hermandad con los rayos X de una máquina de aeropuerto,
nos Hevan a rastrear la presencia material de los objetos a través de la luz
sobrenatural que emiten.
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GENERO Y REPRESENTACIÓN: PRÁCTICAS Y POLÍTICAS ARTÍSTICAS DE !..A DIH;RENCJA
ESCULTURAS BLANDAS, SOPORTES INDETERMINADOS Y DISEÑOS BIZARROS
En otra dirección, otras formas constructivas sobre el cuerpo reaparecen
desde los bordes de la escultura y el diseño. Sincrónicas y hermanas a las
obras de Louise Bourgeois, Eva Hesse, Kiki Smith, Yoichi Kusama,Janine
Antoni y Jarra Sterbak, los sistemas de producción de las obras de las artis-
tas latinas se emparentan.
En la escena argentina destaca Nora Correas, con sus corazas antropo-
mórficas en las que las formas constructivas arcaicas de chozas nativas toman
la forma de un cuerpo casi a la manera de las armaduras de los samuráis.
Junto a ella, Nora Aslan, con sus urdimbres fotográficas de catástrofes socia-
les. Ambas autoras, cuyas construcciones provienen del arte textil, son inte-
resantes de leer en contrapunto con la obra de Leda Catunda.
En una segunda generación aparecen artistas marcadas por el diseño de
indumentaria, utilizado como una columna vertebral arquitectónica de estas
esculturas blandas. Entre ellas están: Marina de Caro, con embalajes corpo-
rales tejidos que fusionan cuerpo y mobiliario doméstico, Ariadna Pastorini y
sus descuartizamientos en formas de carteras y monederos, Mónica van Aspe-
ren con sus partituras de cristal y globos en relación con la obra de Ernesto
Neto y Leonilson. Introducirla en esta sección los dibujos corporales infinitos
de Adrianne Gallinari y Sandra Cinto, con sus trabajos sobre soportes de
piel, tela o pared. Así como la invasión infinita de las propuestas de Jaq Leir-
ner, sus maravillosas obras de billetes devaluados, o la genial Nice to meet you,
en la que la secuencia de tarjetas personales de los principales protagonistas
del mundo del arte evocaban los cuerpos en ese instante protocolar de las
presentaciones de sociedad y las manos estrechadas.
Dentro de los procesos escultóricos experimentales aparecen Claudia
Fontes, con su bañista de venecitas y su Ofelia de colchón de agua, Patricia
Hackim, con sus calcos en termoformado de la realidad cotidiana, Jane
Brodie y sus acciones con brea y cintas de embalaje, y Analía Sega! con
sus orificios vulvares de pared. Citaría junta a ellas a las mexicanas Sofía
Taboas y Melanie Smith. En esta trama aparecen entrelazadas las obras de
Silvia Gai y Nazareth Pacheco. Gai tejiendo una serie de órganos para tras-
plante, y Pacheco construyendo vestidos de gillette.
Entre las pioneras argentinas son claves la artista Mildred Burton, de-
sarrollando una arquitectura de jardines eróticos, y Carolina Antoniadis,
diseñando una serie de porcelanas bizarras donde los ornamentos fusionan
iconos domésticos con iconos porno, como Betty Page, y por último Roxana
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FABIANA BARREDA
Fuertes, pintando camisetitas de fútbol en las que une la heráldica futbole-
ra con la imaginería política.
AMAZONAS
Destacaría dos accionistas letales y creativas: Coco Fusca y Minerva Cue-
vas, con su obra Mejor Vida Corp. Como una empresa constituida, MVC
ofrece por medio de un sitio de Internet, http://www.irational.org, una
serie de servicios y productos gratuitos. Entre ellos se encuentra una cre-
dencial de estudiante y sus descuentos en el circuito cultural, etiquetas con
códigos de barra más económicos para cambiar en los supermercados la
etiqueta por alimentos más caros, boletos para transportes públicos en hora
pico, o cartas de recomendación para una solicitud de trabajo. Esta obra
crítica e irónica sobre las condiciones del capitalismo más violento posee
el guiño del rebusque tercermundista, a pesar de su voluntarismo corpora-
tivo, y como en el programa de Michael Moore hay un intento desespera-
do de justicia. Es interesante ver esta obra en relación a dos películas argen-
tinas recientes: Buena Vida Delivery y Nueve Reinas, que redefinen las formas
domésticas y éticas de las pequeñas estafas. En contraste con MVC, es vital
leer a esta intensa artista en su vídeo Dronk, exhibido en la ColecciónJumex,
donde su radical exposición corporal nos atraviesa de lleno.
Coco Fusca es una accionista indoblegable y teórica, cuyaS tesis se imbri-
can indisolublemente en su obra -la acción, el vídeo o la conferencia-. Su
trabajo se articula como una red de pensamiento sobre la conceptualiza-
ción de la imagen latina desde Nueva York, y su obra va deconstruyendo
paso a paso los clichés normativos de una historia del arte tradicional.
INFRALEVES
Lo posible es un infraleve. La posibilidad de que varios tubos de colores lleguen a
ser un Seurat es nla explicación" concreta de lo posible como infraleve. Al implicar lo
posible, el llegar a ser, el paso de lo uno a lo otro, tiene lugar en lo infraleve.
MARCEL DUCHAMP, •tnfraleve" ("Inframince"), 1914
En esta última etapa de este ensayo veremos las obras desde la perspectiva de
este autor. Duchamp es la figura clave para pensar una genealogía filosófica del
arte contemporáneo. Es un autor radical deconstructivo de la tradición y gene-
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GÉNERO Y REPRESENTACIÓJ'>: PRÁCTICAS Y POLÍTICAS ARTÍSTICAS DE LA DIFERENCIA
radar de nuevos paradigmas. En sus manuscritos de 1914 nos permite pensar el
acto artístico como un acontecimiento evanescente y material a la vez.
~s pensar una topología física de lo contingente. Esa es una experiencia
cotidiana para todos nosotros, la operación del arte es señalar ese instante
de vida como acto artístico.
Los infraleves se definen con nitidez por los infraleves mismos. Son infra-
leves para Duchamp:
- el calor de un asiento que se acaba de dejar,
- el sabor del humo que queda en la boca luego de fumar,
- el sonido del roce de los pantalones al caminar,
- las puertas del subte, cuando alguien pasa en el último momento,
- las caricias,
- el aire de París en una gota de cristal,
-un dibujo de vapor de agua,
- el aliento vital sobre superficies pulidas: vidrio espejo, piano...
así en progresión finita e infinita de casos.
Estos frágiles acontecimientos extraídos de la contemplación de la vida
cotidiana son señalados por Duchamp como la verdadera materia del arte,
como un jabón que resbala, un rayo de sol cortando el humo, algo indeter-
minado y específico a la vez, como la vida misma.
Las obras de las artistas que concluyen este texto transitan por esta dimen-
sión corporal infraleve.
María Teresa Hincapié, con su performance en tiempo real Una cosa _es _una
cosa. Esta performance consiste en la disposición silenciosa, metódica .y obse-
siva de objetos cotidianos en un territorio con forma de espiral- y durante un
periodo aparentemente interminable de tiempo. La artista ha traído sus per-
tenencias personales y procede a ordenarlas siguiendo patrones internos e
impredecibles. Si observamos la vida de un ama de casa, a un vagabundo o
a nosotros mismos, podemos descubrir cómo reconstruimos día a día en lo
real ese orden doméstico. Bolsas, ollas, cebollas, lápiz labial y una infinidad
de elementos humildes van siendo colocados geométricamente en la sala.
Cada objeto es tratado en forma ritual, con concentrada e individual energía,
con lo cual es dotado de un aura especial, de un carácter casi precioso. Cuán-
tas preguntas se atraviesan: ¿cómo es el mundo?, ¿cómo se construye en la
vida diaria?, ¿qué límites hay entre lo cotidiano y lo sagrado?, ¿qué peso
poseen las cosas?, ¿c9mo se une lo micro a lo macro?, ¿qué valor le otorga-
mos a los gestos en n~estra vida?, ¿cómo nos modifil;:an?, ¿qué potencial
espiritual tiene cada acto?...
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FABIANA BARREDA
En la serie de fotografías y vídeo de Brígida Baltar destaca una obra en
particular, La recolección de niebla, una obra donde una cazadora de bruma
se pierde en un espacio infinito e inmaterial.
El carácter evanescente de esta artista nos remite a las obras de Eulalia
Valldosera. Las fotografías de su cuerpo inmaterial y sus instalaciones de
reflejos nos llevan también a las películas de Tacita Dean, especialmente a
El rayo verde, aquella epifanía cuando el sol desaparece y un destello de luz
nos garantiza la llave de la felicidad... En esta dirección espacial inmaterial
aparecen los fotogramas de fluidos de Andrea Ostera. Sus fotogramas, toma-
dos en micro y desplegados en macroescala como constelaciones biológi-
cas, nos retrotraen a imágenes científicas. Huellas de saliva, flujos de semen
y los ordenamientos circulares de la sangre forman paisajes imborrables
galácticos, como el origen del universo. Y junto a estos territorios estelares
de Ostera y en sintonía con una estética del accidente que se desvela en
Gabriel Orozco y Francis Alys, la obra de Rivane Neuenschwander nos
acerca a los rastros del sujeto en su micromundo. En su obra El trabajo de
los días, plástico adhesivo y polvo doméstico se alían para crear una extra-
ña espacialidad mediatizada por una performance cuasi disolutiva. In.ten-
tando en ese acto recolectar lo vivo y su temporalidad, en esta obra queda
registrado cómo nos desintegramos y nos volvemos a reconstruir en la invi-
sible materia de cada día, al igual que en las escenas futuristas de la pelícu-
la Gattaca, de Andrew Niccol, los restos de piel o una pestaña pueden cam-
biar radicalmente el destino de una persona y modificar azarosamente su
futuro. Ya a la madrugada, otra obra reciente de esta artista, hallada en
Internet, despierta mi deseo. Es Cartas de amor, un vídeo donde observa-
mos ese "materialismo etéreo" y cómo se explora la compleja intersección
entre lenguaje y emoción. Unos peces llevan consigo fragmentos de esas
cartas, impredecibles mensajes de amor, de deseo y pérdidas, nadan afuera
y adentr9 de la imagen, en esa forma incierta, bella e inestable, inherente
a las relaciones humanas.
7 de marzo de 2005
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