Dialogo Entre Masones
Artículos Masonicos Seleccionados
Año 7 - N° 82
OCTUBRE 2020
L
Dialogo Entre Masones
Artículos Masonicos Seleccionados
Año 7 - N° 82
Director General
Herbert Oré Belsuzarri
Directores
Mario López Rico
Vicente Alcoseri
Julio Villarreal III
Artículos Publicados
- Las enseñanzas Ocultas de los cuentos infan-
tiles.........................................................3
- Caperucita roja, simbología esotérica........15
- La versión real de ‘caperucita roja’ es dema-
siado oscura para los niños..........................18
- Elcuentodepinochoylamasonería.............23
- Blanca nieves y el simbolismo de la inicia-
ción.......................................................41
- La verdadera historia de blanca nieves.......47
- Simbología esotérica de blanca nieves y los 7
enanos……..............................................51
- Cenicienta... más allá del cuento..............58
- Cristóbal Colón esclavizo indios para lu-
crar.......................................................64
- Sir Arthur Conan Doyle: aspectos masónicos en
Sherlock Holmes.......................................88
La revista agradece la difusión de los artículos
publicados, mencionando la fuente y la auto-
ría.
Valle de Lima octubre 2020
2
Las enseñanzas Ocultas de3los cuentos infantiles
Las enseñanzas Ocultas de los cuentos infantiles
Cuando uno habla de cuentos de hadas, se piensa en la niñez.
Se tiene entonces la imagen de la mamá, la abuela, o la nana,
contando mil y una veces los mismos cuentos, a uno o más niños
fascinados. Y como en la Kabballah, el cuento se transforma en
una enseñanza oral, que enlaza el entretenimiento con la ense-
ñanza, y evoluciona a lo largo del tiempo.
El cuento narrado viaja entonces del corazón a la palabra, y de
la palabra al corazón.Y es así como despierta imágenes e incre-
menta la capacidad de abstracción. Pero este cuento de hadas,
no nació para ser contado sólo para niños. Detrás de su aparien-
cia, se esconden numerosas claves esotéricas y astrológicas.
Revelador de arquetipos, el cuento de hadas tradicional, fun-
ciona como un poderoso catalizador de emociones, y es capaz
por sí solo, de invocar el sueño, de calmar, de provocar un movi-
miento interno terapéutico y consolador.
Contar cuentos, es como contar números, requiere un desplie-
gue lineal a lo largo de un tiempo, y elabora un espacio interno
para llenarlo con un mundo mágico. Como es oral, responde a
las leyes de la tradición viva, como las enseñanzas impartidas
por los druidas de la sociedad céltica. Los druidas enseñaban
sus secretos por medio de versos, facilitando así su memoriza-
ción. Los sabios de esta cultura desdeñaban la palabra escri-
ta, porque no querían divulgar sus conocimientos sin saber a
quién iban dirigidos, pero también porque la escritura, decían,
fomentaba la pereza. El escribir es perder fe en la memoria, y la
memoria es patrimonio de los pueblos.
Este principio aún hoy en día es seguido por antiguas tradi-
ciones por ejemplo como la budista, cuyos lamas transmiten de
maestro a discípulo las enseñanzas fundamentales de su doctri-
na. Recordemos que la Francmasonería es un cuento narrado, la
4
trama de la historia es la Vida, Muerte y Resurrección de Hiram
Abiff, un mítico héroe solar.
Al pasar de boca a boca y de generación en generación, el
cuento se cualifica. De padres a hijos, de juglar a pueblo. Cada
narrador agrega, suprime o modifica elementos o y situaciones
que dentro de su ámbito cultural adquiere determinado valor, y
así, crece y evoluciona.
En cuanto alguien escribe los cuentos, los petrifica y les im-
pide el crecimiento, los congela en una estructura. Esta vía oral,
tan frágil y poco rigurosa, estaba plena de espiritualidad, pues
inconscientemente, el narrador, sea éste una madre amorosa o
un trashumante trovador, transmitía imágenes conocidas, arque-
tipos enclavados en la profundidad de una imaginación popular
rica y sabia.
La alquimia del cuento
Viajero de tiempos y espacios, el cuento maravilloso vistió
diferentes ropas para ocultar una misma esencia: y su esencia
es sin lugar a dudas, como muchos estudiosos lo demuestran,
alquímica y transmutadora. La palabra alquimia según algunos,
proviene de Cam, que era el hijo de Noé, y habría sido el primer
artesano. Otros dicen que deriva de als, que es la sal, y quimia
que quiere decir fusión. Así, la alquimia indica la permutación
de la forma por la luz, el fuego o el espíritu, y éste es el verdade-
ro sentido de lo que se llama el “lenguaje de los pájaros”.
Eruditos como Paul Sain-Yves, autor del Astronomicon, tem-
pranamente desaparecido, y Jean de Vries, ven en ellos una
extraordinaria experiencia iniciática. Y la iniciación implica la
transposición hacia otros planos, ¡lo cual se parece mucho a la
idea de la muerte! Pasar hacia planos superiores es morir en
cierto sentido.Y es iniciarse.
5
Astrología
En la Astrología, la casa 8 del zodiaco es la casa de la muerte,
la transmutación y el cambio profundo, y sus regentes son Marte
y Plutón. La muerte, como la iniciación, es una labor de índole
plutoniana. Y el ocho, indicativo de la casa de la muerte, es la
imagen matemática del infinito y la base del caduceo mercurial.
Mercurio, ese dios de la mente y por lo tanto de la salud, es el
lenguaje mismo, y es a través de la palabra sagrada que el hom-
bre se transforma. Es la mente superior la que permite la trans-
formación del hombre inferior, a veces el animal, en el príncipe
u hombre superior, la transformación de la bella que muere en
una durmiente preparada para el despertar, o la transformación
incluso de dulces muñecos de jengibre en niños de carne y
hueso.Y más modernamente, es la transformación que permite
al Pinocho de pinotea, ser un niño responsable.
Plutón
También tiene Plutón una conexión íntima con el sexo, un tema
que está implícito también en numerosos cuentos de hadas,
como el cuento de Piel de Asno en donde se juega el tema del
incesto. Olvidado por el colectivo literario, el hombre moderno
no tiene acceso a la verdad profunda que las fábulas ocultan.
La característica curativa del cuento, es como la magia y la
psicoterapia, también dominio de Plutón, el planeta que acude
al subconsciente, lo destapa como un volcán en erupción, lo de-
rrama, lo modifica.Y si el carácter oral del cuento lo emparienta
con la tradición esotérica, su cualidad cíclica también lo une
a la cosmogonía, pues todo el movimiento de protagonistas y
escenas de maravilla en el cuento, van dirigidos a un mismo fin:
demostrar que el camino del iniciado necesita un período de
crisis, de putrefactio alquímica, para poder llegar a la sublima-
ción total de la materia. Basta, y esta es la esencia del acontecer
kármico de este mundo fenoménico en donde los astros nos li-
6
gan al ritmo, y el pensamiento, a la Verdad Última.
Plutón es el último planeta en ser descubierto en el cielo por
el hombre. Los antiguos lo intuían, pero no poseían instrumen-
tos para captar su imagen. Como se trata de un planeta que sim-
boliza lo escondido, lo misterioso, es él mismo una incógnita, y
a diferencia de los demás planetas, es dibujado de diferentes
formas. El glifo que indica el iniciado maestro Serge Reynaud
de Laferrière, resulta una maravillosa síntesis gráfica de las ana-
logías de Plutón
Al mirar este símbolo, podríamos casi imaginar un volcán, el
fuego interior de la tierra que emerge a través de una chimenea
geológica al expulsar la lava, esparciéndola sobre la superficie
del planeta. Así son también las fuerzas internas del hombre,
que emergen por el sutil conducto o Kundalini, hasta salir fuera
del ser... la fuerza psíquica que se transmuta en poder Espiritual
o Anapana.
Analicemos un poco más este dibujo. El centro es un círculo,
desde el cual la energía asciende, hacia la cabeza o Brama Run-
dra. La pequeña barra horizontal indica la separación del cuer-
po físico. Plutón está relacionado, como ya dijimos, con Marte.
Y en relación con él, es su octava superior, indicando Marte la
energía y Plutón el dinamismo violento, Marte la actividad y Plu-
tón la superpotencialidad. En la mitología grecorromana, Plutón
o Hades es el dios del submundo, dominio de los tristes desen-
carnados y de las fuerzas oscuras e incontrolables del hombre.
Y el satélite de este planeta, Caronte, es el siniestro barquero
que lleva las almas por el río Leteo, el río del Olvido, a los que
pasan al más allá. Como consecuencia del conocimiento mitoló-
gico, Plutón es entonces la memoria como Caronte es el olvido:
Ambos al servicio del renacimiento tanto como de la muerte.
A su vez recordaré, que el 8vo. Signo del zodiaco es morada
de Escorpio, que en un tiempo perteneció a dos constelaciones,
7
la Serpiente y el Águila. El escorpión al igual que la serpien-
te o el cocodrilo, era ya un símbolo de los colegios sagrados
del sur y del oriente, que fuera reemplazado por los iniciados
occidentales (de los colegios del norte) con el Tótem del águi-
la... El águila es también el símbolo del Fénix que renace de
sus cenizas. Escorpio es el águila de la transmutación hacia el
absoluto. Y Escorpio, según Saint Yves d’Alveydre, caracteriza
al hombre alquimista, que es capaz de transformación de las
fuerzas psíquicas en espirituales. Es pues, el paso del plomo al
oro.Y no es otra cosa el cuento de hadas, que la narración subli-
mada de una poderosa, exuberante transformación, que sólo se
logra después de fuertes pruebas, voluntad inquebrantable y
aprendizaje disciplinado.
Pero no es Plutón el único planeta relacionado con los cuentos
de hadas, que como en una danza cósmica, nos transmiten la
historia de la humanidad iniciática.
Si Plutón es alquímico y como tal está siempre presente en los
cuentos de maravilla, Neptuno es otra clave simbólica, porque
es el sueño, el ensueño, la magia y el engaño. Es el que mueve a
Aladino, a convocar al genio, es el que lleva a la Bella al palacio
de la Bestia, el que camufla o disfraza al anciano, al hada, a la
hilandera vieja. Es la mentira de la madrastra de Blanca Nieves
y también por supuesto, las ciudades sumergidas, las ciudades
encantadas. Caracteriza también la compasión y el amor sobre-
humanos que movilizan al héroe o la heroína. Y es Neptuno el
que logra que todos los protagonistas sean anónimos, que casi
de ninguno de ellos se conozca un nombre real, sino más bien
epítetos: la Bella, Blancanieves, Rosaflor, etc. Los héroes de los
cuentos de hadas son arquetípicos, tienen su morada natural en
la casa 12. Sin olvidar la relación de esta casa pisciana con el
subconsciente y con los pies. Neptuno es la devoción, la mística
y la revelación.
Es el amor celeste, y caracteriza las ciencias ocultas, rige lo
8
secreto, las cosas del mar, del subconsciente, y está presente en
los cuentos por cuanto éstos son también la representación de
los miedos y las fantasías arcaicas del ser humano. Es el sueño
de la bella, el hechizo del príncipe o del cuervo, la magia y la
hechicería.
Es la receptividad, también la locura, y está presente en el limo
original, en la negra materia primera, o en el agua primordial
o el polvo cósmico. Es la disolución o indiferenciación. Él es el
agua, los animales grandes, la confusión y el humo. Neptuno es
en fin, la maravilla.
De Neptuno se dice que es el “planeta de los fenómenos psí-
quicos, es el que permite alcanzar las esferas etéricas y hace
posible entender la música celestial”. Está presente en la acti-
vidad compasiva y amorosa del héroe o heroína, en su extrema
inocencia y su capacidad de ensueño, como la que muestra la
Cenicienta, o el mágico escenario en donde transcurre el cuen-
to de la Bella y la Bestia.
Plutón por lo tanto es provocador de dramáticos cambios, así
como Neptuno el sueño, el encierro y la traición, el amor, la pro-
fundidad subconsciente, pero será Urano el que trae la rápida
aparición y desaparición de hadas, objetos, castillos y situacio-
nes. Como el Deus ex machina de la tragedia griega, trae de
los sidéreos espacios la revelación súbita, los protectores y los
ángeles, las hadas y los genios o djinnas. Es también, el pensa-
miento sublimado, el proyecto fraterno o comunitario.
Para Serge Reynaud de Laferrière, Urano es “El Eter, el Azoth
de los Antiguos, el Prana de los Hindúes, el Mercurio filosofal
(es el planeta Urano que simboliza también la desintegración
del átomo, el plano que se desprende del mundo ) es el elemen-
to sutil que facilita el trampolín al plano mental que servirá para
alcanzar la Conciencia Universal.
9
Urano
En este nivel, Urano está emparentado por la Conciencia, su
esencia mental –es signo de aire– es lumínica. No es extraño en-
tonces que corresponda a elementos notables que irrumpen de
pronto, como animales parlantes, hadas, ancianos magos, etc.,
que pueden dar la luz, el brillo, el pensamiento repentino, la
salida inesperada.Y como es mente, octava superior de Mercu-
rio, es también Conciencia y supra consciencia. Urano es dentro
de la Revolución Francesa, la Libertad, como Libra la Igualdad
y Géminis la Fraternidad. Los tres signos de aire permean el
espíritu de uno de los acontecimientos dramáticos del devenir
histórico del hombre. Para la tradición esotérica, Urano corres-
ponde a la edad en que el principio del hombre recibía ya el es-
píritu Universal que planeaba sobre su todavía incipiente capa-
razón terrena. Esta relación con lo celeste lo une a la aparición
repentina de personas y circunstancias mágicas, y a menudo
irracionales.
Plutón, Neptuno y Urano, al decir de Don Necromand, ilustre
astrólogo francés, “están nítidamente emplazados en correla-
ción con las tres edades azoicas del globo, y nos conducen a la
aurora de la Vida”. Se consideran entonces ancestrales colabo-
radores de la formación del cosmos, de la tierra y del hombre,
por lo cual están presentes en cuentos arcaicos que a pesar de
sus múltiples ropajes siguen manteniendo la conciencia de su
ejemplarizante mensaje. Ellos caracterizan la estructura básica
de un cuento de hadas, que es también la narración de un ca-
mino iniciático, como las doce hazañas de Hércules, o la Odisea.
Saturno
El cuento de hadas es la narración de una serie de circuns-
tancias difíciles y poco felices. Será Saturno, presente en las
narraciones, el que representa los límites y obstáculos que lle-
van al héroe a perseguir su sueño o a obtener su redención. A
10
menudo está Saturno expresado en la figura de un maestro o
maestra, camuflado de anciano, o de Sabio. Indica el tiempo, es
Kronos de los Griegos, es el Padre–tiempo, es Brama para los
hindúes, o el Abraham para los hebreos. El valor numérico para
Brama como para Abraham, en la tabla gemátrica griega (no la
hebrea), es 144, número que lo emparenta con el término Zeós,
Zeus que también suma 144. Por otra parte Saturno es el Plomo,
metal cuyo número de electrones es igual a 82, y éste número
se obtiene del cuadrado de 9 + la unidad (81+1). Esto da en el
lenguaje oculto, el simbolismo del tiempo que es igual a 81 y es
también Kronos, es Dios, es el Abraham, el que empuja hacia el
cambio a través de las pruebas.
Este anciano limitador y aparentemente inflexible, es el impul-
sor del cuento. Sin pruebas, el aprendiz no inicia su camino, no
insiste en el aprendizaje, no acude al maestro, no se disciplina.
A veces el cuento tiene una presencia saturnina explícita, como
el anciano o la Hilandera, contrapartida de Kronos y hermana
de las Parcas. Otras veces es una circunstancia temporal, por
ejemplo los 100 años que transcurren en el sueño de la Bella o
los 100 años de Rip van Winkle, o el año de prueba que la Bestia
da al anciano. Y otras, en la forma de montañas, castillos inex-
pugnables como el de Rapuntzel, o el del ogro de Pulgarcito.
Saturno puede aparecer en figuras de ancianas, a veces delez-
nables, como la de Hänsel y Gretel.
A medida que nos acercamos a los planetas más personales,
nos encontramos con analogías más simples y directas. Sol y
Luna, representacion de los padres cósmicos, el Rey y la Reina, o
el Príncipe y la Princesa cuando logran su encuentro.Venus está
presente en la belleza de la protagonista, a menudo escondido
bajo cenizas, harapos o pieles como ocurre con la princesa de
“Piel de Asno”. Marte, es el arrojo, la valentía o las situaciones
de destreza que obligan al protagonista a tomar armas. Júpiter
es siempre la benevolencia, la tolerancia, el sentido filosófico y
ético, el contacto con lo religioso y lo místico.
11
Mercurio
Nada más mercurial, más hermético, que el mismo cuento. No
olvidemos que Hermes es Mercurio. Representante de la mente
y la conexión, es el Gato con Botas, es Pulgarcito, es Ulises con
sus astucias y su juego de nombres, es el sultán disfrazado que
camina por su ciudad. Puede ser un mensajero, un intermedia-
rio benéfico o negativo, el animal consejero, a veces la flor o la
rama dorada.
Adopta todos los disfraces, es dueño del habla y del silencio.
Es la conciencia de Pinocho, el grillo parlante, es el Hombre y
protagonista de la historia en su faz humana, es el que tiene la
cualidad de la conciencia de sí, sin sus recursos mentales no po-
dría tampoco llevar adelante la historia. Mercurio, hijo de Zeus
y Maia, (la diosa de la ilusión, que rige los fenómenos imperma-
nentes), es el dios que narra, el mensajero, el que lleva y trae, el
trashumante. Es pues, la fábula misma, lo que se habla.
El hilo narrativo del cuento de hadas ofrece circunstancias
interesantes: si habláramos desde el punto de vista astrológico,
sus principales puntos se caracterizan por las casas de agua,
emocionales, maleables y receptivas. Comienzan todos los
cuentos por un hogar, o por la falta del mismo, por una madre o
un padre ausentes.
Astrológicamente estaría representando la casa IV (Cáncer).
Luego, la caminata del héroe o la heroína en la búsqueda de un
tesoro, un reinado o un objetivo, pasa por diferentes casas hasta
hacer una crisis típica de la casa 12 (Piscis) y llega a la dolorosa
transformación (casa 8, Escorpio) que le permite en las alquí-
micas bodas (casa 7, Libra) ejercer una labor jerarquizada y en
donde se separa lo oscuro de lo claro(casa 6,Virgo) para llegar
por fin al éxito, el reino (casa V, Leo). Es un viaje que se realiza
en sentido sinistrógiro y al revés de lo que tradicionalmente se
conoce como casas zodiacales.
12
Cuando el sapo se transforma en príncipe, la princesa dormida
en una despierta doncella, cuando, en casa V, total y poderosa-
mente, el aprendiz adquiere la sabiduría maestra y encuentra el
centro, su morada, su contacto con el Yo Soy Superior, entonces
culmina el cuento. Esta casa que considero la verdadera finali-
dad del camino que preconizan los cuentos de hadas, posee un
número altamente significativo. No es pequeño su significado,
dice Cornelio Agrippa. Es el número de la Creación, es base
de la principal construcción sagrada, es decir el Templo de la
Sabiduría, que es imagen del Universo. Presente en el número
de oro, o sección áurea, representa al hombre integrado, cons-
ciente de sí mismo y dominador de sus potencialidades. Es la
primer suma del primer número par y el primer impar, está por
lo tanto compuesto como varón y hembra.
Es también, el omfalos, el ombligo, y se sabe en el estudio
de proporciones sagradas, que el ombligo divide el cuerpo hu-
mano adulto según la razón 1,618. Es en el omfalos en donde
el hombre acude a su centro interno, es en Delfos, el omfalos
en donde el griego acudía para obtener respuestas divinas, el
oráculo sacratísimo.Y en la palabra “ombligo” castellana, se ad-
vierte el pasaje de la sílaba bija, la sílaba “om”, el sonido con la
cual comienza el mundo...
Con la llegada a la casa V, el cuento tiene su feliz final. Como
un ejemplo de Alquimia, esa ciencia nacida en Oriente, patria
al mismo tiempo del misterio y la maravilla, se fue expandiendo
por occidente a través de tres grandes vías: bizantina, medite-
rránea e hispánica.Y el cuento de hadas viene de su abrazo.
Hay piedras que se resquebrajan al tratar de labrarlas.
En cierta ocasión un masón se encontró a un joven que salía
de una tenida de exaltación. El joven le dijo: ahora rehuyó, a
estos hombres, porque sólo se ocupan de trivialidades. ¡He per-
manecido aquí por años para iluminarme de su sabiduría, y me
13
ofrecen un cuento infantil! Pensé que esto sería más serio.
El masón autentico le dijo al joven, hay mil libros, todos escri-
tos para ilustrar un millar de mentiras, y la humanidad las toma
como verdades. Sin verificar nunca, su autenticidad.
Hay un solo cuento que contiene un millar de verdades dentro
del mismo relato. Si no fuese porque muchos piden la aparien-
cia antes que la relevancia, la primera frase de una simple histo-
ria de niños sería suficiente para instruir al hombre. Es debido
a que los aspirantes a masones son de tan pobre calidad por
lo que los verdaderos masones tienen que repetir, remarcar, y
hacer como en este, relatos voluminosos que de otro modo el
aspirante a masón no sería incapaz de ver, si no fuera tan re-
petitivo; tal vez a tanto repetir algo comprenderán. Temiendo
ahora, cualquier forma de profanación, los verdaderos masones
siempre se han impuesto la disciplina del silencio.
Solamente han hablado imponiéndose una prudente reserva
y únicamente en presencia de masones probados, no con cual-
quier tipo de masón. Sin embargo, la verdad masónica debía
de ser puesta al alcance de quienes la pretenden y están en
condiciones de apreciarla. Asi la masonería, la ha puesto en di-
ferentes medios, como los poemas, cuentos, historias, etc. que
contienen enseñanzas masónicas a veces velada.
14
CAPERUCITA ROJA, SIMBOLOGÍA ESOTERICA
Caperucita Roja: nuestro chakra muladara, centro de control
de la sexualidad, se relaciona al color rojo, debido al tipo de
Energía Pránica que maneja, por eso se habla de Caperucita
Roja.
Ese chakra es el encargado de dotar al cuerpo de la energía
vital; en él reside la energía de mayor potencial en nuestro pro-
pio organismo. Se encuentra allí el fuego generador que nos da
la vitalidad, la fuerza, la resistencia y la eterna juventud.
Cuando derrochamos esa energía sexual, vamos pasando
por estados de enfermedad, decrepitud y hasta la mal llamada
muerte, es decir, ya nuestra materia no sirve y tenemos que re-
emplazarla por otra más nueva.
15
La mamá de caperucita: la conciencia de cada uno de nosotros,
le pide que le lleve el alimento a la “abuelita”: miel, pasteles,
frutas, el fuego generador contiene el Alimento para darle vita-
lidad al Ser.
La abuelita: el hombre en evolución, que avanza de aquí para
allá, y se deja llevar a veces por las cosas aparentes, que ha he-
cho mal uso de esa energía, se ha dejado llevar por sus pasio-
nes, tristezas, dudas, miedo, ambición, egoísmo. Y lógicamente
al hacer mal uso de la energía y se deja llevar por las cosas
aparentes, su cuerpo se deteriora, cae enfermo, vive en el dolor,
soledad, pobreza.
Caperucita se tropieza en el bosque con el lobo:el espectro del
umbral. Nuestro ego, el demonio que llevamos dentro, que trata
por todos los medios de impedir nuestra evolución. Es nues-
tra personalidad, conjunto de nuestros Temores, Dudas, Odios,
Resentimientos, Deseos. El que nos mal aconseja, que nos dice
que estamos cansados, que hoy no vamos a meditar porque es
domingo, que no nos levantemos tan temprano porque no hay
necesidad, que durmamos media hora más, nos lleva a la laxi-
tud, sibaritismo, que nos dice:“¡tomate otra copita de vino! Por-
que te alimenta, no te hace daño”;“cómase la carne, ¡eso que le
va a hacer daño!”, que nos incita a criticar, a condenar, a sentir
resentimientos y odios, nos lleva a la lujuria, impulsos sexuales
mal canalizados.
Y le pregunta a Caperucita para dónde va, y Caperucita le
dice voy a llevarle el alimento a mi abuelita que está muy enfer-
ma. Y el lobo como es astuto y suspicaz, la convence para que
tome el camino más largo, y en medio de su inocencia, ya que
no Discrimina, no Piensa, simplemente tiene la función de Dar,
de Ayudar, de Elevar, de Nutrir, toma ese camino, y resulta ser
el más largo.Y aprovecha el lobo para llegar muy pronto donde
la abuelita y se la devora de un bocado.
16
Es cuando el ego toma posesión de nuestra materia. A veces
dejamos que el lobo nos devore, nos dejamos absorber y es el
que comienza a dirigirnos.
Cuando Caperucita llega a visitar a su abuelita se siente ex-
trañada de verla tan cambiada. Que también es lo que ocurre
cuando el ser humano hace mal uso de su propia energía y se
llena de resentimientos y odios. Y por eso ella la encuentra tan
cambiada, con esas orejas tan largas, la boca muy fea y grande,
unos ojos negros horribles, y ella le pregunta: ¿Abuelita, porqué
esos ojos, orejas y boca tan grandes? Y el Lobo le va respon-
diendo: Para verte, oírte y finalmente comerte mejor. Induda-
blemente el lobo lo que pretende es aniquilar esa energía, y
termina devorándola para poder continuar adelante. Es decir,
queda Caperucita, sin la posibilidad de cumplir su cometido
para el cual fue creada.
Sin embargo aparece un CAZADOR.Y entra a la casa y encuen-
tra al Lobo con semejante panza, y le abre el estómago al lobo y
libera a la Abuelita y a Caperucita.
Ese cazador es nuestro ser divino, nuestra chispa divina, nues-
tro ángel solar, nuestro ser superior. Y en ese momento nueva-
mente es cuando sentimos y recibimos el llamado de nuestra
esencia más recóndita, y empezamos a hacer buen uso de la
energía, recuperamos nuestra herencia y retomamos el camino
inicial hacia nuestra propia realización.
17
LA VERSIÓN REAL DE ‘CAPERUCITA ROJA’ ES DEMASIADO OSCURA
PARA LOS NIÑOS
Rusty Epstein
“Érase una vez”: probablemente hayas escuchado esas pala-
bras al comienzo de una historia con tanta frecuencia que sabes
exactamente lo que va a suceder: un poco de magia, una situa-
ción inquietante, tal vez incluir una princesa y algunos animales
que hablan y estás en camino a un feliz para siempre.
Pero los cuentos de hadas no siempre fueron las historias boni-
tas para niños a las que estamos acostumbrados hoy. Hace cien-
tos de años, cuando se escribieron por primera vez, estas histo-
rias a menudo tenían una narrativa más oscura de lo que puedas
imaginar. Uno, en particular, fue especialmente espantoso...
18
Todos conocemos la historia de “Caperucita Roja”. Una niña
va camino a casa de su abuela, se encuentra con un lobo, el lobo
se disfraza de su abuela y luego se come a la niña cuando llega
a la casa. Pero esa no es toda la historia...
Resulta que “Caperucita Roja” se remonta a cientos, incluso mi-
les de años. Y esas primeras versiones no eran los pintorescos
cuentos de hadas de “peligro extraño” con los que estamos fa-
miliarizados hoy. Eran mucho, mucho más oscuros.
Siglos antes de que los hermanos Grimm hicieran lo suyo,
hubo otro narrador legendario que probó la historia. La primera
versión registrada de la historia provino del propio Esopo.
Allá por el año 600 a. C., cuando Esopo estaba haciendo lo
suyo, probó suerte con una fábula que algunos llaman el origen
de la historia de “Caperucita Roja”. Los lobos eran los favoritos
de Esopo, después de todo. ¿Recuerdan “El niño que gritó lobo”
y “El lobo con piel de oveja”?
Ahora nos hallamos a 2.000 años después en la dinastía Qing
de China, y finalmente obtenemos la primera versión que se
asemeja al cuento de hadas moderno que los padres les cuen-
tan a sus hijos hoy. Pero no es tan alegre como la historia a la que
estamos acostumbrados...
En la versión china, llamada “abuela tigre” o “tía abuela ti-
gresa”, no hay lobo, es un tigre. La historia dice así: una madre
deja a sus hijos en casa una noche, advirtiéndoles que no dejen
entrar a ningún extraño. Pero poco después, escuchan un golpe
en la puerta...
El tigre está ahí, haciéndose pasar por la abuela de los ni-
ños. (Es bastante grosero que los niños piensen que su abuela
parece un animal salvaje, pero es una fábula, así que lo deja-
remos atrás). Una vez que su “abuela” está adentro, los niños
19
comienzan a notar cosas extrañas en ella.
Rápidamente comienzan a señalar las extrañas características
físicas de la criatura que finge ser su abuela. Podemos supo-
ner que fue algo así como, “Abuela, ¡qué rayas tan grandes tie-
nes!” Muy observadores, niños.
Pero una vez que están en la oscuridad, las cosas empeoran. El
niño mayor escucha crujidos y mordiscos y pide un bocadillo
de la “abuela”. Pero lo que el tigre le da es completamente in-
esperado...
A la hija mayor se le entrega uno de los dedos de sus hermanos. El
tigre ata al niño con una cuerda y la niña se da cuenta de que los han
engañado. ¡No será un lío divertido de limpiar en la mañana! Pero el niño
tiene un truco bajo la manga...
La niña elabora un plan y atrae al tigre al bosque donde, según
la versión, ahoga, apuñala o quema a la bestia hasta la muer-
te. Suena más como el final de un episodio de Game of Thrones,
¡no como un cuento de hadas para niños!
Un escritor francés, Perrault, adaptó esta versión a su propia
historia en la que un lobo vestido como su abuela se come a una
niña. ¿Te suena familiar todavía? Perrault quería ser absoluta-
mente claro sobre su moraleja intencionada con esta historia:
¡mantente alejado de los extraños!
¿Y por qué un lobo en lugar de un tigre? Perrault pensó que los lobos
tenían rasgos espeluznantes, parecidos a los humanos, que pensó que
funcionaban bien con la historia. Los lobos pueden ser silenciosos y
furtivos para engañarte con una falsa sensación de seguridad. ¡No los
llaman lobos con piel de oveja por nada!
Y finalmente llegamos a la versión que todos conocemos y
amamos: los hermanos Grimm. Este Little Red es el que ha apa-
20
recido en innumerables películas y programas de televisión,
como Shrek, Into The Woods y Hoodwinked. Pero esta versión
tiene un final que puede sorprenderte...
21
En el cuento de Grimm sobre “Caperucita Roja”, una vez que
el lobo se traga enteras a la Pequeña y su abuela, parece que
todo está perdido, un leñador que pasa se da cuenta de que
algo extraño sucede en la casa.
Él irrumpe adentro para encontrar al lobo dormido y le abre el
estómago, dejando que Little Red y la abuela caigan al suelo. Tal
vez debería haberlo comprobado dos veces para asegurarse
de que no era la casa del lobo, pero lo dejaremos pasar.
Otras versiones del folclore en realidad cambian el final para
que Little Red prevalezca sobre el lobo usando su ingenio para
burlarlo. Pero otro autor tenía una idea diferente en mente.
El escritor francés Charles Marelles hizo una grieta en la histo-
ria, pero esta vez, la abuela se robó el espectáculo. En su histo-
ria “Caperucita de oro”, la abuela sale a comprar algunas hier-
bas antes de que llegue el lobo, dejándolo con una sorpresa...
Cuando llega Caperucita Dorada, intenta morderle la cabeza,
¡pero su capa mágica lo detiene! En ese momento, Granny en-
tra para salvar el día y atrapa al lobo en un gran saco. Pero esa
no es la única reinterpretación que ha visto el cuento de hadas
clásico.
La historia de “Caperucita Roja” sigue siendo tan popular que
los ejecutivos de Hollywood incluso hicieron una película de
gran éxito sobre ella en 2011. Protagonizó a Amanda Seyfried
como una mujer joven que protege a su ciudad de un hombre
lobo salvaje.
A medida que los narradores continúen adaptando la historia
a su manera, es probable que Little Red siga existiendo durante
mucho, mucho tiempo. De hecho, es por eso que otros clásicos
actuales de Disney eventualmente llegaron a los cines: fueron
modificados desde sus siniestros orígenes.
22
EL CUENTO DE PINOCHO Y LA MASONERÍA
Spacey Demon - Herbert Oré B.
Varias generaciones recuerdan a Pinocho por ser el protago-
nista de la película de animación de Disney, pero existen va-
rias películas sobre este personaje. Pinocho es para el pueblo
italiano, uno de los personajes más queridos que tiene de su
literatura. Desde que sus aventuras se publicasen en el perió-
dico a finales del s. XIX, se han hecho varias versiones del niño
de madera que quería ser un humano. Asi Matteo Garrone ha
querido aportar su granito de arena y produjo una nueva versión. En él
vemos a Geppetto, interpretado por Roberto Benigni, que escul-
23
pe una marioneta de madera con forma de niño. El hombre se
asusta cuando su creación le dice “Papá”. A partir de ese mo-
mento, el carpintero lo adopta como su hijo y le enseña cómo
debería comportarse. A pesar de los esfuerzos, Pinocho se deja
llevar por el mal camino, lo que hace que su nariz crezca ante
las mentiras que tiene que decir. Esto podría poner en peligro
su sueño de convertirse en un niño de verdad si no cambia su
actitud pronto. Esta versión en diferente a la película de Disney
y en mi modesto entender se acerca más al libro, pero tampoco
refleja a la idea original de su autor Collodi.
EL CUENTO DE PINOCHO
La mayoría de los cuentos encierran mensajes ocultos, algunos
de ellos que inclusive, no conocemos aún a cabalidad todas las
implicaciones que encierran, sus enseñanzas si bien se enca-
minar a una moral, también implican enseñanzas psicológicas
de transformación. El cuento de Pinocho no es la excepción, en
este artículo trataremos de decodificar los rasgos de este cuen-
to, hoy conocido por millones, y se ha adaptado fácilmente a
casi todas las culturas.Y está impreso en la formación psicológi-
ca de muchos seres humanos, pero no conocen que Pinocho fue
una creación de un masón.
Para entender el cuento Masónico de “Pinocho”, inmortaliza-
do en el cine por Disney, debemos remontarnos a la Italia del
siglo XIX y dedicar unas líneas a su autor, Collodi.
Carlo Collodi (Carlo Lorenzini) nació en Florencia en 1826.
Influido por los ideales políticos de Giusseppe Mazzini, Collodi
plasmó en sus obras la doctrina liberal de este gran líder de la
Italia Unificada.
La influencia de Mazzini en los literatos era evidente, ya que
este insistía que debían influir filosóficamente en sus lectores,
creando conciencias y educando al pueblo.
24
Al igual que muchos literatos, Carlo Collodi ingresó a la Ma-
sonería a mediados del siglo XIX. Esta organización fue otra in-
fluencia importante en la obra de este autor, y en su obra más
notable (“Pinocho”) encontramos interesantes simbolismos ini-
ciativos que son el objeto de estudio de este artículo.
La nueva Italia unificada al igual que el resto de Europa tenía
una fuerte influencia masónica, dado que sus grandes líderes
(Garibaldi y Mazzini) pertenecían a esta fraternidad. El Papa
por fin había sido arrinconado en un rinconcito de Italia, el Vati-
cano, que era lo poco que quedaba de los enormes Estados Pon-
tificios. Sin embargo, aunque la Religión Católica estaba siendo
atacada, el espíritu de Cristo seguía vigente y como bien dijo
un francmasón italiano “en aquel tiempo de resurgimiento se
sentía la necesidad de conciliar a Cristo y a la Masonería, la
iglesia y la sociedad secreta”.
25
En este convulsionado contexto italiano, Collodi escribió “Le
avventure de Pinocho”, publicado en 1882. Un análisis super-
ficial de la obra nos revela una apología de la educación del
pueblo y una denuncia del vicio y la holgazanería, Gepetto ha-
bía pasado toda su vida deseando un hijo (deseo real), es por
eso que al ver brillar en el cielo la Estrella Azul pidió con todo
fervor que su deseo le fuera concedido (contactar con algo de
nivel superior). Aquella noche, mientras Gepetto dormía, hizo
su aparición el Hada Azul y dio la vida al muñeco advirtiéndole
que debía portarse bien para llegar a ser un niño de verdad.
Para que le aconsejase sobre su comportamiento nombró a Pe-
pito Grillo conciencia de Pinocho.
El muñeco de madera que cobraba vida era amoral, tonto y
estúpido, carecía de consciencia objetiva, y un personaje se-
cundario (Pepe Grillo) intenta aconsejarlo y convertirse en la
voz de su conciencia externa. En la obra original, Pinocho se
molesta con su compañero y lo aplasta y mata de un manotazo.
Detrás de la historia de Pinocho hay “otra” historia, con un pro-
fundo contenido iniciativo y espiritual que Collodi –al igual que
otros escritores de cuentos clásicos– supo manejar con maes-
tría.
SIMBOLISMOS FRANCMASÓNICOS DEL CUENTO
En el cuento original, es el carpintero Maese Cereza quien
descubre un trozo de madera que lloraba y reía como un niño:
“Pues, señor, es el caso que, Dios sabe cómo, el leño de mi cuento
fue a parar cierto día al taller de un viejo carpintero, cuyo nombre
era Maese Antonio, pero al cual llamaba todo el mundo Maese
Cereza, porque la punta de su nariz, siempre colorada y relucien-
te, parecía una cereza madura. Cuando maese Cereza vio aquel
leño, se puso más contento que unas Pascuas.Tanto, que comenzó
a frotarse las manos, mientras decía para su capote:
26
-¡Hombre! ¡Llegas a tiempo! ¡Voy a hacer de ti la pata de una mesa!
Dicho y hecho; tomó el hacha para comenzar a quitarle la corteza
y desbastarlo. Pero cuando iba a dar el primer hachazo, se quedó
con el brazo levantado en el aire, porque oyó una vocecita muy
fina, muy fina, que decía con acento suplicante:
-¡No! ¡No me des tan fuerte!”
Ya se imaginaran el susto que tuvo Maese Cereza, por lo que
regala el pedazo de tronco a su amigo Gepeto, el cual lo acepta
para construir un muñeco maravilloso, que sepa bailar, tirar a
las armas y dar saltos mortales.
Pinocho fue la creación del Maestro Carpintero Gepetto, quien
elaboró a partir del leño (la materia prima) una obra de arte.
El trabajo fue realizado con amor profundo, que fue canalizado,
para lograr dar vida al muñeco de madera,“un hombre de bue-
na madera” como manifiesta el dicho popular, que equivale a
decir un hombre con virtudes. La idea básica es independiente
a si es piedra o madera. En el sentido alegórico la madera per-
tenece a un reino superior al mineral.
“Cuando ya las piernas se fueron soltando, Pinocho empezó pri-
mero a andar solo, y después a correr par la habitación, hasta que
al legar frente a la puerta se puso de un salto en la calle y escapó
como una centella.
El pobre Gepeto corría detrás sin poder alcanzarle, porque aquel
diablejo de Pinocho corría a saltos como una liebre, haciendo sus
pies de madera más ruido en el empedrado de la calle que veinte
pares de zuecos de aldeanos.
-¡Atrápenlo, atrápenlo!- gritaba Gepeto; pero las personas que en
aquel momento andaban por la calle, al ver aquel muñeco de
madera corriendo a todo correr, se paraban a contemplarle en-
27
cantadas de admiración, y reían, reían, reían como ya te puedes
imaginar.
Afortunadamente un guardia de orden público acertó pasar por
allí, y al oír aquel escándalo creyó que se trataría de algún apren-
diz travieso que habría levantado la mano a su maestro, y con
ánimo esforzado se plantó en medio de la calle con las piernas
abiertas, decidido a impedir el paso y evitar que ocurrieran más
desgracias.
Cuando Pinocho vio desde lejos aquel obstáculo que se ofrecía a
su carrera vertiginosa, intentó pasar por sorpresa, escurriéndose
entre las piernas del guardia; pero se llevó chasco.
El guardia ni tuvo que moverse. La nariz de Pinocho era tan enor-
me que se le vino a las manos ella solita. Le atrapo, y le puso en
manos de Gepeto, quien quiso propinar a Pinocho, en castigo de
su travesura, un buen tirón de orejas.
Pero figuraos qué cara pondría cuando, al buscarle las orejas, vio
que no se las encuentra. ¿Sabéis por qué? Porque, en su afán de
acabar el muñeco, se había olvidado de hacérselas.
Entonces le agarró por el cuello, y mientras lo llevaba de este
modo, le decía mirándole furioso:
-¡Vamos a casa! ¡Ya te cobraré allí las cuentas!
Al oír estas palabras se tiró Pinocho al suelo y se negó a seguir
andando. Mientras tanto iba formándose alrededor un grupo de
curiosos y de papanatas.
Cada uno de ellos decían una cosa.
-¡Pobre muñeco! -decían unos-. Tiene razón en no querer ir a su
casa. ¡Quién sabe lo que hará con él ese bárbaro de Gepeto!
28
Otros murmuraban con mala intención:
-Ese Gepeto parece un buen hombre; pero es muy cruel con los
muchachos. Si le dejan a ese pobre muñeco en sus manos, es ca-
paz de hacerle pedazos.
En suma, tanto dijeron y tanto murmuraron, que el guardia, dejan-
do en libertad al muñeco, se llevó preso al pobre Gepeto, el cual,
no sabiendo qué decir para defenderse, lloraba como un becerro;
cuando iba camino de la cárcel, balbuceaba entre sollozos:”
Pinocho tenía vida pero, sin embargo, carecía de libre albe-
drío pues estaba dormido. Desconocía el sendero de la virtud y
la liberación, pues era un “muerto viviente”.
Disney nos da una lección magistral en la representación tea-
tral que Pinocho hace en teatro de marionetas, donde recibe
grandes aplausos y se siente muy contento por ser reconoci-
do; será de esta forma que muestra abiertamente su vanidad,
como un “Ego” sobresaliente que nos hace débiles y nos incita
a representar nuestro falso Yo ante los demás. Después de la
actuación lo encierran en una jaula, ya que su representación,
aunque a simple vista puede parecer adecuada para mostrar la
petulancia del “Yo”, nos somete al ensueño y esclaviza al alma.
En consecuencia, el dejarnos llevar por la vanidad, por el orgu-
llo y el amor propio puede otorgarnos un momentáneo placer
mas, a la larga, producirá desvarío y dolor.
Lamentablemente, la mayoría de los seres humanos son como
Pinocho. Siguen el camino fácil y no saben que existe algo me-
jor. En eso, todos somos como Pinocho.
“La verdad es que hay sólo dos clases de hombres en todo el
mundo: los pocos que se han dado ya cuenta del poderoso es-
quema divino, y la inmensa masa que todavía no lo conoce. Los
últimos viven para ellos mismos, y están muy esclavizados por
29
sus pasiones; los primeros viven para Dios y para la evolución,
que es Su Voluntad, ya se llamen budistas o indos, musulmanes
o cristianos, librepensadores o judíos”.
Pinocho es esclavo de sus “agregados psicológicos” o “yoes”
y sus mentiras hacen que le crezca la nariz y más tarde orejas
de burro. Es decir, la vida descarriada y la mentira lo lleva a un
retroceso a lo involutivo ANIMAL, donde la nariz que crece re-
presenta las ataduras terrenales, la materialidad. (Un agregado
facial).
Una y otra vez Pinocho recoge lo que siembra. Sus malas ac-
ciones lo llevan a una vida desgraciada, donde el muñeco de
madera paga con sufrimiento el karma generado. Cuando la
vida de Pinocho no podía ser más insoportable, es tragado por
una ballena. Este episodio nos recuerda a Jonás, que fue engu-
llido por un pez gigantesco, morando en su interior tres días y
tres noches. Indudablemente alli hay una clave iniciática que
por generaciones desde las culturas clásicas se ha repetido con
todos los heroes de la mitología.
Esta parte de la adaptación de Disney es muy diferente al
cuento original. Disney hace que una ballena se trague a Pino-
cho, mientras que Collodi dice que es un dragón.
“¡Figuraos cómo latiría el corazón del pobre Pinocho! Redobló sus
esfuerzos para nadar más de prisa en dirección del islote blanco, y ya
habría avanzado una mitad de la distancia, cuando he aquí que vio salir
del agua la horrible cabeza de un monstruo marino con la boca abierta,
que parecía una caverna, y tres filas de dientes que hubieran causado
miedo con sólo verlos pintados.
¿Sabéis quién era aquel monstruo marino?
Pues aquel monstruo marino era nada menos que el gigantesco
dragón de que se ha hablado varias veces en esta historia, y que
30
por su insaciable voracidad venía causando tales estragos por
aquellos mares, que se le llamaba el “Atila de los peces y de los
pescadores”.
El mar de bronce.
Disney que era un masón, consideró que el interior de la ba-
llena representa la cámara de reflexiones masónica, el descen-
so al centro de la Tierra, el VITRIOLO Es importante recordar
las palabras de Mateo 12:40: “Porque como estuvo Jonás en el
vientre del gran pez tres días y tres noches, así estará el Hijo
del Hombre en el corazón de la tierra tres días y tres noches”. El
Hijo del Hombre que también –al igual que Pinocho- era hijo de
un MAESTRO carpintero.
A luz de la vela, Pinocho medita sobre su suerte y decide cam-
biar, dejando atrás su pasado de inconsciencia.
En el cuento original de Collodi Pinocho y su padre salen de
las entrañas del dragón caminando:
“Pinocho tomó la mano de su padre, y andando siempre sobre la
punta de los pies, consiguieron llegar otra vez a la garganta del
monstruo.
Atravesaron toda la lengua, y salvaron las tres filas de dientes. An-
tes de saltar al agua dijo a su padre el muñeco.
-Monta a caballo sobre mi espalda y agárrate fuerte. ¡Todo lo
fuerte que puedas! De lo demás me encargo yo.
Así lo hizo Gepeto.Y el gran Pinocho, valiente y seguro de sí mis-
mo, se arrojó al agua y empezó a nadar vigorosamente. El mar
estaba tranquilo como un lago; la luna llena esparcía su pálida luz
de plata, y el dragón seguía durmiendo con un sueño tan profun-
do, que no le hubieran despertado cincuenta cañonazos.”
31
En la versión de Disney, finalmente el muñeco es expulsado
por la ballena y sale al mar abierto, el agua actúa como ele-
mento purificador, limpiando interna y externamente a Pinocho.
Sabemos que cuando alguien es sumergido en una corriente
de agua, renace a una vida nueva. Esta costumbre es común a
muchos cultos religiosos y sobrevive en nuestros países latinos
en el sacramento católico del bautismo.
LA MUERTE MÍSTICA.
Pinocho no sobrevive a la furia del océano y finalmente se aho-
ga. Esta muerte del muñeco es la “muerte mística” del profano
al ser iniciado. Este deceso se repite en otros cuentos infantiles
(Blanca nieves, la Bella Durmiente, etc.) y es el prólogo de un
renacimiento: el nacimiento segundo del cual habla Cristo en
Juan 3:3-10: “De cierto te digo, que el que no naciere de nuevo,
no puede ver el Reino de Dios (...) el que no naciere de agua y
el Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios”. Al volver a la
vida, Pinocho pasa a un estado superior, el mismo que podemos
apreciar en el relato del “patito feo”. Como hemos notado, en el
relato de Pinocho se narran las desventuras del Muñeco Profano
que no puede controlar su destino pues es esclavo de sus pasio-
nes y su renacimiento como Humano Iniciado.
En el cuento original Pinocho no muere en el mar, es salvado
por su amigo el bacalao.
“Ya estaba casi desmayado, y empezaban a hundirse los dos,
cuando oyeron una voz de guitarra desafinada que decía:
-¿Quién es el que se muere?
-¡Soy yo y mi pobre papá!
-¡Yo conozco esa voz! ¡Eres Pinocho!
32
-¡El mismo! Y tú, ¿quién eres?
- Yo soy el bacalao, tu compañero en la barriga del dragón.
-¿Cómo has conseguido escapar?
-He imitado tu ejemplo.Tú me has enseñado el camino, y yo no he
hecho más que seguirte.
-¡Oh, querido bacalao; no has podido llegar más a tiempo! ¡Por
nuestra amistad, por la salud de la respetable bacalada, tu mujer,
y de tus bacalaítos, te ruego que nos ayudes, porque si no estamos
perdidos!
-¡Pero, hombre! ¡Pues ya lo creo! ¡Con mil amores! ¡Agárrense a
mi cola y déjense llevar! ¡En cuatro minutos los llevaré a la orilla!
Ya se imaginarán que padre e hijo se apresuraron a aceptar la
amable invitación del buen bacalao; pero en vez de agarrarse a
la cola, creyeron mucho más cómodo sentarse encima de él, pues
era un bacalao mucho mayor que los corrientes y con una fuerza
tan grande, que era campeón de boxeo en su pueblo.
-¿Pesamos mucho?— le preguntó Pinocho.
-¡Hombre! ¡Absolutamente nada! ¡Me parece llevar encima dos
conchas de almeja!- respondió el complaciente bacalao.
Al llegar a la orilla saltó Pinocho el primero, y ayudó a su papá a
hacer lo mismo”.
Luego de la “muerte mística”. La labor de adaptación del
cuento de Carlo Collodi al cine fue realizada magistralmente
por Walt Disney. Éste respetó la esencia del cuento, pero trans-
formó a Pinocho en un muñeco más querible que el descrito por
su autor en 1882.
33
Vale la pena volver a ver “Pinocho” y descubrir el maravilloso
contenido espiritual de sus locas aventuras. “Muerto viviente”
es el adjetivo que utilizan algunos esoteristas (H.P. Blavatsky,
Gurdjieff, Ouspensky, Leadbeater, Judge, etc) para denominar
a los profanos que parecen vivos pero, en realidad, están dor-
midos.
En “El Credo Cristiano” Ver Jonás 1:17. Jonás significa “Palo-
ma” o “Mensajero de Dios”.
Sobre el simbolismo de la ballena de Jonás, dice H.P. Blavats-
ky en “Isis sin velo”: “A los animales que hoy los naturalistas
llaman cetáceos, los designaban los antiguos con el nombre ge-
nérico de Cetus, forma latinizada del griego Keto, equivalente a
Dagon o Poseidón, cuyo elemento femenino era la Atargatis asi-
ria, conocida también por Venus ascalonita o Astarté, cuya ima-
gen llevaban los buques en el mascaron de proa. Los cabalistas
dicen que Jonás era un sacerdote escapado del templo donde
se veneraba la paloma, por haber intentado abolir la idolatría y
establecer el culto monoteísta. Que sus perseguidores le pren-
dieron cerca de Jaffa y lo encerraron en una celda carcelaria
del templo de Dagon, cuya figura de hombre-pez dio origen a
la leyenda”.Véase el evangelio apócrifo “Historia arabe de José
el carpintero”. Esos “tres días y tres noches” son los que perma-
neció Cristo en el sepulcro y luego resucitó.“resucitar entre los
muertos significa, pues, algunas veces simplemente reencarnar
o recurrir, otras tomar la primera gran iniciación, según el rito
Escocés, y otras tomar aquella iniciación aún más alta que per-
mite al hombre escapar por completo de la fantasía, el samsara,
como la llaman los budistas.
Disney nos muestra una ballena furiosa, que se abalanza sobre
los fugitivos destrozando la balsa de un coletazo. Gepetto que
estaba demasiado fatigado para nadar, pidió a Pinocho que se
salvara él solo. Pero el muñeco de madera lleva a su padre hasta
la orilla, consiguiendo salvarle a cambio de su propia vida.
34
Mientras Gepetto lloraba la muerte de Pinocho, se apareció el
Hada Azul y recompensó el heroísmo del muñeco devolviéndo-
le la vida y transformándolo en un niño de verdad.
El final del cuento de Collodi es mucho más rico en simbolo-
gía que el propuesto por Disney.
“En vez de velar aquella noche hasta las diez, Pinocho estuvo tra-
bajando hasta después de medianoche, y en vez de ocho canastos
hizo dieciséis.
Después se acostó, y se quedó dormido.Y mientras dormía, le pa-
reció que veía en sueños a su Hada, bella y risueña, que le decía,
después de haberle besado cariñosamente.
-¡Muy bien, Pinocho! ¡Por el buen corazón que has demostrado
tener, te perdono todas las travesuras que has hecho hasta hoy!
Los muchachos que atienden amorosamente a sus padres en
la miseria y en la enfermedad, merecen siempre ser queridos,
aunque no se los pueda citar como modelos de obediencia ni de
buena conducta. Ten juicio en adelante, y serás feliz.
En este momento terminó el sueño y despertó Pinocho.
Ahora imagínense cuál sería su sorpresa cuando, al despertar, se
dio cuenta que ya no era un muñeco de madera, sino que se había
convertido en un chico como todos los demás.
Miró en torno suyo, y en vez de las paredes de paja de la cabaña,
vio una linda habitación amueblada con elegante sencillez. Salió
de la cama y se encontró con un lindo traje nuevo, una gorra nueva
y un par de preciosos zapatos de charol.
Apenas se hubo vestido, sintió el natural deseo de registrar los
bolsillos; y al meter la mano, encontró un portamonedas de marfil
que tenía escritas las siguientes palabras: “El Hada de los cabe-
llos azules devuelve a su querido Pinocho los cuarenta monedas
35
de cobre, y le agradece mucho su buena acción”.
Cuando abrió el portamonedas, en vez de cuarenta monedas de
cobre encontró otras cuarenta relucientes monedas de oro.
Luego, fue a mirarse al espejo, y le pareció ser otro. No vio ya
reflejada en él la acostumbrada imagen del muñeco de madera,
sino la imagen viva e inteligente de un lindo muchacho con los
cabellos castaños, los ojos celestes y con un aire alegre y festivo
como la pascua florida.
En medio de tan maravillosos sucesos, ya no sabía Pinocho si todo
era realidad o estaba soñando con los ojos abiertos.
-¿Dónde está mi papá? —gritó poco después; y entrando en una
habitación contigua, encontró al viejo Gepeto sano, listo y con su
antiguo buen humor, que habiendo vuelto a su oficio de tallista,
estaba dibujando una preciosa cornisa adornada de hojas, de flo-
res y de cabezas de diversos animales.
-¡Papá mío! Dime, por favor, ¿qué quiere decir todo esto?
-¿Cómo se explican estos cambios tan imprevistos?—le preguntó
Pinocho, saltando a su cuello y cubriéndole el rostro de besos.
-Todos estos cambios imprevistos son debidos a tus méritos.
-¿Por qué a mis méritos?
-Porque cuando los muchachos se convierten de malos a buenos,
tienen la virtud de dar otro aspecto nuevo y mejor a su familia y a
todo lo que los rodea.
-¿Dónde se habrá escondido el viejo Pinocho de madera?
-Mírate
36
-Contestó Gepeto, y le indicó un gran muñeco apoyado en una
silla, con la cabeza inclinada a un lado, los brazos colgando y las
piernas cruzadas y dobladas por la mitad, de tal forma que pare-
cía un milagro que se pudiese sostener derecho.
Pinocho se volteó a contemplarlo y, cuando ya lo había observado
un poco, dijo para sí con grandísima complacencia:
-¡Qué cómico resultaba yo cuando era un muñeco! ¡Y qué contento
estoy ahora de haberme transformado en un chico como es
debido!”
Probablemente más de uno, no alcanza a notar la enseñanza
del cuento, pero se emociona por el desenlace... Eso ya es bas-
tante.
Pinocho es un ícono cultural. Los niños de todo el mundo se
relacionan instantáneamente con el títere que solo quiere ser un
niño de verdad. Pero, resulta que hay mucho más en esta histo-
ria de lo que los fanáticos de Disney se dan cuenta.
Pinocho un personaje original de Carlo Collodi, detalló las
aventuras del títere en números de revistas para niños. En con-
37
traste con la adaptación cálida y difusa de Disney, Carlo parecía
más interesado en usar realmente la historia para enseñar una
lección.
Carlo no solo recompensa a los personajes por hacer el bien,
sino que también hace todo lo posible para castigar cualquier
acto inmoral en la historia. Con todo, su cuento de hadas se ase-
meja al tono siniestro de los escritos de los hermanos Grimm.
Geppetto de Collodi no desea explícitamente que Pinocho
cobre vida. Es solo un pobre mendigo tallando una marioneta,
que gana conciencia por sí sola. Desde el momento en que el
hombre solitario comienza a tallar, la nariz de Pinocho comienza
a tomar forma y crecer.
Aunque Collodi no tiene al Hada Azul que le dé vida a Pinocho,
ella aparece luego. Llamada el Hada con Cabello Turquesa, apa-
rece esporádicamente para guiarlo. Y, para agregar una capa de
escalofrío, se describe a sí misma como una niña muerta que
nunca fue enterrada.
Pinocho de Disney comete una buena cantidad de errores,
que lo ponen en peligro a sí mismo y a sus seres queridos. Pero
el original hace todo lo posible por ser grosero y egoísta, con
todos los que rodean a Pinocho.
La marioneta hace más que mentirle a Geppetto. Lo explota
económicamente, vendiendo sus escasas posesiones por una
entrada de teatro y otras frivolidades. Cuando la policía es tes-
tigo de las payasadas de Pinocho, acusan a Geppetto de negli-
gencia y arrojan al padre adoptivo a la cárcel.
Pepito Grillo sirve como la conciencia de Pinocho y canta so-
bre desear a las estrellas. La novela de Collodi, sin embargo, ni
siquiera lo nombra. Probablemente sea una buena elección, ya
que el grillo parlante no tiene mucho papel en la historia.
38
El grillo aparece, soltando consejos al mal comportamiento de
Pinocho, pero él no acepta nada. Canalizando su Thor interior, la
marioneta agarra con indiferencia uno de los martillos de Ge-
ppetto y lo lanza contra la pared. Pulveriza al pobre insecto.
Es probable que Collodi ideó estos momentos desagradables
para establecer la eventual redención de Pinocho, aunque eso
no es todo. También ayudan a los lectores a sentirse menos cul-
pables por Pinocho cuando le suceden cosas terribles.
La adaptación de Disney ve al títere atrapado en Pleasure Is-
land, donde los niños que se portan mal se convierten en burros
y son vendidos como esclavos. Afortunadamente, la transforma-
ción de Pinocho se detiene después de que recibe una cola y
orejas de burro.
Collodi, sin embargo, tiene al protagonista completamente
transformado en un burro. Cuando un anciano intenta ahogar
a Pinocho para desollarlo, el títere sale del peligro por medios
perturbadores: los peces devoran toda la carne de burro a su
alrededor, dejando al títere ileso.
Al igual que en la película animada, el cuento presenta a un zo-
rro y un gato conspiradores que intentan estafar a Pinocho. Para
el público familiar,Walt Disney y compañía dejaron de lado sus
tramas más sanguinarias.
El libro incluye una escena, que Collodi planeó como el final
original, donde Fox y Cat intentan asesinar a Pinocho. Disfraza-
dos de bandidos, lo emboscan en el bosque y lo cuelgan de un
árbol. Afortunadamente, el Hada aparece más tarde para resca-
tarlo.
A pesar de caminos muy diferentes, tanto el cuento como la
película de Disney llegan al mismo destino. El Hada usa su ma-
gia para cumplir el deseo de Pinocho convirtiéndolo en un niño
de verdad.
39
Las variaciones en estas historias de Pinocho solo enrique-
cen su leyenda. Les dan a los escritores y cineastas más espacio
para proyectar sus propias visiones, lo que explica las muchas
otras adaptaciones cinematográficas lanzadas a lo largo de los
años.
No importa cuál sea tu versión favorita, no se puede negar que
la marioneta es uno de los íconos de la cultura más perdurables
de todos los tiempos. Si afirma que no ha oído hablar de Pino-
cho, es muy probable que su nariz comience a crecer.
Si bien Disney puede basar sus películas en algún material
de fuente fantástica, los realizadores recurren con frecuencia a
la realidad para hacer estas exitosas películas. Algunos de los
momentos más increíbles de Disney, tuvieron su origen en la
realidad...
Collodi y Disney, eran masones, el autor escribió el cuento
en una época en que la masonería era “perseguida” y como tal
los símbolos masónicos son “velados” con gran habilidad, para
evitar perjuicios a la publicación, cosa que ocurrió. Por su parte
Disney hace una adaptación muy inteligente de la obra, de tal
manera que su aceptación por el público cinéfilo de todas las
edades fue y es grande, de tal manera que muchísimas perso-
nas conocemos a Pinocho en la adaptación de Disney y pocos
han leído el cuento original, como es mi caso, que por nece-
sidad del “ofico” lo tenía que hacer, para verificar las muchas
opiniones que se han dado sobre las enseñanzas masónicas del
popular Pinocho. Si me preguntan cuál es mejor, diría “cada una
de ellas se adapta a su época” y como tal no son comparables,
pero ambas tienen un claro mensaje masónico velado o no.
Este cuento nos muestra el simbolismo de nuestro propio viaje
de desarrollo espiritual. a través de las distintas pruebas que
nos sucederan, dandonos una experiencia individual unica,
para exteriorizar nuestras cualidades espirituales.
40
BLANCA NIEVES Y EL SIMBOLISMO DE LA INICIACIÓN
Israel Hernández Arriaga
41
Las antiguas escuelas de los misterios se encargaron de en-
cerrar en un lenguaje simbólico todas sus enseñanzas secretas,
convirtiéndolas en relatos populares, con el propósito principal
de mantenerlas ocultas a los ojos y el conocimiento de los pro-
fanos.
Es por ello que muchas de estas leyendas, como el caso de
“Blanca nieves y los siete enanos”, así como el Libro de la Selva
y Pinocho, contienen conceptos, mensajes y enseñanzas esoté-
ricas que son narradas en toda la historia y que están dirigidas
y solo son develadas a los verdaderos iniciados, quienes reci-
ben las claves para descifrar y entender la verdadera enseñan-
za. Esta ha sido la única forma segura de preservar y difundir
los conocimientos secretos que se transmitieron de generación
en generación, hasta nuestros días.
Jacob Ludwig Karl Grimm y Wilhelm Karl Grimm, nacidos en
Alemania, recorrieron su país entrevistando a los campesinos,
vendedoras de mercados y leñadores, recogiendo historias de
los lugareños, estudiando además la lengua y su uso, al igual
que el antiguo folclore de cada región. Los hermanos Grimm
escucharon todas las leyendas que los campesinos alemanes,
habían oído a sus abuelos y que estos, a su vez, habían aprendi-
do también de sus abuelos.
Se dice que obtuvieron de una mujer llamada Pastora la mayor
parte de las historias que fueron recopiladas como Los Cuen-
tos infantiles y Caseros, en 1812 y Cuentos para la Infancia y el
Hogar, en dos volúmenes en 1812-1815, esta colección fue au-
mentada en 1857 y hoy es conocida como los Cuentos de Hadas
de los Hermanos Grimm, en ellas recrearon las historias de los
campesinos y las relataron con gracia y gran sencillez, logrando
que los niños del mundo entero apreciaran la belleza y la mara-
villa de sus cuentos.
“Blanca Nieves y los siete enanitos” con el transcurrir del tiem-
42
po se convirtió en uno de los cuentos clásicos infantiles, más
populares. El año 1934 empezó el aumento de su popularidad y
difusión con la intención de nuestro H.°.Walt Disney de adaptar-
lo y crear un largometraje completamente animado en Techni-
color, esta película fue estrenada en diciembre de 1937, en una
avant-première que reunió a las grandes estrellas hollywooden-
ses del momento (cosa insólita tratándose de una animación), al
término del film se escucharon sollozos en la sala y luego una
gran ovación para nuestro Q.°. H.°. Disney.
QQ.°. HH.°. todo eso es parte sólo del aspecto exotérico, para
poder entender el simbolismo iniciático que encierra este
cuento, es necesario identificar a sus protagonistas, para ello les
asignaremos los siguientes significados simbólicos a cada uno:
1. La Madrastra es el mundo profano, con sus constantes ata-
ques y maldad imperante, que pretende adueñarse de nuestro
corazón.
2. Blanca Nieves representa al iniciado que debe escapar y
alejarse de la malvada Reina y así empezar el proceso de la
iniciación, que le permitirá encontrarse o conocerse a sí mismo,
llegando a identificar y reconocer a los siete pecados (defec-
tos) capitales, que son aquellos, que forman parte de nuestra
propia naturaleza humana, estos están simbolizados por los sie-
te enanitos.
Es importante para el iniciado que desea avanzar en el cami-
no de la superación interior o espiritual, aprender a detectar y
reconocer estas tendencias en su propio interior, debe realizar
un examen interior sobre las características de estos defectos o
pecados, tomando en cuenta que ellos están presentes en todo
nosotros, nadie escapa, todos los tenemos ya sea uno de ellos,
o a todos.
Debemos comprender que todo lo que se deseamos o recha-
43
zamos en los pecados puede tener naturaleza material o espiri-
tual, pero si son afrontados con la voluntad (el mazo) y la verda-
dera conciencia (el cincel) para vencerlos, se dará lugar a una
encarnizada lucha interior que permitirá vencer a cada uno de
ellos y así podremos transformarlos en virtudes (pulir la piedra
bruta), este es el método más adecuado que nos hará avanzar
en el camino hacia nuestra superación, labor que hemos em-
prendido y nos hemos comprometido a seguir y cumplirla al
ingresar a nuestra augusta orden.
QQ.°. HH.°., ahora me queda por explicar y tratar de identificar
a cada uno de los siete enanitos, que forman parte de nuestro
propio ser. Cada una de estas personalidades, en ciertos mo-
mentos nos gobierna y hace que actuamos de cierta forma. Los
siete pecados capitales están claramente representados por
sus respectivos enanos, la siguiente explicación mostrará clara-
mente la relación que existe entre una virtud que se debe cul-
tivar y el pecado capital o personalidad, que se debe derrotar.
Les pido que hagamos un viaje imaginario para poder visuali-
zar estos personajes en nuestro modo de ser e identificarlos con
las características de propias de cada pecado y así hagamos el
firme propósito de trasmutarlos en virtudes.
Enanitos, Pecados Capitales que simbolizan y Virtudes para
Vencerlos
DOC.- Soberbia: es el deseo de recibir altos honores y gloria
a cualquier costo, creerse superior a los demás.
Humildad. Reconocer que nosotros mismos solo tenemos la
nada y los siete pecados y también somos nada comparados
con el G.·. A.·. D.·. U.·.
ESTORNUDO.- Avaricia: es el deseo desmedido de acaparar
riquezas materiales, sin importar el daño que se haga al próji-
mo.
44
Generosidad. Dar con gusto de lo propio a los pobres y los que
necesiten, sin esperar nada a cambio.
TONTIN.- Lujuria: Ante el apetito sexual, que nos convierte en
esclavos tontos.
Castidad. Logra el dominio de los apetitos sexuales.
GRUÑON.- Ira: es la dificultad para aceptar contrariedades o
vivir en permanente descontento y odio a los demás.
Paciencia. Sufrir en paz y serenidad todas las adversidades.
FELIZ.- Gula: ante la comida y bebida nuestro accionar.
Templanza. Moderación en el comer, en el beber y en nuestro
actuar.
TIMIDO.- Envidia: vivir resentido por las cualidades, bienes o
logros de otros, reduciendo nuestra auto-estima.
Caridad. Desear y hacer siempre el bien al prójimo.
DORMILON.- Pereza: desgano por obrar en el trabajo o por
responder a los bienes espirituales y hacer el bien a los demás.
Diligencia. Prontitud de ánimo para hacer el bien, sin mirar a
quien.
Para recorrer el camino iniciático descrito en este cuento y
haber vencido a estos siete pecados, tenemos que morir (re-
nunciar) al mundo profano (abandonarlo o escapar de él) y al
igual que lo hizo Blanca Nieves y así renacer como virtuosos, te-
niendo dentro de nuestro ser a los siete enanitos convertidos en
virtudes, que nos alumbraran el sendero y permitirán continuar
la eterna búsqueda de la verdad y de la luz.
45
QQ.°. HH.°. pidamos al G.A.D.U. que nos ayude a evitar la SO-
BERBIA que solo nos hará tener un amor propio indebido, bus-
cando solo la atención y el honor, creyéndonos superiores a to-
dos los demás, ocasionando daño a todos los que nos rodean
por el mal trato que se les podemos dar. También es importante
evitar caer en las GARRAS DE LA AVARICIA, tal como le suce-
dió al personaje de Ebenezer Scrooge en el clásico de Char-
les Dickens, titulado “Un Cuento de Navidad”, que representa a
un impiadoso empresario, oprimido por la avaricia, que tuvo la
oportunidad de escoger entre sus amigos y el dinero, prefirien-
do el segundo, por ello representa a un hombre con un estilo de
vida confuso y siniestro, obcecado por la avaricia.
En conclusión QQ.°. HH.°., debo decir que para lograr encon-
trar esa riqueza que muchos han buscado y no la han encontra-
do aún, hay un pequeño, pero significativo secreto, “La verda-
dera búsqueda de este Gran Paitití o Dorado, debemos hacerla
en nosotros mismos, toda esa riqueza, está dentro de nosotros”,
recordemos esas palabras sabias, antiguas y muy conocidas,
que estaban inscritas en el TEMPLO DE DELFOS, que indican
claramente el camino a seguir y que dicen lo siguiente:
“Te advierto, quien quiera que fueres, Oh! Tu que deseas son-
dear los arcanos de la Naturaleza, Que si no hallas dentro de ti
mismo, aquello que buscas, tampoco podrás hallarlo fuera. Si
tu ignoras las excelencias de tu propia casa, ¿Cómo pretendes
encontrar otras excelencias? En ti se halla oculto el tesoro de los
tesoros. Oh! Hombre, conócete a ti mismo y conocerás al Uni-
verso y a los Dioses.”
Que de una manera muy resumida dice “Nosce Te Ipsum” o
“Conócete a ti mismo”.
Tomado de:
http://marianoarista2.blogspot.com/2009/05/blanca-nieves-y-
el-simbolismo-de-la.html
46
LA VERDADERA HISTORIA DE BLANCA NIEVES
Rodrigo Ayala Cárdenas
47
¿De dónde viene el origen de este fantástico cuento de la prin-
cesa que murió por una manzana envenenada? No hay cuentos
más crueles ni terroríficos que los de los hermanos Grimm.
Estos dos escritores de origen danés son los responsables de
una larga colección de relatos infantiles cuyas adaptaciones por
Disney fueron suavizadas en extremo para hacerlos más asequi-
bles a los menores de edad. Si tan sólo supieran que al final de
“La Cenicienta”, por ejemplo, los pájaros se lanzan contra las
hermanastras de la heroína del relato para arrancarles los ojos
con sus filosos picos o que en el cuento de “Pulgarcito” ocurre
una masacre donde un gigante asesina a sus propios hijos con
un hacha, es probable que tales adaptaciones no tuvieran el éxi-
to mundial con que cuentan hoy. Los Grimm tal vez sean los pri-
meros exponentes del gore y el slasher en la literatura.
Otro de los relatos célebres de estos escritores es el de “Blan-
canieves”, aquella simpática princesa de piel pálida y cabello
negro que vive con siete hombrecitos en mitad del bosque des-
pués de que su madrastra la mandara matar a manos de un ca-
zador cuando su espejo le revelara que Blancanieves era más
hermosa que ella. La cruel mujer pidió el corazón de la joven
como prueba del crimen. El relato tampoco está exento de es-
cenas de verdadero horror: la bruja malvada, quien en realidad
es la madrastra convertida en tal, es obligada a llevar un par de
zapatos de metal ardiente con los que debe bailar hasta morir
como castigo a su crueldad.
Muchas veces, los Grimm llegaban a basarse en acontecimien-
tos reales para la confección de sus crueles y retorcidos relatos.
“Blancanieves” no es la excepción a esta regla: según algunos
historiadores, sus orígenes datan de la princesa alemana María
Sofía Margarita Catalina Von Erthal quien sufrió los desprecio
de su cruel madrastra. María Sofía, ciega a causa de una viruela,
quedó huérfana de madre en 1741. Su padre, Philipp Christoph
von Erthal, conde de Kurmainz, se casó entonces con Claudia
48
Elisabeth Maria von Venningen, condesa imperial de Reichens-
tein, famosa por su carácter cruel y sanguinario.
Los historiadores sostienen que no hay evidencias claras de
que María Sofía sufriera los desprecios y maltratos de su ma-
drastra, pero sí una especie de rechazo hacia la joven. Es un he-
cho que la madrastra le daba preferencia a los hijos que había
tenido de un matrimonio anterior y que se llevó a vivir consigo
cuando se casó con Von Erthal. Este rechazo y oscuro carácter
daría vida a la madrastra mala del cuento y la película. Asimis-
mo, la historia del espejo con el que la madrastra se comunica
a diario en el cuento para preguntarle quién es la mujer más
hermosa del reino, data de un espejo parlante colocado en el
castillo donde vivía la familia, un objeto de adorno que estuvo
muy de moda por aquellos tiempos y que hoy se encuentra ex-
hibido en el Museo Spessart en la ciudad de Mainz.
En la región existía una mina en la que laboraban niños con los
que la princesa entró en contacto por razones que no se cono-
cen del todo bien. Los niños trabajaban en condiciones de alto
peligro y llevaban gorros de colores para proteger su cabeza
de los golpes. Estos niños serían lo que los hermanos Grimm
retomarían para transformarlos en enanos mineros en su relato.
Asimismo, la salud de María Sofía era en extremo frágil, algo
acentuado por su ceguera. Esto se reflejaría en el carácter frágil
y la constitución enfermiza de Blancanieves.
Una versión diferente
Para el historiador alemán Eckhard Sander, autor del libro
Schneewittchen: Marchen oder Wahrheit? (Blancanieves: ¿un
cuento de hadas?) la verdadera historia de Blancanieves se en-
cuentra en Margarete von Waldeck, condesa alemana nacida
en 1533. Desde temprana edad, la niña jugaba con siete niños
desnutridos, envejecidos de manera prematura quizá debido a
alguna enfermedad, y de corta estatura que eran súbditos del
49
reino. Vestían viejas ropas coloridas que les iban grandes y los
hacían lucir aun más pequeños de lo que eran. Las pésimas con-
diciones laborales les alteraría su capacidad de crecimiento y a
menudo eran llamados los “pobres enanos de las minas”.
Al crecer, Margarete fue obligada por su madrastra Katharina
de Hatzfeld, a mudarse a Wildungen, Bruselas por razones que
no se explican por el historiador. En Bélgica, Margarete se ena-
moró totalmente de quien sería después Felipe II de España,
quien se encontraba de viaje para conocer los límites y alcan-
ces del Imperio que heredaría y del que se tendría que hacer
cargo cuando llegara al trono.
Sin embargo, el padre y la madrastra de la princesa se opusie-
ron a la relación al considerarla poco provechosa para sus inte-
reses. A los pocos meses, la condesa fue hallada muerta en sus
habitaciones cuando apenas tenía 21 años de edad, al parecer
envenenada por manos misteriosas que el historiador achaca a
enviados especiales por el propio rey de España para cometer
el crimen.
Si los hermanos Grimm en verdad retomaron ciertos aspectos
de las historias que acabamos de relatar es algo que aún sigue
en debate por parte de los mismos historiadores de sus cuen-
tos, quienes señalan que fue el folclore de aquellos años la ver-
dadera inspiración para los autores. Quizá cierto, quizá falso, la
verdad es que todo autor se basa en los problemas que aconte-
cen en su tiempo para crear una obra que refleja precisamente
la verdad de una época. Cenicienta no tiene una hada madrina,
sus hermanas feas no son feas, pero sí se rebanan sus pies para
tratar de meterlos en la zapatilla de cristal.Y las palomas les pi-
cotean los ojos. Rapunzel está embarazada cuando la encierran
en la torre.Y, para que el príncipe convertido en rana recupere
su forma original no hay que besarlo sino estrellarlo contra la
pared.
50