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Lectura es Vida 6 - Completo - estudiante

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Published by LUIS ARTURO, 2022-03-26 22:36:36

Lectura es Vida 6 - Completo - estudiante

Lectura es Vida 6 - Completo - estudiante

4 ¿Qué habría sucedido si no hubieran revisado el almohadón de plumas?
5 Imagina que eres Jordán o el ama de llaves, luego escribe una carta

a un familiar muy cercano contándole lo que le ocurrió a Alicia.

6 ¿Crees que es importante realizar una adecuada limpieza en los
dormitorios? ¿Por qué?

Sexto Grado 49

7 ¿Sobre qué tratan los relatos de Horacio Quiroga? Colorea.

a. Naturaleza y b. Naturaleza c. Ciudad
ciudad temible horrorosa

8 ¿Por qué crees que Horacio Quiroga es considerado el maestro del
cuento latinoamericano?

9 ¿Por qué Horacio Quiroga fue comparado con Edgar Allan Poe? Marca.

a. Ambos escribieron c. Quiroga empleaba
juntos libros en París. temática y estilo similar al
de Edgar Allan Poe.

b. Fueron amigos cuando d. Edgar Allan Poe admiraba
estuvieron en el hospital. a Horacio Quiroga.

10 ¿Qué opinas de la actitud de Quiroga al enterarse de la persona
encerrada, en el sótano del hospital?

50

Cuento

l individuo se enfermó. Llegó a la casa con un atroz dolor de cabeza y

E náuseas.
Se acostó y en la sombría quietud de su cuarto sintió alivio, mas a las
tres horas aquello recrudeció. Vino el médico, ya de noche, y pronto el enfermo
quedó a oscuras, con bolsas de hielo sobre la frente.

Las hijas de la casa nos contaron en voz todavía baja, en el comedor, que era un ataque
cerebral, pero que por suerte había sido contrarrestado a tiempo. La mayor de ellas,
una muchacha fuertemente nerviosa, anémica y desaliñada, estaba muy impresionada.

Fijaba la mirada en cada una de sus hermanas que se quitaban mutuamente la palabra
para repetir lo mismo.

—¿Y usted, Desdémona, no lo ha visto? —le preguntó alguno.

—¡No, no! Se queja horriblemente... ¿Está pálido? —se volvió
a Ofelia.

—Sí, pero al principio no... Ahora tiene los labios negros.

Las chicas prosiguieron, y de nuevo los ojos dilatados de
Desdémona iban de la una a la otra.

anémico. Falto de energía por carencia de sangre.
desaliñado. Desaseado.

Sexto Grado 51

Supongo que el enfermo pasó mal la noche, pues al día siguiente hallé el comedor
agitado. Lo que tenía el huésped no era ataque cerebral, sino viruela.
El mismo médico le dijo a la madre: «No se aflija, señora, es un caso sumamente
benigno». Ofelia accionaba bien y Artemisa secundaba su seguridad. La hermana
mayor, en cambio, estaba muda.
—Y la viruela no se cura, ¿no? —se atrevió a preguntar.
—¡Es un caso completamente benigno! —repitieron las hermanas, si bien
horas después se llevaban al enfermo y su contagio a la Casa de Aislamiento. Al día
siguiente, fueron hombres a desinfectar el cuarto y tres días después el individuo
moría.

benigno. Que no es de gravedad.

52

La muerte cobró esta vez forma más tangible en la persona de sus sutiles nietos.
—¡Oh, qué horror, los microbios! —se apretaba Desdémona los ojos—. Pensar
que estamos llenos de esos.
—Tenga cuidado con sus manos y descartará muchas probabilidades —decía.
—No tanto —arguyó otro—. Ha habido contagios por carta. ¿A quién se le va
a ocurrir lavarse las manos para abrir un sobre?
Los ojos de Ofelia se quedaron fijos en el último. Los otros hablaban, pero este
había sugerido cosas lúgubres para que la mirada de la joven se apartara de él.
Después de un rato de ensueño terrorífico, se miró bruscamente las manos. No sé
quién tuvo entonces la desdicha de azuzarla.
—Llegará a verlos. La insistencia en mirarse las manos
desarrolla la vista en modo tal que poco a poco se llega a
ver trepar los microbios por ella...
—¡Qué horror! ¡Cállese! —gritó Desdémona.

tangible. Que se puede tocar.

Sexto Grado 53

Pero ya el transtorno estaba producido. Días después dejaba yo de comer y un año
más tarde fui al anochecer a ver a la gente aquella. Me extrañó el silencio de la
casa: Desdémona había muerto dos días antes.
Durante el mes subsiguiente a mi retirada, Desdémona no había vivido sino
lavándose las manos, mas poco a poco se dilataban sus ojos y comprendía bien que
en pos de un momento de contacto con la manga de su vestido, nada más fácil que
los microbios de la viruela estuvieran trepando a escapar por sus manos. Volvía al
lavatorio, saliendo de él al cuarto de hora con los dedos enrojecidos.
La madre llegó a hallar excesivo ese distinguido temor.
El médico hizo notar a la joven que se trataba de una monomanía.

monomanía. Preocupación exagerada, insana.

54

Desdémona asintió de buena manera, pues ella lo comprendía. Se retiró feliz.
Después de reírse de sí misma con sus hermanas, se llevó las manos vendadas a los
ojos, con un hondo suspiro de obsesión concluida al fin.

—Pensar que yo creía que trepaban... —se dijo; y continuó mirándolas. Poco
a poco, sus ojos se fueron dilatando. Diez minutos después, el desesperado cepillo
tornaba a destrozar la piel.

Durante largos meses la locura siguió, volviendo alegre de los consultorios, curada
definitivamente, para, después de dos minutos de muda contemplación, correr al
agua.

Se fue a otro médico. En pos de un atento examen de la mano en todo sentido,
aquel dijo a Desdémona, con voz y ojos muy claros:

—Esta piel está jeringuilla. Jeringa pequeña para inyectar.
enferma. Su cepillo la
maltrata más aún.

Y perdió dos horas en tocar
la mano, casi poro por
poro, con una jeringuilla
llena de solución A. Luego,
cada diez contactos, un
algodón empapado en
solución B y oprimiendo
allí silenciosamente
medio minuto.

Sexto Grado 55

Ese día fue Desdémona tan dichosa que en la noche se despertó varias veces sin la
menor tentación. Sin embargo, a la mañana siguiente, se arrancó las vendas para
lavarse desesperadamente las manos. Así el cepillo hirió su piel.

El último médico tuvo que curarla encerrando las manos en guantes de goma,
ceñidos al antebrazo con tiras y gutaperchas.

—De este modo —le dijo— tenga la más absoluta seguridad de que los
microbios no pueden entrar.

Y fue feliz hasta el preciso momento en que se le ocurrió que nada era más posible
que un microbio hubiera quedado adentro. Al rato, la punta de una tijera abría un
agujero en los guantes. Como era incontestable que los dos microbios saldrían de
allí, se tendió calmada. Pero por los agujeros iban a entrar todos... La madre sintió
sus pies descalzos.

—¡Desdémona, mi hija! —corrió a detenerla. La joven lloró largo rato con la
cabeza entre las almohadas.

A la mañana siguiente, la madre, inquieta, se levantó muy temprano y halló al

costado de la palangana todas las vendas ensangrentadas. Esta vez los microbios

entraron hasta el fondo, y al contarme Ofelia y Artemisa los cinco días de fiebre

y muerte, recobraban el animado derroche verbal de otra ocasión para el actual

drama.

gutapercha. Goma translúcida e insoluble al agua. Horacio Quiroga
(adaptación)

palangana. Recipiente para lavar o lavarse.

56

Autoevaluate! 7

1 Encuentra las palabras en la siguiente sopa de letras.

• náuseas M I CROB L L I T
• viruela
lava APNAU S EA SM
• microbios
• V L OC U R A R V I

I V I R U E L AMA
M I CROB I OSO

2 ¿Cuál era el padecimiento que las hijas de la casa pensaban que
tenía el enfermo al inicio de la historia? Colorea.

a. Sarampión y b. Ataque c. Dolor de
rubeola cerebral cabeza

3 ¿Qué puede significar el término «monomanía» según lo que dice el
relato? Escribe.

4 Infiere por qué Desdémona se obsesionó con tener microbios en las
manos y no en otra parte del cuerpo. Marca tu respuesta.

a. No se revisaba el resto del cuerpo.
b. Se bañaba a diario, pero no se lavaba las manos.
c. Las manos lo tocan todo y los microbios podían treparse.

Sexto Grado 57

5 ¿Cuál es el propósito comunicativo de «Los guantes de goma»? Marca.

a. informar b. persuadir c. entretener d. argumentar

6 Observa las siguientes imágenes y marca aquella que muestre cómo
se imaginaba Desdémona a los microbios en su cuerpo.

a b c

7 Escribe otro final para el cuento leído.

8 ¿Qué le recomendarías a Desdémona? Comenta.

58

Origami

Guante de papel

Procedimiento

1 2 3

Dhmoojbivataelapdcouednrso.alas Dvoembzlapitaoodrt.rlaa Huaanzd,dicaoihobonleraazl.,

4 5 6

lpínaDepaibdesuolsjbayolbhelaarzes.z el Lhpeopovjuraanlnayttesadalíonudbenaalaas.s npuoderDevloaapbsmullaníenteontase.s
el
59
Sexto Grado

Origami

7 8 9

Doinbdllíanicepaaodsralas.s Dompbáulaslní,,ntuepenaoaadrs laavess.z Vcduoineomdlbvieolcaaras,.e

10 11 12

Dopbulnlíanteepaaodsr alas.s Giralaseafgilgrúeunvraé.s, ¡Fgintuiaepanlmanepteseentdult!ee,
60

Novela 4BLOQUE

El último ataque del Nautilus

l año 1886 quedó marcado por un extraño acontecimiento, un fenómeno

E inexplicable que suscitó un particular interés entre los hombres del
mar y los gobiernos de los países de América y Europa. Varios barcos
se habían encontrado con una cosa enorme, un objeto largo, fusiforme,
fosforescente en ocasiones, más grande y rápido que una ballena.

Todo esto ocasionó que se enviara a investigar a una rápida fragata, la
Abraham Lincoln, en la que viajaban el profesor Pierre Aronnax, su ayudante
Conseil y Ned Land, experto arponero. La nave fue embestida por ese objeto
descomunal, una nave misteriosa llamada Nautilus, y los tres viajeros se
vieron, de repente, perdidos en la inmensidad del mar, siendo salvados y
recogidos sorprendentemente por esta misteriosa nave submarina.

fusiforme. De forma alargada.

Sexto Grado 61

Con sus nuevos pasajeros y tras pasar innumerables peligros al lado del
capitán Nemo, para los tripulantes del Nautilus parecía que sus aventuras
submarinas llegaban a su fin. Sin embargo, en un momento determinado,
avistaron a lo lejos un objeto que se acercaba velozmente.
No tardó Ned Land, uno de los nuevos visitantes, en precisarles que
se trataba de un buque de guerra acorazado de dos puentes. Sus dos
chimeneas escupían una espesa humareda negra. La distancia impedía
aún distinguir los colores de su gallardete. Si el capitán Nemo la dejaba
aproximarse, se abriría una posibilidad de salvación.
Sin duda, ya muchos sabían sobre la existencia del Nautilus, pues en su
colisión con el Abraham Lincoln el comandante Farragut había reconocido
a un barco submarino, más peligroso que cualquier cetáceo.

cetáceo. Mamífero marino de gran tamaño.

62

Era seguro que en todos los mares se buscaba a este terrible ingenio de
destrucción.

—¡Ah! ¿Así que buscas al Nautilus, no? No necesito ver tus colores para
reconocerte. Ven, acércate. Eso es. Así me ayudas mucho —rugió el capitán Nemo
mientras observaba al barco de Farragut aproximarse.

El Nautilus no iba a golpear al buque en su impenetrable coraza, sino por debajo
de su línea de flotación, donde el casco no está blindado. El choque arrancó gritos
en la nave. Fue una sacudida relativamente débil, pero que hizo sentir la fuerza
penetrante del espolón de acero al oír los estridentes chasquidos. Lanzado por su
potencia de propulsión, el submarino atravesaba la masa del buque como la aguja
pasa a través de la tela.

espolón. Punta delantera del barco. chasquido. Crujido, chirrido.

Sexto Grado 63

A unos diez metros, vi el casco partido por el que se introducía el agua a torrentes
y la doble línea de los cañones. El puente estaba lleno de sombras oscuras que se
agitaban, se lanzaban a los obenques, se agarraban a los mástiles o se retorcían en
el agua.
Paralizados, atenazados por la angustia, los cabellos erizados, los ojos
desmesuradamente abiertos, la respiración contenida, sin aliento y sin voz, todos
miraban lo que ocurría, pegados al cristal por una irresistible atracción.
El enorme buque se hundía lentamente y, de improviso, se produjo una explosión.
El aire comprimido hizo volar los puentes del barco como si el fuego se hubiera
declarado en las bodegas. Todo había terminado.

Julio Verne
(fragmento adaptado)

obenques. Cuerdas con que se sujeta el mástil.

64

Infografía

Sexto Grado 65

Autoevaluate! 8

1 ¿Quiénes estaban a bordo del barco Abraham Lincoln?

2 ¿Por qué el capitán Nemo dejó que el buque de guerra se acerque al
Nautilus? Colorea la alternativa correcta.

a. Para observarlo b. P ara solicitar c. Para escapar d. Para luego
bien y conocerlo. ayuda. de otros barcos. atacarlo.

3 Dibuja el Nautilus tal como te lo imaginas, según la descripción del texto.

66

4 ¿Te gustan las historias de aventuras? ¿Qué te interesa de ellas?

5 ¿Qué tipo de texto es «El último ataque del Nautilus»? Subraya.

a. descriptivo b. instructivo c. narrativo d. poético

6 Según la infografía, ¿qué tipo de historias atraían a Julio Verne? Marca.

a. Historias de b. Historias de c. Historias de
viajes y de fantasmas y creencias y
marinos extraterrestres culturas

7 ¿Cuáles son obras de Julio Verne? Marca.

a. Narraciones extraordinarias b. Viaje al centro de la Tierra

c. Cien años de soledad d. De la Tierra a la Luna

8 ¿Por qué es importante leer revistas o libros de ciencia ficción?

Sexto Grado 67

Leo y aprendo

NOTA ENCICLOPÉDICA

Algunas predicciones de Julio
Verne que se hicieron realidad

Julio Verne escribió sobre el espacio, viajes aéreos
y submarinos eléctricos antes de que estas se
inventaran. Dos de estas predicciones, realizadas
en el siglo XIX, se volvieron realidad en los años
siguientes:

1. El submarino eléctrico. En una de sus novelas más
famosas, Veinte mil leguas de viaje submarino, el
capitán Nemo viaja en un enorme submarino eléctrico
llamado Nautilus. Aunque la novela fue publicada
en 1870, el primer submarino eléctrico apareció en
1884.

2. Las armas eléctricas. En la misma obra mencionada,

se describe a las balas de esta arma como

«contenedores eléctricos» o, como las llamó, «botellas

de Leyden», en las que la electricidad es forzada a

una muy alta tensión. Con el más pequeño toque se

descargan y el animal, sin importar lo fuerte que sea,

«cae sin vida». De <www.muyhistoria.es>

68

¿ Sabías que... ?

En internet, usa las ¿ Por qué se sumergen los
palabras clave:
submarinos, submarinos ?

ballena, inmersión, Los submarinos son buques capaces de navegar bajo
emersión el agua, además de ir por la superficie. Tienen forma de
ballena, pues se inspiraron en esta cuando los diseñaron.
Sexto Grado
Así como los barcos encierran en sus cascos espacios
de aire, los submarinos se sumergen porque llenan esos
espacios con agua mediante la apertura de unas válvulas
que están en proa y popa, y a lo largo del casco.

Así, cuando los tanques se llenan de agua, el submarino
adquiere mayor densidad y se hunde; cuando los tanques
expulsan el agua y quedan llenos de aire, flota como otro
barco. A estas dos acciones se les llama inmersión (cuando
se hunde) y emersión (cuando sale a la superficie).

El casco está construido para resistir la presión del agua
en la inmersión. La profundidad que alcanza un submarino
depende de la resistencia de su casco y puede llegar hasta
los 1000 m.

De <porquedelascosas.blogspot.com>

69

Relato

llí estaba yo, a sesenta metros bajo el mar, tras la presa más importante

A de mi vida: Blanca. Así la llamaban los guardacostas. Pero para mí era
simplemente Joe.
La gigantesca raya ya había herido a diez bañistas. La gente tenía miedo de meterse en
el agua y el pánico se había extendido por toda la costa.

Por eso me llamaron. Por eso llamaron a William Deep, hijo, de Baltimore,
Maryland, el famoso explorador marino de doce años. Capaz de resolver
cualquier problema.
Yo atrapé al gran tiburón blanco que aterrorizó Playa Myrtle y
demostré que no era tan terrible. Luché contra el pulpo gigante que
devoró a todo el equipo profesional de surf de California… Pero
ahora me enfrentaba al mayor desafío de mi vida: Joe, Blanca.

desafío. Reto.

70

Yo tenía todo lo que necesitaba: traje de submarinista, gafas, bombonas de oxígeno y un
arpón con punta envenenada.

Un momento… ¿No se había movido algo detrás de esa almeja gigante? Alcé el arpón y
esperé que se produjera el ataque. De pronto, se me nublaron las gafas. No podía respirar.
Por más que me esforzaba, no me llegaba el aire.

¡La bombona de oxígeno! ¡Alguien había estado trasteando con ella! ¡Estaba a sesenta
metros de profundidad y no tenía aire! Debía salir a la superficie en el acto.

Me impulsé desesperadamente con las piernas, conteniendo el aliento y con los pulmones
a punto de estallar. Me estaba mareando. Me invadió una oleada de pánico. Miré a mi
alrededor a través de las gafas empañadas buscando a mi compañera de buceo. ¿Dónde
se había metido?

Allí estaba, en la superficie, nadando junto al barco. «¡Socorro! ¡No tengo aire!», intenté
decirle, moviendo las manos.

bombona. Recipiente especial.

Sexto Grado 71

Me vio, se acercó nadando y tiró de mi cuerpo hasta sacarme a la superficie. Me quité las
gafas dando bocanadas de aire.
—¿Qué te pasa? —exclamó—. ¿Te ha picado una medusa?
Mi compañera de buceo es tan valiente que siempre se ríe ante el peligro.
Yo seguía intentando recuperar el aliento.
—Alguien… ha vaciado… la bombona…
Luego todo se volvió negro.
Mi compañera me metió la cabeza en el agua. Yo abrí los ojos y salí escupiendo.
—Venga, Billy —me dijo—. ¿Es que no sabes bucear sin hacer el bobo?
Suspiré. ¡Qué forma de acabar con la diversión!

bocanada. Aliento, exhalación.

72

Mi «compañera de buceo» era en realidad mi hermana Sheena. Yo había estado
haciendo de William Deep, hijo, explorador marino. ¿Es que Sheena no podía seguirme
el juego aunque fuera por una vez?
Lo cierto es que sí me llamo William Deep, hijo, pero todo el mundo me llama Billy.
Tengo doce años.
Sheena tiene diez y se parece a mí. Los dos tenemos el pelo oscuro y liso, pero yo lo
llevo corto y a ella le llega hasta los hombros. Los dos somos delgados, tenemos las
rodillas y los codos muy huesudos y los pies grandes y estrechos. Los dos tenemos
los ojos azules y las cejas negras y grandes.
Me metí bajo el agua y le di un pellizco en la pierna. ¡El ataque del gigantesco hombre
langosta!
—¡Tonto! —gritó ella, y me dio una patada en el hombro. Yo salí a respirar.
—Eh, ustedes dos —dijo mi tío—. Tengan cuidado.

huesudo. Flaco, delgado.

Sexto Grado 73

Mi tío George Deep, a quien todos dicen doctor D (pues se nota que es un científico),
estaba en la cubierta de su barco, un laboratorio marino llamado Cassandra.
Sheena y yo estábamos pasando las vacaciones con el doctor D, en el Cassandra.
—No se separen, niños —dijo el doctor D—. Y no se alejen del barco. Sobre todo tú,
Billy—. Me miró con los ojos entornados.
—Los informes dicen que hay tiburones por esta zona.
—¡Tiburones! —exclamé.

El doctor D frunció el ceño.
—Billy —me dijo—. No te
alejes del barco y no vayas al
arrecife.

R. L. Stine
(fragmento adaptado)

entornado. Entreabierto, entrecerrado.

74

Autoevaluate! 9

1 Encierra la imagen del lugar donde se desarrolla el relato.

ab c

2 Escribe V si el enunciado es verdadero y F si es falso.
a. El peligro en la costa era ocasionado por una gigantesca raya.
b. El relato trata sobre un niño que imagina ser un famoso explorador.
c. Los personajes del relato son dos hermanos y su tío.
d. Los niños pasaban vacaciones con su tío en un barco.
e. Cassandra o Blanca era el nombre de la peligrosa raya.
3 ¿Quién era William Deep? Escribe.

4 ¿Qué tipo de texto es «Peligro en las profundidades»? Marca.

a. narrativo b. instructivo c. descriptivo

Sexto Grado 75

5 ¿Cuáles son las grandes hazañas que el famoso explorador marino
imaginó realizar? Subráyalas.

a. Capturó a un pulpo gigante de tres cabezas.
b. Atrapó a un gran tiburón blanco en la playa Myrtle.
c. Luchó contra un pulpo gigante en California.
d. Atrapó a una ballena azul en la playa de Hawái.
e. Nadó 200 leguas en el mar.

6 ¿Quiénes son los personajes del relato? Marca.

a. Wendy b. William c. Sheena d. George

7 ¿A quién se refiere William con la siguiente frase? Explica.
«¿… no podía seguirme el juego aunque sea por una vez?»

8 ¿Te gustan las historias de exploradores marinos? ¿Por qué?

76

Cuento 5BLOQUE

El hombre bicentenario

as tres leyes de la robótica:
L
1. Un robot no debe causar daño a un ser humano, ni por inacción
permitir que un ser humano sufra algún daño.

2. Un robot debe obedecer las órdenes impartidas por los seres
humanos, excepto cuando dichas órdenes estén reñidas con la
primera ley.

3. Un robot debe proteger su propia existencia, mientras dicha
protección no esté reñida ni con la primera ni con la segunda ley.

—Gracias —dijo Andrew Martin, aceptando
el asiento que le ofrecían.

Tenía el cabello lacio, castaño claro y fino, y no
había vello en su rostro. Parecía recién afeitado.
Vestía anticuadas, pero pulcras ropas.

Sexto Grado 77

Al otro lado del escritorio estaba el cirujano. empuñar. Coger, sostener.
Su placa incluía una serie de identificación de
letras y números, pero Andrew no se molestó
en leerla. Bastaría con llamarle «doctor».

—¿Cuándo se puede realizar la
operación, doctor? —preguntó.

El cirujano murmuró, con ese inalienable
respeto que un robot siempre usaba ante un
ser humano:

—No estoy seguro de entender cómo o
en quién debe realizarse esa operación, señor.

El rostro del cirujano revelaba cierta
respetuosa intransigencia, si tal expresión
hubiera sido posible en el acero inoxidable.

Andrew Martin estudió la mano derecha del
robot, la mano quirúrgica que descansaba
en el escritorio. Los largos dedos estaban
artísticamente modelados en curvas metálicas
que era fácil imaginarlas empuñando un
bisturí.

78

En su trabajo no habría vacilaciones, tropiezos, temblores ni errores. Eso iba unido a la
especialización tan deseada por la humanidad que pocos robots poseían ya: un cerebro
independiente. Claro que un cirujano necesita cerebro, pero este estaba tan limitado en
su capacidad que no reconocía a Andrew. Tal vez nunca le hubiera oído nombrar.

—¿Alguna vez ha pensado que le gustaría ser un hombre? —le preguntó Andrew.

El cirujano dudó un momento, como si la pregunta no encajara en sus sendas
electrónicas.

—Pero yo soy un robot, señor.

—¿No sería preferible ser un hombre?

—Sería preferible ser un mejor cirujano.
No podría serlo si fuera hombre, solo si fuese
un robot más avanzado. Me gustaría ser un
robot más avanzado.

vacilación. Duda, indecisión.

Sexto Grado 79

—¿No le ofende que yo pueda darle órdenes, que yo pueda hacerle poner de
pie, sentarse, moverse a derecha e izquierda, con solo decirlo?
—Es mi placer agradarle. Si sus órdenes interfiriesen en mi funcionamiento
respecto de usted o de cualquier otro ser humano, no le obedecería. La primera ley,
concerniente a mi deber para con la seguridad humana, tendría prioridad sobre la
segunda, la referente a la obediencia. De no ser así, la obediencia es un placer para
mí… Pero ¿a quién debo operar?
—A mí.

—Imposible. Es una operación evidentemente dañina.
—Eso no importa —dijo Andrew con calma.
—No debo infligir daño —objetó el cirujano.

—A un ser humano no, pero yo también soy un robot.

concerniente. Referido a algo.

80

Andrew tenía mucha más experiencia de robot cuando acabaron de manufacturarlo.
Era como cualquier otro robot, con diseño elegante y funcional.

Le fue bien en el hogar donde lo llevaron, en aquellos días en que los robots eran una
rareza en las casas y en el planeta. Había cuatro personas en la casa: el «Señor», la
«Señora», la «Señorita» y la «Niña». Conocía los nombres, pero nunca los usaba. El Señor
se llamaba Gerald Martin.

Su número de serie era NDR… No se acordaba de las cifras. Había pasado mucho tiempo,
pero si hubiera querido recordarlas, habría podido hacerlo. Solo que no quería.

La Niña fue la primera en llamarlo Andrew, porque no era capaz de pronunciar las
letras y todos hicieron lo mismo que ella. La niña llegó a vivir noventa años y había
fallecido tiempo atrás. En cierta ocasión, él quiso llamarla Señora, pero ella no se lo
permitió. Fue Niña hasta el día de su muerte.

Sexto Grado 81

Andrew estaba destinado a realizar tareas de destinado. Señalado, marcado.
ayuda de cámara, de mayordomo y de criado. factoría. Fábrica.
Eran días experimentales para él y para todos los
robots en todas partes, excepto en las factorías y
las estaciones industriales y exploratorias que se
hallaban fuera de la Tierra.

Los Martin le tenían afecto y muchas veces le
impedían realizar su trabajo porque la Señorita y la
Niña preferían jugar con él.

Fue la Señorita la primera en darse cuenta de
cómo se podía solucionar aquello.

—Te ordenamos que juegues con nosotras
y debes obedecer las órdenes —le dijo.

—Lo lamento, Señorita —contestó
Andrew—, pero una orden previa del Señor sin
duda tiene prioridad.

—Papá solo dijo que esperaba que tú te
encargaras de la limpieza —replicó ella—. Eso no
es una orden. Yo sí te lo ordeno.

82

Al Señor no le importaba. Sentía un gran cariño pendiente. Arete, aro.
por la Señorita y por la Niña, incluso más que la
Señora, y Andrew también les tenía cariño. Al
menos, el efecto que ellas ejercían sobre sus actos
eran aquellos que en un ser humano se hubieran
considerado los efectos del cariño. Andrew lo
consideraba cariño, pues no conocía otra palabra
para designarlo.

Talló para la Niña un pendiente de madera. Ella se
lo había ordenado. Al parecer, a la Señorita le
habían regalado por su cumpleaños un pendiente
de marfilina con volutas y la Niña sentía celos. Solo
tenía un trozo de madera y se lo dio a Andrew con
un cuchillo de cocina.

Andrew lo talló rápidamente.

—Qué bonito, Andrew —dijo la Niña—. Se lo
enseñaré a papá.

El Señor no podía creerlo.

Isaac Asimov
(fragmento adaptado)

Sexto Grado 83

ISAAC ASIMOV Infografía

Nació el 2 de enero de 1920 en Petrovichi (actual Rusia).
Murió el 6 de abril de 1992 en Nueva York (EE. UU.).

Primeros años Sabías que...

1923 Emigra con su familia judía al barrio Es el autor de
ciencia ficción
neoyorquino de Brooklyn en EE. UU. que más millones
de ejemplares
1925 Se convierte en un ávido ha vendido en el

lector con apenas cinco años. planeta.

Carrera literaria Vida académica 1949

1939 Escribe su primer texto de 1948 Inicia su carrera
docente en
ciencia ficción, que titula «Un guijarro Se licencia en la Escuela de
en el cielo». Ciencias, Arte y
Filosofía y realiza Medicina de la
1941 Alcanza la fama con su relato un doctorado en Universidad de
Química en la
«Anochecer», que trata de un planeta en Universidad de Boston.
el que la noche llega cada 2049 años.
Columbia.
1958 Renuncia a su trabajo de

profesor universitario para dedicarse
a escribir tiempo completo.
84

Autoevaluate! 10

1 Escribe en el crucigrama los sinónimos de las palabras propuestas.

a. coger a. E Ñ R
b. duda b. A L IN
c. señalado c. D T DO
d. arete d. P D
NE

2 Escribe V si el enunciado es verdadero o F si es falso.
a. Andrew recibía trabajos muy agotadores.
b. Los Martin le tenían afecto a Andrew.
c. La Señorita y la Niña jugaban con Andrew.
d. Andrew talló una pulsera de madera.

3 ¿Por qué Andrew se negó a obedecer a la Señorita? Colorea.

a. Porque ella no b. Porque él no c. Porque primero
era su dueña. debía obedecer debía cumplir la
a humanos. orden del Señor.

Sexto Grado 85

4 ¿A quién se refiere el siguiente fragmento? Marca la respuesta.

«Si tal expresión hubiera sido posible en el acero inoxidable
con un ligero tono de bronce».

a. A un robot b. A un ser humano c. A un alienígena

5 ¿Por qué el robot se negaba a operar a un ser humano?

6 ¿Cuál no es una ley de la robótica? Subraya la respuesta.

a. Un robot no debe causar daño a un animal, salvo que este lo ataque.
b. Un robot debe obedecer las órdenes humanas, excepto las que

atenten contra la primera ley.
c. Un robot debe protegerse mientras esta protección no contraríe las

otras leyes.
d. Un robot en todo momento debe proteger su existencia, pero no

hacer daño al ser humano.

7 ¿Cuál es el propósito comunicativo de «El hombre bicentenario»?
Marca.

a. persuadir b. entretener c. informar

86

8 ¿Qué tipo de temática tiene el cuento «El hombre bicentenario»?
Colorea.

a. fantasía juvenil b. realismo medieval c. ciencia ficción

9 Lee e interpreta el siguiente fragmento:

«Sería preferible ser un mejor cirujano. No podría serlo si
fuera hombre, solo si fuese un robot más avanzado».

10 Crea la cuarta ley de la robótica.

11 ¿Crees que Andrew desarrolló sentimientos como un humano? ¿Por
qué?

Sexto Grado 87

12 Según la infografía leída, ¿dónde nació Isaac Asimov? Colorea.

a. Alemania b. Nueva York c. Petrovichi

13 ¿Qué estudios realizó el escritor Isaac Asimov y en qué universidades?
Menciónalos.

14 ¿Qué significado tiene «lector ávido»? Marca.
a. Persona a la que no le gusta leer.
b. Fobia a los libros voluminosos.
c. Persona que escribe muchos libros.
d. Aficionado a la lectura.

15 ¿Qué opinas de los cuentos de ciencia ficción sobre robots?

88

Leo y me informo

NOTICIA

Martes, 26 de marzo de 2019

Robots serán los protagonistas
de los JJ. OO. 2020

Los Juegos Olímpicos de la capital Olímpicos Tokio 2020 sean los
japonesa serán los primeros más innovadores de la historia,
donde los robots tendrán y los robots desempeñarán un
un papel central a la hora de rol fundamental para ello»,
ofrecer servicios de transportar afirmó el vicedirector general de
el equipaje de los atletas, guiar a Tokio 2020, Masaaki Komiya, al
los espectadores discapacitados presentar la semana pasada en la
o ejercer de intérpretes para los capital nipona dos de los modelos
deportistas y visitantes foráneos, de robots que serán empleados
lo que permitirá a Japón mostrar en los Juegos Olímpicos 2020.
al mundo su rostro más futurista.
«Queremos que los Juegos

Sexto Grado 89

Autoevaluate! 11

1 ¿Cómo participarán los robots en los Juegos Olímpicos 2020? Marca.

a. Participarán b. Transportarán c. Controlarán
en las equipajes y las
competencias. guiarán.
competencias.

2 ¿Cuál de las siguientes palabras podría reemplazar a «visitantes
foráneos»? Colorea.

a. deportistas b. turistas c. robots d. robots
calificados extranjeros japoneses turistas

3 ¿En qué se diferenciarán los Juegos Olímpicos Tokio 2020 de los demás?
Explica.

4 ¿Qué opinas del uso que se dará a los robots en los JJ. OO. Tokio 2020?

90

Manualidades

ROBOT DE MATERIAL RECICLADO

Procedimiento

Materiales 3 1

• 4 cajas de cartón (1 grande, Pinta los dos Forra las
2 medianas y 1 pequeña) tévmaspitoesracroonja. ccaojnapsleayltipnvaao.psoesl

• 2 vasitos de yogur y 4
2 de tecnopor
• papel platino Cdreoecrtccatáíorlcnalogusrlueohlssoo.esjanys
• hojas de colores
• silicona líquida
• témpera roja y pincel
• limpiapipas rojo

2

Ptaeclgocianmomslaailigsoce,conean.naja,lsa

Sexto Grado 91

5 6

amlPabvecaogassaitblaoloesdszoeadsn.odse nceogFonrorm1yrae4clbatálabnnogccuoalos.

7 8

Fcboolrnanmen2agcrcolooísrssc.you2ljoitos s ccuoencrDpílreococsudodloereasl.mreoálbsot

9 10

lcimaonPmpeteiaognpauaipn.eaal s robro¡eYtacdicteielanmdeoas!tteurial

92

Novela 6BLOQUE

mma, mi hermana, halló a María sentada en el jardín. Había llorado. Sus

E ojos humedecían con lágrimas, sus mejillas pálidas, antes llenas de gracia y
lozanía.
—¿Por qué has venido sola hoy? —le preguntó Emma abrazándola—.
Yo quería acompañarte.

—Sí —le respondió—, lo sabía; deseaba venir sola. Creí que tendría fuerzas.
Ayúdame a andar.

Se apoyó en el brazo de Emma y se dirigió al rosal. María lo
contempló y, quitándole las dos rosas más frescas, dijo:

—Tal vez serán las últimas. Mira cuántos botones tiene.

Acercando a su mejilla la rama más florecida, añadió:

—¡Adiós, rosal mío, símbolo de su constancia! Dile a
Efraín que lo cuidé mientras pude —le dijo a Emma,
quien lloraba con ella.

Mi hermana quiso sacarla del jardín diciéndole:

—¿Por qué te entristeces así? Si
volveremos todos los días.

Sexto Grado 93

—Estemos todavía aquí —le respondió y desprendió todas las azucenas de su
mata predilecta, diciendo a Emma:
—Dile que nunca dejó de florecer. Ahora sí, vámonos.
Se detuvo en la orilla del arroyo y le murmuró a mi hermana:
—¡No quiero irme sin volver a verlo aquí!
Durante el día, se la vio triste y silenciosa; por la tarde, estuvo en mi cuarto y dejó

en el florero las azucenas que había cogido por la mañana. Allí fue Emma
a buscarla cuando ya había oscurecido.
Estaba reclinada en la ventana y los bucles de su cabello
casi ocultaban su rostro.
—María —le dijo Emma después de verla en
silencio—, ¿no te hará mal este aire de la noche?
Ella le respondió tomándole de la mano y
sentándose:
—Ya nada puede hacerme mal y... ¡tengo
que decirte tantas cosas!

bucle. Rizo del cabello.

94

—¿No hay tiempo para que me las digas en otra parte? Tú, tan obediente
a las órdenes del doctor, vas así a hacer infructuosos todos sus cuidados y los
nuestros. Hace dos días que no eres ya dócil como antes.

—Es que no saben que me queda muy poco tiempo —respondió abrazando a
Emma y sollozando.

—¡No digas eso! ¡Efraín sí va a llegar!
—Sin poder decirle… me iré sin poderlo esperar. Nunca los síntomas han
sido como los que estoy sintiendo. Necesito que lo sepas todo antes que me sea
imposible decírtelo. Quiero dejarle cuanto yo poseo.
Emma, pondrás —continuó— en el cofrecito en que tengo sus cartas esta sortija que
puso en mi mano en vísperas de su viaje; y en mi delantal envolverás mis trenzas. Dios
quiere librarle del dolor de hallarme como estoy.

infructuoso. Que no da resultado.

Sexto Grado 95

—Estréchalo, Emma, por mí en tus brazos y dile que no en vano luché por no
abandonarlo… que me espantaba más su soledad que la enfermedad misma, y…
María dejó de hablar y temblaba en los brazos de Emma; ella la cubrió de besos y
sus labios la hallaron inmóvil; la llamó y no respondió; dio voces y acudieron en su
auxilio.
Todos los esfuerzos del médico fueron en vano para restablecerla. El anciano
sacerdote de la parroquia acudió a las doce al llamamiento que se le hizo.
Frente a la cama de María se colocó una mesa adornada con las más bellas flores
del jardín y un crucifijo. De rodillas, ante aquel altar humilde y perfumado, oró el
sacerdote. Mi madre y mis hermanas se arrodillaron.
El sacerdote pronunció estas palabras al oído de María:

—Hija mía, Dios viene a visitarte: ¿quieres
recibirlo?...
Ella continuó muda e inmóvil como si
durmiese profundamente.

96

El sacerdote miró a Mayn, el doctor, quien comprendió al instante esa mirada. Tomó
el pulso a María, diciendo enseguida en voz baja:

—Cuatro horas, lo menos.

Le dio la absolución suprema, la bendijo y la ungió. Los sollozos de mi madre, de mis
hermanas y las hijas del montañés acompañaron la oración.

Una hora después, Juan se había acercado al lecho y se empinaba para alcanzar
ver a María, llorando porque no lo subían.

Tomole mi madre en sus brazos y lo sentó en él.

—¿Está dormida, no?

Así preguntó el inocente niño, reclinando la cabeza en el mismo almohadón en que
descansaba María y tomándole en sus manitas una trenza como lo acostumbraba
para dormirse.

Mi padre interrumpió esa escena que agotaba las fuerzas de mi madre y que
los asistentes presenciaban contristados.

absolver. Liberar de alguna obligación.
contristado. Apenado, afligido.

Sexto Grado 97

A las cinco de la tarde, Mayn, quien permanecía a la cabecera revisando a María,
se puso en pie, y sus ojos humedecidos dejaron comprender a mi padre que había
terminado la agonía.
Sus sollozos hicieron que Emma y mi madre se
precipitasen sobre el lecho.
Estaba como dormida; pero dormida para siempre…
¡Muerta!
¡Sin que mis labios hubiesen aspirado su postrer aliento!
¡Sin que mis oídos hubiesen escuchado su último adiós!
¡Sin que alguna de tantas lágrimas vertidas por mí después
en su sepulcro, hubiesen caído sobre su frente…!

Jorge Isaacs
(adaptación)

postrer. Último, final.

98


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