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Published by nacho_landa, 2019-11-26 17:02:10

Tale of two Pinks

Tale of two Pinks

Seguimos caminando hasta que llegamos a una quebrada, donde se podía ver una cueva de la que
salía un extraño brillo. “¿Esto siempre ha estado aquí?” Le pregunté a Starlight, pero dudo que ella
supiera la respuesta. Por lo que me ha contado, tampoco había estado aquí antes, pero resultó
que sí tenía una idea de que podía ser ese lugar. “Creo que he oído a Twilight hablar de este lugar.
Si no me equivoco, aquí debe estar el Árbol de la Harmonía.” “Acabas de inventar ese nombre.”
Starlight me miro un poco enojada, pero ¿Qué culpa tengo yo? Hasta yo me doy cuenta de que no
puedes ponerle Harmonía a cada cosa aquí y esperar que te tomen en serio. Bajamos por la
quebrada hasta la cueva y me tuve que comer mis palabras, pues dentro de la brillante cueva
había efectivamente un árbol que se parecía mucho al castillo de Twilight.

Emitía una energía muy parecida a la de esa cueva en la cantera en el Campamento Everfree, lo
cual suena muy obvio cuando lo digo así. Bosque Everfree, Campamento Everfree. No hay que ser
una genio. Me acerqué más al árbol y vi algo que me hizo sentir muy aliviada; era el elemento de
la harmonía de Twilight, justo al centro, rodeado por los elementos de las otras chicas, uno en
cada rama. Pero había dos ramas que estaban vacías. “Así que este es el Árbol de la Harmonía.
Apuesto a que te sientes mal por decir que lo invente todo, ¿no? ¿Sunset?” Apenas la escuché y
menos le hice caso. Esas dos ramas me llamaban mucho la atención. ¿Y si fuese…? “¡Starlight!”
Grité un poco más fuerte de lo que quería y la asusté un poco. “Perdón. Necesito que traigas a
Nacho hasta aquí. ¿Podrías hacer eso?” “¿Qué si soy capaz de caminar de un lado a otro? No lo sé,
tal vez…” Di un enorme suspiro. “Starlight…” “Muy bien, muy bien. Pero no te mataría decir por
favor.” Antes de que pudiera pedirle por favor y de que me diera cuenta de que se lo pedí muy
poco amablemente, se había ido. No era mi intención sonar así, pero esto era muy importante.

“Muy bien, Garbunkle, voy a vengarte. Estos ogros van a probar mis rocas cuando…” Estaba a
punto de lanzar los dados cuando escuché que alguien entró en la habitación. Esperaba que fuese
Pinkie Pie, pero era Starlight, quién se veía muy extrañada y con razón. Se quedó mirando nuestra
pequeña puesta en escena por un buen rato, sus ojos tan abiertos como le era posible. “Oh, hola
Starli.” Le dije, tratando de aparentar que no estaba metido en un festival ñoño. Cómo aún no
parecía espabilar, pensé que tenía que seguir hablándole. “¿Cómo les fue con ese problema de
amistad?” Al fin había reaccionado. “Bien, creo, no sé. Sunset me pidió que te lleve con ella.”
“¿Ahora? Pero tengo que vengar a Garbunkle.” Me miró levantando una ceja, esperando que no
hablara en serio. Sir McBiggun acababa de jugar su turno, ¿quién más que yo podría salvarlos?

“¿Para qué me necesita Sunset? Pensé que tenían que hacerlo ustedes dos solas.” Le pregunté
mientras trataba de no verme como un tarado intentando caminar con cuatro patas. “Yo qué sé.
Solo me dijo que fuera a buscarte.” Sonaba molesta, así que pensé en algo de que hablar con ella
para tratar de animarla y para que el camino no sea tan incómodo. No podría ser más incómodo
que caminar en cuatro patas, eso seguro, pero de todas maneras quería ser un buen pony con ella.
Ojalá no me refiera a mí mismo como pony cuando vuelva a la Tierra. Cómo el viaje duró cerca de
una hora, principalmente por mi incapacidad de caminar normalmente, hablamos de bastantes
cosas. Claramente ella quería saber cómo conocí a Pinkie, pues es extraño pensar que, si bien
somos novios en la Tierra, no lo somos en Equestria. Eso me llevó a preguntarle si había visto a
alguien como yo o, mejor dicho, literalmente a mí aquí en Equestria, considerando que hay
versiones de todas las chicas aquí, pero me dijo que ella vivía en un pueblo muy pequeño antes de
venir a Ponyville, así que era poco probable que me hubiese visto.

También me contó cómo conoció a la princesa Twilight; una historia que se parecía bastante a la
de Sunset Shimmer. Hablando de ella, finalmente llegamos a la quebrada donde se encontraba.

“Ahí estás.” Me dijo Sunset Shimmer. “Muchas gracias, Starlight. Oh, no es nada, Sunset.” Dijo
Starlight a regañadientes. Le pregunté para que me había llamado y me mostró el Árbol de la
Harmonía, un nombre que puedo jurar que acababa de inventar. “Pues sí, es un lindo árbol.” “¿Ves
cada una de esas gemas en las ramas? Representan a cada una nuestras amigas.” Reconocía esos
símbolos porque las chicas y yo siempre usamos la misma ropa. “Creo que esas dos ramas vacías
deberían representarnos a nosotros dos.” Cómo no sé nada sobre el folklore de Equestria, no
tengo idea como esa rama podría representar a una persona de otra dimensión, pero decidí
seguirle la corriente a Sunset por el momento. “Muy bien, pero ¿Qué significa eso?” “Que
nosotros también representamos un elemento de la harmonía, solo que no sé cuáles.” En verdad
trataba de entender lo que me estaba diciendo Sunset, pero ella seguía hablando en jerga mágica.
“Nacho, si tuvieses que describirme en una palabra, ¿cuál sería?” ¿Sexy? No creo que sea la que
busca, pero si la usaría. Cómo supuse que le importaba mucho todo esto, pensé mucho en que
palabra usaría. Recordé como ella conoció a las chicas y que después de tocar fondo se ha vuelto
una muy buena persona, llegando a ayudar a Twili a no tomar las mismas terribles decisiones que
ella misma tomó alguna vez. Luego la vi a ella.

“Perdón Sunset. Quiero decir empática pero ¿No estás olvidando a alguien?” Le dije mirando a
Starlight. “Starlight te ha ayudado todo el día y no le has dicho ni un por favor o gracias.” Sunset se
veía muy apenada y antes de que pudiese decir algo, Starlight intervino. “Nacho, no es necesario.
Yo sé que esto es importante para los dos y…” “No, él tiene razón. Yo sobre todas las ponys
debería saber por lo que has pasado, pero no te he tratado como debería tratar a una amiga.”
Starlight fue hasta su lado y la abrazó. Es raro ver ponys abrazarse, pero también era tierno.
“Ambas aún estamos aprendiendo, Sunset. Pero en verdad creo que eres empática.” “Gracias,
Starlight. Y tú eres la pony más comprometida que he conocido.” Aunque casi me pongo a llorar,
me detuvo un gran resplandor que desvió la mirada de todos hacía el árbol. En las dos ramas
vacías aparecieron gemas parecidas a las cutie marks de Sunset y Starlight, las cuales luego de un
momento de brillar fueron a parar en sus cuellos como collares. “Espera, ¿esto significa que la otra
rama no representaba a Nacho, sino que a ti, Starlight?” Podrías aprovechar de empatizar con lo
poco especial que me siento ahora. Interrumpiste mi turno de Ogros y Mazmorras para esto. “Así
parece. Y mira, nuestras cuite marks están brillando. Parece que el problema de amistad era
nuestro.” De nuevo, ¿nadie va a preocuparse por cómo me siento?

Volvimos al castillo y luego de disculparme con Spike y Big Mac por terminar el juego
repentinamente, Sunset, Starlight y yo estábamos frente al mapa para asegurarnos de que el
problema sí estaba resuelto. “Ahora podemos volver a buscar tus súper poderes, ¿no, Sunset?”
“De hecho, ya me ayudaste a encontrarlos. La última vez que llevé un elemento de la harmonía
robado a la Tierra me volví una demonio, pero esta vez llevo uno que es mío. No lo habría podido
hacer sin la ayuda de los dos.” Nos dimos un abrazo grupal y le pregunté a Starlight si quería
acompañarnos de vuelta. “Me encantaría, pero quiero ver la cara de Twilight cuando vea esto.”
Dijo apuntando su nuevo elemento. Sunset y yo volvimos por el portal y luego de pasar por la
misma sensación de cuando llegamos, al fin volví a ser un humano. Casi tan importante, habíamos
logrado nuestra misión y Sunset ya estaba lista para ser una súper heroína. Al menos eso pensé
cuando la vi envuelta en llamas.

Capítulo 8e, Ya era hora

“Y así fue como Sunset consiguió sus poderes de fuego.” Le había terminado de contar nuestra
aventura en Equestria a Applejack y Rainbow, luego de que ellas nos hubiesen contado porque fue
que Jackie se retiró tan repentinamente ayer. Sin embargo, ambas estaban bastante confundidas y
de todo lo que les había pasado, solo nos contaron que estaban listas para unirse al equipo.
Probablemente había cosas que Applejack prefería no mencionar, considerando que hablamos de
su padre desaparecido. “¿Qué significa poderes de fuego exactamente?” Le preguntó Dash a
Sunset, quién en vez de responder decidió alardear y envolverse en llamas. “Presumida.” Dije en
voz baja. Como era mi sueño ser un súper héroe, me molestaba un poco ser el único sin reales
súper poderes. A pesar de eso, aún me hacía muy feliz que las chicas finalmente accedieran formar
un equipo, aunque me faltaban unas cuantas. Pinkie ha estado acompañando a Twilight todo el
día y Rarity está con Fluttershy viendo ratones. Odio a los ratones.

Por mientras, las chicas y yo pasamos el rato pensando en nuestros nombres de súper héroe, una
parte crucial en el desarrollo de cualquier equipo. Cómo yo ya tenía un nombre, uno que sí elegí
yo mismo, me dediqué a ayudar a las chicas a conseguir los suyos. Una ayuda muy limitada
considerando que soy pésimo con los nombres, pero es algo hereditario. Pink Nacho viene de Pink
Floyd y mis padres con hambre, que puedo hacer. “Pues yo ya tengo el mío. Decidí que seguiría
con el legado de mi padre y seré la nueva Capitana América.” No puedo decirle irónicamente que
yo soy malo con los nombres, pues creo que tiene muy buenos motivos. “¿Qué hay de ti,
Rainbow? Escribes todas nuestras canciones, crear un nombre de súper héroe no debería costarte
nada.” “Lo sé, pero tiene que ser un nombre que refleje toda mi genialidad. Uno que los villanos
escuchen llenos de temor, pero que al mismo tiempo inspire a la gente.” Se notaba que le gustaba
la idea de ser una super heroína y hasta yo me sentía inspirado. “Un nombre como… ¡Sonicboom!”
Allá tú si quieres llamarte como un terrible juego, aunque en verdad creo que es un buen nombre
considerando sus poderes. “¡Me encanta, Rainbow! Ahora solo faltas tú, Sunset.” Le dije con la
intención de motivarla, pues pensé que sería algo que Pinkie haría. Se lo pensó unos momentos,
así que comenzamos a darle ideas, como Estrella de Fuego o Chica Candente. Claramente no optó
por ni uno y como se hacía tarde, decidieron irse a sus casas. Ahora que estuve con ella en
Equestria, me surgió la duda de cómo consiguió un hogar aquí en la Tierra. Quizás vive con la
Sunset de esta dimensión como su gemela perdida.

Pinkie me dijo que se quedaría a dormir con Twilight o, más bien, Twilight me lo dijo, pues mi
pastelito ya estaba dormida para cuando llamé. Sería la primera noche desde hace unos meses
que duermo sin ella y sinceramente me preocupaba la hora a la que fuese a despertar mañana;
normalmente ella es la que evita que yo duerma hasta las tres de la tarde y además me prepara el
desayuno, algo que de otra manera no tendría. Asumiendo que ya era un niño grande, me fui a
dormir solo, decidido a aprovechar el día de mañana en hacerle arreglos al traje, considerando lo
que pasó la última vez.

Tal como había predicho, me desperté a una hora regular para mí, que es tarde para un ser
humano normal, con la diferencia de que fue solamente a la una de la tarde, dos horas antes que
mi promedio. Dos horas extras que aprovecharé al máximo buscando la manera de hacer que el
traje se mueva hacía mí, por conveniencia más que por flojera.

“Muy bien. Iron Heart, Mark III, prueba uno.” Dije para llenar el vacío que se sentía en el taller del
edificio y porque al pasar tanto tiempo con Pinkie se me pegó el hablar solo. Se me había ocurrido
separar el traje en partes, dígase piernas, brazos, torso, etcétera y hacer que cada una venga de
manera independiente hacia mí, propulsados por cohetes. Cohetes pequeños, claramente. Como
tecnología así requiere mucha calibración, sobra decir que la primera prueba fue… más o menos
un fracaso y un brazo terminó golpeándome en la cara, derribándome al suelo. Escuché unas risas
mientras me caía, así que me levanté en seguida con la esperanza de no tener risas pregrabadas
de fondo y vi a Rainbow ahí sentada. “Lo siento. Es que llegué justo cuando te estabas cayendo.”
Dijo aun riéndose mucho, mientras me levantaba y le preguntaba. “¿Viniste solo para eso? Porque
debo admitir que fue muy oportuno.” “No, solo quería venir a saludar. Tenía un poco de tiempo
libre.” Dash es la última del grupo que me imaginaba dándome una visita casual, pero lo aprecio
bastante. “Vaya, que amable. Gracias.” Le dije, mientras recalibraba el programa para que
entienda que mi cara no es mi brazo. “Trabajas en el traje, ¿eh?” “Sí. Busco la manera de que el
traje venga a mí, para no tener que llevarlo puesto a todas partes.” Me levanté de mi silla y fui a
mi pequeña área de pruebas. “Iron Heart, Mark III, prueba dos.” Dash se rio un poco. “¿Con quién
hablas?” “Ahora que estás aquí, contigo. No es que haya estado hablando solo antes, claro que
no.” Le dije riendo nerviosamente, uno de mis clásicos movimientos. Me puse en posición y esta
vez los brazos y piernas llegaron a donde deberían, pero a una velocidad y en un orden que
nuevamente me tiraron al piso.

“Por cierto, Rainbow, ¿qué les pasó ayer a ustedes dos, exactamente? Applejack no parecía muy
cómoda hablando de eso. Te lo digo yo, que no me siento cómodo con nada.” Le dije mientras
recalibraba una vez más el programa del traje. “No puedes culparla. Encontramos una amiga suya
de la infancia que intento matarnos.” “Vaya, debe ser duro.” No me gustaría encontrarme a alguna
de las chicas de Crystal con intenciones de matarme. Al menos sé que Twili y Lemon no lo harían, y
con eso se acaba mi lista de amigas de mi antigua escuela. “Applejack aún debe querer encontrarla
para saber que le pasó. A ella y a su viejo, claramente.” Hice la tercera prueba mientras me
contaba esa última parte y casualmente esta dio los mejores resultados, sinónimo de no tirarme al
piso. Aun había cosas que afinar, pero me conformaba. “¿Quieres ir a comer algo, Dash? Pinkie
dice que se quedará con Twili hasta tarde.” “Voy a suponer que además de no haber almorzado,
tampoco has tomado desayuno.” Correcto, pero no me responde. “¿Eso es un sí?” “Es un sé que
vas a pedir mucha pizza. ¿Quién le dice que no a la pizza?” Correcto de nuevo. “Yo, si llegas a
sugerir que le ponga piña.” Su expresión cambió súbitamente. “Olvídalo. Ni te imaginas cuantas
veces Fluttershy o Rarity nos han hecho pedir pizza con piña. ¡Ellas ni si quiera comen tanta pizza!”
Ambos nos reímos y en seguida llamé para hacer una orden. Rainbow dijo que ella iría corriendo a
buscarlas con sus poderes si yo pagaba por las cuatro pizzas y la verdad es que me pareció un
tremendo trato.

“Sunshim, llegas justo. No creo que pueda comer un trozo más.” Le dijo Rainbow a Sunset, quién
acababa de aparecerse en mi hogar, el cual quizás debería hacer más seguro considerando que es
la segunda persona que entra sin avisar y sin que me dé cuenta hoy. “Habla por ti, Dash. Yo tengo
hambre para rato.” Dije sacando otro pedazo de pizza. “Pero si quieres un poco, adelante.” “No
tiene piña, ¿verdad?” Preguntó riéndose mientras se acercaba para comer. “No sabía que estabas
aquí, Rainbow.” “Yo no tenía idea de que vendría.” Le dije sin la intención de que fuese una
indirecta de que aparentemente mi casa es un lugar público de encuentro.

“¿Viniste a saludar igual que ella?” Le pregunté y me respondió riéndose levemente. “Sí, y a
decirte que la princesa Twilight me escribió. Dice que ella y las demás chicas llegaron al castillo
justo cuando nosotros dos nos fuimos.” “¿Crees que no ver a la Pinkie pony va a afectarme?
Porque está funcionando.” Me metí otro pedazo de pizza a la boca para ocultar mi desgracia.
“Starlight Glimmer te envió saludos, por cierto.” Casi me atraganto con la pizza cuando lo
mencionó. “¿Quién es Starlight Glimmer?” Cómo me estaba muriendo, Sunset le respondió. “Es
una amiga de la princesa Twilight.” “La única que no se parece a ni una de ustedes.” Le dije cuando
al fin recuperé el aliento. “También es una muy buena amiga de Nacho.” Dijo mirándome con una
ceja levantada, como si estuviera insinuando algo. “Si sigues hablando voy a comerme toda la
pizza.”

Cuando finalmente se acabó la comida, Sunset me preguntó si había servilletas por ahí. “Claro,
déjame traerte una.” Le dije, con lo que estiré mi mano derecha para que el brazo del traje Iron
Heart viniera hacía mí y de paso tarjera servilletas. Al menos así funcionó en mi mente; el brazo
dejó un desastre en su camino, pero hey, llegó a mí. “¿Sorprendida? Es algo en lo que he estado
trabajando.” “Pues, la verdad si me sorprende. No sabía que tuvieras dos manos izquierdas.” No
me había dado cuenta de que el brazo que llegó a mí era efectivamente el equivocado. Como mi
intento de presumir había sido un doble fracaso, me levanté a buscar servilletas a la manera
antigua. Luego de eso, pasamos el día conversando como hacen los amigos y llegamos a un
nombre de súper heroína para Sunset Shimmer. “Sunburst.” “¿Cómo esos dulces?” “No, esos se
llaman… Olvídalo.” Cuando se hizo tarde, ambas se fueron y yo seguí trabajando en el traje hasta
tarde. Como tengo un gran autocontrol para este tipo de cosas, no me quedé dormido en el taller,
pero tampoco dormí las 14 horas que acostumbro a dormir.

“¡Holi!” “Pinkie Pie, son como las diez de… ¡Pinkie Pie!” Me levanté más rápido que nunca y nos
abrazamos como lo hacen las parejas melodramáticas que no se ven hace dos días. “No vas a creer
lo que me pasó mientras ayudaba a Twilight.” Me dijo al terminar nuestro memento romántico. Y
tenía razón, no me creo que mi mejor amiga de la infancia haya alterado la estructura genética de
mi novia, incluso si no fue a propósito. “Twilight dice que lo siente, pero a mí me gusta. Oh no,
conozco esa mirada. Es la mirada de Pinkie Pie me preocupo mucho por ti y sé que no le vas a dar
importancia a todo esto, pero deberías y bla bla bla.” No sabía que existía esa mirada, pero
describía muy bien lo que estaba pensando. Sin embargo, podía ver que su cara se llenaba de
alegría cuando me mostraba sus nuevos poderes y no podría oponerme a nada que hiciera feliz a
la mujer más fantástica que conozco. Excepto los tomates, esas cosas son asquerosas. “No voy a
ser señor sermón esta vez, pastelito. Si tus poderes te hacen feliz, yo también lo soy.” Me abrazó y
me beso la mejilla, todo eso usando sus nuevos poderes. No la parte del beso en la mejilla, sería
raro besar a alguien con una boca así de larga.

Pinkie me dijo que Twilight había aceptado formar parte del equipo, probablemente pensando
que tenía que enmendar lo que le hizo. En el transcurso del día, Rarity y Fluttershy habían vuelto
de su viaje y me contaron lo que les había pasado que, aunque fue bastante extraño, al final hizo
que ambas también fueran a formar parte del equipo como Dazzling Jewel y Thor. Le pusimos así a
Fluttershy por el dios nórdico y porque todos sabemos que soy malo con los nombres. Hablando
de eso, solo faltaba un nombre. Dos, si consideramos que aún no menciono el de Twili.

Capítulo 9, El mejor equipo

“Ya estamos todas aquí, Nacho.” Me dijo Pinkie, una vez que todas estaban aquí. “Muy bien,
chicas. Es hora de comenzar lo que vinimos a hacer. Necesitamos un nombre para el equipo, uno
que suene bien.” Ahora que todas habían aceptado formar el equipo, teníamos que tomárnoslo en
serio. Todas estuvieron pensando un buen rato, menos Rainbow que se le ocurrió algo de
inmediato. “Antes de que digan cualquier cosa, te estoy mirando a ti, Rainbow, las que digan un
nombre que no convenza a las demás se irán castigadas al banquillo.” “Pffft, no hay problema. Nos
llamaremos las Rainbooms.” Todos los presentes la miramos fijamente.

“Por favor, es un buen nombre para el equipo.” Rainbow habló desde el otro lado de la habitación.
“Ya escuchaste a Nacho. Las castigadas no opinan.” Le dijo Applejack tratando de aguantarse la
risa, mientras el resto seguíamos pensando que nombre usar para el equipo. Esta vez fue Rarity la
que alzó la voz. “¿Qué tal Las hermosas gemas de Rarity? Dijiste que tenía que ser un nombre que
suene bien.” He aprendido a reconocer cuando Pinkie habla o no en serio, más o menos, pero no
tengo esa capacidad tan desarrollada cuando se trata del resto de las chicas. En este caso, no sabía
si Rarity estaba hablando en serio. Lo que si sabía es que se fue derechita al banquillo, sin cobrar al
pasar por el banco. Quiero creer que este método funcionará sin darle miedo de opinar al resto de
las chicas.

Aún quedábamos seis de nosotros con derecho a elegir un nombre, pero no nos estábamos
acercando a nada concreto. ¿Qué tan difícil es ingeniar un nombre para un equipo de siete chicas y
un chico, cada una con súper poderes mágicos de otra dimensión? “¿Nada aún?” Quise preguntar
por si en verdad tenían miedo de opinar, lo cual es entendible considerando el banquillo. Se
notaba que Pinkie tenía muchas ideas, pero no se decidía por ni una. Applejack, Sunset y
Fluttershy parecían vacías y, al cabo de un rato, Twili hizo una pregunta. “¿Es en verdad necesario?
No es como que seamos reconocidos todavía.” Pinkie levantó la mano “Voto por enviar a Twilight
al banquillo. Por supuesto que es importante, es lo único que les falta a nuestros pósteres.” Antes
de que cualquiera pudiese preguntar, Pinkie nos mostró carteles hechos por ella misma, donde se
veían dibujos adorables de cada uno, junto a un texto que decía Sí tienes problemas, acude a y un
espacio vacío, donde supongo que iría nuestro nombre. “Hacemos cosas heroicas y animamos
fiestas de… Pinkie, ¿cuándo hiciste esto?” “Hace unos minutos. Ahora pongan a trabajar esas
cabezas, chicas.”

Nunca pensé que sería tan difícil conseguir un nombre con el que estemos todos de acuerdo. Tuve
tantos años para pensarlo y, como todo lo que hago, lo hago a última hora. “Creo que se me
ocurrió algo.” Dijo Fluttershy, calmada como siempre. Me parecía genial que de entre las seis que
quedábamos, ella fuese la primera en decir algo, como si no tuviese miedo. “Estaba pensando en
que quizás podríamos llamarnos Power Ponies, por cómo nos salen orejas y colas cuando usamos
nuestros poderes.” Debo decir que podría ser un buen nombre si ignoramos dos detalles; el
primero es que suena como equipo de hockey de Disney. El segundo. “Creo que olvidas a alguien,
dulzura.” Le dijo Jackie a Fluttershy mientras me señalaba, el único del equipo que no tiene magia
ni orejitas. “Oh, lo siento mucho. ¿Eso significa que…?” Por más que me doliera, tuve que enviarla
al banquillo con Dash y Rarity. Quedábamos solo cinco en este improvisado reality de nombres de
equipos de súper héroes.

“¿Tengo que quedarme aquí hasta que decidan un nombre? Algunas personas tenemos cosas
mejores que hacer.” Dijo Rarity como si de verdad hubiese algo mejor que hacer que esto. “Por
supuesto que sí, somos un equipo después de todo.” Al responderle perdí el hilo de lo que
pensaba y terminé olvidando el nombre que tenía en mente. El ambiente estaba tenso, se podían
escuchar los lápices mordidos, las hojas de papel arrugadas y los bostezos de Rainbow Dash. Pinkie
estornudó por mirar mucho tiempo al sol, lo que pareció distraernos a todos al punto de que
Applejack se levantó del sofá, desesperada. “Estoy con Twilight, no sé si quiera perder el resto del
día en esto. Podríamos estar haciendo verdaderas cosas de súper héroe en vez de idear un
nombre para el equipo.” Podríamos, es cierto. Pero luego podríamos aparecer en las noticias con
un nombre inventado por alguien más y es un riesgo que no pienso correr. Se lo comenté a
Applejack, pero claramente no la convencí, la muy testaruda. Solo había una manera de que no
termináramos moliéndonos a golpes víctimas de la locura colectiva y esa era llegar a un nombre.
“Quizás si logramos hacer algo heroico, se nos ocurra un nombre de acuerdo con cómo trabajamos
en equipo.” Dijo Sunset en el comentario más coherente de lo que va la tarde. “Pinkie Pie.” Le
llamé la atención mientras ella seguía mirando el techo. “¿Podrías terminar esos pósteres sin el
nombre?” “Claro, nene. Luego podemos salir a pegarlos por ahí tomados de la manito.” La miré
encantado por sus dos ideas y mientras las chicas del banquillo daban un suspiro, todas se
retiraron, dejándonos a solas. “Ahora podemos elegir un nombre nosotros solos.” Me dijo
mirándome muy coquetamente. “Estoy bromeando, Nacho. Vamos a pegar esos pósteres y ver si
tenemos algo de suerte.”

Pasamos lo que quedaba del día pegando carteles en postes, quioscos, en el mural de CHS y en las
ventanas de Sugarcube Corner, dónde aprovechamos de descansar un poco. “Aquí celebramos mi
cumpleaños, Pinkie.” Le dije luego de sentarnos en la misma mesa que aquella vez, esperando
nuestro pedido. “Como podría olvidarlo, te veías tan contento.” “Yo soy el que no podría olvidarlo.
Me hiciste la persona más feliz del mundo ese día y lo sigues haciendo hasta el día de hoy.” Sé que
somos novios, pero a veces no puedo evitar sonrojarme cuando hablo con ella. Unos cuantos
meses y me sigue pareciendo impensable que exista una mujer tan maravillosa y que ella sienta
por mí lo mismo que yo siento por ella. El señor Cake hizo sonar una campana y Pinkie estiró sus
brazos sin moverse de la mesa para traer nuestros milkshakes. Si tuviese que elegir un súper
poder, probablemente elegiría el suyo; es demasiado práctico. La miré a sus hermosos ojos y le
pregunté en que estaba pensando, solo por curiosidad. “En un nombre para el equipo.” “¿Todavía
piensas en eso?” “¿Tú no? Es tu sueño, después de todo.” “Es que no soy muy bueno con los
nombres. No sé si te he contado por qué me llamo Pink Nacho.” Me miró muy atenta y dijo que no
tenía idea. Lo mencioné antes, así que no se los diré de nuevo, pero como Pinkie no puede leer mi
mente, tuve que decírselo. Se rio bastante y no me sentí ofendido; yo también creo que es algo
gracioso. “Siempre es genial conocer algo nuevo de ti.” “Te preguntaría lo mismo, pero creo que
está claro por qué te pusieron Pinkie.” Por primera vez en mucho, fue ella la que se sonrojó.
“Acerca de eso, Pinkie es solo un apodo. Como todas me llaman así es básicamente mi nombre,
pero no es el que me pusieron mis padres.” Es la primera noticia que tenía de esto, así que le
pregunté cuál era su nombre. “Vamos Pinkie, no tienes que avergonzarte.” Me tomó ambas
manos. “Nada me avergüenza contigo a mi lado. Ni si quiera ser así de cursi.” Ahora los dos
estábamos sonrojados, así que me dijo cuál era su verdadero nombre. “Pinkamena Diana Pie.”
“Cuando dijiste que Pinkie solo era un apodo, pensé que te habían puesto un nombre muy
diferente. Algo como Mabel Pie, no sé. Sigue siendo más original que mi nombre.”

Comenzó a reírse y luego hablamos del tema como si fuese una competencia. “Me pusieron
Pinkamena porque soy la única de las cuatro que es rosada y Diana porque no podían ponerme
David como segundo nombre.” “¿David? ¿Tus papás querían ponerte David?” Me pareció más
curioso que enterarme de que tenía otras dos hermanas además de Maud. “Por David Bowie. Mis
padres lo aman. Yo también, pero no me habría puesto David como segundo nombre. Tampoco
Diana.” “A mí me gusta Diana, Pinkie.” Fue una linda competencia de nombres y ver quién podía
sonrojar más al otro. Sobre todo, fue una fantástica velada de conocer más a la mujer que me
inspira a seguir adelante.

Se hacía tarde y decidimos volver a su casa a pasar la noche, pues quedaba más cerca que la mía y
dio la casualidad de que ese día estaba toda su familia ahí. Como Pinkie es extremadamente
distraída, no recordaba que vendrían a la ciudad hoy y tampoco les había dicho que tenía un novio
hace meses. Conocí a sus padres y hermanas y me pregunté de donde fue que Pinkie salió tan,
pues, rosada, además de habladora y encantadora. Me pregunté muchas cosas en verdad. Ni un
miembro de su familia se parecía a ella, ni si quiera su hermana melliza Marble. Sin embargo,
todas parecían llevarse muy bien entre sí y me recibieron muy bien, como a uno más de la familia
Pie. Pinkie y yo estábamos muy emocionados por la aceptación de sus padres y hermanas, aunque
tuviesen sus propias formas de expresarlo. Al final del día, Pinkie en si misma es bastante especial,
así que asumí que su familia también lo sería y las acepté tal como ellas me aceptaron a mí. Su
papá tiene un excelente gusto en música.

Luego de cenar y comer tanto como fuese humanamente posible, claramente en mi caso, pues
Pinkie come mucho más de lo que aparenta, ella y yo dimos las buenas noches y nos fuimos a su
habitación. “Todos te adoraron, Nacho.” “Así parece. No sabes cuánto me alegro y lo nervioso que
estaba.” Me conoce tanto que probablemente si sabía lo nervioso que estaba. “Me encantaría
poder darte esa sensación también.” Me miro un poco desconcertada. “¿Los nervios o estar
alegre?” “No, me refiero a que mi familia te acepte. A poder tener suegros. No puedo darte eso,
querida.” Me sonrió mientras me abrazaba muy fuerte, intentando consolarme. “Pero la intención
es lo que cuenta, ¿no? Y yo sé que tu estas lleno de buenas intenciones, Iron Heart.” Dijo mientras
me acariciaba la cara, para luego besarme. “Gracias, eh…” “Chisparrosa, la magnífica. Me decidí
por ese nombre mientras ayudaba a Twilight.” “Gracias, Chisparrosa.” Me miró fijamente, como si
esperase algo. Claramente esperaba algo. “Gracias, Chisparrosa, la magnífica. ¿Me vas a hacer
decirlo cada vez?” Siguió mirándome, parpadeando muy rápido, como tratando de convencerme
solo con la mirada. Luego no pudo aguantar la risa y eso hizo que yo también me riera mucho.
Cómo habíamos caminado y comido el día completo, decidimos irnos a dormir, sin saber que el
próximo día sería aún más agotador que este.

Capítulo 10, Reportándose al deber

“Pinkie, ¿pusiste mi número en los pósteres?” Le pregunté luego de que nos despertáramos. Como
habíamos festejado con su familia, ambos despertamos relativamente tarde, cuando normalmente
ella se levanta horas antes que yo. “Claro, ¿por?” “Eso explicaría por qué mi teléfono está lleno de
llamadas perdidas… ¡Espera, eso significa que nos necesitan!” Cuando nos dimos cuenta de esto,
salimos de la cama como un resorte y nos preparamos para la acción. Llamé al resto de las chicas
para que se reunieran con nosotros en nuestra guarida, es decir, mi casa, tan rápido como les
fuese posible.

Al llegar, vimos frente a la puerta a dos niños; un niño y una niña. La niña estaba vuelta loca
golpeando la puerta del edificio, esperando que alguien le abriera mientras el niño le insistía que
era inútil. Nos acercamos a ella y Pinkie, poniendo una voz tan grave como graciosa, dijo. “Tú
debes ser la que llamó. ¿Necesitas ayuda de súper héroes?” La niña asintió con muchas ganas y la
hicimos pasar, pero ella le dijo a su amigo que se quedara esperando afuera por, y la cito, su falta
de fe. Mientras esperaba al resto de las chicas, nos contó su problema y me pareció, pues, un poco
decepcionante.

Una vez que llegaron todas, les expliqué la situación. “No podemos hacer esto.” Le dije a
Applejack, quien fue la primera en llegar. “Sabes que está sentada ahí mismo, ¿verdad?” Me dijo
Dash, señalando lo obvio. “Lo sé, pero… ¿Encontrar la barita mágica que se le perdió? ¿En serio?
Aceptamos esto y lo próximo que haremos como equipo será rescatar gatos atrapados en
árboles.” Claramente Fluttershy adoró la idea, pero antes de que pudiese decir algo Applejack
intervino. “Con esa actitud, lo próximo que haremos será disolver el equipo.” Como era nuestro
primer encargo, terminé dándole la razón a la Capitana y le pedí a la niña que siguiera
explicándome su problema. “Entonces, se te perdió tu… No puedo hacer esto.” “Déjamelo a mí,
corazón.” Pinkie me sacó de la silla y comenzó a hablar con ella. “Entonces, se te perdió tu barita,
¿no?” “Más bien me la robaron y si mi mamá se entera probablemente me envíe al Reformatorio
de Santa Olga para princesas caprichosas.” Con cada palabra que decía ella, más pensaba en como
nuestro equipo se volverá un grupo de niñeras. “¿Sabes quién te la robó?” Pinkie no perdía la
esperanza con esta niña. A ella se le da mucho mejor que a mí tratar con menores. Y tratar con
personas en general. “Fue Ludo, ese monstruo siempre trata de robarse mi barita para conquistar
Mewni.” En este punto de su relato, pensé que Ludo sería algún amigo imaginario que tiene esta
niñita, pero esa respuesta despertó cierto interés en Fluttershy y Rarity. “Normalmente Marco y
yo le damos una paliza, pero esta vez me pilló durmiendo.” Fluttershy se levantó desde el otro
lado de la sala para hablar con la niña “¿Y cómo se ve ese tal Ludo?” “Es como un pájaro muy
pequeño. Y tiene una calavera en la cabeza que se le ve muy graciosa.” Rarity y Fluttershy se
miraron fijamente y luego la segunda le hizo otra pregunta. “Esa barita… ¿Es por alguna casualidad
la barita de los Butterfly?” “¡Si! ¿Cómo lo supiste?” Sumido en mi escepticismo, pensé que
Fluttershy estaba leyendo los mismos cuentos de hadas que la niña, pero luego puso su martillo
sobre la mesa y la niña lo reconoció de inmediato. “¡Ese es el martillo de la familia de mi papá!
¿Qué hace aquí?” “El señor Rey Bor me lo dio. Si tú tienes la barita, debes ser la hija de River,
¿verdad?” Ella siguió hablando con la niña por un rato y cuando terminaron, nos explicó que era lo
que estaba pasando aquí, pues nadie entendía nada.

“Star dice que, si no recuperamos su barita, Mewni podría ser destruido y luego nuestro mundo. O
no. También es posible que no destruyan nuestro mundo.” Nos quedamos mirando tan
confundidos como antes. “Entonces, ¿ella no estaba inventando nada de esto?” Era lo único que
necesitaba saber en el momento. Por lo que nos contó Fluttershy, su martillo también venía
Mewni, que aparentemente es otra dimensión. Como todos aquí teníamos amigos en Equestria,
no titubeamos al pensar en defender una dimensión que no fuese la nuestra y aceptamos ayudar a
Star a recuperar su barita. Nuestra primera misión como equipo era rescatar una súper poderosa
reliquia familiar de la realeza de otra dimensión. Nada serio. Todo bajo control. No es como si el
destino de una o más dimensiones dependiese de un grupo de súper heroínas amateurs casi
adultas.

“¡Marco! Las chicas van a ayudarme a recuperar mi barita.” Le dijo Star a su amigo que llevaba
quién sabe cuánto esperando aquí afuera. “Las chicas, ¿eh?” “Sí. Aún no tenemos un nombre de
equipo.” El amigo Marco se veía más escéptico que yo cuando Star nos contaba su problema.
“Star, pasamos por esto casi todos los días. No tienes que recurrir a un grupo de adolescentes con
trajes para ayudarnos. Encontraremos a Ludo y golpearemos a su ejército de monstruos como
siempre.” Puedo entender su falta de confianza, pero no tenía por qué decirlo en voz alta. Los
súper héroes también tenemos sentimientos. Y no somos adolescentes, todos tenemos más de 18.

Antes de que Star y Marco se pusieran de acuerdo, Rarity dio un enorme grito de sorpresa.
“¿Cómo vamos a ayudar a cualquiera sí ni si quiera tenemos trajes? ¿En qué he estado pensando
todos estos días?” Se fue corriendo más rápido que Rainbow Dash hacia su sastrería e ignorando
completamente su comentario, nuestros clientes siguieron discutiendo. “Marco, no sabes lo que
puede hacer Ludo con mi barita. Necesitamos ayuda de súper héroes.” Que nos llamara súper
héroes una persona que no fuese yo ni Pinkie casi hace que me ruede una lagrima en la mejilla.
Sunset Shimmer me tocó el hombro para susurrarme algo. “¿Así es como pensaste que sería
nuestro primer día como equipo?” “Más o menos. La chica de otra dimensión fue sorpresa.”

Casi baje unas sillas del edificio, pensando en que su discusión duraría una eternidad, cuando al fin
se pusieron de acuerdo. “Muy bien, Star. Vamos a encontrar a Ludo y le daremos una paliza como
siempre. Te demostraré que solo estas exagerando y luego nos iremos a casa.” “¿Qué hay de
nosotros?” Le pregunté al amargado amigo de Star. “Sí, ¿qué hay de ellos? Prometieron que nos
ayudarían.” Marco siguió caminando y como no dijo nada, decidimos seguirlo a él y a Star, solo por
si acaso.

“Tu amigo Marco. ¿Siempre es así?” Le pregunté a Star mientras la seguíamos, caminando por la
ciudad mientras buscábamos a quién le había robado su barita. “La mayoría del tiempo. Puede ser
muy aburrido cuando quiere.” Le sonreí un poco. “No eres la única con amigas así.” “Escuché eso.”
Respondieron Marco y Twili al mismo tiempo. “Si la bota te queda…” Dije en voz baja, aunque
Pinkie me escuchó y se rio bastante.

Como ella habló casi únicamente con Fluttershy, Pinkie Pie le pidió a Star que nos contara más
sobre ella. Nos contó que llegó a la Tierra porque, según sus padres, era muy inmadura para portar
la barita y necesitaba un lugar seguro para ser su digna portadora y eventualmente reina de
Mewni. Me preguntó por qué es tan común que las chicas de otras dimensiones sean princesas. A
este paso, terminaríamos conociendo a la princesa Peach o a la Dulce Princesa en un abrir y cerrar
de ojos.

Pinkie y yo tratábamos de mantener alta la moral del equipo, pero llevábamos horas caminando
sin una señal de Ludo o de la barita y las chicas comenzaban a perder la esperanza. Parecieron
horas al menos, quizás exagero. El punto es que algunas miembros del equipo comenzaron a
evidenciar sus ganas de retirarse. “Prometimos que la ayudaríamos.” “Sí. Pero no que
caminaríamos tanto tiempo sin hacer nada.” Como no quería obligar a nadie a nada, sumado a que
Rarity ya se había retirado antes, solo quedamos Pinkie, Fluttershy y yo, además de Star y Marco.
“Bueno, un equipo aún puede estar hecho de tres personas.” Dijo, optimista como siempre,
Chisparrosa. Chisparrosa, la Magnífica. “Gracias por acompañarnos, Fluttershy.” “Oh, no hay
problema. Es mi responsabilidad como portadora del Miolnir.” Supuse que se refería a su martillo,
pues pronunció cualquier cosa al cerrar esa oración.

Aún estaba decepcionado porque, incluso luego de demostrar su apoyo y unirse al equipo, algunas
de las chicas prefirieron retirarse. Quizás no es lo que esperaban. Al final del día, ser un súper
héroe era mi sueño, no el de ellas, así que puedo entender que no quieran seguir con esto. En
cualquier caso, estaba más que feliz de que hubiésemos llegado a formar un equipo. Antes de que
pudiese continuar con mi depresivo monólogo interno, nos detuvimos porque Fluttershy le
preguntó algo a Star. “Si Ludo quiere usar tu barita para destruir Mewni. ¿Por qué lo estamos
buscando en la Tierra?” Marco y Star se quedaron mirando un momento y no supieron que
responder. “¿Ves Marco? Estos súper héroes saben lo que hacen.” “No voy a admitir nada, Star.
Vamos a buscar las tijeras a mi casa y sigamos a Ludo hasta Mewni.” Punto para nuestro equipo
sin nombre, gracias a Fluttershy.

Al cabo de una media hora, nos encontrábamos frente a una casa que sobresalía del resto. Era
bastante normal, hasta que veías la torre que salía por el techo. Justo cuando llegamos, la puerta
de entrada se abrió desde adentro y de la casa salió un grupo de monstruos, entre ellos uno que
encajaba con la descripción de Ludo, quien arrastraba un libro bastante grueso. “¡Ludo! ¿Qué
estás haciendo aquí?” Preguntó Star, mientras las chicas, Marco y yo observábamos. “No tengo
nada que explicarte Star Butterfly.” “¿Ese no es mi libro de hechizos?” Dijo señalando el
gigantesco atlas que se esforzaba un mundo por mover. “Así es. Te lo estoy robando para
aprender a usar tu barita.” Cuando terminó de hablar, apareció otro monstruo, uno que salto
desde una de las ventanas de la casa. “Señor Ludo, no pude encontrar las tijeras del chico karate.”
“Juro que ustedes son los peores monstruos que existen.” Dijo Ludo, bastante decepcionado,
como si encontrar tijeras fuese la gran cosa. “¿Quieres robar mi libro y mis tijeras? Esto ya es
mucho, incluso para ti.” Le dijo Star bastante menos enojada de lo que debería. ¿No se supone
que todo esto es algo súper serio? “Yo decido cuando es mucho, Star Butterfly. Pero tienes razón,
no estaría robando tus tijeras si no hubiese perdido las mías.” Cuando dijo eso, uno de los
monstruos que lo acompañaba apartó la mirada por un momento. Se veía mucho menos
monstruo que el resto, usaba un traje como de abogado y estaba peinado bastante elegante.

Marco comenzó a caminar hacia los aliados de Ludo, sin mostrar ni una señal de miedo.
“¿Podemos empezar ya? No sé por qué todos actúan como si esto no nos pasara todos los días.”
Adoptó una pose de karate y golpeó al monstruo que tenía más cerca, haciéndole lo más cercano a
lo que es nada. El monstruo lo miró, levanto un brazo y lo envió unos cuantos metros lejos de un
solo golpe.

“Star, ¿esto pasa todos los días?” Le pregunté, un poco preocupado por como enviaron volando a
Marco y también por su falta de reacción. “No. Normalmente los monstruos de Ludo son unos
inútiles.” “¡Lo sé! Pero lo único que logré hacer con tu barita fue hacerlos más fuertes. Extraña
coincidencia, ¿no crees?” Como Star parecía indefensa sin su barita y Marco había sido lanzado a
otro vecindario, dependía de nosotros tres detener al ejército de Ludo. O eso pensaba hasta que
recordé que, debido a los arreglos que le hice al traje, no lo llevaba puesto y tenía que esperar a
que las piezas llegaran hasta donde estaba. Pinkie se dio una palmada en la cara cuando le
expliqué esa parte y junto a Fluttershy se pusieron en posición de combate.

“¿Lista, hermana?” Le preguntó Pinkie a Fluttershy, mientras ella levantaba su martillo al cielo.
Luego de que le cayera un rayo, ella estaba vestida con una armadura muy medieval y una capa.
Se veía bastante ruda para ser Fluttershy. “Lista, Pinkie.” Verlas así me recordó que yo también soy
un súper héroe, así que hice un movimiento con el brazo y espere que el traje llegara desde mi
casa hasta donde nos encontrábamos ahora, lo que podría demorar unos minutos.

“¡Es la chica del martillo! Quizás puedas quitárselo ahora, Sapotoro.” Luego de que Ludo dijera
eso, todos los monstruos se pusieron en posiciones de pelea. Más extraño que monstruos y
princesas de otra dimensión es que Fluttershy no se veía asustada del todo. Como sea, Pinkie Pie
fue la primera en actuar y estiro su brazo unos cuantos metros hacia atrás, casi golpeándome, para
aprovechar la inercia y su elasticidad y dar un golpe bastante fuerte a uno de los monstruos.
Aunque se veía que le hizo más daño que el intento de Marco, no fue suficiente como para
derrotarlo, lo cual es bastante entendible si consideramos que aún somos jóvenes que con suerte
hacen actividad física. Fluttershy siguió a Pinkie y saltó para darle un martillazo a otro de los
secuaces de Ludo y este si se veía adolorido. “Vaya, Fluttershy. ¿Has estado entrenando?” “No,
este martillo me hace más fuerte.” Dijo un poco sonrojada, lo que otro monstruo aprovecho para
intentar golpearla, pero Pinkie se dio cuenta y lo detuvo con una patada de largo alcance.

Al cabo de un rato, el número de monstruos empezó a sobrecoger a mis amigas y yo aún no podía
hacer nada. Star había ido a buscar a Marco un poco más tarde de lo que esperaría que una
persona se preocupe por alguien que fue lanzado unos cuantos metros por el aire, así que yo era
el único que estaba consciente y no hacía nada. En ese momento, cuando un esbirro de Ludo tenía
acorralada a Pinkie, llegó la primera pieza de mi traje y pensé en rescatarla de inmediato. Luego
me di cuenta de que aparentemente programé las prioridades del traje con los ojos cerrados,
porque solo llegó una pierna derecha, ni si quiera mi pierna dominante. “Madre del amor
hermoso…” Me dije a mi mismo, aceptando mi cruel destino y usando el propulsor de mi pierna
para llegar con una patada hasta el monstruo que amenazaba a Pinkie. “Sí qué te tomaste tu
tiempo.” “Ahora no, Pinkie.” Dije mientras me llegaba la mano derecha del traje, dejándome como
mitad de súper héroe. “Recuerda que prometimos hacer esto con una sonrisa, nene.” La verdad
era difícil sonreír cuando nos estaban dando una paliza, aunque logramos aguantarlos por más
tiempo del que creía considerando que éramos solo tres de nosotras. Al final, su fuerza bruta y
superioridad numérica pudieron con nosotros y nos derrotaron, dejándonos tirados en la calle
mientras se reían. Solo Fluttershy quedó en pie, aunque se veía muy agotada como para seguir
peleando. Todos la estaban mirando y de un segundo a otro, dejó caer el martillo, volviendo a su
estado natural y desmayándose sobre mí. Como remate, el casco del traje llegó al último y al
revés, tapándome toda la cara.

“Nunca habían derrotado a nadie y gracias a la barita ahora son los mejores monstruos que podría
haber intentado despedir.” Ludo se reía como un verdadero villano, aunque seguía viéndose
ridículo arrastrando el libro. Él y sus monstruos se fueron caminando, dejándonos frente a la casa
de Marco, derrotados y sin una idea de a donde podrían haber ido. Me quité a Fluttershy de
encima cuidadosamente y fui a ayudar a Pinkie a levantarse, mientras Star llegaba con Marco
colgando de su hombro. “Perdón, Star. Sé que te lo prometimos, pero…” “Ni se te ocurra terminar
esa oración, Nacho.” Técnicamente ya se me había ocurrido, pero esperé a que Pinkie dijera lo que
tenía que decir. “Lo prometimos y lo haremos. Solo tenemos que reunir al equipo y patearles el
trasero. Y que tengas tu traje puesto desde el comienzo también nos serviría.” Me dijo riéndose
por un momento, para luego volver a poner una cara entre comillas seria, pues la seriedad no es lo
suyo. Moretones aparte, tenía razón; si las chicas hubiesen estado aquí, de seguro habríamos
podido dar menos lastima.

Nos despedimos de Star y Marco y todos nos fuimos a casa para recargar baterías y de paso
regañar al resto de las chicas por no estar comprometidas con el equipo. Aunque Rarity había
hecho unos trajes muy bonitos.

Capítulo 11, Segundo round

“¿Te sientes mejor ahora?” Me preguntó Pinkie mientras ponía un poco más de hielo sobre mi
brazo. De los tres que peleamos, yo era el que peor se veía. Fluttershy se notaba lastimada, pero
aparentemente lo que sea que le ocurre cuando usa su martillo le daba una resistencia mucho
mayor al daño y Pinkie no se veía herida en lo más mínimo. “Sí. Muchas gracias, Pinkie. ¿No
quieres un poco tú también?” “No gracias. No me siento adolorida para nada. ¿Crees que se deba
a mis nuevos poderes?” Tener un cuerpo tan elástico probablemente le dé más resistencia a los
golpes, así que su teoría no estaba tan alejada de la realidad. Me pregunto qué otras cosas podría
lograr con esos poderes si aprovecha su elasticidad al máximo. Conociéndola, se le ocurrirá algo en
un santiamén.

“¿Qué les pasó?” Dijo Twili cuando ella y Sunset entraron a la habitación donde estábamos. Les es
mucha gente, considerando que solo yo me veía como si me hubiesen atropellado. “Nada, nos
pasaron por encima los que le robaron la barita a nuestra nueva amiga porque alguienes
decidieron que era una pérdida de tiempo.” No pude aguantarme el sarcasmo. “Oh, vaya. Lo
siento mucho, Nacho.” Sunset fue la primera en disculparse y a Twilight le costó un poco más,
pero acabó haciéndolo de todos modos. Después de eso llegaron Applejack y Rarity, con los
bonitos trajes que mencioné anteriormente. Como ella tenía una excusa clara, no le dije nada y le
dirigí la sarcástica palabra a Jackie. “Tenía que acompañar a Rarity. Sabes que si yo no hubiese
estado ahí habría hecho cualquier cosa con mi atuendo.” Rarity miró hacia otro lado, indignada.
“Aun así, lamento no haber estado ahí.” Dijo finalmente Applejack quitándose el sombrero, con lo
que me di cuenta de que en verdad lo sentía.

“Basta de lamentarse, chicas. Es hora de probar los diseños de vestuario que elegí para ustedes.”
No sabía si sentirme mal o no porque no hizo ni uno para mí cuando Fluttershy se me acercó y
mirándome con mucha compasión me dijo. “Rarity tampoco hizo uno para mí.” No sé cómo fue
que supo lo que estaba pensando, pero me sentí muy bien luego de que lo comentara. Sin contar a
Pinkie, ella debe ser la que mejor me entiende del grupo.

El traje de cada una de las chicas era lo que esperaría de Rarity, una maravilla; incluso si no tengo
un buen ojo para estas cosas. Lo que diseñó para Pinkie era simplemente adorable y ella se veía
genial con el pelo tomado. Por supuesto, ella se veía encantada con su súper traje y debo decir
que es mejor que el disfraz de gallina que usó el Halloween pasado. El de Applejack se parecía
bastante al de su papá, pero más moderno y con una falda. Supongo que a eso se refería cuando
dijo que quería vigilar a Rarity mientras trabajaba en su atuendo.

A pesar de ser la más veloz del equipo y una de las primeras en mostrar interés en formar parte
del equipo, Rainbow fue la última en llegar a nuestra reunión. “No sabía que estaban todas aquí.”
Se quedó callada un rato y luego dijo. “Ni creas que me pondré eso, Rarity.” “Tenemos otras
prioridades, ustedes dos.” Les dije antes de que Rarity tratase de convencer a Rainbow, algo que
definitivamente hizo en algún otro momento del día. “Hay que encontrar a Ludo y esta vez
tenemos que estar todas juntas cuando suceda. Twili, tu hiciste un aparato para rastrear magia en
los Juegos de la Amistad, ¿verdad?” Había recordado ese episodio de su vida en el que yo estaba
secuestrado por terroristas y pensé que ahora nos serviría para rastrear la barita de Star. Si bien la
última vez que lo hizo se convirtió en una demonio sedienta de magia, confío en que esta vez
sabrá controlarlo. “De hecho, no es una mala idea. ¿Puedo usar tu taller?”

“Claro, es todo tuyo. No literalmente.” Mientas ella se iba, el resto de las chicas se probaban sus
trajes, yo mejoraba el algoritmo de mi traje para que todas las piezas lleguen al mismo tiempo de
una maldita vez y Pinkie estaba saltando la cuerda. Excepto que en vez de una cuerda era uno de
sus brazos, algo que me recordó lo que dije sobre ella dándole un uso creativo a sus poderes.
Claramente no me refería a eso.

Fui al taller al cabo de un rato para ver si esta vez no había arruinado la programación del traje y
me encontré con Twilight, que parecía haber terminado de trabajar en el rastreador de magia.
“Espero que no absorba la magia de las chicas como la otra vez.” “Twili, eres una genio. Estoy
seguro de que este rastreador sí funcionará como lo esperas.” Me dirigía a mi zona de pruebas en
lo que elogiaba a mi amiga. “Gracias, Nacho. Pero no me he sentido muy genio estos días. Casi
encojo permanentemente a Pinkie y…” La interrumpí antes de que pudiese terminar. “Y le diste los
poderes que tanto ama ahora.” “Pero no fue a propósito.” “De todas maneras lo hiciste. Y ahora
hiciste ese rastreador de magia en unos minutos. Yo llevo días trabajando en esta nueva función
del Iron Heart.” Hice la postura que suelo hacer cuando quiero que las piezas vuelen hacia mí y
esta vez llegaron todas relativamente al mismo tiempo, sin equivocarse de lado y sin una fuerza
excesiva que me lance al piso. Escuché aplausos cuando eso paso y al darme media vuelta vi que
Pinkie estaba ahí animándome. “¡Al fin lo lograste, Nacho! ¡Y tú también, Twilight! Con tu súper
rastreador ahora si podremos patear el trasero de ese Ludo.” Pinkie se fue corriendo a avisarle al
resto de las chicas, a pesar de que ni uno de los dos le dijimos que el dispositivo de Twili estaba
listo. “Pinkie confía mucho en ti Twili. Todos lo hacemos.” Por primera vez en mucho tiempo y digo
mucho tiempo porque la verdad no sé si ha pasado, pero quiero creer que es así, Twilight vino a
abrazarme. “Vamos a probarlo, ¿sí?”

“Pinkie dice que ya estás lista, pero queríamos saber si no estaba exagerando.” Dijo Sunset cuando
nos volvimos a reunir con las chicas. “Solo hay una forma de saberlo.” Sin dudar un segundo, como
si mis palabras y las de Pinkie de hace un momento la hubiesen llenado de confianza, encendió el
rastreador y, para la sorpresa de todos, no pasó nada. Twili se veía más decepcionada que
cualquiera, pero tratamos de consolarla entre todos. “Claro que no funcionó.” Dijo Pinkie sin darse
cuenta de que no estaba ayudando a que Twilight se sintiera mejor. “La última vez lo usaste para
detectar magia de Equestria. ¿Cómo vas a encontrar la barita de Star si viene de otra dimensión?”
Hubo un silencio muy breve y luego Twilight le dio la razón a Pinkie. “¡Es cierto! Tengo que
recalibrarlo para que busque energía mágica de Mewni.” Rainbow se levantó de donde estaba y
enseguida le preguntó cómo podríamos ayudarla. “Necesitaría algún objeto mágico de Mewni.”
“Nos estás diciendo que necesitamos encontrar la barita de Star para calibrar tu rastreador para
encontrar la barita de Star.”

“Chicas…”

“¡No! No literalmente, al menos.” Como yo lo veo, así lo estaba haciendo sonar, porque no es
como si objetos mágicos de otras dimensiones fuesen fáciles de encontrar. Antes de que la
discusión se alargara, escuchamos un relámpago que nos hizo callar a todos los presentes. “Oh, lo
siento mucho. Pensé que era más fácil que gritar.” Dijo Fluttershy, ofreciéndole su martillo a Twili.
“El Mjolnir vino de Mewni. Pensé que podría servirte.” Twilight iba agradecerle cuando tomó el
martillo y este llevó su mano hasta el piso, como si fuese demasiado pesado para poder levantarlo.

“Oh, lo siento de nuevo. Se me olvida que solo yo puedo levantarlo.” Le ayudo a levantarse y la
acompañó devuelta al taller para recalibrar el rastreador. El resto teníamos otras cosas que hacer.

“Los Vengadores, es mí última oferta.” Volvíamos a discutir nombres para nuestro equipo. Aunque
discutir suena negativo, era lo que estaba pasando. “Rainbow, te recuerdo que perdiste tu
oportunidad de dar nombres. Además, ¿qué se supone que estamos vengando?” “La paliza que les
dieron hace un rato.” Se rio como si hubiese planeado que dijera eso. “Debo decir que es un
nombre con fuerza, pero tampoco quiero estar vengando cosas todo el tiempo. Suena como si
fuéramos a fallar todo el tiempo para luego darle la vuelta a la situación.” Lo cual suena a la trama
de muchos animes y de las mismas aventuras que las chicas han tenido antes de conocerme,
específicamente en su batalla de bandas. No es que yo vea anime, claramente; es algo que todo el
mundo sabe. “¡Lo tengo!” Dijo Pinkie, dando un enorme salto y un aún más grande grito. “¡Nos
llamaremos Super Stars! Porque somos súper heroínas, estamos ayudando a Star Butterfly.” A
nadie más que a mí parecía fascinarle el nombre y claramente no tenía que ver con que lo haya
dicho Pinkie, pero como tampoco le dijeron que no de frentón decidimos dejarlo como nombre
provisional. Si cuando se dé el momento es un nombre que suena genial al gritarlo en voz alta
seguido de algo como reúnanse o al ataque, lo aceptaré con gusto.

Luego de unos minutos ayudando a Pinkie Pie a rellenar los pósteres con nuestro nuevo nombre,
llegaron Twili y Fluttershy con noticias sobre el paradero de la barita de Star. Nos pusimos de pie,
todos vestidos y en posición, con una preparación doscientas veces mayor y prematura de la que
deberíamos tener considerando que solo nos dijeron que tienen una pista de donde podría estar.
“No sé qué lugar es, pero está a unos kilómetros de aquí.” Dijo Twilight, a lo que respondí de
inmediato. “Pues vamos, no debería costarnos mucho tiempo si… ¿Cuantos de aquí podemos
volar?” Había olvidado que no todos los súper héroes vuelan o tienen medios de transporte
propios y súper confiables. Anotaré eso para la lista de compras de cosas que todo súper equipo
necesita. Respondiendo a mi pregunta, Fluttershy y Sunset tenían maneras confiables de volar,
Twili cree que puede hacerse levitar a sí misma, Rainbow no vuela, pero es capaz de llegar más
rápida que cualquiera hasta cualquier parte y Pinkie quiere catapultarse a través de la ciudad
usando su elasticidad. Con la opción de ir volando descartada, asumí lo peor. “Alguien más hágalo,
no quiero ser yo quién lo diga.” “¡Super Stars, a tomar el bus!”

“¡Mira mami! ¡Es Iron Man!” Escuché decir a un niño mientras me tapaba la cara con ambas
manos. “Jesucristo y todos sus apóstoles.” Me dije a mí mismo, tratando de contener mis ganas de
decirle una cosa o dos al niño que no sabe cuál es mi verdadero nombre de súper héroe.
Claramente entre Rainbow y Pinkie competían por cual podía aguantarse más las ganas de reír.
“Creo que algunas de nosotras deberían aprender a manejar. Al menos las que no podemos volar.”
Dijo Applejack mirando a Rarity y a Twilight, a lo que Rarity se negó en el acto. “Soy una dama,
querida. Las damas tenemos choferes para eso.” Es una manera de evitar una responsabilidad,
supongo. De todas maneras, planeo invertir en medios de transporte dignos de un equipo de
súper héroes cuando acabemos con esto, y tampoco pienso aprender a manejar. Me da un poco
de miedo, considerando que así fue como mis padres murieron.

Twilight nos dijo que ya estábamos cerca, así que le pedimos al chofer que nos deje bajar en el
próximo paradero. Al bajar, Pinkie le dio las gracias al chofer y el dispositivo rastreador de Twili
nos apuntó la dirección que debíamos seguir para encontrar a Ludo y la barita.

A todos se nos hacía bastante familiar el camino y con razón; al cabo de unas cuantas cuadras nos
encontramos con que los villanos que perseguíamos estaban frente a nuestra escuela.

“¿Qué estarán haciendo aquí?” Preguntó Rarity una vez que los vimos a la distancia, seguida por
una pregunta de Rainbow Dash. “¿Y por qué los monstruos de otras dimensiones adoran tanto
este lugar?” “¿Creen que tenga que ver con el portal a Equestria?” Sunset tenía un punto, aunque
Equestria y Mewni son dos dimensiones diferentes, por lo que tengo entendido. Puede que Ludo
no sepa eso o que crea que es más fácil viajar por dimensiones desde Equestria. ¿Es el mejor
momento para imaginármelo como un pony? Mi monólogo interno fue interrumpido por un fuerte
grito que veía desde el patio de CHS. “Por última vez, niña. ¿Por qué no podemos usar el portal?”
“¡No lo sé! Sunset Shimmer lo usa todo el tiempo.” Antes de que Sunset pudiera sentirse aludida
por ese comentario, nos dimos cuenta de tres cosas. La primera es que la niña a la que estaban
interrogando era Trixie, quién probablemente les habló de que había un portal a otra dimensión
convenientemente ubicado al centro del patio de una escuela secundaria. Segundo, muy
probablemente llevaban un buen tiempo así e igual de probablemente la amenacen a ella o a
alguien más con mucha más rudeza si no hacíamos algo. Tercero, antes de que mencionara lo
segundo Pinkie Pie ya estaba parada frente a los monstruos, hablándoles, o más bien intentando
hablarles, con un tono súper serio. “Villanos, dejen en paz a esta pobre niña.” “Por el amor de…
Chicas, andando.”

“Vaya, vaya. La amiga de Star Butterfly vino por más.” Los monstruos de Ludo dejaron a Trixie,
quién se veía aún más confundida que antes. “Pinkie Pie, ¿podrías explicarle a la gran y poderosa
Trixie lo que está pasando?” “¿Pinkie Pie? Estás hablando con Chisparrosa, la magnífica. Y no
vengo sola, Ludo.” Tal como si lo hubiésemos planeado en vez de tener que improvisar luego de
que Pinkie saliera sin avisarle a nadie, llegamos todos cuando terminó esa frase, al fin viéndonos
como un verdadero equipo. “Te lo explicaremos luego, Trixie.”

Así comenzó la primera pelea oficial de las Super Stars como equipo. Nos enfrentamos ferozmente
a nuestros enemigos, todas con sus nuevos atuendos, yo con la tercera versión de mi traje
finalmente funcionando de maravilla y con poco respeto por las tan bien cuidadas plantas del
jardín. Cada uno de nosotros se enfrentó a uno de los monstruos de Ludo por separado porque
daba la casualidad de que eran ocho, igual que los miembros del equipo. Al que me enfrenté tenía
un cuerno y medio de alce, barba y una polera musculosa, además de muchas ganas de pelear.
Parecía que todos estaban desquiciados, como sí solo quisieran luchar hasta la muerte. Es una
fortuna que los hubiésemos encontrado antes de que empezaran a atacar a los alumnos de CHS.
Peleaban con tanta fiereza que me era difícil pensar frases geniales que decir mientras salvábamos
el día. Pinkie, en cambio, estaba en su salsa peleando contra una jirafa, soltando chistes y golpes
como si no fuese su primer rodeo. Siendo la chica más adorable del grupo, era extraño verla pelear
con tal soltura; probablemente criarse en una granja de piedras le formó carácter. Tanto fijarme
en ella va a hacer que me den otra paliza, así que me concentré y traté de darle más duro a mi
oponente de lo que estaba dando a mí.

“¿Cómo están ustedes, chicas? Yo la estoy pasando súper genial.” Preguntó Pinkie Pie mientras
esquivaba el largo cuello de la jirafa contra la que peleaba. “¿Es en serio, Pinkie?” Le respondió
Rarity, aguantando los golpes del monstruo de dos cabezas. “No es el momento, Pinkie Pie.”

Applejack se veía como la más cómoda, su fuerza era superior a la del monstruo del brazo grande
y con el escudo de su papá estaba aguantando cada golpe como si nada. Dash también estaba
luchando mejor que el monstruo langosta contra el que estaba peleando; su velocidad no le daba
oportunidad de contraatacar a su oponente. La batalla parecía estar a nuestro favor en la mayor
parte; aunque no habíamos derrotado a ni uno de ellos, varios de nosotros estábamos ganando.
Solo Twili y Rarity se veían aproblemadas, considerando que son las más delicadas del equipo y ni
una de las dos es muy propensa a pelear. Hasta Fluttershy parecía casi disfrutar de la pelea.

Ludo y el lagarto con traje estaban mirando la pelea desde la distancia. “Justo cuando pensaba que
estaban siendo monstruos útiles.” Dijo tratando desesperadamente de abrir el libro de Star, ese
que robaron cuando nos dieron nuestra primera paliza. “Quizás debería retirarse cuando aún tiene
la barita, señor.” “O podría usar la barita para darles más poder como antes.” Dijo lanzándoles un
hechizo que los volvió aún más salvajes que antes. Las que antes estaban apenas aguantando
fueron fácilmente derrotadas y poco a poco fueron cayendo derrotadas las otras, hasta que
apenas quedamos de pie Applejack, Dash, Pinkie y yo. Ludo y su amigo ejecutivo se veían más
sorprendidos que nosotros al ver la fuerza con la que contaban ahora los monstruos, aunque el
segundo no se veía tan contento. Los secuaces de Ludo, con sus ojos rojos como algo que es muy
rojo, porque es lo único que se me ocurre con tantos golpes que me han dado, aún querían dar la
pelea, así que los que no luchaban directamente con nosotros comenzaron a buscar alumnos de
CHS, causando el terror por todas partes.

“¡Ríndanse, súper héroes! Con la barita de los Butterfly soy invencible.” Las chicas que estaban
abatidas comenzaron a levantarse lentamente, listas para seguir luchando. Abrí el casco del traje
para que Ludo me vea decir lo que estaba a punto de decir. “¿Escuchaste eso, Nacho? Quiere que
nos rindamos.” Dijo Applejack, sonriendo un poco. Luego fue Rainbow Dash la que siguió
hablando. “No debe tener idea de quién somos.” Pinkie ajusto su bufanda, su antifaz, se subió las
mangas y se volvió a tomar el pelo, mientras yo apuntaba a Ludo con un dedo, ignorando que eso
es una falta de respeto. “Marca estas palabras, villano. Nosotros no nos rendimos, porque
somos…”

“¡Súper…” Dijeron Pinkie, Rainbow y Applejack, continuando con mi frase.

“…Stars!” Terminaron el resto de las chicas, con lo que todos comenzamos a brillar y flotar en el
aire. Nos rodearon los colores del arco iris y nos salieron las orejas y colas de pony que al resto de
las chicas les han salido antes cuando las desborda la magia de la amistad. Quería gritar de
emoción sabiendo que me veía tan mágicamente adorable, pero tenía un mundo que salvar.
Puede que decir que estamos salvando al mundo suene exagerado, sin embargo, es probable que
eso sea lo que estamos haciendo aquí. Podías sentir la banda sonora de una heroica pelea en el
ambiente con toda la emoción de nuestra vuelta a la acción luego de ser abatidos, todo gracias a la
magia de la amistad. Y claramente a que somos geniales.

Un gran destello arco iris, como todo lo relacionado a los ponys, salió de nosotros, expandiéndose
hasta alcanzar a todos los monstruos de Ludo, cuyos ojos volvieron a la normalidad, indicándonos
que era nuestro momento de patearles el trasero de una vez por todas.

Y así fue, cada uno de nosotros derrotó a su oponente con un devastador movimiento súper genial
que emocionó a todos los alumnos de CHS hasta el punto de aplaudirnos mientras le lanzábamos
los inconscientes cuerpos de sus lacayos enfrente a Ludo uno tras uno. La última de todas fue
Pinkie, porque es la que mejor sabe montar un espectáculo. Estiró sus brazos mientras los
enrollaba para atrapar a Ludo y cuando lo capturó, lo elevó un poco y desenrolló sus brazos para
lanzarlo hacia el piso con una fuerza centrífuga descomunal. Justo al terminar, dejó caer la barita
de Star, la cual agarré en el aire, marcando finalmente nuestra victoria.

Cuando los ocho miramos al único secuaz de Ludo que no estaba peleando, el que usaba el traje,
este saco una tijera de su bolsillo, abrió un portal y se llevó a nuestros inconscientes enemigos con
él, lo cual me pareció sumamente extraño. ¿No fueron a buscar una tijera dimensional a la casa de
Star porque Ludo había perdido la suya? ¿Y si ese monstruo lagarto abogado la hubiese estado
ocultado de él todo este tiempo? ¿Por qué? Eran muchas preguntas que preferí postergar para
luego de nuestra celebración y de la explicación que le debía a Trixie.

Como no sabía la opinión de las chicas en el asunto, le pedí que mantuviera en secreto la identidad
de las Super Stars una vez que le terminé de explicar lo que había ocurrido. Aunque, viéndolo en
retrospectiva, es bastante evidente que somos nosotras, nadie más en Canterlot tiene super
poderes hasta donde sé. “Nach… Iron Heart.” Dijo Pinkie abrazándome luego de nuestra victoria.
“¡Tú también tienes orejas adorables!” Di un leve grito de emoción ahora que si podía hacerlo y
acto seguido todos nos dimos un gran abrazo grupal de la victoria. “Debo admitir que fue muy
divertido. Además, no puedo resistir a los aplausos del público.” Rarity se veía fascinada
soplándole besos al resto de la escuela en lo que Applejack decía. “Creo que podría
acostumbrarme a esto.” “Yo ya me estoy acostumbrando. ¡Somos geniales!” Rainbow estaba
sumamente emocionada, como todas las demás. Había sido una tremenda victoria, incluso luego
de que nos dieran dos palizas seguidas.

Le devolvimos a Star su barita y fuimos a celebrar a Sugarcube Corner, donde comentamos la
pelea y repusimos toda la energía que habíamos perdido este día. Los señores Cake nos dijeron
que aparecimos en las noticias como un grupo de valientes jóvenes que salvaron Canterlot y que
nos reconocieron a mí y a Jackie como Iron Heart y la nueva Capitana América. Cuando intentamos
chocarnos los cinco nos dimos cuenta de lo agotados que estábamos, así que decidimos retirarnos
a nuestros respectivos hogares para ojalá dormir unas 48 horas seguidas. Claro, si es que el mundo
no vuelve a necesitar a las Super Stars antes.

Capítulo 12, Tu amor esta noche

“¿Alguna vez pensaste que llegaríamos a esto, Nacho?” “Viniendo de la honesta Applejack, claro
que no. Pero después de lo que tu amiguita hizo, no me dejas alternativa.” En ese momento,
Rainbow Dash interrumpió nuestra seria discusión antes de que pasara a mayores. “¿En verdad
van a ponerse así de dramáticos por un juego de Pictionary?” “Dímelo tú, Dash. Tú eres la que le
pidió a Pinkie ser equipo contigo porque siempre les ganamos cuando ella y yo estamos juntos.”
Ella y Pinkie Pie se miraron. “No es verdad. Yo quería variar un rato y jugar con mi gran amiga
Pinkie.” Ella asintió mientras sonreía mucho. El resto de las chicas solo quería que termináramos la
partida de una vez. “Hola, seguimos aquí.” Dijo Sunset, recordándome que no éramos los únicos
cuatro jugando. Habían sido unas tranquilas semanas sin que nos llamaran para trabajar como
súper héroes, así que teníamos tiempo de sobra para jugar un poco. Saqué una carta, pues era
turno de que Applejack adivinara lo que estaba dibujando. Ya que Rainbow me quitó a mi pareja,
no habíamos podido ganar en un solo turno y era una competencia bastante reñida. Dibujé mi
primera línea y Pinkie inevitablemente gritó en voz alta lo que era, con lo que Dash se dio una
palmada en la cara y luego mi querido pastelito rápidamente se tapó la boca, dando un suspiro.
“Oh, vaya. Me pregunto qué estarás dibujando, Nacho.” Applejack estaba disfrutando demasiado
este momento de torpeza de Pinkie. “Dilo de una vez y sácanos de este tormento, querida.” Sin
embargo, lo que dijo Pinkie no era lo correcto y guio falsamente a Applejack a un exceso de
confianza que casi nos hace perder la partida si no fuese por mis magníficas habilidades con el
lápiz. Habíamos ganado al fin y todas menos Rainbow estaban celebrando, claramente con sus
propios motivos. Pinkie anotó una victoria más para mí en la pizarra de nuestra sala de juegos y el
resto de las chicas se fueron a sus casas, ahora que se había hecho tarde.

“Pinkie Pie, ¿lo hiciste a propósito?” Le pregunté respecto a lo que hizo hace poco. “Claro que no,
en verdad pensé que estabas dibujando Los Caza Fantasmas parte 2. Sabes que no engañaría a mis
amigas en un juego así.” Me dijo algo preocupada, como si no supiera que yo sé que ella no
podría. Se toma estas cosas muy en serio y hacer trampa no es para nada su estilo. “Fue divertido
jugar contra ti para variar.” Agregó luego de aclararme lo anterior. “Si, incluso si Applejack no es
tan buena como tú, logramos ganar al final.” Que claramente no es lo importante, pero como
Pinkie y yo nos conocemos tan bien siempre conseguimos adivinar lo que el otro está dibujando.

Justo cuando nos íbamos a acostar para dormir, Pinkie me hizo una pregunta. “¿Cuánto tiempo
llevamos saliendo, Nacho?” “Unos cuatro meses, ¿no? ¿Por qué lo preguntas?” Le dije esperando
que no estuviese tratando de atraparme desprevenido, como si quisiera saber si llevo registro del
tiempo que hemos estado juntos, algo que obviamente hago; atesoro cada día que he pasado con
ella desde mucho antes de que seamos novios. “Pues, ya sabes. Todo este tiempo juntos, he
estado pensando en que quizás, podríamos, no se…” Para hacer que Pinkie se dé vueltas y
tartamudee así, debe ser algo súper importante. “Nunca lo hemos hecho juntos.” “¿Hacer que
cosa? Oooooooooooooooooooh, te refieres a cosas de…” Me lo pensé un poco antes de decirle lo
que creía que ella estaba pensando. Después de todo, no era algo ligero. “… ¿Cosas de hacer
bebes?” “Sí. No, no, no, no, no, no, no. No estoy lista para bebes. Definitivamente no. Pero si, me
refiero a eso. Al eso donde hacemos la cosa donde se hacen bebes, pero no hacemos bebes.
¿Estoy sudando tanto como tú?” No sé si se refería a tanto como yo en general tanto o como yo
en este momento, pero la respuesta a ambas era sí. “Esto, yo… Sí, yo también estoy muy
nervioso.” “Oh, que bien. Es mejor estar nerviosa si estás acompañada.”

Volvió a sonreír, pero aún se le veía demasiado nerviosa y con razón. Nunca habíamos hablado de
algo así hasta ahora y fue algo bastante repentino. “Te entiendo, Pinkie.” Le dije poniendo mis
sudorosas manos sobre las suyas para tranquilizarla un poco. “La verdad es que no lo había
pensado hasta ahora.” Lo juro. “Siendo mi primera relación con una mujer y todo eso.” “Lo sé.
Tampoco es algo que debamos hacer, ¿no lo crees? Yo sé que me amas mucho y yo sé que sabes
que yo te amo mucho. No tenemos que demostrarnos que nos queremos, pero aun así me
gustaría hacer esto contigo.” “Pinkie Pie, moriré el día en que deje de demostrar lo mucho que te
quiero.” Le dije sonriendo, esperando que sonar cursi la haga sentir mejor respecto a esto. Todo
esto es algo bastante difícil de digerir y me estoy esforzando mucho en no hacer algo tonto.
“Gracias, Nachito.” Me sonrojé mucho con ese súper cariñoso apodo. “Lo que quiero decir es que
no veo nuestra relación como una que se base en eso. Hacemos cosas con nuestras amigas, somos
súper héroes, tomamos malteadas juntos, jugamos juegos de mesa. Somos como amigos, pero
novios. Dime por favor que estoy diciendo cosas con sentido y que no te estoy haciendo sentir
mal.” Se notaba que estaba muy incómoda con la situación y que temía decir cosas que sonaran
diferente fuera de su cabeza. Es una extraña y adorable faceta de ella que rara vez puedo ver. “Me
siento igual, Pinkie. Aunque creas que no tiene sentido, también nos veo como mejores amigos,
pero novios.” Me sentía demasiado bien al poder ser el que hace sentir tranquilo al otro. Pinkie Pie
normalmente es la que se deshace de mi ineptitud social y ansiedad. “Si vamos a hacer esto,
quiero que estemos completamente seguros y cómodos. Y totalmente protegidos.”

Luego de estar completamente seguros y cómodos, después de hablarlo bastante y de muchos
cariñitos, decidimos que nos faltaba solo una cosa, protección. Y no del tipo que de protección que
te da ser un súper héroe. “Pinkie, admito que debe ser la idea más adorable que has tenido, pero
también la más ridícula. No podemos usar globos para esto.” “¿Por qué no? Están hechos del
mismo material.” No fue fácil, pero finalmente la convencí de que usar globos no era la mejor
opción. Cómo ya era tarde, descartamos la opción de salir a buscar una farmacia y se nos
acababan las ideas, suponiendo que fuese algo que quisiéramos hacer en ese momento exacto. Sin
embargo, recordé un regalo muy especial que alguien me había hecho hace ya varios años, cuando
aún iba a Crystal. En el momento no era especial, de hecho, fue un regalo a modo de broma de mi
mejor amigo de mi otra escuela. Ya saben cómo son los amigos cuando no saben que regalarte. De
cualquier manera, jamás pensé que llegaría el momento en que sería justo lo que necesitaba.
“¿Por qué alguien te regalaría eso a los 13 años? Tus amigos son raros.” Me dijo Pinkie algo
preocupada por mis antiguas juntas. “Estoy de acuerdo con eso último.” No pareció captar la
indirecta, pero el punto es que ese regalo y ese amigo me estaban ayudando en este momento
quizás sin saberlo. Pensaré en cómo lo abandoné igual que a Twilight cuando termine con lo que
estaba haciendo junto a Pinkie.

Como este no es ni un fanfic erótico, no escribiré ni describiré lo que pasó entre nosotros dos y
saltaré hasta la parte que sigue.

“Wow.” “Definitivamente wow.” No sabíamos que más decir, pero supongo que era un buen
resumen de cómo nos sentíamos los dos. “Se lo que estás pensando, Pinkie. Quieres contarles a
las chicas ahora mismo.” “Nah, no es necesario. Este es nuestro tiempo de privacidad, nene. Pero
yo sí sé lo que estás pensando.” Ni yo sabía lo que estaba pensando, viéndola ahí tan linda como
siempre después de lo que habíamos hecho aquí. Me parecía tan irreal, como un sueño.

“Dejaste muchos amigos cuando te cambiaste de escuela, ¿no?” Cierto, eso era lo que estaba
pensando antes de nuestro tiempo de amor. “No tantos, siendo sincero. Unos tres, como mucho.
Dos, si consideramos que recuperé a Twili, por decirlo de algún modo.” Los otros dos vendrían a
ser mi mejor amigo y una chica que, créanlo o no, resultaba ser de las más populares de la escuela.
No sé cómo fue que llegué a ser amigo de ella; supongo que de la misma manera que soy amigo
de las chicas ahora, cosas del destino. Y mi increíble carisma, claramente.

Volviendo al tema, me sentía mal por no haber pensado en ellos hasta ahora, casi un año luego de
haberme transferido de escuela, sumado a que jamás les dije por qué fue que me cambié. “¿Y no
has sabido nada sobre ellos? Porque claramente ellos si han sabido sobre ti, Iron Heart.” Dijo
tocando el imán de mi pecho, el cual debo agregar que no fue ni una molestia cuando hacíamos
nuestras cositas. “Sigo esperando que te quites esa cosa, por cierto.” “Había olvidado que te lo
prometí. Y no, no he sabido nada de ellos. ¿Te gustaría…?” Me interrumpió como suele hacerlo,
llena de entusiasmo y adivinando lo que iba a decir. “¿Ir contigo en un paseo para revivir los
recuerdos con tus amigos de Crystal Prep? ¡Me encantaría!” La detuve antes de que saliera de la
cama, recordándole que estaba semidesnuda y que definitivamente no lo haríamos ahora mismo.
Acordamos ir a Crystal al día siguiente, considerando que, a diferencia de CHS, ellos nunca tienen
feriados y era probable encontrarlos a los dos ahí.

Fue bastante difícil conciliar el sueño mientras pensaba en lo que acababa de hacer junto a Pinkie
y lo que haríamos al día siguiente. Ella se durmió como un tronco, solo yo estaba desvelado por
esos pensamientos. De cualquier manera, siempre tengo problemas para quedarme dormido así
que, que le hace el agua al pez, digo yo.

“¡Buenos días, amor! ¿Listo para una aventura en tu anterior escuela?” “Pinkie, son las 8 de la
mañana.” Se mostró muy confundida. “Ah, ¿sí? Pensé que era más temprano.” Antes de que
pudiese quejarme, puso una bandeja con un gran desayuno frente a mí y, antes de que pudiese
agradecerle, se comió más de la mitad de lo que traía. Al menos no se tomó mi milkshake. “Vaya,
sí que tenía hambre.” Tenía demasiado sueño para una respuesta inteligente o sarcástica, así que
no dije nada. “Quiero culparte, pero no sería justo.” Ese comentario me hizo despertar un poco.
“¿Culparme porque tengas hambre?” Pinkie siempre tiene hambre, así que me parece raro que
esta vez me culpe a mí. “Claro, lo que hicimos anoche me debe haber dejado hambrienta.”
“Además de hipercinética.” “Eso es culpa mía. Pero no te haría mal acostumbrarte a despertarte
más temprano. Un súper héroe debería estar más activo que eso.” No tenía como discutir su
lógica, pero es que realmente me gusta dormir. No puedo ser socialmente inepto mientras
duermo, hasta donde yo sé.

Pasaron largas horas desde que mi pareja me despertó hasta que llegó la hora a la que quería
visitar a mis viejos amigos de Crystal, por lo que tuve tiempo de sobra para, primero, prepararme y
verme moderadamente presentable dentro de lo que mi estilo usual me permite y, segundo,
ponerme ansioso con cada minuto y pensar en cada posible resultado de esta reunión. Incluso con
Pinkie a mi lado, me sentía demasiado nervioso al volver a un lugar al que no voy hace meses,
donde habría mucha gente que relativamente conozco. Muchos como has estado o que cuentas
que tendré que responder una y otra vez me esperaban a la entrada de la preparatoria y no
quería; punto. No más veces de las necesarias, al menos; con ponerme al día con mis amigos ya
era suficiente.

Llegamos al patio principal de Crystal y Pinkie no se veía sorprendida por su impresionante
fachada. Aparentemente, ella y Rainbow habían venido aquí antes para espiar a los alumnos para
los Juegos de la Amistad. Dejando de lado ese juego sucio, comencé a mirar por los alrededores a
ver si encontraba a cualquiera de mis dos amigos de la preparatoria. Una de ellas era
extremadamente ruidosa, así que no me fue difícil detectarla cuando salió por la puerta frontal
tocando una guitarra de aire. Le hice una señal a Pinkie para que me siguiera y cuando estuvimos
lo suficientemente cerca la saludé. “¡Lemon Zest!” Gritamos Pinkie y yo y por algún motivo mi
pastelito se veía mucho más emocionada que yo. Siendo honestos, me puedo imaginar por qué
alguien estaría más emocionado que yo por hablar con una persona, pero no me explicaba que
Pinkie conociera el nombre de Lemon. “Nos conocimos en los Juegos de la Amistad. Por cierto,
hola Nacho. Hace mucho que no te veía.” Tuve que explicarle que me había cambiado de escuela a
principio de año. No sabía si sentirme mal porque no se había dado cuenta hasta ahora, pero ella
es aún más distraída que Pinkie, así que se lo perdoné de inmediato. Además, jamás le dije a nadie
que me iría cuando lo hice, no puedo culparla por no saberlo. Luego de ese saludo y explicarle
porque no me había visto hace tanto, le conté que Pinkie y yo éramos novios. Es lo primero que le
cuento a cualquiera por lo feliz que me hace; después de eso viene el hecho de que soy un super
héroe, sin ni un respeto por las identidades secretas.

Reencontrarme con ella fue mucho más agradable de lo que pensaba, y no lo digo por ella, lo digo
por como suelen sudar mis manos cuando hablo con personas que no son ni Pinkie ni las chicas. Le
pregunté dónde estaba mi otro amigo y me dijo que no lo había visto en todo el día. Supuse que
era porque justo hoy no fue a clases, algo muy común en él, así que en vez de quedarme
esperando de pie a la salida de Crystal como si fuese una persona socialmente capaz, Pinkie,
Lemon y yo nos fuimos al lugar al que siempre vamos cuando queremos hacer cualquier cosa con
amigas, Sugarcube. Es el mejor lugar para este tipo de cosas, incluso si quedaba más lejos de
Crystal que La Torre Super Star. Le acabo de poner así a mi casa, suena como una buena base
secreta de súper héroes. Claro que no puedo ponerle dos Ss gigantes en la fachada, pero ya
pensaré en algo.

“Entonces, ¿por qué te cambiaste de Crystal, Nacho?” En este punto de mi vida, ya no me dolía
esa pregunta. Pinkie me ayudó mucho a superar la muerte de mis padres y definitivamente a
hablarle de eso a mis amigas. “Oh, vaya. Qué duro.” “Sí, pero no te preocupes.” Lemon era
conocida por no preocuparse mucho, de cualquier manera. “Gracias a que me cambié a CHS
conocí a Pinkie Pie.” Le dije mientras acariciaba su mano. La de Pinkie. “Y gracias a eso nos
volvimos los súper héroes que somos ahora.” Le dijo mi amorcito exhibiendo sus poderes, con lo
que Lemon se emocionó bastante. “¡¿Tú también tienes súper poderes?! Pensé que Nacho era el
único. Oh, oh, oh, ¿pueden darme súper poderes también?” Nunca la había visto tan emocionada
y eso que la barra estaba bastante alta. Rara vez se quitaba los audífonos, incluso si no estaba
escuchando música, y esta fue una de esas raras veces. “No había pensado en expandir el equipo,
pero no veo porque no. Podrías usar el traje que Twilight le hizo a Pinkie…” “…que quedó
totalmente destruido la última vez que lo usé. Culpa mía.” Dijo mientras se reía nerviosamente,
acompañada de risas menos nerviosas de parte de Lemon. “Estoy seguro de que, si se lo pides,
Twili podría hacer otro para ti.” “¡Me encantaría! Pero no creo que tenga tiempo de hacer esas
súper cosas, sabes cómo es Cinch con los horarios.” Sí que lo sabía. A Twili y a mí podía tenernos
días enteros trabajando si lo consideraba necesario.

“¡Si cambias de opinión o tienes más tiempo libre solo llámanos!” Pinkie le dio uno de nuestros
pósteres promocionales, ya con el nombre del equipo, que tenía guardado en su algodonado
cabello. A veces me daba miedo pensar en las cosas que ella guarda ahí.

Fue una larga y divertida velada. Lemon me recordó muchas anécdotas de mis tiempos en Crystal
que me habrían hecho sentir muy mal por haberlas olvidado si no fuese por lo alegre que se veían
las dos en el momento. Me hicieron recordar lo genial que es tener tan buenas amigas. No es que
lo haya olvidado, es que, en el momento, cuando estaba en Crystal, no las apreciaba tanto como
ahora. Creo que a Twili le pasó lo mismo que me acaba de pasar cuando terminaron los Juegos de
la Amistad, solo que en su caso yo era su único amigo además de Spike.

Cuando se acabó el día, le pedí a Lemon que le enviara saludos a mi otro amigo si lo veía y
finalmente se fue rumbo a casa, bailando al ritmo de lo que fuese que estaba escuchando con sus
audífonos. “Naaaaachoooooo.” Dijo Pinkie en un tono muy sinuoso y con una sonrisa casi
inquietante. “¿Sí, pastelito?” “Te gusta Lemon, ¿verdad?” Si hubiese tenido algún líquido que
escupir en el momento, lo habría hecho. “N-no. ¿Por qué…? Voy a ahorrarme esto. Me gustaba
cuando era más pequeño, ¿contenta?” Dio un gran y súper emocionado lo sabía mientras saltaba
en una pierna, llena de alegría. “No te culpo, es muy linda. Sí yo fuese un tremendo ñoño también
me gustaría.” No me gustaba porque yo fuese un tremendo ñoño, es solo que era la única amiga
no Twilight que tenía, era lógico que terminara gustándome; lo que no significa que me haya
enamorado de Pinkie por que haya sido la primera mujer que vi en CHS además de la directora. De
cualquier modo, jamás tuve el valor de decirle a Lemon que me gustaba por las mismas razones
ridículas que evitaron que se lo dijera a Pinkie por unos cuantos meses: no quería dejar de ser su
amigo. Ahora sé que, incluso después de meses sin hablarle, no hay mucho que pueda hacer para
que dejemos de ser amigos y sé que puedo decir lo mismo de cualquiera de las chicas. No podría
perdonarme si llegase a hacer algo que me separe de cualquiera de ellas.

Capítulo 13, De vuelta a la acción

“¿Estás leyendo mi correo, Pinkie? ¿Si quiera tengo un buzón fuera del edificio?” Había
encontrado a Pinkie leyendo unas cuantas cartas que había sobre la mesa. “Nuestro correo,
Nacho. Te recuerdo que vivimos juntos.” “Touché.” Me senté a su lado para acompañarla. Sí yo ya
creo que leer es aburrido, no me imagino como debe ser leer correspondencia solo. “¿Ya leíste esa
que va dirigida al equipo?” Le pregunté apuntando una de entre todas las cartas que tenía un logo
muy bonito. “Sí, decía algo sobre una agencia del gobierno con un nombre muy largo que quería
que trabajemos para ellos. ¿Les digo que sí? ¿Qué tal si nos hacen agentes del gobierno?
Imagínalo, podrían llamarme la Agente P.” “Olvídalo, Pinkie. Prefiero hacer una fogata en mi cara
antes que vender el equipo así. Además, ya tienes un nombre de súper heroína.” Tiré la carta al
basurero luego de responderle y me di cuenta de que había varias más ahí. En serio, ¿desde
cuándo tengo un buzón?

“Mira, aquí hay otra para el equipo.” Pinkie me la alcanzó y comencé a leerla en voz alta.
“Querida… ¿Twilight? Pensé que dijiste que era para el equipo.” “Nadie usa el correo, pensé que si
no es una cuenta debía ser para el equipo.” Tenía un buen punto. En cualquier caso, era más
importante saber porque llegaría a mi casa una carta para Twilight. Seguí leyendo y el autor de la
carta describía extraños sucesos que habían tenido lugar en el campamento Everfree y que
necesitaban ayuda profesional súper heroica. “Oh, ya veo. Debe ser el novio de Twilight.” Al igual
que el otro día, de haber tenido algún líquido para escupir, hubiese sido el momento ideal para
hacerlo. “¿Novio de Twili?” “Es cierto, tu no fuiste al campamento.” Gracias por recordármelo; me
perdí verte en pantaloncillos cortos y también el momento en que obtuviste tus súper poderes.
“Era el guía del campamento. Él y Twilight se llevaban muy bien y han salido unas cuantas veces
después de eso. Debe creer que ella es la líder del equipo y por eso le escribió así.” No quiero
sonar arrogante ni nada parecido, pero pensé que yo era el líder. Quiero decir, yo pago las cuentas
y fue mi idea en un principio. “¿Pero dices que es su novio por que de verdad es su novio o lo dices
para molestarla?” “No lo sé. Podríamos preguntárselo, ¿no?”

“Nacho, nos está pidiendo que lo ayudemos, ¿y te preocupa si es o no mi novio?” “No evadas la
pregunta, Twili. Si tienes novio y no me lo contaste me voy a sentir súper mal.” Me crucé de brazos
al igual que Pinkie, esperando que mi supuesta mejor amiga de la infancia diera la cara. “No, no
somos novios. ¿Podemos volver a la parte importante?” Asentí con la cabeza, aun de brazos
cruzados. “De cualquier modo, sabrías como me sentí yo cuando no me contaste que te
cambiarias de escuela.” Lo dijo en voz baja, pero pude escucharla. Y tenía toda la razón. “Twili,
yo… Lo siento. No tengo como quejarme de que no me cuentes algo.” “Ah, no. Estaba bromeando.
Sé por qué no me lo contaste, no te martirices por eso.” Vaya, Twilight bromeando. “Gracias, Twili.
De todas maneras, lo siento.” “También lo agradezco.” “Y yo agradezco que sean tan buenos
amigos, pero necesitan nuestra ayuda, chicos.” Primero Twili hace una broma y luego Pinkie es la
voz de la razón. Créanlo o no, este día se puede y se va a poner más raro.

Al ser algo tan repentino, de las chicas que no estaban ahí solo Sunset acudió al llamado, así que
los cuatro partimos al campamento a ver de qué se trataba todo esto.

Decidimos experimentar un poco y yo me llevé a Pinkie mientras Sunset se llevaba a Twili, como
ambos podíamos volar y ellas dos no. Fue un desastre, pero no tan rotundo. Twilight y Pinkie
gritaron todo el viaje, solo que una gritaba de miedo y la otra de emoción y está claro cuál es cuál.

“¡Twilight!” “¡Timber!” Fuimos saludados por dos personas, de las cuales supondré que una es el
supuesto novio de Twilight. La otra, por lo que me han contado del campamento, debe ser la
hermana que se volvió una demonio poseída por la magia de Equestria. Una más del club. “Así que
este es el famoso campamento Everfree.” Dije admirando el hermoso paisaje. “Y el famoso novio
de Twili.” Esa parte la dije disimuladamente mientras tosía para ocultarlo. Volviendo al punto
anterior, en verdad era un lugar bonito. Me recordaba a la casa vacacional de mis padres de la cual
supongo que también soy dueño ahora. Mis papás tenían tantas cosas que es difícil llevar registro
de todo lo que heredé. El campamento me recordaba tanto ese lugar en el que pasé tantos
veranos que de inmediato comencé a estornudar, víctima de las alergias. “Es un placer tenerlos
devuelta aquí. Lástima que cada vez que vengan el campamento necesite ser salvado.” La chica
que acompañaba al novio de Twili se dirigió muy amablemente a nosotros. “Explíquenos la
situación, eh…” “Gloriosa. Gloriosa Daisy.” En eso, Twili intervino. “No es una excusa de Timber
para verme, ¿verdad?” El amiguito de Twilight se puso rojo como un tomate. “Claro que no. No
necesito excusas para eso.” Suave. Como papel de baño hecho de lija. Ese fue el lado de mí que ve
a Twilight como una hermana menor y juzga silenciosamente a todos los hombres con los que
podría estar saliendo.

“Pues verán, hemos estado escuchando ruidos extraños venir del bosque últimamente.” La chica
Gloriosa comenzó a explicar el porqué de la carta que nos llamó hasta aquí. “¿De nuevo?” Dijo
Sunset un poco confundida. “No es por ofender, pero la última vez también tuvimos que lidiar con
cosas raras de este bosque.” “De hecho, tuvimos que lidiar con Gloriosa por cosas raras que sacó
de este bosque.” Dijo Pinkie con una casual falta de empatía. Claramente no era su intención
ofenderla, pero Gloriosa se contrajo un poco, por lo que Timber tuvo que seguir explicándonos.
“Esta vez es diferente. Ni yo ni Gloriosa sabemos de qué podría tratarse y somos los únicos dos
que vienen por aquí.” Se detuvo un poco antes de continuar hablando. “Si tuviese que adivinar,
diría que debe ser una criatura mágica de Equestria.” Le guiñó el ojo a Twili cuando terminó esa
frase y Pinkie detectó mi reacción de inmediato. “¿Estas temblando, Nacho?” Me preguntó en voz
baja. “Sí, pero no sé si es porque voy a estornudar o vomitar.” Entre la romántica tensión y mi
alérgica incomodidad, Sunset nos incitó a la acción. “¿Pues qué estamos esperando?” Se prendió
en llamas, mostrando, para mi agrado como líder del equipo, todo su ímpetu para trabajar. Luego
nos dimos cuenta de un pequeñísimo problema. “Sunset…” “Sí, ya lo sé.” Traté de decirle, pero
claramente ya se había dado cuenta de lo peligroso que serían sus poderes dentro de un bosque.
Decidimos que iríamos Pinkie, Twili y yo mientras ella cuidaba a Gloriosa y a Timber donde no
había mucho material inflamable, cerca de un muelle o, mejor dicho, de los restos de lo que
alguna vez fue un muelle. Sin embargo, Timber insistió en seguirnos por si nos perdíamos en el
bosque, claramente una excusa para estar junto a Twili. Como de todas maneras un guía no era
una mala idea, lo dejamos venir con nosotros y nos adentramos al bosque del campamento.

Llevábamos unos minutos caminando y no habíamos escuchado ni visto nada raro. Si no fuese
porque su hermana también parecía preocupada, en verdad pensaría que fue una excusa de
Timber para ver a Twili. No me mal interpreten, no es nada personal contra él. “Un curioso grupo
el que hemos formado aquí. Una hechicera, un ingeniero, un guarda parques y, pues, yo.”

“Pinkie, ¿qué estás haciendo?” “Pensé que sería divertido narrar lo que nos está pasando.” Pues sí,
lo sería si es que estuviese pasando algo. “Entonces, Timber, ¿cuándo fue que escucharon los
ruidos extraños que mencionaron?”

Le pregunté esperando progresar un poco en nuestra misión. Él se veía distraído mientras hablaba
con Twili, así que tuve que preguntar de nuevo. “Oh, sí. Todo el tiempo. No sé por qué no hemos
escuchado nada ahora. Quizás nos vieron y les dio miedo.” Aunque es bastante creíble, no
estamos aquí para darles miedo a unos ruidos inexplicables, queremos llegar al fondo de esto.
Esperé por unos momentos algún comentario oportuno de Pinkie, pero ni ella ni Twili dijeron
palabra alguna. Miré hacia los lados y ni una de las dos estaba ahí; solo nos encontrábamos Timber
y yo a la mitad del bosque, el cual se había llenado de una densa neblina sin que nos diéramos
cuenta. Llamé a Pinkie varias veces, pero no parecía oírme; estoy seguro de que podría escuchar
su voz desde cualquier parte del bosque si ella se esforzase lo suficiente. Como Twili no atendía al
llamado de Timber, ambos asumimos que alguna fuerza mágica impedía que nos escucharan. Eso
asumí yo, al menos. “Genial, estoy perdido en la mitad de un bosque al que soy alérgico.” “No
estamos perdidos, se perfectamente como volver al campamento.” Aunque al principio me llenó
de confianza, al cabo de unos minutos caminando no parecía que estuviésemos llegando a ni un
lugar. “Muy bien, lo admito. Estamos perdidos. ¡Gloriosa! ¡Gloriosa!” Intenté sobrevolar el bosque
para ubicarnos desde el aire, pero por más que subía, ni la niebla ni el bosque parecían acabar.
Tampoco tenía señal como para pedirle ayuda a Sunset por teléfono, así que lo único que me
quedaba era esperar junto a Timber.

“¡Timber! ¡Nacho! ¡Sunset! ¡Pinkie! ¿Alguna me escucha?” De un momento a otro, me encontraba
totalmente sola, rodeada de árboles y una espesa niebla que no me dejaba ver muchos metros
más adelante. De inmediato supuse que el resto debía encontrarse en mí misma situación, pero
sin Timber para guiarme por el bosque sería difícil encontrar a cualquiera sin hacerles más difícil
encontrarme a mí. No tuve éxito tratando de disipar la niebla con mi magia y aun no oía respuesta
de mis amigas, solo unos cuantos susurros que parecían provenir de todas direcciones. “Mantén la
cordura, Twilight Sparkle, debes estar imaginando cosas.” Me decía mientras, irónicamente,
hablaba conmigo misma en voz alta. Al menos me queda claro que hay algo raro en este bosque y
no es Timber inventando cosas para vernos. Espero que él esté bien.

“¿Sabes algo más sobre los ruidos, Gloriosa?” Me estaba aburriendo de muerte, así que decidí
hacerle unas preguntas para pasar el rato. Y claro, también porque me interesaba saber si la magia
de Equestria tenía algo que ver con esto. “Pues, no son solo ruidos de animales, he oído voces
también.” “¿Voces? ¿Y puedes entender lo que dicen?” ¿Y cómo es que no lo habían mencionado
antes? Extrañas voces que vienen del bosque es lo primero que yo mencionaría en un caso así.
“Algo sobre una maldición y una bruja. No habla muy claro, pero se nota que sufre bastante.” ¿En
serio? ¿Te guardaste la parte sobre las maldiciones y las brujas? Como pensé que era muy
probable que se estuviera guardando muchos detalles importantes, decidí usar mis poderes para
ver sus recuerdos y buscar algo que haya olvidado contarnos. Además de todo lo que ya se olvidó
de contarnos.

“Gloriosa, ¿has visto el hacha? La dejé cerca del pozo de agua.” “No, no la he visto. ¿Estás seguro
de que…? ¿Qué fue ese ruido?” “Vino del bosque. Sonó como si se cayera un árbol.” “¡Zis, Zas!”
“¿Y a qué sonó eso? Deberíamos ir y ver que está sucediendo.” “O podríamos pedirle ayuda a
alguien más, ¿no crees? Le escribiré a Twilight.” “Mis niños… Debo salvarlos… Antes de que la
bruja se apodere del bosque.” “Vaya, eso no fue para nada esclarecedor. ¿Esta niebla siempre
estuvo aquí?” Cuando dejé de ver los recuerdos de Gloriosa, noté qué estábamos rodeados por
una neblina que no dejaba ver casi nada.

“No, apareció mientras me tomabas del brazo y te brillaban los ojos. ¿Estás bien?” “Eh, sí. Los que
me preocupan son mis amigos. ¿Crees que estarás bien si te dejo aquí sola?” Si algo entendí de los
recuerdos de Gloriosa es que quién está detrás de todo esto debe ser esa bruja que menciono la
voz que ella escuchó y que me veo muy rara mientras uso mis poderes. Tengo que reunirme con
las chicas para advertirles, aunque será difícil con esta niebla tan espesa.

“Me estás volviendo loco, Timber. Twili no te escucha.” Ya me estaba cansando de estar perdido
con él y mis alergias no estaban haciendo las cosas más soportables. “En vez de quedarte ahí
gritando deberías buscar una forma de encontrarla.” Comenzaba a volverme menos pasivo y más
agresivo. “Gritar es mi forma de encontrarla.” “Pues no nos está llevando a ni una parte.” Estaba
muy irascible como para darme cuenta de que estaba siento un tremendo idiota, pero Timber me
lo hizo saber más temprano que tarde. “¿Por qué eres así conmigo? Twilight siempre me hablo
bien de ti. Dijo que le encantaría que nos conociéramos, pero no parece que yo te agrade.” Fue
entonces cuando me di cuenta de que en verdad estaba sobreprotegiendo a Twilight, como si ella
no pudiese tomar decisiones por si sola. Se supone que soy su mejor amigo, debería apoyarla en
casos así y alegrarme por ella. Además, se ve que Timber no es un mal tipo, solo es un, digamos,
idiota, pero en el buen sentido. Como yo estaba siendo un idiota en el mal sentido, decidí
disculparme con él. “Perdón, Timber. No eres tú, me comportaría así con cualquiera que estuviese
saliendo con Twili. Eso no justifica que sea un tarado, pero quiero que sepas que es porque la
quiero mucho. Dicho eso, yo solo quiero que… Agáchate.” “¿Qué? No voy a…” Lo lancé conmigo al
suelo antes de decirle algo y justo a tiempo; logré que esquiváramos unas boleadoras que venían
hacia nosotros. “No estamos solos aquí, Timber.” “¿Quién más…?” Tuve que taparle la boca pues
estaba hablando muy alto. Me levanté para ver si había rastro de alguien, pero no tuve un solo
momento para observar antes de ver como una red era lanzada hacia nosotros. Años de
videojuegos resultaron útiles cuando por mero reflejo alcancé a salirme de su camino, pero Timber
no tuvo tanta suerte. “¡Iron Man, ayúdame!” Consideré por un momento no hacerlo cuando me
llamó así. “Ustedes dos sigan hablando, que yo los seguiré atrapando.” Dijo una voz que podía
venir de cualquier parte, dada la disminuida visibilidad que había por la niebla y los árboles.

“Genial.” Suelto la mano de Nacho medio segundo para rascarme y desaparece entre la niebla que
salió de la nada. Te lo tienes merecido por olvidar que tienes dos manos, Pinkie Pie, como
cualquier humana. Como hablar en tercera persona no va a cambiar las cosas, tengo que
encontrar al resto antes de que se preocupen por mí. Pero, ¿cómo encontrar cualquier cosa en un
bosque con una niebla como la de aquí? Tenía que confiar en lo único más fuerte que la intuición
femenina: el poder del amor. “¡Nacho! ¡Responde si me escuchas, por favor!” La única respuesta
que recibí fue el tronco de un árbol que salió volando hacía mí, seguido por la voz de una criatura
que me quería abatir. “¿Quién se acerca a las rocas malditas donde el Espantagón habita?” ¿Un
dragón que rima? ¿Esa es la cosa por la que nos llamaron de vuelta al campamento? Y yo que me
estaba preocupando por un momento. “Yo, Pinkie… Chisparrosa, la Magnífica, me acerco a las
rocas malditas donde el Espantagón habita.” De entre las piedras de la cantera, los árboles y la
neblina, apareció una criatura de al menos cinco metros de alto que me daba unas vibras tan
terribles como sus rimas. “¡Habla! ¡Bala! Tan abatida que busca huida de la bestia a quien
molesta.” Si el hecho de que pareciera querer matarme no fuese lo más importante, me
preocuparía por su afán de rimar tan irritante.

Capítulo 14, Muestra lo que vales

“¿Cuánto tiempo llevo aquí sentada?” El suficiente como para hablar sola, aparentemente. Me
había rendido con caminar en círculos hace rato y no veía ni una señal de alguien vendría a
ayudarme. O de que alguien vendría del todo. Solo me quedaba hablar con estas bolitas de fuego
azules que orbitaban alrededor mío. Un momento. “¡Ah!” La sorpresa hizo que me levantara
rápidamente de la roca sobre la que estaba sentada. Fue entonces cuando, luego de una segunda
inspección, me fije que en efecto había exactamente tres fuegos fatuos haciendo círculos
alrededor mío. “¿Pero ¿qué mi…?” “Shhh. No delante de los niños.” Dijo una voz que se escuchaba
muy cerca; sin embargo, no veía a nadie alrededor. “¿Estaré alucinando? Quizás esta niebla tenga
la culpa.” De repente, los fuegos fatuos se detuvieron y, en un abrir y cerrar de ojos, aparecieron
una infinidad más de ellos de todas partes, entre la niebla y los árboles. Como se acercaban
demasiado, intenté disiparlos con mi magia y, sorpresivamente, funcionó. Al menos, por un
momento. Las bolas de fuego desaparecieron y con eso una extraña y encorvada anciana apareció,
maldiciéndome por dañar a sus niños. A pesar de todo, no parecía tener ganas de atacarme.

“¿Quién eres?” Le pregunté esperando poder entablar una conversación civilizada. “Llevo tanto
tiempo en este bosque que apenas puedo recordar mi nombre. Solo quiero salir de aquí.” Vaya,
¿cómo es que jamás oí algo así de Timber? ¿Es posible que una vieja haya deambulado por el
bosque de su familia durante tanto sin que él lo sepa? “Tranquila, veré si puedo ayudarte. Me
llamo Twilight Sparkle…” Su rostro cambió repentinamente de tristeza a una ira incontrolable.
“¡¿La princesa?! ¿Dónde estabas cuándo te necesitábamos?” Una vez más los fuegos fatuos
aparecieron a mi alrededor.

¿La princesa? Significa que debe venir de Equestria, probablemente junto a la niebla y a los ruidos
que Timber y Gloriosa escuchaban antes de que llegáramos. Sería tan útil saber qué fue lo que
hizo, o no hizo, la otra Twilight Sparkle. ¿Me escucharía esta señora si tratase de disculparme en
su lugar? Como todos nuestros otros problemas han sido resueltos con la magia de la amistad,
pensé que luchar contra ella no era mi única opción. Era difícil con tantos fuegos fatuos volando
hacía mí, pero intente hacerla entrar en razón. “¡Lo siento! Lo que sea que hice, lo siento.” “Ya es
muy tarde, princesa. Su maldición pronto consumirá este bosque y debo salvar a los niños.” ¿En
verdad soy así de negligente en Equestria? “Pero, ¿y si pudiésemos romper esa maldición?” Se me
acababan las alternativas y tampoco estaba haciendo un buen trabajo calmándola, considerando
que estaba atacando a sus niños. Se detuvo un momento, junto a los fuegos fatuos. “¿Crees que
puedes hacer eso?” Su tono tan frágil, tan angustiado como enojado, me hacía difícil saber si me
preguntaba en serio o si estaba siendo condescendiente. “Si pudieses derrotar a la bruja, mis niños
y yo podríamos volver a casa.” ¿Una bruja? No se referirá a mí, ¿verdad? ¿O acaso se refiere a la
princesa Twilight? “¿Dónde está la bruja?”

Llevaba un buen rato caminando en el bosque, tratando de recordar el camino hacia la cantera
dónde encontramos magia de Equestria la última vez que estuvimos aquí. Gracias a mis llamas
pude iluminar el camino bastante bien y logré dar con esa cueva por fin, pero no había rastro de ni
una de mis amigas. Lo que si encontré fue la otra cosa que buscaba en este bosque. “Bienvenida a
mis dominios.” Vi una sombra en las paredes de la cueva, donde la niebla no entraba. “Tú debes
ser la bruja. ¿Qué haces aquí?” “¿Que qué hago aquí? ¡Everfree me pertenece! ¡Este bosque
siempre ha sido mi hogar! Luna lo tenía claro cuando decidió construir su castillo en mi tierra.”

¿Luna? Se referirá a… “¿La Princesa Luna? Eres de Equestria.” Tenía razón, lo que está pasando
aquí es por culpa de la magia de Equestria. “Y tú también, ¿no es así, pony?” Otras dos sombras
más aparecieron en las paredes. Una de ellas era la mía, la otra tenía forma de un pony. “O, mejor
dicho, eras de Equestria. Huiste porque no encajabas ahí, pero, ¿crees que aquí sí? La gente de
este mundo te teme, y con justa razón.” Las sombras se unieron y cambiaron a la forma que tuve
cuando me convertí en una demonio. “Eres una marginada, incluso entre los tuyos.” Le lancé una
bola de fuego a la sombra. Luego, recuperé la calma. “No. Mis amigas no me tienen miedo. Ni
aquí, ni en Equestria.” Las sombras se disiparon, pero aún quedaba la de la bruja. “Cree lo que
quieras, pony. La maldición de este bosque te consumirá de todas maneras.” Cerré bien mis
puños, respiré profundo y me encendí en llamas. “No sin pelear, no.”

“¿Sabes cuánto tiempo llevas ahí parado sin hacer nada, Iron Man?” Como ya me había rendido
con que me llamara por mi real nombre de súper héroe, lo deje pasar. “No, pero sé lo que hago.
Cada centímetro de este lugar debe estar plagado de…” Me agaché mientras tres flechas pasaban
sobre mí cabeza, clavándose en un árbol cercano. “…de trampas. Si no somos inteligentes,
moriremos aquí.” Se veía que Timber entendió mi punto por su cara llena de pavor. “Muy bien,
pero ¿Podrías sacarme de esta red?” “De hecho, preferiría que te quedes ahí. No puedo
arriesgarme a que te pase algo peor.” Terminé esa oración y un dardo chocó con mi armadura,
que, para mi suerte, evitó que tuviera efecto. Dejando a Timber de lado, no había rastro del
cazador. Claramente estaba escondido en la neblina, pero tampoco podía salir a buscarlo; debe
haber muchas más trampas sueltas por ahí. Nota para mí mismo, visión térmica en la próxima
mejora del traje. Eso incluye cualquier otro visor del primer Metroid de GameCube. Los del
segundo siempre me parecieron cualquier cosa sin sentido y jamás jugué - concéntrate, Nacho. Y
con eso una flecha impacto mi brazo, dañándolo gravemente. “¿Estás bien?” “Sí, solo afectó al
traje.” Pero ese brazo quedó totalmente comprometido y era mi favorito. Me quité la flecha y me
lancé al suelo, tratando de buscar un poco de cobertura. “No estás a salvo en ni un lugar. Yo me
fijaría bien donde piso si fuese tú.” Hice un disparo hacia donde creía que estaba basado en mi
nada confiable oído y eso resultó en una gran explosión. “¿Crees que tienes trucos, héroe? Hay
más de donde vino esa.” Si tuviese que adivinar, diría que le di a una de sus trampas más letales.
“¿Podrías tener más cuidado? ¿O avisarme cuando vayas a hacer eso?” “Calladito, Timber.” La
explosión y el fuego ayudaron a disipar un poco la niebla, pero el humo aun servía de escondite
para el cazador y para mí. Eso, junto a la intervención de Timber me dieron una idea.

“Nacho, dijiste que…” “Shh. Solo hazlo.” Aproveché el humo para sacar a Timber de la red y
meterme yo mismo en ella, claramente sin dejarme completamente atrapado. “Twilight me dijo
que eras un genio, pero estoy teniendo mis dudas.” Vaya, ese fue un golpe bajo. Como sea, no
esperaba que entendiera porque es que me estoy metiendo a mí mismo en una trampa. Para
vencer al cazador, debo pensar como un cazador. “¿Ya van a salir de su escondite?” Preguntó el
cazador entre escopetazos aleatorios. “Estoy seguro de que puedo ganar algún dinero por sus
cabezas.” “¿Listo, Timber? Quiero que grites muy fuerte a mi señal.” Estoy seguro de que si no le
decía nada, iba a gritar de todas maneras.

“Puedes quedarte con él, si quieres.” Le di la señal a Timber y en lo que él gritaba, yo me propulsé
hacia el bosque, con red y todo. Mi intención era que el cazador me disparara pensando que quién
estaba en la red era mi amigo, revelándome su posición. Dicho y hecho, sentí una seguidilla de
trampas activarse y el ruido de su escopeta disparando hacía mí.

Usé el brazo que aún servía para lanzar un misil en la dirección de la que venían los perdigones
que, como bono extra de mi genial plan, me ayudaron a salir de la red. Un montón de trampas
para osos se activaron y saltaron en el aire, flechas salieron en todas direcciones y escuché el grito
del cazador, lo que me confirmó su posición una vez más y que mi plan había tenido éxito.

“Dos pueden jugar ese juego.” Dijimos ambos el cazador y yo cuando me dirigía hacia él. En lo que
toqué el suelo frente a él, volví a recibir impactos de flechas desde atrás mío, acompañadas de
paredes con espinas que amenazaban con aplastarme desde los costados. Logré detenerlas con los
brazos, pero la presión estaba pudiendo conmigo. “Casi me atrapas, héroe. Eres bueno.” Se
acercaba a mí mientras ponía otra bala en su escopeta. “Qué puedo decir.” “Pero serás mejor
cuando cuelgue tu cabeza sobre mi chimenea.” ¿Quién cuelga cabezas humanas sobre una
chimenea? Se que soy guapo, pero tampoco iba a tomarme eso como un halago. “Ojalá no te
acerques mucho a esa chimenea. Podrías quemarte.” Me miró titubeando un segundo y
aproveché para levantar mi pierna y literalmente lanzársela, aprovechando que las piezas de mi
traje se mueven independientemente. Ojalá Pinkie estuviese aquí para escuchar mis oportunas
frases de héroe. Mi patada voladora golpeó al cazador, quién cayó al piso dando un disparo al aire.
Me salí de mi traje dando un salto y alcancé a rescatar el brazo útil antes de que sea aplastado por
la trampa de espinas. Hice que mi pierna vuelva a mí y con un pequeño impulso de las botas
cohete me lancé al cazador que apenas estaba recuperándose del impacto, usando el impulso para
darle un gancho demoledor. “Cazador, cazado. Sí.” No quiero alardear, pero fue todo lo que hizo
falta para derrotarlo, así que fui a ver si mi traje y Timber estaban bien, en ese específico orden.

¿Cómo fue que terminé en un bosque embrujado, corriendo de un dragón que solo con caminar es
capaz de echar los árboles a un lado? Podría culpar a mi novio y su sueño de querer ser un súper
héroe, pero no fue él quien provocó al dragón golpeándole en la cara. Además, a mí también me
encanta ser una heroína, así que no puedo culparlo de nada. Lo que trato de decir es que no tengo
idea de que hacer contra ese monstruo gigante; por más que giré mi brazo como Popeye, no le
hizo nada ese golpe de antes.

Cada paso del Espantagón hacía temblar el suelo mientras los árboles caían por todas partes,
entorpeciendo mí no tan heroico escape. ¿Seré la única capaz de sentir como se sacude la tierra?
No, mejor pregunta. ¿Cuánto tiempo llevo corriendo en línea recta? Este bosque se sentía tan
infinito como esa escalera de… “¡Ay!” Me había tropezado con la una roca que había en el camino
y me sentí muy tonta porque ni siquiera podía culpar a ese dragón tan cretino. Y hablando del rey
de roma… “Pagarás por tu error. No una vez, sino dos.” “Muy bien, Espantagón, ya me cansé de
correr. Tú y yo vamos a…” Me interrumpió muy groseramente, dando un zarpazo y luego
intentándome morder. “Mis dientes trituran, mis…” Traté de cortar su rima estirando mis dos
brazos hacia atrás para soltarlos con una gran fuerza elástica, golpeándole en la barriga. Aunque vi
que fue más efectivo que antes, me hacía falta mucho más que eso para ganar esta pelea y
reunirme con mis amigas. Es decir, supongo que si le gano a este dragón lloverá confeti, sonará
una linda música ambiental de victoria, se disipará la neblina y aparecerá Nacho de entre los
árboles, con lo que me dirá: “Pinkie, concéntrate en la pelea antes de que ese dragón te haga
papilla.” “Tienes razón, Naaaaaa…” El monstruo me había golpeado con su cola, lanzándome unas
cuantas millas. ¿Qué tiene que hacer una chica para que se respete su tiempo de fantasías?

Muy bien, Pinkie. Ya escuchaste a Nacho, tienes que concentrarte. Una tarea difícil cuando peleo
contra un dragón de cinco metros que insiste en rimar cada vez que va a atacarme. Salí de los
troncos rotos a los que me había lanzado y comencé a golpearle lo más rápido que pude, lo que,
sorpresivamente, era mucho más rápido de lo que incluso yo había imaginado. ¿Será porque soy
tan flexible? ¿O porque soy tan extremadamente adorable que puedo logar lo humanamente
imposible? Sí, debe ser eso. Aunque parecía que mis golpes estaban dando más resultado del que
habían dado hasta ahora, no eran suficientes para hacerlo caer y claramente tampoco como para
evitar que devolviera un golpe nuevamente con su cola. Comparados con los míos, sus ataques
eran devastadores y sus garras eran capaces de hacerme daño dónde los golpes de unos simples
malhechores no podrían herirme ni en un año. Pero el dragón no era un villano regular y se me
acababan las esperanzas de que lo pudiera derrotar. Al menos hasta que uno de sus zarpazos me
atacó tan fuerte que pensé que estaba al borde de la muerte. Hasta que lo vi a él.

“Pinkie Pie, estoy seguro de que si usas de manera creativa tus poderes, nada podrá detenerte.”
Usos creativos, usos creativos. ¿A qué se refiere este recuerdo? “No soy un recuerdo Pinkie, estás
alucinando.” “Entonces podrías ser menos enigmático, ¿no?” “Es tu alucinación, pastelito. No es
mi culpa.” “Pero no se me ocurre nada, Nacho. ¿Cómo puedo derrotar a un monstruo tan
gigante?”

Desperté una vez terminé esa pregunta, pero mis alucinaciones al fin me sacaron de la duda.
“Gigante.” Esa era la clave para derrotar a este dragón tan pedante. “Fin del camino, Espantagón.
Ya sé cómo darte una paliza tan fea como tus rimas.” Me sentía tan llena de confianza, ignorando
completamente que, de fallar, podría perder mi vida. “Admítelo, no puedes. Repítelo, si te
atreves.” Muy bien, es la última rima que voy a aceptar hoy. A menos que sea mía. O de algún
payaso de circo. ¡El circo! Hace muchos días que no voy. ¡Ya, concéntrate!

Llevé mi pulgar a mi boca y, como si fuese un globo, comencé a soplar para inflarlo. Ese es el uso
creativo de mis poderes que se me ocurrió gracias a Nacho. Al cabo de un rato, gracias a mi
experticia inflando globos, tenía una mano gigante con la cual iba a enseñarle al dragón una cosa o
dos. Moví mi brazo y con todas mis fuerzas usé mi tremenda mano para golpear en la cabeza a ese
monstruo tan feo. El golpe fue tan fuerte que logré echarlo hacia atrás varios pasos. “¡Hora de
acabar con este rodeo!” Inflé mi otro puño y estiré ambos brazos unos metros hacia atrás para
darle el golpe final. Digo final porque esperaba mucho que fuese el final. Solté mis brazos y la
brutal fuerza de mis enormes golpes hizo volar al dragón tan lejos que casi me sentí mal. Casi. Di
un grito parecido al de la introducción de CSI y caí al piso agotada. No había confeti ni música
ambiental, pero si volví a alucinar con Nacho. “¿Ves? No te costó nada.”

“¿Qué intentas compensar, pony? ¿Crees que derrotarme hará que te quieran? ¿Qué no te
teman?” No la escuches, Sunset. Sabes que tienes amigas aquí que te han perdonado por todo lo
que has hecho. “No la escuches, Sunset. Sabes que tienes amigas aquí que te han perdonado por
todo lo que has hecho.” Vaya, sí que hay eco en esta cueva. Un momento, esa voz… “¿Twilight?”
Había llegado tan inesperadamente que no me lo creía. De hecho, pensé que era un truco de la
bruja para distraerme. “¿Cómo sé que eres tú, Twilight?” “No vamos a hacer esto, ¿o sí?” Encendí
mis puños en fuego para hacerle saber que iba en serio. “Muy bien, muy bien. ¿Quieres algo que
solo la verdadera Twilight podría decir?” Asentí con la cabeza. “Le tengo miedo a las quesadillas.”
Casi se me escapa una gran carcajada.

“¿En serio?” Era muy difícil aguantarme, y aparentemente la bruja tampoco podía aguantarse,
considerando que no nos estaba atacando. “Son tan… grasosas… Espera, sí no lo sabías no tiene
sentido que te lo diga.” En verdad era difícil hablar mientras me aguantaba la risa. Aunque tenía
razón; no tenía mucho sentido decírmelo sí no tenía idea de que le teme a las quesadillas. De
todas maneras, le creí solo porque en verdad me dio demasiada risa. Definitivamente voy a
contárselo a las chicas cuando terminemos con esto. “Vete a casa, princesa.” Dijo la bruja,
confirmándome que esa si era nuestra Twilight. O podría ser la pony. Es tan extraño conocer a las
dos. “Dile a Celestia que ya no hay esperanza.”

Encendí mis puños de nuevo, preparada para el combate. “Lo único que le diremos a Celestia es…”
Pero Twilight me detuvo. “Es que te detendremos con la magia de la amistad.” La miré por un
segundo, sintiendo algo de duda. No es que no confíe en Twilight ni en la magia; en quien no
confiaba es en la bruja. Sin embargo, si algo he aprendido aquí, y tristemente fue algo que no
aprendí en Equestria cuando pude, es que la magia de la amistad mueve montañas. “¿Cuál es tú
plan, Twilight?” Le preguntaba mientras esquivábamos los ataques de la bruja. No creerán que nos
dejaría hablar sin hacernos nada, ¿o sí? “Dime que no pretendes que la invitemos a tomar el té
hasta que reconsidere matarnos.” “Aunque dudo que podría funcionar, es una idea interesante.”
Estábamos rodeadas de pequeños árboles vivientes, así que era difícil ponernos de acuerdo con lo
que haríamos para salir adelante. “Aunque me derroten, mi espíritu vivirá en estos árboles para
siempre.” En ningún momento de la pelea, o de lo que llevo en esta cueva, la bruja se había
mostrado ante nosotros, así que no sé por qué le preocupaba que la derrotásemos. “Entonces
quemaré cada árbol. Haré un cráter en este bosque si es necesario.” Twilight me miró, un poco
enojada. “¡Sunset!” “Lo siento, me dejé llevar. Pero no estamos progresando con esto de usar la
magia de la amistad.” No sentía las orejas que nos salen cuando pasan esas cosas y Twilight se veía
igual. “Lógico, estamos solas las dos aquí. Normalmente pasa cuando estamos las siete juntas…
Ocho, contando a Nacho.” “¿Entonces como esperas que usemos la magia para ganar?” No puedes
darme una idea y luego decir lógico cuando no está funcionando. “Trato de ser optimista, Sunset.”
“¿Puedes serlo cuando no estemos rodeadas de criaturas mágicas que tratan de matarnos?”
“Podría, sí. Pero…” Twilight fue interrumpida por unas explosiones que, una a una, derrotaron a
los árboles vivientes. Ambas miramos hacia atrás y vimos a Nacho, quién venía junto a Timber.
“Díganme por favor que se escuchó lo que dije antes de lanzar esos misiles.” Ambas negamos con
la cabeza. “Por el amor de…” “¿Cómo escaparon del Secuestrador de Enanos?” Preguntó la bruja a
los dos que acababan de llegar. “¿De enanos? ¿Un metro sesenta y seis te parece enano?” “Cof,
Sesenta y cinco, cof.” Dijo Twilight ni si quiera esforzándose en hacer una tos convincente.

“Si quieres puedo volver a donde estaba, Twili.” Le dije luego de que se burlara de mi altura
extremadamente promedio con la cual no tengo ni un problema. “Hola, Twilight.” “¿Timber?
Nacho, ¿por qué no lo dejaste en un lugar seguro?” Me preguntó como si supiera que este lugar
no iba a ser seguro. Sunset miró hacia otro lado, como disimulando. “¿Alguna me puede decir qué
está pasando?” Preguntó Timber. Yo tampoco tenía idea, así que le pedimos a las chicas un
pequeño resumen de por qué, bueno, por qué todo. “¿Entonces si le pateamos el trasero a la
bruja se irán la niebla y las cosas feas?” Twilight asintió y, antes de que pudiera ir a la acción con lo
que quedaba de mi traje, es decir, un brazo, uso su magia para detenerme. “Usando la magia de la
amistad, de ser posible.”

“¿Quieres que nos hagamos amigos de los árboles vivientes y de la bruja que, en el poco rato que
llevo aquí, no ha mostrado intenciones de nada que no sea tratar de matarnos o maldecirnos?” Y
eso es solo contando el minuto y algo que yo he estado aquí, más el cazador de enanos. “La magia
de la amistad no es sólo eso, Nacho.” Dijo Sunset, con lo que esperaba un tremendo sermón. “La
princesa Twilight me ha contado de muchas veces en las que no ha podido hacerse amiga de los
chicos malos. En ese caso, solo se une con sus amigas y les disparan los típicos láseres arco iris.”
Sería conveniente que estuviesen todas las chicas aquí, ¿no? Lástima que algunas tengan mejores
cosas que hacer que detener amenazas interdimensionales. “Pero necesitamos estar las ocho aquí
y solo somos tres. Sin ofender, Timber.” Respondió que no se sintió ofendido desde el otro lado de
la cueva, detrás de una roca. “Sí, ese es el dilema. Tendremos que…” “Bla, bla, bla, su charla sobre
la amistad es irritante.” Nos interrumpió la bruja de un modo muy descortés, saliendo al fin de su
escondite. Habría preferido que se quedará oculta, la verdad. Olía a putrefacción como no se
imaginan. “Habrá que trabajar con lo que tenemos.” Twili terminó su oración. “Oh, oh, escuchen
esto, creo que soy un genio.” Había tenido una idea tan genial como poco realista, impráctica y no
genial. “Podríamos dejar que la princesa Twilight se encargue.” Sunset, Twilight, Timber e incluso
los árboles vivientes se quedaron quietos, mirándome como si estuviese loco. “¿Es en serio?
¿Quieres huir?” “No, no me refiero a eso. Quiero decir, si pudiésemos devolverla a Equestria, la
otra Twilight y sus amigas podrían usar su magia con la bruja. Ellas ya deben ser profesionales a
este punto.” Sunset se quedó pensando un poco, mientras Twili comentaba lo poco realista e
impráctico de mi idea. Aunque si admitió que sería genial. “Y supongo que ya sabes cómo
devolverla a Equestria.” “Bueno, por algún lugar vino ella, ¿no? Solo hay que llevarla hasta ese
portal, asegurarse de que se quede allá y sellarlo desde este lado.” Admito que estoy
improvisando, pero todo estaba haciendo mucho sentido. “Nacho, eso es…” Twilight interrumpió a
Sunset antes de que arrojara basura sobre mi excelente plan. “¡Brillante! Y se quién puede
ayudarnos.” ¿Te refieres a nuestras otras amigas súper heroínas con las que todo sería más fácil?
“Timber, sígueme.” Se llevo a Timber de la mano hacia el bosque. Si quería una excusa para
escaparse con él, solo tenía que decírnoslo. No había para que hacerme creer que mi plan es
decente. “Solos los dos, en una aventura relacionada con Equestria. ¿Te suena familiar, Sunset?”
“Si, excepto por la parte en la que aquí quieren matarnos. ¿Qué le pasó a tu traje?” “Larga historia,
te la contare luego. Quizás la escriba cuando me sienta solo.”

“Sonaré como un ignorante pero, ¿no hay forma de que puedas usar tu magia de unicornio para
sentir el hipotético portal del que vino la bruja?” Le pregunté mientras las hordas de árboles vivos,
espíritus oscuros y demás cosas nos atacaban. “Te sorprenderá saber que sí, si puedo. Pero no con
mi magia de unicornio y menos mientras lucho por mi vida.” “Bueno, solo quería saber.” Me
estaba costando mucho pelear con solo un brazo. “¿No crees que es irónico, Sunset? Fue mi idea
que seamos súper héroes pero soy el único sin poderes.” “¿Tiene que ser ahora, Nacho?” Bueno,
¿cuándo más? Considerando que Twili se fue y Pinkie no aparece, no se me ocurre un mejor
momento para reconsiderar las decisiones que me llevaron a este momento. “Solo trato de hacer
lo que Pinkie haría en un momento así. Me mantiene relajado.”

“¡Nacho! ¡La encontré!” Escuché a Sunset desde otro lugar de la cueva. “¿A Twilight, a la bruja, el
portal que usó para venir a la Tierra o el porqué de mis alergias a este lugar?” Mis padres decían
que era al roble, pero, ¿cómo puede ser uno alérgico a un árbol? “Bueno, yo no diría portal. Es
más bien una grieta en la realidad. Cómo las que… Espera, tú no estuviste ahí.” Ti ni istivisti ihí.

Sí, Sunset, no estuve para los Juegos de la Amistad; gracias por recordármelo. Fui abriéndome
paso entre las criaturas hasta dónde ella estaba luchando contra la bruja. Y sí, se veía como una
grieta en la realidad. Muy preocupante, la verdad. “¿Vas a quedarte mirando o me vas a ayudar?”
Bueno, si me das a elegir. “¡Nacho!” “Ya voy, maldición.” Me uní a su pelea contra la bruja, pero
aun así nos superaba en fuerza. Después de todo, solo aportaba con un brazo robótico semi
funcional al que se le estaban acabando las baterías. No uso baterías reales, es un decir.
“Ríndanse. Hay un millar de espíritus oscuros en su contra.” “Nosotros tenemos una princesa.”
Dije, esperando que Twili haga una entrada heroica. Puedo jurar que la bruja controló a los grillos
que sonaron en ese momento. “Fue un buen intento.” “Bendigo el silencio que vendrá después de
que los mate.” La cantidad de amenazas de muerte que he recibido desde que conozco a las chicas
es impresionante. No es que las culpe, pero es una extraña casualidad.

“La próxima vez que Twilight diga que tenga una idea...” Sunset se vio interrumpida por varias
luces brillantes que nos rodearon a todos los presentes. “¿Qué decías, Sunset?” Dijo Twilight, unos
minutos más tarde de lo que yo había predicho. “¿Estás luces son cosa tuya?” “No. Son de una
amiga.” En ese momento, las luces comenzaron a acorralar a la bruja, acercándose lentamente a
ella, obligándola a retroceder. “Última oportunidad, bruja. Vete de este lugar.” Twili se veía tan
segura de sí misma que era un poco atractivo. No me juzguen. “¡Este lugar estaba muerto! ¡Yo lo
traje a la vida, es mío!” Twili chasqueó los dedos y las luces se multiplicaron, atacando al resto de
los árboles vivientes y espíritus además de a la bruja. “¿Y quién es tu amiga, Twilight?” Ella nos
señaló a una anciana que Timber llevaba del brazo. “Le prometí que nos desharíamos de la bruja y
es lo que vamos a hacer.” Twili nos tomó a mí y a Sunset de las manos, con lo que sudé
incómodamente. No se me da bien tomar manos de otras personas. Ni si quiera puedo tomar las
manos de Pinkie sin sudar un poco. Comenzamos a brillar un poco y, si bien no nos salieron las
adorables orejas de pony, si le lanzamos a la bruja unos láseres de colores, lo que la hizo
retroceder lo suficiente como para verse amenazada. La bruja gritaba de desesperanza mientras
lentamente la magia de la amistad la devolvía al lugar de dónde vino, acabando con su influencia
sobre el bosque y las criaturas que lo habitaban.

“¿Cómo hiciste todo esto, Twili?” Le pregunté una vez habíamos expulsado a la bruja. Después de
todo, ella dijo que no sería fácil usar la magia de la amistad con solo nosotros tres. “Tú lo dijiste,
Nacho. Soy una profesional.” No lo había notado hasta ahora, con todo lo que estaba pasando,
pero la Twilight con la que estaba hablando no tenía lentes y llevaba el pelo suelto. “¿Princesa?”
Dijimos Sunset y yo al mismo tiempo. “Sí, yo le pedí que viniera.” Dijo nuestra Twilight. “Le debía
un favor a la señora Azalina y tú dijiste que querías que ella se encargara.” Me sonrojé un poco
mientras las dos Twilights me miraban. “No se preocupen, mis amigas y yo nos encargaremos. Son
criaturas de Equestria, después de todo.” La princesa y la señora se fueron las dos por el mismo
portal que la bruja, sellándolo desde el otro lado. “Voy a preguntar de nuevo. ¿Cómo hiciste todo
esto, Twili?” “Digamos que tu idea de que la bruja vino de un portal no estaba tan alejada de la
realidad. Había muchos otros portales por todo el bosque.” Fue una afirmación bastante
preocupante, así que nos aseguramos de inmediato de que todos estuviesen cerrados. Para
nuestra suerte, no quedaba rastro de grietas dimensionales, neblina ni criaturas de Equestria, así
que marcamos esta aventura como un rotundo éxito. Nos reunimos con Pinkie para despedirnos
de Timber y Gloriosa y emprendimos el vuelo a casa.

Capítulo 15, Super Stars para siempre

“Nacho, te ves más nervioso que nunca. No sabía que era posible.” Ya habían pasado unos meses
desde nuestro encuentro con las grietas interdimensionales en Everfree. Nos hemos topado con
varias de esas en este tiempo y cerrarlas es lo que mejor se le da a las Super Stars. No cerrarlas-
cerrarlas, mejor dicho evitamos que salgan cosas de ellas, y si bien hemos contenido a las
amenazas que salen de ellos, las cuales no han sido solo de Equestria, aun no damos con lo que los
causa, muy a pesar de todo el equipo. Específicamente de Twili, quién se culpa por todo eso. Cree
que todo esto está sucediendo desde su, pues, espectáculo en los Juegos de la Amistad, donde
también creó grietas interdimensionales. Las chicas y yo tratamos de relajarla, pero sé que hasta
que no encontremos la real causa, no estará tranquila. En cuanto lo que me tiene poco tranquilo a
mí, es sobre mi relación con Pinkie. Prácticamente desde el día que la conocí he querido hacerle la
gran pregunta pero, siendo realistas, apenas la conocía en ese momento. Ahora, ya casi un año
después, siento que es el momento de preguntarle si quisiera pasar el resto de su vida conmigo.

“Es que… quería preguntarte algo, Pinkie.” Me miró como si nada. Debe estar acostumbrada a que
yo esté nervioso y no la culpo. “Yo quería saber… sí tú…” Seguía mirándome sin saber la urgencia
de la pregunta. ¿Habrá pensado ella en esto alguna vez? Sé que ambos nos amamos bastante,
pero casarse son palabas mayores, sobre todo a esta edad. Sin embargo, no me imagino pasando
el resto de mis días con nadie más. “¿Sí? ¿Si me importa lo que dice el horóscopo? ¿Si le tengo
miedo a los payasos en pijamas enteritos?” Esas cosas ya las sé. “Quería saber… ¿Cómo haces para
que el pelo no se te quede encima de la cara?” Otro día, otra vez que no me atrevo a hacerle la
pregunta. Al menos esta vez le pregunté algo de verdad interesante.

Me había dejado crecer el pelo bastante y ya era un poco molesto cuando se me metía en los ojos
o en la boca. “Eh, no lo sé. A mí me sale natural. Podrías preguntarle a Rarity, ella sabe más de
esas cosas. Oh, espera.” Se quitó una de sus características pulseras y me tomó el pelo con ella.
“Te queda genial así, lindo. Y antes de que preguntes, claro que te la regalo.” Creo que hace
demasiado no me sonrojaba tanto por uno de sus gestos despreocupados. “¿Sabes cuantas veces
te he visto sin tus dos pulseras?” “¿La misma cantidad de veces que no haría algo para hacerte
feliz? Ibas a decir cero, ¿no? Si no, lo que dije no tiene sentido.” Suficiente, tengo que
preguntárselo. “Pinkie Pie.”

Estaba pasando por las mismas sensaciones de cuando le hablaba antes de que fuésemos novios,
como hablar en tonos más elevados de los que planeaba. “Perdón. Esto, no era eso lo que quería
preguntar. Aunque lo aprecio mucho, la verdad. Si dices que me veo bien así… Estoy haciendo
rodeos de nuevo. Pinkie Pie, quiero saber si…” “Eh, perdón. ¿Interrumpo algo?” Fluttershy había
entrado en nuestra habitación y se veía un poco preocupada. Un poco preocupada dentro de lo
siempre preocupada que está. Justo cuando me estaba armando de valor. “De hecho sí,
Fluttershy.” “Oh, lo lamento. Volveré en otro momento.” Di un leve suspiro. “Pinkie Pie, quería…”
“¿Cómo que volveré en otro momento? Esto es urgente, querida.” Oí gritar a Rarity desde lejos,
mientras yo daba un enorme suspiro. Las dos entraron a mi habitación y Pinkie seguía sonriendo
como si nada. “¿Qué es tan urgente, Rarity?” Ella encendió la televisión y, tal como en las
películas, estaban dando las noticias en el momento exacto. “Mierda.”

“Gracias, estudio. Me encuentro fuera de Canterlot High School, dónde un incidente ha dejado
heridos a más de quince estudiantes y profesores, entre ellos tres menores de edad. Aún se
desconocen las causas del siniestro que se produjo poco después de que dos súper heroínas
locales, Capitana América y Hex Girl, fueran vistas en la escena. Aunque testigos aseguran que de
no ser por estas heroínas este incidente pudo haber pasado a mayores, la teniente de policía, Vera
Lynn, no opina lo mismo.” Le pregunté a Rarity de cuando era esta noticia y me dijo que pasó hace
unos minutos. Después de eso, recibió un llamado telefónico y se fue corriendo.

“El departamento de Policía de Canterlot está harto de el temerario actuar de estas
autoproclamadas súper heroínas. De no ser por ellas, habríamos podido lidiar con esta situación
antes de que…” “Disculpe, señorita.” Por más que crucé los dedos esperando que no fuese
Applejack quién iba a pararle los carros a la teniente, mis plegarias no fueron respondidas. “Con
todo respeto, nosotras dos llegamos mucho antes de que siquiera se le ocurriera salir de su
oficina.” “¿Ustedes dos? ¿Podría decirme dónde está su amiga en este momento?” A juzgar por el
silencio de Applejack, Twili se había retirado del lugar sin dejar rastro. “Como suponía. Su
compañera debe haber sentido vergüenza de su fracaso y se retiró de inmediato. Le sugiero que
haga lo mismo.” “Diga lo que quiera, teniente. Eso no cambiará que la gente confía más en las
Super Stars que en ustedes.” Si no estuviese poniendo en juego la integridad del equipo, en verdad
la apoyaría. El problema es que Jackie a veces no sabe cuándo callarse. ”¿Confiar en ustedes? Creo
que confunde miedo con confianza, señorita. Nadie aquí si quiera sabe quién está debajo de ese
sombrero o quién es esa chica tan cobarde que la acompañaba.” Golpe bajo contra Twili, teniente.
“Y no tienen por qué. Solo necesitan saber que la Capitana América los protege.” Después de eso,
A.J. se retiró y apagué el televisor. “Vaya, que desastre.” Pinkie se dirigió a Fluttershy. “¿A dónde
fue Rarity?” “Al hospital. Su hermanita es una de las que salieron heridas.” Dos veces mierda.

Se había acabado el horario de visitas cuando llegamos. Rarity, Rainbow y Applejack estaban ahí,
fuera de la sala donde estaban sus hermanas. Y lo que sea que sea Scootaloo de Rainbow, es una
relación extraña. “¿Están todas bien?” “Sí, gracias por venir. No tienen heridas graves, pero
tendrán que quedarse unos cuantos días más.” Aunque me alegraba saberlo, había algo que tenía
que hablar con la Capitana. “Applejack, ¿en qué estabas pensando?” Rainbow trató de hacerme
entrar en razón. “Nacho, no es el mejor…” “Estaba pensando en que esa señora podría mostrar un
poco de gratitud. Hacemos su trabajo mejor que ellos.” “Eso no te lo voy a discutir, pero pudiste
haberte quedado callada.” Era casi cómico tener una discusión en voz baja, debido a que
estábamos en un hospital. “¿Y dejar que nos insulte así? Viste como trató a Twilight.” Ya dije que
no te voy a discutir esas cosas, pero sé que eres terca como ninguna. “Además, no es como sí…”
Pinkie la interrumpió en su característica voz alta, ignorando que, como ya dije, estamos en un
hospital. “Ni se te ocurra terminar esa oración, Applejack. Lo que sea que vayas a decir después de
un no es como sí está destinado a pasar.” Fluttershy, además de los enfermeros del pasillo, nos
calmaron a Applejack, Pinkie y a mí. Nosotros dos fuimos a casa porque aún me preocupaba que
Twili no estuviese con ellas luego de lo que pasó y supuse que habría ido para allá. Ahora, ¿por
qué Twilight iría a mi casa? Cuando digo casa, me refiero a nuestra nueva base de operaciones
Super Star, una de las casas de verano de mis padres que adapté, principalmente por ser la más
cercana a Canterlot y la que menos alergias me causaba. Todas las chicas, incluso Spike, van y
vienen cuando quieren. Y ahí estaba Twili, encerrada en su cuarto como una adolescente en crisis.

“También se está culpando por esto, ¿no?” Me preguntó Sunset luego de que le explicara todo lo
que había pasado. “Deberíamos hablar con ella.” “¿Saben que puedo escucharlos a través de la
puerta?” Dijo Twilight, rompiendo el parentesco que tenía esta escena con la primera parte de
Frozen. “No es tu culpa, Twilight.” Sunset me miró como queriendo decirme que ese fue un
intento muy pobre de hacerla sentir mejor. “¿Qué? Es verdad.” Al menos hasta donde yo sé.
Quizás lo que sea que pasó en CHS sí fue su culpa.

“No estarás pensando en que si fue su culpa, ¿o sí?” Me preguntó Sunset en voz baja. “Eh, no.
Claro que no. Pero solo por si acaso, ¿no podrías usar tus poderes para saber qué pasó
exactamente en CHS? En la tele dijeron que no sabían nada de eso.” Le dije mientras sonreía muy
nerviosamente, esperando que no notara que si tenía unas leves sospechas. “Preferiría que nos lo
diga ella. No me gusta usar mis poderes sin, esto, consentimiento.” Eso es un alivio, odiaría que se
metiera en mi mente sin que lo sepa. Hay cosas ahí que preferiría que mis amigas no supieran que
están ahí. Es como un historial de internet.

“¿Qué hacen mis dos personas de pelo más o menos rojo favoritas paradas frente a la puerta de
Twilight?” Esa es una categoría bastante específica, Pinkie. “Tratamos de convencerla de que lo
que pasó en CHS no fue su culpa.” “Eso lo entiendo pero, ¿por qué están parados frente a la
puerta de Twilight?” Sunset y yo nos miramos un momento. Yo traté de abrir la puerta y salí
sorpresivamente victorioso, con lo que nos miramos de nuevo, luego miramos a Pinkie y entramos
a la habitación de Twili sin decir nada. “Twilight…” “Agradezco esto. En verdad lo agradezco, pero
no tienen que molestarse.” Pinkie salió de entre Sunset y yo, trayendo consigo palabras
animadoras. “No seas tontis, los amigos están para molestarse por cosas así.” Twilight sonrió por
primera vez desde que entramos a su habitación. No es mucho tiempo, pero de todas maneras es
algo rescatable. “Ahora, ¿qué tal si nos cuentas que pasó en CHS hace unas horas?” Y logré apagar
su sonrisa. Pinkie y Sunset me miraron como si no supiera que lo había arruinado con mi falta de
tacto. “O no. No tienes que hacerlo si no estás cómoda. Si hay alguien que sabe de incomodidad
soy yo.” Sonrió una vez más entre unas cuantas lágrimas y me abrazó. “Solo díganle a Applejack
que lo siento.” Por favor Twilight, no aumentes mis sospechas de que sí fue tu culpa. Me hace
sentir culpable a mí. Claramente me preocupo más por ti, pero una cosa no quita la otra. “Claro,
de tu parte.” Dijo Pinkie, con lo que me acompañó fuera de la habitación. Sunset se quedó un rato
más con Twili para darle ánimos y tratar lo otro que le preocupa, eso de los grietas dimensionales.

“¿Tú que crees, Pinkie?” “Eh, no lo sé. Rojo y amarillo hacen que tu traje se vea como un gran
tocino volador.” ¿En serio? ¿Por qué no me lo dijiste antes? Espera, no era eso lo que quería
preguntar. “Me refiero a lo de CHS.” “Ah, eso. Creo que esa policía trató muy mal a nuestras
amigas.” Me pregunto si Twilight sabe lo que la teniente dijo sobre ella. “Si la viera le diría unas
cuantas cosas para hacerle ver que sí somos buenas personas.” “Bueno, Pinkie, no a todos le
gustan los súper héroes. Como a la gente tonta, por ejemplo. Pero supongo que la policía esa tiene
motivos para enojarse. Técnicamente…” “¿Solo porque tiene una placa brillante puede tratarnos
como criminales?” No recuerdo que ella nos haya dicho criminales, aunque así se haya sentido.
“Bueno, sí. Yo no hice las reglas, no te desquites conmigo. Además, no tengo pensado dejar de
súper-héroear pronto. Sí, acabo de inventar esa palabra.” Pinkie me dio una gran sonrisa y un gran
abrazo. “Ese es el espíritu, nene. Veo que no has olvidado nuestra Pinkie Promesa.” Como podría.
Es lo más importante para mí, después de ti, claramente. Lo que me recuerda…

“Pinkie, acerca de lo que te quería preguntar en la mañana…” “Si llamas mañana a las dos de la
tarde...” “Si me despierto a esa hora lo llamaré mañana cuantas veces quiera. Me estás haciendo
perder el hilo.” Se disculpó como si ignorara lo serio que esto era para mí, dándome una extraña
sensación de deja vú. “Quería preguntar sí…” “¡Nacho! Ya va a empezar Master Chef.” Quiero
tirarme a llorar en el piso del baño. ¿Se pusieron de acuerdo para que no le pregunte? “¿Ves
Master Chef?” “Solo cuando Rarity me obliga. No me gusta que los jueces sean tan pesados.” Le
comentaba a Pinkie mientras bajábamos las escaleras. Ya había perdido las ganas o, mejor dicho,
las esperanzas de preguntarle por hoy. “Eso sí, es útil como una pseudo clase de cocina. Aunque
solo preparan cosas gourmet que no podrían alimentar a una persona real.” “Pero Nacho, yo
podría enseñarte a cocinar.” La verdad es que nunca lo había pensado. Tampoco crean que dejo
que ella haga todo en la cocina mientras yo duermo. “Aunque claro, yo tampoco se cocinar. Solo
se hornear pasteles y todo eso. ¡Podríamos aprender juntos!” Le sonreí bastante porque me
encantaba la idea. Cualquier idea que incluya a los dos juntos me encanta. Por cierto, dejamos de
bajar las escaleras hace un rato, no son tan largas como para mantener una conversación así.

Llegamos a la sala con el televisor grande y estaban todas las chicas ahí, incluso Twilight. La única
que no estaba a la vista era Applejack quién, según dijo Rainbow, se quedó en el hospital con su
hermana. Supe de inmediato que Rarity pretendía aliviar la palpable tensión que había en el aire,
dados los agobiantes eventos del día, reuniéndonos a todas para pasar un tiempo de calidad. Si
bien no pude pedirle matrimonio a Pinkie, lo pasamos genial todas juntas y eso es todo lo que
podría pedir. Además, siempre hay otro día para preguntarle.

Debería evitar decir cosas que claramente tientan al destino de esa manera.

“¿Alguien ha visto mi…?” Preguntaba a cualquiera que podría oírme mientras buscaba mi taza
favorita, pero antes de terminar mi pregunta me las encontré a todas, y esta vez si eran todas,
sentadas en la innecesariamente tétrica mesa de reuniones. Tengo que ponerle más luz a esa
habitación. Además de las chicas, había una persona más sentada en la mesa.

“Lo estábamos esperando, Señor Pink.” Hay pocas cosas que me hacen sentir más viejo que mis
entradas. Que me digan señor es una de esas cosas. “Teniente Lynn.” Por suerte recordé bien su
nombre. Quién sabe la de cosas que nos habría dicho si no. Ella era una señora como se esperaría
de una teniente de policía. Delgada, pelo tomado, se notaba su vejez. A pesar de eso y de tener
mucha pinta de estar casada, tenía un anillo en cada dedo de su mano. “¿Qué la trae por aquí?” Y
más importante, ¿quién la dejó entrar? “Seré directa con ustedes. No soy ni una fanática de las
súper heroínas…” Hizo un despectivo hincapié en esa parte. “…ni de su labor. Sin embargo, y no sé
cómo ni por qué, hay personas que aún valoran su aporte…” Otro hincapié sarcástico. “…a nuestra
sociedad.” Como era prácticamente lo mismo que le dijo ayer, Applejack estaba mirando hacia
otra parte. Claramente también era una forma de no mostrar su rabia e impotencia. “Es por esto
que, muy a mi pesar, hemos decidido darles una oportunidad. Hablé ayer con la Alcaldesa Mare
después de nuestro encuentro con la Capitana y llegamos a un acuerdo. Las Super Stars podrán
seguir obrando como lo han estado haciendo normalmente bajo una condición.” En ese momento
me pregunté cuando tiempo me habían estado esperando, considerando lo tarde que suelo
despertar. “¿Cuál sería esa condición?” Sunset Shimmer fue la primera en hacer la pregunta y
romper nuestro silencio.

“Muy fácil, señorita Sunburst. Solo tienen que seguir el ejemplo del Señor Pink aquí presente.”
Todas se dieron vuelta para mirarme, algunas con caras de duda más visibles que otras.

No es que tenga baja autoestima, pero no sé qué ejemplo podría darle yo a cualquiera de ellas.
“¿Tenemos que evitar ducharnos a diario?” Dijo Pinkie mientras Rainbow hacía un gesto que
puedo apostar significaba que iba a hacer el mismo chiste. “No, señorita Chisparrosa.”

Antes de que pudiese corregirle para que agregara La Magnífica, la teniente siguió. “En algún
momento de su, digamos, carrera como héroe, el Señor Pink reveló públicamente ser la persona
detrás del traje de Iron Heart.” Vaya, es la primera que lo dice bien. “¿Está diciendo que
deberíamos revelar nuestras identidades al público?” Applejack por fin se insertó en la
conversación. Aunque conversación quizás sea mucho para este despectivo monologo unilateral.
“Veo que está poniendo atención, Capitana.” Me sorprende que no le haya dicho nada de vuelta.
O que no le haya golpeado. “Dentro de unas horas se les dará la posibilidad de inscribirse en la,
ugh, Acta Heroica de Canterlot, un registro en el que cada súper héroe, actual o futuro, debe
registrar sus datos personales. Esta acta estará disponible para su revisión para el público general
tanto de Canterlot como de él mundo entero.” ¿Alguien dijo drástico? Yo tuve mis motivos para
revelar mi identidad, pero yo no soy el resto. Y nunca planeé obligar a nadie a hacerlo.

“¿Y sí no nos registramos?” Applejack estaba sorpresivamente poco agresiva, aunque fue la única
que dio una inmediata negativa, incluso si esta fue hipotética, a la iniciativa. “Muy simple,
Capitana. Cuando el Acta esté disponible, será ilegal realizar cualquier actividad catalogable como
súper heroica sin estar registrado.” Creo que todos los presentes teníamos clara la opinión de
Applejack respecto a revelar su identidad. Sin embargo, después de lo que acababa de decir la
teniente Lynn, muchas de las chicas se mostraron menos seguras. “Si no tienen más preguntas, las
dejaré para que lo discutan como equipo. Aunque supongo que no hay mucho que discutir.” Dicho
eso último, se retiró, dejando detrás un silencio tan incomodo como era posible.

“Absolutamente no.” ¿A alguien le sorprende que no estén todas de acuerdo? “Pero Rainbow
Dash, pensé que de todas aquí eras a la que más le gustaría ser así de reconocida.” Fluttershy tenía
un punto muy válido. Siendo la capitana de cada equipo deportivo de CHS y la autoproclamada
líder y dueña de su banda musical, cualquiera pensaría que Rainbow tiene algo de ego que
alimentar. “¿Saben lo que harían mis papás si se enteraran de que soy una súper heroína? No me
dejarían en paz ni un segundo.” Pues sí, los papás de Rainbow Dash son, como decirlo, un poco
fanáticas de ella. Siendo hija única, se llenan de orgullo con cada pequeña cosa que hacen. Y
toman fotos. Muchas fotos.

“¿Qué hay de ti, Fluttershy?” “Oh, yo, esto, no lo sé. Creo que nadie creería que yo soy Thor
incluso si me registro.” Aunque algunas ya tenían claras las cosas, como Pinkie, Applejack o yo
mismo, varias tenían dudas sobre lo que iban a hacer. Lo que sí era seguro es que el equipo no
sería el mismo cuando promulguen esa Acta.

Dejé conversando a las chicas y fui a hablar con Applejack, que se había separado de la discusión
pocos minutos después de que hubiese comenzado. “¿Todo bien? Quiero decir, sé que no está
todo bien, es solo…” “Sí, gracias por preguntar.” Se quedó mirando el techo un rato. “No, no está
todo bien, Nacho. ¿Sabes por qué no puedo dejar que sepan quién es la Capitana América?”

“Tengo mis dudas, sobre todo porque siempre pensé que le guardabas rencor a tu padre por no
decírselo a nadie.” “Sí, es verdad. Pero eso fue antes de que entendiera por qué. Yo creo que lo
hacía para protegernos. Pero nunca lo sabré porque…” La detuve ahí porque sabía lo que diría.
“Jackie, no tienes que justificarte conmigo. Si alguien entiende y respeta el tener padres
desaparecidos soy yo.” Me sonrió mientras ponía su mano sobre mi hombro.

“Por cierto, Twilight me pidió que te dijera que lo siente. No me dijo con respecto a qué.” Ella dio
un tremendo suspiro antes de volver a hablar. “Hablará de lo que pasó ayer. ¿Has notado como se
está culpando de muchas cosas últimamente?” Por fin alguien más lo menciona. “Sí. De hecho,
ayer hablamos con ella pero no nos dijo nada sobre lo que pasó. Pensaba que tu estarías más
dispuesta a contarme.” Había algo que preocupaba a Applejack, cualquiera podía notarlo. “Bueno,
supongo que te lo debo, considerando que prácticamente es mi culpa que vayan a pasar esa
estúpida ley.” Parece que Twili no es la única culpándose de cosas por aquí. “¡Applejack! Nadie
cree que sea tu culpa. Es culpa de esa bruja de la teniente Lynn. Tu solo estabas defendiendo a tus
amigas, como siempre.”

Debo decir que es bastante extraño tener conversaciones sentimentales y/o cursis con Applejack.
Ella suele ser menos emotiva y la más masculina del grupo, por decirlo de una manera. Me
atrevería a decir que es más masculina que yo. El punto es que si nos llevamos tan bien como nos
llevamos es por eso, es como un amigo que es una amiga. “Te lo agradezco, Nacho. En verdad.”
Dio otro suspiro antes de continuar. “¿Por dónde empiezo?”

Capítulo 16, Una amiga de por vida

“Debería estar con las otras en la sala al fondo del pasillo.” El profesor Cranky no hizo ni un
comentario sobre mi atuendo y francamente prefiero que sea así. Ya era bastante extraño usar mi
traje de heroína en CHS, pero Applebloom le había prometido que llevaría a su amiga personal, la
Capitana América, a su junta del club de Talentos Especiales que ella organiza junto a Sweetie
Belle y Scootaloo. Así que ahí estaba yo, buscándola para aparecer como invitada especial. Como si
la gente de CHS no supiera que yo soy la Capitana, gracias a aquella vez que salvamos la escuela de
los monstruos de Mewni.

“Si estabas ahí para visitar a tu hermana, ¿por qué le dijiste a Lynn que habías llegado antes que su
equipo? No es como si…” “Quería molestarla un poco. Pero después de lo que dijo, debí
molestarla mucho más.”

Seguí las indicaciones del profesor y caminando por el pasillo me encontré con una agradable
sorpresa. “¿Twilight? ¿Qué haces aquí?” “Estaba estudiando.” Esa no es la parte que me
sorprende, claramente. “Pero no logro encontrar nada sobre los incidentes interdimensionales
que hemos tenido últimamente.” Le conté de aquella vez que vine aquí mismo para buscar algo
sobre el paradero de mi padre y ella no podía creer que yo hubiese ido voluntariamente a una
biblioteca. Yo tampoco me lo creo hasta ahora, siendo honesta. “Sí, la biblioteca de la escuela no
ha mostrado ser bastante útil. Sin ofender, señorita Cheerlie.”

Aun no comenzaba el año escolar pero los profesores siempre están por ahí para ayudar a
cualquier alumno y, en caso de mi hermana, prestar asistencia para las actividades
extraprogramáticas. Pero a pesar de eso, la escuela entera se sentía extremadamente vacía.
“¿Cuánto tiempo llevas aquí, Twilight?” Le pregunté después de un momento de silencio. “Desde
que abrieron, ¿por qué lo preguntas?” “¿Y no has visto a nadie?” “Cómo llevo en la biblioteca todo
este tiempo, no he visto a nadie más que a Cheerlie.” Aunque no lo creas, esa respuesta me servía
bastante. Durante estas fechas la escuela está llena de nuevos alumnos relacionándose entre sí,
conociendo a los profesores, hablando con la Directora Celestia o uniéndose a los muchos clubes
que CHS tiene para ofrecer. Eso incluía gente en la biblioteca como parte del tour que, entre otras
personas, Pinkie y Sunset se han ofrecido a hacer antes. Por eso me parece tan raro que no haya
visto a nadie en lo que va del día. También me parece raro que pase tanto tiempo en una
biblioteca, pero no voy a juzgarla.

De un momento a otro, Twilight me tapó la boca y me puso contra el muro. “Oigo pasos.” ¿No es
un poco dramático taparme la boca cuando oyes pasos en una escuela? “Ya hemos revisado este
pasillo tres veces y no hay nadie.” Decía una voz que parecía conversar con otra. “Ya oíste al jefe,
tenemos que asegurarnos de que en verdad no hay nadie o…” “¿O qué?” Dije luego de quitarme la
mano de Twilight de encima, dirigiéndome a las voces. Venían de dos sujetos vestidos de negro y
armados con, bueno, armas de fuego. Apenas nos vieron comenzaron a disparar y Twilight
reaccionó a tiempo para detener las balas con su magia extraña.

“¿Había gente armada en CHS y te parece extraña la magia de Twilight?” “Puedo dejar la historia
hasta ahí si quieres.” “Continua, por favor.”

Como no paraban de disparar, arremetí hacia ellos bloqueando balas con mi escudo y cuando
estuve suficientemente cerca lo lancé para que rebotara en los dos sujetos. “¿Qué están haciendo
aquí?” Le pregunté bastante enojada al que seguía consciente.

“¿Enojada? ¿Tú?” “Una más, Nacho, y te juro que…” “Lo siento, solo trato de… no importa,
continua.” Como decía, le pregunté bastante enojada y como no respondió nada, lo lancé al suelo
con fuerza. Al verlo de cerca, reconocí el diseño de su uniforme, pero no sabría decir de dónde. Lo
único que sabía era que mi hermana estaba en peligro si había gente armada aquí.

“¿Qué podrían querer de una escuela como CHS?” Me preguntó Twilight luego de revisar al otro
sujeto que había dejado inconsciente. “No importa por ahora, hay que sacar de aquí a Applebloom
y sus amigas.” Seguimos por el pasillo y frente a la puerta de la sala dónde ellas estaban había un
único guardia. Antes de que pudiera reaccionar al verme, me lancé a toda velocidad con un golpe
que lo lanzó a través de la puerta.

Fui recibida por los gritos de varias personas que estaban atadas en la misma sala, entre ellas mi
hermana. “¿Applebloom, estás…?” Pero justo cuando iba a desatarla, sentí a alguien que me iba a
golpear y alcancé a detenerla justo a tiempo. El día solo se llenaba de sorpresas para mí. “¿Rara?”

“Disculpa, ¿quién es Rara?” “Es una amiga de la infancia, mi tutora del Campamento de la Amistad
y aparentemente una asesina entrenada por terroristas.”

Tenía muchas preguntas que hacerme y hacerle y poco tiempo. Me miró fijamente mientras yo
sentía que hacía menos fuerza con la mano que yo estaba deteniéndole. “¿Applejack?” Le solté la
mano cuando vi que ella ya no tenía intenciones de atacarme. Luego la vi levitar y salir volando por
la ventana. “¡Twilight!” Como yo había entrado corriendo, la había dejado atrás por un momento y
acababa de alcanzarme. “¿Qué? Ella estaba…” “Ella es mi amiga.” La mirada de Twilight cambió
repentinamente y podía sentir su arrepentimiento.

“¿Por eso quería pedirte disculpas? ¿Por lanzar a tu amiga por la ventana?” “Eso tendría bastante
sentido, la verdad.”

Pero Rara no estaba sola en esa sala. Había otro tipo ahí y se veía mucho más dispuesto a pelear.
“Twilight, desata a los rehenes. Yo me encargo.” Guardé mi escudo en mi espalda y me hice sonar
los nudillos mientras ella usaba su magia para desamarrar uno por uno a mi hermana y el resto de
los alumnos que tenían atrapados. Mientras tanto, yo molía a golpes al otro tipo; aunque debo
decir que me pasé un poco, quería que pagara por hacerle eso a mi hermana. Si no fuese por lo
que dijo, no tengo idea que tan lejos habría llegado.

“Coloratura sabía que vendrías.” Coloratura… estaba hablando de ella, es el nombre de pila de
Rara. “¿Qué le hicieron a Rara?” El tipo me dio una sonrisa que me sacó de quicio y me llenó de
ganas de tirarle algunos dientes. Lo levanté con una mano mientras echaba la otra para atrás. “Vas
a decirme que le hicieron o…” “Le echamos sal a la herida del Capitán.” Me estremeció un poco lo
que dijo, así que en vez de golpearlo de inmediato seguí escuchando. “Tomamos a su fiel
compañera y la convertimos en un arma. Un arma capaz de matar al verdadero Capi…” En ese
momento dejé de aguantarme y le tapé la boca con un solo golpe. Ni siquiera me di cuenta de que
estaban todos mirándonos, Applebloom incluida.

“El tipo era todo un super villano si te contó su plan maligno.” “O tenía un as bajo la manga. Pero
ni yo ni Twilight nos dimos cuenta a tiempo.”

“¿Están todos bien?” Me dirigí a Twilight luego de haber lanzado al tipo al suelo. La ayudé a
desatar a los que le faltaban pero no habíamos podido sacar a todos del aula todavía. Mi hermana,
sus amigas y unos cuantos más aún estaban ahí cuando el bastardo me tomó por la espalda,
poniendo un arma en mi cabeza. “Que nadie intente nada heroico o la Capitana muere.” Twilight
tenía las manos atadas y se quedó delante de Scootaloo y Sweetie Belle, quiénes estaban pálidas.

“Pero claro, ella no podía quedarse atrás.”

Applebloom evitó a Twilight y se lanzó al tipo malo, poniéndose en peligro a ella y a mí. El
terrorista le dio una patada pero fue suficiente para que yo pudiera revertir su llave y lanzarlo con
toda mi fuerza al piso. “¡Applebloom! ¿En qué establos estabas pensando?” Tenía los ojos llorosos
mientras me hablaba, pero no eran por el dolor de la patada. “Yo… ¡Yo también quiero ser valiente
como papá!” No pude decirle que ella era la niña más valiente que hay, porque ese hijo de… lo
siento, ese maldito no estaba listo para rendirse.

Todo pasó muy rápido. Se levantó, pulsó un botón y la habitación entera explotó. Si no fuese por
la magia de Twilight, todos ahí podríamos haber muerto. Creo que ella no lo sabe, pero salvó a
mucha gente ese día, incluida a Applebloom.

“Por eso no puedo dejar de ser la Capitana, Nacho. Sé que mi hermana casi muere por lo mismo,
pero también sé que ella no es la única a la que he inspirado a superarse. A luchar por otros. A…”
Tuve que detenerla porque sé que podía seguir por mucho tiempo. “No dejaré que esa ley
destruya al equipo, Jackie. Hablaré con la teniente Lynn y veré lo que puedo hacer. Yo…” Applejack
me detuvo porque sabía que yo podía seguir por mucho tiempo. “Gracias, Nacho. Te deseo
suerte.” “Voy a necesitarla. Porque si no consigo convencerla, no sé lo que voy a hacer.”

Después de eso, Applejack me contó que, debido a su valentía, su hermana Applebloom estaba en
un estado más grave que cualquiera de los otros accidentados. Si bien Rarity y Rainbow lo sabían,
les pidió que no le dijeran a nadie más para no preocuparlas. Claramente yo me preocupé, pero
tenía otras cosas que hacer en ese momento.

“¿Vas a salir?” Me preguntó Pinkie mientras me ponía el Iron Heart. “Sí. Voy a hablar con la
teniente Lynn. S quieres…” “¡Aburrido! Suerte, nene.” Eso sí lo vi venir. No creo que nadie aquí
quisiera hablar con esa bruja condescendiente de manera voluntaria, así que tuve que ponerme
los pantalones por todo el equipo. Mis esperanzas eran bajas, pero no podía quedarme de brazos
cruzados mientras ella atentaba destruir todo lo que habíamos logrado juntos.

“Adelante.” Escuché a través de la puerta, con lo que pasé al interior de la oficina de la teniente de
policía, Vera Lynn. “Oh, es usted. ¿Ha venido a registrarse en el acta?” Me causó un poco de
curiosidad que lo preguntara. “¿Tengo que hacerlo aquí? Pensé que podía hacerlo por internet.
Todo se hace por internet ahora.” Se rio un poco de mi comentario, así que asumí que empecé con
el pie correcto la conversación. “Claro que puede hacerlo por internet. Dígaselo a sus amigas,
aunque no creo que estén muy motivadas por registrarse.” Pues tiene razón, la mayoría no lo está.
´

“De hecho, vine justamente a hablar de eso. Las…” “Puede ahorrárselo, señor Pink. No me va a
convencer de que necesitamos a su equipo de autoproclamadas heroínas. Ahora, si me permite…”
Me leyó como un libro, pero no estaba ni si quiera cerca de querer tirar la toalla todavía.

“Por favor, ¿no cree que…?” “Déjeme que le pregunte, Señor Pink.” Esta señora era mejor
interrumpiéndome de lo que es Pinkie Pie, pero le faltaba toda la gracia. “¿Por qué fue que usted
reveló públicamente ser Iron Heart?”

¿Mis motivos? Aparte de llegar a ser famoso… es broma, mis nervios no me dejarían manejar la
fama de cualquier modo. “Fue porque pienso que de no hacerlo, habría villanos que intentarían
descubrir mi identidad de maneras menos, pues, amables. Pero fue…” Voluntariamente, iba a
decir hasta que me interrumpió. Supongo que los modales no son lo que hace a uno teniente. “¿Y
se arrepiente? ¿Se siente menos seguro ahora?” ¿Qué es esto? ¿Una visita al psicólogo? “No, no
me arrepiento. Pero no se trata de mí, teniente.” “Lo sé, se trata sobre su equipo. La verdad es
que parecían buenas jovencitas cuando las visité. Lástima que hayan elegido la vida que eligieron.”
Creo que jamás había tenido tantas ganas de golpear a alguien en mi vida. ¿Cuál es su problema
con los súper héroes? “¿La vida que elegimos? ¿No es la misma que eligió usted al hacerse
policía?” “No se atreva a comparar a los de su clase con nosotros.” Se veía bastante molesta y
fuera de personaje. Era algo divertido, la verdad.

“Tanto nosotros como usted defienden al inocente y esas cosas, ¿no? ¿Cuál es…?” “Teniente, es
importante… ¿Interrumpo algo?” Preguntó un policía que había entrado de improvisto a la oficina
de Vera Lynn. Parece que interrumpir es parte importante del currículo del departamento de
policías. “No, el señor Pink ya se iba. ¿Qué es tan importante como para irrumpir en mi oficina de
esa manera, oficial?” Al menos es bueno saber que es condescendiente con todos, no solo con las
chicas y yo. “Tenemos a dos súper heroínas persiguiendo a un tercero no identificado todavía,
pero los reportes dicen que podría tratarse de la Condesa.” Vera me dio la sonrisa más sarcástica
que pudo poner y de inmediato ordenó que organizaran al departamento completo para que las
persiguieran. Una vez más tentando a la suerte, Pink Nacho.

“¿Por qué me culpas a mí? Sunset también estaba ahí.” Me preguntó Rainbow Dash en el espacio
que me dieron para hablar con ella. Como la ley aún no había sido oficialmente publicada, no la
metieron en prisión de inmediatamente y, en cambio, la trajeron junto a Sunshim al departamento
de policías para un breve interrogatorio y dejarlas ir con una advertencia. “Porque Sunset no sabe
a quién estaban persiguiendo.” Se quedó callada por un momento y luego me miró fijamente y
algo triste. “Applejack te contó, ¿no?” Me contó que Twilight lanzó a Rara por una ventana, si a
eso te refieres. “Sí, Sunset no tenía idea que perseguíamos a la amiga de la infancia de A.J.. Ella…
mejor te cuento del principio.”

Después de la aburrida charla de la teniente de policía, en lo que discutíamos si nos registrábamos
o no, Sunset y yo salimos a caminar para despejar nuestras mentes. Ya les había dicho que ni loca
dejaba que mis padres supieran que yo era una súper heroína, pero ella tenía sus propios
problemas. “¿Ya te decidiste, Sunset?” “No puedo. Apenas soy humana, no tengo cédula de
identidad ni certificado de nacimiento. Si ya fue un infierno lograr inscribirme en CHS, imagina
cuanto me costaría todo esto.” Sí, ella tenía un punto. Y tampoco me explico como entró a CHS.

“¿Te has preguntado dónde estará la real Sunset Shimmer? La de la Tierra, quiero decir.” “Prefiero
no pensar en eso. Ya es confuso tener que llamar princesa a la otra Twilight. ¿Dónde me quedé?”

Ah, sí. Salimos a caminar y todo eso. Queríamos distraernos un rato. Sobre todo yo, por lo de que
Scootaloo y sus amigas están en el hospital.

“Acerca de eso…” “Pensé que Applejack ya te lo había contado.” “No, me refiero a Scootaloo. Me
confunde la relación entre las dos.” “Soy algo así como su tutora-hermana-mayor-adoptiva,
porque ella me admira mucho. No puedo culparla en eso último, ¿Sabes?”

Como sea, caminamos bastante sin darnos cuenta y acabamos por pasar cerca del hospital dónde
estaban las hermanas de nuestras amigas. Estábamos en horario de visita, así que decidimos pasar
y ver cómo les iba. Pensé que al menos ahí podría haber buenas noticias, luego de como habíamos
empezado el día. “¿Es esta habitación de aquí, Dash? ¿Rainbow?” Cómo Sunset no había venido
antes y claramente no pedí indicaciones, nos perdimos un poco. Pero recordé de inmediato cual
sala era en la que estaban. “No, es esa de allí. Esa en la que está parada esa señora… que tiene un
brazo de metal…” No había que ser una genio para saber quién era. Una pensaría que se esforzaría
más en esconderlo.

“¿Por qué lo dices? No es como si fuese alguien famoso.” “Yo pensaba lo mismo. Resulta que…”

“¡Es la Condesa!” “¿La quién?” Sunset parecía conocer a Rara por otro nombre. “La Condesa. Es la
principal sospechosa del accidente de ayer según el departamento de policías. ¡Vamos a
atraparla!” “¿Qué? ¡No! Ella es…” Ni si quiera nos detuvimos a pensar en que detenerla en nuestro
estado actual sería ilegal, pero ella estaba tan emocionada que la persiguió de inmediato. Rara vio
venir a Sunset y enseguida la arrojó al suelo con una llave para luego salir corriendo. “Qué sutil,
Sunset.” “¿Y tú? ¿No eres la mujer más rápida del mundo?” “¡No puedo ponerme a correr en un
hospital! Además, la… Condesa, no es la culpable de lo que pasó en CHS.” Aunque ni yo misma no
estaba muy segura, a decir verdad. De cualquier modo, ambas teníamos un motivo para
perseguirla y fue exactamente lo que hicimos.

“¿No confiabas en la versión de Applejack?” “¿La interrumpías a ella tanto como a mí? No es que
no confíe en ella, pero imagina si a Pinkie Pie la culparan de algo así. ¿No tratarías de cubrirla?”
“¿Si la culparan de bombardear una escuela? Sí, entiendo a lo que te refieres. Pero, ¿por qué no le
dijiste a Sunset que Rara era una amiga de Applejack?” “Apenas sé quién es Rara; la última vez que
la vi intento matarnos. Y luego le di una patada. No es la mejor descripción de amiga de la infancia
que podrías darle a alguien. ¿Me dejas continuar?” “A Jackie no le molestaba tanto que le hiciera
preguntas mientras… Mentira, se molestaba mucho más. Continua.”

La seguimos mientras escapaba del hospital, pero era bastante difícil hacerlo sin usar mis poderes
o incomodar a los pacientes y enfermeros. ¿Sabes lo difícil que es para mí no correr? Nada, la
verdad. Pero una persecución en un hospital sí lo es y Rara tampoco lo estaba dejando fácil. Desde
la última vez, Applejack la había estado buscando por todas partes y de vez en cuando me pedía
ayuda. Esa vez que ustedes fueron al Campamento Everfree fue una de esas veces. La cosa es que
ella tiene un talento natural para ocultarse. Excepto por su brazo de metal, gracias a eso la
pudimos ver saliendo del edificio y finalmente podía seguirla corriendo.

“Sunset, tenemos un problema.” “¿La perdiste? ¿Perdiste a la chica con un brazo de metal y una
capucha extremadamente sospechosa?” Lo dijo como si fuese mi culpa, pero no era el caso. “No
voy a culparte por no saberlo, pero aparentemente hoy es… el festival del Hoodie de Canterlot.”

“¿Era hoy? Quería llevar a Pinkie a verlo.” “Es para la gente que lleva los polerones donde
deberían llevarse, Nacho.” “Llevar polerones en mi cintura es parte de mi estilo, muchas gracias.”

“¿Festival del Hoodie?” “Sí, festival del Hoodie. Dame una mano y búscala desde arriba.” Se lo pedí
porque, a diferencia de mí, ella puede volar cuando quiere. Le diría presumida, pero si yo pudiese
hacerlo también presumiría un montón. Mientras ella se elevaba, yo traté de meterme entre la
multitud de personas que no tengo idea por que atienden a ese evento. “¿Ya la encontraste?”
“Creo, hay alguien moviéndose a golpes entre la gente. No, espera. Esa eres tú.” Increíble.
“¡Sunset! Yo ni si quiera llevo…” “¡Ya la vi! Está… ¿robándose una moto? Esta tipa es peor de lo
que creí.” Genial, ahora sí que la van a arrestar. Seguí a Sunset desde abajo mientras ella perseguía
a Rara, pero me estaba costando trabajo escaparme del festival del Hoodie. Cuando finalmente lo
logré, comencé a correr por la calle tan rápido como pude para alcanzarlas y vi como la señorita
brazo de metal, parada sobre la moto que se robó, le hizo una llave extremadamente genial a
Sunset, lanzándola a la calle. Bueno, estaba tan emocionada con todo esto que no me di cuenta
que en realidad la había lanzado hacia mí. Logré alcanzarla en el aire pero eso no evitó que nos
cayéramos al suelo y rodáramos unos metros. “Van dos hoy, Sunset.”

“Eso no fue muy cash money de tu parte, Rainbow.” “Hazme un favor, Nacho. No vuelvas a usar
esa expresión en lo que te queda de vida.”

“Déjaselo a una profesional.” Le dije mientras me preparaba para dar la carrera de mi vida,
persiguiendo a Rara por las calles vacías de la ciudad. Al menos hay algo le puedo agradecer al
festival del Hoodie. Claramente soy más rápida que una moto, pero mantener la velocidad
mientras trataba de hacerla entrar en razón y no chocar con nada era algo desafiante. Pero no
para mí, en cualquier caso. Tuve que gritarle porque se robó una moto muy ruidosa. “¡Quiero
saber por qué intentaste matarnos a Applejack y a mí la última vez!”

“Lo que dijo después fue lo suficientemente chocante como para que no me diera cuenta de que
la policía nos estaba esperando unas cuadras más adelante.” “¿Qué fue lo que dijo? ¿Algo como
Yo soy la madre de Applejack? ¿O que Shrek 2 es mejor que la primera Shrek?” “Pasas mucho
tiempo con Pinkie Pie.”

No, lo que dijo fue… “¡No quiero intentar matar a nadie más!” Entonces me la quedé mirando muy
sorprendida y ahí fue cuando ella detuvo bruscamente la moto que había robado y a mí me detuvo
bruscamente Fluttershy… Perdón, Thor. Creo que no podemos decir su nombre real por ahí así
como así. Sunset nos había alcanzado después de un rato y también la detuvieron.

“¿Fluttershy las detuvo a las dos?” “Sólo cumplía con su deber. Esas fueron sus palabras. Y antes
de que preguntes, no sé a dónde se llevaron a Rara. Solo sé que no está aquí.” En ese momento, y
como de costumbre, la teniente Lynn nos interrumpió para llevarse a Dash, luego de haber
terminado de interrogar a Sunset. “¿Nacho? ¿Tú también estás aquí?” Me preguntó al verme ahí
sentado. “Sí, estoy aquí hace un rato.” Lo que acababa de decir me dejó una duda. “Cuándo dices
también, ¿te refieres a Rainbow o a Fluttershy?” “Flutt… Thor ya no está aquí.” Miró a ambos
lados antes de seguir. “Se sintió mal después de ayudar a que nos arrestaran y se fue.” Típico.

“¿Ella sabe que no están bajo arresto?” “No lo creo. ¿Podrías decírselo de mi parte?” ¿Es que soy
el chico de los encargos hoy? “Ella no sabía lo que nos harían cuando nos detuvo.” Le di mi palabra
a Sunset y volví a casa con las chicas. De todas maneras, había algo que me tenía preocupado.

Si Rara no estaba detenida con Sunset y Rainbow, ¿dónde estaba? “No es eso lo que te preocupa,
¿verdad, nene?” “Pinkie Pie, me lees como un libro. Lo que realmente me preocupa es lo que hará
Applejack cuando se entere.” Aunque esa no era mi única preocupación. Sé que Applejack quiere
ayudar a Rara a limpiar su nombre sobre el bombardeo a CHS, pero según lo que entendí de lo
último que le dijo a Rainbow antes de que se la llevaran, su historial no es el más limpio que hay.
¡No quiero intentar matar a nadie más! ¿Se referirá a lo que creo que se refiere?

“¿Estás bien, Nacho? Últimamente has estado muy pensativo.” Sigues leyéndome perfectamente,
queridita. “No ha sido mi mejor día, Pie. Esto del Acta y todo eso, ya sabes.” Ella me miró tan
preocupada como despreocupada. Ya saben cómo es ella. “Oh, ya veo. ¿Te dije que Fluttershy y yo
ya nos registramos? Puedes hacerlo por internet, es facilísimo.” Eso me recordó mi fallida
conversación con Vera Lynn y como la intervención de Dash y Sunset probablemente solo
ayudaron a probar su punto, así que le pregunté si alguna otra se había inscrito. “Además de
Fluttershy y yo, sólo Rarity. ¿Y tú?” No me había dado cuenta hasta ahora que no lo había hecho.
Había sido un día de locos, incluso considerando todo lo que me ha pasado desde que conocí a
Pinkie. “Ah, yo, claro. Creo que me inscribiré ahora, gracias por recordármelo, cielo.” Me dio un
fuerte abrazo para levantar mi espíritu abatido y fuimos a descansar un rato. Yo fui a descansar,
más bien. Pinkie había tenido un día relativamente normal y siempre está llena de energía.

“Applejack, sabes que me merezco estar aquí, ¿verdad? Lo que pasó en tu escuela…” “No eras tú,
Rara. Voy a probarlo, voy a arreglar lo que sea que te hayan hecho y te voy a sacar de aquí.” “Me
preocupa que no sea en ese orden. Si no has cambiado nada de como eras cuando ibas al
campamento, sé que no te detendrás ante nada para ayudarme.”

Capítulo 17, Super Stars ¿Para siempre?

“¡¿Que Applejack hizo qué?!” “¿Puedes creerlo? No lavó los platos de la comida ayer.” ¿Acaso cree
que vive en un parque de remolques? Ahora que vivimos todos juntos tenemos turnos para lavar y
parece que alguien no los está respetando. “Cuando la vea le voy a… Un momento, ¿alguien ha
visto a Applejack?” Todas negaron con la cabeza. Al cabo de un rato, me di cuenta de que ella no
era la única que no estaba por aquí. Twilight tampoco aparecía y Sunset, junto a Rainbow, seguían
detenidas en el departamento de policías. “¿Es tan importante, Nacho? No me molesta tener que
lavar en su lugar.” Me preguntó Rarity en su infinita generosidad. Antes de que pudiese
responderle, alguien más intervino. “De hecho, es bastante importante.” “¿Alcaldesa Mare?” ¿Es
que cualquiera puede entrar a esta casa como si nada? Primero la teniente y ahora esto. La peor
parte es que solo traen malas noticias cuando lo hacen.

“¿Por qué dice que es tan importante?” Le preguntaba Fluttershy a la alcaldesa mientras Rarity le
preparaba algo de té. Yo me preguntaba cómo es que nadie avisa de antemano que viene a visitar.
“Primero, quiero decirles que aprecio todo lo que hacen por Canterlot. Desde que el Señor Pink
hizo su debut, el número de crímenes ha disminuido inmensamente.” Me sonrojé un poco cuando
lo mencionó; me sentí bastante halagado y jamás había pensado en el impacto que he tenido.
“Es por eso que, cuando Vera Lynn vino a hablar conmigo, no pude dejar que prohibiera que
ustedes trabajen como lo han estado haciendo y llegamos al acuerdo del que ella les vino a hablar
ayer.” Hasta ahora no había señales de malas noticias, pero soy bastante fatalista cuando se trata
de alcaldesas visitándome. Rarity le trajo su taza de té y cuando todos los presentes estuvimos
sentados, escuchamos lo que la Alcaldesa Mare nos vino a decir.

“Es sobre su amiga la Capitana América.” Dijo luego de un probar un sorbo de té. “Ayudó a una
criminal buscada a escapar de prisión y la teniente Lynn quiere atraparlas a las dos.” Applejack por
el amor de todo lo que es bueno, ¿en qué mierda estabas pensando? El resto de las chicas se
mostró tanto o más sorprendidas que yo. La verdad es que luego de escucharla sabía lo que nos
iba a pedir, pero estaba tan enojado con Jackie que habría preferido dejárselo a la teniente. “Se
que puede ser algo difícil para ustedes, pero me gustaría que fuesen ustedes las que las detengan.
Si se lo dejan a Lynn, no hay duda de que lo usará para prohibir que haya súper héroes para
siempre.” Aunque no iba a permitir que Vera se saliera con la suya así, había otro motivo para
hacer lo que Mare nos pedía. “Y siendo honestas… yo quiero creer que aún las necesitamos. Por
favor, demuéstrenme a mí y a todos en Canterlot que los súper héroes no son lo que Lynn cree
que son.” Sí, esa fue la parte que me convenció. “No la defraudaremos, Alcaldesa.” Terminó su té
y luego de despedirse de nosotros, se encamino hacia la salida. “Por cierto, creo que la Condesa
no es la única a la que la Capitana ayudó a escapar.” Habiendo dicho eso, se retiró.

“Sé que es mucho pedir, pero…” A ni una le pareció que era mucho pedir. Fluttershy
inmediatamente tomó su martillo de nombre extraño y se puso de pie. “No es que me apasione la
idea pero, si no somos nosotras, probablemente los policías de esa teniente la traten muy mal.”
“¡Ese es el espíritu, Fluttershy! Iremos en una épica aventura las cuatro.” Dijo Pinkie Pie con un
entusiasmo que a decir verdad me parecía más o menos fuera de lugar, considerando lo que
íbamos a hacer. Al menos como yo lo veía, las palabras no iban a ser suficientes. “No creo que
deberías estar tan emocionada, querida.” “Y tampoco seremos los cuatro.”

De haber sabido que Pinkie se desilusionaría con lo que dije, lo habría fraseado mejor. “Ya
escucharon a la alcaldesa y todos aquí sabemos lo testaruda que es Applejack. No va a estar sola y
necesitaremos ayuda.” Todas me miraron un poco confundidas. Si entendí bien lo último que dijo,
lo más probable es que haya liberado a Rainbow y a Sunset y apuesto lo que sea a que Twili no
está aquí porque fue a ayudarla también. Un rato después Rarity me hizo una pregunta,
sacándome de mis pensamientos. “¿Qué tipo de ayuda tienes en mente?”

“¿Quieres ver algo súper impresionante, Rarity? ¿Rarity?” Nacho me había dejado a cargo de
localizar a nuestra prófuga amiga mientras él se iba a buscar la ayuda que dijo que necesitábamos.
Sinceramente, no veo porque estaba tan preocupado. Aunque claro, hablamos de Nacho; a veces
se preocupa más que Fluttershy por algunas cosas. “Oh, discúlpame querida, estaba pensando en
otra cosa. ¿Qué querías mostrarme?” “Es un truquito en el que estoy trabajando.” Se veía muy
emocionada, pero algo frenaba su característica hiperventilación. “Aunque espero no tener que
usarlo pronto. ¿Crees que tengamos que pelear contra Applejack?” No quería decirle que sí, pero
era muy probable que ese fuese el caso. Las palabras rara vez resultan cuando se trata de ella.
“¿Qué hay de ti, Fluttershy?” Se fue a hablarle fue sin mostrarme su nuevo truco. “¿Yo? ¿Qué hay
de mí?” “¿Crees que tengamos…?” Tuve que detenerla antes de que lo sugiriera de nuevo, por el
bien de la moral del equipo. “¿Qué tengamos suerte encontrándola?” “Eso espero. Pero no se me
ocurre como, no contesta su teléfono.” Sí, es cierto. No tenía ni la menor idea de cómo íbamos a
encontrar a Applejack antes de que lo hiciera la policía. “Podría estar en cualquier parte.”
Entonces saltó Pinkie entremedio de las dos. “Sí tan solo tuviésemos algún tipo de aparato capaz
de detectar la energía que irradian personas específicas que conocemos.” “Pinkie Pie, querida,
juro que a veces no sé si hablas en serio o estás siendo irónica.” Conociéndola, probablemente se
trate de alguna corazonada que está más cercana a la realidad de lo que debería, así que puse mis
neuronas a trabajar.

“¡Eso es!” Exclamé más fuerte de lo que me habría gustado, con lo que espanté un poco a
Fluttershy. “¿Eso es qué?” Ignoré su pregunta sin darme cuenta y me fui a buscar en la habitación
de Twilight esa cosa extraña que roba magia que usamos para rastrear la barita de Star aquella
vez. “No deberías entrar en su habitación sin permiso, Rarity.” Dijo Fluttershy una vez que ella y
Pinkie Pie me alcanzaron. “Ya me disculpare luego.” “Relájate Flutts, es más fácil pedir perdón que
pedir permiso.” Y con eso, Pinkie me ayudo a buscar por la habitación. Fluttershy se quedó de pie
un momento y cuando pensé que nos ayudaría, se detuvo un momento. “Oh, Spike. ¿Quieres una
galleta?” Ahora que lo llamó, me pareció raro que no estuviese aquí. El cachorrito llegó tan rápido
que estaba claro que tenía hambre. Eso o que Fluttershy es realmente buena con los animales.

“¡Galleta!” Para ser un perro que habla, no es muy elocuente. “Primero dinos dónde está
Twilight… si no es mucha molestia.” Dejo de mover la cola tanto como antes y paso a estar más a
la defensiva. “Me pidió que no le dijera a nadie, pero…” Se veía que quería las galletas que
Fluttershy le estaba ofreciendo. “…¡Pero nada! Le di mi palabra de perro.” “Fluttershy, quizás
deberías…” Iba a sugerirle ser más asertiva, pero ella se adelantó a mi crítica constructiva. “Mira
Spike, Twilight está ayudando a una criminal a escapar. Si no nos dices donde está, otras personas
con peores intenciones que nosotros la encontraran antes. ¿Eso quieres?” Spike dudó por un
momento, pero la mirada de preocupación sincera de Fluttershy era irresistible.


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