“Dijo que iría a la vieja estación de trenes. Por favor…” “La traeremos devuelta Spike, no te
preocupes.” Al final, le dio la galleta que le prometió y Pinkie llamó a Nacho para avisarle de
nuestro avance. Él dijo que también estaba listo y que nos preparáramos para encontrarnos allí.
“¿Cree que puedo prepararme con tan poca antelación? ¿Es que no sabe lo que el estrés le hace a
mi cabello?” Pinkie me miró con una cara terriblemente seria y entendí que ella tampoco parece
saber lo que el estrés le hace a mi cabello. Y que aparentemente no le importa, dado como me tiró
mi traje en la cara. Me molestaría lo grosera que fue si no tuviésemos otras prioridades.
Pinkie dijo que nos encontraríamos aquí. Conociéndola, tratará de dar una entrada súper teatral y
elaborada. De cualquier modo, tenía mis dudas sobre todo esto. Primero, no tengo idea si la vieja
estación de trenes es en la que estoy ahora mismo o si hay otra más vieja. Segundo, Twilight es
lista; debe haber pensado en que Fluttershy convencería a Spike de que les diga donde habían ido
y en consecuencia no le dijo la verdad para darnos una pista falsa. Casi que prefiero que sea así,
pero la otra opción es que el equipo de Vera Lynn las encuentre antes. “¿Nacho?”
“Applejack. ¿Qué… demonios estabas pensando?” Traté de mantener un lenguaje apto para toda
la familia. “Rara es inocente.” ¿Eso es todo? “Ah, genial. Puedes decírselo a Vera Lynn cuando le
expliques…” “Ahórrate el sarcasmo; hice lo que tenía que hacer.” No estaba siendo sarcástico. No
del todo, al menos; Lynn definitivamente le va a pedir explicaciones cuando acabemos aquí. “¿Lo
que tenías que hacer? ¿Es que no te importa…? ¿No te importa el equipo? ¿Las chicas?” “No soy
yo la que dejó que las detuvieran por hacer lo que se supone que hagamos.” Las detuvieron
precisamente por estar persiguiendo a tú amiguita, A.J.. “Lo siento Nacho, dile a Lynn que no
pienso detenerme hasta probar que Rara es inocente.” “No fue Lynn la que me envió por ti. Es
precisamente de ella de quién quiero protegerte.” Noté que se sintió un poco culpable por lo
último que le dije. “La alcaldesa confía en nosotros y vas tú por ahí sacando criminales de la
cárcel.” Y ahora hice que se enojará con eso último. “¿Son Sunset y Rainbow criminales? Ah, es
cierto. Según esa ley que firmaste si lo son.” “¡Sabes que no me refiero a eso! Por favor no hagas
esto más difícil.” No sé qué estoy diciendo, Applejack siempre hace las cosas difíciles.
“Ya dije que no me detendría, Nacho.” Ella dio media vuelta y caminó hacia el andén de trenes,
dejándome atrás. En lo que yo me ponía el casco del traje Iron Heart, la vi sacarse el escudo de su
espalda y en una fracción de segundo lo vi acercarse hacia mí, empujándome varios metros.
Rainbow Dash lo había usado para embestirme con él a toda velocidad. “¿Fue realmente
necesario, Rainbow?” “De nada, Capitana. De nada.”
“¿Acaso alguna piensa ayudarme?” Le pregunte a las chicas por los transmisores de audio que
llevamos regularmente. Son bastante cómodos, si me permiten decirlo. “Estábamos en eso hasta
que a tu novia se le ocurrió una idea.” Pinkie estaba usando su elasticidad para convertirse en una
resortera humana, mientras Rarity la estiraba hacia atrás con el fin de lanzar a Fluttershy contra
Applejack. “No me gusta esta idea.” Dijo temblando. “¿Por qué tengo que ser yo la que sale
catapultada?” “Porque Pinkie es la resortera y yo… pues, solo mírame.” Decía Rarity mientras se
arreglaba el pelo con las dos manos, seguida por los gritos de Pinkie y Fluttershy. “¿Quieres
calmarte, querida? ¿Fluttershy? Oh, vaya.” Había soltado a la resortera humana que estaba siendo
Pinkie y por ende Fluttershy salió disparada a gran velocidad, chocando con Applejack antes de
que esta pudiera reaccionar. “¡Applejack!” Dijo Rainbow cuando la vio salir despedida, pero antes
de que pudiese hacer algo, un golpe invisible la lanzó al piso junto al escudo de la Capitana.
“No me dijeron que ya habíamos empezado.” “¿Quién dijo…?” Rainbow buscó por todas partes
pero no veía a nadie. Cuando vio el escudo de Applejack, notó un punto negro que se movía por
ahí y trató de aplastarlo con la mano. Después de lograrlo, el punto creció, dejando ver a quién la
había golpeado en primer lugar. En verdad no se podía ver quién era, pero había alguien que la
reconoció de inmediato. “¡Nacho!” Gritó Twili saliendo de donde sea que estaba escondida. Yo
también había vuelto del lugar al que Rainbow me había lanzado antes. “¿A quién le diste mi traje
NT-M4N?” Me hacía sentir bien, primero, que mi suposición de que estaba ayudando a Applejack
era cierta y, segundo, verla así de enojada. “¿Tu traje? A nadie. Recuerda que Pinkie lo destruyó.
La que tienes aquí es Wasp, una versión mejorada con…” “¿Con alas? Esa versión también es mía.
La hice luego del incidente con el primero.” Bueno, me atrapaste. Aunque si le hice unos arreglos
por mi cuenta, como ponerle audífonos. “¿Twilight? ¿Tu hiciste esta cosa? ¡Está genial!”
Finalmente la persona dentro del traje se quitó el casco. “¿Le diste tecnología super avanzada y
peligrosa a Lemon Zest?” “Oye, tú se la diste a Pinkie Pie en primer lugar.” Siendo honestos, ambas
son igual de irresponsables, pero Lemon era la única persona en la que confiaba lo suficiente y que
además tenía ganas de ser una súper heroína.
“Además, no veo que…” “Estás haciendo tiempo.” Vaya, me atrapaste de nuevo. “Estás pensando
en que si Applejack, Rainbow y yo estamos aquí, solo Sunset puede estar con Rara y por eso estás
usando la visión térmica de tu traje para encontrarla.” Era exactamente lo que estaba pensando,
pero no estaba teniendo resultados. De hecho, había una zona particularmente vacía de calor que
me generaba curiosidad. También me generaba curiosidad lo mucho que se demoraban Pinkie y
Rarity en efectivamente ayudarme. “Pero si yo estoy aquí, ¿quién está con Rara?” Dijo Sunset
apareciendo por detrás de mí. Cuando iba a usar sus poderes para intentar derretir mi traje, Rarity
usó los suyos para detenerla. “¿Es que esperaban una invitación?” “Disculpa si tengo dudas al
momento de pelear con mis amigas, Nacho.” Te disculparía si no fuese porque ellas no están
mostrando ni un índice de vacilación.
Decidí que Rara tenía que estar en el lugar falto de calor que había visto antes, pero para llegar a
él tenía que pasar por encima de Twilight. Le hice una señal a Lemon y se encogió de inmediato.
“¡Esto es mucho más fácil de lo que pensaba!” “Twilight, muévete.” Le dije caminando hacia ella.
“¿O qué?” Seguí caminando y cuando ella iba a usar su magia para detenerme, comenzó a reírse
incontrolablemente. “¿Pero qué…?” Seguía riéndose y no podía mover sus brazos
voluntariamente. Lemon se había metido dentro de su ropa para hacerle cosquillas y Twili tiene
una especial debilidad ante ellas. Luego, cuando Rainbow intentó detenerme, el largo brazo de
Pinkie la detuvo en el lugar. Todas estaban en jaque y no había nadie entre Rara y yo. Debería
dejar de decir cosas como esa.
“¡Nacho! Cuánto tiempo.” Escuché una voz familiar que claramente no era la de Rara, pero no
podía recordar de dónde me sonaba. Al titubear por ese saludo, recibí el impacto de una bola de
nieve en la cara que me hizo retroceder unos pasos. “Veo que Applejack no perdió el tiempo. Hola,
Starlight.” “¿Puedes creerlo? Mi primer día en la Tierra y ya tengo súper poderes.” Una cosa es
sacar gente de prisión, pero ¿traer gente de otra dimensión? La cosa se ponía sería y no me daba
cuenta de las rimas que estaba haciendo. “Así que, ¿poderes de hielo?” “Sip, cuando me dijeron
que Sunset consiguió poderes con su elemento de la harmonía, pensé que sería genial hacer lo
mismo.” ¿Te dijeron que ayudarías a escapar a una prófuga? Quizás te lo habrías pensado mejor.
Así que así estaban las cosas. Lemon tenía incapacitada a Twilight, Rarity bloqueaba las llamas de
Sunset, yo me las veía con Starlight y sus nuevos poderes, no tengo idea de que tan lejos lanzaron
a Fluttershy con Applejack y Pinkie Pie tenía una as bajo la manga para detener a Rainbow Dash.
“¿Qué? ¿Crees que puedes atraparme?” Dijo mientras elongaba un poco, tratando de intimidar a
Chisparrosa, la Magnífica. “Claro que no, tontita. Sé que puedo hacerlo.” Pinkie puso un puño en
el suelo y separó sus piernas, las cuales comenzaron a bombear como si fuesen pistones de un
motor. Su piel tomo un tono más rojizo y salía un gas que parecía vapor de sus brazos y piernas.
“Estoy muy asustada, en serio…” Pero antes de que pudiera terminar con su sarcástica
provocación, Pinkie lanzó un golpe a una tremenda velocidad que sonó como una bala, rozando la
cara de Rainbow y dejándola tan sorprendida como despeinada. “No te molestará ser la segunda
más rápida del equipo, ¿verdad?” “Oh, tú te lo buscaste.”
La velocidad de Pinkie era realmente impresionante. Apenas podía verla moverse por ahí,
lanzando puñetazos a diestra y siniestra que Rainbow luchaba por esquivar. Era tan genial verla en
acción de esa manera que Starlight me estaba dando una tremenda paliza de bolas de nieve.
“Sé que iras en serio porque no te has disculpado en todo este rato.” “No quiero hacerte daño,
Applejack.” Ellas dos se habían recuperado de su colisión y la Capitana no quería perder tiempo
con la que menos probablemente estaba dispuesta a luchar. Ella se levantó y caminó de vuelta a la
estación Transtrak, pero Fluttershy alzó su brazo y su martillo, cortándole el camino. “Pero si no lo
hago yo, alguien más lo hará y eso sí que no lo voy a permitir.” Se veía que su determinación no
era superior al arrepentimiento que vendría después, pero A.J. no iba a retroceder ante nada. Ni
ante nadie.
La pelea se vio interrumpida por un violento choque de metal contra metal que hizo temblar la
tierra. Todas las miradas se fijaron en el origen de ese estruendo, dónde estaba Rainbow Dash
parada frente a Applejack, usando el escudo para bloquear el martillazo de Fluttershy. “Gracias,
Dash.” Le devolvió su escudo y corrió de vuelta a dónde estaba el resto, causando gran caos en el
campo de batalla gracias a su velocidad. Aun así, había alguien que la mantenía a raya de ser una
verdadera molestia; un adorable ángel de la guarda con una elasticidad tan sorprendente como,
bueno, como ella lo es siempre. “Esto es… muy… ¡Divertido!” Decía mientras cortaba con fugaces
golpes los intentos de Rainbow por entrometerse en cada pelea. Sin embargo, estaba claro que su
nueva técnica le estaba exigiendo demasiado, por como jadeaba entre palabras.
“¿Alguien quiere cambiar? No puedo…” “¡Yo!” Starlight dejó de bombardearme justo cuando
estaba listo para contraatacar y se enfocó en Pinkie, que ya daba claras señales de cansancio.
Aproveché el momento en que me dejó libre y fui enseguida a buscar a la Condesa, que me recibió
algo sorprendida. “¿Tú..?” ¿Me conocerá de algo? “Sé que no soy policía, pero tienes derecho a no
hablar y todas esas cosas. Entrégate y…” Creo que iba a decirme algo, pero fuimos interrumpidos
por la magia de Twili que me hizo levitar y salir volando lejos de Rara.
“¡Lemon! ¿No tenías a Twilight ocupada?” No escuché respuesta de ella y cuando finalmente caí vi
a Twili frente a mí en una posición muy mal interpretable, al menos desde mi punto de vista. “No
solo le diste mi traje, también le dijiste que mi debilidad son las cosquillas.” Estaba demasiado
enojada y esta vez no era gracioso.
“Eres hombre muerto, Nacho.” Pero antes de que me hiciera algo, le llego el impacto de una bola
de fuego de Sunset. Rarity y yo la miramos sorprendida. “¡Twilight! Lo siento, mi brazo se movió
solo.” Mientras ella se veía la mano preocupada y confundida, Lemon se hizo grande y le dio un
golpe en la cara. “¿Dijiste algo?” Me preguntó luego de su hazaña. “No escucho nada con los
audífonos que le pusiste a esta cosa. ¡Son geniales!” Y como cada vez que alguien termina una
oración aquí, le llegó un golpe, esta vez de Rainbow. “Te lo debía.” Rarity le bloqueó el camino con
un diamante cuando iba a golpearme a mí, con lo que pude volver a concentrarme en Rara, quién
al fin había salido de su escondite. Y justo a tiempo, un tren iba llegando a la estación y finalmente
me quedaron claros los planes de Applejack. Solo restaba una pregunta, ¿a dónde se la llevaría?
La pelea estaba así. Sunset y Rainbow estaban abatidas, Pinkie estaba demasiado cansada como
para hacer cualquier cosa y no tenía idea donde estaban Twili ni Rara. Applejack, Fluttershy,
Lemon, Rarity, Starlight y yo seguíamos de pie y las primeras dos estaban peleando
peligrosamente cerca de las vías del tren, el cual, por cierto, no daba señales de querer detenerse.
Cuando el tren pasó, las dos tuvieron que echarse hacia un lado, o hacia arriba en el caso de
Fluttershy que puede volar con su martillo contra toda ley de la lógica, y escuché que Applejack
gritó algo. “¡Twilight, ahora!” La busqué con la mirada y cuando la vi fue demasiado tarde; justo
estaba con Rara, a la que teletransportó a alguna parte. Seguido de eso, Jackie se subió de un salto
al techo del tren. Twilight se desmayó del esfuerzo y puse toda la potencia del traje en los
propulsores para seguir a las dos fugitivas. “¿Te vas sin despedirte? Que frío. Podría hacer esos
chistes…” Me decía Starlight tratando de detenerme, pero Rarity la encerró en una prisión de
diamantes justo a tiempo. “Ah, por favor.” “Apresúrate Nacho. No puedo mantener esto todo el
día.” Retomé mi persecución y sentí que no era el único. Rainbow y Sunset, que aparentemente
estaban actuando estar derrotadas, junto a Fluttershy, también decidieron seguir el tren. Lemon
se aseguró de que Twili no intentara nada raro y Pinkie, en un inmenso esfuerzo, logró poner una
mano sobre Rainbow, aunque no evitó que dejara de correr. Viendo como estaba a punto de ser
arrastrada, Rarity tuvo que liberar a Starlight y usar sus poderes para mantener a Pinkie en su
lugar, esperando poder detener a Rainbow cuando sus brazos no pudieran estirarse más.
Lemon Zest fue volando hacia Starlight, pero ella levantó sus brazos hacia arriba. “Me rindo. Yo no
me apunté para esto.” Las dos se miraron un rato y Lemon, quitándose el casco, le respondió.
“Yo… vaya, esto es difícil.” Ambas vieron el desastre que habíamos armado el resto y finalmente
decidieron dejar de pelear. Starlight tomó a Twilight, y ahora que lo digo así veo lo parecido de sus
nombres, y se la llevó con ella. Lemon se volvió a poner el casco, se encogió y se fue del lugar.
Los que seguíamos al tren estábamos, bueno, todavía siguiendo el tren. Sunset y yo estábamos
peleando lanzándonos proyectiles en el aire mientras Rainbow trataba de alcanzarnos, aun
estando agarrada por Pinkie. Fluttershy nos seguía un poco más atrás y yo podía ver
perfectamente a Applejack parada en el techo. De un momento a otro, tuve una brillante idea. En
vez de tratar de dispararle a Sunset, le di una mano. Literalmente. Desacoplé una mano del traje y
se la puse como guante para luego activar los propulsores de esta, haciendo que ella cayera y se
quedara en el piso. La elongación de Pinkie finalmente llegó a su límite y Rainbow fue atraída
todos los kilómetros que había recorrido devuelta a la estación. Yo llegué al tren y estuve de cara
con Jackie. “Fin del camino, Capitana.” Siempre quise decir eso parado en el techo de un tren.
Ella no respondió y me miro con mucha más sorpresa de la que me esperaba. Supuse de inmediato
que había algo mal y al darme vuelta la vi. Fluttershy había tomado su martillo y lo amarró a mi
muñeca, con lo que rápidamente me vi empujado por no poder levantarlo y caí del techo del tren,
directo al suelo. Ella me siguió y vi como Applejack se alejaba en el horizonte.
“¡Fluttershy! ¿Qué hiciste?” Le dije gritando, consumido por la rabia y la frustración. Ella no dijo
nada, ni si quiera me miraba mientras me arrastraba lentamente de vuelta a la estación. Cuando
pasó un buen rato, me quitó su martillo de la muñeca y se fue hacia volando el cielo, dejándome
ahí tirado. No tengo idea de a dónde se dirigía el tren, pero de seguro podía alcanzarlo. Sin
embargo, una parte de mí sabía que no estaba haciendo lo correcto, así que volví a la estación
para encontrarme con una desagradable sorpresa. La teniente Lynn estaba arrestando una vez
más a Rainbow y a Sunset y por poco se lleva también a Rarity y a Pinkie. No había rastro ni de
Lemon, Twilight o Starlight. “Agradezcan que estaban registradas en el acta. Aunque eso no
importará mucho luego de lo que pasó aquí.” Sus palabras me recordaron precisamente lo que la
Alcaldesa Mare nos dijo que pasaría. Lynn tenía todo lo que necesitaba para evitar que haya más
súper héroes, pero eso paso a segundo plano cuando vi a las chicas. Rainbow y Sunset no miraron
atrás mientras las metían en la patrulla, Pinkie se veía destrozada y Rarity no dijo nada en todo el
camino a casa. No faltó que lo dijera; todos teníamos claro lo que había pasado.
No habría más Super Stars. No habría más las chicas.
Capítulo 18, Entran dos y sale uno
“Respira hondo Pinkie, te sentirás mejor.” Le decía mientras ella estaba a punto de vomitar por el
cansancio y los mareos que le trajeron usar su nuevo truco. Aprovechar su elasticidad para
bombear sangre a mayor velocidad fue una idea simplemente genial, pero de seguro ella no
reparó en los efectos secundarios. Ni uno de nosotros, ya que estamos en eso.
“Gracias, Nacho. Ya me siento menos terrible.” Aun así la mantuve cerca del toilette por si acaso.
Di un gran suspiro mientras me sentaba en el suelo junto a ella. “Todo esto es mi culpa.” Esperaba
palabras de consuelo de Pinkie, pero lo que me llegó fue muy diferente. “Me preguntaba cuando
lo admitirías.” “Rarity, en verdad…” “¿Lo sientes? ¿Crees que eso cambiará algo? Nuestras amigas
están en la cárcel o perdidas o escapando con una criminal buscada y todo por tu estúpido sueño
de ser súper héroes.” Pinkie se levantó como un resorte, ignorando completamente sus mareos y
fatiga, solo para defenderme. “Oye, nadie te obligo a ser una heroína o a hacernos nuestros trajes
o a golpear a Rainbow Dash lo suficiente como para que pudieran ponerla entre las rejas. Así que
no vuelvas a decirle estúpido a su sueño.” Yo estaba devastado por las palabras de Rarity, incluso
si en el fondo me sentía totalmente culpable de esto. “Oh, perfecto. Vas a defenderlo solo porque
es tu novio.” “No, lo defiendo porque es mi amigo y porque creo… no, yo sé que tenía las mejores
intenciones cuando nos pidió formar un equipo.” “Bueno, lo único que lograron las buenas
intenciones de tu amiguito fue alejarnos de todas nuestras amigas. Debiste dejarlo solo cuando lo
encontraste en CHS.” En ese momento fue cuando no pude más y comencé a llorar, tratando de
que ni una de las dos se diera cuenta, en especial Pinkie. “Tú, no vuelvas a decir algo así de ni uno
de mis amigos. Es más, ¡no vuelvas a decirme nada nunca más en tu vida!” Y al terminar de decir
eso, le cerró la puerta en la cara tan fuerte que casi la desarma. No pasó ni un segundo antes de
que toda esa rabia se convirtiera en pena y se echara a llorar junto a mí.
Quién sabe cuánto tiempo estuvimos ahí, abrazados mientras llorábamos todo lo que habíamos
perdido. Si bien sus palabras no fueron las más amables, Rarity tenía razón; todos nos separamos
por mi culpa. “Nacho.” Me llamó la atención mientras se sonaba la nariz. “¿Si, Pinkie?” “Sé lo que
estás pensando.” Si tuviese un dólar por cada vez que me ha dicho eso tendría para, no sé, un
almuerzo decente por ahí. “No es tu culpa, tú no obligaste a nadie a esto. Todas te seguimos
porque creíamos en ti. Si quieres culpar a alguien, culpa a esa bruja de Vera Lynn.” Parecía que
quería seguir hablando, pero estaba tan cansada por todo lo que había pasado que solo dio un
gran bostezo. “Voy a echarme un rato, lindo. Yo… necesito estar a solas un momento.” Fue a
nuestra cama y yo me quedé en el baño lavándome la cara. Tenía un lugar al que ir y no pretendía
que me vieran con los ojos llorosos.
“Debe haber sido difícil. Pobre de ti.” “Rainbow, yo…” Había venido a visitarla a la cárcel a la que
las habían metido con Sunset Shimmer. Era… era peor de lo que esperaba, la verdad. Las trajeron a
la prisión de mayor seguridad de Canterlot, un búnker gigante puesto sobre una colina de varios
metros de alto. La posibilidad de escapar del BNK3R era tan ridículamente baja que ni valía la pena
intentarlo. Volviendo a lo que estaba hablando, le contaba sobre la pelea entre Pinkie y Rarity a
Dashie y, bueno, me salté todos los diálogos. En realidad solo le dije que pelearon; de haberle
contado todo con detalle probablemente me habría puesto a llorar de nuevo. Si bien me esperaba
su sarcasmo, considerando que está aquí por mi culpa en cierto sentido, había una razón de
porque elegí hablar con ella y no con Sunset.
“…lo siento, no sabía que las traerían aquí.” “Eh, no hace falta. Ya sabíamos lo que nos pasaría.”
No sé si estaba preparando una bomba de agresividad-pasiva o si de verdad estaba siendo
extremadamente madura al respecto. “Todas decidimos hacer esto por Applejack. Aunque no nos
dijo por qué, nos dijo que era súper importante.” “Pero si les dijo a dónde iría, ¿no?” Me miró
fijamente y su cara se puso más seria que antes. “Nacho… ¿Qué pretendes?” “Quiero disculparme.
Con todas ustedes. ¡Contigo también, Sunset!” Le grité desde donde estaba ya que su celda estaba
al lado de la de Rainbow. No sé si me escuchó o si respondió algo. “Mira, Nacho, ella sí me dijo a
dónde fue, pero creo que está claro que quiere estar sola. Sola con su amiga Rara, al menos.” Miró
disimuladamente hacia un lado. “Pero, ¿qué hay de ti? ¿O de Sunset? ¿También quieren quedarse
solas? ¿Qué tal Fluttershy? Ni si quiera sé dónde está. ¿Acaso crees que ella quiere estar sola?”
Quería mencionar a Rarity, pero me era muy difícil pensar en ella sin ponerme triste. Rainbow
pensó un momento lo que le había dicho. “¿Cuál es tu plan?” Parecía dispuesta a ayudarme
después de todo. “Iré con Applejack, le ayudaré con lo que sea que tenga que hacer para ayudar a
Rara y volveremos por ustedes. Las sacaremos de aquí y reuniremos a todas las chicas. Claramente
estaríamos huyendo de la policía y no seríamos más un equipo de súper héroes, pero estaríamos…
estaríamos juntos de nuevo.” Lo sé, es un plan terrible, pero vivir sin mis mejores amigas es peor
que vivir escapando de por vida. “Te diré dónde está, pero prométeme que irás solo. Nada de
policías, nada de esa teniente Lynn.” Estaba a punto de asentir con la cabeza, cuando me dio su
última condición. “Y nada de Pinkie Pie.” Lo medité un segundo, pero finalmente acepté.
Según cálculos extremadamente básicos, debería llegar al lugar al que A.J. quería ir minutos
después que ella. Ahora, si Rainbow Dash me engañó para jugarme la broma del siglo, me reiré
bastante antes de recordar lo miserable de mi situación actual. Pero confío en ella, principalmente
porque no me queda de otra.
“Esta debe ser la estación que Rainbow mencionó. Ahora, una media hora caminando…” Pensaba
para mí mismo, claramente, mientras me ubicaba para seguir la dirección correcta. Las ventajas de
ser Iron Heart incluyen poder ignorar largas caminatas por caminos de tierra, así que una vez supe
a donde ir, comencé a volar hacia el lugar en cuestión. Un verdadero vertedero, si tuviese que
describirlo brevemente. Caminaba por el lugar buscando a Applejack mientras veía a mi alrededor
indicios de que el lugar había sido antes un campamento de verano, ya abandonado con los años.
¿Por qué vendría Applejack a un lugar así? Solo se me ocurre pensar que ella o Rara tienen
recuerdos de este lugar y que, muy probablemente, ni una persona pensaría en buscar a dos
fugitivas aquí.
La única estructura que seguía en pie era una cabaña a la mitad del lugar, así que entré de
inmediato a revisar si estaban allí. No podía dejar de pensar en dos cosas; primero, lo que le diría a
Applejack. Suelo repasar al menos muchas veces lo que diré en una conversación cuando estoy
nervioso, es decir, siempre. Segundo, ¿por qué es que Rara parecía conocerme, incluso con mi
traje de héroe puesto? ¿Será que soy súper famoso? Sí, debe ser eso. Estaba nerviosa porque
quería mi autógrafo y- a quién engaño, debe conocerme de algún lugar. Pero, ¿de dónde? Se ve
que es mucho mayor que yo, lo que descarta que me conozca de Crystal cuando aún estudiaba allí.
Al entrar a la cabaña esa, vi que estaba hecha un desastre como el resto del lugar, pero la
alfombra estaba extrañamente bien ordenada. Más que extraña, diría sospechosamente, así que
la moví para cubrir mi teoría y descubrí una escalera que bajaba hasta una sala levemente
iluminada. Uní uno y uno y bajé pensando que lo que buscaba estaba ahí. “¿Applejack?”
Rara y ella se dieron vuelta de inmediato, pero Applejack reconoció inmediatamente la voz que
preguntaba por su nombre. “¿Nacho? ¿Qué haces aquí?” Me quité el casco y Rara retrocedió un
poco por la sorpresa. Applejack le hizo una señal para que se calmara y se acercó a mí. “Vine a
disculparme, Jackie. Yo… no quería llegar tan lejos. Lo siento mucho.” No sé veía precisamente
feliz de verme, pero tampoco estaba enojada y eso era suficiente. “No, los dos nos excedimos.
Pero no te preocupes por nosotras, mejor vuelve a…” “Le prometí a Rainbow que te traería
devuelta después de ayudarte con ayudar a Rara, lo que sea que eso signifique.” Parecía que no
estaba contenta con saber que Rainbow me contó dónde estaría. De hecho, parecía no estar
contenta del todo, pero es bastante entendible después de lo que pasó.
“Entonces, ¿qué hacen aquí?” Se demoró un momento en responderme, mientras Rara seguía
muda. “Nosotras… la gente que ocupó este campamento le hizo algo a Rara. Cuando no estoy
cerca de ella, se vuelve un tanto… violenta.” “¿Están buscando la forma de que eso no le pase?
¿No han tratado golpeándola fuerte en la cabeza?” En las películas siempre funciona, pero ni una
se rio con mi chiste, así que me quede callado un momento. “Nacho, en serio no tenías que venir.
Nosotras podemos encargarnos solas.” Me sentía como el chico raro que no entiende indirectas y
jamás deja de molestar con su presencia, pero si Applejack tuviese un problema con que yo
estuviera aquí me lo diría; es la chica más honesta que conozco. “Puede ser, pero ¿con quién
hablarías para distraerte? Rara no ha dicho nada desde que llegué.” Trataba de interactuar con
ella, pero evitaba mirarme y se veía realmente afectada. Debe creer que las chicas y yo nos
peleamos por su culpa. “Está bien, solo… solo quédate ahí y haz comentarios divertidos de vez en
cuando.” Vaya, degradado a acompañamiento humorístico. Las dos comenzaron a buscar por ahí,
así que decidí hacer lo mismo en silencio. Si tan solo hubiese hecho caso.
Sabía que tenía que haber algo aquí que nos ayude con Rara. Una pista sobre lo que le hicieron,
algo que no vi la última vez que estuve aquí. “Applejack.” Escuché que Nacho me llamaba en un
tono extremadamente serio y poco característico de él, pero no le di mucha importancia. “Nacho,
te dije que…” Cuando me di vuelta para hablarle, lo vi de pie mirando fijamente un pedazo de
papel que sostenía en sus manos. “No, no, no. Nacho, dime que no…” “Dime que no lo sabías.” La
última vez que vine aquí, me enteré de que mi viejo podía estar desaparecido o muerto; aún sigo
sin saber bien cuál de los dos es el caso. Pero antes de eso, también vi un expediente que relataba
con lujo de detalle como murieron los padres de Nacho. Es justamente lo que él estaba leyendo.
“Por favor Applejack dime que no lo sabías.” Su voz estaba quebrada y se veía que en cualquier
momento podría echarse a llorar. “¡Es justamente por eso que no quería que vinieras! ¡Rara se
habría ido de tu vida y jamás tendrías que haberte enterado de nada!” Cuando dije lujo de detalle,
quise decir que el condenado papel explicaba que sus padres no murieron en un accidente. Rara
los asesinó cuando aún estaba fuera de sí misma. “¿Tú…? ¿Tú planeaste todo esto? ¡¿Nos
engañaste a todas para salvar a tu amiga a sabiendas de que es una asesina?!” “Rara no…” Era
inútil, no había forma de que me escuchara. Además, yo sabía que me había equivocado.
“Tu… ¡Te voy a matar!” Me dijo mientras se ponía el caso de su traje y se lanzaba encima mío. Vino
demasiado rápido como para poder evitarlo y una vez me tiró al suelo, comenzó a golpearme con
toda su fuerza. Si bien me merecía que me odiara, tampoco iba a dejar que me golpeé hasta la
muerte, así que me lo quité de encima y me preparé para lo peor. Luchamos varios minutos, en los
cuales abollé su casco al punto de que tuviera que quitárselo. “¡Basta, por favor! Yo maté a tus
papás, Applejack es inocente.” Dijo Rara poniéndose entre nosotros dos. “Rara, no…” “No
Applejack, no puedo seguir corriendo así. Tengo que pagar por lo que hice. Lamento causarles
tantos problemas a ti y a tus amigas.” Cuando terminó de hablar, rodó una lágrima en su mejilla y
se dispuso a pelear contra Nacho, aunque solo dejó que él le diera una paliza. Ella estaba dispuesta
a sacrificarse por mí.
“Applejack, ¿qué harás cuando seas grande?” “Volveré al campamento para estar contigo, Rara.
Te lo prometo.” “Aquí estaré esperándote.”
Me subí las mangas y dejando mi sombrero en el suelo, salí a defender a mi tutora, incluso si
significaba tener que pelear con mi amigo. Rara ya estaba bastante moreteada, apenas se podía
mantener en pie y luego del último disparo de Nacho, alcancé a lanzarle a él mi escudo y evitar
que Rara cayera al suelo y se golpeara la cabeza. Me fijé que había dañado la lucecita brillante de
su pecho con mi escudo, el cual lanzó al otro lado de la sala. “¿Terminaste?” “¿¡Con qué más me
has mentido!?” Son las únicas palabras que nos dirigimos antes de volver a molernos a golpes. Sé
que soy muy fuerte, pero sin mi escudo me costaba atravesar el traje de acero de Nacho para
darle realmente duro y su estilo de pelea le permitía mantener la distancia, haciéndome
realmente difícil detenerlo.
No sé si me dolía más pelear con un amigo, saber que le había fallado de esa manera o sus láseres
y golpes metálicos en mi cara. Estaba claro que él tenía la ventaja y honestamente me merecía
todo lo que me estaba pasando. Debí decirle que sabía cómo murieron sus viejos cuando tuve la
oportunidad. Echándome atrás por sus golpes, me tropecé sobre el cuerpo de Rara y Nacho
aprovechó esa oportunidad para acercarse e intentar rematarme. Supe que sería mi única
oportunidad para contraatacar, así que puse mis pies firmes en la tierra y cuando estuvo lo
suficientemente cerca lo tomé con ambos brazos y le hice un suplex alemán. Inmediatamente me
puse encima suyo, tomé su brazo y traté de torcérselo hasta que se rindiera. Pero ese momento
jamás llegó y yo seguía forzando su brazo hasta más allá de su límite.
No sé lo que pasó después. Lo recuerdo, pero no lo entiendo. Sentí que algo se movía frente a mí y
cuando alcé la vista para ver de qué se trataba, una gran roca me golpeó la cara y me empujó en la
dirección en la que estaba jalando el brazo de Nacho. Oí que dio un grito desgarrador mientras se
revolcaba de dolor en el suelo. La roca me había dado en el ojo y me costaba ver, pero pude
darme cuenta de que él me miró fijamente, a lo que no pude hacer más que agachar la vista.
Levanté a Rara y me la llevé de ahí, sin que ni uno dijera una palabra.
Estaba furioso, frustrado y sentía una pena y agonía terribles. Aún quería seguirla para matarla,
pero Applejack había dañado no solo el sistema central del traje, sino también el imán que me
mantiene vivo. Podía repararlo con las cosas que había aquí, aunque me costaría bastante solo con
mi mano izquierda. Sin embargo, había algo que me tenía más preocupado que eso. ¿Qué fue lo
que pasó? Vi como una piedra salió de la pared y me quitó a esa perra mentirosa de encima, pero
¿acaso…? ¿Acaso fui yo el que hizo eso?
Si bien no se me ocurría otra explicación, era altamente improbable que al fin hubiese encontrado
mi propia magia como el resto de las chicas antes que yo. Después de todo, es la magia de la
amistad de la que estamos hablando, no la de ser engañado por años y que luego te dejen tirado
medio muerto. Ah, sí, tengo que arreglar el imán antes de que termine muerto.
Me costó bastante, pero pude improvisar un imán y un sistema que lo energizara por unas horas
antes de agotarse. Es oficial, voy a operarme cuando vuelva a casa. Pero quiero quitarme esa duda
antes, y aprovechar ese tiempo para procesar todo lo que pasó aquí. Casi mato a quién pensé que
era una de mis mejores amigas por ocultarme que mis padres fueron asesinados. No, es más que
eso. Pinkie me ayudó a superar la muerte de mis padres hace mucho; lo que de verdad me duele
es que Applejack haya elegido a una asesina hija de perra antes que a sus amigas y que por ser tan
egoísta haya acabado con la amistad que había entre todas ellas. Todo solo para… para
protegerme de la dolorosa verdad. No, no fue por eso… ¿verdad? ¿Llegaría tan lejos para evitarme
el dolor de saber que me arrebataron a mis padres? Que importa, ya es muy tarde para
arrepentirme de intentar matarla. De todo lo que dijimos. Nada de eso sacará de la cárcel a
Rainbow o Sunset. No reconciliará a Rarity y Pinkie. Aun así, era algo reconfortante saber que
quizás Applejack no hizo esto porque fuese una mentirosa traicionera, sino porque estaba
dispuesta a llegar al extremo para protegerme.
Esa sensación me ayudó a relajarme y pude mover una pequeña piedra que había por ahí con un
movimiento de mi mano. Seguí esforzándome, pero no lograba mucho más que eso. Intenté
respirar hondo y despejar mi mente, concentrándome en la única cosa que siempre ha sido capaz
de alegrarme, independiente de cómo me sienta. Fijé mi mente en el recuerdo más alegre que
tengo junto a ella, el cual podía recordar a la perfección.
“Con cerrojo…” “Con cerrojo…” “Y sin arrojo…” “Y sin arrojo…” “Pastelito en mi ojo.”
No me salieron orejas y cola como cuando hacemos cosas lindas y mágicas, pero pude mover la
piedra con la que herí a Applejack antes. Seguí intentándolo y cada vez me resultaba más fácil,
hasta lograr levantar el mismo suelo con total soltura. Me arrodillé y comencé a llorar, por primera
vez en mucho tiempo, de alegría. Al fin tenía mis propios super poderes. Me quité el traje Iron
Heart, que ya estaba destartalado por la pelea, y tomando el sombrero y el escudo de Applejack
salí de ese maldito lugar. Al subir la escalera, usé mis nuevos poderes para sellar la entrada y me
retiré hacia la estación de trenes. Una caminata de media hora, tal cual dijo Rainbow.
“Cuando dije que quería un momento a solas, me refería a unos minutos, amor.” Había llegado a
altas horas de la noche, pues tuve que volver en tren. “¿Estás bien? Te ves terrible.” Le conté todo
lo que había pasado. Y quiero decir todo. Al principio pensó que era una broma, pero cuando seguí
explicándole, su sonrisa desapareció. No reaccionaba más que para hacer una pregunta ocasional.
Cuando llegué al final de la historia, solo hizo un único comentario. “Ya me preguntaba cuando te
ibas a quitar ese imán feo del pecho.” Luego me sonrió, me abrazó muy fuerte y me hizo sentir
extremadamente aliviado. “Sé que las cosas están terribles, pero aun nos tenemos el uno al otro.”
Disimulaba muy bien el dolor. A pesar de todo su cariño, el estar en este lugar me traía unos
recuerdos bastante angustiosos y sé que a ella también, así que le sugerí que nos fuéramos a vivir
a algún otro lugar. “¿Qué te parece la granja de piedras de mis padres? Estoy segura de que les
encantará tenerte ahí.” Hablando de piedras… “¡Pinkie, mira lo que puedo hacer!”
Capítulo 19, Miedo y desesperación
“¿Cuánto tiempo llevas ahí?” Me preguntó Pinkie Pie un tanto preocupada y con justa razón.
Habían pasado varios meses ya desde que vinimos a vivir con su familia y francamente no era lo
que esperaba. Quiero decir, adoro a su familia y todo, pero no sabía que cuando ella me decía que
venía de una granja de rocas era en serio. La verdad es que con tantas piedras me había vuelto
muy bueno con mis nuevos poderes, pero… pero usarlos me recordaba porque vinimos aquí en
primer lugar. “¿Hola? ¿Estás teniendo recuerdos deprimentes de nuevo?” Me han recibido muy
bien aquí, como uno más de la familia, pero me gustaría estar con mi familia. No mi literal familia
que descubrí que fue asesinada, hablo de las chicas; las detenidas, desaparecidas y peleadas unas
entre otras. “¡Nacho!” “Oh, lo siento Pinkie.” Así que sí, estaba teniendo recuerdos depresivos y
para evitarlos estaba tirado en nuestra cama viendo… viendo anime.
“Esto, no sé qué decir. ¿Qué hora es?” Sé que me despierto tarde normalmente, pero vivir en el
campo me tiene hecho un desastre de persona. “Son como las tres de la tarde, vamos a almorzar
en cualquier momento y tú en pijamas. En lo que tu llamas pijamas al menos.” “Ya me han visto
antes en calzoncillos, Pinkie… No, lo siento, tienes razón.” Comencé a vestirme, o ponerme
pantalones en otras palabras, pero Pinkie vino a sentarse al lado mío un momento. “¿En qué
episodio vas? Podemos ver un poco más antes de que nos llamen.” Ella me había recomendado
esa serie, así que si quiere verla de nuevo debe ser buena. O debe adorar mi compañía, y como
culparla. “En el… ocho. Justo cuando aparece…” “¡El chico ese de pelo gris!” “¡Sí! Espera…
¿Chico?” Tenía muchas dudas e imágenes mentales que aclarar, pero justo en ese momento entró
Maud a nuestra habitación y por suerte yo ya tenía puestos los pantalones. “Pinkie.” “Uh, uh.
Déjame adivinar…” No, Maud no la dejó adivinar. “Tienen visita. Los dos.” Nos miramos muy
extrañados; normalmente nadie visita la granja si no es para buscar rocas. Bajamos al primer piso y
nuestra sorpresa se volvió, pues, algo más. Más sorpresa, entre otras cosas.
“Nacho.” Fue la palabra que rompió el silencio incómodo. “Applejack.” Un millón de emociones
diferentes cruzaron mi mente al mismo tiempo. Principalmente culpa y muy al fondo ganas de
golpearle la cara, pero la culpa era superior. “Yo, esto, Applejack…” Si hablar con mujeres ya es
difícil para mí, imaginen hablar con una amiga a la que casi mato a golpes. “Se que sientes que
tienes que hacerlo, pero no lo hagas.” La miré bastante confundido. “¿Qué cosa?” “Disculparte.
Ambos nos equivocamos, ambos hicimos y dijimos cosas que no debimos.” Sí, acerca de eso…
“¿Cómo dejarme tirado al borde de la muerte?” Aunque ya no me dolía el brazo tanto como antes,
no podía olvidarme de lo otro que me hizo. Ella parecía no tener idea. “Sí, Applejack. Le diste al
imán que evitaba que un pedazo de metal atravesara mi corazón.” Había tantas cosas que quería
decirle en un tono pasivo agresivo, pero la verdad es que no quería pelear con ella de nuevo, tanto
en el sentido verbal como físico de la palabra. “Pero sobreviví, me operé y ahora estoy muy bien,
gracias por preguntar.” “No vine por eso.” Vaya, y yo que me sentía toda una reina del drama. “Es
sobre Rainbow Dash.”
Si verla después de casi medio año no me había afectado tanto, escuchar el nombre de Dashie si lo
hizo. Recordé la promesa que le había hecho y que jamás pude cumplir, porque… bueno, porque
tenía el brazo y el corazón rotos, ese último casi literalmente, y no estaba en condiciones de sacar
gente de la cárcel.
“Gracias, Pinkie. Extrañaba los pies que hace tu mamá.” Dijo A.J., agradecida porque Pinkie nos
trajera algo de comer. “De hecho, este lo hice yo.” “Eso explica por qué mi cara y la de Nacho
están dibujadas encima con crema.” Antes de que nos pusiéramos a comer, tenía que preguntarle
a Applejack una vez más que hacía aquí. Aunque el pie se veía buenísimo. “Agárrense de sus
asientos ustedes dos. Esta historia no tiene un final feliz.”
“Ocurrió ayer; Rainbow Dash y yo estábamos patrullando como de costumbre…” Pinkie y yo la
interrumpimos de inmediato. “¿Patrullando?” “¿De costumbre?” La cosa es que, luego de nuestra
pelea con las chicas, Vera Lynn usó el escándalo, sumado a que Applejack aquí presente sacó a dos
personas de la cárcel, para hacer derechamente ilegal que haya súper héroes. Así que, cuando dice
que estaba patrullando y que lo hace de manera regular, entenderán que tenemos bastantes
dudas al respecto. De hecho, ni si quiera pensé en que si estaba con Rainbow solo podía ser por
una razón. “¿Sacaste a Rainbow de la cárcel de nuevo?” “Ella mencionó tu promesa, así que no me
vengas con eso. Tú habrías hecho lo mismo. ¿Van a dejar que siga?” No nos respondió las otras
dos preguntas, pero preferí que siguiera contándome. Contaba con que aclararía todo al final.
Como decía, patrullábamos como de costumbre. Sé que Lynn hizo ilegal a los súper héroes, pero
no voy a permitir que esa vieja estirada con cara de estar oliendo gases me diga que hacer y el
crimen en Canterlot se disparó desde que las Super Stars nos separamos; no podía quedarme de
brazos cruzados. Y Rainbow me debía el mundo entero luego de sacarla de prisión dos veces.
“Apuesto a que podrían hacer una excelente serie de televisión con ustedes dos. La Capitana
América y Sonicboom, dos justicieras rebeldes que no obedecen las reglas.” Dijo Pinkie Pie sin
tomarle el peso a la seriedad del asunto. Algunas cosas nunca cambian. “De hecho, Pinkie, ni una
de las dos usaba sus nombres de heroína. No esos, al menos.” Tampoco usábamos los mismos
trajes que antes; nada que nos recordara ni a nosotras ni al resto nuestro pasado.
“Ronin y Jailbreak.” Sabía que Pinkie preguntaría tarde o temprano, así que preferí decirle
temprano. “Puedo entender Jailbreak, pero ¿Ronin? ¿Un samurái sin maestro? No sabía que te
gustaban esas cosas, Applejack.” “¿Ah? Rainbow dijo que significaba… no importa.” Contarle una
historia a estos dos era tan difícil como lo recordaba.
Llegamos al banco de Canterlot mientras estaba siendo asaltado por la Brigada de Demolición, una
pandilla de malandrines… “Sí, ¿Nacho?” “Esto… no, nada. Creo que es genial que se enfrenten a
grupos de supervillanos.” Sí, definitivamente estaba celoso. Dash y yo le dijimos a los policías que
había ahí que nos dejaran encargarnos de ellos y entramos al banco por la puerta principal. “¿Y los
dejaron así sin más? ¿Por qué Lynn era tan pesada con nosotras?” “Ella no es una policía de
verdad, Pinkie Pie. Si tuviese que dar su vida a diario como ellos, apreciaría que la ayudáramos de
vez en cuando.”
Mediante nada más que fuerza bruta, la Brigada había abierto la bóveda del banco y estaban por
llevarse todo el dinero hasta que nos vieron a las dos paradas en la entrada. “¡Chicos! Miren quién
ha venido a jugar.” Dijo Wrecker, su líder, a los otros tres. “¿No deberían estar en la escuela a esta
hora?” Eran todos unos villanos con sus provocaciones, eso está claro. En lo que perdían el
tiempo, Rainbow liberó a todos los rehenes y solo quedamos los seis en el banco. “La chica tiene
sus trucos.” “No, son tonterías. Vamos a darles una paliza, a ver si…” Thunderball fue interrumpido
por un golpe de Rainbow antes de poder terminar de hablar.
El resto de inmediato se lanzó a atacarnos, pero no pudieron ponerle las manos encima a Rainbow
y ni uno de ellos era más fuerte que yo, así que los derrotamos bastante rápido.
Por lo mismo, me pareció extremadamente raro escuchar un estruendo que venía de muy alto.
Algo había entrado por el techo del banco, destruyéndolo y dejando un gran cráter al centro del
lugar. Rainbow alcanzó a quitarnos del camino y cuando nos levantamos, vimos que lo que había
caído era un martillo. “¿Un martillo?” Ya me extrañaba que no hubiesen interrumpido en todo
este tiempo, pero esta vez no los culparé. “¿Fluttershy no dijo que su martillo también estaba en
un cráter?” “Sí, por eso no detuve a Rainbow cuando trató de levantarlo.” Qué no daría para
volver atrás y detenerla.
Levantó el martillo sin ni un problema y tal como cuando Fluttershy levanta el suyo, un rayo
iluminó todo el banco. Cuando pude volver a ver, Rainbow se veía diferente; tenía una armadura,
otro corte de pelo y le brillaban los ojos. Me habría sorprendido de no haber visto a Fluttershy
hacer lo mismo varias veces antes, pero cuando Wrecker se levantó a golpearla con su barreta fue
cuando me asusté de verdad. Su arma, una palanca hecha de acero, se rompió en pedazos sin
hacerle ni un rasguño a Dash. Ella se dio vuelta, lo levantó de su chaleco y con un solo golpe de su
martillo lo hundió en el cemento del banco. El resto de la Brigada, al ver el cuerpo de su jefe tirado
en el suelo, probablemente muerto, estaban demasiado asustados como para intentar hacer algo
y lo mismo iba para mí. “¿Rainbow Dash?” Fue lo único que pude decir. Ella me dio una mirada
que me congeló en el lugar y pensé que me pasaría lo mismo que a Wrecker. Sin embargo, ella
solo levantó su martillo hacia el cielo sin dejar de mirarme.
“øßëœ.” Fue lo único que dijo antes de desaparecer en otro relámpago.
“¿øßëœ? ¿Qué significa eso? ¿Cómo se pronuncia si quiera?” Le preguntó Pinkie a Applejack una
vez que terminó su historia. Porque supongo que la terminó, no se me ocurre como podría seguir
o ponerse peor. “No tengo idea.” Es la primera vez que escucho a Applejack así de desesperada. O
sintiendo miedo.
“Por eso estoy aquí.” Dijo luego de calmarse comiendo un poco de pie. Si bien en verdad quería
ayudarla, tenía un pequeño problema. “Dos palabras, A.J.. Estoy. Retirado. Destruiste mi último
traje Iron Heart y…” “No, Nacho. Esta vez vamos a hacer las cosas bien. Necesitamos la Magia de la
Amistad. Es la única manera que se me ocurre de salvar a Rainbow…” Pinkie saltó entremedio de
los dos y nos abrazó a ambos. “¿Pues qué estamos esperando? Vamos a hacer unas cuantas paces
y salvar a nuestra amiga.” Su optimismo era admirable, pero si mal no recuerdo fue ella la que le
dijo a Rarity que jamás le volviera a hablar. Aunque si Applejack y yo estamos hablando, supongo
que cualquiera puede hacer las paces. Además, no le he pedido matrimonio a Pinkie en todo este
tiempo precisamente porque aún me sentía mal por haber separado al grupo. Si todo salía bien,
estaríamos todos juntos una vez más y podría hacerle la gran pregunta.
“Mmm…” Dijo la hermana melliza de Pinkie, interrumpiendo, a su manera, el momento. “¡Marble!
Déjame adivinar…” No, Marble tampoco la dejó adivinar. Aunque más bien no fue Marble, fue la
segunda visita inesperada del día. “Applejack, Nacho. No pensé que estarían los dos aquí.” Creo
que hace mucho no me alegraba tanto de ver a alguien; con excepción de Pinkie Pie claramente.
“¡Fluttershy!” Ambos Pinkie y yo fuimos corriendo a abrazarla. Yo no pude evitar llorar porque,
para variar, me sentía culpable por hacerla pelear con las chicas. Ella también estaba llorando un
poco. “Nacho, lo siento mucho. Yo… yo solo quería que dejáramos de pelear.”
“No, fue mi culpa, Fluttershy. No debí… bueno, no debí hacer muchas cosas.” “No, tú solo querías
seguir tu sueño, Nacho. No es tu culpa que…” Fuimos interrumpidos por un carraspeo de
Applejack, que probablemente sabía que podíamos seguir infinitamente con esto y, más
importante, quería preguntarle algo a Fluttershy también.
“¿Qué haces aquí?” Claramente lo preguntó de manera amable. “No sabía a quién más acudir.”
Me sentiría halagado si no fuese porque esta es la casa de la familia de Pinkie, así que claramente
no se refería a mí. “No sabía dónde estaban Applejack ni Rarity y Twilight sigue en Equestria.”
¿Cómo qué sigue en Equestria? “Pero aquí estamos, hermana. ¿Qué necesitas?” Le preguntó mi
pastelito luego de traer un segundo pie de la cocina. “Pues, estábamos hace unas horas con Sunset
Shimmer y de repente cayó un martillo parecido al mío del cielo… ¿Por qué todos me miran así?”
Applejack le dio a Fluttershy una versión resumida de la historia que nos acababa de contar y yo
empezaba a perder la esperanza en el plan de Applejack. No porque sea fatalista. No solo por eso,
al menos. “Esto es malo.” “No me digas.” Me dijo con un sarcasmo que me recordó al de Rainbow.
“No, digo que es más malo que antes. Me refiero a que perdimos a otra de las chicas. A la más
mágica, nada menos.” Seguían sin entenderme y también me estaba costando explicar mi punto.
“Repítanme cómo funciona la magia de la amistad.” Pinkie fue la primera voluntaria. “Pues nos
tomamos todas de la mano y lanzamos arco irises láser al chico malo o criatura que… Ooooh, ya
veo tu punto.” “Exacto, tienen que estar todas de la mano.” Digo todas porque nunca he formado
parte de ese espectáculo de luces. “Nacho, por favor, tenemos que intentarlo.” “Applejack quiero
salvar a las chicas tanto como tú, pero…” No, ella tenía razón, no podía haber peros en esto. “Pero
necesitamos encontrar a las chicas pronto.”
Cuando todos estábamos listos para partir, un pensamiento cruzó mi mente. Fueron varios, en
verdad; como nos moveríamos sí ya no puedo volar, como será ver a las otras chicas después de
tanto y otras dos cosas sumamente importantes. “¿Cómo es que Fluttershy no se vuelve loca ni
habla en una lengua inentendible cuando usa su martillo?” Los tres la miramos fijamente. “Esa es
una buena pregunta.” Se detuvo un rato a pensar y al cabo de unos segundos se le ocurrió algo.
“Quizás Star sepa algo. Ella viene del mismo lugar que mi martillo.” Star, Star, Star… Ah, sí, la niña
de la barita. “¡Perfecto! Tú ve a hablar con la niña Star y nosotras hablaremos con las chicas.”
Como era la única que podía volar todavía, salió sin demora. Ahí fue cuando fui a buscar eso que
era el segundo pensamiento súper importante que había mencionado. “Applejack.” Me miró sin
decir nada, mientras yo le traía algo que tenía guardado hace mucho; su escudo y su sombrero.
“Pensé que los habías tirado al fuego.” “Yo pensé que te había perdido para siempre.” Ambos nos
pusimos muy emotivos y nos abrazamos al borde de las lágrimas, lo que para Jackie es toda una
hazaña. “Es bueno tenerla de vuelta, Capitana.” Se secaba las lágrimas mientras se ponía su
sombrero y se amarraba el escudo a su espalda. “Lo mismo digo, Iron… Oh, lo siento.” Si bien me
dejó tirado medio muerto en un campamento abandonado y me mintió durante meses sobre la
muerte de mis padres para luego defender a la persona que los asesinó, había algo que tenía que
agradecerle. Además, estaba sumamente arrepentido de como manejé esa situación.
Le conté que luego de nuestra pelea descubrí que tenía mis propios súper poderes y, aunque
hubiese preferido darme cuenta de otra manera, por fin no tenía que contar con ese traje de
acero para sentirme un súper héroe. Aunque eso venía con sus propios problemas.
“¿Ya pensaste en otro nombre de súper héroe?” “Ay, no. Ni si quiera había pensado en ser un
súper héroe en todo este tiempo.” “¿Y cómo planeabas mantener tu promesa?” Preguntó Pinkie
de la nada, metiéndose en la conversación. Solo pude reírme y, por primera vez en mucho tiempo,
me mantuve optimista por el futuro. Reuniríamos a las chicas y al equipo, ¿Qué podría…? ¿Saben
qué? No voy a hacer esa pregunta.
“¿Por quién vamos primero?” Preguntó Pinkie Pie mientras viajábamos a Canterlot en bus.
“Tenemos que encontrar a Rarity en algún lugar de Canterlot…” La mera mención de ese nombre
bastó para poner melancólica a Pinkie. Se pelearon muy fuerte esa vez y, para variar, me echo la
culpa a mí mismo. “… y a Twilight en algún lugar de Equestria.” ¿Eso es todo? No me mal
interpreten, me refiero a que estamos bastante cortos de personal. “Nacho, tu irás a Equestria.
Pinkie y yo iremos por Rarity.” “Gracias, Applejack.” Se veía que Pinkie necesitaría apoyo para
volver a hablarle a Rarity, pero me encantaría tener mi propio apoyo para ir a Equestria otra vez.
Nos despedimos en la estación de buses antes de tomar caminos separados, pero las detuve un
momento. “¿Dónde nos reuniremos cuando estemos listos?” Applejack sonrió bastante porque
sabía que lo que iba a decir me haría emocionarme un montón. “¿Dónde más? En la base de las
Super Stars.” Sonreí como un niño y partí mi camino hacia CHS, moviéndome sobre una piedra
como los pioneros en su momento. No era tan rápido como volar, pero si era cómodo y me dejaba
apreciar el paisaje mucho mejor. Tanto así, que pude ver una linda estrella fugaz mientras pensaba
en mi nombre de súper héroe, incluso si serlo fuese ilegal. ¿Qué tal La Roca? No, claro que no
hablo en serio… ¿Por qué vi una estrella fugaz a las 4 de la tarde? La seguí con la mirada y vi que
seguía la misma trayectoria que yo hacia CHS, pero pensé que sería demasiada coincidencia como
para ser verdad. Porqué lo es, ¿no?
Por supuesto que no. Llegué a CHS y por fortuna el enorme cráter estaba frente al portal que
debía usar para llegar a Equestria. Desafortunadamente, había un alma osada que estaba bajando
al cráter para investigar el meteorito. Solo cuando estuve lo suficientemente cerca me di cuenta
de que el meteorito era otro martillo y que quien estaba recogiéndolo era Trixie. Grité su nombre
tratando de detenerla, pero como no parecía escucharme o derechamente me estaba ignorando,
tuve que usar mis poderes para impedir a toda costa que lo levantara. “Pink Nacho, ¿Qué está
pasando aquí?” Me preguntó la Directora Celestia como si yo fuese un experto en meteoritos. “No
tengo idea, solo dígale a los alumnos que se alejen.” Dicho y hecho, ella y la vicedirectora Luna
hicieron evacuar el lugar y en medio de la confusión perdí el rastro de Trixie por un momento,
suficiente como para que se acercara al martillo. Tuve que mover una gran roca y darle en toda la
cara, pero no me quedaba de otra. ¿Por qué estaba tan decidida por levantar esa condenada cosa?
Me quedé mirando pero no veía el martillo por ni una parte. La roca que había usado para detener
a Trixie se rompió y de debajo de ella salió finalmente con el martillo en una mano.
“øßëœ.” Dijo ella luego de verme. La miré fijamente y, muerto de miedo, solo pude dar media
vuelta y correr al portal hacia Equestria, esperando que ella no lastimara a nadie más y se retirara
tal como Applejack contó que Rainbow hizo. “Volveré por ti, Trixie.”
Capítulo 20, Aquellos indignos
“¿Por qué las cosas siempre están en el último lugar que las buscas?” Habíamos buscado a Rarity
por el centro comercial, su casa y finalmente pasamos a la boutique que, como decía que estaba
abierta, supuse que era donde ella estaba. “Primero, Rarity no es una cosa, es… es nuestra amiga.”
Se nota que a Pinkie le esta costando demasiado todo esto. “Segundo, si encuentras lo que estás
buscando, ese lugar se vuelve el último lugar. Podría ser el primer lugar en el que buscaste y
seguiría siendo el último.” “Eso… eso tiene mucho sentido.” Entramos sin tocar la puerta y ahí
estaba ella, revisando unas estanterías de espalda, así que no se dio cuenta de que éramos
nosotras. “Bienvenidos a Boutique Carousel, en que… oh. Hola, Applejack.” Pinkie la saludó pero
ella no se dio por aludida. Esto va a ser difícil.
“¿Qué te trae por aquí? Nunca me imaginé que tú entre todas vendrías a mi tienda.” Solo hablaba
conmigo. Ignoraba completamente a Pinkie Pie y aunque en cualquier otro contexto sería algo
aplaudible, ahora era demasiado triste. “Es una larga historia. Te la contaría pero no se cuanto
tiempo tenemos; solo te diré que necesito que todas nos reunamos. Como amigas.” Le dije
señalándole a la pobre Pinkie con la mirada. “Discúlpame, Applejack, pero cierta persona me pidió
que no le vuelva a hablar nunca y es exactamente lo que planeo hacer. Así que, si no vas a
comprar nada, te agradecería que me dejaras seguir con mi vida.” Pinkie Pie no pudo más y dijo
todo lo que se había guardado. Y como ustedes sabrán, es mucho.
“Rarity, lo siento mucho. Yo, tú, esto…” Era muy difícil oír a Pinkie tartamudear así, pero Rarity aun
le daba la espalda. “Es verdad, si me enojé contigo por tratar a Nacho así, pero no debí gritarte, ni
tratarte mal, ni decirte que no quería hablar contigo, ni cerrarte la puerta en la cara y, y, y…” No sé
por que fue que se pelearon, pero Pinkie lo hace sonar como si todo fuese su culpa. “… y ahora me
siento terrible porque mi mejor amiga no quiere hablar conmigo y lo peor de todo…” En ese
momento, Pinkie reventó en llanto. Jamás la había visto llorar en mi vida, pero incluso así sabía
que esto era demasiado; sin embargo, me sorprendió más lo que dijo después. “… ¡es que quería
que fueras mi madrina de bodas!” La pobre estaba tapándose la cara con las manos pero
finalmente logró que Rarity se preocupara por ella. Se dio vuelta y enseguida la abrazó tan fuerte
como pudo, también llorando un poco. “Pinkie, querida, yo… ¿Es en serio?” Ella seguía llorando,
pero se veía más tranquila. Yo lloraba por dentro con esta escena, por cierto. “¡Estás hablando
conmigo!” “¿Qué cosas dices, Pinkie? Fui un monstruo con Nacho y contigo. Si alguien debiera
estar pidiendo perdón llorando, soy yo.” Pinkie sonrió por primera vez en lo que estamos aquí.
“Pero se te correría el maquillaje.” Las tres nos reímos en lo que ambas dos al fin se reconciliaban.
“Así que, Pinkie Pie, ¿madrina de bodas?” Me preguntaron cuando ya dejé de llorar tanto. Ahora
lo hacía de emoción, eso sí. “Sí, ¿como es que elegiste a Rarity?” Sé que lo preguntaba para
bromear y no porque estuviese celosa. Applejack no es así. “Lo he estado pensando hace unos
meses, pero con todo lo que ha pasado no he podido preguntarle. Luego nos peleamos todas y
pensé que no sería lo mismo sin ustedes ahí.” Vaya, es todo un alivio poder hablar de esto con
alguien. “Siento interrumpirte, Pinkie, pero no estaremos todas ahí si no nos movemos pronto.”
Applejack le explicó a Rarity nuestro problemilla y sin decir nada, ella corrió al segundo piso de su
boutique. Cuando bajó, tenía nuestros trajes de súper heroínas todos planchados. “Se que dijiste
que querías que usemos la magia de la amistad, pero…” “No esperaba menos de ti.”
Salimos de su tienda y vimos como un meteorito caía a unas cuadras de donde estábamos. A
juzgar por la mirada de Applejack, diría que es otro de esos martillos que poseen gente. Lo
seguimos y llegamos hasta la antigua escuela de Nacho y Twilight, Crystal Prep. Había dejado un
gran cráter en el centro y entre las tres hicimos lo posible para evitar que cualquiera se acerque a
levantar esa cosa horrorosa. Se nos debió haber escapado alguien, porque sentimos como un
relámpago iluminaba el lugar entero y cuando recuperamos la visión, no había nadie levantándolo.
O eso pensamos hasta que alguien apareció ahí en el cráter luego de hacerse grande.
“A Twilight no le va a gustar esto.” Era la amiga de Nacho, Lemon Zest, que debió usar el traje que
él le dio para pasar encogida entre nosotras sin que nos diéramos cuenta. “¡¿Cuál es el maldito
afán de levantar esas cosas?!” Preguntó Applejack muy enojada, tirando su sombrero al suelo.
Lemon dijo esa cosa incomprensible que le dijo Rainbow a Applejack antes y desapareció. Espero
que Fluttershy pueda hablar con Star y responda todas nuestras dudas.
Con la esperanza de encontrar respuestas para las dudas de mis amigas, estaba frente a la puerta
de la casa de Star Butterfly. La última vez que estuve aquí a Pinkie Pie, Nacho y a mí nos dieron
una paliza unos monstruos y tenía el miedo de que algo así pasara de nuevo. Para mí sorpresa,
cuando golpeé la puerta, una adorable pareja me saludo muy cariñosamente. “Hola, jovencita.”
“Hola, esto, ¿aquí vive Star Butterfly?” Sé que es aquí, pero aun así quería asegurarme de que no
los estaba importunando. “Oh, sí, sí. Pasa, le diré que una amiga vino a verla.” En verdad eran muy
cariñosos. Me senté en la sala de estar junto a la agradable pareja, esperando a que Star bajara
mientras me contaban cosas fabulosas sobre ella. “¡Fluttershy! Perdón por hacerte esperar, estaba
hablando con mamá.” Miré un rato a los señores que tenía al lado mío un poco confundida. “Ellos
son los papás de Marco.” “Oh, vaya.” Pedí permiso para retirarme y subí a la habitación de Star
con ella. “Si no te molesta que pregunte, ¿de qué hablabas con tu mamá?” Después de pensarlo
un poco, recordé que tenía la urgencia de preguntarle algo yo primero. “No, espera. Quiero hablar
de algo contigo antes.”
Terminé de contarle lo que había pasado en los últimos días con Rainbow y Sunset Shimmer y
luego le hice una pregunta. “¿Sabes si tiene algo que ver con mi martillo?” Ella se levantó sin decir
nada y fue corriendo hacia un espejo que había en su pared. “Llamar a mamá.” Le dijo como si
fuese un celular inteligente y en unos segundos podía ver a la que sí era su mamá, no la mamá de
Marco que hablaba de Star como si fuese su hija favorita, en el espejo. “¿Recuerdas eso de lo que
acabamos de hablar? Pues… está pasando ahora mismo.” “Star, tienes que volver a Mewni ahora
mismo.” Y yo pensaba que no podía estar más confundida. “Disculpen, ¿qué está pasando?” “Star,
¿Quién es…? ¿La Protectora de Mewni?” ¿Esa soy yo? No sabía que tenía ese título. Ni que tenía
esa fama. Es mucho peso sobre mis hombros. “No hay tiempo, las dos deben volver pronto.”
¿Volver? Pero yo vivo aquí. “Un momento, señora…” Star me susurró su nombre al oído. “…Moon.
Sé que tengo este martillo y todo eso, pero la Tierra es mi hogar. Si está en peligro, es mi deber
defenderla. Porque está en peligro, ¿no?” La señal se cortó antes de que pudiera responderme,
pero voy a suponer que si estaba así de histérica es porque la respuesta es sí.
“¿Star? ¿Puedo tener alguna respuesta ahora?” Ella estaba muy desesperada buscando algo por
ahí. “Ay, Marco debe tener las tijeras.” Lo tomaré como un no. “Lo siento, pero tengo que
encontrar a Marco antes de que…”
Lo que sea que iba a decir se vio interrumpido por un fuerte estruendo que me hizo esconderme
debajo de la cama de Star. “Lo siento, le tengo miedo a los temblores.” Y a muchas otras cosas,
pero no quiero aburrirla con la lista. Los padres de Marco gritaban desde el piso de abajo. “¡Star!
¡Creo que cayó un meteorito frente a nuestra casa!” Ay no. Por favor que no sea lo que estoy
pensando. Salimos las dos corriendo y al llegar afuera vimos un cráter en el pavimento; había unas
cuantas personas viendo, entre ellas una que saludo a Star. “¡Star! ¡Hola!” “Jackie, no hay tiempo.
¿Has visto a Marco?” “Claro, esta ahí abajo recogiendo esa cosa.” Dijo señalando el centro del
cráter. Star levantó su barita y le lanzó un hechizo sin dudar un segundo. “Marco Díaz. Ni se te
ocurra levantar esa cosa.” Él no dijo nada y siguió bajando por el cráter, esquivando los hechizos
que Star le disparaba. Salté con mi martillo en mano para tratar de detenerlo pero, como me puse
en el camino entre él y Star, ella no pudo seguir lanzándole hechizos y Marco logró levantar el otro
martillo justo a tiempo para parar mi golpe. Peleé con él por un momento pero su fuerza era muy
parecida a la mía, así que no logré herirlo ni evitar que se fuera cuando Star bajó para ayudarme.
“…Marco.” “Teman.” Luego de decir eso, levantó su martillo al cielo y desapareció. “¡Esto es culpa
tuya!” Dijo Star enojada, levantando su mano para golpearme. Sin embargo, se rindió al cabo de
un rato y terminó abrazándome mientras lloraba. “Lo siento mucho, Star.” “No, no quise… Te
contaré lo que me dijo mi mamá.” Ella seguía llorando un poco mientras me hablaba. “Pero
necesito a su equipo de súper héroes.” Eso va a ser un poco incómodo. Aunque dudo que pueda
ser más incómodo que como se siente Nacho ahora en Equestria.
“¿Alguien dijo el nombre de la gran y poderosa Trixie?” Fue lo primero que escuché cuando había
llegado a Equestria. Esta vez el portal no me dio tantos dolores de cabeza como la última vez, pero
aún estaba mareado y me costaba ver bien. Aun así, esa voz, además de esa forma de hablar en
tercera persona, o pony, la reconocería en cualquier parte. “Creo que yo. Pero lo dije estando en
mi propia dimensión.” ¿Acaso pueden escucharnos desde aquí? Tienes prioridades, puedes dejar
las dudas sobre viajes dimensionales para después. “¿Nacho? ¿Qué haces aquí?” “Oh, hola
Starlight. ¿Sabes dónde…?” Antes de que pudiera preguntarle, me interrumpió con la cabeza muy
agachada, como arrepentida de algo. “Lo siento mucho.” Creo que he escuchado esas exactas
palabras demasiadas veces en las últimas horas, pero me sorprendía que esta vez no vinieran de
mí sino que hacía mí. “¿Por qué? Ah, por eso.” Debe referirse a lanzarme muchas bolas de nieve la
última vez que la vi. “No estoy entendiendo nada.” Tuve que explicarle a Trixie que, primero,
vengo de otra dimensión y, segundo, todo lo que pasó aquella vez. “Y por supuesto que te
perdono, Starlight. Es decir, ni si quiera estuve enojado contigo y Applejack y yo ya resolvimos las
cosas entre nosotros.” Primero a puñetazos, pero preferí omitir esa parte. “Gracias, Nacho. Pensé
que me odiarías de por vida por darte una tremenda paliza esa vez.” Oh, era eso. “Te dejé darme
una paliza, tú.” “¿Y por qué harías algo así? Sunset siempre decía que eras el genio del equipo.
Después de Twilight, claro.” Entre risas y risas recordé que eso fue lo que estaba haciendo aquí.
“Hablando de ella, ¿sabes dónde está?” Me miró un poco confundida. “¿Por qué me preguntas a
mí?” “Porque… Dime que no vine a esta dimensión en vano.”
Luego de que me dijera que vine a esta dimensión más o menos en vano, me explicó que Twilight
le pidió que después de nuestra pelea, Sunset nos diría que Starlight la trajo a Equestria, cuando
en verdad iría al campamento Everfree para estar con Timber. Parecido a como Pinkie y yo fuimos
a vivir juntos, supongo. “Así que, ¿están haciendo las paces?”
“Un momento. La gran y poderosa Trixie…” Hasta en esta dimensión es así de autorreferente. “…
quiere saber que pasó con la gran y poderosa Trixie de tu dimensión.” Oh, es verdad; ella escuchó
lo último que dije antes de que la otra ella levantara el martillo. Les conté lo que pasó, porque
quizás por algún milagro ellas sepan lo que estaba pasando. No fue el caso, pero sí saqué un
provecho de contarles. “Voy contigo, Nacho.” “Starlight, no puedo arriesgar a que…” “Le debo
mucho a ti y a tus amigas. Además, Trixie es mi mejor amiga; en Equestria y en la Tierra.” No quise
discutir con ella y la verdad es que después de perder a Rainbow y a Sunset, vamos a necesitar
toda la ayuda mágica posible. Me despedí de Trixie y para cuando recordé que existía la
posibilidad de ver a la Pinkie de esta dimensión ya había entrado por el portal a la Tierra.
Al menos cuando volví, la real Pinkie me estaba esperando ahí mismo, junto a Applejack y,
sorpresivamente, Rarity. “Hola…” Se notaba que Starlight estaba incómoda entre todos nosotros,
pero luego de disculparse de todas y después de que Applejack se disculpara con nosotros y con
ella por traerla a pelear con nosotros y de que Rarity se disculpara conmigo y, en fin, luego de
muchas disculpas mutuas, al fin se sintió a gusto y me preguntaron por qué es que traje a Starlight
y no a Twilight desde Equestria. “Porque Twilight está en Everfree, no en Equestria.” Rarity me
dirigió la palabra, fijándose en el desastre que había en el patio de CHS. “Por cierto, Nacho. ¿Este
cráter frente a la escuela significa…?” “Trixie.” Ellas me dijeron que en lo que yo no estaba, cayó
otro martillo en Crystal Prep., convirtiendo a Lemon Zest. “Este día se pone cada vez peor.”
“Entonces andando, vamos a buscar a Twili.” Dijo Pinkie, robándose el apodo que uso para Twili.
“Ustedes tres vayan a Everfree, Rarity y yo veremos como le va a Fluttershy.” Ellas dos se
quedaron atrás mientras nosotros partimos sin ni una demora; Pinkie se subió a mis hombros y
usé mis poderes para surfear en piedras mientras Starlight hacía lo mismo sobre hielo.
“¿Dónde está Fluttershy, exactamente?” Me preguntó Rarity mientras los otros tres iban a buscar
a Twilight. “Esperemos que haya tenido suerte y haya vuelto a casa.” Le dije mientras buscaba
algún vehículo desocupado por el lugar. Para mi suerte, había una moto tirada por ahí, así que la
hice arrancar cruzando unos cuantos cables y le dije a Rarity que subiera conmigo. “Ni si quiera
voy a preguntar desde cuando sabes hacer eso.” “He estado ocupada estos últimos meses, Rarity.
Pero…” Esperé a que se subiera a la moto. “…espero poder descansar cuando acabemos con esto.”
Por primera vez en los últimos días, había buenas noticias; más o menos. Fluttershy y Star estaban
en la que solía ser la base de los Super Stars. Ahí se acaban las buenas noticias.
“¿Dónde están Nacho y Pinkie?” “Buscando a Twilight. Lo que sea que tengas que decirnos,
puedes contárnoslo a nosotras.” Star quería que todo el equipo estuviese reunido, pero eso iba a
ser difícil considerando que dos ya no están disponibles. “Esta bien, les diré lo que me dijo mamá.”
Esta es la leyenda de Cul Johansen, La Serpiente. Él era un guerrero extremadamente fuerte que
cansado de, en sus propias palabras, la tiranía de la familia Butterfly sobre Mewni, reunió un grupo
de ocho despiadados luchadores con los que sembró el miedo a lo largo de todo el reino, conocidos
como los Dignos. Con cada aldea que arrasaban, atormentando a monstruos y humanos por igual,
Cul se alimentaba del miedo y el nombre de La Serpiente se hacía más famoso como un símbolo de
la encarnación misma del terror. La en ese entonces soberana de Mewni, Skywynne Butterfly, reina
de las horas, no se quedó de brazos cruzados viendo como su pueblo perdía todo asomo de
esperanza y decidió encargarse de Cul Johansen y sus huestes de Dignos ella misma.
Su valentía inspiró a otros pocos a unirse a su causa, entre ellos el hermano menor de La Serpiente,
Bor Johansen. Si bien su fuerza no se comparaba a la de los Dignos, no se dieron por vencidos y
junto a Skywynne ni uno sentía el temor que alimentaba a Cul, hasta el punto en que uno de los
aliados de La Serpiente se sintió igual de inspirado y, libre de su control, y lo atacó por sorpresa.
Thor, el guerrero que traicionó a Cul, fue brutalmente asesinado por los otros Dignos, pero
Skywynne y Bor aprovecharon el momento y con el hechizo más poderoso de la reina lograron
encerrar los espíritus de los Dignos dentro de los martillos que blandían. El espíritu de Thor también
se unió a su martillo y Bor lo usó para acabar con Cul, quién había sido herido antes por el ataque
sorpresa. La Serpiente, quién no planeaba rendirse, le juró a Bor que él y los Dignos volverían algún
día para vengarse de su hermano, de Thor y de toda la familia Butterfly. Skywynne, sabiendo que
las palabras de Cul iban en serio, lo desterró junto a los martillos de sus guerreros a la dimensión
del tiempo, dónde esperaba que quedaran atrapados por la eternidad. Bor bautizó a su martillo
como el Mjolnir, que significa Esperanza en mewmano, y se encomendó la tarea de que él o quién
sea digno de portar ese martillo, ayudado por el espíritu de Thor, detendrían a La Serpiente, fuese
tal tarea necesaria en un futuro. El cumplimiento de su labor es lo único que separaría a Mewni de
la destrucción total en el terrible caso de que los Dignos volvieran a caminar y usen el miedo para
devolverle una vez más su fuerza a Cul Johansen.
“¿Y qué diablos tenemos que ver nosotras con eso?” Le pregunté una vez terminó su historia;
porque como yo lo veía esto era problema de Mewni, no nuestro. “No lo sé, pero Mamá dijo que
en la Tierra se han abierto muchos portales a otras dimensiones últimamente.” En eso tenía razón,
al menos. “¿Crees que los martillos cayeron aquí por eso?” “No me importa por qué están aquí,
solo tenemos que encontrarlos a todos y esperar a que la magia de la amistad haga lo suyo.”
Todas me miraron y me hice una idea de la pregunta que iban a hacer. Fluttershy fue quién
disparó primero. “¿Y sí no es suficiente?” “Bueno, si no es suficiente… vas a tener que mover ese
martillo tuyo muy fuerte. Porque por lo que cuenta Star, nos espera una tormenta de mierda.”
No pretendía disminuir la moral del equipo, pero estaba perdiendo la fe en que todo sería tan fácil
como tomarse de las manos y ver todas esas luces brillantes hacer el trabajo. Nacho, Pinkie Pie,
por favor apresúrense en encontrar a Twilight.
“Nos tardaremos una hora y algo en llegar, pero…” ¿Recuerdan esa vez en que sentí un fuerte
golpe mientras me llevaban en auto a un hotel? ¿Justo antes de que me secuestraran? Esta vez
pasó algo parecido, solo que en vez de ir yo en un auto, un auto que salió volando nos impactó a
mí y a Pinkie, pero ella reaccionó a tiempo e inhalando un poco de aire para inflarse logró
amortiguar nuestra caída. Pensar en eso me hizo recordar que no tengo idea de que fue lo que le
pasó al chofer que me llevaba esa vez. Ya que hablamos de recuerdos, el impacto nos hizo volar
unos metros y nos dejó cerca del edificio dónde Pinkie y yo vivimos por varios meses. “Seis meses.
Seis meses es todo lo que duraron retirados, Pink Nacho, Pinkie Pie.”
Le hice una seña a Starlight para que siguiera sin nosotros, porque había ciertos cabos sueltos que
teníamos que atar. Pinkie le dio su teléfono con las indicaciones para llegar a Everfree y nos dejó a
solas contra Vera Lynn. Sí, esa misma Vera Lynn.
Confié en que ellos dos podrían hacerle frente a esa mujer y enseguida seguí las indicaciones de la
cajita brillante que me dio Pinkie Pie. Tal como dijo Nacho, llegué al cabo de más o menos una
hora deslizándome y estaba agotada. Por suerte, Twilight estaba de pie a plena vista frente al lago.
“¡Twilight! ¡Oye, Twilight!” No parecía oírme, así que me acerqué a ella. Cuando estuve a su lado,
vi que había un enorme cráter debajo de lo que supondré que era un muelle. “¿Ese muelle era
muy especial?” “Se fue… Timber se fue…” Con lo que dijo empecé a unir las piezas y me temí lo
peor. En verdad, lo peor era que le hubiese pasado a ella, pero no deja de ser algo malo. Luego de
preguntarle, se extrañó de que supiera exactamente lo que pasó y luego se extrañó de que yo
estuviese en su dimensión.
“¿Qué haces aquí?” Le conté que estábamos reuniendo a las chicas para usar la magia de la
amistad y luego tuve que explicarle todo lo que había pasado. “Es un alivio que haya venido.
Nacho y Pinkie se quedaron peleando contra una señora. Una señora mala, no una señora al azar.”
Ella se sentó en el suelo por unos segundos. Bueno, unos minutos; me tenía preocupada.
“Twilight, ¿Estás…?” Luego una luz muy brillante me cegó por un momento y lo próximo que supe
es que estaba junto a Applejack y el resto de las chicas. Aunque faltaba alguien.
“Primero su amiga la Capitana América y ahora ustedes.” Dijo Lynn cuando Pinkie y yo nos
levantamos. Ella se veía diferente, primero en el sentido de que jamás me la imaginé ensuciándose
las manos por nada y segundo en el literal sentido de verse diferente; musculosa, polera sin
mangas y menos seria y condescendiente que de costumbre. Como me costaba creerlo, no
respondí nada y esperé a que ella siguiera hablando como una super villana cualquiera. “Debes
estar pensando en que todo es culpa mía. Que yo hice que se pelearan entre ustedes.” Se rio un
poco mientras caminaba hacia nosotros. “Eso lo hicieron ustedes solos. Yo iba a darles la
oportunidad de retirarse y vivir como niñas normales.” Pinkie usó la técnica que usó contra
Rainbow Dash esa vez en la estación de trenes y le lanzó un golpe a la velocidad del sonido, pero
Lynn lo esquivó como si nada y atrapó su brazo en el aire. La trajo hacia ella y la golpeó en la cara,
lanzándola hacía mi lado de nuevo. “¿Estás bien, Pinkie?” No me respondió pero cuando la vi supe
de inmediato que no; le sangraba su naricita. “¿Cómo?” “Ni idea. Me dolió como si yo no fuese
súper elástica.” Lynn siguió acercándose mientras continuaba su monólogo. “Incluso ahora que es
ilegal, siguen tratando de ser algo que no son; héroes. Ustedes no han salvado a nada ni a nadie.
No han podido salvar a sus amigas de los martillos y ciertamente no se salvarán de mí.” Comencé a
lanzarle piedras y parte del pavimento para detenerla, pero antes de llegar a ella eran destruidas
como si ella también pudiese controlarlas. Pinkie también se levantó para golpearla, aun usando
esa técnica que la hace tan veloz, pero no había caso; ni si quiera juntos podíamos hacerla
retroceder. Levantó su mano hacia nosotros y vi como uno de sus anillos brillaba justo antes de
lanzarnos una ola de fuego, la cual alcancé a tapar levantando la calle para usarla como escudo.
Cuando pensé estar a salvo, ella atravesó el asfalto con su brazo entero y me levantó del cuello
con una mano. Pinkie infló su mano para tratar de darle un gigantesco golpe a Vera Lynn, pero ella
uso su propio puño para interceptarla. Aunque el choque de golpes duró unos segundos, al final
Pinkie cayó por el agotamiento y Lynn también la levantó del cuello. No nos estaba estrangulando,
pero tampoco estábamos en condiciones de hacer nada de vuelta.
“Estoy esperando algo, pero no mereces que gaste mi tiempo contigo, Ávatar.” Dijo mirándome,
como si tuviese que entender de lo que me estaba hablando. Miró hacia el cielo y ambos Pinkie y
yo nos dimos cuenta de otro martillo que caía, esta vez demasiado cerca de nosotros.
El meteorito atravesó el edificio dónde vivíamos, destruyéndolo por completo y dejando nada más
que escombros y un enorme cráter. Era muy doloroso ver destruido el hogar dónde pasé tantas
noches solo luego de la muerte de mis padres y con Pinkie una vez que comenzamos a vivir juntos.
Quería llorar y sabía que Pinkie Pie también, pero me preocupaba mucho más pensar que quizás
Lynn estaba esperando que ese martillo cayera en este preciso lugar para usarlo. Si ya era
imposible para nosotros dos derrotarla ahora, no quiero imaginar de lo que sería capaz cuando
use esa cosa, incluso si no es capaz de controlarse a sí misma.
“Una vez que levante ese martillo, te daré algo que si te mereces.” Nos lanzó a Pinkie y a mí al
suelo y caminó en dirección al cráter. Yo solo podía culparme a mi mismo por todo lo que estaba
pasando. Dejé que Vera Lynn destruyera al equipo y que nos separáramos. Nunca pude resolver el
asunto de los portales a otras dimensiones. Jamás pude y probablemente tampoco podré
disculparme con Rainbow, Sunset y Twilight por cómo nos peleamos. Tampoco pude cumplirle mi
promesa a Dashie y ciertamente había otra promesa que no podía cumplir. No podía dejar de
llorar sin si quiera fuerzas para golpear al suelo. Podía ver a Pinkie muriendo por dentro mientras
pensaba que jamás podríamos salvar al mundo juntos con una gran sonrisa.
“Sé lo que estás pensando.” Me dijo cuando recuperó el aliento. Estaba pensando en demasiadas
cosas, pero de seguro ella sabía que era eso último; nuestra Pinkie Promesa. Ella también estaba
llorando, pero se secó las lágrimas y bombeando sangre a sus brazos una vez más, me miró a los
ojos, sonriendo. “Lo siento mucho, amor.” Volvió a llorar sin dejar de sonreír y disparó su brazo en
dirección al cráter. “¡Pinkie Pie! ¡¿Qué carajo haces?!” “¡Por favor perdóname!”
Lynn había llegado al fondo del cráter, junto al martillo. Cuando lo levantó, de inmediato se
extrañó pues no sentía nada de lo que esperaba que pasaría. Luego vio que la mano de Pinkie Pie
tenía agarrado el mango y una vez entendió que ella lo levantó primero, tomó su brazo y la trajo
hasta ella para darle el golpe de gracia. Justo cuando iba a darle en toda la cara, un rayó
interrumpió la escena y Pinkie se transformó por la magia del martillo. Vera no se detuvo y su
golpe ciertamente pareció herir a Pinkie, pero no fue suficiente. Ella usó un brazo para amarrar a
Lynn e inmovilizarla, mientras estiraba el brazo con el que empuñaba el martillo varios kilómetros
hacia el cielo. En un abrir y cerrar de ojos, su mano recorrió toda esa distancia y al impactar a
Lynn, la enterró quién sabe cuántos kilómetros bajo tierra, aunque es muy probable que solo con
el golpe haya bastado para matarla.
El cielo se nubló y siete luces que provenían de varios lugares, una de ellas desde Pinkie,
iluminaron el cielo de dónde se podía ver un portal abrirse, seguido de una risa aterradora.
“¡Skadi! ¡Bwonsamdi! ¡Rellik! ¡Molgera! ¡Del’lago! ¡Bucherax! ¡Bo’Hui! ¡Hoy es el día en que nos
vengaremos de Mewni, Thor y toda la familia Butterfly!” Desde abajo del portal se levantó una
torre adornada con serpientes por todas partes que creció hasta que pudiese ser vista desde
cualquier lugar en Canterlot. Luego, del portal descendió un hombre que blandía un martillo y
mientras se sentaba en un trono, gritando a los cuatro vientos dijo. “Gracias a sus esfuerzos, mis
compañeros Dignos, ¡La Serpiente ha vuelto!”
Era un verdadero espectáculo, o eso diría en cualquier otro contexto. Yo tenía mi mirada fija en
una sola persona y ella me estaba mirando de vuelta. Pasamos varios segundos así, sin creerme lo
que estaba pasando. No quería pensar en lo que significaba verla así.
“Pinkie Pie...”
“Yo… te… am øß뜔
“¿Se pondrá bien?” Escuché preguntar a una de las chicas, no sabría decir cuál. No sabría decir
nada en este estado. Hay una razón por la que sobreviví a que me secuestraran, que intentaran
matarme en mi oficina, que me dieran una paliza monstruos de otra dimensión, que intentaran
convertirme en un trofeo de cacería, que todas mis amigas se pelearan, que una de ellas intentara
matarme luego de que yo intentara lo mismo y los meses de depresión y negación de mi propio
sueño que vinieron después. Esa razón es Pinkie Pie; ella siempre estuvo ahí para mí. Cuando no lo
estaba de manera literal, pensar en volver a verla me mantenía en pie. Este no es el caso. Sé que
yo mismo la he preocupado un montón de veces estando al borde de la muerte, pero al final
siempre volvíamos a vernos. Ahora no estoy tan seguro de que pueda verla. Quiero creer que hay
una manera de salvarla, en verdad, pero vi lo que le hizo a Lynn. Todos aquí sabemos, o no
sabemos, mejor dicho, de lo que son capaces los que portan esos martillos. El fin de este y
probablemente otros mundos estaba sobre nosotros y yo solo podía pensar en ella mientras las
dejaba a ellas pensar en lo otro. Aunque siendo justos, había algo en todo esto que me llamaba
mucho la atención y me mantenía tirado en el suelo tanto como lamentarme por perder a Pinkie
podía mantenerme tirado en el suelo.
“Déjalo, tenemos prioridades.” Dijo otra de ellas, aunque esta vez juro que fue Applejack. “¿Tienes
todo listo, Twilight?” Oí que Starlight trajo a Twili de Everfree. “Sí. Ahora deberíamos poder
encontrar los martillos. Lo que me preocupa es lo que haremos al encontrarlas a ellas.” Míralas,
Nacho. Todas perdieron a alguien y no las ves echadas en el piso quejándose. Están haciendo algo
al respecto. Estaré hablando conmigo mismo pero no me estoy volviendo loco. Y no estoy solo
quejándome mientras estoy aquí tirado. “No lo sé, cuando solo era Rainbow, usar la magia de la
amistad sonaba como la mejor opción. Ahora que tampoco están Sunset y… y Pinkie Pie, no puedo
asegurar nada.” No, concéntrate. Pinkie odiaría que perdieras el hilo de lo que estás pensando
para salvarla por estar lamentándote por ella. “No estarán pensando en pelear, ¿o sí? Fluttershy
no pudo ganarle a Marco y eso que ella también tiene un martillo.” Es cierto, son demasiado
fuertes. No lo sabré yo, después de lo que vi. “Star tiene razón, si ella no hubiese aparecido no se
que me habría pasado.” ¿Star salvó a Fluttershy? ¿Cómo? “Sí, yo también vi de cerca de lo que son
capaces. Rainbow pudo matarme en ese momento también.” Pero no lo hizo... Eso es. “Hay que
esperar que la magia de la amistad sea suficiente.” ¡Eso es! “Pero, ¿Y si no lo es?”
“¡Claro que lo es! Lo ha sido desde el principio.” Dije una vez que me levanté habiendo armado el
rompecabezas. “¿Disculpa?” “No me interrumpas.” Le dije a pesar de que no estaba hablando.
“Tengo una teoría. Cuando…” No quería recordarlo, pero tenía que ser fuerte por ella. Por los dos.
“Cuando Pinkie levantó el martillo, ella me miró por minutos enteros. A ti te pasó lo mismo con
Rainbow, Jackie. Y a ti con Timber, ¿o no, Twilight?” Ella asintió con un poco de pena. A pesar de
pedir explícitamente que no lo hagan, Rarity me interrumpió. “Pero, Lemon Zest se fue de
inmediato. Sunset y Trixie igual, por lo que nos contaron.” “No quiero destruir tu teoría, pero
Marco ni si quiera dudó en pelear con Fluttershy.” Sí, eso ya lo mencionaste. Estaba tirado en el
piso deprimido, no inconsciente. “Exacto, hasta que llegaste tú. Aún hay algo de nuestras amigas
dentro de ellas y sale a la luz cuando ven a alguien que es muy especial para ellas.” Esperaba que
dijeran algo, pero en vez de eso todas estaban atentas a lo que tenía que decir, así que continué.
“Mejores amigas, novios, cosas así. Si podemos dar con una persona sumamente especial para
cada una de nuestras amigas, estoy seguro de que podemos lograr que suelten los martillos.”
Todas se veían llenas de confianza y de inmediato comenzamos a trabajar en el plan.
“Applejack, tú irás por Rainbow. Eres su mejor amiga.” Le dijo Rarity para empezar a repartirnos.
“Nacho y Twilight, ustedes dos irán por sus respectivas parejas.” Twili no había negado hasta
ahora que Timber era su novio y eso me parecía muy lindo. “Yo iré por Marco. Hemos sido
mejores amigos desde que llegué a la Tierra.” Dijo Star bastante emocionada. “Puede que ella no
me conozca, pero yo conozco a la Trixie de Equestria como nadie más la conoce.” Starlight estaba
igual de emocionada. “Todavía nos faltan Sunset y Lemon. ¿Alguna idea, Nacho?” Tenía una idea
para Lemon, pero Fluttershy habló antes que yo. “Rarity, ¿Le guardas rencor a Sunset por lo que te
hizo en esa Gala de Primavera?” Ella lo recordaba perfecto; fue algo que pasó antes de que yo las
conociera y antes de que ellas conocieran la magia de la amistad. “Por supuesto que no, querida.”
“Pues debes recordárselo.” Le dijo Applejack mirándola firmemente. “Sé quién puede ayudarnos
con Lemon.” Dije mientras buscaba mi teléfono. “¿Es alguien de Crystal?” “Es alguien a quién debí
llamar hace mucho.”
“¿Me repiten qué hago aquí?” No lo culpo, es para no entenderlo. Preferiría no depender de mis
amigas siendo poseídas por espíritus de otra dimensión para hablar con mis viejos amigos de
Crystal, pero bueno, que le voy a hacer. Creo que les he hablado de él. Nunca mencioné su
nombre, pero sí dije que un día intenté ir a verlo a Crystal con Pinkie cuando nos juntamos con
Lemon. Él es El Muki; diría que es mi mejor amigo pero no me siento como un mejor amigo si me
fui de Crystal sin decirle nada ni en el momento ni hasta el día de hoy. Pero cuando sí estaba en
Crystal sí éramos mejores amigos. Con él hacíamos todas las cosas que no podía hacer con Twili
porque es una niña; video juegos, hablar de chicas, ese tipo de cosas. Él me regaló… eso que me
regalo y que me sirvió tanto cuando Pinkie y yo hicimos esas cosas. Me sonrojo de pensarlo.
“Empecemos del principio. ¿Recuerdas a Lemon Zest?” “Obvio. Era la flaca de pelo verde que te
gustaba.” Me sonrojé bastante mientras las chicas se reían. “Sí, ella. Resulta que…” Le conté que
fue poseída por levantar un martillo y que lo necesitaba para recordarle quién era y todo eso que
planeamos hace un rato. Este es el peor reencuentro de la historia.
“¿Quieres que vaya a hablar de la vida con una amiga de Crystal que probablemente vaya a
matarme así sin más?” Al menos estamos claros en lo de que tiene que ir como su amigo. Aunque
tenía un punto muy válido con lo de intentar matarlo. “Esto… ¡No! Claro que no. Quiero que vayas
a hablar de la vida con una amiga de Crystal que probablemente vaya a matarte…” Hice una pausa
dramática para traer algo que tenía guardado por ahí. “…¡Con esto!” Dio un enorme suspiro y no
se lo podía creer. Applejack tampoco se lo creía. “Dijiste que yo había destruido el último traje.”
“Estaba siendo dramático para que te sintieras mal, Applejack. Pero sí era el último, esta es una
versión antigua.” El Muki se lo había puesto mientras los dos hablábamos y le quedaba como
hecho a la medida. “¿En verdad puedo quedármelo?” “Considéralo un regalo por irme de Crystal
sin decirte nada.” “Tranquilo, Nachin.” Además de Pinkie, él era el único que me llamaba así.
“Lemon me contó por qué fue.” Nos dimos un gran abrazo de hombres viriles sin decir nada más.
Yo estaba al borde de las lágrimas, claramente. “Bueno, felicidades Muki, eres un súper héroe.
Aunque vas a necesitar un nombre.” Qué digo, ni yo tengo nombre de súper héroe ahora. Pero
Iron Heart sigue siendo mío. “¿Qué te parece Iron Muki?” Ya me conocen, soy terrible con los
nombres. No hay forma de que… “¡Es perfecto!” Eso fue fácil.
“Todos tienen sus misiones. Si los martillos de los Dignos eligieron a nuestras amigas, entonces
nosotros los Indignos tendremos que detenerlas.” “Esperen, yo no tengo una misión.” “Fluttershy,
una vez que liberemos a nuestras amigas, tu tendrás que derrotar a La Serpiente.” “Ay no.”
Capítulo 21, Lo que haga falta
“Espera, Applejack. Hay algo que quiero saber.” Le pregunté en lo que todas las demás estaban
preparándose, lo que incluía que Rarity le hiciera un traje a Starlight. “Oye, Nachin, ¿vas a
enseñarme a usar esta cosa?” Claro, eso también había que prepararlo. “¡Sí! Dame un minuto.”
“¿Me decías?” “Oh, sí. Más bien es algo que tengo que saber. ¿Por qué lo hiciste?” Me miró
extrañada. Siendo sinceros, debería ser más específico. “¿Por qué no me dijiste como murieron
mis papás?” “Ah, eso. Honestamente, quería protegerte de la verdad. Luego apareció Rara y se
volvió algo más personal. Quise aprovechar de ayudarla y finalmente evitar que te tuvieses que
enterar, pero todos sabemos cómo resultó. Ahora veo que solo me estaba protegiendo a mí
misma de darte las malas noticias.” Tenía mis sospechas, pero era genial saber que efectivamente
lo hizo por mí. Es más, pienso que si bien no le dijo a las chicas lo que estaba ocultando, sí les dijo
que quería protegerme y ellas accedieron a ayudarla. Por mí. “Lo agradezco mucho, en verdad;
pero hubiese preferido que me hubieses contado la verdad. Ustedes junto a Pinkie me ayudaron a
superarlo y… y si no fuese por que ellos murieron, jamás las habría conocido. No estoy
agradeciendo que se hayan ido, pero al menos sé que hay un lado positivo. Debí pensar en eso
antes de, bueno, de intentar matarte.” Sonará extraño, pero ambos sonreímos cuando dije eso. La
magia de la amistad, damas y caballeros. “No te preocupes, Nacho. Tenías que procesar mucho en
ese momento. Ahora, pongamos manos a la obra antes de ponernos más sentimentales.” Cierto,
había olvidado que tenemos cosas que hacer; aunque me gusta ponerme sentimental. “A la orden,
Capitana.” Es raro prepararme para hacer algo heroico sin ponerme mi traje.
“Si mi plan no llega a funcionar, siempre podemos hacer un robot que reemplace a Rainbow
Dash.” “Eres un idiota.” Me dijo con una sonrisa que me dio a entender que ella bromeaba y que
sabía que yo bromeaba. Espero. “Nunca pierdas ese sentido del humor. Estoy segura de que es lo
que Pinkie Pie ve en ti.” Gracias, Jackie. Ojalá lo siga viendo estando poseída por ese martillo.
Pasé unos minutos dándole instrucciones básicas a El Muki sobre como operar el traje, porque es
bastante intuitivo y sobre todo menos complejo que la versión que hice después. Ésta es solo
entra al traje y apunta con las manos hacia lo que quieres ver recibiendo disparos láser. Rarity
terminó de hacer el traje de Starlight y ella se rehusó a que le diéramos un nombre de super
heroína porque, en sus palabras, teníamos cosas más importantes que hacer. Luego de esa
atrevida afirmación, Twilight nos dijo dónde estaban cada uno de los Dignos y sin más preámbulo
salimos a buscarlos en una misión que nos llevaría a usar la magia de la amistad estando todos
separados. Todos menos Fluttershy, que tenía que esperar a que tuviéramos éxito. “Suerte.”
La primera en aparecer fue Bwonsamdi, quién ocupaba el cuerpo de Sunset Shimmer. El peso de
comprobar mi teoría caía sobre los capaces y delicados hombros de Rarity. “Hola, Sunset
Shimmer.” “Tus palabras encuentran oídos sordos, jovencita.” La voz de La Serpiente se escuchaba
desde lo alto de su torre. “Aunque agradezco que notes que soy joven, estaba hablando con mi
amiga y es de muy mala educación interrumpir.” Sunset solo la estaba mirando pero se veía a la
defensiva. “Me recuerdas, ¿verdad? Soy Rarity, nena. La chica que osó enfrentarse a ti por el título
de reina de la Gala de Primavera y que hiciste que descalificaran falsificando fotos.” Ella seguía a la
defensiva, pero algo parecía haber cambiado en ella. “Eso fue antes de que fuéramos amigas,
querida.” La palabra amiga hizo temblar a Sunset, paralizándola. “Tú ya no eres así, Sunset
Shimmer. Tu eres una luz brillante que ilumina los días de todas nosotras.”
Rarity comenzó a brillar y le salieron las orejas y cola de poni que confirmaron que la magia de la
amistad estaba viva dentro de ella. “Te perdoné por aquella vez y te aseguro que te volveré a
perdonar cuando sueltes ese martillo.” Finalmente se veía que Sunset tomó control sobre su
cuerpo, aunque fue por solo unos segundos. “No puedo... Tienes… que quitármelo… Rarity.” Ella
se subió las mangas y creó unos cuantos diamantes que flotaban a su alrededor. “Será un placer.”
Si bien comenzaron a pelear, Sunset no tenía la descomunal fuerza que los otros Dignos habían
mostrado antes y supe de inmediato que las palabras de Rarity habían tenido algún efecto más allá
del emocional. El resto solo teníamos que seguir su ejemplo y pelear con nuestras amigas hasta
lograr que suelten los martillos. Aunque es más fácil decirlo que hacerlo en mi caso.
Mientras ellas dos luchaban, Star Butterfly se había encontrado con Del’lago, el espíritu que
ocupaba el cuerpo de su amigo Marco. A su alrededor solo se veían restos destruidos de autos
policiales, pero por fortuna Star apareció en escena antes de que cualquiera saliera gravemente
herido. “Marco Díaz.” Le dijo deteniendo el alboroto que estaba causando en los suburbios de
Canterlot. “¡Una Butterfly! ¡Del’lago, mátala para poder acercarnos a nuestra venganza!” En serio,
su voz se podía escuchar por toda la ciudad. “Vamos a terminar lo que Skywynne empezó y lo
haremos juntos, Marco. Le hemos pateado el trasero a cosas más feas que ese viejo arrugado sin
sudar una gota.” Las palabras de la princesa comenzaban a tener el mismo efecto que las de Rarity
sobre Sunset Shimmer. Y tal cual ellas dos, Star comprendió que, muy a su pesar, tenía que
quitarle a su amigo ese martillo por la fuerza.
Faltaba encontrar a otros cinco de los siete Dignos, y el dispositivo de Twili funcionaba de
maravilla. Las dos que ya estaban peleando tenían sus dificultades; la barita de Star estaba partida
de hace varias semanas atrás y le costaba lanzar los hechizos correctos y Rarity, bueno, nunca fue
muy propensa a pelear. Sin embargo, siempre supo usar muy bien sus poderes de creación de
diamantes flotantes y eso la hacía una parte clave del equipo. No se contuvo al luchar contra la
que, estando poseída, seguía siendo su amiga.
Usando de manera ofensiva y defensiva sus diamantes, podía bloquear cada golpe de Sunset al
tiempo que intentaba herirla lo suficiente como para que dejara caer el martillo. Lo más
impresionante era el estilo de pelea que desarrolló probablemente en todo el tiempo que pasó sin
que supiéramos de ella. En vez de crear diamantes que floten alrededor de ella, simplemente los
creaba sobre ella, como una armadura. Básicamente era como si ella estuviese hecha del mineral
más duro del planeta y eso le daba una tremenda potencia a sus golpes y patadas. Pero claro, el
ser golpeada directamente, sumado al hecho de que debe mantenerlos activos constantemente,
no ayudaban a que se pudiese mantener en pie mucho más tiempo. Estaba dando una muy buena
pelea, pero Bwonsamdi no parecía agotada en lo más mínimo.
“No puedo fallarle a mis amigas. Tiene que haber una forma.” Pensó Rarity en voz alta,
acercándose a sus últimos alientos. “Por supuesto que hay una forma, Rarity.” Le dijo Sunset
Shimmer, mostrando una vez más algo de control sobre sí misma. “Piensa fuera de la caja; es lo
que siempre ha hecho tan bonitos a tus vestidos.” Rarity se emocionó mucho al escuchar las
palabras de su amiga y de inmediato puso a trabajar su mente creativa. “Si no puedo hacer que
sueltes ese martillo…” La pelea continuó cuando Sunset volvió a perder el control, pero Rarity ya
tenía una idea para traer a su amiga de vuelta.
Recibió un martillazo que la envió hacía atrás unos metros y cuando vio a Sunset acometer hacia
ella, concentró todos los diamantes de su cuerpo en una única gema en la punta de su dedo.
Esperó al momento indicado y, cuando Sunset saltó para aplastarla con un golpe final, le disparó al
martillo antes de que la golpeara, rompiéndolo en pedazos. El mango cayó al suelo y con él
también el cuerpo de Sunset Shimmer, que parecía inconsciente pero libre de la influencia del
espíritu de Bwonsamdi. Rarity se recostó en el suelo y se quedó junto a Sunset, esperando que su
amiga haya finalmente vuelto a la normalidad.
Al mismo tiempo, la pelea de Star continuaba. Siendo ella una Butterfly y al no tener una conexión
tan fuerte con la magia de la amistad como nosotros, Marco no estaba ni cerca de lograr contener
la fuerza del espíritu Digno que lo poseía. Star se encontraba en una terrible posición y, cuando La
Serpiente vio que uno de sus aliados fue derrotado, le ordenó a Del’lago que acabara rápido con la
princesa de Mewni. Al escucharlo, Star se llenó de confianza, pues sabía que mi plan estaba dando
resultados. Esa confianza no solo la tocó a ella; también, aunque sea por un poco, Marco se sintió
con fuerza suficiente como para hablarle a Star en ese estado. Ambos estaban muy cerca uno del
otro, chocando barita con martillo, cuando él pudo decirle unas palabras.
“Destruir… tu… barita…” Al principio, Star pensó que fue Del’lago quién le hablaba y en su
confusión perdió algo de esperanza, lo que aumentó la fuerza de su enemigo, llevándolo a
empujarla hasta el suelo. Al cabo de unos segundos, entendió a lo que se refería su amigo, quien la
estaba asfixiando contra el suelo con su martillo. “Nos volveremos a ver, Marco.” Ella lo abrazó
para que no pudiera escapar y comenzó a susurrarle algo al martillo. Unos segundos después,
hubo un gran silencio y luego una enorme explosión que dejó un cráter en la calle. No había rastro
de Star, ni de Marco, ni del martillo; en el cráter solo quedaba la fracturada barita de Star.
“Indignos, ¿Cómo lo llevan?” Pregunté cuando escuché una gran explosión de dónde tenía
entendido que estaba peleando Star. “Aún no tengo nada. Rarity y Star no responden.” Me dijo
Applejack, en lo que Starlight y El Muki confirmaban haber encontrado a Trixie y a Lemon
respectivamente. Con eso son cuatro de siete Dignos hasta ahora y yo pensaba en lo mucho que
me aterraba la idea de encontrarme a Pinkie Pie en ese estado, pero solo yo podía detenerla.
“Sé que no me conoces, pero yo te conozco a ti.” Le dijo Starlight a Trixie una vez que se vieron
cara a cara. Claramente esta última la ignoró y continuó su masacre, con lo que la chica de
Equestria supo que tendría que esforzarse mucho más que eso. “Eres Trixie. La gran y poderosa
Trixie.” Por supuesto, ese apodo la hizo reaccionar lo suficiente como para voltearse a verla. “Eso
es todo lo que ella quiere, ¿verdad? Ser reconocida, querida, admirada. Pero Trixie quiere más que
eso.” La mirada amenazante de Rellik, el espíritu que poseía a Trixie, cambió súbitamente. “Solo
quieres que alguien te dé una oportunidad. De lo que sea.” Sus palabras estaban llegando hasta lo
más profundo de su ser. “No sé por lo que has pasado aquí, pero sí sé que Trixie Lulamoon
necesita a una amiga. Y yo estoy más que dispuesta a serlo.” Como si la conociera de toda la vida,
Starlight dijo exactamente lo que Trixie quería, o quizás incluso necesitaba, escuchar, llevándola a
llorar mientras tomaba control sobre su cuerpo. Aunque la influencia del martillo era poderosa, la
magia de la amistad que venía de una verdadera poni de Equestria tenía la fuerza suficiente como
para que, por un buen momento, las dos pudieran abrazarse mientras Starlight la consolaba.
“Terminemos con esto, ¿sí?” “La gran y… No. Trixie quiere que seamos amigas.” Ella sollozaba
bastante mientras Starlight tomaba la mano con la ella que sostenía el martillo, congelándolo por
completo junto a una gran parte de su brazo. “Ya lo somos.” Antes de que el espíritu del Digno
pudiese recuperar el control, Trixie ya estaba congelada casi por completo en el lugar. Aunque
intentó dar una pelea, Starlight seguía tomándola de la mano mientras recibía golpe tras golpe en
la cara que le daba con el brazo que le quedaba libre del hielo. Un último puño la hizo caer de
rodillas al suelo, pero el cuerpo de Trixie ya estaba solidificado por completo. Con el rostro lleno
de sangre, tomó el martillo congelado y cuidando no quebrar el brazo de su amiga, logró
quitárselo y hacerlo pedazos contra el suelo. Agotada, Starlight Glimmer cayó finalmente al suelo.
Aunque provocativo al principio, La Serpiente parecía tomarse en serio el hecho de que hayamos
derrotado a tres de sus aliados y tomó un semblante más serio. Aun así, la gente de Canterlot
seguía aterrada y confundida, lo que mantenía fuerte a Cul y a los otros cuatro Dignos que
quedaban por caer. Se acercaban las horas más aciagas de nuestras vidas cuando apareció el novio
de Twili frente a sus ojos y solo faltaba que Applejack y yo encontráramos a nuestros Dignos. Y
claro, Fluttershy tenía que ser capaz de derrotar a la personificación del miedo. “Sin presiones,
Flutsy.” Le dije luego de informarle de todo lo anterior. “Me siento muy presionada.”
“¿Qué hay de ti, Muki? ¿Funciona bien el traje? No es que no confíe en él, o en ti ya que estamos
en eso, pero…” “No me he matado volando, así que sí. Solo espero que sea igual de fácil pelear en
él.” Me confirmó que inició contacto visual y verbal con Lemon y le deseé mucha suerte.
“Lemon, hola. Soy yo.” Ella lo miró un rato sin bajar la guardia, pero cuando se quitó el casco se
sorprendió un poco. Probablemente esperaba verme a mí al ver el traje. “Esto… Nachin, ¿qué le
digo?” “¿Cómo que qué le digo? Dile lo que sea, es tu amiga.” Madre mía. “Apenas somos amigos,
ella me hablaba porque se llevaba bien contigo.” “Bueno, ese es un buen punto. Pero no puedo
ayudarte, estoy buscando a Pinkie Pie.” No sé por qué, pero Lemon solo miraba esta escena, sin
intentar matar a El Muki. “¿Quién es Pinkie Pie?” ¿Cómo que quién es Pinkie Pie? No, es verdad.
Culpa mía. “Es mi novia. ¿Hace cuánto no hablamos?” “No hablamos desde que te fuiste de
Crystal.” Lemon reaccionó ante lo que acababa de decir, como si hubiese recordado algo. “Como
sea, felicidades.” Me sonrojé un poco por eso. “Ay, gracias. Me encantaría presentártela cuando la
encuentre y la salve de estar poseída. Estoy seguro de que a ella le encantaría… ¿cómo es que
llevamos tanto rato hablando?” “Dímelo tú. Solías ser mucho más callado cuando íbamos a
clases.” Claro, de las pocas veces que efectivamente ibas a clases en vez de quedarte en casa. “No,
me refiero a que tu deberías estar peleando con Lemon, ¿no?” “¿Cómo que peleando? ¿No que
tenía que hablar con ella y eso era todo?” Bueno, si lo pones así, nunca dije explícitamente que
debías pelear con ella. Asumí que todo esto sería mucho más fácil. Incluso con Pinkie
desaparecida, mi confianza en mis amigas me llenó de optimismo cuando hice este plan.
“En cualquier caso, ni si quiera estas hablando con ella. Estamos recordando nuestros viejos
tiempos.” En medio de nuestra conversación, Lemon se había acercado bastante a El Muki, al
punto de estar cara a cara con él. “¿Estás hablando con Nacho?” Le preguntó bastante relajada,
algo poco natural en ella. “Ah, sí. Recordamos cuando íbamos a Crystal.” En ese momento, los dos
comenzaron a hablar de los momentos que pasamos juntos los tres y se dieron cuenta de que, una
vez que yo ya no estaba en Crystal, incluso con el relativamente corto tiempo que ha pasado, ellos
también tenían muchas anécdotas juntos.
Pasaron varios minutos recordando el pasado hasta que eventualmente ambos entendieron que
era inevitable pelear para que ella soltara el martillo. Sin embargo, ambos lo hicieron con una
sonrisa en la cara, aunque esta no le duró mucho a El Muki debido a su nula experiencia en
combate. De nuevo, pensé que todo esto sería mucho más fácil.
Mi amigo Muki estaba contra el martillo y la pared y, a causa de los golpes, el traje Iron Heart
estaba empezando a funcionar mal. El poco entrenamiento que alcancé a darle no fue suficiente
para darle oportunidades de ganar, pero sí lo fue para hacer que se le ocurriera algo que a mí
jamás se me pasó por la cabeza en todo el año que usé ese traje. “Nachin, ¿cómo cuanto vas a
extrañar este traje?” “Bueno, le tengo un tremendo apego emocional pero ya te lo regalé, así
que… ¿por qué lo preguntas?” No me respondió y justo después logró agarrar el martillo de Lemon
Zest cuando esta le estaba dando en el estómago. Le comandó a todas las piezas del traje que se
pegaran al martillo para luego hacer que vuelen hacia los aires, llevándose a Lemon con ellas y,
finalmente, inició la secuencia de autodestrucción que no sé por qué instalé en el traje. Son esas
cosas de más vale prevenir que lamentar que jamás sobran. La explosión destruyó el martillo y El
Muki alcanzó a atajar a Lemon antes de que cayera al suelo, formando una escena como de
película de acción mientras caían los restos de mi antiguo traje de súper héroe.
“Ni creas que haré otro traje para ti.” Le dije cuando me enteré de que lo destruyó en menos de
una hora de habérselo regalado. “¡Bu!” Escuché detrás de mí y se me detuvo el corazón durante
un segundo completo, mas no fue por el susto, sino por la voz que intentaba sorprenderme; era de
una persona que siempre ha sabido hacer eso mismo. “P-P-P-Pinkie Pie.”
Rainbow era la única que no había aparecido hasta ahora y Twilight tenía muchos problemas para
pelear contra Timber. No de los que uno esperaría que tendría una adolescente peleando contra
un ser poseído por magia de otra dimensión; hablo de problemas de una adolescente común.
“Estabas mejor sin mí, Timber.” Él se estaba conteniendo bastante, pero esa frase hizo que
realmente se detuviera. “¿Cómo…?” “Mírate… No, mírame. Soy demasiado peligrosa para ser la
novia de nadie.” Ella volvía a ser demasiado dura con sí misma y su autoestima estaba más baja
que nunca. Yo estaba demasiado concentrado y espantado por haberme encontrado con Pinkie
como para tratar de consolarla y ciertamente Timber no estaba en condiciones para eso.
“Por eso mismo es divertido salir contigo.” Bueno, me equivoqué. Timber estaba hilando oraciones
completas como si nada. También me equivoqué con lo de que cada uno de nosotros tenía que
hablar con un Digno para hacerlo entrar en razón; esta vez era Twili la que necesitaba ayuda. “En
el bosque no pasaba nada hasta que aparecieron tu y tus amigas. Haces mi vida mucho más
interesante, Twilight.” Ella no podía creer, primero, que Timber le estuviese hablando y, segundo,
lo que le estaba diciendo. Al principio se sentía mal pensando en que libró a Timber del control del
martillo dándole lástima; sin embargo, pronto entendió que lo que él le había dicho era algo que
necesitaba hablar con alguien y se sintió como una tonta al ver que cualquiera de nosotros la
habría ayudado con sus problemas de autoestima de habernos dejado en un principio. A veces
hace falta el inminente final del mundo para abrirle los ojos a algunos.
“Gracias, Timber. Necesitaba escuchar eso. Ahora, ¿crees que podrías soltar ese martillo por tu
novia que hace tan interesante tu vida?” Ambos se rieron un poco y la risa de Timber era
aterradora ahora que estaba poseído por un espíritu maligno. “Ni lo creas.” “Después de tanto
vivir en tu cabaña, extrañaba hacer las cosas de la manera difícil.”
Los dos volvieron a pelear y la confianza que Twili había recuperado potenció su magia al mismo
tiempo que debilitaba la influencia del espíritu que poseía a Timber. Si bien ella, al igual que Rarity,
no era una luchadora nata, su magia era realmente poderosa y podía perfectamente evitar un
enfrentamiento directo, usando el cerebro en vez de sus inexistentes músculos para asegurar su
victoria. Y todos sabemos que si hay algo que la caracteriza es su cerebro, el cual le ha permitido
controlar su magia de maravilla durante todo el tiempo que pasó luego que nos peleáramos.
“Todo este tiempo he estado practicando. Buscando la manera de cerrar los portales que han
invadido nuestra dimensión.” Decía mientras le brillaban los ojos y le crecían las orejas y las alas
típicas de la magia de la amistad. Nunca entendí porque solo a ella, a Fluttershy y a Rainbow les
salían alas mientras que al resto no. “¿Quieres saber algo gracioso?” Usó su magia para atrapar a
Timber entre restos de pavimento y escombros de edificios. “Logré exactamente lo contrario.”
Apuntó con una mano hacia un lado y disparó un rayo de magia que abrió un portal hacia alguna
dimensión no específica. Con su otra mano, levantó el brazo de Timber que portaba el martillo y lo
acercó hacia el portal para luego cerrarlo, cortándolo a la mitad. El martillo, no el brazo.
Twilight seguía en pie a pesar del tremendo esfuerzo que yo supongo que significa abrir un portal
a otra dimensión y se quedó al lado de Timber, esperando a que recupere la consciencia.
Quedaban por caer dos Dignos y yo estaba hecho un mar de nervios y emociones mixtas al ver a
Pinkie Pie actuando como ella misma a pesar de estar poseída. Al mismo tiempo, finalmente había
aparecido la primera en levantar uno de esos martillos malditos; Rainbow Dash.
“Ho-ola, Pinkie. Cuánto tiempo.” “Eh, solo unas horas.” Era como hablarle por primera vez, pero
con más miedo que nervios. “¿Todo bien? ¿Cómo has…?” “Sabes que no está todo bien, Nacho.”
Bueno, perdón por querer charlar un poco. “Vamos a tener que pelear. ¿Sabes cuantas veces
hemos peleado antes?” “Nunca. Pero eso no tiene que ser algo malo.” Estábamos mirándonos a
los ojos, a unos cuantos metros de distancia uno del otro. “Pelear es parte de la amistad.” “No
estoy de acuerdo.” “¿Ves? Ya lo estamos haciendo.” Ella se detuvo a pensar un rato. “Eres bueno.”
Los dos sonreímos a pesar de tener claro lo que iba a pasar.
“¿Lista, Pinkie?” Le pregunté poniendo ambos brazos al frente con los puños cerrados. Ella se
guardó el martillo en la espalda e hizo lo mismo que yo. “Yo nací lista, nene.” Dimos un paso al
frente y los dos nos golpeamos en la cara. Con los puños del otro en nuestra mandíbula, ambos
sonreímos y seguimos golpeándonos como dos desconocidos. Salvo que yo no me podía contener
porque, a pesar de que es mi novia y mi mejor amiga, si no la derrotaba quedaría poseída para
siempre. El problema era que, con magia de la amistad y todo, ella tampoco se estaba
conteniendo. “¿Qué gracia tiene si te la dejo fácil?” Pinkie, esto no tiene por qué ser gracioso;
aunque puedo entender tu punto.
“¿Derrotaste a un dragón pegándole así? ¿Segura que no es otra de tus exageraciones?” No sé por
qué comencé a provocarla. No me lo cuestiono porque me preocupe que se ponga más seria, sino
porque era como si yo estuviese disfrutando la pelea. Lo admito, lo estoy disfrutando; pero ¿por
qué? Aun poseída, es la mujer más importante de mi vida a la que estoy golpeando. Y claramente
ella tiene la conciencia suficiente para saber que me está dando una paliza, pero se ve que lo
disfruta también. ¿Por qué? Quizás ambos estamos viendo esto no como una pelea por estar en
desacuerdo con algo. Es más, estoy seguro de que ambos estamos de acuerdo de que molernos a
golpes es la única manera de resolver esto y no nos hacemos más problemas.
Siempre me sorprendes, Pinkie Pie. Desde que te conozco vas un paso delante de mí y a pesar de
eso me esperas para poder seguir caminando juntos; es algo que me ha hecho querer ser mejor
persona y sobre todas las cosas, ser como tú. Por lo mismo, cuando logré sorprenderte en tu
cumpleaños me sentí extremadamente realizado. Digo todo esto porque esta vez tengo miedo de
lo que Pinkie pueda hacer. Siempre ha sido una chica impredecible, pero ahora sinceramente no
sé qué esperar de ella y menos se que esperar de mí. He vivido tanto tiempo confiando en que nos
tendremos el uno al otro, que saldremos adelante a pesar de todo y que con ella incluso lo que
sale mal puede ser divertido, que ahora que la tengo frente a mí y no puedo ver a Pinkie Pie que
amo, realmente estoy aterrado. “Levántate, Pink Nacho. Sé que puedes aguantar más que esto.”
Pero aunque no sepa lo que será de mí, sí sé que tengo dos opciones. “No, la verdad no.” Una de
ellas es morir aquí, que a fin de cuentas es mejor que vivir sabiendo que ella va por ahí poseída y
alejada de todo lo que la hace la mujer más impresionante que conozco. Así que, usando mis
poderes para cubrir mis manos de rocas, opté por la otra opción. “Pero me da miedo saber qué
harás si no cumplo nuestra Pinkie Promesa.” Esa es la opción en la que recupero la consciencia del
amor de mi vida, aunque me cueste la mía.
Nuestra pelea continuaba en lo que Applejack enfrentaba a Rainbow Dash. Siendo la primera en
levantar un martillo, llevaba más tiempo bajo su influencia y las palabras de A.J. parecían no tener
ni un efecto en ella. Además, ella se negaba a pelear, esperando que la magia de la amistad fuese
suficiente para hacer reaccionar a su amiga. Su aguante era impresionante, pero más temprano
que tarde comenzó a flaquear ante los repetidos ataques de Rainbow, la que resultaba ser la más
fuerte de los Dignos. “Por favor, Rainbow Dash, recuerda todo lo que pasamos juntas. Hemos sido
mejores amigas desde que tengo memoria.” Nada. Puede que ella lo recuerde, pero Dashie estaba
totalmente fuera de sí. “No quiero tener que pelear con un amigo otra vez.” Dijo recordando con
amargura la vez que casi me mata. Aceptando que las cosas no estaban yendo a su favor, ella hizo
lo mejor que pudo en el estado deplorable en el que se encontraba y bloqueó con ambas manos
un martillazo de Rainbow. Gracias a la fuerza que la caracteriza, logró detener su avance por un
buen rato. Skadi, el espíritu que poseía a Dashie, miró a la Capitana a los ojos. “¿Applejack?” La
pobre cayó en su truco y luego de sonreír bastante, bajó la guardia, lo que su oponente aprovechó
para darle una patada en la rodilla tan fuerte que rompió su pierna y la dejó en el suelo.
Cuando iba a rematarla golpeándola en la cabeza, un relámpago atravesó el campo de batalla y
entremedio de las dos apareció Fluttershy, cansada de ver a sus amigas pelear sin hacer nada.
“Thor.” “¡Bor! Rata traidora. ¡Ya es hora de que pagues por unirte a las Butterfly!” En lo que La
Serpiente le gritaba, Fluttershy se dirigió a Applejack, quién se retorcía en el piso. “¿Estás bien?” Sé
que es de esas preguntas que uno hace, sobre todo ella, por ser amable, pero estaba claro que
Jackie no estaba bien para nada. “No puedo levantarme. Odio tener que pedírtelo…” “Estaré
encantada de derrotar a esa pesada por ti.” Las dos portadoras de un martillo y amigas de la
infancia no se demoraron ni un segundo en repartirse golpes una a la otra. Fluttershy también
intentó hablarle para hacerla entrar en razón, pero el odio que sentía Skadi hacia Bor hacia más
fuerte su influencia sobre Rainbow y más feroces sus ataques. Aunque ella daba una buena pelea,
su preocupación por la amiga a la que estaba golpeando fue mayor y se vio incapaz de seguirle el
ritmo, hasta que finalmente recibió un brutal golpe que la lanzó unos metros en el aire y le hizo
soltar su martillo, dejándola inconsciente y sin sus poderes.
Yo tampoco estaba teniendo un buen rato contra Pinkie. Aunque yo no me estaba conteniendo y
sí era capaz de hacer entrar a Pinkie en razón, no tengo ni la mitad de la fuerza que Applejack o
Fluttershy tienen. Ya al borde de caer desmayado, recordé algo que sí tengo y que es más fuerte
que los martillos de otras dimensiones o la magia de la amistad. Un sueño.
“¡Pinkie Pie!” Le grité mientras ella estiraba ambos brazos hacia atrás y corría hacia mí para darme
un golpe decisivo. “Sé lo que estás pensando, Pink Nacho. No va a funcionar.” Por mi propio bien,
espero que no sea así. Comencé a levantar todas las rocas que había cerca y las junté para formar
el puño más grande que jamás haya visto. Cuando ya estaba casi al frente mío, la miré a los ojos y,
pensando en cada día que he pasado con ella desde que la conozco, al fin pude hacerlo.
“¡¿Quieres casarte conmigo?!” Ella frenó en seco y sus manos se detuvieron justo antes de
golpearme. Sus ojos dejaron el brillo que indicaba que estaba poseída y pude ver su cara llena de
sorpresa. Sin perder un segundo, usé la pila de rocas que había hecho antes y le di en la cara hasta
hundirle la cara en el suelo. Lo sé, fue un movimiento sucio, pero ya saben lo que dicen de la
guerra y el amor. Además, se lo estaba preguntando en serio.
Levanté su cuerpo inconsciente y busqué en su pelo algo dulce con lo que activar sus otros
poderes. No me pregunten por qué, solo sé que ella siempre lleva comida ahí. Llené su martillo de
cuantos chocolates encontré y lo puse en sus manos. Me quedé mirándola descansar, esperando a
que despertara para que ella misma fuese la que se liberara del control del espíritu maligno. Antes
de desmayarme yo mismo, miré hacia donde estaba La Serpiente y le levanté el dedo.
Aunque me hubiese gustado dormir más, acabé despertando a causa del ruido de dos estruendos
consecutivos. El primero venía de cerca; era una explosión causada por los poderes de Pinkie, que
acabaron destruyendo el martillo. El segundo se sintió más lejos y vino acompañado por un trueno
que cayó en la ciudad. El día no estaba soleado, pero tampoco había nubes suficientes como para
una tormenta eléctrica, así supuse que solo podía tratarse del martillo de Fluttershy.
Antes de que Rainbow pudiese pegarme de nuevo, traté de recuperar mi martillo, pero no lo veía
por ni un lado y tampoco era capaz de traerlo hacia mí como de costumbre. Finalmente, cuando
un tremendo golpe la lanzó lejos de mí, supe qué había pasado. Eso no significa que lo entendiera.
“Perdón, lo tomé sin permiso.” Me dijo Applejack mientras me ayudaba a levantarme. Se veía
como yo cuando uso el Mjolnir; llevaba una armadura, capa y un casco que, al igual que yo, se
quitó inmediatamente. “¿Cómo? Pensé que solo yo podía levantarlo.” “Creo que nos han pasado
cosas más raras últimamente.” Es cierto, pero sigue siendo raro. A decir verdad, estoy segura de
que Bor también consideraría a Applejack digna de usar el martillo. “Te lo devolveré luego. No
puedo caminar sin usar esta cosa.”
Desde debajo de un auto, escuchamos alguien que gritaba el nombre de Thor, que aparentemente
ya no se refería a mí, y vimos a Rainbow volar hacia dónde estábamos. Applejack, con martillo y
escudo en mano, decidió al fin luchar contra su mejor amiga. Yo me escondí en el primer lugar que
encontré y esperé lo mejor.
Uniendo su descomunal fuerza con la del martillo, Applejack no tuvo ni un problema para
acorralar a Skadi. “Última oportunidad.” Le dijo sosteniéndola del cuello contra un muro, enojada
pero seria. “Deja el cuerpo de mi amiga.”
Se veía que su intimidación funcionaba, pero el espíritu no accedió; probablemente por que no era
capaz de hacerlo voluntariamente. Entendiendo su negativa, Jackie tomó el martillo de Skadi y con
solo apretarlo con la mano lo hizo trizas, demostrando una fuerza que logró asustar al mismísimo
Cul Johansen. Viendo a Rainbow tirada inconsciente en el suelo, Applejack le devolvió el martillo a
Fluttershy y se desplomó junto a su amiga.
Un desesperado grito de No cruzó el cielo, mientras las miradas de todos los que seguíamos
conscientes nos fijábamos en la torre dónde La Serpiente se encontraba. “¡Malditos Butterfly,
maldito Thor, malditos todos ustedes!” Sus palabras hacían eco en cada parte de Canterlot.
“¿Creen que derrotando a mis Dignos me han derrotado? Soy el miedo mismo, soy una tormenta
inminente. No tomaré prisioneros ni le perdonaré la vida a nadie. ¡No existe nadie que pueda
detenerme!” “¿Podrías callarte de una vez?” Le respondió alguien antes que se me ocurriera
hacerlo yo mismo. A la torre había llegado Fluttershy, portando una vez más su martillo. “No sabes
cuanto he esperado este momento, Thor. Acércate, pelea hasta tu último aliento. Luego, Mewni
será mío.” Fluttershy no estaba ni cerca de querer soportar las palabras de Cul. “¿Sabes que no
estás en Mewni?” Él se detuvo un momento a pensar, como si de verdad no supiera. “No importa.
Acabaré…” “No, estás en la Tierra.” Ella estaba muy fuera de sí misma. No estaba siendo la chica
amable y miedosa que es normalmente y sinceramente entiendo que no sea una buena persona
con él. “Y la Tierra es el mundo de mis amigas. Tú las has hecho sufrir tanto estos últimos días, así
que ni creas que voy a perdonarte por eso, ¡Pesado viejo decrepito!” Desmoralizado al ver que su
oponente no sentía miedo, Cul tuvo que recurrir a su fuerza bruta para intentar derrotarla.
Si bien el resto de los Dignos estaba derrotado, La Serpiente aun tenía una gran fuerza y un letal
dominio de su propio martillo, dos cosas en las que definitivamente superaba a Fluttershy. Ni uno
de nosotros estaba en condiciones de ayudarla; la mayoría estábamos cansados, mientras que Star
estaba simplemente desaparecida, El Muki había destruido mi traje y Applejack perdió una pierna.
Solo podíamos darle nuestro total apoyo y confianza desde lejos.
Aún con la magia de la amistad de su lado, Cul logró derrotar a Fluttershy. No la mató ni mucho
menos la dejó inconsciente, pero fue capaz de darle un terrible golpe al Mjolnir que acabó
destruyéndolo, para luego darle un empujón a Fluttershy que la tiró al suelo. Ella estaba indefensa
frente a La Serpiente. “Serás una jovencita, pero morirás de todas formas.” Pese a todo, ella aún
tenía una enorme confianza en sí misma. “Te dije que no te lo perdonaría.” Cul la ignoró y levantó
su martillo para darle el golpe final. De pronto, la torre completa tembló y él perdió el equilibrio.
Cuando se levantó, cientos de pájaros comenzaron a picarle los brazos hasta que soltó su arma y
en seguida un verdadero ejército de ardillas se le subió encima, inmovilizándolo para arañarlo.
“¡Suéltenme, roedores inmundos!” “¡Mírate, Cul! Unas adorables ardillas te derrotaron.” Le decía
Fluttershy mientras algunos pajaritos se apoyaban en ella para ser acariciados. “¡No! Nadie puede
derrotarme. ¡Soy la encarnación del miedo!” “¿Crees que alguien te tiene miedo ahora?” Me
hubiese encantado ver esa escena con mis propios ojos. Fluttershy estaba siendo abusiva,
denigrante y casi despiadada. Cul, por su parte, estaba desamparado y lleno de impotencia.
“Todos conocerán tu historia. Me asegurare de que cada dimensión sepa que La Serpiente fue
derrotada por una niña indefensa y sus ardillas. Nadie nunca más te tendrá miedo.”
Cul, que aún no estaba listo para rendirse, tomó la forma de una enorme y esta vez literal
serpiente, zarandeándose a las ardillas de encima. “Yo soy Cul Johansen, líder de los Dignos…” “¡Ya
estoy harta de escucharte decir eso!” La mirada decidida de Fluttershy penetró hasta lo más
profundo de su ser, haciéndole sentir algo que, irónicamente, jamás había experienciado. Miedo.
Ni su amenazante forma animal podía intimidarla y lentamente su fuerza se fue desvaneciendo
junto a su tamaño, hasta quedar reducido a un gusano sin dientes, mientras que la torre que había
erguido en el centro de la ciudad lentamente descendió hasta desaparecer. Fluttershy tomó a Cul
y se lo acercó a uno de los pajaritos que tenía en su hombro. “¡No! Niña, te lo ruego, ten piedad.”
Volviendo a su amable ser, ella decidió meterlo en un frasco con hoyitos en la tapa.
La batalla había terminado y con ella la amenaza de los Dignos y Cul Johansen. Nuestras amigas, ya
libres de espíritus malignos, seguían inconscientes. Solo quedaba esperar a que despertaran en lo
que toda la ciudad aplaudía nuestros actos de heroísmo.
“Lo logramos, Pinkie. Salvamos al mundo.” Le dije mientras dejaba caer una lágrima sobre su cara
durmiente. Luego de haberla abrazado con fuerza, la llevé en brazos hasta dónde estaba
Fluttershy, quién, para mi sorpresa, no estaba sola. Aunque esperaba que estuviera con las chicas,
la sorpresa es que la acompañaban dos desconocidos y un puñado de malas noticias.
“¿Cómo qué destruir la Tierra?”
Capítulo 22, Hasta el final
“El pueblo de Mewni está muy agradecido con que hayan derrotado a Cul Johansen…” Dijo una de
las dos personas que hablaban con Fluttershy. Era un hombre ya adulto pero media la mitad de lo
que media ella. La otra persona era una mujer madura sin problemas de estatura, pero se veía a
kilómetros que podía ser desagradable. “… sin embargo, la Tierra también ha sido el epicentro de
varias rupturas dimensionales, al punto de preocupar a la gente no solo de nuestro reino, sino
también de varias otras dimensiones. Es por eso que para asegurar el futuro de los multiversos, la
Tierra deberá sacrificarse.” No. Eso nunca. Debería decir esa parte en voz alta. Vamos de nuevo.
“No. Eso nunca.” Dije interrumpiendo su monólogo. “Primero gente de su dimensión se robó una
barita mágica aquí y amenazó a la gente de mi escuela…” La mujer se sorprendió bastante cuando
mencioné eso. “… y luego un lunático también de su dimensión casi destruye nuestro mundo y por
poco perdemos a nuestras amigas, ¿y somos nosotros los que tenemos que pagar?” Ambos
personajes se veían apenados por mi respuesta, pero el enano estaba decidido. “Es cierto que su
dimensión ha sido víctima de ataques provenientes de la nuestra, pero deben entender que…”
“No, River, debe haber otra forma.” Le dijo la mujer, interrumpiéndolo. “Pero Moon…” Pasaron
unos segundos sin que dijera nada y entendí que en verdad no había pensado en otra manera de
resolver las cosas. “Señor…” “Pink. Pink Nacho.” “Señor Pink, en verdad lamentamos todo lo que le
ha ocurrido, pero…” Tuve que interrumpir a Moon y su falsa piedad. Al menos a mi me pareció
falsa. “Basta de peros. Me niego a dejar que destruyan mi mundo.” River volvió a tomar iniciativa y
se puso entre Moon y yo con una solución… bueno, otra solución, mejor dicho.
“Ese es el espíritu, niño.” ¿En serio? Pensé que querer evitar morir era algo muy normal. “Es cierto
que lograron derrotar a Cul, así que les propongo algo. Si pueden probar que son capaces de
detener las rupturas dimensionales y de detener a las amenazas que podrían salir de ellas, no
destruiremos su planeta.” No será el mejor trato de la historia, pero no creo tener más alternativa.
“¿Cómo lo probamos?” “Es fácil, niño...” River se rompió la ropa, quedando en un taparrabos
hecho con maleza que apenas cubría lo que debía cubrir. Moon se tapaba la cara de vergüenza.
Asumo que si ella está con él y tolera todas las tonterías que ha hecho desde que están aquí, es
porque están casados. “Tienen que derrotarme en combate.”
¿Tienen? Fluttershy había perdido su martillo en la pelea, Pinkie estaba inconsciente y el resto o
está en las mismas condiciones que Pinkie o no están y punto. Así que cuando dice tienen, solo se
refiere a mí. Yo también estoy agotado por la pelea, pero… “Prefiero morir de pie que vivir
arrodillado.” Pensándolo bien, si no hago nada moriré de todas maneras. Mala frase heroica. De
todas formas, si nosotros derrotamos a los Dignos y ellos no, ¿qué tan difícil podía ser?
River sacó una gran lanza que guardaba en su barba y se puso en posición de combate. “Cuídala
por mí, ¿sí?” Le pedí a Fluttershy mientras le entregaba el cuerpo inconsciente de Pinkie. Yo me
quité la polera en señal de virilidad o algo así y también me preparé para pelear. Con el pelo
tomado usando la pulsera que Pinkie me regaló aquella vez, cubrí mis puños con rocas y esperé a
que River hiciera el primer movimiento para saber que la segunda batalla por el destino de la
Tierra en menos de una hora había comenzado.
Creo que él también estaba esperando que yo me moviera. Se lo pregunté. “Oh, sí, estaba
esperando justamente eso.” Vaya, que amable. Los dos saltamos a la acción al mismo tiempo y
comenzamos a pelear. River mostraba un tremendo dominio de su arma y del combate en general,
mientras yo hacía espacio entre los dos usando mis poderes para evitar ataques cuerpo a cuerpo.
Aunque mi estilo funcionó por un buen rato, mientras que River descansaba su trasero en lo que
nosotros deteníamos las amenazas de su dimensión, mi pelea contra Pinkie me había dejado
demasiado cansado y estaba comenzando a sentirlo nuevamente. Me costaba levantar piedras
pesadas y River aprovechaba para cerrar la distancia y darme golpes con su lanza que yo a duras
penas podía esquivar. El agotamiento pudo conmigo y fui herido por un ataque que me dejo una
cicatriz en el pecho que, en el hipotético caso de que logre sobrevivir a esta pelea, de seguro se
verá bastante sexy en el futuro. Habiendo conectado un ataque, River no se detuvo y me lanzó al
suelo con el mango de su lanza. “No voy a matarte, Pink. Ya has demostrado una enorme valentía
al enfrentarme así.” Me dijo mientras me estrechaba su mano para poder levantarme.
“¿Entonces…?” “No, aun destruiremos la Tierra.” Aparte su mano de un golpe, rechazando su
oferta. “No lo hagas más difícil, niño.” Se veía decepcionado por saber que yo no me rendiría tan
fácilmente. “Mientras quede la más mínima brasa en la barbacoa de la justicia…” Mírate, estas al
borde de la muerte y sigues diciendo estupideces. Es lo que Pinkie Pie ve en ti, según Applejack.
Y si voy a morir, voy a hacerlo sabiendo que Pinkie estaría orgullosa de la persona en la que me he
convertido; porque ha sido gracias a ella. “¿Qué estabas diciendo?” “Ya perdí el hilo. Creo que era
algo con que no pienso rendirme.” Ya de pie una vez más, no tenía idea de cómo le iba a ganar.
Me tambaleaba de lado a lado y me era muy difícil mantener el equilibrio. River tomó su lanza con
ambas manos y se preparó para darme una estocada mortal, la cual traté de detener levantando
un muro de rocas; pero no pude. No pude porque algo más lo detuvo, un enorme puño que vino
desde la distancia. Eso solo podía significar una cosa.
“¡Pinkie Pie!” “¡Nacho! Lo siento mucho, levantar ese martillo fue lo único que se me ocurrió…
¿Funcionó? Si estamos vivos es porque funcionó, ¿no?” La abracé con fuerza mientras le decía que
sí, evitó que nos muriéramos. Parecía no recordar nada de lo que pasó entre medio, lo que incluye
matar a Vera Lynn y mi petición de matrimonio. “¿Cuál es el rollo con ese tipo?” Dijo apuntando a
River, que se estaba levantando de nuevo. “Ah, él. Va a destruir la Tierra si no le gano en una
pelea.” Que Pinkie estuviese ahí me ayudaba a decir eso sin que sonara tan serio. “Eso no es
bueno, nosotros vivimos en la Tierra.” “Exacto. Así que tengo que…” “No, Nacho. Tenemos que
darle una paliza.” La verdad es que River no especificó que sería una pelea uno a uno. Aunque en
mi estado actual poco o nada podría ayudarla.
“No digas eso, Nacho.” No he dicho nada. “Lo estabas pensando. ¿Crees que puedo hacer esto
sola?” Sinceramente sí. Me miró algo enojada cuando pensé en eso. “Pinkie, si estamos en esa
escena de Mini Espías 2 dónde se leen las mentes porque sí, quiero que me lo digas.” Ella comenzó
a reírse incontrolablemente. “Me hiciste recordar que en tus fotos de pequeño te pareces al actor
de esa película.” Seguía riéndose de semejante mentira. Yo no me parecía a Juni. Yo no me
parezco a Juni. “Ah, lo siento amor. Extrañaba tenerte cerca.” No sé como hace para siempre
lograr que me sonroje así de fácil. “Yo también te extrañaba, Pinkie. Y te extrañaré mucho más si
no le damos una paliza a este tipo.” Los dos nos miramos y sonreímos. No hacía falta que
dijéramos nada. Supongo que es porque ella parece saber todo lo que estoy pensando.
En lo que River se levantaba, Pinkie llevó su brazo a su boca y comenzó a soplar, inflándolo por
completo como en ese episodio en el que Bob Esponja tenía brazos falsos. Hizo lo mismo con el
otro brazo y salió corriendo a darle un, literalmente, enorme golpe en la cara. Retrayendo ambos
brazos sobre sí mismos como resortes, lanzó dos puños con una tremenda fuerza que hizo
retroceder a River varios metros antes de ser detenido por la magia de Moon.
“¡Suficiente!” No sé si se refería a nosotros o a River. “Pero Moon, hicieron trampa.” “No estamos
haciendo trampa. Estamos haciendo las cosas como las hacemos en la Tierra.” Dijo tomando mi
mano con su enorme brazo lleno de aire. Aunque se veía como un globo, apretaba como la boca
de un cocodrilo. “Pinkie, mi mano…” “¡Juntos!” Supongo que esperaba que nos rodeara la magia
de la amistad cuando dijo eso. No pasó. “River, no están haciendo trampa, están defendiendo su
dimensión. Y como claramente no funciona a tu manera…” Lo dejo caer al suelo luego de tenerlo
levitando todo este tiempo y se acercó a nosotros. “Probaremos a la mía. Les ofrezco un trato.
Existe una posibilidad de que junto a la Alta Comisión de la Magia logremos sellar todos los
portales que llevan de esta dimensión a cualquier otra.” ¿La Alta qué? No importa, sonaba mejor
idea que seguir con esta pelea, o eso le pareció a Pinkie. Yo aún tenía una duda que aclarar.
“Espera, Pinkie.” Le dije antes de que le diera la mano para sellar el trato. “Cuando dice todos los
portales, ¿se refiere a literalmente todos?” Con eso me refería al portal que hay a Equestria en el
patio de CHS. Si ese portal estaba en la lista, me iba a negar rotundamente. “Sí, me refiero a todos.
La Tierra dejaría de estar comunicada con cualquier otra dimensión.” No sé si Pinkie entendía a lo
que yo quería llegar, pero no importaba. Nuestra dimensión ha sido atacada por otras más veces
de las que puedo contar, es cierto, pero también ha sido salvada casi la misma cantidad de veces
por los esfuerzos conjuntos entre nosotros y de la gente de Equestria. Ponis de Equestria, como
sea. Y sé que no soy el único que tiene amigas allá, así que no estoy dispuesto a sacrificarlo. Es la
segunda vez hoy que pienso en cosas que debería decir en voz alta. “Me temo que no estás de
acuerdo, Pink Nacho.” Dijo ante el silencio en el que yo estaba mientras pensaba en lo que acabo
de pensar. “En absoluto, Moon.” Ella dio un suspiro de genuina decepción. “Entonces tendremos
que hacerlo por las malas.”
Y por las malas se refería a la manera de River, solo que esta vez ella lo ayudaría. No se veía como
el tipo de persona a la que le gusta pelear, pero claramente no es de las que da su brazo a torcer.
Por suerte, nosotros tampoco. Por mala suerte, Pinkie me tenía malas noticias mientras sus brazos
hacían un ruido chistoso. “Pinkie, ¿qué está…?” Ese ruido era sus brazos desinflándose para
volverse adorables y delgados como siempre. “Ups. Perdón, no podía mantenerlos así por más
tiempo.” Oh, grandioso. Cuando volteé a ver a nuestros enemigos, Moon se veía muy diferente.
Tenía seis brazos, para empezar. Doble grandioso.
“Esto es malo.” Dijo Pinkie viendo a los otros dos bastante serios. “Bueno, al menos nos tenemos
el uno al otro.” “Ten un poco de fe, decía que es malo para ellos.” Su optimismo me alegraba
bastante, como siempre. Yo también estaba seguro de que podíamos ganarles si estábamos
juntos. Codo a codo, ambos miramos al frente, sabiendo que el otro estaba sonriendo y saltando a
la acción nos decidimos a cumplir finalmente nuestra Pinkie Promesa.
Subestimamos la fuerza de Moon y por un largo rato ella junto a River nos estaban dando una gran
paliza. Quiero decir, con optimismo y todo, seguía demasiado cansado y Pinkie acababa de
despertar de otra pelea. Claramente eso no nos iba a detener, ni a ellos tampoco.
“Ustedes pueden.” Nos gritó Fluttershy desdé donde estaba. Gritó dentro de lo posible para ella.
Si bien ella no es la mejor animadora, era bueno saber que teníamos algo de apoyo. “¡Patéenles el
trasero, Nacho, Pinkie!” Eso sí fue un grito de apoyo. Rápidamente, porque estaba peleando, miré
a ver de quién era el grito y fue cuando la vi y casi lloré de la emoción. Era Rainbow Dash, quién
traía a Applejack sobre su hombro. “¡Prometiste que todas volveríamos a estar juntas!” A Jackie le
molestaba algo que ella gritara tan cerca de su oído, pero a nosotros dos nos llenaba de ánimo. Y
no solo ellas dos estaban ahí. Rarity, Twilight, Sunset, Lemon, Starlight, El Muki y Timber estaban
ahí, alentándonos. No debían tener idea de por qué es que estábamos peleando, pero nos
alentaban de todas formas. Y no solo ellos; la Directora Celestia, la Vicedirectora Luna, los alumnos
de CHS, los de Crystal, la hermana de Timber, el departamento de policías, la Alcaldesa Mare y
hasta mi secretaria Vivian estaban ahí. Libres del miedo en el que La Serpiente había inundado la
ciudad, todos se habían reunido dónde antes estaba su torre, expectantes a que diéramos un
espectáculo. Ojalá estuviesen igual de animados para echarnos una mano, sobre todo las que sí
son super heroínas. Porque no creo que estén pensando que es un momento épico en el cual
nosotros dos tenemos que lucirnos y cumplir nuestra promesa, ¿no? A quién engaño.
Gracias a su apoyo verbal, sentimos algo que al menos yo no sentía hace mucho. La Magia de la
Amistad nos llenó a ambos, haciéndonos crecer las orejas y las colas (les digo colas porque así las
llaman ellas, en verdad solo es más pelo) que hasta ahora solo me habían salido una sola vez,
cuando nos unimos como equipo. “¿Estás pensando lo mismo que yo?” Me preguntó Pinkie,
viendo que nos habíamos transformado. “Sé exactamente lo que estás pensando.” Ambos
esperamos al otro para decirlo como la cursi pareja que somos. “¡Ataque tándem!”
Moon y River se habían detenido por un momento mientras eran cegados por todos los arco irises
de nuestra transformación, pero no se dejaron intimidar y volvieron a acometer contra nosotros.
Pinkie inhaló una gran cantidad de aire y yo levanté un gran pilar de piedra justo debajo de Moon
cuando estuvo cerca, lanzándola al aire. Cuando River saltó para atacarme, Pinkie se puso enfrente
y con su cuerpo inflado como un globo, lo hizo rebotar, golpeando también a Moon y haciéndolos
subir aún más alto. Mientras Pinkie enrollaba su cuerpo, tomé sus dos manos y luego de guiñarme
un ojo, ella exhaló todo el aire mientras se desenrollaba, elevándolos a los dos y lanzándome aún
más alto que los otros dos. Aprovechando el vuelo y la rotación, ella desencadenó una verdadera
tormenta de puños contra los dos a una velocidad increíble.
Mirando desde arriba a Pinkie darles una paliza, comencé a caer con toda la aceleración de esas
ecuaciones que nadie usa en la vida real. Con mi mano derecha lista para dar el puño de mi vida,
pasé cinco segundos completos pensando en que gritar cuando estuviese listo. Es una oportunidad
única, estoy golpeando a dos reyes de otra dimensión después de todo.
Este mi momento. Nuestro momento. Pinkie y yo sonreíamos, sabiendo que lo que comenzó hace
alrededor de un año iba a… No, no iba a terminar. Cumplir nuestra promesa no significa que
dejaremos de hacer lo posible por salvar al mundo. Significa algo que he sabido desde el principio;
ella me importa más que cualquier cosa. Y por tanto pensar en ella casi pierdo mi momento.
“¡Falcon… PUNCH!” Grité a todo pulmón mientras mi puño en verdad se prendía en fuego. Me
preocuparé de eso luego. Lo que importa ahora es que los dos cayeron con un gran impacto al
suelo, dejando un cráter considerable. Pinkie y yo nos tomamos las manos en el aire mientras ella
se estiraba para detener nuestra caída. “¡No nos obliguen a repetirlo…!” “¡…Porque lo haremos!”
Hubo un silencio de unos dos segundos. “Creo que están inconscientes.” “Si, tiene sentido. ¡Les
dimos una tremenda paliza!” Dijo Pinkie para luego abrazarme. Segundos después, el resto de las
chicas vinieron a abrazarnos también. Les explicamos por qué estábamos peleando contra ellos
dos y luego tuvimos que explicarles que pasó mientras estaban poseídas. Ellas no recordaban
nada, y eso me hizo recordar algo a mí.
“Pinkie… ¿de verdad no recuerdas nada?” Sabía que me pediría ser más específico, así que lo fui.
“¿De nuestra pelea?” “Oh por dios. ¿Peleamos? Nacho, yo, lo siento mucho, yo…” Tartamudeaba
más que yo. “Pinkie, tranquila. Estabas feliz de pelear conmigo.” No se veía muy feliz ahora, la
verdad. “Y yo también, siendo sincero. Es como si los dos creyéramos que estábamos haciendo
algo juntos, como siempre. Pinkie, estoy perdiendo el punto.” Le recordé mi grandioso plan de
usar la magia de la amistad para traerlas devuelta. “En un momento, dije algo que te hizo volver
totalmente en ti misma. ¿En verdad no lo recuerdas?” Negó con la cabeza. Mi corazón latía muy
rápido y ahora yo tartamudeaba más que ella. “Nacho, basta de rodeos, nos estás matando aquí.”
Dijo Applejack, esforzándose para darme un empujón que me acercó aún más a Pinkie. “Lo que
dije fue…” “Pink Nacho. Pinkie Pie.” No, no ahora. No cuando estoy así de cerca.
“Ustedes dos han demostrado ser más que capaces de proteger este planeta.” Dijo River mientras
se levantaba, bastante adolorido. “No solo eso, sus amigas también han luchado por defender su
dimensión…” “Atatatatatata, tiempo. Estoy en medio de algo aquí.” Con mis manos haciendo una
T, interrumpí a Moon y a River en su discurso de darnos la victoria. “¿Más importante que haber
salvado la Tierra?” “Totalmente, sí. Es… es lo más importante para mí, de hecho.” Me di vuelta
para mirarla de nuevo. “Pinkie Pie. Sé que cumplimos nuestra promesa y mi sueño y todo eso,
pero… ¿Recuerdas que ese mismo día dije que tenía otro sueño?” “Claro, dijiste que algún día me
lo contarías, pero sigo esperando.” Creo que esas fueron mis literales palabras; significa que en
verdad la he hecho esperar. Eso se acabó.
“Mi otro sueño… no, mi real sueño, es casarme contigo, Pinkie.” Todos se quedaron callados.
Algunas suspiraron, Rarity se desmayó y Pinkie estaba roja. “N-n-nacho, yo, esto…” Era como el día
que la conocí, si nuestros papeles se hubiesen invertido. Ahora es ella la que transpira, tartamudea
y balbucea sin sentido. “A quién engaño, por su puesto que acepto.” Dijo libre de cualquier indicio
de nervios, devolviéndome mi papel de socialmente ansioso. Aunque, en retrospectiva, viendo a
todas mis amigas aquí reunidas, la gente que he conocido en el camino y sobre todo a mi futura
esposa frente a mí, me doy cuenta de que no soy tan inepto como creo. Todo gracias a ella. “¿Vas
a seguir pensando en tonterías o vas a venir aquí a besarme, adorable y encantador héroe
sudoroso?” Es verdad, ya haré un recuento de mi vida más rato. Nos abrazamos y nos dimos un
gran beso, que se sintió tal cual el primero.
“Niña, en nombre de Mewni creo que…” “¿Por qué siguen aquí? Shu, ya les pateamos el trasero,
vuelvan a su dimensión.” Les dijo Pinkie sin ni un respeto. Los dos reyes se miraron y abrieron un
portal devuelta a Mewni sin decir nada. “¿Sabes, Nacho? Yo también quería pedirte que nos
casáramos.” Dijo mirando a Applejack y a Rarity, quién recién había recuperado la consciencia.
“¿Qué te detuvo? Fueron…” “No, no fueron tus pectorales nada marcados.” Oye. “Quería esperar
a septiembre.” Esa apenas es una razón para retrasar un matrimonio. “¿Por qué? Oh… ¿Es por la
canción?” “Claro, sé lo mucho que te gustan esos detallitos. Y lo mucho que te gusta esa canción.
Como culparte, yo también amo esa canción.” Y yo te amo a ti, Pinkie Pie.
Epílogo
“Vayan al grano, todos aquí sabemos que Nacho y yo vamos a aceptar y tenemos hambre.” Eres
un caso, Pinkie Pie. Aunque tienes razón, el pastel se ve delicioso. Haciéndole caso, los padres de
Pinkie no dijeron más y nos dejaron besarnos para hacerlo oficial. La verdad es que no tiene ni un
sentido oficializarlo, después de todo está claro que nos amamos bastante, pero ella quería una
fiesta. Y que yo usara ropa formal para variar.
Exceptuándonos a Pinkie y a mí, creo que Applejack fue la única que no lloró, pero sé que lo hizo
por dentro. Cuando terminó nuestro beso y nos distanciamos para mirarnos a los ojos, juro que los
vi, aunque haya sido por unos segundos. Mis padres estaban ahí, justo atrás de Pinkie,
sonriéndome como nunca los había visto hacerlo. Ahí fue cuando yo lloré. “Ellos están orgullosos
de ti, nene.” “En serio, ¿cómo es que siempre sabes en que estoy pensando?” “Te conozco mejor
que nadie. No, eso no. Te conozco mejor que a nadie. Además, no se me ocurre por qué más
llorarías en un momento así excepto, no sé, por ver una película de Disney.” Me reí porque sabía
que tenía razón. En todo: lo de que me conoce, lo de Disney y sobre mis padres.
Antes de que se lo pregunten, sí, la boda fue en septiembre. Hubo comida mexicana porque a
Pinkie le recordaba mi nombre y el guacamole no tenía tomate. No tengo que explicar por qué.
Usar ropa formal no era tan incomodo como creía y Pinkie se veía adorable en el vestido que le
hizo Rarity, aunque sinceramente la prefiero en su traje de super heroína. Y hablando de eso,
luego de que todo Canterlot nos viera derrotar a los Dignos, a la Alcaldesa no le costó nada abolir
la ley que hacía ilegal que hubiera más como nosotros. No hay nadie más como las Super Stars,
pero eso es un detalle. El punto es que claramente no íbamos a disolver el equipo.
“¿Aun nada?” Preguntó Dashie ansiosa. “Rainbow, relájate. Disfruta la vida.” “Para ti es fácil
decirlo, tienes unos dos meses más en cama todavía.” Applejack aún sufría por su pelea contra
Rainbow esa vez. “¿Gracias a quién?” “Ya aclaramos que no estaba consciente.” Jackie solo frunció
el ceño. “¡Rainbow Dash!” “¿Encontraron algún trabajo para nosotras?” “No. Deja en paz a
Applejack, tiene que descansar.” Ella dio un suspiro de enojo y salió corriendo al primer piso,
mientras Rarity entraba a la habitación con una sopa. “Gracias, Rarity.” Ella dejó el plato en el
velador y acarició la cabeza de Applejack. “De nada, querida.”
“¿Te dijo que disfrutes la vida?” “¿Y que dejes de molestar a Applejack?” Su silencio respondió lo
suficiente. “Tiene razón, mira a Fluttershy y a Twilight.” Le dijo Sunset, apuntándolas. “Fluttershy
perdió su martillo, no tiene nada mejor que hacer.” “Oye…” “Yo estoy tranquila porque Timber no
podría soportar una novia super heroína.” Dijo Twilight riéndose mientras se burlaba de Timber.
Aunque Rainbow tenía un punto. El equipo está muy corto de personal ahora que Fluttershy no
tiene su martillo, Applejack está lesionada, Twilight prefiere una vida menos agitada, Starlight
volvió a Equestria, El Muki destruyó mi traje y Star aún está desaparecida. En cuanto Pinkie y yo,
estamos en nuestra luna de miel, por supuesto. Pero nada de cruceros bonitos u hoteles caros y
definitivamente no a Equestria; saben que odio ser un poni. Fuimos vagando en busca de
respuestas. Mis poderes definitivamente no son magia y estaban evolucionando. Además de
mover piedras, ahora podía lanzar fuego. Era genial y lo quería entender, no como cierta chica que
es genial y no puedo entender. Al final, solo me importa una cosa. Que ella este a mi lado.
“Gracias, Pinkie Pie.”