Dialogo Entre Masones
Artículos Masónicos Seleccionados
Año 5 - N° 59
Noviembre 2018
Herbert Oré Belsuzarri
Mario López Rico
Vicente Alcoseri
Julio Villarreal III
- Salario de maestro…………………………………………….3
- El simbolismo iniciático de la masonería……………..9
- Los templos en Jerusalén………………………………….23
- Interpretación y descripción de la piedra cubica
piramidal…………………………………………………………45
- El secreto de la bandera masónica universal………56
- La entrevista de los masones San Martín y Simón
Bolívar en Guayaquil………………………………………..90
La revista agradece la difusión de los artículos
publicados, mencionando la fuente y la autoría.
Valle de Lima Noviembre 2018
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SALARIO DE MAESTRO
Anonimo
. . . viajar en países extranjeros y recibir salarios de maestros.
Nuestros hermanos Operativos recibieron sus Salarios de Maes-
tros en moneda del reino.
Los especulativos se contentan con salarios intangibles, y oca-
sionalmente algunos tienen dificultades para explicarle al ini-
ciante que se pregunta, que era realmente los sueldos de los
Maestros.
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El primer derecho del que cualquier iniciado es consciente
es pasar al Solador y asistir a su Logia, en lugar de conducirlo a
través de la puerta oeste como un paso preliminar para la inicia-
ción. Por un tiempo, este derecho de mezclarse con sus nuevos
hermanos es tan fascinante que no busca más sus Salarios de
Maestros. Más tarde se entera de que también tiene el derecho
de visita a otras Logias, a pesar de que es un derecho cubierto
con restricciones. Él debe estar en buena posición para ejercer-
lo. Se le negará si algún hermano objeta su visita. Si no está afi-
liado, en la mayoría de las jurisdicciones, puede ejercerlo una
vez en cualquier Logia.
Si se ha programado un negocio privado (como la elección de
oficiales o un juicio de logia, etc.), el Maestro de la Logia que
visita puede negarle la entrada. Pero, en general, este derecho
de visitar otras Logias es una parte muy real de lo que puede
denominarse sus salarios de Maestros concretos, y muchos son
los masones que encuentran en ello una cura segura para la so-
ledad en lugares extraños; que piensan en la oportunidad de
encontrar acogida y amigos donde de otro modo estarían solos,
como salarios de carácter sustancial. Las oportunidades de ver
y oír las bellas ceremonias de la masonería, de quitarles una vez
más una nueva idea, son salarios que no deben ser recibidos a
la ligera. Para él, con los oídos abiertos y la mente inquisitiva,
los títulos conducen a un mundo nuevo, ya que la familiaridad
con el ritual proporciona la clave con la que puede leer un sinfín
de libros sobre la masonería.
La Orden tiene una historia gloriosa; un simbolismo cuyo es-
tudio es interminable; una curiosa estructura legal de la cual los
hombres con mentalidad de ley nunca se cansan está tan entre-
tejida con la historia de la nación como para hacer la emoción
reflexiva; une las manos con la religión en los lugares secretos
del corazón de una manera tierna y conmovedora. Estos países
extranjeros no tienen puerta ni guardia en la frontera. . . el Maes-
tro Mason puede cruzar y entrar a su voluntad, seguro de los
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salarios dondequiera que vaga dentro de sus fronteras.
Los salarios de los maestros se pagan a conocidos. A menos
que un Maestro Mason recién formado sea tan tímido y retraído
que busque la esquina más lejana de su Habitación de la Logia,
para sentarse y encogerse, inevitablemente se familiarizará con
muchos hombres de muchas mentes, siempre una adición inte-
resante a la alegría de la vida. Lo que hace con sus conocidos
es otra historia, pero al menos los salarios están ahí, esperán-
dolo. Ningún hombre honesto asegura su casa pensando que
se quemará, pero la póliza de seguro en la caja fuerte es una
gran comodidad, vale la pena todo lo que cuesta. Ningún hom-
bre honesto se convierte en masón pensando en pedir ayuda a
la Artesanía.
La masonería no es, una organización de ayuda. No existe sim-
plemente con el propósito de dispensar caridad.Tampoco tiene
grandes fondos con los cuales trabajar sus gentiles ministracio-
nes a los pobres. Los honorarios son modestos; las cuotas son a
menudo demasiado pequeñas en lugar de demasiado grandes.
Sin embargo, para el hermano que se va y viene, que no tiene
carbón para el fuego, no tiene comida para su hijo hambrien-
to, a quien el repentino desastre amenaza, el brazo fuerte de la
Fraternidad se extiende para hacer retroceder el peligro. El frío
se calienta, se alimenta al hambriento, se viste al desnudo, se da
trabajo al desempleado, se alienta a los desanimados.
Salarios de los Maestros, seguramente son mucho más gran-
des que el esfuerzo puesto para ganarlos.
El alivio no se limita a la propia Logia de un hermano. En la
mayoría de las jurisdicciones hay un hogar masónico, en el que,
por fin, el cuerpo cansado de un hermano puede descansar, sus
pies cansados dejan de vagar. Ningún francmasón que haya vi-
sitado el hogar masónico y que haya visto a viejos hermanos
y sus viudas deja de ayudar, para bajar la última colina larga
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en paz y comodidad; los hijos de los masones bajo influencias
amistosas, aseguran el lanzamiento seguro de pequeños barcos
en el mar de la vida; sale agradecido de que haya un refugio
para él, si lo necesita, incluso si espera nunca pedir su ayuda.
Varado en un lugar extraño, a ningún francmasón le preocupa
recibir ayuda. En todos los centros grandes hay una Junta de
Alivio Masónico para escuchar su historia, investigar sus cre-
denciales y comenzar la maquinaria por la cual su Logia puede
ayudarlo. En lugares más pequeños es casi invariablemente una
Logia con hermanos contentos de escuchar atentamente sus
problemas. Para el hermano en dificultad en un país extranjero,
la capacidad de probarse como un francmasón es, en verdad,
Salarios Maestros. La masonería es fuerte en defensa de los in-
defensos. La viuda y el huérfano solo necesitan pedir una vez
para recibir la recompensa.Todos los hermanos esperan apoyar
a los suyos, proveer para sus seres queridos, pero la desgracia
llega a los justos e injustos por igual. Ser uno de una hermandad
mundial a la que la viuda y el niño pueden llamar es de una co-
modidad incalculable, los Maestros Salarios son más preciosos
que la moneda de oro. Finalmente es el derecho del entierro
masónico. En casa o en el extranjero, es seguido a su último ho-
gar por hermanos dolientes que lo acostaron bajo el mandil de
la artesanía y la ramita de Acacia de esperanza inmortal. Esto
también es Salarios de un Maestro.
Pague a la Artesanía sus salarios, si corresponde. . . Para algu-
nos, los salarios prácticos brevemente mencionados anterior-
mente son los pagos importantes para un trabajo de masones.
Para otros, las oportunidades más intangibles, pero no menos
queridas, de dar, en lugar de obtener, son los salarios de los
maestros que los cuentan.
Grande entre estos es la oportunidad de ayuda para el ser-
vicio. El mundo está lleno de oportunidades para los demás, y
ningún hombre necesita solicitar una Logia Masónica solo por-
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que quiere una oportunidad de hacer a los demás lo que otros
le harían a él. Pero la masonería ofrece oportunidades peculia-
res a talentos inusuales que no siempre se encuentran fácilmen-
te en el mundo profano.
Siempre hay algo que hacer en una Logia. Siempre hay comi-
tés para ser atendidos, y el trabajo del comité generalmente es
un trabajo ingrato. Aquel que no puede encontrar su pago en la
satisfacción de una tarea bien hecha no recibirá salarios princi-
pales por sus trabajos en los comités de Logia.
Hay hermanos para ser enseñados. Aprender todo el trabajo
es una tarea del hombre, que no debe realizarse a toda prisa.
Sin embargo, vale la pena hacerlo, y al instruir a los oficiales y
candidatos, muchos Masones han encontrado una alegría silen-
ciosa que es la de los Salarios de los Maestros, presionados y
atropellados. El servicio lleva a la posibilidad de nombramien-
to o elección a la línea de oficiales. Hay poco que decir sobre
los salarios de los Maestros que esta oportunidad paga, por-
que solo aquellos que han ocupado la Cátedra Oriental saben
lo que son. Se puede contar la evidencia externa de la expe-
riencia, pero la experiencia espiritual interna es inexplicable
porque las palabras no han sido inventadas. ¡Pero los Maestros
Pasados lo saben! A ellos se les otorga una moneda especial de
Salarios Maestros que solo un Venerable Maestro puede ganar.
Pregúntale a cualquiera de ellos si no pagan bien por el parto.
Si los Logros de Maestros prácticos son conocidos en Logia, el
disfrute de la confraternidad, fusionada en amistad, es el mismo
pago en una forma más grande. Difícil de describir, la sensación
de ser parte de un grupo, la solidaridad del círculo que es la
Logia, proporciona una satisfacción y un placer imposibles de
describir, ya que se puede sentir claramente.
Es interesante conocer a muchos hombres de muchos ámbitos
de la vida; es reconfortante encontrarse continuamente con el
mismo grupo, siempre con el mismo sentimiento de igualdad.
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Altos y bajos, ricos y pobres, mercaderes y cambiadores de di-
nero, banquero y escriba, doctor y excavador de zanjas, todos
se encuentran en el nivel, y encuentran feliz - Salarios Maestros,
valor intraducible en dinero.
Etéreo como un aroma de flor, delicado como el ala de una
mariposa, pero para algunos tan fuertes como cualquier hilo de
la Corbata Mística que todos los francmasones conocen y nin-
guno describe, es esa sensación de ser parte del pasado histó-
rico. Arrodillarse en el mismo Altar ante el cual rezó Antiguos
hermanos; haber asumido la misma obligación que unía a nues-
tros hermanos de las primeras Logias; aprender el Nudo de un
Maestro Comacine; seguir al Maestro en un Collegium Romano;
quedar maravillado ante esos misterios de los pueblos antiguos,
y tal vez ver a un sacerdote elevar el cadáver de Osiris de un ni-
vel muerto a una vida perpendicular; maravillarnos del descen-
so de Inanna al inframundo para retornar más sabio; aprender a
usar los materiales más sencillos, con eficiencia, como hicieron
aquellos constructores de la Torre de Babel. Estas son experien-
cias mentales que no deben olvidarse cuando se cuentan los
salarios de los Maestros. Finalmente, y lo mejor, es la creación
de muchos amigos. Miles de hermanos cuentan a sus amigos
más cercanos y sus más queridos en los rollos de la Logia que
aman y sirven. El Lazo Místico crea amistad Atrae a hombre a
hombre y a menudo reúne a aquellos que de otro modo podrían
haber permanecido a una distancia perpetua. Las enseñanzas
del amor fraternal, el alivio y la verdad; de templanza, fortaleza,
prudencia y justicia; la inculcación del patriotismo y el amor al
país, son experiencias cotidianas en una Logia Masónica. Cuan-
do los hombres hablan libremente esos pensamientos que, en
el mundo exterior, guardan silencio,
Cuente la ganancia por el trabajo bien hecho en qué moneda
parece ser más valiosa; el más querido de los intangibles que se
le presentan a un Maestro Masón son esas amistades masónicas
de las cuales no hay mayores Salarios de Maestros.
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EL SIMBOLISMO INICIÁTICO DE LA
MASONERÍA
Thomas D.Worrel 32°
La masonería continúa una tradición iniciática cuyos comien-
zos se perdieron en la antigüedad. Esta afirmación no puede
ser probada históricamente. Sin embargo, cuanto más estudias
los ritos masónicos y sus símbolos, más te convences de que
estás tratando con algo antiguo, quizás incluso primordial. Re-
sulta claro que esta tradición es mucho más antigua que los co-
mienzos institucionales de Masonería en 1717, más antigua que
los constructores de catedrales y gremios medievales, incluso
más antiguos que el Templo del Rey Salomón o las Pirámides de
Egipto.
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No es fácil definir lo que es la Francmasonería. Cualquier de-
finición sería inadecuada, porque la Masonería tiene un sig-
nificado profundamente individual para cada miembro de la
fraternidad. No se expone ninguna doctrina dentro de la logia;
no hay sermon2s, no hay interpretaciones. A pesar de que las
enseñanzas se incorporan dentro de los ritos, los significados e
interpretaciones se dejan en su mayor parte al candidato, cuya
tarea es integrarlos en su propia vida pasada y futura.
La participación personal de un iniciado con la Masonería
también puede cambiar durante su vida. Para algunos puede
ser simplemente un club social, una institución de caridad o una
forma de promover la educación y las artes y las ciencias. Para
otros, también puede ser una forma de investigar las verdades
más profundas.
El punto básico de entrada a la masonería en los EE. UU. Se
llama Logia Azul. Su función es trabajar los primeros tres gra-
dos: Aprendiz ingresado, Compañero y Maestro Mason. Estos
tres grados inician uno en la fraternidad, transmiten cómo mejo-
rar uno mismo en la masonería y comunican la leyenda central
de la artesanía. Los símbolos, signos, gestos y leyendas de la
Francmasonería se elaboran en dramas rituales cuyo objetivo
aparente es instruir al candidato sobre diversos temas espiri-
tuales.
Después de que un hombre se convierte en Maestro Masón,
puede buscar ser miembro de otros cuerpos masónicos, como
los Ritos de York o de Escocia. Los rituales de estos diversos
cuerpos masónicos se presentan en una forma ordenada por la
cual uno avanza por grado. El trabajo de grado está estructura-
do para arrojar más y más luz sobre la tradición del aspirante.
Diferentes cuerpos masónicos son custodios de los diferentes
grados; deben conocer el ritual y representarlo en el momento
apropiado para el beneficio del candidato.
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La Masonería hace uso alegórico de la construcción del Tem-
plo del Rey Salomón, así como Santa Teresita de Ávila usó el
motivo de entrar al “castillo interior”, San Juan de la Cruz habló
del monte ascendente. Carmel, y el cabalista usa la imagen de
escalar el Árbol de la Vida. Un ritual permite al participante ex-
perimentar la verdad de estas enseñanzas. Una mirada seria al
simbolismo masónico revela una verdadera tradición de inicia-
ción.
El simbolismo que se nos presenta a través de imágenes, ale-
gorías, rituales y mitos. El simbolismo masónico consiste prin-
cipalmente en los principios y prácticas de la construcción del
templo. Las herramientas de trabajo de martillo, calibre, ploma-
da, nivel y llana tienen todos significados simbólicos; también
lo hacen las herramientas de diseño de la escuadra y el compás.
El simbolismo es el lenguaje del alma; como tal, podría lla-
marse el “lenguaje angélico”, porque por medio de él el alma
se comunica con su propia naturaleza más profunda. Comuni-
carse con esta naturaleza más profunda es el deber más impor-
tante que se debe a uno mismo. Hay muchos misterios para la
existencia humana, y usamos símbolos para ganar la admisión
a esos tesoros escondidos. La tradición masónica es rica en esta
área; su simbolismo proviene no solo de la civilización occiden-
tal sino también de Oriente. Al discutirlo, debemos recurrir a
fuentes de muchas tierras y de muchas veces.
Dado que la Masonería sigue una tradición en lugar de las en-
señanzas de una sola persona o establece una doctrina, tras-
ciende cualquier organización individual. Tiene puntos de simi-
litud con muchas tradiciones. Tanto la leyenda como el hecho
han colocado a la fraternidad musical en las mismas esferas que
los alquimistas, los rosacruces, los cabalistas y los hermetistas;
las fraternidades de Hermes y Pitágoras; las antiguas escuelas
de misterios; los Esenios; los Comacinos; los Caballeros Tem-
plarios; y, por supuesto, la catedral y los constructores del tem-
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plo. Independientemente de la verdad de estas asociaciones, la
Masonería es una sociedad iniciática cuyo objetivo principal es
salvaguardar los misterios y entregarlos a dignos aspirantes en
edades futuras.
La francmasonería está configurada de tal manera que incluso
la solicitud de membresía se ajusta a su propósito simbólico. El
candidato debe cumplir con ciertos requisitos antes de presen-
tar la solicitud. Debe ser un adulto, y no debe ser un esclavo o
un dependiente. Esto es crucial psicológicamente, y significa
que uno debe poseer un cierto grado de madurez e indepen-
dencia antes de convertirse en Masón.
El candidato también debe solicitar la membresía; no puede
ser solicitado, sino que debe pedir su propia voluntad y acuer-
do. Además de estas calificaciones preliminares, la logia debe
encontrarlo digno de ser admitido; es decir, el candidato debe,
por sus propios esfuerzos y naturaleza, ser una persona recta y
moral.
Psicológicamente, el procedimiento que prepara a uno para
la afiliación masónica corresponde con los primeros destellos
del ego de un destino superior. Este evento en la vida de uno, el
de volverse hacia la Luz, puede compararse con la Anunciación,
cuando el ángel le dice a la virgen: “Tú has sido escogido”. Se
ha plantado una semilla en el alma del aspirante. Este estado es
muy importante, ya que implica un anhelo inicial de una vida
más espiritual. El impulso realmente se origina en nuestro ser
más profundo. En la Francmasonería, se nos enseña que la pri-
mera preparación para la iniciación está en nuestro corazón.
Si el solicitante es aceptado como miembro, debe presentar-
se en la logia. Todo el trabajo de grado (ritual) y el avance se
realizan dentro de la logia o templo. El templo se considera una
réplica del mundo divino, un espacio sagrado. Por lo tanto, debe
reflejar el mundo divino al ser construido a las proporciones de
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lo divino; esta es la razón por la cual la geometría sagrada es un
área de estudio tan importante. Construido para corregir pro-
porciones, el albergue representa el templo ideal y eterno. El
templo es un lugar cualitativamente diferente de otros lugares
en la tierra. Es el centro simbólico del mundo, el lugar donde se
encuentran todos los mundos.
En la Masonería, la logia representa el Templo de Salomón. Se
dice que es de forma oblonga y está situado al este y al oeste.
Su planta baja es un pavimento de mosaico en blanco y negro.
Esto es emblemático del mundo de la dualidad en el que cami-
namos: noche y día, el bien y el mal, el dolor y el placer, el calor
y el frío, y así sucesivamente. Su cubierta es el dosel del cielo.
(Se dice que el nombre “Logia Azul” alude a este dosel).
La logia está dedicada a San Juan, el Bautista y San Juan Evan-
gelista. Las fiestas de estos dos santos están muy cerca de los
solsticios o ex tremes del año, siendo el primero el 24 de junio
y el último el 27 de diciembre. Así, la logia se extiende desde el
amanecer hasta el ocaso y hasta los confines del norte y el sur;
su piso es la tierra y su techo es el cielo.
El primer grado de la Masonería se llama Aprendiz. Este es
un rito de inducción a la sociedad. Algunos de los principales
símbolos e ideas asociados con este grado son: los dos pilares,
el delantal de piel de cordero, los sillares ásperos y perfectos,
la esquina noreste, la idea de mirar hacia el este y las Tres Gran-
des Luces.
Como se nos dice en 2 Crón. 3: 15-17, se colocaron dos co-
lumnas a la entrada del Templo de Salomón. Simbólicamente
representan nuestra experiencia de los opuestos, de donde
emerge nuestra conciencia cotidiana. Lo mismo es cierto para
la conciencia espiritual, aunque a un nivel superior: esta idea
se presenta en el Génesis como el Árbol del conocimiento del
bien y del mal. Al respecto, la serpiente le dijo a Eva: “Porque
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Dios sabe que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros
ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal” (Génesis 3: 5).
Primero debemos atravesar los pilares espirituales, entonces
nuestros ojos se abrirán. Cuando abrimos nuestros ojos, pasa-
mos de la oscuridad a la luz. En esta luz, tomamos conciencia de
la dimensión espiritual de la vida.
El delantal de piel de cordero es uno de los símbolos más co-
nocidos de la Masonería, que representa la inocencia. Uno usa
una plataforma para evitar ensuciarse mientras trabaja. El can-
didato masónico recibe su delantal de piel de cordero después
de su iniciación. De nuevo, esto se puede ver como alusión al
Génesis: después de que Adán y Eva comieron del Árbol del
Conocimiento del Bien y del Mal,“se abrieron los ojos de ambos
y supieron que estaban desnudos; y cosieron hojas de higuera, y
se hicieron delantales “(Génesis 3: 7).
Esta historia también retrata el despertar del hombre a una di-
mensión espiritual: “Seréis como dioses”. . . “El Masón recibe su
delantal al comenzar su búsqueda de la Luz”, al igual que Adán
y Eva formaron delantales en su búsqueda para llegar a ser sa-
bios.
Otros símbolos asociados con la iniciación masónica incluyen
los dos bloques de piedra: el sillar áspero y el perfecto. Estos
son símbolos de transformación. El sillar es la piedra extraída
en su estado rudo y natural. Un sillar perfecto es uno en el que
han trabajado las herramientas del Arte.
El candidato se compara con el sillar en bruto, la “piedra gro-
sera”. Al pasar por la iniciación, es decir, al ser trabajado con las
herramientas del Arte, sufre un cambio en su ser para convertir-
se en el sillar perfecto o “piedra cubica”. “La iniciación acelera
el progreso del candidato en el camino espiritual”. Otro símbolo
en la iniciación masónica es la piedra angular, que tradicional-
mente se coloca en la esquina noreste. La piedra angular es la
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primera piedra colocada en el suelo cuando se coloca la base
de un edificio, generalmente acompañado de alguna ceremo-
nia. Obviamente, entonces, la piedra angular es un símbolo per-
fecto para el comienzo del trabajo de iniciación.
El punto de la brújula del noreste es altamente simbólico, ya
que en el hemisferio norte, el norte ha sido tradicionalmente
visto como el lugar de la oscuridad. El este se conoce como la
fuente de la luz. Por lo tanto, la esquina noreste se encuentra a
medio camino entre la oscuridad y la luz. Podemos concluir, en-
tonces, que la piedra angular en la esquina noreste del templo
simboliza el centro del universo, donde todos los mundos tie-
nen su punto de encuentro. También es el lugar de la logia más
cercano al Venerable Maestro, cuya posición se encuentra en el
este.
La dirección del este es importante en la Masonería, como lo
es en muchas religiones. Se advierte a los masones que miran
hacia el este. El punto donde sale el sol tiene desde el tiempo
más remoto una iluminación espiritual simbolizada. Represen-
ta la fuente de la Luz y, nuevamente, el despertar al mundo es-
piritual. Por lo tanto, el francmasón que busca más luz viaja al
este en su viaje. La idea de anhelar más luz es emblemática de
anhelar más conciencia. Buscamos esa Luz que es la fuente de
nuestra vida.
En la Natividad, podemos ver un paralelo entre la vida de
Cristo y la iniciación masónica. El niño Cristo nace en el entor-
no humilde de un establo, y él es indigente. El candidato a la
iniciación se encuentra en una condición similar. En términos
jungianos, el arquetipo central del Sí mismo no puede expresar-
se a través de la persona a menos que haya suficiente humildad.
Una personalidad que está inflada no tiene espacio para nada
más, especialmente el Sí mismo.
Las “Tres Grandes Luces” de la Masonería son la Santa Biblia,
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la escuadra y el compás; cada logia debe ser provista con estos.
La asociación de la Biblia con la escuadra y el compás en el altar
de la Francmasonería nos recuerda la ubicación de la letra “G”
con estas mismas herramientas como símbolo de la revelación
de Dios. Como he mencionado antes, la simbología masónica
es predominantemente bíblica. Una copia abierta de la Biblia
debe estar en el altar o una Logia no puede iniciar candidatos,
ya que el Libro es una parte indispensable de sus muebles. La
presencia de las sagradas escrituras también muestra una idea
de la psicología humana: el poder de nuestro patrimonio no
debe subestimarse. La Biblia ha sido uno de los fundamentos de
la cultura occidental. Nuestra psicología, como el simbolismo
masónico, está impregnada de temas e imágenes bíblicas.
A pesar de este uso de imágenes bíblicas, la orden no propone
ninguna religión en particular. La Biblia, como los otros muebles
del Templo, es un símbolo. Aunque pueda parecer que la Biblia
es el foco de la Creación para un extraño, sería un error pensar
que su presencia debe excluir otras grandes tradiciones, cuyo
respeto siempre ha caracterizado al espíritu de la Francmaso-
nería. Incluso un examen superficial de los rituales masónicos
revela una profunda influencia de fuentes herméticas, neopla-
tónicas y cabalísticas. Además, a los candidatos se les permite
tener otras escrituras sagradas además de la presente.
El símbolo más público de la Francmasonería es la escuadra
entrelazado con el compás que rodea la letra “G”. En un sentido,
esta imagen también representa la unión de los opuestos. Una
interpretación sostiene que la escuadra representa la tierra y el
compás representa el cielo. Al observar el símbolo completo,
sabemos que la escuadra se usa para hacer ángulos y los arcos
con el compás; “G”, que simboliza la geometría, es lo que los
unifica. El uso de la geometría dentro de las escuelas iniciáticas
es bien conocido. También podríamos decir que mediante la
aplicación de las herramientas del Arte, comenzamos nuestro
viaje hacia los recovecos internos de la Naturaleza, porque las
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herramientas rodean la inicial de una palabra desconocida.
El significado de la “G” todavía se debate en ciertos círculos.
Se ha interpretado de diversas maneras como geometría, Dios,
gematria, y algunas veces simplemente como silencio, porque
en el idioma inglés la “g” a veces es silenciosa, como en “gno-
sis”. Una vez fue equiparada con la letra hebrea yod, que se
considera la base de todas las demás letras del alfabeto hebreo.
Debido a que la palabra yod literalmente significa “mano”, al-
gunas escuelas asocian esta carta con el sentido del tacto, la
base de todos los demás sentidos. Yod es también la primera
letra del Tetragrammaton o nombre de Dios con cuatro letras,
que es, según la tradición judía, impronunciable. Entonces, po-
demos ver fácilmente que este símbolo es particularmente con-
vincente para el Gran Arquitecto del Universo.
La escuadra es una herramienta simbólica que anima a los ma-
sones a aplicar a sus vidas, para “cuadrar” sus acciones. Como
el cuadrado geométrico es un ángulo recto y nos informa de
lo que está en verdadera relación, entonces en cada situación
debemos aplicar el cuadrado, es decir, encontrar la relación co-
rrecta y verdadera allí. Esto implica una ley moral inherente a
toda experiencia.
El compás es una herramienta que anima a los masones a apli-
car simbólicamente circunscribiendo deseos y pasiones. Cir-
cunscribir significa dibujar límites. La acción efectiva es una
disciplina. Demasiados deseos dispersan nuestra energía y nos
permiten no lograr nada. Tiene que haber un enfoque en nues-
tras vidas; tenemos que poder decidir cuál de nuestros deseos
naturales se ajusta mejor a nuestro propósito y, por lo tanto,
debe nutrirse. Obviamente, esto se refiere a nuestra capacidad
de controlar nuestras pasiones naturales. Esta idea no implica
negación; significa más para transmitir la idea de una acción
apropiada.
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Por lo tanto, las Tres Grandes Luces de la Masonería son sím-
bolos guía. La búsqueda de Luz comienza con las Escrituras, las
sagradas escrituras de nuestros antepasados. Pero como la “G”,
que es solo la inicial del nombre de Dios, es solo el comienzo. Si
bien nuestro concepto de Dios tiene sus raíces en la Biblia, este
concepto no puede ser estático; debe ser dinámico. Se expande
a medida que aumenta nuestra capacidad de Luz.
Como el Primer Grado es el portal a los Misterios de la Franc-
masonería, el Segundo Grado habla de los métodos por los cua-
les uno progresa en la ciencia sagrada. En cierto sentido, este
es un rito de integración al trabajo masónico. Uno de los medios
para aumentar nuestra capacidad de Luz se le da a los masones
en el símbolo de la escalera, un motivo central del grado com-
pañero. Más específicamente, el símbolo es la escalera sinuosa
de tres, cinco y siete escalones. La escalera es un símbolo de
ascensión, de ir de abajo hacia arriba. Una escalera conduce
desde una habitación inferior a una habitación superior. Dentro
de un templo, la escalera simboliza un avance o ascenso de un
modo de ser al siguiente. También recuerda la imagen bíblica
de la escalera de Jacob.
Los tres pasos representan los aspectos triples de gran parte
de la Masonería: las Tres Grandes Luces, los tres grados y los
tres oficiales principales. Los cinco pasos aluden a los cinco ór-
denes de la arquitectura, así como a los cinco sentidos. Los siete
pasos se refieren a las siete artes liberales y ciencias, conocidas
en la Edad Media como trivium y quadrivium: gramática, lógi-
ca, retórica, aritmética, geometría, música y astronomía. Obvia-
mente hay más artes y ciencias que estas, pero usar el número
siete es común cuando la intención es abarcar todas las cosas
dentro de su alcance. Pero hay significados más profundos y
más esotéricos implicados en esta enseñanza de aplicarse al
dominio de estas siete artes.
La escalera puede representar tanto un ascenso a lo sagrado
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como un punto de ac-
ceso al misterio de la
muerte. Esta idea nos
lleva a la prueba de la
muerte iniciática, que
encontraremos en el
Tercer Grado, la del
Maestro Masón. Aquí el
candidato encuentra la
leyenda del héroe de la
maestría, Hiram Abiff.
Hiram fue el arquitec-
to del Templo del Rey
Salomón. Como relata
la leyenda masónica,
antes de que el Templo
estuviera terminado, se
lanzó una conspiración
para extorsionar los
secretos de un Maestro
Masón de Hiram, ase-
gurando así la Palabra
del Maestro. Debido a
la fidelidad de Hiram
a la artesanía, él no re-
veló los secretos y fue
asesinado. Después de
un tiempo, su cuerpo
fue encontrado y sepul-
tado por el Rey Salo-
món, la encarnación de
la sabiduría. Pero la tra-
dición dice que cuando
Hiram fue asesinado, la
Palabra del Maestro se
perdió.
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En muchas tradiciones, las pruebas de iniciación han inclui-
do una variedad de representaciones ceremoniales y, a veces,
pruebas físicamente arduas. Uno de los temas iniciáticos más
destacados es la muerte ritual, el entierro y el renacimiento del
héroe central. Algunas veces el candidato toma el rol del hé-
roe y ceremonialmente entra a una bóveda o incluso se coloca
en un ataúd. La muerte simbólica es un retorno al estado pri-
mordial, al estado anterior al nacimiento. Después, el candidato
regresa al mundo de los vivos. Este nuevo nacimiento trae una
nueva condición y agrega un valor espiritual a esta vida que no
era evidente antes de la prueba. Al tomar conciencia de este
nuevo estado, generalmente se produce un cambio de valores,
y con él se adoptan nuevos compromisos.
Aquellos familiarizados con el proceso psicológico de indivi-
duación verán muchos paralelismos con las pruebas y los obje-
tivos de los ritos de iniciación. La investigación junguiana nos ha
ayudado a comprender el papel que desempeña el simbolismo
en la individuación de la psique. Ciertos símbolos surgen en los
sueños, fantásticos, y algunas veces en las expresiones artísticas
del individuo en coyunturas psicológicas críticas. Se usan sím-
bolos muy similares en ritos religiosos e iniciáticos para lograr
un objetivo similar. Probablemente estos ritos tengan el efecto
de constelar los arquetipos del inconsciente para que puedan
desatar su poder transformador. Podemos considerarlo el equi-
valente psicológico de eso que desencadena la transmutación
de la oruga en la mantequilla. En algunas tradiciones espiri-
tuales, el camino de iniciación conduce finalmente a la unión
mística. Hay muchos símbolos que representan este estado de
perfección espiritual, pero uno de los mejores es simplemen-
te la piedra. También hay muchos símbolos que representan la
experiencia de la perfección espiritual; uno de los mejores es
simplemente la Luz.
La piedra se ha convertido en una imagen arquetípica de la
realidad eterna y absoluta.Volviendo a los tiempos más remotos,
20
podemos encontrar referencias que conectan las piedras con
los dioses. Existen numerosos mitos de dioses como Mitra que
nacen de la piedra o que emergen de ella. Las piedras poseen
las cualidades de estabilidad, solidez y eternidad, que también
son cualidades atribuidas a los dioses. Numerosas referencias
a lo largo de la Biblia aluden a un vínculo entre la piedra y lo
sagrado (Isaías 28:16, Sal. 118: 22-24, Hechos 4:11; Ap 2:17).
La piedra también tiene un significado cabalístico. En hebreo,
la palabra para “padre”, es ab, mientras que la palabra para
“hijo” es ben. Si combinamos las letras de las dos palabras que
unen al Padre y al Hijo, se forma la palabra eben, que es el he-
breo para “piedra”. Por lo tanto, la piedra es un símbolo cabalís-
tico de la unión mística.
Numerología y geometría también atestiguan este significado.
En el triángulo rectángulo tres-cuatro-cinco, los antiguos egip-
cios atribuyeron la línea vertical de tres unidades a Osiris, la
línea horizontal de cuatro unidades a Isis, y la hipotenusa de
cinco unidades a su hijo Horus. Donde la hipotenusa (el Hijo) se
encuentra con la vertical (el Padre), siempre forma un ángulo
de 53 grados. Por la técnica de gematria, las letras de ~ N suman
53 (N = 1, ~ = 2, ~ = 50).
La piedra también se ve como un cubo perfecto. De los relatos
bíblicos sabemos que el Santo de los Santos era cúbico tanto
en el Templo de Salomón como en el Tabernáculo en el desier-
to. Así es la Nueva Jerusalén mencionada en Ap. 21:16. Al igual
que la piedra, el cubo tiene un significado cabalístico. Las letras
hebreas que se refieren al nombre impronunciable de Dios son
nl; ~. Por gematria, estas letras suman 26. Geométricamente po-
demos definir un cubo como un sólido perfecto que tiene seis
caras iguales, ocho esquinas y doce lados iguales, y 6 + 8 + 12
= 26. Así que este número se relaciona simbólicamente con lo
Divino Nombre.
21
Aquellos que han conocido la unión mística casi siempre in-
forman su experiencia en términos de luz. El simbolismo de la
luz es un fenómeno transcultural; compare nuestros propios tér-
minos “iluminación”. “Luz” en latín es lux; sus tres letras suman
65. Relacionado con el número 65 en hebreo está la palabra ~
(haikat), que significa “templo”. Cabalísticamente, entonces, las
palabras “templo” y “luz” también están relacionadas. En la tra-
dición de la Francmasonería, la iluminación es encontrar la Pa-
labra Perdida. Una vez que se recupera esta Palabra, el Templo
está terminado. Y es con las piedras vivas que se construye el
Templo de la Luz.
BIBLIOGRAFÍA
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- Wilmshurst,WL. El significado de la Masonería. New York: Bell
Publishing Co., 1980.
* Thomas D.Worrel es miembro de Mill Valley, Logia de Califor-
nia del rito escocés grado 32 ° y masón del Real Arco. Tiene una
maestría en teología.
Tomado de:
http://www.masonicworld.com/education/files/nov06/initia-
tic_symbolism_of_freem.htm
22
Los templos en Jerusalén
WB Don Falconer
Interpretación simbólica
Las referencias a la construcción del templo del rey Salomón
en Jerusalén se encuentran en los rituales de los masones libres
desde la antigüedad.
Los patios en logias operativas simbolizan el templo en las
diversas etapas de construcción y el candidato para cada uno
de los varios grados representa un tipo particular de piedra. El
ceremonial para cada grado se basa en el uso de la piedra rele-
vante en la construcción del templo. La forma en que una piedra
es preparada por un albañil operativo en el patíbulo, o utilizada
en el sitio de construcción, se usa como una base para ilustrar
cómo un individuo debe prepararse para la vida en el más allá.
Las lecciones morales impartidas también se ilustran mediante
la aplicación de varias herramientas de trabajo en las diversas
etapas del trabajo, no solo en la configuración, prueba, ajuste
y marcado de las piedras, sino también durante la erección en
el sitio. Muchos aspectos de los ceremoniales operativos y los
23
catecismos han sido incluidos en los rituales de la Masonería
especulativa,
Uno de los francmasones ingleses más eruditos y distingui-
dos fue el reverendo Dr. George Oliver, que estudió y escribió
extensamente sobre antigüedades eclesiásticas y sobre todos
los aspectos de la francmasonería especulativa. Descendió de
la antigua familia escocesa de ese nombre, algunos de los cua-
les se mudaron a Inglaterra en tiempos del rey Jaime I. En 1801
fue iniciado en la Logia de San Pedro en la ciudad de Peterbo-
rough, por su padre, el reverendo Samuel Oliver. En su famosa
obra sobre las “Revelaciones de la Plaza”, el Dr. Oliver dice: “La
Sociedad adoptó el Templo de Salomón por su símbolo, porque
era la estructura más estable y más magnífica que jamás haya
existido, ya sea que consideremos su fundación o superestructura,
de modo que de todas las sociedades que los hombres han in-
ventado, nadie estuvo más firmemente unido, o mejor planeado,
que los masones. . . Los edificios que construyen los francmasones
no son más que virtudes o vicios para erigir o destruir; y en este
caso el cielo solo ocupa sus mentes, que se elevan sobre el mundo
corrupto. El Templo de Salomón denota la razón y la inteligen-
cia”. Esta debe ser una de las explicaciones más sucintas pero
comprensivas que se hayan dado con respecto a la fundación, el
propósito y el simbolismo de la Francmasonería. También tipi-
fica todos los aspectos de la nave operativa de la cual se deriva
la Francmasonería especulativa.
Antecedentes históricos
Desde los tiempos más remotos, el hombre ha construido tem-
plos o santuarios donde podría adorar a su dios en su “casa”.
La Torre de Babel es la primera estructura mencionada en la
Biblia, Babel es el nombre de una de las ciudades principales
fundada por Nimrod en la tierra de Sumeria o antigua Babilonia.
Nimrod fue un constructor prodigioso y fue el Rey de Babilonia
en el momento de la Torre de Babel. Aunque hasta el momento
24
no hay evidencia arqueológica que confirme la existencia de
una ciudad y torre de Babilonia antes de 1800 a. C., un texto de
Sharkalisharri, rey de Agade alrededor de 2250 a. C., menciona
su restauración de la torre del templo o “zigurat” en Babilonia, lo
que implica la existencia de una ciudad sagrada anterior en el
sitio. Ahora se cree que cuando Ur-Nammur, el Rey de Ur, cons-
truyó un zigurat alrededor del 2100 a. C., reemplazó a la prime-
ra Torre de Babel, probablemente construido antes de 4000 a. C.
El zigurat era una serie de plataformas superpuestas, cada una
de aproximadamente 10 a 20 metros de altura y progresivamen-
te disminuyendo en área, con acceso por rampas o escaleras. La
estructura fue coronada por un templo, al cual se creía que Dios
descendería y se comunicaría con la humanidad.
La historia tradicional de los gremios de los masones afirmaba
que Nemrod había dado sus secretos comerciales al comercio.
El ritual de los Masones Libres operativos aún incluye los viejos
“Cargos de Nemrod”, en los cuales el primer cargo requiere que
todos los Masones Libres sean fieles a su Dios, su Rey, su Señor y
sus Maestros. Cuando tenía 70 años, Abram, que nació en Ur de
los Caldeos alrededor de 2160 a. C., recibió un llamado Divino
para buscar una tierra donde pudiera construir una nación is-
25
raelita libre de idolatría. Para cumplir su misión, Abram primero
se trasladó a Harran en el río Balikh, un afluente del Éufrates
a 1.000 kilómetros al noroeste de Ur, donde permaneció hasta
que su padre murió unos cinco años más tarde. Desde allí viajó
al sur por etapas hasta el valle de More, entre el monte Ebal y el
monte Gerizim en Canaán, donde Yahvé le prometió a Abram la
posesión de toda la tierra desde el Éufrates al sudoeste. Abram
entonces “edificó un altar al Señor, que se le apareció”. Como los
cananeos estaban celosos de Abram, pronto se mudó al sur, al
distrito montañoso entre Bet-el y allí, también edificó un altar a
Jehová. Abram continuó moviéndose hacia el sur hasta que el
hambre lo llevó del Negueb a Egipto, pero luego regresó como
un hombre rico al distrito montañoso, donde nuevamente esta-
bleció la adoración a Jehová. Dios reiteró su promesa a Abram,
quien luego se mudó a Mamre cerca de Hebrón, donde constru-
yó otro altar.
Aproximadamente en 2080 a. C., después de rescatar a su so-
brino Lot al derrotar a una confederación de cuatro reyes ba-
bilónicos bajo el liderazgo de Chedorlaomer, el despótico Rey
26
de Elam, Abram fue bendecido en nombre de Dios por Mel-
quisedec, el Rey de Salem y el “sacerdote del Dios más eleva-
do”. Melquisedec prefiguró a Cristo y ofreció pan y vino como
memoriales de sacrificio. Debido a que vio en este sacramento
una revelación mesiánica del Dios más elevado, El Elyon, Abram
pagó diezmos a Melquisedec en señal de este reconocimiento.
Dios luego renovó su promesa a Abram, pero dijo que antes de
que su pueblo heredara Canaán pasarían 400 años en tierra ex-
tranjera. Dios también se reveló a Abram como El Shaddai, el
Dios todopoderoso capaz de consumar su asombrosa prome-
sa de un Redentor venidero. En este momento para Abram, “La
renovación del pacto fue sellada con la introducción de la cere-
monia de la circuncisión, un símbolo espiritual de la purificación
de la vida en su origen y también que significa la esperanza me-
siánica para un Redentor”. Abraham tenía 175 años cuando mu-
rió, 115 años antes de que Jacob y su familia migraran a Egipto.
Cuando Jacob salió de Canaán alrededor de 1870 a. C., Dios le
dio la seguridad de que sus descendientes regresarían a la Tie-
rra Prometida.
El Tabernáculo de Israel
Como los patriarcas Abraham, Isaac y Jacob eran seminóma-
das, no pudieron construir un santuario permanente para el cul-
to, como era costumbre en las ciudades de Mesopotamia cuan-
do Abraham abandonó Ur. Después de una estadía de 430 años
en Egipto, la nación de Israel nació con la institución de la fiesta
de la Pascua y el comienzo del Éxodo alrededor de 1440 a. C.,
bajo el liderazgo de Moisés y con la guía del Pilar de la Nube
por día, y el Pilar de Fuego por la noche. Durante el segundo
año del Éxodo, Moisés hizo las más fervientes intercesiones en
nombre de su pueblo, pasando dos períodos de cuarenta días
y noches en el Monte Sinaí. Moisés fue recompensado cuando
la gloria del Señor le fue revelada, las tablas de la ley fueron
renovadas y se hizo un nuevo pacto con Israel. En reconocimien-
to del nuevo pacto y de acuerdo con las instrucciones dadas a
27
Moisés por Jehová, se erigió un Tabernáculo o “tienda de con-
gregación” como un santuario portátil. El Tabernáculo tenía 30
codos de largo y 10 codos de ancho, orientado de este a oes-
te y colocado dentro de un patio cerrado cerca de su extremo
occidental. La cancha tenía 100 codos de largo y 50 codos de
ancho, rodeada por una valla de pilares de acacia o de madera
de acacia de 5 codos de altura y reforzada con cuerdas de su-
jeción. La estructura soportaba sábanas de “hilo trenzado fino”
colgadas de varillas. Un “altar de bronce”, o “altar de ofrenda
quemada” se colocó justo dentro de la corte, cerca de la puerta
de entrada en el extremo oriental. Una “fuente” de bronce, en la
cual lavaban los sacerdotes que oficiaban, se colocó a mitad de
camino entre el altar de bronce y la entrada al Tabernáculo en
su extremo oriental.
El Tabernáculo estaba compuesto de dos partes, el “mishkan”
o tabernáculo propiamente dicho y el “ohel”, o carpa. En su sen-
tido más estricto, la palabra “tabernáculo” se refiere a las diez
cortinas de lino que se colgaron dentro del tabernáculo propia-
mente dicho, a lo largo de la pared occidental más estrecha y
las paredes norte y sur más largas. Estas paredes consistían en
tablones de acacia o madera de acacia chapada a ambos lados
con láminas de oro. Las cortinas tenían figuras de querubines
entretejidas en el tapiz azul, púrpura y escarlata. El interior del
mishkan estaba dividido en dos compartimentos por un velo de
material, color y diseño similar al de las cortinas. El más grande
de estos compartimentos, 20 codos de largo y 10 codos de an-
cho, estaba en el extremo oriental y se llamaba “hekhal” o “Lu-
gar Santo”. El compartimiento occidental era un cubo perfecto
de 10 codos llamado el “deudor” o “Santo de los Santos”, en el
cual el Arca de la Alianza descansaba bajo las alas protectoras
de dos enormes querubines. El conjunto estaba cubierto por el
“ohel”, un tejado flotante de lona negra o marrón astuta hecha
de pelo de cabra y llamada camelot, como la que todavía usan
los árabes nómadas. El Tabernáculo continuó siendo utilizado
como el lugar de reunión provisional entre Dios y el “pueblo
28
elegido” hasta mucho después de su entrada en Canaán. Bajo
los jueces estaba en Silo y en el reinado de Saúl estaba en Nob
y más tarde en Gabaón. Aunque David erigió otro Tabernáculo
en Jerusalén para la recepción del Arca de la Alianza, el Taber-
náculo original de Israel permaneció en Gabaón hasta los días
del Rey Salomón.
Los hebreos naturalmente unieron una gran cantidad de sim-
bolismo a varios aspectos del Tabernáculo y también a los cere-
moniales relacionados. La “tienda de la congregación” tipificaba
a Dios viviendo con su pueblo y el Arca de la Alianza era un
recordatorio constante de la presencia de Dios y el amor per-
donador. Los doce pasteles de pan de la proposición, colocados
en una mesa a medio camino a lo largo de la pared norte en el
“Lugar Santo”, significaban la dedicación de las Doce Tribus de
Israel al servicio divino. La “menorá”, un candelabro de siete
ramas de oro puro que tenía 3 codos o más de altura, se colocó
a medio camino a lo largo de la pared sur para representar a Is-
rael como un pueblo llamado a ser los hijos de la luz. El incienso
que asciende desde el altar de oro del incienso que se colocó
en el medio del espacio en el lado oriental del velo interior, cer-
ca y enfrente de él, simboliza el acto de la oración. Los primeros
evangelistas cristianos interpretaron los dos compartimentos
del Tabernáculo como característicos de los aspectos celestia-
les y terrenales del ministerio de Cristo, diciendo que por el
simbolismo del velo de la renta, Cristo había abierto para todos
un camino hacia el Lugar Santísimo. El diseño y el mobiliario del
Tabernáculo y su patio circundante fueron replicados con es-
pléndidos detalles y complementados en el templo construido
por el Rey Salomón en Jerusalén.
Otros prototipos para el templo en Jerusalén
Debido al importante papel que desempeñó Egipto en la his-
toria del pueblo hebreo, la fuerte influencia intelectual y cultu-
ral de la civilización faraónica en toda la región mediterránea
29
y los estrechos vínculos existentes entonces entre los dos pue-
blos, hasta hace poco se creía que Egipto había proporcionado
el modelo para el Templo del Rey Salomón en Jerusalén, a pesar
de que no se parecía a ningún templo en Egipto. Las excava-
ciones arqueológicas en el norte de Siria en la década de 1930
fueron las primeras en arrojar dudas sobre la creencia de su
herencia egipcia. Estas dudas se vieron reforzadas por las exca-
vaciones en Hazor, en el norte de Palestina, durante la década
de 1950. Sin embargo, fueron las excavaciones de salvamento
llevadas a cabo entre 1970 y 1976 en un recodo del río Éufrates,
en el sitio de lo que hoy es el lago El-Assad, eso confirmó sin
lugar a dudas que el Templo de Salomón fue construido según
un patrón fenicio de acuerdo con las tradiciones de un sistema
religioso que tenía al menos 2000 años de antigüedad. Hace al
menos 3.200 años, cuando Moisés estaba en el Monte Sinaí, los
fenicios se convirtieron en los mayores constructores y cons-
tructores del Mediterráneo. Su preeminencia en la construcción
continuó hasta la conquista de la región por Alejandro Magno
en 333 a. Los fenicios eran más avanzados culturalmente que los
hebreos y jugaron un papel importante en el diseño y la cons-
trucción del Templo del Rey Salomón, su larga experiencia en
la construcción de templos sin duda tuvo una influencia signifi-
cativa. Sobre la época en que Moisés estaba en el Monte Sinaí,
los fenicios se convirtieron en los mayores constructores y cons-
tructores del Mediterráneo.
Las tradiciones religiosas que se desarrollaron en los países
en la “media luna fértil” del Cercano Oriente y en el Mediterrá-
neo oriental contiguo, estaban produciendo cambios significa-
tivos en las actitudes humanas hacia la divinidad desde hace
5.000 años. Estas actitudes se reflejaron en los diseños de los
templos que se convirtieron en el patrón de los construidos por
los fenicios. Los templos eran alargados alrededor de 3: 1 en
planta, tenían una sola entrada en el extremo oriental más an-
gosto y estaban subdivididos en compartimentos que propor-
cionaban una transición progresiva del mundo exterior profano
30
al santuario interior y santísimo. El profundo significado de esta
progresión de sacerdotes y fieles, que comienza en el mundo
exterior profano y conduce a los recintos sagrados, se refleja
en los nombres de los compartimentos en el Tabernáculo y más
tarde en el Templo del Rey Salomón. Esta disposición fue tipifi-
cada en el Templo de Salomón, que tenía un pórtico o antesala
(el ulam) en el extremo oriental flanqueado por los dos grandes
pilares, Jachin y Boaz. El porche se abría en el salón principal de
adoración (llamado el hekal) que tenía una mesa de ofrendas y
otros muebles y era el lugar para el servicio divino y la realiza-
ción del ritual. En el extremo occidental estaba el Santo de los
Santos (llamado el deudir), el lugar “donde Dios moraba” y el
“Arca de la Alianza” se mantuvo, accesible solo al sacerdocio en
ocasiones específicas.
Los muchos templos que se han excavado no son idénticos en
diseño, pero son lo suficientemente parecidos como para de-
mostrar sin lugar a dudas que tenían un tema religioso común.
Los templos o santuarios más antiguos conocidos de este tipo
fueron tres encontrados en Tell Shouera en la rama oriental de
las cabeceras del río Éufrates, en las estribaciones del norte de
Siria. En comparación con el Templo de Salomón, varían des-
de aproximadamente el tamaño de su Lugar Santísimo hasta un
poco más grande que su tamaño total, incluidas las cámaras de
almacenamiento que lo rodean en los lados norte, oeste y sur.
Tienen aproximadamente 4.500 años y se construyeron secuen-
cialmente a lo largo de varias generaciones. Un templo cana-
neo de la misma descripción general y de unos 4.000 años de
antigüedad, fue descubierto durante la década de 1950 mien-
tras excavaba la antigua ciudad inferior de Hazor en el norte
de Palestina. Hazor solo estuvo ocupado durante unos 500 años,
cuando fue destruido y quemado, para nunca volver a ocuparse.
Otro templo excavado en Ebla, 300 kilómetros al suroeste de
Tell Chouera y construido hace unos 3.800 años, es casi idéntico
en tamaño al Templo de Salomón, aunque el Lugar Santísimo es
significativamente más corto. En el Templo de Salomón, el Santo
31
de los Santos estaba en un podio, pero en Ebla fue aumentado
por un nicho sustancial en la pared occidental, lo que permi-
tió colocar una pequeña habitación entre su pórtico y el salón
principal de adoración, que es sobre el mismo tamaño que en
el Templo de Salomón. es casi idéntico en tamaño al Templo de
Salomón, aunque el Lugar Santísimo es significativamente más
corto.
El mayor volumen de evidencia proviene de las excavaciones
de rescate en el sitio del lago El-Assad durante la década de
1970, donde siete templos desenterrados fueron construidos
varios cientos de años antes del primer templo en Jerusalén.
De estos templos, cuatro en Emar varían en tamaño desde apro-
ximadamente la mitad a dos tercios del Templo de Salomón y
tienen de 3.400 a 3.200 años de antigüedad, lo que correspon-
de al breve período durante el cual una ciudad hitita existió
allí. Los dos templos más grandes de Emar están construidos
paralelos y muy juntos para formar un doble santuario, con un
camino entre ellos que da acceso a una terraza común para la
ofrenda sacrificial situada detrás de ellos, en lugar de al frente
como en Jerusalén. Un templo similar excavado en Moumbaqat,
aproximadamente a mitad de camino entre Emar y Ebla y de
edad intermedia, es incluso más grande que el más grande en
Tell Chouera. El primer templo sirio descubierto, que es el de
Tell Ta’Yinat, es casi idéntico en tamaño al Templo de Salomón
y probablemente fue construido un poco más tarde. Algunas de
las excavaciones sirias también muestran evidencias de mu-
ros cerca de los extremos occidentales de los templos, que se
cree que fueron las ubicaciones de muros interiores de madera,
similar a la que proyectó el Santo de los Santos en el Templo
de Salomón. La evidencia arqueológica anterior muestra clara-
mente que el Templo de Salomón y su precursor, el Tabernáculo
de Israel, ambos tenían la forma establecida originalmente por
los cananeos y posteriormente fueron desarrollados por los fe-
nicios.
32
Templo del rey Salomón
Con la muerte de Saúl, alrededor del 1010 a. C., David se con-
virtió en el rey de Judá. Siete u ocho años después fue ungi-
do Rey sobre todo Israel. Cuando David consolidó su poder
y construyó una residencia permanente para él, la falta de un
santuario de Yahweh le pareció desagradable. Él dijo: “Yo ha-
bito en una casa de cedro, pero el Arca de Dios mora dentro de
las cortinas”. Debido a que David estaba manchado con la san-
gre de sus enemigos, se le impidió construir un templo para el
Señor, pero recolectó materiales, recogió tesoros y compró un
sitio para la construcción. El sitio elegido fue la era de Araunah
Jebusite, dentro del área ahora llamada Haram esh-Sherif en el
Monte Moriah en el lado este de la “Ciudad Vieja” de Jerusalén.
Si bien la ubicación precisa es incierta, se cree que la parte más
alta de la roca, ahora cubierto por la mezquita conocida como
la “Cúpula de la Roca”, casi con seguridad era la posición del
Santo de los Santos en el primer templo. La tradición judía re-
lata que se construyó una bóveda secreta debajo del templo,
en la cual se podían celebrar reuniones confidenciales y se po-
dían almacenar todos los tesoros y documentos sagrados. Tal
bóveda también se presenta en la tradición masónica y es un
elemento clave en varias de sus ceremonias. La construcción
de tal bóveda bajo edificios eclesiásticos y otros de importan-
cia eran común en la antigüedad y virtualmente se convirtió en
un elemento esencial en la época medieval. Recientes estudios
sismológicos indican que probablemente haya una caverna de-
bajo de la mezquita, pero las excavaciones para confirmar la
existencia de la bóveda tradicional están actualmente exclui-
das. Casi con certeza fue la posición del Santo de los Santos en
el primer templo. La tradición judía relata que se construyó una
bóveda secreta debajo del templo, en la cual se podían celebrar
reuniones confidenciales y se podían almacenar todos los teso-
ros y documentos sagrados.
El rey Salomón comenzó la construcción del templo en el
33
cuarto año de su reinado y lo completó siete años más tarde,
alrededor del 950 a. C. Para facilitar el trabajo, firmó un tratado
con Hiram, rey de Tiro, según el cual Hiram permitiría a Salomón
obtener madera de cedro y ciprés y bloques de piedra del Lí-
bano. Además, a los obreros de Salomón se les permitiría derri-
bar la madera y cavar y cortar las piedras bajo la dirección de
hábiles obreros de Hiram. Además, a Salomón le proporciona-
ron los servicios de un hábil artesano tirio llamado Huram, para
hacerse cargo de los moldes y de la fabricación de los muebles
y el mobiliario más valiosos del templo. A cambio de todos los
servicios prestados por Hiram, Salomón acordó enviarle cada
año 4,400,000 litros de trigo triturado y 4,400,000 litros de ceba-
da, así como 440, 000 litros de vino y 440,000 litros de aceite. Sa-
lomón levantó una carga de trabajo forzado de todo Israel, con
un total de 30,000 hombres, que envió al Líbano en relevos de
10,000 al mes. Adoniram, que había sido un oficial del rey David
a cargo de las bandas de trabajo, continuó bajo el rey Salomón
y fue puesto a cargo de la recaudación trabajando en el Líbano.
El rey Salomón también empleó a 70,000 portadores de carga
y 80,000 de piedra en la región montañosa, así como a 3,300
oficiales a cargo de las personas que llevaron a cabo el trabajo.
Unos treinta años después de la finalización del templo, cuando
Roboam envió a Adoniram para hacer cumplir la recaudación
de impuestos, la población exasperada se rebeló y apedreó a
Adoniram hasta la muerte. El Templo de Salomón era un edifi-
cio prefabricado orientado de este a oeste, construyéndose con
bloques de piedra caliza de forma precisa extraídos y vestidos
en o cerca de Jerusalén y ensamblados sin mortero. El templo
tenía una sola entrada en el extremo oriental, se accede a través
de un porche descubierto. El pórtico, llamado “ulam”, tenía 10
codos de largo a lo largo del eje del templo y 20 codos de an-
cho. Mirando hacia el este desde el interior, estaba flanqueado
por dos grandes pilares o columnas, que en el lado derecho o
sur se llamaba “Jachin” y que en el lado izquierdo o norte se
llamaba “Boaz”. Toda la madera utilizada en el templo provenía
de los bosques del Líbano. El templo tenía puertas de madera
34
de olivo y estaba forrado con madera de cedro, tallada con or-
namentación e incrustaciones de oro. Los compartimientos del
Tabernáculo fueron replicados en el Templo del Rey Salomón,
pero eran dos veces más grandes. El porche daba entrada al
“hekhal” o Lugar Santo, que tenía 40 codos de largo, 20 codos de
ancho y 30 codos de altura, e iluminado por ventanas enrejadas
cerca del techo. Esta sala solo era accesible para los sacerdotes
y se usaba para la adoración diaria, los rituales religiosos y la
presentación de ofrendas.
En el extremo occidental del edificio estaba el “debir”, o Santo
de los Santos. Era un cubo perfecto de 20 codos, colocado en un
podio para mantener la misma línea del techo que en el Lugar
Santo. No había ventanas en el Lugar Santísimo, que solo recibía
luz a través de la entrada del Lugar Santo cuando las cortinas
estaban abiertas. El Santo de los Santos era accesible solo para
el sumo sacerdote, probablemente solo una vez al año para la
ceremonia de expiación.
El templo estaba rodeado al norte, al oeste y al sur por cáma-
ras de tres pisos. Entre estos, en el lado sur, se encontraba la
“Cámara Media” a la que se accedía por una escalera de caracol
en la esquina sureste del edificio. Toda la estructura estaba en
una plataforma unos 2 metros más alta que la cancha superior
o interior que la rodeaba, lo que requería diez pasos para as-
cender. Este patio interior se elevó por encima del gran patio
circundante, o patio exterior, que requirió ocho pasos para as-
cender. El patio exterior también se levantó sobre el entorno,
requiriendo otros siete pasos para ascender. Cada una de estas
canchas estaba rodeada por muros que comprendían tres hi-
leras de piedra tallada, coronadas por una hilera de vigas de
cedro. En el atrio superior o interior, como en el atrio del Ta-
bernáculo, había un altar de bronce del holocausto, un mar de
bronce y diez fuentes de bronce para uso de los sacerdotes en
sus abluciones y para la purificación ceremonial. Aunque más
pequeño que cualquier templo egipcio, el Templo de Salomón
35
era un magnífico edificio que sobrepasaba a cualquier otro que
lo hubiera precedido, destacando por la fastuosa belleza de sus
detalles y la opulencia de sus muebles, más que por su tamaño.
No se veía ninguna piedra en el interior, porque los compar-
timientos estaban cubiertos con paneles de madera de cedro
y los pisos estaban cubiertos con cipreses. El acceso al Lugar
Santo era a través de puertas dobles plegables de madera de
ciprés, cada una dividida en secciones superiores e inferiores.
El Santo de los Santos fue separado del Lugar Santo por puertas
dobles de madera de olivo. Ambos conjuntos de puertas gene-
ralmente se dejaban abiertas, pero se protegían con velos si-
milares en ornamentación a los del Tabernáculo. Las paredes y
puertas estaban talladas con palmeras, guirnaldas, flores y que-
rubines, ricamente incrustados de oro. El techo y el piso del Lu-
gar Santo, así como todo el interior del Lugar Santísimo, estaban
cubiertos con una placa de oro.
El mobiliario del Lugar Santo incluía un altar de incienso, diez
“candelabros” o candelabros de siete brazos de oro, a menudo
llamados farolas; también doce tablas para los panes de pan
de la proposición. Dentro del Lugar Santísimo había dos que-
rubines, de 10 codos de altura, tallados en madera de olivo y
recubiertos de oro, que simbolizaban la presencia majestuosa
de Dios. La investigación moderna muestra que los querubines
habrían sido esfinges aladas, cada una con el cuerpo de un león
y una cabeza humana. Este híbrido era extremadamente común
en la iconografía de Asia occidental entre 1800 a. C. y 600 a. C.
Los querubines se mantuvieron en actitud melancólica con las
alas extendidas, sus alas adyacentes tocando sobre el Arca de la
Alianza que descansaba en el medio del apartamento, mientras
que la punta de cada ala tocaba las paredes norte y sur, respec-
tivamente. El Arca de la Alianza estaba hecha de acacia o ma-
dera de acacia, recubierta con oro puro por dentro y por fuera.
Contenía las dos tablas de piedra en las cuales estaban graba-
dos los diez mandamientos, los términos del pacto de Dios con
Israel.
36
Los dos grandes pilares
Las dos grandes columnas en el porche o entrada al Templo
del Rey Salomón eran huecas y fundidas de bronce, 18 codos
de altura, 12 codos de circunferencia y cuatro dedos de grosor.
Estaban coronados por dobles capitales que tenían 5 codos en
su altura combinada, pero probablemente se fundieron en dos
partes separadas. La parte inferior o capitulo era de loto que
comprendía cuatro pétalos abiertos y evertidos, cada uno de 4
codos de ancho. La parte superior o capital era un cuenco, no
una esfera, como se suele decir. Las columnas huecas fueron
arrojadas por los tyrrianos en moldes excavados en el suelo,
utilizando el método de “cera perdida” desarrollado por los asi-
rios en la Edad del Bronce, probablemente alrededor de 1200
a. C. En este método, el molde se forma alrededor de un núcleo
de cera que se funde durante la fundición. Con piezas fundidas
grandes como los pilares, el núcleo de cera se forma alrededor
de un núcleo de arena o tierra.
La investigación moderna indica que el recipiente superior
probablemente era un recipiente para contener aceite, que se
podía encender por la noche. Se sabe que pilares decorados
37
similares fueron utilizados en santuarios en Palestina y Chipre,
durante el período comprendido entre el año 1000 a. C. y el 900
a. C. El historiador griego Herodoto, que escribió alrededor del
450 a. C, describió dos grandes pilares cerca del templo de Hér-
cules en Tiro, que “brillaban de noche”. Al igual que los mode-
los fenicios, los dos inmensos puestos de incienso en el porche
del Templo del Rey Salomón habrían iluminado la fachada del
templo en el Monte Moriah por la noche, mientras que también
captaron el primer destello de la salida del sol en Jerusalén.
Han sido interpretados como obeliscos sagrados, sus mechas
ardientes humeantes recuerdan a los fieles los pilares de fuego
y nube que condujeron a los israelitas de antaño a través del
desierto.
Los pilares fueron completados y nombrados antes de que el
templo fuera dedicado. Aunque a menudo se ha dicho que los
nombres de los pilares iban a consagrar el recuerdo de la as-
cendencia de David, ahora se sabe que esta no fue su interpre-
tación. Se ha demostrado convincentemente que los nombres
de los dos grandes pilares inscritos en las columnas represen-
taban las palabras iniciales, o palabras clave, pronunciadas por
los oráculos. Al tratar de dar poder a la dinastía davídica, así
como expresar la gratitud del Rey Salomón al Todopoderoso,
los oráculos probablemente usaban invocaciones tales como:
“Yahweh establecerá (jachin) tu trono para siempre” y “La fuer-
za del rey (boaz) es en Yahweh”. Los cuencos no eran represen-
taciones de los globos terráqueos y celestes conocidos, ni los
pilares sirvieron como archivos para los rollos constitucionales,
como se sugiere a menudo.
El cautiverio y el templo de Ezequiel
Los templos antiguos generalmente servían como tesoros del
estado, se llenaban de botín o se vaciaban para pagar tributo
a medida que el poder de la tierra aumentaba y disminuía. El
Templo del Rey Salomón no fue una excepción. Los tesoros que
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el rey Salomón había acumulado en el templo fueron allanados
en el reinado de su hijo, Roboam, por Sisac de Egipto. Los reyes
posteriores, incluido Ezequías, quien adornaba el templo, usa-
ban los tesoros para comprar el favor de los aliados o para pagar
tributo y comprar a los invasores. Luego siguieron a reyes idóla-
tras que profanaron el templo y lo dejaron caer en decadencia.
Para la época de Josías, tres siglos después de la construcción
del templo, necesitaba una reparación considerable que debía
ser financiada con contribuciones de los fieles. Finalmente, el
templo fue saqueado por Nabucodonosor, quien lo saqueó en
587 a. C., durante su destrucción de Jerusalén. La deportación
de los hebreos al cautiverio babilónico comenzó con la captura
de las Diez Tribus de Israel en 722 a. C. y se completó después
de la destrucción de Jerusalén. Ezequiel, que fue capturado en
597 a. C. y deportado a Babilonia con Joaquín, se convirtió en un
importante profeta hebreo durante el exilio.
La misión de Ezequiel era consolar a los cautivos en Babilonia,
que comprendía a “toda la casa de Israel”. Sus profecías fueron
numerosas, incluso muchas concernientes a las naciones circun-
39
dantes, todas las cuales se cumplieron. Hizo muchas profecías
de la restauración final de Israel, incluida su profecía mesiánica
de que los pastores falsos darían paso al Verdadero Pastor, for-
zando la venida de Cristo. También habló de la restauración de
la tierra y de las personas y dio su visión de la nación restaura-
da y su adoración en el nuevo Reino. Los exiliados se sintieron
alentados por su dolor ante la visión de Ezequiel de un nuevo
Templo, que dijo que sería erigido durante su restauración. La
descripción de Ezequiel se relaciona con un templo similar al
Rey Salomón, pero dio información adicional y específica que
nos ayuda a establecer detalles que faltan en la descripción
bíblica del primer templo. Sin embargo, el templo de Ezequiel
nunca se construyó incluso cuando se construyó el segundo
templo de Zorobabel en Jerusalén.
El decreto de Ciro y el segundo templo
Ciro llegó al trono de Anshan, una región elamita, alrededor
del 559 a. C. y se enfrentó con un rey Mediano. Cuando el ejér-
cito mediano se rebeló, Cyrus capturó la ciudad amurallada de
Ecbatana (Hamadán moderno) y los persas estaban entonces
en la ascendencia. Ciro extendió rápidamente sus conquistas,
derrotando a Creso el rey de Lidia alrededor del 546 a. C. y con-
quistando Babilonia en el 539 a. C. Ciro fundó así el vasto impe-
rio persa bajo cuyo dominio Judea iba a permanecer como una
provincia durante los próximos dos siglos. Ciro estableció su
capital en Pasargadae en la tierra de Parsa y gobernó hasta su
muerte en 530 a. C. En 538 a. C., Ciro emitió el siguiente decre-
to, liberando a los judíos que estaban en el exilio en Babilonia:
“Así dice Ciro, rey de Persia, todos los reinos de la tierra me ha
dado Jehová, el Dios del cielo, y me ha encomendado construirle
una casa en Jerusalén, que está en Judá El que hay entre vosotros
de todo su pueblo, su Dios esté con él y lo deje ir a Jerusalén. . . y
edifica la casa de Jehová. . .” Alrededor de 42,360 israelitas re-
gresaron progresivamente, bajo el liderazgo de Sheshbazzar o
Zerubbabel en 535 a. C., bajo Ezra en 458 a. C. y bajo Nehemías
40
en 445 a. C. La primera pequeña banda que regresó a Jerusa-
lén pronto comenzó a reconstruir el templo, bajo Jeshua el sumo
sacerdote y Zorobabel el gobernador. Sus escasos recursos y
las muchas dificultades encontradas retrasaron la finalización
hasta 515 a. C., casi veinte años después de abandonar Babilo-
nia, pero mucho antes de que todos los exiliados regresaran del
cautiverio. De hecho, solo se completó luego debido a los es-
fuerzos de los profetas Hageo y Zacarías, que impulsaron el tra-
bajo en las etapas posteriores. No existe una descripción exacta
del segundo templo, pero el diseño parece haber sido similar al
del primer templo con una altura aumentada a 60 codos. Sin em-
bargo, era mucho menos ornamentado que el Templo de Salo-
món, carecía de los suntuosos acabados y estaba escasamente
amueblado. La falta de recursos probablemente fue la razón por
la cual el segundo templo no fue construido según el gran plan
de Ezequiel. Hasta donde se sabe, el segundo templo, como el
Tabernáculo de Israel, tenía solo una cortina a la entrada del Lu-
gar Santo, un candelabro, una mesa de pan de la proposición y
un altar de incienso de oro. Otra cortina dio entrada al Santo de
los Santos, pero estaba vacía porque el Arca de la Alianza había
sido destruida cuando Nabucodonosor saqueó Jerusalén en 587
a. C. Sin embargo, el segundo templo, generalmente conocido
como el Templo de Zorobabel, sobrevivió casi 500 años, mucho
más tiempo que cualquier otro templo en Jerusalén, finalmente
fue tomado por el general romano Pompeyo cuando capturó Je-
rusalén en 63 a. Aunque Pompeyo no dañó el templo, el cónsul
romano Craso lo saqueó de todo su oro y otros objetos de valor
nueve años más tarde.
Templo de Herodes
Una discusión de los templos en Jerusalén no estaría com-
pleta sin mencionar el Templo de Herodes. Nuestra principal
fuente de información es Josefo, el historiador y sacerdote ju-
dío que floreció alrededor del año 70 DC. Herodes el Grande,
o Herodes, el tetrarca de Galilea, vino del Negueb, entre el Mar
41
Muerto y el Mediterráneo, siendo de sangre idumea y edomita,
descendiente de Esaú. Era un constructor infatigable, que de-
seaba mostrar su propia grandeza restaurando el templo como
un edificio más grande, más complejo y mucho más hermoso.
Se tomó grandes molestias para llevar a cabo la reconstrucción
por partes, sin interrumpir las observancias rituales, ni siquie-
ra entrenar a 1,000 sacerdotes como albañiles para construir el
santuario. El trabajo comenzó alrededor del año 20 a. C. y la es-
tructura principal se terminó en diez años, pero todo el comple-
jo no se completó hasta el año 64 DC. El área del templo era el
doble del templo de Zorobabel, pero el área total de desarrollo
era de más de diez hectáreas.
El templo fue quemado cuando Jerusalén cayó ante los ejérci-
tos romanos en el año 70 d. C., cuando el candelabro dorado, la
mesa de oro de los panes de la proposición y otros objetos de
valor fueron llevados a Roma. En Roma, los bajorrelieves talla-
dos en el arco de triunfo de Tito representan a soldados roma-
nos que se llevan los muebles saqueados del templo.
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Orientación
Vale la pena señalar que la orientación de los templos en Jeru-
salén fue la inversa de la orientación de las iglesias cristianas.Un
adorador en el Lugar Santo del templo miró hacia el oeste hasta
el Lugar Santísimo o hacia el este a través de la entrada para ver
el sol naciente. Las iglesias cristianas generalmente tienen su
entrada principal en el oeste y el altar en el este. Las logias de
los masones libres operativos siempre han adoptado la orien-
tación de los templos en Jerusalén, con la entrada en el este y
el maestro en el oeste. La orientación de las logias de los franc-
masones especulativos es la inversa, probablemente porque el
compilador y editor de las “Constituciones de los francmasones”
originales publicó por orden de la Gran Logia de Inglaterra en
1723, el reverendo Dr. James Anderson, fue un influyente clérigo
presbiteriano que, como cuestión de rutina, habría adoptado la
orientación de las iglesias cristianas. Otra posible razón es que
los primeros ritualistas especulativos pudieron haber sido in-
fluenciados por una doctrina esencial de esa escuela particular
de la Cábala que dice: “Su Majestad... se sienta en un trono en
el este, como el verdadero representante de Dios”. Cualquiera
que sea el origen de la inversión de la orientación en las logias
de los francmasones especulativos, ha causado confusión en la
interpretación de su simbolismo porque las palabras del ritual
se han adaptado del uso operativo en función de la orientación
original. En conclusión, vale la pena citar al Dr. Oliver, a quien
ya nos hemos referido, que dijo en sus conferencias sobre “Sig-
nos y Símbolos”: “La entrada principal a la habitación del hotel
debe estar orientada hacia el este, porque el este es un lugar de
luz tanto física como moral; y por lo tanto los hermanos tienen ac-
ceso a la logia por esa entrada, como un símbolo de iluminación
mental”.
Tomado de:
https://masonslibrary.org/item/140-the-temples-at-jerusalem
43
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Interpretación y Descripción de la
Piedra Cúbica Piramidal
Fernando Ochoa Pérez
“Y Salomón mandó a construir un segundo pedestal, con la piedra
piramidal , en cuya parte superior inscribió la Palabra, en la infe-
rior todas las Palabras Secretas de la Masonería y a los lados sus
combinaciones cúbicas”
45
Introducción
La piedra cúbica piramidal, también denominada “piedra cú-
bica de o en punta” o “piedra cúbica apuntada” es uno de los
símbolos más antiguos y secretos utilizados en Masonería. Pre-
sente en el Rito Francés (RFM) y casi desaparecido en la práctica
del REAA, aunque, se la puede encontrar en numerosos tableros
de grado y rituales de nuestro Rito, la piedra cúbica piramidal
representa la obra maestra que todo masón debe realizar en
su calidad de Compañero y Maestro del Oficio. Los tableros y
manuales de los siglos XVIII y XIX nos señalan claramente que
todo itinerario iniciático corresponde a la transformación de la
piedra bruta en piedra cubica piramidal. Aún, hoy es uno de
los grandes secretos guardados en los Templos Masónicos, que
obligatoriamente, es de instrucción en los grados 2º, 3º, 4º, 9º y
14º en Orientes, como los de Chile, Argentina y Europa. Actual-
mente, la piedra cúbica a eclipsado a la piedra cúbica piramidal
en los REAA, el de Emulación y el de York, los cuales se practi-
can en el continente americano.
Interpretación
En Masonería la piedra cúbica simple, corresponde al fin del
aprendizaje y al primer paso del nuevo compañero. Es un esta-
do intermedio de elaboración de la obra en curso de realiza-
ción. Mientras, la piedra cubica piramidal simboliza la finaliza-
ción de la obra, el coronamiento de los esfuerzos, el objetivo
realizado, la finalización de la obra maestra elaborada por el
compañero al final de su progresión y, según algunos autores,
representa la aprehensión del mundo espiritual. La punta de la
piedra cubica piramidal se asimila también a un “omphalos”,
una representación visible y concreta del “centro del mundo”,
una abertura sobre lo divino, quinta esencia del ser, punto de
encuentro entre lo manifestado y lo no manifestado. No hay que
olvidar que los mismos filósofos que asimilaban el Aprendiz a
una piedra bruta, comparaban entonces al Compañero con la
46
piedra cubica, porque la veían como el cuerpo perfecto, el que
presentaba el mayor numero de superficies unidas y que podía
servir para todo lo que se le quisiera emplear; terminaban esta
piedra en pirámide porque ella encerraba todos los números
sagrados; es decir, la unidad, el tres, el cuatro, tres veces tres, y
por consecuencia el nueve. Además, para tallar esta piedra ha-
bía que usar todos los instrumentos del Compañero o lo que es
lo mismo, todos los símbolos de las artes.
En la piedra cúbica piramidal están contenidos los conocimien-
tos que preceden a una perfecta instrucción fuera y dentro de
Logia. Por ello, debemos considerar los siguientes conceptos:
- El cubo es representación del mundo de lo trascendente, de
lo abstracto.
- La piedra cúbica llegara a ser la piedra de seis caras iguales.
- Tiene-inscritas-las-artes-liberales-y-las-virtudes-teologales.
- La primera potencia es la unidad, por ser el origen, la-segun-
da-potencia-es-el-cuadrado, la tercera-potencia-es-el cubo.
Por ello:
- Tres-caras-son-las-visibles, las otras tres son ocultas, es lo ma-
nifestado y lo inmanifestado. Es lo visible y lo invisible.
- La Piedra cúbica piramidal, según, algunos autores, con todos
sus conocimientos y experiencia aún no es apta para el templo,
por eso, se la pone limpia y sin inscripciones, para que el ini-
ciado busque en su interior y luego encuentre afuera y dentro
el templo (Como es arriba es abajo), así, no es aún útil para la
asociación humana.
- Así, Guénon dijo que el significado hermético de la piedra
cúbica en punta es el de la piedra filosofal: “…si se consideran
las formas sólidas correspondientes en la geometría tridimensio-
nal a las figuras planas de que se trata, al cuadrado corresponde
un cubo y al triángulo una pirámide cuadrangular cuya base es la
cara superior de ese cubo”; el conjunto forma lo que el simbo-
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lismo masónico designa como la “piedra cúbica en punta” y que,
en la interpretación hermética, es visto como una figura de la
“piedra filosofal”.
Oswald Wirth parece mantener una posición similar, deriván-
dola hacia la alquimia y dice así:“El Cubo perfecto es poco apro-
piado a las exigencias del arte de construir, que necesita piedras
alargadas. La Piedra Cúbica se relaciona más con un trabajo que
proceda por vía de cristalización. El Iniciado que realiza en sí el
ideal de esta Piedra, se convierte para la humanidad en un agente
transmutador por su sola conformidad rectangular”.
Y continúa diciendo: “Los Alquimistas explicaban así la virtud
de su célebre Piedra filosofal que representaban por un cubo. Un
símbolo inesperado se encuentra en los documentos masónicos
del siglo XVIII. Es la Piedra Cúbica, cuya punta está hendida por
un hacha.Este instrumento indica,sin duda,que es necesario abrir
la Piedra, rajarla, a fin de llegar a su contenido, a su esoterismo”.
Podría extenderme en la interpretación, mucho más aún, sin
pretender cansar al oyente, dejo abierto a los “buscadores” de
la luz y la verdad la consecución de la interpretación de este
precioso símbolo, lo cual podrá hacerse consultando la biblio-
grafía que se adjunta al final.
Descripción de la Piedra Cúbica Piramidal
- La piedra cúbica piramidal es una piedra cúbica coronada
por una pirámide, lo cual hace nueve caras o facetas, juntamen-
te con la base.
- La Cara Izquierda de la piedra, que da al norte: Se halla divi-
dida en 100 casillas: 26 de estas contienen los jeroglíficos co-
rrespondientes a la escritura masónica, debajo de estas están
las 26 letras itálicas que les representan y corresponden. A con-
tinuación 5 casillas de jeroglíficos compuestos con sus corres-
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pondientes caracteres itálicos. La puntuación ocupa 24 casillas
con sus equivalentes, las 16 restantes se hallan ocupadas por las
cifras comprensivas del 1 al 70.
- A ambos lados del triángulo que forma el chaflán superior,
se hallan representados dos niveles para enseñarnos que la
instrucción iguala a los hombres, y que el talento eleva a los
hombres de más humilde condición hasta el nivel de los más
grandes de la tierra.
- La Cara de Frente o la que da al occidente: Ha sido reputa-
da, con sobrada justicia, como una obra maestra. Conformada
por 81 casillas, producto del cuadrado de 9, en cuyas casillas se
encuentran todas las palabras sagradas y misteriosas desde el
grado 1º. al 33º. Para poderlas encontrar, tal como se hallan con-
tenidas se empieza de la 7ma. Columna y la última fila (donde
está la Z con un punto) y encontraremos la Palabra sagrada del
Aprendiz. Luego, podemos tomar la T, del ángulo inferior del
vértice izquierdo lo que nos da la 1ra. silaba de la palabra de
Pase del Aprendiz en el Rito Moderno Francés y así, siguiendo
la marcha del Compañero Masón encontramos en la 4ta. colum-
na y la penúltima fila la N con un punto y así encontramos la
Palabra Sagrada del Compañero. Así sucesivamente, para los
demás grados hasta llegar a la Th. del vértice superior derecho.
- Las 16 casillas triangulares del chaflán superior forman en
conjunto un Delta, emblema de la Divinidad, según los egip-
cios, representado en nuestras Logias por el triángulo o Delta
luminoso, que figura al Oriente, debajo del dosel que cobija al
Venerable Maestro. En estas 16 casillas se halla la palabra in-
efable e innominable del Gran Jehovah, la cual se hallaba escul-
pida en el precioso delta que Salomón consagró a la sabiduría.
Los querubines que están a ambos lados del triángulo, indican
el carácter de divinidad de este grado y otros, que anuncian la
doctrina de los masones, adoradores de un solo y único Dios, al
que no pierden nunca de vista en todas sus acciones.
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- Lado Derecho que da al sur: En el chaflán superior se ve la
clave egipcia de los números, que fue la que dio origen a la
actual numeración. Esta clave se compone de un cuadrado per-
fecto dividido en 8 triángulos rectángulos, conteniendo las ci-
fras del 1 al 0, siendo el 1 una línea perpendicular, el 2 es una Z.
Así, sucesivamente hasta el 0 que es un cuadrado. Como se ve
las antiguas cifras eran angulares, poco después fueron redon-
deándose y se hicieron más elegantes con los actuales números
arábigos.
- El cuadrado derecho de la piedra que da al sur: Representa a
la concepción antiquísima del sistema solar. Los 4 círculos con-
céntricos que se ven en el cuadrado de esta cara representan
las 4 regiones que existían, según presumían, alrededor de la
tierra, por ello, por medio de la observación del curso del sol,
se descubrieron los 4 puntos cardinales: Oriente, Occidente,
Mediodía o sur y Norte. Los 4 cuadrados sirven de ángulos de
división para las estaciones, haciendo un cuarto de año de apro-
ximadamente 91 días por 4 dan 364 días al que se le agregaba
uno o dos días.
El estudio de la naturaleza, sus fenómenos y sus causas llevó
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