La tolerancia no es indiferencia: La indiferencia es no sentir nada ante
nada. No es posible ser tolerante si se es indiferente. Por ejemplo, una
persona para quien las cuestiones religiosas no son una preocupación,
no puede ser calificada de tolerante en materia religiosa. Se es tolerante
cuando se conoce algo, cuando se elige y se respeta las otras opciones. Si
un tema no te interesa o preocupa no haces elecciones, no respeta otras
opciones, simplemente te olvidas de todo y de todos.
La tolerancia no es sumisión: La sumisión es aceptar algo por obligación
(sea está obligación reconocida o no). Para que haya tolerancia, debe
existir una elección deliberada; debe existir libertad de pensamiento.
Sólo se puede ser tolerante con aquello que uno tiene el poder de elegir
en ambos sentidos, es decir, de aceptarlo o no.
La tolerancia no es simple respeto: Pero entandamos bien esto. Respetar
implica comprender algo y juzgar como favorable algo que actúa sobre
nosotros. Tolerancia va más allá. Tolerar implica soportar algo tengamos
el juicio que tengamos sobre ello; es decir, podemos odiar lo que tolera-
mos pero no lo que respetamos. Pongamos por ejemplo que soy de una
ideología política. Respetaré aquella a la que pertenezco; pero toleraré
aquellas que odio, como la ideología fascista 31 que nunca podré respetar.
La tolerancia es un ejercicio constante de cada uno de uno de nosotros y
solo es posible si la practicamos día a día. La Tolerancia es, en definitiva,
una conquista personal de cada cual...y nada sencilla de lograr.
31 El fascismo es una ideología política y cultural fundamentada en un proyec-
to de unidad monolítica denominado corporativis-mo, por ello exalta la idea de na-
ción frente a la de individuo o clase; suprime la discrepancia política en beneficio de
un partido único y los localismos en beneficio del centralismo; y propone como ideal la
construcción de una utópica sociedad perfecta, denominada cuerpo social, formado por
cuerpos intermedios y sus representantes unificados por el gobierno central, y que este
designaba para representar a la sociedad.
Para ello el fascismo inculcaba la obediencia de las masas (idealizadas como protago-
nistas del régimen) para formar una sola entidad u órgano socioespiritual indivisible. El
fascismo utiliza hábilmente los nuevos medios de comunicación y el carisma de un líder
dictatorial en el que se concentra todo el poder con el propósito de conducir en unidad
al denominado cuerpo social de la nación.
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6 - Sinceridad.
"La sinceridad es la raíz de todas las Virtudes"
John Ruskin
El termino sinceridad proviene del
latín sinceritas, y se define como
el modo de expresarse sin menti-
ras ni fingimientos.
Ser sincero implica decir la ver-
dad; pero la práctica de este con-
cepto no es sencillo. Las conven-
ciones sociales impiden muchas
veces ser todo lo sinceros que de-
beríamos con familiares, amigos, empleados o jefes porque ser sinceros
en todo momento y con todo el mundo puede hacer que nos tachen de
mal educados
¿Por qué a veces sentimos que no podemos ser sinceros con quienes nos
rodean? La raíz del problema y respuesta a dicha pregunta es que siempre
encontramos respuestas a la misma:
Porque mi puesto de trabajo corre peligro, porque no tenemos una rela-
ción tan cercana, Porque nadie me ha pedido mi verdadera opinión…..
Sin embargo, no debemos olvidar que la cualidad que consiste en ex-
presarse con sinceridad se conoce como honestidad. La persona honesta
respeta la verdad y establece sus relaciones bajo este parámetro moral.
Sin embargo, es posible engañarse a uno mismo, hacernos creer que so-
mos seres honrados y sinceros, a pesar de estar muy lejos de lucir estas
virtudes.
Las denominadas “mentiras piadosas” son un ejemplo de falta de since-
ridad aceptada por todos. Es muy cuestionable que esto sea bueno pues
tarde o temprano el engaño se descubre y la persona engañada podrá o no
152
podrá comprender los motivos por los cuales se le ha mentido. Siempre
es preferible una verdad dura y sincera que una mentira piadosa que será
descubierta. La verdad duele; pero, ¿no duele más descubrir que nos han
engañado?
Todo esto que decimos en términos generales sobre la sinceridad con
los demás es mucho más importante, si cabe, entre los hermanos. Si no
podemos ser enteramente sinceros con nuestros Hermanos Masones, es
preferible retirarnos. Cuando estrechamos o abrazamos a un Hermano le
estamos diciendo que seremos sinceros con él y que deseamos lo mismo
para nosotros. Ni él te puede fallar ni tú le puedes fallar. Hemos de decir-
nos la verdad mutuamente porque solo sabiendo la verdad es posible co-
rregir errores o fallos que quizás no hemos visto y que otro si lo ha hecho.
No debemos ver esa verdad - ni debemos decirla - como un reproche sino
como una ayuda para poder emplear los medios a nuestro alcance cuyo
es fin es darle solución al defecto descubierto.
No olvidemos que la Orden nos dice que todos y cada uno de nosotros
somos imperfectos y que nunca llegaremos a ser perfectos pues solo el
Gran Arquitecto lo es. Pero en nuestra imperfección podemos ir mejo-
rando gracias al libre albedrio que nos permite elegir entre lo correcto
(el bien) y lo incorrecto (el mal); que nos permite pulir nuestra piedra
eliminando los vicios y fomentando las virtudes.
Como ya he comentado, la Masonería no pretende que nadie alcance la
Perfección pues esta solo está disponible en el Oriente, de donde viene la
Luz y hacia donde nos dirigimos. Es decir, sólo la posee el Gran Arqui-
tecto del Universo. Podemos tomarla como Luz, como espejo en el cual
mirarnos a cuya imagen queremos acercarnos; pero poco más, realmente
muy poco más.
La sinceridad es la base más importante en el proceso de la virtud. Como
dice John Ruskin 32 "La sinceridad es la raiz de todas las virtudes". La
32 John Ruskin (Londres, Inglaterra, 8 de febrero de 1819 - Brantwood, Cum-
bria, Inglaterra, 20 de enero de 1900) fue un escritor, crítico de arte, sociólogo, artista
y reformador social británico, uno de los grandes maestros de la prosa inglesa. Influyó
notable-mente en Mahatma Gandhi. Abogó por un socialismo cristiano.
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sinceridad nos permite reconocer a los Hermanos que estudian, que se
preocupan o se interesan por perfeccionarse y avisar a los que no lo ha-
cen de su fallo para que puedan corregirse. Si no somos sinceros con los
demás no podremos serlo con nosotros mismos.
Pulamos con sinceridad nuestra piedra bruta antes de indicar a los demás
como pulir la suya.
7 - Tenacidad.
"Quiero compartir con ustedes el secreto
que me ha llevado a alcanzar mis metas:
mi fuerza reside únicamente en mi tenacidad"
Louis Pasteur.
Del latín tenacitas, podemos definir la te-
nacidad como la cualidad de ser de tenaz;
es decir, que se opone con resistencia a
deformarse o romperse, que se prende de
una cosa o que es firme y pertinaz en un
propósito.
Ser tenaz, esto es, la tenacidad, es una de
las virtudes humanas que más se ha aplau-
dido a lo largo de la historia. Pues la te-
nacidad permite realizar y llevar a buen término empresas que a priori
parecen imposibles.
No debemos, sin embargo, confundir la tenacidad con la tozudez. La pri-
mera es signo de inteligencia, la segunda de obstinación. La Tenacidad se
centra en la búsqueda de soluciones, mientras que la tozudez se obstina
los problemas. Ante un mal resultado, el tenaz se pregunta por qué ha
fallado y busca alternativas mientras el tozudo insiste una y otra vez en el
mismo método, lo cual le conduce siempre al fracaso.
La tenacidad es una propiedad física de los materiales; pero no es esta
parte de su uso lo que aquí queremos tratar. El proceso que hace que un
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material determinado sea tenaz o no, que se rompa al doblarse una vez
superado cierto límite, es algo que estudia la física y que cualquiera de
ustedes puede consultar en libros de ciencia si lo desean.
Lo que a nosotros nos interesa es el sentido simbólico (es decir, trascen-
diendo las propiedades físicas), la tenacidad es una actitud caracterizada
por la resistencia ante las adversidades. Una persona tenaz es insistente
y se mantiene firme en su conducta o comportamiento hasta alcanzar su
objetivo.
La ausencia de tenacidad lleva al fracaso. Ante un problema que no con-
seguir resolver, en vez de insistir en la búsqueda de soluciones nos en-
cerramos en el "es imposible". Ese encerramiento bloquea nuestra mente
en su búsqueda de alternativas y soluciones. La falta de tenacidad es
también la falta de pasión y de confianza en uno mismo
Podemos fracasar muchas veces, y de hecho lo haremos a la largo de
nuestra vida, pero si aprendemos de nuestros errores y lo seguimos inten-
tando conseguiremos alcanzar la mayor parte de nuestras metas. Desde
este punto de vista, podemos asociar la tenacidad a la perseverancia, al
celo, al empeño en conseguirlo.
Vivimos en un mundo exigente que nos da palos continuamente. La ca-
pacidad de soportar estos golpes de la vida sin quebrarnos, el no darnos
por vencidos ante los avatares de la vida y dedicarnos a superar todos los
problemas del día a día solo es posible siendo tenaces.
La falta de entusiasmo y tenacidad por la mejora continuada en el sa-
ber y enseñanza hacia nuestros jóvenes ha derivado en una poca volun-
tad de estos por aprender. Se ha devaluado el lenguaje oral y escrito, se
desconoce cada vez más la propia historia, de donde provenimos y con
qué pueblos y culturas nos hemos mestizado a lo largo de los siglos. La
cultura general ha disminuido y el mundo se ha vuelto más materialista,
inculto y bruto.
Como ya hemos visto y deducido, la tenacidad es una fuerza poderosa
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que impulsa a las personas a perseverar en su empeño hacia una meta
determinada. Ser tenaz implica perseverancia, esfuerzo, brío, intrepidez
y persistencia. El que es tenaz
• Persiste y nunca desiste.
• Trabaja con ahínco y con tesón en algo que quiere alcanzar.
• Camina hacia la meta con disciplina, denuedo y firmeza; pero sin
bajar la guardia ante los obstáculos.
Lo más fácil en la vida es rendirse, pero si
pensáramos por un momento, que probable-
mente con un pequeño esfuerzo más alcan-
zaríamos el éxito, seguramente que tendría-
mos el valor de continuar y lograr nuestro
objetivo. Uno de los mayores ejemplos de
tenacidad que ha dado la historia ha sido
sin duda alguna el inventor norteamericano
Thomas Alva Edison33 quien para lograr la
bombilla probo miles de hilos hasta dar con
el adecuado; tras muchos intentos consiguió
un filamento que alcanzara la incandescen-
cia sin fundirse. Este filamento no era de metal, sino de bambú carbona-
tado. Así, el 21 de octubre de 1879, consiguió que su primera bombilla
luciera durante 48 horas seguidas. Edison decía que para alcanzar el éxito
los factores más importantes a seguir son:
• Conocimiento definido de lo que deseamos lograr.
• Fijación de la mente en ese propósito, con persistencia para bus-
car lo que se persigue, utilizando lo que se sabe y lo que se puede recibir
de los demás.
• Perseverancia en probar, sin importar las veces que haya fallado.
• Rechazo a la influencia de los que han tratado lo mismo, sin éxito.
33 Thomas Alva Edison (Milan, Ohio, 11 de febrero de 1847-West Orange, Nueva
Jersey, 18 de octubre de 1931) fue un empresario y un prolífico inventor estadounidense
que patentó más de mil inventos y contribuyó a proporcionar, tanto a Estados Unidos
como a Europa, los perfiles tecnológicos del mundo contemporáneo: las industrias eléc-
tricas, un sistema telefónico viable, el fonógrafo, las películas, etc
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• Obsesión con la idea de que la solución al problema está en algu-
na parte, y se encontrará.
No todos somos Alva Edison, pero todos venimos a este mundo con al-
gún objetivo para el cual, aunque no lo creamos, estamos de sobra capa-
citados; pero lamentablemente con el tiempo vamos perdiendo la audacia
y vamos creando límites que son inexistentes y que están en nuestro in-
terior. Como dice el refranero, sabio él, no hay peor ciego que quien no
quiere ver. Lo que, traducido a nuestro ámbito; no hay peor enemigo que
tú mismo reflejo.
¿Cómo podemos superar esos límites mentales? Perseverando, persis-
tiendo y manteniendo vivo y firme el sueño, la meta u objetivo que quere-
mos alcanzar. No pienses que si alguien no lo ha logrado tu tampoco po-
drás, oblígate a pensar: ¿por qué yo no voy a poder? y busca la forma de
poder. Henry Ford decía: “Los obstáculos son esas cosas espantosas que
nos impiden fijar la vista en nuestras metas”. Eliminemos los obstáculos,
y veamos la meta. No dejemos que los árboles nos impidan ver el bosque.
Seamos tenaces en nuestros objetivos y, sobre todo, seamos tenaces en el
labrado de nuestra piedra bruta.
Bibliografía y fuentes
Declaración Universal de los Derechos del Hombre.
Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española
Diccionario María Moliner
“El Kybalion” – Tres iniciados
“Rebelión en la Granja” – George Orwell
Rituales del REAA
Consultas y artículos publicados en la red Wikipedia
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