Alma de acero 1 ALMA DE ACERO
2 EMCOCABLES
Alma de acero 3
6 EMCOCABLES
Alma de acero 7 ALMA DE ACERO
8 EMCOCABLES ALMA DE ACERO Breve historia de la Empresa Colombiana de Cables - EMCOCABLES SAS © 2024, EMCOCABLES SAS ISBN - 958 - xxxxx- xxxx Priemra edición, marzo de 2024 Gerente General Publio González Junta Directiva Investigación y textos: Jimena Montaña Cuéllar Diseño: Juan Luis Restrepo Viana Impresión: Panamericana Formas e Impresos
Alma de acero 9 ALMA DE ACERO BREVE HISTORIA DE LA EMPRESA COLOMBIANA DE CABLES - EMCOCABLES SAS
10 EMCOCABLES
Alma de acero 11 CONTENIDO Presentación 13 Introducción 15 Capítulo 1 17 Capítulo 2 49 Capítulo 3 83 Capítulo 4 129 Epílogo 161 Foto: Mateo Pérez
12 EMCOCABLES Fernando Caballero Arroyo Gerente General 1961 - 200x (Revisar fecha)
Alma de acero 13 El 29 de abril de 1960 en una pequeña planta situada en Usaquén se produjo en Colombia el primer cable de acero, el primero de los cientos de toneladas que aportarían a la solidez de las estructuras de la ciudad moderna y a la seguridad en ascensores, ferrocarriles y navieras. Un grupo de arquitectos y empresarios le apostaron hace más de seis décadas a la construcción de una empresa dedicada a la producción de cables, alambres y torones que surcaron los mares para llegar a diferentes puertos de Estados Unidos, Centro y Latinoamérica, representando la pujanza nacional y la entereza de una empresa que asegura los más altos estándares de calidad. La Empresa Colombiana de Cables – EMCOCABLES, durante más de sesenta años ha contribuido al desarrollo social y empresarial de la nación, sobre el pilar de la calidad y el compromiso de la construcción de un mejor futuro para todos. Los edificios más altos de Colombia, los teleféricos, el metro de Medellín, los puentes y viaductos ejemplo a nivel nacional internacional, las redes de electrificación, han contado con la seguridad de los productos de una empresa que tiene como mira aportar a la construcción del desarrollo de la nación sobre valores corporativos y principios éticos sólidos y transparentes. Esta es la breve historia de una empresa colombiana con alma de acero, narrar su génesis y aportes es un compromiso con sus gestores, con sus clientes a lo largo de los años, es un homenaje al equipo que la ha hecho posible y quienes dan día a día todo de sí para seguir avanzando. La historia y la construcción del camino hace visible lo invisible, las transformaciones y apuestas, los requerimientos y los compromisos a lo largo de sesenta años se evidencian en este libro como un homenaje al equipo que lo inició y al país que somos y el futuro que queremos como colombianos. Publio González Gerente General
14 EMCOCABLES
Alma de acero 15 Presentación El 29 de abril de 1960, en la por entonces lejana población de Usaquén, municipio recién anexado a la capital apenas unos años antes, se inauguró una fábrica pionera en el país y en Latinoamérica. La Empresa Colombiana de Cables - EMCOCABLES, constituida por un grupo interdisciplinario de colombianos en asocio con la compañía norteamericana Paulsen Wire Corporation. Los años sesenta se iniciaron con la firma del Frente Nacional en Sitges y Benidorm-España, el intento por instaurar la paz entre conservadores y liberales que de allí en adelante se turnarían el poder. El primer gobierno civil del Frente Nacional coincidió con el del presidente John F. Kennedy en Estados Unidos (1960-1963) y su política de cambio social, Alianza para el Progreso. Mientras Estados Unidos se embarcaba en la guerra de Vietnam, en Colombia el Estado propuso un nuevo modelo de desarrollo intentando impulsar la industria nacional para atender la demanda interna y abrir el mercado internacional, cuyas divisas permitirían inversiones en infraestructura y el desarrollo en un país quebrantado. Unos años antes, el 9 de abril de 1948, en vísperas de la Conferencia Panamericana, había sido asesinado en pleno centro de la ciudad de Bogotá el líder liberal y candidato a la presidencia Jorge Eliécer Gaitán. Dos horas más tarde, lo que hoy conocemos como el centro histórico, ardía. El Bogotazo afectará drásticamente la ciudad y marcará la historia social y política de Colombia. El periodo llamado La Violencia, generó el éxodo del campo a las ciudades principales. En menos de quince años la población de Bogotá, ciudad capital, se duplicó y el déficit de vivienda, servicios públicos, escuelas y hospitales aumentó progresivamente. La economía nacional, en pocos años, pasó de ser rural a urbana y semiindustrial. El inicio de la metrópoli se verá reflejado en la formulación de los planes urbanos. La conformación de nuevas instituciones y organizaciones empresariales acompañan el proceso acelerado Página anterior: El centro de Bogotá en los años 60. Foto: Museo de Bogotá
16 EMCOCABLES de la urbanización. La ciudad moderna exige respuestas ante las evidentes carencias. Para entonces, las grandes firmas de arquitectos e ingenieros y un buen número de profesionales independientes asumieron las demandas del Estado, del sector privado y de la población misma, buscando, de la mano de las propuestas de la llamada arquitectura moderna, la construcción de edificios, vivienda obrera e infraestructura. EMCOCABLES ha sido parte de la construcción del país por más de sesenta años: cables, alambres y torones para concreto preesforzado, eslingas, torones de alambre de acero galvanizado para transmisión y distribución de energía y servicios de telecomunicaciones, surcan este país de regiones o sostienen grandes estructuras. Esta breve historia sigue el hilo de una empresa colombiana con alma de acero. Foto: Andrés Galeano
Alma de acero 17 1
18 EMCOCABLES En el piso 15 del moderno Edificio Seguros Bolívar, diseñado y construido por la firma Cuéllar, Serrano, Gómez, estarán las oficinas de EMCOCABLES. Foto: Niño Carlos, et al (2010). La carrera de la modernidad. Alcaldía Mayor de Bogotá; Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte. Instituto Distrital de Patrimonio Cultural
Alma de acero 19 CAPÍTULO I El 6 de abril de 1960, en horas de la tarde, en una mesa larga, en el piso 14 del modernísimo Edificio de Seguros Bolívar, — construido por la firma Cuéllar, Serrano, Gómez, en la nueva carrera Décima con calle 16 de Bogotá —, se reunieron los miembros de la Junta Directiva de la recién constituida Empresa Colombiana de Cables— EMCOCABLES. Camilo Cuéllar Tamayo, Doménico Parma, Ernesto Cuéllar Tamayo, esperan al gerente, el ingeniero Julio José Fajardo y al subgerente Rafael Serrano Camargo. Se dará inicio a la lectura sobre los procesos y la puesta en marcha de la empresa a la que le están apostando en ese mundo moderno. Ese día, los principales accionistas y miembros de la junta directiva, revisaron paso a paso los últimos aconteceres para anunciar el proyecto que era ya una realidad. El 2 de marzo de 1960 se había protocolizado la escritura formalizando las gestiones realizadas por José Gómez Pinzón y Julio José Fajardo con el señor Frederik Paulsen para establecer una fábrica de cables de acero en Colombia. En la prensa nacional se había anunciado que el 29 de abril, a las 12.30 m, monseñor Germán Guzmán bendeciría las instalaciones de la nueva fábrica “cuyo objetivo es el de producir cables de acero, con técnica y equipos norteamericanos que producirá toda clase de artefactos para puentes, barcos, teleféricos, instalaciones petrolíferas, malacates, construcciones y ferrocarriles” (El Espectador, abril 28, 1960, p.2). Un año antes de la gran inauguración, su gerente había viajado a Estados Unidos para negociar con la firma Paulsen Webber Cordage Corp., proponiéndole unir esfuerzos e invertir en una industria en un país que apenas despuntaba hacia la modernidad y que prometía un gran futuro en esta nueva etapa de grandes cambios. La planta estaría ubicada en un amplísimo lote en Santa Bárbara, Usaquén, en la calle 113 # 9—04, vecina a la carrilera y a la estación del tren del Ferrocarril del Norte, en el municipio anexado apenas en 1954, aún tan alejado del núcleo fundacional de la ciudad y apenas urbanizado. El terreno y los edificios habían sido adquiridos a la empresa
20 EMCOCABLES Manufacturas de Acero S.A, la adaptación de estos se inició meses antes de que llegaran las máquinas. Al medio día de ese 29 de abril, los principales accionistas de EMCOCABLES recibieron en la planta al alcalde de Bogotá, Rodolfo Llinás, al Ministro de Obras públicas Virgilio Barco Vargas y al ingeniero civil José Vicente Dávila Tello, diseñador y constructor del ferrocarril de Tolima-Huila y del de Ibagué-Armenia. Están presentes también miembros de la Federación Nacional de Cafeteros, Ferrocarriles Nacionales, la Flota Mercante Gran Colombiana, Camacol, la ladrillera Santa Fe, además de las más importantes firmas de ingenieros, constructores y arquitectos del país. Monseñor Germán Guzmán dio la bendición y rezó las oraciones mientras los arquitectos Camilo Cuéllar y Gabriel Serrano y los ingenieros Rafael Serrano y Julio José Fajardo cortaron la cinta sobre las dos cerradoras y las tres toronadoras, maquinaria comprada a la Paulsen Webber Cordage Corp., avaluada en la suma de cuatrocientos veinte mil pesos. Había sido un largo proceso. Se habían debido entablar las relaciones comerciales necesarias para lograr la materia prima que escaseaba en el mercado internacional —la experiencia y trayectoria de la Paulsen Webber Cordage Corp. había abierto los caminos—, los socios habían hecho varios viajes a Sunbury, Pensilvania, a una La prensa registra la inauguración de la primera fábrica de cables de acero en el país. Fuente: Revista Imágenes, enero -abril, núm. 32, 1990
Alma de acero 21 A las 12 m del medio día, el 29 de abril de 1961, se inauguró la historia de EMCOCABLES, una empresa con alma de acero . Fuente: Revista Imágenes, enero -abril, núm. 32, 1990 Monseñor Guzmán será invitado a la bendición de la planta y a la inauguración de la trefilería en 1966. Foto: Archivo EMCOCABLES
22 EMCOCABLES de las sedes de la prestigiosa industria norteamericana para la compra de las maquinarias, mientras se negociaban los terrenos y se adecuaban los edificios. Para el funcionamiento de la planta –Usaquén como municipio anexado se había decretado de uso agrícola e industrial-, se habían entablado los acuerdos con la Empresa de Energía de Bogotá para obtener 230 KWA para su funcionamiento, con la condición de no trabajar de 5 a 10 pm. Las máquinas llegaron al país desde los Estados Unidos en un buque hasta el puerto de Barranquilla y luego emprendieron el largo viaje por el río Magdalena —arteria fluvial del país— hasta el puerto de Honda, donde los esperaba un tren de carga de los Ferrocarriles Nacionales. Los técnicos Donal Shipe y Orville Reader, iniciarían el montaje y entrenamiento del personal –serán 21 trabajadores en la planta- mientras el señor Walter Kaufan, ingeniero técnico, asesoraba a la gerencia en los asuntos de diseño y producción. El jefe de planta, el ingeniero Alberto Moreno, había realizado cursos sobre la fabricación, control de producción, prácticas de industria y utilización de los sistemas modernos en la planta de Pensilvania y mientras, los señores E.E Peckham y Frederick Paulsen, aprendían español e iniciaban la capacitación del equipo que estaría a cargo de forjar el futuro de la magna empresa. Ese 29 de abril de 1960, se produjo el primer cable de acero en Colombia. Hasta el momento, en ese país de regiones que empezaba a construirse y a reconstruirse, el cable de acero se importaba a costos altísimos. De la distribución y venta de los cables de la recién creada empresa se encargarían inicialmente las firmas Mc Allister & Cia, El día de la inauguración, el técnico norteamericano Walter Kaufan le explica al doctor Rafael Serrano y al Ministro de Agricultura cómo funciona una de las máquinas. Revista Imágenes, enero -abril, núm. 32, 1990
Alma de acero 23 El pequeño grupo de operarios posó el día de la inauguración para la foto. Revista Imágenes, enero -abril, núm. 32, 1990 El primer gerente, Julio José Fajardo explica a los asistentes el significado de la primera fábrica de cables de acero en el país Revista Imágenes, enero -abril, núm. 32, 1990
24 EMCOCABLES Botero Vélez, Codima Ltda. y Mario Lesmes, garantizando que los cables producidos en el país llegaran a las ciudades principales y a los rincones más apartados. Ante el gobierno se había tenido que gestionar además la reducción de depósito previo y el cambio en el arancel de Aduanas de “artículo libre de importación” a “artículo de importación con licencia previa”. Para obtener esta licencia, la empresa tendría que asegurar que sería capaz de abastecer el mercado nacional, que la calidad de sus productos era igual o mejor a la de los cables importados, que la variedad de producción sería lo suficientemente extensa como para cubrir la industria especializada y que los precios del producto eran competitivamente favorables al consumidor. La calidad tendría que ser óptima y sería un riesgo que así no lo fuera, pues miles de vidas pendían de los cables de la empresa. En los tres primeros años de producción, EMCOCABLES logró cumplir con cada uno de los requisitos e inició las gestiones para la compra de una trefiladora. Con esto produciría sus propios alambres, hasta ahora importados del Reino Unido. Los cables de la Empresa Colombiana de Cables empezarán su viaje por el país, estarán en las entrañas de los edificios, en las grúas del país que se levanta, en los ascensores que se detienen en los halles de las nuevas construcciones que rascan el cielo, en los buques y barcos que surcan los ríos y mares, en las minas y en las explotaciones petroleras, en los puentes elevados y los tendidos eléctricos. El inicio de la metrópoli La revista Cromos en el mes de enero de 1961 dedica su edición a las transformaciones del país y sus ciudades principales. El artículo central se titula “Bogotá se vuelve cosmopolita” y la foto de la carátula deja ver la ciudad desde el cerro de Monserrate. Resalta el cauce de cemento que ha reemplazado al río San Francisco — la avenida Jiménez, inaugurada en 1938 y ampliada entre 1941 y 42— y el perfil en altura de la “ciudad cosmopolita”. La sabana se extiende hacia el occidente aún sin urbanizar, la avenida de las Américas se ve como par de líneas trazadas sobre esa inmensa sabana. En su núcleo esa aldea apenas empieza a vestirse de ciudad. El siglo XX en Colombia, dicen los historiadores, se inicia a partir de los años 30 tras la ruptura de la hegemonía conservadora. Es en estos años treinta – mientras Europa camina hacia la guerra y el gran crack estremece los cimientos de los Estados Unidos con efectos dominó en el resto del mundo – es cuando se propone un giro radical en cuanto al papel del Estado frente a la economía, la cultura y la educación. Según el Censo Industrial de 1945 el número de plantas industriales creadas entre 1929 y 1940 representó 5.3 veces el número creado entre 1921 y 1929. Recién, y tras los resultados de la misión Kemmerer, se había creado el Banco de la República, con el propósito de contribuir al bienestar de los colombianos mediante la preservación del poder adquisitivo de la moneda, el apoyo al crecimiento económico sostenido y el aporte a la estabilidad financiera.
Alma de acero 25 Dentro de las reformas económicas del Gobierno de Enrique Olaya Herrera (1930—1934), en parte como solución a las repercusiones que había tenido la crisis norteamericana en la economía nacional y con el objetivo de adjudicar créditos hipotecarios y facilitar el pago de obligaciones con bancos comerciales, se creó el Banco Central Hipotecario. Sus urbanizaciones y proyectos serán ejemplo de urbanismo y arquitectura hasta pasados los años setenta y constituyen, no sólo un ejemplo de ciudad sino la evidencia de la modernidad arquitectónica. Igualmente, en 1931 se creó la Caja Colombiana de Ahorros -en sus inicios una sección del Banco Agrícola Hipotecario—, que otorgaría préstamos a los agricultores en un país aún rural. El edificio para su sede principal en Bogotá en la avenida Jiménez, diseñado y construido por la firma Cuéllar, Serrano, Gómez y Herrera, Carrizosa, Hermanos entre 1945 y 1948, de quince pisos, requirió de una estructura de acero importada de los Estados Unidos. La Caja llegó a ser una de las entidades del estado con más presencia a nivel nacional junto con la Empresa de Telecomunicaciones — Telecom. Alfonso López Pumarejo ratificó durante su primer período (1934—1938), a la Universidad Nacional como ente autónomo e inició la construcción de la llamada ‘Ciudad Blanca’, el campus, diseño del pedagogo alemán Fritz Karsen, como asesor del Ministerio de educación, y del arquitecto Leopoldo Rother, director de Edificios Nacionales del Ministerio de Obras Públicas. En 1936 se creó en la Universidad Nacional, la primera facultad de arquitectura del país. Mientras el perfil de la ciudad se transformaba, y se levantaban en altura los primeros edificios influenciados por el art-deco norteamericano, sonaban Bogotá se vuelve cosmopolita, afirma la Revista Cromos en 1961 Fuente: “Bogotá se vuelve cosmopolita”, Revista Cromos, núm. 2279, 1961
26 EMCOCABLES tiempos de guerra en Europa. En 1936 se inició la Guerra Civil española y el 1 de septiembre de 1939, Alemania invadió Polonia y se desató la Segunda Guerra Mundial. A Colombia llegarán cientos de europeos huyendo de la devastación y ya los encontraremos luego, en el diálogo interdisciplinario que se inicia en la construcción nacional. Colombia, en esos años, será el país de las puertas abiertas. En 1944, una norteamericana alojada en el suntuoso Hotel Granada de Bogotá – inaugurado en 1930- describía la ciudad: El edificio para el Banco López construido, en el primer tramo canalizado del río San Francisco en 1920, será un ejemplo de la primera modernidad en el país. Fuente: Revista El Gráfico, núm. 513, feb. 7, 1920 El centro de la administración y del comercio de la antigua Santafé sigue siendo el de la nueva Bogotá, pero ningún santafereño quiere reconocerlo. Rascacielos macizos - el cielo es más próximo en Bogotá que en Nueva York- dominan en el distrito financiero, el asfalto ha reemplazado a los guijarros y el tráfico es intenso y resulta difícil hallar sitio para estacionar el coche […] El río San Francisco era maloliente, pero pintoresco; sin duda el aire es más agradable desde que su corriente fue totalmente entubada [Romoli, 1944].
Alma de acero 27 En 1948 Gabriel Serrano diseñó el edificio Camacho, en la avenida Jiménez. En 1950 se inauguró la sede para el Banco Agrario de Colombia, construído por Cuéllar, Serrano, Gómez. Foto: En Barragán, P., et al (2008). Ciudad y arquitectura moderna en Colombia 1950-1970. Bogotá: Ministerio de Cultura La ciudad Blanca, el campus de la Universidad Nacional de Colombia inaugurado en 1936. Fuente: Postal de colección.
28 EMCOCABLES El suntuoso hotel Granada inaugurado en 1930 en la carrera séptima con calle 16. Demolido en 1953 para construir el edificio del Banco de la República Foto: En Sociedad de Mejoras y Ornato (2001). Bogotá el 6 de agosto de 1938. Bogotá: Editorial Arco El Hotel Continental fue inaugurado en abril de 1948 para recibir a los huéspedes del mundo que vendrían a la IX Conferencia Panamericana. Foto: En Colombia país de ciudades, 1960
Alma de acero 29 La ciudad moderna En 1948, la ciudad se prepara en un clima político complejo para la Celebración de la IX Conferencia Panamericana. Los hoteles tienen el cupo completo y se ha inaugurado el Hotel Continental en la avenida Jiménez, pensado originalmente como apartamentos y oficinas. El asesinato del líder liberal Jorge Eliécer Gaitán, el 9 de abril, cambiará el rumbo de la ciudad y el país. Se inició el periodo llamado La Violencia, con V mayúscula. Los sucesos tras el asesinato del líder liberal, el incendio de varias manzanas y las afectaciones a nivel económico y social, obligan a las autoridades municipales a replantearse las medidas respecto al futuro urbano de la ciudad. Si bien se creó la junta de reconstrucción que evaluaría qué se podría salvar y valdría la pena volver a levantar, es la oportunidad para hacer realidad los planes viales y las reformas que se venían planteando siguiendo los lineamientos de los CIAM, - congresos de arquitectura moderna-. Era ya hora de ensanchar las calles del centro – que conservaba la retícula colonial-, abrir nuevas avenidas, ampliar la carrera Séptima - aún la columna vertebral de Bogotá y centro del comercio -, demoler las viejas casonas existentes y construir en altura. Las medidas serían tomadas mientras se hacía efectivo un préstamo de banqueros norteamericanos ofrecido el 10 de abril de 1948 por un monto de 10 millones de dólares, destinado a reconstrucción de las manzanas del centro que habían sido más afectadas. Se creó entonces también la Oficina del Plan Regulador, el alcalde sería el encargado de contratar un urbanista “moderno” que propusiera el destino de la ciudad capital. Apenas un año antes se había invitado al El 9 de abril marcará el rumbo de la ciudad y el país. Fotos: Sady González. - Pendiente Info
30 EMCOCABLES “padre de la arquitectura moderna”, el franco suizo Le Corbusier, quien había dictado un par de charlas en el Teatro Colón al que habían asistido con entusiasmo los jóvenes estudiantes de la Universidad Nacional y algunos de sus profesores. El presidente Mariano Ospina Pérez (1946—1950) tras los disturbios del 9 de abril, clausuró el Congreso y decretó la censura a los medios de comunicación. Nombró a Fernando Mazuera como alcalde de Bogotá, como encargado de contratar a quien hiciera los planes para regular su creLa avenida Carrera décima fraccionó por completo el centro tradicional de la ciudad. Se convirtió en el laboratorio de la arquitectura moderna. Fuente: Gómez A., P. (1960). Moderna Bogotá arquitectónica, 1960. Bogotá: Suramericana Ed. cimiento. Conocido ejecutor, Mazuera durante su administración compró los terrenos para la represa de Chisacá, sentó las bases del proyecto Tibitó-Teusacá, y empezó la demolición de los predios para la avenida de la modernidad, la carrera Décima. En pocos años, esa ciudad colonial se transformó. Se derrumbaron parte de los barrios del centro tradicional, -Santa Inés y la Capuchina-, la plaza central de mercado La Concepción, la plaza de mercado de Las Nieves, se intervino la plaza de San Victorino y se demolieron las construcciones coloniales
Alma de acero 31 de sus bordes. Al ampliar la carrera Séptima, se demolieron edificios representativos, como el de la Compañía Colombiana de Tabaco - inaugurado en 1938- en la esquina oriental de la carrera séptima con avenida Jiménez y muchas de las casonas de dos pisos, desde cuyos balcones se podían seguir los desfiles en Semana Santa. El centro ya no será el núcleo, en el antiguo borde norte, en San Diego, se derrumbó el antiguo claustro -Escuela Military se negoció con la Caja de Retiro del Ejército para la construcción de un gran hotel que recibiría a cientos de huéspedes en la nueva ciudad. El Hotel Tequendama y el Centro Internacional serán ejemplo de la modernidad en la nueva metrópoli. En 1949 en la segunda visita a Bogotá, Le Corbusier, ante el alcalde Fernando Mazuera, firmó el contrato para el Plan Piloto de Bogotá que tendría como eje cuatro escalas: el Plan Regional, el Plan Metropolitano, el Plan Urbano y el Centro Cívico. El plan estaba basado en las cuatro funciones básicas del urbanismo moderno: habitar, trabajar, cultivo del cuerpo y el espíritu y circulación. En diciembre de 1949 se realizaron elecciones generales, los liberales no participaron aduciendo falta de garantías y en 1950 subió al poder el también conservador Laureano Gómez, quien fuera ministro de relaciones exteriores del gobierno de Ospina. En 1951 el alcalde mandó pavimentar los rieles del tranvía, la ciudad moderna contaría con nuevos planes viales y buses de gasolina y se iniciaría la construcción del viaducto de la calle 26, con sus puentes, y la avenida 19, bautizada Ciudad de Lima. Una vez entregado el Plan Piloto o Plan Director, sería la firma Town Planning Association-TPA de Nueva York, a la cabeza de Sert y Wiener, El plan regulador de Bogotá determinaría la imagen de la ciudad moderna. Fuente: Martínez Sanabria, F. Revista Estampa, 5 de Marzo de 1949 los encargados de poner en marcha los planteamientos del arquitecto francés, a través del desarrollo del Plan Regulador. En 1953, el alcalde de Bogotá, coronel Julio Cervantes y el Gobernador de Cundinamarca, Luis Caro Escallón, pidieron la colaboración de los economistas Enrique Peñalosa Camargo y Lauchlin Currie, miembros del Comité Nacional de Planificación, para la formulación del Plan Fiscal y Administrativo para la ciudad. Aunque la vieja Santafé está cambiando, el rápido crecimiento de la población hace más que necesario el replanteamiento de las soluciones de vivienda,
32 EMCOCABLES Usaquén, el poblado de orígen indígena, distante del núcleo fundacional será anexado a la ciudad. Foto: Museo de Bogotá redes de acueducto y alcantarillado, sistemas de transporte, etc. El Plan está orientado hacia la reorganización de la administración pública y la priorización de las inversiones y se sugiere anexar los municipios vecinos a la ciudad pensando en el progreso industrial y comercial. El 13 de junio de 1953, el teniente Gustavo Rojas Pinilla dio un golpe de Estado y ocupó de facto la presidencia de Colombia. Aunque inicialmente contempla la posibilidad de hacer realidad el Plan Regulador entregado por los asesores norteamericanos Sert y Wiener, se concentra en la ejecución urgente de proyectos estratégicos desde el punto de vista militar: la construcción de un aeropuerto internacional, el Centro Administrativo oficial - sede de los Ministerios en proximidad al aeropuerto- y la Autopista Norte, que jalona el crecimiento de la ciudad arrastrando con ello la expansión de la ciudad moderna. Se prolongaron la avenida Caracas y la avenida Cundinamarca – carrera 30- desde la intersección de la Avenida de las Américas hacia el norte, se amplió la calle 13, demoliendo la estación del Ferrocarril del Sur, entre otras construcciones. “Amamos el pasado y lo respetamos con toda la fuerza de nuestra alma, pero no podemos vivir como se vivía en el pasado”, dice el contralmirante Rubén Piedrahita, Ministro de Obras públicas. En 1954 se creó el Distrito Especial de Bogotá, anexando los municipios de Bogotá, Usme, Bosa, Fontibón, Engativá, Suba y Usaquén y en 1955, el territorio de Sumapaz. Estas nuevas tierras se decretaron como agrícolas e industriales y terrenos para urbanizar, en contra de las recomendaciones del Plan Regulador. Para los años 40 la ciudad capital contaba apenas con trescientos veinte mil habitantes, en la década del cincuenta, duplicará su población para pasar de aproximadamente setecientos mil habitantes en 1951, a un millón seiscientos mil en 1964. La ciudad se extiende como una mancha de aceite hacia el norte, sur-occidente y sur-oriente y las nuevas vías dan prioridad al automóvil y a los buses. El malestar público por las medidas tomadas a lo largo de la dictadura y la difícil situación económica ocasionaron una movilización estudiantil en los primeros días de mayo de 1957,
Alma de acero 33 La Autopista norte, avenida Los Libertadores, dará origen a nuevas urbanizaciones modernas. Foto: Museo de Bogotá La Avenida de las Américas concebida en 1944 por la Sociedad Colombiana de Arquitectos jalonó el proceso de urbanización hacia el occidente. Fuente: Guía de Bogotá, 1948.
34 EMCOCABLES los diarios liberales dejaron de circular, al paro se sumaron los bancos que cerraron sus puertas y se unió el comercio capitalino. El 7 de mayo se inició la parálisis industrial en Medellín y Bogotá y un día después se suman Cali, Barranquilla y Manizales. El gobierno anuncia sanciones a los bancos, y en las calles de Bogotá, Popayán, Palmira y Buenaventura mujeres de luto marchaban en silencio llorando a los miles de muertos. El día 9 el comercio continúa cerrado y escasean los alimentos. El 10 de mayo de 1957, Rojas Pinilla fue obligado a entregar el poder a una Junta Militar compuesta por los mayores generales Gabriel París y Deogracias Fonseca, el contraalmirante Rubén Piedrahita y los brigadieres generales Rafael Navas Pardo y Luis E. Ordóñez. La década de los años cincuenta abrirá paso a la arquitectura internacional y a las grandes firmas profesionales, es la conjunción de la ingeniería y la arquitectura, el apogeo de la construcción en concreto armado, el despliegue estructural y la década de los ensayos más interesantes en el campo de la vivienda en serie. El 13 de junio de 1956 un artículo promocional en el diario El Tiempo anuncia la construcción del aeropuerto internacional ElDorado y describe las particularidades de la nueva terminal, destacando las ventajas sobre el tradicional Aeropuerto de Techo. La firma de arquitectos Steward, Skinner and Associates, había sido la encargada del proyecto general por pedido de la Corporación Nacional de Aeropuertos. La terminal aérea inicialmente fue proyectada con dos pistas de 3.900 metros de longitud, con un ancho de 60 metros, la capacidad de la pista sería suficiente para permitir las La Revista Semana hace un montaje y en su carátula muestra cómo la ciudad se está transformando. Es un adiós a la vieja Santafé. Fuente: Revista Semana, Vol. XXI, núm. 507, 1956
Alma de acero 35 Los diarios El Tiempo y El Espectador sufrieron atentados durante la dictadura y fueron censurados. El Tiempo publica Intermedio y en él registra la noticia de la caída de Gustavo Rojas Pinilla. Fuente: Intermedio, viernes 10 de mayo, 1957 maniobras de aviones de hasta 450 toneladas. La firma Cuéllar, Serrano, Gómez y Cía., quedó a cargo del modernísimo terminal, el arquitecto Gabriel Serrano Camargo lideró el diseño en conjunto con sus socios Camilo Cuéllar y José Gómez Pinzón, el arquitecto Gabriel Largacha y el ingeniero Doménico Parma. El vestíbulo principal era una sala de gran altura donde se destacaba el trabajo de una secuencia rítmica de esbeltas vigas de concreto postensado. El 10 de diciembre de 1959 se inauguraron el aeropuerto internacional y la Avenida ElDorado con los puentes sobre las nuevas vías e intersecciones: dos puentes sobre la Avenida Caracas, uno en la carrera 13, otro en la carrera 19, en la carrera 7, sobre la carrera 10 y carrera 5 y sobre la calle 26. La prensa advierte que en estas obras, también a cargo de la firma Cuéllar, Serrano, Gómez los “48 pilotes, cuyo extremo superior quedará a la vista del público” no serán solamente útiles para la movilidad en la metrópoli, se convertirán en un “ornamento de la ciudad moderna” (El Tiempo, junio 1959:4). Colombia, dice la Revista Proa que lidera el movimiento de la arquitectura moderna, ha dado el gran paso de la mula al avión… Y en ese salto, se irán trenzando como veremos, los cables de EMCOCABLES.
36 EMCOCABLES En 1959 se inauguró el aeropuerto internacional ElDorado, diseño y construcción a cargo de la firma Cuéllar, Serrano, Gómez. Foto: Paul Beer. Museo de Bogotá
Alma de acero 37 El perfil de los fundadores y accionistas Los años cincuenta y sesenta son décadas de cambios tanto a nivel económico como social y cultural en el país y en el mundo. En Colombia, a nivel empresarial y de construcción de ciudad se presenta un fenómeno muy interesante: el constante diálogo interdisciplinario. EMCOCABLES reúne en sus comienzos distintas voces, los accionistas le apuestan al futuro de una empresa nacional, no únicamente La ciudad estará unida al mundo a través de su moderno aeropuerto y a través de la llamada avenida ElDorado. Los puentes que surcan la antigua Santafé fueron construidos por la firma Cuéllar, Serrano, Gómez. Foto: Museo de Bogotá por su rentabilidad, sino porque están convencidos de que hacer empresa es la manera de hacer país. El perfil de sus fundadores y de los miembros de la junta directiva deja ver ese equipo diverso: ingenieros, empresarios, arquitectos, economistas, abogados. El diálogo continuará además con distintas instituciones; la Federación de Cafeteros, la Flota Mercante Grancolombiana, el Banco Cafetero, el Banco de la República, la Corporación Financiera, el Banco Central Hipotecario, la Caja Agraria, entre otros. Los encargados de cortar la cinta el día de la inauguración y de hacer el recorrido por la planta son Camilo
38 EMCOCABLES Cuéllar Tamayo, Doménico Parma, Julio José Fajardo, en calidad de gerente y Rafael Serrano Camargo como subgerente. Están presentes también, por supuesto, José Gómez Pinzón y Gabriel Serrano. Gabriel Serrano (1909—1982), cuando aún cursaba la carrera de ingeniería civil en la Facultad de Matemáticas e Ingeniería de la Universidad Nacional, se vinculó con los prestantes arquitectos Alberto Manrique Martín, Guillermo Herrera Carrizosa y Casanovas y Mannheim—, aún no se había abierto la carrera de arquitectura, la rama de su interés. Por entonces, decidieron montar una oficina con José Gómez Pinzón (1909 -1988), también ingeniero y compañero de universidad —quien apenas graduado sería el director de la Facultad de Matemáticas e Ingeniería— y con el arquitecto Camilo Cuéllar Tamayo (1909- 2004), egresado de la Architectural Association en 1934. Al trío inicial se vincularían luego el arquitecto Gabriel Largacha (1920-1986), quien además era un talentoso pintor y el italiano Doménico Parma (1920–1989), como ingeniero calculista. Gabriel Serrano es excelente dibujante, talento que habían alentado Manrique Martín y los hermanos Carrizosa, y con ellos aprende sobre diseño y construcción. Recibe el título de ingeniero, pero es un arquitecto en esencia, y se vincula como profesor en la recién creada facultad de arquitectura. Ya le otorgará el título de arquitecto la Universidad Nacional en 1949, cuando varios de sus alumnos se han sumado al quehacer nacional iniciando la ciudad moderna. Será miembro fundador de la Sociedad Colombiana de Arquitectos y su direcEl Hospital San Carlos, diseño de Gabriel Serrano, el primer sanatorio antituberculoso diseñado científicamente y el hospital más moderno de Colombia para entonces. Foto: Archivo Cuéllar, Serrano, Gómez
Alma de acero 39 tor, hará parte de la Comisión de Artes Plásticas Nacionales, de la junta directiva del Museo de Arte Moderno, miembro distinguido del Instituto Americano de Arquitectos, la Sociedad de Ingenieros y Arquitectos, miembro honorario del Colegio de Arquitectos de Chile, de la Sociedad de Arquitectos Mexicanos y de la Sociedad Venezolana de Arquitectos. A Gabriel Serrano se le debe, entre otras muchas obras que veremos en los siguientes capítulos, la sede del Jockey Club en el parque Santander y también el edificio Camacho en la avenida Jiménez, homenaje a Mies van der Rohe, un edificio con fachada transparente, que remata la avenida– las más importante por entonces- y a la vez desde su interior permite la vista hacia los cerros orientales. Será uno de los primeros edificios inspirados en la arquitectura moderna en Bogotá, cuyos ejemplos en Brasil y Estados Unidos eran admirados tanto por Serrano, como por Gabriel Largacha, responsables directos del departamento de diseño en la firma. En 1948, cuando el edificio Camacho se volvía un hito en la avenida Jiménez, se inauguró el Hospital San Carlos, también diseño suyo. Será el primer sanatorio antituberculoso diseñado científicamente y el hospital más moderno de Colombia. Su construcción duró cinco años y los materiales y equipos fueron importados de Europa y Estados Unidos a pesar de las limitaciones de la segunda Guerra Mundial. Los proyectos hospitalarios serán una de sus preferencias personales, la firma construye también la torre quirúrgica para el Hospital San Juan de Dios (1948), el hospital San Ignacio (1950), el Simón Bolívar y las Las oficinas de la firma Cuéllar, Serrano, Gómez funcionaban en el piso 16 del edificio de Seguros Bolívar, construido por la misma, donde estaría luego la oficina de EMCOCABLES. Foto: Archivo Cuéllar, Serrano, Gómez
40 EMCOCABLES clínicas David Restrepo (1950), San Pedro Claver y Colsubsidio en Bogotá. La firma Cuéllar, Serrano, Gómez y Cia. se convertiría a partir de los años cincuenta en una de las más importantes del país. Para los años sesenta, cuando se crea EMCOCABLES, y hacen parte de los socios fundadores Gabriel y Rafael Serrano, José Gómez Pinzón, Camilo Cuéllar y Doménico Parma, la firma cumple 25 años, había diseñado mil proyectos, construido las dos terceras partes de estos, tenía una planta con 120 personas y obras en curso que ocupaban más de tres mil obreros. Julio José Fajardo (1929-1997) es el primer gerente de EMCOCABLES y para el inicio, uno de los mayores accionistas. Ingeniero civil y mecánico, tenía un gran don de gentes. Hizo parte de la Comisión Nacional de Rehabilitación, el esfuerzo del presidente Lleras Camargo por “rescatar del incendio de la violencia sin nombre, algunos departamentos colombianos”. Nacido en Cali, se trasladó a Bogotá para estudiar ingeniería civil en la Universidad Nacional y viajó luego a Estados Unidos para especializarse en ingeniería mecánica en Georgia Tech. A su regreso, se vinculó con prestantes firmas de ingenieros y trabajó entre otras con Enrique Vargas Ramírez -quien fuera Ministro de Obras Públicas y Transporte en los años setenta. Le interesaba hacer empresa, reconstruir el país y fortalecer su industria. Se conocía al dedillo su tierra y no dudó en hacer parte de la Comisión de Rehabilitación, de la que había sido miembro Monseñor Guzmán como párroco del Líbano, Tolima y quien el 29 de abril bendijo la planta de EMCOCABLES. Es el más joven, para los años sesenta tiene apenas treinta años –los demás ya pasan de los cincuenta-, y encanta con su gran vozarrón y estatura. Además de empresario e ingeniero es “el último romántico del siglo XX y un hombre del renacimiento”, coleccionista de arte y filántropo. En 1966 obtuvo el Premio Nacional de Poesía y publicó, además, varias novelas. Nacido en Cali mantiene sus contactos en el Valle y es quien entabla las relaciones con la Financiera, con la Flota Mercante y con los industriales caleños. Rafael Serrano Camargo es el hermano de Gabriel Serrano, ingeniero civil egresado de la Universidad Nacional. Es profesor, periodista y miembro de varias organizaciones industriales. Organizado, metódico, como subgerente al inicio de EMCOCABLES coordina los asuntos de la planta y las relaciones con la Paulsen Webber Cordage y, a la par con Camilo Cuéllar, se ocupa de la relación con los gremios y corporaciones. Es ingeniero, riguroso, pero su pasión es la investigación histórica, será autor de biografías de Simón Bolívar, Rafael Núñez, el General Uribe Uribe y el poeta José Asunción Silva, además de varios artículos y textos sobre Bogotá y miembro de número de la Academia de Historia. Aunque su hermano Gabriel, diseñador de la firma, se convertirá en el pionero de la arquitectura moderna, y le había diseñado su casa en estilo neocolonial en los años cuarenta, añora la Bogotá señorial anterior al 9 de abril y en la reseña póstuma que hace de su hermano, recuerda su infancia en los solares del barrio Santa Inés y en el Colegio San Bartolomé. Sus acciones en la empresa las heredará en los años 80 su hijo, el arquitecto Enrique Serrano, tan afín siempre a su tío Gabriel. José Gómez Pinzón, quien fuera compañero de universidad de Gabriel
Alma de acero 41 Serrano y luego el presidente de la firma, para el momento en que se creó EMCOCABLES, ha sido Ministro de Obras públicas (1941-42), Embajador en Alemania (1958), Consejero del presidente y jefe de la oficina de Rehabilitación (1958)– , director de la facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional y Rector de la misma, profesor de la Facultad de Ingeniería y miembro del Consejo Directivo de la Universidad de los Andes –Universidad privada fundada en 1948-. Gómez Pinzón fue elegido en 1948 como Soberano Gran Comendador del Supremo Consejo del Grado 33, el máximo cargo y distinción al que puede llegar un masón en Colombia. Será también gerente de la Unión Industrial de Barranquilla y profesor en la Universidad de los Andes -institución que en 1969 le otorgó el grado Honoris Causa en Filosofía y Letras- y presidente honorario de la Cámara Colombiana de Construcción - CAMACOL. Gómez Pinzón tendrá excelentes relaciones con los bancos y experiencia como empresario. Para la compra de la trefiladora, será quien conduce las negociaciones con la fábrica y con el gobierno alemán. Al inicio y según consta en las actas, los acompaña el abogado constitucionalista Álvaro Copete Lizarralde, -quien a los 29 años había sido Procurador General de la Nación-, encargado de los asuntos jurídicos, redacción de estatutos y manejo de acciones. Para 1966 la mayoría de estas le pertenecen a la Corporación Financiera de Colombia -primera institución financiera colombiana, fundada en 1945-, a la Shaefer Klaussmann y Cia., compañía exportadora regulada en 1931 durante el gobierno de Olaya Herrera y a la Paulsen Weber Corporation. En pocos años más se sumarán empresarios, firmas de ingenieros y arquitectos y la empresa se irá consolidando y fortaleciendo. La revista Semana le dedica su carátula a los miembros de la firma Cuéllar, Serrano, Gómez. Fuente: Revista Semana, mayo de 1957
42 EMCOCABLES La función y la innovación técnica, serán conceptos fundamentales en la arquitectura moderna. Los nuevos materiales que se están utilizando – el concreto, el acero, el vidrio-, requieren para su manejo de nuevos equipos y también de diferentes técnicas constructivas. Las propuestas de edificios en altura, requieren del diálogo entre los ingenieros y el arquitecto y en un país que se está reconstruyendo, en un mundo aún afectado por la guerra se deben buscar soluciones también frente a la economía. Constituir una empresa dedicada a producir los materiales que necesita ese país en construcción, lograr consolidar un mercado y además, iniciar la exportación, requiere de un esfuerzo de equipo. EMCOCABLES hará parte del inicio de la modernidad y el comienzo de la metrópoli. Gabriel Serrano, conjuntamente con los ingenieros José Gómez Pinzón, Doménico Parma y Andrius Malko, habían desarrollado en 1948 el entrepiso en concreto conocido con el nombre de “reticular celulado”, uno de los primeros logros en el desarrollo de la industria de la construcción en Colombia, patentado luego como el “sistema colombiano” y utilizado a lo largo del mundo, sobre todo en Estados Unidos. Este sistema consistió en una losa aligerada con el espesor suficiente para resistir los esfuerzos, logrando vigas en los dos sentidos de la placa, de forma reticular, a lo largo de toda la losa, reduciendo la cantidad de material requerido en comparación con la placa maciza. Entre sus beneficios inmediatos este sistema permitía una economía en el acero de refuerzo y las cantidades de concreto comparado con losas tradicionales, además de compuestos ya prefabricados, aportando a la mecanización de su producción y manipulación. En 1955 Parma publicó el Doménico Parma y la puesta en marcha del sistema del reticular celulado en el edificio Nader. Fuente: Archivo Cuéllar, Serrano, Gómez La firma Cuéllar, Serrano, Gómez publicó el manual escrito por Doménico Parma, manual de referencia para arquitectos e ingenieros a nivel nacional e internacional. Fuente: Carátula Cálculo de Entrepisos Reticulares, 1955
Alma de acero 43 libro “Cálculo de entrepisos reticulares”, que rápidamente se convirtió en uno de los manuales de referencia para los ingenieros y arquitectos y complementó el conjunto de manuales de construcción norteamericanos más conocidos. En 1952, Doménico Parma para la construcción del Hotel Tequendama, propuso sustituir el esqueleto de acero importado por una estructura en concreto armado. La Holabird Rood & Burgee, firma norteamericana asociada en el proyecto, pretendía importar a través de la American Bridge la estructura– el aporte nacional sería mínimo no sólo en mano de obra, sino en cuanto a materiales – y los tiempos de construcción dependían de miles de avatares. La firma Cuéllar, Serrano, Gómez, con Doménico Parma como ingeniero levantó el gran edificio de 26.000 metros cuadrados de superficie a razón de un piso por semana, incluidas las escaleras y las columnas. Dos mil obreros participaron en la construcción, colombianos en su mayoría. El esqueleto de 18 pisos marcó el nuevo eje de la ciudad moderna en el mes de julio y señaló también un destino, es necesario que el país tenga una industria en el sector de la metalmecánica que le permita avanzar al ritmo que se necesita en ese vertiginoso siglo XX. No hay buena obra si no tiene algo innovador, diría el ingeniero El Hotel Tequendama, el más moderno de la ciudad construído en tiempo récord por la firma Cuéllar, Serrano, Gómez. Fuente: - Revisar
44 EMCOCABLES Guillermo González Zuleta, y a partir de los años cincuenta las innovaciones en la técnica constructiva y las soluciones que se plantean convergen en la construcción de la modernidad en ese país de regiones, separado por los tres ramales de la cordillera de los Andes. En el capítulo siguiente haremos un recorrido por los grandes edificios que se levantan y la utilización de tecnologías de pre y post-tensionamiento de elementos en concreto y el curso de la Empresa Colombiana de Cables- EMCOCABLES. Siguiendo el hilo, descubriremos los cables de acero que hacen posible las grandes construcciones y la historia de los rascacielos en Colombia. Haremos visible lo invisible… Foto: Andrés Galeano
Alma de acero 45
46 EMCOCABLES Cables y torones Desde tiempos inmemorables, la humanidad utilizó el trenzado de fibras naturales para jalar, colgar, soportar, arrastrar o sostener. El trenzado de las fibras le confiere al conjunto una resistencia y elasticidad que no dispone la fibra por sí misma, obteniendo un elemento empleado para multitud de usos. Los egipcios, por ejemplo, hicieron cuerdas que datan del 4000 al 3500 a. C., elaboradas principalmente con juncos. En el sureste de Francia, en el yacimiento prehistórico de Abri du Maras, se hallaron haces de fibras entrelazadas, unidas de un modo intencionado para crear cordel, y en su extremo estaba atada una delgada piedra de sílex, herramienta que requería para su utilización la resistencia de la fibra. Este principio del cordón resistente con el paso de los siglos se fue transformando. El término “cable” proviene del latín Capulum, en las ruinas de Pompeya, los arqueólogos encontraron un trozo de cordón de tres torones —9 hilos— de bronce. Por su parte, Leonardo da Vinci, entre sus inventos, hizo dos bocetos de máquinas para la fabricación de los cordones resistentes que le facilitarían la vida, entre otros, a los arquitectos italianos durante la construcción de las grandes catedrales y palacios, así como una trefiladora para fabricar hilos de alambre. Aunque no se construyeron, algo de sus principios quedaría plasmado en las máquinas del siglo XX. Wilhelm Albert, talentoso músico quien había estudiado derecho y terminó manejando la industria minera de la región de Harz, Alemania, publicó en 1829 un estudio sobre la rotura de las cadenas de hierro utilizadas en los polipastos de las minas, causadas por cargas pequeñas repetidas constantemente. Para levantar cargas en la industria minera a principios del siglo XIX, se utilizaban cuerdas de cáñamo y cadenas de hierro. Las cuerdas de cáñamo eran caras de importar y sólo podían aplicarse en pozos secos y las cadenas de hierro no eran del todo seguras, el fallo de un solo eslabón provocaba inevitablemente la caída de la carga. Albert se daba cuenta de las ventajas de la cuerda de cáñamo, —donde los elementos que soportan la carga trabajan juntos, en paralelo—, pero también, de la mayor resistencia a la tracción de la cadena de hierro. Durante su estudio observó que la rotura por fatiga no estaba relacionada con una sobrecarga accidental, sino que dependía de la tensión aplicada y del número de repeticiones del ciclo, decidió entonces combinar las ventajas de estos dos sistemas trenzando entre sí los materiales. Entrelazó en hélice —espiral y entre sí, los hilos de alambre formando lo que conocemos como torón —unidades de alambres trenzados—. El primer cable metálico de Albert se instaló en el pozo Caroline de Clausthal en julio de 1834. Si bien el hierro había aportado a
Alma de acero 47 la resistencia del cable, no así a su flexibilidad. La producción del acero a bajo costo fue la novedad tecnológica más importante de las últimas décadas del siglo XIX; tanto que el periodo merece ser llamado “la era del acero”. En 1880, en plena revolución industrial, mientras August Borsig entregaba la primera locomotora diseñada totalmente en Alemania, y Emil Rathenau pone en marcha el camino triunfal de la luz eléctrica en Berlín, y Siemens & Halske (1847) — conocida luego como la empresa Siemens—, unen Rusia a través de una red telegráfica, inauguran el ferrocarril eléctrico en Berlín y construyen y montan el primer ascensor eléctrico, se reemplaza el cordón de hierro por el de acero —aleación de hierro con carbono—. Al igual que su precursor, el cable está formado por varios torones alrededor de un alma. La fuerza del vapor movería una máquina que vendría a reemplazar el paso de quien llevaba el hilo de un extremo a otro y movería la polea encargada de trenzarlos. La “cerradora”, permitiría que los cordones obtenidos en el anterior giraran sobre un cable central denominado alma, reemplazando horas hombre y produciendo cables en menos tiempo, enrollándolos y tensándolos adecuadamente. El torón es un cable de acero constituido por un grupo de alambres dispuestos de manera helicoidal, fabricados para trabajar a tensión. Este cable será más flexible cuanto mayor es el número de alambres en el filamento, o más rígido si se utiliza un número menor. Su diseño permite que cada alambre tenga la libertad de movimiento en relación a los alambres adyacentes. Mientras más alambres conformen este elemento, mayor será su flexibilidad y resistencia en esfuerzos elevados; logrando el objetivo de transmisión de movimiento, fuerzas y energía de forma eficaz y efectiva. Alambre se le llama a una barra de sección circular de secciones de hasta 4mm de diámetro que se produce en rollos a partir del alambrón. Existen diversos tipos de alambres –cubiertos o sin recubrir- que varían de acuerdo al contenido de carbono y de los demás componentes de la aleación del acero.
48 EMCOCABLES
Alma de acero 2 49 Foto: Andrés Galeano
50 EMCOCABLES