LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 51 - se les pagase nada por su trabajo ni por la comida que nos daban…” 50 En una siguiente etapa, durante 1555, se ordenó: “que el trabajo y comida que diesen los indios se les pagase por arancel que los corregidores de las ciudades pusiesen...” 51 Entre tanto, los corregidores, cuya misión remunerada,52 era administrar justicia, hacer trabajar a los indios en la mita, hacienda, labranza. Visitar valles para recoger tributos, pasar por cárceles y vigilar que haya orden53 en los corregimientos54, a ver que el comercio era una actividad rentable en esa zona, también se dedicaron a la venta de vino, pan, tocino y maíz a precios elevados, aprovechando de la granjería de los indios chichas. Lo que se controlaba con rigor, igual que en el periodo precolonial, era que la atención de los tambos sea realizada por indias acompañadas de sus maridos, padres o hermanos y que la distribución de pasto para recuas y animales de cocheras, se reparta prontamente al paso de los pasajeros en los diversos caminos, para que los indios aceleren el trabajo y retornen pronto a sus casas.55 Finalmente, como una forma de completar la persuasión de españoles a chicheños, el Virrey Toledo propuso, “tratarlos bien”, dotarles de “vestimenta y alimento con toda buena comodidad durante siete u ocho meses”, según lo que indica una carta de 1574, donde además puntualiza que los “yndios chichas” sustentan el trabajo de explotación de minas en Potosí y Porco y el enriquecimiento de la Corona.56 Los nativos de Yavi y Humahuaca, Casabindos y Cochinocas, fueron otro grupo que no partió a la mita, debido a que Gutierre Velásquez de Obando, el mayor hacendado de esa zona, que los tenía bajo su mando, argumentó que los necesitaba para la producción de sus tierras y ganado que luego servían para el abastecimiento 50 Descripción colonial, Fr. Reginaldo de Lizárraga [1589]. Buenos Aires. 1916, p 300, 301. 51 Ibidem. 52 Idem. Libro V. Título Segundo. De los Governadores, Corregidores, Alcaldes Mayores y sus Tenientes Alguaziles. Ley xxxij. 1574. 53 Idem. Ley xxiij. 1530. Ley xxxxij. 1613 y 1640. El cargo de corregidor fue creado en 1565. 54 Idem. Libro VIII. Título Veinte. De la venta de oficios. Los corregimientos eran subdivisiones de las audiencias y los corregidores residían en la población principal del corregimiento, su cargo era comprado a la Corona y duraba 5 años. 55 Congreso de la República del Perú. ALP. Libro VI, “Título Treze. Del Servicio en Chacras, Viñas, Olivares, Obrajes, Ingenios, Tambos, Perlas, Recuas Carreterías, Casas, Ganados y Bogas. Ley iij. 1609”. 56 “… y se ve be por yspiriencia de lo presente y pasado en esta tierra y la de Chile, que si no se atajasen tantos daños destruirían y disiparían toda la provincia de los yndios chichas que son los principales que sustentan el asiento de potosí y porco y que podía suceder gran perjuicio daño de la hazienda rreal de vuestra magestad”. Gobernantes del Perú. Cartas y papeles del Siglo XVI, 1924.T.5. p. 432.
María Elena Chambi Cáceres - 52 - de las minas de Chichas. Con estas disposiciones, aumentó la mano de obra indígena en la agricultura de los valles chicheños, en consecuencia se amplió la producción de maíz y trigo, lo que incrementó la exportación de esos productos hacia España durante el siglo XVI. Entre tanto, la elaboración de chicha en esa región, se mantuvo inalterable. Esta bebida, procesada en base al maíz, fue fundamental en tiempos prehispánicos y en la colonia, de modo que incluso los españoles aprendieron a disfrutarla y la describían como un brebaje similar o mejor al vino español, o la sidra elaborada en base a la manzana.57 Si bien los indios chichas gozaron de ciertos privilegiados, antes mencionados, los pobladores que habitaban Tarija, vivían más aventajados aun con la política de poblamiento de la zona, eso se reflejaba en la autorización que tenían para sembrar, cosechar uva y luego procesarla en vino. Es así, que en 1638, ya había un célebre valle ubicado a seis leguas del pueblo andaluz, llamado Concepción, donde se producía vino que se despachaba a las otras provincias de Charcas, mientras que las botijas vacías de vino eran enviadas hasta Cochabamba58. Domingo de Torres, que vivía en Tarija, era un empresario vitivinicultor y uno de los mercaderes que iba con frecuencia a Tucumán y con cuya inversión en comercio exportaba botijas de vino hasta Jujuy. 57 “Chicha que assi llaman á su vino” “muy mejor, é la calor dello es como la del vino coçido blanco de España y es gentil brebaje”. Historia General y Natural, Gonzalo Fernández de Oviedo. Madrid, 1853. p.136. 58 Producción y comercio en la historia de Bolivia colonial. Laura Escobari de Querejazu. 2014. p.331.
Vista panorámica de Calcha. Reducción importante de indios chichas, junto con Cotagaita y Talina. Su clima beningno atrajo a los españoles Foto: MECHC
Tejidos de Calcha. Actualmente es materia de exportación. Foto: MECHC
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 55 - Talina La ubicación estratégica de Talina, permitió que en la etapa prehispánica se constituya en tambo59, que se conservó durante la colonia. En 1573 los nativos de Talina consolidaron sus derechos sobre las tierras agrícolas cercanas a ríos, quebradas y extensas pasturas, cuando el visitador español, capitán Agustín Ahumada hizo la tasación, que le llevó un largo tiempo, por lo que convocó a Fray Juan Barragán, en 1575, para concluirlo. Nueve pueblos antiguos fueron reducidos en Talina, entre los que se hallaban los indios que habitaban el “valle de Sococha”, en un proceso con dos características: reasentamiento y reducción por un lado; y pacificación con negociación, por el otro, ya que los españoles lograron atraer a una parcialidad de chichas que previamente tributaba a los chiriguanos y estaba rebelada junto a Casabindos, Cochinocas y Omaguacas. A partir de este “acuerdo”, los nativos de Talina continuaron sus antiguas guerras contra los chiriguanos, pero aliados con los españoles.60 Según el cacique de Talina, Diego Espeloca, los chiriguanos, “tenían arruinada y despoblada la dicha provincia de los chichas, que cada día daban en ellos y los mataban y robaban y cobraban tributo y los dichos indios chichas se lo daban, que era ropa de cumbe, pillos de plata, manillas de plata, hachas y azuelas de hierro y otras cosas, y con todo esto no los tenían contentos sino que ... los indios no dormían en sus casas sino que se iban al monte y aún allí no estaban seguros... y se despoblaron 4 o 5 pueblos pequeños” 61 Pese a saberse dueños, los indios de Talina no dejaban de sufrir la presión sobre sus tierras por parte de los vecinos españoles en la Gobernación de Tucumán, con constantes despojos a través de la usurpación simple o la presión para su venta, sobre todo ubicadas al sur de Talina y que llegaban hasta Cangrejos. Estos abusos 59 Colección de Publicaciones históricas de la Biblioteca del Congreso Argentino. Roberto Levilier. 1918. T1. P 170-171. 60 Palomeque 2010. p23 61 Información de Méritos y Servicios de Luis de Fuentes. 1604. AGI Patronato, 142, 1,3, f. 26 a 28v, en Palomeque 2010.
María Elena Chambi Cáceres - 56 - fueron denunciados ante el sistema judicial colonial. Sin embargo, posteriormente esas expropiaciones fueron legalizadas durante la composición de tierras de 1595, ya que las autoridades tucumanas continuaban otorgando mercedes sobre esas tierras.62 Cansados de esos abusos y peleas por esa jurisdicción, por el año 1600, el Corregidor de la Provincia de Tarija, Juan Ruiz de Villoslada, puso mojones en “Pumaguasi al salir hacia la pampa de los Cangrejos con citación que hizo al Gobernador del Tucumán sin contradicción suya se pusieron los mojones…” 63 Las tierras que poseían los indios y que eran usadas para la producción de maíz y papa64 eran: Chipihuayco, que además contaba con ovejas de Castilla, que eran paseadas por indios en el arroyo arriba. A una legua se hallaba el río grande, al que luego llamaron los españoles San Juan del Oro, según afirma Palomeque. En ese trecho se ubicaba la chacra Uypacha. Tres leguas más abajo estaba Palquiza, aunque en el recorrido, había aun amplio espacio de “arenal, cortaderal y peñascos”. Luego se hallaba Arachi, Yurco Mayo, Tupiza y Vento, que distaban de Talina unas siete leguas. A cinco leguas de Talina estaba Humacha y Yuruma, que también producían maíz y papa. En la chacra de Estarca y Tapaxa había ovejas de la comunidad, igual que en Casira y “Quechena” por la presencia de “pasturas”. Entre tanto en Caxtola e Ichiraloca, además de sembrar papa, cosechaban quinua. Si bien, el porcentaje de mitayos que Talina destinaba a Potosí, era menor que otras poblaciones, fue la mita de tindarunas a Tarija, con salarios subvaluados y en especie, lo que representaba la reducción de la población y en consecuencia el impedimento para que puedan volver al pueblo a pagar sus tasas. 62 “...El maestro de Campo Don Pablo Bernardes de Ovando, vecino feudatario de la ciudad de Jujuy y dueño de las estancias de San Francisco de Haycate que es una de las del litigio de diezmos entre el arzobispado de los Charcas y Obispado de Tucuman en cuyo distrito y jurisdición está la dicha mi estancia, paresco ante V.S.Ilustrísima y digo que yo he sido citado para la vista de ojos y definición del dicho litigio por mandado de V.S.I., para lo cual conviene al derecho de la provincia del Tucumán que se ponga con los autos en esta razon hechos un tanto de la Visita Reducción de los indios y Repartimiento de tierras que hizo el General Agustin de Aumada por orden y comisión que para ello le dió el E.Sr. Don Francisco de Toledo visorrey que fue de estos reinos el año de 1573, y de otra visita que hizo el General Don Pedro Zores de Ulloa el año de 1594 asimismo por comisión del E. Sr. Don García Hurtado de Mendoza virrey que fue de estos reinos, en aquella sason por constar de ella haber quedado por realengas las tierras que antes de dichas visitas fueron de los indios del pueblo de Talina y de donde fueron reducidos a dicho pueblo dandoles las tierras que pidieron para sus sementeras y crias de ganado, todo lo cual está en los autos de litigios y de pendencias de dichos indios con personas particulares de que hago demostración para que se saque el dicho tanto.../”ABNB 1670.f.25v. 63 Ibidem. Testimonio del Capitán Juan Pizarro Pardo. f 63. 64 Ibidem. Memoria de las tierras adonde se sustentan y poseen los indios del pueblo de San Juan de Talina y pagan las tasas. f 28,29.
Pobladores de Yavi. Lucen los ponchos y sombreros típicos de la región. Dirección de Turismo- Yavi. Foto:
Proceso de siembra en el norte argentino. La zona aún conserva la producción de maíz. Dirección de Turismo- Yavi. Foto:
Cántaro de chicha tierna. Bebida que aun es consumida en toda la zona chicheña, especialmente durante y después de la siembra.
La Glorieta. Ruinas de la estancia e iglesia administrada por sacerdotes. Era una zona prohibida para el ingreso de niños. Máximo Mamani Girón. Catequista de Talina y alto dirigente de la actual nación chichas. Está ataviado del traje característico.
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 61 - No otra cosa se desprende del informe que brinda el empadronador de Chichas en 1622, Francisco de Segovia, por orden del Corregidor de Tarija, Juan Porcel de Padilla. Éste preocupado por el descenso poblacional, informa que “Talina entrega mitayos a Potosí y Tarija como si tuviera 311 tributarios, cuando sólo tiene 179, y que hace 20 años que los tres pueblos (Calcha, Cotagaita y Talina) deben entregar 150 indios de mita a Tarija, aunque “sin tener obligación”.65 No obstante, la población de Talina era privilegiada porque las tasas que pagaban al régimen español en producción agrícola, maíz, papa, etc, era menor que en otros partidos, según afirma Palomeque, basada en su investigación de archivos históricos originales de la época. La explicación dada es que los chichas de Talina lograron negociar una tasa más baja que el resto, en reconocimiento a que en “... la población antigua de Quera,... hicieron aquella gran matanza de Chiriguanaes por la cual se les hizo merced de que no paguen más de seis pesos en cada un año...” 66 65 Palomeque 2010.p 66 ABNB, EC. 1652. f5. Testimonio de Juan Gregorio Madrigal.
María Elena Chambi Cáceres - 62 - El cacique Diego Espeloca Los curacas, eran los jefes político administrativos del ayllu, pasaron a llamarse caciques en la colonia, tenían derecho a poseer tierras y ganado, disponían del trabajo de mitayos. Vivían en casas amplias y con servidumbre de ambos sexos, heredaban el cargo a sus hijos y no pagaban tributos a la Corona.67 Al ser autoridades inmediatas de los indios, tenían que ser nativos, pues eran un referente para sus súbditos. Una palabra de ellos valía más que cien sermones de los curas, por lo que les urgía a los españoles contar con que estas autoridades estén de su lado.68 Gozaban de muchos privilegios, no podían ser detenidos por ningún juez ordinario, a menos que se trate de un delito muy grave69. Hacían cumplir el mandato del visitador, para lo cual portaban una copia del documento de tasación con lo que realizaban el sorteo de indios en las parcialidades, para enviarlos a la mita70 y muchas veces la crueldad y codicia también se expresaba en ellos. Muchos de los caciques, recibían como tributo a las hijas de sus indios, e inclusive al estar moribundos, solían pedir que se extermine a sus enemigos y se los entierre junto con ellos, ambas cosas fueron suspendidas por la legislación indiana71. Si bien no se tiene certeza de la existencia de colegios de caciques en Potosí y Charcas, en 1582 los arzobispos de Villa Imperial y La Plata, junto con otros de Lima, Chile y Río de la Plata solicitaron la creación de éstas casas de estudio y se aceptó su fundación en Cuzco, Lima y en la ciudad de Charcas, ahora Sucre, donde se habría educado e instruido el cacique chicheño, Diego Espeloca. Este es nombre que más se destaca en Chichas durante el siglo XVII, es del cacique chicheño cuyas aptitudes demostraron que fue un político que intermediaba 67 Congreso de la República del Perú. ALP. Libro VI. Título VII. De los Caciques. Ley xviij. 68 “…no se puede gobernar estos naturales sin que los caciques sean los instrumentos de la execución asi en lo temporal como espiritual, ni ay casa que más pueda con ellos para el bien o y para el mal” Carta del Virrey Toledo 1574. Documentos de Archivos de Indias. 1919. p.322. 69 Congreso de la República del Perú. ALP. Libro VI. Título VII. De los Caciques. Ley xij. 1549, 1557, 1558. 70 Idem. Ley xxvij. 1609. 71 Idem. Ley xiiij. 1537. Ley xv. 1547.
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 63 - entre españoles y aborígenes, gozando de una capacidad persuasiva en ambos bandos. Nació en 1548 y se definía como “ladino en lengua castellana que lee y escribe”72, por lo que aparentemente gozó de las ventajas de los caciques de la época, que tenían derecho a estudiar con anuencia y responsabilidad de los sacerdotes. A sus 20 años se hizo principal colaborador de Luis de Fuentes. En 1573, tras la tasación que ordenó Toledo, fue nombrado gobernador de Talina, cuya jurisdicción en 1593, alcanzaba desde el valle bajo de Tupiza hasta Cangrejos (norte argentino). Su poder lo ejerció por bastantes años, hasta 1598. Este hombre era de tal confianza de Fuentes, que durante los enfrentamientos con los chiriguanos, aportó con dos expediciones de indios chichas en los años 1584 y 1585; y se ocupó de la manutención de estos combatientes. En los documentos de Exposición de Méritos y Servicios a la Corona de Fuentes figura como testigo. En virtud a esa estimación el español le proporcionó un solar73 en la recientemente fundada Tarija. Espeloca, sin ser español, recibió como “merced”, una parte del territorio chicheño, por su colaboración al sistema imperante. Sus dominios de “el viejo”74, eran desde el sur de Talina, La Quiaca, Yavi, Tafna, Esquiloma, Tincoya y Cangrejos (norte argentino), donde gobernaba a un conjunto de pueblos de pastores que atendían el tambo de Moreta. En sus actuaciones de defensa a los indios chichas, éste cacique solicitó a la Audiencia de Charcas, que intervenga el Virrey y su Majestad para hacer una nueva numeración de indios y retasa de población en su zona, ya que debido a las pestes, morían con asiduidad los indígenas y sin embargo las exigencias del tributo eran las mismas que para la población fijada en 1573. Aunque la respuesta, expresada en una Real Cédula de 1591 fue negativa a la solicitud, se evidencia que la orden de los gobernantes españoles sale por la tangente, sin exponer crueldad. El escueto texto, señala: “proveáis en lo sobredicho lo que convenga, de manera que los dichos indios no sean vejados” y en una 72 Transcripción-Información de Méritos y Servicios de Luis de Fuentes. Archivo General de las Indias Sevilla. AGI. Patronato 142, 1,3. fs. 26 a 28V. 1604 en Palomeque. 2010. p. 21 73 Porción de terreno destinado a edificar casas, tierras labradas, poblado de ganado de yeguas y vacas en Congreso de la República del Perú. ALP. Libro IV. “Titulo Doze.” De la venta, composición y repartimiento de tierras solares y aguas. Ley iij. 1586. 74 Diego Espeloca, el cacique, era llamado así, debido a que tenía un hijo, un nieto y un bisnieto con el mismo nombre.
María Elena Chambi Cáceres - 64 - síntesis local dice “a los indios de los repartimientos pobres, se les haga suelta en los tributos atrasados”75. A él se suman otros dos caciques, Francisco Tolava y Gonzalo Auravilti, que aparecen como firmantes en la usurpación de tierras por los españoles. Finalmente, otro curaca importante que surge como gobernador de Calcha y Cotagaita en 1573, es Hernando Chorolque, quien aparece como capitán en la mita durante 1585, solicitando mercedes al Virrey Enríquez, sin embargo finaliza su mandato debido a una enfermedad complicada y cede sus poderes a Espeloca en 1588. Aparentemente el gobierno de Espeloca fue largo y con amplia concentración de poder, lo que produce que se extralimite contra los indios. No otra cosa, demuestra la denuncia que presentan los nativos de Sococha76 en 1587, cuando el curaca era Fernando de Estarcaya, señalando que Espeloca introdujo su ganado en tierras de Mojo, que los indios consideraban propias. 75 Cedulario de la Audiencia de la Plata en Los Charcas (siglo XVI). José Enciso Contreras. Sucre. 2005, p.508 en Palomeque 2010. 76 AHPJ, C. Vergara, T.I. en Palomeque pg 35. Sococha era parte del latifundio de Mojo, lugar estratégico en la colonia. Actualmente está a 25 kilómetros de Villazón, frontera con Argentina.
Flora y fauna que rodea Talina. Era una tierra disputada por los españoles de los Arzobispados de Tucumán y Charcas en la colonia.
Plaza de Talina. Donde se inició la guerra contra los chiriguanos y se concentraron ayllus chicheños.
TERCERA PARTE Apogeo de la región
María Elena Chambi Cáceres - 68 - Decaimiento del cerro rico, auge agrícola y minero en Chichas En el siglo XVII la población de nativos se redujo de 81.000 empadronados en 1573 a 16.000, en el año 1662, como efecto de la mita derivada en la tuberculosis y otra causa menor como la peste del sarampión de 1590. Este fenómeno produjo un bajo rendimiento en el cerro rico de la Imperial Villa y de las minas cercanas. El trato inhumano que se les daba a los mitayos, fue motivo de preocupación del propio virrey Velasco, quien en una carta de 1597 al rey Felipe II, le pide que intervenga para disminuir los abusos contra los indios traídos a las minas de Potosí y los tienen hasta un año con trabajo insufrible y malos tratos; y que muchos huyen, o no vuelven a sus reducciones, dejando perdidos sus hogares, por el temor de volver a tener el turno en la mita o ser sometidos por corregidores y doctrinantes. Años antes, en 1575 el arzobispo de Lima, fray Jerónimo de Loaysa y el Cabildo de la misma ciudad, elevaron memoriales sobre la trágica situación laboral de las minas. Ante la merma de mano de obra para la explotación de mineral, la Corona emite diversas cédulas reales entre los años 1601 y 1609, además de una carta del Virrey de Lima, el Conde de Chinchón, en las cuales se ordena pagar a los mitayos el camino de ida y vuelta hasta el cerro rico de Potosí. En consecuencia, se dispuso el pago de medio real por legua, encargando para ese efecto a los capitanes, quienes debían adelantar la mitad del pago a los mitayos, antes que partan de sus lugares de origen al destino final, sin embargo dicho pago no se verificaba. Potosí continuaba como centro de las expectativas sembradas desde hacía un siglo, la población se multiplicó, llegando gente de todo el mundo con la intención de hacerse rica, pero al ver disminuida la explotación en las minas, una parte se trasladó, en 1606 hacia Oruro, donde se ubicó el auge de la minería. La otra parte se quedó en Potosí, donde se desató la llamada guerra de los vascongados y vicuñas, que no era otra cosa que peleas entre españoles, los primeros que provenían del norte de España y detentaban el poder económico y político contra los que no lo tenían, que habían llegado del sur de ese país.
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 69 - Los vascongados se dedicaban a la minería, comercio y cobranza de impuestos, vivían entre Potosí y los valles chicheños; tenían la potestad de elegir a las autoridades públicas como alcaldes, corregidores y administradores de justicia en toda la audiencia de Charcas. De modo que el ejercicio del poder omnímodo, provocó el incumplimiento de sus propias leyes priorizando beneficios personales. En tanto, los vicuñas eran los soldados pobres, hijos de los miembros de ejércitos que llegaron inicialmente a América y por tanto se sentían propietarios de éstas tierras. Tenían ese denominativo porque portaban espadas con empuñaduras tan largas como el pescuezo de la vicuña y porque llevaban sombreros altos precisamente elaborados con lana de este animal de clima frígido que abundaba en Lípez. Ambos bandos participaron en varios episodios de muertes y asesinatos en la Imperial Villa y en no pocas de esas fricciones se usaron indios chichas. Una muestra de aquello es el asalto a un minero que pasaba por Chichas con su diligencia, que protagonizó un soldado llamado Alonso Yañez en 1612, quien luego del hecho organizó juntó a una cantidad de insatisfechos y explotados en un complot que tenía por objetivo destruir radicalmente las instalaciones de las minas e irradiar posteriormente la rebelión, pero fue detenido, aunque otros vicuñas intentaron liberarlo, el alcalde vasco, Manuel de Guevara, de inmediato ordenó que ahorcaran a Yañez y sus compañeros, el capitán Pacheco, el carpintero Juan Moreno y un arriero de apellido Flores. Si bien no fue determinante esa acción, fue útil para demostrar el proceso de descomposición social que se había generado en la Villa Imperial. Hacia 1619 las peleas entre vascongados y vicuñas se profundizaron, este hecho junto con los antecedentes de mortalidad indígena, provocó una reducción de los envíos nutridos de plata en las cajas reales, lo que apresuró la llegada de Lima de un contador, Martínez Pastrana, quien evidenció muchas irregularidades cometidas por los azogueros. Los azogueros o mineros de Potosí constituían el grupo social más privilegiado de la colonia, ya que podían comprar cargos públicos y aun siendo deudores de la real hacienda tenían voz y voto en la elección de oficios públicos. Sus insolvencias podían ser amortizadas con oro y plata, extractados de las minas y se prohibía confiscarles herramientas, avíos o detención de esclavos, para no interferir en la explotación y descubrimiento de minas.77 77 Congreso de la República del Perú. ALP. Libro IV. Título Veinte. De los mineros y azogueros y sus privilegios. 1573, 1590, 1618 1619, 1620, 1635.
María Elena Chambi Cáceres - 70 - En el caso extremo de detención de un azoguero, se instaba que se lo haga en Potosí, no en Lima, para que no esté alejado de sus dominios, priorizando que sus pleitos judiciales sean despachados a la brevedad posible, pero ulteriormente los casos fueron trasladados a Sucre, lo que generó una tardanza en el desarrollo de los litigios. El sistema colonial repartía a cada dueño de mina o ingenio, una cantidad de indios por la que éste debía pagar y los azogueros además de usarlos como mitayos, vendían los servicios de los indios a un precio elevado. A eso se añade que algunos socios de los mineros, eran favorecidos con esa repartición usufructuando los servicios de indios. Estos hechos fueron tan usuales, que su legislación fue modificada imputando a los que cometían este delito, con destierro y pérdida de sus bienes. Hecho que en la mayoría de los casos no se ejecutaba. Los pocos mitayos, la falta de azogue, el arrendamiento de minas, la venta del trabajo de los indios por los azogueros, el incumplimiento de Cédulas Reales, entre otras anomalías fueron algunas de las causas para la contracción de los ingresos a la real hacienda78, que generaba Potosí. Estos hechos, fueron evidenciados por Martínez Pastrana, quien no aguanto mucho tiempo; y aunque se esforzó por corregir aquella situación, hasta 1622 su trabajo no fue suficiente y más bien fue motivo para que los vascongados azogueros quieran tumbarlo de su cargo, con lo que se patentizaba el desgaste de su sistema económico, político y social. Entre los cotidianos enfrentamientos de europeos, los vicuñas mataron al capitán Juan de Urbieta, quien era acompañante del Teniente de Corregidor del asiento de Tatasi, el vascongado, Francisco de Elejalde. Urbieta, era un capitán belicoso conocido por sus atropellos y osadías, debido a ello tras su muerte el cuerpo de éste lo depositaron frente a la casa de un importante vizcaíno, Francisco Oyanume79. A consecuencia de todos estos hechos, un grupo de los vascongados fue desalojando la Imperial Villa y otro tomó posesión de los valles de Chichas, convirtiéndose en mineros; y con el proceso de composición, terratenientes. A ellos se sumaron otros foráneos que llegaron de Europa atraídos por las minas existentes en esta región. Las condiciones para la explotación de mineral en esta zona estaban dadas, pues su normativa legal instruye que se procure descubrir minas, ríos, quebradas o cualesquier parte que genere ese recurso natural; y que tras ser descubiertas 78 La real hacienda en América fue organizada con el dinero destinado a financiar las necesidades económicas de la Corona, tenía una oficina en el virreinato y los depósitos se hacían en las cajas reales, vigiladas por oficiales reales. 79 La guerra entre vicuñas y vascongados. Alberto Crespo. 1975.p.83.
Bacín de plata Demuestra la abundancia de este mineral como para construir ese tipo de objetos. Está en la Casa de la Moneda de Potosí. Maquinaria para acuñar monedas. Conserva la Casa de la Moneda de Potosí. Foto: MECHC Foto: MECHC
Lonte. Entorno valluno que sustentó la producción agrícola en el siglo XVII Foto: MECHC
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 73 - los mineros informen al gobernador y a los oficiales reales y juren que darán parte de la fundición del mineral para que se convenga el buen cobro para la real hacienda.80 Las minas aledañas a Tupiza, como Choroma tuvieron mayor atención desde 1602, con un mina llamada “La Blanca”, con dos ingenios de a dos cabezas cada uno y tres trapiches de agua instalados en la parroquia, en la ribera del pueblo, además de otros cerros inmediatos con unas 14 minas. Durante 1603 se empezaron a explotar las minas de Esmoraca que poseían abundante oro y plata. En 1612 descubrieron la mina Palomino de Tatasi, asiento en el que residía el cura y tenía por anexo al pueblo de Chorolque (Nor Chichas), lugar donde se calculaba que había por lo menos 100 minas de plata con registro y dos de oro en Chilco. En 1633 estalló el auge de las minas argentíferas y auríferas de la gran Chocaya, mientras que la apreciada Talina desde hace un siglo era fuente de las riquezas generadas por los cuantiosos veneros81. En Estarca, Nazareno y las numerosas vetas de Suipacha se extraía oro de 23 quilates. En la jurisdicción de Tupiza estaban las minas de San Miguel de Chacapa, Oploca, Tetillas y Portugalete que tenían tres ingenios de moler metales y la plata extractada era descrita como “riquísima ley”. Otros pueblos considerados por los españoles como importantes, por sus ricas cavernas fueron: Atocha, Chaynacoca, Vichacla y Chequelti. Los minerales rescatados eran tratados en seis ingenios repartidos en los distritos de Santiago de Cotagaita, Tumusla, Chati, Mojo, Talina y Tupiza. De cualquier manera, sus normas legales relativas al descubrimiento de minas, no era acatada, ya que la mayoría de los socavones de los Chichas no estaba registrada oficialmente y todo el mineral extractado por españoles era llevado hacia Tucumán y Buenos Aires, con la consiguiente defraudación a la Corona. No obstante, haberse creado la aduana de Córdoba de Tucumán en 1618 por orden de Felipe III, donde expresamente se impedía el paso de oro y plata. “Que por ninguna causa se pueda sacar por la aduana y puertos secos de Tucumán, oro, ni plata, en pasta ni monedas mayores o menores, bajillas, barras, barretones, 80 Congreso de la República del Perú. ALP. Libro IV. Título Diez y nueve. Del Descubrimiento y labor de la minas. Ley ij. 1627. 81 Venero. Manantial de agua. Criadero de un mineral. Enciclopedia Universal Danae. Barcelona. 1972.
María Elena Chambi Cáceres - 74 - piñas, ni en otro género ni especie, ni de oro que este de por sí, ni unido, ni llegado a alguna cosa, de forma que con ella ni en ella se pueda sacar el oro, ni plata labrado, ni por labrar, pena de ser los reos condenados en todas las penas impuestas por nuestras leyes reales” 82 Al amparo de esta ley, el 16 de octubre de 1724 se dicta la ordenanza de intendentes para evitar las fraudulentas extracciones de considerable porción de oro y plata que se hacen en la provincia de Chichas con destino a Tucumán y Buenos Aires, pero ni eso pudo aplacar la fuga de la riqueza. Entre tanto, en Potosí, a fuerza de contar con mitayos para el cerro rico, los azogueros subieron la remuneración, les ofrecen hasta cuatro reales el jornal y seis al barretero, la mitad de la paga era en plata y la otra mitad en géneros, alimentos de maíz, coca y charque, que de todas formas estos productos eran vendidos a precios exorbitantes en las pulperías. Los domingos se les daba como ración la mitad del jornal diario en coca y aguardiente para toda la semana, pero los nativos trataban de desertar porque no veían dinero en sus manos. Para evitar la huida de éstos, los azogueros les obligaban con bastante rigor a cumplir esa ocupación impuesta, llegando al exceso de ponerles grilletes como a reos para forzales a trabajar por lo que comían y bebían83. Entre el siglo XVII y XVIII, Chichas y Lípez fueron las regiones de mayor explotación de mineral, lo que evidencia la internación de azogue de Almadén (España) por Buenos Aires, pese a que Potosí tenía cubierta su demanda con el azogue de Huancavelica. Incluso en 1781, cuando sucedieron los levantamientos indígenas de Chichas, la importación de azogue de Buenos Aires resultaba imprescindible y aunque existía un alto riesgo en el viaje por esa ruta, los azogueros pagaban el elevado precio84. Del mismo modo, mientras la población de Potosí se reducía, en Chichas, Lípez y Porco se registraba un aumento demográfico, con la llegada de forasteros interesados en el negocio dual de minería y agricultura, en consecuencia naturalmente se incrementó la importación de ganado vacuno y mular desde Tucumán y Córdoba. 82 Congreso de la República del Perú. ALP. Libro Octavo. Título catorze. De las aduanas. Ley primera. 1618. Ley ij.1634. 83 Cañete. 1952. P.235 84 Producción y Comercio en la historia de Bolivia colonial. Laura Escobari, 2014. P227 a 231.
Cerro Chorolque.Durante la colonia había al menos 100 minas de plata. A la zona se la llamó Tasna Rosario y buen retiro por el parecido al rosario católico, pero en filones. Foto: Unidad de Turismo Alcaldía de Cotagaita Foto: Unidad de Turismo Alcaldía de Cotagaita Mineral. Calidad de oro y otros minerales adheridos, que aún se hallan en las minas de Tasna - Buen retiro.
Serranía. Lugar donde se hallaban las minas de plata que explotaron los españoles Foto: MECH
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 77 - Lípez Durante el siglo XVII, igual que en época precolonial, los ayllus de Lípez, los de San Pedro de Atacama de Chile y los Chichas continuaban íntimamente relacionados, como se señala en páginas anteriores, pero esta vez tenían en común la opresión de la cual eran víctimas. La ruta por Lípez y Atacama resultaba beneficiosa para los españoles pues a través de ella se sacaba la riqueza extraída hacia puertos marítimos vía Chile. Ese fue un motivo más por el cual esta zona representó una alternativa de exploración y explotación minera, tras el decaimiento del cerro rico. Definida como una región fría y seca donde siempre corren vientos, con poca lluvia e inhabitable, con sierras altísimas de perpetua nieve y llanos de salitrales. En las faldas de sus sierras viven los indios de Lípez que se mantienen de raíces, quinua, papa y mucho ganado de la tierra como vicuñas y guanacos. Con considerable caza de perdices y vizcachas. Grandes hielos y nieves que comienzan a caer desde principios de marzo hasta finales del mes de agosto.85 El 8 de marzo de 1635, la provincia de Lípez es descrita por el Presidente de la Audiencia de Charcas, Juan de Lizarazu, como una región muy particular, porque cuenta con la más copiosa y extraña variedad de ricos minerales de plata y algunos ríos de oro, cosas que la naturaleza no produce en otras partes86. Esas características atrajeron a Antonio López de Quiroga, para constituirse en el principal industrial minero de esta zona y ampliar su notoriedad como uno de los magnates del siglo XVII de Potosí. Titulado maestre de campo, nacido en el norte de España, Galicia, llegó a la Imperial Villa en la segunda década de 1600, donde se instaló como comerciante próspero de coca y artículos traídos desde Perú, posteriormente se convirtió en uno de los pocos mineros que generaba alrededor de un tercio de las rentas anuales para la Corona, durante la segunda mitad del siglo XVII, época que menguaba la riqueza del cerro rico.87 85 Cañete. 1952. p237. 86 AGI Charcas 2, en Serrano 2004. 87 Antonio López de Quiroga: industrial minero de Potosí colonial. Peter Bakewell.1973.
María Elena Chambi Cáceres - 78 - Debido a su conocimiento en los negocios y su relación cercana con el corregidor de Chayanta, el Gobernador Baltazar de Figueroa y Guevara, López de Quiroga recibió en 1620 un poder otorgado por los españoles, Agustín Ruíz de Porres y Pedro López Pallares para tomar las minas de Macha. Lípez era la ruta comercial regular de López de Quiroga, de modo que logró establecerse con facilidad en esa región y empezó con la explotación de mineral desde 1647, tras haberse asociado con el capitán, Álvaro Espinosa Patiño de Velasco, Tesorero de la Real Caja e hijo de un minero y hacendado de Oploca. Empero fue el 19 de octubre de 1672, que llegó a la cúspide, ya que logró construir uno de los socavones más grandes e importantes de la época, ubicado en San Antonio del Nuevo Mundo, para lo que aparénteme utilizó pólvora para destruir la superficie rocosa y extraer las menas de plata y carretillas para transportar mineral88. Este explosivo, según Bakewel,89 fue usado por primera vez en Sudamérica y México. El socavón medía aproximadamente 1.370 metros y unía las minas de cuatro vetas argentíferas, la Concepción, Rica, San Juan Bautista y Espinoza. Las leyes de la colonia que amparaban a los azogueros, autorizaban la fundación de pueblos de indios formados por doctrinas cerca de las minas, para el beneficio y labor de éstas90 y prohibía que sus pobladores vayan de una reducción a otra, con la pena de veinte azotes y cuatro pesos para la iglesia.91 Respaldado con esa normativa, el próspero azoguero erigió en San Antonio un pequeño poblado con su correspondiente capilla. En ese lugar hizo construir casas con techos de paja brava, donde vivían los trabajadores. No le faltaba, azúcar, coca y medicinas que el minero López de Quiroga se encargaba de proveer. Como era una persona influyente, gozaba del favor de sus amigos como el Virrey gallego, Conde de Lemos, quien en muchas ocasiones le encargó el flete92 de transporte de mulas y llamas para llevar las remesas desde la tesorería de la Casa Real de Potosí hasta Arica, para luego ser despachada por mar. 88 Barnadas. 2002. P.85-86, en Serrano 2004. 89 Ibidem. p. 81 y sgtes. 90 Congreso de la República del Perú. ALP. Libro Sexto. Título Tercero. De las reducciones y pueblos de Indios. Ley x. 1601. 91 Idem. Ley xviij, 1618. 92 Dinero que se pagaba al dueño de recua por el alquiler de mulas o de transporte en general. Este transporte era mejor remunerado a quienes transportaban mayor peso.
Antonio López de Quiroga. Cuadro en la casa de la Moneda. El mayor azoguero, hacendado, prestamista y aviador del siglo XVII en Potosí, Lípez y Chichas.
Coquero, la investigadora Magdalena Cajías, asegura que se lo usaba en la sociedad colonial. Foto Pedro Querejazu en Revista Encuentro. Año V. 1995. Nº11 Fundación BHN
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 81 - López de Quiroga se había casado con Lorenza, la hija del exitoso prestamista, Lorenzo de Bóveda, quien murió en 1652 y heredó su negocio a éste, con lo que se convirtió en mercader de la plata. El procedimiento de su trabajo consistía en rescatar el mineral, que compraba en piña de los azogueros, trasladaba a la casa de la moneda para que se funda en barras y se amonede; y luego sirva para el pago de los impuestos a la Corona. Finalmente ese dinero era depositado en las cajas reales. Este personaje también fue, durante muchos años, prestamista de avío o “aviador”, que para la época era quien dotaba de coca, azúcar a los empresarios mineros de Potosí, para que sea usado como forma de pago a los mitayos. Ese trabajo, que le dejaba amplios réditos económicos, contribuyó al financiamiento de sus propias empresas mineras. De 1960 hasta 1682, López de Quiroga diversificó sus inversiones y se convirtió en latifundista. Compró al Capitán Alonso Fonseca, que residía en Chichas, su tierra, estancia y viña93 en San Pedro de Mártir, ubicada en el valle de Cinti. Esta propiedad tenía 26 esclavos negros, que para sus objetivos, era un número insuficiente y en consecuencia lo aumentó hasta 85 y sumó 35 azadones o los cultivadores de sembradíos. Adquirió una hacienda en “Ingahuasi”, situada en Cinti, que destino para criar novillos y engordar vacas que traía desde Buenos Aires. Obtuvo tierras en el valle de Pilaya94 y finalmente consiguió una estancia en Chasquilla, cerca del pueblo de Tomave, en los Lípez, donde criaba ganado auquénido, especialmente llamas con dos objetivos: utilizar como transporte del mineral y carnear el ganado para ser comercializado. Toda su inversión en tierras, ganado y viñedos le sirvió para sus propias minas y para proveer a los empresarios mineros de cebo, charque, grasa blanca, grasa negra quemada, maíz, chuño, suela, vino y aguardiente, productos que se constituyeron en avío. 93 Idem. Libro IV. Título Diez y Siete. De los caminos públicos, posadas, ventas, mesones, términos, pastos, montes, aguas, arboledas y plantío de viñas. Ley viij. “Que los dueños de viñas paguen a dos por ciento de los frutos” 1595,1610, 1628,1631. Si bien estaba prohibida la producción de viñedos, se autorizaba a cobrar por las existentes y que luego se haga censo y pase como patrimonio de la “Real hazienda”. 94 Las tierras estaban ubicadas en Caraparí, Valle de Pilaya y pertenecían a los herederos del Tesorero, Capitán Álvaro Espinoza Patiño de Velasco, compañero en minas de López, y fueron vendidas en 1688. Bakewell.
María Elena Chambi Cáceres - 82 - López de Quiroga acrecentó su patrimonio con varios otros ingenios para refinar metales y cedió su administración a su hijo político y secretario del Tribunal del Santo Oficio de la Inquisición,95 el Maestre de Campo, Juan de Velasco, otorgándole el “poder de agente de las minas de Lípez”. En el transcurso de su vida, Antonio López se hizo de incontables minas en: Ocurí (Chayanta), Aullagas y Tiritiri (Puno), San Antonio del Nuevo Mundo (Lípez), en Cantumarca y las riberas de Potosí. Su oficio de comerciante de coca, de Cuzco a Potosí, lo detentó hasta el final de sus días, en 1699, cuando heredó su fortuna a sus dos hijas: Lorenza y María. La primera se casó Juan de Velasco, mientras que la segunda, María Quiroga contrajo nupcias con Miguel de Gambarte, a esta rama fueron a parar las fincas de Oploca, Sacari, San Pedro Martir, en Chini, Carapari, Copavilque, Inga –huasi y Mochará, además de los cinco ingenios de moler metales con sus indios mitayos, numerosos esclavos y tres casas contiguas en Potosí con su menaje. Además de las minas de éste azoguero, Lípez contaba con otras vetas importantes, como la Hedionda, descubierta en San Cristóbal de los Lípez el año 1787, fue llamada así porque conservaba el olor pestilente y mortífero debido a los gases de azufre, chaparrosa y “venenos antimonio” que despedía, lo que mató a muchos trabajadores mineros que intentaron explotarla.96 Se destaca asimismo, el cerro de Santa Isabel, por la presencia de rosicler97 casi puro de plata y variedad de cristales de amatista. Junto con la explotación de estas minas, el régimen colonial intervino sobre la fauna del lugar, ya que si bien los indígenas en Lípez mataban a las vicuñas y alpacas para usar su carne como alimento y confeccionar su ropa con esa lana, las autoridades de la época concluyeron que con este material se podía hacer sombreros de castor, pamelas y otros tejidos finos. En consecuencia instruyeron por real cédula de 30 de agosto de 1777, que los indios no matasen vicuñas en las cacerías y sólo se les permitiese el trasquilarlos en presencia de personas de satisfacción que nombrase el corregidor o justicia mayor, aunque 95 Funcionó en América desde 1569 para evitar que la fe católica sea dilatada. Estaba dirigido por diferentes órdenes religiosas y tenía como miembros: 2 clérigos seculares, 1 fiscal y 1 secretario. La pena que dictaba era la muerte en la hoguera. Congreso de la República del Perú. ALP. Libro Primero. Título Diez y Nueve. De los tribunales del Santo Oficio de la Inquisición y sus Ministros. Ley primera. 96 Cañete. 1952. p.240 97 Rosicler es el metal más rico que se conoce bajo las apariencias de piedra, deja un color carmín muy vivo a cualquier cosa que lo muela.
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 83 - resultaba menos complicado matarlos que esquilmarlos, pues eran animales salvajes.98 A decir de Escobari, Lípez, que incluía a San Pedro de Atacama, se convirtió en un importante centro comercial, por donde los mercaderes franceses se anclaron en el primer cuarto del siglo XVIII, en busca de mineral y formaron grupos con los kajchas o ladrones de mineral, que solían agruparse entre cuatro o cinco personas y que luego se constituyeron en competencia de los azogueros venidos a menos de Potosí. 98 Idem.
María Elena Chambi Cáceres - 84 - San Pedro de Atacama “Esta Provinzia es muy dilatada, y despoblada, dividese en dos, que llaman Atacama la alta y Atacama la Vaja, ai 20 leguas de distanzia de una, a otra, de despoblado, sin Agua, ni pastos, por no llover nunca” 99 San Pedro de Atacama formaba parte de la audiencia de Charcas y estaba divida en dos corregimientos: Atacama la Baja con Chiuchiu como centro; y Atacama la Alta o Grande con su capital San Pedro de Atacama.100 Atacama Alta contenía a “Toconao, Soncor, Socaire, Peyne, Suzquis e Ingahuasi (con seis ayllus: Condeduque, Sequitur, Coyo, Vetere, Solo y Solcor)”. Atacama la Baja, comprendía: “Chiuchiu, Cazpana, Ayquina, Calama, Conchi o Conche y Cobija (Puerto de Mar)”. 101 El régimen hispano que era implacable en su control de población, realizó una revisita a San Pedro de Atacama, el 30 de noviembre de 1683. La comisión estaba formada por el Capitán Alonso de Espejo, corregidor y justicia mayor, el cura Domingo Zuero Leytón de Rivera, el maestre de campo, don Felipe Trueba de Rosas y el capitán Alonso Fernández de las Eras. Dicho empadronamiento, determinó que los ayllus que habitaban esa zona eran: Chiuchiu, Calama, Cobija, Caspana, Solo, Sequitur, Soncor, Solcor, Coio, Verter, Condeduques, Cantal, Acapana, Toconao, Socairo, Peine y Cama. La población total ascendía a 350 mujeres, 202 muchachos y 48 reservados, esta última categoría se asignaba a los hombres mayores de 50 años.102 Llama la atención la ausencia de hombres tributarios, de 18 a 50 años, aunque el recuento los menciona y señala que abonan sus tributos, sin embargo, aclara que 99 Archivo General de la Nación Argentina, sala IX. 7: 7:1. Fs 52. Padrón y Revisita de Atacama del corregidor Alonso de Espejo ordenada por el Virrey Duque de la Palata. 1683. Transcripción de Jorge Hidalgo, Nancy Hume, María Marsilli y Rebeca Correa en Estudios Atacameños Nº 10 p. 81-125. 1992. 100 Ibidem. 101 Cañete 1952. p263-265 102 Archivo General de la Nación Argentina, sala IX. 7: 7:1. Fs 52. Padrón y Revisita de Atacama del corregidor Alonso de Espejo ordenada por el Virrey Duque de la Palata. 1683. Transcripción de Jorge Hidalgo, Nancy Hume, María Marsilli y Rebeca Correa en Estudios Atacameños Nº 10 p. 81-125. 1992.
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 85 - todos ellos se encuentran ausentes trabajando en la jurisdicción de Chichas, porque algunos nacieron allá, o en Lípez, e incluso en el río San Juan de Tucumán; y que muchos de ellos formaron familias en esos lugares desde hace décadas y que otro tanto estaba obligado a asistir a la fundición de barras en Potosí, en tiempo de armadas. El mayor oficio de los hombres de esta zona era la arriería, que se reflejaba en las ausencias constantes de éstos, a lo que se sumaba la poca existencia de terreno agrícola. “… y no tiene tierras para sembrar, mas que la Rive [rotura] de un estero, en que hasen los Yndios [rotura] modo de escaleras a fuerza de Vrasos y Piedras. Y este es mas entretenimiento que fruto, porque raro es el año que llega a madurar por lo continuo de las eladas; mantienense los Yndios con las Mulas, por ser todos harrieros, el estero dicho les ofrese algunos pastos, en que las tienen; eran y aun son asistentes a su provinzia por la combenienzia que tenian de algunos fletes, que les venia del Reino de Chille, con que pagavan sus tasas, y traian vastimentos para pasar el año, oi, se hallan, con el desconsuelo y la esperansa perdida de adquirir fletes segun el vando de Vuestra Excelencia Y siendo el unico comerzio es presisso, se despueble esto” 103 San Pedro de Atacama también gozaba de privilegios, pues su población estaba exenta de ir a la mita, a cambio de imposibilitar la invasión de piratas en el puerto de Cobija, cuyo resguardo lo hacían un par de indios centinelas que se alternaban periódicamente. Hacia 1768, un segmento de la población que se dedicaba a la venta de pescado, tenía la intención de incursionar en la siembra de maíz y trigo, pero se vio trabado debido a que el régimen colonial les impidió poblar esas tierras, que se hallaban vacías; y les impuso multas a quienes comerciaban con pescado, coartándoles la pesca en el puerto de Cobija y evitando que este producto sea vendido en la provincias de Charcas. Molestos por estas prohibiciones, que eran de las pocas opciones laborales, los alcaldes enviaron su reclamo a la Audiencia de Charcas, señalando que querían “vivir pacíficamente” y solicitando el cambio del corregidor de la Provincia de Atacama, Paulino de Matienzo ya que ejercía abuso contra la población. La determinación surgió de una reunión que sostuvieron en San Francisco de Chuichui, provincia de Atacama Baja, los vecinos: Joseph Fernández Valdivieso, 103 Ibidem f. 1v
María Elena Chambi Cáceres - 86 - don Juan Chávez, don Basilio Bardosa, Don Manuel Chavez, don Juan Pérez, Lorenzo Carrazana, Domingo Diego Gallegilo, Marcos Carrazana Manuel Montero, Justo Carrazana, Juan Conicata, Ermenegildo Chávez, Manuel de la Trinidad de Chávez, Pablo Maldonado, Javier de Theraro y Plácido Maldonado, quienes entregaron un poder a Pedro Manuel Rubín de Célis, para pedir un real amparo a la real Audiencia.104 Según Escobari, los firmantes de este documento, eran españoles y mestizos. El pliego expresa que pese a otorgar los “reales donativos que se les pedía para el adorno de los templos”, más bien el corregidor Matienzo hizo reparto de mercancías y repartió las tierras pobladores a cambio unas mulas chúcaras y coca a precios exorbitantes, con la amenaza de quemar sus casas y confinarlos si no aceptaban esa imposición de compra. La denuncia presentada ante la Audiencia de Charcas, fue escuchada finalmente, y en respuesta se les otorgó tierras que no estaban siendo usadas; y les permitieron comerciar trigo, maíz y otras especies. Asimismo les dieron libertad para vender pescado que lo obtenían en Cobija. No cambiaron al corregidor, pero le enviaron recomendaciones para que sus cobranzas seas justas. La continuidad de actitudes extorsionadoras por parte de corregidores, avaladas por autoridades españolas, serán expresadas años después, en los consecuentes levantamientos indígenas. 104 ABNB/EC.1768-46 en Escobari. 2014. p.169.
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 87 - Ruta inmejorable Si bien el Virreinato de Buenos Aires fue creado oficialmente en 1776, la zona de los chichas se constituyó, desde la llegada de los españoles, en 1535, como una ruta inmejorable para el comercio y las comunicaciones con Buenos Aires y Europa, pero con un valor agregado, que era la riqueza de los minerales de la región, como se señaló en páginas anteriores. Preocupados por la fuga de riqueza por esa ruta, el 28 de enero de 1594 el gobierno español prohibió el comercio por el puerto de Buenos Aires hacia Charcas, sin embargo la existencia de “licencias especiales”, de seis o más años, permitieron incumplir esa norma y en los hechos las embarcaciones llegadas de España a Buenos Aires con mercadería, duplicaban los permisos especiales y los mercaderes se hallaban modos para continuar con el comercio de internación y la evasión de impuestos por exportación de oro y plata105. Aunque crearon la aduana en Córdoba de Tucumán en 1618, estaba prohibida la salida de mineral y el ingreso de varios productos. Fue imposible frenar el comercio por esta ruta, porque los funcionarios de esta dependencia tenían actitudes demasiado tolerantes con los comerciantes, por tanto la idea no prosperó y la comercialización continuó con mayor intensidad. Ante la prohibición del contrabando y la imposible venta pública en Potosí, la mercadería de Castilla que ingresaba por Jujuy se quedaba en Chichas, donde se ejecutaban los negocios de compra-venta, y se daba encuentro a las recuas que irían hacia Arica. En la ruta de Potosí y Chichas a Buenos Aires, sucedía lo mismo, fue imposible aplacar, continuaban llevando plata y el comercio era inalterable, sólo con mayor cautela. Los mercaderes, con o sin permiso de internación, acompañados siempre de arrieros, transportaban ingentes cantidades de mulas cargadas de plata para comprar diversos productos. 105 Ibidem.
María Elena Chambi Cáceres - 88 - Camino real del correo En 1748 con la labor del teniente de correos, Domingo de Basavilbaso, se organizó de manera oficial las postas del camino real del correo entre Potosí y Buenos Aires, para lo cual ubicaron lugares de descanso para las diligencias que llevaban la correspondencia, ya que los viajes eran de varios meses y un camino preferentemente con pasturas y agua para la alimentación de los animales, que eran el único medio de transporte, junto con las carretas, a las que ellos halaban. Antes de este año, las misivas que se enviaban eran a través de los viajeros, comerciantes, dueños de recua o arrieros. Es así que en Buenos Aires, de manera oficial establecen la posta del hacendado Fernando Sueldo, seguía la ruta por el paraje Carcarañar en la provincia de Tucumán para luego dirigirse hasta Córdoba, donde se hallaba un río que abastecía de agua a los viajeros. Al salir del lugar se encontraban las estancias de Caroya y Sinsacate, por esta ruta se iba hasta llegar a Santiago del Estero y de allí a San Miguel de Tucumán, donde el camino era menos complicado, se iba por la cañada de los Nogales, donde abundaba la madera de quebracho y lapacho que servía para hacer carretas. Posteriormente había un río, un tanto pedregoso pero útil para el abastecimiento pues sus aguas eran cristalinas. De allí empezaba Salta que tenía varias haciendas, entre ellas El Rosario106. Otro camino alterno, un poco más arriesgado porque podían atacar los indios era al que lo llamaban “de los Porongos”. Partía desde Buenos Aires y no incluía Córdoba, pero era importante que los animales sean jóvenes, como de cuatro años para invernarlos en la hacienda La Cabaña, en la jurisdicción de Jujuy. Era una de las postas de correo y pasajeros más ventajosa, ya que se situaba a orillas del caudaloso río Perico y estaba acondicionada para el descanso de mulas y caballos que iban y venían de Chichas y Potosí. El principal oficio de los jujeños era la cría de ganado, cuyos mayores compradores eran los mineros y hacendados de Chichas. Además en Jujuy había haciendas importantes que servían para invernar al ganado por alrededor de ocho meses, como Yavi y Humahuaca, donde engordaban a los animales para ser llevados hasta Chichas y Potosí. 106 Ibidem.
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 89 - Ya en Chichas se hallaba el tambo de Moraya107, que era administrado por la señora doña Josefa de Iribarren, de una acaudalada familia de la que era parte el cura de Talina, Antonio José de Iribarren y su hermano, el azoguero Pedro Francisco de Iribarren. En este tambo había gallinas, huevos y algunas otras menudencias para los pasajeros y para entrar había que cruzar un río no muy caudaloso. El camino continuaba por Suipacha y llegaba a Tupiza. Desde este lugar por Oploca, Santiago de Cotagaita y Calcha era una ruta un tanto accidentada pero más desahogada, ya que la exuberante vegetación otorgaba mejor subsistencia a los animales. El transporte de personas desde Tucumán hasta Jujuy se hacía en carretas tiradas por bueyes o caballos.108 Entre tanto la topografía accidentada de Charcas sólo permitía transportarse en mulas de caballería, por eso era común que las personas vayan acompañadas de arrieros, quienes alquilaban sus animales para las personas y sus equipajes, mientras que ellos iban a pie. 107 Moraya se halla a 32 kilómetros de Villazón. Actual límite fronterizo con Argentina. 108 “Estos medios de transporte tenían dos ruedas, que medían 2,5 varas de alto y eran unidas por un eje de 15 cuartas sobre el cual estaba el lecho o cajón de carreta hecho de cuero. Sobre este lecho había 6 seis estacas clavadas que aseguraban su estabilidad, de lo contrario era el indio conductor quien la arreglaba ante cualquier descomposición”. Escobari. 2014.
CUARTA PARTE Despojo de tierras
María Elena Chambi Cáceres - 92 - Composición Durante el siglo XVII, la valoración de la tierra tomó mayor impulso, gracias a una mayor demanda de maíz y trigo por parte de Europa. Este hecho creó así en la agricultura colonial una especialización en la producción de cereales, por lo que los valles chicheños fueron mayormente codiciados. Otra atracción de los realistas, fue el clima amable que se convertía en refugio para que sus esposas lleven embarazos normales y no mueran sus vástagos, como sucedía en la Imperial Villa. Para éstos era de vital importancia tener hijos, pues necesitaban heredar sus bienes acumulados. Al pasar los años y con las disposiciones ejecutadas por el Virrey Toledo, los chiriguanos se alejaron del territorio chicheño, motivo por el cual los españoles iniciaron el proceso de ruptura del aparente acuerdo o negociación que tenían con los indios chichas, tomando por la fuerza las tierras y minas de éstos, legalizando la documentación formal con un proceso al que denominaron “composición”109. Con la composición, el rey110 de España dotaba tierras a todos sus connacionales, especialmente a quienes sirvieron a la Corona y a las élites de la sociedad colonial, que primero se hacían acreedores de las encomiendas, luego de chacras, haciendas y minas de plata, ostentando el privilegio de ejercer cargos administrativos. Las llamadas tierras baldías, por los españoles, aparecieron tras la huida de indios y abandono de sus tierras a otros confines. En ese tiempo muchos ayllus de Chichas, con el fin de evitar la imposición de la mita o el pago abusivo de tributos escaparon a lugares más alejados y dejaron despobladas sus tierras comunes, este hecho sumado al decaimiento del cerro rico de Potosí, ocasionaron que los españoles se apropiaran de los valles y prodigiosos centros de explotación minera. A ello se suman las disposiciones de la Corona, que determinaba que las encomiendas destinadas a los españoles, podían ser heredadas sólo a tres generaciones, tras el cumplimiento de ese tiempo debían pasar a propiedad de la Real Hacienda. 109 Congreso de la República del Perú. ALP. De la venta y composición y repartimiento de tierra, solares y aguas. “Libro IV. Título Doze. Ley xv. 1631”. 110 El territorio de las era considera una prolongación de España, por eso el rey era cabeza del gobierno.
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 93 - Estaban excluidas del proceso de composición las superficies necesarias para plazas, ejidos, pastos y poblados, según Cédula Real de 1º de noviembre de 1591. Este proceso de dotación de tierras, fue un mecanismo de recaudación de dinero por parte de la Corona española, que se hallaba en crisis financiera. Los montos de dinero que ingresaban por este concepto eran invertidos para solventar una “gruesa armada”, cuya misión era proteger las embarcaciones que transportaban las cajas reales. Las cajas reales eran los objetos donde transportaban las riquezas extraídas y dinero recolectado en Potosí. Eran grandes, de madera de buena calidad, gruesa, fornida, asegurada con hierro en las esquinas y en el fondo. Con tres cerraduras y llaves diferentes, una para el tesorero, otra para el contador y la última para el oficial real111, aunque el mayor responsable era el primero. Para identificar el contenido, las señalaban con punzones que indicaban si los cofres que iban adentro, eran de oro, plata, perlas o piedras. Del mismo modo contenía un inventario o “Libro de cargo universal” con el valor de cada riqueza.112 El procedimiento para una composición consistía en, rematar las tierras “baldías”, mientras el nuevo comprador, que solía ser un adinerado español, se convertía en terrateniente y tenía la posibilidad de ascender socialmente. La necesidad económica del reino de España, sobre todo a partir de 1600, produjo que los monarcas vendan títulos nobiliarios de condes o marqueses a quienes tenían más disponibilidad de recursos económicos, con el rótulo de “títulos beneficiados”, que eran ofrecidos prioritariamente a aquellos españoles que habían servido a la Corona con diferentes cargos, como encomenderos, encargados de las Cajas Reales o quienes habían brindado servicios militares, a lo que denominaban méritos y verificaban la “calidad” de linaje, que consistía en la hidalguía y se aseguraban que tengan una renta suficiente para mantener con “decoro” el título comprado. La concesión de estos títulos se fue multiplicando progresivamente desde los reinados de Felipe IV y V113. En Chichas, los mineros y nuevos hacendados,114 o los maestres de campo 111 Congreso de la República del Perú. ALP. Libro VIII. Título Seis. De las caxas reales. Ley ij. 1579. 112 Idem Ley iij. 1579. 113 Felipe IV Fue rey desde 1621 hasta 1640 y Felipe V ostentó el reinado desde 1700 hasta 1746. http://es.wikipedia.org/wiki/Felipe_V_de_Espa%C3%B1a,http://es.wikipedia.org/wiki/Felipe_IV_ de_Espa%C3%B1a 114 “En la sociedad americana no bastó con acumular y poseer fortunas enormes, pues el éxito no estaría nunca completo, si a esa fortuna no iría aparejada un ascenso social paralelo, sobre todo en aquellos
María Elena Chambi Cáceres - 94 - obtuvieron esos títulos y con esa táctica, convirtieron esos latifundios en casas de hacienda coloniales. La importancia radicaba en el valor de la hacienda como unidad productiva y en consecuencia generadora de rentas y ganancias, para sí misma y para las minas contiguas. No era raro ver un minero hacendado que usaba las rentas de una actividad para contribuir al desarrollo de la otra. El intrínseco vínculo de iglesia católica y realeza en la colonia, se expresó en la construcción de las haciendas, cuyo diseño incluía oratorio o capilla especial. En caso de territorios rodeados de socavones, simplemente se erigían templos cerca de los centros mineros, con el objetivo de probar a los pobladores de la hacienda y/o trabajadores de las minas, que esos lugares estaban funcionando como una comunidad desarrollada y a través de ello impartirles la fe cristiana y el respeto a las autoridades recientemente constituidas. De modo que las haciendas de Oploca, Yavi, Tojo, Mojo, Lonte, Selocha, Chayasa, Salo, Turque y Sococha, tienen ese tipo de construcción. casos en los que los protagonistas tenían origen humilde, como era habitual en la América española”. La nobleza titulada en el reinado de Felipe V. Formas de acceso y caracterización. María del Mar Felices de la Fuente. Almería. 2011. p 491.
Camino a Sagrario-Nor Chichas: ngreso a la zona minera de mayor explotación en la colonia. Foto: Unidad de Turismo Alcaldía de Cotagaita
Antigua hacienda de Vitichi. Ubicada en el flanco derecho de la iglesia del pueblo. Según la leyenda en esta casa está depositado un tapado de riqueza Hacienda Buena Vista - Vitichi. Donde los hacendados tenían a indígenas yanaconas. Foto: MECH Foto: MECH
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 97 - Oploca - Condado La estancia de Oploca junto y los terrenos de pasto de Salo, fueron usurpados por Juan de Mogollón de Acosta, 115 el acompañante de Luis de Fuentes en la fundación de Tarija, hecho que fue denunciado por los indios, pero que no tuvo ninguna repercusión al respecto. A mediados del siglo XVII, este territorio fue propiedad del capitán Pedro Álvaro Espinoza Patiño de Velasco, tesorero de las Cajas Reales de Potosí, quien constituyó a Oploca en hacienda productiva para abastecer con víveres a sus minas en San Miguel y la Gran Chocaya, que se hallaban la misma jurisdicción. Construyó su iglesia y nutrió la estancia con bastante ganado vacuno traído de la Argentina, de donde se extractaba toneladas de grasa para las velas que serían usadas en las minas, producía asimismo, grandes cantidades de charque. Pedro Álvaro Espinoza Patiño de Velasco fue socio del magnate azoguero Antonio López de Quiroga, en la construcción de la mina más grande de Lípez, San Antonio del Nuevo Mundo, sociedad que fue disuelta en 1678 con la muerte del capitán. Luego de este suceso los herederos pagaron esa deuda con la dotación de cosechas y provisiones de la hacienda de Oploca y últimamente con la propia estancia. El acaudalado azoguero, como se mencionó en páginas anteriores, logró una mayor producción de la hacienda de Oploca, que esencialmente era destinada a sus minas en Lípez y al negocio de la “aviación”. Esta propiedad recayó por descendencia a su segunda hija María Quiroga, esposa de Miguel de Gambarte y la pareja dejó la estancia a su heredera, Ana María Gambarte de Quiroga. Ésta joven se casó en 1710 con Diego Arce de Chacón, con quien tuvo varios hijos, pero la única sobreviviente fue, María Josefa Arce Chacón y Gambarte que nació en 1714. “Entre los bienes que heredó la mencionada Ana María Gambarte de Quiroga estaba Oploca, un enorme latifundio situado al sur de Potosí, que tenía numerosas 115 “Tierras que nos han tomado los españoles contra nuestra voluntad...” Documento de las autoridades indígenas. En Palomeque p.51.
María Elena Chambi Cáceres - 98 - leguas cuadradas de terrenos con minas con valles con huertas y numerosos indios arrenderos. Además de administrar esos territorios, Arce de Chacón descubrió una importante veta de plata en una mina llamada Amoladeras, que le permitió hacerse de una importante fortuna”.116 Se presume117 que durante su corto matrimonio y en virtud a la riqueza de su esposa, Arce y Chacón solicitó comprar ante la corona el título de Conde, en virtud del latifundio de su esposa. En 1717, a los tres años de nacida la niña María Josefa, su madre y propietaria de Oploca, Ana María Gambarte de Quiroga murió. El mismo año, el viudo Diego Arce de Chacón118 dejó a su pequeña con sus cuñados, los presbíteros Gambarte y Quiroga; y se fue a México y contrajo nupcias con Manuela Palma de Mesa en 1720, con quien tuvo varios hijos: Vicente, Domingo, Isabel, Mariana, Rafaela y María Manuela. Para el 13 de agosto de 1722, el rey don Felipe V creó el título de “Conde del Valle de Oploca”. Diego de Arce y Chacón. Servicios y méritos. Paga 12.000 pesos por una cedula en blanco del duque de Linares. Virrey de Nueva España. Servicios y honores previos. Alcalde Mayor de Potosí y Coronel de Infantería.119 Arce y Chacón ostentó el título nobiliario de Conde hasta el día de muerte, en 1746, y lo heredó a su primogénito de sus segundas nupcias, Vicente, quien falleció en México en 1775, en la mayor pobreza. Entre tanto, los presbíteros Gambarte y Quiroga entregaron la titularidad completa de Oploca a María Josefa Arce Chacón y Gambarte, ella se casó en 1728 con Luis Cayetaño Yañez de Montenegro, natural de Arica; y tuvieron como hijos a: María Joaquina, Joaquín y Pedro, la primera heredó el latifundio 116 La nobleza titulada en el reinado de Felipe V. Formas de acceso y caracterización. María del Mar Felices de la Fuente. Almería. 2011. p 491 117 “…al cabo de un siglo se adujo que dicha escritura era de la fundación de un mayorazgo en base a la finca de Oploca, pues el título había sido otorgado siete años antes”. Paseo Genealógico por la Argentina y Bolivia. Juan Isidro Quezada.2006. p 431. 118 “…la minería o la explotación de haciendas y una mayor ambición social, que desde nuestro punto de vista, estaría justificada, tanto en el deseo de su promoción, como el deseo de disimular el verdadero origen de las fortunas que permitían el ennoblecimiento y la distinción, tanto en la sociedad española, como en la americana”. “...se entiende que las familias enriquecidas llevaran a cabo estrategias matrimoniales perfectamente definidas, que les permitirán emparentar con familias nobles o de reconocido prestigio”. Felices de la Fuente. 2011. p 491 119 Quezada. 2006. p 335
LOS CHICHAS EN LA COLONIA - 99 - de Oploca y contrajo matrimonio con un sastre de humilde origen,120 Salvador Patsy (Paxsi) y Peranau, quien murió en 1781 durante el levantamiento indígena chicheño. Tras la muerte con degollamiento de Patsy, las tierras de Oploca, fueron solicitadas por Joaquín Yáñez de Montenegro, quien sostenía que ese latifundio era indivisible y debido al mayorazgo de las tierras, traía el “honor y utilidad del título y condado concedido por el rey”. (Quezada 2006.p 435) Joaquín nació precisamente en Oploca en 1741, era el hermano de María Josefa y ejerció el cargo de coronel de dragones de la Villa de Tupiza y fue abogado de la real audiencia de Charcas de la Plata. Se casó en 1772 y falleció viudo en la Plata en 1813. No tuvo descendencia, en consecuencia la codiciada estancia pasó a manos de su hermano Pedro Manuel Yáñez de Montenegro, éste también fue coronel de las milicias reales y contrajo nupcias en 1766 con María Felipa de Basurto en La Plata, tuvieron seis hijos: Manuel, Ignacio, Martina, que fue soltera, Tomasa y María Manuela, carmelitas en Chuquisaca y Luis, fallecido en la infancia. Pedro Manuel, murió en 1805, mientras que su viuda, María Felipa pereció después de 12 años, dejando la hacienda de Oploca a su segundo hijo, Ignacio Yáñez de Montenegro y Basurto, porque éste era partidario del rey, no así para su primogénito, Manuel quien luchó con los ejércitos patriotas por la independencia. 120 “(no tiene) más peculio que el que le podían reportar las jornaleras ganancias de pobre mercachifle. Que a las puertas de la sastrería compraba la pequeñez de sus utilidades con el laborioso ejercicio de sus talones para mover la compasión de sus paisanos”. Ibidem. p 431.
María Elena Chambi Cáceres - 100 - Yavi -Marquesado Las tierras de Yavi y Humahuaca en el norte argentino y Tojo en Tarija fueron otorgadas por la Corona al Maestre de Campo, Gutierre Velásquez Obando, quien se ganó ese título y la propiedad de las mismas, al acompañar a Luis de Fuentes en la fundación de Tarija, llevando como aporte indios chichas para el poblamiento de esa zona,121 y por consiguiente abandonó su ingenio en Potosí y una chacra en los valles del sur de ese mismo partido. Gutierre era dueño de una hacienda en San Mateo - Tarija, que la trabajaba con negros esclavos y yanaconas, lo que le permitió tener una vida holgada para mantener a sus numerosos hijos y hacer estudiar a los dos primeros en Lima y a una de ellas en el convento. Asimismo, se hacía cargo como tutor, de su pequeño cuñado, Juan Ochoa de Zárate. Hacia 1631, el hijo de Gutierre, Pablo Bernárdez de Obando, que también ostentaba el título de Maestre de Campo, obtuvo como encomienda Casabindo, Cochinoca, Tilcara y Sococha; su otro vástago, Pedro, abogado de la Audiencia de la Plata y auditor de campo, recibió como encargo la zona de Volcán; y su joven cuñado, Juan Ochoa de Zárate se hizo de las tierras de Humahuaca, donde abundaban las pasturas que contribuían a la crianza de ganado. Los aborígenes casabindos y cochinocas imprimieron su nombre en las tierras donde estaban asentados. En 1602 el español Pedro Zamora por autorización del encomendero Cristóbal Sanabria, fundó el primero de éstos pueblos, erigiendo un pequeño templo católico donde impuso a la virgen de Asunción. Entre tanto, Cochinoca lo instauró el propio encomendero Sanabria y asignó a la iglesia una virgen del Rosario.122 Esas poblaciones, igual que Santa Catalina y Humahuaca fueron evangelizadas por la orden de los jesuitas. 121 El maestre de campo Pablo Bernandez de Obando su certificación de méritos y filiación. Gentile.1994. p.217. 122 Puna. Inmensidad que atrapa. Secretaría de Turismo y Cultura. San Salvador de Jujuy.