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La refundacion:
La refundacion:
Las primeras instituciones
Las primeras instituciones
La Municipalidad
El 1 de octubre de 1885, en horas de la tarde se re-
unió la Comisión Provisoria electa con anterioridad por el
comisario Gregorio Horne a fin de constituir lo que sería la
primera Comisión Municipal, con un presidente, secretario
y vocales que se ocuparían de los distintos aspectos de la
naciente comunidad.
Efectuados los comicios con voto cantado y levantando
las manos, quedó constituida de la siguiente manera:
• Presidente: Bartolomé Marcenaro
• Secretario: Honorio Daverede
• Vicepresidente: José Lobos
• Municipal de Hacienda: Leandro Llamas
• Obras Públicas: Basilio De Simón
• Higiene: Walter Roux
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En forma inmediata, se fijó el lugar donde se celebra-
rían las sesiones, así también, la adquisición de elementos
y útiles para el funcionamiento de esta nueva institución.
Una de las primeras medidas importantes que de-
bieron tratar fue el delineamiento de las calles que estaban
obstruidas por distintos motivos, tarea inmediata del vocal
de obras públicas. A los fines de no perjudicar a los vecinos
que estaban muy dispersos, se nombró una comisión de
planificación y, en lo posible, con el mayor consenso.
Entre las tareas de difícil concreción se encontraba
el tratamiento en forma casi inmediata del traslado de los
restos humanos depositados en fosas del patio de las ca-
sas o sus inmediaciones. Recordemos que se había fijado
para lugar del cementerio el predio que perteneció a Catal-
do o Catalino Biondi.
Para el cumplimiento de esta medida, se fijó un pla-
zo de 90 días, vencida esta fecha los responsables de la
Comisión Municipal los llevarían a una fosa común. Como
es de imaginar, esta causó, en la mayoría de los casos, re-
chazo y descontento durante largo tiempo. Mientras tanto,
siguieron las gestiones para ensanchar el ejido del cemen-
terio manteniendo como propietario al señor Biondi.
Aquellos primeros líderes de la refundación dejaron
hondas huellas, las personas que ejercían el poder en el
predio municipal lo hacían en forma totalmente hones-
ta, desinteresada y sin cobrar ni un centavo: era un honor
trabajar por sus semejantes. Por ejemplo, Claudio Eugenio
Lagier, hijo del Ingeniero Agrónomo suizo-fránces Eugenio
Lagier trabajó, entre otras cosas, por la mejor elaboración
de la yerba mate y ejerció como comisionado municipal
por más de 4 años.
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Gumercindo De Simón, hijo de Basilio De Simón,
también realizó una excelente labor en el mismo rol. Ama-
deo Solís se distinguió por su enorme bondad y solidari-
dad para con sus semejantes, atento a las necesidades de
aquellos que menos tenían.
De la descendencia de Basilio De Simón continuaron
destacándose en el arte de lo posible, José Basilio “Pepe”
Puerta buscó llevar adelante acciones relacionadas con el cre-
cimiento de las instituciones, y Ana María Puerta en su rol de
diputada provincial e intendente de la ciudad de Apóstoles.
Los nietos de Basilio, Federico Gumercindo “Nene”
Puerta y Julio Alberto Argentino De Simón también sobre-
salieron en la política. El primero, reconocido por su bon-
dad y amplia generosidad tanto con quienes trabajaban
con él como con sus vecinos, fue dirigente a nivel comunal
de la ciudad de Apóstoles, conformó distintas comisiones
para su crecimiento y fue miembro del Concejo Deliberan-
te Ad honorem. Un pequeño episodio ilustra su manera de
ser: una fría mañana de mayo se encontraba en un campo
con animales vacunos, un trabajador observándolo le ma-
nifiestó: “¡Qué hermosa su campera, don Nene!”. Se la sacó
y regaló diciéndole: “Ahora es tuya”.
El segundo fue intendente de Santo Pipó dos veces
y candidato a diputado provincial. Hoy en Oberá, donde
reside, es un comerciante distinguido electo varias veces
Presidente de la Cámara de Comercio.
Luis Alberto “Beto” De Simón fue concejal de Cande-
laria. Norma De Simón, maestra normal nacional, profeso-
ra Superior de Historia con reconocido desempeño en la
tarea docente, habiendo sido ex directora del Bachillerato
Orientado Provincial N°5, supervisora de enseñanza media
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y superior, miembro de la junta de clasificación y disciplina
del Consejo General de Educación de la provincia, acorde a
lo reglamentado por el Estatuto del Docente, y miembro de
la Junta de Estudios Históricos de la provincia de Misiones.
Politicamente, fue concejal convencional a nivel comunal,
provincial y nacional y ex candidata a diputada provincial
por la Unión Cívica Radical. Actualmente, continúa lideran-
do grupos que trabajan por el bien común y es ampliamen-
te conocida por la comunidad.
Federico Ramón Puerta, bisnieto de Basilio, ejerció
dos mandatos de gobierno en la provincia. En forma asidua
visitaba este lugar para conocer las necesidades y, desde el
poder que ejercía, dar todo el apoyo para el bienestar de la
población. Su quehacer político significó la oportunidad de
crecimiento gracias a la relevancia que tuvo el alumbrado
público de la zona céntrica y alrededores. Llegó a conver-
tirse en diputado nacional, gobernador en dos mandatos,
senador nacional y presidente provisional de la República
durante un brevísimo tiempo en el año 2001, en circuns-
tancias por demás difíciles vividas en el país y conocidas
por todos. Por último, fue embajador en España durante la
presidencia de Mauricio Macri.
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Integrantes de las Comisiones Municipales
hasta 1954
A inicios de 1900, las autoridades municipales esta-
ban integradas por personas que eran designadas como
comisionados municipales, por ejemplo, según documen-
tación del año 1902 estos eran:
Presidente: Otto Mantzel
Secretario: Tulio Zagastizabal
Juez de Paz: José de Marcchi
Comisario: Emiliano Cáceres
Receptor de Rentas y Encargado de Correos: José Lo-
bos
Según el Boletín oficial del Ministerio del Interior publi-
cado por la imprenta oficial de la Gobernación, siendo gober-
nador Héctor Barreyro, el municipio de Candelaria registró los
nombres de las siguientes autoridades entre el año 1928 y 1929:
Presidente: Andrés Salvi
Concejal: Carlos Schmidt
Comisionado Municipal: Luis Pervinquiere
En el Juzgado de Paz, acompañado por Esteban Rou-
let y Andrés Schubert, fue autoridad Fernando Schubert.
En octubre de 1929, las mismas autoridades continua-
ron pero se cambió el magistrado, en este caso Félix Mario
Arriola. En 1930, el Doctor Carlos Campbell se transformó en
Comisionado Municipal.
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En 1931, se registró el nombre de Salvador Cáceres Ni-
veyro y, en Juzgado de Paz, Máximo Dei Castelli. Un año más
tarde, fue nombrado Comisionado Municipal Edgar Withier.
En 1936, se convirtió en presidente Fernando Schu-
bert, mientras que en 1937 estuvo a cargo Eugenio Rodí-
guez con Schubert hasta 1939 cuando Carlos Schmidt se
desempeñó como titular.
Ese mismo año, la presidencia recayó en Francisco
Mayol y el Juzgado de Paz en Anacleto Romero. En 1940,
nuevamente fue nombrado Edgar Withier acompañado
por Alberto Mongiardino y se conformó la nómina de au-
toridades municipales con Mayol, Schubert y Schmidt.
En 1941, las autoridades municipales fueron Claudio
Lagier, Alberto Mongiardino, Gumercindo De Simón, Andrés
Schubert y Carlos Schmidt. Entre enero y abril de 1942, los
tres primeros se mantuvieron en su puesto.
En mayo de 1943, Mongiardino trabajó en la Comi-
sión Municipal y en 1947, Gumercindo De Simón. En 1951, fue
nombrado interventor Amadeo Solís, Ladislao Pavón fue dis-
puesto al Juzgado de Paz y Carlos Tarelli como presidente.
En 1954 el Comisionado fue Sixto Villalba y, más ade-
lante, el señor Pavón.
Los Jueces de Paz
Para ejercer el rol de juez de paz los requisitos indispen-
sables son: ser personas con antecedentes intachables, poseer
prestigio personal, laboriosidad y seriedad en su trabajo.
Cumplieron este rol: Félix María Arriola, Máximo De Caste-
lli, Andrés Schubert, Anacleto Romero, Ladislao Pavón, Fernando
Shubert, Juan Cruz Cáceres, quien se jubiló en su función. Entre
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1973 y el 2004, ocupó el puesto Juan Clodomiro “Juancho” Rodrí-
guez, falleciendo antes de retirarse. Los últimos dos integraron
distintas comisiones del quehacer comunitario. “Juancho” Ro-
dríguez, por ejemplo, fue un activo colaborador de la fiesta del
centenario de la escuela N°8 General Manuel Belgrano.
Actualmente, en esta función se encuentra el señor
Oscar Monzón y, como subrogante, la docente Marta Meza.
Hoy, además de los requisitos mencionados
anteriormente para el ejercicio en la función, en los juzgados
de primera categoría se debe contar con el título de aboga-
do. Recientemente, el juzgado adquirió este estatus.
Las Autoridades Municipales que se
sucedieron en Candelaria
Los primeros concejos municipales eran electos en-
tre los vecinos presentes votando con mano levantada y
a viva voz, más adelante, las autoridades del territorio se
ocuparon de esta tarea. Sin duda se tenía preferencia por
quienes se caracterizaban por ser destacados vecinos e in-
fluía el grado de amistad con éstos. De todos modos, hay
que destacar que los llamados comisionados desempeña-
ban el rol de intendentes y que ejercieron importantes es-
pacios de poder con honestidad y compromiso.
Misiones, Provincia
La historia de la provincia de Misiones desde su crea-
ción en 1953, vivió dificultades por inestabilidad política. En
diciembre se sancionó y promulgó la Ley de Provincializa-
ción de Misiones. El doctor Claudio Arrechea fue gobernador
del territorio desde 1953 y designado comisionado nacional
con los objetivos de realizar la estructura y administración
para convocar a la Convención Constituyente.
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En noviembre de 1954, se sancionó la Constitución
Provincial y, en las elecciones de marzo del año siguiente,
se realizaron los comicios para gobernador, siendo electos
Claudio Arrechea y Francisco de Aro como vicegobernador.
Asumieron el 4 de junio de 1955, pero gobernaron poco
tiempo ya que fueron depuestos en septiembre del mismo
año por la llamada Revolución Libertadora.
En Candelaria, a partir de 1954, como en otros mu-
nicipios se eligieron los intendentes por voto secreto y
obligatorio. Entre ellos se encuentran los siguientes:
• Anastasio “Chilingo” Cabrera
• Juan Cabrera
• Vicente Villalba por la Unión Vecinal
• Salomón Amiel
• Amalio Díaz (no fue electo por el voto popular pero
se ocupó del bienestar de la localidad. Docente lle-
gado desde Añatuya, Santiago del Estero, fue con-
siderado con el correr del tiempo un Candelariense
preocupado por la realización de este lugar)
• Alberto Ayala
• Miguel Ayala
• Vidal González
• Daniel Luna
• Carlos Flores (se encuentra al frente de la intenden-
cia y es el primero en ejercer un tercer mandato)
Los diferentes intendentes que trabajaron en la co-
muna dejaron su sello de distintas maneras, los hermanos
Ayala se ocuparon de gestionar la provisión de alumbrado
público, la extensión de las redes de dicho servicio y del
funcionamiento en los hogares. Este fue un trabajo hecho
en forma solidaria y recibieron el agradecimiento de los
vecinos candelarienses.
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Anastasio Cabrera propició que pasaran a la esfera
de la educación formal los talleres del Centro de Capacita-
ción, en este caso el número 4.
Y volvamos atrás a los años 1886 – 1887 y 1888.
Habían necesidades inmediatas que debían tratar-
se con urgencia, como ser el funcionamiento de una es-
cuela común para todos los hijos de los habitantes. Des-
pués de varias reuniones se concretó la fundación de la
institución escolar.
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Fundacion de la
primera escuela
Reseña de su trayectoria
Por decreto del Consejo Nacional de Educación,
fundó la escuela primaria Nacional Mixta N° 8, estaba
construida de material y algunas piedras de las ruinas, su
techo era de tejas, tenía 3 habitaciones, estaba ubicada
en pleno centro del pueblo y a una cuadra de la plaza.
En ese local comenzó a funcionar desde el 9 de agos-
to de 1888 y oficialmente desde 1889. Parte de esa cons-
trucción se conservó hasta no hace mucho tiempo.
La población infantil fue de 35 alumnos, a principios
de 1890 ascendió a 70. El primer director fue el señor José
Treviani, sucediéndole Pedro Guerrero, ambos duraron bre-
ve tiempo en la función directiva hasta la llegada de la se-
ñora Felisa de Romero.
La casa de Basilio De Simón ya no pudo seguir alber-
gando a los estudiantes y es así como la institucion se tras-
ladó a otros espacios: uno perteneciente a la familia Moroz
y otro denominado escuela de Tarelli, Hotel o Bar Iguazú.
Uno fue derrumbado y el otro sigue manteniendo la facha-
da de lo que fue una farmacia y se convirtió en comercios.
El local donde funcionó durante años continúa
conservando la estructura original similar a varios mo-
delos construidos en distintos puntos del país y de la
provincia como Santa Ana y San Javier. El sólido y con-
fortable edificio fue finalizado en el año 1931, cuando era
gobernador el coronel Piloto y el 13 de junio de ese año
fue habilitado y ocupado.
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Su director en aquella oportunidad era el señor
Aníbal Lesner, brillante docente que se dedicó con ver-
dadera vocación a su carrera. Una de sus inquietudes era
la investigación sobre la historia de Misiones, antes de
su muerte realizó importantes aportes sobre aspectos
de la vida candelariense.
En la época en la que fue trasladada al terreno pro-
pio contaba con: un director, un auxiliar de dirección, 12
maestros de grado, 2 maestros especiales y un portero.
En ese momento, tenían inscriptos a más de 300 alumnos.
Destacamos que las personas con muy avanzada edad que
estuvieron al frente de sus tareas fueron el maestro es-
pecial don Humberto De Simón y el portero don Andrés
Breard, quienes trabajaron durante 40 años.
Nos detendremos a mencionar lo que fueron los feste-
jos por el centenario de este establecimiento ya que tuvieron
amplia repercusión en el ámbito local, provincial y nacional.
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Para ello se conformó una comisión especial que
se encargó de preparar todos los actos y eventos que
se llevaron a cabo desde el 30 de julio hasta finales del
mes de agosto. Dicha comisión estuvo conformada por
directivos, intendente municipal, ex docentes y vecinos.
La directora de la escuela era la señora Marga Yolanda
López de Arrechea y la presidente de la comisión de
recordación y festejos fue la señora Nidia Beatriz De
Simón de von Knobloch.
El acto académico se realizó el 13 de agosto y contó
con amplia participación de todos los sectores locales y
provinciales. Se rememoraron clases evocativas con la co-
laboración de ex docentes que oficiaron en estas represen-
taciones. También hubo desfile de antorchas, encuentros
corales, conjuntos musicales, números artísticos dedica-
dos a los niños, exposición de obras plásticas y de fotogra-
fías llenas de recuerdos, obras de teatro interpretadas por
profesores, ex alumnos y vecinos.
En esta oportunidad, se notó la participación sin
banderas políticas, religiosas o de otra índole. En ese mo-
mento, el intendente Alberto Ayala y los concejales José
Lombardini, Héctor Mondelo, Rey Celestino Meza y Heri-
berto Cabrera facilitaron y se esforzaron para darle brillo
a la recordación. Lo mismo ocurrió con el gobierno pro-
vincial, el mandatario de ese momento, Julio César Huma-
da, otorgó un importante subsidio para arreglos y remo-
delación del local escolar y el vicegobernador Julio José
“Pepe” Piró impulsó grandes logros. Destacamos también
al incansable intermediario, ex director de la escuela, el
señor Alejandro Fabián Pajón quien en ese momento era
el Secretario General de la Gobernación.
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El día sábado 6 de agosto se reali-
zó una gran cena y baile aniversario en el
patio interno de la escuela N° 8. El espa-
cio resultó pequeño para la cantidad de
personas que concurrieron acompaña-
dos de la presencia del vicegobernador,
su esposa y su familia. Fue una fiesta her-
mosa, llena de alegría, donde todos pu-
dieron bailar a pesar de la reducida pista.
El martes 9 de agosto, además
de las actividades recreativas com-
partieron una enorme torta con los
alumnos del establecimiento que, en
horas de la mañana, la recibieron con
un buen chocolate.
El 12 de agosto, por la tarde
se pudieron observar las obras de
artistas plásticos locales: Luis Jorge
Jagniaux, Rubén Díaz, Cecilia y Gloria
Martínez y la exposición de fotografías. Ese mismo día, a
las 19 horas fue presentado el libro de un ex alumno de la
escuela N° 8, Franklin Argentino Pereyra, titulado “Márti-
res del deber”. En esa oportunidad, asistió al acto la pro-
fesora Teresa Morchio de Passalacqua.
El día 13 de agosto, se realizó el acto académico en
el salón de eventos, resultó poco espacioso para la gran
cantidad de personas de distintos lugares del país que se
hicieron presentes para la celebración.
Se descubrieron placas recordatorias, se realizó
un minuto de silencio y las palabras estuvieron a cargo
de la directora de la escuela, del ex director Alejandro
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Fabián Pajón, de un ex alumno, don Héctor Sesmero, y
de la presidente de la comisión central del centenario,
profesora Nidia Beatriz de Simón de von Knobloch. El
discurso pronunciado fue:
LA FECHA QUE NOS CONVOCA tiene una honda SIGNI-
FICACIÓN en los corazones de los misioneros y en especial
de los candelarienses.
Porque los primeros pasos de la ESCUELA N°8, arran-
ca de la HISTORIA DEL QUEHACER NACIONAL Y PROVINCIAL y
está ampliamente ligada a las raíces de la refundación de
CANDELARIA.
Cuando hace unos meses atrás, comenzamos a re-
unirnos, para preparar LA FIESTA DEL CENTENARIO, pensa-
mos que debía tener el brillo que el acontecimiento mere-
ce. Porque dicho HOMENAJE será también a todos los que la
gestaron; aquellos fundadores y pioneros que cimentaron
con su apoyo moral y económico el germen de la naciente
sociedad candelariense en aquel entonces, en un marco de
dificultades que debían ser vencidas con esfuerzos y nutri-
dos con sus únicas presencias. En este marco, y con ellos
nacían las instituciones.
Es que, la ESCUELA N°8, se asentó en la COMUNIDAD,
cuando aquellos hombres y mujeres, con desinteresado
ahínco, poblaron las primeras casas, delinearon las prime-
ras calles, el acceso de los puentes y los cimientos cultura-
les de la primera ESCUELA.
Corría el año 1884 y se refundaba CANDELARIA, ya
rica en su HISTORIA. Atrás quedaba la etapa jesuítica, el
paso del ilustre Licenciado y General Manuel Belgrano,
las huellas de Andrés Guacurarí, defendiendo este sue-
lo de la PATRIA. Surgía la colonia agrícola y nacían en el
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MUNICIPIO las primeras instituciones, la COMISARÍA con
don GREGORIO HORNES al frente de la misma. En 1885 el
PRIMER CONSEJO MUNICIPAL, compuesto por los señores:
BARTOLOMÉ MARCENARO, Dr. HONORIO DAVEREDE, Sr. JOSÉ
LOBOS, Sr. LEANDRO LLAMAS, Walter ROUX y Sr. BASILIO DE
SIMÓN. En las primeras reuniones que realizaron manifes-
taron su honda preocupación por contar con una ESCUE-
LA PÚBLICA DE NIVEL PRIMARIO, para cubrir la necesidad
de la instrucción y formación de sus hijos. Las gestiones
que realizaron tuvieron respuesta a principio de 1888. De
acuerdo a la Ley de Educación Común 1420 y por DECRETO
del Consejo Nacional de Educación, fundó la ESCUELA PRI-
MARIA MIXTA N°8. El local fue cedido por el Vocal de Obras
Públicas don Basilio De Simón. Estaba construido de pie-
dras, con techo de tejas, contaba con tres habitaciones,
estaba ubicado en pleno centro de la población y a una
cuadra de la plaza. Allí comenzó a funcionar a principios
de Agosto, con 35 alumnos. El primer DIRECTOR fue el Sr.
JOSÉ TREVIANI, le sucedió el Sr. PEDRO GUERRERO, el pri-
mero italiano y el segundo español. Ambos duraron breve
tiempo en su gestión. Ese mismo año el CONSEJO GENERAL
DE EDUCACIÓN, nombró titular de la DIRECCIÓN a la Sra.
FELISA ROMERO, argentina y misionera y la primera que
tendrá estabilidad en su comprometida tarea. De la casa
de don Basilio De Simón se trasladó a la que perteneció al
Sr. Carlos Tarelli, más adelante a la de la familia Moróz. El
13 de junio de 1931, se habilitó este LOCAL y hasta entonces
funciona en él conservando todas sus características ori-
ginales: en la época de su traslado contaba con 302 alum-
nos, un DIRECTOR, en ese momento el Sr, ANIBAL LESNER,
12 maestros de grado, por primera vez, dos maestros es-
peciales (uno de música y uno de manualidades) ejercido
por: IRMA ROSA DE BRUM y HUMBERTO DE SIMÓN, también
se contará por primera vez con un PORTERO, tarea que
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desempeñó durante 38 años el bien recordado ANDRÉS
BREAR. En el año 1907, se creó la ESCUELA SUPERIOR DE NI-
ÑAS N° 37, separándose los alumnos por sexo. LA ESCUELA
N°8 absorbió a partir de entonces y hasta 1968 a los alum-
nos varones. En dicho año se fusionan ambas escuelas
volviendo a ser mixtas como en sus inicios. Al frente de la
escuela de Niñas estuvieron durante prácticamente toda
su carrera dos muy queridas y bien recordadas damas, la
Señora Rudecinda Groppo de Cocca y Rosa Ferré de Esqui-
vel y posteriormente, Genara Castillo de Silva y Demetrio
Cura, por último Ramón Belloni.
También pasó a integrar la escuela N° 8 la 187 funda-
da en 1931 conocida como la ESCUELA DE TARELLI, porque
su DIRECTOR fue hasta su fusión en 1955 el Sr. CARLOS TA-
RELLI. Fueron prestigiosas Escuelas que pasaron a integrar
UNA SOLA FAMILIA, en el mismo quehacer, con los mismos
objetivos y en el mismo medio.
En un SIGLO DE EXISTENCIA cuántos esfuerzos com-
partidos, entre docentes y padres y la COMUNIDAD TODA, en
un objetivo común, la FORMACIÓN INTEGRAL de los protago-
nistas de LA INSTITUCIÓN: LOS NIÑOS y para ellos este men-
saje: Que Dios los acompañe y les brinde la FELICIDAD de
concretar aspiraciones. Se han formado con buenos cimien-
tos y hoy les acompaña la afirmación de la vida democrática,
no olviden a sus raíces, amen a su Patria Chica y acudan a
esta querida escuela porque en ella siempre se nutrirán de
sus múltiples vivencias. Así las viejas paredes siempre serán
jóvenes y la campana repicará en vuestros corazones.
Siento orgullo de haber nacido en este suelo y de
pertenecer a esta COMUNIDAD, de haberme formado en
ella, de ser ex docente de esta casa, de haber aprendido
a serlo en ella.
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Y para terminar, en nombre de la COMISION DIRECTI-
VA, hago llegar el profundo agradecimiento, a todas las per-
sonas e instituciones que nos apoyaron y acompañaron, al
gobierno provincial y municipal, a las Autoridades Educacio-
nales, a las distintas instituciones de esta localidad y de la
ciudad de Posadas, a las asociaciones cooperadoras, los ex
directores y maestros que nos honraron con su presencia, a
los padres y vecinos, a las distintas sub comisiones y colegas
docentes que tanto trabajaron. A los que están lejos y no
pudieron venir. El SIGLO DE EXISTENCIA, de la ESCUELA N° 8,
merecía todos los esfuerzos. Lo hemos realizado juntos, nos
sentimos gratificados por haberlo hecho.
Fundación de otras escuelas
Sin dudas, la escuela N°8 fue el cimiento de otras. En
1907, se creó la Escuela Superior de Niñas N°37 siendo su
primera directora la señora Rosa Ferré de Esquivel.
Durante muchos años funcionó en la casa que per-
tenecía al señor Carlos Tarelli. A partir de 1931, se trasladó
al local propio de la Escuela Nacional N°8. A partir de en-
tonces la escuela de varones funcionaba a la mañana y en
horas de la tarde, la de niñas. En la década del 30, la direc-
tora fue la señora Rudecinda Groppo de Cocca hasta que en
1968 se fusionaron, volviendo a ser mixta.
Es digno resaltar el trabajo de la señora Groppo de
Cocca quien se estableció en Candelaria pues había venido
desde Buenos Aires y estuvo 30 años al frente de la Escuela
Nacional N°37, se caracterizó por su inmensa dedicación
no solamente con el alumnado y personal docente sino
también con la mayoría de los habitantes. Fue realmente
una docente innata, su nombre es recordado con agrade-
cimiento y cariño por todos los que la conocieron ya que
recibieron de ella útil formación para la vida.
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La escuela N°287 fue fundada en el año 1931, bajo la
dirección del señor Carlos Tarelli. Por primera vez en la lo-
calidad existió un jardín de infantes. La trayectoria de este
establecimiento finalizó en el año 1955, ya que luego de
esa fecha se unificó con la Escuela Nacional N°8 General
Manuel Belgrano.
El Nivel Primario N° 285 empezó a funcionar a partir
del 1937, creada por la imperiosa necesidad de quienes ha-
bitaban alejados de la zona céntrica y en las inmediaciones
de molinos yerbateros, criaderos de ganado vacuno y en
cercanías del río, algunos pueblos tenían relación con el
ingenio azucarero. La mayoría de los niños, hijos de estas
familias, tenían asentamientos en proximidades de lo que
hoy es el establecimiento Santa Cecilia, del Puerto Moreno
o directamente en el lugar llamado Las Minas. Si bien es
cierto que para concurrir a la escuela debían caminar mu-
cho, de alguna manera esto les era posible.
En un comienzo, contó con 54 alumnos, su primera
directora fue la señora María Aguilar de Rosales. Paulatina-
mente la población escolar creció, el número de inscriptos
se mantuvo hasta que el 2 de mayo de 1983 fue reubicada
en el centro de Candelaria, donde está actualmente el Club
Belgrano. En ese lugar se edificó la primera parte de lo que
es hoy el amplio local que ocupa casi media manzana, sede
de más de 600 alumnos y 47 docentes que conforman un
espacio educativo importante para la localidad.
Otras son: la escuela N° 45 que posee un conforta-
ble y buen edificio con importante patio y comodidades
que se encuentra en el ejido urbano. Su creación data de la
década de los 90 y su primera directora fue la señora Mirta
Ayala, quien continúa en esa función hasta la fecha.
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La escuela N° 698 funciona en el barrio 13 de Julio,
fuera de la zona urbana, próxima a la Ruta 204 que la co-
necta con la localidad de Profundidad. Desde el comienzo
y por muchos años, la señora María Fernanda Figueredo de
Russo se desempeñó como directivo de la institución.
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Construccion del puente
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sobre el Arroyo Garupa
En el mes de octubre de 1895, siendo presidente de
la Comisión Municipal el señor Marcenaro y vocales los se-
ñores Lobos, De Simón y Llamas; el primero manifestó la
necesidad de construir un puente sobre el Arroyo Garupá,
para ello se designó una comisión adjunta compuesta por
los señores Llamas y De Simón con el objetivo de efectuar
un estudio sobre dicho trabajo. Se debía contar con un pla-
no firmado por un arquitecto y un presupuesto de gastos,
con ello acudir al Ministerio del Interior en demanda de un
subsidio para hacer realidad la importante iniciativa.
Hagamos una breve descripción de lo que ocurría en
Candelaria por la falta de dicho puente: las lluvias hacían
crecer el arroyo y no permitían transitar a la otra orilla, esto
causaba muchísimos inconvenientes. Es justo recordar las
múltiples gestiones que hicieron los vecinos ante las au-
toridades gubernamentales, entre ellos Manuel Luciano
Leiva, pionero de la localidad, quien en más de una opor-
tunidad, cansado de esperar, manifestó lo siguiente “si el
gobierno no concreta la construcción del puente, yo lo haré
con mi bolsillo…”. Sin embargo, pasaron casi 20 años hasta
la inauguración de la obra en 1922, siendo gobernador del
territorio el doctor Hector Barreyro. Con esto, se solucionó
uno de los problemas más difíciles de la población, ya que
el paso del arroyo se hacía sobre balsas precarias y los ve-
hículos soportaban largas esperas, significando sacrificios
y pérdidas. La atención médica se brindaba en Posadas, allí
estaban los profesionales de la salud y los medios apropia-
dos para curar las dolencias pero los habitantes no logra-
ban llegar a la capital. Ese viejo puente del arroyo Garupá,
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dejó de ser útil en el año 1960 cuando se construyó otro
más seguro, amplio y útil que significó un gran adelanto
no solamente para Candelaria sino también para el resto
de la provincia ya que el aislamiento que generalmente se
producía durante los días de lluvia disminuyó.
Las crecientes
Existen muchos episodios de la época de las inun-
daciones: crecía el arroyo Garupá y, más de una vez, para
cumplir con las obligaciones del trabajo había que pasar
nadando desde Candelaria hacia Posadas, esperar a que la
ropa estuviera semi-seca, con los zapatos en la mano, pedir
y obtener socorro ya al borde del ahogamiento. El puente
que solucionó los problemas de traslado es el que continúa
vigente construido por la Entidad Binacional Yacyretá.
Manuelita, una persona muy conocida por los can-
delarienses, vivía en la costa del río y conocía como nadie
el curso del mismo. En más de una oportunidad caminó
desde el antiguo puerto y llegó hasta la desembocadura
del Garupá, 5km aproximadamente, para ayudar a los inun-
dados, “más vale maña que fuerza” decía mientras se ex-
ponía para sacarlos de las fuertes corrientes. Sabía remar
antiguas canoas y viajaba desde la orilla argentina hasta
la paraguaya, donde está la localidad de Campichuelo, pe-
queño paraje convertido en pueblo con modernos medios
de transporte que llevan pasajeros hasta Encarnación.
Los medios de transporte y comunicaciones
Entre 1884 y 1920, los vehículos de transporte eran:
caballos, carros, carretas tiradas por bueyes y mulas, y
los sulkys, considerados vehículos de lujo que solamente
poseían las familias de mejores condiciones económicas.
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Aproximadamente en 1921, aparecieron los automóviles,
propiedad de don Emilio Errecaborde, Carlos Tarelli, Euge-
nio Lagier y el Barón de Kitabgí, despertando curiosidad y
revuelo entre los tranquilos habitantes del pueblo.
El primer ómnibus que realizó el recorrido Candela-
ria-Posadas perteneció a los hermanos Alberto y Arquíme-
des Zapelli. El trayecto de traslado demoraba entre 6 a 8
horas, ya que antes de la construcción del puente depen-
día del turno de la balsa que a veces no podía funcionar.
Por vía fluvial, cada 15 días, pasaba por el puerto
local el vapor llamado Iberá, este venía desde el Alto Pa-
raná transportando pasajeros. Al llegar a Candelaria hacía
un alto, significando motivo de verdadera fiesta porque era
esperado por los jóvenes. Con seguridad entre los pasaje-
ros venían músicos que deleitaban a los pobladores con
sus interpretaciones y se realizaban improvisados bailes.
Todo esto con la severa vigilancia de las madres que acom-
pañaban a sus hijas.
El puerto de Candelaria
El puerto, escenario de tantos hechos históricos que
llenaron de orgullo no sólo a candelarienses, lugar de ini-
cio de viajes al Alto Paraná, a veces sin retorno.
En el mismo también sucedieron hechos
lamentables, los trabajadores eran engañados y envíados
a realizar la famosa cosecha denominada tarefa de la
yerba mate surgiendo, de esta forma, el mensú. Algunos
iban para la preparación de la jangada con árboles de pri-
mera calidad, como ser peteribí, lapacho, cedro, palo rosa
y la otra, la más característica, el trabajo de la yerba mate
para su elaboración.
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En estas circunstancias se organizaba una memora-
ble fiesta: música, baile, mucho alcohol, presencia de hom-
bres y mujeres, entre ellas prostitutas. “La Flor De Liz” era
una bella dama con presencia para el engaño. Existían el
contratado, el contratante y el llamado enganche.
Las narraciones de algunos que se fueron a realizar
esos duros y hasta crueles trabajos, y que pudieron volver
mencionan la existencia del capanga, el que mandaba, a
fuerza de látigo y castigos, increíble por su falta de huma-
nidad. En la década del 50, de alguna manera empieza a
fracasar su accionar.
A esto se suma el testimonio de un sobreviviente,
Manuel Faccioli, hijo de uno de los pioneros de Candelaria
que regresó del Alto Paraná portando una libreta antigua
de almacén, donde se podía leer: DEBE Y HABER. Debe, ha-
rina, poroto, grasa, caña, tabaco negro y otros. Siempre de-
bía, nunca un haber...
Faccioli regresó con un ojo menos y el alcoholis-
mo a cuestas, casi nunca quiso hablar del tema ni de
sus vivencias, le hacían mucho daño.
“Selva, noche, luna, pena en el yerbal”, la hermosa
melodía y célebres estrofas de Ramón Ayala no hacen otra
cosa que describir lo que sucedió en ese tiempo. “¡Neike,
Neike, el grito del capanga!“. Samuel Aguayo, destaca-
do músico paraguayo narraba que más de una vez estuvo
presente en el puerto y que animó con música las famosas
partidas de los mensúes, algunos de ellos sobrevivieron
para contar ese pesar.
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El puerto ayer, otros escenarios
Ha sido escenario de grandes acontecimientos y
vivencias, muy visitado sobre todo en los buenos mo-
mentos, aquellos donde se realizaban conmemoraciones
de gestas patrias: desde muy temprano comenzaba el
homenaje a Belgrano o se rememoraban otros episodios
históricos importantes.
En las noches, crecía el contrabando. ¿Por qué des-
de allí? Desde tierra y río siempre estaba resguardado por
los buenos y honestos marineros, quienes trabajaban ar-
duamente cuidando aquellos lugares. Había que conocer el
movimiento de los guardianes y burlar su trabajo.
Dependiendo de la época, fue muy común que pa-
saran harina, aceite, nafta y hasta automóviles, convir-
tiéndose en espacio inseguro donde los protagonistas,
gente de mal vivir, cumplían con los encargos con los que
lucraban pero en los que no quedaban involucrados. Los
buenos vecinos decían: “Al puerto de noche no te metas,
es muy peligroso”.
Hoy existe otro tipo de resguardo, la existencia de
la tecnología permite vigilancia a toda hora, por ello no
existe posibilidad de que ocurran estos delitos. Las for-
mas, espacios y elementos mediante los que se ejecuta
el contrabando cambiaron.
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er
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Primera linea
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telefonica
El 27 de enero de 1896, se reunieron en el recinto
municipal los señores Lobos, Roux, Lamas y De Simón para
leer una nota del gobernador doctor Balestra, quien pedía
la cooperación de la municipalidad para la construcción
de una línea telefónica que debía poner en comunicación
los pueblos de Santa Ana, Cerro Corá, Candelaria y San
José con Posadas.
Las personas anteriormente nombradas constitu-
yeron una comisión y se comprometieron a formalizar las
gestiones para la realización de un tendido de 15 kilóme-
tros, igual a la extensión que harían los demás pueblos
nombrados. La obra se inició inmediatamente. Los prime-
ros teléfonos que se pusieron en funcionamiento perte-
necieron a las familias: Leiva, Lagier, Errecaborde y Por-
firio Villalba, este último era el boticario. El local original
donde funcionó la antigua modalidad de las conexiones
todavía puede ser visto tal cual era.
¡Los teléfonos de ayer! Qué lejos de los que hoy
funcionan mediante la tecnología. Quienes se ocupaban
de hacer efectivas las comunicaciones se llamaban ope-
radores, y lo hacían mediante múltiples conexiones con
conmutadores. Para lograrlo requerían largas esperas y, si
se trataba de la conexión con otras provincias, en especial
Buenos Aires, podían llegar a días. De todos modos, fue el
inicio del progreso del uso de la telefonía.
Hubo un episodio con las líneas telefónicas de
aquel entonces que de alguna manera es considerado
cómico pero también un reflejo de la importancia de la
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única manera para comunicarse. Cristian, un importante
miembro de la sociedad candelariense, empresario, pilo-
to civil de aviones que pertenecían al aeroclub de Posa-
das voló muy bajo en una oportunidad para gritarle a su
jefa y dejarle un mensaje. Al ascender, se llevó todos los
cables de comunicaciones enganchados en el avión.
Consciente de lo ocurrido y para confirmar el daño
causado pidió ponerse en contacto con Buenos Aires al
regresar a su casa. La telefonista le respondió: “Estamos
incomunicados”. “¡Sonamos!”, expresó Cristian. Le quitaron
la licencia de piloto y debió pagar una tremenda multa.
Dadas las limitaciones tecnológicas, no solo Candelaria e
inmediaciones quedaron incomunicadas sino mucho más y
por largo tiempo. Lo único existente era lo que hoy se co-
noce como teléfono fijo. ¿Teléfono celular? Ni en sueños…
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La Iglesia
La primera iglesia lógicamente estuvo en la forma-
ción de la Misión Jesuítica de Candelaria, la patrona fue
la Virgen de Las Candelas o de la Candelaria. Hasta hoy se
escucha decir que la imagen original ha quedado sepul-
tada después de tantos acontecimientos, muchos de ellos
agresivos. Esta versión aún no ha sido comprobada.
En Candelaria de la Refundación, el local se levantó en
1890. Estaba construido de material y muy cerca del lugar ac-
tual. El primer sacerdote se llamó Alberto Caño, era español y
el sacristán era Hipólito Godoy, ambos se movían de un lugar
a otro a caballo para cele-
brar la santa misa una vez al
mes y asistían al vecindario
en sus necesidades espiri-
tuales. Dentro de la peque-
ña capilla se encontraba el
altar donde estaba el Cristo
Nazareno, totalmente cons-
truido en madera tallada.
También había una imagen
de la virgen de la Candelaria,
patrona del pueblo.
La festividad se con-
virtió en una tradición que
es celebrada el 2 de fe-
brero, antes se preparaba
aproximadamente con dos
meses de anticipación. La
fiesta contaba con varios
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eventos como ser: dos días antes, teatro, música, kermeses;
el primer día, un gran baile de gala; el segundo, la proce-
sión acompañada por el pueblo católico, encabezado con
la imagen mariana que partía de diversos lugares según
transcurría el tiempo. Ultimamente, se inicia desde las Rui-
nas Jesuíticas hasta la parroquia.
El pequeño local de la antigua capilla se transformó
en el año 1920 y fue cambiando hasta lograr el aspecto ac-
tual, ya que recién en 1954 se inauguró la torre de material.
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Ocupacion de los habitantes
Ocupacion de los habitantes
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en la refundacion
en la refundacion
En las primeras décadas de 1900, la principal ocupa-
ción era el cultivo de la yerba mate y su elaboración. Los
propietarios de los yerbales más importantes fueron: el se-
ñor Manuel Luciano Leiva, don Carlos Bosetti, el barón de
Kitabgí, el señor Luis Pervinquiere, Emilio Errecaborde, los
señores Lagier y Roulet hermanos. Existían pequeñas fá-
bricas de almidón, fécula de maíz, azúcar y rapadura, estas
últimas fueron propiedad del señor Carlos Bosetti.
Una experiencia interesante fue la realizada por el
señor Pedro Faccioli quien construyó un puente de piedra
y una pequeña represa sobre el arroyo Niño Perdido, cerca
del río Paraná, esto tenía como objetivo la elaboración de
pinturas para viviendas, lográndose buenos resultados. La
rueda se conservó hasta el año 1960.
Casas comerciales, establecimientos
y otras empresas
Candelaria fue uno de los centros comerciales más
importantes en las décadas de 1920 a 1930: todos los pro-
ductos de las colonias, como así también los no tan cer-
canos eran traídos para ser vendidos. A partir de 1930, se
notó un gradual decaimiento en la parte comercial. Esto
repercutió en todos los aspectos de la vida del pueblo. In-
dudablemente la situación general del país influyó en esta
comunidad, la llamada década infame dejó sus huellas en
los rincones más apartados de la patria.
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Vamos a nombrar las casas comerciales más impor-
tantes de aquel entonces: Tienda y Almacén de Miguel Elías
(este también poseía automóviles y camiones en alquiler),
Almacén por mayor de Raúl Perret, panadería de Andrés
Salvi, farmacia La Candelaria de Villalba y Alsina, fábrica de
bebidas gaseosas de Eugenio Sesmero.
En 1922, los hermanos Moisés y David Mazzal ins-
talaron un negocio de artículos en general por mayor y
menor, uno de los empleados fue el señor Salomón Amiel,
quien al poco tiempo se independizó e instaló una peque-
ña casa comercial que quedó en manos de sus hijos Jaime
y Salomón. Estos le sucedieron en la empresa y forma-
ron una sociedad comercial próspera y progresista que se
convirtió en una de las más importantes de este tipo en
la localidad. Actualmente, aunque los antiguos dueños ya
no están, sigue funcionando.
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En el año 1926, estaban abiertas las puertas del es-
tablecimiento yerbatero del señor Manuel Luciano Leiva,
en el predio que hoy pertenece al Servicio Penitenciario
Federal Unidad 17. Se realizaba la explotación de la yerba y
la elaboración por el sistema barbacuá, esta empresa fue
una de los más importantes conjuntamente con la llamada
La Candelaria, cuyos principales accionistas fueron los se-
ñores Errecaborde, Roulet y Lagier.
Vale la aclaración de que el señor Eugenio Lagier era
ingeniero agrónomo con un título obtenido en Luisana, Es-
tados Unidos, pero por ser extranjero no podía ser propieta-
rio de tierras. Para esos casos existían los “presta nombres”.
Además, criaba mulas a la que se llamaba La Remonta.
La producción yerbatera llegó a ascender a 200.000
kilogramos, los que se enviaban directamente a Buenos Ai-
res y Rosario para la venta: salían por vía fluvial desde el
puerto local. Otro establecimiento importante fue el que
perteneció a Luis Pervinquiere, este, en el año 1926, llegó a
producir 70.000 kilogramos de yerba, tenía 50.000 plantas
en producción y 70.000 de entre 1 a 3 años.
El establecimiento Santos Lugares era propiedad del
señor Emilio Errecaborde, dedicado al cultivo y explotación
de la hoja verde y de la ganadería.
Empresa Tabacalera Piccardo y Cía.
El inicio de actividades de esta sociedad anónima
se remonta a 1913 en Misiones, según convenio suscrip-
to entre la Compañía Argentina Ltda. y el señor Rodolfo
Carstensen, el 1° de marzo de ese año. En esa época, se
dieron los primeros pasos para la instalación de la em-
presa que dejó huellas imborrables en el ámbito econó-
mico y cultural de Misiones y de esta localidad. Comenzó
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la comercialización intensiva del tabaco misionero, El
Criollo Misionero y El Negro de Cuerda. En el año 1919, la
organización pasó a depender de la Sociedad Anónima
de Manufactura de Tabaco Piccardo y Cía Ltda., estan-
do como gerente el señor Rodolfo Carstensen. En 1921,
se instaló en la localidad y desde entonces la empresa
ofreció fuentes de trabajo para los habitantes, incremen-
tando el potencial económico y abriendo nuevas pers-
pectivas al mercado ocupacional, evitando el éxodo de
familias que muchas veces estaban limitadas en cuanto
a la oferta laboral. Esta se distinguió por contribuir al
afianzamiento de las instituciones que hacen a la cultura
local: eran conocidos los generosos aportes, las dona-
ciones a la iglesia (un harmonio), muebles y máquinas
de escribir a las escuelas, parque infantil en la plaza,
etc. En el año 1976, contaba con 150 empleados. En 1978,
se fusionó con la empresa Nobleza. En 1989, decidieron
trasladarla por completo a Leandro N. Alem.
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Pensemos el valioso aporte que significó para la
ciudad: continuo movimiento de todo tipo, una vez por
semana los camiones con los fardos de hojas de tabaco
ingresaban y salían de la compañía. Los empleados co-
braban sus haberes normalmente cada 15 días y se pro-
ducía el movimiento socioeconómico de los habitantes.
Con el traslado de ésta, Candelaria padeció el altibajo
económico-social. Muchas familias de pronto se vieron
privadas de la entrada económica y, lógicamente, esto
generó penurias y atraso de toda índole, primero para
las familias y, más adelante, para la sociedad candela-
riense en general.
Hoy solo quedan las instalaciones edilicias, espacios
llenos de recuerdos y añoranzas que han pasado a ser pro-
piedad de distintas personas. En algunos casos, se obser-
van locales comerciales de diferentes rubros y los grandes
salones que fueron alguna vez depósitos de tabaco. Allí
también se celebraron fiestas de índole privada y reunio-
nes conmemorativas como la del Día del Maestro, bailes del
2 de febrero, campeonatos deportivos (futbol, básquet, pe-
lota al cesto, pesca) y festejos políticos. Sin ninguna duda,
estas construcciones que pertenecieron al 43 o Picardo y
Compañía forman parte de la historia socioeconómica de
Candelaria de la Refundación.
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Establecimiento Santa Cecilia
La compañía, en sus origenes, fue nombrada Sol De
Mayo y perteneció al señor Cataldo o Catalino Biondi. En el
año 1921, fue vendida al señor Arturo Gramajo y llamada La
Candelaria. En 1949, fue adquirida por los hermanos Wer-
ner, estos le cambiaron el nombre por el de Santa Cecilia
en homenaje a la patrona de la música, la familia manifes-
taba intensas inclinaciones por la misma.
Este establecimiento, en sus comienzos, se dedicó a
la cría de ganado y a la producción de yerba mate semie-
laborada por el viejo sistema barbacuá. Durante la época
en la que el señor Gramajo estuvo a cargo, también se de-
dicaron a la madera y elaboración de la esencia de cedrón
y menta, estos productos eran trasladados a Buenos Aires
para su exportación. Hasta 1945, se criaba ganado mular
en gran escala ya que desde la capital argentina viajaban
personas interesadas en comprarlas en remate.
Durante un tiempo, perteneció a Ángel Borlenghi,
quien fuera ministro del Interior en la última etapa de la
presidencia de Juan Domingo Perón. Los hermanos Werner
fueron sus sucesores.
En el año 1954, vendieron Santa Cecilia a Las Marías
S.A., dejando como responsable al señor Arturo Navaja. La
yerba mate y la ganadería vacuna siguieron siendo la prin-
cipal fuente de trabajo y explotación.
En 1961, don Cesáreo Navaja la compró y se indepen-
dizó comercialmente de Las Marías: continuó con la explota-
ción de la hoja verde antes de dedicarse exclusivamente a la
cría de la raza Cebú Nelore traída de Brasil hasta el año 1957.
El establecimiento brindó trabajo a más de 50 personas.
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Más adelante, estuvo a cargo de Carlos Navaja y Jor-
ge Rigall. Eran personas respetadas y queridas por todos
los que trabajaban con ellos, por sus familiares y amigos.
Lamentablemente ambos fallecieron muy jóvenes. La fami-
lia Navajas continúa viviendo en el mismo lugar.
También es justo evocar a don Cesáreo Navaja que
se destacó por ser un hombre dedicado a la empresa, bon-
dadoso, altruista y de espíritu colaborativo con las institu-
ciones de Candelaria que recibieron sus donaciones.
Actualmente, se encuentra a cargo su esposa, la se-
ñora Silvia Nosiglia y familiares, personas solidarias sobre
todo con establecimientos educativos, padrinos de la es-
cuela Primaria N°285 Santa Cecilia.
En el predio de Nosiglia-Navaja existe una casa que
perteneció a la escuela Primaria N°285, tiene caracterís-
ticas diferentes que la hacen parecer un castillo hecho
de piedra. Se narran leyendas que hablan de apariciones,
voces, cánticos, música y ruidos provenientes del interior
de las paredes. Afirman que dicha construcción marca los
límites de nuestra ciudad.
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La plaza
La plaza lleva el nombre del General Manuel Bel-
grano y está ubicada en el centro desde la época de la
Refundación (1881-1884) pero fue modificada. Narraban
antiguos pobladores que a un costado de la misma exis-
tía un espacio cercano a un pozo de agua con un poste
de urunday muy bien enclavado, lo llamaban El Cepo. Las
personas que delinquían, casi siempre en robos, eran ata-
das a éste para recibir azotes ante la vista pública, gene-
rando dolor físico y moral.
El Cepo desapareció
antes de que funcionaran
las normas y leyes vigentes
aplicadas con normalidad
en esos tiempos. La plaza
estaba totalmente cercada
con alambre de púas.
En 1926, siendo pre-
sidente del Concejo Deli-
berante el señor Luis Per-
vinquiere, el presidente
de la Nación Marcelo T. de
Alvear donó el busto del
General Manuel Belgrano.
Este se colocó en el centro
de la plaza el día 3 de junio
de ese mismo año. Fueron
padrinos de la ceremonia
el señor Emilio Errecabor-
de y la señora Elza Solange
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Decoppet de Lagier, distinguidas personas de la socie-
dad candelariense. Ese acontecimiento fue motivo de
un acto importante que contó con la concurrencia de la
población de otras ciudades como Posadas, Santa Ana,
Santo Pipó y alrededores.
A partir de 1967, por iniciativa del entonces inten-
dente municipal, señor Amalio Díaz, comenzó una remo-
delación. La obra fue finalizada en 1968 e inaugurada el 20
de junio del mismo año con la presencia de autoridades
provinciales y del gobernador Hugo Montiel.
Desde su existencia se realizan allí los eventos
más relevantes de la localidad y las fiestas cívicas como
el día de la madre, del padre, del niño, eventos solida-
rios, deportivos y religiosos.
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Colonia Penal de
Candelaria U 17 del
Servicio Penitenciario
Federal Argentino
La superficie que ocupa la Colonia Penal de Candela-
ria comprende 157 hectáreas compradas por $40.000 a Ma-
nuel Luciano Leiva y otras pertenecientes a los herederos
de Claudio Lagier.
El terreno tiene una suave ondulación con un frente de
unos 2000 metros sobre el río Paraná y un fondo que oscila
entre 100 y 400 metros. En el año 1941, utilizando las cons-
trucciones existentes, se trasladó a las instalaciones un grupo
de internos ya juzgados de mínima peligrosidad. El objetivo
era hacerlos trabajar en la explotación del yerbal, mantener
los cultivos, realizar otros trabajos de huerta, plantaciones de
frutales, en especial sandías, melones, duraznos, vides y con-
servar las entonces precarias instalaciones.
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A partir de ese momento, se fueron adecuando las
edificaciones para albergar a una mayor cantidad de inter-
nos y acomodar los distintos servicios que se sumaron. Se
anexó la ex cárcel de Posadas, Unidad N°8, los trabajos de
los presos comenzaron una vez que se concretó el traslado.
Esto se realizó mediante el decreto N°1926 del Po-
der Ejecutivo Nacional, con fecha 28 de noviembre de 1962,
siendo presidente de la Nación José María Guido, quien
asumiera temporalmente el gobierno después de la des-
titución del doctor Arturo Frondizi, en abril de ese mismo
año. El primer director de la Unidad Penal, ya unificada, fue
el Alcaide Mayor Antonio de Luca.
Hoy el penal propiamente dicho cuenta con varios
pabellones, sala de internación, aulas cocina, panadería. En
1976, ya habían talleres de carpintería, herrería, mecánica de
au tomotor y sastrería, casas habitaciones para los empleados
y teléfonos internos para comunicaciones a distintos luga-
res. Las nuevas instalaciones fueron inauguradas en mayo de
1973. Las actividades que se desarrollaban eran huerta, gran-
ja, fabricación de ladrillos, mosaicos, muebles, pan, etc.
La capacidad máxima en aquel entonces, en cuanto
a alojamiento de internos, ascendía a 75. El sistema em-
pleado en la institución era el denominado mediana segu-
ridad, lo que significaba que la reglamentación vigente les
permitía salir a trabajar, visitar a sus familiares e inclusive
estudiar. Actualmente, pueden continuar con sus estudios,
han adquirido títulos de nivel universitario.
En este momento, el número de internos se acerca
a 200. La cantidad de personal que trabaja allí también ha
variado, antes no eran más de 4 a 6 incluyendo a los jefes
que estaban al resguardo de los mismos.
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Aproximadamente en 1950, Roberto Petinatto padre,
fue Director Nacional de Institutos Penales, un hombre que
en muchos aspectos cambió el tratamiento penitenciario
hacia los internos, humanizándolos en búsqueda de reso-
cialización para cuando recuperaran la libertad.
Petinatto visitó la Unidad N° 17 de Candelaria y per-
maneció varios días conociendo el trabajo que se realizaba
en este lugar, se sorprendió gratamente por los cultivos de
maíz, caña de azúcar, huertas de hortalizas, frutales y yerba
mate para su cosecha y elaboración.
A este hombre le encantaba el deporte de la pesca
y es así que acompañado del entonces guardia cárcel Sil-
vio De Simón, en canoas comunes, salió a pescar logrando
atrapar dorados y surubíes. Además, pudo degustar, en la
casa de su compañero, la comida realizada con los peces
que sacó del río, platos con choclos de la cosecha local y
dulce de leche artesanal. Se quedó 2 o 3 días más de lo
que tenía previsto para observar y llevar a otros lugares
estas experiencias que consideró sumamente positivas en
el quehacer penitenciario.
Es conocido el trabajo de Petinatto en la peniten-
ciaría con internos de máxima peligrosidad en Ushuaia,
enviados para terminar su vida en ese inhóspito sitio. En
esta carcel fueguina se localizan las pequeñas celdas por
las cuales pasó el célebre escritor argentino Ricardo Rojas,
donde vivió las peores horas de su vida.
Allí, también, tuvo un final trágico uno de los crimi-
nales más increíbles que existió en el país, Cayetano San-
tos Godino, conocido como El petiso orejudo. A razón de
haber arrojado a una mascota a la caldera, sus compañeros
tomaron represalias de la misma manera.
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La imagen que llevara Petinatto de Candelaria de la
Unidad N°17 fue un ejemplo para mejorar la calidad de vida
de quienes estaban privados de su libertad, poder recupe-
rarla ejerciendo la dignidad del trabajo.
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El alumbrado publico
A partir del año 1925, Candelaria contó con alumbra-
do público. Era presidente del Concejo Deliberante el señor
Emilio Errecaborde y gobernador del territorio el doctor
Héctor Barreiro. Se llamó a licitación pública a la Sociedad
Perié Rendón para que se ocupara de brindar este servicio.
Al comienzo, se dispuso solamente en las manzanas
ubicadas en la zona céntrica e inmediaciones del puerto. La
luz eléctrica funcionaba durante 6 horas, a partir de las 18
hs y hasta las 21 hs. Este sistema se mantuvo prácticamente
hasta 1963. El 20 de febrero de ese mismo año, un grupo de
vecinos integrado por los señores Horacio Juan Carrocino,
Juan Manuel Navarro, Raúl Aquino, Francisco Gabriel Russo,
Fermín López, Virgilio Giménez y Luis Fernández formaron
una comisión provisoria para tratar de fundar una coope-
rativa eléctrica. Esto se concretó y la misma se inició el 24
de febrero de 1963.
En principio contó con 45 socios y la primera comi-
sión fue la siguiente:
Presidente: Alejandro Fabián Pajón
Vicepresidente: Carlos Nuzur
Secretario: Francisco Gabriel Russo
Tesorero: Luis Jorge Jagniaux
Vocales: Fermín Tomás López, Luis Fernández, Raúl
Aníbal Aquino
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Vocales suplentes: José Ollienika, Ceferino Rodríguez
Síndico titular: Horacio Juan Carrocino
Síndico suplente: Salomón Amiel.
Mediante el nuevo sistema adoptado, el servicio de
luz eléctrica se extendió a todos los sectores de la pobla-
ción que desearon y pudieron contar con ese beneficio.
Desde 1973, la cooperativa vendió sus acciones a
Energía de Misiones Sociedad Anónima (EMSA) y se hizo
cargo de las tareas pendientes cumpliendo con un plan
para extender la conexión a toda la provincia.
Cuando la energía eléctrica funcionó en forma estable
y normal, surgió la oportunidad de progreso para Candelaria
ya que permitió la instalación de aserraderos con moder-
nos establecimientos, criaderos de pollos, panaderías, etc.
En general, se intensificó la actividad comercial y, a partir de
1975, comenzaron a asentarse en la ciudad familias prove-
nientes de Posadas u otros lugares. La empresa de ómnibus
local, cuyo propietario era Ollienika, debió multiplicar sus
unidades para más viajes y mayores recorridos que favore-
cieron a las personas que trabajan en la Capital.
Al contar con tendido eléctrico, se hizo posible la
instalación de los servicios de agua potable a partir del 3
de junio de 1970, por entonces el intendente era el señor
Amalio Díaz quien presenció el acto de inauguración junto
con el gobernador Hugo Montiel.
Vivir sin energía eléctrica significaba que pasados los
cortos horarios en los que se contaba con el servicio, utiliza-
ban las lámparas Petromax que poseían una camisa similar
a un foco incandescente luminoso pero muy frágil. En ese
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caso, se utilizaban las que tenían una base en la que se co-
locaba kerosene con una mecha que se encendía y cubría
con un tubo. El último recurso era la utilización de las velas.
Los electrodomésticos de hoy no existían: freezers, ba-
tidoras eléctricas, planchas, máquinas de coser, licuadoras y
otros tantos artefactos que funcionan mediante electricidad.
Pero sí habían heladeras a base de kerosene. ¡Qué diferente
aquellos tiempos a estos, donde todo o casi todo se resuelve
simplemente accionando una llave de encendido!
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La Primera Escuela de
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Nivel Medio:Sus origenes
En 1959, mediante gestiones del intendente munici-
pal Anastasio Cabrera, siendo gobernador Cesar Napoleón
Ayreault, se creó la Escuela Municipal de Capacitación don-
de se dictaron los talleres de Corte y Confección y Dacti-
lografía. Al frente de estos estuvieron Alba Julia Cáceres,
Emilia Carretero y Berta Oviedo.
En 1960, Cabrera fue electo diputado provincial y por
Decreto Provincial del 11 de septiembre la Escuela Muni-
cipal pasó a depender del Consejo General de Educación,
integrando los Centros de Capacitación, correspondiéndole
el N°4. En sus orígenes funcionó en el edificio municipal y
el 8 de agosto de ese año fue nombrada su primera direc-
tora: Nidia Beatriz De Simón. En 1966 se llegó a contar con
varias especialidades: carpintería, peluquería, arte decora-
tivo, práctica de escritorio, economía doméstica y labores.
En 1967, después de gestiones ante el Consejo Gene-
ral de Educación, se consiguió una reestructuración de los
planes de estudios respondiendo a inquietudes de la pobla-
ción. Fue así que pasó a llamarse Escuela Técnica, teniendo
como especialidad la Práctica Comercial. Estos planes dura-
ban 3 años, finalizado este período los jóvenes candelarien-
ses debían trasladarse a Posadas para cumplir el ciclo de
enseñanza media, rindiendo asignaturas equivalentes.
Se intesificaron las gestiones hasta lograr la tras-
formación de éste en uno de tipo básico que, más ade-
lante, contaría con orientación en Administración de
Empresas. Esto ocurrió en 1970 ocasionando grandes
cambios en la estructura interna del establecimiento
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