LIBRO DE ORO VIRTUAL III PROMOCIÓN CMEA_CONSOLIDADO_clone

COLEGIO MILITAR “ELÍAS AGUIRRE” – III PROMOCIÓN 1964 – 1966 “GRAL. DIV. ÍTALO ARBULÚ SAMAMÉ”

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DISCURSO POR LAS BODAS DE ORO DE LA III PROMOCIÓN “GRAL. DIV.
ÍTALO ARBULÚ SAMAMÉ” DEL COLEGIO MILITAR ELIAS AGUIRRE

Por: Jorge Noblecilla Merino

SEÑOR INGº DON FRANCISCO CARDOZO ROMERO,
VICE-GOBERNADOR DE LA REGION LAMBAYEQUE.
SEÑOR LICENCIADO DON RAFAEL AITA
CAMPODÓNICO, PREFECTO DEL DEPARTAMENTO DE
LAMBAYAQUE.
SEÑOR GRAL. BRIG. DON JOSÉ ROSPIGLIOSI
GALINDO, COMANDANTE GENERAL DE LA 7ma
BRIGADA DE INFANTERÍA.
SEÑOR CORONEL DON JOSÉ ANTONIO BENAVIDES
IBARRA, DIRECTOR DEL COLEGIO MILITAR ELIAS
AGUIRRE.
DIGNAS AUTORIDADES CIVILES Y MILITARES.

DAMAS Y CABALLEROS CADETES.

DISTINGUIDA CONCURRENCIA.

Por honrosa designación de los integrantes de la III
PROMOCIÓN “GRAL DIV ÍTALO ARBULÚ SAMAMÉ”
egresada de nuestro querido colegio el año 1966, con el pecho henchido de orgullo y
emoción, me dirijo a ustedes en esta hermosa y cálida mañana de noviembre y pido
al divino hacedor me permita transmitirles el sentimiento emocionado que embarga
nuestros corazones al retornar a la ciudad de Chiclayo, la “CAPITAL DE LA AMISTAD”,
para celebrar alborozados nuestras “BODAS DE ORO” promocionales.

En primer lugar, quiero decirles que nos sentimos apenados, pues nuestro deseo
siempre fue celebrar estas fiestas en las instalaciones que nos cobijaron hace
cincuenta años. Sin embargo, bien vale la pena sufrir esta inconveniencia, si ello es en
beneficio de la preparación, formación y educación de las futuras generaciones de
cadetes aguirreños.

Corrían los últimos días del mes de marzo del año 1964, cuando 129 adolescentes,
pletóricos de entusiasmo, expectativa y por supuesto algo temerosos, nos
incorporamos al recientemente creado CMEA. Aquí, gracias a la guía de nuestros
instructores militares y a la sapiencia de nuestros maestros, logramos madurar. Ellos
teniendo como norte nuestro lema “DISCIPLINA, MORALIDAD Y TRABAJO” nos fueron
moldeando como el yunque y el martillo moldean el acero.

Vivimos internos tres intensos años, estudiando, comiendo, mataperreando juntos,
compartiendo techo, penas, castigos, anécdotas y vivencias inolvidables. Algunas
tristes y torpes como nuestro bautizo de perros o los larguísimos fines de semana sin
salida; otras alegres y jocosas como la anhelada llegada del cabo correspondencia o
los mejoramientos de rancho de los días jueves acompañados del show artístico de
Tania Libertad o de Zoilita Soriano; también, por supuesto, la memorable, la imborrable,
la inolvidable hazaña deportiva de coronarnos campeones en la segunda olimpiada
entre colegios militares llevada a cabo en nuestra ciudad.

Pero sobre todo, a mi modesto entender, lo mejor que nos pasó, es que allí, entre esos
muros carcomidos por el salitre, los fuertes vientos y el rigor de la disciplina y el encierro,
nació, creció y se cimentó algo muy bello: un sentimiento de camaradería, amistad y
yo diría hermandad, que hasta hoy se mantiene entre muchos de nosotros. Fíjense
ustedes, han pasado cincuenta años, hemos formado familias, muchos ya somos

COLEGIO MILITAR “ELÍAS AGUIRRE” – III PROMOCIÓN 1964 – 1966 “GRAL. DIV. ÍTALO ARBULÚ SAMAMÉ”

abuelos; incluso, esos que siempre fueron precoces, son ya bisabuelos, y ese
sentimiento, es tan especial, tan fuerte y arraigado, que no importa cuántos años o
décadas dejemos de vernos, siempre en el momento en el que hacemos contacto o
nos reencontramos, es como si estuviéramos de vuelta en el colegio y nuevamente la
alegría la camaradería y la nostalgia reinan en nuestros corazones, como es el caso de
hoy, en que 60 de nosotros hemos acudido entusiasmados a celebrar estos 50 años de
egresados.

Si bien es cierto, estamos viviendo momentos de jolgorio, camaradería y amistad,
considero imprescindible detenerme un instante, para recordar a nuestros
compañeros que se nos adelantaron al encuentro con Nuestro Señor: mi querido y
entrañable amigo y hermano, Luchín “El chueco” Baca, criollo, sarcástico, ocurrente,
muy leal y solidario con los amigos; nuestro primer presidente, Jaime Santa Cruz,
entusiasta, empeñoso y dedicado a lograr la sólida unión entre nosotros; El chisco
Delgado, excelente deportista y uno de los más palomillas; el siempre ostentoso y
mano abierta negro Farromeque; nuestro brigadier general el picho Castañeda;
Carlos Linares, Percy Pezo, Alfredo Angulo, Julio Cerna, Juan Doig, Oscar Benavides,
Florentino Maceda, Arturo el pichi Castro, Elías Locher, Alfredo Alemán, Ángel Ayala,
Juan Monsalve, Humberto Pacheco y José Otoya. Son 19 los que ya no están con
nosotros, los extrañamos a todos ellos y lamentamos su temprana partida, su ausencia
nos representa una pérdida muy grande y dolorosa, pero estamos seguros que desde
el lugar en el que se encuentren, saludan con bendiciones esta celebración.

Considero imprescindible en esta oportunidad, recordar y rendir homenaje a quienes
sembraron en nosotros la semilla de la disciplina consciente, la moral inquebrantable y
el trabajo arduo y perseverante, forjándonos como hombres de bien, útiles a la
sociedad y a nuestra patria: tengo que empezar por nuestros padres quienes tomaron
la sabia decisión de matricularnos en este colegio, también a nuestros directores, los
Coroneles Carlos Iturri Quevedo y Gerardo Arbulú Samamé; al Capitán Francisco
Ramírez Arbayza, Jefe de compañía durante los tres años que estuvimos como
cadetes; al Teniente Francisco “Pancho” Guadalupe Dávila; a los sub oficiales José
Chiroque, Arturo Negreiros, Hugo Vera y José Rojas; a nuestra plana docente,
encabezada por el doctor, Antonio Pedreros Rosas, Director de estudios e integrada
entre otros, por Santiago Espinoza, excelente maestro y mejor amigo; James Uriarte,
Mauro López, Efrén Suarez, Rualdo León, Polo, Raúl Nombera, Gamarra, Portocarrero,
Cabrejos, Linares, Chumán, Mujica y por supuesto, no puedo dejar de mencionar a
Rómulo Ravina, extraordinario entrenador de nuestra selección de basquetbol.

Es necesario además, agradecer a quienes hicieron grata nuestra estadía en el
colegio: a los hermanos Jara, Quispe, Julcaunca, encargados de la cocina y el
comedor; a los choferes Farfán y Cabrejos que nunca dejaron de darnos la vuelta
reglamentaria por la avenida Balta antes de retornar al internado; al Cabo Escobedo,
llevándonos los sobres con mensajes de nuestros amores adolecentes; a Gallardo, el
maestro peluquero y también a nuestro estimado Dr. Kildare, quien con sus
conocimientos de brujería, se encargaba de atenuar nuestras dolencias reales e
imaginarias.

La ocasión igualmente es propicia para expresar nuestro saludo y reconocimiento a los
integrantes de la I, II, IV y V promociones, pues con ellos tuvimos la suerte y el privilegio
de compartir tan maravillosa etapa de nuestras vidas.

Recuerdo como si fuera ayer, cuando en diciembre de 1966, abrazados todos, como
un solo puño y entonando las sentimentales notas del “Adiós muchachos compañeros
de mi vida”, recorrimos por última vez como cadetes, las aulas, patios, cuadras, los
comedores, en fin, todos los rincones de nuestro querido colegio, como con nostalgia
y emoción nos despedíamos de nuestros instructores y maestros y por qué no decirlo,

COLEGIO MILITAR “ELÍAS AGUIRRE” – III PROMOCIÓN 1964 – 1966 “GRAL. DIV. ÍTALO ARBULÚ SAMAMÉ”

nos despedíamos también de nuestra adolescencia, pues a partir de ese momento,
jóvenes todos ya, tomaríamos cada uno, su propio rumbo.
Quien les habla escogió la carrera de las armas, ingresé a la Escuela Militar de
Chorrillos, graduándome como oficial y en el transcurso de mi carrera, el ejército me
brindó una de las más grandes satisfacciones de mi vida, me nombró director de éste,
mi querido colegio militar. Fui a mucha honra el primer ex cadete en ocupar este
cargo, en el que puse todo mi esfuerzo, empeño, dedicación y cariño y es en esa
condición, que quiero dirigirme a ustedes damas y caballeros cadetes, recordándoles
que el colegio militar Elías Aguirre, fue creado con la finalidad de brindar instrucción
escolar militarizada en los tres últimos años de la secundaria, a jóvenes adolescentes
de la región norte del país, de todos los estratos socio económicos, sin distinción ni
diferencia alguna entre ellos, salvo las de sus propias habilidades y cualidades. A
diferencia de otros centros educativos, en este colegio, además de impartirse los
conocimientos de ciencias y humanidades establecidos en los respectivos currículos,
se busca cimentar en el cadete el fortalecimiento de principios y valores morales que
los hagan útiles a la sociedad; se fomenta entre sus educandos, el amor a la patria y el
culto a nuestros héroes y mártires, mediante la evocación de hechos gloriosos de
nuestra historia, algo que desgraciadamente en la mayoría de colegios ha quedado
en el olvido. Es por eso que quiero terminar mis palabras, recordando al gran Mariscal
de los Andes, Don Andrés Avelino Cáceres Dorregaray, quien nos pidiera que
luchemos y nos esforcemos por hacer de nuestro Perú: una patria grande, una patria
libre, una patria intangible. En tal sentido, pido a ustedes, estudiantes privilegiados, no
desaprovechen esta situación, estudien, esfuércense, diviértanse y como nosotros,
siéntanse orgullosos de ser cadetes del Colegio Militar Elías Aguirre.

ACOMPAÑENME A DAR TRES HURRAS MILITARES POR EL COLEGIO MILITAR ELIAS AGUIRRE!
VIVA EL PERÚ!

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DISCURSO Y BRINDIS DE HONOR

50 AÑOS DESPUÉS (1966 - 2016)

Por: Julio César Mendoza N.

No es poca cosa encontrarnos hoy reunidos.
Cincuenta años es medio siglo. Las canas y las
arrugas nos pueden indicar que son demasiados
años, aunque nuestros espíritus sientan que no lo
son. Al evocar vivencias conjuntas sentimos que
apenas sucedieron ayer, pero al mismo tiempo, al
mirarnos las caras con atención, vemos que los
años han pasado. ¡Y vaya que han pasado!

Cuando ingresamos a tercero de secundaria,
éramos 129 y el grupo no podía ser más
heterogéneo. Nacidos entre 1948 y 1950, la
mayoría, residentes en Chiclayo, varios
provenientes de Piura, La Libertad, Cajamarca y
de otros departamentos.

Sin embargo, tres años después, egresamos 95
muchachos que nos sentíamos parte de un grupo
homogéneo, que nos considerábamos esencialmente iguales. Es claro que cada uno
tenía su propia forma de ser, sus propias habilidades y debilidades, distintas
vocaciones. Sabíamos que podíamos asumir retos, que éramos capaces de saber
cómo desempeñarnos en las distintas situaciones que nos pusiera la vida por delante y
que sabríamos comportarnos en los distintos medios en que nos tocara vivir. Éramos no
solamente iguales, sino seguros de nosotros mismos. El colegio nos sirvió no sólo para
instruirnos adecuadamente, sino nos dio personalidad. Además de recibir instrucción
militar recibimos la educación de excelencia que en esos años caracterizó a los
colegios militares en el Perú

Desde siempre hemos tratado de reunirnos con mayor continuidad y en gran medida
lo hemos logrado, no con la frecuencia que muchos hubieran querido pero si lo
suficiente para seguir estrechando nuestros lazos, incluyendo muchas veces a nuestras
esposas. Testimonio de ello está recogido en fotografías, videos y otros que todos
vamos a recibir y a la vez poder visualizar en la gran red (internet) a través del Libro de
Oro virtual, que es un compendio de nuestra permanencia en el colegio y de las
reuniones tenidas por los 25, 30, 35, 40, 45 y 48 aniversario de egresados.

Pero ¿cuál es la esencia de estas reuniones? Casi una sola: la reafirmación de la
amistad, confraternidad y hermandad entre nosotros. Volver a sentirnos parte del
colectivo que egresó del colegio en 1966. Saber que hay personas que sienten como
propios nuestros logros, pero también nuestras caídas.

La satisfacción de esta reunión es el poder contar con caras nuevas – ¡lo de nuevas, es
un decir por cierto!-, así como que algunos promocionales hayan hecho el esfuerzo de
venir desde el extranjero para estar presentes. También, que otros hicieran el intento
de venir pero que lamentablemente no pudieron concretar.

La presencia de un buen número de nuestras esposas, compañeras de nuestra vida y
colaboradoras de las actividades es algo que agradecemos y resaltamos.

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Compromete nuestro mayor reconocimiento, que se encuentre con nosotros las
esposas de nuestros recordados y queridos promocionales:
Por ello, os pido ponernos de pie y me acompañen hacer un momento de reflexión
espiritual por todos ellos. Gracias.
El éxito de la Comisión Organizadora que está llegando a su fin fue posible por el
trabajo colectivo de todos sus integrantes y muy en especial de nuestro Presidente,
Jorge Novoa Vega, para quien pido un aplauso. Asimismo, es digno resaltar el apoyo
encontrado en todos ustedes, lo cual agradecemos.
Muchas gracias a todos y brindemos por nuestra hermandad.

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ARTÍCULOS ESCRITOS POR COMPAÑEROS
III PROMOCION 1966

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ORGULLO, FELICIDAD Y NOSTALGIA
BODAS DE ORO DE LA III PROMOCIÓN 2016

Por: Gerardo Figuerola Salcedo

ORGULLO.- Cómo no sentirse orgulloso de haber
pertenecido a la gloriosa III Promoción de nuestro
querido y emblemático colegio, que inició sus
actividades educativas allá por el año 1962;
empezando a forjar la personalidad, la
camaradería y los lazos inquebrantables entre sus
educandos.

Nuestra querida III promoción, también conocida
como la “Gloriosa”, puso su grano de arena para
darle prestancia a nuestro querido colegio, en los
ámbitos culturales, artísticos, sociales y deportivos.
En este último, tenemos el orgullo de haber
integrado la selección que le diera a nuestra
ilustre institución, la victoria en las II Olimpiada
Inter Colegios Militares en 1966; grato recuerdo
que nunca olvidaremos.

Cómo no sentirse orgulloso de pertenecer a una promoción emblemática, que aún
ahora, más de medio siglo después de habernos conocido, seguimos permaneciendo
unidos y siempre planeando el seguir frecuentándonos.

Estas Bodas de Oro que estamos celebrando, son un ejemplo de ello; pues hemos
acudido masivamente desde múltiples puntos del planeta, para vernos, celebrar y
renovar nuestra amistad, el amor por el colegio que nos unió y nos vio convertirnos de
adolescentes en jóvenes, y ahora volvemos como adultos, pero conservando siempre
nuestro espíritu juvenil.

Es preciso recordar, a nuestros compañeros y hermanos que se nos adelantaron en
nuestro último viaje, y a quienes siempre tendremos en nuestros corazones. Que en la
Gloria de Dios, descansen.

FELICIDAD.- De tener la certeza de que mientras sigamos vivos, nos seguiremos
reuniendo con cualquier pretexto, para disfrutar un almuerzo o porque no, para hacer
un brindis; ya que la amistad que nació entre nosotros en 1964 (fecha válida para los
foráneos), lejos de diluirse con el tiempo, se ha ido fortaleciendo cada día.

Felicidad de haber podido disfrutar durante todos estos años, durante nuestros
cronológicos aniversarios, de la compañía de algunos de nuestros queridos profesores,
suboficiales y oficiales; quienes con dedicación, disciplina y a veces con un merecido
cocacho, supieron formar nuestra actual personalidad y carácter.

Felicidad de haber integrado a nuestras reuniones de aniversario y otras tantas, la
presencia de nuestras esposas, para que compartan nuestra felicidad y cultiven una
bonita amistad, paralela a la nuestra.

Finalmente, felices de quedarnos con los imborrables momentos vividos durante la
celebración de nuestras Bodas de Oro, al haber cumplido 50 años de egresados y
agradecer a Dios, por habernos permitido festejarlos juntos, como un puño.

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NOSTALGIA.- Pero sin dolor y mirando siempre al futuro, mientras tengamos aliento.
Recordar los momentos que pasamos juntos, con mucha alegría.

Fueron tres años que nos tocó convivir, compartiendo alegrías y tristezas; siendo
también cómplices de una que otra travesura y de haber disfrutado de alguna tarde
de cine, en grata compañía.

No debemos olvidar esas vivencias que compartimos, pero no dejemos de mencionar,
que a través de todo este tiempo, hemos ido acumulando anécdotas y esperemos
que aún sigamos gestando otras nuevas, para compartirlas con nuestros hijos y nietos.
Hagamos un brindis por los hermanos aguirreños de la III Promoción del CMEA, que
tuvimos el privilegio de confundirnos en un abrazo para celebrar nuestras Bodas de
Oro.

Hagamos un brindis por nuestros compañeros fallecidos.
Hagamos un brindis por nuestros compañeros que por motivos ajenos a sus deseos, no
pudieron asistir a tan magna celebración.
Hagamos un brindis por nuestros profesores y oficiales mentores, durante nuestra
permanencia en el colegio.
Hagamos un brindis por nuestros compañeros promocionales que con tanta
dedicación y profesionalismo, integraron admirablemente el Comité Organizador de
nuestras Bodas de Oro.

Finalmente, ahora que oficialmente no vamos a reunirnos a celebrar otro aniversario,
hasta nuestras Bodas de Diamante; hagamos un brindis para que no falte oportunidad
de reunirnos para seguir brindando.

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CINCUENTA AÑOS DE EGRESADOS
III PROMOCIÓN “GENERAL DE DIVISIÓN ITALO ARBULÚ SAMAMÉ”

1966 - 2016

Por: Torcuato Vela Ojeda

Quienes conformamos esta distinguida TERCERA
PROMOCIÓN, hoy en el presente año 2016, al cumplir
los CINCUENTA AÑOS de haber egresado de este
Centro de Estudios, nos sentimos satisfechos y
orgullosos de pertenecer a este prestigioso plantel de
estudios como lo es nuestro eterno y queridísimo
Colegio Militar “Elías Aguirre” de Chiclayo; por lo que
en la fecha henchidos de profunda emoción,
sumamente honrados y agradecidos queremos
testimoniar nuestro cariño y eterna gratitud al celebrar
jubilosamente nuestras “BODAS DE ORO”.

Este es un momento emotivo de identidad, lleno de
considerable nostalgia y sobre todo de reencuentros,
estrechar grandes lazos de hermandad y
camaradería promocional, motivos más que
suficientes para expresar por este medio escrito, mi
más cordial bienvenida e invitarlos a remontarse a esa excelente época estudiantil, a
fin de ubicarse en las antiguas instalaciones de nuestra alma mater, el Colegio Militar
“Elías Aguirre” de Chiclayo, reviviendo anécdotas trascendentales, para satisfacer
nuestro propio ego; y así, tranquilizar y sosegar la añoranza que nos envuelve.

Nombrar al Colegio Militar “Elías Aguirre” es para todos nosotros sinónimo de grandeza,
de mística, de tradición y de grandes hombres que pasaron por sus aulas y que
dejaron un legado que tenemos que continuar.

En esta magna fecha, al celebrarse los CINCUENTA AÑOS de haber egresado de
nuestro plantel de estudios, estoy seguro que ustedes estimados promocionales, deben
estar reviviendo por unos instantes, la época escolar vivida desde el tercer año hasta
el quinto de secundaria, trayendo a su memoria las sabias enseñanzas, principios,
valores; y sobre todo entender a la perfección, el verdadero significado de las
palabras amistad, amor, compañerismo, camaradería y lealtad, que nos impartieran
nuestros profesores e instructores militares, subrayando el sagrado deber de aplicarlos
a lo largo de nuestras vidas.

Debe ser imposible olvidar todo lo vivido en las aulas de nuestros amores y el colegio
de nuestro corazón, sabiendo que de las aulas salimos con un importante bagaje de
conocimientos y con otro no menos importante, de vivencias, plagadas de emociones
y gratos recuerdos... que parecieran…. haber sucedido hace poco.

Ahora…. completamente relajados…. desde nuestros cuarteles de invierno…. en el
denominado: “Reposo del Guerrero”…. Vemos como se desplazan en su interior
nuevas generaciones Aguirreñas; situación que nos compromete aún más a llevar muy
en alto el prestigio incólume y el nombre de nuestro Glorioso Colegio a cada rincón de
nuestro suelo patrio y por ende, del mundo entero, a través de las diferentes
actividades que desempeñemos, demostrando así que somos ciudadanos de bien y
con gran entereza para luchar por nuestros ideales.

COLEGIO MILITAR “ELÍAS AGUIRRE” – III PROMOCIÓN 1964 – 1966 “GRAL. DIV. ÍTALO ARBULÚ SAMAMÉ”

De esta manera dejaremos nuestras huellas bien marcadas para que las promociones
venideras sobresalgan y superen a sus camaradas antecesores, y de esta manera
continuar engrandeciendo la historia y grandeza de nuestra alma mater, Institución
Educativa, conocida y reconocida como el emblemático Colegio Militar “Elías
Aguirre” de Chiclayo, en la figura de su TERCERA PROMOCIÓN 1964 - 1966.

COLEGIO MILITAR “ELÍAS AGUIRRE” – III PROMOCIÓN 1964 – 1966 “GRAL. DIV. ÍTALO ARBULÚ SAMAMÉ”

ANECDOTARIO

COLEGIO MILITAR “ELÍAS AGUIRRE” – III PROMOCIÓN 1964 – 1966 “GRAL. DIV. ÍTALO ARBULÚ SAMAMÉ”

REENCUENTRO DE LOS MEJORES VELOCISTAS DEL CMLP
Y CMEA DE HACE 49 AÑOS

Torcuato Vela del Elías Aguirre y Tobías Dunayevich del Leoncio Prado
Todo empezó cuando nos habíamos contactado casualmente en el Internet con
Torcuato Vela Ojeda (III Promoción) del Elías Aguirre. Torcuato nos dijo que era
admirador de Tobías Dunayevich Camino (XX promoción) del Leoncio Prado y uno de
sus caros sueños era encontrarse personalmente con él, ha transcurrido nada menos
que 49 años y se dio el reencuentro entre dos líderes de la velocidad.
Siendo oficial del Ejército Peruano en calidad de retiro, Torcuato invitó a una reunión
en el Círculo Militar de la Av. Salaverry en Jesús María donde pertenece a una peña
de veteranos deportistas exoficiales del EP. Fue un fuerte y prolongado abrazo entre los
dos mejores velocistas de colegios militares de los años 1964, 1965 y 1966, ambos -me
consta- son muy emotivos en sus expresiones por internet y personalmente. Un ceviche
de por medio con solo un par de heladas por el intenso calor de estos días y después
una fuente de tallarín saltado. Y se inició un prolongado diálogo salpicado con
anécdotas de trabajo, deporte, familia, algunas bromas como la foto de premiación
en el podio no se sabía quién era el del segundo puesto porque el del tercer lugar era
más alto.
Tobías Dunayevich y Torcuato Vela fueron los mejores velocistas de su respectivo
colegio militar y se enfrentaron en los 100m y 200m planos y posta 4x100m en la
primera olimpiada entre Colegios Militares que se llevó a cabo en julio del año 1965 en
la ciudad de Arequipa. Ambas pruebas individuales los ganó Tobías con records

COLEGIO MILITAR “ELÍAS AGUIRRE” – III PROMOCIÓN 1964 – 1966 “GRAL. DIV. ÍTALO ARBULÚ SAMAMÉ”

personales y records entre colegios militares: 11.2“y 22.8”, quedando segundo
Torcuato; la posta corta 4x100m lo ganó el Elías Aguirre, siendo que ambos hicieron el
remate de la posta recibiendo el testimonio al mismo tiempo pero Torcuato fue más
veloz en el arranque y no soltó el liderazgo hasta llegar triunfante a la meta. Es
importante agregar que la posta larga 4x400m lo ganó el CMLP con Tobías en el
remate. Estas primeras Olimpiadas lo ganó el CMLP por 13 medallas de oro, quedando
segundo el CMFB (Francisco Bolognesi de Arequipa) con 12 medallas de oro, tercero
quedó el CMEA (Elías Aguirre de Chiclayo) y cuarto el CMRC (Ramón Castilla de
Trujillo).

Al siguiente año las II Olimpiadas entre Colegios Militares se llevaron a cabo en
Chiclayo, donde el Coronel Director Gerardo Arbulú Samamé preparó todo un
programa de preparación física y técnica de sus cadetes deportistas, dando sus frutos
pues el CMEA salió campeón por la diferencia de una medalla de oro: 10 para CMEA
y 9 para el CMLP, para entonces Tobías ya había terminado sus estudios de secundaria
y por lo tanto ya no participaba en estas competencias, mientras Torcuato quedaba
libre para competir en sus pruebas favoritas sin tener un rival de polendas que
intentara arrebatarle los triunfos en los 100m, 200m y posta 4x100m, lo que le valió de
trampolín para ingresar a la Escuela Militar de Chorrillos a pesar de su baja estatura
(1,65m en “punta de pies”) y por casualidad del destino ese año en el prospecto de
admisión establecía que la estatura mínima había bajado a 1,65m.

Sucede que ambos son “chancleteros”, Torcuato tiene 3 hijas y Tobías nada menos
que 6 hijas y ambos solo tienen un nieto… por ahora. Torcuato les pregunta a sus hijas si
desean que un abuelo toque la puerta y salga a pasear con sus nietos a diversos
lugares o prefieren que un nieto toque la puerta y pregunte por su abuelo para salir a
pasear y que el abuelo solo puede salir a la puerta de la casa, por supuesto papá que
preferimos lo primero, entonces Torcuato les dice que él a sus 67 años está todavía en
disposición de lo primero… así que espera que muy pronto les otorgue nietos.

Ambos cuentan sus inicios como velocistas
Tobías ya corría en el primer año de secundaria en el Colegio San Andrés ganándoles
a los más grandes de 4to y 5to año e iba a entrenar al Estadio Obrero de la Victoria
con su mentor de entonces el medio fondista Ricardo Herrera. Cuando postula al
CMLP sobresale en la velocidad y en el salto largo con más de 5.00m y estando en el
tercer año fue el único “perro” que logra integrar el equipo del CMLP para el
campeonato escolar del Callao al ocupar el segundo puesto en los 100m detrás del
técnico Eduardo Acevedo Hartley (XVIII).

Mientras Torcuato en Chiclayo era el que siempre levantaba la mano cuando se
pedía un voluntario y así fue que en el concurso de TV de 4 pruebas en Chiclayo él
corría velocidad enfrentándose en 100m contra un camión, que tenía el motor
encendido, el chofer estaba parado afuera y cuando se daba la partida el chofer
rápidamente se sentaba frente al timón y cuando arrancaba Torcuato ya estaba por
los 50m y ganaba así la prueba.

Por problemas de salud en la familia, Tobías tuvo que iniciarse en el trabajo muy
temprano, por lo que no siguió una carrera de estudio como era su deseo, incluso
tenía para ingresar a una escuela militar que fue denegado en su momento. Por ese
motivo Tobías dejó de lado el deporte, donde era toda una promesa para el atletismo
peruano. Mientras Torcuato, postula a la Escuela Militar de Chorrillos e ingresa como
“depositado civil”, o sea era uno de los postulantes que destacaban en deporte en
provincia y que de todas maneras debía de dar el examen de ingreso. Estando ya en
la Escuela Militar el entrenador italiano De Gregori decide verificar por sí mismo la
calidad de los velocistas nuevos y convoca a los velocistas de años superiores (Antonio

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Voisest a la cabeza) y a Torcuato lo ven pequeño, piernas flacas, nariz aguileña, tez
trigueña y le preguntan con sarcasmo ¿Corres con zapato o sin zapato?, con zapatos
de clavo responde, son los zapatos negros de clavos fijos y largos para pisar tierra
mientras ve que sus rivales atornillan los clavos y los ajustan con una llave especial,
mientras Torcuato saca su pedacito de lija de fierro para sacarle brillo a sus clavos fijos.
Torcuato sale como una bala y deja atrás a todos sus rivales de años superiores, los
entrenadores De Gregori y Carlos Monges ven en él a un diamante en bruto. Luego de
pasar la meta hace un ademán con la mano de “tauromaquia” de ustedes están
servidos, esto le valió que no durmiera toda la noche pues cadetes de años superiores
se turnaron para la aplicación de ranas, planchas, vueltas al estadio, etc. Nunca más
se repitió tal atrevimiento.

Torcuato aceptó el riguroso entrenamiento que aplicó el profesor De Gregori en
perfeccionar la técnica de partida y el braceo durante la carrera con múltiples y
agotadores repeticiones de ejercicios que le valieron para llegar a poner 10.5” en los
100m que fue record de la Escuela Militar y posteriormente integrar la posta 4x100m
peruana que compitió en el Sudamericano de mayores en Quito – Ecuador en el año
1969 donde ocuparon el 2° puesto con record nacional absoluto con 40.2”, este
record fue batido después de 30 años. Integraron la posta Torcuato Vela (Cadete
EMCH), Roberto Lay Su (XXIII del CMLP), Jorge Alemán (S.O. FAP) y Fernando Acevedo
(Record Sudamericano en 200 y 400m).

Es importante señalar que el profesor Augusto Sighio, muy querido en varias
promociones, fue el entrenador de Tobías Dunayevich y de Roberto Lay Su en el CMLP,
como también lo fue de Jorge Chavez (XVII), Eduardo Acevedo (XVIII) Record
Sudamericano escolar en 100m con vallas, Miguel Pallete (XXII), José Siguas (XXII)
Record Nacional absoluto en posta 4x400m y otros velocistas más.

Ambos, Tobías y Torcuato, reconocen que sus años más felices y gratos han sido
cuando corrían las pruebas de velocidad. Finalmente nos preguntamos ¿Qué habría
sido si Tobías hubiese seguido en el atletismo cuando egresó del CMLP?

Fuente
http://www.gacetaleonciopradina.com/index.php/es/item/2314

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UNA ANECDOTA: "CALLA ÑISCO"

Por: Enrique Salazar Torres

Era abril 1964, todos nosotros entre 14 y 15 años
íbamos llegando al colegio en la carretera a Pimentel
y por primera vez nos sometíamos a la disciplina
militar. Colas y orden para ir recibiendo nuestros
uniformes, ropa de cama y otro equipamiento.

El CMEA era el primer colegio militar en el norte del
país y por lo tanto entre sus ingresantes, además de la
gente chiclayana de diversos colegios, había gente
de Tumbes, Piura, Jaén, Chepén, Pacasmayo, San
Pedro de Lloc, Trujillo, Chimbote, etc.

Entre los chiclayanos ya se había establecido dialogo
pues nos conocíamos de vista o proveníamos del
mismo colegio y los foráneos se mantenían en silencio
en ese mundo nuevo.

Entre los foráneos destacaba un compañero pelirrojo, colorado, pecoso, alto y de
porte atlético pero que no pronunciaba ni una silaba: "Maciste" Figuerola.

El día transcurrió con las labores propias de la incorporación hasta q vino la noche y la
hora de acostarse.

Eran 4 secciones, la cuadra de la Sección “A” era grande y la primera a la izquierda,
luego venían los baños y la cuadra de la Sección “C”, también, grande.

Hacia la mano derecha estaban las cuadras chicas de la Sección “B” y finalmente,
también, chicas las de la Sección “D”.

A las 9 de la noche cuando ya nos estábamos instalando en nuestros camarotes (otra
novedad) comenzó a circular con su correaje de imaginaria la " lora" Maceda
Escamilla gritando a voz en cuello: "¡acostarse cadetes!". Muchos pensábamos que
era de 4to. Año, hasta que alguien comentó que estaba en nuestro año y que era
repitente (antiguo) y allí arrancó el vicio con el "mudo " Doig gritando:"¡calla ñisco!".

Todo el mundo comenzó a gritarle ¡calla ñisco! cada vez q pasaba. Hasta allí, nuestro
Maciste guardaba un riguroso silencio.

Poco a poco nos fuimos callando y acostándonos hasta q apagaron la luz de la
cuadra quedando encendidas la luz del pasillo.

A las 10.30 se paró en la puerta el Cap. Ibarra, quien era oficial de día (turno) y famoso
porque era ranger y rugió: "¡cadetes a dormir!".

En ese momento, como impulsado por un resorte se sentó en su cama nuestro Maciste
y le gritó: ¡calla ñisco!, que fueron sus primeras palabras expresadas en el Colegio
Militar Elías Aguirre. Inmediatamente Ibarra encendió la luz, caminó hasta el camarote
de Maciste y le ordenó que se ponga sus borceguíes y capotín y que lo acompañe.

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No sabemos cuántas ranas, planchas, canguros u otras cosas hizo, pero lo cierto es
que lo devolvieron al 2do. Piso de su camarote ubicado frente al mío como a la 1 am,
con dos números (soldados) que lo cargaban de cada brazo.

El buen Maciste bufaba como un toro cansado y el mudo Doig, a quien su vieja le
había preparado un neceser de primeros auxilios, tuvo la brillante idea de untarle el
pecho con mentol chino para relajarlo y no se pueden imaginar lo q paso: ya no
bufaba sino aullaba y todos pensábamos q se iba a morir y le echábamos aire con las
toallas para refrescarlo, algunos mojaron toallas en el baño para hacer lo propio.

En fin, para ser la primera noche que compartíamos en comunidad e internados en el
colegio militar creo que fue bastante intensa y llena de situaciones nuevas, desde
reírnos, relajarnos, hasta llenarnos de pánico al verlo y solidarizarnos con el estado de
“Maciste” Figuerola Salcedo.

Compartíamos esa cuadra si mal no recuerdo: Chueco Baca, Wilbur Arbulú, Manuel
Jesús Baraybar, Jorge Novoa, Beto Noriega, “Cucho” Sánchez, Jorge Baca, “Mudo”
Doig, Gustavo Gamboa, Carlos Calambroggio, Juan Tam, Kike Salazar, Carlitos
Calderón, Lucho Izquierdo, “Negro” Farromeque, Pepe Llontop, Jorge Su Chiok, Arturo
Sampén y otros que no recuerdo.

¡Qué vida aquella y que historias también!!!!!!!!

“Lora” Maceda “Maciste” Figuerola “Mudo” Doig
Los protagonistas de “Calla ñisco”

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LA PICADA DEL SIGLO DEL PEQUEÑO GIGANTE

Por: Torcuato Vela Ojeda

Después de haber transcurrido buenos almanaques
de mi trascendencia deportiva, quiero ubicarme en la
época en que cursaba estudios en el Colegio Militar
“Elías Aguirre” allá por los año de 1964, y que en el
ámbito de la Ciudad de Chiclayo se realizaba un
programa denominado “Las cuatro tareas de Salem
Kabar”, auspiciado por una empresa comercial de la
localidad, secuencia televisiva donde se
desarrollaban algunas actividades de competencia,
dirigida a la población escolar del lugar para resarcir,
ayudar o apoyar a entidades benéficas o altruistas
dedicadas a mejorar la calidad de vida de personas
y en otros casos de socorrer entidades desamparadas
de bajos recursos, entregando o donando materiales,
víveres o dinero en efectivo para solucionar los
problemas presentados.

En esta oportunidad…. nuestro colegio (CMEA) fue invitado juntamente con el Colegio
Particular “El Rosario”, a participar en estas aptitudes, para lo cual dos de las cuatro
tareas, estaban a cargo de nuestro plantel, siendo la primera el salto alto, prueba que
debería ejecutarse en el interior del set televisivo del canal, para lo cual se nombró al
cadete Pedro Baca Doig (el popular Peky Baca), quien uniformado y sin zapatos, logra
sobre pasar la altura de 1.75 metros con su peculiar estilo “Carga la Barra”, superando
ampliamente la marca impuesta por el programa.

La segunda tarea era correr frente a un vehículo, en esta ocasión un flamante auto
marca Datsun, la distancia de 100 metros planos, lógicamente cada uno en su
respectivo carril, para lo cual se diseñó un planeamiento cerca a las instalaciones del
Canal 4 – Chiclayo, para lo cual quedó definido que el vehículo estaría en pista de
asfalto y el atleta en el jardín de la berma central de la prolongación de la calle
Federico Villarreal, ubicada al lado este del Parque Infantil, dando frente al Hotel de
Turistas de aquel entonces, prueba que me fue encomendada.

Dicha prueba consistía en que desde un punto de partida el piloto en su vehículo con
el motor encendido, pero en neutro y yo en el partidor, esperando la orden de
partida, después de escuchar el disparo, ambos salimos con rumbo al extremo
opuesto…. En esta oportunidad el suscrito rompe primero la piola de la meta,
superando ampliamente, el reto impuesto por el programa televisivo, quedando bien
en alto el prestigio de nuestro plantel de estudios, me refiero a nuestro emblemático
Colegio Militar “Elías Aguirre”.

Desde ese día, mi fama de corredor o velocista, se expandió de tal forma, que se me
atribuyó la chapa del “pequeño gigante”, mediante los titulares del periódico local
“La Industria” y “La Última Hora” diario a nivel Nacional.

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GALERÍA DE VIDEOS

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EPILOGO

En cada una de las páginas del Libro de Oro Virtual vibra el ALMA MATER de nuestro
querido colegio militar, durante los años 1964, 1965 y 1966. En este libro quedan
grabados múltiples aspectos del cotidiano esfuerzo que hicieron posible en forma
conjunta profesores, oficiales y cadetes aguirreños.

Los cadetes de la Tercera Promoción, anhelan vivamente que los cadetes del
presente y futuro, pertenecientes al Colegio Militar “Elías Aguirre”, sepan apreciar este
libro, por el esfuerzo y cariño con que ha sido elaborado, ya que en él hemos querido
reflejar nuestra gratitud para la institución que nos formó y guió por el sendero de la
disciplina, moralidad y trabajo.

Finalmente, este Libro de Oro Virtual del Quincuagésimo Aniversario de nuestra
graduación del Colegio Militar “Elías Aguirre” se preparó para ser presentado el día 18
de noviembre de 2016.