Hablemos de Emociones.
¿Que son las emociones?
Damasio define a las emociones y a su vez, las diferencia de los sentimientos.
Emoción: debería usarse para designar la colección de respuestas activadas desde partes
del cerebro al cuerpo, y desde partes del cerebro a otras partes del cerebro, usando tanto la
ruta neural como la humoral. El resultado final de la colección de tales respuestas es un
estado emocional, definido por los cambios en el propio cuerpo (vísceras, entorno interno) y
en ciertos sectores del cerebro (corteza somatosensorial, núcleos neurotransmisores del
tronco cerebral)…
Sentimiento: debería utilizarse para describir el estado mental complejo que resulta desde el
estado emocional. Este estado mental incluye: a) la representación de los cambios que han
ocurrido en el propio cuerpo e indican señales para las estructuras que representan al
cuerpo en el sistema nervioso central (o han sido implementados completamente, en las
estructuras somatosensoriales vía as-if-body-loops) y también incluye b) un número de
alteraciones en el procesamiento cognitivo que son causadas por las señales secundarias
de respuestas cerebro a cerebro, por ejemplo, desde el núcleo de neurotransmisores hacia
sitios variados en el telencéfalo. (Damasio, 1998, p. 84)
Para Goleman (1996), el ser humano tiene actos de la mente racional y actos de la mente
emocional; una que piensa y otra que siente. El caracteriza a la mente emocional como
mucho más rápida que la racional, que se pone en acción sin detenerse ni un instante a
pensar en lo que está haciendo. Pero a su vez señala que existe también una segunda
clase de reacción emocional, más lenta que la respuesta rápida, que irrumpe primero en los
pensamientos antes de conducir al sentimiento y que es más deliberada, siendo la persona
típicamente consciente de los pensamientos que conducen a ella. En este tipo de reacción
emocional existe una evaluación más extendida; los pensamientos – cognición – juegan el
papel clave en la determinación de qué emociones serán provocadas.
Algunas emociones nos absorben por entero, otras asoman discretamente en un segundo
plano. Unas son horribles, otras bellas. Pero todas van y vienen, sin que nosotros podamos
hacer nada. O al menos así nos parece. Ni podemos especificar la razón de la presencia de
un sentimiento determinado, ni solemos poder acotar lo que nos está sucediendo en
realidad.
Las emociones en la educación
Las emociones tienen un papel fundamental en la educación (Barab y Plucker, 2002, Meyer
y Turner, 2002 y Schutz y Lanehart 2002).
Las emociones, como los sentimientos, pueden fomentar el aprendizaje en la medida en
que intensifican la actividad de las redes neuronales y refuerzan, por ende, las conexiones
sinápticas. Por lo tanto, la llamada neurobiología nos muestra evidencias de que se aprende
mejor cuando un determinado contenido o materia presentan ciertos componentes
emocionales. Consecuentemente es también muy importante un entorno educacional
agradable.
Se piensa que, en gran medida, emoción y motivación dirigen el sistema de atención el cual
decide qué informaciones se archivan en los circuitos neuronales y, por tanto, se aprenden
(Posner, 2004 y Posner y Rothbart, 2005).
La inteligencia emocional.
La inteligencia emocional se refiere a la habilidad de entender, usar y administrar las
emociones en diferentes situaciones.
Cuando hablamos de la inteligencia emocional (IE), nos referimos a la habilidad de
entender, usar y administrar nuestras propias emociones en formas que reduzcan el estrés,
ayuden a comunicar efectivamente, empatizar con otras personas, superar desafíos y
aminorar conflictos.
Cuando hablamos de inteligencia emocional (IE), nos referimos a la habilidad de entender,
usar y administrar nuestras propias emociones en formas que reduzcan el estrés, ayuden a
comunicar efectivamente, empatizar con otras personas, superar desafíos y aminorar
conflictos.
Un nivel alto de inteligencia emocional nos permite forjar relaciones sanas y equilibradas
dentro del núcleo familiar, en la escuela y en el trabajo. También es la herramienta básica
para la autocrítica positiva, un recurso muy útil para aproximarnos sin juicio a nuestras
propias cualidades y áreas de oportunidad con un propósito de mejora.
Tipos de inteligencia emocional.
La inteligencia emocional no es una sola. Abarca distintos tipos y características que
definen el coeficiente intelectual (ci) de un aspecto de la persona. Estas pueden dividirse en
cinco categorías básicas:
Empatía: Consiste en entender cómo se sienten los demás y aprender a comunicarse
correctamente para lograr un objetivo común. Cada persona reacciona de diferente manera
a ciertos estímulos dependiendo de su contexto y su experiencia.
Habilidades sociales: las buenas relaciones interpersonales guían a las personas al éxito,
ya que pueden lograr más cosas con liderazgo, gestión de conflictos, cooperación y trabajo
en equipo.
Autoconocimiento: este tipo de inteligencia emocional consiste en la capacidad de
reconocer los sentimientos que uno alberga y cómo estos pueden afectar las acciones que
hacen. La conciencia emocional y la confianza son vitales para su desarrollo.
Motivación: este tipo se relaciona con el compromiso de llegar a los objetivos que uno se
plantea, cómo se mantiene el positivismo ante las adversidades y cuál es la iniciativa que
una persona maneja para plasmar determinadas metas.
Autorregulación: las técnicas de autocontrol son esenciales en la inteligencia emocional.
Controlar la duración de nuestras emociones y que tanto influyen estas en nuestras
decisiones es vital para este tipo de inteligencia emocional.
Características que tienen las personas con alto grado de inteligencia Emocional.
Prestan atención a sus emociones: las personas que desarrollan este tipo de inteligencia
analizan sus emociones y las escuchan, no solo se limitan a sentirlas.
Conocen sus sentimientos y no los reprimen: estas personas son auténticas y sinceras, ya
que expresan sus sentimientos de forma clara.
Analizan sus proyectos y sueños: no viven en un sueño constante, sino que saben razonar
sobre lo que sienten y si alguna meta puede ser alcanzada o no.
Tienen un balance constante en sus acciones: saben que todo tiene su lado bueno o malo,
por lo que dirigen su atención a las cosas que pueden solucionar o que pueden ser de
utilidad para ellos mismos.
No toman nada personal: cuando una persona los altera o algo en su entorno no sale como
lo tenían planeado, analizan qué pudieron haber hecho mal y qué cosas mejorar a futuro.
No se concentran en algo que no pueden controlar.
Son autocríticos con sus acciones: las emociones no los controlan, ellos controlan lo que
deciden hacer con ciertas emociones y reconocen cuando algo se les fue de las manos.
Se fijan en las emociones de otras personas: intentan ser siempre empáticos con sus
semejantes para saber cómo expresan sus emociones. Así, se relacionan mejor con los
demás.
Conocen siempre gente nueva pero se rodean de aquellos con los que tienen una conexión:
A través de otras personas, conocen diferentes puntos de vista y comparten más con
aquellos que son compatibles con la suya. No pierden tiempo en relaciones tóxicas
ahorrándose así una incomodidad innecesaria.
Se motivan a sí mismos constantemente: estas personas se emocionan cuando sucede
algo que les gusta o realizan una acción determinada. No se enfrascan en por qué ya no les
motivan cosas antiguas, sino que buscan siempre renovar su emoción con nuevas
experiencias.
Relación entre Inteligencia Emocional (IE ) Y el cociente intelectual (CI)
Goleman propuso el término de inteligencia emocional (IE), casi en contraposición con el de
cociente intelectual (CI), y afirmó que si bien es cierto que tenemos de alguna manera dos
mentes y dos clases diferentes de inteligencia, nuestro desempeño en la vida está
determinado por ambas.
Se entiende a la inteligencia emocional como un conjunto de habilidades que permiten ser
capaz de motivarse y persistir frente a las decepciones; controlar el impulso y demorar la
gratificación, regular el humor y evitar que los trastornos disminuyan la capacidad de
pensar; mostrar empatía y abrigar esperanzas. Y señala justamente que la llamada
inteligencia académica no ofrece prácticamente ninguna preparación para los problemas o
las oportunidades que acarrea la vida:
…lo que importa no es sólo el CI sino la IE. Pues el intelecto no puede operar de manera
óptima sin la inteligencia emocional. Por lo general, la complementariedad del sistema
límbico y la neocorteza, de la amígdala y los lóbulos prefrontales, significa que cada uno de
ellos es un socio pleno de la vida mental. Cuando estos socios actúan positivamente, la
inteligencia emocional aumenta, lo mismo que la capacidad intelectual…Uno de los secretos
a voces de la psicología es la relativa incapacidad de las notas, del CI o las pruebas de
aptitud académica, para predecir de manera infalible quien tendrá éxito en la vida...Existen
muchas excepciones a la regla de que el CI predice el éxito, más excepciones que casos
que se adaptan a la misma. (Goleman, 1996, p. 54)
Salovey, entiende a la inteligencia emocional como una inteligencia social que incluye la
habilidad de supervisar y entender las emociones propias y las de los demás, discriminar
entre ellas, y usar la información para guiar el pensamiento y las acciones propias (Mayer et
al., 2001 y Mayer y Salovey 1997; 1995).