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Published by Embajada de la República Dominicana en Brasil, 2017-07-12 14:01:11

Maria Ugarte

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 151

Los exámenes de este curso se efectuaron los días 29 y 30 del

recién pasado mes de noviembre.

Las materias cursadas fueron, Biblioteconomía, Archivono-
mía y nociones de Paleografía y Diplomática.

En las clases de Biblioteconomía, además de diferentes temas
de índole histórica y técnica, la profesora doña María Ugarte de
Brusiloff explicó detalladamente el sistema decimal de clasifica-
ción de Melvil Dewey.

En relación con el estudio de Archivonomía fueron pre-
sentados múltiples sistemas empleados en archivos modernos e
históricos, y, muy especialmente la clasificación decimal aplicada
a archivos

En las clases de Paleografía la profesora de Brusiloff explicó
a sus alumnos la trayectoria de la escritura española desde sus
orígenes más remotos.

Para las demostraciones de tipos de escritura anteriores al
siglo xvii se utilizaron dibujos y proyecciones y para los docu-
mentos del siglo xvii en adelante las transcripciones y lecturas se
hicieron sobre originales.

Por otra parte, los alumnos de este curso realizaron prác-
ticas constantes de catalogación de libros y documentos. Los
materiales básicos para transcripciones y redacciones de fichas
de documentos antiguos han sido los fondos de los archivos de
Bayaguana y Monte Plata (siglos xvii a xix), depositados en el
Archivo General de la Nación.

Las clases prácticas y teóricas se daban en uno de los salones
del Archivo General de la Nación, todos los días, de cinco a seis
de la tarde, excepto el sábado y el domingo de cada semana u
otros días feriados.

La Directora del curso, señora Ugarte de Brusiloff, es li-
cenciada en Ciencias Históricas de la Facultad de Filosofía e
Historia de la Universidad de Madrid y fue profesora ayudante
en la cátedra del profesor Pío Zavala, en dicha facultad.

Durante su estada en nuestro país ha realizado numerosas
investigaciones, en el curso de una de las cuales señaló la impor-
tancia del Archivo Real de Bayaguana, que se hallaba depositado

152 María Ugarte

en el archivo del Registro de Títulos de la Propiedad y que fue
pasado al Archivo General de la Nación en virtud de una ley
del Congreso Nacional, iniciada por el excelentísimo presidente
Trujillo.

Además, dicha profesora es gran conocedora de las fuentes
de la historia dominicana y ha publicado artículos de su especia-
lidad en varias revistas.

La Nación, sábado 18 de diciembre de 1942.

Entrega de diploma a unas de las alumnas del curso de
Técnicas de Archivos y Bibliotecas.

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 153

Discurso

Pronunciado por el Director del Archivo General de la Nación,
Lic. E. Rodríguez Demorizi, en el acto de entrega de diplomas

del curso de Técnica de Archivos y Bibliotecas.

Señor Secretario de Estado:

Señores:

Cuando la Escuela Normal de Santo Domingo abrió sus
puertas, dijo el señor Hostos: «La instalación de la Escuela Nor-
mal se hizo como se hacen las cosas de conciencia: sin ruido ni
discursos».

Por eso en este acto, por demás sencillo, que debe ser para
nosotros un acto de conciencia, solo he de decir las palabras
necesarias:

Bajo el generoso patrocinio del generalísimo presidente Tru-
jillo Molina fue dictado en esta Institución de Cultura el cursillo
de Técnica de Archivos y Bibliotecas que acaba de finalizar: sus
frutos están presentes; esta espléndida cosecha de jóvenes aptos
para el manejo de los nobles papeles, en que está la vida y gloria
de la Nación, y para el manejo de los libros, donde ha de forjarse
la futura grandeza de la Patria.

Si, como ha dicho un eminente profesor, una Universidad
no es más que una biblioteca organizada, un pueblo que aspira
a una mayor cultura no es más que un conjunto de estudiantes;
y así, vosotros sois, precisamente, indispensables intermediarios
entre estudiante y los papeles y libros base de la cultura.

Antes de erigirse la Ciudad Universitaria; antes de ser edi-
ficadas las nuevas bibliotecas que requiere el progreso de la
República; y antes de organizarse definitivamente el Archivo
de la Nación, aquí están, en vosotros sus primeros obreros. Os
toca, pues, parte importantísima en el sorprendente desarrollo
cultural de nuestra Patria, impulsado con mano poderosa por su
ilustre Presidente.

154 María Ugarte

A nombre del Gobierno de la Nación, el señor Secretario
de Estado de lo Interior y Policía, licenciado Arturo Despradel,
acaba de poner en vuestras manos el certificado en que se hace
constar vuestra aptitud en las materias objeto del curso de Técni-
ca de Archivos y Bibliotecas, que ha dictado en esta sala, con tanta
maestría y entusiasmo, la profesora María Ugarte de Brusiloff.

La Dirección del Archivo se limita pues, a felicitaros y a de-
searos que ello os aproveche a vosotros y a la República.

La Opinión, sábado 18 de diciembre de 1943.

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 155

Homenaje a la doctora
María de Brusiloff

Será ofrecido mañana por las graduadas
del curso de Técnica de Archivos y Bibliotecas.

Mañana jueves, a las cinco de la tarde, en el «Hollywood»,
las graduadas del curso de Técnica de Archivos y Bibliotecas que
funciona en el Archivo General de la Nación por feliz iniciativa
del honorable primer magistrado de la Nación generalísimo Dr.
Rafael Leonidas Trujillo Molina, ofrecerán un homenaje a la
Directora de dicho curso señora Dra. María Ugarte de Brusiloff,
como un testimonio de gratitud por su labor realizada en la pre-
paración de los graduados.

Este acto ha sido iniciado por una de las graduadas, la distin-
guida escritora y poetisa señora doña Andrea Morató Vda. Egea,
directora de La Mujer en la Era de Trujillo.

El director del Archivo General de la Nación, señor Lic. Emilio
Rodríguez Demorizi, quien en todo momento puso de manifiesto
sus simpatías en bien del funcionamiento del curso de Técnica de
Archivos y Bibliotecas por funcionar en el organismo de que es
director, concurrirá al acto como invitado de honor.

El homenaje consistirá en un Coctel Cordial, al cual hemos
sido atentamente invitados.

La Opinión, jueves, 23 de diciembre de 1943.

156 María Ugarte

El Archivo General de la Nación dejó
de ser un depósito de papeles desordenados

para adquirir la organización sistemática
de esta era de progreso

A falta de orientación, descuido. Una visita agradable. Punto
final de una vieja polémica. Catalogación de documentos.
Otros pormenores. Archivos Reales de Bayaguana y Monte.

Plata. El Curso de Técnica de Archivos y Bibliotecas. Prácticas
de catalogación. La afluencia de personas al Archivo

¿Tiene la República un Archivo General que reúna las condi-
ciones necesarias para justificar su existencia? Esta era la pregunta
que nos mortificaba en otros tiempos, porque nunca se quiso pen-
sar en lo que representa un Archivo metódicamente organizado.

Nuestros escritores, preferentemente los que hacían labor
de investigación histórica, tenían que enfrentarse a múltiples di-
ficultades creadas por la imposibilidad de tener a mano cuantos
datos fueran indispensables en el esclarecimiento de hechos de
nuestro pasado. Andaban a tientas y a locas persiguiendo legajos
casi siempre inasequibles.

De esa manera el tiempo se encargaba de obrar negati-
vamente en detrimento del interés histórico, que es parte
esencialísima para hacer luz en la estructuración político-
social de los pueblos.

A falta de orientación, descuido

Como se vivía en constates luchas intestinas, tronchando qui-
zás los mejores ideales cívicos, aquel enojoso estado mantenía a
los hombres sin orientación fija. Eran como bajeles sin brújula
camino del naufragio.

De esa perjudicial desorientación imperante en el país, sur-
gió el natural descuido hacia todas las manifestaciones de vida

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 157

nacional. Se pensaba en todo, menos en que debía echarse las
bases de una nacionalidad con tendencias a ser consciente de su
destino histórico.

Por más que se buscaran los medios del equilibrio, los esfuerzos
resultaban frustrados en medio de una descomunal incomprensión.

Y como no se perseguía nada beneficioso para la felicidad
de la Patria de todos los dominicanos, la Patria parecía buscar el
destino de los desheredados.

El Archivo General de la Nación

Fue el honorable presidente de la República generalísimo
Dr. Rafael L. Trujillo Molina, quien en buena hora pensó y luego
sometió a estudio la formación de un verdadero Archivo: el Ar-
chivo General de la Nación. El nombre se hace respetar por lo
que tiene de fuerza convincente.

Si actualmente tenemos un organismo de esa índole, su insta-
lación se debe al benefactor Trujillo, porque ha sido él un estadista
laborioso que no piensa más que en el progreso del país.

Anteriormente el Archivo era un simple y caótico depósito de
papeles viejos, que van destruyéndose rápidamente. Nunca tuvo
reglamento, ni leyes y decretos que lo organizaran y salvaran de
irremisible pérdida.

Tomadas las salvadoras providencias, el Archivo General de
la Nación cuenta ahora hasta con edificio propio, de dos plantas,
amplias y frescas, situado en la calle «Arzobispo Nouel».

Una visita agradable

El interés nos hizo llegar a esa importante oficina de investi-
gación histórica. Su director, el Lic. Emilio Rodríguez Demorizi,
nos recibió con las mayores atenciones y nos acompañó en nues-
tro recorrido por todos los departamentos.

Allí nos dimos cuenta, frente a la obra, que el Generalísi-
mo lo ha enriquecido desde todos los puntos de vista, ya que si

158 María Ugarte

existen documentos de inestimable importancia, hay también la
preciosa colección de periódicos (de 1868 a 1894) de don José
Joaquín Hungría, aumentado ese tesoro la adquisición de la
colección completa del Listín Diario, desde 1889 a 1941. Así ha
quedado formada la más rica hemeroteca del país, en la que se
halla la colección de La Opinión, obsequiada por la empresa.

En el mismo departamento en que están depositadas las re-
feridas colecciones, pudimos dar con otras muy interesantes, de
periódicos y revistas dominicanos que circularon en épocas pasa-
das. Como un grito del pasado que la organización del presente
hace repercutir, aparece la colección de El Progreso, de 1853,
periódico político literario-mercantil, que en la hasta hace poco
años ciudad de Santo Domingo, dirigía don Nicolás Ureña.

Punto final de una vieja polémica

Todos recordamos aquella polémica suscitada en el país con
respecto a la célebre Junta de Bondillo. Nuestros más autoriza-
dos historiadores terciaron en las discusiones. Unos negaban el
hecho histórico; otros, en cambio, lo sostenían. Pero a ciencia
cierta, no aparecían documentos fidedignos.

Pero ya los tiene el Archivo General de la Nación. Nosotros
tuvimos el honor de palparlos. Se nos mostró el acta de la Junta
de Bondillo, celebrada el 12 de diciembre del año 1808, en el
lugar del mismo nombre, que se encuentra en las inmediaciones
de esta capital.

En aquella Junta fue designado Juan Sánchez Ramírez como
gobernador político militar intendente interino en la parte espa-
ñola de la isla. Figuran los firmantes.

Hemos dicho mal; no es el original lo que posee el Archi-
vo General de la Nación. Se trata, pues, de una valiosa copia
certificada, escrita el 26 del mismo mes y año. Se mantienen
intactas, en raro papel que en nuestro tiempo debe ser difícil
de conseguir.

Este documento tiene una importancia capital, porque ha
venido a poner de manifiesto que la Junta de Bondillo no fue

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 159

un sueño y sí una realidad, en la que tomaron parte hombres
responsables de nuestro ayer remoto.

Otro documento antiquísimo y útil es el manuscrito de la
relación sumaria hecha en 1650 por el Lic. don Luis Jerónimo
Alcocer, canónigo de la Santa Basílica Metropolitana, la cual es-
táconsiderada como lo más acabado en materia de relación de
aquella época.

Catalogación de documentos

Una de las labores más importantes en un Archivo es la cata-
logación de sus fondos.

Hace tiempo que oímos referencias relacionadas con el
trabajo y el tiempo que se toman las catalogaciones. Requieren
asiduidad y cuidado mientras tanto se siga observando la corres-
pondiente ordenación.

En nuestro Archivo se ha ganado lo increíble, por lo mucho
que se adelanta en dicha labor.

Según pudimos enterarnos se han hecho los índices de la
correspondencia del presidente Ulises Heureaux pacificador de
la República; de los documentos del Poder Legislativo. También
hay catálogo de todos los libros copiadores, de asientos, etc., que
existen allí, los cuales pasan de algunos miles.

Este trabajo no cesa pues, actualmente se procede la ca-
talogación de los más interesantes documentos de Relaciones
Exteriores. Otra labor que requiere los mayores cuidados es
la de copiar documentos. Se están haciendo el copiador de
oficios de Ministerios de Guerra y Marina, de 1844 a 1846; las
libretas de la Colección Lugo y documentos, fotocopias, etc.
para ser publicados en el Boletín del Archivo, una de las viejas
publicaciones de su género en toda la América y sin dudas la
mejor de las Antillas.

Porque el Boletín del Archivo General de la Nación de nuestro
país es solicitado con marcado interés desde el extranjero, por el
interesante material gráfico y literario que traen sus páginas.

160 María Ugarte

Otros pormenores

Los progresos de nuestra civilización facilitan recursos a los
hombres. Nuestro Archivo posee un magnífico Microfilm Reader
(lector de películas), que permite renovar viejos documentos en
películas.

Este aparato es de gran utilidad, y ya pudimos ver trabajos
que se han realizado aquí. Desempeña un papel importante el
Microfilm Reader, todo lo cual indica que nuestro Archivo ha to-
mado la línea de la más completa organización.

Por eso dispone de un moderno taller de encuadernación, a
fin de que los documentos estén totalmente encuadernados para
su mejor conservación y la seguridad de que podrían permane-
cer así por espacio de mucho tiempo. De otra manera tampoco
podrían andar en los mismos las manos de los investigadores,
porque los estropearían en sus búsquedas históricas.

Este es uno de los aspectos que pone de manifiesto lo que es
el Archivo General de la Nación. Indica el orden que se observa
en todas sus particularidades.

¿Una nueva demostración de ese orden que llega hasta otras
playas amigas? Pues mantenemos en Cuba, hace más de dos años,
una imponderable misión confiada al señor Luis Rodríguez Gue-
rra, cuyo trabajo consiste en copiar documentos importantes, y
preparar un índice de los fondos de la Real Audiencia de Santo
Domingo, existentes en el Archivo Nacional, de La Habana.

Piénsese en lo que representa la misión del señor Rodríguez
Guerra para beneficio del Archivo General de la Nación.

Archivos reales de Bayaguana y Monte Plata

A medida que la organización toma mayores proporciones,
el espíritu investigador se afana en amorosa tarea rebuscadora.
Hasta los que no hacen labor histórica sienten deseos de iniciar-
se cuando se está en el interior de un Archivo.

Esos deseos crecen cuando las explicaciones de cosas leídas
en periódicos llegan a las demostraciones documentarias.

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 161

Los archivos reales de Bayaguana y Monte Plata que perma-
necían en la Oficina del Registrador de Títulos del Departamen-
to Sur del Tribunal de Tierras, se encuentran actualmente en el
Archivo General de la Nación. ¡Y qué riqueza!

Las horas discurren fugaces cuando el hombre se siente sub-
yugado por la atracción de documentos como esos.

El curso de Técnica de Archivos y Bibliotecas

Una de las más felices creaciones del Archivo General de la
Nación recomendada por el honorable presidente Trujillo, ha
sido la del curso de Técnica de Archivo y Bibliotecas.

Ya ha comenzado a reportar sus beneficios en personas gra-
duadas recientemente.

Ese curso fue confiado a la profesora doña María Ugarte de
Brusiloff, quien desde el mismo momento de la creación se dio
a la tarea de preparar a 47 alumnos.

Las materias que se cursan no pueden ser más elocuentes
en lo que respecta a la capacidad de los graduandos, porque
consisten en Biblioteconomía, Archivonomía y nociones de Pa-
leografía y Diplomática.

En las clases de Paleografía, la profesora de Brusiloff explicó
a sus discípulos la trayectoria de la escritura española desde sus
orígenes más remotos.

Hizo las demostraciones de tipos de escritura anteriores al
siglo xvii. Para esto se utilizaron dibujos y proyecciones, y para
los documentos del siglo xvii en adelante, las transcripciones y
lecturas se hicieron sobre originales.

Prácticas de catalogación

Para mejor conducir a sus discípulos, la profesora de Brusiloff
los hizo realizar interesantes prácticas de catalogación de libros
y documentos, sirviendo como materiales básicos para transcrip-

162 María Ugarte

ciones y redacciones, los riquísimos fondos de los archivos reales
de Bayaguana y Monte Plata, de los (siglos xvii a xx).

Tales prácticas resultaron altamente convenientes a los dis-
cípulos que venían cursando Técnica de Archivos y Bibliotecas,
porque tuvieron la oportunidad de hacer las catalogaciones
sobre documentos de gran trascendencia. De ahí el éxito de
los exámenes, después de seis meses de la labor diaria para la
formación de ese nuevo tipo de hombre útil, preparado para
desenvolverse aquí y en el extranjero, gracias a los constantes
desvelos del Padre de la Patria nueva.

La afluencia de personas al Archivo

Es sumamente notoria la afluencia de personas a los salones
del Archivo General de la Nación. Sabemos la razón y vamos a
decirla inmediatamente.

Cuando era poca cosa, casi nadie quería visitarlo. Daba
horror ver tanto desorden, tanto descuido en un ambiente que
necesitaba la suprema atención del Estado.

A partir de su nueva etapa la gente gusta de concurrir, porque
impera el orden y el cuidado, la comodidad y la accesibilidad al
material que se procure.

Todo eso se explica porque pasan de tres mil las carpetas
para legajos, y de diez mil la encuadernación de libros copiado-
res, todo en adecuada estantería.

Si se desea ver las colecciones de periódicos desde el
año 1853, y de 1821, como El Telégrafo Constitucional y El
Duende, no hay más que pedir el índice correspondiente y
al momento aparecen las susodichas colecciones, finamente
encuadernadas.

Después están las obras nacionales en una biblioteca espe-
cialmente formada para las mismas.

Además de esas comodidades, existe un personal extendido
que está constantemente trabajando sobre papeles, colecciones,
libros, legajos y todo cuanto constituya el Archivo.

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 163

Hasta el año 1941 el Archivo no había recibido como do-
nación ninguna clase de documentos. Iniciado ese año, se han
estado recibiendo donaciones, muchas de las cuales de gran
importancia, como la Colección de La Opinión y el Epistolario
de Carlos Nouel, más de cien cartas donativos del Lic. José María
Nouel. Pero, en resumen lo más importante que podrá decirse
del Archivo de la Nación es que, gracias al honorable presidente
Trujillo, de simple depósito de papeles viejos, se ha constituido
en una útil e indispensable institución activa.

El historiador don Luis E. Alemar muestra a Rodríguez hijo, el importante
documento de la Junta de Bondillo, celebrada el 12 de diciembre de 1808.

164 María Ugarte

El curso de Técnica de Archivos
y Bibliotecas confiado

por el honorable presidente Trujillo
a la Dra. María de Brusiloff

Quien acaba de preparar para el país, en la maravillosa Era
de Trujillo, y por iniciativa del jefe único, los graduados de
«Técnica en Archivos y Bibliotecas». La doctora Ugarte de

Brusiloff posee tan vastos conocimientos que mereció la
atención del Primer Magistrado de la Nación. La Mujer en la
Era de Trujillo, se complace en felicitarle y aplaude el hermoso
rasgo del honorable presidente Trujillo, por tener a nuestro

país a la altura de los más civilizados de América.

Una de las más felices creaciones del Archivo General de la
Nación recomendada por el honorable presidente Trujillo, ha
sido la del curso de Técnica de Archivo y Bibliotecas.

Ya ha comenzado a reportar sus beneficios en personas gra-
duadas recientemente.

Ese curso fue confiado a la profesora doña María Ugarte de
Brusiloff, quien desde el mismo momento de la creación se dio
a la tarea de preparar a 47 alumnos.

Las materias que se cursan no pueden ser más elocuentes
en lo que respecta a la capacidad de los graduandos, porque
consisten en la Biblioteconomía, Archivonomía y nociones de
Paleografía y Diplomática.

En las clases de Paleografía, la profesora de Brusiloff explicó
a sus discípulos la trayectoria de la escritura española desde sus
orígenes más remotos.

Hizo las demostraciones de tipos de escritura anteriores al
siglo xvii. Para esto se utilizaron dibujos y proyecciones, y para
los documentos del siglo xvii en adelante, las transcripciones y
lecturas se hicieron sobre originales.

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 165

Prácticas de catalogación

Para mejor conducir a sus discípulos, la profesora de Brusiloff
los hizo realizar interesantes prácticas de catalogación de libros
y documentos, sirviendo como materiales básicos para transcrip-
ciones y redacciones, los riquísimos fondos de los archivos reales
de Bayaguana y Monte Plata, de los (siglos xvii a xx).

Tales prácticas resultaron altamente convenientes a los dis-
cípulos que venían cursando Técnica de Archivos y Bibliotecas,
porque tuvieron la oportunidad de hacer las catalogaciones
sobre documentos de gran trascendencia. De ahí el éxito de los
exámenes, después de seis meses de labor diaria para la forma-
ción de ese nuevo tipo de hombres y mujeres útiles, preparados
para desenvolverse aquí y en el extranjero, gracias a los constan-
tes desvelos del Padre de la Patria.

La mujer en la Era de Trujillo, Núm. 23,
15 de enero de 1944,

166 María Ugarte

Homenaje a la Dra. María Ugarte de Brusiloff.
Fue ofrecido por los graduados del curso
de Técnica de Archivos y Bibliotecas.

El jueves 23 de diciembre pasado, a las cinco de la tarde, en
el aristocrático restaurante «Hollywood»los graduados de «Téc-
nica en Archivos y Bibliotecas», cuyo curso fue a iniciativa del
Primer Magistrado de la Nación, Dr. Rafael L. Trujillo Molina,
ofrecieron un homenaje a la Directora de dicho curso, doctora
María Ugarte de Brusiloff, como testimonio de gratitud por su
labor realizada en la preparación de los graduandos, haciendo
de ellos especialistas en esos estudios.

Este acto fue iniciado felizmente por una de las graduadas,
la distinguida escritora y poetisa señora Andrea Morató viuda
Egea, Directora de La Mujer en la Era de Trujillo.

El director del Archivo General de la Nación, Lic. Emilio Ro-
dríguez Demorizi, quien en todo momento puso de manifiesto
sus simpatías en bien del funcionamiento del curso, que estaba
instalado en el organismo de que es director, concurrió al acto,
como invitado de honor.

El homenaje consistió en un coctail cordialísimo, como una
simpática nota social de los alumnos graduados.

La Mujer en la Era de Trujillo, No. 23,
15 de enero de 1944, p. 8

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 167

Discurso de la Srta. Aurora Tellado en el home-
naje a la doctora María U. de Brusiloff por los
graduados de «Técnica en Archivos y Bibliotecas»

en el restaurant «Hollywood»

Compañeras

Este homenaje que acaba de dedicar, a nombre de todos los
graduados, la profesora Andrea Morató viuda Egea, me inspira
a ratificar la simpatía y el agradecimiento por la labor prestada
por la homenajeada durante las cátedras y prácticas de archivos y
bibliotecas que, con tanto entusiasmo y optimismo, día tras día, la
recibíamos en uno de los salones del Archivo General de la Nación,
que tan dignamente dirige el Lic. Emilio Rodríguez Demorizi.

En esta era de evolución a pasos gigantescos hacia más am-
plios horizontes de cultura y de conocimientos técnicos en el país,
hacía falta la creación de cursos en donde la juventud adquiera
nuevas especializaciones que se ajustarán a las innovaciones que
en todos los aspectos del desenvolvimiento cultural, intelectual
y económico del país, ha implantado el esclarecido gobernante
que dirige los destinos de la Nación.

La época actual exige la aplicación de las últimas normas en
el arte del Archivo, el cual constituye la base fundamental de la
organización de los ramos de la administración pública y evita la
pérdida de tiempo precioso en la búsqueda de datos y documen-
tos cuya obtención merezca una urgencia a tono con la rapidez
que esta época de guerra exige en las diversas actividades de los
asuntos particulares y de los negocios públicos.

El mérito de la labor de la profesora señora María Ugarte de
Brusiloff, es indiscutible y me atrevo asegurar que los graduados
estamos dispuestos a poner todos nuestros empeños para que,
en la aplicación de los conocimientos que hemos adquirido, los
deseos del Director General del Archivo de la Nación, secudando
por la profesora Brusiloff, inspirados en los propósito de mejo-
ramiento que animan al Benefactor de la Patria, generalísimo
Dr. Rafael Leonidas Trujillo Molina, sean satisfechos a cabalidad,

168 María Ugarte

con el buen éxito de los graduados al hacer uso digno y brillante
en el desempeño de las labores que se nos encomiende debida-
mente preparados por la especialización que acredita el Diploma
que hemos recibido.

Brindo pues la salud del honorable presidente Trujillo, por
la del director Lic. Emilio Rodríguez Demorizi, y la profesora
Brusiloff, mientras formulo votos por la felicidad de todos los
presentes.

La Mujer en la Era de Trujillo,No. 24,
5 de febrero de 1944, p. 3

Anexos



A mis alumnos de

«Introducción a la historia»

Por Máximo Coiscou Henríquez

Por órgano del señor Rector de la Universidad y autorizado por
el señor Decano de Filosofía, el suscribiente, catedrático de Intro-
ducción a la Historia y de Historia Patria, en aquel centro, solicitó
y obtuvo del señor Arzobispo de Santo Domingo, formal acceso al
Archivo Eclesiástico, para explicar en él, el sábado de cada semana,
de cinco a seis, una «lección práctica» de aquella disciplina.

Los alumnos de este año y los de años anteriores deberán asis-
tir con regularidad a este curso. Los primeros, obligatoriamente;
los segundos, si aspiran realmente a conocer ciertos problemas.
Para facilitarles la asistencia a los últimos, el curso se explicará
cada sábado en la tarde, cuando los estudiantes no suelen tener
obligaciones docentes.

Para evitar perjuicios de mala orientación, debo explicarles
que la Introducción a la Historia busca formar investigadores,
hombres de ciencia, historiadores. Por esta razón se estudia
en la Universidad, en todo país de enseñanza organizada; o en
grandes escuelas especiales (Centro de Estudios históricos, de
Madrid; Ecole de Chartes, de París; etc.).

Otra cosa son los institutos para formar archiveros, biblio-
tecarios y arqueólogos –futuros «conservadores» de archivos,
bibliotecas y museos–. Estos centros imparten una enseñanza
de tipo técnico, instrumental. Vale decir que en ellos se ense-
ña a organizar los materiales que el historiador utilizará en sus
investigaciones. Y para lograr esta organización será preciso
adquirir una serie de conocimientos especiales, técnicos, instru-
mentales, que para estos especialistas son un fin en si. Sus aspira-

– 171 –

172 María Ugarte

ciones se resuelven en el dominio de las técnicas respectivas y en
su aplicación a los fines inmediatos de organización del material
científico.

El aspirante a historiador deberá poseer a fondo las técnicas
que forman el programa de estudios del Archivero, Bibliotecario
y Arqueólogo, pero las contemplará con otro espíritu.

Nadie ignora, si tiene alguna cultura, la diferencia que sepa-
ra al técnico del hombre de ciencia. Para el técnico el dominio
de los instrumentos o medios de estudio constituye el ideal que
absorbe sus energías de estudioso. Para el hombre de ciencia el
domino de las técnicas es un medio –no siempre el único, ni siem-
pre el más seguro– de perfeccionar –y frecuentemente de hacer
posible– su trabajo creador. La diferencia recuerda otra, entre
el clínico y el hombre de laboratorio. Para el clínico –llámese
Trousseau, en los días del laboratorio incipiente, o Abrahami, en
nuestros días– el laboratorio es un «medio auxiliar» que nunca
sustituirá la observación misma del enfermo. Tampoco puede la
Heurística sustituir un «sentido histórico» madurado a través de
larga experiencia. Sin embargo, en muchos casos, sin el auxilio
del laboratorio (v. gr., en el diagnostico de la fiebre tifoidea) un
tratamiento mal orientado al comienzo de una enfermedad mal
diagnosticada, puede acarrear la muerte del enfermo; y en mu-
chos casos, sin el auxilio de la Heurística será imposible resolver
serios problemas de Historia.

Lo que hay que evitar es la limitación profesional del técnico,
si se aspira realmente a ser un investigador.

Con este espíritu pueden y deben asistir mis alumnos al cur-
so de solo tres meses –debería ser «diario» y de «tres semestres»,
según la tradición europea– que en el Archivo Nacional explica
la señora Ugarte de Brusiloff, antigua ayudante del profesor
Zabala y Lera –el distinguido continuador de la Historia, de Al-
tamira– en el curso de Historia Contemporánea de España, de la
Universidad de Madrid –rango de confianza que se otorga a un
alumno distinguido.– Se ha escrito estos días que la señora de
Brusiloff fue profesora de la Universidad Central. Es inexacto.
La verdad es que su sólida cultura, su noble entusiasmo, y «sobre

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 173

todo», su genuino espíritu científico, no necesitan apoyarse ni
en la publicidad ni en el reclamo. Su plática es un privilegio para
sus amigos que siempre la escuchan con fruición, y es fuente de
amor viva por todo lo que es bello, bueno y verdadero.

La Nación, Ciudad Trujillo, 1 de abril de 1942

Exactitudes

Por Máximo Coiscou Henríquez

Cuando en reciente artículo encarecí a mis alumnos la
asistencia al curso que en el Archivo Nacional explica la señora
Brusiloff, olvidé exponer ciertos detalles.

Dije que el curso debería incluir tres semestres, no tres me-
ses.

Tres semestres dura un curso de este tipo en todo país de
enseñanza organizada.

Si en Europa se exige tres semestres a alumnos provistos de
un Bachillerato de siete años, nutrido de estudios clásicos, es
absurdo prometernos un resultado en la sexta parte del tiempo.

Para alcanzar un fruto sano en solo noventa días es preciso que
el alumno posea tal preparación que haga posible el milagro.

Otra razón abona el lapso de tres semestres. A saber: que en
Europa esta enseñanza la imparten varios especialistas, nunca
«un solo profesor».

¿Qué puede esperarse del esfuerzo de uno solo, en sólo tres
meses?

En el mejor caso no es cuerdo esperar lo imposible...
Extiéndase, pues, el lapso de la escolaridad, para hacer posi-
ble cierto resultado. Y añádase a la extensión la frecuencia. Tres
lecciones semanales de una hora es casi nada. A este respecto, la
señora Brusiloff piensa lo mismo.
Suele encarecerse el éxito de un curso subrayando que los
asistentes pasan de ciento. Cuando esta es una circunstancia
adversa. Si no es una condición de fracaso. En la escuela secun-

– 174 –

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 175

daria la mejor Pedagogía limita el número de alumnos por aula
a veinticinco; a fortiori habrá que limitarlo en cursos de esta espe-
cie en que la exposición oral cede al trabajo práctico, esencial en
Heurística, suerte de Anatomía de la Historia.

Los ejercicios bajo la dirección del profesor exigen atención
concentrada en corto número de alumnos. Número que será
proporcional a la complejidad del trabajo, es decir, a la suma de
atención que exija del profesor, esta vez colaborador del alumno.

Si se trata por el, de ejercicios de Catalogación de más mo-
dernos o contemporáneos, será admisible en general una decena
de alumnos a la vez. No más.

Si se trata, por ej., de clasificar documentos por su auten-
ticidad el número de alumnos deberá reducirse en lo posible,
porque el trabajo es difícil.

La misma «Catalogación» ofrece dificultades. Las normas
para realizarla se describen en cualquier manual de Heurística.
Yo prefiero en mi curso el de Villada. En lenguaje para escolares
expone lo esencial de la materia, y, por decirlo así, nos lleva de
la mano y nos hace penetrar en la intimidad de problemas que
suelen presentar con escasa claridad manuales más importantes.
Señalaré una reserva importante para el catalogador dominica-
no. Villada es medievalista; insiste, por tanto, en detalles innece-
sarios para nosotros, cuando propone, un modelo de papeleta
para catalogar documentos. Son detalles de carácter paleográ-
fico y diplomático. Bastó suprimirlos o adaptarlos al fijar el tipo
medio de papeleta en el Reglamento del Archivo Nacional.
Aprovechóse el párrafo 50º del manual de Villada, del epígrafe
Instrucciones para la catalogación de documentos. Las normas
que allí se dan me parecen insustituibles en el estado actual de
los conocimientos. Las utilizo en dos comunicaciones a la Acade-
mia Nacional de la Historia: «Contribución a la bibliografía de la
Historia de Santo Domingo», en la Revista de Educación, año VII,
números 25 y ss., y «Contribución al estudio del Plan Levasseur
(Bibliografía), en mil Historia de Santo Domingo» –Contribución
a sus estudio, volumen I, capítulo III. Aquella comunicación (in-
conclusa en la Revista) cuenta varios cientos de papeletas que

176 María Ugarte

describen documentos de tipos diversos, del primer cuarto del
siglo xix. La variedad de documentos crea otra en la estructu-
ra de las papeletas. Ningún manual o tratado de Heurística
pretende reducir a fórmulas las variantes que surgen. Es un
caso más de las modificaciones que la norma experimenta
al realizarse. La individualidad irreductible de las cosas (los
documentos tienen la suya) nos constriñe a aceptar dentro
del género las especies, dentro de las especies los matices
bien definidos; captarlos con finura, expresarlos con gracia
inteligente, sin preterir lo genérico fundamental, es el arte de
la Catalogación. –Este arte sutil y complejo, ¿puede estar sin
largo esfuerzo, al alcance de alumnos incapaces de componer
un índice de nombres y de materias?...; véanse por ejemplo,
las conocidas Relaciones históricas de Santo Domingo, volumen I
(único publicado), Índice de nombres y de materias, instru-
mento desorientador, porque ofrece casos así: dice: Utrera,
fray Cipriano de, 7, 111, 118, 121, 123, 125, 174, 176, 214, y
debería decir: 7, 111, 118, 121, 123, 125, 156, 158, 159, 168,
174, 176, 179, 183, 185, 186, 188, 195, 196, 214, MM, 238, 239,
241, 245, 247, 249, 250, 252, 253, 258, 260, (s. e. u. o.).

Considere el lector que estos artículos se inspiran en la nece-
sidad de perfeccionar una enseñanza sin la cual será imposible la
organización científica de las fuentes de nuestra Historia. V. acerca
de esta urgencia, mi Historia de Santo Domingo–constribución a su es-
tudio, volumen I, Prólogo, página XIII y volumen dos (de próxima
circulación) página 42 y sucesivamente; V., en fin, mis Documentos
para la Historia de Santo Domingo, en Anales de la Universidad de
Santo Domingo, fascículo de julio-diciembre, 1943.

Que no puede serme indiferente el olvido de más de seis
años, de las «directivas» del Reglamento del Archivo Nacional,
escritas por mí para el Estado (artículos 4º al 32º: el 21º declara la
prioridad atribuida a la Catalogación). Olvido que pide el reme-
dio necesario, es decir, la extensión y la intensificación del curso
a cargo de la señora Brusiloff.

La Nación, 10 de abril de 1943.

Demorizi los papeles viejos y el
«téque-que-­téque» de Coiscou

Por Bienvenido Gimbernard.

Algunos dicen que yo vivo recordando cosas del pasado y
buscándoles su relación con el presente, para exponerlas como
verdaderas indiscutibles.

En verdad en nuestro país de una manera o de la otra, todos
vivimos de las cosas viejas.

Nuestra tierra es como un viejo bazar de «compra venta»
de objetos usados, ante cuyo mostrador somos a la vez dueños y
clientes, nos empeñamos unos a los otros nuestras prendas y las
desempeñamos y partimos beneficios también en cada liquida-
ción de fin de año.

Yo te vendo hoy, lo que ayer a ti mismo te compré.
Porque todos vivimos de lo viejo amparados en lo viejo, re-
mozando lo viejo y sorprendidos, cada vez que el Benefactor de
la Patria en su empeño de crear algo nuevo, lanza alguna idea
que se pone en práctica con sorpresa y sin la sonrisa de algunos
avaros.
Se quiere echar sobre Demorizi la exclusividad de andar
entre papeles viejos.
No es verdad.
Demorizi no rebusca en papeles viejos más de lo que cada
cual rebusca entre sus propios papeles viejos.
Unos andan con sus papeles viejos de trece años atrás debajo
del brazo, queriendo demostrar lo que hicieron en 1930 por el
general Rafael L. Trujillo Molina.

– 177 –

178 María Ugarte

Otros guapazos auténticos y no auténticos, buscan en sus
papeles viejos los despachos de comandante, de coronel, o de
general que le extendió Lilís, Morales, Jimenes, Horacio, Ale-
jandro, Bordas o cualquiera de los pasados presidentes, y esto lo
hacen para demostrar que han sido generales aunque ahora no
se les aprecie nada más que como pacíficos ciudadanos, hasta
donde pueden o quieren serlo.

Los abogados, médicos y otros profesionales también buscan
sus papeles viejos para aguantar acreedores, demostrándoles que
sus haberes profesionales no han sido cubiertos.

El boticario muestra sus cuentas caducas, para dárselas de
víctimas y hasta el padre Pérez, hoy en Santiago, no dejará de
buscar sus papeles viejos, con los cuales él demostrará, que antes
de que la Iglesia dominicana fuese totalmente «pitinizada», él
había sido jefe de la Iglesia, y que podría volverlo a ser, talvez con
más ruido que en los tiempos en que lo fuera por primera vez,
pero indudablemente con mas dominicanidad de la que tiene la
iglesia en este momento.

Todos buscan papeles viejos y quieren vivir de papeles viejos.
Todos queremos vivir de papeles viejos y hasta los que como
nosotros imprimimos papeles nuevos.
Pero a Máximo le ha cogido con Demorizi y sus papeles viejos.
Y que viejo papel está haciendo con este papel. Demorizi, no
es un hombre que se pone rojo de ira.
Ni usa bastón, ni pierde la paciencia. Ante estas cosas, Demo-
rizi se comporta «troncosamente».
Me explicaré:

Tiene paciencia de don Parmenio.

Sonrisa de don Manuel de Jesús.

Comentario humorístico de Jesús María.

Festividad de Eudaldo.

Filosofía de Pedro.

Y serenidad de Lao.

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 179

Esto no quiere decir que serenamente le aguante a Máximo
que le coja el «Lao» flaco.

Por eso digo que actúa troncosamente o sea invenciblemente.
Nada puede contra esto, la nerviosidad de Máximo Coiscou,
que también maneja papeles viejos pero de otra orientación en
su vejez.
Nada puede contra eso la tenacidad, tipo «Vuelo del Moscar-
dón» de Rimsky Korsakov que emplea Máximo Coiscou.
Con el «saltillo» del arco de su ironía.
Nada puede el aguijón de Máximo Coiscou.
Para herir la piel de Demorizi se necesita una abeja antidilu-
viana, cuyo aguijón de siete pulgadas de largo podía atravesar la
coraza de un crucero pesado de estos tiempos.
En esta pelea de papeles viejos, que se quieren comer las
trazas y hombres jóvenes que comen de los archivos, yo voy a
que gana Demorizi, porque Demorizi explica a Trujillo y a la
República Dominicana lo que hace y lo entienden ambos mien-
tras que Máximo Coiscou le explica a los amigos, y a los apartes
universitarios lo que discute, y no lo entienden, nadie.
Pero la verdad es que todos vivimos de los papeles viejos.
Y Demorizi encontrará seguramente, más papeles viejos y, si
bien con ese talento que le quieren negar pero, que lo tiene, y
con esa audacia que le quieren atribuir pero que también la tie-
ne, sabrá aprovechar aquellos que provecho tienen y provecho
ofrecen y en provecho resultan de muchas cosas oscuras, que por
lo que veo, solo se aclaran estrujándoles papel viejo humedecido
hoy en tinta fresca de imprenta.
Demorizi tiene talento y audacia. Entiéndase audacia honrada.
Porque estamos acostumbrados a determinar como audaces
solamente a aquellos que sin talento se valen de la audacia para
actuar. Naturalmente que toda fuerza instintiva que no esté so-
corrida por el talento y la honradez se convierte en zarpazo de
truhán.
Demorizi, tan solo usa la audacia para ser patriota.
Y siendo patriótica es como la audacia se hace del pensa-
miento y no de las uñas.

180 María Ugarte

Esta es una de las cosas que Máximo Coiscou debe entender
y, seguir con su talento, bromurando su talento, valerianando su
talento y siguiendo sus cátedras universitarias, que en vez de ser
sobre la historia, deberían ser sobre la literatura o el arte, ambas
cosas, en las cuales Coiscou es tan literato como cualquiera, y tan
sensible a la belleza como pocos.

Pero que deje a Demorizi. Si quiere emprenderla contra
la documentada y eficiente Sra. Ugarte de Brusiloff eso es otra
cosa, los palos a los extranjeros puramente de tránsito no me
preocupan, pero con Demorizi no, porque se está haciendo
una obra de dominicanización, en la cual Demorizi sirve a la
Patria, cuando toma un papel que humilla a la República, (que
son precisamente los papeles que prefieren los que no son como
Demorizi) lo guarda en el silencio como han hecho todas las
naciones y los hombres del mundo con sus deshonores, y escoge
presenta, imprime y pone ante los ojos del país, los papeles que
enaltecen a la Patria y a sus hombres de ayer y de hoy.

Deja ¡Oh Máximo! a Demorizi tranquilo.
¿No hay por ahí bastante gente a quienes apalear con justicia
y precavida necesidad?

Cosmopolita, Ciudad Trujillo,
20 de abril de 1943

Apéndices



Carta de César Herrera al

Presidente de la República

Ciudad Trujillo, Distrito de Santo Domingo
2 de marzo de 1948.

Al : Excelentísimo Sr. Presidente de la República.
Su Despacho.

Asunto : Conveniencia y trascendencia de una
clasificación de científica de los fondos
documentales conocidos
«Archivo Real de Higüey»

Vía : Honorable Secretaría de Estado de
Interior y Policía.

Respetuosamente, y en interés de llevar a su conocimiento
personal la conveniencia de hacer una catalogación y clasifica-
ción científica de los fondos documentales del «Archivo Real de
Higüey», me he permitido dirigirme a Ud., por la vía reglamen-
taria, para exponerle en detalle lo siguiente:

Con las tremendas vicisitudes que padeció la antigua Isla Espa-
ñola, más tarde la porción ocupada por la actual República Domini-
cana, lo que más sufrió sin duda alguna, fueron los archivos, única
fuente donde los pueblos acuden para las reconstrucción históricas
y constituyen el mas valioso acervo común de la nación.

No obstante haber sido esta tierra el asiento de las prime-
ras instituciones españolas en América, aquí no se conserva ni
un solo documento del siglo xvi. Tan lamentable condición de
pobreza documental, ha hecho decir a los más insignes investiga-
dores del pasado colonial americano, que el Archivo General de

– 183 –

184 María Ugarte

la Nación, que es el único Archivo Histórico oficial, no encierra
nada de interés para los americanistas.

Sin embargo, eso pudo haber sido cierto hasta el descubri-
miento hace dos años, de los riquísimos y copiosos fondos del
viajo Cabildo secular de Higüey, que contiene documentos ante-
riores a las «devastaciones de Osorio» en 1605 y 1606.

Pero, no obstante ese hallazgo de capital importancia, perma-
necerá inédito hasta que no se emprenda una tarea científica y
metódica de clasificación y análisis de documentos, por tratarse de
una escritura antigua y una gran cantidad de ellos en la famosa es-
critura procesal, tiene que ser realizada por una persona de gran-
des conocimientos técnicos y de gran experiencia paleográfica.

Hasta donde llega el límite de mis facultades, como Director
de esta institución traté personalmente con la conocida y nota-
ble investigadora Sra. María de Ugarte, residente en el país hace
varios años, acerca de un plan técnico para iniciar esta tarea.

Ella, después de haber compulsado a grosso modo algunos
de los 80 legajos que constituyen este riquísimo fondo, me so-
metió un memorandum, el cual le anexo, muy respetuosamente
para su elevada consideración.

En el Archivo Real de Higüey, existe una gran cantidad de cé-
dulas reales, provisiones, reales ordenes, bandos, etc. cuyo estudio
y conocimientos contribuirá en toda América al estudio de ciertas
formas del derecho indiano, muy especialmente en lo relacionado
con la organización y funcionamiento de los cabildos.

Ud., que salvó de una pérdida definitiva los tesoros históricos
de la época republicana, al crear y organizar el Archivo General
de la Nación, obtendrá un nuevo galardón al auspiciar una tarea
de tan singular y apasionante interés para el acervo de las inves-
tigaciones históricas, américo-hispanas.

Muy atentamente le saluda,

Cesar A. Herrera
Director del Archivo General de la Nación.

CAH/ eg.

Memorándum

Al director del Archivo General de la Nación relativo a un
plan de trabajo de organización de los fondos del Archivo de
Higüey.

Como resultado de la conversación sostenida recientemente
con usted acerca de la elaboración de un plan de organización
de los fondos del antigua archivo de Higüey, le expongo el si-
guiente proyecto:

Según cálculos superficiales, el archivo está compuesto de
alrededor de 8,000 documentos, agrupados en 72 voluminosos
legajos. Esta agrupación no obedece a clasificación alguna deter-
minada. La antigüedad de ciertas piezas se remonta a principios
del siglo xvii y los fondos conservados llegan, incluso, al siglo xix.

Este archivo es de carácter eminentemente municipal, pero,
debido a que las autoridades locales desempeñaron el oficio de
escribano los fondos de índole notarial son muy abundantes.

Por su volumen y antigüedad este archivo de Higüey es,
aparte el Archivo de la Arquidiócesis, que posee algunas piezas
más remotas, el de mayor importancia y valor en el país para
el estudio y la investigación del pasado de Santo Domingo. Sin
embargo, y mientras no esté en condiciones de ser fácilmente
consultado por el público, puede estimarse como un archivo
totalmente cerrado. En cambio, una vez acondicionados para el
estudio y la consulta, los fondos de Higüey serán de inmensa
utilidad para la preparación de trabajos relativos a la evolución
de las instituciones políticas, sociales y jurídicas de la colonia y
se constituirán en irreemplazables fuente de primera mano para
los especialistas de todas las ramas de la investigación histórica.

– 185 –

186 María Ugarte

Las condiciones materiales de estos documentos es desigual:
existen piezas en estado perfecto de conservación, pero hay
muchas dañadas por la humedad y otros factores de destrucción
del papel. Los tipos de escritura son muy diversos, hallándose
documentos escritos con caracteres claros y cuidados y otros con
letras cursivas de dificultosa y lenta interpretación.

El mejor procedimiento de preparación de todo este material
histórico considero que es la elaboración de un catálogo detalla-
do, en forma de registro, de cada uno de los documentos. Estos
registros, redactados en fichas, llevarán los datos siguientes: clase
de documentos, asunto, personas interesadas en él, oficial que
lo instrumentó, fecha y referencia de archivo. En cada caso se
anotarán también otros detalles que puedan estimarse de valor,
como nombres de lugares, características filológicas o paleo-
gráficas y asuntos secundarios. Presupone tal trabajo la lectura
previa, total y atenta del contenido de cada una de las piezas y la
atribución a cada legajo de un número –empezando por el 1 y
llegando hasta el 72 –y a cada documento que lo constituye una
segunda numeración que se iniciará dentro de cada legajo y que
se separará de la numeración de este por medio de un guión.
Tales referencias tiene solo un sentido topográfico, impuesto
por la reunión, en legajos cosidos o pegados, de piezas de asunto
y época muy diferentes.

Una vez realizada la redacción de las fichas básicas de to-
dos los fondos del archivo, se procederá a ordenarlas en forma
cronológica y se atribuirá a cada registro un número de orden,
empezando por el 1 para el más antiguo y continuando en forma
progresiva hasta el documento más moderno.

Esta numeración servirá de referencia a las fichas de asuntos,
nombres y lugares que serán elaboradas inmediatamente des-
pués de organizado el catálogo principal.

La fichas de asuntos, lugares y nombres constituyen el índice
analítico que habrá de facilitar todo género de investigaciones
sobre los fondos. Su número ascenderá a muchos millares, pues-
to que cada documento dará lugar a la selección de varios vo-

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 187

cablos que han de constituir las palabras de orden que servirán
para abrir las tarjetas.

Organizados ambos ficheros –el básico y el analítico de re-
ferencias –el Archivo General de la Nación podrá, cuando lo
estime oportuno, hacer una publicación especial a modo de
los catálogos editados que los principales archivos de España y
América.

El trabajo de revisión de los fondos y elaboración de ambos
ficheros podría abarcar, siempre que se me permita utilizar los
servicios de un mecanógrafo competente, el espacio de 6 a 8
meses.

Yo realizaría el conjunto de esta labor por la cantidad de
$1,400 a pagar en mensualidades de $200 hasta cubrir totalmen-
te dicha suma. En el caso de dar término al trabajo antes de los 7
meses, la diferencia a mi favor me sería abonada al entregar los
ficheros completamente redactados y de no haber concluido mi
compromiso a dicho término yo continuaría, sin percibir emolu-
mento alguno, hasta la conclusión definitiva del trabajo.

En caso de ser aceptada mi proposición, formularía a su de-
bido tiempo el pedido del material necesario para desempeñar
satisfactoriamente la labor.

María de Ugarte.

Ciudad Trujillo, 19 de febrero de 1948



Índice onomástico

A Bolívar, Amelia 119
Bonetti, Luis A. 119
Abelardo, Pedro 28-30, 42,56 Bonilla San Martín 16
Abreu Cuello, Sergio 119 Bonnelly, Rafael F. 113
Abreu Reyes, Vinicio 119, 121,149 Bordas Valdés, José 178
Aguasanta, fray Leopoldo de 86 Brea Padilla, Carmen Z. 118
Albán (San) 31
Alburquerque, Liliana 119, 121, 149 C
Alcocer, Luis Jerónimo de 7, 159
Alejandro III 38, 40, 44, 45,54 Cabián, Pura C. 119
Alejandro IV 53 Cabral Travieso, José María 119,
Alemany, María Luisa 118, 122, 149
Alemar, Luis E. 148, 163 149
Allán Mena, Ayda 119 Campillo, Olga 118
Amunátegui Solar, Domingo 87 Canario de León, Ana Estela 118
Andújar, Irma Margarita 119 Carlomagno 25- 27, 41
Aretinus, Gratia 58 Carlos II 86
Arganda de la Uz, Blas 118 Carlos V 64
Aristóteles 27, 28 Carvajal M., Carlos J. 118, 145
Casiodoro, Magno Aurelio 27
B Castro Hermón, Santiago Antonio

Ballester, Antonio 119 119, 121, 149
Bangulf (obispo) 26 Coiscou Henríquez, Máximo 171,
Batlle Molina, Emma 119
Batlle Molina, Milady A. 120, 149 174, 178 180
Bernaldo de Quirós, María 118, 121, Columna, Ana G. 119
Columna, Gracita 119
149 Contreras hijo, Pedro J. 118, 121,
Boecio, Severino 27
149
Cuesta, Luz 119

– 189 –

190 María Ugarte

D Gautier, Cristina 119, 122, 149
Gerardino, Filomena 119
Despradel, Arturo 147, 149, 154 Gimbernard, Bienvenido 177
Despradel Batista, Guido 113 Ginebra, Gladis 119
Despradel Batista, Rosa Elena 121, Gómez, Manuel Ubaldo 81
González, Cruz María 119, 121, 149
149 Gregorio IX 37, 40, 48, 49, 53
Dewey, Melvil 130, 146, 151 Guerra Mueses, Ney 119
Díaz, Delio 119 Guerrero, Ramón 118, 120, 149
Díaz Hernández, Andrés Eduardo Guerrero Tejida, Ligia 119

118 H
Drosio 27
Dujarric, Norma O. 118, 121, 149 Hedet, Amandita 119
Duluc, Consuelo 118 Hedet, Bienvenida 119
Duluc Yldes, Braunhilda María 119 Henríquez Velásquez 108
Duval, Ramona 118, 122, 149 Herrera, César A. 183, 184
Herrera, Porfirio 112
E Herrera, Rafael 118, 121, 149
Heureaux, Ulises 92, 159, 178
Echenique Vda. Brea, Manuela 121, Hipócrates 27
149 Honorio III 57, 58, 59
Hungría, José Joaquín 158
Egea Morató, Salvador 119
Eudaldo (San) 178
Ezequiel 56

F I

Federico I Barbarroja 35, 36 Inocencio III 27, 31, 40, 47
Federico I 27, 38 Inocencio IV 37
Felipe II 64, 69 Irnerius 57
Félix de L´Official, Milady 113 Isidoro (San) 27
Fernando VII 95, 99
Flavio Teodosio 31 J

G Jesús María 178
Jimenes, Juan Isidro 178
García, Gloria María 121, 149 Julián, Adib 119
García, Patria 119
García Aybar, Rosalía 118, 120, 149 K
García Icazbalceta, Joaquín 72
García Mella, Moisés 113 Kindelán, Sebastián 83, 84
Gautier, Bebita 119

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 191

L Nicolás IV 37, 53
Nouel, José María 163
Landolfi, María 119, 121, 149
Landolfi, Rita 121, 149 O
Lao (sabio) 178
Lee, Alma 119, 121, 149 Ochoa, Pura 119
Lendor, Teresa A. 118, 122, 149 Ortega Frier, Julio 91, 111
Lilís (Veáse Heureaux, Ulises) Ortiz Jiménez, José Antonio 119
Lizardo Dedal, Margarita 118
López S., Manuel 119 P
Lüthye Maggiolo, Altagracia 119,
Parmenio (don) 178
122, 149 Pastor, Rosa G. de 118
Paulino, José Manuel 120
M Paz, Alemania 119
Pedro (discípulo) 178
Manacorda 57 Peguero Moscoso, Luis 119
Manuel de Jesús 178 Peña Batlle, Manuel A. 104, 124
Marchena, Liliana de 119 Pepén, Olga 122, 149
Marciano 27 Pérez (padre) 178
Martínez Boog, Manuel 119 Pérez Garcés, Rosa 118
Mejía Acevedo, Bienvenido 118, Pérez Gómez, Altagracia 120
Pérez Gómez, Carmen 118, 121,
121, 149
Méndez, Altagracia América 119, 149
Pérez Gómez, Genaro 119
122, 149 Pérez y López, Antonio Xavier 65
Méndez, Roselinda 119 Pichardo, Esteban 72
Menéndez, Acacia 119 Pimentel, Carmen N. 119, 121, 149
Michelena, Vera 119 Pimentel, Carmen Nelia 149
Monte, Abigaíl del 119 Pitágoras 23
Monte, Zoila Indiana del 119 Pou Marchena, Olga 120
Morales Languasco, Carlos F. 178 Pou y de Marchena, Gisela 118,
Morató Vda. Egea, Andrea 122,
122, 149
149, 155, 166, 167 Puisán R., Ramón A. 119

N R

Nadal, Ana Quisqueya 119 Ramírez de la Rocha, Celia 118,
Nadal, Guillermo 119 120,149. 150 151
Nadal, Milena de 118, 121, 149
Nanita Peña, Rafael Enrique 118, Ramírez, Evangelina 118, 121, 149
Ramírez, Lucilita 118, 121, 149
122, 149

192 María Ugarte

Rashdall, Hasting 15, 18, 57 T
Ricardo Balaguer, Buenaventura
Tellado, Aurora 122, 149, 167
119 Thori, Felipe de 49, 50
Rijo, José 119 Tió, Isabel Emilia 119, 120, 149
Rimsky- Korsakov, Nicolás 179 Toscana, Matilde de 31
Rivas, Mercedes 120, 122, 149 Trujillo Molina, Rafael Leónidas
Roca, Nilca 119
Roca Llorens, Erlinda 119, 121, 149 107, 109, 113, 123, 132, 136,
Rodríguez, Fabio T. 118, 121, 149 139, 141, 148, 150, 153, 155,
Rodríguez Demorizi, Emilio 66, 157, 161, 164, 166, 167, 168,
177, 179
105, 106, 123, 139, 147, 148,
150, 153, 155, 157, 166-168, U
177-180
Rodríguez Gautier, María Caridad Ureña de Mendoza, Nicolás 158
119 Utrera, fray Cipriano de 176
Rodríguez Gautier, Mercedes Laura
Rodríguez Guerra, Luis 160 V
Rodríguez hijo 163
Rojas, Margot 118 Valdés, Josefina 118
Roque, Mercedes 119, 121, 149 Vargas Polanco, Manuel de Jesús

S 119
Vásquez, Horacio 178
Saint-Denis, Bertrand de 50 Vela Zanetti, Sacha G. de 119
Salazar, Joaquín E. 148
Sanabia, María L. 118, 122, 149 W
Sánchez, María del Carmen 119
Sánchez, Rafael Augusto 113 Woss y Gil, Alejandro 178
Sánchez Báez, Francisco 119
Sánchez Ramírez, Juan 73, 79, 80, Y

158 Yépez, Margarita Amelia 118, 121,
Santiago de Concha, M. Georgina 149

118 Yépez Félix, Luz Onelia 118,121, 149
Silva Fernández, Altagracia 119,
Soto, Lesbia de 118 Z
Soto de Torres Reyes, Marieta de
Zabala y Lera (profesor) 172
118, 121 Zavala, Pío 151
Soto y Suberví, Amada Virtudes

119, 120, 149
Suncar, Armando Bienvenido 118,

121, 149

Publicaciones del
Archivo General de la Nación

Vol. I Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo, 1844-1846.
Vol. II Edición y notas de E. Rodríguez Demorizi. C. T., 1944.
Vol. III Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección
Vol. IV de E. Rodríguez Demorizi, Vol. I. C. T., 1944.
Vol. V Samaná, pasado y porvenir. E. Rodríguez Demorizi, C. T., 1945.
Vol. VI Relaciones históricas de Santo Domingo. Colección y notas de E.
Vol. VII Rodríguez Demorizi, Vol. II. C. T., 1945.
Vol. VIII Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección
Vol. IX de E. Rodríguez Demorizi, Vol. II. Santiago, 1947.
Vol. X San Cristóbal de antaño. E. Rodríguez Demorizi, Vol. II. Santiago,
Vol. XI 1946.
Manuel Rodríguez Objío (poeta, restaurador, historiador, mártir). R.
Vol. XII Lugo Lovatón. C. T., 1951.
Vol. XIII Relaciones. Manuel Rodríguez Objío. Introducción, títulos y
Vol. XIV notas por R. Lugo Lovatón. C. T., 1951.
Correspondencia del Cónsul de Francia en Santo Domingo, 1846-1850,
Vol. II. Edición y notas de E. Rodríguez Demorizi. C. T., 1947.
Índice general del “Boletín” del 1938 al 1944, C. T., 1949.
Historia de los aventureros, filibusteros y bucaneros de América. Escrita
en holandés por Alexander O. Exquemelin. Traducida de una
famosa edición francesa de La Sirene-París, 1920, por C. A.
Rodríguez. Introducción y bosquejo biográfico del traductor R.
Lugo Lovatón, C. T., 1953.
Obras de Trujillo. Introducción de R. Lugo Lovatón, C. T., 1956.
Relaciones históricas de Santo Domingo. Colección y notas de E.
Rodríguez Demorizi, Vol. III, C. T., 1957.
Cesión de Santo Domingo a Francia. Correspondencia de Godoy, García
Roume, Hedouville, Louverture Rigaud y otros. 1795-1802. Edición
de E. Rodríguez Demorizi. Vol. III, C. T., 1959.

– 193 –

194 María Ugarte

Vol. XV Documentos para la historia de la República Dominicana. Colección de E.
Vol. XVI Rodríguez Demorizi, Vol. III, C. T., 1959.
Vol. XVII Escritos dispersos (Tomo I: 1896-1908). José Ramón López. Edición
Vol. XVIII de A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2005.
Vol. XIX Escritos dispersos (Tomo II: 1909-1916). José Ramón López. Edición
Vol. XX de A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2005.
Vol. XXI Escritos dispersos (Tomo III: 1917-1922). José Ramón López.
Vol. XXII Edición de A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2005.
Vol. XXIII Máximo Gómez a cien años de su fallecimiento, 1905-2005. Edición
Vol. XXIV de E. Cordero Michel. Santo Domingo, D. N., 2005.
Vol. XXV Lilí, el sanguinario machetero dominicano. Juan Vicente Flores.
Vol. XXVI Santo Domingo, D. N., 2006.
Vol. XXVII Escritos selectos. Manuel de Jesús de Peña y Reynoso. Edición de A.
Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2006.
Vol. XXVIII Obras escogidas 1. Artículos. Alejandro Angulo Guridi. Edición de
Vol. XXIX A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2006.
Vol. XXX Obras escogidas 2. Ensayos. Alejandro Angulo Guridi. Edición de
A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2006.
Vol. XXXI Obras escogidas 3. Epistolario. Alejandro Angulo Guridi. Edición
de A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2006.
Vol. XXXII La colonización de la frontera dominicana 1680-1796. Manuel
Vicente Hernández González. Santo Domingo, D. N., 2006.
Fabio Fiallo en La Bandera Libre. Compilación de Rafael Darío
Herrera. Santo Domingo, D. N., 2006.
Expansión fundacional y crecimiento en el norte dominicano (1680-
1795). El Cibao y la bahía de Samaná. Manuel Hernández
González. Santo Domingo, D. N., 2007.
Documentos inéditos de Fernando A. de Meriño. Compilación de José
Luis Sáez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2007.
Pedro Francisco Bonó. Textos selectos. Edición de Dantes Ortiz. Santo
Domingo, D. N., 2007.
Iglesia, espacio y poder: Santo Domingo (1498-1521), experiencia
fundacional del Nuevo Mundo. Miguel D. Mena. Santo Domingo,
D. N., 2007.
Cedulario de la isla de Santo Domingo, Vol. I: 1492-1501. fray
Vicente Rubio, O. P. Edición conjunta del Archivo General de la
Nación y el Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma
Español. Santo Domingo, D. N., 2007.
La Vega, 25 años de historia 1861-1886. (Tomo I: Hechos sobresalientes
en la provincia). Compilación de Alfredo Rafael Hernández
Figueroa. Santo Domingo, D. N., 2007.

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 195

Vol. XXXIII La Vega, 25 años de historia 1861-1886. (Tomo II: Reorganización de

la provincia post Restauración). Compilación de Alfredo Rafael

Hernández Figueroa. Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXIV Cartas del Cabildo de Santo Domingo en el siglo XVII. Compilación de

Genaro Rodríguez Morel. Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXV Memorias del Primer Encuentro Nacional de Archivos. Edición de

Dantes Ortiz. Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXVI Actas de los primeros congresos obreros dominicanos, 1920 y 1922.

Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXVII Documentos para la historia de la educación moderna en la República

Dominicana (1879-1894), (tomo I). Raymundo González. Santo

Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXVIII Documentos para la historia de la educación moderna en la República

Dominicana (1879-1894), (tomo II). Raymundo González. Santo

Domingo, D. N., 2007.

Vol. XXXIX Una carta a Maritain. Andrés Avelino. (Traducción al castellano

e introducción del P. Jesús Hernández). Santo Domingo, D. N.,

2007.

Vol. XL Manual de indización para archivos, en coedición con el Archivo

Nacional de la República de Cuba. Marisol Mesa, Elvira Corbelle

Sanjurjo, Alba Gilda Dreke de Alfonso, Miriam Ruiz Meriño,

Jorge Macle Cruz. Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XLI Apuntes históricos sobre Santo Domingo. Dr. Alejandro Llenas.

Edición de A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XLII Ensayos y apuntes diversos. Dr. Alejandro Llenas. Edición de

A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2007.

Vol. XLIII La educación científica de la mujer. Eugenio María de Hostos. Santo

Domingo, D. N., 2007.

Vol. XLIV Cartas de la Real Audiencia de Santo Domingo (1530-1546).

Compilación de Genaro Rodríguez Morel. Santo Domingo,

D. N., 2008.

Vol. XLV Américo Lugo en Patria. Selección. Compilación de Rafael Darío

Herrera. Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. XLVI Años imborrables. Rafael Alburquerque Zayas-Bazán. Santo

Domingo, D. N., 2008.

Vol. XLVII Censos municipales del siglo xix y otras estadísticas de población.

Alejandro Paulino Ramos. Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. XLVIII Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel (tomo I).

Compilación de José Luis Saez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008.

Vol. XLIX Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel (tomo II).

Compilación de José Luis Saez, S. J. Santo Domingo, D. N.,

2008.

196 María Ugarte

Vol. L Documentos inéditos del arzobispo Adolfo Alejandro Nouel (tomo III).
Vol. LI Compilación de José Luis Saez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008.
Prosas polémicas 1. Primeros escritos, textos marginales, Yanquilinarias.
Vol. LII Félix Evaristo Mejía. Edición de A. Blanco Díaz. Santo Domingo,
Vol. LIII D. N., 2008.
Vol. LIV Prosas polémicas 2. Textos educativos y Discursos. Félix Evaristo
Vol. LV Mejía. Edición de A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LVI Prosas polémicas 3. Ensayos. Félix Evaristo Mejía. Edición de
Vol. LVII A. Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LVIII Autoridad para educar. La historia de la escuela católica dominicana.
José Luis Sáez, S. J. Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LIX Relatos de Rodrigo de Bastidas. Antonio Sánchez Hernández. Santo
Domingo, D. N., 2008.
Vol. LX Textos reunidos 1. Escritos políticos iniciales. Manuel de J. Galván.
Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LXI Textos reunidos 2. Ensayos. Manuel de J. Galván. Edición de Andrés
Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. LXII Textos reunidos 3. Artículos y Controversia histórica. Manuel de
Vol. LXIII J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D.
Vol. LXIV N., 2008.
Vol. LXV Textos reunidos 4. Cartas, Ministerios y misiones diplomáticas. Manuel
de J. Galván. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D.
Vol. LXVI N., 2008.
Vol. LXVII La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo
(1930-1961), tomo I. José Luis Sáez, S.J. Santo Domingo, D.N.,
2008.
La sumisión bien pagada. La iglesia dominicana bajo la Era de Trujillo
(1930-1961), tomo II. José Luis Sáez, S. J. Santo Domingo, D.N.,
2008.
Legislación archivística dominicana, 1847-2007. Archivo General
de la Nación. Santo Domingo, D.N., 2008.
Libro de bautismos de esclavos (1636-1670). Transcripción de José
Luis Sáez, S.J. Santo Domingo, D.N., 2008.
Los gavilleros (1904-1916). María Filomena González Canalda.
Santo Domingo, D.N., 2008.
El sur dominicano (1680-1795). Cambios sociales y transformaciones
económicas. Manuel Vicente Hernández González. Santo Domingo,
D.N., 2008.
Cuadros históricos dominicanos. César A. Herrera. Santo Domingo,
D.N., 2008.
Escritos 1. Cosas, cartas y... otras cosas. Hipólito Billini. Edición de
Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D.N., 2008.

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas 197

Vol. LXVIII Escritos 2. Ensayos. Hipólito Billini. Edición de Andrés Blanco
Díaz. Santo Domingo, D.N., 2008.

Vol. LXIX Memorias, informes y noticias dominicanas. H. Thomasset. Edición
de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D.N., 2008.

Vol. LXX Manual de procedimientos para el tratamiento documental. Olga
Pedierro, et. al. Santo Domingo, D.N., 2008.

Vol. LXXI Escritos desde aquí y desde allá. Juan Vicente Flores. Edición de
Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D.N., 2008.

Vol. LXXII De la calle a los estrados por justicia y libertad. Ramón Antonio Veras
–Negro–. Santo Domingo, D.N., 2008.

Vol. LXXIII Escritos y apuntes históricos. Vetilio Alfau Durán. Santo Domingo,
D.N., 2009.

Vol. LXXIV Almoina, un exiliado gallego contra la dictadura trujillista. Salvador
E. Morales Pérez. Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXV Escritos. 1. Cartas insurgentes y otras misivas. Mariano A. Cestero.
Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXVI Escritos. 2. Artículos y ensayos. Mariano A. Cestero. Edición de
Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXVII Más que un eco de la opinión. 1. Ensayos, y memorias ministeriales.
Francisco Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz.
Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXVIII Más que un eco de la opinión. 2. Escritos, 1879-1885. Francisco
Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo,
D. N., 2009.

Vol. LXXIX Más que un eco de la opinión. 3. Escritos, 1886-1889. Francisco
Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo,
D. N., 2009.

Vol. LXXX Más que un eco de la opinión. 4. Escritos, 1890-1897. Francisco
Gregorio Billini. Edición de Andrés Blanco Díaz. Santo Domingo,
D. N., 2009.

Vol. LXXXI Capitalismo y descampesinización en el Suroeste dominicano. Angel
Moreta. Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXXIII Perlas de la pluma de los Garrido. Emigdio Osvaldo Garrido, Víctor
Garrido y Edna Garrido de Boggs. Edición de Edgar Valenzuela.
Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXXIV Gestión de riesgos para la prevención y mitigación de desastres en el
patrimonio documental. Sofía Borrego, Maritza Dorta, Ana Pérez,
Maritza Mirabal. Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXXV Obras 1. Guido Despradel Batista. Compilación de Alfredo Rafael
Hernández. Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXXVI Obras 2. Guido Despradel Batista. Compilación de Alfredo Rafael
Hernández. Santo Domingo, D. N., 2010.

198 María Ugarte

Vol. LXXXVII Historia de la Concepción de La Vega. Guido Despradel Batista.

Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXXVIII La masonería en Santo Domingo. Haim H. López Penha, Soberano

Gran Comendador (1932-1955). Compilación de Francisco

Chapman. Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. LXXXIX Una pluma en el exilio. Los artículos publicados por Constancio Bernaldo

de Quirós en República Dominicana. Compilación de Constancio

Cassá Bernaldo de Quirós. Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. XC Ideas y doctrinas políticas contemporáneas. Juan Isidro Jimenes

Grullón. Santo Domingo, D. N., 2009.

Vol. I Colección Juvenil
Vol. II
Vol. III Pedro Francisco Bonó. Textos selectos. Santo Domingo, D. N., 2007
Heroínas nacionales. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2007.
Vol. IV Vida y obra de Ercilia Pepín. Alejandro Paulino Ramos. Segunda
edición de Dantes Ortiz. Santo Domingo, D. N., 2007.
Vol. V Dictadores dominicanos del siglo xix. Roberto Cassá. Santo Domingo,
Vol. VI D. N., 2008.
Vol. VII Padres de la Patria. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008.
Vol. II Pensadores criollos. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2008.
Héroes restauradores. Roberto Cassá. Santo Domingo, D. N., 2009.
Heroínas nacionales. Roberto Cassá. Segunda edición Santo
Domingo, D. N., 2009.

Vol. 1 Colección Cuadernos Populares
Vol. 2
La Ideología revolucionaria de Juan Pablo Duarte. Juan Isidro Jimenes
Grullón. Santo Domingo, D. N., 2009.
Mujeres de la Independencia. Vetilio Alfau Durán. Santo Domingo,
D. N., 2009.

Esta primera edición de

Historia, diplomática y archivística. Contribuciones dominicanas
de María Ugarte se terminó de imprimir
en mes de febrero de 2010

en los talleres gráficos de Editora Búho, C. por A.,
con una tirada de mil ejemplares.


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