I PARTE 8
(De a uno) 13
13
ABELARDO 19
HISTORIA PARA LA 22
VENTANA 26
ESTANVITO
APRECIACIONES
GOLPE
II PARTE 28
(De a dos) 32
35
SIN OJERAS 39
ACECHOS 43
LOS VERANOS PROVISORIOS 45
LA TARDE DEL NIÑO 51
VENTANAS
LOS CABALLOS SON INVENTO DE LOS GRINGOS
ZAGUÁN
III PARTE 55
(De a todos) 55
59
CUANDO LOS PATAGONES 65
CAZABAN ESTRELLAS 71
CONVERSOS 78
INSPECCIÓN DE RUTINA 82
LOS MENSAJES 88
FRENTE A MANET 96
NÚÑEZ, DESDE ACÁ
EL HEREDERO DE LA SABIDURÍA
ZAPATOS
“MIEDOS TRANSITORIOS”
(de a uno, de a dos, de a todos), de Pía Barros,
se terminó de imprimir el 8 de Marzo de 1986,
Día internacional de la Mujer, en Graficom
La edición consta de 1.000 ejemplares, 30 de
ellos numerados. Editó: ERGO SUM.
COLOFÓN
“MIEDOS TRANSITORIOS”
(de a uno, de a dos, de a todos), de Pía Barros,
se terminó de imprimir el 8 de Marzo de 1986,
Día internacional de la Mujer, en Graficom
La edición consta de 1.000 ejemplares, 30 de
ellos numerados. Editó: ERGO SUM.
Imagino estos cuentos de Pía Barros leídos en voz alta. Su brevedad
pareciera encaminarlos intencionadamente a lo oral. Podría suponerse que
su corta extensión se propone traspasar ciertas barreras que dificultan la
adquisición de libros y su lectura: ¿necesidad de adaptarse a estos tiempos
de “miedos transitorios”?
Los “miedos transitorios” que influyen en el autor y su producción y
que también aparecen en su diversidad como temática de estos relatos. Te-
mores causados por aflicciones, venganzas, vergüenzas. Por sentirse en falta
con la sociedad o por la indiferencia que acarrea una errada concepción de
la valentía y el machismo. Los “miedos transitorios” del torturado, del tortu-
rador, en que ambos acaban en la muerte violenta: rueda de la fortuna nivela
y demuestra que el poder persiste hasta que se acaba… ¿y después?... Estos
sentimientos nacen de una sociedad recelosa, prejuiciada y clasista que aco-
ge la simulación, imponiendo (hasta tácitamente) que muchos se repriman
individualmente. O se ejerce la represión colectiva cuando alguien se pro-
pone asumir el rol de padre, estricto y punitivo, en el supuesto que otros
deben variar rumbos y encauzarse por itinerarios correctos para ese adulto
todopoderoso que siente que debe vigilar y castigar para exigir y enmendar.
Y tal como estos cuentos aparecen agrupados en tres secciones –“De a
uno”, “De a dos”, “De a todos”-, imagino que Pía Barros ha seguido un ca
mino semejante a esta progresión. Cercana a losveinte años, en 1976, co-
mienza a escribir narraciones: naturalmente sola, (se) comunica en silencio,
sin mostrar, para ella misma. Luego, las lecturas (el explicitado Cortázar o el
callado Rulfo, entre muchos), las correcciones, los estudios y el necesario e
indispensable intercambio). Comienza a vencer sus temores: muestra, discu-
te, comenta. Aprendiendo, decide leer lo suyo y lo de otros cuando ya ha
resuelto que se dedicará a relatar no sólo para sí. Entonces, comienza el
trabajo colectivo y, con rapidez, de asistente a talleres literarios pasa a diri-
girlos y en actividad recíproca, en un esfuerzo de ida y vuelta, se leen y escu-
chan los cuentos propios y ajenos, se intercambian pareceres, se rebate con
miedo para ir perdiéndolo hasta atreverse a esta publicación que sabe transi-
toria como todo primer libro, aunque, a veces, haya querido hacer perdurar
lo pasajero al exponer escritos que ya sabe superados o que, incluso, pare-
ciera que rompen la unidad del conjunto. Totalidad que manifiesta distintos
momentos en/de la trayectoria literaria de una joven narradora formada
íntegramente en estos largos años. Tiempo en que han continuado surgien-
do escritores que han llenado de voces un espacio que pudo haberse silen-
ciado por miedos que próximos días volverán pasados y transitorios.
Santiago, febrero 1986 Soledad BIANCHI