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Published by Cristian Gogu, 2017-08-15 11:57:27

LIBRO-200

LIBRO-200

Del silencio he arrancado mis voces interiores

para dar un paseo por la vida,
y en el silencio me quedo

haciendo reflexión en sus caminos.

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ACOMPAÑÁNDOME
A

SOLAS

Ricardo Lacosta Agel

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4

RICARDO LACOSTA AGEL
Nació en Santalecina, Huesca, donde ha trans-

currido su vida familiar y laboral.
Cursó estudios de bachiller en IES de Binéfar y

Salesianos de Huesca.
“Acompañándome a solas” es su primer libro
publicado, donde se desnuda ante sí mismo y

ante los demás.

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ACOMPAÑÁNDOME A SOLAS

Autor: Ricardo Lacosta Agel
Depósito Legal: 3478 - 2010

Portada: Ricardo Lacosta * Ilustraciones: Feli Burillo
Impreso en HERRERO artes gráficas

Teléfono 976 556 659 * [email protected] * Toledo, núm. 1
50005 ZARAGOZA

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A Pili, mi esposa.
Ser de luz,

que entre mis sombras caminas,
dame vida para seguir amándote.

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PRÓLOGO

Podríamos llamar, la expedición de la bús-
queda, a este camino que los poetas vamos
recorriendo a través del subconsciente y de la
inspiración.

Intentamos suscribir en la memoria todo
aquello que nos puede llevar a la composición
de un poema, no retrocedemos ante la nega-
ción, que a veces nos rodea, y no encon-
tramos la salida de estas murallas que nos
aprisionan.

ACOMPAÑÁNDOME A SOLAS es el poema-rio
que Ricardo Lacosta nos presenta, creo que el
título define el transcurrir de sus hue--llas.
Las voces de él, tras la búsqueda de
idolatrados sentimientos es docente de una
soledad que nos enseña, paso a paso, la fuer-
za de sus versos. / No tienes nombre. No pue-
do llamarte porque no tienes nombre /,
bellísi-mo poema a la mujer desconocida.

El poeta no encuentra su noche, la mañana
se le pierde y el día no existe.

¿Se queda en la palabra, dentro de unos la-
bios confundidos por unos recuerdos que en su
soledad tal vez vivieron?

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Ricardo cree en la mujer, en esa mujer que
no puede llamar, y le adjudica un lugar ex-
cepcional en el silencio de la noche. Este poe-
ma me recuerda al buen poeta “José A. Rey
del Corral, en su composición “CREDO” cuan-
do nos dice, / Creo en el hombre, arador del
espacio / Creo en el hombre en la mujer y el
hombre / y en las mujeres y hombres, que
serán, frágiles todopoderosos / Ricardo Lacos-
ta tiene esa extraordinaria precocidad del
poe-ta que ha encontrado en la reflexión la
senda juvenil del sentimiento, y quiere ser /
Raíces de árbol / alimentarse de amor /.

Ve pasar la locura y cuando se da cuenta
está volando con los tirantes de la ilusión, pe-
ro sigue acompañándose en solitario, sufre
por la muerte de sus sentimientos, enmudece
ante la ausencia de algo que tenga vida, se
pregunta, se consuela, su voz grita ¡la vida
florece! y se aferra a ese grito y canta una
música nueva quedándose en sus brazos
abiertos, vence a la soledad, rompe la piedra
y con fuerza sube al ocaso del sol infinito. Ri-
cardo, en esta composición huye del segui-
miento, unas veces alcanza el universo, otras
sube al ascensor de la melancolía y es allí
donde se pone una coraza a la que no puede

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acceder el prologuista, ¿qué sabemos de esos
momentos de sublimación que el poeta guar-
da en la cultura de su espíritu?

Como decía “Holderlin” / desde que somos
un diálogo podemos oír unos de otros /. Y el
poeta oye a su soledad, solamente él puede
estar dentro de los verdaderos sentimientos,
entendemos que son momentos suyos y que
lo explica muy bien, “Dejadme con mi
canto”. Camina hacia una senda luminosa y
creo que como el gran poeta japonés MATSUO
BASHO nos dice en su libro “Senda hacia
Tierras hon-das” / Enternecía ver el corazón
de aquel cere-zo tardío que, aunque
enterrado en las nieves del monte, no se
olvida de la primavera /.

Ricardo Lacosta, de igual modo, entra en el
gran camino de la palabra y la belleza, sus
poemas breves son entrañables, y recorriendo
estas páginas sentimos que la existencia mu-
chas veces no existe como un encuentro con
la vida, sino con el misterio de ella. Nos infil-
traremos en su senda, donde es hijo de la
naturaleza y le canta su música en ese pen-
tagrama tan íntimo del hombre, tan fosfo-
rescente como la noche que persigue y repo-
sa en el agua, ¿por qué su corazón se hace

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de un río?, ¿por qué el pájaro se posa en su
ventana?, ¿por qué la ausencia te roba las pa-
labras?, ¿por qué no eres hermano de las
grandes aves?, ¿por qué piensas que llegará
mañana?

Espero y te auguro una senda donde reco-
rran tus libros extensos caminos, y que nos
despiertes los sueños que tengamos dormi-
dos.

Felicidad Burillo Valestra
3 de agosto de

2010

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ACOMPAÑÁNDOME A SOLAS

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NO TIENES NOMBRE

No tienes nombre.
No puedo llamarte
porque no tienes nombre.

La noche llega.
La mañana no está.
El día no existe.
Todo aquello que quería decirte,
si no existe el día,
no lo puedo mencionar.

Me quedo con la palabra
en los labios húmedos.

Me quedo con la sonrisa
en la cara relajada.
Y me quedo.
Me quedo sin decirte nada
por no saber llamarte.

Cuando tú me respondas
ese día que…
En ese día, te podré llamar.
¡Te llamaré mujer!

Mujer sin nombre.

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QUISIERA SER

Quisiera ser
raíces de tu árbol.
Estar
bajo la tierra escondido.
Rozar
tu tallo con mis manos.
Acariciar
la luz que me da vida.
Alimentarte de amor.
Siempre unidos.

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TÚ ERES

Tú eres
espasmo de mis sueños.
Sobresalto de amor,
luz y sombrío.
Eres vida cuando vivo,
luz en mi penumbra,
albor si estoy dormido.

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MIRANDO POR LA VENTANA

Mirando por la ventana
veo pasar la locura.
La forma
un tanto abstracta.
Los colores…
los mismos que tiene la luna.

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MIRO AL PASADO

Miro al pasado,
presente en mi memoria,
con ojos brillantes
que rebosan añoranzas,
reflejan recuerdos
perdidos en el tiempo,
suspiran por los olvidos
anclados en mi mente.
Miradas hacia el futuro,
hoy ya presente.

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HOY PENSÉ QUE EL MUNDO

Hoy pensé que el mundo
se me venía abajo.
Hoy quise recordar
lo que pasó.
Hoy quise pensar
en lo pensado.
Hoy, sin duda,
volví a ser
el que fui de antaño.
Hoy, vivo.
Mañana, muerto.
Pasado mañana, salvado.

Salvaré mi vida hoy

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y mañana
lloraré por la muerte
de mis pensamientos
ahogados en el recuerdo.
Soy el fin
y ya no existo.
No me muero,
pero volveré a nacer
y moriré con placer
quizás mañana.

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UNA MANO EXTENDIDA

Una mano extendida.
Un camino.
Un paso inquieto.
Tu paso junto al mío.
Al mover las ramas,
un río.
Al tocar el agua,
el río.
Y al mojarte,
en el cuerpo, mucho frío.
Piel desnuda
y sol caliente.
Al abrigo te pones incierta.

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MI DOLOR

Mi dolor,
que no es dolor,
es creer en la vida,
en él columpio las ideas,
en él me apoyo todo el día,
en él me abrazo a ti,
querido amigo,
si en mí confías.
¿Por qué no he de ser yo
cuando sufro, grito o canto?
He aquí mis brazos abiertos.
He aquí mis manos extendidas.
He aquí mi voz para decirte
que somos amigos todavía.

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ME SIENTO SOLO

Me siento solo y
ante mi soledad
es la angustia de
la vida la que manda.
Tan sólo ellos, mis pensamientos,
gobiernan y proclaman
lo que siento dentro,
lo que siento que me ahoga.
Abro mi boca y respiro
solamente, pero
no sé decir nada.
Ante mi ausencia
de palabras me pregunto
y me respondo ideas
que de algún sitio manan.

Me consuelo preguntándome

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las cosas más sensatas,
las que no digo en voz alta.
No las digo para
no entorpecer la
marcha de un camino.
Un camino que se vuelve
piedra y cal
para los que lo andan.
Se anda y no sé por qué.
Porque no se piensa.
Porque no se alcanza.
Mejor sería pararme
en la vida que florece
y soñar viviendo.

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PERDONADME SI SONREÍ

Perdonadme si sonreí,
lo hice por afición.
Perdonadme si lloré,
lo hice por compasión.
Perdonadme lo que hago,
pues lo hago por amor.
¡Que Dios me perdone!
¡Me arrepiento con dolor!

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AGUA

Agua,
que tus destellos
en mis ojos producen
recuerdos y añoranzas
de otros tiempos,
perdidos por antojo
de un viejo sentido
lleno de esperanzas,
no hagas que mi frente,
en un rincón acorralada,
sude de agonía
o muera de templanza.
Agua,
fría o templada,
no seas así…, agua.

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HOY ME HE TENDIDO

Hoy me he tendido,
cantándole a mi alma,
en la furiosa soledad
que no conoce el delirio.

Yo no soy hermano
de las grandes aves
que quisiste
que fuera en su día,
pero callabas,
con tu directa indiferencia,
como una desesperada ola
que rompe en la piedra.

Ya no río
ni soy lo que era.
Ya no subo
con la fuerza acostumbrada
hacia el ocaso
del sol infinito.

Pensando, moliendo esperanzas

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alcanzo tu vientre con los dedos
y vigilo de cerca
la apretada sombra
de una gota de lluvia
entre las manos.
Y la humedad es grande
cuando corres detrás
de tus pisadas y dejas
la lluvia y los cielos
hacia un lado.

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HACIENDO PALPABLES

Haciendo palpables
mis ideas,
rozo mi mano blanca
sobre mi arrugada frente
y noto el cosquilleo
eterno de la vida
y la razón inmensa
de la eterna muerte.
Pasan los soles
y las lunas transcurren
noche a noche,
aparecen las estrellas
y se marchan las ideas
de la mente enfermiza
herida por ese misterio.

Llora mi frontal pensamiento

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y se oscurecen
las ideas de aguas turbulentas
desbocando en el primer sufrimiento.
No sudo.
Estoy llorando por la frente
de agonía,
hasta que termine
este momento
y me lleve a la vida
día a día.

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NUESTRO ENEMIGO ES
LA SOMBRA

Nuestro enemigo es la sombra
del tiempo que amenaza.

Nuestro amigo, la luz
de una tierra de ilusión.

No podremos alcanzar
el tiempo con las manos,
tocaremos el cielo
con la cara y veremos
de cerca lo incoloro
y las nubes por debajo
de nuestros cuerpos mojados
en el llanto del amanecer.

Llegaremos a nosotros mismos.

Alcanzaremos nuestro universo
con la mirada profunda
de un atardecer.

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HE QUERIDO PONER EN TU VOZ

He querido poner en tu voz
una semilla.
He querido sembrar en ti
una palabra.
He tenido que andar
largos caminos
para lograr
que visites mi morada.

He soñado con tenerte
algún día.

He logrado conseguir
que tu mirada
entrara en mis ojos,
pero no te puedo decir nada.

Y yo te sigo
esperando aquí.

¿Llegarás mañana?

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DULZURA INEXACTA

Dulzura inexacta.
¿Por qué me torturas
si quiero vivir en paz?
Ansia insatisfecha.
¿Por qué me aprisionas
si busco la libertad?
Conciencia inacabada
y visión errónea de los hombres.
¿Por qué me mientes
si quiero ser libre?
Quiero ser libre.
Tener la libertad
de vivir en paz.

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SOY SOÑADOR

Soy soñador,
huésped de la sed,
anhelo vividor, fragancia.
Soy agosto
cuando el sol se esconde.
Mar de mi atardecer.
Soy y seré
el cielo y el mar juntos,
el cielo de noche,
el mar de madrugada,
la luz que se apaga
y la fuerza de un sueño.
Fui así
y así soy, y seré.

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POR LAS UÑAS

Por las uñas
escapó la sangre que perdió
la vida del árbol,
raíces profundas,
copas hasta el cielo.

La sangre corrió.
Corrió para morir,
como murió la cigarra
cuando se puso a volar.

Miró el suelo.
Lo miró todo.
Murió sin saber.
Habló con el aire.

Y con el silencio
abrió la boca.
Y vivió un instante.

Luego…vivió eternamente.

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ME DESPERTÉ UN DÍA

Me desperté un día
pero tú no estabas
en el mismo sitio
que nos habíamos quedado.
Me fui a cubrir
el tiempo con las manos
y a matar el dolor,
y el llanto amargo.
Caminé sin detenerme,
siempre pensando
que al otro lado del camino
me estabas esperando.
Pasó el tiempo.
Seguí buscando.

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IMAGINO TU
CUERPO DESNUDO

Imagino tu cuerpo desnudo
ante el espejo de mis ojos,
reflejando la más dulce y clara
de las aguas salvajes
de eternos manantiales.

Reflejo la extraña fluidez
de tus venas recorriendo
el esqueleto móvil,
siempre manejable.

Oscura pasión
la de mis ojos
mirando hacia delante.

Eterna semejanza
con un sol lleno
de un resplandor inolvidable.

Se introduce en mi cuerpo,

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a través de la membrana,
el perfume de tus células,
para llegar a lo más
íntimo de mi ser.
Mi imaginación
enloquece cuando pienso
lo mucho que te quiero
a través de los días.

Mi mente reposa
ante tus cinco dioses
cuando se ponen
de acuerdo manifiesto.

Recuerdo tu mirada
como recuerdo tu olfato.
Escucho tu oído
con la misma atención
que noto tu tacto
y que percibo el gusto
de tu boca,
y el sabor de tus labios.

Recuerda,
sabor eterno de naturaleza,

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que las alas del gorrión que vuela
jamás se detienen
en lo más alto de su felicidad.

Nuestro vuelo infinito,
surcando hasta un principio
que jamás se detendrá
en este camino sin llegada.
Los cuerpos unidos,
reflejados en los ojos,
jamás pierden la visión
del dolor, del placer,
del amor de nuestros amores rotos.

Imagino tu esencia
en mi cuerpo
y mi noche dentro de tu ser.

Imagino tu cuerpo desnudo
y el reflejo de
tu extraña fluidez.

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ESTOY SOLO

Estoy solo,
soledad.
Sigo aquí
esperando que alguien
me diga la verdad.

Esa verdad que espero
encontrar un día
tras haber andado
por los caminos del mundo,
los del bien y los del mal,
siguiendo las huellas
que alguien dejó
marcadas al pasar.

Esos pasos
que me llevarán
al destino perseguido,
a la meta final,
allí donde vive acompañada
mi segura soledad.

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NACISTE DE MÍ

Naciste de mí
y te llevé en mi mente.
Te apoderaste de mí
y resistí eternamente.
Llegaste
en el justo momento
que me estaba ahogando,
atrapado por tu fuerza
y por tus manos.

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