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Novena habilidad
Monitorear el proceso de aprendizaje

Objetivo: Al término de esta sesión, el participante que realice las actividades previstas
podrá monitorear y verificar en clase el proceso de aprendizaje.

Introducción

Activador cognitivo: ¿Cuáles actividades puede incluir la habilidad de verificar
permanentemente el aprendizaje?

Proporcione tres hipótesis en forma oral o escrita.
Transición: La habilidad de monitorear el proceso de aprendizaje permite al
instructor orientar las interacciones verbales del instructor y de los alumnos hacia el
logro de los objetivos de aprendizaje.
Definición conceptual de la habilidad monitorear el proceso de aprendizaje
Es la capacidad de evaluar constantemente los procesos y productos de
aprendizaje de los alumnos a fin de ajustar las acciones resultantes con los objetivos

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previstos. El instructor no solamente observa lo que sucede en el aula, sino que evalúa
formativamente; está siempre alerta para intervenir cada vez que se requiera.

El monitoreo participativo consiste en supervisar un proceso a fin de controlar
los resultados deseados. Monitorear implica intervenir; el instructor está alerta a los
datos faltantes, al flujo de la información, a la aparición de indicios de aprendizaje de
los estudiantes. Esta función no es pasiva, sino dinámica. Le involucra
permanentemente.

Apoyados en la información que proporciona la investigación, se tienen datos
del rango de tiempo en el que un instructor toma una decisión derivada de su
interacción verbal con los estudiantes: en periodos comprendidos entre dos y seis
minutos, el instructor tomará una decisión para adecuar su planeación a las
necesidades que le requiere la interacción comunicacional continua. Hablamos de
interacción comunicacional cuando instructor y alumnos se relacionan mediante el
lenguaje simbólico, constituido por palabras, imágenes y gestos.

Monitorear el proceso del aprendizaje es un autentica tarea de administración
estratégica por el tipo de decisiones que se toman en el transcurso de la clase. Se
administran los datos y la información antes, durante y después del tiempo
instruccional. Momento a momento se toman decisiones que tienen la intención de
asegurar cierto tipo de resultados de aprendizaje; con esta finalidad el instructor
estimula la participación de los estudiantes; evalúa su participación comparándola
con los objetivos de aprendizaje; pronostica y diagnostica dificultades del proceso
comunicativo; ofrece realimentación verbal de manera oportuna y efectiva;
reestructura las experiencias de aprendizaje de acuerdo con las condiciones e
intereses de desarrollo cognitivo de los alumnos; selecciona, organiza e interpreta los
contenidos de la materia; en fin, promueve en general el desarrollo de las aptitudes y
valores de los estudiantes conduciéndolos hacia su propio aprendizaje y
autoevaluación.

El monitoreo del proceso de aprendizaje se apoya en un proceso cognitivo de
orden superior: el discernimiento. Se exige diligentemente decodificar el sentido de la
información que fluye en el aula, organizarla adecuadamente e intervenir con nueva
información que reafirma o restituya el curso del objetivo, en caso de desviación. En el
léxico educativo, el instructor evalúa formativamente el aprendizaje de sus alumnos;
se trata de una evaluación intermedia, antes de que termine la clase o el curso, para
promover efectivamente el aprendizaje deseado.

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Desarrollo

Analicemos tres enfoques metodológicos que sustentan la habilidad de
monitorear el proceso de aprendizaje, desde la perspectiva del instructor: la
mediación, la gestión del flujo de la información instruccional y la realimentación.

1. Mediación

Pedagógicamente, ocurre mediación cuando el instructor, en la clase,
interviene en el flujo de información, sea para confirmar o corregir su dirección.
Cuando la situación observada corresponde a la deseada, el instructor afirma el curso,
cuando la situación observada discrepa de la situación deseada, corrige. En este
último caso, el instructor genera una acción de influencia efectiva para retomar el
rumbo. El instructor funge como mediador del aprendizaje.

a. El instructor organiza los estímulos que presenta a los estudiantes.
Para realizar esta tarea se requiere primero haber analizado los estímulos,
haberse imaginado las posibles respuestas, haber hecho los ajustes
necesarios. ¿Qué estamos entendiendo por estímulos? Son todos los
objetos y recursos que emplea el instructor para iniciar, mantener y
concluir un proceso de aprendizaje. Incluyen objetos físicos, sustancias,
preguntas, fotografías, un texto escrito en el pizarrón, una instrucción
verbal o una orden, un gesto, etc. Es todo aquello de que se vale el
instructor para involucrar al estudiante en la adquisición de
conocimientos, en la transmisión y negociación de significados. Los
estímulos preparados tienen la intención de producir una reacción
funcional, una respuesta que apoyará al objetivo educativo.

Ejemplos
—¿Qué observan en la siguiente gráfica?
—Jorge, ponte de pie y contesta: ¿Cuáles han sido tus tres más grandes logros
como estudiante?
—Cierren los ojos y traten de imaginarse un mundo donde no aplica la ley de la
gravedad.
—En el pizarrón está escrita la definición de percepción. ¿Cuáles son los
elementos básicos de esa definición?
—Uno por uno va a mencionar un objeto que sea redondo, sin repetir alguno.

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b. El instructor procesa las respuestas de los estudiantes. En un sentido
amplio, procesar la información significa transformar lo que vemos y
oímos en acciones coherentes a un código aceptado convencionalmente.
Contestamos cuando nos preguntan algo. Realizamos un movimiento ante
una orden verbal. Nos movemos hacia un lado cuando leemos un letrero de
no pisar cemento fresco. Evacuamos un edificio cuando oímos una alarma
de sismo. El instructor que monitorea el proceso de aprendizaje se cerciora
de que el alumno esté hablando de lo mismo, lo cual significa que ambos,
instructor y alumno, tienen el mismo referente, que abordan el mismo
asunto o tema, porque para que exista comunicación, se necesita que todos
tengan el mismo asunto en común. De manera cordial el instructor
“espejea” la respuesta para verificar que él y el alumno hablan de lo mismo.
Se espera que la ejercitación del instructor para interpretar
adecuadamente las respuestas del alumno le faculte progresivamente para
intervenir con eficacia en el proceso de aprendizaje.

Ejemplos

—¿Te refieres a la tarea o a los ejercicios en clase?
—En realidad aquí estamos hablando del ensayo argumentativo, no del ensayo
expositivo.
—Más bien el proyecto da derecho a examen final, no es el examen final.
—Repasemos, dime cuántos pasos tiene el procedimiento para resolver
problemas.
—No tenemos el mismo resultado, dime cómo lo hiciste.

2. La gestión del flujo de la información instruccional
Comunicacionalmente hablando, flujo indica movimiento. En la interacción

¿qué se mueve? Información. ¿Qué es información? Este vocablo pertenece al léxico de
la psicología cognoscitiva que adopta el modelo de procesamiento de la información.
Otro término utilizado para referir información es estímulo, aunque no es idéntico. De
manera simplificada, se usan indistintamente. Información o estímulo es un evento
externo o interno a un sujeto que tiene la característica de excitar su sistema nervioso.
Al hablar de la interacción con los estudiantes, los estímulos o información es toda
actividad verbal que tiene como propósito activar (estimular) el pensamiento de los
estudiantes cuando están involucrados en procesos educativos. Enseñar y aprender
implica la generación de cambios progresivos y relativamente permanentes en la

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manera en que percibimos, procesamos y significamos diversos estímulos externos e
internos. ¿Con qué tipo de estímulos trabaja el pensamiento? Por supuesto,
combinados y relacionados sobre ciertas reglas: Lingüísticos (orales o escritos),
gráficos, icónicos, en general, estímulos sensoriales.

La siguiente figura ilustra el movimiento que se produce en las interacciones.
Aquí el objeto con los que interactúan instructor y alumno son estímulos propositados
para el aprendizaje: ¿Qué estamos entendiendo por estímulos? Como se dijo
anteriormente, son todos los objetos y recursos que emplea el instructor para iniciar,
mantener y concluir un proceso de aprendizaje. Incluyen objetos físicos, sustancias,
preguntas, fotografías, un texto escrito en el pizarrón, una instrucción verbal o una
orden, un gesto, etc. Es todo aquello de que se vale el instructor para involucrar al
estudiante en la adquisición de conocimientos, en la transmisión y negociación de
significados. Los estímulos preparados tienen la intención de producir una reacción
funcional, una respuesta que apoyará al objetivo educativo.

Instructor

Alumno Estímulo

El instructor dirige y controla el flujo de la información durante la clase.
Selecciona y organiza y presenta los estímulos instruccionales a los estudiantes;
procesa las respuestas de éstos; cuando detecta dificultades en el proceso
comunicativo, reformula o replantea el estímulo; cuando el estímulo coincide con la
respuesta esperada, de todos modos, verifica y confirma el curso del proceso. Así el
instructor monitorea e interviene en el proceso de aprendizaje.

3. Realimentación
Nos referimos al proceso de ofrecer al alumno información oportuna de la

calidad de su participación en el proceso de aprendizaje a fin de promover un tipo de

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autoevaluación en el estudiante que le faculte tomar una decisión favorable. Como se
ha insistido, el desarrollo de esta habilidad tiene el propósito de aumentar las
posibilidades de los estudiantes para alcanzar los aprendizajes deseados.

La realimentación verbal vale tanto como una invitación o un ofrecimiento. Por
lo que el receptor tiene la plena capacidad de aceptarla o rechazarla. Algunos autores
recomiendan pedir permiso al estudiante para ofrecerle “nuestras observaciones”;
debe respetarse el derecho del estudiante a decir no. Cuando accede, la virtud de esta
técnica verbal radica en la valoración que se le da a la información que se proporciona.
En el modelo cognoscitivo, importa el grado de conciencia aplicado a los propios
comportamientos, sentimientos, percepciones y reacciones. Se maneja el supuesto que
cuando se le permite a la persona revisar en un ambiente cordial su propio
desempeño, la persona asume con responsabilidad el plan de los cambios favorables,
al hacerlo partícipe de manera respetuosa, directa y cordial.

Aprender la técnica de realimentación en los procesos educativos requiere
tiempo y esfuerzo. Aquí algunas recomendaciones: Describa en lugar de juzgar el
comportamiento; exprese directa y personalmente sus sentimientos respecto del
comportamiento; descarte los estilos argumentativos, de debate o polémica; señale de
manera razonable los efectos del comportamiento; exprese con claridad la
oportunidad del receptor de aceptar o rechazar la realimentación; asegúrese que el
contenido de su realimentación verbal corresponde a su lenguaje no verbal porque
muchas veces éste contradice a aquél; solicite permiso para ofrecer realimentación y
en asegure una comunicación franca; cuando esto ocurre, la persona que ofrece la
realimentación puede solicitar al que la recibe que cite en sus propias palabras lo que
hemos comunicado. Así completamos el bucle de una sana comunicación.

Entre las competencias genéricas que sustentan la habilidad de monitorear el
proceso de aprendizaje se encuentran las relacionadas con la comunicación asertiva.
Un recurso efectivo en este campo comunicacional es la formulación deliberada de los
“mensajes yo”. Se trata de una técnica no invasiva en las interacciones. Se comunica
una experiencia subjetiva, personal, siempre en primera persona. De ahí su nombre de
mensaje yo. Esta es una característica fundamental. Nunca se usa un mensaje “tú”, ni
siquiera de manera oculta o simulada. El instructor manifiesta verbalmente qué
observa, qué siente. Usa las expresiones verbales que correspondes a este modo: Yo, a
mí, me… etc. Los “mensajes yo” sirven para referirse a aspectos positivos y negativos
del comportamiento de una persona.

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Ejemplos
—Te pregunto si quieres oír mis comentarios al respecto.
—¿Me permites decirte lo que estoy entendiendo y sintiendo?
—¿Me das permiso de decir lo que percibo?
—Puedo, si me permites, decirte lo que entendí. Ve si era lo que querías
comunicar.
—¿Qué tanto aguantas escuchar observaciones? Si aguantas, te comento; si
no, no.
—Si me das permiso, puedo hacer comentarios desde mi punto de vista; revisa
si algo te sirve para mejorar tu desempeño.

Aforismos

● Quien sobrevive no es el más fuerte ni el más inteligente, sino el que se adapta
mejor al cambio. Charles Darwin

● La vida sin problemas, sería como conducir por una carretera sin curvas.
Anónimo

● El egoísmo conduce al fracaso. Anónimo
● El que ama la corrección, ama la sabiduría. Proverbio bíblico
● Cometer un error y no corregirlo es otro error. Confucio
● Observa tus pensamientos porque se convierten en tus palabras; observa tus

palabras porque se convierten en tus acciones; observa tus acciones porque se
convierten en tus hábitos; observa tus hábitos porque se convierten en tu
carácter; observa tu carácter porque forjará tu destino. Frank Outlaw

Conclusión

El monitoreo del proceso de aprendizaje involucra la supervisión permanente y
continuada de qué aprendizajes se están logrando y como se están consiguiendo
(productos y procesos). Esta habilidad faculta al instructor a intervenir en los estados
intermedios del aprendizaje para asegurar lo deseado.

Son varios los procesos cognitivos que integran esta habilidad: observación,
comparación, evaluación, discernimiento, etc. Hablamos de mediación, flujo de
información instruccional y realimentación como enfoques en la metodología
pedagógica que tienen como materia prima los estímulos que se producen en la
interacción verbal en clase. En lugar de preguntar si hay alguna pregunta, el instructor
formula directamente una pregunta al estudiante para verificar la información;
abandona actitudes ingenuas de creer que algo dicho es algo entendido.

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El punto central es la comprobación de los aprendizajes del estudiante, su

avance progresivo en la adquisición de conocimientos declarativos, conceptuales,
procedurales y metacognitivos. La función de monitorear comprende actividades de
cerciorarse que en los estudiantes están produciéndose aprendizajes previamente
definidos.
Taller: Monitorear el proceso de aprendizaje

Utilice la guía para el taller de modelado de habilidades del instructor
(Anexo B) de acuerdo con los lineamientos, sugerencias y recomendaciones para el
modelado de las diez habilidades del instructor (Anexo A).

La guía de observación y realimentación de modelado (Anexo C) le sirve de
base para organizar los comportamientos observados en la práctica de las habilidades.
Referencias
De Sánchez, M. (1993). Monitoreo del aprendizaje [material de apoyo para el curso de

capacitación de profesores]. Monterrey, México: ITESM

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