14-01-1928 - 22-04-2021 ALEJANDRO JORGE ARVÍA
A MODO DE INTRODUCCIÓN
Alejandro Jorge Arvía, alias el Chief o el Jefe dejó esta Tierra el 22 de abril de 2021 a los
93 años. La muerte nos trae la conciencia del tiempo pasado, de lo que hubiéramos que-
rido expresar y no lo hicimos, limitados por la idea ingenua que los grandes hombres y
mujeres son eternos, inmortales. Decidimos hacer este número especial, no tanto para
rendir un homenaje póstumo y re-encontrarnos entre quienes compartimos un espacio
con el Jefe sino,fundamentalmente, para dejar para las generaciones presentes y futu-
ras, testimonios de primera mano del impacto de Arvía en la Fisicoquímica y la Ciencia
en Argentina.
La vida de Arvía transcurrió en un planeta y un país agitados. En el mundo occidental, la
Gran Depresión, el nazismo, el comunismo, la 2ª guerra mundial configuraron una socie-
dad en debate entre el autoritarismo opresivo y el estado de bienestar. En Argentina, en
1930 se inicia la secuencia de golpes militares que duró hasta 1983, surge el peronismo
hacia los 40 yse desarrollan tensiones entre sectores de poder que se reflejan hasta hoy
en la cultura y la Universidad.
¿Qué ciencia había en la Argentina en los inicios de Arvía? Imitando las corrientes euro-
peas y norteamericanas, la investigación se realizaba principalmente en institutos, como
el Instituto Superior de Investigaciones (hoy INIFTA) que casualmente nació el mismo año
que el Chief.Los grupos de investigación crecían alrededor de figuras que descollaban
por su capacidad científica y organizativa como Houssay, Gaviola o Rey Pastor. El cono-
cimiento se comparte en Academias o en Congresos y comienzan a surgir asociaciones,
como la Asociación Argentina para el Progreso de la Ciencia fundada en 1934. Estos fue-
ron los antecedentes de la institucionalización, del Estado como promotor de la ciencia
y la tecnología, para el desarrollodel país a través de diversos organismos como SECYT,
CONICET, MINCYT, CNEA.Con estas instituciones y con la promoción de cargos con de-
dicación exclusiva en las universidades la investigación se profesionalizó.
La actividad académica del Chief estuvo ligada a la Universidad de La Plata desde su
adolescencia en el Colegio Nacional hasta su última publicación en 2018.Electroquími-
ca,cinética y transporte de materia fueron los temas presentes desde su tesis en con-
ductividad de electrolitos y su posdoc- en North western con Malcom Dole hacia fines de
los 50 - donde estudió cambios estructurales de polietileno bajo irradiación , hasta sus
últimos trabajos en dinámica tumoral.Ahora, sesenta años después de los comienzos de
la Electroquímica en la Argentina, la miríada de actividades derivadas de ella que se de-
sarrollan en la Argentina reconoce el linaje genético común del árbol plantado y nutrido
por el Jefe, en medio de crisis políticas e institucionales de todo tipo. La Electroquímica
de Arvía atravesó gobiernos democráticos, dictaduras feroces, tiempos de bonanza rela-
tiva y tiempos económicos muy turbulentos, y nada la detuvo.
La trascendencia de la obra de Arvía va más allá de sus más de 800 publicaciones y
premios que lo destacan como científico, o de las más de 70 tesis que dirigió. El árbol
científico de Arvía creció por su gran calidad humana y científica. Su trayectoria no pasa
sólo por su gran capacidad de trabajo unida a una mente brillante, sino por la combina-
ción de pasión con razonamiento riguroso y precisión de las manos en la mesada -o en
el taller de carpintería- con que transmitía conexiones entre resultados y teoría. Con ese
“brillito en la mirada” que se resalta en el texto de la Casa Matriz (INIFTA) acompañado
del “Buenos días familia” que recuerda Maruja Folquer nos hizo sentir parte de la ciencia,
de la buena ciencia.
En la vida cotidiana, las discusiones científicas se complementaban con diversos temas.
Esos eran momentos de confrontación de ideas, siempre amables y constructivos, en los
que nos sentíamos personas pensantes, capaces de correr en la cancha junto a un crac,
como recuerdan desde Córdoba. En ese sentido, el Chief fue un sensei como describe
Betty López que, como rescata Julio Bazán, no pretendía iluminarnos autoritariamente,
sino que ejercitáramos el verdadero oficio de aprender en libertad. Su mirada brillaba
más cuando hablaba de quienes dejaron el confort de la casa matriz para ir a pelearla en
universidades nuevas o en ALUAR,como relata Carlos Castellano.
El Jefe fue un hombre de su tiempo, producto de la ideas humanistas del Concilio Vatica-
no II, convencido que la Ciencia era la base para el desarrollo del país, que adhiere a las
ideas de Nehru de cooperación entre los países no centrales –lo que ahora es el eufe-
mismo “cooperación Sur-Sur”. Con este ideario Arvía forma tesistas, da cursos y semina-
rios por la región como los que recuerdan en Olavarría, Córdoba, Tucumán, Buenos Aires
o Santa Fe, contribuye activamente a la formación grupos de investigación en todo el
país proveyendo materiales para los primeros experimentos y ayudando a gestionar los
recursos, como destacan los colegas de Río Cuarto.Podríamos decir, con el lenguaje de
hoy, que el Chief construyó Comunidad regional e internacional a través de instituciones
como AAIFQ, OEA, UNESCO y la TWAS. Le hemos escuchado decir que su incorporación
a la TWAS fue el mejor reconocimiento a su tarea.
El Jefe, lejos de ser bronce o cartón pintado, fue un hombre íntegro, que amó, gozó de la
ciencia y de la vida, con defectos, con virtudes. Seguramente cometió errores,pero nues-
tra memoria los llevó a dilución infinita.
¿Cómo se despide a un maestro, cuya impronta fue mucho más allá de la dirección cien-
tífica, para apoyar con calidez a tantos discípulos? En tiempos normales, además de las
tradicionales ceremonias, nos hubiera gustado compartir un vino ceremonial de despedi-
da. En tiempos de pandemia, debemos conformarnos con saludos y mensajes virtuales.
Sara A. Bilmes Miguel A. Blesa
LA PLATA
El Dr. Arvia en el INIFTA
María Elena Vela, Miguel Pasquale, Dionisio Posadas
El propósito de este escrito es el de destacar algunos de los aspectos relevantes de las acti-
vidades del Dr. Arvía (o “el Chief” o, mejor, “el Jefe”, como lo llamamos nosotros). Nos referimos
a la creación del INIFTA y la repercusión que ello ha tenido sobre el desarrollo de la Química
Física en nuestro país y en otros vecinos.
No es el propósito de este texto describir en detalle la temática desarrollada por el Jefe,
que es mucha y muy variada, ni su participación en la realización de congresos y creación de
sociedades científicas ni sus contribuciones al desarrollo de la ciencia. Al respecto alguien me
preguntó, cuando llevaba 500 o 600 trabajos publicados, ¿pero él participó en todos ellos?
me preguntó sugiriendo que sólo firmaba. La respuesta es un rotundo Sí. No sólo participaba
sino que aportaba y generalmente escribía. Tampoco lo es describir los títulos y grados por él
alcanzados. Más bien, hemos tratado de narrar su trayectoria cronológicamente tratando de co-
mentar el clima en el cual se desarrollaron y cómo ello repercutió, a su vez, en el desarrollo del
INIFTA. Tratar de exponer una semblanza se refiere a resaltar algunos aspectos de su persona-
lidad. Esta es una tarea difícil por cuanto implica, de alguna forma inmiscuirse en la privacidad
de esa persona, lo cual parece impropio. Sin embargo es inevitable a partir de nuestra elección
de presentar esta semblanza.
El desarrollo aludido del INIFTA fue, a fines de los 60 y principios de los 70, en todas las
disciplinas que comprendía el Instituto o sea la tradicional Cinética en Fase Gaseosa (dirigido
por Hans Joachim Schumacher, apodado por nosotros “el Prof”, con la colaboración de Enrique
Castellano y Juan Sicre), Electroquímica (dirigido por el Chief), Polímeros (formada a partir del
retorno de Alemania de los Dres. Rubén Figini, Mariana Marxde Figini y Edgardo Macchi alrede-
dor de 1968) y el incipiente grupo de Superficies del Dr. José María Heras y su esposa (véase:
Historia del INIFTA, en la página web del INIFTA). Además, había una secretaria (cargo de Edith
Draghi), un taller mecánico (a cargo de Cervellini, cuya mujer hacía unos escones exquisitos que
compartíamos en el té de los viernes) y un taller de electrónica a cargo del Ingeniero G. Paús y
con la colaboración del Sr. Príncipi).A principios de los 70 se incorpora al Instituto el Dr. Eduardo
Castro con una especialidad en Química Teórica, quien también tuviera un rol importante en el
desarrollo del INIFTA. Sin embargo, es sorprendente lo que ocurrió con electroquímica. Siendo
menos de 12 personas en 1965 ya eran alrededor de 60 un poco más de 10 años después!
Ese crecimiento fue ayudado por una serie de circunstancias, lamayoría protagonizadas por el
Jefe,varias de las cuales relataremos y trataremos de esclarecer en esta semblanza. Algunas
de ellas fueron la creación del CONICET en 1958 y la creación de los cargos universitarios con
dedicación exclusiva, en ese mismo año. Otra fue la “noche de los bastones largos” en Buenos
Aires lo que hizo que se desarmara, prácticamente, la Fisicoquímica en la UBA y que varios
egresados vinieran a La Plata a hacer su tesis doctorales.
En el principio
Para comprender mejor la historia parece un buen punto comenzar con la incorporación del
Jefe en 1952 (entonces tenía alrededor de 25 años) al entonces Instituto Superior de Investiga-
ciones (ISI)cuyo director, era el Prof (una muy sucinta descripción de sus antecedentes puede
hallarse en: Historia del INIFTA, en la página web del INIFTA). Él ya había hecho su tesis doctoral
bajo la Dirección del Dr. Obdulio Ferrari, Profesor de Fisicoquímica del Departamento de Física
de la UNLP. En esa época no había becas, ni carrera del investigador ni cargos de mayor dedi-
cación, así es que todo el mundo trabajaba en algún lado y luego iba al Instituto a hacer lo que
le gustaba.Cabe mencionar que el instituto funcionaba dentro del edificio “viejo”de las instala-
ciones de la Facultad . de CienciasExactas de la UNLP en la calle 115 y 47.
El trabajo y el esfuerzo allí era mucho en esos tiempos. Baste decir que ellos producían su
propio flúor para los experimentos (véase, por ejemplo:https://www.textoscientificos.com/qui-
mica/inorganica/halogenos/fluor). Ahí el Jefe notó que cuando se apagaba el electrolizador, el
potencial no disminuía instantáneamente. Estudiaron el fenómeno con Juana Bebczuk de Cus-
minsky y…Kinetics of the electrochemical formation of fluorine at carbon electrodes, Trans. Fa-
raday Soc., 1962, 58, 1019! Esta era la revista más prestigiosa sobre fisicoquímica de la época.
Sólo sabemos que en 1966 en el laboratorio de electroquímica trabajaban: J.J.Podestá, R.V.C.
Piatti, Jorge Bolzán, J. S. W. Carrozza, J.C. Bazán (que estaba el Alemania), Susana L. Marchia-
no (Susú), Cristina Giordano (que se volvía a Córdoba), Héctor Videla, Walter E. Triaca, Alfredo
Calandra y los recientemente incorporados, Ma. Elisa Martins, José A. Olabe y Raquel Casino.
Todos ellos trabajaban en dos habitaciones (separadas por tabiques), una de 4x6 y la otra de
3x 9 aproximadamente. ¿Que se hacía? Corrosión en medio acuoso, electroquímica en sales
fundidas (la tesis de WET tuvo bastante repercusión internacional, lo que motivo que al poco
tiempo fuera a trabajar, temporariamente, con Bockris en Pensilvania); transferencia de materia
y más recientemente: electroquímica en medios no acuosos. Dicho así, suena bastante impre-
sionante, considerando los el equipamiento y los recursos experimentales disponibles, lo era
bastante menos. Pero no importa, nosotros creíamos que era muy importante.El porqué de es-
tos temas no lo sé a ciencia cierta pero intentaré buscar una explicación. Hay que recordar que
en aquellos tiempos no se estudiaba la reacción que uno quería sino la que se podía. El método
del Prof consistía en sintetizar un compuesto (generalmente de flúor) y luego se exploraba si
las reacciones que daba se podía medir. Yo lo he visto al Jefe aplicar este método. La reacción
de flúor aludida transcurría en una sal fundida, por eso no es de extrañar que haya elegido es-
tos medios. Probablemente, los solventes no acuosos hayan sido una derivación lógicade esta
temática. El porqué de la corrosión y pasividad, lo ignoro. Lo que sí tiene una explicación es lo
de transferencia de materia. El jefe era el profesor de la asignatura Electroquímica Industrial
de la orientación Tecnología Industrial de la Licenciatura en Química y allí trabajaban aplicando
conocimientos de Fenómenos de Transporte. El Jefe me refirió que los Dres. Krenkel y Ronco lo
indujeron a que estudiara este tipo de fenómenos en electroquímica. La verdad era que el Jefe
ya era reconocido internacionalmente por sus estudios en ese campo en ese tiempo. Prueba
de ello es que por el año 1969 J.O´M. Bockris lo invitó a escribir un capítulo del Modern Aspects
of Electochemistry: Transport Phenomena in Electrochemical Kinetics, Vol. 6, pág., 159.
El Jefe era bastante alto, de contextura sólida. Tenía muy buena salud. Nunca lo vimos en-
fermo, engripado ni siquiera resfriado. El llegaba a las 7:00 paraba a las 12: 00 se iba a la casa
a almorzar y ver los Tres Chiflados, volvía a las 13:00 hasta las 19:00. Nosotros tratábamos de
seguirle el paso… imposible. Sin embargo, nos quedábamos (sobre todos los más jóvenes) des-
pués de las 19:00, a veces hasta la 21:00. A menudo, íbamos a trabajar los sábados y a veces
los domingos a la mañana. Debo aclarar que el laboratorio estaba situado en el edificio viejo de
la facultad, que tenía una ubicación bastante céntrica. Muchos almorzábamos en el Comedor
Universitario a tres cuadras de ahí. Eso explica, en parte, porque nos quedábamos hasta tan
tarde.
El Jefe nos hacía estudiar mucho. Había un seminario de electroquímica de una hora,una vez
por semana, en los cuales uno de nosotros debía exponer un trabajo que él seleccionaba. An-
tes del seminario, que era los viernes a las 17:00, tomábamos el té todos juntos.También había
un seminario mensual sobre temas de Fisicoquímica el cual, cuando era necesario, reemplaza-
ba al semanal; este duraba más de una hora. Ahí se expusieron el libro de Vetter, el de Levich,
Electrosorption de Gileadi y Srinivasan, Electronic Processes in Ionic Crystals de Mott y Gurney,
etc. Había que estudiar y exponerlos, si uno no entendía había que estudiar más. A alguien le
dio un trabajo que se llamaba “El pH como el nivel de Fermi de los protones en solución”. Sin
comentarios. Cada 15 días leía toda la sección de electroquímica del Chemical Abstract, ano-
taba en un papel los abstracts que cada quien tenía que copiar en un cuaderno dedicado a tal
propósito (todavía no había fotocopiadoras). En general no eran más de 5 o 6 para cada uno.
La principal preocupación del Jefe para con los becarios era que tuviéramos trabajo. Aunque
no sabemos si alguna vez lo dijo, la consigna, que llamaremos axioma, era: trabaja que lo de-
más se dará por añadidura. Otra era: los resultados tienen que estar bien medidos, de esa forma
cualquier otro los puede reproducir y utilizar. Y otra más: los resultados tienen que publicarse,
es la forma en que tienen algún valor. A modo de ejemplo contaremos que, todavía estando en
el edificio viejo, el Jefe le encargó a Susana Marchiano que midiera las corrientes convectivas
causadas por gradientes de temperatura. Susú era extremadamente inteligente y diseñó una
celda para tales efectos. Efectivamente, las corrientes dependían, de una forma extraña, del
gradiente de temperatura. No se podía entender. Los resultados quedaron archivados. Pasaron
dos o tres años y un día el Jefe se avivó que para resolver el problema era necesario acoplar (y
resolver el sistema de ecuaciones diferenciales a derivadas parciales resultantes), las ecuacio-
nes de difusión convectiva con las de difusión térmica. Listo!
No crean por esto que el Jefe era un tirano o un déspota, todo la contrario. Era afable, de muy
buen carácter y siempre dispuesto. Ya que estamos,déjenme decirles que también era extre-
madamente entusiasta y dispuesto a apoyar nuestras ideas. Siempre estaba inclinado a apoyar
nuestras sugerencias de trabajo comentándonos su opinión y abierto a discutirlas.
El INIFTA
El 3 de Junio de 1970 y por convenio entre la UNLP, la CIC y el CONICET -éste último bajo
la presidencia del Premio Nobel Bernardo Houssay-, y sobre la base del ISI, se creó el Instituto
de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA). El Prof. Dr. H. J. Schumacher
fue el director.
Antes de continuar queremos decir algunas palabras sobre la naturaleza de los directores
en esos tiempos. El Director era una persona reconocida por todos e indiscutida, sobre todo
por su relevancia científica.
Así pasaron varios años hasta 1973 en que el INIFTA fue intervenido. Conviene decirmuy
brevemente aquí que la facultad había hecho, alrededor de 1968, un proyecto de nuevo edificio,
que incluía un bloque aparte para el INFTA. Debido a la escasezde dinero se comenzó con el
edificio del INIFTA que estuvo, prácticamente, finalizado en 1973. El INIFTA continuó interveni-
do hasta 1975. En ese año se entregó el edificio y los titulares del convenio designaron al Jefe
como Director. A partir de ese momento el desarrollo del INFTA en general y de la (ahora) Divi-
sión Electroquímica fue impresionante. Trabajábamos en la División Electroquímica alrededor
de 60 personas divididos en 8 grupos. (J. J. Podestá, Corrosión y Pasividad; D. Posadas, Estruc-
tura de la interfase Metal/ Solución; Ma. Elisa Martins, Oxidos sobre metales nobles; Norma Ro-
driguez de Tacconi, Oxidos sobre metales nobles; W. E. Triaca, Electrocatális; S. L. Marchiano,
Transferencia de Materia; J. Bolzan, Polarografía y Jorge Vilche, Corrosión y Pasividad). Ahora, el
INIFTA contaba con Secretaría, Contaduría, Biblioteca y Talleres Mecánico, de Vitroplastía y de
Electrónica.Todo esto creado por el Jefe con la principal colaboración de los Dres. Castellano,
Figini, Sicre, Heras y Triaca. Todo esto con muy escasos recursos económicos. Para cada ac-
tividad había una Comisión formada por los encargados de la actividad e investigadores. En el
INIFTA había, además, una pequeña planta de aire y nitrógeno líquidos, un pañol, y, poco tiempo
después, un servicio de agua ultra pura de Mili Q.
Tesistas y otros Visitantes
Aquí voy a mencionar a aquellos que vinieron exclusivamente a trabajar en electroquímica y
que posteriormente retornaron a sus lugares o fueron a trabajar a otro lado.
En 1967 aprox. vino Urtizberea de Exactas de la UBA. Al poco tiempo, Celso Martinez, de
Tucumán. Le siguieron, consecutivamente, dos colombianos y luego otro tucumano: Carlos
Castellano. Menciono a Ana Castro Luna y María Sustersic (ambas de San Luis), aunque luego
se quedaron aquí. Al mismo tiempo un Bahiense que no recuerdo el nombre. Por 1974 llegó Ra-
fael González Maroto, de Costa Rica. Todos ellos terminaron y aprobaros sus respectivas tesis.
Luego de la mudanza al edificio nuevo (abril 1975) vinieron una correntina y cinco tucumanas.
Más tarde otro correntino y un brasileño. Varios de Buenos Aires. También cuatro chilenos. Tres
pasantes cordobeses y más tarde uno rio cuártense. Estamos más o menos en 1995. Para
resumir, si bien tiene errores y omisiones, me refiero al árbol que se muestra en la portada pre-
parado por Julio César Bazán, de la UNS.
Con la mudanza se incorporó el Ing. Jorge Vilche, quien ya trabajaba antes de la mudanza en
el laboratorio de Electroquímica Industrial de la Facultad de Ingeniería. Jorge era muy concreto
y eficiente y, por consiguiente, tenía una productividad elevada cosa que el Jefe necesitaba
para mantener su capacidad de trabajo y sostener varias líneas de trabajo.
En esa época el Jefe se había interesado, además, sobre la formación de óxidos sobre
metales nobles particularmente en el trabajo de Norma Rodríguez de Tacconi. Poco después
ocurrió que un tesista dejó, por descuido, ciclando a alta velocidadel potencial de un electrodo
de platino. Cuando volvió encontró que el perfil voltamperométrico del platino había cambiado
notablemente. Cuando lo vio Walter (su director) se dio cuenta que el perfil era muy parecido a la
respuesta del monocristal de platino (111). Esto quiere decir que durante el ciclado la superficie
se facetaba según una orientación preferida. El Jefe se entusiasmó muchísimo con el resultado
y se realizaron muchos trabajos sobre el tema.
Volviendo a Jorge, su laboratorio se desarrolló notablemente. Además de tres de los cinco
chilenos mencionados también vinieron a hacer visitas cortas en su grupo los cordobeses Vi-
cente Macagno y Manuel López Teijelo. También vino Carlos Primo De Pauli a trabajar con el
elipsómetro.
Alrededor de 1986 Roberto Salvarezza (quien había hecho la tesis con Héctor Videla) co-
mienza a publicar como colaborador del Jefe. En 1988 Roberto va a España a trabajar con
Arturo Baró en STM (Scanning Tunnelling Microscope) en el Departamento de Física de la Ma-
teria Condensada de la Universidad Autónoma de Madrid, quien había trabajado con Binnig y
Roher.Baró, a su vez dirigió la tesis de Luis Vázquez con quien luego el grupo de Nanoscopias
siguió colaborando. Me imagino el entusiasmo del Jefe: con esas técnicas se podían ver las
superficies a nivel casi atómico! Por otra parte el Jefe tenía una fuerte relación con José María
Vara Cuadrado del Departamento de Química de esa universidad. José María hacía ya un par
de años por lo menos que venía de visita al INIFTA todos los años. También tenía una fuerte
relación con Agustín Arévalo de la Universidad de La Laguna en Tenerife. Así es que el Jefe
comenzó a ir a España por varios meses todos los años. Como se imaginan, allí también hizo
escuela y al cabo de un tiempo ya había varias personas trabajando en sus temas. Al regreso de
Roberto se montó un laboratorio de nanoscopías, el cual evolucionó en el área de Nanociencias
y Nanotecnología de hoy y consta ahora de siete proyectos a cargo de distintos investigadores.
Sus viajes a España continuaron hasta aproximadamente 1995.
Por supuesto, en el ínterin continuó trabajando en el resto de sus temáticas con otros inves-
tigadores y becarios. Particularmente quiero mencionar su interés en el crecimiento de fases,
especialmente dendríticas fuera del equilibrio, y el desarrollo de superficies supramoleculares,
como aquellas originadas por crecimientos celulares sobre superficies, ambos en colaboración
con Miguel Pasquale y Agustín Bolzán.
Equipamiento
Ya el Prof se había preocupado en tratar que el ISI tuviera un equipamiento pesado y semi
pesado razonable: Había un Infrarrojo Perkin- Elmer, un UV-Visible Cary, en 1965 se adquirió un
Espectrómetro de Masas Brucker y al poco tiempo un equipo de resonancia magnética Varian.
Hacia el año 1970 el jefe convenció a Jorge Wargon para que fuera a EEUU a trabajar en epr con
la intensión de comprar uno para cuando él volviese. Luego los hechos probaron que eso era
imposible. Más adelante ocurrió algo parecido con Ezequiel Albano (doctorado bajo la dirección
de J. M. Heras) quien fuera a Alemania para estudiar técnicas de estudios de superficies (XPS
y UPS) y a su regreso fue imposible adquirir el equipamiento correspondiente, si bien bastante
más tarde se adquirió equipamiento equivalente. Vale la pena mencionar que en estos tiempos
el INIFTA cuenta con equipos muy importantes la mayoría de los cuales presta servicios (véase
la página web el INIFTA).
Gestión
En las primeras etapas todos los fondos que enviaba el CONICET estaban a nombre del Direc-
tor y él disponía de su manejo. Hay un diálogo, que nos parece muy gracioso, al respecto:
- Jefe, me han invitado a un congreso sobre corrosión microbiológica para dar una conferencia
en Brasil y quería ver si el INIFTA podía apoyar económicamente mi asistenciadice elInvesti-
gador.
- El INIFTA no tiene fondos para ese tipo de viajes responde el Jefe, a quien no le entusias-
maba en demasía la microbiología.
- Entonces le parece que podría pedir fondos al CONICET?pregunta el Investigador.
- Nocreo que el CONICET apoye tu viajecontesta el Jefe (Creemos que él era vicepresidente
del CONICET en ese momento).
- Bueno… Entonces podría pedirle a la CICPBA… insiste el Investigador.
- La CICPBA no apoya viajes a congresosfinaliza el Jefe (Creemos que él era vicepresidente
de la CICPBA en ese momento).
No sabemos cómo, pero finalmente el investigador asistió a la reunión.
Pese a que se supone que el INIFTA, por ser un instituto del CONICET,estaba soportado eco-
nómicamente por esa institución, el presupuesto otorgado nunca era suficiente. Así es que el
Director debía realizar muchas tareas de gestión ante el CONICET y otros organismos y em-
presas para subvencionar los gastos del instituto. Para tener una idea de las tareas que era
necesario llevar a cabo, voy a relatar que, en el año 1982 el entonces Presidente del CONICET,
Dr. Antonio Rodríguez, inició la gestión de un préstamo BID, y le encargó al Jefe la organización
de todos los Subprogramas del Programa Química. Es decir toda la investigación en química de
todo el país. Para colmo el BID tenía requerimientos muy estrictos al respecto y había que hacer
mucho papeleo. En 1983 vino el gobierno del Dr. Alfonsín, la presidencia del CONICET estaba
ahora a cargo del Dr. Carlos Abeledo y, por suerte, se continuó la presentación consiguiéndose,
finalmente, el préstamo. Con éste pudo equiparse razonablemente una parte de la investiga-
ción del país.
Algunos otros rasgos de su personalidad
Desde siempre al Jefe le gustaba trabajar en la casa los sábados corrigiendo y discutiendo
la redacción de los manuscritos.Al Jefe le encantaba corregir los trabajos: he visto más de diez
versiones de un trabajo que cuando ya se consideraba listo, era nuevamente corregido
Otra característica del Jefe era que su apego al trabajo se reflejaba en la realización de otras
tareas. A mediados de 1970 adquirió un terreno en las afueras de Villa Elisa (distante a unos 15
Km de La Plata) y edificó una casita. En el garaje tenía un pequeño taller de carpintería y, ade-
más, disfrutaba mucho de las tareas propias del parque. También, allí se realizaba el trabajo de
corrección de los sábados.
Anécdota
Y por último, quiero contar una anécdota que tiene al Jefe como protagonista y que me gusta
mucho.
Por el año 1980 asume como Gobernador de la Provincia de Buenos Aires el General I. Saint
Jean. Surgen rumores de que se piensa eliminar La Comisión de Investigaciones de la PBA.
Todo lo que sé es que, ante ello, muchos investigadores importantes hacen “lobby” para tratar
de impedirlo. Finalmente lo consiguen y resulta que el Dr. J. C. Gagliardino sería nombrado el
Presidente de la Comisión. El nombramiento se llevaría a cabo en las oficinas no recuerdo de
qué repartición, en la casa de Gobierno de la PBA. El Jefe me lo comenta y me dicePibe… Te-
nés que acompañarme. Y ahí fuimos. Nos recibió un funcionario de menor categoría. Habría
10- 15 personas: Entre ellos estaban: el Prof, L. F. Leloir, R. Brenner, A. O. M. Stoppani, E. Cas-
tellano, J. Sicre, y otros que no recuerdo. Mientras esperábamos en una oficina que estaba en
algo así como un entrepiso, miré a los ojos del Jefe y noté en ellos un brillito extraño en ellos.
Miré entonces a Leloir … Y tenía el mismo brillo. Miré luego al Prof y también. Aún incrédulo lo
miré a Brenner, y también! Entonces, miré al funcionario y… No! Todavía, cuando miro la foto
más conocida de L. F. Leloir me parece notar el brillito. Dejo para ustedes especular, como lo he
hecho yo, sobre el porqué del brillito.
Finalmente, y más allá de anécdotas , datos, incertezas en algunos nombres y otras faltas,
queremos terminar esta semblanza retomando lo que dijimos al principio. Solo mencionamos
algunos aspectos de la enorme actividad del Jefe y pretendemos mostrar el impacto que tuvo
su entusiasmo, intelecto y capacidad de trabajo en la formación de recursos humanos que con-
tinuaron en la vida académica, de investigación y la industria.
ALUAR
Alejandro J.Arvía y ALUAR
Carlos Castellano
Conocí al doctor Arvía, en el año 1970.Como becario, recién llegado de Tucumán, con el
propósito de hacer mi tesis doctoral en procesos electroquímicos en el INIFTA, me sorprendió
la calidez, simpatía y apoyo encontrados en “el Chief“, como cariñosamente lo llamaban sus
colaboradores.
Después de casi cinco años de trabajo en el instituto y gracias a las inquietudes y contactos
del doctor Arvía, un grupo de investigadores respondimos a la convocatoria para trabajar en la
incipiente industria del aluminio. Así fue que con Alfredo Calandra, Jorge Wargon, Carlos Ferro,
Osvaldo Cobo y más tarde, Eduardo Cañavate, nos sumamos a la Gerencia de Investigación y
Desarrollo de ALUAR, en Puerto Madryn.
Un verdadero desafío. Todos habíamos trabajado en electroquímica y estábamos ante la po-
sibilidad de formar parte de un área de Investigación y Desarrollo dentro de la industria (ALUAR),
integrando equipo con científicos de diferentes centros (CNEA, Instituto Balseiro, IMAF Córdo-
ba, Facultad de Ciencias Exactas UBA, y otros.).
Esta experiencia única y enriquecedora nos permitió aplicar nuestra formación científica y
todo lo aprendido en el instituto, con importante aportes a la innovación y al desarrollo.
Al cabo de los años, algunos de nosotros pasamos del grupo de Investigación y Desarrollo a la
Operación de la Planta, asumiendo puestos gerenciales y de dirección en la organización.
Esto me permitereflexionar:después de muchas discusiones de aquella época de los años
70, sobre la importancia de la investigación básica, creo que ésta aporta conceptos yuna dis-
ciplina de trabajo, que permite una aplicación estructurada y eficiente para liderar la gestión en
una organización.
Desde estas líneas, mi agradecimiento al inolvidableMaestro, doctor Arvía , el “Chief“,por esa
visión que tuvo de no cortar las alas y estimular a sus discípulos, que aún formados haciendo
investigación básica, pudieran desarrollar con éxito sus habilidades en diversas gestiones den-
tro de las organizaciones.
BAHIA BLANCA
Alejandro Arvía y la Universidad Nacional del Sur
Julio C. Bazán
El Dr. Alejandro Jorge Arvía se destacó por su enorme capacidad de trabajo y su clara vi-
sión de los problemas que encaraba, lo que le posibilitó influir positivamente sobre numerosos
alumnos directos, así como sobre otros muchos que también se beneficiaron de su generosi-
dad en compartir sus conocimientos, brindar apoyo y consejo.
Su calidad humana lo hacía ser admirado, respetado y querido por quienes lo conocieron.
En la Universidad Nacional del Sur su influencia se manifestó en reuniones, congresos, charlas
y la presencia de dos discípulos directos, Dres. Silvana Saidman y Julio C. Bazán, quienes de-
sarrollaron sus propias líneas de trabajo en distintos temas de Electroquímica. Acertadamente,
la Dra. Saidman definió su calidad humana diciendo: “tenía autoridad, pero no era autoritario”.
El actual director del INQUISUR (CONICET), Dr. Gustavo Appignanesipor su parte, se bene-
fició de colaborar con él en su etapa formativa de becario de CONICET en el INIFTA, haciendo
interpretaciones mecánico-cuánticas de las mediciones del microscopio de efecto túnel.
Asimismo, es de destacar la actuación del Dr. Arvía al frente de la Comisión de Investigacio-
nes Científicas de la Provincia de Buenos Aires, a la que instaló como una importante fuente de
apoyo para la adquisición de equipamiento, becas de iniciación y perfeccionamiento, así como
la puesta en marcha de la Carrera del Investigador.
OLAVARRIA
Alejandro Arvía y UNICEN-Olavarría
Mirta Raquel Barbosa
Conocí al Dr. Alejandro Arvía en julio de 1980. Vino a la Facultad de Ingeniería de la Universi-
dad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, con sede en Olavarría, como uno de
los disertantes de un Seminario consistente en una serie de conferencias dictadas por inte-
grantes de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP. Me había recibido pocos meses antes
de Ingeniero Químico y trabajaba en la Facultad como ayudante de cátedra, lo hacía desde mis
épocas de alumna.
En esa oportunidad, la conferencia del Dr. Arvía fue sobre el rol de los Fenómenos de Trans-
porte en los Procesos Electroquímicos. Justamente, yo me desempeñaba como auxiliar en las
asignaturas Fenómenos de Transporte e Ingeniería Electroquímica; demás está aclarar que
quedé impactada por la claridad conceptual del expositor. Junté coraje y me animé a hablar con
él al terminar su disertación. Ya desde ese momento pude apreciar su calidad humana, cuando
me alentó a seguir con estos temas y me ofreció la posibilidad de hacerlo como becario en el
Instituto que él dirigía. En ese momento el Dr. Arvía era Director del INIFTA.
Por aquella época, nuestra Facultad estaba estimulando la realización de post-grados de
algunos de sus egresados, con la intención dereincorporarlos a posteriori, para de generar la
base de una futura tarea de investigación en la Institución. Por esta razón, muchos de noso-
tros fuimos a formarnos a diferentes instituciones dependientes de la UNLP. A trabajar en la
División Electroquímica del INIFTA fuimos Teresita Kessler y yo. Teresita desarrolló su actividad
en Electrocatálisis, el grupo dirigido por el Dr. Walter Triaca y yo en Corrosión, con el Ingeniero
Jorge Vilche. En ambos casos con la dirección general del Dr. Arvía, Alma Mater del “4to. piso
del Instituto”, como le llamábamos a la División Electroquímica, aunque, claro está había gente
de nuestra disciplina trabajando en otros lugares del edificio.
Los años como becaria fueron muy provechosos para mi formación profesional, pero tam-
bién muy valiososcomo experiencia humana. El grupo al que me integré estaba compuesto por
personas con las que llegué a concretar una sólida amistad y compartir momentos realmente
agradables. El DrArvía “monitoreaba” nuestra evolución y recuerdo algunas de sus peculiarida-
des:una de las actividades de nuestra formación consistía en que semanalmente debíamos
presentar, cada uno de los integrantes de la División Electroquímica, un seminario, en lo posible
descriptivo del avance del propio trabajo, frente a todo el personal de la División. Para un beca-
rio novato era un trance que “metía un poco de miedo”, pero el DrArvía siempre nos decía: “si
hay que hacer algún papelón, lo hacemos en casa, así nos fogueamos para cuando nos toque
representar a nuestra Institución en los eventos científicos”.
Esa y tantas otras enseñanzas “domésticas”, en paralelo a las argumentaciones científicas
en las discusiones de nuestro trabajo fueron plasmando en nosotros su impronta en cuanto
a la responsabilidad y metodología de la tarea de investigación. Fue un verdadero lujo el que
tuvimos los que nos formamos al lado de una persona poseedora de esa trayectoria y recono-
cimiento nacional e internacional en la disciplina.En este aspecto, recuerdo haber sentido un
muy particular orgullo cuando en una oportunidad que estuve en la Universidad de Valencia,
desarrollando una breve pasantía, al presentar una carta de recomendación firmada por él, uno
de los profesores de aquella Casa de Estudios comentó: “¡ese hombre es un sabio!”
Uno de los objetivos del DrArvía era promover el desarrollo de la investigación en Fisicoquí-
mica en otras instituciones. Y justamente eso se puso de manifiesto en los casos de Teresita
Kessler y mío. Nosotras regresamos a Olavarría y aquí comenzamos como pudimos a desarro-
llar nuestro trabajo, digo “como pudimos”, porque en esos tiempos nuestra facultad no conta-
ba con el mínimo equipamiento para realizar una tarea de investigación sistemática. Eso nos
obligó a mantener los lazos con nuestra institución madre, el INIFTA, para dar continuidad a
nuestras respectivas actividades experimentales. Pero habíamos aprendido algo fundamental:
la metodología y el criterio de trabajo para investigar. Entonces, nos asociamos con otra gente
de nuestra Facultad y formamos un grupo un poco más grande que tenía en común que todos
estudiábamos algún aspecto de los materiales. Así comenzamos a juntar los magros subsidios
que conseguíamos y a adquirir, de a uno por vez, equipos para cada subgrupo. Ese fue el punto
de partida para los equipos de trabajo con que hoy cuenta nuestra Facultad de Ingeniería.
Justamente la realidad de la investigación que se lleva adelante hoy en Olavarría es motivo
de orgullo al verla integrada a los circuitos nacionales e internacionales en las distintas disci-
plinas de estudio. Si bien esta transformación se logró con el aporte de muchos colegas, me
siento feliz de haber podido formar parte de aquellos fundadores. Pude llevar a cabo mi partici-
pación sobre la base de lo aprendido en otras instituciones, con la tutoría de grandes profesio-
nales, en Argentina y en países como Alemania, Estados Unidos y España. Pero la influencia del
Dr. Arvía la rescato de forma especial, como una de las más importantes porque no solo fue mi
iniciador, sino que también fue quien me alentó para realizar las otras actividades, en las otras
instituciones en las que he tenido oportunidad trabajar. En cualquiera de los roles que me ha
tocado desempeñar, ya sea como aprendiz ocomo colaborador para ayudar a otras personas y
consolidar proyectos y grupos de trabajo.
El Dr. Arvía había nacido en el año 1928, un detalle particular para mí, porque en ese año había
nacido también mi querido padre. Siempre he pensado en esa dualidad evocando la paternidad
científica del Dr. Arvía.Frente a la realidad de su fallecimiento, queda el emotivorecuerdode un
hombre que, independientemente de su enorme calidad como científico que lo condujo a rea-
lizar tan importante aporte a la ciencia mundial, contribuyó fuertemente para que muchos de
sus “hijos científicos” hayamos podido desarrollar nuestra actividad, a la vez que disfrutar de la
misma.
Por todo lo recibido, GRACIAS Dr. ARVÍA.
BUENOS AIRES
Alejandro J. Arvía, una bisagra científicaentre
La Plata y Buenos Aires
Comisión ad-hoc autogenerada de librepensadores
(D QIAQF -INQUIMAE-FCEN-UBA)
El muy reciente deceso de Alejandro J. Arvía, ocurrido en La Plata a sus 93 años, nos con-
mueve y estimula para esbozar su contribución al desarrollo de la Fisicoquímica y la Química
Inorgánica en Buenos Aires, particularmente en el DQIAQF de la Facultad de Ciencias Exactas y
Naturales (FCEN) de la UBA. Puede afirmarse que el impacto de su labor científica, así como las
cualidades de la personalidad de Arvía, han sido de notoria significación, tal como trataremos
de describir a modo de sentido homenaje.
Es poco conocido que Arvía fue Profesor de Química General en la Facultad de Farmacia y
Bioquímica de la UBA, allá por la década de 1960, contemporáneamente a su etapa de conso-
lidación en la investigación científica independiente,cuando egresaban sus primeros tesistas
doctorales en el flamante grupo de Electroquímica del Instituto Superior de Investigaciones
que dirigía Hans J. Schumacher desde 1948 dependiente de la Facultad de Química y Farma-
cia (FQyF) de la UNLP (a partir 1968,Facultad de Ciencias Exactas).Durante su desempeño en
aquella Facultad de UBA a partir de 1971, Miguel A. Blesa recogió repetidas expresiones de
que su paso no había sido intrascendente. Arvía había fijado un estilo de hacer docencia que
puso la vara muy alta para los que siguieron.Posteriormente, varios egresados platenses de la
Licenciatura en Química verificaron su notoria envergadura docente, cuando se hiciera cargo
de dictar Fisicoquímica II a los siete aspirantes que en 1963 inauguraran la puesta en marcha
de la orientación Fisicoquímicaen la FQyF. Y para abrochar las interacciones docentes entre las
dos ciudades vecinas, valga recordar sus clases especiales de Fisicoquímica, también en la
anterior Facultad, dictadas para los alumnos viajeros de la FCEN que en 1967 habían quedado
huérfanos de Profesores como consecuencia del éxodo del año anterior.
Otro testimonio de Blesa indica que allá por 1976 el entonces Decano de FCEN,Eduardo
Recondo, le invitó a unirse al DQIAQF. En esa ocasión, Blesa pudo constatar el páramo que era
ese Departamento, con escasa o casi nula actividad de investigación. El caballo de Atila que
había arrasado el área no había dejado ni semillas. La invitación no prosperó, pues la autoridad
de Recondo duró un suspiro y una medianoche.
¿Cómo pudo reconstituirse elDQIAQF a partir de 1984? La tarea titánica la encaró Roberto
Fernández Prini, quien buscó donde pudo posibles colaboradores para hacer resurgir la Fi-
sicoquímica y la Química Inorgánica. Un recorrido de los nombres involucrados muestra que
fue la Escuela de La Plata la que ayudó significativamente para repoblar el DQIAFQ –eran los
discípulos de Arvía, Pedro J. Aymonino, y Schumacher, principales gestores de esa Escuela, en
orden alfabético–. Blesa, doctorado con Aymonino, integró el área de Química Inorgánica,a la
cual prontamente se incorporó José A. Olabe. Olabe rememora su trayectoria signada por las
persecuciones políticas, y destaca la amplitud de Arvía y la de Aymonino, con quienes hiciera
su tesis doctoral y su posdoctorado, respectivamente. Del riñón de Arvía llegaron también Dio-
nisio Posadas y Sara Bilmes. El primero apadrinó los esfuerzos de los locales Fernando Molina
y Gabriel Gordillo, fuertemente apoyado por Arvía con préstamos y donaciones de equipos para
los vacíos laboratorios del DQIAQF. Sara organizó un área de fotoelectroquímica, que después
devino en diversos aspectos de química de materiales, y recuerda también con mucho cariño
la calidez de Arvía en los tiempos de su doctorado.
Vale mencionar aquí que la Electroquímica también había tenido una importante gravitación
en Buenos Aires en los 60, desde que el DQIAQF, apoyado por la UNESCO, sostuviera una
pasantía temporaria de Roger Parsons en 1961, contribuyendo a formar personas de excelente
nivel que, lamentablemente, en su mayoría finalmente emigraron a otros países. No fue el caso
de Ernesto Calvo, tesista de David Schiffrin durante su importante y fugaz labor en el INTI, junto
a Carlos D´Alkaine. Calvo destaca que pudo presentar su Tesis Doctoral en la UNLP precisa-
mente bajo el generoso paraguas que le brindó Arvía, cuando el grupo del INTI fue cesanteado.
Al ingresar como Profesor en 1987, Calvo desplegó su carrera en el DQIAQF hasta la actualidad,
ampliando los alcances de la electroquímica a la química de superficies y otros ámbitos, en
una tarea que puede homologarse a la que había desarrollado Arvía en La Plata.Efectivamente,
ambos alcanzaron en su momento posiciones de dirección en la Sociedad Internacional de
Electroquímica, una expresión de amplio reconocimiento internacional. También César Pallota,
de corto paso por el DQIAQF,se había doctorado con Arvía. Del área de Schumacher volvieron
además Enrique San Román, Pedro Aramendía,Lelia Di Celio (para aportar al emergente grupo
de Fotoquímica), y María dos Santos Afonso (al grupo de Inorgánica). Otro egresado de la FCEN,
Darío Estrín,luego doctorado en la UNLP con Eduardo Castro, regresó para abrir en el DQIAQF
el campo de la Química Teórica y Computacional.
El párrafo anterior muestra que La Plata actuó como reservorio en donde la Fisicoquímica y la
Química Inorgánica pudieron mantenerse vivas a la espera de los mejores tiempos que vinieron
con la democracia. En ese contexto,Arvía no solo formó discípulos que después florecieron en
el DQIAQF, sino que mostró una gran comprensión y generosidad para cobijar a aquellos que
sufrieron de lleno el tsunami político de los años 70. Existe un detalle más, nada trivial, por su
impacto para el DQIAQF: Roberto Fernández Prini encaró la labor de reconstrucción en 1983
en su carácter de Investigador de CNEA y Profesor con dedicación simple en UBA; cuando un
grupo de colegas se dirigiera al entonces presidente de CONICET Carlos Abeledo, propiciando
que se hiciera justicia designándolo como Investigador Superior, Arvía fue uno de los califica-
dos firmantes.
El impacto mutuo generado por la fructífera interacción entre La Plata y Buenos Aires faci-
litó el objetivo de construir sendos lugares de investigación científica de alto nivel en diversas
áreas de la Fisicoquímica (o Química Física): el INIFTA y el INQUIMAE, respectivamente, en el
marco del gran desarrollo que también ha ocurrido en otros centros del país durante los últimos
60 años.
RIO CUARTO
El DrArvia y el Departamento de Quimica UNRC
Carlos Previtali, Leonides Sereno, Hector Garrera, Juana J. Silber
En estos días en que celebramos los 50 años de nuestra querida Universidad Nacional de
Rio Cuarto (UNRC) recibimos la triste noticia de que falleció el Dr Alejandro Jorge Arvia. Sin duda
debemos destacar su apoyo y colaboración con el Departamento de Química de nuestra Uni-
versidad en las primeras duras épocas que nos tocó transitar, Una influencia directa de su lega-
do es que uno de los primeros profesores que se incorporaron al mismo fue el Dr Héctor Garre-
ra tesista de un discípulo del Dr. Arvia en el grupo de electroquímica del INIFTA. Posteriormente
se produce la incorporación a nuestro Departamento en 1974 del Dr Leonides Sereno, formado
en la universidad de Córdoba bajo la dirección de la Dra. Giordano a su vez también discípula
del Dr. Arvia.El Dr. Sereno trajo a su tesista Héctor Fernández quien fuera luego el primer Doctor
de la UNRC.Así fue como por herencia del Dr. Arvía en el Departamento se constituyó un grupo
importante de electroquímica, con muchas tesis doctorales que llevaron a la formación de des-
tacados investigadores que en la actualidad se desempeñan en nuestra universidad y en otros
centros del país y del exterior, .
Si bien la UNRC comenzó con gran impulso no solo por sus autoridades sino también con un
presupuesto que permitió iniciar la compra de equipamiento y bibliografía en forma casi inédita
en el país, la intervención de Universidad y posteriormente el golpe de estado en 1976 puso fin a
esta ventaja. De allí en másse intentó continuar con los subsidios de CONICET y CONICOR muy
escasos y de difícil acceso. El CONICET no era lo que es ahora, una institución democrática con
reglas de juego claras. El los finales de los 70 era difícil saber quién y cómo se evaluaban becas
y proyectos. El Dr. Arvia que estaba en CONICET trataba de cambiar eso, de hecho, vino per-
sonalmente a nuestro Departamento en 1981 a proponernos la creación de un programa, que
tenía en cierta forma casi un carácter de instituto, y que de ser aprobado nos permitiría tener
subsidios y becas. Este programa llamado Programa de Investigaciones Químicas Río Cuarto
(IQUIRCU)fue una organización integradora de los docentes para poder mejorar las actividades
de investigación, entonces restringidas por los presupuestos universitarios. La concreción de
esta propuesta en el IQUIRCU fue de gran apoyo para nuestro Departamento y permitió que se
afianzaran los incipientes grupos de investigación no solo el de electroquímica. Este programa,
que fue fruto de su preocupación por apoyar grupos del interior del país, fue para nosotros uno
de los mayores apoyos recibidos en forma directa del Dr. Arvia y por cual estaremos eterna-
mente agradecidos.
Sin duda y como no podía ser de otra manera el Dr. Arvia dejo legado en este lugar del país
como lo hizo en tantos otros
SANTA FE
Dr. Alejandro J. Arvía: su impronta en Santa Fe (FIQ-UNL)
Abel C. Chialvo, María Rosa Gennero
Corría el año 1978 y me desempeñaba como jefe de trabajos prácticos de la asignatura Fi-
sicoquímica de la Facultad de Ingeniería Química de la Universidad Nacional del Litoral.Cono-
ciendo mi interés por la Electroquímica mi jefe de Cátedra, Ing. Eduardo Lombardo, me invitó
a acompañarlo a la ciudad de La Plata para asistir al 1º Congreso Argentino de Fisicoquímica,
invitación que acepté de inmediato con mucho entusiasmo. El congreso tuvo lugar en septiem-
bre en el INIFTA y fue allí donde conocí al Dr. Alejandro Jorge Arvía. Recuerdo cada detalle de
la reunión que tuve en su despacho de Director del Instituto, donde me comentó acerca de las
actividades de investigación que estaban realizando. A mi tímido comentario sobre mi interés
de formarme en esa área, respondió ofreciéndomela posibilidad de presentar una solicitud de
Beca de Iniciación en la Investigación Científica al CONICET bajo su dirección.Se hizo reali-
dad y al año siguiente (1979) comencé mi estadía en el INIFTA, la que se prolongó por casi 6
años,donde completé mi formación en Electroquímica bajo la dirección del Dr. Arvía y del Dr.
Walter Triaca. Además, ese año contraje matrimonio y mi esposa, María Rosa Gennero, tam-
bién accedió a una beca del CONICET dirigida por el Dr.Arvía y la Ing. Susana Marchiano. La
interacción con el Chief, como le decíamos cariñosamente, fue muy intensa y definió mi perfil
como investigador. Recuerdo las discusiones de los trabajos en su casa de Villa Elisa, así como
mis intentos por tratar de convencerlo de que no era alquimia la formación electroquímica de
una película dorada sobre un electrodo de platino por formación de óxido, lo cual se transformó
en mi primera publicación en Electroquímica en 1983. A final de esos maravillosos años que
pasamos en La Plata, estuvimos en la disyuntiva acerca de si continuar nuestra carrera en el
INIFTA, donde estaba toda la infraestructura y los medios para trabajar, o volvernos a nuestra
Facultad a comenzar de cero. Decidimos continuar con nuestro proyecto original, que era volver
a nuestro lugar de origen. Pero no estuvimos solos. El Dr. Arvia le propuso a las autoridades de
la FIQ presentar al CONICET una solicitud para crear el Programa de Electroquímica Aplicada e
Ingeniería Electroquímica (PRELINE). Una propuesta arriesgada, dado que en 1984 solo éramos
tres personas: el Ing. José Bisang, recién llegado a la FIQ luego de una estadía de perfecciona-
miento en el área de Ingeniería Electroquímica en el Instituto DECHEMA de Frankfurt (Alemania),
bajo la dirección del Dr. G. Kreysa, yo, flamante Investigador Asistente de la Carrera del Investi-
gador del CONICET y María Rosa escribiendo la solicitud de ingreso a la carrera. Con el apoyo
del Ing. Lombardo, la FIQ nos cedió un espacio que anteriormente había sido el taller mecánico.
Y así empezamos a transitar este camino de hacer ciencia en el PRELINE en condiciones no
del todo favorables, pero contando con la ayuda invalorable del Dr. Arvia, quien a pesar de tener
una gran cantidad de responsabilidades y compromisos en diferentes organismos nacionales
e internacionales, además de su actividad científica, nos dedicó parte de su valioso tiempo para
que pudiéramos hacer realidad nuestro sueño.
Durante todo este tiempo nos mantuvimos comunicados, tanto telefónicamente como apro-
vechando cualquier viaje a La Plata para mantener largas y fructíferas conversaciones. También
me sorprendió en algunas oportunidades, como cuando me convocó para formar parte de la or-
ganización del primer congreso de la Sociedad Internacional de Electroquímica en Latinoaméri-
ca, realizado en Córdoba en 1992. O cuando recibí una llamada telefónica a las 7 de la mañana y
escuche su inconfundible voz diciéndome “estoy en Santa Fe”, entre otras muchas anécdotas.
Viéndolo en perspectiva, sólo muchos años después tomé conciencia de la trascendencia
de aquella reunión en la Dirección del INIFTA como factor determinante de mi carrera como
investigador y docente, así como del desarrollo de nuevas áreas de investigación en la FIQ.
Tampoco imaginé que, habiéndose realizado en ese 1º Congreso Argentino de Fisicoquímica la
asamblea fundacional de la Asociación Argentina de Investigación Fisicoquímica (AAIFQ), cuyo
promotor, socio Fundador y primer Presidente fue el Dr. Arvia, yo tendría el honor de presidirla
en el bienio 2009-2011.
Ya en el final de nuestra carrera científica creo que,junto con María Rosa, hemos hecho honor a
la confianza depositada en nosotros por el Dr. Arvia para contribuir a promover la Fisicoquímica
y en particular la Electroquímica en Santa Fe.
Resumiendo, a lo largo de los años y fruto de los valores que el Chief nos inculcó, de sus con-
sejos y de su aliento para alcanzar nuestros objetivos, hemos podido realizar aportes al avance
de los conocimientos sobre dispositivos para conversión y almacenamiento de energía, hemos
formado recursos humanos, algunos de los cuales realizan su actividad en el recientemente
creado Instituto de Química Aplicada del Litoral (IQAL, CONICET-UNL), del que tengo el honor
de ser su primer director, mientras que otros continúan su carrera en distintos lugares de Ar-
gentina y el exterior.
Vaya esta reseña breve de nuestra trayectoria científica como humilde despedida de
parte de María Rosa y mía a nuestro mentor científico, quien además nos honró con su
entrañable afecto y a quien agradecemos por transmitirnos entusiasmo y rigor en la bús-
queda del conocimiento.
CÓRDOBA
AJ Arvia: su notable influencia en el desarrollo
científico de Córdoba
Ezequiel Leiva y Vicente Macagno
El impacto de la vasta trayectoria del Prof. Arvía en la comunidad científica de Córdoba se
pueda analizar en varios niveles, que van desde su rol institucional, pasando por su aporte cien-
tífico y llegando al aspecto humano; se puede considerar que todos estos aspectos han sido
igualmente valiosos en la repercusión de su obra en esta comunidad.
Se puede afirmar que hay dos hechos que marcan con meridiana claridad el impacto de Arvía
en el desarrollo de la físico química, y de la electroquímica en particular, en Córdoba. En primer
lugar, a comienzos de la década del 80 desde su posición en el Directorio de CONICET impulsó
la creación, primero como programa y luego como unidad de doble dependencia CONICET-UN
Córdoba, del INFIQC. En segundo lugar, como miembro del Executive Committee de la Inter-
national Society of Electrochemistry, cabe destacar su fuerte impulso para la realización del
Annual Meeting de la sociedad en nuestro país, en 1992. Con un marcado sentido federalista,
nos otorgó la responsabilidad de organizarlo en Córdoba. Por vez primera, el congreso se de-
sarrolló en América Latina.
Sumado a lo anterior, cabe destacar que en su carácter de Director del INIFTA, realizó una
incansable tarea en la organización de Cursos, Conferencias y reuniones científicas, tanto na-
cionales como internacionales-entre ellas la arriba mencionada, a las que los electroquímicos
de Córdoba pudimos asistir. Estos eventos fueron de una gran valía tanto para los investigado-
res formados, permitiéndonos el contacto con personalidades internacionales y la puesta al día
de las últimas novedades en diferentes áreas, como para los investigadores en formación, en
el posgrado y en etapa posdoctoral. Estas contribuciones fueron particularmente valiosas tanto
en épocas más lejanas donde los viajes internacionales no tenían la accesibilidad que tienen
en el presente, como en épocas relativamente más recientes, donde las cíclicas dificultades
económicas para la financiación de actividades científicas pudieron haber hecho mucho más
mella en nuestro trabajo. Otro hecho relacionado con la facilitación de acceso de
nuestros investigadores a diferentes tipos de soportes como becas y ayudas econó-
micas lo tuvo su rol como asesor de la UNESCO y de la OEA, como presidente de la
Sociedad Internacional de Electroquímica y como vicepresidente de la Academia de
Ciencias del Tercer Mundo. Se puede resumir su labor en este ámbito diciendo que
su trabajo como Director del INIFTA hizo de este Instituto el faro que iluminó el camino
de muchos de nuestros investigadoresy, a la vez, un oasis en épocas difíciles.
En lo concerniente a la formación de recursos humanos, quizás el hecho que haya
tenido más relevancia para Córdoba (aunque no fue el único, como veremos después)
fue la dirección de la Tesis Doctoral de la Dra. María Cristina Giordano,nuestra inolvi-
dable Chuchi. Su formación bajo la dirección del Dr. Arvía redundó en un torrente de
investigadores que ella formó, que nombramos acá para que sus discípulosdirectos
(y de allí el resto de sus numerosos descendientes académicos) puedan rastrear su
genealogía académica: Vicente A. Macagno, Teresa B. Iwasita, Leonídes E. Sereno,
Horacio T. Mishima, Carlos P. De Pauli, Beatriz A. López, Roberto Sereno, Velia M.
Solís, Manuel López Teijelo, Alberto S. Gioda, Teresa A. Lorenzola, Ana M. Baruzzi,
Ezequiel P. M. Leiva, Elizabeth Santos, Osvaldo R. Cámara, Patricia I. Ortiz, Roberto M.
Torresi. Este árbol se multiplicó en forma exponencial, al punto que no podemos re-
sumir en un par de páginas todas las derivaciones que tuvo para la electroquímica en
particular y para la fisicoquímica en general los investigadores que de allí emergieron.
Nombraremos solamente algunas áreas representativas que surgieron fuertemen-
te en el medio cordobés sobre los cimientos plantados en este medio por la Dra.
Giordano, con el correspondiente pedido de disculpa por las omisiones involuntarias.
Entre otras tenemos:Electroquímica en solventes no acuosos, Electroquímica de óxi-
dos y de los metales válvula, Electroquímica de las interfaces líquidas, Electroquímica
orgánica, Nanoelectroquímica,Quimica analítica,Quimica inorgánica, Química teórica
y Química computacional. Los especialistas que surgieron en estas áreas no sólo
contribuyeron a la ciencia en la Universidad Nacional de Córdoba, sino también de-
bemos contar algunos que emigraron a otras provincias y otros países, que se han
beneficiado por el aporte de su trabajo.Como se observa, el trabajo que el Prof. Arvía
realizó en la formación de recursos humanos no repercutió solamente en el ámbito
de la Electroquímica cordobesa, sino que se propagó a la Fisicoquímica local y de allí
siguió propagándose a otros lugares.
Finalmente, pero no por ello menos importante, cabe mencionar a todos aquellos que nos
beneficiamos al compartir con el Prof. Arvía un laboratorio o una mesa de discusión, los que
tuvimos el privilegio de acordar y discrepar, como corresponde hacerlo en la ciencia sobre cual-
quier temática. Acá quizás, es donde está la fibra más interesante para los que nos gusta la
labor científica, y que han hecho que el Chief se convierta en nuestro personaje inolvidable. Allí
surgía una catarata de ideas, la conexión entre el experimento y la teoría en formas increíble-
mente sofisticadas. Y todo ello planteado en forma tan simple… Bueno, no era fácil estar en esta
mesa de discusión. O quizás sí. Para dar una idea, es como traer un amigo a jugar un picado
en la cancha del barrio. Pero claro, ocurre que ese amigo se llama Leo o Diego Armando, que
espera lo mejor de nosotros, y nos pide que juguemos y corramos a su par y no le aflojemos
durante 90 minutos….
SANTIAGO DEL ESTERO
Sensei Alejandro Jorge Arvía en la Universidad Nacional
de Santiago del Estero
Beatriz López de Mishima
Conocí al Dr Arvía cuando era estudiante de bioquímica en la década del 60 , en el entonces
Instituto de Ciencias Químicas de la UNC. Era ayudante alumna ad honorem del Departamento
de Fisicoquímica y el Dr Alejandro Arvía daba una conferencia en el aula del segundo piso del
Ala A del Pabellón Argentina de la Ciudad Universitaria( donde teníamos las clases teóricas) .
A mí particularmente me interesaba la Fisicoquímica y además él era un profesor de la Univer-
sidad Nacional de La Plata que visitaba el Instituto. Dió una charla sobre Química Cuántica que
me impactó y me dejó muy impresionada . Posteriormente con el tiempo terminé mi carrera de
grado y comencé a realizar la tesis doctoral con la Dra María Cristina Giordano. Ella había rea-
lizado su doctorado con el Dr Arvía en electroquímica en La Plata y regresó a Córdoba con el
objetivo de formar un grupo de investigación en esa disciplina. Las actividades de ese pequeño
grupo comenzaron con las tesis de Vicente Macagno y Teresa Iwasita. Luego se sumaron las
tesis doctorales de Leonides Sereno, Horacio Mishima, Roberto Sereno, Carlos De Pauli, Oscar
Derosa y la mía.
Posteriormente con mi esposo, el Dr. Mishima, nos trasladamos en 1980 a Santiago del
Estero, a la Universidad Nacional una universidad nueva, pequeña , donde conformamos un
grupo de químicos, fisicoquímicos y comenzamos a formar recursos humanos. Los comienzos
fueron difíciles pero recibimos la ayuda de nuestros colegas de Córdoba , de Buenos Aires
con relación a disponibilidad de equipos, de insumos, de bibliografía. En esos años, la institu-
ción referente en Fisicoquímica era el INIFTA de doble dependencia CONICET-UNLP. En esa
área de la Química, Córdoba estaba en plena etapa de crecimiento y Ciencias Exactas de la
UBA, desde 1983, en reconstrucción . Nuestras relaciones directas eran con la Dra Giordano
que fue nuestra directora de tesis y cuando ella se traslado a La Plata presentamos una be-
caria al CONICET para trabajar en la corrosión y pasivación de electrodos de cinc, con la Dra
Giordano como director de la beca y yo como director de la tesis con inscripción en la Facultad
de Bioquímica, Química y Farmacia de la UNT.
Posteriormente con el Dr Mishima , realizamos pasantías en el INIFTA, en el grupo del Ing.
Vilche utilizando equipamiento que no contábamos en la UNSE. Particularmente trabajé con
Liliana Gassa en experimentos de Espectrocopía de Impedancia Electroquímica analizando el
proceso de reducción de óxidos de manganeso en medio alcalino. Por otra parte, a través de la
biblioteca del INIFTA, teníamos apoyo en la bibliografía que solicitábamos desde Santiago del
Estero. Es decir que nosotros como grupo de trabajo en formación tuvimos relaciones con el
Dr Arvía como director del INIFTA y de los grupos de electroquímica que el dirigía . En el campo
científico éramos una especie de nietos científicos, no por la edad porque éramos bastante
grandecitos.
Nuestras relaciones también se realizaban a través de los congresos de electroquímica
primero y de Fisicoquímica después. El Dr. Arvía era reconocido internacionamente en electro-
química , equivalente a los profesores Bockris , Vetter, Bard , Vieltich, Sato , para citar algunos
de los número uno en Electroquímica. Particularmente Arvía tenía una gran capacidad oratoria
y recuerdo que una vez dió una conferencia sobre las bondades de la voltametría cíclica modu-
lada en un Congreso donde la mayoría eran ingenieros que trabajaban en metalurgia. Era muy
buen expositor, contagiaba a la concurrencia y así como me pasó a mi siendo estudiante con la
Químca Cuántica, pasó con muchos de los asistentes que hacían investigación aplicada!
En realidad mi conocimiento del Dr Arvía, el Chief, fue personal. Hice relaciones mas estrechas
con él cuando comenzó su noviazgo con Cristina Giordano en Córdoba . En ese tiempo yo
viajaba desde Santiago, cada 15 días y cuando estaba él , comíamos en los mejores lugares de
Córdoba y por supuesto con muy buenos vinos. Además me deleitaba con los bombones que
el llevaba de regalo. Cuando se casaron y se instalaron en Villa Elisa también los visitaba y me
quedaba en su casa.
Tuve muchas charlas sobre religión por que el era un hombre con una fe admirable. Me acuer-
do cuando estaba en Japón, país al que me trasladé un mes después que falleciera mi madre,
un día en Semana Santa fui a la iglesia. Estaba sola y extrañaba a mi esposo, a mis hijos y a mi
madre. Me sentí tan bien en esa iglesia nueva, moderna, luminosa, como que pertenecía a ese
lugar. Entonces le escribí una carta a Cristina y Jorge . En respuesta Arvía me escribió, como
el mismo confesó , una carta cura, donde explicaba lo importante que era tener fe, cualquiera
sea la religión que uno profese o ninguna. Esa carta todavía la conservo. Luego cuando volví a
Argentina Cristina Giordano estaba muy enferma y falleció al año siguiente pero tuve oportuni-
dad de estar con ellos en La Plata en su casa de Villa Elisa . A pesar que ella ya no estaba yo lo
seguí visitando en Villa Elisa durante muchos años.
Llegue a quererlo y admirarlo mucho como persona. Como científico él era un número uno
en Electroquímica en el país y en el exterior de eso no había dudas. En una conversación con
Juana Chiesa de la UNRC ella me decía “ fijate como Arvía con su visión formó mucha gente
en fisicoquímica de diferentes universidades que ahora hay Fisicoquímicos por todo el país.
Nosotros los orgánicos no tuvimos esa visión”.
Por supuesto estoy hablando de muchos años atrás. Afortunadamente se ha producido un
gran crecimiento en la actividad científica en las diferentes áreas de la química y disciplinas
relacionadas, como lo demostró el ultimo Congreso de Fisicoquímica y Química Inorgánica or-
ganizado por la UNLP, realizado de manera virtual en abril del 2021. Justamente el fallecimiento
del Dr Arvía, ocurrió durante el desarrollo del Congreso de la AAIFQ que él fundó.
El término japonés sensei se utiliza para designar a un maestro, a un sabio o a una persona
docta. La palabra sensei significa “aquel que nació antes”, ya que el kanji que corresponde al
“sen” significa “antes” y al “sei” expresa “nacimiento”. Según los japoneses tradicionales, se
le denomina así porque la única diferencia que hay entre un alumno y un maestro es que éste
simplemente ha nacido antes, y que posee tanto el conocimiento como la experiencia, y por
eso puede enseñar. Un Sensei enseña y educa. Debe ser de perfil modesto, sencillo, culto,
estoico, austero, ético y justo
Sensei es una persona que infunde y desarrolla confianza, es honesta y transparente, es
ética en todos los sentidos, es un modelo de conducta moral, ética , es cortés y agradecido
por todas las cosas y que es amado por sus alumnos. Tiene también el significado de “Profe-
sor Honorable”; una persona que entrega un conocimiento valorado en su sociedad. Sensei no
significa Dios o “Todopoderoso”, solo es alguien que entrega con dedicación lo que ama hacer.
Todo eso fue el Profesor Arvía por lo que fue un gran Maestro y permanecerá en mis recuer-
dos como Arvía Sensei.
TUCUMÁN
Recordando al Dr. Alejandro Jorge Arvía desde Tucumán
María Eugenia Folquer
¡Qué mejor homenaje al Dr. Alejandro J. Arvía que rememorar todas sus acciones generosas
que dejaron tantos frutos en la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la Universidad
Nacional de Tucumán!
Todo comenzó en el año 1966, cuando ante la inquietud de Celso Martinez, estudiante de la
carrera de Licenciatura en Química, de conocer más el campo de la Electroquímica, fue acon-
sejado por elDr. Miguel Katz para que se contacte a través del Dr. Pedro W. Lobo, amigo per-
sonal del DrArvía, con el grupo de Físicoquímicaque él lideraba en la Universidad Nacional de
La Plata. Una vez graduado el joven licenciado partió en 1969 para realizar su tesis doctoral.
Mientras se encontraba allí llegó Carlos Castellano, también de Tucumán, para realizar sus es-
tudios de posgrado,ambos dirigidos por el Dr. Arvía. Defendieron sus tesis doctorales en la UNT
en 1972 y 1973 respectivamente. Celso Martínez continuó en su cargo docente en la Facultad,
y Carlos Castellano regresó a La Plata para luego integrarse a ALUAR junto a varios investiga-
dores del INIFTA.
Celso Martínez se abocó a organizar (junto con el Dr. Lobo y otros profesores) el nuevo Plan
de Estudios 1970 para la Licenciatura en Química. Una vez aprobado se contrataron a los pri-
meros profesores de Fisicoquímica II y de Electroquímica. El Dr. Arvía dictó las primeras clases
de Termodinámica Estadística en la asignatura Fisicoquímica II. El Dr. Néstor Katz recuerda que
asistió a algunas de ellas como oyente: “Eran ¡fantásticas! Sólo usaba pizarrón y tiza, y ningún
apunte!. Sus explicaciones tenían una profundidad que pocos profesores podían exhibir”.
Walter Triaca y Susana Marchiano dictaron los primeros cursos deElectroquímica. Fue una
excelente oportunidad para participar en uno de ellos. Luego Celso Martínez amplió mis inci-
pientes conocimientos en cinética electroquímica, y ante mi inquietud por realizar un posgrado
me entusiasmó, junto con Carlos Castellano, para que me contactara con el DrArvía (por correo
postal…) para llevarlo a cabo bajo su dirección, en el INIFTA.Por esa época se había firmado un
convenio entre la UNT y la UNLP para facilitar que graduados en la Licenciatura en Química
pudieran realizar sus posgrados en La Plata y luego defendieran sus tesis doctorales en la UNT.
Partí en julio de 1976. Recuerdo que me impactó el edificio del INIFTA; percibí una atmós-
fera especial: se “respiraba” ciencia. El DrArvía interrumpió su trabajo para recibirme con la
calidez y simpatía que lo caracterizaban. Me hizo recorrer el instituto explicándome cada área
de investigación y presentándome a todos los que íbamos encontrando. Luego me ubicó en el
laboratorio con Norma Tacconi y Jorge Zerbino (que estaba escribiendo su tesis doctoral)para
comenzar a entrenarme en técnicas electroquímicas para profundizar en el conocimiento de la
interfaz electrocatalizador/solución, tema de su predilección en ese entonces. Todas las ma-
ñanas llegaba al laboratorio y con un: “¡buen día familia!”, comenzaba a analizar mis resultados
experimentales mientras escuchaba atentamente mis fundamentaciones, alentaba mi juicio
crítico y sugería posibles explicaciones y nuevas medidas a realizar.Tambien se daba su tiempo
para conversar de temas fuera de la ciencia, demostrando poseer una vasta cultura y sólidos
principios éticos que siempre trasmitía.
La parte final de mi tesis la desarrollé en el grupo a cargo del Ing Jorge Vilcheen donde am-
plié mi formación en interfases complejas.
En 1980 regresé a Tucumán (donde defendí la tesis doctoral) trayendo conmigo varios re-
galos: un potenciostato, un generador de funciones de potencial marca “LyP”y un pequeño
registrador Hewlett Packard. Yo era Jefe de Trabajos Prácticos de Fisicoquímica I y en 1981
fuiencargada del dictado de la asignatura Electroquímica. Siempre sentí el apoyo generoso del
Dr. Arvía que no sólo me abrió las puertas del INIFTA para posteriores estadías para el uso de
equipamiento no disponible en Tucumán, sino también las de su casa en Villa Elisa.
Pocos años después fueron a realizar sus tesis doctorales bajo su dirección: Ma. Cristina
Galindo, Beatriz Parajón Costa, Ana Bohé y Silvana Saidman.Cada una tomó luego caminos
diferentes.
En reconocimiento de su generosa entrega en la formación de recursos humanos fue nom-
brado, en 1989, Profesor Honorario de la UNT.
Comenzaron a realizarse trabajos en colaboración con diferentes investigadores del INIFTA:
Jorge Vilche (hasta su fallecimiento en 1997), Liliana Gassa, Silvia Real, Claudio Gervasi, Ro-
berto Salvarezza y Ma. Elena Vela, que se plasmaron en varias tesis doctorales que pudieron
realizarse en gran parte en Tucumán, completándose con equipamiento en el INIFTA: Susana
Ribotta, Patricia Alvarez, a las que siguieron varias más.Se dictaron diferentes cursos de pos-
grado con la participación generosa de la mayoría de los antes mencionados, a los que se
sumó Velia Solís desde Córdoba.
Los temas de interés fueron ampliándose hasta llegar a la Nanociencia y Nanotecnología.
Además se establecieron vínculos de trabajo con la UNSE a través de Beatriz López de Mishi-
ma y Horacio Mishimapara el desarrollo de tesis doctorales de egresados de esa unidad aca-
démica, mediante un convenio entre ambas universidades.
Hoy, ya jubilada, continúan sus líneas de investigación Susana Ribotta, Profesora Titular de
Electroquímica (asignatura incorporada en el Plan de estudios como obligatoria), y Patricia Al-
varezProfesora de Física; cada una dirigiendo trabajos de tesis doctorales, manteniendo activo
el vínculo con el INIFTA.
Celso Martínez, con sus 80 años, lo recuerda por su generosidad desinteresada, su bonho-
mía y su gran capacidad científica.
Todo este camino no hubiera sido posible transitarlo sin la fuerza impulsora inicial del Dr. Ar-
vía. Por todo ello mi humildehomenaje en su memoria y un inmenso ¡GRACIAS!
AAIFQ
Contribución de Arvía a la AAIFQ
Liliana Gassa, Presidenta AAIFQ 2017-2019
Si bien en los años 70 los intereses en Investigación del Dr. Arvía se centraban en la Electro-
química y la Química Superficial,al decir de sus discípulos cercanos, él se sentía “Fisicoquími-
co” que amaba todas las áreas de la disciplina, y la prueba está en que fue durante la Primera
Reunión Latinoamericana de Electroquímica y Corrosión, que organizó en INIFTA en Septiem-
bre 1977, donde comienza a gestar, junto a otros maestros de la Fisicoquímica la creación de
una Asociación que nucleara a los diferentes grupos de trabajo dispersos por todo el país y que
comenzaban a hacerse fuertes en la diferentes áreas temáticas.
Como bien recuerda el Dr. Regazzoni, en su homenaje al Dr. Arvía, en esto se involucraron los
Dres. Aymonino, Macagno, Chessa, Previtali, Sereno, Giordano y tantos otros que fueron maes-
tros de todos los que hoy formamos parte de la AAIFQ.
Fue así, que en setiembre de 1978, durante el Primer Congreso Argentino de Fisicoquímica
,que tuvo lugar en el INIFTA y que fue un homenaje al Prof. Dr. Hans Schumacher, su querido
maestro, se materializó la creación de la Sociedad Argentina de Investigación Fisicoquímica,
con el objetivo, entre otros, de reunir a todos los que realizaban investigaciones originales en el
campo de la Fisicoquímica, para intercambiar conocimientos y organizar reuniones periódicas,
que permitieran la vinculación permanente y fluida de todos sus integrantes.
Fue un gran impulsor de la realización de Congresos bienales en diferentes lugares del país
y sobre todo de la participación,en los mismos, de jóvenes que se iniciaban en la investigación.
Los que éramos becarios en aquellos años, recordamos la “obligatoriedad” de participar. Hoy
seguimos haciéndolo con gusto, con esas mismas ganas que nos fue transmitiendo entonces.
Algunos cambios se produjeron, la Sociedad Argentina de Fisicoquímica se transformó en la
Asociación Argentina de Investigación Fisicoquímica, los Congresos se denominan actualmen-
te Congresos Argentinos de Fisicoquímica y Química Inorgánica, muchas comisiones directi-
vas pasaron, fueron rotándose los lugares donde las mismas funcionaron y los Congresos se
siguieron realizando siempre bajo su mirada atenta y sus acertadas sugerencias y la Fisicoquí-
mica fue creciendo en el país.
Por esas cosas del destino, decidió partir mientras se llevaba a cabo el XXII CAFQI, nueva-
mente en La Plata, y eso permitió que aquellos más jóvenes que no lo conocieron personalmen-
te, pudieran a través de las palabras de los ya mayores, cuánto aportó el Dr. Arvía a la formación
de todos.
Recuerdos de A.J. Arvía
Roberto Fernández Prini
Presidente AAIFQ 1991-1993
Jorge Alejandro Arvía ha sido un muy valioso científico y una persona muy complaciente y
siempre acostumbrado a oír a sus discípulos, sus investigadores y a muchos colegas del país.
Él sembró el país con discípulos que comenzaron su carrera científica en numerosos centros
de investigación Fisicoquímica en el país y también en varios de otros países de Latinoamérica.
Mi impresión se sustenta en la colaboración muy importante con la que apoyó decididamente
el fundamental cambio del DQIAQF y también a la creación del INQUIMAE, ambos en la FCEN-
UBA. Un número de sus colegas e investigadores y colaboradores en INIFTA se pasaron con
su aquiescencia al período inicial de las esas instituciones en FCEN-UBA.Algunos de ellos
quedaros en nuestra facultad y otros regresaron al INIFTA, pero a todos les debemos muchos
de los logros y consejos que recibimos y que después nos ayudaron a destacar por el aporte
que hicieron en la Fisicoquímica nuestros investigadores, mucho de esto de acuerdo con AJA.
J.A. Arvía fue un sembrador de grupos que de él aprendieron, fueron importantes y se con-
virtieron en grupos reconocidos por su ciencia en el país y en el exterior. Hemos perdido a un
gran científico y valioso amigo, pero su paso no será fácilmente olvidado porque su memoria
perdurará en tanto se lo recuerde: su bonhomía, su consejo siempre útil y no conflictivo fue una
condición apreciada por todos los científicos en el área de la Fisicoquímica que no lo olvidare-
mos fácilmente.
Adiós Doc
Alberto E. Regazzoni
Presidente AAIFQ 2013-2015
El Doc (el Prof. Dr. Alejandro Arvía) fue un tipo fantástico, amable, cordial, certero y agudo, con
innumerables virtudes y algunos pocos defectos.
Organizó la Primera Reunión Latinoamericana de Electroquímica y Corrosión en INIFTA en
Septiembre 1977, donde en una reunión (de la que me corrieron por changuito), en la que estu-
vieron presentes Cristina Giordano, Roberto Fernández Prini, Walter Triaca, el YeyeAymonino,
Vicente Macagno, Enrique Baran, NitaChessa, Carlitos De Pauli, Miguel Blesa, J.J. Podestá,
Leónidas Sereno, Lelio Varetti, Carlitos Previtali, Dionisio Posadas, Susana Marchiano, el Negro
Vilche, Alberto Capparelli, Juanjo Cosa, y otros cuyos nombres ya no recuerdo, decidieron fun-
dar la Asociación Argentina de Investigación Fisicoquímica.
Como consecuencia, al año siguiente, también en Septiembre, tuvo lugar, también en INIFTA,
el Primer Congreso Argentino de Fisicoquímica. ¡Qué paradoja que haya decidido irse durante
el XXII Congreso Argentino de Fisicoquímica y Química Inorgánica que hoy se realiza (virtual-
mente) en INIFTA!
Ellos fueron nuestros maestros, nuestros ejemplos, y el Doc supo reunirlos. De una manera
u otra, todos somos discípulos del Doc, y debemos honrarlo brindando nuestra mejor contribu-
ción científica. El Doc fue, es, un ejemplo a seguir. Su labor permanecerá viva en todos nosotros.
Gracias Doc, adiós,