Sicalipsis de Gisela Cappellin

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Gisela Cappellin



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Gisela Cappellin



Vuelve a menudo y tómame
sensación amada vuelve y tómame
cuando despierta la memoria del cuerpo,
y antiguos deseos corren otra vez por la sangre,
cuando los labios y la piel recuerdan,
y se sienten las manos como si tocaran de nuevo,
vuelve a menudo y tómame en la noche,
cuando los labios y la piel recuerdan.

Konstantinos Kaváfis



Para Andrés,
el más amado.



Al escribir
descarno mi alma
el roce áspero oscuro
del grafito
acompaña el trazo que surca
el blanco desnudo e intacto papel
eres el culto sagrado
al que se adhieren mis manos
me he arrastrado
por este laberinto de páginas
con palabras incontables
y tras mi voz te invento
para exhalar mi amor
sin que lo sepas.

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Si he de amarte callada
taciturnos serán mis besos
no habrá de escucharse
ni el latir de mi pecho
porque si me lo pides
el corazón oprimo
dejaré los labios secos
no escucharás mi amor
pero alegraré tu lecho
con el olor de azahares
que destilaré en silencio.

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Mis ojos anegados en llanto
no encontraron una rosa
ni vieron llenarse
sus pétalos de rocío
una extraña melancolía
reconoció tus frugales besos
latiendo aún
en las hojas de mi sangre
y la nada
tras el cristal
me obsequió lágrimas.

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Sin saber he descubierto
mi cuerpo que trasciende
en un grito asfixiado
mis labios tiemblan
por la ambición de caricias
y un río interminable
de añoranza
atraviesa la vigilia silente
al traer
no se de dónde
tu recuerdo.

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Hablaré de amor con sencillez
con la inocencia de la voz interior
la íntima libertad de yacer contigo
y este deseo en secreta gloria
creciendo en el olor personal
en la memoria del tiempo sediento
idéntico a nosotros mismos.

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Ven aquí
entre mis líneas
baña tus sueños
con mis palabras
cobija la fuerza
de mis deseos
para que por tus poros
crucen mis letras
en el sudor de tu piel.

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Te partiré
el cerebro
como una nuez
y nadaré
desnuda
en el espacio
azul
de tu mente
abierta.

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Tu sabor impregnado en el paladar
y en la vasija de mis manos
el recuerdo denso y gustoso
de mi cuerpo macerado
en las fragantes especias
de tu espléndido huerto
maravillosa sensación
eternamente anhelada
al haberla disfrutado
un instante.

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Estas páginas
recogerán el calor
de tus manos
y madreselvas
mis letras abrazarán tu cuello
ante tus labios
se exhibirán mis palabras
recorreré mi quimera
aunque lo niegues
yo permaneceré
en la claridad del último día
y tú en la desolada indiferencia.

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En la oscuridad
en el vacío de mi soledad
invento tu imagen
sorprendo mi carne con tus besos
en el silencio
oigo tus palabras
¿Será la brisa un acento
que afina el recuerdo?
Acaricio mi cuerpo
y siento tu calor
llenando mis venas
al evocar tu esencia.

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Seré el fluido sutil
que traspasa tu piel
imperceptible será mi presencia
en tus noches tranquilas
impregnaré tu casa con mi aura de rosas
no te acuestes amante todavía
le daré una puntada a tu alma
calada en tu trama
acoplada a tus bienes
a deshoras inundaré tu vida
y sólo mi ilusión
rozará tu existencia.

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En la humedad
de la materia incierta
mi lengua muda
redime tu inteligencia
mis muslos sorprendidos
no podrán escapar
de mi imaginación
y con este deseo seré tuya
en la incandescencia
de tus ideas.

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Descubro frente al espejo
el vislumbre de mis prendas
perfumadas las inquietudes
soy la que no se puede prever
he robado al sol
tu antiguo encanto
así lo susurró el reflejo
detrás de esa cajita
hay un dedal
con él te bordaré en mi cuerpo
y danzaré para ti
en el resplandor
de mi fantasía.

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La magia
de tu mansa mano
maleable
hace del meñique un milagro
ese magnífico momento
marca mi memoria
y la mutua manera
de manejarnos
es la meca
el misterio
el manto milenario
un motivo místico
la mudez.

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Te imploro que recojas
la estela de vanidad
que deja para ti
la fragancia
de mis desprendidos sueños
deseas saciarte de mi cuerpo
la gran contemplación
caricia de tu mirada
me lo dice
cuando el cristal de tus ojos
se acopla a mis pupilas
encandiladas por tu prestancia.

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Cíñeme en tus historias
si acaso me recuerdas
no disuelvas en el tiempo
la posible brizna de tu pasión
obsesión de mi cuerpo etéreo
si tu memoria no me resguarda
podría perder la razón
prefiero ser
rosa, pez o papel.

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La irreverencia me perturba
y la meditación que obtengo
es de vaga armonía
perpetuas horas sin sueño
a ritmo de madera
vidrio y luciérnagas
concibo este amor
estático de ojos abiertos
concentrada en los tuyos
enormes lejanos
y en esta cadencia
vacío la carga
y me entrego
a tus besos eternos.

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Minaré el desvelo
de tu intimidad
para tamizar el sueño
en el que jamás se apagan
tu sed y la mía
te ofrezco mi piel
embriagada de deseo
como pago a esta fiesta de amor
tu sonrisa
será mi aliciente.

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Sin importar la distancia
me arrojé a la penumbra
extraviada la vista
la intuición dispuesta
con el cuello atento
al rocío de tu aliento
y las manos reprimidas
por sentirte detrás
surcando mis pasos.

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Me descubro la espalda
para recibir la caricia
de tus manos
deslizándose
por los trastes de mi columna
para interpretar
con mi cintura
el sonido oculto
de nuestros sentimientos
en arpegio
y arrullarte
al acorde profundo
de mi abertura anhelante.

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Proyecto mi figura
en la insondable nostalgia
y persigo tu imagen
sigo tus huellas
destilo el lamer de tu cuerpo
hasta una sed mayor
mas allá mi efigie esbelta
te aborda translúcida
desgastando los labios
que en visiones elucubré.

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