LA CHICA DEL CABELLO PÚRPURA.
Angel Díaz
“No pude entenderte del todo bien y eso era lo que me encantaba de ti, estas en
mi corazón sin razón alguna y permanecerá así por un tiempo indefinido hasta
que mi memoria me traicione y me haga olvidarte, eres lo que siempre voy a
querer. Tu felicidad es el alimento de mi alma, te quiero”
“EL DIA QUE TE CONOCI”
Soy “A”, y aunque todas mis historias son fantásticas e imaginarias, lo que vengo a
contarles ahora es más real que ustedes mismos, en este pequeño libro vengo a plasmar
mis sentimientos, emociones y acciones desde ya hace un tiempo atrás, justo cuando
conocí a esa chica a finales o principios de mayo, las fechas no se me dan, pero los
recuerdos más hermosos los introduciré aquí.
Estaba, como siempre; en las redes sociales, en ese entonces lo más importante para
mi eran mis historias de fantasía y el caerle bien a todo el mundo, sé que está mal, pero,
aun así, a esas fechas ya había perdido el único amor que recibía de otra persona que
no fuera mi mamá, ni mi abuela.
Ella era una chica que conocía con anterioridad, mas sin embargo tanto ella como yo,
formábamos parte de otros corazones que no fueron los nuestros, por lo que sin quererlo
mi atención a ella era completamente nula. Quizás ella jamás ella no sabía de mi
existencia, eso pensaba yo.
Después de algunos meses, me volví a topar a esta chica, pero no en las fotos que a
diario se subían y donde ella estaba feliz de la vida. Encontré su perfil y lo extraño es
que entendía por qué ya no salía en esas fotos que tanto se subían, acababa de terminar
con su novio. Quizás ya tenía tiempo y yo, sin darme cuenta.
Decidí agregarla, y quizás era como yo y lo único que teníamos que hacer era estar
conectado en las redes sociales, así que en poco tiempo su confirmación me llego. Eso
me altero un poco, hasta llegue a pensar que me reclamaría algo, pero... ¿qué tendría
que reclamarme? ¡Yo no hice nada! Así que me calme y le envié uno de esos saludos,
ojalá no la esté cagando al hacer esto.
Siempre envió un saludo antes de enviar un "hola", es como una estrategia, si me
contesta el saludo quiere decir que es capaz de contestar un simple "hola", cosas de
tontos, no me hagan caso. A los minutos ya había enviado mi primer "hola" de la
semana, al parecer ella si sabía de mí y al mismo y en tampoco tiempo ya me agradaba,
espero que yo a ella también.
Hablamos casi la mitad del día, introduje en nuestra conversación mi famoso juego de
las preguntas, cada quien hace una pregunta en un turno, era para conocernos mejor,
y en verdad teníamos algunas cosas en común, excepto que ella tomaba, eso no me
agrado mucho pero no era tan frecuente con ese habito y lo olvidaba por completo.
Estaba seguro que tenía a una futura gran amistad enfrente, aunque me ponía a dudar
en ocasiones, ya que su forma de hablarme era algo sobria y seca, algo propio de una
persona fría, ojalá y sea solo una superstición y no la realidad en mi cara. Me caía supe
bien, y mi cariño por ella apenas empezaba a salir a flote poco a poco.
“NACIMIENTO DE DOS”
Habían pasado algunos días, conocí más de esta chica, estaba bonita y no tenía idea
porque me lo repetía a cada rato, sé que no me gusta ni me atrae, pero me trae recuerdos
de mi otra vida que simplemente no puedo sacar de mi cabeza.
Hablando de vidas pasadas, tanto ella como yo empezábamos una nueva vida, algo así
como un nacimiento. Estábamos aprendiendo de nosotros mismos, analizando nuestros
defectos y cualidades y también lo que queríamos para nosotros ahora que éramos un
alma libre y sin lazos de amor.
Ella consiguió un trabajo, el lugar ya lo conocía, pero lo tomaba como algo sin
importancia, hasta que ella me contó que atendía aquel lugar lleno de niños, luces y
sonidos de juegos de vídeo, mesas de billar y máquinas de arcade, tal vez ya le tomaría
importancia a ese establecimiento desde ahora.
Su cabello igual fue cambiado, ahora tenía una tonalidad purpura brillante que me
hacía no quitarle los ojos de encima. Unos piercings en la nariz completaban su cambio
físico en su nueva libre vida. Se veía bien, y aunque robaba las miradas de las personas
yo sabía que la mía era la única que no la juzgaba de pies a cabeza.
Fui a visitarla un par de días, no difería en nada su apariencia en línea a la real, mi
imagen de ella seguía impecable y espero no empezar a decir estupideces enfrente de
ella que me hagan ponerme en ridículo, eso hablaría mal de mí, ¿no? Nunca terminas
de conocer a una persona y creo que a ella jamás la conoceré en un cien por ciento aun
pasen los años, es tan complicada y eso es lo que me hace prestarle más atención a sus
gestos, movimientos y forma de actuar ante los demás.
Iría a visitarla un par de días más, bueno, a menos que ella acepte y me lo pida. Aunque
quizás sea de esas chicas que no hablan con alguien a menos que uno no les hable. Sí,
creo que ella es así y ahora que lo pienso, jamás he intentado que me hable por si sola.
En fin, yo también empecé una vida algo distinta, no tan variada y fue por eso que decidí
comenzar a caerle bien a todo mundo, mi carisma es algo extraño y confuso, pero estaba
dispuesto a pelear con mi yo interior por tan solo tener relaciones sólidas y buenas.
“FELICIDAD IMPROPIA”
Nuestra amistad comenzaba a ser mucho más sólida, yo diría que, hablando de
porcentajes, nuestra relación iba en un casi cincuenta por ciento, ella lo negaba cuando
le preguntaba, pero yo sé que solo era de broma, ¿o quizás no? Bueno, yo me sentía
bien con ella y lo demás no importaba.
Sabia un poco más de su vida, ya la entendía mejor y al mismo tiempo si me ponía a
pensar, su manera de tratar a los demás era realmente...extraña, me gustaba. ¿Que
acabo de decir? De seguro solo son sentimientos encontrados.
Me gustaba verla reír, no sé por qué, pero, aunque yo no lo era del todo, el hacerla feliz
era el único motivo por el cual iba a verla, hacía de todo por sacarle una sonrisa, ver
sus brillantes dientes, labios extendidos y rosados y ojos rasgados con expresión que
me hacía recordar mi vida pasada.
No espero nada a cambio, o si, lo único que quiero es que esto dure, esta sensación de
cariño mutuo que estamos despertando me gusta y no quisiera que por alguna cosa
terminara de la nada, tendría que volver a empezar de cero y eso es demasiado para
mí.
Su sonrisa me reconfortaba en tiempos difíciles para mí, días donde había problemas y
donde no sabía qué hacer con mi vida, donde estaba confundido o tenia mis tontos
problemas existenciales. De poco a poco comenzaba a notar cada detalle de su cuerpo,
de su persona y de todo lo que la rodeaba. Quería pasar más tiempo con esta chica,
tuviera lo que tuviera que hacer, haría lo necesario por estar junto a ella, verla feliz y yo
mismo, sentirme feliz.
“MAS QUE AMIGOS”
Era definitivo, hacia todo lo que ella me pedía, me sentía como un tonto, pero su carita,
su carita me hacía olvidar de todo lo que me hacía pensar en mí mismo. Tenía ganas de
contarle que sentía algo de atracción por ella, pero sabía que tenía otros planes con
otras personas, así que descarte la idea, aun así, mis sentimientos prevalecieron.
Me sentía furioso cuando alguien más la veía, tenía ganas de gritar cada vez que alguien
le hablaba, cada vez que alguien la hacía sonreír, cada vez que no estaba conmigo. Me
sentía pésimo, su felicidad era importante para mí, y es por eso que me mantenía a
raya. Esto ya es más malo cada vez, quizás me estoy enamorando y quizás esta atracción
sea realmente un gusto oculto dentro de mí.
Este sentimiento no era mutuo, o al menos no por completo, de su lado, el amor que
recibía era cariño amistoso y por mi lado, era amor reconfortante y cálido. No me
importaba nada, ¿por qué me gustaba tanto si su forma de tratarme era tan diferente
de la mía? No sé si debía averiguar por qué me gustaba o simplemente dejarlo a Dios y
dejar que me dé o quite la poca suerte que tengo conmigo.
No espero estar con ella lo más pronto posible, aún hay ocasiones en las que dudo si
estoy listo de una nueva relación o un amor nuevo. Quizás ella tampoco lo este, aun
así, creo que sería imposible que alguien como yo...bueno, ustedes ya saben.
“CONFUSION Y SECRETO”
Bien, estos últimos días he estado confundido, ciertamente no sé qué hacer con mi vida,
mucho menos con esta chica tan...especial. No sé si pueda estar con ella, no sé si pueda
lograr algo, no sé si quiera realmente estar con alguien a quien quizás me mira con ojos
de indiferencia. No quiero estar solo por siempre, pero tampoco agarrare lo primero que
se me presente. Sé que ella es una buena opción, quizás la única, tengo un buen "click"
con ella y por nada del mundo quisiera desconectarme de su mundo de nuevo, ya ha
pasado algunas veces y para nada me he sentido bien.
Sé que, si le confieso abiertamente lo que siento por ella, nuestra buena relación podría
disminuir un poco, sé que ella sabe lo que siento, pero, aun así, si se lo hago saber de
frente, algo bueno no podría salir de ello. No quiero que nada de esto termine, hay días
en los que realmente siento que no avanzo nada, pero... ¿acaso quiero avanzar? siento
que si quisiera algo de verdad me esforzaría lo suficiente, pero como ya lo dije antes, no
puedo hacer nada con alguien cuyos planes no son precisamente meterme en su vida
amorosa, no por el momento.
Hace algunos días, exactamente un día antes de mi cumpleaños, me paso algo que
jamás pensé que podría pasarme, me dejo muchas dudas, pero por algún motivo jamás
podría decírselas, sé que tal vez no fue con sentimiento lo que paso, solo mírenme, no
soy alguien atractivo, porque a alguien no atractivo le pasaría algo así con una chica
tan hermosa como ella. Fue un día que estaba en su trabajo, le había ayudado con su
tarea todo el día y ya era hora de regresar a casa, y en el transcurso del día se habían
presentado algunas situaciones, como siempre, me hablaba de un chico, eso me ponía
mal, pero solo fue un rato, no era para tanto.
En fin, al momento de despedirme, ella se me acerco muy suave, volteo mi rostro y me
sorprendió con un beso en los labios, eso fue tan lindo y suave, pensé en no alterarme
y en guardar la calma, yo solo le respondí con un guiño de ojos y me di la vuelta para
salir feliz del centro comercial. Llegue a pensar por un momento en que tal vez, si tenía
una oportunidad con esta chica, que formaba parte de su corazón y que quizás mi
esfuerzo había rendido los frutos suficientes para cambiar su vida.
Pero, al final del día, siempre que te pones a pensar un buen rato, te das cuenta de que
lo que crees real solo termina siendo un sueño más que quieres cumplir, un sueño que
sería bueno lograr y que quizás solo sería eso por el resto de tu patética vida, un gran
sueño con la chica de cabello purpura.