The words you are searching are inside this book. To get more targeted content, please make full-text search by clicking here.

Spanish Study Guide for Malachi Sermon Series at Christ Fellowship.

Discover the best professional documents and content resources in AnyFlip Document Base.
Search
Published by jwilliams, 2017-11-02 03:14:21

Malaquías Semanas 1-3 (SP)

Spanish Study Guide for Malachi Sermon Series at Christ Fellowship.

Keywords: Study Guide

GUÍA DE ESTUDIO

A STUDY OF EPHESIANS

Derechos de Autor © 2017 Christ Fellowship, McKinney, Texas 75070.
Publicado en inglés bajo el titulo:
The Last Word
Por Christ Fellowship
© 2017 McKinney, Texas 75070

Todos los derechos reservados. Impreso en los Estados Unidos de América. Ninguna parte de esta
publicación, incluido el diseño de la portada, puede ser reproducida, almacenada o transmitida en manera
alguna ni por ningún medio, sin el previo permiso escrito del editor.
www.christfellowshiphome.com
Escrituras tomadas de la Santa Biblia, NUEVA VERSIÓN INTERNACIONAL®. Copyright © 1973,
1978, 1984, 2010 Por: Bíblica, Inc. Todos los derechos reservados. Uso autorizado. NUEVA VERSIÓN
INTERNACIONAL ® y NVI® han sido marcas registradas por Bíblica, Inc. El uso de esta versión requiere
permiso de Bíblica US, Inc.

Nuestro Equipo de Guías de Estudio

Lisa K. Scheffler – Autora
Don Closson – Editor General
Mariana Funetes -Traductora
Sara Peña-Traductora
Andreina Fernandez -Traductora
Lizbeth Cortes -Editora
Lilia Santafe - Editora

¿Preguntas? ¿Comentarios?

Si el uso de esta guía te lleva a tener preguntas acerca de la Biblia o teología, envíanos un e-mail a:
[email protected]
Todo comentario es bienvenido. Contestaremos tus preguntas tan pronto nuestra carga de trabajo nos lo
permita.

1

La última Palabra:

Un estudio del Libro de
Malaquías

Lisa Scheffler, autor

Imagine una enorme conferencia de prensa cósmica con Dios en el centro del podio. En sus palabras de
apertura, ¿qué diría sobre el estado de la humanidad? Si Dios tomara preguntas, ¿qué gritaría la multitud?  

El libro de Malaquías nos permite ser testigos de tal diálogo entre Dios y la nación de Israel. El libro registra
seis disputas en las que Dios hace una declaración o hace una pregunta a su pueblo escogido. Cada vez la
gente responde con una pregunta o desacuerdo. Dios responde y da su última palabra.

Aunque Malaquías registra una conversación que tuvo lugar hace más de 2400 años, son temas de problemas
que tenemos hoy. Las preguntas gritadas a Dios son de una época diferente, pero su tono y sustancia son
familiares. ¿Cómo ha demostrado Dios su amor? ¿Dónde está el Dios de la justicia? ¿Por qué Dios parece
distante? Aquí, al final del Antiguo Testamento, el pueblo de Dios está dudando de su amor, cuestionando su
bondad y haciendo excusas por su deslealtad, pero Dios obtiene la última palabra.

En nuestro estudio de Malaquías, cada uno de nosotros será desafiado a evaluar nuestra propia fidelidad
a Dios. ¿Qué tan profunda es nuestra lealtad hacia El? ¿Cómo demostramos nuestra lealtad? Se refleja en
nuestra adoración? La manera de gastar nuestro dinero? En nuestras relaciones con los demás?

Cuando gritamos preguntas a Dios, es mejor que estemos preparados para las respuestas.

Aunque Malaquías de seguro nos pisará los dedos de los pies, no es un mensaje sin esperanza y seguridad.
Porque mientras que la palabra de Dios nos desafía y acusa, tambien nos consuela y tranquiliza. El fiel amor
y misericordia de Dios dura – antes, hoy y para siempre.

No es lo que esperaban

Para obtener el máximo provecho de nuestro estudio de Malaquías, necesitamos saber algo del contexto
histórico. Malaquías es el último libro en el Antiguo Testamento y fue escrito después de que los israelitas
regresaran de su exilio en Babilonia. Después de repetidas advertencias a través de los profetas que su
desobediencia y la falta de culto fiel los llevaría a la ruina, Dios permitió a invasores extranjeros a derrotar
a Israel y llevar a sus habitantes al exilio. Sin embargo, tal como lo había prometido, Dios llevó a la gente
de regreso a la tierra prometida. Jerusalén fue repoblada, el templo reconstruido y la adoración restablecida.
Todo debería haber estado bien, pero no lo fue.

Después de su regreso de Babilonia, los israelitas tenían grandes esperanzas para su futuro. Anticiparon el
cumplimiento de las antiguas profecías que predicen la paz y la prosperidad bajo un Mesías prometido. En el

2

tiempo en que Malaquías fue escrito, décadas habían transcurrido desde el regreso a Jerusalén y el entusiasmo
inicial alimentado por un redescubrimiento de Dios y su promesa habían disminuido. La relación de Israel
con Dios reflejó esta falta de compromiso apasionado. Pero fue a Dios al que culparon por sus circunstancias.
Israel todavía estaba gobernado por un gobierno extranjero, y nada de la prosperidad, poder o prestigio de
“la era dorada” habían regresado a la nación. Aunque los rituales y sacrificios prescritos por la Torá se estában
llevando a cabo, no había habido ninguna indicación de que la presencia de Dios había regresado al templo.
Las cosas no habían salido como la gente lo esperaba.
Lo que los israelitas descubrirían a través del profeta Malaquías es que Dios fue, es y será fiel a sus promesas.
Fué la gente quién había permitido la corrupción y el pecado de manchar su relación con él. Al final del
libro, Dios está señalando a su pueblo a su restauración final. Ahora sabemos que todas las promesas de Dios
se cumplirían en Jesucristo.

3

Amor y honor

Semana 1 | Malaquías 1: 1-2: 9

Lisa Scheffler, autor

Han habido muchas veces en que veo el paisaje de mi vida y no me gusta la vista porque no es tan pinturesca
como yo lo anticipe . Hay muchos obstáculos - a menudo en forma de circunstancias difíciles y relaciones
– que bloquearon la vista que anhelaba. Por lo tanto, a quién le eché la culpa de esta paisaje poco atractivo?
varió. Pero te puedo decir que la última persona a quien culpé fué a mi.

Los antiguos israelitas que vivieron en el momento de Malaquías experimentaron una desconexión similar
entre sus expectativas y su realidad. Les hizo dudar de Yahweh, el nombre personal de Dios que habían
recibido cientos de años antes. El libro de Malaquías comienza con la gente señalando con el dedo a Dios y
cuestionando su amor. Como veremos, el señala con el dedo hacia ellos, e insiste en que tomen una mirada a
sí mismos.

Día 1 | Lee y reacciona

Como se mencionó en la introducción, Malaquías esta organizado como una serie de disputas. Dios hace
una reclamación o hace una pregunta, la gente da una respuesta, y entonces Dios tiene la última palabra. Esta
semana comenzaremos con las dos primeras disputas. La primera comienza en el versículo 2 y el segundo
en el verso 6. Vamos a estar prestando mucha atención a las preguntas que Dios hace y las preguntas que la
gente hace en respuesta. Tal vez quieras resaltar todos los signos de interrogación mientras lees nuestro pasaje
central para la semana siguiente. Ve si se puedes determinar por qué Dios se siente frustrado y decepcionado
con los israelitas.

Mientras lees, has una lista de las preguntas que tengas. Malaquías fue escrito en un tiempo y lugar tan
diferente que el nuestro que tomará algo de trabajo para entenderlo. Espero que tus preguntas sean
respondidas a través de nuestro estudio esta semana.

Malaquías 1: 1-2: 9

1 Esta profecía es la palabra del Señor dirigida a Israel por medio de Malaquías.[a]
2 «Yo los he amado», dice el Señor.
«“¿Y cómo nos has amado?”, replican ustedes.
»¿No era Esaú hermano de Jacob? Sin embargo, amé a Jacob 3 pero aborrecí a Esaú, y convertí sus
montañas en desolación y entregué su heredad a los chacales del desierto».
4 Edom dice: «Aunque nos han hecho pedazos, reconstruiremos sobre las ruinas». Pero
el Señor Todopoderoso dice: «Ustedes podrán reconstruir, pero yo derribaré. Serán llamados territorio
malvado, pueblo contra el cual siempre estará indignado el Señor. 5 Ustedes lo verán con sus propios

4

ojos y dirán: “¡Se ha engrandecido el Señor aun más allá de las fronteras[b] de Israel!”
6 »El hijo honra a su padre y el siervo a su señor. Ahora bien, si soy padre, ¿dónde está el honor que
merezco? Y, si soy señor, ¿dónde está el respeto que se me debe? Yo, el Señor Todopoderoso, les pregunto
a ustedes, sacerdotes que desprecian mi nombre.
»Y encima preguntan: “¿En qué hemos despreciado tu nombre?”
7 »Pues en que ustedes traen a mi altar alimento mancillado.
»Y todavía preguntan: “¿En qué te hemos mancillado?”
»Pues en que tienen la mesa del Señor como algo despreciable. 8 Ustedes traen animales ciegos para
el sacrificio, y piensan que no tiene nada de malo; sacrifican animales cojos o enfermos, y piensan
que no tiene nada de malo. ¿Por qué no tratan de ofrecérselos a su gobernante? ¿Creen que estaría él
contento con ustedes? ¿Se ganarían su favor? —dice el Señor Todopoderoso—.
9 »Ahora pues, traten de apaciguar a Dios para que se apiade de nosotros. ¿Creen que con esta clase
de ofrendas se van a ganar su favor? —dice el SeñorTodopoderoso—. 10 ¡Cómo quisiera que alguno
de ustedes clausurara el templo, para que no encendieran en vano el fuego de mi altar! No estoy nada
contento con ustedes —dice el Señor Todopoderoso—, y no voy a aceptar ni una sola ofrenda de sus
manos. 11 Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones.
En todo lugar se ofrece incienso y ofrendas puras a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las
naciones —dice el Señor Todopoderoso—. 12 Pero ustedes lo profanan cuando dicen que la mesa del
Señor está mancillada y que su alimento es despreciable. 13 Y exclaman: “¡Qué hastío!” Y me tratan
con desdén —dice el Señor Todopoderoso—. ¿Y creen que voy a aceptar de sus manos los animales
lesionados, cojos o enfermos que ustedes me traen como sacrificio? —dice el Señor—.
14 »¡Maldito sea el tramposo que, teniendo un macho aceptable en su rebaño, se lo dedica al Señor
y luego le ofrece un animal mutilado! Porque yo soy el gran rey —dice el Señor Todopoderoso—, y
temido es mi nombre entre las naciones.

Ahora, pues, este mandato es para ustedes, los sacerdotes. 2 Si no me hacen caso ni se deciden a honrar
mi nombre —dice el Señor Todopoderoso—, les enviaré una maldición, y maldeciré sus bendiciones.
Ya las he maldecido, porque ustedes no se han decidido a honrarme.
3 »Por esto, voy a reprender a sus descendientes. Les arrojaré a la cara los desperdicios de los sacrificios
de sus fiestas, y los barreré junto con ellos. 4 Entonces sabrán que les he dado este mandato, a fin de
que continúe mi pacto con Leví —dice el Señor Todopoderoso—. 5 Mi pacto con él era de vida y paz,
y se las di; era también de temor, y él me temió, y mostró ante mí profunda reverencia. 6 En su boca
había instrucción fidedigna; en sus labios no se encontraba perversidad. En paz y rectitud caminó
conmigo, y apartó del pecado a muchos.
7 »Los labios de un sacerdote atesoran sabiduría, y de su boca los hombres buscan instrucción,
porque es mensajero del Señor Todopoderoso. 8 Pero ustedes se han desviado del camino y mediante
su instrucción han hecho tropezar a muchos; ustedes han arruinado el pacto con Leví —dice
el Señor Todopoderoso—. 9 Por mi parte, yo he hecho que ustedes sean despreciables y viles ante todo
el pueblo, porque no han guardado mis caminos, sino que han mostrado parcialidad en cuestiones de
la ley».

Mira el capítulo 1, versículo 2. ¿Qué le pregunta Dios a las personas? ¿Cómo le
responden a cambio?

5

Mira los versos capítulo 1, versos 6-8. ¿Sobre que es esta disputa?
¿A quién se le da una advertencia especial al comienzo del capítulo 2?
Mira otra vez el pasaje y busca las palabras honor, respeto y desprecio. ¿Qué
significa mostrarle honor o respeto a alguien? ¿Y el desprecio?
Si tuvieras que resumirlo en una sola oración, ¿qué razón darías por la ira de
Dios hacia la gente?
¿Qué preguntas tiene sobre el pasaje?

6

Día 2 | Demuéstrame amor

¿Cómo sabes que alguien te ama? ¿Qué podría hacerte dudar de su amor?

Todos tenemos expectativas cuando se trata de lo que significa el amor en una relación. Por ejemplo, los
niños pueden comparar el amor de mamá y papá diciendo “sí” a todas sus demandas, pero sabemos que
complaciendo todos los deseos de tu hijo no es amor. Los consejeros matrimoniales ven desconección todo
el tiempo entre la forma en que un conyuge demuestra el amor y cómo el otro cónyuge lo recibe. Uno de los
cónyuges puede ver una nueva podadora como un regalo de amor, pero el otro puede percibirlo como una
acusación pasiva / agresiva sobre el estado del césped. Nuestras expectativas a menudo dictan si nos sentimos
o no nos sientimos queridos incluso cuando somos amados. Por lo tanto, ¿qué pasa con nuestras expectativas
cuando se trata de Dios? ¿Qué esperamos de un Dios que dice que nos ama?

Como se mencionó en la introducción, Malaquías se organiza en torno a una serie de disputas en las que
Dios hace una declaración o hace una pregunta, la gente responde y Dios obtiene la palabra final. Hoy vamos
a considerar la primera diferencia entre Dios y su pueblo escogido. En sus ojos, Dios no les ha mostrado el
amor. Su defensa te puede sorprender.

Una relación de pacto

Para entender Malaquías, es útil recordar que la relación de Jehová con Israel se basa en la alianza a la que se
destinó a sí mismo. Siglos antes de la hora de este profeta, el Señor hizo un pacto eterno con su antepasado,
Abraham. El prometió que a los descendientes de Abraham se les daría una tierra propia, que serían tan
numerosos como las estrellas del cielo, y a través de ellos serían bendecidas las naciones. Él sería su Dios, y
ellos serían su pueblo.

Más tarde, a través de Moisés, Dios dio su ley para guiar el comportamiento de Israel como nación. La ley
les enseñó a acercarse a Dios y lo que se requiere de ellos como su pueblo elegido. El precepto de primera
importancia a Dios era que él pueblo debe ser fiel solo a Jehová : “No tendrán dioses ajenos delante de mi”
(Éxodo 20: 3). Jehova lo dejó muy claro: : si Israel seguía su ley, serían bendecidos. Si no lo hacían, sufrirían
las consecuencias. Dios se mantuvo fiel a su palabra, pero los hijos de Israel no.

Durante un encuentro con Moisés, Dios se describe a sí mismo: “El Señor, el Señor, Dios clemente y
compasivo, lento para la ira y grande en amor y fidelidad, 7 que mantiene su amor hasta mil generaciones
después, y que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado; pero que no deja sin castigo al culpable,”
(Éxodo 34: 6-7a). Esta descripción es útil para nuestra comprensión de todos los escritos de los profetas,
incluyendo a Malaquías. Dios es infinitamente fiel y amoroso. También es justo. A lo largo de nuestro
estudio vamos a ver esas cualidades.

Vamos a considerar cómo se relaciona el pacto fiel de Dios a la disputa que abre Malaquías.

Malaquías 1:1-5

Esta profecía es la palabra del Señor dirigida a Israel por medio de Malaquías.
2 «Yo los he amado», dice el Señor.
«“¿Y cómo nos has amado?”, replican ustedes.

7

»¿No era Esaú hermano de Jacob? Sin embargo, amé a Jacob 3 pero aborrecí a Esaú, y convertí sus
montañas en desolación y entregué su heredad a los chacales del desierto».
4 Edom dice: «Aunque nos han hecho pedazos, reconstruiremos sobre las ruinas».
Pero el Señor Todopoderoso dice: «Ustedes podrán reconstruir, pero yo derribaré. Serán llamados territorio
malvado, pueblo contra el cual siempre estará indignado el Señor. 5 Ustedes lo verán con sus propios ojos y dirán:
“¡Se ha engrandecido el Señor aun más allá de las fronteras de Israel!”

¿Qué le sorprende acerca de cómo Dios responde a la pregunta “¿Y cómo nos

ha amado»?

Yo los he amado

“Yo los he amado”, dice el Señor. “Y cómo nos has amado?” replican ustedes’” En la primera controversia en
Malaquías, Dios insiste que ama a su pueblo, pero ellos responden: “¿Cómo nos has amado?” Piensa en todas
las maneras que Dios pudo haber respondido a esa pregunta. Él había sacado a su pueblo de la esclavitud de
Egipto y los había llevado a la tierra prometida. Les dio una prosperidad sin precedentes bajo el rey David.
Él los perdonó una y otra vez a pesar de su idolatría y desobediencia. Pero eso no es lo que Dios eligió
mencionar. En su lugar, pone como prueba de su amor la sencilla, pero profunda verdad que El los eligió. Su
pacto es con los descendientes de un linaje específico.

El pacto inicial de Dios fue con Abraham. Aunque Abraham y su esposa eran de edad avanzada y nunca
había sido capaces de concebir un niño, Dios les dio un hijo, Isaac. Isaac tuvo dos hijos, Esaú y Jacob.
Aunque Esau era el mayor, era Jacob (quien más tarde Dios llamó Israel) quien recibió la herencia del
primogénito. Si conoces la historia, sabes que Jacob recibió estas bendiciones engañando a su padre. Y a pesar
de que sufrió por su traición de múltiples maneras, Dios fue fiel a su pacto con Abraham y creó la nación
de la línea de Jacob. Las personas que ahora se quejan de la falta de amor de Dios no lograban apreciar su
estatus especial como pueblo de Dios - elegido no porque fueran dignos, sino porque Dios era fiel a sus
promesas del pacto.

He amado a Jacob, pero aborrecido a Esaú . Dios hizo su elección dando privilegio especial a Israel, pero los
descendientes de Esaú fueron los responsables de su propia destrucción. La nación que vino de la línea de
Esaú fue Edom, un pueblo conocido por su orgullo, traición, violencia y codicia. Edom había cooperado
con los babilonios en la conquista de Israel. En el momento de Malaquías, ellos habían sido despojadas por
otras tribus y sus ciudades estaban en ruinas. Dios promete que no reconstruirán. “Aquí el odio de Dios
involucra su determinada respuesta de la oposición a la maldad de Edom, lo que resulta en su destrucción. “
Dios es compasivo. Dios también es justo.

Usted lo verá con sus propios ojos y dirá: ‘Grande es el Señor, incluso más allá de las fronteras de Israel!’ Dios da su
palabra final de esta disputa al insistir en que si ven más allá de sus propios conflictos y problemas internos,
reconocerían la cantidad de gracia que les ha mostrado.

8

El dominio del Señor no está restringido a Israel, dice Malaquías con ironía. Si Israel fuera más afuera, se
acercaría más al conocimiento del amor de Dios y vería, en contraste con las experiencias de otras naciones,
cuán maravillosamente Dios había tratado con ella. Cuando el receptor del amor de Dios no pudo ver que
Dios la amaba, había poca esperanza de que diera algún testimonio a las naciones (Génesis 28:14).
Podemos ser culpable de la misma clase de miopía centrándonos únicamente en nosotros mismos y las
dificultades que enfrentamos. Cuando lo hacemos, no sólo ignoramos la evidencia del amor de Dios por
nosotros, sino que podemos dejar de demostrar el amor de Dios a los demás.
¿Hay veces que cuestionas el amor de Dios por ti? Si es así, ¿qué desencadena
esos pensamientos y sentimientos?

En épocas y estaciones en las que nos preguntamos “¿cómo nos has amado?”, debemos mirar a la cruz y
recordar el sacrificio que Jesús hizo por nosotros. Al igual que los israelitas, también podemos recordar
a nosotros mismos que Dios nos escogió. Aunque en la intersección de la soberanía de Dios y la acción
humana se encuentra un misterio profundo que no vamos a revelar aquí, la Biblia nos enseña que todo
aquel que pone su fe en Cristo es elegido por Dios. En Efesios Pablo exclama: “ Alabado sea Dios, Padre
de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido en las regiones celestiales con toda bendición espiritual
en Cristo. 4 Dios nos escogió en él antes de la creación del mundo, para que seamos santos y sin mancha
delante de él” (Efesios 1: 3-4). Vamos a confiar en que Dios es fiel a sus promesas cuando mantenemos
nuestros ojos en él.

9

Día 3 | Muestra algo de respeto

Imagine que es invitado a una fiesta de cumpleaños organizada por el esposo de una amiga. Al entrar en la
casa no puede dejar de notar que si bien es una fiesta de cumpleaños en Junio, hay unas pocas decoraciones
de Navidad esparcidos alrededor. En vez de cocinar o que tengan el evento con servicio de comida, el marido
está sirviendo sobras de comida china fría que tiene olor como si fuera de la semana pasada. En lugar de
hacer o comprar un pastel de cumpleaños, él evidentemente, ha agarrado una vela del centro de mesa y
la metió en un paquete de pan de la despensa. Después del que el pastel” se ha sacado, observas como su
marido saca una bolsa de plástico con un “regalo” adentro. Es una playera que vino de su armario; usted la ha
visto usar muchas veces.

Es sin duda, la fiesta de cumpleaños más incómoda que jamás haya asistido, escuchas por casualidad al
marido preguntar a su esposa si ella lo disfrutó. Ella no dice nada, pero se puede ver claramente el dolor,
la ira y la vergüenza en sus ojos. El marido actúa sorprendido y ofendido. No acaba de hacerle una fiesta?
“Seguro” ella responde, “Pero no pusiste mucho esfuerzo. ¿Para qué te molestaste? “

“Porque sabía que te enojarías si no lo hacía”, el responde con un encogimiento de hombros, “Me sentí
obligado. “

Después de ser testigo de todo esto, ¿qué dirías sobre el estado de este matrimonio? ¿Este marido ama, honra
o respeta a su esposa?

En el pasaje de hoy del libro de Malaquías, veremos que los israelitas no estaban mostrando el amor, el
honor o respeto a Dios a través de sus ofertas. En este intercambio, Dios abarca a la gente en general y a los
sacerdotes, en particular a los que muestran desprecio. Hoy nos centraremos en la primera mitad de esta
disputa.

Malaquías 1: 6-14

6 »El hijo honra a su padre y el siervo a su señor. Ahora bien, si soy padre, ¿dónde está el honor que
merezco? Y, si soy señor, ¿dónde está el respeto que se me debe? Yo, el Señor Todopoderoso, les pregunto
a ustedes, sacerdotes que desprecian mi nombre.
»Y encima preguntan: “¿En qué hemos despreciado tu nombre?”
7 »Pues en que ustedes traen a mi altar alimento mancillado.
»Y todavía preguntan: “¿En qué te hemos mancillado?”
»Pues en que tienen la mesa del Señor como algo despreciable. 8 Ustedes traen animales ciegos para
el sacrificio, y piensan que no tiene nada de malo; sacrifican animales cojos o enfermos, y piensan
que no tiene nada de malo. ¿Por qué no tratan de ofrecérselos a su gobernante? ¿Creen que estaría él
contento con ustedes? ¿Se ganarían su favor? —dice el Señor Todopoderoso—.
9 »Ahora pues, traten de apaciguar a Dios para que se apiade de nosotros. ¿Creen que con esta clase
de ofrendas se van a ganar su favor? —dice el SeñorTodopoderoso—. 10 ¡Cómo quisiera que alguno
de ustedes clausurara el templo, para que no encendieran en vano el fuego de mi altar! No estoy nada
contento con ustedes —dice el Señor Todopoderoso—, y no voy a aceptar ni una sola ofrenda de sus
manos. 11 Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones.
En todo lugar se ofrece incienso y ofrendas puras a mi nombre, porque grande es mi nombre entre las
naciones —dice el Señor Todopoderoso—. 12 Pero ustedes lo profanan cuando dicen que la mesa del
Señor está mancillada y que su alimento es despreciable. 13 Y exclaman: “¡Qué hastío!” Y me tratan

10

con desdén —dice el Señor Todopoderoso—. ¿Y creen que voy a aceptar de sus manos los animales
lesionados, cojos o enfermos que ustedes me traen como sacrificio? —dice el Señor—.
14 »¡Maldito sea el tramposo que, teniendo un macho aceptable en su rebaño, se lo dedica al Señor
y luego le ofrece un animal mutilado! Porque yo soy el gran rey —dice el Señor Todopoderoso—, y
temido es mi nombre entre las naciones.

¿Qué pregunta hace Dios? ¿Cómo responde la gente?

¿Qué evidencia da Dios para su acusación de que le están mostrando desprecio?

¿Dónde está mi temor?

Un hijo honra a su padre, y un esclavo su amo. Un tema importante en el libro de Malaquías es el honor.
En esta disputa, Dios acusa a su pueblo de mostrárle desprecio por las ofrendas que estaban trayendo al
templo. En Levítico, Jehová estableció los parámetros de qué tipo de ofrendas debían ser traídas y en qué
ocasiones. Los israelitas estaban trayendo el equivalente de sobras podridas en vez de sus más fino y mejor.
Un gobernante humano no aceptaría tal, ¿por que pensarían que este tipo de ofertas serían aceptables a Dios?
(versículo 8)
Por último a Dios se le debe honor porque él es el creador divino. Como amo sobre todos, Dios merece
respeto. Pero note cómo Dios también se describe a sí mismo en el verso 6. Él es su padre. Dios no es un
señor duro y lejano, que insiste que se le debe honor sólo por su fuerza y condición. El Señor ha entrado en
una relación de pacto con Israel. Él ha sido fiel al amor, guianza, protección y proporciona para ellos como lo
hace un padre. Él desea su amor y respeto a cambio.
Dios no aceptará adoradores que están apáticos hacia él y simplemente están tratando de “marcar una
casilla”. Tampoco acepta a los que están mostrando desprecio, ofreciendo lo que claramente ofende. El acto
de adoración refleja el corazón del adorador.
Porque desde donde nace el sol hasta donde se pone, grande es mi nombre entre las naciones. Jehová escogió a
Israel para ser su pueblo escogido y se les concedió una relación única y especial con Dios, con todo lo
trataban con desprecio. A través de Malaquías Dios insiste en que un día todas las naciones lo conocerán y
honrarán su nombre. Jehová no es una divinidad tribal, sino el único y verdadero Dios de toda la creación.
Maldito sea el tramposo que, teniendo un macho aceptable en su rebaño, se lo dedica al Señor y luego le ofrece un
animal mutilado! Más adelante, en el capítulo 3 veremos a Dios dando hincapié a la acusación de que la
gente le está robando, e introduce el concepto aquí. Como creador, todo le pertenece a Dios. Él bendice a su
gente con todo lo que tienen. Cuando tienen los medios para hacer un sacrificio aceptable y luego llevan uno
manchado, están engañando a Dios.

11

Obviamente, nuestro contexto es muy diferente en la iglesia americana del siglo
21, sin embargo, estamos llamados a honrar a Dios como nuestro Señor y Padre.
¿Cómo podemos hacer eso?

La ira de Dios con los hijos de Israel es sobre sus acciones y lo que transmiten esas acciones. El comentarista
Joyce Baldwin lo pone de esta manera: “Al igual que sus predecesores proféticos Malaquías se dió cuanta de
que el corazón de los problemas que estaba investigando, era una relación rota con Dios. En lugar de afecto y
confianza, había antipatía hacia la naturaleza y la voluntad de Dios. “
En nuestra historia de la fiesta de cumpleaños, las acciones del marido indicant una grave falta de amor y
respeto por su esposa y su pacto matrimonial. Del mismo modo, las malas ofrendas que los israelitas estaban
trayendo al Señor muestran una grieta en su relación con él. El se ha mantenido fiel, cariñoso y firme, pero se
han desviado de él.
Debido al sacrificio que Jesucristo hizo por nosotros en la cruz, ya no tenemos que traer animales al altar
para expiar nuestros pecados. Sin embargo, como dice Pablo en Romanos 12: 1, debemos presentarnos como
“sacrificio vivo” como nuestro acto de adoración. Esto significa que con alegría ofrecemos nuestro tiempo,
recursos, dinero, esfuerzo y talento a Dios por amor y gratitud por su fidelidad, gracia y misericordia.

12

Día 4 | Has sido advertido

Hay muchas maneras de liderázgo y muchas maneras de conducir, pero la cosa que define a un líder es su
capacidad para influir a sus seguidores. Esto significa que los líderes tienen una responsabilidad importante,
no sólo para ser prudente en lo que le dicen a otros a hacer, pero deben dar un buen ejemplo a seguir. Los
sacerdotes durante el tiempo de Malaquías no lo estaban haciendo.
En el pacto que hizo con ellos, Dios designó a una de las doce tribus de Israel a servirle en un papel especial.
A la tribu de Leví se le dio la responsabilidad de servir en el tabernáculo y luego en el templo. Los que están
en la línea de Aarón (hermano mayor de Moisés) iban a ser los sacerdotes - mediadores entre Dios y el
pueblo. Los sacerdotes levitas debían recibir la ofrenda y hacer los sacrificios requeridos por la ley en nombre
de las personas. Los sacerdotes tenían una responsabilidad especial para conducir al pueblo en la adoración a
Dios, y ellos estaban fallando miserablemente en su papel.
Como vimos en el Día 3, Dios no estaba complacido con el pueblo de Israel. Las ofrendas manchadas que
traían al templo reflejaban corazones que se habían enfriado hacia Dios. En el pasaje de hoy Dios dirige su
atención a los sacerdotes que estaban recibiendo esas ofrendas y enseñando al pueblo y emite una advertencia
severa.

Malaquías 2: 1-9

 »Ahora, pues, este mandato es para ustedes, los sacerdotes. 2 Si no me hacen caso ni se deciden a
honrar mi nombre —dice el Señor Todopoderoso—, les enviaré una maldición, y maldeciré sus
bendiciones. Ya las he maldecido, porque ustedes no se han decidido a honrarme.
3 »Por esto, voy a reprender a sus descendientes. Les arrojaré a la cara los desperdicios de los sacrificios
de sus fiestas, y los barreré junto con ellos. 4 Entonces sabrán que les he dado este mandato, a fin de
que continúe mi pacto con Leví —dice el Señor Todopoderoso—. 5 Mi pacto con él era de vida y paz,
y se las di; era también de temor, y él me temió, y mostró ante mí profunda reverencia. 6 En su boca
había instrucción fidedigna; en sus labios no se encontraba perversidad. En paz y rectitud caminó
conmigo, y apartó del pecado a muchos.
7 »Los labios de un sacerdote atesoran sabiduría, y de su boca los hombres buscan instrucción,
porque es mensajero del Señor Todopoderoso. 8 Pero ustedes se han desviado del camino y mediante
su instrucción han hecho tropezar a muchos; ustedes han arruinado el pacto con Leví —dice
el Señor Todopoderoso—. 9 Por mi parte, yo he hecho que ustedes sean despreciables y viles ante todo
el pueblo, porque no han guardado mis caminos, sino que han mostrado parcialidad en cuestiones de
la ley»

¿Qué pasará con los sacerdotes si no honran a Dios?

¿De qué está acusando Dios a los sacerdotes de hacer en los versículos 8 y 9?

13

Decide honrarme

En el mundo de hoy, hablamos de que el cambio “comienza arriba.” Cuando cualquier grupo, empresa u
organización tiene que alterar su clima o dirección, el liderazgo debe ser responsible de como están las cosas y
hacer los cambios necesarios antes de que alguien lo siga. ¡Los líderes deben liderar!

Vemos a Dios atendiendo a ese principio de liderazgo en este pasaje. Emite a los sacerdotes una fuerte
advertencia: deben liderar con el ejemplo e instruir a la gente en lo que es correcto o enfrentar las
consecuencias.

“Si no me hacen caso ni se deciden a honrar mi nombre —dice el Señor Todopoderoso—, les enviaré una
maldición...” Dios está ofreciendo a los sacerdotes de Israel la oportunidad de cambiar. La palabra hebrea
en la NVI “me hacen caso” es literalmente “ponen en su corazón,” es una expresión que se encuentra una
docena de veces en el Antiguo Testamento. De acuerdo con los comentaristas Taylor y Clendenen “Significa
‘determinar un curso de acción en respuesta al conocimiento o darse cuenta de algo”. Los sacerdotes debían
tener una mayor conciencia de Dios y sus caminos que el pueblo. Habían sido especialmente elegidos
para representar a Dios a la gente y la gente a Dios. Su incapacidad para honrar a Dios dará lugar a graves
consecuencias no sólo para ellos, pero sus descendientes.

“En su boca había instrucción fidedigna; en sus labios no se encontraba perversidad. En paz y rectitud caminó
conmigo, y apartó del pecado a muchos.” Dios entonces le recuerda a los sacerdotes de su patrimonio. Aarón
era el hermano mayor de Moisés, y el primer sacerdote para servir al Señor en el tabernáculo. El oficio del
sacerdote era sagrado y esencial para el florecimiento de Israel. No podían cumplir su papel como pueblo
del pacto de Jehová, santo y aparte, si no sabían lo que él requería de ellos. Parte de la responsabilidad del
sacerdote era instruir al pueblo en la Torá (la ley) y toda la verdad de Dios.

Sin embargo, ser guías fieles a la verdad y la rectitud requiere más que hablar. Los sacerdotes también tenían
que seguir el ejemplo de Aaron y caminar en “paz y en justicia” con Dios. En otras palabras, necesitaban
liderar con el ejemplo. Pero los sacerdotes durante los días de Malaquías fueron corruptos (versículo 9) y
condujeron al pueblo a extraviarse (versículo 8).

En tu mente qué es peor - cometer un pecado o llevar a otra persona a cometer
un pecado? ¿Por qué?

Debido a que tenemos la bendición de vivir después de la muerte y resurrección de Jesucristo, ya no
necesitamos de un sacerdote para actuar como mediador, porque Jesús es nuestro gran sumo sacerdote. Su
sacrificio en la cruz nos permite “acercarnos a El trono de gracia de Dios con confianza, de manera que
podamos alcanzar misericordia y hallar gracia para ayudarnos en nuestro tiempo de necesidad”(Hebreos
4:16). Pero todavía necesitamos líderes y maestros que nos guíen hacia una mayor comprensión de la verdad
de Dios. Nos beneficiamos enormemente de mujeres y hombres sabios que aman a Jesús, conocen su Palabra,
y desean ayudar a otros a encontrar y seguirlo.

14

Usted no tiene que ser un ‘ministerio profecional’ para ser un líder. Estamos todos juntos caminando en el
camino hacia Cristo. Hay quienes están delante de nosotros animándonos y quienes están detrás de nosotros
para ayudarles y guiarles. Esta es la belleza de la comunidad cristiana. Además, todos los que somos padres
tenemos la responsabilidad de enseñar a nuestros hijos los caminos de Dios. Eso significa que este pasaje es
instructivo para todos nosotros.
Piensa en algunas de las personas que te han ayudado a encontrar y seguir a
Cristo. ¿Cómo te han enseñado y animado en tu viaje espiritual?

¿Hay personas que estás ayudando a encontrar y seguir a Cristo? ¿Si es así,
cómo?

Si careces de conexiones con otros cristianos, ¿cómo te puedes conectar con otros creyentes para que crescan
juntos? (Una forma es a través de involucrarse en uno de los muchos grupos de Christ Fellowship. Consulte
CFhome.com/groups)
Si eres un cristiano y otras personas lo saben, estás influyendo a los que te rodean, sea intencional o no.
No queremos ser responsables de que alguien tropiece. Jesús da una advertencia similar a la registrada en
Malaquías 2: 8. Después de llamar a un niño hacia él, dice: “ Si alguien hace que uno de estos pequeños, esos
que creen en mí- que tropiece, sería mejor para ellos tener una gran piedra de molino colgada alrededor de su
cuello y que lo hundieran en las profundidades del mar”(Mateo 18: 6).
Consideremos la influencia que nuestras palabras y acciones pudieran tener sobre los que nos rodean. Vamos
a ser conscientes de cómo estamos caminando con Dios - no sólo para nuestro propio bien, sino por el bien
de los que nos necesitan para ayudarles a lo largo de su camino.

15

Día 5 | Reflexiona, conéctate, responde

Esta semana hemos tenido en cuenta las dos primeras disputas del libro de Malaquías y vimos cómo Dios dio
la “última palabra”. Al reflexionar sobre lo que has estudiado, ten en cuenta la forma en que debes dar forma
a tu visión de Dios, la adoración a él y tu responsabilidad para ayudar a otros a encontrar y reguirlo.

Reflexiona

Disputa # 1: ¿Cómo respondió Dios a la pregunta “¿Cómo nos has amado?”

Disputa # 2: Dios culpa a la gente por mostrarle desprecio. ¿Cómo hacían esto?
Qué condena especial tenía Dios para los sacerdotes?

Conéctate

Mucho ha cambiado desde la época de Malaquías. A medida que las personas que son capaces de pasar
las páginas de la Biblia de Malaquías a Mateo, hemos sido capaces de experimentar el cumplimiento de
la redención de Dios a través de la persona de Jesucristo. Sabemos los extremos a los que Dios fue para
rescatarnos del pecado y la muerte. Sin embargo, al igual que los antiguos israelitas, dudamos a veces del
amor de Dios y dejamos de adorar y honrar a Dios como él exige .
Las personas modernas cuestionan sobre la insistencia de Dios para adorarlo, respetarlo y honrarlo por
encima de todo lo demás de una manera que los pueblos antiguos no lo hicieron. La adoración de un
dios o dioses a través de ofrendas y sacrificios era de esperarse en el mundo antiguo . Hoy en día, esos con
mentalidad secularizada a veces acusan al Dios de la Biblia de ser insignificante o inseguro por demandar
adoración - como si este requisito de alguna manera significa que Dios necesita la alabanza humana y el
respeto para alimentar su ego . Esas personas están completamente equivocadas . No es Dios quien necesita
nuestra adoración, es la humanidad que necesita adorarle.
Cuando adoramos a Dios, y traemos nuestra ofrenda a él, recordamos todas las razones por las que es
digno de nuestra devoción. Él es bueno, amoroso, justo y poderoso - capaz de establecer todos los males del
mundo a buenos. Es en él y sólo él que nosotros tendremos los anhelos más profundos de nuestros corazones
cumplidos . Paz y cumplimiento son encontrados en Cristo. La demanda de Dios para el serio culto y
sacrificio reverentes no refuta su amor por nosotros, pero lo demuestra. Los seres humanos no habrían tenido
éxito fuera de una relación con su creador y redentor. Con amor sincero y adoración vienen las bendiciones
de un mayor conocimiento y la intimidad con nuestro Dios.

16

Si es para nuestro beneficio mantener a Dios en santa reverencia, adorarle por encima de todo y con alegría
ofrecernos a nosotros mismos a su servicio, entonces vamos a reflexionar sobre la forma de compromiso que
tenemos con esta forma de vida. ¿somos como los israelitas de los días de Malaquías que fueron simplemente
pasando por alto nuestra adoración a Dios ? Estamos ofreciendo a Dios lo mejor de nosotros, o lo que nos
sobra? Estamos engañando a Dios y pensando que en realidad no importa? Estamos animando a aquellos que
están siendo influenciados por nosotros a buscar a Dios de todo corazón?
Jesús murió para que pudiéramos acercarnos a Dios con temor reverente, pero sin temor a la condena. Somos
bienvenidos a la presencia del Dios omnipotente e invitados a ofrecernos a nosotros mismos a su servicio
haciendo un trabajo con significado eterno. No seamos necios a responder a su llamado.

Responde

Cuál es tu siguiente paso?

Pasa algún tiempo en oración pidiendo al Espíritu que te guíe en tu respuesta a su Palabra .
¿Cómo puedes demostrar tu compromiso y amor a Dios? ¿Cómo puedes
adorarlo con tu tiempo, talentos, dinero y recursos?

A quién estás ayudando a encontrar y seguir a Cristo? ¿Cómo?

¿Qué otras respuestas tienes de tu estudio de esta semana? ¿Cómo vas a pensar
y vivir de manera diferente por lo que el Espíritu le ha mostrado?

  

17

Semana 2 | Fidelidad

Malaquías 2:10–16

Autor, Lisa Scheffler

¿Qué importancia tiene para las personas honrar su palabra? Si un amigo deshace o cancela sus planes para
cenar contigo, puedes sentirte decepcionado, pero muy probablemente lo superarás. Si nuestro socio de
negocios rompe un contrato, las consecuencias son mucho más graves; pero si tu cónyuge quebranta sus
votos de matrimonio y tiene un romance, este quizás sea el más destructivo de todos estos ejemplos. Tanto
más profundo y serio sea el compromiso, más perjudicial será el romperlo.

Debemos estar agradecidos porque Dios es fiel para mantener sus promesas. Nada puede ser más fiel que Su
palabra. Si promete Su presencia, guía y bendición, entonces Él te la dará. De otro lado ¿Los seres humanos
lo harán? Somos propensos a ser infieles tanto con Dios como con nuestros semejantes.

La semana pasada en nuestro estudio de Malaquías escuchamos sobre la incapacidad del pueblo de honrar a
Dios y cumplir Su pacto. Esta semana, Dios los acusa por su falta de fidelidad para honrar sus compromisos
entre si, particularmente en sus matrimonios. Como podemos ver, las dos situaciones están concentradas en
que, cuanto mayor es la fidelidad hacia Dios, mayor será la fidelidad de los unos con los otros.

Día 1 | Lee y reflexiona

Como vimos la semana anterior, Malaquías organiza una serie de disputas; Dios hace una pregunta al
pueblo, la gente responde y, finalmente, es Él quien tiene la última palabra. En la primera disputa, el pueblo
de Israel cuestionaba el amor de Dios. Los Israelitas habían sido rescatados del exilio de muchas décadas.
El pueblo de Dios se había multiplicado y el templo había sido reconstruido, pero ellos no sentían que
estaban experimentando las bendiciones que Dios les había prometido. Dios los culpa y les muestra su
inconformidad. Mientras que el amor y la fidelidad de Dios había estado con ellos, ellos no habían sido fieles
para honrarle y adorarle.

En la disputa que estudiaremos esta semana, Dios desplazará su atención hacia la falta de fidelidad que el
pueblo de Israel está mostrando en sus relaciones consigo mismos. Los hombres están rompiendo sus pactos
con sus esposas y divorciándose de ellas.

Por un par de razones, el pasaje de esta semana tiene el potencial de mostrarse muy fuerte. La primera, es que
tendremos que aprender algo del contexto cultural que lo envuelve para asegurarnos de no sacar conclusiones
erróneas. La segunda, y más importante, el divorcio puede ser un tema sensible ya que de forma directa o
indirecta nos ha afectado. Algunos lo hemos experimentado de primara mano y ha dejado cicatrices. Si bien,
nuestro objetivo al estudiar este pasaje nunca sería abrir viejas heridas o avergonzar a las personas divorciadas,
queremos entender lo que Malaquías nos enseña sobre el matrimonio y el divorcio.

Mientras estés leyendo este pasaje, toma nota de las preguntas que tanto Dios como las personas hacen y
subraya las palabras “pacto” e “infiel” cuando las veas. También ten en cuenta que debido a que las tribus del

18

norte de Israel habían sido llevadas al cautiverio cientos de años atrás, Judá es el nombre que se utiliza para
referirse a toda la Nación.

Malaquías 2:10–16

10 ¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos creó un solo Dios? ¿Por qué, pues, profanamos el pacto de
nuestros antepasados al traicionarnos unos a otros?
11 Judá ha sido traicionero. En Israel y en Jerusalén se ha cometido algo detestable: al casarse Judá con
la hija de un dios extraño, ha profanado el santuario[a] que el Señor ama 12  En cuanto al hombre
que haga eso, quienquiera que sea, que el Señor Todopoderoso lo excluya de los campamentos de
Jacob, aun cuando le lleve ofrendas.
13  Otra cosa que ustedes hacen es inundar de lágrimas el altar del Señor; lloran y se lamentan porque
él ya no presta atención a sus ofrendas ni las acepta de sus manos con agrado. 14 Y todavía preguntan
por qué. Pues porque el Señor actúa como testigo entre tú y la esposa de tu juventud, a la que
traicionaste aunque es tu compañera, la esposa de tu pacto.[b]
15 ¿Acaso no hizo el Señor un solo ser, que es cuerpo y espíritu? Y ¿por qué es uno solo? Porque busca
descendencia dada por Dios.[c] Así que cuídense ustedes en su propio espíritu, y no traicionen a la
esposa de su juventud
16 “Yo aborrezco el divorcio —dice el Señor, Dios de Israel—, y al que cubre[d] de violencia sus
vestiduras», dice el Señor Todopoderoso.
Así que cuídense en su espíritu, y no sean traicioneros.
¿Cuál es la acusación de Dios contra los israelitas en este pasaje?

¿Qué consecuencias han estado sufriendo según el versículo 13?

¿Qué preguntas tienes acerca de este pasaje?

19

Día 2 | Algo detestable

Piensa en el típico romance de Hollywood. El amor romántico es retratado como un sentimiento — una
chispa elusiva que atrapa a la pareja cuando sus ojos se encuentran o sus manos se tocan. Es una atracción
que lleva a un inexplicable sentido de la conexión. En las películas es todo lo que se necesita para impulsar
una declaración de amor y una propuesta de matrimonio. La pareja se besa, la pantalla se desvanece en tonos
negros y suponemos que la pareja se casa y vive feliz para siempre. Pero, ¿Qué pasa si la chispa se desvanece?
¿Qué pasa si unos años después del “acepto” la vida se pone difícil y la pareja decide no seguir juntos. ¿Hay
algo malo en divorciarse y seguir adelante?
Muchos, en nuestra cultura, no ven problema alguno en un divorcio porque un cónyuge se siente
insatisfecho o vacío. En nuestro pasaje para esta semana, vemos la insistencia de Dios en que el matrimonio
es un pacto que no puede ser roto como cualquier cosa. Malaquías directamente vincula el cumplimiento
de un pacto de matrimonio con el honor del pacto que la gente tiene con Jehová. Hoy exploraremos esa
conexión.

Malaquías 2:10–12

10 ¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos creó un solo Dios? ¿Por qué, pues, profanamos el pacto de
nuestros antepasados al traicionarnos unos a otros?
11 Judá ha sido traicionero. En Israel y en Jerusalén se ha cometido algo detestable: al casarse Judá con
la hija de un dios extraño, ha profanado el santuario[a] que el Señor ama 12 En cuanto al hombre
que haga eso, quienquiera que sea, que el Señor Todopoderoso lo excluya de los campamentos de
Jacob, aun cuando le lleve ofrendas.

Según el versículo 10, ¿cómo están conectados todos los israelitas? ¿Qué
comparten en común?

¿Qué es lo que Dios llama “detestable”?

Pacto de Lealtad

¿No tenemos todos un solo Padre? ¿No nos creó un solo Dios? ¿Por qué, pues, profanamos el pacto de
nuestros antepasados al traicionarnos unos a otros? Dios recuerda a los israelitas que Él es su creador y padre;
Su diseño y Su voluntad son inatacables. Los israelitas también tienen un vínculo compartido. “. Al darse
cuenta de que Dios los llamó a la existencia como un todo unido a una relación de pacto con Él mismo, esto
debió haber producido en ellos fidelidad no sólo hacia Él, sino también hacia los demás. Su unidad debería

20

haber motivado la comprensión mutua, el cuidado y el apoyo”1

Malaquías entonces pasa de una reprensión general por infidelidad, a una específica enfocada en el divorcio.
A las mujeres no se les permitía el divorcio, por lo que la acusación aquí es contra los hombres de Judá que
estaban divorciando a sus esposas y casándose con mujeres que no profesaban su misma fe.

Judá ha sido traicionero. En Israel y en Jerusalén se ha cometido algo detestable: al casarse Judá con la hija
de un dios extraño, ha profanado el santuario que el Señor ama. Lo que estaban haciendo los hombres de
Judá era una “cosa abominable” o “abominación”, un término fuerte también usado para los ídolos y para las
prácticas relacionadas con su adoración.2 

El punto no es que estos hombres estuvieran casándose con mujeres de distinta raza o etnia. 3 Si bien
encontramos ejemplos de matrimonios mixtos raciales y étnicos en el Antiguo Testamento, la ley permite
a personas de otras naciones que vienen a Israel, se unan a la comunidad, y se conviertan en adoradores de
Jehová. El tema en cuestión era que estas mujeres adoraban a dioses extranjeros, convirtiéndolas en idólatras.
Casarse con una de ellas era un pecado suficientemente grave como para correr el riesgo de ser separados de
la comunidad (versículo 12).

La idolatría había costado a los israelitas su tierra y su libertad. Fue uno de los principales pecados que trajo
la condenación de Dios y los envió al exilio. El matrimonio es la más íntima de las relaciones. Usted no
puede dejar de ser influenciado por su cónyuge. Al admitir adoradores de falsos dioses en su comunidad,
estos hombres estaban dando entrada a la posibilidad de que Israel recorriera el camino de la apostasía una
vez más.

El señuelo de los ídolos

Aunque asumen una forma muy diferente, todavía somos susceptibles a la atracción de los ídolos. Podemos
fácilmente justificar la infidelidad a Dios y a los demás, cuando ponemos a alguien o algo más en el lugar de
Dios y centramos nuestra satisfacción y esperanza en ello. Una gran tentación en nuestros días es convertir el
amor romántico en un ídolo.

Habiendo entrado en una era más secular, nuestra cultura está buscando desesperadamente significado y
trascendencia. Muchas personas elevan el romance, el sexo y el matrimonio al lugar que estaba destinado a
ser ocupado por Dios. Ellos recurren al amor romántico para satisfacer las necesidades que sólo Dios puede
satisfacer y convertir involuntariamente a sus esposas en ídolos.

Incluso un filósofo ateo puede ver el problema con la exaltación de la pareja sentimental. En su libro, “La
negación de la muerte”, Ernest Becker se pregunta por qué hemos decidido poner a nuestros compañeros
sentimentales en el lugar de los dioses religiosos:

¿Qué es eso que buscamos al poner a nuestra pareja sentimental en el lugar de Dios?
Queremos redención—nada menos. Queremos librarnos de nuestras fallas, de nuestro
sentimiento de vacío. Queremos ser justificados, saber que nuestra creación no ha sido en
vano. Nos dirigimos al compañero sentimental para tener la experiencia de lo heroico, para
la validación perfecta; validación de nosotros; esperamos que “nos hagan buenos” a través

1  Taylor and Clendenen, Malachi, 325.
2  Baldwin, Malachi, 259.
3  Ibid.

21

del amor. Cabe mencionar que los humanos no pueden hacer esto por nosotros.4
¿Cuál es su conclusión? “Ninguna relación humana puede ser comparada con la divinidad.”5
Tan maravilloso como el matrimonio puede ser, nuestro cónyuge no puede satisfacer nuestras necesidades y
deseos más profundos porque no está diseñado para hacerlo. Nos fallará. Si los hemos puesto en el lugar de
Dios, entonces, cuando no esté a la altura de nuestras expectativas, podremos creer falsamente que la única
opción será buscar un compañero diferente. De esta manera no sólo seremos infieles a Dios poniendo a otro
en su lugar, sino que traicionaremos nuestro pacto matrimonial y a nuestro cónyuge. Al adorar y honrar a
Dios, poniéndolo primero y permitiéndole satisfacer nuestra necesidad fundamental de significado, propósito
y valor, ayudaremos a proteger nuestros matrimonios del divorcio.
¿Qué evidencia ves en nuestra cultura actual cuando el amor romántico y la
experiencia sexual se han convertido en un ídolo para muchos?

En esta sección de Malaquías, vemos la importancia que Dios pone en la fidelidad, no sólo para Él, sino para
los demás.

4  Ernest Becker, The Denial of Death (New York: The Free Press, 1973) 167.
5  Becker, 166.

22

Día 3 | Contratos y Pactos

En su raíz, los contratos son transacciones. Un contrato se basa en “una cosa por otra” “si usted hace X,
entonces voy a hacer Y”. Por lo tanto, los contratos se pueden anular si una parte no cumple con los términos
del acuerdo. Los pactos están arraigados en la relación y, aunque pueden tener disposiciones a las que todas
las partes están de acuerdo, el propósito de esas condiciones es salvaguardar y fortalecer la relación. Ellos
no tienen la intención de crear “lagunas” que proporcionan un medio de escapar de ella. Un pacto está
destinado a permanecer.
Hemos descubierto que, durante el tiempo de Malaquías, los hombres se divorciaban de sus esposas y se
casaban con mujeres que adoraban a dioses extranjeros. Dios diseñó el matrimonio como una relación de
pacto que involucró a tres partes: el esposo, la esposa y Dios. Por lo tanto, el fracaso de los israelitas de
mantener sus convenios unos con otros, estaba afectando su relación con Dios.

Malaquías 2:13–14

13 Otra cosa que ustedes hacen es inundar de lágrimas el altar del Señor; lloran y se lamentan porque
él ya no presta atención a sus ofrendas ni las acepta de sus manos con agrado. 14 Y todavía preguntan
por qué. Pues porque el Señor actúa como testigo entre tú y la esposa de tu juventud, a la que
traicionaste aunque es tu compañera, la esposa de tu pacto.

¿Por qué las súplicas de los israelitas no tienen efecto sobre Dios según el
versículo 13?

Lloran y se lamentan porque Él ya no presta atención a sus ofrendas ni las acepta de sus manos con agrado.
Recordemos que en el capítulo 1 y en la primera parte del capítulo 2, Dios condenó al pueblo por traerle
ofensas defectuosas y por lo tanto mostró su desprecio. Retomando ese tema aquí en el versículo 13, Dios
da otra razón por la cual sus ofrendas no son agradables para Él. Esta vez, implica el desprecio que están
mostrando sus alianzas entre sí. Como vimos ayer, la inclusión en la familia de Dios debe resultar en un
fuerte vínculo de parentesco con otros en el pacto. No traicionas voluntariamente a la familia.
Y todavía preguntan por qué. Pues porque el Señor actúa como testigo entre tú y la esposa de tu juventud.
Aquí en el versículo 14, finalmente recibimos la respuesta de Israel al desafío original de Dios que comenzó
en el versículo 10. Dios no les está concediendo favor porque está directamente afectado por sus votos
matrimoniales rotos.

En 1 Pedro 3: 7, el apóstol insta a los maridos a ser considerados y tratar a
sus esposas con respeto “para que nada obstaculice sus oraciones”. ¿Qué
similitudes encuentras con Malaquías 2:14?

23

El matrimonio fue visto de manera diferente por Israel que en otras partes del mundo antiguo. Sabemos por
la Ley de Hammurabi que, para otras naciones en el mundo antiguo, el matrimonio era un contrato legal.
Baldwin señala que “el Israelita consideraba [el matrimonio] como un pacto en el cual el Señor fue testigo
(Génesis 31:50, Prov. 2:17) y por eso era aún mayor el compromiso ... La lealtad de cada uno de los socios al
pacto fue el lazo que creó una relación duradera entre los socios. “6

A la que traicionaste, aunque es tu compañera, la esposa de tu pacto. A pesar de que puede parecer un poco
difícil de entender en la actualidad, el mundo antiguo tenía poca comprensión de lo que la palabra pareja
significaba, se consideraba también una pareja a una compañera de trabajo o amistad. Baldwin explica
que en el Antiguo Testamento la palabra que la NIV traduce como “pareja” se usa a menudo “de un amigo
cercano, con quien se comparten intereses, buenos o malos”, pero sólo en este pasaje se usa para una esposa.
Malaquías está promoviendo una visión del matrimonio que no era común para su tiempo.

En un matrimonio cristiano, no sólo el cónyuge es visto como un compañero de vida, sino como un
hermano o hermana en Cristo. Debemos demostrarles amor sacrificial y honor a través de nuestro pacto
matrimonial porque al hacerlo estamos honrando a Dios. El divorcio debe ser visto como la última opción
cuando la infidelidad, el abandono, o el abuso no han dejado alternativa.

En los votos matrimoniales tradicionales, el esposo y la esposa hacen un compromiso de toda la vida para
amar, honrar y apreciarse unos a otros a través de los tiempos de salud y abundancia o a través de los tiempos
de la enfermedad y la necesidad. No hay escapatorias. Sin “una cosa por otra”. De esa manera, debemos
reflejar el amor que Dios tiene por su pueblo. Un amor incondicional sin fin, sin renuncia.

6  Baldwin, Malachi, 260-261.

24

Día 4 | Mantente atento y fiel

He conocido a muchas madres solteras fuertes, capaces y piadosas que están haciendo un trabajo excepcional
al criar a sus hijos. Pero ninguna de ellas diría que su situación es la ideal. Es difícil trabajar para proveer
financieramente a su familia y al mismo tiempo, criar a sus hijos.
Si esto es una realidad para las mujeres de la América del siglo XXI, imaginen cómo habría sido la vida
de una mujer divorciada en el mundo antiguo. Si su esposo se divorció de ellas, las opciones , mínimas e
indefectiblemente, ellas y sus hijos habrían sufrido mucho.
Consistentemente en toda la Biblia, Dios se muestra a sí mismo como un defensor de los oprimidos,
olvidados, marginados y descuidados. No es de extrañar que acuse a los hombres de Judá por divorciarse de
sus esposas

Malaquías 2:15–16

15 ¿Acaso no hizo el Señor un solo ser, que es cuerpo y espíritu? Y ¿por qué es uno solo? Porque busca
descendencia dada por Dios.[c] Así que cuídense ustedes en su propio espíritu, y no traicionen a la
esposa de su juventud.
16 “«Yo aborrezco el divorcio —dice el Señor, Dios de Israel—, y al que cubre[d] de violencia sus
vestiduras», dice el Señor Todopoderoso.
Así que cuídense en su espíritu, y no sean traicioneros.

¿Qué ordenanza se repite en este pasaje?

Malaquías 2: 15-16 presenta un desafío para los traductores. La NIV está impresa arriba, pero veamos cómo
algunas de las otras traducciones importantes dan sentido al difícil y oscuro hebreo en estos versículos

15 Nadie con un poco de inteligencia haría eso. ¿Qué sería lo más sensato? Buscar que sus hijos
sean parte del pueblo de Dios, [a] ser cuidadosos de sí mismos y ser fiel cada uno a la mujer de su
juventud. 16 El SEÑOR, el Dios de Israel, dice que el que odia a su mujer y se divorcia de ella deja
ver lo cruel que es, [b] dice el SEÑOR Todopoderoso. Así que cuídese cada uno y no sean infieles».
(Traducción: Palabra de Dios para Todos)

25

15 ¿Acaso no es un mismo Dios el que ha hecho el cuerpo y el espíritu? ¿Y qué requiere ese Dios sino
descendientes que le sean consagrados? ¡Cuiden ustedes, pues, de su propio espíritu, y no falten a la
promesa que le hicieron a la esposa de su juventud! 16 El Señor Dios de Israel, el todopoderoso, dice:
«¡Cuiden, pues, de su propio espíritu, y no sean infieles; pues yo aborrezco al que se divorcia de su
esposa y se mancha cometiendo esa maldad!» (Traducción: Dios Habla Hoy )

15 Nadie con un poco de inteligencia haría eso. ¿Qué sería lo más sensato? Buscar que sus hijos
sean parte del pueblo de Dios, [a] ser cuidadosos de sí mismos y ser fiel cada uno a la mujer de su
juventud. 16 El SEÑOR, el Dios de Israel, dice que el que odia a su mujer y se divorcia de ella deja
ver lo cruel que es, [b] dice el SEÑOR Todopoderoso. Así que cuídese cada uno y no sean infieles».
(Traducción: Palabra de Dios para Todos)

¿Cuáles son algunas de las principales diferencias que ves entre estas
traducciones?

Aunque el versículo 15 es más discutido, comencemos con el versículo 16. El comienzo de este versículo es
difícil porque en el hebreo original está faltando al sujeto, por lo que los traductores tienen que determinar si
es Dios quien odia el divorcio o los hombres que odian y se divorcian a sus esposas. La lectura tradicional es
la antigua, pero debido a que la ley permite el divorcio bajo ciertas circunstancias (Deuteronomio 24: 1-4) y
Jesús lo aprueba (Mateo 19: 9), algunos estudiosos favorecen a este último. Sin embargo, en este pasaje Dios
condena claramente a los hombres israelitas que están violando sus votos matrimoniales, abandonando a sus
esposas y casándose con otras mujeres. Estos hombres son arrogantes en su actitud hacia su compañero del
pacto y ofenden a Dios con sus acciones egoístas y destructivas.
El versículo 15 muestra la mayor divergencia en la traducción porque el hebreo es oscuro y desafiante. Según
los comentaristas Taylor y Clendenen, cualquier interpretación o traducción de este verso “debe entenderse
como provisional”. A continuación, ofrecen su propia paráfrasis basada en la evidencia:

¿No sabes que Dios te hizo uno con tu esposa? Y a pesar de tu traición y el divorcio de tu esposa,
todavía hay un remanente de ese vínculo espiritual. ¿Y cuál es el propósito de esa unidad? Es producir
una descendencia piadosa con la ayuda de Dios.

La gran idea parece ser que Dios ordenó una unión de una sola carne entre marido y mujer que crea un
vínculo tanto espiritual como físico entre los dos. Con la ayuda de Dios, esa unión puede producir hijos.
El mandato original de la creación era que los seres humanos fueran “fructíferos y se multiplicaran”, así la
familia fue creada por Dios. El divorcio desgarra a las familias y deja a las madres y los niños vulnerables a la
pobreza y el abuso. El divorciarse de la esposa es un acto violento porque, como nos lo describe el verso 16,
“y al que cubre[b] de violencia sus vestiduras” (NVI), “que él aborrece el repudio y al que mancha de maldad
su vestido” (RVR).

A pesar de que las mujeres están más capacitadas en la América moderna que
en la antigüedad, ¿Ves el divorcio perjudicial? Si lo es, ¿En qué forma?

26

No debe sorprendernos que la ruptura de un lazo del convenio viene con consecuencias serias. El divorcio
puede ser devastador para las personas, familias y comunidades. Por lo tanto, la advertencia de Dios en este
pasaje se da dos veces: “Guardaos y no seáis infieles”.
El matrimonio no siempre es fácil. De hecho, a veces puede ser agotador. La tentación de romper nuestros
votos, abandonar nuestro matrimonio y buscar la felicidad en otros lugares puede ser fuerte. Pero Dios nos
llama a vigilarnos y permanecer fieles al pacto que hicimos con nuestro cónyuge delante de Él.
Dejar a tu cónyuge por otro o simplemente alejarte, puede ser el acto final de la demolición, pero si
rastreas la falla en el matrimonio, encontrarás que las grietas comenzaron a formarse mucho antes de que se
resquebrajara. Un millar de pequeños actos de egoísmo y negligencia pueden preceder al día en que alguien
llama a un abogado y empaca sus maletas.
Si está casado, ¿cómo está intencionadamente trabajando para preservar tu
matrimonio? ¿Cómo estás “en guardia”?

Tómate tu tiempo para orar por algunos de los matrimonios que te rodean:
familia, amigos, vecinos, compañeros de trabajo. Pídele al Espíritu que derrame
su amor en esas familias para que sus matrimonios se fortalezcan.

Los matrimonios fuertes y saludables requieren un amor que va más allá de la atracción superficial o de
la afinidad natural. Demandan un amor profundo, permanente y comprometido. Si estás luchando en tu
matrimonio o conoces a alguien que está luchando en el suyo, ora para que el Espíritu conceda ese amor.
Busca la ayuda de un consejero cristiano de confianza para ti y para tu cónyuge.
Si no está en crisis, pero te gustaría mantener los cimientos de tu matrimonio, considera tomar un estudio
de matrimonio con tu cónyuge. Junto con Family Greenhouse, Christ Fellowship ofrece el curso “Growing
Deeper in Marriage”, diseñado para ayudar a las personas a fortalecer sus matrimonios. Vea CFhome.org/
marriage para más detalles. ¡No dejes que las grietas se conviertan en abismos!

27

Día 5 | Refleja, Conecta, Responde

Esta semana estudiamos la tercera disputa entre Dios y su pueblo en el libro de Malaquías. Mientras
reflexionas sobre lo que aprendimos en esta semana, considera lo que significa ser fiel en tus relaciones.
Considera cómo tus relaciones con los demás impactan y son impactadas por tu relación con Dios.

Refleja

Disputa #3: ¿Qué razones dio Dios para insistir en que su pueblo permanezca
fiel en sus matrimonios?

¿Cómo crees que esas razones se traducen hoy?

Conecta

Para algunos en nuestro mundo, la visión bíblica tradicional del matrimonio es, en el mejor de los casos,
irremediablemente anticuada y, en el peor, opresiva. Mientras algunos están teniendo sexo e incluso teniendo
hijos, muchos adultos jóvenes están retrasando o incluso evitando el matrimonio.
Ellos piensan, ¿por qué entrar en algo que tiene una probabilidad de 50/50 de fallar? Si el matrimonio es solo
amor romántico y la realización personal, ¿hay realmente una necesidad de hacerse oficial la relación?
Si bien algunos pueden comprender la “definición de un matrimonio tradicional”, muchas personas que
asisten a la iglesia no viven conforme a lo que es el matrimonio para Dios. Las tasas de divorcio todavía
son altas entre algunos profesos cristianos e incluso, aquellos que dicen tener una relación personal con
Jesucristo, no siempre permiten que Él sea parte de sus relaciones personales.
Tal vez nuestra visión del matrimonio se ha atrofiado. Tal vez hemos olvidado que el matrimonio es un
pacto diseñado por el sumo creador de pactos. Esta reflexión del amor y la fidelidad de Dios, no puede ser
canalizada y rellenada en un contrato egoísta y fácilmente anulado que involucra sólo a dos personas. Un
matrimonio no debe ser un cuadro que deja a Dios fuera del marco. Lo necesitamos en el centro de nuestras
vidas y nuestros matrimonios.
La Biblia comienza con un matrimonio. Adán y Eva están unidos entre sí porque fueron creados el uno para
el otro. En ese día, la mujer fue sacada del hombre y, a partir de ese día, la humanidad vendrá a través de
las mujeres. La belleza de nuestra dependencia fue estropeada por el truco de una serpiente. Donde debería
haber confianza, hay sospecha y duda. Donde debería haber unidad y amor abnegado, hay acusación y culpa.
La Biblia también termina con un matrimonio. Jesucristo es llamado el novio y la iglesia la novia.

28

Habiéndose sacrificado por ella, Cristo volverá por nosotros. En Él seremos lavados y hechos uno solo.
Nuestra unión con Cristo comienza en el momento de nuestra salvación y se completará en los últimos días.
Todos celebraremos en la fiesta de bodas del cordero.
Dios es testigo del pacto que hacemos unos con otros; así, en el matrimonio son más de dos personas
intercambiando promesas que serán extraordinariamente difíciles de * mantener. El matrimonio debe
recordarnos que el designio de Dios para nosotros es bueno, que es fiel y fiel a su palabra, que en Cristo
nuestros pecados han sido perdonados y que un día seremos restaurados. Al ver la unión a la que apuntan
nuestros matrimonios, podemos encontrar esperanza para nuestras relaciones hoy.

Responde

¿Cuál es tu siguiente paso?

Si estás casado, ¿cómo puedes fortalecer tu fidelidad a ese pacto? ¿Cómo
puede Dios estar más en el centro de su relación?

Si crees que estas siendo llamado al matrimonio, ¿Buscas un compañero
creyente como compañero? ¿Es un requisito para ti el salir con alguien que
mantenga una relación con Cristo? ¿Estás invirtiendo en tu propia relación con
Cristo para estar listo para entrar en un pacto matrimonial?

Christ Fellowship asociado con The Family Greenhouse, un gran recurso para parejas casadas y pre-casadas.
Ofrece talleres, entrenamiento y clases. Visite su sitio en familygreenhouse.org.
Si estás divorciado, ¿has permitido que Dios te sane y te restaure? ¿Has buscado
el perdón y lo has ofrecido?

Christ Fellowship quiere cuidar de quienes han sido afectados por el divorcio. Ofrecemos recursos como
DivorceCare, DivorceCare para Niños y asesoramiento. Para obtener más información, visite CFhome.org/
care.

29

Semana 3 | Justicia

Malaquías 2:17–3:6

Lisa Scheffler, Autor

¿Alguna vez has tenido un amigo que, después de que no le fue bien en una materia, perdió su trabajo o
terminó una relación, viene a ti? Estás listo para apoyarlo y mostrar empatía, pero al narrar su historia, te das
cuenta que hay algo que genera incomodidad; mientras espera que te unas para blasfemar en contra de la
injusticia, vas viendo que es el directo responsable de la mayoría de las circunstancias por las que atraviesa.

A veces la vida nos presenta situaciones que están completamente fuera de nuestro control ocasionando
sufrimiento y desconcierto; otras, debemos admitir que somos los arquitectos de nuestra propia destrucción.
Podemos arrojarnos a la misericordia de Dios, pero no es correcto acusarle de injusticia o negligencia.

En el libro de Malaquías, vemos a Dios confrontar a su pueblo con duras verdades. Mientras lo acusan y
cuestionan Su amor, Él señala su falta de lealtad. La semana anterior observamos la tercera disputa en este
libro y analizamos cómo la falta de lealtad hacia Dios era reflejada en la falta de lealtad de los unos con los
otros. Los hombres estaban abandonando y divorciándose de sus esposas — mujeres que ellos prometieron
cuidar y honrar. Su relación con Dios se estaba viendo afectada por sus acciones.

Esta semana analizaremos la cuarta disputa en la cual el pueblo cansó al Señor al cuestionarle su bondad y
justicia. Como nuestro amigo mencionado al comienzo, ellos no quisieron aceptar que esta difícil situación
fue desencadenada por ellos mismos.

Día 1 | Lee y reacciona

Antes de comenzar esta semana, recordemos la situación en la que se encontraba la Nación. Habían
regresado del exilio en Babilonia por casi 100 años. Los muros de la ciudad se reconstruyeron, sin embargo,
Jerusalén no tenía el esplendor de antes. De hecho, el pueblo era aún dirigido por un gobierno extranjero
y eran amenazados por naciones hostiles en todos lados. El templo también fue reconstruido y los cultos se
reanudaron, pero la gloria de Dios no había regresado.

Los antiguos profetas habían registrado las promesas de paz, prosperidad y de un rey -aún más grande que
David- que Dios les había dado, pero nada de eso se había cumplido. ¿Qué salió mal? “Bueno, debe ser culpa
de Dios” parece que eso pensaban los israelitas. La respuesta de Dios a tal acusación fue tan aleccionadora
como deberías esperar. Dios combatirá la corrupción del pueblo.

Al leer el pasaje de esta semana, ten en cuenta el tema general de la primera parte del libro: El pacto de
lealtad de Dios y la falta de lealtad en el pueblo; nota cómo el pueblo acusa a Dios y como les responde.

30

Malaquías 2:17–3:6

17 Ustedes han cansado al Señor con sus palabras.
Y encima preguntan: «¿En qué lo hemos cansado?»
En que dicen: «Todo el que hace lo malo agrada al Señor, y él se complace con ellos»; y murmuran:
«¿Dónde está el Dios de justicia?»
1 El Señor Todopoderoso responde: «Yo estoy por enviar a mi mensajero para que prepare el camino
delante de mí. De pronto vendrá a su templo el Señor a quien ustedes buscan; vendrá el mensajero del
pacto, en quien ustedes se complacen».
2 Pero ¿quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién podrá mantenerse en pie cuando él
aparezca? Porque será como fuego de fundidor o lejía de lavandero. 3 Se sentará como fundidor y
purificador de plata; purificará a los levitas y los refinará como se refinan el oro y la plata. Entonces
traerán al Señor ofrendas conforme a la justicia, 4 y las ofrendas de Judá y Jerusalén serán aceptables
al Señor, como en tiempos antiguos, como en años pasados.
5 «De modo que me acercaré a ustedes para juicio. Estaré presto a testificar contra los hechiceros, los
adúlteros y los perjuros, contra los que explotan a sus asalariados; contra los que oprimen a las viudas
y a los huérfanos, y niegan el derecho del extranjero, sin mostrarme ningún temor —dice el Señor
Todopoderoso—.
Fidelidad en las ofrendas
6 »Yo, el Señor, no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, no han sido exterminados.
¿Por qué está Dios cansado?

¿A quién va a enviar Dios? ¿Qué hará?

31

Día 2 | Enviando al mensajero

Si eres mamá o papá de un (a) adolescente, sabrás que criar a niños (as) en el umbral de la adultez puede
ser todo un reto. Aunque amaste a tus hijos y los has cuidado desde el momento en que nacieron, los
adolescentes a veces parecen cuestionar no sólo tus decisiones, sino los motivos detrás de las mismas. Sus
aspectos malhumorados cuando les dices “no” son, normalmente, un indicador que quizás- mamá y papá
están activamente conspirando para hacer sus vidas miserables. A lo mejor sospechan que te quedas despierta
hasta tarde intercambiando planes con otros padres que como ellos, odian la diversión en grupos secretos de
Facebook.

Puedo bromear sobre la reacción de mis hijos hacia mi autoridad porque en el fondo ellos saben que
verdaderamente deseo lo mejor para ellos, y la mayor parte del tiempo demuestran que me respetan y
confían, obedeciéndome. Pero imagina que fueran rebeldes, que rompieran cada regla que sus padres
establecieran y luego, los acusaran de ser poco amorosos e injustos al experimentar las consecuencias de sus
actos. ¿Cómo te imaginas que yo pudiera sentirme? Los seguiría amando, pero su actitud seria desgastante.

En la porción de Malaquías, que estamos estudiando esta semana, Dios dice que está cansado. Está cansado
de las acusaciones ridículas del pueblo y de los ataques hacia su carácter. Se hundieron profundamente en el
estiércol y culpan a Dios por el hedor.

Malaquías 2:17–3:1

17 Ustedes han cansado al Señor con sus palabras.
Y encima preguntan: «¿En qué lo hemos cansado?»
En que dicen: «Todo el que hace lo malo agrada al Señor, y él se complace con ellos»; y murmuran:
«¿Dónde está el Dios de justicia?»
3 El Señor Todopoderoso responde: «Yo estoy por enviar a mi mensajero para que prepare el camino
delante de mí. De pronto vendrá a su templo el Señor a quien ustedes buscan; vendrá el mensajero del
pacto, en quien ustedes se complacen».

¿Por qué crees que Dios está cansado de lo que el pueblo está diciendo?

Este diálogo continúa con el patrón que vimos en las dos primeras disputas donde Dios hace una pregunta o
da una sentencia, el pueblo responde con una pregunta y Dios dice su palabra final. ÉXITO

“Todo el que hace lo malo agrada al Señor, y Él se complace con ellos” o “¿Dónde está el Dios de la justicia?” El
pueblo está básicamente atacando dos de los rasgos fundamentales del carácter de Jehová: Su bondad y Su
justicia. Al no estar experimentando las bendiciones que ellos creen merecer, el pueblo acusa a Dios que
olvidó las responsabilidades de su pacto con ellos. El pueblo está tan enfocado en las circunstancias del
presente que aparentemente olvidaron su largo historial con Dios. Jehová rescató al pueblo de Egipto, los
llevó a la tierra prometida y les permitió vencer a todos sus enemigos. A través del sacrificio, Dios le dio
acceso al pueblo de su pacto. Si obedecen su Ley tendrán paz y prosperidad en su tierra. En Deuteronomio
4:7-8 Moisés se maravilla de estas bendiciones:

¿Qué otra nación hay tan grande como la nuestra? ¿Qué nación tiene dioses tan cerca de ella como

32

lo está de nosotros el Señor nuestro Dios cada vez que lo invocamos? ¿Y que nación hay tan grande
que tenga normas y preceptos tan justos, como toda esta ley que hoy les expongo?

Sin embargo, el pueblo estaba realmente acusando a Jehová de agradarse con lo malo y de ser injusto. El
hecho de que estuviera cansado de esas palabras indica que su paciencia se está poniendo a prueba.

Dios anuncia su respuesta a la hipócrita súplica de justicia y a la acusación de negligencia. En los próximos
seis versos Dios anuncia su plan para establecer la justicia que el pueblo dice que quiere. Si estuviéramos
parafraseando sus sentimientos en el lenguaje moderno, tendríamos a Dios diciendo algo como “¿Quieren
justicia? Les daré justicia.”

“Yo estoy por enviar a mi mensajero para que prepare el camino delante de mí. De pronto vendrá a su templo el
Señor a quienes ustedes buscan; vendrá el mensajero del pacto en quien ustedes se complacen”

El reto que tenemos al interpretar Malaquías 3:1 es identificar quién hace qué. Tenemos a Jehová hablando
en primera persona, anunciando a un mensajero que “preparará el camino”. También dice que “el mensajero
del pacto” vendrá. ¿Son diferentes mensajeros?

“Mensajero del pacto” no es un nombre común y sólo es usado aquí en el Antiguo Testamento. Sin embargo,
en Isaías, tenemos otras tres menciones de la preparación del camino delante de Jehová. Por ejemplo, Isaías
40:3 dice, “Una voz proclama: ‘Preparen en el desierto un camino para el Señor; enderecen un sendero para
nuestro Dios.’” Clenenden y Taylor creen que Malaquías está asociando la “voz” en Isaías con el primer
mensajero mencionado aquí. “El Nuevo Testamento identifica a este mensajero como Juan el Bautista. Si este
verso es analizado a la luz de Isaías 40:3, la tarea de ‘mi mensajero’ sería convocar a la gente a prepararse para
la venida del Señor eliminando los obstáculos de la incredulidad.”7

A la luz del Nuevo Testamento, muchos expertos identifican al “mensajero del pacto” como el Mesías,
Jesucristo. Aunque viene como el Salvador, un día actuará como juez. Taylor y Clendenen citan Juan 8:16
como evidencia de esta interpretación. Jesús dice, “Y, si lo hago, mis juicios son válidos porque no los emito
por mi cuenta, sino en unión con el Padre que me envió.”8

Ya que nuestro Dios es justo y Jesucristo regresará como el juez final, ¿cómo
deben los creyentes responder a la injusticia en el mundo actual?

¿Dónde está el Dios de justicia? Él vino y volverá. Jesucristo se sacrificó a sí mismo para que todos aquellos
que se arrepientan y crean, puedan evadir el juicio final y recibir el perdón de sus pecados. Aquellos que
rechazan su gracia responderán por sus propios pecados. Las víctimas y los oprimidos verán justicia.

Hasta ese momento, los cristianos debemos apoyar la justicia aquí en la tierra. Como creemos en la dignidad
de todos los seres humanos ya que somos hechos a semejanza de Dios, nos debe importar profundamente
aquellos a los que se les ha negado un trato justo e igualitario y debemos estar motivados a actuar a favor de
ellos. Indudablemente debemos buscar en nuestras propias actitudes y comportamientos si de alguna manera
estamos siendo cómplices de maltratos y opresión hacia otros. Nuestro Padre insiste en esto.

7  Taylor and Clendenen, Haggai, Malachi, 385.
8  Ibid.

33

Día 3 | Fuego del fundidor

Algunas cosas toman tiempo, esfuerzo y dedicación antes de que su valor sea revelado. Los mineros de
metales y piedras preciosas saben eso. Si sabes lo que estás buscando y cómo refinarlo, un pedazo de piedra
puede producir un tesoro.
Cansado de las acusaciones de injusticia del pueblo, Dios promete traer justicia. En los versos que leímos el
día anterior, aprendimos que Dios enviaría el “mensajero del pacto”. Hoy veremos que ese mensajero será un
fundidor y un purificador del pueblo.

Malaquías 3:2–4

2 Pero ¿quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién podrá mantenerse en pie cuando él
aparezca? Porque será como fuego de fundidor o lejía de lavandero. 3 Se sentará como fundidor
y purificador de plata; purificará a los levitas y los refinará como se refinan el oro y la plata.
Entonces traerán al Señor ofrendas conforme a la justicia, 4 y las ofrendas de Judá y Jerusalén
serán aceptables al Señor, como en tiempos antiguos, como en años pasados.

¿Cómo será el mensajero?

¿A quién purificará? ¿Cuál será el resultado?

El pueblo clama justicia y Dios les promete un mensajero que cumplirá lo prometido. Aunque este mensajero
vendrá con fuego, no todos serán consumidos. Algunos serán fundidos y purificados.
“Pero ¿quién podrá soportar el día de su venida? ¿Quién podrá mantenerse en pie cuando Él aparezca?” En
Malaquías 4:5 el “día de su venida” en el verso 2, es explícitamente llamado “el día del Señor”. En otras
partes del Antiguo Testamento, “el día del Señor” hace referencia a un período de juicio. La implicación es
que ninguno pasará la evaluación del Señor, pero de acuerdo a Taylor y Clendenen, la respuesta final a estas
preguntas está en el último verso en este dialogo, Malaquías 3:6. (Alerta de spoiler: algunos aguantarán, no
por su propia justificación, sino porque Dios es fiel.)
Se sentará como fundidor y purificador de plata; purificará a los levitas y los refinará como se refinan el oro y la
plata. El mensajero será como fuego de fundidor o jabón de lavandero — técnicamente era lejía porque el
jabón como lo conocemos hoy en día no se usaba aún.9 La imagen aquí ocurre en otras partes del Antiguo
Testamento. En la prueba del juicio, Dios quita el pecado y la corrupción dejando lo que es valioso y puro.
Sólo lo que es precioso permanece después de que el proceso es completado.
Dios comienza con los sacerdotes. En Malaquías 2 lo vemos molesto con los sacerdotes por guiar al pueblo

9    Baldwin, Haggai, Zechariah and Malachi, 265.

34

por mal camino. Él purificará a los Levitas para que puedan cumplir su rol sacerdotal.
…y las ofrendas de Judá y Jerusalén serán aceptables al Señor. Al mencionar a Judá y a Jerusalén, este
versículo “sugiere que la limpieza se extenderá más allá del sacerdocio.”10 Los sacerdotes rectos le insistirán
al pueblo que traiga ofrendas aceptables que agraden al Señor. Después que su trabajo purificador este
completo, el pueblo dejará de exasperar a Jehová y lo honrará y adorará como deben hacerlo. El pueblo acusó
a Dios de deleitarse de lo malo, pero Él enfatiza que se deleita en lo bueno y justo.

A través del fuego

Como creyentes del Nuevo Testamento, sabemos que el mensajero del pacto es Jesucristo que con su trabajo
expiatorio en la cruz nos salva completamente del pecado. En el momento que ponemos nuestra confianza
en Cristo, nuestros pecados son pagados totalmente y el Espíritu comienza a transformarnos a la imagen de
Cristo. Por tanto, el trabajo purificador de Judá que Malaquías describe, se asemeja a la actividad del Espíritu
Santo en la vida individual de cada creyente.
A medida que experimentamos el refinamiento del Señor, podemos sentir que estamos en una prueba.
Si conversas con creyentes maduros que han sufrido grandes tribulaciones, ellos admitirán el dolor, pero
también reconocerán el trabajo que Dios hizo para purificar sus corazones. El fuego se puede sentir
insoportablemente caliente, pero la escoria está siendo removida.

¿Puedes ver como Dios te ha purificado a través de momentos difíciles? Explica.

Si la plata pudiera describirnos su purificación, estoy segura que diría que el proceso es espantoso. En las
manos del artesano menos experto, el fuego puede destruir en vez de refinar. Afortunadamente, nuestro Dios
nos ama y conoce exactamente lo que está haciendo. Como lo describe el autor J. Neil:

La belleza de esta imagen es que el refinador mira dentro del horno abierto o recipiente y
sabe que el proceso de purificación está completo, y toda la escoria se ha quemado, cuando
puede ver su imagen claramente reflejada en el metal fundido.11

10    Taylor and Clendenen, Haggai, Malachi, 390
11  Baldwin quoting J. Neil, Haggai, Zechariah and Malachi, 265.

35

Día 4 | La corte cósmica

Los tribunales en todo Estados Unidos, tienen estatuas, murales o sellos que representan a la dama de la
justicia. Generalmente la muestran con los ojos vendados mientras sostiene con una mano una escala y con
la otra una espada. Este símbolo expresa que la justicia debe ser: ciega; sin importar razas, géneros, estatus
o riqueza y por tal motivo, debe ser igual para todos; cuidadosa al pesar -imparcialmente- y capaz de dictar
castigos cuando sea necesario.
Si conoces muchos acerca de nuestro sistema de justicia penal, sabes que este ideal no siempre se consigue.
Los jueces pueden estar parcializados, los abogados son poco éticos, los jurados manipulados, la evidencia
corrompida, y los castigos no siempre son proporcionales al crimen. Y aunque el sistema funcione bien,
no puede ofrecer una redención completa a la culpa o un consuelo verdadero a la víctima. Sólo nuestro
infinitamente sabio y eterno Dios puede lograr una justicia perfecta.
Ayer hablamos sobre el fuego refinador; hoy, nuestro escenario cambia a un tribunal en donde Dios es
testigo, fiscal, juez y jurado. En esta disputa, el pueblo había acusado a Dios de hacerse el ciego ante las
injusticias. Dios promete una justicia que será rápida, severa y segura.

Malaquías 3:5–6

5 «De modo que me acercaré a ustedes para juicio. Estaré presto a testificar contra los hechiceros, los
adúlteros y los perjuros, contra los que explotan a sus asalariados; contra los que oprimen a las viudas
y a los huérfanos, y niegan el derecho del extranjero, sin mostrarme ningún temor —dice el Señor
Todopoderoso—.
Fidelidad en las ofrendas
6 »Yo, el Señor, no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, no han sido exterminados.

¿Ves algunos aspectos comunes entre los transgresores citados en el versículo
5?

¿Qué garantía da Dios en el versículo 6?

El pueblo quiere justicia y Dios se las va a dar. Se encargará del pecado que existe allí entre el pueblo y hará
justicia con una severidad rápida e irrefutable. Vamos a considerar rápidamente los pecados citados en esta
lista.
Taylor y Clendenen definen a la hechicería como el “intento de controlar un mundo físico y espiritual a
través de conjuros mágicos, encantamientos y rituales.”12 Debido a los otros pecados citados en la lista, ellos

12  Taylor and Celendenen, Haggai, Malachi, 392.

36

creen que pudo ser específicamente para el uso de la hechicería con el fin de dañar a otros. Los que perjuran
son aquellos que levantan falso testimonio para estafar a otros y los adúlteros son aquellos que son infieles a
su pacto matrimonial.

Los próximos tres tipos de infractores maltratan a aquellos que eran los más vulnerables en el mundo
antiguo. Sin la provisión y protección de un esposo o un padre, las viudas y los huérfanos estaban dentro de
los más pobres de la tierra. Así que aprovecharse de ellos era poner más sufrimiento en aquellos que ya de
por si estaban sufriendo. La ley de Moisés daba una provisión especial para el extranjero; Israel les daba una
“provisión abundante”. El pueblo de Dios debía recordar que ellos también habían sido extranjeros en Egipto
antes que el Señor los liberara (Levítico 19:33-34).13

¿Hay alguna conexión entre estas ofensas? Recuerda que Dios llamó al pueblo a ser fiel al pacto. Las
provisiones del mismo, reflejan el carácter de Dios. Cada uno de los pecados presentados aquí son ofensivos
a su carácter. También son pecados cometidos contra otros miembros de este pacto. Haz memoria de la
pregunta planteada al principio del diálogo que estudiamos la semana pasada sobre el divorcio, “¿No tenemos
todos un solo Padre? ¿No nos creó un solo Dios? ¿Por qué, pues, profanamos el pacto de nuestros antepasados al
traicionarnos unos a otros?” (Malaquías 2:10). El pueblo fue llamado al amor y a la unidad. Debían cuidarse
entre ellos, pero contrariamente se estaban explotando unos a los otros. Una vez más, vemos la seriedad con
la que Dios toma el abuso entre sus hijos.

Muchos de los infractores citados aquí eran personas ricas y con algún estatus. En vez de usar su posición,
poder y recursos para ayudar a sus compañeros miembros del pacto, los estaban oprimiendo para su propio
beneficio. La injusticia de la cual el pueblo estaba acusando a Dios es realmente el resultado de una sociedad
corrupta. Estos infractores están contribuyendo a la maldad social que esta nación está experimentando. Dios
actuará como juez a favor de aquellos explotados y oprimidos.

¿Cuáles son algunas de las formas en las que has visto a personas siendo
oprimidas, defraudadas o explotadas en nuestra sociedad? ¿Qué puedes hacer
para ayudarlos?

Yo el Señor no cambio. Por eso ustedes, descendientes de Jacob, no han sido exterminados. El veredicto que da
Dios en este juicio es de culpable y su testimonio garantiza condena. Pero el verso 6 nos da una esperanza.
A pesar del fuego fundidor de Dios y de su juicio severo, Él sigue siendo el mismo. Él, que hizo el pacto con
su pueblo, no cambiará. Jehová mantendrá sus promesas y los descendientes de Jacob no serán consumidos.
Existen muchas opiniones en cómo estas promesas serán cumplidas a Israel, pero podemos estar seguros que
Dios será fiel a su palabra.

Nosotros sabemos que el linaje de Jacob nos trajo el Mesías. El mensajero del pacto viene a purificar y a
juzgar. Su sacrificio en la cruz permite a los culpables arrepentirse y encontrar misericordia, pero en su última
venida traerá una espada para hacer justicia.

13  Ibid.

37

Día 5 | Reflexiona, conéctate, responde

Esta semana en Malaquías vimos al pueblo del pacto de Dios acusar a Jehová de injusto. Pasa algún tiempo
reflexionando en la respuesta de Dios.

Reflexiona

Disputa #4: ¿Cómo el pueblo cansó a Dios? ¿A quién promete enviar y que hará
este mensajero?

¿Cómo este pasaje nos ayuda a entender que Dios es justo y misericordioso?

Conéctate

Justo esta mañana he leído varias noticias que me han hecho clamar al Dios de Justicia. En cada una de estas
noticias, una institución poderosa estaba involucrada en un error judicial para que la gente que estaba a
cargo pudiera prosperar. Algunos días parece ser que sólo los malos ganan. Podemos preguntarnos como al
salmista. “¿Hasta cuándo, Señor, hasta cuándo habrán de ufanarse los impíos?” (Salmo 94:3 NVI)
Como creyentes llenos del espíritu, debemos de dolernos por la violencia, odio, y explotación que vemos.
Muy a menudo parece que estos crímenes no sólo no se condenan, sino que los infractores prosperan.
Debemos dolernos porque el pecado hace doler el corazón de Dios y porque el amor de Cristo nos demanda
a amar a otros. Pero nuestra indignación no debe hacernos dudar del carácter de Dios. El Dios de justicia
está aquí.
David nos instruye y nos tranquiliza en el Salmo 37:

No te irrites a causa de los impíos ni envidies a los que cometen injusticias; porque pronto se
marchitan, como la hierba; pronto se secan como el verdor del pasto.
Confía en el Señor y haz el bien; establécete en la tierra y mantente fiel. Deléitate en el Señor y él te
concederá los deseos de tu corazón.
Encomienda al Señor tu camino; confía en él, y él actuará. Hará que tu justicia resplandezca como
el alba; tu justa causa como el sol de mediodía.
Guarda silencio ante el Señor, y espera en él con paciencia; no te irrites ante el éxito de otros, de los
que maquinan planes malvados. Refrena tu enojo, abandona la ira; no te irrites pues esto conduce

38

al mal. Porque los impíos serán exterminados, pero los que esperan en el Señor heredarán la tierra.
(Salmo 37: 1-9 NVI)
Dios ve el sufrimiento de los débiles y oprimidos, y Él actuará. Así que, debemos examinar nuestras propias
actitudes y comportamientos para ver si somos cómplices de maltratos. No queremos ser como el pueblo
en los días de Malaquías, que se quejaban de las injusticias siendo ellos mismos los que las propiciaban.
Debemos hacer lo que David nos exhorta y “hacer el bien” y “deleitarnos en el Señor.” Su espíritu nos
purificará y nos transformará a la imagen de su Hijo. En Cristo brillamos como el amanecer.
A través de Cristo experimentamos tanto justicia como misericordia. No nos dejemos llevar por la ira, sino
por el amor hacia Dios y hacia el prójimo, busquemos ayudar a aquellos que son víctimas de la injusticia.
Podemos confiar en el juicio final de Dios mientras trabajamos para aliviar el sufrimiento aquí y ahora.
Podemos consolar al afligido con la esperanza de Cristo y llamar a los infractores al arrepentimiento sabiendo
que es en la bondad y misericordia de Dios que nosotros ponemos nuestra fe.

Responde

¿Cuál es tu próximo paso?

¿Cómo este pasaje bíblico moldeó tu forma de pensar acerca de Dios, lo que ha
hecho y hará a través de Jesucristo?

¿Cómo puedes demostrar el compromiso de Dios con la justicia en tu propia
vida?

39

Imagínate una enorme conferencia de prensa cósmica con Dios en el podio del
centro. ¿Qué le dirías a Dios acerca del estado de la humanidad? ¿Qué pregun-
tas gritaría la gente?

El libro de Malaquías nos permite ser testigos de tal diálogo entre Dios y la
nación de Israel. Aunque Malaquías registra una conversación que tuvo lugar
hTahcee mboásokdeof2.E4p0h0easñiaonss, easntseweabrsorqduaestteiomnass tchoant loarseqvuietaal útno luecvhearymoones hwohyo. Lhaass
pcroemgumnitatesdqtuheeisrelifle tgoenJesruasn CahDriisot:swsohantddeoeusnaGéopdoecxapdeicftefrreonmtem, pee, raondsuhotowncoayn
cIolnivtentihdiso nseown flaifme iilniaCrehsr.ist? While giving our allegiance to Jesus is essential, the
greater part of our lives is spent learning to follow Jesus ever more closely.
¿ECpóhmeosiahnas d6emreovsetraalsdohoDwiososuur aidmeonrt?ity in Christ must reshape our most vital
¿rDelóantidoensehsiptás etol Dmioastcdheolaurjursetlaictiao?nship to Christ instead of conforming to a lost
¿cPuoltruqreu.éToDliiovse pbayrdeecseigdnisrteaqnutiere?s a new design principle — new goals to aim for!

ArOqeuluarít,iomanlosfihdniepalsl danemdl uAsentxtaigcmuhpoalneTgeeisstaJbmeusetunstaolC,soherlispatu,beowbuhltoo doteeuarDcihoneseseedsutsáfndoour tdaGonnodldyo’sdhoemwsiugohutyr
asmtroern,gctuhestaionndandfoor supbraoynedr.adTyhehacineeneddo etxocusuasseporthsaut desstrlenalgttahd, ptoerobDloiocsk
tisepnireitulaalúaltitmacakspbalyatbhrea.eYvilsoi nbeieandeds urngaepncaylatbortahqesueecdheasnagfeías.y acusa, es una pal-
aLbirvae qbyueDeesnigúnltcimoma pinlestteasntchiae,daefisrimgna.for following Jesus that God wants us to live by.

El amor fiel de Dios por nosotros permanece - entonces, ahora y siempre.


Click to View FlipBook Version