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Published by Marvin's Underground Latino USA, 2018-08-06 16:00:09

Historia De La filosofia

Historia De La filosofia

[31] Viceversa —como veremos más adelante—, si Keplero se hubiera encontrado con
datos métricos cuya exactitud hubiera sido mayor, aun sin llegar a las precisiones casi
fabulosas que hoy alcanza la física, habría fracasado, y la física no se hubiera
constituido porque los medios matemáticos de entonces no bastaban para dominar
diferencias tan pequeñas y complejas. Ello muestra hasta qué punto es la ciencia un
organismo delicadísimo cuyos miembros, de condición muy diferente entre sí, tienen
que marchar con una especie de «armonía preestablecida». <<

[32] Nada sería más fácil que realizar con todo rigor este propósito. Sería simplemente
cuestión de más páginas. Pero la economía de este libro, donde hay demasiado que
decir, me obliga en lo que sigue a entreverar cosas que en rigor pertenecen a aspectos
posteriores, más próximos y que no se ven a vista de pájaro, que es la que en este
capítulo estrictamente correspondería. Mas es preciso, por razones puramente
didácticas, anticipar algunas cosas. Lo importante es que no dejemos de decir lo
esencial a este aspecto y nada daña, si se tiene en cuenta esta advertencia, que
adjuntemos cosas en él inesenciales. Sobre que —y es alerta que vale para todo este
capítulo— frente al estricto fenómeno «filosofía vista a distancia», estos añadidos de
visión más próxima, es decir, de quien está ya dentro de la filosofía y no sólo tiene de
ella vaga y remota visión, no hacen sino dar carácter explícito a lo que ese
«ignorante», sin poder precisárselo, ve, oye y siente en su vaga imagen de lo que es
filosofía. <<

[33] Donde del pasado quedan sólo residuos materiales, cosas, utensilios, piedras y no
residuos verbales, falta siempre para nosotros la presencia de su intimidad. De aquí
que nos encontremos —sobre todo, merced a los recientes avances de la investigación
— con civilizaciones enteras que son mudas y cuyos restos están ahí como un
jeroglífico a que tenemos nosotros que encontrarle un sentido. Esta es la diferencia
entre prehistoria y arqueología de un lado y filología de otro. <<

[34] Véase más adelante Lógica y ontología mágicas, donde hablo de que el Hombre
vio el pensar = lógos = palabra, como viniendo del ser y residente en él. [El epígrafe
aludido no se ha hallado ni, al parecer, llegó a escribirse]. <<

[35] Sobre el lenguaje me ocupo, sistemáticamente, en mi obra por publicar: el lado
social de él va estudiado en mi doctrinal sociológico El hombre y la gente. El resto de
las categorías del lenguaje van estudiadas en mi doctrinal historiológico Aurora de la
razón histórica. [Véanse en El hombre y la gente, capítulos XI y XII]. <<

[36] En rigor, antes de él se produjo el término. <<

[37] En las dos o tres generaciones anteriores —los jónicos— la palabra iatoptv

expresa: lo que ellos hacían, y que luego, con mirada retrospectiva y técnica, se llamó
fusiologiav . Véase Meditaciones del Quijote, 1914. [Obras completas, t. I]. <<

[38] Es increíble que la lingüística actual ignore todavía que las cosas tienen, en efecto,
un «nombre auténtico» y crea que esto es incompatible con el carácter esencialmente
mudadizo y hecho de casi puros accidentes que es el lenguaje. <<

[39] ¿Qué pasaría con este normal y fundamental fenómeno de la vida humana en un
tiempo en que los hombres cualesquiera, los hombres-masa, fuesen siendo
progresivamente petulantes? Pues una cosa muy graciosa, que he visto acontecer, con
intensidad y frecuencia crecientes, en las nuevas generaciones, hasta el punto de
haberme quedado atónito muchas veces: que el joven actual cuando nos lee y
logramos hacerle entender algo cree en seguida que se le ha ocurrido a él la idea.
Como el escritor, si lo es de verdad, parece «plagiar» al lector; este lector; petulante de
hoy cree en serio que es él el verdadero autor y que ya se lo sabía. El hecho es
estupefaciente y grotesco, pero innegable. <<

[40] Recuérdese el breve ejemplo antes aludido de las aventuras sufridas por el
vocablo «idea». Cada palabra reclama, en principio, una biografía, en un sentido
análogo al que tiene este término referido a un hombre. Lo que tiene de sólo
analogía proviene de que las palabras pertenecen, en última instancia, a la

«vida colectiva» que sólo es vida en sentido análogo a la «vida personal», la única
que propiamente es vida. [Véase El hombre y la gente]. <<


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