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Artículos Publicados
- El poderoso libro sufí llamado huriyya
- Sufismo y masonería: dos vías una meta
- La ignorada esencia bíblica de la Constitución de Anderson
- Análisis del mito de la caverna de Platón
- Egrégor

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Published by HERBERT ORE BELSUZARRI, 2020-11-29 10:36:11

DIALOGO ENTRE MASONES N° 84

Artículos Publicados
- El poderoso libro sufí llamado huriyya
- Sufismo y masonería: dos vías una meta
- La ignorada esencia bíblica de la Constitución de Anderson
- Análisis del mito de la caverna de Platón
- Egrégor

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¿La salida de la cueva al mundo exterior, es posible y real? El op-
timismo nos dice que después de un duro camino de ascensión,
el prisionero llegara a entrever la verdadera realidad. Pero…
¿Qué quiere decir “verdadera realidad”? ¿Cuál es la “verda-
dera realidad” en nuestra sociedad? Y cuando uno descubre el
gran montaje y sale del engaño, ¿debe volver a dentro, a infor-
mar y liberar a sus antiguos compañeros? Eso es una disyuntiva
moral.
Algunos consideran que la caverna de Platón se puede superar
de la siguiente manera:

Si planteamos un absurdo con cierta ironía, diríamos “que lo
peor que le podría pasar a un esclavo es sentirse satisfecho con
la vida que está viviendo y con el trato que le ofrecen”. Este tipo
de satisfacción paradójica, que en la cultura actual se está ha-
ciendo cotidiano, es propia del neurótico adaptado, “no piensa
ni prevé el futuro y reduce la vida a la satisfacción inmediata de
lo cotidiano”. Esto constituye una verdadera trampa mental, ya
que incrementa cada vez más la aceptación resignada y poco
consciente de una condición inadvertida de esclavo. “Lo que
define a un esclavo en nuestra época, no son sus cadenas físicas

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ni la imposibilidad de desplazarse de un lugar a otro sin previa
autorización” ¡No!, es esclavo “aquel que abdica de su libertad”.

Exagerando más, tampoco los latigazos pasarían a constituir el
componente más importante de la condición de esclavo. El pro-
blema de un latigazo no es el golpe doloroso que proviene del
exterior, sino la predisposición interna del esclavo a recibirlos y
a naturalizar la acción física de un poderoso sobre él.

Por eso, el problema del esclavo no radica en las formas situa-
cionales en que pasa cada hora del día en términos de maltrato,
sino en una matriz de pensamiento que le impide cuestionar su
estado de sumisión. Esto lo conduce a aceptar las condiciones
en que vive con pasividad resignada y sin iniciativa para cam-
biar su estado.

Pero si a ello se agrega un estado de satisfacción por el bien-
estar aparente que le ofrecen, nuestro esclavo está condenado
de por vida. Él mismo decidió engrillarse mentalmente. No de-
bería llamarnos la atención que, a pesar de los logros de reco-
nocimiento tardío de no pocos derechos, propios de la condi-
ción y de la naturaleza humana, todavía vivamos con algunos
vestigios de esclavitud.

Así como el esclavo satisfecho vive adaptado a las formas im-
puestas sin cuestionarlas y sin ejercer su capacidad crítica, del
mismo modo los individuos sometidos a los intereses de una
cultura y sociedad manipuladoras, también viven adaptados a
los estereotipos inculcados.

La imposición de valores aparentes y la manipulación ejerci-
da sobre las mentes en sus diferentes estilos y con sofisticados
recursos, conducen a la aceptación de formas reñidas con el de-
recho básico de pensar con autonomía y de vivir creativamente.
Del mismo modo que nuestro esclavo imaginario no puede mo-
verse fácilmente de un lugar a otro, nuestra mente esclavizada

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por los prejuicios y por las rutinas laborales, familiares, perso-
nales y sociales, nos impide ejercer la capacidad de iniciativa y
autonomía ante los diversos aspectos relacionados con el con-
sumo, la moda y la distorsión encubierta de los valores.

La comodidad y la indiferencia, asociadas a ese estado, con-
ducen a que nuestra mente deje de pensar y de mantenerse
activa para plantear nuevas hipótesis y para cuestionar con sen-
tido crítico y firmeza nuestra resignación pasiva. Así, como todo
esclavo, y por falta de confianza en nosotros mismos, somos es-
pectadores automatizados de un estado de situación que cree-
mos no poder modificar.

Por eso, aparece en muchos la aberrante necesidad de pedir
autorización para desplegar aquello que forma parte de la inti-
midad inviolable de todo ser humano, que es su capacidad para
pensar y disentir. Al igual que nuestro personaje, la manipula-
ción mental de una cultura interesada en el poder, encadena
la mente a prejuicios, slogans y estereotipos que inmovilizan a
los mismos jóvenes en un presente sin esperanza y a vivir en el
escenario de una nivelación mental y de una uniformidad en el
pensar y hacer que se mantienen bajo el temor a la descalifica-
ción, al ridículo y a la marginación.

Por eso, el miedo a pensar por sí mismo y el ejercicio silen-
cioso e inadvertido de la propia censura, constituyen las formas
mentales de aquellos latigazos y mordaza física. Esto explicaría
la utilidad del esclavo, percibida favorablemente por el sistema
que lo manipula en función de su “atontamiento” mental y jamás
por su lucidez y capacidad crítica.

Siguiendo el paralelismo, así como a los esclavos hay que
mantenerlos ocupados y evitar que dispongan de tiempo pro-
pio porque es peligroso su ocio creativo, de igual manera el in-
dividuo de una sociedad alienante debe mantenerse ocupado.
Esto gatilla la pregunta referida a buscar las formas de “llenar”

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los “huecos” de la vida cotidiana, incluso a partir de la infancia,
a fin de “modelar” la inteligencia en formación y mantenerla
ocupada y asegurada con prejuicios, con creencias, con imáge-
nes y pensamientos rutinarios.

A ello quizás apunten las diversiones y fantasías que mantie-
nen al adolescente ocupado y “estacado” mentalmente en las
formas alienantes de un consumo no consciente. Así, y con efec-
tos de cierta violencia blanca, se buscan satisfacciones prima-
rias y básicas, limitadas a las frivolidades y banalidades de esos
espectáculos montados como un elogio siniestro a la mediocri-
dad y a la degradación mental y emocional.

Esto se concreta en una uniformidad de pensamiento y se
plasma en el consumo de imágenes que llevan a vivir entreteni-
do, como todo esclavo satisfecho, bajo la penumbra de lo apa-
rente y del atontamiento mental. No comprender esto produce,
como primer resultado pedagógico adverso, el adormecimien-
to precoz de la mente y de la sensibilidad, surgiendo de esto la
tendencia a buscar siempre la uniformidad del pensar en los
grupos, en las familias y en las instituciones mediante estereo-
tipos que provocan un impacto mental nivelador en individuos
incapaces de pensar por sí mismos.

En ese sentido, la vida deja de ser el trayecto en busca de
la verdad, del bien y de la felicidad, para transformarse en un
reflejo alucinatorio que promete a cada individuo, en su espe-
jismo estereotipado, un bienestar aparente signado por un pen-
samiento impuesto y acatado dócilmente por no haber tenido
el coraje de superar y de vencer a tiempo su adormecida alma
de esclavo.

La realidad supera cualquier escenario imaginado, pero los ma-
nipuladores siguen mostrando una realidad opuesta a la verdad.

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LIBRO DIGITAL
PARA Pc O CELULAR

TITULO : HIRAM ABIF EN BLANCO Y
NEGRO

AUTOR : HERBERT ORE BELSUZARRI
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455

EGRE

Herbert Oré B

56

EGOR

Belsuzarri 33°

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EGREGOR

Herbert Oré Belsuzarri 33°

Seguro que en algún momento oyó, le comentaron o simple-
mente se preguntó ¿Qué es un Egrégor?

Lo primero que sobre ello encontrara es que lo definen como
un concepto propio del ocultismo, que representa una “forma
de pensamiento” o “mente colectiva”, esto es, una entidad psí-
quica autónoma capaz de influir en los pensamientos de un gru-
po de personas.

Como mente colectiva es creada, cuando la gente se une cons-
cientemente para un propósito común, y ello no necesariamen-
te es aplicable solo al ocultismo, porque bien puede aplicarse
también a empresas y corporaciones, a un equipo de futbol, a
un grupo religioso, o una multitud en un concierto musical.

LA PSICOLOGIA Y LAS EMOCIONES.

La psicología no habla del “pensamiento” ni “mente colec-
tiva”, pero sí de las emociones que son la manifestación de
ellas, y los considera como reacciones psicofisiológicas de las
personas ante situaciones relevantes, tales como aquellas que
implican peligro, amenaza, daño, pérdida, éxito, novedad, etc.
Estas reacciones son de carácter universal, bastante indepen-
dientes de la cultura, producen cambios en la experiencia afec-
tiva (dimensión cognitivo-subjetiva), en la activación fisiológica
(dimensión fisiológica-adaptativa) y en la conducta expresiva
(dimensión conductual-expresiva).

Desde un punto de vista psicológico, emociones tales como
la alegría, el miedo, la ansiedad o la ira son emociones básicas
que se dan en todos los individuos de las más diversas culturas,

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poseen un sustrato biológico considerable, y forman parte de
la comunicación con los demás. A su vez, pueden actuar como
poderosos motivos de la conducta.

Entre las emociones podemos distinguir al menos dos grupos:
las positivas y las negativas. El miedo-ansiedad, la ira, la tris-
teza-depresión y el asco son reacciones emocionales básicas
que se caracterizan por una experiencia afectiva desagradable
o negativa y una alta activación fisiológica. Sin embargo, en oca-
siones encontramos que algunas de ellas pueden transformar-
se en patológicas en algunos individuos, en ciertas situaciones,
debido a un desajuste en la frecuencia, intensidad, adecuación
al contexto.

A pesar de estas afirmaciones, existe cierta controversia en
relación con qué entendemos por emociones negativas y posi-
tivas. Las emociones también cumplen una función importante
en la comunicación social. Por ejemplo, una emoción como la
felicidad favorece los vínculos sociales y las relaciones inter-
personales, mientras que la ira puede generar respuestas de
confrontación.

La represión de las emociones tiene una función social, por
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cuanto puede ser socialmente necesaria la inhibición de ciertas
reacciones emocionales con capacidad de alterar las relaciones
sociales y afectar incluso la propia estructura y funcionamiento
de grupos y cualquier otro sistema de organización social.

Así, la ira facilita las reacciones defensivas, la alegría la atrac-
ción interpersonal, la sorpresa la atención ante estímulos no-
vedosos, etc. Por otro lado, la emoción dirige la conducta, en el
sentido de que facilita el acercamiento o el alejamiento de la
conducta motivadora en función de las características de agra-
do desagrado.

En resumen, si bien algunas de las principales discusiones teó-
ricas actuales giran en torno a si existen emociones básicas y si
el reconocimiento de éstas es universal, lo cierto es que existen
ciertos patrones de reacción afectiva distintivos, generalizados
y que suelen mostrar una serie de características comunes en
todos los seres humanos. Se trata de las emociones negativas de
alegría, tristeza, ira, sorpresa y miedo. Por otra parte, nos encon-
tramos con las emociones positivas, que se caracterizan porque
generan una experiencia agradable. Ejemplos de este tipo de
emociones son la alegría, la felicidad o el amor.

Es decir, las emociones se pueden entender como positivas o
negativas en base a:

1) las condiciones que evocan la emoción,
2) las consecuencias adaptativas de la emoción o
3) la experiencia subjetiva de la emoción.

A partir de lo dicho y considerando que la masonería tiene
su propio método para “mejorar al hombre”, consideraremos al
Egrégor, como el resultado de una sinergia de pensamiento. Los
Egrégores son “creaciones”, nuestras, creación de cada uno de
nosotros, ya que todos creamos Egrégores.

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LA ENERGIA DEL PENSAMIENTO.

La energía del pensamiento, o energía pensante de creación
nuestra, es un Egrégor, hijo etérico de nosotros, y su creador
somos nosotros. Ello debido a que el hombre constantemente
emite pensamientos desde su cuerpo mental; una actividad in-
cesante, muchas veces sin la conciencia despierta total del todo.

Entonces si nosotros somos su creador, nuestros sentimien-
tos que son muy variados por cierto, pueden ser nobles o estar
cargados con odio, sufrimiento y rabia, y ello se manifiestara
en esta nuestra creación. De nosotros depende la esencia del
Egrégor.

El poder de nuestra mente gobierna las células de nuestro
cuerpo, lo que ocurre en nuestra mente se refleja y manifiesta
como en un espejo, en nuestro cuerpo físico, emocional y espi-

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ritual. La función de la mente es pensar y recibir ideas, y esas
ideas, estimulan el campo emocional, que lleva al cuerpo físico,
a la acción para plasmarla en algo tangible.

Los pensamientos son energía que se acumulan en nuestros
cuerpos y otra parte de ellos se expanden y salen a la atmósfera,
es decir, tiene masa (cuerpo) , y aunque no lo crean adquieren
vida y personalidad, son entidades que funcionan de acuerdo a
la dirección que le hemos dado.

El ojo humano no lo puede ver, porque no está capacitado
“para ver estas energías”, sin embargo las percibimos, y nos
afectan positiva o negativamente.

Posiblemente en algunas ocasiones, le ha sucedido que siente
antipatía con una persona que recién conoce y no sabe nada
de él, o situaciones inversas, donde la persona nos atrae y bus-
camos su compañía sin tener una razón clara. También eso nos
pasa con lugares que visitamos.

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De lo dicho percibimos dos tipos de pensamientos: los posi-
tivos y los negativos, y consecuentemente estos generan Egré-
gor positivo y Egrégor negativo. Se dice que los pensamientos
negativos son opacos, oscuros, de baja vibración, y afectan a
quienes van dirigidos, y rodean al individuo que los emitió en
una atmósfera pesada y oscura, algunos llaman a esto “malas
vibraciones”, y crea lo que se llama Egrégor negativo.

Los pensamientos altruistas y positivos, siembran en nuestro
subconsciente vibraciones luminosas, que nos proporcionan sa-
lud, belleza, energía, etc. Estos son los Egrégores positivos.

Cuando emitimos pensamientos de ira, venganza y muchas ve-
ces lo expresamos con palabras, en ese momento nuestro cuer-
po emite ondas electromagnéticas que salen al espacio, donde
se atraen con otras cargas afines, es decir, ondas similares de
pensamiento de odio, tristeza, abandono y despecho de otras
personas, y se unen atraídas como si fueran imanes.

Es menester enfatizar, que descargar los pensamientos, es des-
cargar energías, éstas se convierten en materia. Estas fuerzas
lanzadas al espacio toman cuerpo y fabrican un ente de condi-
ción negativa o positiva por correspondencia. Este ente perte-
nece a quienes lo fabricaron, y periódicamente, regresa a ellos

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y, para recordarles que o quien les hizo daño, entonces se con-
vierte en un “recuerdo” y cuando se evoca, se siente más daño
aún, porque el Egrégor creció, se fortaleció, aumento a costa de
quienes tienen similar sentimiento. Así se forma una conciencia
colectiva de derrota, tristeza, odio, resentimiento, violencia, etc.,
que crea un plasma egregórico que nos cubre con su atmósfera
densa y oscura.

Es por ello que debemos tomar conciencia del pensamiento
que descargamos y debemos hacer lo necesario para que nues-
tra vibración sea elevada y luminosa, ya que cada vez que los
emitimos, estamos creando un Egrégor.

Pensamos que nuestras emociones son completamente secre-
tas y que si no los referimos, quedaran guardados sólo para no-
sotros, y que no afectaran a nadie ¡Qué equivocados estamos!

COMO FUNCIONA EL PENSAMIENTO.

Para graficar lo que expresamos, nos situaremos en el momen-
to en que tiramos una piedrita a una alberca, a un lago o algún
depósito de agua quieta. Lo que vemos es la onda que se forma
alrededor del lugar donde la piedrita impacta con la superficie.
Son ondas circulares desde el centro hacia afuera a pesar de
que la piedrita toca una mínima parte de la superficie, su im-
pacto es mayor.

Ahora arroja varias piedritas, verás cómo las ondas interactúan
y se impactan unas a otras hasta formar una gran onda. Esa es la
naturaleza de la energía. Lo mismo sucede con las ondas de la
luz y del sonido, las cuales viajan en rangos de espectro a través
del aire y del espacio de maneras que no podemos percibirlos.
Eso mismo ocurre con el pensamiento que descargamos y se
amplifica con la acción de otros pensamientos similares, y a ello
denominamos Egrégores. “Todo en el universo vibra y la ener-
gía se desplaza en ondas de distintos patrones y frecuencias”.

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¿No estamos convencidos aún? ¿Por qué habría de ser diferente nuestros
pensamientos y emociones, si son impulsos eléctricos con una fre-
cuencia vibratoria que un electroencefalograma o electrocar-
diograma puede leer?

Cada pensamiento genera un big bang: un pensamiento crea
una emoción o energía en movimiento, que a su vez genera una
vibración, esa vibración tiene una frecuencia y la frecuencia –
compuesta por señales eléctricas– lleva información. Dicha in-
formación impacta en primer lugar a nuestras células, órganos
y sistemas. Después se expande como las ondas en el agua e
impacta a los más cercanos.

¿Tu que transmites?

Somos seres de energía, todo el tiempo emitimos información,
tal como una estación de radio. Entonces permíteme que os pre-
gunte: ¿Tú qué transmites?

Los niños son especialmente sensibles a esa información que
viaja en el espacio dentro de una casa o un lugar determina-
do. Comprender que nuestros pensamientos y emociones no
son secretos –en especial para los niños–, conlleva la enorme
responsabilidad de ser conscientes de lo que emitimos sin pa-
labras. Esa información impactará inexorablemente a ellos y a
cuantos nos rodean. No estamos solo en el planeta, sino que,
en cada momento, para bien o para mal, impactamos todo y a
todos.

Así a lo largo de los años cada uno de nosotros crea una es-
pecie de huella energética, compuesta de los diversos pensa-
mientos, emociones y experiencias que en automático tenemos,
pensamientos inconscientes, que nosotros no aceptamos tener,
que tiene una vibración única, que los demás perciben cuando
interactuamos.

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Cada vez, crece más la certeza, que todo lo que hacemos, afec-
ta la tierra, y todo lo que ocurre en ella afecta a nuestra familia,
hogar, vecindario, ciudad, país y a toda la humanidad. Eso nos
debe comprometer a mejorar nuestros pensamientos individua-
les, para que nuestra “conciencia colectiva”, sea más luminosa,
más armoniosa y que nuestro cuerpo mental pueda emitir. Eso
es lo que hacemos los masones en nuestras tenidas de logia.
“Mejorando al hombre, mejoramos la humanidad”.

La tenida masónica y el Egrégor.

El Egrégor que creamos en nuestras reuniones logiales, se
forma con sus propias peculiaridades, y esa magia ocurre “des-
pués de la apertura del Libro Sagrado en el Ara, cuando todos
se unen con las mentes para el acto de crear”.

Para que la Tenida Masónica, o trabajo de logia, tenga el efecto
deseado, por lo menos requiere de los siguientes aspectos.

-El ritual, cuyo desarrollo nos permite percibir el objetivo.
-El Templo, que son nuestros lugares de reunión, exclusivamen-
te dedicados al oficio iniciático en el cual se trabaja. No es con-
veniente “trabajar” en un lugar usado comúnmente para activi-
dades profanas, ni convertirlo en forma ocasional en un lugar
para la actividad iniciática.

Tampoco es conveniente, desde este mismo punto de vista,
que el Templo dedicado para el desarrollo del Ritual, se con-
vierta por cualquier razón, en un lugar para actividades profa-
nas. Una Tenida masónica debe llevarse a cabo, tanto en el de-
sarrollo del Ritual como en las intervenciones personales que
surgen en el debate o análisis de alguna enseñanza, en la más
justa y completa armonía, dentro del Templo Masónico.

Si uno o más miembros de la Logia, estuviesen pensando, so-
bre lo ostentoso que lucen para la ocasión, o el afán de brillar

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tomando parte prominente en los procedimientos del Ritual,
para satisfacer su vanidad; o si existieran sentimientos perso-
nales tales como haber ingresado al Templo en un ánimo de
revancha por alguna ofensa, o estar afectado por los celos y la
envidia, lo más probable es que todo el ejercicio y esfuerzo por
conseguir el objetivo oculto del Ritual sería inútil.

Si por el contrario, al ingresar en el Templo, los miembros que
participan de él hacen el ejercicio de dejar todo pensamiento,
sentimiento y acción profana fuera, entonces el resultado será
de un efecto muy beneficioso. Los masones somos instruidos
sobre esto en forma regular y entendemos que en la mayoría de
los casos es así, pero de los efectos no se tiene cabal conciencia.

Evitemos que algún Hermano llegue a las reuniones de su
Logia sin estar enterado sobre el motivo y temática que se tra-
bajará en ella. Todo Hermano debe tener una inteligente com-
prensión del tema que se va a tratar. Su asistencia entonces
constituirá un factor de aporte al trabajo general que emprenda
la Logia. Los Aprendices, Compañeros y Maestros, tienen que
hacer su trabajo, y más allá de ser simples espectadores, de-
ben estar en condiciones de hacer aportes ciertos sobre los te-
mas en estudio; si no se está en condiciones de hacer un aporte

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objetivo, al menos cada uno de ellos debe dar su opinión; esto
igual sirve, pues también se acumula al resultado sumatorio que
se observa en la construcción del Egrégor que se quiere tener.
Entonces eso quiere decir, que requerimos de cierta reflexión
y meditación, porque es necesario fijar el efecto exacto de un
pensamiento bien definido y sostenido en el tiempo.

El procedimiento habitual, para el estudio de este tema y de
todos en general, es que en la Tenida, todos los miembros que
asisten a ella, se encuentren al tanto sobre la materia a estudiar.
Esto permite que todos se hayan preparado convenientemente
y con antelación, y sobre todo deben concentrarse en escuchar
los aportes de los hermanos el día de la asamblea e incluso los
que puedan ser burilados durante los refrigerios.

Todo pensamiento suficientemente definido para ser digno de
este nombre, produce dos resultados diferentes. Primero, esta-
blecer una vibración lo suficientemente definida y fuerte como
para invadir todo el plano de la comprensión mental que involu-
cra a nuestros hermanos que se encuentran a nuestro alrededor,
donde al igual que la voluntad al ordenar a un dedo de nuestra
mano que ejerza presión sobre una tecla definida de un piano,
resulte de un sonido audible y musical; nuestro pensamiento
suficientemente definido entrará en la comprensión de todos
quienes asisten al trabajo de la Logia. En segundo lugar, cada
pensamiento reúne a su alrededor la materia viviente del plano
mental y construye lo que se denomina la forma de pensamiento.

Allí está la energía con la cual se construye el Egrégor de
nuestra Logia. Si nuestros pensamientos y aportes al estudio de
la Logia son un simple ejercicio mental, donde nuestro apor-
te es algo comúnmente repetitivo y sin sentido, no pasa de ser
simplemente eso. Pero si nuestro pensamiento expresado por
el verbo, lleva el sello del pensamiento altruista, de la aspira-
ción elevada y de la emoción superior por los ideales que pro-
fesamos, entonces la idea como pensamiento, se desarrolla en

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la comprensión de los hermanos centuplicando así su fuerza y
acción.

Un sentimiento y un pensamiento altruista, pueden morir si
alrededor de él moran sentimientos y vibraciones inferiores,
tales como el egoísmo, el fanatismo o la intolerancia. Cuando
un Iniciado piensa y hace aportes muy bien definidos a sus her-
manos y a la Logia en general, está enviando a su derredor una
vibración muy potente, porque no sufre oposición, al igual que
un sonido en un gran silencio.

Es como una luz brillante en una noche oscura. Es la visión que
mediante la potencia de su vibración, remece las mentes de sus
iguales para despertarlos de su sueño. Es el momento en que
se esclarecen las mentes de todos y comprenden las múltiples
posibilidades de un pensamiento bien dirigido, esclarecido y
con emoción. Esto quiere decir, que los hermanos que lo han
escuchado liberan del plano mental al cosmos, condiciones be-
neficiosas e incalculables de recepción y creatividad.

Si el pensamiento de un solo hermano produce tales resulta-
dos, nos maravillaremos con el pensamiento de veinte, treinta o
más hermanos dirigidos al mismo fin al unísono, que producirá
un efecto muchísimo mayor. La fuerza del pensamiento en con-
junto de un gran número de hermanos, es mucho mayor, que la
suma simple de sus pensamientos aislados.

Un masón consecuente en pensamiento y emoción con sus
ideales, es un centro, del cual fluye hacia el mundo profano, las
ideas y pensamientos liberalizadores, que genera una reacción
en cadena, en las mentes que aún no han despertado a las ideas
superiores, produciendo en ellas, un aceleramiento a su des-
pertar.

No es casual que cuando se funda una Logia, esta Levanta Co-
lumnas en ciertas condiciones, que pueden ser de tipo astronó-

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mico, astrológico, numerológico, cabalístico, etc., y que afectan
su actividad. Todas tienen su peculiaridad, que perduran a pe-
sar de los individuos que entran y salen de ella, y de los que las
componen en forma regular. De hecho, están animadas desde
su fundación por propósitos muy particulares.

Llevan nombres de virtudes, personajes distinguidos, santos
patronos, símbolos y figuras masónicas, etc., y todas ellas ani-
madas por una idea, sostenidas en una inspiración, que busca
una meta en particular.

Un hecho importante a considerar, y que reafirma lo que se
dijo, es que el Templo de la Logia, se considera como el lugar
donde habita el Egrégor formado por el pensamiento colectivo
de todos los Hermanos que asisten a las Tenidas. La construc-
ción y permanencia del Egrégor no puede ser perturbado por
pensamientos no armónicos. Para que eso no ocurra, un Templo
no debe ser utilizado en otras actividades.

Nuestro deber es defenderlo de todo este perjuicio, y debe-

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mos cultivar nuestro interés por el embellecimiento del Templo
de manera permanente, para que el Egrégor que construimos,
sea agradablemente afectado por los pensamientos de todos
los que ingresen en él. Lo contrario, lo perjudica. El Templo
puede ser sencillo, pero debe estar escrupulosamente limpio,
decorado de un buen gusto para estimular el respeto, el recogi-
miento y el estímulo para la emoción artística, porque el Egré-
gor debe ser perfecto en todos los sentidos, y el arte y la belle-
za son fundamentales para la evolución tanto del Egrégor de la
Logia como de los Hermanos que la componen.

¿Podemos modelar el Egrégor?

El Egrégor es formado con nuestros pensamientos, sentimien-
tos y emociones y de acuerdo a ellos, este reacciona sobre no-
sotros ayudándonos tan pronto como estemos bajo el amparo
de su influencia. En el Templo no debería haber ninguna mur-
muración, ni menos ningún pensamiento o gesto poco fraterno,
pues un mal pensamiento y un acto infraterno por parte de un
iniciado es multiplicado por esta condición, y no ocurre lo mis-
mo cuando lo hace un profano. “Un comentario mal intenciona-
do de un profano, no afecta tanto como una crítica incorrecta,
maligna e injusta hecha por un iniciado”. Por eso, todos los her-
manos deben procurar que los trabajos siempre estén poblados
de los pensamientos más elevados y expresados con las pala-
bras más respetuosas y afectuosas. Siempre hay que dar paso a
opiniones útiles, verdaderas y agradables.“Todos los miembros
de una Logia son importantes”. Son necesarios los Hermanos
con capacidades intelectuales, para construir la cabeza; son ne-
cesarios los Hermanos de vivos sentimientos para construir su
corazón, son necesarios los Hermanos cooperadores y siempre
dispuestos a servir a sus demás Hermanos, para construir sus
miembros. “Todos los hermanos son necesarios, y por eso sus
ausencias son dolorosas”.

Las Tenidas deben ser constantes y regulares y frecuentes
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como fuere posible, no precisamente muy concurridas, pero sí,
los que asisten deben ser sinceros y entusiastas con los trabajos
de la Logia. Esta actitud es fundamental para la construcción del
Egrégor, que necesita además ser cargada continuamente con
nuevo poder. El Gran Arquitecto del Universo es el Logos cons-
tructor, y al igual que el que crea los mundos de acuerdo a sus
designios, los miembros de una Logia (que es un microcosmos)
también crean al Egrégor según los patrones de pensamientos
que emiten en su conjunto. Es una gran responsabilidad, pero al
mismo tiempo un gran privilegio el tomar parte de tan magnífi-
ca forma de pensamiento, cargada de benéficas influencias que
ayudará a todos los que se pongan en contacto con él.

Por cierto el Egrégor tiene una individualidad, y es por el resul-
tado de quienes tengan un poder de pensamiento más podero-
so, fuerte y definido, elementos que son más activos al momento
de definir su edificación. Sin embargo hay que tener cuidado,
porque si todos los elementos que colaboran a la construcción
del cuerpo del Egrégor no son lo suficientemente equilibrados,
entonces es posible que nos encontremos con Egrégores de
clases muy variadas. Unos pueden ser fríamente intelectuales,
otros activos y batalladores, otros adormecidos y tristes, otros
muy cautelosos y desconfiados. Si tuviéramos la capacidad sen-
sitiva de captar el Egrégor de nuestra logia y de las logias que
visitamos, podríamos definir aún sin conocer a los miembros
que la componen tal o cual Logia, qué clase de Hermanos son
los que tenemos en frente. Como ello no es posible, nuestro tra-
bajo en nuestra logia y en las que visitamos debe ser lo más
edificante posible, lo más luminoso que nuestro ser es capaz de
aportar.

“El Egrégor se realimenta de las mismas emociones que la
crearon, y a quienes la engendraron, les induce a producir re-
petidamente las mismas emociones”. Hay Egrégores efímeros
y permanentes. Los primeros obedecen a impulsos psíquicos o
estados de conciencia esporádicos y sin fuerza aglutinante; los

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segundos son el resultado de la acumulación de materia psíqui-
ca realizada de manera constante y permanente por efecto de
los estados de conciencia habituales, ya sea del individuo o del grupo.
“Nada está inmóvil, todo se mueve, todo vibra”

Si consideramos que hay tres planos de existencia: el plano
físico o material, el plano mental o metafísico y el plano espiri-
tual, también existen tres tipos de vibraciones, la más baja la del
plano material y la más alta que corresponde al plano espiritual.
Obviamente así como en el plano físico no todo lo que existe
posee la misma vibración, en los demás planos también hay di-
ferencia vibracional. En el Universo entero no hay nada que esté
inmóvil y quieto sino que en realidad está todo continuamente
vibrando y en movimiento. Cualquier pensamiento (positivo o
negativo) es energía que sale de nosotros hacia el mundo exte-
rior para dar forma a lo que hemos pensado.

En su camino se une con pensamientos similares de otras per-
sonas y se fortifica, una vez que es lo suficientemente fuerte,
regresa a quien lo creó. Una perfecta comprensión de este prin-
cipio habilita al estudiante hermético a controlar sus propias vi-
braciones mentales, así como las de los demás.

“Para cambiar vuestra característica o estado mental, cambiad
vuestra vibración.”

“Para destruir un grado de vibración no deseable, póngase en
operación el principio de polaridad y concéntrese a la atención en
el polo opuesto al que se desea suprimir. Lo que no es deseable se
elimina cambiando su polaridad.”

“La mente, así como los metales y los elementos, puede trans-
mutarse de grado en grado, de condición en condición, de polo
a polo, de vibración en vibración.”

El Egregor formado por el poder de los ritos, de las ceremo-

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nias litúrgicas y de meditaciones llevadas a cabo regularmente
por las distintas religiones, sociedades y escuelas esotéricas de
entrenamiento espiritual del mundo, determinan estados psí-
quicos con gran influencia que afectan el ambiente particular
de tales comunidades y también sobre otras conciencias gene-
rando un fenómeno psicológico vivenciado como un despertar
espiritual.

Tipos de Egrégor.

Si se aprecia una elevación o dignificación de la conciencia,
crearemos un Egregor positivo. Estos Egregores son deseables,
necesarios, y es lícito pretenderlos como cohesión iluminada.
Por el contrario, existen otros negativos que son generados por
actos de egoísmo, por la incapacidad de aceptación del bien y
de rechazar al mal. Estos Egregores son los más numerosos y los
que frecuentemente nos encontraremos cruzados en el camino
hacia la máxima elevación espiritual en donde se busca la paz,
la serenidad y la comprensión.

Los distintos tipos de Egregores cualifican la vida de indivi-
duos y de los grupos que los produjeron por efecto de sus or-
dinarios y habituales trabajos y estados de conciencia. Esto ge-
neralmente se percibe cuando se visita otra logia, y de manera
muy especial si esta es una logia antigua. Recuerdo que en una
oportunidad hace muchos años ya, uno de los hermanos con
quien visitamos una antigua logia al salir de ella me pregunto
¿Sentiste la fuerza de la logia?, y claro yo no la había percibido.
Mi acompañante me dijo: ¡Sentí la energía acumulada de años
de trabajo!, y como yo no decía nada al respecto, me puso una
mano sobre el hombro y me dijo: Conforme pasen los años y
aprendas más de masonería, lo sentirás. Algún tiempo después,
cuando la logia me hizo su 2do. Vigilante, en el momento que
tome el mallete, sentí una fuerza inexplicable que invadió mi
cuerpo. Al término de la tenida, el hermano que años antes me
había hecho la pregunta que os referí, se acercó y me pregunto:

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¿Sentiste la fuerza?, esta vez respondí que efectivamente ello
había ocurrido, me abrazo masónicamente y me dijo, ¡Sigue,
aún te falta mucho por aprender!

Cuando ocupe la Silla del Rey Salomón y tome el mallete regu-
lador de la logia, la energía que ella me traslado era muchísimo
más fuerte y más clara. El hermano que antes ya me había he-
cho las preguntas que os narro, nuevamente me pregunto: ¿Sen-
tiste la fuerza?, y le respondí que no solo lo sentí, sino que ahora
era parte de mí.

El Egrégor de la Logia.

Esta energía acumulada, provenientes del pasado aun pulu-
lan en ritos y ceremonias y continúan proyectando energías. Otros,
de carácter reciente generan un poder muy notorio en la vida actual
determinando los aspectos sociales, políticos y culturales, de las dis-
tintas naciones. Pero claro no todos los perciben, pero si todos
son afectados por su influencia.

El Egrégor como ente mágico y etéreo, fruto de sinergismo
de personas reunidas en la práctica de un ritual, como energía
psíquica se dota de una forma objetiva en el plano donde se
manifiesta. Esta forma se adapta a las expresiones de la perso-
nalidad cuando se experimentan estados de conciencia como
el odio, la envidia, el miedo o la desesperación o, por el contra-
rio, la benevolencia, el afecto, la compasión, la decisión o el va-
lor. De allí nace la necesidad de tener en logia los pensamientos
más edificantes que nos sea posible expresar.

El Egrégor masónico de la logia, se manifiesta durante el tra-
bajo, por ello, es aconsejable que el desarrollo del Ritual, como
las intervenciones personales estén en completa armonía. El
Egrégor masónico atribuye a los trabajos un carácter místico,
diferenciándolos de otros tipos de reuniones, y de los de otras
logias, por tanto, al ingresar en el Templo, los miembros debe-

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rían dejar todo pensamiento y actitud profana fuera. Los Apren-
dices, Compañeros y Maestros, al superar el papel de simples
espectadores, y ser aportantes de actitud y opinión constructiva,
producen una vibración colectiva que constituirá el Egrégor, al
que nos conectaremos mental o emocionalmente.“Alimentando
al Egrégor, al mismo tiempo que el Egrégor nos alimenta a no-
sotros, logramos el constante equilibrio”.

El Egrégor influencia permanentemente a los miembros de
una Logia, aún a aquellos que ignoran que sus nobles pensa-
mientos son el resultado de esa energía que se acumula en el
tiempo, y que acuden a sus mentes en el curso de su asistencia
a las Tenidas de la Logia, y sienten una satisfacción inexplica-
ble, cuando forman “La Cadena de Unión”, mientras que otros
logran sintonizarla, cuando oyen decir: “Antes de separarnos,
unamos nuestros corazones en fraternidad y elevemos nuestros
pensamientos al Creador. ¡Que Él inspire nuestra conducta en
el mundo profano, que guie nuestra vida y sea la luz de nuestro
camino!”

Es posible construir más de un Egrégor en una sola Logia,
y señalar a cada uno, misiones que tienen que cumplir por el
bien de la Orden y de la Logia en particular. Dotarlos con la
armadura que estimemos conveniente y con los atributos que
deseamos. Allí radica el secreto real de la masonería operativa
sobre la masonería especulativa y que debe ser necesariamen-
te enseñado por quienes corresponde: Los dos Vigilantes y el
Venerable Maestro.

Las formas de pensamiento colectivo como individuales, son
armoniosamente construidas, y son vivificadas por los Maestros
Pasados, los verdaderos Guardianes de nuestra tradición, trans-
formándose, en el canal por el cual se vierte los dones del Espí-
ritu en forma tangible. Entonces la divinidad, invocada, el Gran
Arquitecto del Universo, puede enfocar su gracia en el pensa-
miento que nosotros hemos creado: el Egrégor de la Logia.

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A:.L:.G:.D:.G:A:.D:.U:.

Diciembre 2020

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