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Artículos Publicados
- La búsqueda de los orígenes
- El principio de triangulación en los ritos masónicos
- Hablemos de brujería
- Constituciones de Anderson 1723

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Published by HERBERT ORE BELSUZARRI, 2020-10-30 19:10:21

DIALOGO ENTRE MASONES N° 83

Artículos Publicados
- La búsqueda de los orígenes
- El principio de triangulación en los ritos masónicos
- Hablemos de brujería
- Constituciones de Anderson 1723

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Dialogo Entre Masones

Artículos Masonicos Seleccionados
Año 7 - N° 83

NOVIEMBRE 2020

L

Dialogo Entre Masones

Artículos Masonicos Seleccionados
Año 7 - N° 83

Director General

Herbert Oré Belsuzarri

Directores

Mario López Rico
Vicente Alcoseri
Julio Villarreal III

Artículos Publicados

-Labúsquedadelosorígenes..........................3
- Elprincipiodetriangulaciónenlosritosmasóni-
cos..........................................................11
- Hablemos de brujería..............................28
- Constituciones de Anderson 1723.................49
La revista agradece la difusión de los artículos
publicados, mencionando la fuente y la auto-
ría.

Valle de Lima Noviembre 2020

2

La búsqueda de los orígenes

Pierre Mollier

3

La búsqueda de los orígenes

Pierre Mollier

En una institución como la masonería, preten-
der basarse en una tradición la cuestión de los orí-
genes, no es un simple problema de erudición.
También es un problema de identidad.

Construyendo una identidad

En los textos medievales pero también -lo que es más sor-
prendente-, en los debates contemporáneos, es difícil liberar
la historia de los inicios de la masonería, de la “historia de los
orígenes”. Los primeros nos quieren devolver una cadena fia-
ble de los acontecimientos que condujeron a la aparición de
logias especulativas a principios del siglo XVIII. El segundo
apunta primero a crear significado y construir una identidad.
Los textos masónicos más antiguos son los estatutos de los al-
bañiles medievales, los Antiguos Cargos o “Old Charges”, que
nos presentan los manuscritos de Regius (c. 1425) y Cook (c.
1450). Pero antes de presentar los reglamentos, hábitos y cos-
tumbres del oficio, estos textos abren una larga y singular his-
toria de la masonería: ella, hija de la geometría, nació en el an-
tiguo Egipto, donde Hermes, Euclides e incluso , a veces “Peter
Gower” (Pitágoras), fueron masones que lo perfeccionaron y
enseñaron; después de varias peregrinaciones, incluido, por su-
puesto, el episodio del templo de Salomón, la masonería llega
a Francia y luego a Inglaterra, donde se organiza bajo la autori-
dad del gran rey Athelstan (924-939). Su historia luego se fusio-
na con la de la arquitectura inglesa, y participa en la construc-
ción de los monumentos del país bajo la protección, siempre
renovada, de los reyes ingleses. Las numerosas copias de esta
historia legendaria muestran que todavía era utilizada por los
masones especulativos de primera fila en el siglo XVII. La lectu-
ra de esta “historia de los orígenes” fue incluso parte del ritual
de recepción en la hermandad, en la iniciación de Elias Ashmo-

4

le, en 1645, en Warrington. Esta crónica que asocia la masonería
con los secretos de la geometría y con figuras emblemáticas de
la historia, se retoma en el primer gran texto de la masonería
moderna, las Constituciones de Anderson, impresas en 1723.
Los creadores de la Gran Logia de Londres y Westminster en
1717, pensaron en enraizar su creación, apropiándose de esta
historia centenaria. La “historia del oficio” todavía es retomada
por varios autores, como el muy popular William Preston (1742-
1818), que dará vida a este texto medieval en logias hasta prin-
cipios del siglo XIX.

Dos modelos controvertidos

Los franceses del siglo XVIII.

Los siglos fueron menos entusiastas para pretender ser alba-
ñiles medievales y la epopeya del oficio. Utilizando algunos
fragmentos de textos en inglés que se referían a la caballería,
hicieron de los cruzados los antepasados ​d​ e los masones. Estos
habían estado en Jerusalén, se habían asentado en los restos del
templo de Salomón y, cuando la Tierra Santa se perdió, se escon-
dieron bajo el velo de masonería. Este es, en 1736, el tema cen-
tral del discurso de Andrew Michael Ramsay, dijo el Chevalier
de Ramsay, un ex discípulo de Fénelon que se convirtió en un
gran orador de la primera Gran Logia de Francia (1735-1773). El
tema caballeresco se enriqueció aún más cuando se asoció con
el destino fatal y misterioso de los templarios. Cuando la orden
fue abolida en 1314, los Templarios se habrían refugiado en las
logias masónicas y podrían haber llegado a Escocia, donde los
reyes Estuardo los habrían protegido en secreto. 

No fue hasta finales del siglo XVIII el interés por el siglo
de la Ilustración para la técnica, pero sobre todo el sabor del
romanticismo gótico del siglo XIX, que los masones franceses
comienzan a hacer sus antepasados a las “catedral de los
constructores”. A la sombra de Viollet-le-Duc y tras la estela de

5

George Sand, les atribuimos conocimientos esotéricos ligados
a la geometría, a los “secretos” del tallado de piedra ya las téc-
nicas constructivas.

Pero tanto los sueños caballerescos como los misterios acom-
pañantes estaban lejos de las verdaderas fuentes de las logias
modernas. 

La historia científica.
La historia científica de los inicios de la masonería comienza
a finales del siglo XIX, con la creación de la logia de investiga-

6

ción de Londres Quatuor Coronati. A lo largo de las décadas,
el método académico -aquel que utiliza las herramientas clá-
sicas de los historiadores profesionales (investigación y análi-
sis crítico de documentos, restitución del contexto)- identificó
dos focos de aparición de logias que ya no están vinculadas a
la profesión de albañil: Inglaterra y Escocia. Así, el primer mo-
delo explicativo -dicho de la “transición”- está fijado en su for-
ma “canónica” por el erudito inglés Harry Carr en la década
de 1960. Carr trató de mostrar cómo, a lo largo de seiscientos
años, las logias de los masones “operativos” habían acogido,
por diversas razones, cada vez más a notables ajenos al ofi-
cio, convirtiéndose así en albañiles “especulativos”. Estos se
habían ido convirtiendo paulatinamente en mayoría, hasta que
las logias dejaron de reunir a los operativos por los especula-
tivos y, si bien mantuvieron su ritual y su simbolismo, ya no se
dedicaron a debatir ideas y convivencia fraterna. Este fue el
origen real de la masonería “especulativa” moderna. Posterior-
mente, en la década de 1970, el modelo de Carr fue desafiado
por historiadores iconoclastas, como Eric Ward, quien desafió la
continuidad entre la masonería tradicional del pasado y la ma-
sonería moderna. De hecho, esto sería un producto de la Ilus-
tración, y los fundadores de la primera fila especulativa -en el
XVII y a principios del siglo XVIII-, hubieran hecho, como los
cangrejos ermitaños, solo tomar prestada la forma antigua para
dar un poco de pátina a su creación. Aunque la relación entre
las embarcaciones de mampostería y la masonería moderna
es indiscutible en Escocia en el siglo XVII, está claro que en
realidad hay una gran cantidad de nuevos elementos en los
primeros masones especulativos y más aún fue la creación de la
Gran Logia de Londres y Westminster en 1717.

Estos dos modelos relacionados con los orígenes de la maso-
nería son hoy objeto de controversias que van más allá del pro-
blema académico. Para la corriente, relativamente importante
en Francia, de masones influenciados por la concepción de la
iniciación del filósofo perennialista René Guénon, cuestionar

7

los vínculos entre los “constructores de catedrales” y la maso-
nería moderna, es negar sus raíces. y deslegitimar su dimen-
sión esotérica. 

8

En términos más generales, muchos hermanos se sienten des-
concertados por un enfoque histórico-secular, acusado de re-
ducir la masonería a un “club filosófico” creado en el ambiente
de la Ilustración. También, de acuerdo a la sensibilidad de cada
uno, insistimos en cualquiera de los orígenes escoceses del si-
glo XVII, que vinculan la profesión de albañil, su simbolismo y
sus “secretos”, con la fundación de la Gran Logia de Inglaterra,
en Londres, en 1717, que es sin duda una manifestación de la
Ilustración emergente.

Tomado de: Visi-
La francmaconnerie
http://expositions.bnf.fr/franc-maconnerie/arret/01.htm
tado el 25-09-2020 a 19.25 hora de Perú.

9

10

El principio de triangulación en los ritos
masónicos.

Un modelo de comunicación original y sus efectos

Celine Bryon-Portet
11

El principio de triangulación en los ritos
masónicos.

Un modelo de comunicación original y sus efectos

Celine Bryon-Portet

Triangulación del habla y el gesto en el vestuario
Triangulación del espacio y tiempo ritual
Hacia una triangulación del individuo: ¿pura metáfora o simbolismo ope-
racional?

1Un estudio detenido de los ritos masónicos revela la omnipresencia de un
principio de triangulación en diferentes niveles, en particular los del habla, los
gestos, pero también el manejo de distancias espaciales y datos temporales.

2Asumiendo funciones psicológicas, sociales y simbólicas, la triangulación
masónica constituye un verdadero modelo de comunicación. Tal modelo, en
el que prima el género expresivo, sitúa a los miembros de la comunidad más
allá de esquemas de tipo interpersonal y pretende ir más allá de los con-
trarios, supuestamente operando un proceso de mediación-transformación
dentro del propio individuo.

Triangulación del habla y el gesto en el vestuario

3La Logia Masónica es uno de los pocos lugares sociales donde hablar en
público está codificado de una manera tan rigurosa y dotada de una carga
simbólica tan fuerte. Una de las peculiaridades del rito masónico radica en el
hecho de que cualquier acción de los miembros de la comunidad, cualquier
colocación de objetos en el templo, conlleva información y significado. Todo
está en su lugar, cada discurso llega en su momento y tal distribución garan-
tiza la coherencia de un todo armonioso. El orden, que se busca constante-
mente, no surge de la observancia de instrucciones arbitrarias. Se produce
mediante la inteligente disposición de los diversos engranajes de un sistema
global que el seguidor, como parte constitutiva, se esfuerza por comprender
e integrar. Incluso las celebraciones religiosas, que realizan un ritual estricto
donde las palabras,

1 En este estudio nos centraremos principalmente en el análisis del antiguo y aclamado rito
escocés (...)

4-Los modos de comunicación establecidos por el ritual masónico- 1son de tal
singularidad que merecen que nos detengamos en ellos. En el camerino, la
comunicación forma parte de un esquema que no tiene nada de lineal, como
puede ser el modelo telegráfico de Claude Shannon, con su cadena Emi-
sor-Mensaje-Receptor; ni siquiera simplemente interactiva o circular, como
la que establecieron los teóricos de la Escuela de Palo Alto. Sigue un patrón
triangular, y esto en varios niveles. La primera forma de triangulación se
relaciona con el habla: en la logia, uno no habla, uno lo pide. Y cuando se

12

solicita, no se dirige directamente al Venerable Maestro que dirige la logia,
quien es el único que puede otorgarlo, sino a uno de los dos intermediarios
que se denominan Primer Supervisor y Segundo Supervisor. Finalmente, el
mismo Venerable Maestro concede la palabra, pasando también por uno de
los dos intercesores antes mencionados, quien transmite la información al
solicitante. Este último se expresa entonces, y nadie puede interrumpirlo ni
siquiera dirigirse a él, a menos que el tenor de sus palabras requiera una bru-
tal censura por parte del Venerable Maestro (tal sería el caso de los discursos
que transmiten ideologías intolerantes, extremistas o racistas).

2 Pascal Lardellier (2003) distingue entre “ritos de interacción”, que movilizan a un pequeño
número (...)

5Algunos pueden ver en este proceso solo un artificio pomposo, simplemen-
te participando en la teatralidad del ceremonial. Sin embargo, las razones
de esta triangulación del habla son más profundas de lo que parecen y van
mucho más allá del marco de la dramaturgia. Un proceso de mediación, su
objetivo es eliminar toda comunicación interpersonal -la forma más común
en nuestras sociedades- y forjar un vínculo colectivo yendo más allá de los
intercambios de individuo a individuo (es útil recordar el eficacia de lo que en
psicosociología se denomina “efecto de grupo”, que los masones encuentran
a través del “Égrégore”). Los ritos masónicos, por lo tanto, no pertenecen a
esta categoría de ritos que Erving Goffman llamó ritos de “interacción”, sino
más bien ritos “sociales” o “comunitarios”.2 . Y si recordamos el hecho de que
el término comunicación (de comunicare), etimológicamente significa “poner
en común” e implica las nociones de compartir, entonces el ritual masónico
probablemente logra el objetivo de toda comunicación, en sus formas, el más
paroxístico.

6El ritual masónico parece doblemente conectivo. Es ante todo como un ri-
tual, como señala Claude Lévi-Strauss:

[…] El ritual es conjuntivo, porque establece una unión (se puede decir comu-
nión), o, en todo caso, una relación orgánica, entre dos grupos (que confun-
den, en el límite, uno con el carácter de el oficiante, el otro con la comunidad
de los fieles), y que inicialmente estaban disociados (1962: 46-47).

3  “La paleta, herramienta de encuadernación por definición”, subraya Gilbert Garibal (2004:
130).
4 Sobre esta distinción de los diferentes niveles de comunicación (contenido / relación), con-
sultaremos (...)
5 Para este análisis del diagrama de Claude Shannon, nos remitimos al trabajo de Philippe
Breton y (...)

7Luego se realiza como un ritual particular que establece medios internos de
conexión, redundantes con su función principal. El espíritu de convivencia es
crucial en las logias, como lo demuestra este momento privilegiado constitui-
do por los “ágapes”, pero también por las múltiples palabras, símbolos y me-
táforas que expresan la hermandad: la “paleta” 3 , el “cemento”, el “cuerda
con nudos”, los “lagos del amor”, la “cadena de unión”, el “compañero”, los

13

“hermanos” y “hermanas”. El poeta Alphonse de Lamartine, gran admirador
de la res masonnica, plenamente consciente de su esencia unificadora, decla-
ró en un discurso pronunciado en una logia en 1848: “Rechazas todo lo que
divide las mentes, profesas todo lo que une los corazones, eres los hacedores
de la concordia” (citado por Garibal, 2004: 23). La masonería cumple una
función fática preponderante, para usar la terminología que Roman Jakobson
aplica a la lingüística. Porque si es cierto que actúa en este nivel de comu-
nicación representado por el contenido del mensaje, por la transmisión de
valores, trabaja principalmente en el nivel de relación 4 . 

Nuevamente, estamos muy alejados del esquema de Claude Shannon, que
tiende a reducir lo real a su aspecto informativo, el concepto de red y la
cantidad de información que circula dentro de ella 5.

6 Calendario masónico del Gran Oriente de Francia de 1873 reproducido parcialmente por
Gérard (...)

8La mediación que establece el ritual masónico en el marco del habla consti-
tuye una verdadera disciplina a la que conviene someterse, y que frustra las
inclinaciones naturales de los individuos, acostumbrados a hablar libremente
o pedir permiso para hablar directamente a la persona que dirige un deba-
te. Sin embargo, cualquier disciplina tiene como objetivo transformar, me-
diante la acción vinculante, una materia prima. Este es de hecho el caso de
la masonería, que se define a sí misma como una institución “filantrópica,
filosófica y progresista” 6 , que trabaja por la mejora moral e intelectual de la
humanidad y ofrece a sus miembros un cambio de marco mental, se supone
que tiene lugar durante el ritual.

9Entonces está mediación, preciosa herramienta de regulación, promueve
el orden y el equilibrio, porque hace intervenciones inoportunas, debates
con varias voces donde nadie puede llevarse bien, conflictos generados por
miembros en desacuerdo teniendo la oportunidad de dirigirse el uno al otro. El
respeto por los demás y la cortesía también se enumeran como tantos de-
beres en un texto fundacional de 1735, que sirve como Constitución para la
masonería francesa. Así, se estipula en “deber” 6, que […] Ningún Hermano
mantendrá conversaciones secretas y privadas con otro sin el permiso expre-
so del Maestro de la Logia, ni dirá nada indecente o insultante bajo ningún
pretexto, ni interrumpirá a los Maestros o Supervisores, ni ningún Hermano
hablando con el Maestro, ni comportándose con inmodestia o riéndose de él
(parcialmente reproducido por Gayot, 1991: 62).

10Lo que hace que el masón Gilbert Garibal, doctor en filosofía y psicoso-
ciólogo, diga que [...] los hermanos, desde el neófito hasta el “veterano”,
frecuentan la logia para comunicarse con ellos mismos y con los demás. Esta
comunicación funciona mejor ya que el albergue también se está “comu-
nicando”. En otras palabras, que se cuida mucho de evitar la formación de
clanes, castas y otros subgrupos, perjudiciales para su unidad (2004: 129).

11Por tanto, el habla masónica no es, ni mucho menos, un instrumento de

14

poder con fines de manipulación, sino que utiliza un método original de dar
a luz a las mentes, bastante cercano a la mayéutica y dialéctica socráticas
(a diferencia de que estos eran interpersonales). Además, al poner a los ha-
blantes en una posición de espera de su turno para hablar, el ritual temporiza
-en el sentido etimológico del término-, es decir, elimina toda espontaneidad
y obliga a una cierta maduración de la reflexión. Porque, como señala Oswald
Wirth, “las ideas se maduran a través de la meditación silenciosa, que es una
conversación con uno mismo. Las opiniones razonadas son el resultado de
debates íntimos, que se involucran en el secreto del pensamiento. Un sabio
piensa mucho y habla poco. “(2001: 122)

12Dando tanta importancia a la comunicación no verbal (como es el caso
de la mayoría de las tradiciones rituales, que hacen del cuerpo un vector
importante para transmitir ciertos valores), la Masonería aplica un proceso
de triangulación idéntico al plano de lenguaje corporal. En este sentido, es
fundamental operar “una partición entre lo que se relaciona con los gestos
que acompañan y el mensaje en sí”, como apuntan Philippe Breton y Serge
Proulx. “El gesto de acompañamiento está formado por todos estos ges-
tos que hacemos en apoyo de una comunicación”, por lo que se diferencia
bastante de la “lengua de signos”, donde “es el gesto que constituye la co-
municación” (2002: 63 y 48). En este caso, “los gestos se transforman en
signos codificados y significantes”. El rito masónico pertenece a esta segunda
categoría. Es una de las raras lenguas de signos que no tiene su origen en la
incapacidad de producir oralidad, como es el caso de la lengua de los sordos
y con problemas de audición, por ejemplo.

7 “El ternario se nos impone en campos muy diversos porque logra el equilibrio entre (...)

13Mientras que el ser humano se apropia inconscientemente, a través de
un fenómeno de mimetismo, de todos los códigos corporales que prevalecen
dentro de su cultura - como lo revelan investigadores kinésicos como Ray
Birdwhistell (Winkin, 1981: 61-77) -, y que a veces traicionan su estado y sus
intenciones a pesar de sí mismo, el francmasón aprende un sistema de signos
que conscientemente reproduce y adapta a diversos contextos. Cuando entra
al templo, el aprendiz da tres pasos. Los brazos, manos y pies del albañil
están colocados en ángulos rectos. Los gestos son precisos, calculados, per-
fectamente dominados. También reflejan la mediación, su modelado ternario
que representa la reconciliación dialéctica del mismo y el otro, la dualidad
caduca porque se incrementa en la unidad 7. Sólo la institución militar se ha
acercado quizás a este complejo dispositivo corporal en su ceremonial: las
posiciones de atención, el saludo militar, las medias vueltas, además, forman
cuadrados, que no no es sorprendente teniendo en cuenta la estrecha rela-
ción que el ejército y los masones han mantenido desde el XIX ° siglo, como
se ha demostrado Jean-Luc Quoy-Bodin (1987).

8 Declaración del filósofo alemán Friedrich Nietzsche.

14Una vez más, no se trata de hacer que el albañil realice una serie de con-
torsiones absurdas, sino de alinear sus miembros con su mente. A la inver-

15

sa, tratamos de producir una cuadratura del pensamiento mediante el rigor
conductual que imponemos a una carne generalmente entregada a una cierta
libertad. La tensión física generada por posiciones tan desconocidas para el
hombre es propicia para el esfuerzo y el trabajo. Combatiendo la indiferen-
cia, que se manifiesta en una actitud de relajación, este apoyo artificial e
incómodo del cuerpo requiere una atención sostenida y, a su vez, despierta
la concentración. Tiene un efecto estructurante. Plantagenet no se equivoca
cuando declara: “notemos lo dolorosa que es esta marcha ritual: cortada
brutalmente por tres paradas, rompe nuestro impulso; cada vez nos obliga a
hacer un nuevo esfuerzo para empezar de nuevo” (2001: 161). Más allá de
esta idea, tenaz en Occidente, según la cual “lo que no nos mata nos hace
más fuertes 8” y que quiere que todo sufrimiento sea investido de carácter
iniciático, según el ejemplo de la pasión Crística, el rígido formalismo infligi-
do al cuerpo conduce sobre todo a una formación, cuya naturaleza y efectos
estudiaremos más adelante.

15Finalmente, es evidente que los gestos extremadamente restrictivos pres-
critos por el ritual se superponen con el aspecto funcional cubierto por la
triangulación del habla, con efectos de ponderación. Respecto a la denomi-
nada posición ordenada, postura obligada y bastante incómoda para quien se
expresa oralmente, Jules Boucher apunta que “independientemente del valor
real del signo, cabe señalar que este gesto, tan sencillo en apariencia, impide
cualquier otro gesto y por tanto cualquier vehemencia.  ¡Cuántos oradores,
laicos, hablan más con las manos que con la voz! (1998: 323).

Triangulación del espacio y tiempo ritual

9 Ver en particular La dimension cachée (1971).

16Sabemos, desde los muy esclarecedores estudios realizados por Edward T.
Hall en el campo de la proxémica 9 , que la gestión del espacio y las distancias
que separan a los individuos son, en sí mismas, un acto de comunicación, pero
también datos llenos de significado que revelan afiliaciones culturales a veces
insospechadas. La masonería testifica, si es necesario, de la importancia de
los datos espaciales en el logro y la comprensión de los roles que incumben
a cada comunicador en un contexto particular.

17En la logia, el posicionamiento de los individuos en el espacio del templo
define funciones específicas: en el Este, donde se eleva la luz, se encuentra
el Venerable Maestro, en el crepúsculo el Oeste es el Techador, y así sucesiva-
mente - c Ésta es una de las razones por las que la geometría ocupa un lugar
crucial en la forma masónica. Asimismo, el posicionamiento de los objetos de
culto no debe nada al azar. Siempre está investido de un significado, es un
significante en sí mismo. Huelga decir que este anclaje territorial del sistema
semántico a través de una localización relevante de personas y cosas permite
hacer muy concretos los mensajes simbólicos que transmite la ceremonia
(“aquí todo es un símbolo”, decimos al aprendiz durante su iniciación). Así es
como el modelado ternario del habla, mediada entre el aspirante y el Venera-

16

ble Maestro por una tercera persona (Primer o Segundo Supervisor), también
está arraigada en una triangulación espacial, lo que resulta en una repetición
del patrón ternario. En efecto, quien pide la palabra para el aspirante al Ve-
nerable Maestro es siempre el Supervisor que está en las columnas opuestas,
de cara al aspirante. Este cruce de discursos forma, por tanto, un triángulo
visible, un triángulo humano que encarna geográficamente la dinámica del
número tres. el que pide la palabra para el peticionario al Venerable Maestro
es siempre el Supervisor que está en las columnas opuestas, frente al peticio-
nario. Este cruce de discursos forma, por tanto, un triángulo visible, un trián-
gulo humano que encarna geográficamente la dinámica del número tres. el
que pide la palabra para el peticionario al Venerable Maestro es siempre el
Supervisor que está en las columnas opuestas, frente al peticionario. Este
cruce de discursos forma, por tanto, un triángulo visible, un triángulo huma-
no que encarna geográficamente la dinámica del número tres.
18Reproducimos a continuación el diagrama vigente en el rito escocés (en el
rito francés, la posición de las columnas y los capataces se invierte en rela-
ción al rito escocés, pero se mantiene la triangulación espacial), que muestra
claramente el cruce sistemático de habla y triangulación espacial resultante:

19Cabe señalar, sin embargo, que a diferencia de la mayoría de los ritos
(especialmente los políticos), donde “se juegan relaciones de dominación y
sometimiento, hipostasiadas por este ballet que define funciones, expresa
lealtades, confirma los rangos y los estatutos ”(Lardellier, 2003: 95), el rito

17

masónico, creador del vínculo social, apenas hace descansar los roles asigna-
dos a los seguidores sobre la situación profesional y económica que cada uno
ocupa en la escala social, en el mundo secular. Es así como un trabajador de
fábrica alcanzará gradualmente el rango de Maestro, mientras que el CEO de
una gran empresa abrirá su camino masónico al rango de Aprendiz, como to-
dos los demás, con los quehaceres que acompañan a este primer paso (insta-
lación del templo, preparación de ágapes y servicio durante la comida, etc.),

20Por otro lado, las funciones de cada uno apenas son fijas, ya que los miem-
bros del grupo cambian de roles a lo largo de los años. Sin embargo, este
principio de igualdad y circularidad está, una vez más, inscrito espacial y
comunicacionalmente. En el Antiguo y Aceptado Rito Escocés, por ejemplo, el
Venerable Maestro, después de haber ocupado durante algunos años funcio-
nes centrales en Oriente, se encuentra relegado a Occidente, cerca del Par-
vis. Además del hecho de que esta posición diametralmente opuesta le da un
ángulo de visión diferente - y por lo tanto un ángulo de comprensión - en el
Templo, refleja el paso de una posición más alta a una posición más baja. Al
convertirse en Techador, deja el lugar dominante y ordenante por un lugar de
ejecución, abajo.

10 María Deraismes, por ejemplo, con la fundación del Derecho Humano en 1893. Antes de
eso, desde el XVIII e (...)

21Por lo tanto, no es de extrañar que el nivel aparezca entre las herramientas
y símbolos privilegiados de la institución, ni siquiera que el principio de igual-
dad que preside la obra masónica haya contribuido a la difusión de las ideas
emancipadoras una vez emitidas por los filósofos de la Ilustración. . Sin en-
trar en la teoría de la conspiración o proyecto intencional que algunos, como
Barruel (1803), se prestan a la masonería, parece probado que mediante la
promoción de la diversidad social (y la diversidad, desde el XIX e siglo, en algunas
obediencias  10), las logias precipitaron la caída de un régimen desigual. “La
masonería llegó así a ofrecer un excelente caldo de cultivo para el fermento
de ideas revolucionarias”, subraya Oswald Wirth (2001: 54). Las ideas pro-
gresistas que transmitía también eran consideradas subversivas y peligrosas,
tanto por el poder político como por el eclesiástico. Podemos entenderlo fá-
cilmente leyendo ciertos textos del siglo XVIII: “Devolver a los hombres a su
primitiva igualdad eliminando las distinciones que el nacimiento, el rango, los
trabajos han traído entre nosotros”. Todo albañil en una logia es un caballero”
(El sello roto1745: 22; citado por Gayot, 1991: 125). Todo parece conjugarse
para hacer del espacio masónico un espacio sociopete, en palabras de Edward
T. Hall, un lugar de compartir, cohesión e integración.

22Como el espacio de la logia, el tiempo masónico también está sujeto al
principio de triangulación. Sería tedioso y sobre todo ambicioso querer hacer
una lista exhaustiva de este tiempo triangular, tan rico que es. No obstante,
algunos ejemplos significativos bastarán para dar cuenta de esto.  Los ma-
sones, en primer lugar, trabajan entre las horas simbólicas de “Mediodía” y
“Medianoche” (períodos en sí mismos transitorios, ya que marcan tanto el
apogeo del día como de la noche, y su inminente declive), en una época no

18

menos simbólica y transicional de “tres años”.  Entre las fiestas masónicas,
mencionemos también las fiestas de San Juan de invierno y San Juan de ve-
rano, correspondientes a los dos equinoccios. Como las horas del mediodía
y la medianoche, los equinoccios traducen un punto de equilibrio precario y
transicional, el apogeo de un estado y por tanto su próximo declive, según la
ley de la dialéctica de los contrarios.

23Otra expresión de esta triangulación, durante la apertura y cierre de las
obras, el Venerable Maestro, asistido por los Primeros y Segundos Super-
visores, inicia y luego apaga los fuegos. Al inicio del atuendo, cada uno de
ellos se para frente a uno de los tres pilares denominados Sabiduría, Fuerza
y B​​ elleza, para poder encender velas. Dando vueltas en el sentido de las
agujas del reloj, cambian de lugar y cada oficial se encuentra, al momen-
to siguiente, frente al pilar frente al cual estaba posicionado su vecino de
la izquierda. Este movimiento circular en tres etapas alrededor de los tres
pilares forma una rueda espacio-temporal dinámica, cercana a la esvástica
india. Algunos albañiles ven en este momento ceremonial una representación
de la creación del mundo (Doignon, 2005), un espacio-tiempo cero a partir
del cual el espacio y el tiempo sagrados aparecen gradualmente. Esta inter-
pretación parece corroborada por el encendido de las velas que provoca el
paso de la oscuridad a la luz, como se hace en el Génesis donde las palabras
fiat lux precede la aparición de los diferentes elementos del mundo; pero
también por el significado atribuido a los tres pilares: la Sabiduría “diseña”,
la Fuerza “ejecuta” y la Belleza “adorna”. De hecho, es un acto primordial de
creación, similar al del “Gran Arquitecto del Universo”, y que se desarrolla
en tres fases, a saber, diseño, realización y luego contemplación estética del
producto terminado.

24La omnipresencia de la figura deltaica, sugiriendo, según algunos maso-
nes, un triángulo de tiempo, parece confirmar estas opiniones. Así, Jean-Ma-
rie Ragon percibe los puntos de esta figura geométrica como evocando el
Pasado, el Presente y el Futuro (1853: 369).  El significado de esta tríada
corresponde perfectamente a la filosofía masónica, arraigada en la tradición
y orientada hacia el futuro de un mundo mejor a través de un intento de
mejora diaria. Los masones también se inspiraron a menudo, en sus reflexio-
nes, en el famoso cuadro de Gauguin titulado ¿De dónde venimos? , Quiénes
somos, A donde vamos, prueba de que su camino cuestiona la identidad y
el futuro del hombre a través de las tres temporalidades clásicas que reco-
nocemos. Porque, como toda tradición, la masonería opera a un nivel tanto
diacrónico como sincrónico. Ansiosa por transmitir valores regulatorios, actúa
sobre el eje vertical del pasado, donde la memoria enlaza la cadena gene-
racional con un tiempo original, pero también sobre el eje horizontal del es-
pacio comunicacional que une lo vivo (Debray, 1997). Podemos resumir este
movimiento masónico de esta manera, que se alimenta en el presente de la
sabiduría de los antiguos en un intento por construir una sociedad ideal.

11 Parece útil recordar que el término sagrado, derivado del latín sacer, evoca lo que está
separado (sep (...)

19

25Finalmente, agreguemos que el tiempo del ritual está puntuado por tres
golpes de mazo, repetidos tres veces, por la tríada Venerable - Primer Su-
pervisor - Segundo Supervisor, al inicio y al final del atuendo.  Este ritmo
ternario abre y cierra el acceso al tiempo sagrado, así como los escalones de
entrada sobre el pavimento de mosaico, luego la salida al exterior del tem-
plo, equivalente a un vaivén entre el espacio sagrado dentro de los muros y
el espacio secular al que los adeptos son devueltos al final de la ceremonia
ritual 11. Cuando comienza la obra, ¿no afirma el Venerable Maestro “ya no
estamos en el mundo profano”? La figura del Venerable se asemeja a la de un
director de orquesta (metáfora querida por los investigadores de Palo Alto)
que, con sus martillazos mandatorios, introduce pausas rítmicas en el tiem-
po pero también en el espacio de comunicación de la ceremonia. (Silencio /
posibilidad de hablar, inmovilidad / gesticulación, posición de pie / sentado),
dando el tempo de una partitura conocida. También crea una “sincronía inte-
raccional”, para usar una expresión de William Condon y Edward T. Hall, cada
participante actuando al mismo tiempo que sus colegas y de manera idéntica
a ellos. Y si, para los teóricos modernos, toda comunicación debería verse
como un sistema, En el que los múltiples elementos interactúan entre sí, el
ritual masónico tiene esta peculiar característica de ser un sistema intencio-
nal y prerregulado, que busca maximizar este carácter sistémico e interac-
cional. Así es con la “triple batería” y “la aclamación”, ante el anuncio de que
todos los albañiles rápidamente aplauden tres veces, y repiten estos gestos
tres veces, gritando “Libertad”, “Igualdad”, “Fraternidad”.

12 A tiempo, véase Edward T. Hall, The Dance of Life. Tiempo cultural, tiempo vivido (198 (...)

26Los pensadores de lo que se ha llamado “la nueva comunicación”, de he-
cho, han demostrado que el espacio y el tiempo 12, más allá de su aspecto
físico, matemáticamente mensurable, forman marcos culturales organizados
y vividos de diferentes formas de un continente a otro, generando así modos
de comunicación específicos.  Pero tales construcciones, relativas por variar
según las épocas y los lugares, son generalmente fruto de una larga e incons-
ciente elaboración, determinada por la historia particular de los pueblos y los
parámetros ambientales en los que se insertan. Los individuos responden así
a códigos y reglas tácitos sin ser conscientes de evolucionar en una dimen-

20

sión artificial. Sin embargo, la Masonería ofrece el ejemplo de un programa
cultural consciente y voluntario, de una composición semántica que se mues-
tra como tal y que, sin embargo, tiene -aquí está la paradoja- un reclamo
universal (Órdenes internacionales).

Hacia una triangulación del individuo: ¿pura
metáfora o simbolismo operacional?

27La masonería introduce al hombre en el “imperio de los signos”, para usar
la expresión que acuñó Roland Barthes sobre la cultura japonesa. Diversos
signos y símbolos corporales marcan el arduo viaje del seguidor. Pero en la
etapa de esta observación, conviene preguntarse por la función que cum-
plen estos signos: simple juego de analogías dentro del cual el individuo se
mueve gratamente; ¿O un proyecto de transmutación real que involucra al
ser mismo, convirtiéndolo en objeto de un cambio radical? ¿Descifrar un len-
guaje codificado o reglas de funcionamiento que modifiquen a los humanos
en profundidad?

28La respuesta se da desde el rango de aprendiz, ya que instamos al joven
iniciado a desbastar la piedra en bruto, que no es otro que él mismo. Oswald
Wirth (2001) recuerda, a modo de introducción al primer volumen de su obra:
“De la creación del hombre por sí mismo nace el hombre perfecto, el Hijo del
Hombre”. De ahí la importancia que se le da al cuerpo, materia imperfecta
que debe ser ennoblecida con paciencia para que también se ennoblezca
el espíritu, y cuya metanoiao la conversión comienza durante la iniciación,
como señala Bruno Etienne (2002). Michel Foucault ha demostrado muy bien
que el entrenamiento de la mente es inseparable del entrenamiento de los
cuerpos, que las instituciones llamadas “totales” también han comprendido y
explotado brillantemente (1993: 31-31). La interacción cuerpo-espíritu / es-
píritu-cuerpo ha sido reconocida desde hace mucho tiempo, ya que en siglos
antiguos el ascetismo corporal, dentro de la institución religiosa y de ciertas
sociedades místicas, tenía como objetivo purificar el alma. Blaise Pascal no
dijo nada más cuando dijo “que hay que arrodillarse y hacer los gestos de fe
para creer”...

29Por otro lado, hay una diferencia notable entre el entrenamiento practicado
por las instituciones totales, en cuyo rango podemos clasificar al ejército, y el
que procede de la institución masónica. Porque el primero desarrolla un con-
dicionamiento de tipo pavloviano, privando de toda libertad de pensamien-
to, expresión y comportamiento, mientras que el segundo, anti-dogmático y
emancipatorio, tiene el efecto de liberar al sujeto de sus prejuicios (se dice
que el masón “Gratis y de buen carácter”). Por lo tanto, el ritual masónico
solo puede ser beneficioso si es riguroso y se comprende completamente su
significado. “Cualquier símbolo, cualquier rito - poner en acción los símbolos
- pierde su valor, y no son más que” fantasías “en cuanto ya no se respetan
exactamente como deberían”, afirma acertadamente Jules Boucher.  Luego
para agregar: porque no se entienden” (1998: 323).

21

13 Según Philippe Breton y Serge Proulx (2002), la comunicación está disponible en tres mo-
dos: modo interno (...)
14 “El gesto es el signo exterior de esta volición”, declara Jules Boucher (1998: 323).
15 Mircea Eliade afirma que “la iniciación corresponde a una mutación ontológica del régimen
existencial (...)

30El cuerpo es mucho más que un vector de comunicación con fines infor-
mativos. Favoreciendo el modo expresivo 13 , es el crisol matricial en el que
se realizan verdaderas transformaciones mentales 14 . Más allá del hecho de
que se trata de un lenguaje cuyo significado debe ser descifrado para poder
captar su valor total, el dispositivo material y físico del ritual masónico tiene
un carácter performativo, que a su vez se revela altamente significativo a tra-
vés de cambios cognitivos, sentimental y conductual que introduce. Allí nos
unimos a la convicción de la filósofa Hannah Arendt, por la que “la apariencia
y la realidad coexisten”, y que muchos pensadores plantean la hipótesis de
que cualquier transformación ontológica necesariamente tiene su raíz en una
transformación fenomenal 15. Entonces podríamos aplicar, invirtiéndolo, el
enfoque de John Austin: “Cuándo hacer es decir”. Constructores de catedrales
y masones operativos, de hecho, que fueron su principal fuente de inspira-
ción, la masonería especulativa ha conservado una cierta concreción a través
de la puesta en acción de palabras y la puesta en práctica de ideas. Pascal
Lardellier, evocando el papel de este “cuerpo poderosamente semántico”, su-
braya con razón que [...] el rito siempre requiere de sus participantes una
demostración física, “una creación de presencia” (E. Schieffelin). No pudiendo
en ningún caso ser vivido de manera abstracta, en ausencia, impone una en-
carnación, sin la cual no se podría realizar ninguna acción simbólica. Porque
para ser creíble, este rito debe vivirse, invertirse desde adentro (2003: 94).

31Además, no debe pasarse por alto el efecto catártico que produce la pues-
ta en escena de los cuerpos, efecto idéntico al que supone la tragedia según
Aristóteles. El alumno de Platón evoca acertadamente “esta imitación que
hacen los personajes en acción y no mediante la historia”, y que “opera la
purga propia de tales emociones” (1952: 1449b).  A su vez, Jacqueline de
Romilly destacó la función psicológica y social de la tragedia griega, que per-
mitió exteriorizar la violencia a través de un fenómeno de identificación del
espectador con el actor-personaje, y así evacuarlo al exterior, de las murallas
de la ciudad. El ritual masónico logra una purificación bastante similar gracias
al espectáculo visual que ofrece.

32Los gestos que realiza el aprendiz también son muy evocadores: el brazo
y la mano colocados en ángulo recto por debajo de la garganta están desti-
nados a frenar las pasiones que vienen del corazón y evitar que perturben el
alma, así como él explica el antiguo y aceptado ritual de primer grado del rito
escocés. Este signo llamado “gutural” se convierte en un signo “pectoral” en
el rango de compañero, estando la mano a la altura del corazón.

Masón formado por las herramientas de su caja (Inglés grabado de la
XVIII ª siglo, Biblioteca Nacional, París)

22

33El objetivo operacional es tan preponderante que algunos, como Jules Bou-
cher, señalan que estas posiciones corresponden a chakras y movilizan así
los centros energéticos del ser. Además, la idea de terapia de grupo basada
en un enfoque sistémico, es decir en una regulación de las relaciones que los
elementos del grupo tienen entre sí, es bastante cercana, aunque difiera en
su implementación, terapias familiares de Don D. Jackson y Paul Watzlawick
y más ampliamente del Mental Research Institute , basadas en la noción de
homeostasis.

16    Deberes encomendados a los masones , texto parcialmente reproducido por Gérard
Gayot (1991: 61)

34El aspecto físico es tan esencial que un albañil debe ser “un hombre libre
de defectos en el Cuerpo, que lo incapaciten para aprender el Arte” 16, en
opinión de algunos seguidores. Evidentemente, no se trata de discriminación,

23

sino de la convicción de que las luces de la albañilería permanecerían inacce-
sibles para siempre a aquel cuyo cuerpo discapacitado no permitiría la reali-
zación del ritual, siendo además la especificidad de la iniciación la experiencia
de una progresión exterior / interior. Vemos aquí todo lo que puede separar
la tradición masónica de ciertas tradiciones místicas o esotéricas ofrecien-
do una elevación espiritual al dirigirse directamente y solo al espíritu. Pasar
del contacto sensible de las cosas materiales a su conceptualización, de la
conceptualización a la imaginación, de la imaginación a la demostración, de
la demostración a la interiorización, y de esta última a una aprehensión de
carácter intuitivo: esta es la uno de los objetivos de la vía masónica.

17 Quantum postulados de la física, por ejemplo, que un gato puede ser tanto muertos y vivos. Ella
demonio (...)

35En el acceso a un modo de conocimiento intuitivo, el manejo de los sím-
bolos juega un papel determinante.  Significativo menos abstracto, menos
arbitrario sobre todo que las palabras, formado por letras y sonidos conven-
cionales según la lingüística saussuriana, el símbolo tiene efectivamente una
especie de vínculo natural con el significado, ya que procede por sustitucio-
nes y transferencias semánticas. . Actúa como una unión entre realidades
estrictamente materiales y conceptos puramente inteligibles, los sentidos y
la razón (la idea de una reunión de dos partes separadas también está pre-
sente en la etimología de la palabra símbolo, “sumbolon”, y el verbo griego
“sumballein” que significa “juntar”). Si se trata de un vector privilegiado de
información y comunicación, es precisamente porque está dotado de esta na-
turaleza de dos cabezas lo que introduce al seguidor en un intermedio. Crea
una vía intermedia, o una tercera vía, para aquellos que rechazan el reduc-
cionismo del materialismo y el idealismo. Procediendo por triangulación, evi-
tando la trampa del principio de no contradicción de Aristóteles, que la física
cuántica ha socavado recientemente 17 , abre nuevas perspectivas. Además,
la mayoría de los símbolos reclaman universalidad. Tomando prestado del
registro de Jung, podemos decir que estos tienen una dimensión arquetípica
que los hace accesibles a todos.

18 Sobre esta distinción, ver Bruno Étienne (2002: 21-22).
19 Véase también François-André Isambert (1979).

36La eficacia del símbolo, en particular el símbolo de la condensación, que
realiza una propagación afectiva y energética inconsciente, frente al símbolo
de referencia 18  ha sido señalada por varios investigadores. Pascal Lardellier
señala así: “Y el contexto ritual en su conjunto llegará a generar estados de
conciencia modificados, la realidad se vuelve simbólica y lo simbólico perfor-
mativo, ya que es capaz de transformar esta realidad” (2003: 92) 19. Los
alquimistas, que también trabajaron desde un camino iniciático, hermético
y hermenéutico, repetían incansablemente los mismos gestos en los mismos
alambiques, acompañados de las mismas oraciones, palabras y símbolos, lo
que se suponía producía un despertar de la conciencia y una transformación,
corporalmente, junto con una transmutación de la materia sellada herméti-
camente, el sujeto y el objeto se vuelven uno.

24

37En conclusión, podemos decir que el ritual masónico se basa en la in-
tuición de que el hombre es una vasta estructura de relaciones externas e
internas, cuya perfección depende de una alquimia comunicacional en varios
niveles. Proponiendo un modelo interaccionista global, basado no solo en
“decir”, sino también en “ver”, “hacer” y “sentir”, utiliza el principio de trian-
gulación del habla, gestos y de gestión espacio-temporal, que tiene como
objetivo producir una dialéctica visible-invisible, trascendencia-inmanencia,
teoría-práctica.  Por último, esto debe generar una triangulación del propio
agente (del tipo azufre-sal-mercurio, o espíritu-alma-cuerpo), es decir una
transmutación del individuo por la reconciliación de los opuestos que ‘opera el
modelo ternario, preludio de la unificación final del ser. La filosofía masónica,
con su enfoque praxeológico, parece ser uno de esos sistemas de “ideas” que
“se convierten en fuerzas materiales”, en palabras de Régis Debray (1994:
22). Esta tesis mediológica es además planteada casi un siglo antes y en tér-
minos similares por el albañil Edouard Plantagenet (1992: 142), cuando este
último explica que la “idea fría”, puramente abstracta, entra en contacto con
los sentimientos fructíferos durante el ritual y “de repente se transforma en
una idea clave al integrarse en nuestra personalidad”.

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Notas

Las obediencias masónicas son “Órdenes”. La obediencia internacio-
nal mixta “Derechos humanos” también ha hecho de Ordo ab Chaos su
lema. Finalmente, recordemos que los masones se ponían “en orden”, siendo
el orden una posición particular que constituye el ritual.

1  En este estudio, nos centraremos en el análisis del antiguo y aceptado rito
escocés.
2  Pascal Lardellier (2003) distingue entre “ritos de interacción”, que movilizan a
un pequeño número de personas (de dos a cinco), y “ritos sociales o comunita-
rios”.
3   “La paleta, herramienta de encuadernación por definición”, subraya Gilbert
Garibal (2004: 130).
4  Sobre esta distinción entre los diferentes niveles de comunicación (contenido /
relación), es útil consultar el trabajo de Paul Watzlawick, Janet Helmick Beavin y

26

Don D. Jackson (1976).
5  Para este análisis del diagrama de Claude Shannon, nos remitimos al trabajo
de Philippe Breton y Serge Proulx (2002: 130-131).
6   Calendario masónico del Gran Oriente de Francia de 1873 reproducido
parcialmente por Gérard Gayot (1991: 111).
7  “El ternario se nos impone en campos muy diversos porque logra el equilibrio
entre dos fuerzas opuestas: la activa y la pasiva”, afirma Jules Boucher (1998:
92).
8  Declaración del filósofo alemán Friedrich Nietzsche.
9  Ver en particular La dimension cachée (1971).
10  María Deraismes, por ejemplo, con la fundación del Derecho Humano en 1893.
Antes de eso, desde el XVIII ° siglo se crearon las “logias de adopción”, donde
se documentó la presencia de las mujeres. Hoy en día, solo unas pocas logias
aún vinculadas a los orígenes no reconocen la mezcla (la Gran Logia Nacional
Francesa, en particular).
11  Parece útil recordar que el término sagrado, derivado del latín sacer, se refiere
a lo separado (separado precisamente del mundo profano, término proveniente
de  profanum, que significa “lo que está delante del templo”, fuera del templo.
‘recinto sagrado).
12  A tiempo, véase Edward T. Hall, The Dance of Life. Tiempo cultural, tiempo
vivido (1984).
13  Según Philippe Breton y Serge Proulx (2002), la comunicación se presenta
en tres modos: modo informativo, modo argumentativo y modo expresivo. Este
último modo es el que da un lugar privilegiado a la imaginación, a la creación, al
compartir sentimientos.
14  “El gesto es el signo exterior de esta volición”, declara Jules Boucher (1998:
323).
15  Mircea Eliade afirma que “la iniciación corresponde a una mutación ontológica
del régimen existencial” (1992: 12).
16  Los deberes encomendados a los masones libres, texto parcialmente reprodu-
cido por Gérard Gayot (1991: 61).
17  Quantum postulados de la física, por ejemplo, que un gato puede ser tan-
to muertos y vivos. También demuestra que la luz puede considerarse un
fenómeno ondulatorio y un fenómeno corpuscular, según los instrumentos de
medida utilizados.
18  Sobre esta distinción, ver Bruno Étienne (2002: 21-22).
19  Véase también François-André Isambert (1979).

Para citar este artículo

Referencia electrónica

Céline Bryon-Portet, “El principio de triangulación en los ritos masónicos”, Co-
municación  [en línea], vol.  27/1 |  2009, publicado el 5 de junio de 2013,
consultado el 26 de septiembre de 2020. URL: http://journals.openedition.
org/communication/1353; DOI: https://doi.org/10.4000/communica-
tion.1353

Tomado de: visitado el 25-09-
https://journals.openedition.org/communication/1353
2020 a las 18:52 hora de Perú.

27

Hablemos d
Mario

Quizás usted, querido lector, haya sido uno de los muchos mi-
llones que ha leído los libros de J.K. Rowling  «Harry Potter» o, si
ya tiene unos años, haya seguido la serie televisiva Embrujada y
crea que sabe mucho sobre el tema de la brujería; pero no es
así. Las brujas de hoy en día, las brujas modernas no se parecen
en nada a los personajes que la TV o el cine nos muestra.

Pero ¿Son buenas? ¿Son malas? ¿realizan hechizos para hacer
lo que desean?

28

de Brujería

Lopez

Definir lo que es una bruja no es sencillo, muchos libros nos
dicen que consiste en hacer pactos con el Diablo y así lo creyó
la Inquisición de la Iglesia Católica condenando a la hoguera
a cientos de mujeres acusadas de brujería. Evidentemente, en
las sectas satánicas es claro que adoran al diablo y podríamos
decir que son brujas satánicas; pero la mayoría de las brujas
modernas están muy lejos de todo esto, para nada se acercan
al diablo.

29

Un poco de historia

La creencia en la magia y la brujería existe desde siempre: los
chamanes no dejaban de ser brujos. El hombre primitivo tenía
sus dioses y diosas para explicar el mundo en el que vivía y es-
tos lo gobernaban a su antojo. Eran estos dioses los que traían lo
bueno y lo malo, los que hacen feliz o infeliz al hombre, los que
daban dones y aplicaban maldiciones.

Surge así la idea de la magia para poner remedio a lo malo. En
los tiempos difíciles, los chamanes, sanadores, médicos, hechi-
ceros, realizaban sus rituales y hechizos para comunicarse con
los dioses e influir sobre ellos, ya fuera por medio de sacrificios
o pidiendo ayuda a un Dios rival de aquel al que deseaban neu-
tralizar.

En aquellos tiempos, las brujas, que casi siempre eran muje-
res, eran consideradas sabias curanderas con el poder de curar
y de destruir, este poder para el mal fue lo que trajo el miedo y
las obligó a vivir como proscritas.

En Roma ya existía una ley contra la brujería. El derecho ro-
mano diferenciaba entre bruja mala y bruja buena. Las prácticas
malas conllevaban una multa, prisión o destierro y en caso de
acusación de asesinato conllevaba la pena de muerte; la magia
buena, las brujas buenas que curaban y hacían oráculos eran
protegidas por la ley romana.

En la Edad Media, con el Cristianismo en su máximo apogeo,
las brujas pasaron a ser adoradoras del diablo que realizan mi-
sas negras, hechizaban personas y volaban en escobas. Se ini-
cia la caza de brujas hacia el siglo XIV aunque lo más destacado
de esta persecución no surge hasta un par de siglos después.

En este periodo no se diferenciaba como en la época romana,
no había brujas buenas ni malas: todas eran malas; los motivos

30

quizás se tengan que buscar en el poder absoluto de la iglesia,
donde cualquier mujer que tuviese conocimientos de curande-
ra era un peligro para ellos ya que la mayoría de las curaciones
se realizaban por médicos y mojes que habían estudiado en los
monasterios.

Según muchos historiadores, entre los años 1450 y 1750 fue la
época de caza en Europa y en todas las colonias europeas. Ra-
zones había por todos lados, desde los desastres naturales hasta
la Peste Negra que el desconocimiento médico fue incapaz de
ver en las ratas como responsables de la extensión de la misma
y buscaron a las brujas como reo de paja.

Muchas brujas fueron condenadas tras confesión, pero
¿Quién no confesaría ante los medios de tortura empleados
por los acusadores. En la dirección http://hablemosdemisterio.
com/ pueden ver varios de estos métodos, yo citaré aquí solo
algunos para su conocimiento.

La bota malaya: Consistía en tender al acusado sobre una
cama y se le inmovilizaba. Se le calzaban una especie de botas
de madera que, a través de un mecanismo, comprimían sus ex-
tremidades hasta el punto de romper los huesos.

31

La cuna de Judas: Se desnudaba al reo y se le ataba de pies y
manos quedando colgado en el aire sobre una superficie pun-
tiaguda. Se le podía descender sobre dicha superficie de modo
que sus genitales se clavaran sobre la superficie ocasionando
grandes dolores y desgarros.

Para terminar esta parte de historia, vamos a tratar por encima
el conocido caso de las Brujas de Salem, del cual se han realiza-
do hasta películas

El juicio de Salem

En 1692, en Salem, Massachussets, tuvo lugar una caza de bru-
jas que comenzó cuando un par de chicas empezaron a tener
convulsiones y gritaban que algo o alguien las estaba mordien-
do. Enviado un médico, este decide que se encontraban bajo
un hechizo y acto seguido todas y cada una de las mujeres de
Salem y de las áreas vecinas fueron acusadas de brujería.

32

Una empleada de la familia, de origen antillano, declaró que
mantenía relaciones sexuales con el diablo contribuyendo a au-
mentar la histeria colectiva y convenciendo a los habitantes que
el diablo estaba vivo y muy “trabajador” en su zona de residen-
cia.

En nueves meses fueron encarceladas más de 100 mujeres
acusadas de brujas, de las cuales 22 fueron encontradas culpa-
bles y ejecutadas.

La Corte Superior de la Magistratura, ante el cariz de lo que
pasaba, tomó el lugar dela Corte General que había llevado el
juicio. A partir de ahí, “solo” tres personas más fueron encon-
tradas culpables y ajusticiadas siendo todo lo demás revertido.

Hoy en día existen varias teorías sobre lo que pudo pasar,
desde que fue un simple juego de niñas que se les fue de la
mano y dada la época no se atrevieron luego a desdecirse has-
ta que realmente ambas chicas padecían de histeria y que por
eso tenían convulsiones. Pero existen también otras opciones
como el ergotismo (intoxicación debido a la fermentación del
pan de centeno que contiene elementos químicos similares al
alucinógeno LSD), la lucha por las propiedades, el complot de
la familia Putnam para destruir a la familia rival Porter….

Sea como sea, el resultado final fue de 25 mujeres ejecutadas,
no usaré asesinadas porque para aquel tiempo fueron condena-
das por un juzgado; pero si podemos afirmar que el miedo y el
desconocimiento se aliaron para dar lugar a la tragedia.´

La brujería de hoy en dia

La brujas actuales nada tienen que ver con escobas. La bruje-
ría es una religión pagana que posee múltiples divinidades en
vez de un solo Dios. El paganismo es una de las religiones más
antiguas y es una reunión, por decirlo así, de todas las religio-

33

nes que no son Cristianas, musulmanas o judías; posee influjos
de la religión hindú, taoísta, de los indios americanos… Según
muchos investigadores, el paganismo representa el 50% de to-
das las religiones.

Debemos saber que el termino pagano deriva del latín “Pa-
gini” o “Paganus” que quiere decir habitante doméstico o, más
claramente, aldeano. Las personas llamadas paganas eran infe-
riores a las de las ciudades en los tiempos romanos, pero no por
ello eran menos ciudadanos. El problema surge cuando, hacia el
1450, las prácticas de curación necesarias en los campos, donde
no había médicos como en las ciudades, empiezan a asociarse
con la adoración al diablo que era quien daba eses “poderes”.
A partir de ese punto, brujería y paganismo se juntaron en el
colectivo y hasta hoy en día es difícil separar ambas palabras.

Existen muchos tipos de brujas o brujerías, algunas son me-
ras variaciones de otras, pero podríamos dar una pequeña lista
básica y hacer notar que un brujo o bruja puede englobarse en
varios tipos de brujería. Por ejemplo, una bruja puede ser case-
ra y solitaria a la vez.

Africana: África es la zona donde más tipos “brujería“ se en-
cuentra. El Azande, en la zona central cree que la brujería es la
causa de toda infelicidad, el poder del brujo “mangu” se pasa
de padre a hijo y los que poseen ese poder pueden hacer la
magia incluso mientras duermen.

Apalachina. En las montañas Apalaches creen que el bien y
el mal son fuerzas conducidas por el Dios del bien y por el dia-
blo. Así, las brujas pueden usar sus poderes en ambos sentidos.
Creen que no todo puede ser conseguido con la magia y bus-
can profecías y presagios en la propia naturaleza.

Casera: Practica la magia en su propia casa, este lugar es sa-
grado y emplea hierbas para atraer la protección, prosperidad

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o curar enfermedades.

Hereditaria: Algunos creen que ciertos poderes se heredan o
pasan de unos a otros, por lo general entre padres e hijos.

Hoodoo: Es un tipo de magia popular afroamericana, mezcla
de folclore y creencias africanas junto con conocimientos bo-
tánicos indo-americanos. Usa las propiedades mágicas de las
hierbas, raíces, minerales, partes de animales…

Luciferina: Confundida con el satanismo no lo es, adoran a Lu-
cifer, el ser de la LUZ y su magia se usa tanto para el bien como
para el mal.

Pow-wow : Conocida también como alemana de Pensilvania,
tiene su origen con la llegada de los alemanes a esta zona de
América, el nombre puede haber surgido de una traducción fo-
nética de la expresión indígena para esa magia. Incluye hechi-
zos y encantamientos que se remontan a la Edad Media Euro-
pea con el fin de curar enfermedades, proteger a los animales,
encontrar el amor o rechazar hechizos malignos .Se consideran
como cristianos con poderes sobrenaturales.

Solitaria: No pertenece a ningún grupo o coven (reunión de
brujas), suele ser también bruja verde y trabaja con las curas
y hechizos de hierbas. Antiguamente eran hombres y mujeres
sabios que viajaban curando a la gente, podían ser de cualquier
religión y se les considera como los brujos tradicionales

Verde o florestal: Es la bruja que realiza sus prácticas en el
campo o en el bosque con el fin de estar más cerca de los espí-
ritus divinos, sus herramientas las fabrica con materiales de la
propia zona.

He dejado para el final, con el fin de no meterlas en la lista y
que destacasen dos tipos que considero vitales para entender

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la brujería actual, helos aquí:
Brujería tradicional: Este tipo suele seguir la ciencia, la histo-

ria y el arte como base. Aunque comparte el respeto por la na-
turaleza como los Wicca, no siguen al dios de los Wicca ni ado-
ran a la naturaleza. Entran en contacto con los espíritus que son
parte del mundo invisible durante los rituales, su magia es más
práctica que ceremonial y se concentra en el uso de hierbas y
pociones. No poseen ninguna ley que les impida hacer el mal a
nadie pero si creen en la responsabilidad y el honor si llegase
el caso de hacerlo, es decir, hechizos y maldiciones se pueden
usar para autodefensa o para protección.

Wicca: La Wicca es una de las religiones paganas modernas que
adoran a la Tierra y la naturaleza y con poco más de 60 años de

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edad. Fue creada entre 1940 y 1950 por Gerald Gardner, que
definió la brujería como una religión positiva y afirmante de
la vida que incluye adivinación, plantas medicinales, magia y
habilidades psíquicas Todo practicante (pueden ser hombres o
mujeres) jura que no usará su magia para perjudicar a nadie. El
término wicca hacía referencia a los hechiceros varones y wic-
ce para las colegas femeninas.1 Ahora es normal referirse a los
practicantes de la Wicca, como wiccanos y wiccanas.

Ahora que ya sabemos que existen muchos tipos de brujos y
brujas, podemos afirmar que la mayoría de los brujos actuales
pertenecen a la “religión Wiccana”. Así que en esta entrega va-
mos a analizar que es la Wicca.

La Wicca se define como una religión pagana que da mucha
importancia a la naturaleza y a la Tierra. Su nacimiento fue hacia
la década de los 40 y se acepta que fue Gerald Gardner quien
la creo o sentó los principios de la misma.

Gerald Brosseau Gardner nació el 13 de junio de 1884 en In-
glaterra fue un escritor ocultista, antropólogo aficionado y bru-
jo practicante, que afirmaba haber sido iniciado en 1939 por
una sacerdotisa; pero otros historiadores dicen que se inspiró
en prácticas de los rosacruces y del conocido Alesteir Crowley.
Sea como sea, se le considera el fundador de la Wicca y, como
poco, publicó textos claves para el desarrollo de la misma.

¿Qué es un Wiccano?

La norma principal de un wiccano es «si no perjudicas a al-
guien haz lo que desees«. Entre las prácticas que desarrolla
incluye la adivinación, plantas medicinales, magia, habilidades
psíquicas, etc…en cierto modo podemos afirmar que todo tipo
de brujería moderna en Europa, América del Norte y Australia
ha evolucionado a partir de la wicca o del sistema de creencias
Gardneriano.

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La Wicca no cree en el diablo ni en la idea cristiana del in-
fierno, así pues, acabamos de tirar por tierra la idea de que los
brujos modernos adoran al diablo. ¿Mal se puede adorar aque-
llo en lo que no se cree!. A pesar de todo esto, definir la wicca
no es sencillo, para muchos practicantes es una religión y ellos
son brujos, para otros es simplemente una religión pagana más
que da respuestas coherentes a lo que no responde la religión
mayoritaria oficial (cristianismo, musulmana, judía…).

Según el brujo  Lugh, nombre de brujo de Claudiney Pietro
(Brasil), la mayor parte de las veces, la gente que llega a la Wic-
ca lo hace buscando algo que permita relacionar a diferentes
personas tanto en edad como en posiciones sociales o creen-
cias. No debemos olvidar que un prácticamente de Wicca pue-
de mantener cualquier otra creencia sin problema alguno.

Según los Wiccanos, cuando los brujos realizan sus rituales en-
tran en sintonía con la fuerza vital o la energía cósmica. Esto le
permite controlar en cierta medida dicha energía y usarla para

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realizar cambios. Se basa en que todo vibra y que es posible
sintonizar con esa vibración. Esta creencia de que todo vibra no
es moderna, ya en la época de Egipto se tenían estas creencias.
Lean los principios del Kybalion y verán que el tercero dice
«Nada está inmóvil; todo se mueve; todo vibra.»

Sin embargo, sintonizar y modificar la energía gasta la propia
energía del brujo, por todo ello, el brujo aprende y sabe cómo
obtener energía del Cielo y de la Tierra.

La wicca puede ser practicada tanto por hombres como por
mujeres, es decir que todo el mundo puede ser brujo/a. Usan la
palabra brujo y no mago.Tampoco son hechiceros que viene de
la época de la caza de brujas y se dedicaban a traicionar a los
otros brujos, así que su nombre es despreciable.

Una característica interesante es que un brujo no necesita po-
seer un don para serlo, solo precisa entrenamiento y ganas de
aprender, es decir, no creen en los “poderes hereditarios”.

Para finalizar este apartado, en el supuesto que desees ser
un wiccano debes conocer que todo wiccano debe cumplir un
código ético, aquí reproduzco una parte del mismo en una mala
traducción propia, que le vamos a hacer, uno ni es wiccano ni es
traductor profesional.

Debes obedecer la Ley Wiccana
En perfecto amor y perfecta confianza
Cumple las ocho palabras de la Red del Wiccano.
Mientras no origines mal, haz lo que desees.
Y recuerda siempre la Regla del Triple
Todo lo que hagas volverá a ti,
Sigue esto con la mente y el corazón…

Esto quiere decir que el brujo no puede hacer magia que per-
judique a otra persona y que, de hacerlo, ese mal regresará a

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ellos por triplicado. Por lo que si un brujo hace algo maligno el
sufrirá una maldad tres veces mayor. Esta creencia es clave para
los wiccanos y usan la magia para su cambio personal, para me-
jorarse a si mismos o ayudar a quien lo precise.

Aprendizaje

Para aprender el arte, los brujos se unen en grupos que deno-
minan covens, a no ser los solitarios (recuerden la entrada ante-
rior). La entrada al coven va precedida de un ritual de iniciación
y luego se comienza un aprendizaje en tres fases cuya duración
suele ser de un año y un día para cada fase, cada coven puede
denominar a las fases de modo diferente, pero para haceros una
idea básica, podemos dar esta referencia

Estudiante/brujo
Practicante/sacerdote
Instructor/Sumo sacerdote

Solo tras completar la última fase se le considera un brujo
maduro con poder para realizar rituales formales y crear sus
propios covens.

Nos queda hablar un poco de los rituales que hacen, pero an-
tes hablemos un poco de los utensilios que los brujos emplean
en dichos rituales. Sería largo y daría para escribir un libro el
detallar todo, por no decir que , dado que no soy wiccano, lo que
estoy escribiendo es fruto de mis investigaciones. Así pues, una
pequeña lista de lo que suele ser más conocido

Athame (cuchillo): Pieza clave em muchos rituales, es un cuchi-
llo de doble filo de unos 15 cm de largo. No necesita ser afilado
pues se emplea para marcar los círculos sobre el suelo, mezclar
sal y agua para consagrar lugares o el propio circulo trazado. El
nombre del brujo debe marcarse en el mango o sobre la hoja
del Athame y debe ser guardado en algo de color blanco, ya sea

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recipiente, funda de tela….

Boline (cuchillo): A diferencia del Athame, este si es afilado,
se fabrica en cobre y se usa para cortar hierbas que se usen en
el ritual

El libro de las sombras: Creo que todo el mundo sabe lo que
es, en pocas palabras es el manual del brujo, contiene infor-
mación sobre rituales, hechizos…todo lo que el brujo necesita
conocer debe estar en él

Velas: Los círculos rituales se dividen en cuatro cuadrantes re-
presentando los puntos cardinales. Cada cuadrante tiene velas
de diferente color situadas en la periferia exterior de círculo y
representa a uno de los cuatro elementos, podemos establecer
la siguiente correlación:

Paton: El patón de un altar es un plato o dicho de metal o ma-
dera que contiene el diseño de un pentagrama y se usa para
apoyar las herramientas de la ceremonia

Pentáculo o pentagrama: Es una estrella de cinco puntas den-
tro de un círculo. Es uno de los símbolos más conocidos de la
brujería y se coloca con una punta hacia arriba y dos para aba-
jo. Los cinco puntos representan los elementos de la tierra y el
espíritu, es decir: Tierra, Fuego, Aire, Agua y Espíritu. El círculo
que lo rodea representa al Dios o la Diosa que permiten focali-
zar la energía del pentagrama.

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Y aquí lo dejo, me queda mucho por poner, como la Salvia, una
planta usada para purificar la zona de ritual, el bastón de los
brujos, espadas que pueden sustituir al Athame, incensiarios…

Bien, estamos llegando al final de esta breve serie de artículos
sobre la brujería, tras haber visto lo que era y lo que es en la
actualidad, tras demostrar que la relación brujo/a = satanista no
es real y otras cosas que pueden releer, me queda dar unas pin-
celadas a los rituales de Wicca, que es la brujería más conocida
actualmente.

Al igual que en las entradas anteriores, vaya por delante el
aviso de que quien les escribe ni es practicante de Wicca no ex-
perto en la materia, con lo cual es más que posible que no todo
lo expuesto sea exacto, si algún lector detecta fallos y quiere
enviarlos que lo haga, iremos creando una especie de fé de
erratas e iremos aprendiendo de nuestro fallos.

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Preparando el ritual

El ritual wiccano conlleva uma preparación previa, no es algo
improvisado y apurado .Podemos dividir esa preparación en
cuatro fases o pasos, sin embargo, recuerden que cada COVEN
puede tener (y tiene) sus variaciones propias.

Purificación: Lo primero que todo brujo hace es purificar el
lugar de trabajo para eliminar cualquier energía negativa o no
deseada, el sistema ya depende de cada uno, algunos barren el
lugar con una escoba, otros queman salvia. No solo se purifica
el lugar sino también a todos los participantes, estes, por lo ge-
neral, mediante el uso del incienso.

Orden en el altar: el altar suele estar al lado este del circulo
con velas y representa al dios o diosa, contiene sal, agua para
purificaciones, athames e incienso.

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Círculo sagrado: El sumo sacerdote o sacerdotisa crea el círcu-
lo sagrado con un athame o con un cayado, espada o varita. Se
purifica con sal y agua, por lo normal cogen sal con los dedos
tres veces, la ponen en el agua y lo revuelven nueve veces. Esa
mezcla se esparce por todo el perímetro del círculo.También se
quema incienso y se lleva el incensario por todo el perímetro
Invocación: La invocación consta de dos fases, en una primera
se invocan los cuadrantes, es decir, los espíritus de los cuatros
elementos: Tierra, Fuego, Agua y Aire, ya que son los guardia-
nes y guías de los brujos. Acto seguido se invoca a una divini-
dad ya que la magia es imposible sin su participación, puede
ser un dios, una diosa o ambos a la vez, el modo de invocación
ya depende del ritual de cada Coven.

El ritual en si mismo

Dentro de la brujería y de la WIcca, que es lo que estamos
tratando aquí, existen muchas ceremonias y rituales; existe, sin
embargo, un rito principal o Gran Rito que es el que trato aquí.

El Gran Rito representa la unión sexual del Dios con la Diosa
para dar lugar a una nueva vida. La realización de ese rito puede
ser simbólico (usando el athame como parte masculina y el cal-
dero como femenina) o real, realizando el Sumo Sacerdote y la
suma Sacerdotisa el acto sexual. Si el acto se realiza todo el Co-
ven ha de estar de acuerdo y este se consuma en privado, nadie
del coven está presente. Este tipo de rito suele darse cuando el
Sumo Sacerdote y la Suma Sacerdotisa con pareja real.

Dado que no es común que eso suceda, lo más normal es la
versión simbólica. El caldero o cáliz representa el útero y lo
lleva la Sacerdotisa. El Athame representa el falo y lo porta el
Sumo Sacerdote. El rito cambia en cada coven, pero lo más nor-
mal es que la Sacerdotisa se arrodilla en el altar con el caliz en
sus manos delante del Sacerdote que figura delante de ella con
su athame. Ambos recitan líneas para traer el Rey Sol y bailar

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con la Novia de la Primavera. Mientras recitan las palabras del
rito, el Sacerdote baja su athame en el interior del cáliz. Al final,
el sacerdote toma el cáliz, lo eleva hacia el Sol y proclama que
es la representación de la unión del Dios y la Diosa.

Una vez terminado el ritual es necesario proceder a cerrar
el Círculo que se trazó al comienzo del mismo, eso tiene lugar
repitiendo todo lo realizado para trazarlo pero en sentido
inverso. Las deidades convocadas reciben el agradecimiento
del coven por la ayuda prestada, se liberan los cuadrantes y
el Sumo Sacerdote y la Suma Sacerdotisa destruyen el Círculo
caminado a su alrededor en dirección opuesta a la del trazado
apuntando sus athames hacia el exterior.

Queridos amigos, poco nos queda que añadir al menos que
quieran ustedes hacerse wiccanos, pero en ese caso, busquen
un coven porque el que les escribe poco podrá ayudar. Pero si
voy a comentarles  lo que son los Sabbats wiccanos.

Los Sabbats

Un tema importante en la wicca es la rueda o eterno círculo de
la vida, la Rueda Anual es básicamente un calendario wiccano
y nos muestra el ciclo interminable de la vida. El año comienza
en el sabat (dia sagrado) de Yule, cuando la Diosa da a luz al
Dios. El Dios crece fuerte durante la primavera y el verano. .El
ya viejo Dios muere en el sabat del  Samhain y renace en Yule
nuevamente.

A lo largo del año wiccano se celebran ocho rituales de sabat
(dia sagrado), que podemos sintetizar así:

Yule: Se celebra en el Solsticio de invierno y celebra el naci-
miento del Dios.

Inbolc: Se celebra el 2 de Febrero, momento en el cual se pue-
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de preveer la primavera, es el momento de la limpieza espiri-
tual y la renovación de los votos

Ostara: Se celebra en el equinoccio de la primavera, marca el
comienzo de los días más largos y las noches mas cortas, marca
también la unión de los dioses y simboliza la fertilidad. Nueves
meses más tarde el nuevo dios nacerá en el sabat de Yule.

Beltane: Se celebra el 1 de Mayo y marca el comienzo de la
cosecha. También representa la fertilidad

Litha: Celebrado en el solsticio de verano representa el máxi-
mo poder del Dios y se pueden encender hogueras para alejar
a los malos espíritus, la Noche de San Juan católica sería básica-
mente lo mismo.

Lughnasadh: Celebrado el 1 de Agosto es el momento en el
cual la Diosa pasa el control al Dios.

Mabón: Se celebra durante el equinoccio de otoño, y represen-
ta el equilibrio entre la luz y la oscuridad. Los días comienzan a
acortarse y las noches a alargarse. Es la fiesta pagana de Acción
de Gracias.

Samhain. Celebrado el mismo día que la conocida fiesta de
Hallowen, representa el final del verano y el comienzo del in-
vierno. El Dios muere y no renacerá hasta el sabat de Yule. En
esta fecha los muertos y los vivos pueden comunicarse

 No podemos olvidar que la rueda wicca y sus celebraciones
no son iguales en el hemisferio Sur que son a la inversa, así que 
a modo de resumen de fechas, podemos escribir:

Y hemos terminado, si usted quiere saber más no dude en in-
vestigar y ampliar su conocimiento porque, como siempre les
digo:

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Investiguen y aprendan, no den nada por definitivo, es la única
manera de alcanzar la Luz

Tomado de:
http://iluminando.org/2013/08/01/hablemos-de-bruje-
ria-1-de-3/
http://iluminando.org/2013/08/08/hablemos-de-bruje-
ria-2-de-3/
http://iluminando.org/2013/08/25/hablemos-de-bruje-
ria-3-de-3/
Visitados el 18-20-2020 a 12:37 hora de Perú.

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