v SHANE y la Pelota Mágica
SHANE y la Pelota Mágica
¡Mi nombre es Shane! ¡Mírame! Soy una perrita muy linda ¿no te parece? Vivo con mi mami humana desde bebé, soy muy eléctrica, y me gusta jugar con mi pelota, correr, saltar y comer zanahorias. Y a ti, ¿también te gustan? Hummmm me encantan las zanahorias! Son tan dulces y crujientes, y ayudan a limpiar mis dientes y mantenerlos más saludables.
Sabes, ¡mi mami y yo hacemos todo juntas! Vemos películas, jugamos, corremos, comemos y hasta dormimos juntas todas las noches. Voy siempre a su regazo, porque sé que es muy friolenta y conmigo se siente más calentita. En la mañana la despierto con muchos besos y abrazos y después vamos a comer el desayuno juntas.
Pero después me quedo muy confundida y triste, porque mi mami sale y se queda afuera todo el día, ¡casi todos los días! No me gusta nada... ¿A dónde irá? Hago todo lo posible para que ella no se vaya, pero no lo logro. Le llevo mi pelota, le muestro todos los trucos que ella me enseñó, hago ojitos tristes, pero nada funciona. Cuando ella sale me siento muy ansiosa y triste, pero después ¡comienzo a jugar con todos mis juguetes!
Mi juguete preferido es aquel rollito de papel blanco como la nieve, que mi mami tiene en el sitio donde hace sus necesidades. Debe ser para jugar, es tan divertido sacudirlo con fuerza y esparcirlo por todas partes. ¡Parece nieve cayendo! Aunque mi mami no parece muy contenta con ese juego… Pero, aunque esté sola ¡me divierto mucho, sabes! Pero calma, ¡no todo es juego y diversión!
Ah, no… también tengo mis responsabilidades. Tengo que cuidar la casa y para eso, ladro mucho para ahuyentar cualquier desconocido. Especialmente, aquella paloma molesta, que viene todos los días a picotear en la ventana para burlarse de mí, solo porque no sé volar como ella. ¡pero no me importa! De todos modos, puedo correr tan rápido, pero tan rápido que hasta parece que estoy volando. Por eso, ladro y ladro sin parar, hasta que la desplumada se va. Claro que mi mami siempre está muy orgullosa de mí, porque cuido muy bien la casa cuando ella no está.
Cuando mi mami llega, ¡es una fiesta! Voy siempre corriendo a la puerta para recibirla, me siento tan, pero tan feliz, que no logro parar de saltar y revolotear a su alrededor. El otro día hasta se tropezó y cayó. ¡Fue tan divertido! Siempre le doy tantos besos y abrazos que creo que hasta se marea. Después agarro mi pelota y nos vamos a jugar al parque, donde puedo correr, saltar y hacer muchos amiguitos nuevos.
Siempre que veo a una persona acercarse le llevo mi pelota, porque sé que le va a encantar jugar conmigo. También me encanta revolcarme en la hierba, calentarme al sol, oler las flores y hasta saborear un poco de grama, mi veterinaria dice que me hace bien. Solo no debo exagerar. Pero lo que más me divierte es correr detrás de las palomas, solo para asustarlas, ¿Sabes? ¡No les hago daño!
Pero hace un tiempo sucede algo extraño… cuando estoy jugando en el parque mi pelota desaparece en medio de la hierba, como si la tierra se la tragara ¿sabes? Como a veces no logro encontrarla, ahora tengo que convencer a mi mami siempre que la quiero llevar, porque no le gusta nada que la pierda. Y tú, ¿también crees que debo dejarla en casa? Hasta que un día vi una cosa extraña, que intentaba acercarse a mi pelota mientras yo jugaba. Se movía muy rápido, pero realmente muy rápido ¿sabes? Yo no lograba ver bien lo que era, hasta que por un instante se quedó quieto y logre adivinar de qué se trataba… Era un ratoncito ladrón, ¡que estaba robándose mi pelota!
Pero en un segundo él se escapó y yo hice lo mejor que sé hacer, corrí mucho, corrí tanto detrás de él, que parecía una flecha. ¡La paloma es la que me ha debido ver! A lo lejos lograba escuchar a mi mami muy nerviosa: - ¡Shane vuelve! Cuidado, ¡no te alejes que puedes perderte! Yo sabía que ella estaba muy nerviosa pero no podía dejar que se robara mi pelota nuevamente, por eso, seguí detrás de él como si pudiera volar. Cruzamos una carretera, pasamos un puente por encima de una autopista muy peligrosa,
Atravesamos un túnel muy oscuro, ¡pero no tuve miedo! Y finalmente, llegamos a un descampado, donde estaba una pequeña casa abandonada, y por donde el ratoncito ladrón entró por un pequeño hueco en la parte de abajo de la puerta ¡Y ahí me molesté mucho! no podía entrar porque el hueco era muy pequeño. pero, lograba ver lo que estaba del otro lado. Ladre, ladre y ladre, bueno, confieso que hasta gruñí un poquito: - Devuélveme mi pelota, ladrón maloliente! devuélvela, ¡es mía! ¡Pero él me ignoraba! ¡que travieso!
Entonces, decidí quedarme ahí escondida para intentar atraparlo cuando volviera a salir de aquel hueco. De repente, escuché un ruido y créeme, ¡hasta me asusté! De la nada, aparecieron tres lindos gatitos bebés. Si, ¡gatitos bebés! En realidad, no me gustan muchos los gatos, pero me dieron pena los pequeñitos. Parecía que estaban abandonados, estaban muy delgados y tristes.
De repente, el ratoncito ladrón les dio mi pelota y ellos se sintieron tan contentos que comenzaron a jugar. Sabes, como yo también suelo jugar con ella. La verdad, me sentí triste por ellos. Porque no tienen una mami que les da cariño, comidita, juguetes, una camita calentita y más juguetes... Por eso, ¡decidí dejarles mi pelota! Al final, el ratoncito maloliente no era tan malo como yo pensaba, él solo quería darles un juguete a esos pobres gatitos.
Me quedé un poco más, y decidí volver con mi mami, sabía que ella estaba muy preocupada por mí. Volvimos a casa con mi mami molesta porque perdí la pelota nuevamente… pero no hay problema, siempre logro convencerla de que me compre otra, para que podamos jugar en el parque. Pero esta vez iba distraída en el camino de regreso… y ¿sabes por qué? ¡Te lo voy a decir, pero no le cuentes a nadie… Ssshhh!
Mientras íbamos de regreso a casa solo pensaba en una forma de que mi mami me siguiera a la casa abandonada para ayudar a los gatitos. Bueno, me parece, que perdí una pelota más, pero voy a ganar unos amiguitos nuevos. En cuanto llegamos a casa, merendamos siempre en primer lugar y en seguida vemos una película, mientras descanso muy cómodamente en sus piernas para mantenerla calentita, porque sé que ella siempre tiene mucho frio.
Tenemos la relación perfecta, ella haría cualquier cosa por mí y yo soy su protectora, somos solo nosotras contra el mundo.