Historia: Paulo Salazar Ilustraciones: Alejandra Arriaza
H a b ía u n a v e z u n a t o r t olit a lla m a d a F á tim a q u e e r a m u y a mig a d e u n a a b eji t a llamada Isabel.
Isabel y Fátima disfrutaban de lindas tardes volando y platicando por todos lados, les gustaba visitar campos de flores y los pequeños bosques que se encontraban en los alrededores.
A Isabel muchas veces le gustaba escaparse de su panal para ir a volar con Fátima ya que en la colonia de abejas siempre había mucho caos y confusión, mientras que volar a solas con su amiga Fátima le hacía sentirse en calma.
Esto pasaba de manera tan frecuente que Fátima le preguntaba a Isabel si ella en realidad quería a su familia ya que siempre estaba escapando de ellos, Isabel solo se reía y le decía: -“Claro que los quiero pero que no sea cerca de mi”.
La verdad en la colmena de Isabel estaban algo molestos con ella por sus recientes escapes y decidieron dejar de hablarle y simplemente ignorarla, esto hizo sentir mal a Isabel quién rápidamente fue volando hacia donde estaba Fátima para contarle lo que pasaba.
Pero mientras volaba entre lágrimas y sollozos, Isabel quedó atrapada en una telaraña, la pequeña abeja estaba ahora en un grave problema, sola, atrapada y triste, pensó que sería su fin. De pronto una gran araña, llamada Andrea, sale por la esquina de una rama y dice: - ''Mira lo que tenemos aquí… la cena por fin llegó.''
Isabel aún llorando le suplicó a la enorme araña que la dejara ir, que ella solo estaba de paso y que si le permitía irse no volvería a molestar, esto no le importó ni un poco a la araña que se disponía a atacar
Cuando de pronto se escucha un zumbido ensordecedor, y se escucha a lo lejos una voz diciendo: -''Es por ahí, ¡ahí está!'' Era la voz de Fatima quién lideraba a todo un batallón de abejas listas para rescatar a Isabel, volaron directo hacia la araña para distraerla
Mientras otras se encargaron de liberar a Isabel, ella aún confundida se preguntaba qué pasó, cuando finalmente estaban todos a salvo, Fatima le contó a Isabel cómo la vio quedar atrapada en esa telaraña y cómo supo que la única forma de salvarla era con la ayuda de la colmena. Por lo que decidió ir a hablarle al resto de las abejas quienes aún a pesar de sus diferencias no dudaron un segundo en ir a rescatar a Isabel.
Porque una abeja no deja a ninguna compañera atrás sin importar qué pase. FIN
Este es un cuento dedicado a Joaquín. Para que siempre tenga presente que a pesar de las diferencias, su familia siempre estará para él.