MOT
MOT
UNA REVISTA HECHA A MANO
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antonio moretti
¿La
aPaurnapmerartoar literatura
ha muerto?
sally jabiel
¿ES EL LIBRO UN OBJETO
nLeagrroasa EN EXTINCIÓN?
harol gastelú
Fotografías
jorge cerdán
Ilustración
walter meza
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MOT
MOT
edición cero / junio 2016
¿La literatura
ha muerto?
Cuando ideamos MOT pensamos en una revista donde la
palabra fuese el insumo principal y el bien más preciado.
Muchos nos dijeron que vivimos en un mundo de imágenes,
pero justamente porque esta afirmación tiene algo de verdad,
MOT intenta rescatar a la palabra del olvido. Esperamos que
este pequeño esfuerzo encuentre coincidencia con aquellos
que sienten ese añejo gusto por la palabra y sus múltiples
posibilidades de construcción, de análisis, de reflexión y de
diversión. MOT, “una revista hecha a mano” empieza aquí y
pretende quedarse por mucho tiempo. Empecemos.
SOMOS MÁS 3
¿CUÁNDO EMPEZAMOS? 4 10BUKOWSKI ESTARÁ EN TODAS PARTES
PARA MATAR A UN PERRO 6 NOELIA 11
7NADIE SABE PARA QUIÉN TRABAJA 12CÓMO LEER A RAY BRADBURY
LA ROSA NEGRA 8 14FOTOGRAFÍA: JORGE CERDÁN
ILUSTRACIÓN: WALTER MEZA 15
* Dirección General: Zaida Osorio * Edición General: Juan Osorio y Jorge Sánchez * Edición Gráfica: Carla Patiño *Corrección de estilos: Rosmery
Cueva, Sally Jabiel * Diseño y diagramación: Noemí Slee.
Escriben en esta edición: Rosmery Cueva, Sally Jabiel, Antonio Moretti, Juan Osorio, Mirtha Pecho, Jorge l. Sánchez, Noemí Slee y el aporte de nuestro
invitado especial: Harol Gastelú. Con las imágenes de: Jorge Cerdán, Walter Meza, Luis Centurión y Carla Patiño.
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MOT
SOMOS MÁS
POR: MIRTHA PECHO
El primero en anunciar la muerte de la literatura fue el escritor
Alvin Kernan. Para sustentar tal afirmación recurrió al profesor
Walter Raleigh, quien le dijo: “Los profetas no sirven para nada;
encuentran discípulos e imitadores e inician modas tontas. ¡Que
Dios nos perdone a todos! Si se me acusa un día de haber enseñado
literatura, diré en mi descargo que nunca creí en eso y que tenía mujer
e hijos que mantener…”
¿Pienso, en mi condición de profesora de literatura, igual que Walter
Raleigh? Antes de llegar a esa respuesta me tomaré el atrevimiento de
hablar de mis alumnos.
Habiendo dictado talleres de redacción y poesía a jóvenes entre 15 Foto: Luis Centurión
y 19 años, pensé que enseñar a chicos de secundaria podría ser una hablo de ciertos animes y ellas se asombran y se emocionan y me
experiencia similar. Una punzadita me daba en el corazón cuando el cuentan todo lo que saben. Y una vez ganada su confianza, desde ese
taller llegaba a su fin y ya no los iba a volver a ver. Todos estaban punto las arrastraré a esta aventura infinita que es leer. Ser profesora
desesperados, esperando que les recomiende más y más novelas. no es solo ser profesora. También tienes que hacerla de psicóloga y un
Tampoco es que tenga el espíritu filantrópico, pero hubiera dictado poquito de madre y otro poquito de amiga.
gratis el taller. Para no hacer de esto un relato muy extenso les diré
que no; no fue para nada lo mismo. Mis alumnos pertenecen a la Pero mi mayor reto, y el más placentero también, es un jovencito
generación tecnológica; son los que nacieron con una Tablet bajo el tímido y dulce. Se llama Antonio y cursa el 5to año de media. Tiene
brazo y a los 3 años, perfectamente descargan un juego, llegando al algunos problemas de comprensión lectora y problemas leyendo en
último nivel sin mayores complicaciones. ¿El avance tecnológico es voz alta. Pero a diferencia de sus demás compañeros, tiene toda la
el motivo que los chicos no lean? No, claro que no. Le pregunté a mi voluntad de aprender. Esa, me parece, es la actitud con la que se debe
papá cómo hizo para que a los 7 años me leyera novelas completas y afrontar todos los problemas de la vida. Con Antonio, el curso de
me dijo: “A esa edad me preguntabas de todo. Querías saber por qué Literatura y RV lo dedicamos a leer y analizar cuentos y poemas. Y
los aviones vuelan y porqué cicatrizaban tus heridas. Querías saber si con esa entrega que le pone, estoy segura, para fin de año, terminará
existía la magia y si se podía viajar en el tiempo. Entonces te empecé redactando sus propios textos. Por la Sarita que sí.
a dejar libros por todas partes. En tu cuarto, en la sala, en la cocina,
encima de la TV, en el baño y hasta te ambienté una improvisada Entonces… ¿la literatura ha muerto? Versa Charles Bukowski en su 3
biblioteca. Tarde o temprano ibas a terminar agarrando un libro y lo poema A la puta que se llevó mis poemas: “Veo que he creado muchos
leerías”. poetas, pero no tanta poesía”. Y es así. Escritores buenos, poetas
Y así fue. Y a estos chicos, al parecer, no les pusieron libros cerca, sino innovadores y que se mantengan vigentes a través de los años tal vez
un celular o una TV led o internet con redes sociales las 24 horas al hay pocos. Pero los que están y los que siguen, hacen que la literatura
día. ¿Es reversible? Estoy convencida de que sí. Pero hay un problema perdure en el tiempo. Somos los que somos y estamos los que estamos,
con algunos profesores (no me meteré con los padres). Se cree que es y no nos detendremos.
el alumno el que debe involucrarse en el mundo del profesor. ¿Por qué
mis chicos deben involucrarse en el mundo de la lectura, es decir, en
mi mundo? ¿Por qué no es al revés? Si de por sí, no existe el hábito
de la lectura, ¿por qué exigirle leer al alumno y someterlo a una
calificación, por el esfuerzo de comprender lo leído? No creo que ese
deba ser el procedimiento.
Tengo dos chicas de 2do y 3er año de secundaria que les gusta los
animes. Detesto con todo mi hígado estos dibujos. Pero es de lo que
ando investigando por estas semanas. Para ser yo quien se involucre
en el mundo de ellas, de lo que más les gusta y apasiona. Ahora les
MOT
¿CUÁNDO EMPEZAMOS?
POR: jorge l. sánchez
Foto: Juan Osorio
De: [email protected] considerar el refundar Amauta en pleno siglo XXI, teniendo
Para: [email protected] en cuenta, sobretodo, que si Mariátegui estuviese vivo sería
Fecha: 13 de mayo de 2016 youtuber, con eso te digo todo. Escribir en una revista está
Asunto: Re: Revista MOT más pasado de moda que tener un programa de música
criolla en canal 7, alucina. Es mucho más idiota que invadir
Rusia en invierno. Y estando probada la imposibilidad de
Acabo de recibir tu mail y me he quedado viendo la pantalla la tarea no veo la gracia de invertir aquellos soles que nos
tratando de descubrir cuál es el truco. ¿Es en serio esto faltan y las pocas fuerzas que no tenemos. ¿No es mejor
de fundar una revista? Muy viejos debemos estar para acaso entregarse al hedonismo ramplón de dormir hasta
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las tres de la tarde? O sea, sé muy bien que el triunfo no MOT
ha sido necesariamente un requisito a la hora de establecer
nuestras metas respecto a aquel burdo sentimentalismo en dilatado universo exista el borrador de una novela borgeana.
que se ha convertido la literatura, pero esta idea tuya ha Lisbeth, mi esposa, te manda saludos. Y me recuerda que
llegado demasiado lejos. Digamos, siendo escandalosamente te diga que prometiste conseguir “Escena de una vida de
optimistas, que podemos conseguir el dinero, el tiempo, las provincias” -la trilogía biográfica de Coetzee- con tus amigos
fuerzas y los recursos humanos para hacerlo realidad. ¿De libreros. Sabes bien que tiene una insensata fascinación por
dónde sacamos a los lectores? Es más fácil encontrar a un las bibliotecas que he tratado de disuadir explicándole que
millar de youtubers que a una docena de adultos dispuestos a una vez leído el libro, coleccionarlos tiene tanto valor como
leer algo más complejo que la columna del Búho en el Trome. coleccionar batidoras de mano, con la circunstancia que con
Disculpa mi pesimismo. Los lectores cada vez somos menos las batidoras podemos hacer queques. Si la cordura sirve
y hemos terminado por convertirnos en una subcultura, en para algo, en algunos años el dueño de una biblioteca será
un grupúsculo de aficionados por lo antiguo, una suerte de diagnosticado con el Síndrome del Acaparador Compulsivo.
adoradores de lo banal. Los rosacruces de lo intrascendente. Y es que esto también forma parte del quiebre de la cadena
¿Crees realmente que alguien está interesado en leer? Y de alimenticia, el libro agoniza porque su principal sustento –
ser así, ¿crees que ese alguien improbable va a leer a un el papel – ya tiene puesta la mortaja encima. Es verdad que
esplendoroso ramillete de aspirantes a bohemios de cafetín nos hemos (me incluyo) resistido a aceptarlo. Como en la
o a es cr ibidores de blogs? Te prop ongo vender zap atos de película “Un fin de semana con el muerto” hemos cargado
mujer, ropa interior o chocotejas que, según me han dicho,
se venden muchísimo mejor que las revistas. Ahí tendremos, “ ¿MOT? ENTIENDO EL
espero, una remota posibilidad de éxito. En fin. GUIÑO FRANCÉS ”con el cadáver y le hemos levantado el brazo para que parezca
Y hablando de lectores aprovecho la oportunidad para pedirte
encarecidamente que tengas la amabilidad de devolverme el que saluda, lo hemos hecho caminar como marioneta y le
libro de Stephen King que te presté. Lo sé, ¿en qué estaba hemos jalado los pellejos para que sonría. En el ínterin
pensando? He leído hace poco que la crítica especializada hemos proclamado que nada huele mejor que una hoja recién
americana le tiene tanto respeto a King como la intelectualidad salida de la imprenta como si, cosa ridícula, fuera superior
limeña a Koky Belaunde del Perú. ¿Existe una injusticia al olor del estofado de carne que prepara mi vieja. Hemos
más grande? Obvio, y lo de King también me parece una tenido ayuda, qué duda cabe. Mucha ayuda.
grosería. Me es difícil entender cómo es que un escritor es
despreciado por sus pares ¿No es suficiente dolor de cabeza Muchos que como nosotros (sin vida social pero con
escribir una novela como para que además esperemos que imaginación) hemos formado esa secta fanática que cree
sea buena? Canibalismo tribal de una especie en extinción. que sin el libro se acabaría la cultura, la razón y el sentido
¿E s menos es cr itor King que Phi lip R ot h? ¿E s Vargas L los a común. La vanidad del convencido. La solvencia intelectual
menos escritor que Flaubert? ¿George RR Martin que Isaac del mundo defendiendo a la cultura con los argumentos de
un adventista. ¿Nadie es capaz de aceptar que la cultura,
“ ¿DE DÓNDE SACAMOS como la vida, se abre pas o a machetazo limpio? ¿Tan dif ícil
A LOS LECTORES? ”Asimov? ¿Stieg Larson que JK Rowling? ¿Osho que Cohelo? es entender que la tecnología no es un obstáculo sino más
bien una herramienta? Con las katanas samuráis se cortaban
¿Qué tienen en común fuera de la atolondrada admiración cabezas y nadie se atrevería a decir que la katana es en sí
de los últimos lectores del mundo? Pues que son los últimos misma una maldad per se. En los celulares hay ebooks,
de una especie muerta que sobrevive en el recuerdo de un Wi k ip e di a y los tutor i a les de Youtub e. Hay un ant iguo mito
pasado mejor. Son como la última generación de osos panda, que dice que hay una sociedad secreta de sabios que usa
aquella especie a la que ya no podemos socorrer, pero que Internet para aprender y no para reírse de los memes ¿Será
celebramos la ternura de sus últimos malabares agonizantes. cierto eso?
Los que vamos quedando tenemos ya tan poco que decir que
el silencio nos abruma. Borges ha dicho que a él se le exige Para terminar, releo la sobriedad literaria de tu correo.
una novela con el mismo exceso con que se le exige una ¿MOT? Entiendo el guiño francés. Pienso en la promesa
epopeya a un novelista por lo que, podemos colegir, tampoco del papel en mis manos y sé lo que significa, sé lo que ha
tiene sentido exigir un cuento a un tuitero. Una pena. Por mi perpetrado tu mente manipuladora. Me haces creer que
parte aún tengo la vana esperanza de que en algún punto del tomaré una decisión pero ya jugaste con mis apetitos, con
mis taras y con mis fobias. Sabes que te mandaré al diablo
como siempre y que juraré en vano no formar parte de este 5
simulacro. Lo sabes, ¿no? En fin, ¿cuándo empezamos?
MOT
M e dijeron que para matarlo tenía que escribir sobre
él. Lo intento esta madrugada. Me entrego a un insomnio
vivo donde su voz aterriza una y otra vez, como un montón
de libros viejos, pero no me detengo en ninguno. Conocí
a Idán cuando separaba hojitas de té de la arena roja que
nos envolvía esa tarde de octubre, quizás noviembre. Aún
puedo sentirme en ese desierto lúdicomientras me trenzo
a su imagen intentando ser él. ¿Y cómo es eso de que todo
fluye?, preguntan y solo puedo pensar en sus ganas de ser
mis manos llenas de lluvia, de ser todas mis hierbas salvajes.
También indicaron que no era suficiente un solo cuento.
Para matar a Idán necesito aplicarle una dosis larga de
cuentos breves, imposible si todavía no encuentro una
escena para empezar. Es entonces cuando nos veo cruzar
por una ciudad que amanece con violencia y que amé, con
certeza, porque él la despreció antes. Las comas no son
respiratorias, repiten ellos y recuerdo cómo nos ahogábamos
de tanto respirar. Ahora sé que Idán fue una estación más
en el viaje y que, aunque me convertí en testigo exhausto
de sus sueños, soy yo quien sueña. A veces nos devoran
insectos azules; otras, me obligan a leerlo como a una
novela de Cortázar, con o sin instrucciones. De cualquier
manera, es un paisaje resiliente al que recurro al final de
la noche.
Ellos aseguraron, además, que si conocía el final sería más
fácil preparar este crimen. Pero tal final no existe, es otro
cuento que está por escribirse y únicamente porque creo
que podré matarlo, he procurado durante estos días no
olvidarme de su respiración. He aprendido a verlo, recursivo Ilustración: Walter Meza
como era, entre las raíces de este maldito lugar. Contra
todas mis palabras, he buscado en otras voces su forma
de decir mi nombre. He jugado, también, a no entenderlo PARA MATAR
y es cuando más quiero que vuelva en entrelíneas mías, A UN PERRO
me resulte ilegible y se lleve en sus uñas la tierra que me
hizo desear su muerte, como la de otro perro desahuciado.
Quiero enterrar a Idán en un carnaval al que podamos huir
después para destrozar las fronteras de su piel colombiana y POR: SALLY JABIEL
estallar todos mis cuadernos que acreditan que viví más de
veintitrés o todos mis años a su lado y que, aunque el olor del
mundo no estaba ahí, me podría haber quedado un rato más. ya tengo que empezar a escribirlo, convertirlo en caracteres
con espacio, en este cuento roto, en esta literatura muerta.
Una cronista decía que “no se escribe para estar seguros” y
¿A quién le importaría esto?, reiteran ellos. Tal vez para hoy escribo para arrancar a Idán de todas mis anotaciones,
acabar con Idán debo releer Opio en las nubes, encontrarlo para estar segura de que no es un cuento sino todos juntos,
en una Bogotá donde el mar asoma del otro lado de la o ninguno. Escribo para comprobar que Idán no es un
montaña; sí, aquella donde conocimos lo inútil que era lugar ajeno, al que escapaba cuando todo era insulso en
nuestra felicidad sin hojas de té negro y él flotaba como mi rutina. Escribo para retroceder y mirarlo crecer en el
mis palabras, redundantes. Quizás para su asesinato debo barro, recordar que nunca existió y que, por ende, este
regresar a su ciudad, arrancarme todas sus ausencias, crimen jamás sucederá, porque este perro ya ha muerto
derribar cada una de sus oraciones y cada avenida para no y yo me subiré a aviones imaginarios para hablar sobre el
verlo donde no hay más que habitantes de calle. A lo mejor amor en los aeropuertos.
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Foto: Carla Patiño alguna respuesta. Pasó el invierno, MOT
la primavera y el verano. Ninguna
NADIE SABE PARA respuesta. Algo desalentado, computadora y le aseguro que en
QUIÉN TRABAJA decide consultar en los diarios de sólo una hora tendrá el capítulo más
sus más admirados autores sobre lacrimógeno que pueda imaginar.
por: ANTONIO MORETTI fórmulas para obtener el éxito. Un poco sombrío le pareció ese
Tras comprobar que había seguido primer capítulo al directivo, pues
El joven adolescente se sentía Encendió su Mac y luchó por cada indicación al pie de la letra la idea de que la novela inicie con
horas para escribir el relato que se hundió en una gran depresión un muerto que debe bajar a los
listo. Había leído El Quijote doce cambiaría el eje de la literatura y así, con profundas ojeras, barba infiernos guiado por la mujer que
veces,alosdelBumlatinoamericano universal, pero resultó ser más crecida y cabello desordenado amó, no era como para un medio
los conocía al punto de llamar difícil de lo que imaginaba hasta camina por las calles de Lima día. Así que la aderezó un poco y,
Gabo, al señor García Márquez y que llegó a la conclusión más hasta que, por esas cosas de la vida, en vez de que viaje al infierno es
Marito, bueno, ya saben a quién. evidente de todas: escribirá sobre descubre un centro cultural en el mejor que sea de provincia y baje
Ha visto, por si acaso, decenas de su propia vida, tal vez la relación que, viva el azar, se presentaba a la capital, en vez de que fuera
adaptaciones cinematográficas conflictiva que tuvo con su padre la más reciente novela de uno de el amor perdido, la conociese al
de novelas exitosas y estudiado, o los dilemas sexuales que le los dioses del olimpo literario llegar y, de puro buen corazón, lo
con minuciosidad, a escritores produjo la relación con su madre. peruano. El editor elogiaba con llevará a conocer las bondades de
que revelan los secretos del oficio Se encerró durante dos semanas. entusiasmo tanto al autor como Lima, y allí se enamorara de ella.
como lo hizo Rilke o Kafka. Los Evadió amigos y distracciones a la novela. El escritor veía al Concedió. Pero fue irreductible
decálogos los reza cada noche y para finalizar su —seguro estaba— novelista eximio con admiración, en cambiarle el nombre: Beatriz.
los antidecálogos, por la mañana. famosa novela: La intrincada y como el náufrago sabedor de la En poco tiempo entendió lo que
Así que esa mañana de domingo, trascendente vida de un humilde maravilla que significaría alcanzar era escribir telenovelas de éxito,
el adolescente pudo, finalmente, servidor. La llevó a las mayores la orilla. Cuando se aproximó para al punto que anunciaban: Helena,
llamarse a sí mismo El escritor. editoriales y esperó con paciencia que le autografíe el libro, no pudo una mujer infiel. Una historia
evitar presentarse como El escritor de Ciro Páramo, seudónimo que
y consultarle, con una pizca de eligió para no olvidar que esto
timidez, cómo logró que una es solo temporal, el camino para
editorial lo publique. El conspicuo ser El escritor. La fama que había
novelista le dijo: primero hazte un alcanzado al construir intrincadas
nombre. Hoy nadie invierte en un historias de amor, lo llevaron a
desconocido. ¿Y cómo logro eso?, la pantalla grande, al teatro, a
retrucó. Hombre, le dijo con voz entrevistas en diarios, revistas y
almibarada de vino, hoy solo se radio. Su nombre era sinónimo
hacen famosos en la tele. Le pareció de conmoción y sensibilidad.
ingenioso, creativo, cierto y, sobre Pasaron años y Ciro Páramo era
todo, posible. Dirigió sus pasos a una celebridad, los noticieros,
casa, se bañó, afeitó, cortó cabellos entre catástrofes, corrupción,
y, manuscrito en mano, se dirigió asesinatos, se hacían de un tiempo
a un canal de televisión. Tocó la para proponer razonamientos
puerta tres veces y tres veces le especulativos sobre cómo deberían
dijeron: ahorita no, joven, vuelva terminar algunas de sus historias.
otro día. Hasta que se le abrieron Era feliz.
las puertas. Oiga, usted, le dijeron,
mientras aspiraba angustiado de Finalmente, logró dejar de alquilar
un pitillo mal armado, es escritor un departamento, lindo, no me mal
o algo así, ¿cierto? Asintió. Venga, entiendas, para mudarse a una casa
pues, que necesitan a alguien bonita que compraba con muchos
como usted. Sacudió los hombros, sacrificios. En ese proceso de
arregló el cuello y apuró el paso mudanza descubrió, en uno de los
hinchando el pecho. No, no, cajones de su escritorio, la novela:
escritores de telenovelas, rugió un La intrincada y trascendente vida
directivo, ¡guionistas! Escribir una de un humilde servidor, la abrió y
historia es escribir una historia, leyó con ternura el inicio. Sonrió.
pontificó del modo más circular Estiró el brazo y la dejó caer sobre
el escritor. Pero usted qué sabe de la basura, diciendo: ya para qué.
telenovelas, no es lo mismo un libro
que la tele, hijito. Pues deme una Postdata 7
Luego la recogió, pues nadie sabe
para quién trabaja.
MOT
Foto: Carla Patiño
LA ROSA NEGRA
POR: HAROL GASTELÚ
–Señor, ¿podría prestarme la escalera? “morir” en los camposantos.
–Chau, mamá, pasado mañana vengo, cuídame –murmuré.
Miré hacia abajo. La mujer era joven y bonita. Llevaba un vestido negro Bajé.
de modelo antiguo. En las manos tenía un ramo de unas rosas tan rojas
que parecían negras.
–La escalera es suya, señorita.
–¿Podría ayudarme a llevarla hasta el nicho de mi difunto? –me pidió.
–Un momento y termino –le dije. Tenía la voz suave como el susurro del viento entre las flores del
–Ya. Espero. cementerio.
Estaba visitando a mi madre. Terminé de ponerle sus flores. Era el atardecer –Claro. No faltaba más. ¿A qué pabellón?
del 31 de octubre. Al día siguiente el cementerio se iba a convertir en una –Al Santa Rosa de Lima.
8 feria. Detesto las aglomeraciones, la música y las muestras de euforia en Me puse la escalera sobre los hombros y eché a andar tras ella. Ese
un lugar que yo considero para el recogimiento y la paz. Hasta ahora no pabellón estaba en el lado antiguo. El ceñido vestido dibujaba su figura
comprendo por qué las autoridades dejan que la gente beba y baile hasta estilizada. A su paso dejaba una estela de perfume añejo. ¿Quién se te
murió?, solía ser la pregunta con que empezaba mis diálogos cuando MOT
alguien me interesaba. Había obtenido buenos resultados en un par
de ocasiones. Generalmente en los cementerios las personas están con brotaba de mi dedo. Sacó de su escote un pañuelito de seda y me
ánimos de contar sus vidas, sus pesares después de haber sufrido una envolvió el miembro herido. El pañuelo blanco se puso rojo. ¿Tanta
pérdida y necesitan oír unas palabras de consuelo. ¿Quién se te murió, sangre brotaba de un pinchazo?
amiga? Esta vez se me hacía difícil emplear mi fórmula. Temía que notara
mi apresuramiento. Poco a poco se llega al cielo, Harold, me dije. Presionó mi dedo. Sus manos se mancharon. Por fin la sangre cesó de
brotar.
Oscurecía. Los últimos deudos abandonaban el camposanto.
Llegamos al pabellón indicado. Habíamos recorrido medio cementerio. –¿Nos vamos, o se queda? –preguntó.
Tenía los hombros adoloridos. Así debió de estar Cristo después de cargar –Nos vamos. Ya llegará el día en que me quede aquí para siempre.
su cruz, pensé. Sonrió.
–¿Un cafecito? –le ofrecí, ya en la calle.
–Mi finadito está allí –dijo ella, señalando un nicho de la última fila–. –Si no es mucha molestia. Gracias.
¿Podría sostener la escalera mientras subo, por favor? Ahora estábamos sentados frente a frente ante dos humeantes tazas
de café. Se llamaba Ximena. Venía a visitar a su padre. Había sido un
“ Eran unas manos blancas, casi hombre bueno que gustaba del campo, las plantas y el río. Solía pasarse
transparentes ” las tardes leyendo, soñando visitar los mundos descritos en los textos.
Sus ojos brillaron. Las lágrimas empezaron a rodar por sus mejillas.
–Ya, no se preocupe. La muerte de un ser querido es el dolor más profundo que un hombre
Empezó a subir. Menos mal que no pesaba nada, se la veía tan frágil, pueda padecer, pensé mientras acariciaba sus heladas manos. Tantas
como para que venciera mis fuerzas y rodara escaleras abajo. ¿Por qué cosas que compartí con mamá. Tantos sueños que se quedaron truncos
construirán pabellones tan altos? ¿Para que las almas lleguen más rápido ante su repentina partida.
al cielo? Lloró por un buen rato. Llorar es bueno. Llorar libera tu corazón de un
gran peso, pensé decirle, pero no lo hice. La vida es así. Todos vamos a
Los floreros contenían unas resecas rosas. Por lo visto, al difunto venían a morir algún día. A mamá la lloré meses. La lloré todos los días. Fue la
visitarlo una vez al año. El nicho estaba cubierto de polvo y tela de araña. mujer más buena que yo haya conocido. Mi único consuelo es saber que
Sacó los floreros y se dispuso a bajar. Me miró: estaba sosteniendo a un ahora, esté donde esté, está en paz.
esqueleto. Me miró con sus cuencas vacías. Era una mirada penetrante. –¿Vienes mañana a visitar a tu mamá, Harold? –me preguntó, ya calmada.
Tenía los dientes amarillos, largos. Dioses. Sentí un desvanecimiento. Le iba a decir que no, ¿no te parece patético que la gente se emborrache,
Sostuve fuerte la escalera para que no cayera. Quise gritar, pero ningún cante, baile perturbando la tranquilidad de los muertos?, pero no lo hice.
sonido brotó de mi garganta. Me restregué los ojos y volví a mirar: la –Sí –le dije–. Un rato. ¿Tú?
chica me sonreía. Debe haber sido una mala jugada de mis sentidos, me –También –dijo Ximena–. Tempranito. Hay menos gente a primera hora.
dije. ¿No había escuchado la semana anterior el aullido de un perro y el A ver si nos encontramos.
arrastrarse de unas cadenas? En los cementerios pasan algunas cosas que –Ya.
escapan a la razón. Nos despedimos.
Al siguiente día la esperé inútilmente durante todo el día soportando el
–¿Le pasa algo? –me preguntó. barullo de la gente.
¿Contarle lo que acababa de ver para que me tildara de loco? Sospeché algo. Busqué una escalera. Subí. Los floreros llenos de sangre
–No. Nada. No se preocupe. contenían unas relucientes rosas negras. Harold Gastelú Palomino: 06
Volvió a subir para limpiar el nicho. El polvo que se levantó casi la asfixia. junio 1868 – 22 julio 1910, decía en la lápida. Recuerdo de su hija Ximena.
Creo que lo mejor es que a uno lo incineren y arrojen sus cenizas al mar o Yo era Harold Gastelú Palomino. Había muerto hace un siglo.
lo guarden en un rincón para no causar más molestias a los vivos.
Bajó. Al ayudarla con las rosas, me pinché un dedo con una espina. Harol Gastelú Palomino (Huancavelica, 1968). Ha publicado las novelas 9
–¡Oh, se ha lastimado! –dijo ella, con pesar, tomando mi mano. Cadena perpetua, La agonía de Juan de Dios, Viaje al corazón de la guerra,
Tenía las manos heladas como el mármol de los nichos. Eran unas manos Tú que miras el mar y los libros de cuentos Historias urbanas y La rosa
blancas, casi transparentes, se notaban las venas azul verdosas que la negra. Entre otros premios ha obtenido el Horacio 2004 en cuento y el
recorrían. Tenía las uñas largas y pintadas de rojo como la sangre que Horacio 2011 en novela. Ha sido finalista del premio Altazor 2013 en
novela. En cuento ha ganado el premio Cuentos Ciudad de Trujillo 2007 y
Sexto Continente 2010 en España.
MOT
conocían, sucumbió ante la leucemia.
“Mis palabras estarán en todas partes. Se crearán clubes
sociales y sociedades. Será como para volverse loco. Se
hará una película de mi vida. Me pintarán mucho más
valiente de lo que soy y con mucho más talento del que
tengo. Mucho más. Será como para hacer vomitar a los
dioses”, profetizó en uno de sus escritos.
Hank, que nació en Alemania y radicó en Estados Unidos
desde los tres años, era un hombre rudo, de rasgos tan
duros que, según sus amistades, provocaba que quien lo
mirara por primera vez echara el cuerpo hacia atrás por
temor y desconcierto. “No soy como un mundo ordinario.
Tengo mi lo c ura, vivo en ot ra dimensión y no tengo t iemp o
para cosas que no tienen alma”, decía el también poeta de
prosa y verso quien, como narró, tuvo sexo por primera
vez a los 24 años con “una gorda que pesaba 150 kilos”.
Para crear un solo relato, “el viejo indecente” necesitaba
embriagarse dos noches: una para escribir y otra para revisar
a detalle. El alcohol lo escoltaba a todos lados, incluso hasta
los recitales a los que era invitado para leer sus escritos.
“¿ Po r q u é b e b o ? Po rq u e n i n g u n a b u e n a h i s t o r i a c o m i e n z a
con un ‘estaba yo comiendo una ensalada’”, argumentaba.
Bukowski alcanzó la fama y dejó de ser un vagabundo.
Llegó a recibir hasta 100.000 dólares al año por las ventas
de sus libros, empezó a frecuentar reuniones con artistas
de Hollywood y cambió sus bebidas más espiritosas por el
vino bueno y caro.
Foto: Internet/medios Disfrutó de su popularidad y esa gloria hasta que la
leucemia lo golpeó y tumbó por 64 días en un hospital. Hank
BUKOWSKI EN tuvo que cambiar radicalmente sus hábitos de escritura,
TODAS PARTES lo que involucraba alterar por completo su forma de vivir
y disfrutar el mundo. Estaba asustado. Creía que sin el
alcohol y los cigarrillos perdería su creatividad, pero el
viejo Charles se demostró a sí mismo que podía seguir
siendo un maestro de las letras sin necesidad de someterse
a los efectos del alcohol.
POR: ROSMERY CUEVA Su existencia relajada lo obligó a relatar historias de
ficción, pues los motivos de su escritura se iban agotando:
“ E ncuentra lo que amas y deja que te mate”, aconsejaba ya no frecuentaba los bares, no dormía en las veredas lleno
de indigencia ni disfrutaba la presencia de mujeres que en
Charles Bukowski, el escritor vagabundo que admiraba las multitud lo adulaban hasta en los pies de su cama. La vida
mentes retorcidas, las prostitutas borrachas y toda figura bohemia ya no lo rodeaba, pero Hank no se sentía mal por
que no obedecía los parámetros de la ley. eso. Empezaba a disfrutar, de alguna forma, los últimos
años que le quedaban.
Bukowski, símbolo del movimiento literario “Dirty Bukowski, uno de los personajes más excéntricos e
realism” (Realismo Sucio), murió en marzo de 1994, a los impetuosos que conoció la literatura, vivió mucho más
73 años, cuando alcanzaba el punto más alto de su fama y de lo que cualquier médico hubiese pronosticado y tras
el invierno albergaba la ciudad de Los Ángeles, lugar que ser enterrado con su singular vestimenta desaliñada, aún
habitó durante gran parte de su vida y que lo vio agonizar mantiene su existencia a través de sus poemas y relatos en
no por sus amados vicios -el alcohol y las drogas-, sino los que fácilmente se reconocen las historias más sucias
por grandes sumas de células cancerígenas. Hank, como lo y pintores cas de su vida. “ Tu t rab aj o deb e est ar vivo”,
repetía.
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¿Cuál fue el último libro que leíste? ¿Realmente importa? MOT
Hoy conocí a Noelia. Noelia no me conoció a mí. No paraba de
preguntarme sobre el último libro que había leído. Tras varios minutos
de mirarle los tobillos, me di por vencida y atiné a responder: Ya no leo,
Noelia.
El libro de ochocientas páginas que llevaba bajo el brazo me asustó.
No recuerdo la última vez que haya leído un libro tan grande. Lo habré
hecho un par de veces. No suelo concentrarme. Algo en la cabeza me
hace volar y el libro queda pegado al suelo, se vuelve mundano y yo ya
estoy en otra parte.
Lolita fue el último libro que leí. ¿Por qué no se lo dije?
Me gustaría saberlo, realmente. Podía habérselo dicho en lugar de verle
los tobillos, en lugar de hacerme la tonta, en lugar de darle una respuesta
que ella no me pidió: “Ya no leo, Noelia”.
¿Cómo será una Noelia que no lea?
Quizá menos desafiante, quizá algo más tierna, tal vez sí, tal vez no. En
mi mente hago bromas y repito “Noelia no leía, Noelia no leía”, dándome
cuenta un rato después de lo trillado de jugar a desordenar las letras de
las palabras.
Hace poco tuve un sueño: Recostada en el pasto se me dio por recoger Foto: Internet/medios
una pequeña piedra.
Al observarla bien, la piedra no parecía ser una más entre la tierra, parecía NOELIA
en realidad un pedazo de concreto perdido en el campo, un pedacito de
ciudad que no supo cómo regresar a su lugar de origen. POR: NOEMÍ SLEE
Mientras veía el campo completamente vacío, una sensación de mareo me
empezó a abordar. Empezaron a caer más hojas pero esta vez pequeñas pequeños senos y el atuendo que llevaba. Y le miré los tobillos, mi eterna
y cada una de una forma diferente a la anterior. Frente a mí, se alinearon debilidad.
de una forma casi musical.
De alguna forma, en ese sueño, las formas de las hojas tenían un sonido, ¿Cuál fue el último libro que leíste?
tenían un valor fonético. De nuevo, con palpitaciones, desperté completamente empapada, como
Toqué la primera hoja y escuché algo que daba a entender una “ene”. levantándome de una maratón, la maratón más ligera pero que por algún
Toqué la siguiente y me sonó a una “o”. Cuando alargué mi brazo para motivo te deja húmedos hasta los nudillos.
tocar la tercera hoja, el mareo se me pasó, el sueño dejó de parecer sueño,
sentí mi cuerpo mojado y desperté bajo mi manta azul y con el pingüino Recordé de pronto el día en que conocí a Noelia No-Leía. Recordé sus
de madera que tengo en el velador mirándome. pecas, su piel blanca, que era un tanto delgada y lentamente me di cuenta
Pasé varios días pensando en ese sueño. Traté de relacionar conceptos, de algo: Ese sábado yo no salí a la calle.
colores, todo, pero no llegué a nada en concreto. Ese sábado empapé de nuevo mis pijamas. Soñé con el personaje principal
De pronto, mientras revisaba mis discos viejos y llenos de hongos, algo de la última historia que había leído… que me preguntaba exactamente
cayó de entre la ruma. Era un libro. Tapa rosada, hojas agradablemente eso: ¿Cuál fue el último libro que leíste?
amarillas. Se veía muy muy maltratado, lo que conmigo es señal de que
realmente me obsesioné con él. El último libro que leí, ahora, ya no se me hacía tan lejano. Su tapa rosa y
Tenía cosas que hacer pero una extraña espiral en mi mente me jaló hacia hojas amarillentas siguen empapando mis sueños. De alguna forma sigo
la primera página y no pude soltar el libro. Tenía que leerlo otra vez. leyendo, entre volteretas sobre mi cama, a la pequeña Lolita, al rostro de
Al terminarlo, exhausta, maravillada y satisfecha, un rostro me vino a la inexistente Noelia.
la mente, era el del personaje principal del libro, era tal cual yo lo había Al final ‘Noelia No-Leía’ fue lo más real que viví en esos meses, meses de
pintado: blanca, pecosa, cabello rubio oscuro, delgada, con una mirada sueños fríos y de sudor, meses de pesadillas encantadoras, meses antes
juguetona, que desafiaba y enternecía al mismo tiempo. de volver a leer.
Empecé a ver más de ella detenidamente, sus hombros, sus manos, sus 11
MOT
Foto: Carla Patiño
CÓMO LEER A RAY BRADBURY
POR: JUAN OSORIO
I. Es un libro pequeño, flaquito, pasta dura, color celeste que el tiempo
Esguince de tobillo, diagnostica el doctor. Me receta antiinflamatorios y ha decolorado cruelmente. “Por el camino de Swann” dice el título en
analgésicos cada ocho horas y me conmina al reposo. Dando brinquitos letras que alguna vez fueron doradas. Huele a viejo, a humedad. Sus
salgo del consultorio, tomo un taxi, llego a casa y otra vez a los brincos páginas amarillas no llegan, según me percato, ni a trescientas unidades.
voy directo a mi dormitorio, a guarecerme del mundo veloz al que Quince días son más que suficientes, pienso. Me acomodo, me distiendo,
momentáneamente no podré seguirle el ritmo. comienzo mi lectura...
Echado en mi cama, en extenso, como un animal herido, bramo, me Blip. Suena mi laptop al costado de mi cama, una notificación nueva en
quejo, me retuerzo de dolor y me quedo dormido… mi cuenta de Facebook, en mi muro de los lamentos, un like, una sonrisa,
Esto de tener el tobillo del tamaño de un mango piurano no es tan malo. otro like… Trato de calmarme. Esto necesita de cierta concentración.
No tengo distracciones y puedo dedicarle varias horas más a la lectura de No es poca cosa, me digo. Estoy entregado a la lectura del famoso primer
un libro que tengo postergado, guardado en un vetusto cajón, cubierto de tomo de “En busca del tiempo perdido”, la monumental obra de Marcel
ropa interior y de chucherías sin más valor que el del puro sentimiento. Proust. Volvamos a la literatura, respiro hondo…
Blip. Vuelve a sonar pero esta vez es mi celular el que emite la alerta, una
12 notificación del WhatsApp: “ola ke aze amiwito? estoy trissshhhhte, me
siento más rechazada que la primera raja del pan de molde… jijijijiji”, MOT
me dice una amiga, la dejo “en visto”. La primera raja del pan de molde
parece ser su sino. Sigamos, ahora lo importante es mi reencuentro con ¿Qué hacer? Nada, es la respuesta que cabe en estos tiempos. Tenemos
la lectura… todo y por lo mismo no nos emociona nada, todo está demasiado a nuestro
Blip. Otra vez la modernidad con sus sutiles rugidos. Blip. De nuevo alcance, o eso creemos. Recurro a Youtube, esa suerte de biblioteca de
el WhatsApp, mi jefe deseándome pronta mejoría y yo pensando que Alejandría y muladar de la cultura popular donde conviven las sinfonías
el trabajo dignifica al burro y envilece al hombre. Blip. Esta vez es el de Haydn junto a youtubers adolescentes haciendo payasadas.
Facebook, un evento el sábado por la noche, cena y concierto al que Youtube me cuenta, en un hermoso documental francés, que Proust
no iré por estar lesionado. Blip. En Instagram han comentado una foto dedicó catorce años de su vida a escribir “En busca del tiempo perdido”.
de cuando estaba en uso de todas mis facultades. Blip, blip. Tengo un La novela es de tal magnitud que contiene más de un millón de palabras
seguidor más en mi cuenta de Youtube y dos trolls que me insultan. Blip, (¿quién se habrá dado el trabajo de contarlas?), aparecen doscientos
blip. Varios tuits sobre una catástrofe en Quito. Blip. Mi madre le ha personajes y contiene casi tres mil páginas impresas (de letra chiquita
dado like a la foto de mi tobillo inflamado. Blip, blip, blip, blip… diosito, chiquita), pero más impresionante aún es cómo hizo Marcel para escribir
recógeme… semejante novela.
II. En los últimos años de su vida, y habiendo publicado sólo dos de sus
-Señorita, la carta por favor... siete volúmenes, Proust, sensible, homosexual, asmático, sibarita, decide
-No se puede oe. Leer en estos tiempos es imposible. emprender la más grande epopeya: terminar la novela que para entonces
-Tenga joven. empezaba a desbordarse. Marcel tiene tanto que decir, tanta memoria
-Gracias. Me da… una porción de chaufa para dos y una Inca Kola de que volcar, tantas reflexiones que sustentar y tan poco tiempo por delante
litro y medio, eso es todo. Ahora sí, ¿qué me decías? que no quiere que nada lo distraiga. Con premura construye su encierro,
-Que ya no se puede leer. Estuve quince días con el tobillo lastimado e ordena tapiar con corchos las paredes de su habitación para no escuchar
intenté con un librito de Proust, pero fue imposible. el ruido de las calles, casi no se levanta de la cama y escribe sobre ella,
-¿Por qué quieres leer a Proust? Lee a Baricco, a Bolaño, a Bradbury, no recostado. Para soportar sus terribles y continuos ataques de asma apela
sé. Si quieres algo denso lee a Borges, pero a Proust… pucha, ¡no sé ah! a la cafeína pura y a inyecciones de adrenalina. Su novela es escrita con
-Pero Proust es el más grande escritor del siglo veinte. El maldito se tal obsesión que casi todo lo que termina lo reescribe varias veces y
escribió una novela de siete tomos que, dicen, es el más profundo estudio aún sobre las versiones definitivas, añade anotaciones tan extensas que
sobre la conciencia humana, sobre el tiempo y la memoria y en todos los deben ser escritas no sólo sobre los bordes de las hojas, sino en papeles
rankings se le reconoce como el mejor, junto a Joyce. sueltos que luego, Celeste Albaret, su última criada, añade pegándolas
-¡Bah! La literatura es enemiga de la estadística. Yo creo que alguien que y doblándolas en la página correspondiente, haciendo que el cuaderno,
se sopló los siete tomos de “En busca del tiempo perdido” dijo que era desplegado con todo y anotaciones, parezca un laberinto inverosímil,
una genialidad y el resto se encargó de extender el chisme. desconcertante.
-Bueno, es un poco pesado de leer, hay que reconocerlo. El tiempo se le está acabando y Proust decide dejar hasta de comer.
-Es un somnífero, una patada en la nuca, un cogoteo a la vigilia, hace Prefiere gastar las pocas energías que le quedan escribiendo y escribiendo
unas divagaciones enormes… y hace digresiones sobre sus propias hasta el último de sus días. El 18 de noviembre de 1922, Marcel Proust
digresiones. En fin, qué te puedo decir, hay libros que ya no son para este muere en su habitación insonora, empuñando su cuaderno y su pluma
tiempo. y con cientos de anotaciones desperdigadas sobre la cama, el velador y
-Tal vez.... el piso de su dormitorio. Alguien que lo visita, apenas se entera de su
-Además, cómo lees esa cosa cuando tienes Internet, Vimeo, Youtube, muerte, comenta: “sus notas parecen vivas alrededor suyo, es como ver
Instagram, Netflix, o… Xvideos. El mundo está hecho de imágenes, las a un soldado que ha muerto pero que lleva un reloj al que todavía se le
letras han perdido vigencia. escucha su tic tac tic tac”.
-Llegó el chaufa, por fin, estaba de hambre... Son casi las tres de la madrugada y en pocas horas debo regresar al
-Mmm, se ve bueno. trabajo. Debería dormir de una vez para no llegar a la oficina como si me
-Sí, pero el wantán está medio desabrido. hubiese atropellado un tranvía (me siento en otra época); pero algo me
-En cambio la salsita de tamarindo todavía guarda el añejo encanto. impide hacerlo. Apago mi ordenador, me incorporo, a tientas enciendo
-Algo, algo... Tiene un sabor que no está para despreciar. Me recuerda la luz y de prisa abro el cajón en el que he dejado descansar el libro que
al chifa al que iba de niño con mi vieja, era un lugar todo roñoso, de gracias a Youtube adquiere en este instante una dimensión distinta, de
paredes blancas y manchas de grasa por todos lados… inmediato reinicio su lectura…
-Definitivamente este chaufa está buenazo... ¿A quién quiero engañar? No creo que pueda terminar de leer a Proust,
III. al menos no por ahora; por el contrario, recuerdo tener un libro de
Mañana vuelvo al trabajo. Dentro de mi habitación trato de no dejar Bradbury en algún lugar de mi dormitorio, encontrarlo no me resulta
pendientes, enciendo la laptop, reviso mi correo, termino un informe tan difícil. Al abrirlo descubro que sus hojas no son tan amarillas. Vuelvo
que escribí con mi tobillo aun latiendo. Tengo todo listo para mañana, a mi cama, me acomodo y a pierna suelta, leo…
tengo todo menos sueño. Por mi ventana los rayos de luz anuncian que la mañana de un nuevo
lunes ha llegado.
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MOT
FOTOGRAFÍA
POR: JORGE CERDÁN
La serie “Mi aula... mi celda” muestra a presidiarios del penal “Sarita
Colonia” que regresan a las aulas tratando de reinsertarse en la sociedad.
La serie de fotografías fue realizada en el año 2015.
Jorge Cerdán es egresado en Fotografía por el Instituto de Arte y Diseño
IPAD y licenciado en Turismo y Hotelería por la Universidad “Enrique
Guzmán y Valle - La Cantuta”. Ha trabajado como fotógrafo de la Revista
ANAEI (Asociación nacional de artistas intérpretes y ejecutantes),
además ha sido Reportero Gráfico en Diario “El Nacional”, “Diario 16”
y ”Exitosa Diario”.
Parte de su trabajo fotográfico se encuentra también en internet:
www.jorgeluiscerdan.com
14 Contacto: [email protected] / [email protected]
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ILUSTRACIÓN
POR: walter meza
Walter Meza (Hualter) es diseñador gráfico de profesión e ilustrador por pasión. Ha trabajado en agencias de publicidad, editoriales, estudios 15
de videojuegos y agencias digitales. Actualmente trabaja de manera independiente en todo tipo de proyectos de diseño gráfico/web e ilustración.
Se puede ver parte de su trabajo en: https://www.behance.net/hualter
Contacto: 992227582 / [email protected]
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