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En esta publicación se analizan conceptos y estrategias de Responsabilidad Ciudadana. En esta era de la Inteligencia Artificial y de los acelerados avances en las neurociencias, los mitos o las ideas fuerza de una cultura son posibles de corregir y mejorar.
El Foro Ecuménico Social propuso debatir estos temas, con la participación de Stefano Zamagni, catedrático de la Universidad de Bolonia y presidente de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, Luis Brusco, especialista en neurociencias, decano de la Facultad de Medicina de la UBA, autor del libro "El cerebro político”, Rosendo Fraga, analista político e historiador, Pablo Dons, Director de las Licenciaturas en Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la Universidad de Belgrano, el empresario Luis Bameule, María Eugenia Estenssoro, estudiosa, periodista, política, Fernando Flores Maio, sociólogo, periodista, director del Foro Ecuménico Social, y otros investigadores y dirigentes.
El proyecto se concretó con el apoyo del Programa de Fomento Metropolitano de la Cultura, las Artes y las Ciencias del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

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Published by foroe, 2024-02-12 13:40:58

Una mejor cultura de Responsabilidad Ciudadana

En esta publicación se analizan conceptos y estrategias de Responsabilidad Ciudadana. En esta era de la Inteligencia Artificial y de los acelerados avances en las neurociencias, los mitos o las ideas fuerza de una cultura son posibles de corregir y mejorar.
El Foro Ecuménico Social propuso debatir estos temas, con la participación de Stefano Zamagni, catedrático de la Universidad de Bolonia y presidente de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, Luis Brusco, especialista en neurociencias, decano de la Facultad de Medicina de la UBA, autor del libro "El cerebro político”, Rosendo Fraga, analista político e historiador, Pablo Dons, Director de las Licenciaturas en Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la Universidad de Belgrano, el empresario Luis Bameule, María Eugenia Estenssoro, estudiosa, periodista, política, Fernando Flores Maio, sociólogo, periodista, director del Foro Ecuménico Social, y otros investigadores y dirigentes.
El proyecto se concretó con el apoyo del Programa de Fomento Metropolitano de la Cultura, las Artes y las Ciencias del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Keywords: Responsabilidad Ciudadana,Responsabilidad Social,Cultura,Foro Ecuménico Social,Luis Brusco,Rosendo Fraga,María Eugenia Estenssoro,Stefano Zamagni,Luis Bameule,Sustentabilidad,Etica política

1 UNA MEJOR CULTURA DE RESPONSABILIDAD CIUDADANA ISSN 1668-2335


2 Stefano Zamagni expuso en los debates del Foro Ecuménico Social Luis Brusco y Rosendo Fraga Debate en Universidad de Belgrano Luis Bameule, María Eugenia Estenssoro y Fernando Flores Maio Pablo Dons en otra cátedra en la Universidad de Belgrano Luis Brusco habló sobre “El cerebro político”


3 Sumario Carta del director ............................................................................................... • 4 La crisis del modelo democrático: una salida, por Stefano Zamagni............................................................................................................... • 7 ¿Qué tienen en la cabeza los políticos?, por Fernando Flores Maio.................................................................................................................. • 12 “El cerebro político”, de Luis Brusco, por Rosendo Fraga………………………………………….................................................. • 14 Innovación y desarrollo de talentos, por Luis Bameule................................... • 17 Argentina innovadora y Laboratorio Uruguay, por María Eugenia Estenssoro.......................................................................................................... • 19 Corporaciones y nuevos líderes, por Fernando Flores Maio……....………… • 27 Sobre los participantes...................................................................................... • 31 Ilustraciones de tapa y contratapa: Mariana Bendersky ForoE. Año 21. N° 17. 2024. Buenos Aires. Editor y Propietario: Fernando Flores Maio. Número de Propiedad Intelectual en trámite. Enero de 2024. Copyright by Fernando Jorge Flores. Riobamba 1170, piso 7 (1116) Ciudad de Buenos Aires, Argentina. Instagram: @foroecumenico Facebook: revistaforoe Mail: [email protected] / Web: www.foroecumenico.com ISSN 1668-2335.


4 Carta del director En esta publicación analizamos conceptos y estrategias que apuntan a la Responsabilidad Ciudadana. Como señaló Alfonso Gómez SJ (ex Rector de la Universidad Católica de Córdoba y miembro del Foro Ecuménico Social), “los mitos o las ideas fuerza de una cultura son posibles de corregir y mejorar. Los llamados a la reflexión, las experiencias bien compartidas, los testimonios de quienes se destacan, son todas ayudas para los necesarios cambios de cultura. Y, a la vez, son fuente de esperanza. Es posible la responsabilidad ciudadana y generar la mejor cultura, desde el aula, desde prácticas educativas, la investigación, los servicios, el trabajo profesional y los modos de liderar las empresas e instituciones”. Debatimos estos temas con Stefano Zamagni, catedrático de la Universidad de Bolonia y presidente de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, Luis Brusco, especialista en neurociencias, decano de la Facultad de Medicina de la UBA, autor del libro "El cerebro político”, Rosendo Fraga, analista político e historiador, Pablo Dons, Director de las Licenciaturas en Relaciones Internacionales y Ciencias Políticas de la Universidad de Belgrano, el empresario Luis Bameule, María Eugenia Estenssoro, estudiosa, periodista, política, y otros investigadores y dirigentes. Se hicieron en forma presencial y virtual. Uno de los videos se puede ver en el canal de Youtube del Foro Ecuménico Social en el link https://youtu.be/WztLdgpj3Hs El proyecto se concretó con el apoyo del Programa de Fomento Metropolitano de la Cultura, las Artes y las Ciencias del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Ofrecemos en estas páginas las propuestas. La idea es dialogar sobre desarrollo sostenible y corrupción, las bases culturales y sociales de la democracia, el factor cultural en el desarrollo económico, los valores cívicos, la cultura política, el compromiso ciudadano, las empresas como promotoras activas en el desarrollo sostenible de las comunidades, los agentes de cambio para mejorar la calidad de vida, mediante la creación de valor económico, social y ambiental, la articulación público-privada, buscando el compromiso de los sectores Estado, Empresa y Sociedad.


5 El Foro Ecuménico Social nace en 2001 como continuación de los coloquios Nuevos Desafíos y Desafío Empresario, que durante una década se hicieron en la Casa de Encuentros del Obispado de San Isidro (Argentina), en el anfiteatro Liard en la Sorbonne (París), en el Instituto de Altos Estudios de América Latina de la Universidad de París (Francia), en el Banco Mundial de París, entre otras sedes, y de las actividades de difusión de la vida, la filosofìa y la obra de Jorge Luis Borges, en Venecia (Biblioteca Marciana), París (Ecole des Beaux Arts), Buenos Aires (Museo Nacional de Bellas Artes), México DF (Museo Tamayo), Barcelona (Galaxia Gutenberg) y Madrid (Círculo de Lectores). Más de un centenar de personalidades y dirigentes de los más diversos sectores dialogaron en los coloquios a lo largo de una década. Entre ellos el presidente de la Asamblea Nacional de Francia (ex primer ministro y ex Ministro de Relaciones Exteriores) Laurent Fabius, el teólogo y politólogo P. Jean-Yves Calvez, los ex presidentes chilenos Patricio Aylwin y Ricardo Lagos, el presidente de The National Judicial College de Estados Unidos, el Juez Robert Payant (Universidad de Nevada), Ray Marshall, ex secretario de Trabajo de la administración del presidente James Carter y profesor de Economía y Asuntos Públicos en la Universidad de Texas, Carlos Eugenio Beca, jefe de Gabinete del ministerio de Economía de Chile y asesor de Ricardo Lagos, Myrna Alexander, directora del Banco Mundial, el periodista Bernard Pivot (realizador del ciclo "Bouillon de Culture" en Francia), el presidente del Colegio de Abogados de Chile, Sergio Urrejola, Piercamillo Davigo, juez de Mani Pulite en Italia y ex procurador de Milán, entre otros. El Cardenal Jorge Mejía estuvo en casi todas las reuniones, y otras figuras de la Iglesia Católica que participaron fueron monseñor Luciano Mendes de Almeida, presidente de la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil y vicepresidente de la Conferencia Episcopal Latinoamericana (Celam), y el Padre Bartolomeo Sorge, que llevó adelante un movimiento anti-mafia en Italia, además de varios obispos de la Argentina, el profesor Georges Couffignal (director del Instituto de Altos Estudios de América Latina Universidad de París), Florence Pinot Villecheron (Escuela Superior de Comercio de París), Gonzalo Martner, ex funcionario del gobierno chileno y académico de la Universidad de Chile y la Universidad Católica de Temuco, el filósofo y ex director de la Unesco Víctor Massuh, el periodista Germán Sopeña, el senador chileno Carlos Ominami, el sociólogo Alain Touraine, el analista económico Jean Boissonnat, presidente de las Semanas Sociales de la Iglesia de Francia, María Kodama, presidente de la Fundación Internacional Jorge Luis Borges, el escritor chileno Luis Mizón, y el presidente de la Unión Latina, Geraldo Hollanda Cavalcanti, entre muchos otros.


6 El Foro Ecuménico Social se inició con la crisis de 2001/2002, presidido por un politólogo, Jean-Yves Calvez, en un país adonde la mitad de la población caía por debajo de la línea de pobreza, y adonde muchos pedían que se vayan todos. Ese pensador francés, de intensa actividad en Europa, Latinoamérica, Rusia y China, era miembro del Board de la Universidad de Georgetown, en Estados Unidos de América, y facilitó un convenio con esa casa de altos estudios, para crear la Cátedra Abierta de Responsabilidad Social y Ciudadana, que coordinó los primeros 2 años Eusebio Mujal-Leon, director del International Institute on Government, Management and Policy, de esa universidad. En la primera sesión hace 2 décadas, expuso sobre “Estados fallidos, desarrollo sostenible y corrupción”. Entre los primeros speakers intervinieron Marcelo Cavarozzi (Universidad Nacional de San Martín), sobre “Las Bases Culturales y Sociales de la Democracia”, Alejandro Bernhardt (Universidad Católica de Córdoba), sobre “El factor cultural y el desarrollo económico”, Rosendo Fraga (Centro de Estudios Nueva Mayoría) sobre “Los Valores Cívicos y la Cultura Política en la Argentina” (“hay un divorcio o un conflicto entre la ética y la política en términos prácticos”, sostenía), Fernando Laborda (periodista, Licenciado en Ciencia Política), sobre “Valores cívicos y compromiso ciudadano”, y dirigentes de empresas y ONG. En esa época la gente pedía “que se vayan todos”. Como anticipó Calvez, no se fueron todos, y la mitad de la población debajo de la línea de pobreza. El Foro ya organizó 21 ciclos en la Argentina, España, Italia, el Vaticano, y Estados Unidos, con la colaboración de más de 30 universidades. Además otorga premios a compañías que sean promotores del desarrollo sostenible de las comunidades, agentes de cambio para mejorar la calidad de vida. Ahora que en la Argentina atravesamos una situación similar a la de hace dos décadas, la Responsabilidad Social y Ciudadana sigue siendo una asignatura pendiente en la Argentina (y en muchos países) y es necesario continuar el análisis de estos temas. Eso es lo que buscamos con las cátedras, con esta publicación y con videos, con los mismos objetivos de hace 22 años: impulsar y difundir conceptos y acciones de dirigentes, rescatar valores fundamentales, resaltar la importancia de las organizaciones de la sociedad civil y de los empresarios en la transformación de los países. Fernando Flores Maio


7 Stefano Zamagni La crisis del modelo democrático: una salida Vivimos un momento de aceleración de la crisis de nuestra democracia, un momento en el que el desencanto democrático contemporáneo parece tener la mejor perspectiva de dar vida a un modelo de democracia capaz de afrontar los desafíos actuales. ¿Cómo pueden las democracias nominales volverse reales y cómo se puede garantizar la participación efectiva en la deliberación política? ¿Cómo evitar el riesgo de una democracia sin ciudadanos? Por su naturaleza, la representación política se basa en la comparación, en el encuentro de opiniones e intereses, hasta el punto de que el sistema parlamentario siempre ha sido considerado como un "gobierno por discusión". En el siglo pasado, el eje esencial de este sistema fueron los partidos políticos, cámaras de elaboración de opiniones. Desde que nació, este mecanismo siempre ha conocido imperfecciones y la democracia casi siempre ha encontrado sus antídotos. La situación actual presenta una gran novedad. De hecho, sucede que los mensajes breves y rápidos en las redes sociales son tanto más eficaces cuanto más desconectados de cualquier reflexión y tanto más eficaces cuanto más radicales son. Los algoritmos hacen prevalecer las posiciones más simples y por tanto drásticas, que acentúan la brecha entre "nosotros" y "ellos". No construyen opiniones sino que capturan y forjan identidades, exasperando una tendencia bien conocida por los psicólogos, según la cual escuchamos lo que ya nos es familiar. No sólo eso, sino que reconocemos y nos adherimos a las ideas que ya tenemos, es decir, vivimos en una “eco-cámara”. En este contexto, el discurso político se vuelve resistente a los datos fácticos e incluso a la verificación. Como ha demostrado el conocido jurista estadounidense Cass S. Sustein, las noticias falsas siempre prevalecen sobre su negación o sobre las noticias verdaderas, es decir, verificadas. El hecho es que hoy existe una desconexión entre mensaje y significado, entre demagogia y hechos. Nacidos para difundir productos y generar beneficios, los algoritmos, los distintos Facebook, Twitter o Google, al ofrecer servicios y productos gratuitos, hacen de los propios usuarios un producto que genera beneficios.


8 Siempre ha habido populismos destructivos; las sociedades los sufren y los superan. ¿Cómo? Aferrándose a la verdad. Hoy, sin embargo, este viejo mecanismo de defensa está fallando. La posverdad -que no es acreditar la mentira como verdad, sino enturbiar las aguas hasta el punto de que resulta prácticamente imposible distinguir lo verdadero de lo falso- amenaza a los anticuerpos que utilizan la democracia para curarse de la enfermedad del populismo y resistir a continuidad. En tales situaciones, el sistema se desliza hacia una democracia "falsa", o más bien hacia esa forma degenerada de democracia llamada oclocracia, es decir, el gobierno de las masas, de las multitudes y de sus pulsiones e instintos. A la luz de lo anterior, entendemos por qué hoy es urgente abordar, y rápidamente, la vexata quaestio de la comunidad ética en una sociedad de pluralismo, como escribió recientemente Francesco Viola. El pluralismo contemporáneo, por definición, rechaza la idea de una ética común. Al mismo tiempo, la vida asociada requiere de una comunidad (la koinotes de Aristóteles) basada en principios éticos si no quiere quedar reducida al mero procedimentalismo. Así sucede que nos refugiamos en el relativismo, en la creencia de que el método de evasión (avoidance) es la única manera de evitar el conflicto y asegurar una apariencia de paz social. Que se trata de un error peligroso debería quedar claro para todos, porque quien cree saber, sin saber que cree, no pregunta y, por tanto, no busca el diálogo. Una sociedad de pluralismo ciertamente no puede sustentarse en una ética unívoca, pero puede aspirar a una inter ética generada por el encuentro de aquellas variedades culturales que habitan la misma vida pública. En efecto, la comunidad que se busca no puede ser la de una comunidad cultural, ni la de una comunidad religiosa, sino la de una comunidad política que rechaza decididamente el horizonte hobbesiano (todavía en boga, lamentablemente) según el cual la acción política es sólo aquella que tiene lugar dentro de instituciones representativas. Sabemos que el modelo hobbesiano ya no funciona, pero sigue produciendo males sistémicos. ¿Qué se debe hacer entonces? Tengamos el coraje de reconocer que el modelo elitista-competitivo de democracia ya no es capaz de dar alas a la famosa declaración de Henri Bergson según la cual: "Esto es la democracia: proclama la libertad, reivindica la igualdad y reconcilia a estas dos hermanas enemigas, recordándoles que ellas son hermanas”. De hecho, tomados individualmente, el principio de libertad y el principio de igualdad son difíciles de armonizar; es sólo el principio democrático lo que los hace marchar juntos. Hay tres características esenciales de este modelo debidas a Max Weber y Joseph Schumpeter. La democracia es principalmente un método de selección de una élite que, siendo experta, es capaz de tomar las decisiones necesarias, dadas las circunstancias. La democracia es, por tanto, el procedimiento para seleccionar,


9 dentro de la sociedad, a quienes son capaces de tomar las decisiones que cada cierto tiempo requiere el cuerpo político. La segunda característica es obstaculizar los excesos de poder de la leadership política. Dado que el riesgo de degeneración y de abuso de autoridad nunca podrá evitarse, conviene introducir "granos de arena" en los mecanismos del poder. ¿Y qué mejor manera de lograr ese resultado que dejar que el viento de la competencia sople entre los partidos políticos? Finalmente, la tercera característica es que el modelo en cuestión se caracteriza por su orientación al progreso de la sociedad. Nótese la analogía: así como en el ámbito del mercado las reglas de la competencia económica sirven para asegurar una asignación eficiente de los recursos y, por tanto, la tasa de desarrollo más alta posible, así, de la misma manera, en la esfera política los partidos compiten entre sí para ganar elecciones maximizando sus respectivos consensos. En última instancia, la idea básica del modelo es que las empresas gestionan los mercados y los gobiernos regulan las empresas; por otro lado, burocracias de diversos tipos gestionan la administración pública y el gobierno controla y regula la burocracia. Con ello, es a la esfera de la política a la que se le confía la tarea de trazar el camino de toda la sociedad. Este modelo de democracia, con sus numerosas variantes nacionales, ha permitido lograr muchos resultados positivos desde la Segunda Guerra Mundial. Pero el cambio de época actual (hiperglobalización, nuevas tecnologías digitales, singularismo, cuestiones medioambientales) la ha vuelto inadecuada, incapaz de afrontar nuevos desafíos. La democracia deliberativa, por otra parte, demuestra que está a la altura de la tarea. Básicamente, la razón es que para este modelo no es aceptable que el bienestar de los marginados y desfavorecidos dependa -según las circunstancias- del "Estado benevolente" o de las instituciones del "capitalismo compasivo". Más bien, debe ser el resultado de estrategias de inclusión en el circuito de producción -y no tanto en el de redistribución- de la riqueza. Tres elementos caracterizan el método deliberativo. Primero, la deliberación se refiere a las cosas que están dentro de nuestro poder. (Como enseñó Aristóteles, no deliberamos sobre la Luna o el Sol!). Por tanto, no todo discurso es una deliberación, sino más bien un discurso encaminado a la decisión. En segundo lugar, la deliberación es un método para buscar la verdad práctica y, por tanto, es incompatible con el escepticismo moral. En este sentido, la democracia deliberativa no puede ser una técnica pura sin valores; no puede reducirse a un mero procedimiento de toma de decisiones.


10 En tercer lugar, el proceso deliberativo postula la posibilidad de autocorrección y por tanto que cada parte en cuestión admita, ab imis, la posibilidad de cambiar sus opiniones a la luz de las razones dadas por la otra parte. Esto implica que la posición de quienes, en nombre de una ideología o de intereses partidistas, se declaran insensibles a las razones ajenas, no es compatible con el método deliberativo. Es en vista de esto que la deliberación es un método esencialmente comunicativo. Por supuesto, hay bastantes cuestiones prácticas que deben resolverse para que el modelo de democracia deliberativa pueda constituir una alternativa plenamente aceptable al existente. Pero no hay duda de que la concepción deliberativa de la democracia es, hoy, la forma que mejor que otras logra abordar los problemas de desarrollo y progreso de nuestros países. Esto se debe a que logra pensar la política como una actividad basada no sólo en el compromiso y el inevitable índice de corrupción que siempre la acompaña, sino también en los objetivos de la convivencia misma y del estar en común. Además, también es la forma más eficaz de relanzar el papel del sector civil, junto con los sectores público y privado, y sobre todo de contrarrestar el grave desequilibrio entre mercado y democracia, que vale la pena mencionar. Es un hecho que hasta hace poco el capitalismo, como modelo económico, siempre ha estado asociado a la democracia como modelo de orden sociopolítico -si bien es cierto que ha habido períodos, de duración limitada, en los que esta asociación ha desaparecido. Piensen en Corea del Sur, Chile y lo que pasó en Europa en la primera mitad del siglo XX. La gran noticia hoy es que el vínculo entre democracia y capitalismo se está disolviendo. De hecho, hablamos de orientalismo en el sentido de que Occidente ya no es la civilización de referencia para guiar el proceso de desarrollo económico. Lo desconcertante es que el nuevo capitalismo financiero (que siguió al industrial) no tiene problemas para adaptarse a una pluralidad de matrices religiosas, culturales y étnicas. De hecho, sabemos que las finanzas especulativas se han convertido en un fin en sí mismas, es decir, autorreferenciales, y por tanto tienen una relación cada vez más remota y abstracta con el valor económico real cuya creación debe fomentar. Por otra parte, las actividades especulativas en el mercado financiero privan de toda estabilidad a la relación entre el valor de los activos y la forma en que se representan mediante nuevos instrumentos financieros. No fue así con el capitalismo "nacional", que se basó en los valores y tradiciones occidentales cuando se impuso al modelo anterior de orden social. La noticia hoy es que el capitalismo puede existir sin democracia y, en términos más generales, independientemente de los llamados valores occidentales. En particular, el capitalismo “global” no necesita aprovechar el utilitarismo benthamiano y el individualismo libertario para afirmarse. De hecho, su amplia difusión debe mucho a su capacidad para eximirse del compromiso con valores como el de la dignidad de la persona y los de la democracia liberal. Por lo tanto,


11 es erróneo pensar que la persistencia de tradiciones y normas sociales de comportamiento premodernas representa un obstáculo para el capitalismo global. Por el contrario, la fidelidad a estas tradiciones y principios es lo que permite a países como China, Singapur, India y muchos otros seguir el camino del proceso capitalista de una manera aún más radical que en los países occidentales. Es fácil darse cuenta de esto: es mucho más fácil invocar la identidad nacional para legitimar sacrificios e imposiciones de naturaleza antidemocrática a sus ciudadanos. Lo que está sucediendo es que "nuestra" democracia liberal está dando paso al populismo, a esa concepción que considera al pueblo ya no como una categoría sociológica y política, sino como una categoría moral. La competencia política - para la ideología populista- es entre las virtudes (que pertenecen al pueblo) y las no virtudes (que pertenecen al no pueblo) y el líder es quien logra encarnar el espíritu del pueblo. Por esta razón, el populismo rechaza la democracia deliberativa en favor de la democracia directa. ¿Es utópico pensar que podemos unir mercado y democracia? Hay quienes piensan que sí; pero quien escribe este artículo no está entre ellos. En cualquier caso, es la distopía, mucho más que la utopía, lo que hay que temer cuando se está al inicio de un viaje. La distopía es la enfermedad que afecta a quienes padecen "pasiones tristes", en el sentido de Spinoza. Sin embargo, no la tristeza del llanto o el cansancio, sino la del desengaño o la desesperación. Un país que fue cuna del Humanismo, primero, y del Renacimiento, luego, no puede ser víctima de disposiciones mentales similares.


12 Fernando Flores Maio ¿Qué tienen en la cabeza los políticos? En varios países de las democracias occidentales cuesta entender qué es lo que está sucediendo con el surgimiento de ciertos liderazgos disruptivos. Como lo que ha sucedido con Trump, Meloni, Bolsonaro o Boris Johnson por ejemplo. Y lo que está pasando con la explosiva aparición de Milei. Entonces es bueno preguntarse qué tienen en la cabeza los políticos y los que los votan. Ese fue motivo de debate entre un neurólogo y un analista político en un encuentro en la Universidad de Belgrano que realizó el Foro Ecuménico Social en el marco de la Carrera de Ciencias Políticas. Actualmente está de moda el estudio del cerebro en las instancias políticas y se generaron dos subespecialidades de la neurociencia y de la psicología llamadas neuropolítica y psicología política. El neurólogo Luis Ignacio Brusco, doctor en Medicina y en Filosofía, Investigador del CONICET y Decano de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires, escribió un interesante libro al respecto que tituló “El cerebro político”. Él participó en ese debate con Rosendo Fraga, reconocido analista e historiador, el director de la carrera mencionada, Pablo Dons, y otra neuróloga, Mariana Bendersky. Brusco afirmó que existen estudios que explican que, en su mayoría, el electorado de Estados Unidos es demócrata, pero que sin embargo han ganado más elecciones los republicanos, ya que los demócratas no suelen apelar a lo emocional y los republicanos sí. Algunos trabajos como los del neurocientífico Joseph LeDoux, de Nueva York, muestran que nuestra emoción se entera de lo que vemos antes que nuestra conciencia racional, por lo cual no resulta extraño que las influencias de las caras sean un componente importante en la decisión electoral. Brusco afirma que lo visual es clave en la comunicación humana. Por eso la mirada de un candidato apunta a nuestro sistema cerebral instintivo. Las investigaciones aseguran que en menos de un segundo ya hemos sentido una predisposición sobre a quién votar, fundada en quien nos genere mayor simpatía. Se sabe que existen personas que activan sólo el hipocampo mientras que otras recuerdan con el hipocampo y la amígdala (sistema emocional) y estas son las más influenciables por la presión social. Los conservadores tienen mayor desarrollo amigdalino, mayor respuesta al miedo y a la invasión del espacio corporal, y los progresistas mayor desarrollo de la corteza prefrontal, que regula la motivación y


13 la resolución de conflictos. Los estudios indican que una de las premisas claves es que el poder modifica la conducta de las personas. Son muchos los casos en los que se observan en los sujetos poderosos alteraciones en las permisividades. El poder, destacan los investigadores, produce más liberación y capacidad de tomar decisiones, y ponen como ejemplos a dictadores como Stalin, Hitler, Mussolini y otros de Latinoamérica, que manejaron con total discreción el poder excesivo, sin control ni límites en el tiempo. Estos estudios concluyen también que hay una predisposición de personalidades narcisistas y maquiavélicas o psicopáticas en las personas que acceden al poder, no solo en la política sino también en otros ámbitos, como las empresas. El no poderoso actúa más sensible al castigo, pensando en las necesidades de los demás; el poderoso, al contrario, tiene mayor propensión a infringir las reglas sociales; parecería que el poder genera mayor tranquilidad sobre los posibles castigos que se podrían sufrir ante el quiebre de las normas establecidas. Fraga, comentando esas investigaciones, señaló que en Occidente hasta comienzos del siglo 21 los moderados terminaban predominando sobre los extremistas, y ganaban las elecciones. “Ello fue cambiando, como bien explica Brusco, y los factores emocionales comenzaron a tener mayor peso al momento de decidir el voto”, subrayó. “Prever los comportamientos y decisiones de los líderes es una herramienta esencial del análisis político. Por eso la psicología es un instrumento fundamental del mismo. Las personas que ocupan lugares centrales en la política suelen cambiar sus posturas de acuerdo con intereses, conveniencias o circunstancias, pero lo que no modifican es su personalidad, la cual entra en los estereotipos mencionados, más sus experiencias y vivencias particulares”. Fraga aseveró que emoción y razón, y la necesidad de un pensamiento crítico para moderar su ejercicio, son aspectos fundamentales, y que el de Brusco es un valioso aporte en momentos en que la Argentina elegirá autoridades. “La ciencia y las tecnologías, destacó, se han desarrollado en paralelo a este cambio de la política, en el que lo emocional ha ganado terreno, las personalidades autoritarias han triunfado en elecciones y el pensamiento crítico ha perdido relevancia”, concluyó. O sea que a la palabra “psiquiatra” que se ha popularizado en los últimos tiempos para hablar de candidatos, habría que agregar “neurólogo” o “neuropolítica”.


14 Rosendo Fraga El cerebro político “El Cerebro Político” es un libro de Luis Ignacio Brusco. Doctor en medicina y filosofía, neurólogo, psiquiatra, investigador del CONICET y titular del Departamento de Psiquiatría y Salud Mental de la Facultad de Medicina de la UBA, en este ensayo aplica las neurociencias a la política. Analiza fenómenos que dominan la política de esta época, como el de la emoción y la razón en los comportamientos políticos. No es un tema nuevo, pero en tiempos recientes se ha producido un cambio importante respecto a las últimas décadas. La política de posguerra en Occidente estableció como modelo -vigente en Estados Unidos y Europa- el centro y la moderación como claves de la política y de los procesos y definiciones electorales. El sistema de partidos se estructuraba en función de una fuerza de centroderecha y otra de centroizquierda, que diferían con matices en sus propuestas y se alternaban. Había que eludir los extremismos. Las elecciones se ganaban sobre el centro. Sobre todo, en la fase final de la campaña, correrse en esa dirección era lo aconsejable y en los hechos, resultaba casi inevitable. En los espacios políticos, los moderados terminaban predominando sobre los extremistas. Ello era una condición necesaria para ganar las elecciones. Los votantes indecisos se identificaban más con los moderados que con los extremistas. Esto impregnaba la cultura política, y así lo fue hasta comienzos del siglo XXI. Ello fue cambiando. Como bien explica el autor, los factores emocionales comenzaron a tener mayor peso al momento de decidir el voto. Da como ejemplo estudios realizados recientemente en los Estados Unidos que muestran que la mayoría del electorado se siente demócrata, pero sin embargo los republicanos ganaron elecciones apelando a lo emocional. Esto se está dando en mayor o menor medida también en Europa y América Latina. Las izquierdas tienen menos capacidad de presentar propuestas atractivas y de articular su acción política en función de utopías. Hasta la caída del Muro, las derechas eran más bien racionalistas y las izquierdas emocionales o pasionales. Las primeras eran realistas y las últimas utópicas.


15 Ello no quiere decir que la razón no juega un papel, pero esto es menor que en el pasado. También analiza la importancia del poder en la política y su relación con las neurociencias. Explica que las personalidades dominantes se asocian en general con el desarrollo del poder, el que es el objeto y fin de la política para los candidatos. Hay estudios que muestran que produce más liberación y capacidad de tomar decisiones activas y permite mayor capacidad de decisión. Se pueden citar muchos ejemplos en el pasado, pero son quizás los de Trump y Bolsonaro los más evidentes. Esto, como dice Brusco, genera mayor acción, pero también mayor riesgo de equivocación y menor consideración por los demás. Estos estudios concluyen también que hay una predisposición de personalidades “narcisistas, maquiavélicas o psicopáticas” en personas que buscan y obtienen el poder. Pero esto no sucede sólo en la política, sino en otros ámbitos como empresas, clubes de fútbol o instituciones académicas. Cita un estudioso del tema, Dacher Keltne, de la Universidad de California, según el cual las personas con y sin poder viven mundos distintos. “El no poderoso actúa más sensible al castigo, pensando en las necesidades de los demás. Es más cohibido. El poderoso, por el contrario, tiene mayor propensión a la acción intuitiva y a infringir las reglas sociales”. Cita otro estudio de la Universidad de Lausana que señala que “cuanta más influencia tiene la persona, menos éticas son sus decisiones”. Prever los comportamientos y decisiones de los líderes es una herramienta esencial del análisis político. Por eso la psicología es un instrumento fundamental del mismo. Usualmente señalo que las personas que ocupan lugares centrales en la política suelen cambiar sus posturas de acuerdo con intereses, conveniencias o circunstancias, pero lo que no modifican es su personalidad, la cual entra en los estereotipos mencionados, más sus experiencias y vivencias particulares. Pero también el autor advierte sobre la importancia del llamado “pensamiento crítico” para una acción política eficaz y equilibrada. Un estudio de Gallup de 2012 preguntaba sobre el origen del hombre. El 46% negaba la evolución darwiniana y aceptaba la postura Bíblica, porcentaje que no se modificaba con la educación universitaria. El pensamiento crítico es fundamental para quien ejerce la política y concentra el ejercicio del poder. Implica una tríada de “curiosidad, búsqueda de la verdad y humildad”, virtudes de las que con frecuencia carecen los grandes líderes políticos. Pero el autor reconoce que “para mí, la verdad es más importante que la felicidad, como una pregunta de alto nivel cognitivo que implica pensamiento asociativo y abstracto, es decir, racional”. Frente al mismo, el concepto de inteligencia emocional es un factor muy influyente en la conducta humana, que “puede sesgar


16 el pensamiento crítico y dominar sentimientos de creencia, fundamentalistas e intuitivos”. Esta suele ser una característica de los líderes mesiánicos, que por lo general se identifican con la cultura política populista, que subordinan las reglas institucionales a los objetivos políticos. Pienso que emoción y razón, la importancia del poder en la política, y la necesidad de un pensamiento crítico para moderar su ejercicio, son tres aspectos fundamentales de este libro. Cabe agregar que las nuevas herramientas tecnológicas que en forma creciente son utilizadas en la política, como internet, el big data, las redes sociales y la inteligencia artificial y su reciente versión generativa, se han desarrollado en paralelo a este cambio de la política, en el que lo emocional ha ganado terreno, las personalidades autoritarias han triunfado en elecciones y el pensamiento crítico ha perdido relevancia. Se trata de un aporte valioso que realiza Luis Ignacio Brusco, en momentos en que la Argentina se encuentra en pleno proceso electoral para elegir nuevas autoridades nacionales.


17 Luis Bameule Innovación y desarrollo de talentos Las innovaciones son cambios, opciones, que introducen novedades, en ideas, servicios y productos. El tema de la innovación implica algo disruptivo, nuevo, diferente, que agrega valor. En el caso de la vocación empresaria el tema de la innovación pesa fuerte; pero hay Innovación en muchas otras actividades que no son empresariales: la medicina, el deporte, etc. La otra palabra fuerte es talentos. Se habla de las personas talentosas, o los talentos especiales para para hacer ciertos trabajos, esa especie de capacidad o actitud que tienen algunas personas para aprender un tema con más facilidad. Esta conjunción está por detrás del gran tema argentino de fondo, de la falta de crecimiento relativo frente al resto del mundo. Algunos dicen que lo que pasa es que Argentina está en el hemisferio sur, pero comparado con el resto del hemisferio sur también salimos mal. Otros dicen que es un país demasiado primario en producciones, pero hay otros países que también son fuertes en lo primario y han crecido más. Otros expresan que es un país mediterráneo y los países mediterráneos no crecieron tan rápido. Pero si se hace la comparación con los mediterráneos tampoco funciona. Estos 100 años de bajo crecimiento relativo han generado una atmósfera que se traduce, entre otras cosas, en la fuga, a veces de capitales, a veces intelectual, y tiene que ver con jóvenes que se van afuera del país, no solo Alemania, España, USA, sino también a Uruguay. Y acá lo relaciono con el libro “Laboratorio Uruguay”, que leí cuando se publicó en Uruguay, y que es muy actual. A través del ejemplo uruguayo se resaltan una cantidad de problemas que tenemos los argentinos. Es muy válido analizarlo con tranquilidad. También hay que ver cómo está el mundo hoy, lo que se llaman las nuevas normalidades, que tienen que ver con la pandemia, la Guerra de Ucrania y otras colaterales que andan dando vueltas por ahí, las 3 “V”: velocidad, vulnerabilidad y la volatilidad. Esto no es solo una cuestión de la Argentina, sino que está dando vueltas por todo el mundo. Al mismo tiempo tenemos una conectividad impresionante. Estamos todos en una instantaneidad permanente; se sabe todo lo que pasa al mismo tiempo en todos lados. Esto tiene atractivos y desafíos, y tiene también complicaciones serias, que


18 tienen que ver a veces con la la vida personal, con el diálogo, con el encuentro con otras personas, con el bienestar. Esto de la ultra velocidad es como si estuviéramos todos los días arriba de un Fórmula 1 en la vuelta de clasificación, lo cual desgasta mucho, y en particular a los mayores nos agobia. Por supuesto ya no le podemos preguntar a los hijos sino a los nietos cómo se manejan ciertas cosas. Con respecto al libro sobre Uruguay, nosotros tuvimos una empresa con 600 empleados en un pueblito uruguayo 15 años, y allí salió el plan Ceibal, que hacía que cada chico recibiera una computadora en el año 2006, aprovechando una idea de un señor de origen griego, Nicolás Negroponte, que tenía la idea de que el mundo tenía que crecer en la medida que la gente recibiera o tuviera la posibilidad de conectarse, averiguar, preguntar. El primer país que lo tomó fue Uruguay, por lo menos en América Latina. Era mucha la inversión; el Estado gastó 100 millones de dólares cada año. Fue una apuesta de largo plazo que tiene que ver con la educación. Reconozco que hubo problemas serios a veces en los colegios, porque los chicos iban más rápido que los maestros. Los maestros y los sindicatos estaban alarmados por eso. El plan fue avanzando y en más de 15 años los problemas se han ido superando. También han aparecido algunos nuevos. Lo menciona también el libro de María Eugenia Estenssoro, y menciona también un economista uruguayo importante, Ricardo Pascale, que tuve la oportunidad de conocer y trabajar un poco con él, sumamente inteligente, analítico que explicó muy bien las cuatro revoluciones industriales; la primera el siglo 18, con las máquinas de carbón, la segunda con el trabajo en serie, las fábricas que hacían masivamente productos y el trabajo que eso generaba, la tercera que fue la de la revolución del conocimiento y justamente el boom de la información y de la computación de los años 70 y ahora la revolución de la Inteligencia Artificial y todo este desborde con velocidad, vulnerabilidad y volatilidad masiva y permanente. María Eugenia Estenssoro lo desarrolla esto con profundidad. En este punto estamos y por eso creo que es tan válido cuando se habla de “Laboratorio Uruguay”. Me parece importantísimo porque es algo que está al lado nuestro; no es laboratorio Afganistán o Alemania. Uruguay está al lado nuestro, con 3 millones y medio de habitantes. Hay como una sensación cuando uno llega al Uruguay de que se baja un cambio, como que se frena todo y no es así; el Producto Bruto uruguayo por habitante los últimos 15/20 años le ha sacado 20/30 puntos de distancia a la Argentina por habitante. Entonces el hecho de vivir en un contexto no tan violento ni acelerado no implica un resultado inferior en cuanto a sus logros de todo tipo. María Eugenia Estenssoro va a avanzar mucho más en todo esto y les agradezco la oportunidad de introducir sus palabras.


19 María Eugenia Estenssoro Argentina Innovadora y Laboratorio Uruguay En la Cátedra Abierta de Responsabilidad Social y Ciudadana del Foro Ecuménico Social el miércoles 4 de octubre de 2023 en la Universidad de Belgrano de al Ciudad de Buenos Aires hubo un debate con María Eugenia Estenssoro, periodista, investigadora, líder de varias ONG, ex Senadora. La presentó el empresario Luis Bameule, presidente de Agritur San Luis, ex presidente de Quickfood y de la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas, miembro del Foro. Moderador fue Pablo Dons, Director de las Licenciaturas en Relaciones Internacionales y en Ciencia Política de la Universidad de Belgrano. Estenssoro habló sobre sus libros, escritos con Silvia Naishtat, “Argentina innovadora”, en el que presenta exitosos casos de emprendedores tecnológicos, y “Laboratorio Uruguay”, claves para entender una democracia igualitaria y próspera. Con respecto al primero, estas son algunas de sus afirmaciones: La Argentina parece un país encerrado en un laberinto del que no logra salir. Habituados a buscar las soluciones al presente en el pasado, imaginamos el futuro mirando hacia atrás. ¿Será por eso que siempre estamos hablando de lo mismo: ¿la crisis, la coyuntura, el cortísimo plazo, sin poder pensar qué hay más adelante? En esta falta de imaginación colectiva radica una de las causas de nuestra dolorosa decadencia como país. No logramos concebir, debatir y consensuar como sociedad futuros mejores y diferentes de lo que alguna vez fuimos o quisimos ser. Para quienes rechazan el término “decadencia” porque lo encuentran estigmatizante o despectivo, propongo que consideremos algunos datos concretos: en 1970, el 4,6% de la población vivía bajo la línea de pobreza; casi medio siglo después lo hace el 30%. El futuro es aun más preocupante si observamos que uno de cada dos niños en la Argentina es pobre. Los niños son el futuro de una sociedad. Su situación presente es un predictor del porvenir que nos espera si, como nación, no imaginamos y creamos perspectivas radicalmente distintas. Este libro, justamente, quiere contar la historia de una generación de argentinos que hace veinte años, cuando el país se hundía en una nueva crisis y se cerraba


20 sobre sí mismo, se animó a pensar en grande y a saltar por encima de los cercos mentales que nos impiden cambiar. En un país que fracasaba, ellos decidieron no mirar hacia atrás y crearon las compañías y emprendimientos que la Argentina necesita en este desafiante siglo XXI. Para generar innovación, riqueza, trabajo de calidad y crecimiento sostenido. Por eso decidimos contar sus historias. Son emprendedores, físicos, biólogos, ingenieros electrónicos, ingenieros nucleares, matemáticos, neurocientíficos, creativos y artistas. Son protagonistas de este tiempo. De la revolución científico-tecnológica que está cambiando el mundo, la sociedad, la economía y hasta el sentido mismo de lo que significa ser humanos. Desde la Argentina. ¿Quiénes son? ¿Qué hacen? ¿Por qué ellos sí invierten, corren riesgos, piensan globalmente y en el largo plazo, creen que la Argentina puede ser un país moderno y pujante en la economía del conocimiento? Al igual que los futbolistas argentinos, no le temen al mundo ni lo ven como una amenaza. Lo utilizan como una gran escuela —desafiante y competitiva, por cierto— donde aprender a templarse como campeones. Con muchísima “garra”, estos jóvenes que en su mayoría tienen entre 35 y 50 años de edad han creado algo inédito: multinacionales argentinas que sobresalen en Latinoamérica y el mundo. Por eso los llamamos “la nueva selección”, porque se pusieron la camiseta y salieron a la cancha global a triunfar. ¿Será la nueva dirigencia empresarial que puede cambiar el país? Este libro también tiene algo de historia personal. En 1998, dos jóvenes norteamericanos, Linda Rottenberg y Peter Kellner, me propusieron crear y dirigir una organización sin fines de lucro para identificar y apoyar a emprendedores innovadores, de “alto impacto”. Decían que eran esenciales para modernizar el país, porque sus compañías crecerían y generarían trabajo a tasas superiores que el resto de la economía. El modelo todavía no se había probado fuera de Silicon Valley, Boston o Nueva York. Pero el concepto me pareció tan estimulante que acepté. Casi dos décadas después, Endeavor Argentina se ha convertido en el mayor semillero de emprendedores del país. Muchos de los jóvenes seleccionados son parte de una nueva dirigencia que puede cambiar la cultura, la ética empresarial y el perfil productivo de la Argentina. El ejemplo más destacado es, sin duda, Marcos Galperin, cofundador y CEO de Mercado Libre. En dieciocho años, su compañía de comercio electrónico sobrepasó en valor de mercado a YPF, durante décadas la número uno del país. Conocí a Marcos y a su socio Hernán Kazah en 1999, en el subsuelo de la torre ubicada en la intersección de la avenida General Paz y la Panamericana, donde comenzaron. Era uno de esos días de verano húmedos y pegajosos. Yo no entendía cómo iba a funcionar un sitio de ventas online cuando el 98% de los argentinos no tenía Internet y un tercio no tenía trabajo.


21 Marcos, de escasos 27 años de edad, dijo con convicción: “Quiero demostrar que desde la Argentina se puede crear una gran empresa de clase mundial”. Admito que me emocioné. Me parecía estar oyendo a mi padre, quien a principios de los años noventa estaba decidido a hacer de YPF una petrolera de talla mundial cuando murió en un accidente aéreo. Marcos me contó que había trabajado con él. Integró el programa de jóvenes profesionales, cuyo objetivo era formar a la nueva generación de ejecutivos de la petrolera estatal con una visión global. Otro emprendedor brillante que fue parte de esa camada es Martín Migoya, cofundador y CEO de Globant, la gran empresa argentina que desarrolla software para Google, Disney y muchas de las corporaciones líderes. Mercado Libre y Globant son dos prestigiosas multinacionales de origen argentino que cotizan en Wall Street. Toda mi vida he soñado con ver a la Argentina convertida en una nación próspera y equitativa. Llegué al país a los 4 años de edad como inmigrante. Mis padres, dos jóvenes bolivianos, decidieron radicarse aquí en 1962, atraídos por los vientos de cambio de Arturo Frondizi. Creían que la Argentina podía ser el primer país desarrollado de Latinoamérica. Aunque Frondizi fue derrocado por un golpe militar apenas llegamos, con ese sueño crecí y me formé. Con ese mismo anhelo trabajo desde hace más de treinta años como periodista, política y emprendedora social. Confieso que hubo veces en que perdí las esperanzas, especialmente en los últimos años. Pero hoy sigo creyendo que tenemos el talento y las posibilidades para dar ese gran salto creativo y productivo que nos permita realizar nuestro potencial como nación. Las historias retratadas en este libro así lo atestiguan. Para ello tenemos que tomar conciencia del momento crítico que está viviendo la humanidad. Asistimos a una revolución científica y tecnológica que está sacudiendo los cimientos de las democracias, las economías y la sociedad a nivel mundial. Se dice que estamos frente a un cambio de civilización. Nadie sabe a ciencia cierta hacia dónde vamos. Lo que sí sabemos es que los países que progresarán serán aquellos que puedan anticiparse y generar conocimiento e innovación para el mundo que viene. No dejemos pasar esta oportunidad. Los desafíos son enormes, pero los riesgos de no hacer nada mucho más. Hace dos años, con mi querida amiga Silvia Naishtat, una de las periodistas que más conoce la trama empresarial del país, decidimos emprender un viaje de conocimiento. Entrevistamos a los principales exponentes de esta generación de emprendedores.


22 Laboratorio Uruguay Luego Estenssoro se refirió a su libro “Laboratorio Uruguay”, también en colaboración con Silvia Naishtat, que se presenta como “un recorrido fascinante por el laboratorio político, económico, social y cultural más exitoso y sugestivo del momento: Uruguay, ese edén sudamericano que se abre camino con mesura en medio de una región convulsionada”. En la discripción del libro se explica: A partir de 2020, la Argentina comenzó a asistir a un fenómeno inédito: la emigración a Uruguay de un creciente número de destacados emprendedores tecnológicos, profesionales con excelentes empleos y dueños de poderosos grupos económicos. Ya no se trataba de perseguidos políticos o de desempleados, como había ocurrido en épocas anteriores, sino de personas que, por su solvencia financiera y su experiencia empresarial, movían la economía generando innovación, trabajo y riqueza. ¿Por qué, pudiendo vivir en Nueva York, Londres, París o Tel Aviv, ellos elegían Punta del Este, José Ignacio, Montevideo y hasta Colonia del Sacramento? Silvia Naishtat y María Eugenia Estenssoro se propusieron dilucidar las claves detrás de la novedosa elección de vida de muchos argentinos (y la fantasía de otros) y el resultado es un libro revelador. Con abundante información y el testimonio de sus protagonistas -desde Julio Bocca a "los Messi" del campo y los unicornios tecnológicos-, como también de notables personalidades de la política uruguaya, logran contagiar su admiración por "el pequeño gigante latinoamericano", sin imaginar por ello un destino contrapuesto para la Argentina: "No creemos en las antinomias, ellos y nosotros -dicen-. Más bien, pretendemos derribar fronteras y barreras para aprovechar nuestra potencia cuando creamos, trabajamos y mateamos juntos". Los resultados que el libro detalla en ese país son: DEMOCRACIA PLENA: puesto 11 en el Índice de Democracia Global PBI PER CÁPITA: 17.000 dólares CRECIMIENTO ECONÓMICO: 3,4% anual durante 17 años COHESIÓN SOCIAL: menor tasa de pobreza, de un 9% PRIMERO EN: Exportación de software per cápita. PRIMERO EN: Exportación de celulosa per cápita.


23 En la Introducción leemos: UNA HISTORIA ENTREVERADA No puedo precisar si mis primeros recuerdos se remontan a la orilla oriental y occidental del turbio y lento Río de la Plata: si me vienen de Montevideo, donde pasábamos largas y ociosas vacaciones en la quinta de mi tío Francisco Haedo, o de Buenos Aires. “Autobiografía”, Jorge Luis Borges. El mayor escritor argentino del siglo XX comienza así el relato de su vida. Un texto breve escrito en 1970 para la revista The New Yorker. Borges se reivindicaba oriental. Se decía concebido en la estancia de su tío Francisco Haedo, a orillas del río Negro en Paysandú. Su abuela materna (Leonor Suárez Haedo), su madre (Leonor Acevedo Suárez), su tío y primos eran uruguayos, como también su abuelo paterno (el coronel Francisco Borges Lafinur). Una genealogía de próceres, batallas y parientes entrelazados, como la historia de nuestros países. “Y en el origen de este cruce de orillas encontramos siempre la misma historia: el exilio —el del abuelo materno de Borges, el de su bisabuelo criollo por línea paterna— para escapar al régimen de Rosas”, señala la crítica literaria Graciela Villanueva. Otra autora, Ana Inés Larre Borges, escribió en 1999 que “la obra de este escritor suele presentar al Uruguay como un lugar de refugio de los argentinos frente a la barbarie”. Borges habla de una historia “entreverada” como “los tientos de un lazo”, y le dedicó una milonga: “Milonga que este porteño / dedica a los orientales, / agradeciendo memorias / de tardes y de ceibales. / El sabor de lo oriental / con estas palabras pinto; / es el sabor de lo que es / igual y un poco distinto”. La “Milonga para los orientales” termina con un deseo: “Milonga para que el tiempo / vaya borrando fronteras; / por algo tienen los mismos / colores las dos banderas”. EL PAÍS COMO TAREA José Artigas, padre de la patria oriental, soñaba con una Provincia Oriental integrada a una “Confederación” de Provincias Unidas del Río de la Plata, en la que el puerto de Buenos Aires, rival del de Montevideo, no fuera la capital. Derrotado militarmente en 1820 por los portugueses, quienes anexaron este pequeño territorio al gran Reino Unido de Portugal, Brasil y Algarbes (con la complicidad de los Colorados de Montevideo y los Unitarios de Buenos Aires, que recelaban del caudillo), se exilió de por vida en Paraguay y jamás regresó. Cinco años después, sus lugartenientes Juan Antonio Lavalleja y Manuel Oribe partieron una noche oscura desde la ribera de lo que hoy es el partido de San Isidro en la provincia de Buenos Aires para liberar a sus compatriotas.


24 Dicen que los Treinta y Tres Orientales eran más de cincuenta, y que entre ellos había algunos argentinos, paraguayos y hasta un africano. También dicen que esa expedición fue financiada por Juan Manuel de Rosas, Julián Panelo de Melo, Miguel Riglos, Félix de Álzaga y otros ricos estancieros de la provincia de Buenos Aires. Los orientales no pudieron expulsar a los invasores de la Provincia Cisplatina (como estos la rebautizaron) ni siquiera con la ayuda del ejército de las Provincias Unidas, que le declaró la guerra al Imperio de Brasil. Pero en un congreso celebrado en Villa de Florida, el 25 de agosto de 1825, proclamaron unilateralmente la independencia de la Provincia Oriental del Uruguay respecto de Portugal y ratificaron su voluntad de pertenecer a las Provincias Unidas del Río de la Plata. La paridad de fuerzas entre ambos bandos, sin embargo, obligó al Imperio de Brasil y a las Provincias Unidas a firmar un armisticio en 1828. El acuerdo se hizo con la intervención del Reino Unido, preocupado por las trabas al comercio que generaba la confrontación armada, pero sin la participación oriental. Dos años más tarde, fruto de esta negociación, se creó el Estado Oriental del Uruguay, como un país independiente y soberano. “Se crea un Estado geopolíticamente estabilizador de la región, el famoso Estado tapón”, explica la historiadora Ana Ribeiro, una de las máximas expertas en la vida de Artigas, reivindicado por todos los partidos como el fundador de la patria por sus ideales republicanos. Ribeiro señala que los Estados tapón son construcciones políticas que surgen para evitar el enfrentamiento entre potencias con intereses conflictivos. Al ministro de Educación del Uruguay, Pablo da Silveira, doctor en Filosofía Política, le gusta hablar del “país como tarea”. En ese origen encuentra una de las principales claves para entender el modo de ser de los orientales: “La fragilidad, la vulnerabilidad con que nació el país nos obligó a ser cuidadosos de las normas y las reglas del juego, a no llevar los conflictos demasiado lejos para no fracasar”. UNA REPÚBLICA DE IGUALES El 18 de julio de 1830, en el balcón del histórico edificio del Cabildo de Montevideo, ubicado en la Plaza Mayor (hoy Plaza Matriz), los miembros de la Asamblea Constituyente y Legislativa, junto al gobernador provisional Juan Antonio Lavalleja y sus ministros, juraron la primera Constitución Nacional de la República Oriental del Uruguay. Con el tiempo, esta fecha se convirtió en el principal día patrio de los uruguayos, por encima del Día de la Independencia. A nuestro juicio, esta marca de origen constitucionalista dejó un legado cívico que llega hasta nuestros días. Uruguay es una sociedad profundamente democrática e igualitaria.


25 La jerarquía máxima para ellos es ser un ciudadano o ciudadana de una república de iguales, en la que todos tienen los mismos derechos. Una república laica, donde la “religión” compartida por creyentes y no creyentes, derechas e izquierdas, ricos y pobres, es la igualdad ante la ley, el respeto a la división de poderes y la pluralidad de ideas y orígenes. “Naides es más que naides”, tenía inscripto el facón del Chacho Peñaloza. Un lema que usaban los caudillos en todo el Virreinato del Río de la Plata, pero que terminó siendo un dicho que los uruguayos creen solo suyo. En Uruguay, con sentidos distintos, Mujica lo vive diciendo, Sanguinetti lo vive diciendo, Lacalle Herrera lo vive diciendo. Si bien hay diferencias sociales (aquí), hay una cosa más llana, y quien la violenta pierde. “‘Naides es más que naides’ refiere a esa lógica más aplebeyada que ha tenido Uruguay”, explica Gerardo Caetano, uno de los cientistas políticos e historiadores uruguayos más prestigiosos. En la presentación en la Cátedra del Foro Ecuménico Social, Estenssoro leyó otros comentarios muy interesantes que incluyeron en ese libro: "En mi país nadie sale rico del poder. Nadie entró pobre y salió rico de la Presidencia. Sería la mayor descalificación, inadmisible; estamos todos vigilando lo que hacen todos, el sistema es transparente". Ana Ribeiro. Historiadora y subsecretaria del Ministerio de Educación y Cultura (MEC). "La solidez económica y financiera que vive Uruguay es un logro de su renacida democracia a partir de 1985. Anteriormente, en la segunda mitad del siglo XX, el país transitó un período de profundo estancamiento estructural". Danilo Astori. 15° vicepresidente de la República. "En Uruguay nos salteamos dos revoluciones tecnológicas. Esto explica por qué desde 1950 hay una divergencia cada vez mayor entre nuestro ritmo de crecimiento y el de los países desarrollados. Podemos dar un gran salto si abrazamos la economía del conocimiento como una causa nacional". Ricardo Pascale. Economista, profesor y escultor uruguayo. Ex presidente del Banco Central del Uruguay. “Los países que se atreven a encarar la odisea de invertir en innovación están apostando al futuro y a la prosperidad de sus naciones”. Carolina Gutierrez. Economista especializada en innovación. “El software y los bits definen al siglo XXI. La escala ya no es relevante sino la capacidad de innovación de un país. Los más pequeños tienden a ser más innovadores". Nicolás Jodal. Cofundador de GeneXus. “En la carrera de Ingeniería en Biotecnología que estudié en la Universidad ORT nos enseñan a transformar desarrollos científicos en ideas de negocios. 'Eolo


26 Pharma' es pionera en llevar fármacos con patentes uruguayas al mercado global". Pia Garat. CEO de la empresa EOLO Pharma. “Muchos empresarios que lideran el PBI argentino, en tecnología, banca, farma y otras industrias, se radicaron aquí. Tienen tiempo, conocimiento y dinero para invertir. Punta del Este puede ser una zoom city, una ciudad junto al mar donde trabajar en forma virtual, con una gran calidad de vida”. Facundo Garretón. Emprendedor & Inversor. Terraflos Inc. “Los argentinos tenemos una gran agilidad mental para la supervivencia, pero también necesitás estabilidad para poder crecer y pensar a largo plazo. En la pandemia nos enamoramos de Uruguay". Mariquel Waingarten. Fundadora de Hickies y Portal del Bosque. “Cuando hablo en el exterior, por lo general digo: 'No miren a este gobierno, miren al anterior y al que va a venir'. Y espero que el que venga diga: 'Miren al que pasó y piensen en el que va a venir'. Esa continuidad de cosas esenciales". Luis Lacalle Pou. 42º presidente de la República Oriental del Uruguay. "Yo le regalaría la mitad del premio de la revista Nature al presidente de la República, porque estuvo alineado con la comunidad científica. El éxito también es del Instituto Pasteur y la Universidad de la República, junto a los tomadores de decisiones". Gonzalo Moratorio. Virólogo. Instituto Pasteur de Montevideo. Premiado por la Revista Nature. El video con la presentacion de Estenssoro en el Foro Ecuménico Social se puede ver en: https://youtu.be/WztLdgpj3Hs Silvia Naishtat: La coautora de los libros citados nació en la ciudad de Córdoba; es Ingeniera Agrónoma graduada en la UCA. Se inició en el periodismo en el diario La Razón en 1984, cuando era dirigido por Jacobo Timerman. En 1990 ingresó a Clarín, donde es editora de Economía y de Negocios. En el año 2000 publicó “El cazador”, la biografía no autorizada de Juan Navarro, en coautoría con Pablo Maas, y en 2017, “Argentina innovadora”, junto con María Eugenia Estenssoro. Es miembro de la Academia Nacional de Periodismo, y en 2007 recibió el Premio Konex por su labor en la prensa gráfica.


27 Fernando Flores Maio Corporaciones y nuevos líderes Durante la crisis de 2001/2002 en la Argentina muchos despreciaban a los políticos y pedían “que se vayan todos” mientras la mitad de la población caía por debajo de la línea de pobreza. En esos días se inició el Foro Ecuménico Social, presidido por el teólogo y politólogo jesuita Jean-Yves Calvez, quien dijo que no había que hacerse demasiadas ilusiones con respecto a los políticos, ya que en procesos similares en otros países al final no se iban, se quedaban todos. Y así sucedió en la Argentina. Dos décadas después la historia se repite, con gran rechazo a la dirigencia política, y con más de la mitad de la población pobre. ¿Qué se puede hacer para cambiar la realidad? En una cátedra abierta de ese Foro, realizada con un acuerdo con la Universidad jesuita de Georgetown (EEUU), con directivos de grandes empresas y de ONG, Calvez proponía despertar conciencias. ¿Cómo? Con experiencias de estudiantes que hagan trabajos sociales en zonas de muy bajos recursos. Estas iniciativas pueden tener un efecto positivo: crear nuevas dirigencias, al “despertar conciencia”, como proponía Calvez. “Se trata de proyectar a jóvenes en ambientes nuevos, que los interroguen, los hagan descubrir lo que es la amenaza cotidiana de la vida, la exclusión, la marginación, la migración, la impotencia social”, señaló. Recordó que ya se hacía esto en los tiempos de los primeros movimientos de juventud del siglo pasado. “Ha sido muchas veces significativo. Basta pensar en el Padre Arrupe, estudiante de medicina en Madrid, muy marcado por su participación en una actividad de este tipo; tal vez provino de allí su vocación al mismo tiempo que de una visita a Lourdes, lugar de gran miseria humana, durante una peregrinación de enfermos”, memoró sobre quien fue Superior General de los jesuitas, con una influencia decisiva en los cambios sociales de la Iglesia Católica. Son muchos los ejemplos de jóvenes que fueron parte de una nueva dirigencia política a partir de experiencias similares. Calvez citó el caso de los movimientos juveniles posteriores a la Segunda Guerra Mundial que dieron lugar a una nueva dirigencia en Francia.


28 Otro ejemplo es el de Tim Kaine, quien fue candidato a vicepresidente cuando se presentó Hillary Clinton en Estados Unidos. En el despertar de su vocación tuvo mucho que ver su trabajo como voluntario con los jesuitas en Honduras, cuando era estudiante universitario. Fue alcalde, gobernador y actualmente es senador; hace un año hizo una declaración por el bicentenario de las relaciones entre EEUU y la Argentina, con fuerte énfasis en derechos humanos. De manera que es promisorio ver a los jóvenes universitarios que destinan sus vacaciones para tomar contacto con esas realidades. Es una experiencia que los marca. Y eso es lo que sucede en las misiones a la Fundación Misión Esperanza (de la Hermana Theresa Varela, en Córdoba) que concreta un médico, Eduardo del Cerro, con estudiantes de Medicina. Como él comprueba, los que realizan esa experiencia ya no serán los mismos luego. Y es probable que una vez recibidos utilicen su profesión para provocar un cambio en la sociedad. En la crisis de 2001 en la Argentina muchos pedían “que se vayan todos” mientras la mitad de la población caía por debajo de la línea de pobreza. Ese año se inició el Foro Ecuménico Social, presidido por el teólogo y politólogo jesuita Jean-Yves Calvez, quien dijo que que en procesos similares en otros países al final se quedaban todos. Así sucedió y 2 décadas después la historia se repite. ¿Qué se puede hacer para generar nuevos dirigentes? Calvez proponía despertar conciencias, con experiencias de estudiantes que hagan trabajos sociales en zonas muy pobres. En la Fundación Misión Esperanza (de la Hermana Theresa Varela, en Córdoba) el doctor Eduardo del Cerro sigue realizando esa experiencia con estudiantes de Medicina (fotos), y quizá algunos de ellos puedan provocar un cambio en la sociedad. COLOQUIOS DESAFÍO EMPRESARIO: EJEMPLOS DE DIÁLOGO


29 Es posible buscar acuerdos entre personas que no defienden privilegios o corporaciones, sino el bien común, como encuentros que se concretaron en los ’90 y dieron lugar a publicaciones (como las que vemos en la foto) y al Foro Ecuménico Social. Sobre este tema publicó esta nota mía el diario “La Nación”: En la Argentina en repetidas oportunidades se buscaron acuerdos entre representantes de diversas entidades, sin lograr resultados, porque cada una defendió sus intereses en vez de apuntar al bien común. La Iglesia Católica también parece una corporación cuando se vincula con esas organizaciones, como en el llamado Diálogo Argentino, durante la crisis del 2002. Lo reconoció uno de sus impulsores, el obispo emérito Jorge Casaretto, en un reportaje que le hizo “La Nación”, al manifestar que en el país las corporaciones son muy fuertes, tanto las empresariales, sindicales, políticas y de movimientos sociales, por lo cual es un problema lograr acuerdos. Las recomendaciones de esa iniciativa no se implementaron, añadió, porque las corporaciones no ceden en sus propios intereses. Si bien todavía hay quienes en esa Iglesia actúan con un criterio corporativo, el actual Papa Francisco inició un proceso de cambio, con algunos resultados, aun insuficientes. Cuando era obispo, Jorge Bergoglio fue un ejemplo de líder que caminaba con la gente, al lado de la gente y no de las corporaciones. Es una larga historia, para muchos que intentamos concretar alguna forma de diálogo. Cuando era periodista del diario “El Cronista”, a fines de los ’80, organicé mesas redondas con obispos, políticos, empresarios y sindicalistas, siempre con el obispo Justo Laguna, que era uno de los que tenían un espíritu más renovador (como Jorge Mejía, Casaretto y otros). Eso dio lugar a los coloquios “Desafío empresario” en la Casa de Encuentros del Obispado de San Isidro, cuando la Iglesia hablaba del “costo social del ajuste” y desde el gobierno menemista se negaba ese daño. Entonces los convoqué a Casaretto, Laguna, a Juan José Llach (secretario de Programación Económica), a economistas de FIEL (Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas), con Víctor Savanti (IBM) a la cabeza, varios de los empresarios más importantes, entre ellos Jorge Born, Santiago Soldati, Luis Bameule, Luis Riva, políticos de la Argentina (Gustavo Beliz, José O. Bordón, Federico Storani, Rodolfo Terragno), y del exterior (como Patricio Aylwin, Ricardo Lagos, quienes fueron presidentes de Chile, y Laurent Fabius, primer ministro y luego presidente de la Asamblea Nacional de Francia). También invitamos al Cardenal Mejía, y al politólogo jesuita Jean-Yves Calvez, quienes


30 participaron durante varios años, y al presidente de la Conferencia Episcopal Brasileña, el jesuita Luciano Mendes de Almeida. No era un diálogo entre representantes de corporaciones, sino entre personas. Un tema recurrente fue la corrupción y se hizo un coloquio sobre Justicia al que se invitó a los jueces Piercamillo Davigo (del proceso italiano “manos limpias”), y Robert Payant (presidente del National Judicial College de los Estados Unidos), y al jesuita Bartolomeo Sorge (que denunció a la mafia siciliana). Las actividades se hicieron también en París, con Fabius, Calvez, Adalberto Rodríguez Giavarini y otros, hasta 2001. Con la tremenda crisis en la Argentina, se propuso hacer un foro permanente, el Foro Ecuménico Social, presidido por Calvez, de Responsabilidad Social y Ciudadana, primero con un convenio con la Universidad de Georgetown (EEUU), al que se sumaron más de 30 universidades de la Argentina, España e Italia. Congregó a religiosos de distintas confesiones, católicos, judíos bautistas, anglicanos, islámicos, que tuvieron una destacada actividad en la búsqueda de consensos. Además, a pedido del Papa Francisco y del Cardenal Gianfranco Ravasi, el Foro llevó adelante el llamado “Atrio de los Gentiles”, un espacio de diálogo entre creyentes y no creyentes, en la Argentina y en España, en el cual “economía del bien común” fue un tema central, con el actual presidente de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, Stefano Zamagni. Estos son solo algunos ejemplos de que es posible buscar acuerdos cuando se encuentran personas que no defienden privilegios o corporaciones, sino el bien común. Quizá son pocas, pero el número no importa. Como escribió Borges en “Los Lamed Wufniks”, sobre una antigua creencia judía: “hubo siempre, 36 hombres rectos cuya misión es justificar el mundo ante Dios...Constituyen, sin sospecharlo, los secretos pilares del universo...Son nuestros salvadores y no lo saben”. Ilustración: Romi a veces. “Seres Imaginarios de Borges V”. Fernando Flores Maio.


31 Sobre los autores Luis Brusco. Neurocientífico y profesor. Decano de la Facultad de Ciencias Médicas (UBA). PhD en Medicina y en Filosofía. Director de Alzheimer Argentina. Es psiquiatra (UBA), investigador (CONICET) y educador especializado en neurociencia, Alzheimer y filosofía de la mente. Es Doctor en Medicina por la UBA. Fundó y preside la Asociación Neuropsiquiátrica Argentina (ANA), la Fundación Humanas para el Desarrollo Integral de la Salud. Es autor de “El cerebro político” y numerosos libros y trabajos. María Eugenia Estenssoro: Ex-senadora nacional y ex-diputada por la Ciudad de Buenos Aires, obtuvo una maestría en Periodismo de la Columbia University. Estudió Literatura Comparada y Ciencias Políticas en Smith College, la Sorbonne y Sciences Po. Cofundó las Fundaciones Equidad, y Endeavor, el International Women’s Forum de Argentina y la revista Mujeres & Cía. Trabajó para la revista Time, fue editora de la revista Noticias. Autora de “Argentina innovadora” y “Laboratorio Uruguay. Stefano Zamagni es Presidente de la Aacademia Ciencias Sociales del Vaticano, profesor de Economía Política en la Universidad de Bolonia y en la Universidad Johns Hopkins. Fue Vicepresidente de la Sociedad Italiana de Economistas, presidente de la Agencia del Tercer Sector de Milán y del Observatorio Nacional de Políticas Familiares en Roma. Obtuvo muchos honores, reconocimientos y memebresías en Academias. Asesor de los papas Juan Pablo II, Benedicto 16 y Francisco 1º. Es autor de muchos libros y artículos. Es Miembro del Comité Asesor Internacional del Foro Ecuménico Social.


32 Luis Bameule es Empresario. Licenciado en Administración de Empresas (Universidad Católica Argentina). Presidente de Agritur San Luis S.A. Miembro fundador del Foro Ecuménico Social. Presidió Quickfood S.A, Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa, UNIAPAC Latinoamericana, Fundaciones Carlos Pellegrini y Producir Conservando. Fue vicepresidente de Marfrig y de la Coordinadora de las Industrias de Productos Alimenticios. Es miembro de la Asociación Empresaria Argentina, ESADE, Banco de Alimentos, y Fundación Libertad. Rosendo Fraga. Abogado. Es Presidente de la Asociación Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes. Es coleccionista de arte y ha publicado numerosos artículos en medios especializados. Su libro de poemas “La huida” fue guión de un cortometraje que realizó el MALBA. Publicó “Inexorable”. Conferencista en las universidades Brown, Degli Studi Di Roma “Tor Vergata”, Carlos III de Madrid, Fundación Borges, Academia Nacional de Ciencias Económicas y Universidad Católica Argentina. Fernando Flores Maio. Sociólogo, periodista y vicepresidente de la Fundación Borges. Realizador y director de programas de TV de homenaje a Borges en el canal 7 de Argentina y en Cablevisión, y del documental “Borges, el eterno retorno”. Organizador y curador de las muestras del Centenario de Borges, y y “Atlas de Borges”. Autor de “La Biblioteca de Borges” (Paripé Books), de ensayos, de cuentos para niños, y de “Seres Imaginarios de Borges” (Ed. Sudamericana). Director del Foro Ecuménico Social y de los libros revista Foro E www.foroecumenico.com


33 www.foroecumenico.com Anteriores ediciones de Foro E Ecuménico Social


34 En esta publicación se analizan conceptos y estrategias de Responsabilidad Ciudadana. En esta era de la Inteligencia Artificial y de los acelerados avances en las neurociencias, los mitos o las ideas fuerza de una cultura son posibles de corregir y mejorar. El Foro Ecuménico Social propuso debatir estos temas, con la participación de Stefano Zamagni, catedrático de la Universidad de Bolonia y presidente de la Academia de Ciencias Sociales del Vaticano, Luis Brusco, especialista en neurociencias, decano de la Facultad de Medicina de la UBA, autor del libro "El cerebro político”, Rosendo Fraga, analista político e historiador, Pablo Dons, Director de las Licenciaturas en Relaciones Internacionales y Ciencia Política de la Universidad de Belgrano, el empresario Luis Bameule, María Eugenia Estenssoro, estudiosa, periodista, política, Fernando Flores Maio, sociólogo, periodista, director del Foro Ecuménico Social, y otros investigadores y dirigentes. El proyecto se concretó con el apoyo del Programa de Fomento Metropolitano de la Cultura, las Artes y las Ciencias del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


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