Mercedes Franco
Caracas, noviembre 2022
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“Tengo un alma profundamente naturista
y adoro con ella la verdad sencilla de las
cosas”.
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TERESA DE LA PARRA
„ ¿Qué es una frase sin tono ni
ritmo? Una muerta, una
momia. ¡Ah, hermosa voz
humana, alma de las
palabras, madre del idioma,
qué rica, qué infinita eres!
“— Teresa de la Parra Las
memorias de Mamá Blanca
De muerte, Alma
Ha sido comparada con Jane Austen o con Marcel
Proust, por retratar de forma magistral los
prejuicios y los encantos de una sociedad
decadente y apática. Es nuestra gran narradora
venezolana de comienzos de siglo, y al igual que su
personaje emblemático, María Eugenia Alonso,
Teresa de la Parra se vio avasallada, aplastada
hasta casi desaparecer, en el ambiente mezquino y
banal en el cual le tocó vivir.
Caracas había sido hasta no hacía mucho una
ciudad con delirios de grandeza, una aldea soñaba
con ser París, por obra y gracia del Ilustre
Americano, Antonio Guzmán Blanco. Pero de Paris,
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nuestra capital solo tenía la discreta malicia y el
buen vestir de las damas, y la atildada vanidad de
los caballeros, de modales afectados. La ciudad en
si, degradado su esplendor por la dictadura, y por el
atraso intelectual y moral que toda dictadura
conlleva, era un hervidero de chismes e intrigas, y
se circunscribía a unas cuantas manzanas en lo que
es hoy el centro de Caracas. Y presidiendo el
paisaje, la Plaza Bolívar con su catedral, y su reloj
que señalaba con sus campanadas el paso
neblinoso de las horas.
Teresa de la Parra recorrió muchas veces esas
callejas empedradas, y se detuvo en el mercado de
frutas. A veces ilusionada, a veces envuelta en la
más oscura decepción. No, Caracas no era París.
Durante su adolescencia y juventud europea, la
joven Ana Teresa accede a lecturas que fueron
forjando su sensibilidad y su juicio crítico. Leyó
desde los grandes poetas románticos, hasta los
vanguardistas del momento, pasando por
narradores de entonces como Guy de Maupassant y
el mismo Proust.
Llega a Caracas imbuida de universalismo, y con
deseos de hacer introspección en sus personajes,
pero la literatura venezolana, aunque modernista,
no lograba despegar del costumbrismo.
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Para entonces, probablemente asombraba la
pluma incisiva de una muchacha que pretendía
romper con los esquemas dónde toda la sociedad
estaba tan cómoda.
Quienes crecimos leyendo y estudiando en el
bachillerato la literatura decimonónica de Venezuela
nos imaginábamos la modorra que causaban las
narraciones de entonces.
No se trata de desvalorizar a los grandes talentos de
narradores que supieron plasmar dignamente la
realidad de un país, con un lenguaje hermoso y
depurado. En general, Latinoamérica no lograba
deslastrarse de un criollismo tardío, con personajes
arquetípicos locales: el peón ignorante y malvado,
el médico rural deprimido y deshumanizado, la
pobre maestra solterona.
En las narraciones de ese tiempo sólo hay visajes,
apenas miradas fugaces a la interioridad de
aquellos estereotipos, como mirar un paisaje con
personas detenidas en el espacio y el tiempo, como
en la lámina policromada de un viejo almanaque.
Contrastando con esos estilos narrativos, Teresa
de la Parra traza en su novela Ifigenia, una historia
donde los personajes están extraordinariamente
vivos, se nos permite conocerlos, contemplar sus
almas inquietas y complejas. Entre los jóvenes de
entonces fue seguramente el libro más saboreado,
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porque la protagonista era un ser humano, con sus
dudas y tribulaciones.
María Eugenia Alonso era vulnerable y caprichosa,
heroica y temerosa, superficial a veces, apasionada
y sin ser romántica, plena de amor todo el tiempo.
En fin, una mujer.
Teresa de la Parra logra sobreponerse a los
paradigmas literarios de su tiempo y rompe con ese
" color local" de rancia estirpe, que llenaba tantas
páginas en la Caracas provinciana y gazmoña que
se describe en Ifigenia. En esa novela se puede
llegar a conocer a los caraqueños de entonces, oír
hasta la cadencia de sus voces y sus pasos en el
empedrado. Y no hay moralismos ni escenas
idealizadas. Solo el testimonio de un sentimiento de
profundo hastío, ante las pacaterías de un mundillo
hostil, que puede orillar a una mujer a desertar de sí
misma.
Después de su muerte en 1936 hasta varias
décadas después, Teresa de la Parra fue
prácticamente desterrada de la literatura
venezolana. Quizás por cuestiones políticas, por
rechazo a todo aquello lo que pudiera vincularse
con la dictadura gomecista. Aunque Teresa nunca
estuvo vinculada al régimen, escribió y brilló en ese
periodo. Pero tal vez, ese olvido se debe en parte al
resabiado machismo que hoy como ayer signa el
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ser y el hacer intelectual femenino de la mujer
latinoamericana. No olvidemos que como el
personaje de la mitología griega, Ifigenia, María
Eugenia Alonso es reprimida y sacrificada dentro de
los designios del patriarcado dominante.
Toda la argumentación de la novela de Teresa es
profundamente feminista, muy cuestionadora del
poder masculino y denuncia como los hombres de
su entorno ahogan la voz de la mujer, su
sensibilidad y sus intentos de expresarse
artísticamente.
Esos señores que socavaron la felicidad de
Ifigenia, los que veían a la mujer solo como esposa
y madre, única como escritora o artista,
seguramente disfrutaban de crónicas y narraciones
panfletarias, tediosas, como para la siesta de una
tarde lluviosa, en la Caracas de 1915, esa Caracas
que tanto aburría a María Eugenia Alonso.
MERCEDES FRANCO
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-1889. Nace en Paris como Ana Teresa Parra Sanojo,
el 5 de octubre. Sus padres eran los venezolanos
Rafael Parra Hernaiz e Isabel Sanojo Ezpelosin de
Parra.
Exposición Universal de París, 1889.
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-1891. Navega con su familia, cruzando el Atlántico
hacia Venezuela. Desde el Puerto de la Guaira viajan
a la hacienda El Tazón, cercana a Caracas.
La casa de la hacienda Piedra Azul, cerca de Caracas,
donde Ana Teresa iba a temperar en compañía de sus familiares
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-1895. Ana Teresa se traslada a Caracas con su
madre y hermanas, a la muerte de su padre.
Panorámica de Caracas aproximadamente en 1900. Foto:
https://earlylatinamerica.wordpress.com
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Plaza Bolívar_de_Caracas,
_1910_Autor_desconocido_Archivo_Fotografía_Urbana.jpg
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-1900. Vuelve a Europa. En España, ingresa al
colegio religioso Sagrado Corazón de Godella
(Valencia). Allí transcurre su adolescencia.
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-1907. A la edad de 19, Ana Teresa escribe un poema
para celebrar la beatificación de la Madre Magdalena
Sofía Barat, la obra obtiene el primer premio y se
publica en el boletín del colegio.
Ana Teresa en el colegio de monjas franco - español,
cuando gana su primer premio literario
en 1908, la flor natural, un manojo
de flores naturales (violetas o pensamientos)
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-1910. La familia Parra Sanojo retorna a Caracas.
Está vez se instalan en una casona entre las
esquinas de Torre y Veroes.
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Torre de la Catedral bajando de Veroes, en fotografía de A. Müller
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1911. Comienza a frecuentar la afrancesada
sociedad caraqueña de la época. Asiste a fiestas,
veladas y tertulias.
Jugando tenis. Archivo de doña Elia Bunimov de Perez Luna.Foto:: Teresa de
la Parra - 1889-1936
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-1915. Con el seudónimo de "Frufrú", Teresa publica
dos cuentos: «Un evangelio indio: Buda y la
leprosa» y «Flor de loto: una leyenda japonesa» en
el periódico El Universal.
“Un evangelio indio: Buda y la leprosa”, “Flor de loto: una leyenda
japonesa” (publicados en revistas parisinas) y tres cuentos
fantásticos, inéditos hasta hace poco, pertenecen al comienzo de la
carrera de Teresa de la Parra, marcado por la búsqueda de estilo.
Muy lejos del discurso narrativo de “Ifigenia” y más aún del tono
costumbrista empleado en “Las Memorias de Mamá Blanca”, estos
primeros cuentos son un guiño al modernismo y al exotismo de
moda entonces. Sin embargo, queda patente en algunos pasajes la
gracia literaria propia de la futura María Eugenia Alonso,
particularmente en el cuento “Mamá X”, incluido más adelante en
la novela.”
Ana Teresa Parra Sanojo
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-1920. En la revista Actualidades, dirigida por
Rómulo Gallegos, aparece su «Diario de una
caraqueña por el Lejano Oriente», basado en las
cartas de viajes de su hermana.
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1920. Publica el cuento «Mamá X» en un concurso
nacional patrocinado por el diario El Luchador, y
obtiene un premio especial. José Rafael Pocaterra,
editor de la revista Lectura Semanal, la invita a
publicar en su revista la narración inédita «Diario de
una señorita que se fastidia», que resultó un gran
éxito de ventas.
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-1923. Nuevamente viaja a Europa y se radica en
París.
Archivo de Doña Elia Bunimov de Pérez Luna
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-1924. Publica su obra más famosa, la novela
Ifigenia. Usa por primera vez el seudónimo "Teresa
de la Parra”. Gana el primer premio en un concurso
literario en París, auspiciado por el Instituto
Hispanoamericano de la Cultura Francesa.
La novela es traducida al francés. Teresa se da a
conocer en toda Latinoamérica.
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-1927. Viaja a Cuba, para dar una conferencia sobre Simón
Bolívar en el Congreso de Prensa Latina; el tema de su
discurso fue "La influencia oculta de las mujeres en la
Independencia y en la vida de Bolívar".
Conoce en la isla a su gran amiga Lydia Cabrera.
Archivo de Doña Elia Bunimov de Pérez Luna
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Fotógrafo desconocido.
Abordo de la nave francesa que la llevó por primera vez a La Habana
.
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-1929. Teresa de la Parra publica su segunda novela,
"Memorias de Mamá Blanca" que aparece en
español y en francés.
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-1930. Se traslada a Colombia para dictar una serie
de conferencias, publicadas bajo el título "Tres
conferencias inéditas", sobre el papel de la mujer en
la cultura española.
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1936. Muere en Madrid, de complicaciones con la
tuberculosis que padecía.
Imagen: José María de la Riva.
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FOTO: Teresa de la Parra, Manuel V. Madriz y otros amigos en la Terraza del
Sanatorio, Leysin. Suiza
- Epistolario Íntimo -
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Gabriela Mistral y Teresa de la Parra
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Fuente: Teresa de la Parra - 1889-1936
Foto para la carta de identidad francesa, expedida en Paris,
octubre 21, 1931. Archivo de la Biblioteca Nacional. Caracas.
En esta foto, tomada en París para su documento de
identidad, Teresa muestra una extrema delgadez, primer
síntoma de que su salud ya se hallaba resentida
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Agradecimientos:
Poeta Rosa Trujillo Bolaño
Creadora de la Ruta Poética de José Antonio Ramos
Sucre
Escritora Mercedes Franco
Poeta Carlos Rocha
https://rutapoeticaramossucre.blogspot.com/
http://anateresaparrasanojo.blogspot.com/p/fotos.html?m=1
https://www.literaturaenlaciudad.com/miscelaneas/las-ciudades-
teresa-la-
https://www.revistatransas.com/2016/07/22/teresa-de-la-parra-la-
caraquena-que-escribio-porque-se-fastidiaba-2/
https://es.wikipedia.org/wiki/Wikipedia_en_espa%C3%B1ol
https://www.google.com/?hl=es
http://parqueloscaobos.blogspot.com/2011/06/el-arte-en-el-
parque-escultura-teresa.html?m=1
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Equipo de la Ruta Poética de José Antonio Ramos Sucre
Rosa Trujillo Bolaño
Mercedes Franco
Carlos Rocha
Jaime René Figueroa Audrines
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Diseño
Por el equipo de “La Ruta Poética de José Antonio
Ramos Sucre”
Jaime René Figueroa Audrines
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Una de las más bellas esculturas presentes en el Parque Los Caobos, es la
escultura de la escritora venezolana Teresa de la Parra. La escultura obra de
la escultora venezolana Carmen Cecilia Caballero de Blanch resalta por la
pureza de los rasgos en el mármol blanco.
Jorge Fuxá
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Zapata. Universidad Central de Venezuela. “La Cachucha”
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Breve resumen biográfico:
Nació en (El Tejero, Monagas, Venezuela,
el 3 de noviembre de 1948) , es una mujer
que profesa el amor sin cortapisas,
generosa en el conocimiento, frenética
en la búsqueda y valiente para convocar a los universos
paralelos, novelista, cronista y escritora de literatura
infantil venezolana. Estudió la carrera de Letras en la
Universidad Central de Venezuela. Sus crónicas diarias,
publicadas en el periódico El Nacional, en la columna
titulada “Cantos de Sirena”, ha: conducido el programa de
radio denominado cosas de Venezuela en la radio nacional
de Venezuela.
Entre sus obras
· Cantos de Sirena (Crónicas). Academia Nacional de
la Historia. 1987
· La Capa Roja (Novela). Editorial Planeta. Caracas.
1992
· Vuelven los Fantasmas (Cuentos infantiles). Monte
Ávila Editores Latinoamericana. Caracas. 1996.
· Cuentos para Gatos (Cuentos infantiles). Playco
Editores. Caracas. 2000
· La Piedra del Duende (Cuentos infantiles). Editorial
Santillana. Caracas. 2000
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· El arreo y otros Cuentos. (Cuentos) Universidad de
los Llanos. 2000.
· Cuentos de la Noche (Cuentos infantiles). Playco
Editores. Caracas 2001
· Diccionario de Fantasmas, Misterios y Leyendas.
Editora El Nacional. Caracas. 2002
· vida y obra de la mujer
· Criaturas Fantásticas de América (Cuentos
infantiles). Playco Editores. Caracas. 2003
· Annie y el Mar. (Cuento infantil). Ediciones Thule.
Barcelona, España. 2006
· Simón coleccionaba tortugas. (Cuento infantil).
Monte Ávila Editores Latinoamericana.2006
· Crónica Caribana. (Novela) Alfaguara. Caracas. 2006
· Así Somos. (Manual de folklore para niños)
Ediciones “B”. Caracas 2007
· La Capa Roja (Novela, 2a. Edición) Fondo Editorial
del IPAS-Ministerio de Educación. Caracas. 2007.
· Ribas el invencible. (Cuento). Editorial Santillana
S.A.
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