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Published by Luciano Nieto, 2021-11-19 18:22:35

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LA FUNDACIÓNEDICIÓNDIGITAL B O L E T Í N M E N S UA L

POETAS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE

BOLETÍN MENSUAL DE DISTRIBUCIÓN GRATUITA NOVIEMBRE 2021 • AÑO IV • NÚMERO 33

LAURA GARCÍA MARCELO LAURA LÓPEZ
DEL CASTAÑO DUGHETTI MORALES
ROBERTO DANIEL
MARY ELENA DEL
M A L AT E S TA A C O S TA CARMEN ABILAR

MARCOS Entrevista a ANTONIO
SILBER RUBÉN DERLIS REQUENI

CONSEJO DE ADMINISTRACIÓN FUNDACIÓN ARGENTINA PARA LA POESÍA S TA F F LA FUNDACIÓNB O L E T Í N M E N S U A L
POETAS DE AYER, DE HOY Y DE SIEMPRE

Presidente Vicepresidente Secretario Directora Elisabeth Luna Dávila
Alejandro Guillermo Lidia Vinciguerra Norberto Barleand Diseño artelugio
Consejo Asesor
Roemmers Vocales ISSN 2618-2696
Tesorero Daniel Couto Literario
Boletín de la Elisabeth Luna Beatriz Schaefer Peña María Judith Molinari Contacto
Fundación Argentina Dávila Antonio Requeni [email protected]
Antonio Requeni www.letrasargentinas.com.ar
para la Poesía Fundación Argentina para la Poesía

A MODO EDITORIAL

VARIACIONES POÉTICAS

FRASES SOBRE
LA POESÍA

ANTONIO REQUENI

La poesía es una vacilación entre el sen- La poesía comienza a atro- Todas las cosas tienen un
tido y el sonido. fiarse cuando se aleja dema- ministerio y la poesía es el
Paul Valéry ministerio de todas las cosas.
siado de la música.
La poesía es una enfermedad del Ezra Pound Federico García Lorca
hombre, del mismo modo que la
perla es la enfermedad de la ostra. Así como es vano definir la poesía, Si es verdad que soy poeta por
ociosa es su defensa, justificarla viene la gracia de Dios o del Demonio,
Flaubert
a ser como disculpar al diamante. también lo es porque lo soy
No hay más que una gran poesía: la Enrique Banchs por la gracia de la técnica y el
del hombre frente a su destino. esfuerzo, y darme cuenta en
Max Aub Hay un solo camino de salvación y de absoluto de lo que es un poema.
comunicación con el todo: la poesía.
El poesta es un místico Federico García Lorca
sin dios necesario. Albert Einstein
Cualquiera sea la última moda
Juan Ramón Jiménez Siento el pensamiento. o los últimos movimientos,
Pienso en el sentimiento. la base de la poesía sigue
Lo poético se experimenta, no se com- siendo un poderoso impulso
prende. Lo que se comprende es lo que Miguel de Unamuno emocional. Cuanto más logra
en cada poema –fácil o intrincado– no un poeta acercarse al centro
es precisamente poesía, aun supuesto La necesidad de colocar una con- emocional de un estado sub-
que la suscite: el asunto, las palabras, las sonante obliga a un poeta, a un jetivo, tanto más habla por
fórmulas sintácticas y los giros rítmicos. gran poeta, a seguir una nueva muchas otras personas.
asociación de ideas. Y ese lazo M. L. Rosenthal
Ángel J. Battistessa de asociación que parece mera-
mente externo, meramente acús- Antes los poemas se escri-
El poeta no escoge sus palabras sino tico, introduce un cierto elemento bían para ser leídos. Ahora se
que, indeciso, vacila entre las palabras de azar, de capricho, que Novalis
que realmente le pertenecen, que están estimaba tan esencial en la poesía. escriben para ser escritos.
Porque si la poesía no nos libera de Para escribir poemas hay que
en él desde el principio, y las otras la lógica, maldito para lo que sirve. ser un poco ingenuo y no muy
aprendidas en los libros o en la calle. inteligente, porque lo que cuenta
Las palabras del poeta se confunden Miguel de Unamuno
con su ser mismo. Él es su palabra. sobre todo es la emoción.
El mayor peligro para el poeta es Jorge Luis Borges
Octavio Paz pensar que lo van a leer. El sacrificar,
siquiera en mínima parte, la eterni- Hay tres reglas para escribir
En poesía, apenas uno dice un buen poema. Por desgra-
yo, deja de serlo. dad a lo actual. El poeta debe estar cia, nadie sabe cuáles son.
por encima del tiempo y el espacio.
2 Ezra Pound Somerset Maugham
Azorín

ROBERTO DANIEL
M A L AT E S TA

Córdoba

[email protected]

NADIE SALE CON APUROS Foto: Carolina Niklison.

De un nudo nadie sale con apuros.
Y el hilo del reel que se enreda.
No creo sea fácil –dice–
pero, ¿y el hilo de la vida?
Paciencia. Pero,
el río corre, no se anuda,
otra cosa es la vida,
¿quién dijo que es un río?
¿Fui yo? Fueron muchos. Paciencia,
no queda otro remedio.
De un nudo nadie sale con apuros.

PESCA NO VER (I)

El viento es un vaivén sobre la tanza, No porque lo haya visto
si sopla en ráfagas provoca sino porque lo oigo, creo en él.
distintas extensiones en el juego Los místicos creyeron
del ir y el venir; nada deja con los ojos cerrados
de ser en armonía, o encandilados por la luz.
como en la página la música, Mi misticismo es pobre,
versos cortos y largos pero bien escandidos. apenas es un pájaro
que no se ve.
Si el pez entra en contacto y tira del anzuelo, No obstante yo lo cuido
la tensión rompe el juego que proyectaba el viento, como se cuida un grano
un sacudón nervioso, y otro, de mostaza.
toda una serie convulsiva,
que indica que algo tira bajo el agua. NO VER (II) 3

El juego delicado es parte de la vida, Nadie ve en lo profundo de las aguas.
a ello también llamamos pesca: Al pez que se aproxima nadie ve.
el río con el viento un solo cuerpo, Nadie, cuando está a punto de tragarse
ya no importa la presa, el anzuelo. El que pesca
no obstante si intercepta cree en lo que no se ve. A nadie se ha oído
el anzuelo, saberlo importa. decir: si no veo no pesco.
El pescador ve dentro de sí mismo,
Puede que suba un pez a nuestra mano lleva el río consigo.
o nada más que forma
del vacío sujeta del anzuelo.
Uno u otro, eso es la vida.

Viento, vacío o pez, a todo
lo llamaremos pesca.

TIERRA ELENA DEL CARMEN
ABILAR
No importa que me dejes
las manos arruinadas, Chilecito, La Rioja
me gusta escudriñar
tu vientre oscuro y frío, [email protected]
buscar en tus entrañas
el bulbo del pasado; ARMONÍA
deshacer con mis dedos
tus húmedos terrones Abrazada al tronco viril,
y absorber con denuedo amante apasionada vuelcas;
el vaho oloroso tus ígneos besos en flor
que me llega al alma que se “ligan” a la piel
y con bríos me regala. del árbol que te alimenta.
A tu seno generoso
viaja el ave y la semilla, Eres hoguera que no quema,
y te brindas amorosa mas sí enciendes fulgores;
a la rosa, al espino entre la rústica flora
y al hombre que ha partido. de los resecos guadales.
Algún día serás también
cuna y manta de mi sueño. Verdes hojas te engalanan
realzando tus corolas,
4 silvestre “liga” en flor
eres de los campos que el sol abrasa,
un estallido de colores
que al pintor atrapa.

Cohabitas con coyuyos
con apocas y con grillos,
del algarrobo y del mistol
del chañar y de los viscos
eres rubí, eres ámbar
y esmeraldas son tus hojas.

El viento zonda te besa,
el tórrido sol te acaricia;
y un colmenar laborioso
encontró entre tus ramas
dulce elixir que engalanas.

Corre el agua presurosa
por una acequia de piedra
y tú, generosa y bella;
le prodigas tus corolas
para que viajen con ella.

Hay en la tarde serena,
una sublime armonía
entre la brisa y la luz
“la liga” y el alma mía...

La Liga es una planta parásita de
vistosas flores rojas o amarillas que

vive adherida a árboles de la zona.

LAURA LÓPEZ
MORALES

Villa Dolores, Córdoba

pájaros pequeñísimos
han tomado el árbol de la tarde
este cuerpo encendido bajo
el último sol
¿es de esperar que se apague?
¿que cante el árbol de la tarde?
¿que sea abandonado?
es de esperar
que sea contemplado como
a un atardecer
así de íntimo el olvido

vine a respirarte cerca hay un pez de hielo
que habita el extremo sur del mar
para que me creas pero sus individuos traslúcidos
no pueden ser pensados acá
el impulso que sentimos ver debajo de las acá no podríamos sostener
peces de hielo en las manos
piedras ni sabríamos cómo mirar
el brillo intersticial de sus aletas
antes de levantarlas podemos sí
con los rudimentos de un lenguaje opaco
y dar siempre con larvas ciegas que ha probado su inutilidad
y ha dicho madre en una ruta vacía
viscosas en un conglomerado de edificios huecos
repetimos lo que sabemos
transparentes y en la angustia de olvidarlo
construimos estanques perfectos
que volvemos a tapar que recrean las condiciones y
temperaturas de los mares del sur
para no romper el equilibrio intacto para un pez que no soporta el trayecto
ni el corazón de lo real.
/del mundo
5
de las cosas del mundo

me dan miedo las cosas del mundo

y es como si me anduviera un pájaro

por eso vuelvo la piedra a su lugar exacto

y la miro estar

por eso espero hasta que otra reluce

y me devuelve la fe

una fe tan nueva y espléndida

como las gotas en los alambres a punto

/de caer

la tarde brilla en las gotas de los alambres

vine a respirarte cerca

para que me creas.

UN CABELLO APARECIÓ
EN EL LAVATORIO

Suficiente para interrumpir el inmaculado

/paisaje;

suficiente para quebrar su casta blancura.

Vaya a saberse qué asuntos lo afligían,

qué pesadumbre lo abatió.

Por qué decidió saltar, vaya a saberse.

Allí aparece ahora el moribundo, vencido,

/entregado.

Pero no se exhibirá más de la cuenta

su ya esmirriado cadáver. Alguien irá por agua

y el desdichado rodará y entrará

en tinieblas de abismo sin retorno.

Un cabello.

También fue vida.

Foto: diario-nco.com/ Es todo.

MARCOS SILBER 1911

(Buenos Aires, 1934 – 2021) Lo veo.
Desde la borda del poema lo veo.
DE PASEO Catorce años tiene el que va a ser mi padre.
Viene en el “Arlanza”. No me ve.
Otra vida nace/me nace cada día. No tiene rostro la tierra que lo espera.
Otro entrar al mundo cada amanecer. Avanza la nave que muerde aguas de extraños
(Vaya novedad) sentencia de viejo –me digo– /idiomas.
y sonrío –para nadie, claro–. No lee ni escribe el que va a ser mi padre.
El trabajo de una rosa desplegada Helado trae el dibujo de la letra.
en todo su esplendor, me detiene. Oigo el naufragio de sus vapores de adentro
Quedo espectador de su existir. y su silencio me da de garrotazos por la cabeza.
Nos miramos; Dios sabrá qué se está diciendo. Grandotas tinieblas le bailan alrededor.
Tal vez, como yo, que somos los mismos sujetos, Duele el frío sobre la cubierta.
actores pasajeros de la fugaz escena terrenal. El muchachito no me ve pero me dicta:
Anochese y sonrío –para nadie, claro–. “congoja”, apunte la palabra “congoja”, hijo,
Continúan el paseo los escombros que me y apunte “susto”, y no deje de apuntar “soledad”.
restan Una palabra de lana vuela hasta su cuello,
cargando mi vencida huesería otra de abrigo desciende sobre sus hombros.
hasta el clarín de retirada No lee ni escribe el que va a ser mi padre.
con su apagón. Respira un verde aire de consuelo
cuando me sueña escribiendo
en su sueño de más felicidad.
Y detiene el que será su forzado carro de labor
para dictarme: apunte, hijo,
la palabra “trabajo” y “techo” y “cama” apunte
y también “sopa de pollo
con sus flotantes monedas de oro”.
Lo veo. No me ve.
Le oigo: “tome mi mano, hijo,
guíela,
escribamos”.

TRATAD O DE LINGÜÍSTICA OSCURO EL GALOPE QUE REDOBLA
AFUERA Y ADENTRO
Y sí, algo sucedió en la bucal.
Llegó el mensajero con aviso de cita tanto de la noche como en los cuartos de mi
para una jornada que será memorable, sobre todo cabeza.
contada por el caballo tuerto de la leyenda. No se deja ver la muy yegua, pero golpea
Se sabe –roca de fuego– la noticia dio en la frente a las puertas de mí como huérfana bajo la lluvia.
(de la lengua, de quién habló?) Golpea.
que para siempre se desveló. La tregua o silencio –vale igual–
Tensa entonces se puso y más roja que roja sobreviene con la luz en el rostro del nuevo día;
por aquello del ansia y los gladiadores del deseo pero el tiempo –implacable– no se enferma
que afilan aceros de contienda. no se muere nunca el condenado
Así las cosas, avanza la primera línea de fuego de modo que regresa la oscuridad y con ella
–en adelante llamada cabeza nuclear–. la yegua, y con ella el galope tanto afuera
Repta la quemante, la mira puesta como adentro de la noche y adentro
en el altar donde arde y se desnuda de los cuartos de mi cabeza.
la volcánica otra (la otra lengua, de quién habló?). Vuelve la mensajera de la soledad.
Luego habrá encuentro –en el sentido bíblico– Relincha la soprano del dolor.
es decir: juntadas hasta una la pulpa de dos.
No lo pensaron dos veces RU TA BA R
(continúa relato de caballo tuerto).
Suben un molto allegro desorden las insurrectas Miran duro los muchachos y beben.
y vencida se pone a llorar la rutinaria quietud. El más methal escupe y amenaza:
Estallan las dos iluminando la faena “muéranse, maricones y putas, muéranse”.
(las lenguas; de quiénes hablo?) Miran feo los muchachos y beben.
desatadas, vestidas de fiesta El más oscuro, el tatuado, rompe la botella:
para el memorable enredo “negreros, malparidos, cornudos”.
de sol a sol. Miran mal los muchachos y beben.
El más sombrío levanta la copa
CASABLANCA y brinda “por la viciosa que me abandonó
dejándome los críos”.
Tal como entonces Junto al ventanal que da a la noche
alguien apunta:
Ricky ordena: “tócala de nuevo, Sam” “llorarán, como bebés, como náufragos,
como perdedores, al fin, llorarán”.
y Sam sonríe con las piedras de nieve en su

/bocaza;

y sus dedos –tersos– llaman a las puertas

de la memoria del teclado.

Tal como entonces

temblores de ángeles se ponen en el aire

y nada se oye, nada.

Todo aparece así

como película muda entre la niebla,

con la historia, esa,

como del otro lado de las brumas del tiempo,

y el amor, ese,

como sueño único, lejano.

Tal como entonces

Ricky ordena: “tócala de nuevo, Sam...”

MARCELO
DUGHETTI

Villa María, Córdoba

Me asombró la manera en que lo dijiste

“no querés una plantita,

algo para cuidar

algo para ver crecer

y que sea tu vida”

no

no quiero eso

quiero herramientas

Cuando muera quiero llenar mi casa de destornilladores
mi padre
haré un agujerito en la tela que tapa su cabeza pinzas pico de loro
y lo dejaré respirar
exhalará todo tenazas que trituren huesos
el silencio
las hormigas entrarán por ese túnel sacacorchos para mis ojos
continuo
hasta el vacío una bella lima para mi corazón
entonces lo habitarán
cosas buenas tornos donde moldear las emociones hasta
no tendrá frío
quedaremos a mano /dejarlas como un cubo

Mi abuela deshuesa ciruelas morsas para apretar
inunda el fuentón de lavar la ropa
con agua espumada por el sol la palabra maricona que me sale cuando
y ya sé que es verano
mi abuela no habla ni reza /oscurezco
te mira desde el asombro si acontece la lluvia
y avanza jorobadita, por el patio clavos para pegarlo todo
hacia las sábanas remendadas que aún
huelen al viejo trinchetas para cortarme los brazos
toda la humanidad le debe
ese caminar entre el panal también martillos muchos martillos
y la morera
mientras mi abuela dibuje ese sendero que no falten en cada rincón martillos
para hormigas y ángeles
no necesitaremos a Dios /y cinceles
cuando eso falte
ni toda la teología podrá explicar por cada paso que dé en esta casa

8 por qué se desintegra su recuerdo de ahora en adelante
al caer la tarde.
daré un golpe

un golpe por cada paso

y con martillos siempre nuevos

que todo se derrumbe

quiero ver los escombros de lo que

/dicen existe

más y más herramientas

en cada escalón

atrás del inodoro

en las macetas de la terraza

secas reventadas por el sol ahora

habrá esos hijos de las ferreterías

y ni un perro. ni el amado paso de la clorofila

nada que me indique algo de la vida pasada

porque yo he mandado escribir en el dintel

que abandonen la esperanza

y les juro que es el mejor regalo que pueden

/hacerse.

MARY ACOSTA

[email protected]

ACROBACIA SÁLMICA POR LAS CUATRO CARAS DEL OLVID O

Atardece en mí, Resbala en minutos oblicuos
ante el desnudo audaz de los espejos. el destello juzgado en la tangente libertad.
Desgrano la penumbra hambrienta
vistiendo un traje de epílogo Desparraman ruegos mis suplicantes abismos
sobre la fina piel gastada, inaugurando la sentencia de la hora marcada
que expulsada en siete gritos en los asilos del egoísmo.
desarma cóncavos domingos de abril.
Detrás del músculo agotado, La palabra se suicida
la acróbata libélula sobre el ángulo invertido de la espera,
confabula el vuelo, y en la orfandad de la penumbra
en mitad del geodésico instante, no puedo soñarla...
inventando el hálito de fe en un Dios resucitado.
Soplo ovalado en vertiente
LA CASA DESOLADA
enrosca en confuso circuito
Recostada sobre el ladrillo desolado
y en silencio, las verdades de la célula al desnudo
busco apoderarme de las sombras que
/danzan burlonas que disonantes cuelgan por las cuatro caras
sobre el patio rojizo y a la intemperie.
Las paredes cincuentonas del ayer, /del olvido.
crujen solitarias y al desnudo
descarnando las cicatrices cansadas Suspendida en la incógnita de Paz
/del recuerdo.
Una porción de historia autografiada, busco encontrar amparo en la esfera del
desata a las muecas desesperadas
/de la furia, /“nunca he sido”
mientras, sollozan lentamente los espacios,
inundando soledades de costumbres apretadas Otra vez en pie...
/por cimientos. y otra vez en grito...
Un desamparo frío, por el supuesto irrepetible.
destiñe las alas coloridas de la casa...
De tanto parir delirios,
todos marcharon, menos el olvido
que sobre mis huesos, se quedó mirándome. mi instante rasguñó la piel sombreada 9

/del infinito.

LAURA GARCÍA
DEL CASTAÑO

Córdoba

Mi padre ponía las colillas en una latita

para luego, de madrugada,

cuando ya no había nada abierto,

volverlas a encender

Entonces hurgaba ese envase lleno de

/ínfimos venenos

y se sentaba a revivir

esa última chispa artificial

Yo aunque no fumo

heredé este gesto descorazonado

/(de hombre abatido)

Junto las cenizas tibias que han sido

/el fuego

separo esa línea sanguínea que nadie

/lucha por salvar

y doy una última bocanada a lo extinguido

como si a pesar de toda la vida que ardió

El abrazo de todo el mundo abrazado y despierto

De pie nos abrazamos /en la lengua

recostados uno en el otro no hubiese valido el placer

en la parte acolchada de un desierto de este trago agrio y venenoso

En la tele dos escorpiones danzan sobre resucitado a la fuerza

/una piedra

Todo ese tiempo la escena está en mute

como un calambre

Cada día llevamos el chisme a la mesa La birome revienta en el bolso

el reflujo de una visión chata, indolente Una mancha oscura florece con fuerza

lo hombreado tras una jornada de ceniza ingresa en el anverso de la tela

silencios cegadores nos anuncia que adentro se inició el

envuelven la precariedad como un cristal /desastre

Como una pastilla que se toma diariamente entonces uno familiariza imágenes,

y que nos expondrá al pavor /regresa, por ejemplo

tragamos una mentira a fin de convencernos a la charla de esa noche,

Hay una fisura en la esterilidad de nuestra una frase que dijiste con el gesto apacible

/calma /del experto tirador

detrás dos escorpiones se desplazan sin que sabe que ha dado en una arteria

/comprometernos /mayor

Quizás el abrazo perfecto es esa mecánica que es cuestión de tiempo para que sea

/en tres movimientos: una línea roja al descubierto

un aguijón gana sobre otro, ¿Cómo fue que nos abandonamos luego

ambos se contraen y finalmente se sueltan /a lo superfluo?

sin que sepamos muy bien que seguimos adelante

quién de los dos resultó abatido Intercambiando una vida sin noción

de que algo se disparó adentro sin nosotros

Una palabra perfora de pronto la mañana

mancha ese tejido terso

10 que nos sostuvo livianos, milimétricos

durante años

Entrevista a
Rubén Derlis

[email protected]

Por Elisabeth Luna Dávila

–¿Cómo fueron tus laine, me abren las puertas de la rrientes y Scalabrini Ortiz. A esta
comienzos en las letras? poesía grande…, sin embargo, lo revista me sumaría un mes des-
–Desde chico me atraían esas pala- que leo más es literatura. A los 14 pués con una separata: el soneto
bras en líneas desparejas, rimadas años ingreso a “la Belgrano” como “U.S.A” ilustrado con la xilografía
o no. Antes de ir al colegio, ya leía, llamaban a la escuela preparatoria “Marines”, de Juan Manuel Sán-
y mi amor por las letras y el arte de Bellas Artes. Este es el momen- chez. A partir de ese año comencé
se desarrolló en simultáneo con el to en que escribo más, al tiempo a visitarlo a Raúl en su departa-
odio a las matemáticas. A los nue- que me reparto entre el dibujo y la mento de la calle Amenábar, cuya
ve años garabaté los versos de una palabra. En segundo año tengo la ventana del living daba a las vías
milonga rea (sólo recuerdo el tí- certeza de que me sirvo del verso del tren. Mucho me enseñaron
tulo: “Lavate con piedra pómez”), y no de la línea para expresarme. sus andanzas –por algo era Juan-
seguramente influido por “Torta- Dejo la escuela, a la que ya no vol- cito Caminador–, y aprendí de su
zos” de Enrique P. Maroni; se los veré y tomo clases de pintura en generación, de la España de la
leí a mi madre, y preguntó de dón- el taller de Ezio Paronzini; estoy Guerra Civil y del París de la impar
de los había copiado. Ese fue mi dos años, y siendo buen coloris- bohemia, en largas charlas desde
debut en las letras. Poco después, ta, según el maestro, escasos eran la tarde hasta el anochecer. En
los poetas que entran a mi emo- los óleos y muchos los versos. Las 1970 entré a Clarín de corrector,
ción sin pedir permiso: Bécquer, cosas ya estaban claras. Con los pero no coincidí con él: ya se ha-
Carriego, Andrade, Darío, Nervo, poemas escritos entre los 16 y los bía jubilado; le pregunté a Bayer,
Acuña, Espronceda, Byron, Ver- 20 años, publiqué mi primer poe- que era jefe de redacción, cuál ha-
mario: “Tonos neutros”, en 1959. bía sido el escritorio de Raúl. “Ese
Había dejado de nadar entre dos del rincón”, dijo, señalándomelo.
aguas. Y fue así como me hice amigo de
Osvaldo Bayer. En 1969 Raúl pro-
–¿Cómo surge tu amistad loga mi poemario Indagaciones
con González Tuñón? y a mi pedido me da su último li-
–Lo conocí en marzo de 1965, bro, El rumbo de las islas perdi-
cuando en la revista Hoy en la Cul- das, que edito en las Ediciones Del
tura se le celebraron sus “Sesenta Alto Sol –sello que había creado
abriles gloriosos”, como decía en en 1968–, ilustrado por Elena Diz.
la tapa. Fue en una librería de Co-
Continúa en contratapa 1 1

Según Raúl, su libro más lírico. Y to. Rompo el chanchito, vendo el –¿Tres poetas de lectura
me detengo aquí, pues recordar a auto, compro y quedo solo para indispensable?
González Tuñón –uno de los ma- aceptar el nuevo desafío –al que –Como la poesía tiene múltiples
yores poetas latinoamericanos y le veía filón– (poeta pero no gil, formas de expresarse, según la
el amigo sin par al que nunca más como dijo Horacio Ferrer), con la cuerda que haga vibrar el poeta
veré–, para mí no tendría pun- única ayuda de Ana María Alzuga- acorde a su sensibilidad, ese poe-
to final ni en la escritura ni en la ray, madre de mi hijo, que en 1984 ta mayor “indispensable”, siempre
conversación. se retira próxima a ser mamá. Pero correrá en paralelo a su sentir poé-
ya todo estaba encaminado para tico. Yo sólo podría nombrar a mis
–Sabemos que fuiste el ser lo que tenía proyectado para indispensables, pues los que para
fundador del Café “La la “La Poesía”: el lugar donde to- mí lo son, a otros seguramente no
Poesía”. ¿Cómo fue eso? marían cuerpo variados proyectos los conmoverían, y por motivos
–Una aventura que emprendimos culturales. Y resultó. Además, a lo varios que pueden ser del corazón,
en 1982 con el fotógrafo José Luis largo de seis años (la primera Poe- del espíritu o ideológicos.
Raggi. Su idea: un café-bar sólo sía cerró en 1988), pasó por la es-
para amigos. En ese momento, yo quina de Chile y Bolívar gran parte –¿Qué les dirías a los que
no tenía ninguna y me anoté en la de la generación del 60. Historiar comienzan a escribir poesía?
de él. Pronto caímos en la cuenta todo ese movimiento demandaría –A ellos, y también a los que están
de que no era posible. Tendría que un espacio del que no dispongo, perdidos en una jungla inextrica-
estar abierto al público; sólo con y sería imposible resumir 260 pá- ble de amontonamiento de pala-
amigos no habríamos podido ni ginas de Esquina de Encuentro. bras, un dístico que escribí para
pagar el alquiler. Así que tendría Historia del Café La Poesía, libro mí hace mucho tiempo, que sigo
que ser un negocio más, y esto que publiqué en el 2010. A quien le repitiéndomelo, y que tal vez les
cambió las cosas. A los seis meses interesen los pormenores, a él lo sirva: “Claridad, poeta, claridad: /
José Luis me dice que vende. Acep- remito. turbia es el agua estancada”.

INTRANSIGENCIA MODELO 38

No transijo: Soy como un Ford modelo 38.
permanezco en lo mío No hubo que hacerle nada
–que es un fragmento del nosotros– hasta miles de kilómetros andados;
con los algunos que quedamos, a lo sumo mínimos toquecitos:
con igual convicción y el mismo ímpetu; el clásico “lo 'atamo' con alambre”
puedo cambiar de táctica, que no era de temer.
tirar a la basura panfletos de queridos amores, Y siempre hacia adelante
inservibles esquemas, pisando a fondo el acelerador,
poner a punto las viejas consignas, confiado en un mundo más humano
reordenar las tácticas,
pero jamás cambiar de camiseta. que todavía no se dio.

De pie en medio de la Historia Hoy la carrocería acusa golpes
–renovado volcán de vendavales y tormentas–, –abolladuras que el Tiempo no perdona–,
azotado por ráfagas de mezquindad y odio, y aunque algunos rayones deslucen su pintura
libre de la mentira de un dios y otras falacias, mordida de soledades e intemperies,
sin confundir ideología con doctrina, aún se puede mostrar.
sin doblegar la dignidad bien enseñada
y mejor aprendida, El motor tiene varios ajustes, pero tira,
y antes que nada: rechina ante un mayor esfuerzo
vestido con la desnudez de América porque los fierros de la vida se gastan
antes que desnudo con el ropaje del Imperio. y no hay repuesto que valga
por más Ford que se diga, dada su antigüedad.
Aun con terrones en la boca, frío y solo,
pero entero, Mas no pienso ponerle una lata en el techo.
fiel a mis principios.


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