The words you are searching are inside this book. To get more targeted content, please make full-text search by clicking here.

Mis padres tienen la edad de este tiempo geológico. La anterior frase puede sonar surrealista o en su defecto como una declaración indiscreta; sin embargo, hace unas semanas en el 35° Congreso Geológico Internacional, realizado en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, se aceptó por mayoría de votos en la sesión de la Comisión Internacional de Estratigrafía, que el planeta vive desde 1950 en una nueva época geológica, cuyo nombre remite a nuestra especie: Antropoceno.

Discover the best professional documents and content resources in AnyFlip Document Base.
Search
Published by Cienciorama, 2019-09-20 13:39:56

Bienvenidos al Antropoceno

Mis padres tienen la edad de este tiempo geológico. La anterior frase puede sonar surrealista o en su defecto como una declaración indiscreta; sin embargo, hace unas semanas en el 35° Congreso Geológico Internacional, realizado en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, se aceptó por mayoría de votos en la sesión de la Comisión Internacional de Estratigrafía, que el planeta vive desde 1950 en una nueva época geológica, cuyo nombre remite a nuestra especie: Antropoceno.

Keywords: cambio climático, era geológica, antropoceno, contaminación

Fotografía de Edgar Vargas

Bienvenidos al Antropoceno

Edgar Vargas

Mis padres tienen la edad de este tiempo geológico. La anterior frase puede
sonar surrealista o en su defecto como una declaración indiscreta; sin
embargo, hace unas semanas en el 35° Congreso Geológico Internacional,
realizado en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, se aceptó por mayoría de votos
en la sesión de la Comisión Internacional de Estratigrafía, que el planeta
vive desde 1950 en una nueva época geológica, cuyo nombre remite a
nuestra especie: Antropoceno.

La invención de una etapa geológica
La primera vez que supe del término Antropoceno no fue en una reunión
científica importante ni en una institución académica formal: fue en mayo
del 2015 en un auditorio de madera enclavado en las montañas de Chiapas,
en el marco de una reunión de discusión política en el caracol zapatista de
Oventik. Fue pronunciado por el escritor mexicano Juan Villoro para
introducirnos en su plática. En ella criticaba el modelo de vida consumista
que sólo nos enfoca en el presente y proponía reflexionar sobre la distinta
concepción del tiempo que tienen los pueblos indígenas del sureste
mexicano. Casi al inicio de su conferencia citó al científico holandés Paul
Crutzen –ganador del Premio Nobel de Química de 1995 junto con el

Bienvenidos al Antropoceno / CIENCIORAMA 1

mexicano Mario Molina y el estadounidense Frank Sherwood– quien en el
año 2000, en un congreso científico en la Ciudad de México, mencionó que
las actividades humanas estaban dejando una huella indeleble en el planeta,
marcando el final de la etapa geológica conocida como Holoceno y dando
inicio a una nueva a la que nombró Antropoceno.

Aunque el término fue propuesto algunos años antes por otro
científico, Eugene Stoermer, se tuvo especial consideración a la declaración
del químico ambiental premiado con el Nobel, por lo que después de que
Crutzen usó el término, fue adoptado rápidamente por científicos, activistas
ambientales, políticos y medios de comunicación masivos. Todos lo
retomaron como una crítica a las actividades humanas, sin presentar mucha
evidencia científica y quizás, incluso, en tono sensacionalista o alarmista.

En ciencia no importa quién declare o proponga algo; no funciona el
principio de autoridad, aunque se trate de un premio Nobel; en cambio, se
acepta aquello que aporte las evidencias palpables y las explicaciones
consistentes sobre lo que se propone. Por lo anterior, la aceptación del
término Antropoceno como una nueva etapa geológica del planeta no ha
sido tarea fácil. Su reconocimiento tiene fuertes implicaciones para la
actividad de los geólogos, específicamente para los estratigrafistas, que son
los encargados de ayudarnos a ubicar los tiempos geológicos a través de
las diferencias en las capas de la Tierra, conocidos técnicamente como
estratos.

Figura 1. Los estratos del planeta Tierra. Aunque idealmente los más recientes
están más cerca de la superficie, algunas actividades geológicas de la Tierra
pueden alterar ese orden. En la figura se esboza el principio de superposición

Bienvenidos al Antropoceno / CIENCIORAMA 2

de estratos usado en ciencias geológicas.

El análisis de los estratos nos proporciona valiosos datos sobre el pasado
de la Tierra y nos ayuda a clasificar los periodos de tiempo geológicos.
Éstos caen en diferentes categorías de acuerdo a sus características, y su
longitud en el tiempo varía de acuerdo a los cambios geológicos del planeta.
Las unidades de tiempo geológico tienen una definición característica y los
nombres de los intervalos de tiempo: Jurásico, Triásico, Holoceno, etcétera,
no son sólo etiquetas, tienen un significado técnico específico; por ejemplo,
la denominación Jurásico se retomó de formaciones sedimentarias
carbonatadas de la región europea del Jura en los Alpes suizos.

No obstante, el término Antropoceno ha sido usado, incluso por los
mismos geólogos, sin demasiada discusión sobre sus características o real
existencia. Es más, ni siquiera estaba aceptado oficialmente por la comunidad
científica en general y geológica en particular. Tal situación desde luego
preocupó a la Unión Internacional de Ciencias Geológicas, por lo que crearon
un panel de especialistas que desde el 2009 ha estado discriminando
evidencias con la intención de determinar las características del Antropoceno
para su eventual aceptación como término geológico y ubicarlo en la historia
de la Tierra. Los argumentos fueron presentados en el 35° Congreso
Geológico Internacional realizado en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, entre el 27
agosto y 4 septiembre de este año 2016, y fue en la sesión de la Comisión
Internacional de Estratigrafía, que es la encargada de determinar las etapas
geológicas internacionalmente, donde se llevaron a cabo las discusiones
correspondientes.

La ubicación del tiempo geológico
La historia de los cerca de 4,600 millones de años de la Tierra ha sido
clasificada por los geólogos en unidades de tiempo cuya jerarquía en orden
descendente es: eon, era, periodo, época y piso. Continuamente se debaten
las características, los contenidos y momentos del inicio o el final (límites)
de cada etapa geológica; para hacerlo se analizan evidencias de las señales
geofísicas, químicas, litográficas, fósiles o minerales de las rocas, el suelo y
los hielos, que ayudan a reconstruir la posible evolución de la superficie,
incluyendo la atmósfera; dicho registro se va acumulando en capas de la
corteza terrestre (los estratos) y su análisis nos da pistas de lo que ocurría
en la superficie cuando se depositaron.

Los encargados de hacer dichas investigaciones y consensuar nuestro
entendimiento de la historia geológica de la Tierra son parte de la Comisión
Internacional de Estratigrafía perteneciente a la Unión Internacional de la
Ciencias Geológicas, la que cada cierto tiempo publica una tabla conocida

Bienvenidos al Antropoceno / CIENCIORAMA 3

como Carta Cronoestatigráfica Internacional. Dicho documento sirve como
base para situarnos en la escala de tiempo geológica y nos guía sobre los
acontecimientos en la superficie terrestre para así reconstruir y entender el
pasado de nuestro planeta.

Como está esbozado en la figura 2, la Tierra tiene cuatro grandes
intervalos geológicos llamados eones: Hadeano, Arqueano, Proterozoico y
Fanerozoico. Los tres primeros abarcan el tiempo desde la formación del
planeta, hace aproximadamente unos 4,600 millones de años, hasta hace
unos 542 millones. En ese punto inicia el Fanerozoico, el eon en que vivimos,
y dentro de éste están las eras cuyo orden de aparición es: Palezoica (A),
Mesozoica (B) y Cenozoica (C). La era Cenozoica se inició hace unos 65
millones de años y dura hasta la actualidad. En ella hay tres unidades
geológicas llamadas periodos: dos grandes, el Paleógeno (D), que finalizó
hace unos 23 millones de años, y el Neogeno (E) y por último, uno mucho
más breve, el Cuaternario, que se inició hace unos 2.5 millones de años y
engloba al Pleistoceno y al Holoceno. Cada una de las épocas está
subdividida en categorías más pequeñas llamadas piso en cuyo detalle no
entraré. Me quedaré en la última época.

Figura 2. Ubicación en el Tiempo geológico.

Hasta este año se reconocía al Holoceno como la última época geológica
que se inició hace 11,700 años al finalizar la última glaciación. Algunos
estudiosos sugieren que el clima imperante desde entonces —templado y
casi sin cambios— ha sido bastante amable con la humanidad, a tal grado
que permitió el desarrollo de lo que llamamos civilización. El humano

Bienvenidos al Antropoceno / CIENCIORAMA 4

moderno tiene sólo alrededor de 200 mil años sobre el planeta, pero no
fue sino hasta hace unos 7 mil cuando más o menos se ubicó el inicio de
los asentamientos humanos con gran desarrollo cultural y poderío sobre
otros grupos de Homo sapiens, en gran medida debido al desarrollo de la
agricultura.

Se supone que deberíamos seguir en dicha era geológica hasta no
haber un evento geológico, biológico o espacial a escala global que cambiara
la composición química, física, mineral y biológica del globo terráqueo, que
dejara una huella imborrable en las rocas, el suelo, rastros en los hielos
perpetuos de los polos y modificaciones de la atmósfera, como para crear
un nuevo estrato con distintos materiales del anterior y de al menos un
centímetro de grosor.

No se ha registrado un evento drástico como los mencionados; pero
los humanos estamos logrando transformar el planeta y hemos entrado a
un nuevo periodo de tiempo geológico, el Antropoceno, cuyo reconocimiento
e inicio se discutió recientemente en intensos debates. Pero como los
encargados de tal decisión tuvieron opiniones divididas, se tuvo que votar
por dicha propuesta. El resultado fue marcar el año de 1950, hace apenas
66 años, como el punto más confiable del comienzo de un nuevo estrato
sobre el planeta. ¿Pero cómo está formado el mencionado estrato?

Las evidencias aportadas
El panel de especialistas que recabó la evidencia sobre la existencia del
Antropoceno, encabezado por Colin Waters del British Geological Survey, de
Keyworth, ubicado en Nottingham y Jan Zalasiewicz, del Departamento de
Geología de la Universidad de Leicester, ambas instituciones del Reino Unido,
determinó que son tres las grandes causas por las que hemos dejado una
huella en la Tierra: el rápido crecimiento de la población, el acelerado
desarrollo tecnológico y el creciente consumo de recursos. La combinación
de las tres ocasiona una elevada extracción y consumo de metales y
minerales; el incremento en uso de combustibles fósiles y fertilizantes, así
como una profunda transformación de los ecosistemas terrestres y acuáticos
para uso humano.

Los combustibles fósiles –carbón, gas natural, petróleo– son la base
energética de todos los desarrollos tecnológicos y al día de hoy son la
energía más usada en el mundo, por lo que han acelerado la deposición
de una nueva capa que caracteriza muy bien a este tiempo geológico. Los
subproductos de la combustión de tales energéticos son en sí mismos
señales químicas muy voluminosas. Por ejemplo, el humo es un subproducto
importante y básicamente está hecho de pequeñas partículas inertes, restos
de lo que no se logró quemar completamente de los combustibles fósiles y

Bienvenidos al Antropoceno / CIENCIORAMA 5

que continuamente está cayendo al suelo de todo el mundo, creando una
capa perfectamente distinguible.

Desde inicios del siglo XIX se empezaron a usar los combustibles
fósiles, especialmente el carbón. Además, desde mediados de ese siglo y
hasta la fecha, el uso de gas, petróleo y sus derivados han aumentado la
presencia de gases con efecto invernadero, especialmente metano –también
producidos por el ganado– y dióxido de carbono (ver figura 3). Se calcula
que la producción de dióxido de carbono ha aumentado casi 100 veces
desde hace 200 años, cuando inició la revolución industrial. El registro de
éste y otros gases lo podemos estudiar debido a que son capturados en
burbujas de aire en los hielos de los polos. El aumento de la presencia de
estos gases también está altamente correlacionado con el aumento de
temperatura del planeta, dejando pocas dudas acerca de nuestra
responsabilidad en dicho cambio.

Figura 3. Gráfica del aumento de emisiones de gases de efecto invernadero y subproductos de la
combustión.

Una huella importante y muy reciente es el uso de fertilizantes nitrogenados.
Estos productos químicos se han usado ampliamente desde hace apenas
100 años en las prácticas agrícolas, y han provocado una gran perturbación
en el suelo, el agua y el aire. Los compuestos nitrogenados se han escapado
de los campos de cultivo y en algunas zonas acuáticas han sobreestimulado

Bienvenidos al Antropoceno / CIENCIORAMA 6

la producción de plancton, lo cual hace que se cubran grandes extensiones
de la superficie de cuerpos de agua impidiendo el paso de luz a su interior,
lo que provoca la muerte masiva de muchas especies acuáticas y que dejará
inevitablemente un estrato de fósiles en el futuro (ver en Cienciorama “Vivían
hace 40 años, pero ya desaparecieron”).

Otras señales químicas incluyen contaminantes orgánicos persistentes
como los insecticidas o productos químicos industriales, como las dioxinas,
las cuales son subproductos no deseados pero cuya síntesis es inevitable y
lamentablemente se han convertido en compuestos químicos peligrosos
incluso para la salud humana (ver en Cienciorama “Amenaza latente”). Estos
contaminantes pueden persistir en la escala de tiempos geológicos, y los
compuestos de carbono de cadena larga producida por antiguas algas, las
dioxinas, se podrían usar como trazadores de nuestro presente, cuando se
produjeron y asentaron.

El uso de los minerales y nuevos materiales es destacable. Como
ejemplo se cita que desde el final de la Segunda Guerra Mundial se han
manufacturado cerca de 500 millones de toneladas métricas de aluminio,
cuyos residuos se están convirtiendo en parte de las capas modernas de
sedimento. También consideran que la elevada producción de minerales
sintéticos como carburo de tungsteno, común en herramientas e incluso en
las puntas de los bolígrafos, aportan características propias de esta nueva
capa que la hacen diferente de las anteriores.

Otra evidencia a considerar son los plásticos. Hasta antes de la
Segunda Guerra Mundial su uso estaba limitado a unos pocos, como la
baquelita o el rayón, pero se ha impulsado tanto su utilización que hoy se
producen anualmente 300 millones de toneladas métricas y sus propiedades
y resistencias a la degradación hacen que persistan en el ambiente por
muchos años. Los plásticos tienen un significado especial, porque muchas
criaturas del mar pueden comerlos y al morir sus restos se depositan en
los lodos del fondo del mar. Las fibras plásticas de la ropa son de
considerar ya que se han encontrado también en los fondos marinos.

Ahora bien, la que parece ser la señal clave son las partículas
radioactivas arrojadas después de las primeras pruebas de las bombas
atómicas usadas en la Segunda Guerra Mundial y que persistieron en los
primeros años de la Guerra Fría. Según la fuente consultada para este
artículo, desde 1945 y hasta finales de la década de 1990, más de 500
pruebas nucleares fueron detonadas principalmente por Estados Unidos, la
extinta Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, el Reino Unido y Francia;
sin embargo, hoy en día países como Corea de Norte, Irán e Israel se han
sumado como potencias bélicas nucleares y siguen haciendo pruebas de

Bienvenidos al Antropoceno / CIENCIORAMA 7

este tipo.

Figura 4. Gráficas del aumento de uso de plástico, concreto, así como de las señales de
pruebas nucleares. Como puedes observar, hay un gran aumento de uso después de
1950.

Ahora sabemos que las partículas radioactivas se esparcen por todo el globo,
caen al suelo, en los hielos polares y los sedimentos marinos. La aparición
de una señal inusual en 1951 de plutonio 239 y 240 así como el registro
de un pico máximo entre 1963 y 1964 en hielo y sedimentos serán
particularmente identificables en los próximos 100 mil años. Por ejemplo, el
plutonio 239, cuya vida media es de 24,110 años, tiene baja solubilidad y
es una partícula altamente reactiva, particularmente en sedimentos marinos;
este radioisótopo decaerá en uranio 235 —con una vida media de 700
millones de años—, hasta que al final produzca partículas muy estables de
plomo 207. Los rastros de estos isótopos incluso servirán para ubicar
perfectamente en el tiempo el Antropoceno.
Una señal usual para definir o establecer intervalos de tiempo en otras
etapas geológicas toman como referencia la primera y última aparición de
ciertos fósiles clave. En la actualidad dichos marcadores serían complicados
de definir; en su lugar se han tomado algunos ejemplos de cómo los
humanos hemos modificado las predominancias de ciertas especies
biológicas.

Bienvenidos al Antropoceno / CIENCIORAMA 8

La humanidad hasta hace unos siglos era muy poco significativa dada
la cantidad de masa viva que representamos; no obstante, nos hemos
convertido en el mayor depredador marino y terrestre. En 300 años nuestra
especie pasó de ocupar el 5% de la Tierra, a apropiarse de poco más del
50% de su superficie; esto implica que un cuarto de la diversidad biológica
existe sólo para satisfacer nuestras necesidades. Las fuentes consultadas
nos dicen que casi un tercio de la masa de todos los vertebrados del
planeta la tenemos nosotros y los otros casi dos tercios restantes son el
puñado de especies animales que ocupamos para nuestro provecho o
consumo, como vacas, pollos, caballos y borregos.

Los humanos hemos concentrado de tal forma la cantidad de dichas
especies, que se calcula que a lo mucho las especies silvestres ya sólo
representan un 5% de la masa viva del globo terráqueo y han sido
empujadas a vivir a zonas cada vez más pequeñas debido a nuestra
presencia y al uso que le damos a grandes extensiones de terreno, es decir,
ahora viven en la marginalidad. No abundaré demasiado al respecto, pero
los humanos también estamos contribuyendo a una extinción masiva de
especies del planeta, un proceso biológico que tendrá fuertes repercusiones
en el futuro y que por supuesto marcará el tipo de fósiles que se
encontrarán en el mañana.

Sí, aceptamos
Desde la propuesta del Antropoceno como un nuevo tiempo geológico, hasta
su aceptación, han pasado más de 15 años. No se aceptó sino hasta la
conformación de un grupo de trabajo que juntó evidencias por casi siete
años, las cuales tuvieron que ser presentadas ante una comunidad
especializada para su discusión. Los debates fueron fuertes y las
publicaciones de los geólogos muy claras para hacer entender que el uso
de los términos geológicos es algo serio y no sólo una ocurrencia. Había
que justificar bien los argumentos de reconocer una nueva etapa geológica,
así como darle el nombre más adecuado.
El boletín oficial, además de dar las evidencias válidas para dicha aceptación
del Antropoceno, nos indica que no fue un consenso. La siguiente tabla da
muestra de los resultados de la votación.

Tabla 1. Resultados de la votación de la Comisión Internacional de
Estratigrafía

¿Debe ser formalizado el Sí No Abstenciones
Antropoceno? 30 3 2

Bienvenidos al Antropoceno / CIENCIORAMA 9

¿Es el Antropoceno estratigráficamente 34 0 1
real?

Inicio del Antropoceno A Favor Jerarquía A Favor
1950 28 Era 2
3 mil antes 1 1
Tiempo diacrónico 4 Periodo 2
Edad
Señal Primaria A Favor 1
3 Sub-época 3
Concentración de CO2 Incierto 4
Cenizas y humo 2 20
Plomo y otros contaminantes 3 Abstenciones
Abstenciones 6 Época
Decaimiento de isótopos 10
radioactivos de plutonio

Como pueden observar, hubo votaciones bastante divididas respecto al
establecimiento de las características del Antropoceno.

A manera de conclusión
En la reunión política a la que asistí en Chiapas, Juan Villoro nos avisó que
en este 2016 iban a darse discusiones respecto a determinar o no dicha
etapa geológica. Adelantó que de ser aceptada la propuesta, sería la primera
vez que un tiempo geológico se definiría a sí mismo. Sin embargo, es notorio
que el término mismo Antropoceno es muy crítico sobre nuestro actuar en
la Tierra.

El primero de enero de 1994 se levantó en armas, en Chiapas, un
grupo de indígenas porque durante mucho tiempo nuestra sociedad los
olvidó. Lo hicieron para que nos diéramos cuenta que son personas que
tienen derecho a una vida digna. No lo hicieron para regresar a una arcadia
perdida o para descarrilar el presente; lo hicieron para que en el futuro
cambiemos nuestras relaciones como humanos y mejoremos nuestro trato
con el planeta.

Imagina tú que estás leyendo esto y eres protagonista de este cambio:
dentro de millones de años, un posible geólogo –no sabemos si será humano
o no– encontrará los restos de los artefactos que usas en este momento y
podrá ubicar muy bien el tiempo de donde proceden, incluso podrá darle
un nombre propio a esta etapa de la Tierra que tal vez remita a nuestra
especie.

Bienvenidos al Antropoceno / CIENCIORAMA 10

Para que se lo cuentes a quien más confianza le tengas.

Bibliografía

 Zalasiewicz, Jan, “What mark will we leave on the planet History in layers”, Scientific

American, septiembre 2016, pp 31-37.

 Waters, Colin N., Zalasiewicz, Jan, et al., “The Anthropocene is functionally and

stratigraphically distinct from the Holocene”, Science, 8 de enero de 2016, Vol. 351

ISSUE 6269. aad2622 -1 – aad2622-10

 Autin, W, J, Holbrook, JM,“Is the Anthropocene an issue of stratigraphy or pop

culture?”. GSA Today, 2012, v. 22, no. 7, doi: 10.1130/G153GW.1

 Krutzen, Paul, “Geology of mankind”, Nature, 2002, volumen 415 núm. 6867. doi

10.1038%2F415023a

 Lewis, Simon L.; Maslin, Mark A., “Defining the Anthropocene”, Nature, 2015, volumen

519, núm. 7542. doi 10.1038%2Fnature14258

 EurekaAlert – AAAS, “Provisional recommendations on a potential new geological

time interval” https://www.eurekalert.org/pub_releases/2016-08/uol-pro082616.php

 Rico, Hugo. 2016. “Amenaza latente”, Cienciorama.

http://www.cienciorama.unam.mx/#!titulo/459/?amenaza-latente

 Bizberg, Andrea, “Vivían hace 40 años, pero ya desaparecieron”, Cienciorama.

 Villoro, Juan, “La duración de la impaciencia”, conferencia impartida el 3 de mayo

de 2015 en el seminario “El pensamiento crítico frente a la Hidra capitalista” en

Oventik, Chiapas. También disponible en las memorias de dicho seminario: El

pensamiento Crítico Frente a la Hidra Capitalista, volumen II, pp 15-26. En video en

https://youtu.be/IGBoQWUdOWI

Bienvenidos al Antropoceno / CIENCIORAMA 11


Click to View FlipBook Version